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El Feminismo en las FARC-EP

Por Mujer Fariana/Victoria Sandino Palmera, Delegación de paz de las FARC-EP

El proceso de paz ha significado para las guerrilleras una oportunidad en varias dimensiones: Una, responder a los ataques mediáticos dirigidos contra la organización, pero de manera especial contra las mujeres, desvalorando su papel en la organización, su condición de insurgente y de sujetos políticos.

Dos, ha sido un espacio para la reflexión y el intercambio de opiniones con representantes de organizaciones femeninas frente a la situación de las mujeres en Colombia, sobre sus problemáticas y agendas, con quienes tendemos puentes de unidad para el logro de la paz con justicia social y de la materialización efectiva de sus derechos humanos. A partir de nuestras experiencias colectivas, podemos afirmar que la organización ha venido asumiendo el principio de igualdad de oportunidades en sus filas, mucho antes de que de ese discurso se posesionara como una necesidad para la sociedad colombiana.

Y tres, ha sido una oportunidad para la reconstrucción de una mirada histórica de las luchas de las mujeres, en la búsqueda de la igualdad con equidad. En tal sentido reivindicamos los aportes de todas las corrientes feministas revolucionarias tanto en sus avances teóricos como en sus luchas antipatriarcales.

Por ello hemos asumido la tarea de formular, a partir de la observación de nuestra práctica y del estudio de las teorías e historia feminista, una línea política de genero propia de nuestra organización.

Desde las herramientas marxistas de análisis, el feminismo fariano no puede ser sino profundamente clasista, antipatriarcal, emancipador, impulsor de la igualdad de oportunidades y en especial, por la garantía de los derechos de las mujeres como principio revolucionario y organizativo; con el compromiso explícito de luchar por su materialización en el seno de la sociedad y de nuestra misma organización a plenitud.

El feminismo insurgente es una construcción colectiva que formulamos desde nuestra práctica cotidiana, en interacción con teóricos y teóricas, militantes y representantes de organizaciones de mujeres.

Partimos de la consideración que el feminismo no es solo cosas de mujeres, ni mucho menos es una lucha contra los hombres por ser hombres; sí es contra los roles que le dan una posición superior y ventajosa a los varones con respecto a las mujeres por el solo hecho de ser hombres. La lucha antipatriarcal debe ser asumida por el conjunto del movimiento revolucionario. Ese feminismo insurgente que proponemos, debe empeñarse en la construcción de nuevas masculinidades, fuera de las relaciones de poder propias de los roles de género, que liberen a hombres y mujeres del peso del patriarcado.

Esa lucha se dirige a la potenciación de las capacidades de las mujeres en el ámbito público, en la participación política y la toma de decisiones, en el respeto y garantía de sus derechos, en la no violencia contra las mujeres, en la igualdad de oportunidades, en la identidad propia.

Las insurgentes en el post-acuerdo:

El compromiso de las insurgentes para la construcción de la paz es absoluto. Así como hemos aportado en la resistencia armada, en consecuencia con los principios de las FARC-EP, estamos comprometidas con los cambios que requiere Colombia para una paz estable y duradera, con justicia social.

Hoy tienden puentes de identidad y unidad con las mujeres colombianas, con aquellas que han sido históricamente excluidas, con esas mujeres de los sectores populares: campesinas, indígenas, afrodescendientes, pobres de las ciudades. Nos proponemos construir conjuntamente iniciativas que permitan alcanzar de manera definitiva, el fin del conflicto armado, implementar los acuerdos y poder avanzar en la emancipación de las mujeres y de la sociedad.

Las mujeres insurgentes sabemos que la sociedad colombiana está lejos de garantizar los derechos adquiridos en la organización político-militar, con respecto a la práctica de igualdad de condición para desarrollar nuestras vidas. Como colombianas e insurgentes que venimos de una experiencia participativa propia de nuestro colectivo, no volveremos a los hogares con los roles tradicionales; queremos ser motor de cambios y ejemplos de liberación.

Vemos el post-acuerdo como la oportunidad de demostrar con el ejemplo, la factibilidad de construir una sociedad justa en armonía con sus congéneres y la naturaleza, con un nuevo modelo económico que redistribuya la riqueza, haga viable el buen vivir y posibilite la emancipación de las mujeres. Por lo que le apostamos a conservar un modo de vida colectivo y organizado, esta vez, alrededor de formas de producción colectivas y formas de organización social basadas en la solidaridad y la equidad. No está en nuestro léxico la palabra desmovilización; ante la posibilidad de la firma de un acuerdo de paz a las mujeres farianas nos espera la mayor movilización de nuestras fuerzas para continuar la lucha por la emancipación.

Ponemos al servicio de toda Colombia nuestra fortaleza como luchadoras, nuestra experiencia organizativa, y nuestra disposición de trabajar por la justicia y la paz.

Fuente: http://www.mujerfariana.org/vision/663-el-feminismo-en-las-farc-ep.html

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Estudio de impacto de Educación Infantil en la India

ASERCENTRE

El estudio sobre el Impacto de la Educación en la Primera Infancia de la India (IECEI) es un estudio de investigación en colaboración que reúne elementos de investigación cuantitativa y cualitativa para comprender la ECE en la India rural. Concebido como un estudio longitudinal de cinco años (2011-2016) de una cohorte de cuatro años de edad en tres estados principales de la India, el estudio propone ver el impacto de aprendizaje temprano, la socialización y las experiencias de preparación escolar en preescolar en los resultados educativos y de comportamiento A lo largo de las etapas primarias. El Informe de Estudio de Impacto de Educación Infantil de la India fue publicado por UNICEF y lanzado el 28 de julio de 2017.

India Informe de Estudio de Impacto de Educación Infantil  | Resumen de políticas

Fuente: http://www.asercentre.org/Keywords/p/306.html

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Las normales rurales

Por: Gilberto Guevara Niebla

A lo largo de la historia, las escuelas norma-les rurales (ENR) han generado en su entorno una mitología según la cual ellas tienen una orientación ideológica socialista, popular, crítica, de lucha por la emancipación del pueblo. Pero me pregunto: ¿Tienen las ENR una orientación ideológica distinta a la que postula la Constitución?

El carácter distintivo de las ENR puede surgir de otra idea, dado que nacieron al calor de la educación socialista y dado que la Federación de Estudiantes Campesinos y Socialistas (1935) fue creada durante el sexenio de Cárdenas, es posible que esas escuelas se identifiquen primeramente con la ideología educativa del contexto de su nacimiento.

Lo real es que las ENR ofrecen estudios para hijos de campesinos pobres y constituyen una palanca real de movilidad social para las comunidades donde se encuentran. Según escuché decir a un maestro, las ENR ofrecen cinco tipos de estudios: 1) Académico; 2) Productivo, 3) Cultural, 4) Deportivo y 5) Político.

En abstracto, estas categorías son inobjetables. Pero me vuelvo a preguntar: ¿Las ENR no se sujetan al currículum oficial? Maestros y alumnos confiesan, que en esas escuelas se estudia marxismo, además de los “problemas de la realidad nacional”.  El estudio de estos dos campos se justifica, dicen ellos, porqué las ENR tienen una misión que consiste en “abrir la mente de las personas”.

Este postulado supone que la mente de las personas está cerrada, lo cual, en muchos aspectos, es cierto. ¿Pero qué revelación pueden alumnos y maestros de las ENR aportar a la inteligencia de las personas? Esta teoría del despertar de la conciencia, creo, responde a la sugerencia que hace un marxismo-leninismo rudimentario en el sentido de que el pueblo, en el capitalismo, vive alienado e inconsciente de la explotación que sufre y que sólo romperá con su alienación cuando la vanguardia revolucionaria lo incite a hacerlo.

En tal caso surge otra interrogante crucial: ¿Es que las ENR se proponen hacer una revolución? En esa dirección apuntan algunas acusaciones torpes hechas por políticos locales prepotentes que las han acusado de ser “semilleros de guerrilleros”. Los estudiantes de la FECySM niegan categóricamente esta acusación, sin embargo, la propia federación estudiantil dice actuar en la “semiclandestinidad” y en los edificios de algunas ENR (por ejemplo, Ayotzinapa) se encuentra murales glorificando a guerrilleros que fueron maestros como Lucio Cabañas y Genaro Vásquez y al ícono de la violencia guerrillera, Ernesto “Ché” Guevara. Esto, por lo menos, crea confusión.

Los líderes de la FECySM sostienen que su lucha es para defenderse del afán del gobierno (o los gobiernos) para suprimir las ENR. ¿Es esto cierto? ¿Existe algún plan oficial para consumar eso? No hay ninguna evidencia —en los últimos años, por lo menos que así lo demuestre. Es verdad que hace 50 años, el presidente Díaz Ordaz ordenó la supresión de 16 de estas escuelas, y también es cierto que muchos años después (2003), la escuela Luis Villarreal de El Mexe (Hgo) fue clausurada y substituida por una universidad politécnica, pero decir que existe una política dirigida a desaparecer las ENR es, sinceramente, un falso.

Cuando se les interroga, ni estudiantes ni maestros de las ENR admiten que se propongan destruir al poder público, lo que es cierto, en cambio, es que la FECySM tiene enfrentamientos frecuentes contra las autoridades locales y federales, enfrentamientos que se suscitan por motivos diversos, algunos muy justificados (sobre todo cuando sufren atropellos de la autoridad local). Lo que es difícil de entender es que casi sin excepción estos enfrentamientos desembocan en hechos de violencia y que se producen, en muchos casos, por iniciativa de los mismos estudiantes. Los líderes de las ENR piensan que su lucha es correcta y sienten —sinceramente— que cargan sobre sus espaldas la responsabilidad inmensa de lograr la justicia social en el país.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/las-normales-rurales/

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Eddy Chibás

Por: Graziella Pogolotti

Las gentes de mi barrio, el de San Juan de Dios, eran personas humildes que preservaban la noción de la decencia. Había carpinteros, dependientes de tiendas, maestras jubiladas y graduadas normalistas que nunca consiguieron plazas, abogados convertidos en distribuidores de prospectos de medicinas en las consultas privadas, empleados de oficinas. En el hogar de algunas de mis compañeras de juego se confiaba en que la elección de Grau San Martín a la presidencia de la República contribuiría a solucionar los males de la nación. La esperanza se fundaba en el recuerdo viviente del gobierno de Grau-Guiteras que siguió al derrocamiento de la dictadura machadista y no pudo sobrevivir al golpe perpetrado por el embajador Caffery con el respaldo de Batista y Mendieta.

Poco duró la euforia de las multitudes que rodearon el Palacio Presidencial el día de la toma de posesión de Ramón Grau San Martín. El célebre ciclón de 1944 trajo los primeros negocios turbios. Los escándalos se multiplicaron y los grupos armados ajustaban cuentas en las calles. Hubo personajes de siniestra catadura que alcanzaron la celebridad. Había llegado la hora del desencanto. Entonces, Chibás se desprendió del Partido Auténtico al que había pertenecido.  Fundó su contraparte, el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo).

En el barrio, cada domingo, a las ocho en punto de la noche, se escuchaban sus arengas. Para muchos desencantados de ayer, renació la esperanza. Elaborado con la colaboración de Leonardo Fernández Sánchez, antiguo colaborador de Julio Antonio Mella, el proyecto proponía independencia económica, libertad política y justicia social, aunque no se declaraba abiertamente antimperialista. Todo indicaba que habría de ganar las elecciones del 52, frustradas por el golpe de Fulgencio Batista, a pesar de que el dramático suicidio del fundador había quebrantado la capacidad de convocatoria, animada por la voz de Chibás. Todo apunta a que, de haber obtenido la victoria electoral, sus menguadas fuerzas no hubieran podido afrontar los males de la República, aquejada por una profunda crisis estructural de raíz económica.

Por otra parte, el sistema electoral vigente se sostenía en una maquinaria  política que para su funcionamiento necesitaba buen aceitado y adecuada alimentación, vale decir componendas y concesiones, todo lo cual comprometía de antemano la futura ejecutoria gubernamental. Para organizarse a escala nacional, los ortodoxos tuvieron que abrir espacios a viejos políticos, verdaderos caciques en algunos territorios del país.  El Partido Ortodoxo, con vistas a las batallas electorales, se había convertido en un conglomerado heterogéneo donde coexistían políticos hechos a las lides tradicionales, intelectuales de limpia trayectoria, poco duchos en los menesteres de una práctica concreta. Se había constituido, además, en imán para un sector juvenil radical, deseoso de impulsar las profundas transformaciones que la nación demandaba.

La extrema fragilidad del Partido Ortodoxo se puso de manifiesto al producirse el golpe de Estado del 10 de marzo, protagonizado por Fulgencio Batista,  casi en vísperas de las elecciones. Ante la ruptura del orden constitucional, se fragmentó en las múltiples tendencias que contenía en su seno. Con esas limitantes intrínsecas no fue posible  diseñar una estrategia de resistencia que constituyera un factor de cohesión para la inconformidad popular. Se despilfarró de ese modo el capital político fundado en la continuidad de la esperanza renovada.

Sin embargo, en la noche en que, con un disparo se suicida ante los micrófonos de la radio, Eduardo  Chibás quiso dar su último aldabonazo; estaba rodeado en el estudio por un grupo de compañeros. Se encontraba entre ellos un joven abogado, que se iniciaba por aquel entonces en las lides de la política nacional. Era Fidel Castro, portador ya de una visión de futuro y artífice de una  estrategia que habría de llevar al derrocamiento de la tiranía. En las bases juveniles del Partido Ortodoxo encontraría el fermento vivo de las esperanzas resguardadas. La agrupación política fundada por Chibás ofreció el ámbito que acogió a una generación deseosa de proseguir la lucha por edificar la patria soñada.  De esa célula originaria surgieron los asaltantes al cuartel Moncada. De ese germen, nació el Movimiento 26 de Julio.

Hijo de extranjeros, con formación  cosmopolita y residente durante largo tiempo en otros países, mi padre se interrogaba acerca de las razones de su arraigo profundo y de su intenso amor por el sitio donde había nacido. Encontró respuestas en su vínculo con una historia y un pueblo, forjados en la lucha contra la adversidad, asidos siempre a la voluntad de construir una nación soberana. La prolongada guerra por la independencia había topado con la intervención norteamericana. Las fuerzas se reagrupaban y el enfrentamiento al machadato sobrepasaba, en su esencia más profunda, el derrocamiento de la dictadura. En la batalla habían caído líderes de excepcional mención. Llegaron nuevas desilusiones. Pero, en cada caso, se abrieron espacios políticos para refundar la cohesión y la esperanza.

La historia es maestra de la vida, pero sus vertientes son tan ricas como la realidad en que se afinca. Por eso, su estudio adopta múltiples perspectivas: la política, la social, la económica, la cultural. A esta última corresponde catar lo escurridizo, aparentemente inapresable, la memoria de una subjetividad en la que anidan valores y reservas morales. Captar esas esencias constituye un factor decisivo en la práctica del arte de la política. La figura de Eduardo Chibás merece el análisis objetivo que corresponde a los historiadores.

Yo no olvido su voz en mi barrio de San Juan de Dios, la vigilia popular junto a la clínica donde agonizaba y el entierro multitudinario que acompañó sus restos desde la Universidad hasta el cementerio de Colón. A la vera de su tumba se encontraron Abel y Fidel. Consciente de las limitaciones que condujeron a la disolución del Partido del Pueblo Cubano, Fidel encontró en sus bases el apoyo necesario para llevar adelante su estrategia de transformación revolucionaria.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2017-08-20/eddy-chibas-20-08-2017-21-08-01

Imagen: https://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Chib%C3%A1s

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La regla de las dos horas de los genios: el truco que aplicaban Einstein y Nietzsche

Por: Hector G. Barnés

La historia de cómo descubrió Isaac Newton la teoría de la gravedad es bien conocida: el físico se encontraba descansando al aire libre, en su casa de campo cuando vio caer una manzana. No, no aterrizó en su cabeza, como aseguran las versiones apócrifas de la historia. Así pues, no fue la casualidad la que condujo al inglés a uno de los hallazgos más importantes de la historia del hombre, sino la contemplación. De no haber estado ocioso una tarde del verano de 1665, y por ejemplo, se hubiese encontrado en su laboratorio, afanado en su trabajo, quizá no se habría preguntado por qué la fruta caía siempre de la misma manera.

No ha sido el único que ha cambiado la historia sin pretenderlo. Algo semejante ocurrió con Arquímedes cuando, en el siglo tres ante de Cristo, descubrió al meterse en la bañera el célebre principio que hoy lleva su nombre. En una entrada publicada en ‘Medium’, Zat Rana aporta otros ejemplos: Albert Einstein, que arrastraba una merecida fama de soñador, o el filósofo Friedrich Nietzsche, que acostumbraba a caminar varias horas todos los días porque consideraba que los mejores pensamientos eran los paseados; algo que también hacía Kant. O Darwin, que tenía su “camino de pensar”.

Cuando estamos estresados y vamos con el piloto automático, nuestro cerebro se bloquea ante las nuevas ideas

¿Necesitan más nombres? Bob Dylan aseguraba que si más gente viajase en autobús, y pudiese observar el paisaje a través de la ventanilla, habría más compositores. En otro sentido, Edward Munch ‘vio’ ‘El grito’ mientras caminaba por un sendero y contempló cómo “el cielo se tiñó de rojo sangre”. Está claro que el paseo y el ocio contribuyen a la inspiración y, sin embargo, son dos valores a la baja en una sociedad obsesionada por la productividad, la continua medición de todos los aspectos de nuestra vida y el orden. Sin embargo, esto nos puede hacer estar perdiendo muchas cosas.

No hay como dejar nuestra mente vagar para abandonar los caminos trillados y realizar “conexiones no lineales”, como si fuésemos surrealistas. Pensemos en nuestra propia experiencia. Cuando estamos estresados y vamos con el piloto automático puesto, somos capaces de hacer todo aquello que hemos repetido cientos de veces (levantarnos, vestirnos, lavarnos los dientes, desayunar) pero nuestro cerebro parece bloqueado a las nuevas ideas. Como explica en el artículo la profesora Fiona Kerr de la Universidad de Alemania, “soñar despierto es mucho más productivo a la hora de lidiar con problemas complejos o descubrir soluciones creativas y nuevas ideas”.

La rutina de los 120 minutos

Es fácil de decir y entender, pero difícil de aplicar. No podemos detenernos en mitad de nuestra jornada laboral y decirle a nuestro jefe que vamos a parar para pensar –aunque debería facilitárnoslo si nuestro trabajo es creativo–, así que debemos buscar otra estrategia. Para ello, Rana propone la “regla de las dos horas”, que a él le funciona. ¿En qué consiste? Básicamente, en dejar su mente vagar durante un período de 120 minutos todos los jueves.

No importa lo liados que estemos, la mayoría malgastamos mucho tiempo en asuntos triviales que no aportan nada a nuestra vida

Es necesario eliminar todas las distracciones, sobre todo, apagar el teléfono móvil, y tener solo a mano una libreta y un bolígrafo. Aunque puede parecer mucho tiempo, el periodista recuerda que no todo será productivo (¡faltaría más!) y que es posible que tengamos la sensación de que la mayor parte lo hemos malgastado. No pasa nada: es una condición necesaria para que las buenas ideas que de otra forma no se nos habrían ocurrido, comiencen a brotar.

“Puedo decir con toda sinceridad que es la actividad más rentable de mi vida”, explica en la entrada. “Me ayuda a equilibrar el corto plazo con el largo. Identifico los problemas antes de que lo sean, y me he topado con ideas o formas de optimización que no se me habrían ocurrido de otra manera”. Ello lo consigue a partir de un cuestionario con varias preguntas, entre las que se encuentran “¿me gusta lo que hago o simplemente sigo adelante?”, “¿qué oportunidades podría aprovechar y no lo estoy haciendo?” o “¿qué tiene más probabilidades de ir mal en los siguientes seis meses de mi vida?”

'Paseaba por un sendero con dos amigos, el sol se puso y de repente el cielo se tiñó de rojo sangre'. ('El grito', Edvard Munch)
‘Paseaba por un sendero con dos amigos, el sol se puso y de repente el cielo se tiñó de rojo sangre’. (‘El grito’, Edvard Munch)

Lo importante no son tanto estas cuestiones como lo que ocurre una vez hemos reflexionado sobre ello y nuestra mente empieza a ver las cosas con perspectiva: es entonces cuando empieza a vagar y las buenas ideas (las que marcan la diferencia, la que nos guían en nuestro día a día) comienzan a surgir. “No importa lo liados que estemos, la mayoría de nosotros malgastamos mucho tiempo en cosas triviales que no aportan nada a nuestra vidas”, concluye el autor. “Si una persona media gasta dos horas al día en redes sociales, unas pocas a la semana para organizar tu vida no es pedir demasiado. Es un precio muy pequeño para una recompensa tan grande

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-08-21/regla-dos-horas-einstein-darwin-nietzsche_1429982/

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El terrorismo de los estados guardián

Por: Lidia Falcón

En Barcelona, la patria de todos y todas, lloramos doblemente el dolor de las pérdidas, de los heridos, de los tristes y desconcertados turistas y ciudadanos.

Porque en Barcelona en 2003 se celebró la más grande manifestación contra la guerra de Irak de toda Europa. Salimos a las siete de la tarde y regresamos a la una de la madrugada, cuando se leía por enésima vez el manifiesto y los helicópteros seguían volando encima de las multitudes que abarrotaban las calles, las avenidas, las plazas, desde hacía seis horas, y que no querían regresar a su casa sin haber dejado constancia de que Cataluña se oponía rotundamente a que ninguna guerra asolara el mundo.

Ya sabemos que no nos hicieron caso. Ya sabemos que a la destrucción de Afganistán –el país mártir- comenzada en 1978, cuando su gobierno se atrevió a declararse socialista con el apoyo de la URSS y la CIA armó y entrenó a los talibanes para destruirlo, siguió la de Irak, de Libia, y de Siria, objetivo ansiado desde decenios atrás por EEUU. Se olvida pronto que Reagan lo calificó de Eje del Mal.

“¿Qué es lo más importante para la historia del mundo?  ¿El Talibán o el colapso del imperio soviético?” Es la respuesta de quien fue el asesor de seguridad del presidente Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, a la pregunta de la revista francesa Le Nouvel Observateur (del 21 de enero de 1998) sobre las atrocidades que cometen los yihadistas de Al Qaeda, escribe en Público la periodista y politóloga Nazanin Armanian, desvelando una vez más el origen del terrorismo que ahora nos estremece. La financiación y organización de los talibanes por la CIA, con la colaboración de Arabia Saudí y Qatar,  para librar la guerra contra la URSS.

De aquellas inmensas y exitosas manifestaciones contra la guerra de Irak y antes contra la OTAN, no queda apenas recuerdo en la población española. Cuarenta, treinta años más tarde, una generación ha desaparecido, otras son ancianas, las jóvenes ignoran todo de la historia anterior. Pero como dice el conocido adagio, quien olvida su historia está condenado a repetirla y por tanto los horrores que estamos viviendo estos días, y que comenzaron en 2004 con el atentado de los trenes de Madrid, son la consecuencia lógica de cómo las potencias democráticas” se organizaron para acabar con el imperio soviético y los países de sus áreas de influencia. Porque la creación del terrorismo islámico fue obra de las democracias occidentales.

Esas potencias, comenzando por EEUU, con la inestimable cooperación del Reino Unido, Francia, Alemania y hasta España, sumada a la coalición para que constara que como en tiempos de Franco seguíamos siendo el “centinela de Occidente” –se ha olvidado que la primera guerra del Golfo la aprobó entusiasmado Felipe González, declararon la guerra a Irak.  Esa guerra se libró del 2 de agosto de 1990 al 28 de febrero de 1991 por una fuerza de coalición autorizada por las Naciones Unidas, compuesta por 34 países y liderada por Estados Unidos, contra la República de Irak, en respuesta a la invasión y anexión iraquí del Estado de Kuwait. De aquella guerra Irak, un país próspero y el de mayor tolerancia religiosa e igualdad entre hombres y mujeres de la región, salió destrozado. Era el prólogo para lo que sería su destrucción en 2003. Y después la invasión de los demás países de la zona que han acabado en ruinas.

Ciertamente a las poblaciones europeas, blancas y bien alimentadas, no estremecen los atentados que todos los días cometen los diversas facciones fanáticas del ISI, el Daesh, o como se quieran llamar, en Afganistán, Irak, Siria, Sudán, Yemen, donde en un solo día se amontan cientos de cadáveres, y cuyos Estados fallidos no podrán garantizar en decenas de años la construcción de una sociedad mínimamente organizada y civilizada..

Las poblaciones europeas, blancas y bien alimentadas, se horrorizan solamente cuando los muertos son suyos: es decir, o ciudadanos o turistas que vienen a gastar su dinero en nuestros territorios. Fuera de ellos solo existen las tinieblas exteriores. Y se escandalizan de que semejantes fanáticos se atrevan, cuchillo o furgoneta en mano, a atacar a los pacíficos y democráticos  ciudadanos europeos, que no nos metemos con nadie.

Una madrileña me decía esta mañana, cuando se difundió la noticia de un atropello en Marsella -que inmediatamente se atribuyó al terrorismo para alimentar el pánico en que viviremos a partir de ahora- que ella los mataría a todos. Cuando le repliqué que los culpables eran los que organizaban las guerras en esos países, se quedó tan desconcertada que no supo que contestar. En su vida, ya no corta, había oído que hubiese guerra en el Oriente Medio y aún menos que semejante tragedia nos concerniera.

Precisamente por eso, precisamente porque a las poblaciones europeas, blancas y bien acomodadas, no les importa nada que medio planeta se encuentre asolado por las contiendas y las hambrunas que organizan sus democráticos gobiernos, los vengadores de esas tragedias se lanzan a acuchillar a los pacíficos paseantes de las Ramblas de Barcelona, o de Niza, o de Bruselas o de Londres.

Resulta ridículo, si no fuera miserable, que los comentaristas que todos los días opinan en los medios de comunicación españoles nunca se refieran a la situación de guerra continuada que mantienen las potencias occidentales en el Medio Oriente. Solamente hablan de la radicalización de los musulmanes terroristas en los pacíficos países que los han acogido. Desde los tertulianos y periodistas que criminalizan a todos los que practican la religión islámica, pidiendo una nueva Reconquista, hasta los que, más comprensivos, se preguntan ingenuamente qué ha llevado a esos muchachos, nacidos o educados en España, a comprar explosivos para hacerlos estallar contra sus conciudadanos o a conducir coches y esgrimir cuchillos asesinos.

Ninguno de los opinadores se ha atrevido a recordar que Arabia Saudí es la principal fuente de financiación de las células islámicas terroristas al que España le vende toda clase de armamento, y que los reyes de nuestra Casa Real se abrazan ritualmente al tirano de Salman bin Abdelaziz, que hoy gobierna su país como en la época de los patriarcas del desierto. Supongo que para negociar  mejor las comisiones que reciben.

Ninguno de los opinadores, y mucho menos nadie del gobierno catalán, ha expresado algún malestar porque esa satrapía medieval de Qatar, igualmente soporte del terrorismo islámico, financie el Club de Fútbol Barcelona, el mítico Barça, aquel al que el indiscutible referente de la izquierda, Manuel Vázquez Montalbán, llamaba “más que un club”. Y ciertamente lo es, sobre todo un negocio. Un negocio que no tiene ningún escrúpulo en hacer que sus jugadores exhiban en el mundo entero la camiseta con el nombre de Qatar.

Ninguno menciona aún el drama palestino, que es el origen de la hegemonía israelí y la decadencia del mundo musulmán. Porque el alimento ideológico que los medios de comunicación nos suministran diariamente consiste en reducir el fenómeno terrorista a las proclamas de unos cuantos imanes fanáticos que han infectado a otros cuantos jóvenes desquiciados.

Este mensaje, mil veces repetido, es eficaz para tener aterrorizados a los buenos europeos, inocentes, que incluso, con toda ingenuidad, han dado asilo a los islámicos criminales. Se trata de convencer a la ciudadanía de que es preciso aumentar los recursos para la seguridad: presupuesto del Ejército, contribución a la OTAN, incremento del número de policías, compra de armamento; que asuma la reducción de los presupuestos sociales a favor de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que nos defienden del terrorismo; que olvidemos la tragedia del Medio Oriente y no nos planteemos nuevamente las olvidadas luchas por la Paz. Y que se recrudezca la represión policial y política sin protesta alguna.

Ni una sola voz se ha alzado contra la actuación de los policías que tiran a matar cuando creen localizado un terrorista. Por el contrario, hoy se menudean las fotos de mujeres –sobre todo mujeres- abrazando a los Mossos después de que abatieran a los perseguidos de Cambrils. Siempre es mejor que el sospechoso se calle para que no pueda contar lo que a los servicios de inteligencia no interesa. Sobre todo dada la inoperancia que han demostrado en la vigilancia de los que estaban organizando los atentados.

Porque ya se sabe que a los terroristas hay que matarlos por las calles, aún antes de haberlos condenado.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/08/22/el-terrorismo-de-los-estados-guardian/

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Esclavitud: mercantilización de la humanidad

Por: Telesur

Este 23 de agosto se conmemora el Día Internacional del Recuerdo del Comercio de Esclavos y de su Abolición, como homenaje de las víctimas de la esclavitud.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) conmemora este miércoles el Día Internacional del Recuerdo del Comercio de Esclavos y de su Abolición, una fecha para reflexionar sobre la tragedia que vivió la población afrodescendiente entre los siglos XVI y XIX.

Se escogió el 23 de agosto, por la sublevación ocurrida este día, pero en el año de 1791, en Santo Domingo (donde hoy es Haití y República Dominicana), que marcaría el inicio de la abolición del comercio transatlántico de esclavos.

 Desde los años 90, la Unesco a través de la circular CL/3494, invita a los países a no dejar pasar inadvertida esta fecha (23 de agosto), con la intención de jamás olvidar las vejaciones, humillaciones, maltratos y hasta asesinatos contra las personas de color, durante la mercantilización de su humanidad en África, Europa, América y el Caribe.

Es así como todos los ministerios de Cultura de las naciones afiliadas a esta organización aprovechan esta fecha para celebrar actividades culturales, recreativas y didácticas que reiteren en la memoria de los pueblos los estragos que vivieron los esclavos.

Las primeras conmemoraciones del Día Internacional del Recuerdo del Comercio de Esclavos y de su Abolición fue el 23 de agosto de 1998 en Haití. Luego en 1999 en Gorée, Senegal.


Estatua de la abolición de la esclavitud en Goree, Senegal. |  EFE

Los esclavos vivían bajo un racismo y barbarie desmedida

 El tráfico de personas afrodescendientes fue a través del Océano Atlántico entre los siglos XVI y XIX. La mayoría eran de las zonas centrales y occidentales del continente africano, vendidos a compradores europeos para ser colonizados en el Norte y Suramérica.
Estos fueron esclavizados, obligados a plantar café, coco y algodón. También debían adentrarse en las peligrosas minas de oro y carbón, así como trabajar día y noche en los campos de arroz, en la construcción, madera, elaboración de barcos y en los hogares como sirvientes, donde también «servían» para satisfacer los caprichos y aberraciones sexuales de sus “amos”.
Al menos cuatro millones de personas fueron exportadas por medio del Sahara, del Mar Rojo, desde los puertos del océano Índico durante diez siglos de esclavitud en beneficio del mundo musulmán. Otros nueve millones eran llevados en las rutas de trans-sahariana, y otros 20 millones por el Atlántico.

El comercio de esclavos es denominado “Maafa” por académicos africanos y afroamericanos, para describir el término holocausto o gran desastre que padecieron.


Fuente: Terraoko

En 1873, el comercio de esclavos fue prohibido en el Archipiélago de Zanzíbar, uno de los más grandes centros de comercio de esclavos, aunque las negociaciones siguieron de manera inadvertida hasta 1911. Tiempo después comenzó la construcción de la Catedral Anglicana, en la que se puede ver un monumento en memoria de todas las víctimas de la esclavitud. El cuadrado hueco de piedra muestra a cuatro figuras de esclavos encadenados. Sus manos están abajo por el peso de las cadenas.

La esclavitud actual

En la actualidad, casi 49 millones de hombres, mujeres y niños viven en situación de esclavitud, según un informe de 2016 del Índice Global de la Esclavitud, que cuantifica el número de personas que viven bajo condición de “esclavitud moderna” en más de 167 países, incluyendo toda Europa.

Los casi 49 millones son hombres, mujeres y niños esclavizados para el tráfico de personas, trabajo forzado, la servidumbre, el matrimonio forzado o servil, o la explotación comercial sexual.

Para obtener estas cifras, el Índice Global de la Esclavitud realizó 42.000 entrevistas, en 53 idiomas y en 25 países. Estas encuestas representativas abarcan a un 44 por ciento de la población mundial.

India tiene más esclavos que ningún otro país, con cantidad estimada de 18,3 millones. Mientras que en Corea del Norte se estima que 4,37 por ciento de la población vive esclavizada, le sigue Uzbekistán con 3,97 por ciento y Camboya con 1,65 por ciento.

Actualmente, numerosas convenciones internacionales declaran la esclavitud y el tráfico de personas como un “crimen contra la humanidad”, castigado a través del marco jurídico internacional.

En 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero. Ha sido traducida en más de 500 idiomas.

Los derechos humanos son las libertades que gozan las personas por el simple hecho de ser seres humanos, independientemente de su color, raza, sexo, posición económica o u otra característica.

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