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Trump y la derrota educativa

Por: Pedro Flores Crespo

A Indra y Alessandro, porque construyan lugares sin trumpismo.

Lo que no deseábamos ocurrió: Donald J. Trump fue elegido por el pueblo estadunidense como su próximo presidente. Ricas y diversas lecturas políticas, sociales y culturales empezaron ya a circular de esto que juzgo como un profundo retroceso para la humanidad. ¿Es exagerado verlo así? No creo. Aquí explicaré por qué, pese a que para el gobierno mexicano, en voz de la canciller, Claudia Ruiz Massieu, el triunfo de Trump representa “una oportunidad” para el país (Entrevista en Expansión, 13.11.16). Ojalá pronto los priistas dejen de hacer FODAS, leer literatura empresarial barata y enfrenten la realidad.

Al ver ganar a Trump uno se pregunta: ¿cómo puede ser posible que un país que ha hecho grandes aportaciones científicas y tecnológicas al mundo haya elegido a un “psicópata” (Krauze)? ¿Cómo explicar que en una de las democracias más consolidadas del orbe se imponga un personaje “grosero, arrogante y violento” (Berman)? Ante el triunfo del demagogo, ¿qué vigencia deberá adquirir el clásico, Democracia y Educación (1916) del gran pedagogo John Dewey? ¿Qué lecciones educativas recogemos de este grave acontecimiento?

El triunfo de Trump es una muestra más de la necesidad de promover y defender las finalidades amplias de la educación. Esto es necesario porque no son pocos los gobiernos, comentócratas, empresarios, especialistas y padres de familia que guiados por los ideólogos del capital humano, le asignan una función única (y estrecha) a la educación: aquella de ser “exitoso” por la vía de la acumulación de la riqueza material.

Sentirse auto suficiente gracias al “talento” hace pensar a algunos personajes tan despreciable como Trump que ser “rico” lo convierte automáticamente a uno en una “estrella” con el derecho de manosear a cualquier mujer. Este será, tristemente, el “modelo de éxito” que dirigirá a la nación más poderosa del mundo. Dígame usted si no estamos ante un grave retroceso en términos humanos. El racista y acosador será encumbrado.

Hacer que la educación responda solo a los requerimientos del empresariado, la industria o la economía nos ha dejado varias taras. La primera ha sido estar tuertos y por consiguiente, no hemos podido ver la capacidad que puede tener el conocimiento para mantener viva nuestra democracia, como bien observa Martha Nussbaum. En aras de darle “relevancia” a la educación superior, no pocas universidades han modificado sus planes de estudio para que respondan primordialmente a las necesidades del mercado laboral porque se asume que institución académica que no “coloca” a sus egresados en puestos para los que estudiaron es un fracaso, una “fábrica de desempleados”.

Pero aún más grave de esta imagen fabril —que es errónea— , está el riesgo de convertirnos en una nación de descerebrados. Estudiar en la universidad puede también contribuir a formar ciudadanos. ¿Y esto qué significa? Según Nussbaum, un ciudadano es aquel que sabe pensar por sí mismo y no repetir como perico lo que dicen los demás; aprender, por medio del razonamiento, a criticar la tradición y a la autoridad y yo agregaría, a no dar nada por sentado. Todo por tanto es cuestionable.

Ser ciudadano implica también, y de acuerdo con la filósofa de la Universidad de Chicago, aprender a ser compasivos con los logros y sufrimientos de las personas por medio de la imaginación que nos ofrecen las artes, la literatura y las humanidades. No podemos relacionarnos socialmente bien, dice Nussbaum, con puro conocimiento técnico. La inteligencia académica es por tanto limitada.

Aunque fue mayor el porcentaje de graduados universitarios que rechazó la opción política que representaba Trump (52%), es importante preguntarse: ¿qué pasó por la cabeza —y por el corazón— del 43 por ciento restante para apoyarlo? Seguramente no la intención de criticar la tradición. Recordemos que el lema de campaña del republicano fue “hagamos grande a América de nuevo”. Tampoco creo que Trump y sus seguidores tuvieran mucha compasión por los conciudadanos mexicanos que migraron al norte en busca de mejores oportunidades. ¿En qué tipo de razonamiento se asienta el presidente electo de los Estados Unidos para afirmar que los mexicanos que emigran ilegalmente son todos criminales y violadores? Con Trump, el prejuicio, odio y exacerbado nacionalismo fueron expresados abiertamente y no solo ello, se convirtieron en parte de una opción política-electoral y lo peor: su representante fue electo. Parece que estamos entonces frente a una clara derrota de la educación para la democracia.
Y si esto ocurrió en Estados Unidos que mantiene a algunas de las mejores y más elitistas universidades del mundo y en donde viven grandes intelectuales y humanistas, ¿qué nos espera en México en 2018? ¿La corrupción e irresponsabilidad ya completamente normalizadas con un nuevo gobierno del PRI? ¿Más muertes e impunidad transexenal con Acción Nacional o el regreso al pasado con otro demagogo como Andrés Manuel López Obrador?

Ojalá cuaje una candidatura independiente y ciudadana para 2018 cuyo plan de gobierno refleje una comprensión profunda de la crisis por la que atravesamos, escuche el disenso, responda a las múltiples razones del descontento y sea audaz para defender la idea de que una educación de calidad no solo es aquella que forma trabajadores diestros, sino también ciudadanos dispuestos —por su conocimiento y humanidad — a fortalecer y mantener viva nuestra democracia. El riesgo es muy grande.

Fuente: http://campusmilenio.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=5202:trump-y-la-derrota-educativa&Itemid=152

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América Latina y el Caribe. Hace falta una contraofensiva unionista e independentista

Por: Fernando Bossi

Hace ya más de tres décadas, uno de los más importantes intelectuales de Nuestra América, el uruguayo Vivian Trías, reflexionaba: «La integración del continente austral es, hoy por hoy, una necesidad histórica… el tiempo de la balcanización ha arribado a su ocaso. La integración se producirá de cualquier manera; puede concretarse para afianzar el subdesarrollo y la dependencia colonial, o puede realizarse para superar el atraso y liberarse de la opresión imperialista». Y agregaba: «la integración, en sí misma, no es nada más que un instrumento, una herramienta, un medio. Así como un bisturí puede segar o salvar la vida de un hombre, aquella puede remachar las cadenas de los pueblos o romperlas».

El comienzo del siglo XXI fue el intento más firme y decidido en esa dirección integracionista, después de la gesta independentista y unionista encabezada por Simón Bolívar en el Siglo XIX. Liderado por el Comandante Chávez, el proceso que desembocó en el ALBA, Petrocaribe, Unasur y la Celac conmovió la geopolítica regional y mundial.  Esta gesta emancipadora abrió paso a repensar nuestra posibilidad de unidad e independencia de la Patria Grande, dando demostraciones claras que es transitando ese camino  donde nos encontramos fortalecidos todos y cada uno de los países de nuestra región. Esa década de avances sostenidos, tras derrotar el intento integracionista dependiente del ALCA, parece hoy detenido, cuando no en retroceso.

La contraofensiva imperialista, desplegada a través de los “alquitas” logrados con diferentes países con gobiernos sumisos, hoy comienza a expandirse por medio de la Alianza del Pacífico, nuevo ALCA que implica la integración para remachar cadenas, como señalaba Vivian Trías. Tras la caída de los gobiernos populares y nacionalistas de Argentina y Brasil, reemplazados por gobiernos títeres de los Estados Unidos, el empuje unionista se ha debilitado significativamente. Eso hay que reconocerlo y reconocerlo como un duro golpe para toda la región.

“En la demora está el peligro”, afirmaba el patriota unionista Eloy Alfaro desde el Ecuador ya hace cien años. Y nada más cierto que esa sentencia. Tal vez, en el momento de mayor avance del proceso motorizado por Chávez, nos demoramos en la implementación de una serie de medidas que se acordaron pero que las burocracias locales impidieron su implementación. Un caso fue el Banco del Sur, por ejemplo. Pero la lista es larga: el Sucre como moneda regional, Unialba (la Universidad del Alba), la aerolínea suramericana, la empresa energética y petrolera común, las empresas Grannacionales del hierro, el aluminio, la alimentación, el Gasoducto del Sur, etcétera, etcétera.

Avanzamos rápidamente en políticas sociales con esfuerzo mancomunado, y nos fue bien. Testimonio de esto fue la erradicación del analfabetismo en varios países hermanos, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua… En salud también dimos importantes pasos. En la defensa de la democracia también, ya que pudimos detener diferentes intentos de golpes de estado en Bolivia y Ecuador, aunque no fue así posible en Paraguay y Honduras.

Hoy los logros alcanzados en ese proceso unionista e independentista están en peligro. Con la alineación de Argentina y Brasil al carro imperialista la Celac se desdibuja, y Unasur transitará un camino diferente al planteado en su hora fundacional. El fantasma de la integración para la dependencia, la integración para el sometimiento imperialista esta en curso. ¿Cómo detener entonces esta ofensiva? En principio fortaleciendo los espacios aún no afectados, por ejemplo el ALBA y Petrocaribe, evitando “la demora”, traspasando con audacia los límites impuestos por las burocracias estatales y la mentalidad de patrias chicas que aún son fuertes en cada uno de nuestros países.

Hay también un elemento que merece ser analizado y es el de involucramiento directo de los pueblos organizados al proceso unionista e independentista. Este factor, el de los pueblos, ha sido mil veces discurseado en cumbres, reuniones y foros, pero nunca implementado con decisión y entusiasmo. Se abrieron espacios deliberativos, de discusión y debate, pero nunca se habilitó a los movimientos políticos y sociales a participar directamente en la implementación de las medidas acordadas en los mayores niveles de decisión. El Consejo de Movimientos Sociales del Alba es un ejemplo, nunca terminó de conformarse.

¿Es posible, atendiendo la actual correlación de fuerzas, dar un reimpulso al ALBA y Petrocaribe? Más que posible es necesario, es vital si no queremos ser arrasados por el aluvión imperialista. No es hora de desensillar hasta que descampe, sino que estamos en medio del río y hay que seguir avanzando para que no nos lleve la corriente. El ALBA debe reformularse con mucha audacia y reflexionando sobre los aciertos y errores cometidos. Es imperioso realizar una nueva y extraordinaria Cumbre del Alba a principios del año que se avecina.

Hay dos proyectos de integración en curso, el imperialista, que nos integrará como países sometidos al modelo neoliberal impuesto desde los Estados Unidos y el unionista, que nos fortalecerá en el camino de la lucha por la liberación y la Patria Grande. Ante las dificultades que hemos tenido en los últimos años, la carta que tenemos para jugar es, indefectiblemente, el involucramiento de las organizaciones populares de masas, representativas, de los trabajadores y campesinos, de mujeres y estudiantes, de técnicos y científicos, de pequeños y medianos empresarios, de militares y profesionales… Hay que revitalizar el ALBA y reformular Petrocaribe, sin perder protagonismo en Unasur ni en la Celac, como tampoco en el Mercosur, pero fundamentalmente acumular fuerza en las dos primeras espacios integracionistas, ya que a éstos son controlamos  absolutamente por los gobiernos consecuentemente antiimperialistas, unionistas e independentistas.

“Vacilar es perderse”, decía Simón Bolívar.

Fuente: http://www.aporrea.org/tiburon/a236833.html

Imagen: http://www.ehowenespanol.com/ventajas-desventajas-integracion-regional-info_47941/

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La verdad sobre las grietas y goteras de la Ciudad Universitaria

Por: Ignacio Mantilla

No pretendo desconocer que más de una docena de las edificaciones del campus de Bogotá requieren una intervención prioritaria, principalmente en sus cubiertas. Tampoco ha sido propósito de la dirección de la Universidad ocultar esta situación. En efecto, yo mismo cuando asumí la rectoría evidencié estos problemas provocados por décadas de baja inversión en la infraestructura de la Universidad. Una de las primeras tareas fue la de realizar un diagnóstico detallado de las edificaciones de la Universidad. El informe del estado de algunos edificios se plasmó en un folleto con más de 150 imágenes que presentaban el deterioro alarmante en Bogotá.

Por entonces convoqué a los exrectores de la Institución para presentarles con detalle el diagnóstico y buscar junto a ellos caminos de solución efectivos, pues sabía que esta situación había sido enfrentada de distintas maneras por cada uno de ellos. El grupo de exrectores redactó y firmó una carta enviada al Presidente Santos el 16 de agosto de 2012. En ella se exponía la preocupante situación del campus de Bogotá y de la insuficiente financiación de la Institución que le impide destinar los recursos necesarios a la infraestructura.

Ante el fracaso de la iniciativa me preocupé por gestionar los recursos para superar el más grave y urgente problema de ese momento: la ausencia de un hospital universitario para consolidar una adecuada formación en las distintas carreras del área de la salud. Este problema se agudizó desde el cierre del Hospital San Juan de Dios y había provocado ya un paro de estudiantes de medicina. Por supuesto, también gestioné recursos necesarios para el mantenimiento, actualización y modernización de la infraestructura. Así fue como durante un año trabajamos por la aprobación de la ley 1697 de 2013, ley de Estampilla pro Universidad Nacional. Este proyecto que tuvo el apoyo unánime del Congreso de la República y del Gobierno Nacional nos ha permitido disponer de nuevos recursos que se han destinado con exclusividad a la infraestructura de la Universidad. Gracias a ellos, hoy contamos con el nuevo Hospital Universitario Nacional en plena actividad, equipado con la más alta tecnología para la atención adecuada de los pacientes y la formación de calidad de nuestros estudiantes.

Adicionalmente, con los recursos de la Estampilla, algunas donaciones y la priorización de los recursos del presupuesto de la Universidad hemos llevado a cabo en la Ciudad Universitaria, entre otras obras, la intervención en un alto porcentaje de las cubiertas de edificios, áreas públicas y vías peatonales, la modernización del edificio insigne de la Facultad de Ingeniería y la construcción de dos nuevos edificios: el de la Facultad de Enfermería y el del Archivo Histórico. Durante los últimos cuatro años hemos realizado en el campus de Bogotá el reforzamiento estructural completo a 11 edificaciones que representan cerca de 50 mil metros cuadrados de construcción.

Sin embargo, es evidente que falta mucho por intervenir y por invertir, que el presupuesto no es suficiente y que las necesidades son urgentes. Hoy por hoy nos concentramos en el mantenimiento preventivo y correctivo de varias de las casi 40 edificaciones patrimoniales de la Ciudad Universitaria. Lamentablemente a veces la intervención urgente, por ejemplo de las cubiertas, enfrenta retrasos debidos a los trámites requeridos para obtener los permisos necesarios que establecen las normas de los entes de control. En ocasiones, ni siquiera con los recursos disponibles es posible llevar a cabo, a tiempo, las intervenciones necesarias.

Como lo informé en un reciente artículo, la Universidad Nacional cuenta en sus 8 sedes con más de 320 edificios dedicados a la docencia, la investigación y la extensión. Los problemas de infraestructura se han presentado especialmente en Bogotá y principalmente en algunos de los 102 edificios construidos antes de la expedición de las normas de sismo resistencia. Se ha llevado a cabo, como ya se dijo, el reforzamiento de una decena de edificios y hay 17 construidos en los últimos años que no requieren intervención. Actualmente, tenemos 15 edificios en observación, monitoreados permanentemente y 2 edificios que requieren una recuperación de emergencia.

Se ha priorizado la intervención de las cubiertas de otros 20 edificios. Esto tiene un costo de 17 mil millones de pesos; parte de estos recursos ya se han dispuesto, tomándolos de otros proyectos. El valor estimado para la intervención integral de todas las edificaciones de la Ciudad Universitaria que deben ser atendidas y actualizadas bajo las normas de sismo resistencia es de 750 mil millones de pesos. Si a esto se suman las nuevas obras proyectadas, la cifra requerida se acerca a los 900 mil millones de pesos.

El caso particular de la Facultad de Derecho está siendo atendido y revisado con urgencia. Sin embargo, la aparición de esta situación tiene que ver también con que en el pasado se llevaron a cabo intervenciones estructurales sin el debido estudio técnico que las soportara. El edificio de Derecho originalmente se construyó de dos pisos; hoy tiene tres.

La búsqueda de soluciones y la gestión permanente de recursos sigue siendo nuestra preocupación y prioridad. En este semestre estamos acudiendo a la contratación de nuevas cuadrillas y brigadas encargadas de atender los puntos vulnerables de la infraestructura. Hemos organizado el presupuesto y los proyectos de inversión de tal manera que se atiendan las necesidades de infraestructura de la Universidad para superar las urgencias y continuar con la modernización física de la Institución.

Ante este innegable esfuerzo de la administración de la Universidad, no entiendo que tenga mayor impacto en los medios, la aparición de una nueva gotera, que la apertura de un nuevo hospital o la inauguración de un nuevo edificio. En este sentido, insisto en que la Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, tiene 8 sedes y cuenta con edificaciones y campus que no tienen nada que envidiar a las más modernas y bellas instalaciones de universidades europeas o norteamericanas. Invito a los medios a que visiten todas nuestras sedes para que puedan entregar a la comunidad una imagen más real de la universidad de todos, la Universidad Nacional de Colombia.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/verdad-sobre-grietas-y-goteras-de-ciudad-universitaria

Foto de archivo

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Google lo sabe todo de ti

Por: Ignacio Ramonet

En nuestra vida cotidiana dejamos constantemente rastros que entregan nuestra identidad, dejan ver nuestras relaciones, reconstruyen nuestros desplazamientos, identifican nuestras ideas, desvelan nuestros gustos, nuestras elecciones y nuestras pasiones; incluso las más secretas. A lo largo del planeta, múltiples redes de control masivo no paran de vigilarnos. En todas partes, alguien nos observa a través de nuevas cerraduras digitales. El desarrollo del Internet de las cosas (Internet of Things) y la proliferación de objetos conectados (1) multiplican la cantidad de chivatos de todo tipo que nos cercan. En Estados Unidos, por ejemplo, la empresa de electrónica Vizio, instalada en Irvine (California), principal fabricante de televisores inteligentes conectados a Internet, ha revelado recientemente que sus televisores espiaban a los usuarios por medio de tecnologías incorporadas en el aparato.

Los televisores graban todo lo que los espectadores consumen en materia de programas audiovisuales, tanto programas de cadenas por cable como contenidos en DVD, paquetes de acceso a Internet o consolas de videojuegos… Por lo tanto, Vizio puede saberlo todo sobre las selecciones que sus clientes prefieren en materia de ocio audiovisual. Y, consecuentemente, puede vender esta información a empresas publicitarias que, gracias al análisis de los datos acopiados, conocerán con precisión los gustos de los usuarios y estarán en mejor situación para tenerlos en el punto de mira (2).

Esta no es, en sí misma, una estrategia diferente de la que, por ejemplo, Facebook y Google utilizan habitualmente para conocer a los internautas y ofrecerles publicidad adaptada a sus supuestos gustos. Recordemos que, en la novela de Orwell 1984, los televisores –obligatorios en cada domicilio–, “ven” a través de la pantalla lo que hace la gente (“¡Ahora podemos veros!”). Y la pregunta que plantea hoy la existencia de aparatos tipo Vizio es saber si estamos dispuestos a aceptar que nuestro televisor nos espíe.

A juzgar por la denuncia interpuesta, en agosto de 2015, por el diputado californiano Mike Gatto contra la empresa surcoreana Samsung, parece que no. La empresa fue acusada de equipar sus nuevos televisores también con un micrófono oculto capaz de grabar las conversaciones de los telespectadores, sin que éstos lo supieran, y de transmitirlas a terceros (3)… Mike Gatto, que preside la Comisión de protección del consumidor y de la vida privada en el Congreso de California, presentó incluso una propuesta de ley para prohibir que los televisores pudieran espiar a la gente.

Por el contrario, Jim Dempsey, director del centro Derecho y Tecnologías, de la Universidad de California, en Berkeley, piensa que los televisores-chivatos van a proliferar: “La tecnología permitirá analizar los comportamientos de la gente. Y esto no sólo interesará a los anunciantes. También podría permitir la realización de evaluaciones psicológicas o culturales, que, por ejemplo, interesarán también a las compañías de seguros”. Sobre todo teniendo en cuenta que las empresas de recursos humanos y de trabajo temporal ya utilizan sistemas de análisis de voz para establecer un diagnóstico psicológico inmediato de las personas que les llaman por teléfono en busca de empleo…

Repartidos un poco por todas partes, los detectores de nuestros actos y gestos abundan a nuestro alrededor, incluso, como acabamos de ver, en nuestro televisor: sensores que registran la velocidad de nuestros desplazamientos o de nuestros itinerarios; tecnologías de reconocimiento facial que memorizan la impronta de nuestro rostro y crean, sin que lo sepamos, bases de datos biométricos de cada uno de nosotros… Por no hablar de los nuevos chips de identificación por radiofrecuencia (RFID) (4), que descubren automáticamente nuestro perfil de consumidor, como hacen ya las “tarjetas de fidelidad” que generosamente ofrece la mayoría de los grandes supermercados (Carrefour, Alcampo, Eroski) y las grandes marcas (FNAC, el Corte Inglés).

Ya no estamos solos frente a la pantalla de nuestro ordenador. ¿Quién ignora a estas alturas que son examinados y filtrados los mensajes electrónicos, las consultas en la Red, los intercambios en las redes sociales? Cada clic, cada uso del teléfono, cada utilización de la tarjeta de crédito y cada navegación en Internet suministra excelentes informaciones sobre cada uno de nosotros, que se apresura a analizar un imperio en la sombra al servicio de corporaciones comerciales, de empresas publicitarias, de entidades financieras, de partidos políticos o de autoridades gubernamentales.

El necesario equilibrio entre libertad y seguridad corre, por tanto, el peligro de romperse. En la película de Michael Radford, 1984, basada en la novela de George Orwell, el presidente supremo, llamado Big Brother, define así su doctrina: “La guerra no tiene por objetivo ser ganada, su objetivo es continuar”; y: “La guerra la hacen los dirigentes contra sus propios ciudadanos, y tiene por objeto mantener intacta la estructura misma de la sociedad” (5). Dos principios que, extrañamente, están hoy a la orden del día en nuestras sociedades contemporáneas. Con el pretexto de tratar de proteger al conjunto de la sociedad, las autoridades ven en cada ciudadano a un potencial delincuente. La guerra permanente (y necesaria) contra el terrorismo les proporciona una coartada moral impecable y favorece la acumulación de un impresionante arsenal de leyes para proceder al control social integral.

Y más teniendo en cuenta que la crisis económica aviva el descontento social que, aquí o allí, podría adoptar la forma de motines ciudadanos, levantamientos campesinos o revueltas en los suburbios. Más sofisticadas que las porras y las mangueras de las fuerzas del orden, las nuevas armas de vigilancia permiten identificar mejor a los líderes y ponerlos fuera de juego anticipadamente.

“Habrá menos intimidad, menos respeto a la vida privada, pero más seguridad”, nos dicen las autoridades. En nombre de ese imperativo se instala así, a hurtadillas, un régimen de seguridad al que podemos calificar de “sociedad de control”. En la actualidad, el principio del “panóptico” se aplica a toda la sociedad. En su libro Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, el filósofo Michel Foucault explica cómo el “Panóptico” (“el ojo que todo lo ve”) (6) es un dispositivo arquitectónico que crea una “sensación de omnisciencia invisible” y que permite a los guardianes ver sin ser vistos dentro del recinto de una prisión. Los detenidos, expuestos permanentemente a la mirada oculta de los “vigilantes”, viven con el temor de ser pillados en falta. Lo cual les lleva a autodisciplinarse… De esto podemos deducir que el principio organizador de una sociedad disciplinaria es el siguiente: bajo la presión de una vigilancia ininterrumpida, la gente acaba por modificar su comportamiento. Como afirma Glenn Greenwald: “Las experiencias históricas demuestran que la simple existencia de un sistema de vigilancia a gran escala, sea cual sea la manera en que se utilice, es suficiente por sí misma para reprimir a los disidentes. Una sociedad consciente de estar permanentemente vigilada se vuelve enseguida dócil y timorata” (7).

Hoy en día, el sistema panóptico se ha reforzado con una particularidad nueva con relación a las anteriores sociedades de control que confinaban a las personas consideradas antisociales, marginales, rebeldes o enemigas en lugares de privación de libertad cerrados: prisiones, penales, reformatorios, manicomios, asilos, campos de concentración… Sin embargo, nuestras sociedades de control contemporáneas dejan en aparente libertad a los sospechosos (o sea, a todos los ciudadanos), aunque los mantienen bajo vigilancia electrónica permanente. La contención digital ha sucedido a la contención física.

A veces, esta vigilancia constante también se lleva a cabo con ayuda de chivatos tecnológicos que la gente adquiere libremente: ordenadores, teléfonos móviles, tabletas, abonos de transporte, tarjetas bancarias inteligentes, tarjetas comerciales de fidelidad, localizadores GPS, etc. Por ejemplo, el portal Yahoo!, que consultan regular y voluntariamente unos 800 millones de personas, captura una media de 2.500 rutinas al mes de cada uno de sus usuarios. En cuanto a Google, cuyo número de usuarios sobrepasa los mil millones, dispone de un impresionante número de sensores para espiar el comportamiento de cada usuario (8): el motor Google Search, por ejemplo, le permite saber dónde se encuentra el internauta, lo que busca y en qué momento. El navegador Google Chrome, un megachivato, envía directamente a Alphabet (la empresa matriz de Google) todo lo que hace el usuario en materia de navegación. Google Analytics elabora estadísticas muy precisas de las consultas de los internautas en la Red. Google Plus recoge información complementaria y la mezcla. Gmail analiza la correspondencia intercambiada, lo cual revela mucho sobre el emisor y sus contactos. El servicio DNS (Domain Name System, o Sistema de nombres de dominio) de Google analiza los sitios visitados. YouTube, el servicio de vídeos más visitado del mundo, que pertenece también a Google –y, por tanto, a Alphabet–, registra todo lo que hacemos en él. Google Maps identifica el lugar en el que nos encontramos, adónde vamos, cuándo y por qué itinerario… AdWords sabe lo que queremos vender o promocionar. Y desde el momento en que encendemos un smartphone con Android, Google sabe inmediatamente dónde estamos y qué estamos haciendo. Nadie nos obliga a recurrir a Google, pero cuando lo hacemos, Google lo sabe todo de nosotros. Y, según Julian Assange, inmediatamente informa de ello a las autoridades estadounidenses…

En otras ocasiones, los que espían y rastrean nuestros movimientos son sistemas disimulados o camuflados, semejantes a los radares de carretera, los drones o las cámaras de vigilancia (llamadas también de “videoprotección”). Este tipo de cámaras ha proliferado tanto que, por ejemplo, en el Reino Unido, donde hay más de cuatro millones de ellas (una por cada quince habitantes), un peatón puede ser filmado en Londres hasta 300 veces cada día. Y las cámaras de última generación, como la Gigapan, de altísima definición –más de mil millones de píxeles–, permiten obtener, con una sola fotografía y mediante un vertiginoso zoom dentro de la propia imagen, la ficha biométrica del rostro de cada una de las miles de personas presentes en un estadio, en una manifestación o en un mitin político (9).

A pesar de que hay estudios serios que han demostrado la débil eficacia de la videovigilancia (10) en materia de seguridad, esta técnica sigue siendo refrendada por los grandes medios de comunicación. Incluso una parte de la opinión pública ha terminado por aceptar la restricción de sus propias libertades: el 63% de los franceses se declara dispuesto a una “limitación de las libertades individuales en Internet en razón de la lucha contra el terrorismo” (11).

Lo cual demuestra que el margen de progreso en materia de sumisión es todavía considerable…

(1) Se habla de “objetos conectados” para referirse a aquellos cuya misión primordial no es, simplemente, la de ser periféricos informáticos o interfaces de acceso a la Web, sino la de aportar, provistos de una conexión a Internet, un valor adicional en términos de funcionalidad, de información, de interacción con el entorno o de uso (Fuente: Dictionnaire du Web).

(2) El País, 2015.

(3) A partir de entonces, Samsung anunció que cambiaría de política, y aseguró que, en adelante, el sistema de grabación instalado en sus televisores sólo se activaría cuando el usuario apretara el botón de grabación.

(4) Que ya forman parte de muchos de los productos habituales de consumo, así como de los documentos de identidad.

(5) Michael Radford, 1984, 1984.

(6) Inventado en 1791 por el filósofo utilitarista inglés Jeremy Bentham.

(7) Glenn Greenwald, Sin un lugar donde esconderse, Ediciones B, Madrid, 2014.

(8) Véase “Google et le comportement de l’utilisateur”, AxeNet (http://blog-axe-net-fr/google-analyse-comportement-internaute).

(9) Véase, por ejemplo, la fotografía de la ceremonia de la primera investidura del presidente Obama, el 20 de enero de 2009, en Washington (http://gigapan.org/viewGigapanFullscreen.php?auth=033ef14483ee899496648c2b4b06233c).

(10) “‘Assessing the impact of CCTV’, el más exhaustivo de los informes dedicados al tema, publicado en febrero de 2005 por el Ministerio del Interior británico (Home Office), asesta un golpe a la videovigilancia. Según este estudio, la debilidad del dispositivo se debe a tres elementos: la ejecución técnica, la desmesura de los objetivos asignados a esta tecnología y el factor humano”. Véase Noé Le Blanc, “Sous l’oeil myope des caméras”, Le Monde diplomatique, París, septiembre de 2008.

(11) Le Canard enchaîné, París, 15 de abril de 2015.

Fuente: http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=2dea492b-db8d-4d34-a23c-844915d6e6ab

Imagen: http://www.t13.cl/noticia/tendencias/tecnologia/como-averiguar-todo-google-sabe-ti

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Nos llegó el turno a los indocumentados (1)

Por: Ilka Oliva Corado

Las migraciones de centroamericanos hacia Estados Unidos iniciaron en la década del 80, desde que éste invadiera territorio centroamericano con la aplicación del Plan Cóndor y la agenda regional de las dictaduras a las que llamaron Conflicto Armando Interno y que en Guatemala dejó un Genocidio y la Tierra Arrasada.

En ese entonces miles se vieron obligados a salir de Centroamérica para salvar sus vidas y buscaron refugio en México y paradójicamente en Estados Unidos. No fue suficiente injerencia la del Plan Cóndor de aquellos años, que lo renovaron y en el 2004 le llamaron Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana. Algo que legalizó el ecocidio, la minería, la explotación de los recursos naturales y la embestida de las empresas transnacionales en la región. En síntesis el neoliberalismo se estableció en la región. Con esto los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres. Y comenzó la persecución despiadada de periodistas, defensores de derechos humanos y del medio ambiente. El asesinato de Berta Cáceres lo evidencia en Honduras. Y la desaparición forzada de los 43 alumnos de Ayotzinapa en México.

Con México sucedió mucho antes, fue en 1992 cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, entre México, Estados Unidos y Canadá. Lo echaron a andar en 1994, mismo año en el que Bill Clinton inició la construcción del muro entre Estados Unidos y México. Fue en Nogales y en aquel entonces lo hicieron de colchonetas de aterrizaje usadas en las guerras de Vietnam y del Golfo. Desde ese entonces se habla de combatir el tráfico de drogas. El muro era para persuadir y que los migrantes se abstuvieran de cruzar la frontera porque solo les quedaba como opción el desierto y los miles de kilómetros sin agua donde era por seguro que morirían.

Miles de mexicanos se vieron obligados a migrar como única forma de subsistencia. En cifras oficiales de la Patrulla Fronteriza (pero sabemos que en realidad son muchos más) alrededor de 6,330 personas murieron en su intento por cruzar el desierto entre México y Estados Unidos, entre 1984 y 2014. Informa la organización humanitaria Colibrí Center for Human Rights, en Tucson, Arizona, que han desparecido alrededor de 2,500 en el desierto.

Demócratas y republicanos son la misma cosa cuando de política externa e indocumentados se trata, en el 2006 se aprobó la renovación del muro en la frontera y fue por una iniciativa que firmó Hillary Clinton y varios senadores demócratas, a la que se le llamó Ley Valla Segura (Secure Fence Act).

Y con esto también vino la Operación Contorno (Streamline Operation) que es el encarcelamiento masivo de indocumentados que atrapa la Patrulla Fronteriza y que cumplen sentencias de hasta 180 días en cárceles antes de deportarlos a sus países de origen. Esto después de los vejámenes que sufren en manos de los agentes de la Patrulla Fronteriza, que les roban el poco dinero que llevan y sus pertenencias. Abusos sexuales al por mayor a niños, niñas, adolescentes y mujeres; que quedan impunes.    Estas políticas de seguridad nacional han deshumanizado las migraciones y permiten que grupos anti inmigrantes se dirijan hacia el desierto con rifles automáticos y maten indocumentados en cacerías que festejan xenófobos extremistas.

Pero el Plan Cóndor se renueva cada década y, en el 2008 se crea el Plan Mérida que es un tratado de seguridad establecido entre Estados Unidos, México y Centroamérica. Al que le siguió en el 2014 el Plan Frontera Sur que militarizó desde la frontera sur de Estados Unidos hasta la frontera entre México y Guatemala, siguiéndolo el Plan Maya-Chortí que abarca Guatemala y Honduras. Para reforzarlo se creó en el triángulo norte de Centroamérica el Plan Alianza para la Prosperidad.

En aquel entonces lanzaron la bomba mediática de la crisis de niños centroamericanos que viajan solos, con ayuda de medios de comunicación como Telemundo, Univisión y CNN en Español: ninguno de estos se atrevió a evidenciar que no existía cierta crisis y que las migraciones de niños, niñas y adolescentes que viajaban sin compañía de un adulto llevan décadas. A lo que Hillary Clinton se pronunció diciendo que esos niños debían regresar a sus países de origen porque aquí no había lugar para ellos. ¿Cómo creerle su afán por la Reforma Migratoria en su planteamiento como candidata a la presidencia?

Con estos tratados se solapa que se criminalicen las migraciones forzadas y se autoriza   que los gobiernos de los países involucrados lucren con las vidas de los migrantes en tránsito: es ahí donde se han creado las grandes mafias y desde donde se dirigen los operativos anti inmigrantes. Debido a esto se incrementó la violencia en la que es palpable el tráfico de personas con fines de explotación sexual, trabajo forzado y tráfico de órganos. También las desapariciones forzadas y las fosas clandestinas: una modalidad de Genocidio en México.

En Suramérica la más afectada ha sido Colombia con el Plan Colombia que es un prototipo como los aplicados en México y Centroamérica, es por esa razón que desde su aplicación en 1999 el gobierno colombiano tiene licencia para “combatir” narcotraficantes como llaman a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Porque para ser sinceros, con los narcotraficantes negocia la DEA. Licencia que permite también la explotación minera, el paramilitarismo, los falsos positivos, las fosas clandestinas y el ecocidio. En todos esos tratados han tenido que ver las administraciones de Bill Clinton y George Bush hijo. ¿Ven cómo no son tan distintos los demócratas de los republicanos?

¿Qué sucedió con los otros países de Suramérica? Perú que firmó el Tratado de Libre Comercio Perú-Estados Unidos, en el 2006 e implementado en el 2009. Podremos ver que esto obligó también a que miles de peruanos migraran hacia Estados Unidos y Europa. Lo mismo que sucedió en Chile con el Tratado de Libre Comercio Chile-Estados Unidos, firmado en el 2003. En un marco general los tratados de libre comercio entre Estados Unidos y países latinoamericanos significan la aplicación renovada de un sistema neoliberal que inició con el derrocamiento de Salvador Allende en Chile y que arrasó con América Latina hace 40 años.

Pero, ¡momento! En el 2005 la dignidad latinoamericana fue defendida con conciencia y amor, y fueron Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Lula da Silva, presidentes de Venezuela, Argentina y Brasil los que en la IV Cumbre de las Américas en Mar de Plata, Argentina, le dijeron no al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Podremos ver cómo estos países se mantuvieron estables con los gobiernos progresistas que iniciaron con la Revolución Chavista y que a consecuencia del enojo y la impotencia de Estados Unidos por no poder comprar a estos presidentes, ha hecho que Obama por segundo año consecutivo firmara una Ley Ejecutiva contra Venezuela, que da la pauta a una invasión militar en cualquier instante. Y que fuera propulsor del Golpe de Estado a Dilma, en Brasil y que ahora busque acercar relaciones para firmar tratados con Argentina en el gobierno Macrista.

Es así como en gran escala podemos ver las razones claras de la migración forzada de latinoamericanos hacia Estados Unidos y por qué es mayor en unos países que en otros. Se debe a la agenda neoliberal de unos y la progresista de otros.

Audio, aquí. 

Fuente de información URL: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/11/15/nos-llego-el-turno-a-los-indocumentados-1/

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.

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Trump y Hillary, entre lo malo y lo peor

Por: Leonardo Boff

En todo el mundo se están haciendo los análisis más dispares sobre el significado de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, con los más diversos titulares. El más significativo para mí ha sido el del senador chileno Alejandro Navarro: «El triunfo de Donald Trump es un castigo a los gobiernos del establishment ».

El senador hace una crítica más general, válida también para nosotros: que los gobiernos progresistas que llegan al poder acaban, por presión de la macroeconomía globalizada, haciendo políticas claramente neoliberales en perjuicio de las clases más vulnerables.

Encuentro justa la interpretación de Navarro: «el castigo a los gobiernos del establishment reside en que la gente se cansó de entregarle el poder a quien solo ofrece más de lo mismo. Los electores optaron por Donald Trump, que si bien representa lo peor de la cultura yankee, también supo representar el hastío de los sectores precarizados por el neoliberalismo, la globalización y los empleos precarios» (www.navarro.cl/sename ). Fueron estos los que votaron mayoritariamente por él y le ayudaron a conseguir la victoria.

Afirma también el senador algo que pocos creen: «no debemos olvidar que en Estados Unidos, supuestamente el país más rico, poderoso e influyente del planeta, viven 45 millones de personas en situación de pobreza o cerca de ella, que comen diariamente gracias al ticket de alimentación que el gobierno entrega a los trabajadores blancos y a los hijos de inmigrantes que tienden a rechazar la llegada de nuevos inmigrantes por considerar que su posición privilegiada está en riesgo».

Si Trump representa lo peor, lo malo lo revela Hillary. No son pocos los analistas dentro de Estados Unidos que llamaban la atención para el riesgo que suponía la elección de Hillary Clinton como presidenta. Cito entre otros a uno, Jeffrey Sachs, considerado uno de los mayores especialistas mundiales en la relación entre economía, pobreza y desigualdad social. Es profesor de la Universidad de Columbia y publicó un artículo que reproduje en mi blog del 8/02/2016. En él enumera los muchos desastres de la política de Hillary cuando era Secretaria de Estado.

Se titula: Hillary is the Candidate of the War Machine, Hillary es la candidata de la máquina de guerra. La primera frase resume un largo razonamiento: «No hay duda de que Hillary es la candidata Wall Street. Más peligroso aún es que ella es la candidata del complejo militar-industrial; apoyó todas las guerras solicitadas por el estado de seguridad estadounidense, dirigido por los militares y la CIA».

Aunque demócrata, ella es, según Sachs, una ferviente neocon. Incentivó las guerras contra Irak, todas las del norte de África y contra Siria. Encontró hilarante declarar sobre Kadafi: We came, we saw, he died (vinimos, vimos y él murió). Siendo todavía Secretaria de Estado intentó reiniciar la Guerra Fría con Rusia, a propósito de la conquista de Crimea y de la guerra en Ucrania. El balance final que hace Sachs de las acciones torpes de Hillary como Secretaria de Estado es devastador: «desde cualquier punto de vista que consideremos, ella batió el record de los desastres» (www.JeffDSachs.com ).

Todo esto no nos sorprende, como demuestra con un análisis detallado Moniz Bandeira en su reciente libro de denuncia: El desorden mundial: el espectro de la dominación total (Leya 2016), donde estudia la violencia del imperio estadounidense. Obama, a excepción de las relaciones con Cuba, continuó con la misma lógica belicista de Bush. Fue aún peor, diría por ejemplo, un verdadero criminal de guerra, pues por estricta orden personal suya mandó atacar con drones y aviones no tripulados a los líderes árabes, acabando con la mayoría de ellos (p.476-477).

Con la victoria de Trump, cuyo enigma todavía hay que descifrar, nos liberamos de un liderazgo belicoso, el de Hillary, que como política de estado había elegido la violencia militar como forma de resolver los problemas sociales mundiales.

No sabemos qué mundo tendremos de aquí en adelante con la presidencia de Trump. Ojalá sea menos belicoso y desdiga en la práctica las medidas duras prometidas contra inmigrantes, mejicanos y musulmanes.

Fuente: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=800

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La insensibilización de la población

Por: Vicente Berenguer

Este es proyecto global de las élites para la población: deshumanizar a la gente, arrebatarles su sensibilidad y convertirlos en seres insensibles, sin capacidad de sentir los sentimientos de los demás.

Este es el plan de largo alcance que se ejecuta principalmente a través de los medios de transmisión (la televisión principalmente y ahora internet) y que tiene un mecanismo simple. Se trata, en efecto, de lograr que la persona se deshumanice y que no sienta nada por el dolor o sufrimiento de los demás. Es fundamental para sus planes conseguir sujetos indiferentes ante el dolor del otro y esto se consigue a través de los medios y través de una herramienta infalible: el suministro, o mejor dicho el bombardeo de violencia.

El bombardeo se realiza a través de las películas, en las cuales se ofrecerá pura violencia explícita más allá de la argumentación que en muchas ocasiones es inexistente. Lo importante será mostrar violencia en estado puro. Los héroes serán personas violentas y nunca pacíficas o cultas. Son modelos de conducta, modelos a seguir.

Otro campo de acción son los noticiarios. En ellos se mostrará tanta violencia como sea posible: personas desangrándose en plena calle, apuñalamientos, muertes por disparos captadas por la cámara de un banco (es solo un ejemplo), violencia entre adolescentes grabadas en móvil, terroristas matando gente con metralletas, explosiones de bombas y un sin fin de actos violentos explícitos sin igual. Y no, no se trata de que los atentados terroristas por ejemplo deban ocultarse sino que su tratamiento debería ser muy diferente.

 Un ejemplo de todo ello es la política que se utiliza en los noticiarios: se ofrece una noticia por ejemplo de política, acto seguido se enseñan imágenes de alguien que mata a una persona en plena calle y esta cae al suelo, enseguida se habla de una nueva droga que está haciendo estragos y que se puede conseguir por internet (propaganda) y a continuación Messi marca un gol y el estadio estalla de júbilo.

Así, los niños son «criados» en una sociedad violenta, una sociedad que en lugar de ofrecerles verdaderos héroes y modelos de conducta apropiados para ellos y para su alrededor les ofrecen modelos de conducta nefastos. Los niños por tanto son educados en la violencia y no en la empatía, más aún, los niños son educados en el culto a la violencia. ¿Estos niños serían personas adultas distintas si en lugar de «alimentarles» constantemente con violencia se les alimentara con valores positivos para ellos mismos y para los demás como por ejemplo el «placer» de ayudar a sus compañeros o a quien fuere? La respuesta parece obvia.

¿Cuál es el resultado de esta sobre exposición a la violencia explícita tanto en películas, series, noticiarios etc.? El resultado no puede ser otro que el buscado, la construcción de seres humanos que dejan de ser humanos (deshumanización); el resultado no es otro que la insensibilidad general de la población, la incapacidad de sentir nada por nadie, la indiferencia ante el sufrimiento de los demás. Este es el objetivo y el objetivo se está cumpliendo.

¿Evidencias de lo que digo? Son varias y simples, les propongo una: enciendan la televisión y miren el contenido que se ofrece a la población en películas, boletines de noticias etc: reparen en cuáles son los héroes que se les ofrece a los ciudadanos, cuáles son los modelos de conducta que son divulgados y cuáles son los valores que se nos transmiten: materialismo, superficialidad, consumismo, egoísmo, individualismo extremo…

La sensibilidad va desapareciendo y va reinando la insensibilidad y la deshumanización. Nos quieren insensibles y este será el resultado de estar sobre expuestos a la violencia continua. Pero de nosotros depende el tipo de “alimento” con el que nos vayamos a “alimentar”; de nosotros depende el tipo de persona que queramos y vayamos a ser.

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