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Qué pasa cuando perdemos biodiversidad

Por: Eco Portal

Un último informe publicado en la prestigiosa revista Science alerta de la pérdida de biodiversidad alarmante que está sufriendo el planeta a pasos de gigante.  El estudio (El primero en estimar la pérdida de la biodiversidad de las comunidades ecológicas a escala global), realizado por investigadores del Museo de Historia Natural de Londres  (UCL) y  el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA-WCMC), ha analizado datos de cientos de científicos de todo el mundo; alrededor de  2,38 millones de registros sobre las  39.123 especies y en 18.659 lugares, con unas conclusiones alarmantes que pueden afectar e influir en el equilibrio de  la sostenibilidad de las sociedades humanas y en el funcionamiento del ecosistema.

Para que tengamos una idea general. El límite de seguridad establecido está fijado en la pérdida de aproximadamente un 10% de especies con respecto a las cifras previas al uso humano de la tierra. En ese caso se mantendría alrededor de un 90% de las especies propias de una determinada zona. El mapa elaborado por los investigadores para ilustrar la pérdida revela que la biodiversidad se sitúa entre el 85% y el 88%, de lo que se extrae que ha caído al menos entre un  12% – 15%.

La biodiversidad se está perdiendo en todo el mundo, pero algunas áreas están particularmente más afectadas. El siguiente  mapa muestra las poblaciones de especies autóctonas como porcentaje de sus poblaciones originales. Las zonas azules son los límites de seguridad propuestos, y las áreas rojas son más allá, las más afectadas en perdida de especies:

Imagen vía Museo de Historia Natural de Londres (UCL)

Según datos referidos por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza que están disponibles en los informes de los Indicadores de Desarrollo Mundial existen casi tantas especies de plantas amenazadas como la cantidad combinada de peces, mamíferos y aves que están en peligro.

Si a este estudio,  añadimos el informe formalizado por la Comisión Europea en el que se constata que el  80% de los bosques originales que cubrían la Tierra hace 8.000 años han sido talados, fragmentados  o dañados, por la mano del hombre. Estamos ante un momento delicado de la vida del planeta cuya respuesta ante tal tesitura debe de ser global como en el caso del cambio climático (Recordemos el COP21) dejando de lado las posibles discrepancias existentes entre países. Esto es una cuestión que afecta a todos y a todos los niveles.

Los científicos del estudio aseguran que… “En muchas partes del mundo, la situación está llegando a un punto en que probablemente será necesaria la intervención humana para mantener la función de los ecosistemas”

Aunque a veces es difícil entender que somos parte de una cadena en equilibrio que no se puede romper, en un ecosistema que todo encaja a la perfección y que la “rotura” de ese equilibrio nos afecta de forma contundente queremos intentar explicar el por qué es necesario mantener la biodiversidad y sus ecosistemas en perfecta armonía.

Cuando se producen desastres o “perdida” de un ecosistema – en la mayoría de veces – por la actividad humana, tiene una  repercusión en la productividad de plantas, fecundidad del suelo, calidad del agua, química atmosférica, y muchas otras condiciones ambientales globales, que por último afectan al  bienestar de las sociedades humanas y la reducción de la pobreza. Estos procesos ecosistémicos son controlados, tanto por la biodiversidad, como por la identidad de las especies de plantas, animales y microbios en una comunidad. Las modificaciones por acciones humanas en una región pueden trastocar las funciones ecológicas que sostienen la vida, tanto a nivel local como abarcando amplias zonas,  atendiendo a su importancia.

Aunque todos los factores son difíciles de explicar, creemos que en la siguiente imagen se puede clarificar los efectos de forma clara.

Imagen vía UNESCO (La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio)

Debemos de recordar que es vital para la salud y el sustento alimenticio de las personas. Los organismos vivos, animales, plantas y microorganismos interactúan para formar redes complejas e interconectadas de ecosistemas naturales y hábitats que, a su vez, aportan “servicios ecosistémicos” de los que depende toda la vida.

Aunque la tecnología puede sustituir algunos “servicios ecosistémicos” y amortiguar su degradación, muchos no se pueden reemplazar. Así que ya no es una cuestión de sí deberíamos proteger la biosfera, es ya una necesidad.

Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Biodiversidad/Que-pasa-cuando-perdemos-biodiversidad

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El surgimiento de las Teorías de Dependencia

Por: Claudio Katz

Las Teorías de Dependencia se desenvolvieron en los años 60-70 en torno a tres vertientes. Ruy Mauro Marini, Theotonio Dos Santos y Vania Bambirra postularon una concepción marxista, que fue complementada por la visión metrópoli-satélite de André Gunder Frank. Ambas miradas confrontaron con la tesis del desarrollo asociado dependiente que propuso Fernando Henrique Cardoso. ¿Cuáles fueron sus divergencias?

SOCIALISMO Y LIBERALISMO

La Teoría Marxista de la Dependencia fue un producto directo de la revolución cubana . Hasta 1960 nadie imaginaba el debut de un proceso anticapitalista a 90 millas de Miami. Se suponía que esas transformaciones serían consecuencia de cambios previos en los centros del poder mundial. El éxito de Cuba trastocó ese escenario y abrió una gran expectativa de horizontes socialistas próximos para América Latina.

Marini, Dos Santos y Bambirra postularon conceptos acordes a esa esperanza. Participaron en organizaciones que luchaban contra las dictaduras militares y alentaban proyectos de izquierda, en el turbulento período comprendido entre el ascenso de la Unidad Popular chilena (1970) y la caída del Sandinismo (1990).

Los tres autores confrontaron con el imperialismo estadounidense y concibieron propuestas de integración latinoamericana y de asociación internacional con el denominado bloque socialista. Propiciaron una drástica ruptura con la estrategia política de los partidos comunistas, que proponían forjar alianzas con la burguesía para gestar modelos de capitalismo nacional.

Los pensadores brasileños buscaron convergencias con las tendencias radicales del nacionalismo y tomaron distancia de las vertientes conservadoras de esa corriente. Sus conceptualizaciones del subdesarrollo se desenvolvieron en estrecha conexión con todos los debates de la izquierda de esa época ( actitud frente a la URSS, posturas frente a los gobiernos reformistas, oportunidad de la lucha armada) (Bambirra, 1986: 113-115, 78-82).

Los teóricos de la dependencia polemizaron con las interpretaciones liberales, que atribuían el atraso regional a la insuficiente absorción de la civilización occidental o a la herencia cultural indígena, mestiza e hispano-portuguesa.

Marini demostró la inconsistencia de esa concepción, recordando la exacción colonial padecida por América Latina y el posterior dominio de oligarquías despilfarradoras (Marini, 2007: 235-247).

También Dos Santos cuestionó la propuesta liberal de repetir el modelo estadounidense mediante la adopción de comportamientos modernizantes. Señaló que la inserción internacional de la región como exportadora de productos agro-mineros obstruía su desarrollo y refutó la falacia de una paulatina convergencia con las economías avanzadas (Dos Santos, 2003). Además, demostró la inconsistencia de todos los indicadores utilizados por los economistas neoclásicos para evaluar el pasaje de una sociedad tradicional a otra industrial (Sotelo, 2005).

Dos Santos rechazó la interpretación liberal dualista del subdesarrollo como un conflicto entre sectores modernos y retardatarios de la economía. Resaltó el carácter artificial de esa antinomia y retrató la estrecha integración entre ambos segmentos (Dos Santos, 1978: 283-198) .

También Frank participó de esa crítica, destacando que el sector atrasado no era una rémora del modelo imperante sino su principal recreador. Señaló que el subdesarrollo latinoamericano no obedecía a la ausencia de capitalismo, sino a la gravitación de una modalidad dependiente de ese sistema.

Este planteo de Frank no sólo confrontó con la mitología liberal que contraponía el rezago regional con la modernización occidental. Al definir al subdesarrollo como un rasgo intrínseco del capitalismo dependiente, sustituyó las miradas centradas en tipologías ideales por caracterizaciones históricas de los regímenes sociales (Laclau, 1973; Wolf, 1993: 38).

DESARROLLISMO Y MARXISMO

Los teóricos marxistas de la dependencia fueron influidos por las concepciones de la CEPAL, que atribuían el retraso de la periferia al deterioro de los términos de intercambio y a la heterogeneidad estructural de economías con alto desempleo, consumismo de las elites y estancamiento de la agricultura.

Los desarrollistas promovían la industrialización mediante la sustitución de importaciones y mayores inversiones del sector público. Cuestionaban la atadura al modelo agro-exportador y auspiciaban políticas económicas favorables a la burguesía nacional.

Marini coincidió con varios diagnósticos de Prebisch sobre el origen del subdesarrollo y con algunas tesis de Furtado sobre el impacto adverso de la oferta laboral en los salarios. Pero nunca compartió la esperanza de resolver esos desequilibrios con políticas burguesas de modernización. Ponderó los hallazgos teóricos de la CEPAL, cuestionando sus expectativas en el desenvolvimiento capitalista autónomo de América Latina (Marini, 1991: 18-19) .

Además, criticó su desconocimiento de la función cumplida por la región en la acumulación de las economías centrales. Marini explicó la brecha centro-periferia por la dinámica del capitalismo y subrayó la inexistencia de otra variante de ese sistema para el Tercer Mundo. Señaló que el subdesarrollo no podía erradicarse con simples políticas correctivas o con mayores dosis de inversión (Marini, 1993).

Dos Santos formuló una crítica semejante. Recordó que el atraso latinoamericano no obedecía a la orfandad de capitales, sino al lugar ocupado por la zona en la división internacional del trabajo (Dos Santos, 1978: 26-27) .

Los teóricos de la dependencia objetaron, además, la presentación del estado como un artífice del crecimiento, ajeno a las limitaciones de las clases dominantes. Por eso descreyeron del margen sugerido por CEPAL para completar la industrialización latinoamericana.

En este abordaje exhibieron una afinidad con los economistas marxistas de otras regiones que renovaron la caracterización del capitalismo de posguerra, evitando la presentación de esta etapa como una simple continuación del escenario leninista precedente (Katz, 2016) .

Dos Santos destacó la nueva gravitación de las empresas multinacionales y la creciente integración global del capital. Empalmó con los diagnósticos de Amin sobre la ley del valor operando a escala mundial y coincidió con la evaluación de Sweezy del protagonismo estadounidense . También Bambirra señaló ese predomino norteamericano en el nuevo circuito de la acumulación global.

Estas miradas conectaron las mutaciones del capitalismo con el estudio de la crisis de ese sistema. Marini evalúo la dinámica de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia en la periferia, recordando que el declive porcentual de la rentabilidad proviene de la reducción del nuevo trabajo vivo incorporado a las mercancías, en relación al trabajo muerto ya objetivado en materias primas y maquinaria. Remarcó que esa modificación reduce la tasa de beneficio en proporción al capital total invertido .

Marini también señaló que la afluencia de capital a la periferia morigeraba ese declive en las economías centrales, mediante incrementos de la explotación de los trabajadores de la periferia y abaratamientos de la provisión de alimentos e insumos para la industria metropolitana. Pero d estacó que esa compensación acentuaba la asfixia de la capacidad de consumo en los países con salarios más reducidos (Marini, 2005).

Dos Santos compartió este razonamiento combinado de la crisis por desequilibrios de valorización (tendencia decreciente de la tasa de ganancia) y tensiones en la realización del valor (insuficiencia del poder de compra) (Dos Santos, 1978: 154-155 ) . Ambos autores adoptaron una mirada multicausal -semejante al enfoque de Mandel- que clarificó varios rasgos de la crisis en la periferia (Katz, 2009:117-119).

Los teóricos de la dependencia convergieron, además, con Mandel y Amin en el registro de las nuevas bifurcaciones presentes en los países subdesarrollados. Por eso Marini indagó los desequilibrios fabriles de economías intermedias afectadas por mayores costos, desventajas tecnológicas y déficits crónicos en la balanza comercial. Su diagnóstico de Brasil (o Argentina y México) fue coincidente con el expuesto por los estudiosos de la industria de países equivalentes de Asia y África.

Marini analizó las economías medianas de Latinoamérica para superar las presentaciones de la periferia como un universo indistinto. Corrigió viejas tradiciones del marxismo que asemejaban a América Latina con regiones de Asia o África .

 El mismo propósito impulsó a Dos Santos a indagar la especificidad de las industrias latinoamericanas, sujetas a encarecimientos externos de importaciones y ahogos internos por estrechez del mercado interno .

Bambirra conceptualizó el mismo problema introduciendo distinciones entre las economías latinoamericanas. Contrastó los países de industrialización antigua (Argentina, México, Brasil), industrialización posterior (Perú, Venezuela) y estructuras agro-exportadoras sin industria (Paraguay, Haití) (Bambirra, 1986: 57-69) . Esta atención por el subdesarrollo desigual de la región fue un pilar analítico de los teóricos de la dependencia.

LAS NUEVAS CATEGORÍAS

Marini interpretó el deterioro de los términos de intercambio como una expresión del intercambio desigual. A firmó que las transferencias de valor hacia el centro no derivaban de la inferioridad de la producción primaria, sino de la dinámica objetiva de la acumulación a escala mundial (Marini, 1973). De esta forma resaltó la gravitación genérica de la ley del valor en ese proceso.

Pero el pensador brasileño no profundizó ese análisis y soslayó el estudio diferenciado de esos fenómenos dentro y fuera de la industria, que iniciaron los teóricos del intercambio desigual (Emnanuel, Amin, Bettelheim). Tampoco exploró la dinámica de rentas petroleras recicladas en circuitos financieros que indagó Mandel. La misma óptica adoptó Dos Santos. Solamente situó el intercambio desigual en el escenario de las pujas comerciales internacionales, que habitualmente afectan a la periferia (Dos Santos, 1978: 322-323, 367) .

Los autores latinoamericanos concentraron su atención en los desequilibrios de la reproducción dependiente. Dos Santos estudió cómo se combinan los desbalances comerciales con los desajustes de endeudamiento e inflación en los países industrializados de la periferia.

Marini conceptualizó el ciclo de financiación, producción y comercialización de esas economías en contraste con los países centrales. Observó que la inversión privada es menor que en las metrópolis y que el capital extranjero drena fondos a través de royalties, utilidades o compras de maquinaria. Describió cómo las empresas obtienen lucros extraordinarios aprovechando la baratura de los salarios e ilustró de qué forma la baja capacidad de compra recorta el mercado interno (Marini, 2012).

De esta forma teorizó la heterogeneidad estructural de la CEPAL en términos marxistas, como un ciclo dependiente. Retomó de Prebisch el diagnóstico de fuertes límites a la acumulación como consecuencia de las desproporciones sectoriales y las restricciones al consumo y estimó que esa adversidad capitalista impedía el desarrollo.

Pero observó estos desequilibrios como contradicciones específicas del capitalismo dependiente e indagó su dinámica utilizando un modelo extraído del tomo II de El Capital. En ese razonamiento evitó presupuestos abstractos de equilibrio y detectó las mismas tensiones en la acumulación industrial que observaron Amin y Mandel.

Marini remarcó la estrechez del poder adquisitivo retomando las hipótesis de sub-consumo de Luxemburg. Pero ubicó el problema en los escenarios periféricos. En lugar de analizar cómo la obstrucción de la demanda interna empuja hacia el exterior al capital metropolitano, estudió los desequilibrios que genera ese proceso en las economías subdesarrolladas.

El pensador brasileño ya conocía la dinámica del consumo de masas en los países centrales y por eso expuso una teoría del fordismo obstruido en las economías medianas de la periferia. Resaltó la existencia de una gran estratificación del consumo entre segmentos bajos y medio-altos y subrayó la ausencia de una masa de adquirientes medios, comparable a los países desarrollados.

Pero Marini situó la principal peculiaridad de las economías periféricas industrializadas en la superexplotación del trabajo. Utilizó ese término para describir la condición de los obreros sometidos al pago de remuneraciones inferiores al valor de su fuerza de trabajo. Señaló que esa anomalía era el trasfondo de la situación dependiente y de la conducta de clases dominantes que lucraban con tasas de plusvalía superiores al centro.

Marini consideró que la burguesía de la periferia compensaba por esa vía las pérdidas derivadas de su lugar subordinado en el mercado mundial. Señaló que los capitalistas latinoamericanos utilizaban el fondo de consumo de los trabajadores como una fuente de acumulación del capital.

El teórico de la dependencia aclaró que la superexplotación sólo era viable en regiones con grandes excedentes de mano de obra, surgidas de la sobrepoblación indígena (México), el éxodo rural (Brasil) o los flujos inmigratorios.

Situó en la forma de generar plusvalía la principal peculiaridad de las economías medianas latinoamericanas. Al igual que Amin resaltó la vigencia de mayores niveles de explotación. Pero en lugar de explicar este dato por diferencias de salarios mayores que las diferencias de productividades, atribuyó el fenómeno a una remuneración cualitativamente inferior de la fuerza de trabajo. Esta evaluación fue formulada con la mira puesta en el proceso de industrialización de un país con enormes desigualdades del ingreso (Brasil).

SUB-IMPERIALISMO Y BURGUESÍA NACIONAL

Marini no se limitó a retomar las viejas denuncias sobre el rol opresor de Estados Unidos. Introdujo el controvertido concepto de sub-imperialismo para retratar la nueva estrategia de la clase dominante brasileña. Describió las tendencias expansivas de grandes empresas afectadas por la estrechez del mercado interno y percibió su promoción de políticas estatales agresivas para incursionar en las economías vecinas.

Esta interpretación se basó en un razonamiento semejante al desarrollado por Luxemburg para caracterizar las tendencias imperiales de Alemania, Francia o Inglaterra. Esa visión subrayaba que esos cursos se implementaron para contrarrestar el reducido poder de compra local (Marini, 2005).

Pero el marxista latinoamericano le asignó al concepto una dimensión geopolítica muy diferente al registro clásico. No postuló que Brasil se incorporaba al club de potencias que disputan el dominio mundial. Más bien resaltó la subordinación de ese país a la estrategia estadounidense. Por eso habló de sub-imperialismo y retrató el papel de gendarme anticomunista regional jugado por la dictadura brasileña durante la guerra fría contra la URSS.

El teórico de la dependencia completó posteriormente ese sentido del sub-imperialismo introduciendo otras nociones como “ estado de contrainsurgencia”. Utilizó ese concepto para describir el papel de tutelaje represivo ejercido por los militares, en la transición hacia regímenes constitucionales (Martins, 2011a; M endonça 2011). 

Marini habló de sub-imperialismo para subrayar que la principal burguesía sudamericana era socia y no títere de Washington. Resaltó especialmente el rol geopolítico autónomo de una clase dominante que buscaba proyectarse como potencia económica y militar a escala regional (Marini, 1985).

Con esta mirada retomó percepciones de los marxistas clásicos sobre el rol de los imperialismos menores e incorporó los nuevos análisis sobre el papel de Estados Unidos en la posguerra. Su tesis sintonizó con la idea de imperialismo colectivo de Amin en tres planos: la creciente asociación mundial de capitales, la función capitalista protectora ejercida por el Pentágono y el nuevo rol de los custodios regionales asociados con Washington.

Mientras que el subimperialismo fue un tema específicamente abordado por Marini, el giro de la burguesía nacional fue tratado por los tres teóricos marxistas de la dependencia. Señalaron el pasaje de una clase industrialista con proyectos de desarrollo independiente a un segmento asociado con empresas extranjeras. El sostén burgués al  golpe de 1964 fue presentado como un contundente indicio de esa renuncia a procesos de acumulación autónomos ( Chilcote, 1983 ).

Los pensadores de la dependencia remarcaron las conexiones con el capital extranjero y no su simple subordinación. Destacaron el nuevo perfil de burguesías industriales más internacionalizadas, puntualizando las diferencias con la vieja oligarquía terrateniente y con el capitalismo nacional precedente. Dos Santos señaló que ese giro creaba un conflicto con sectores de la burocracia apegados al desarrollismo clásico ( Dos Santos, 1978: 34, López Segrera, 2009).

El teórico brasileño profundizó, además, la dimensión política de ese proceso, al definir el status de una situación subordinada. Estimó que la dependencia se verifica cuando cierto grupo de países condiciona el desarrollo de otros ( Dos Santos, 1978: 305) . Retrató esta situación para el caso latinoamericano, mediante un análisis semejante al propuesto por Amin.

En ambos casos la dimensión política de la dependencia fue diferenciada de la polarización económica, aclarando las conexiones entre procesos que no se desenvuelven (necesariamente) en forma simultánea. Los dos pensadores exploraron la especificidad de la subordinación política al poder imperial, que anteriormente era asemejada a la sujeción económica. Pero en un contexto de absorbente primacía de las estrategias socialistas, esas caracterizaciones sólo fueron esbozadas.

TEORÍAS Y SINGULARIDADES

Marini, Bambirra y Dos Santos intentaron amoldar el marxismo al estudio de la nueva realidad latinoamericana de posguerra. Por esa razón se embarcaron en la misma búsqueda de nociones específicas que encararon Baran-Sweezy con el excedente, Amin con el valor mundial y Mandel con las Ondas Largas. Esta indagación siguió, a su vez, la pista inaugurada por Lenin con el desenvolvimiento desigual, por Luxemburg con la revisión de la acumulación primitiva y por Trotsky con el desarrollo desigual y combinado.

Pero el status de la dependencia como teoría suscitó fuertes debates. Se discutió si constituía una concepción, un paradigma o un enfoque, según las distintas interpretaciones en boga de las leyes sociales.

Dos Santos sostuvo que la teoría de la dependencia ya había alcanzado un nivel científico, al definir las leyes que rigen el desarrollo de los países periféricos. Señaló que esos principios esclarecían la evolución del capitalismo dependiente, con razonamientos equivalentes a los utilizados por Lenin para explicar el imperialismo.

El economista brasileño estimó que las reglas de la dependencia clarificaban de qué forma la sujeción comercial, financiera o tecnológico-industrial generaba bloqueos a la acumulación en América Latina (Dos Santos, 1978: 300, 360-366). Marini trabajó en la misma dirección y atribuyó legalidad científica a los mecanismos generadores de plusvalía en las regiones dependientes.

Ambos teóricos estudiaron la peculiaridad de América Latina frente a otras sociedades dependientes y notaron que sus investigaciones eran distintas a las predominantes en Asia o África. En los principales países de esos continentes los interrogantes giraban en torno a las razones históricas que permitieron a Europa superar a viejas civilizaciones, para someterlas a una degradación colonial (India) o semicolonial (Egipto, China)  (Amin, 2005).

En América Latina los enigmas de la dependencia surgían de la renovación de un status subordinado, al cabo de un siglo y medio de independencia política sin parangón en otras zonas del Tercer Mundo. Esta visión estimuló investigaciones sobre las peculiaridades del Caribe, Centroamérica, Brasil, la región andina y el Cono Sur (Dos Santos, 1998).

Estos estudios fueron abordados con una mirada “desde la periferia”, que Marini adoptó en oposición al paternalismo elitista de estudios latinoamericanos localizados en Estados Unidos, Inglaterra o Francia . Propuso revertir esa anomalía generando conocimientos desde la región ( Marini, 1991: 9-10, 42). Con el mismo enfoque Dos Santos intentó corregir a los autores clásicos del imperialismo, que a su juicio no abordaron esa problemática desde una óptica propia de los países dependientes (Dos Santos, 1978: 301-303, 340-345).

Con estas caracterizaciones del status teórico de la dependencia, los tres marxistas brasileños completaron la presentación de un enfoque que trastocó la agenda de las ciencias sociales latinoamericanas. Los conceptos introducidos por Marini, las caracterizaciones políticas de Dos Santos y las miradas de Bambirra sobre el subdesarrollo desigual crearon perdurables referencias analíticas para los pensadores de ese período.

LA VISIÓN METRÓPOLI-SATÉLITE

André Gunder Frank participó activamente en el surgimiento de la teoría marxista de la dependencia y sus tesis tuvieron un impacto inmediato superior al resto de los autores. Pero su mirada fue diferente y su enfoque de metrópolis-satélites constituyó apenas la primera de las tres concepciones que sostuvo a lo largo de su vida. El periodo inicial fue curiosamente el más corto y afamado de esa trayectoria.

Comenzó sus trabajos bajo el fuerte impacto de la revolución cubana, adoptó las críticas de izquierda a la estrategia comunista de etapas y cuestionó la política de apoyo a la burguesía nacional. Subrayó la inexistencia de espacios para repetir el desarrollo clásico del capitalismo, remarcó la inviabilidad del desarrollismo y postuló la necesidad del socialismo ( Frank, 1970: 211-213).

Frank asumió esa actitud radicalizando ideas políticas liberales y abandonando un esquema evolutivo, que identificaba la superación del subdesarrollo con la erradicación de instituciones pre-capitalistas. No maduró su visión asimilando los debates teóricos marxistas que incorporaron otros autores de la dependencia.

Pero la afinidad con ese enfoque fue señalada por Marini, que resaltó el acierto de la fórmula utilizada por Frank para retratar el retraso latinoamericano. Consideró que el “desarrollo del subdesarrollo” ilustraba cómo la consolidación de las economías avanzadas se consumaba a costa de las relegadas (Marini, 1993). 

El pensador estadounidense no expuso ese corolario identificando los mecanismos de la reproducción dependiente. Tampoco enmarcó su caracterización en el funcionamiento global del capitalismo, ni relacionó su teoría con algún diagnóstico del valor, el sub-consumo o la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.

Frank postuló simplemente que el capitalismo generaba subdesarrollo en la periferia del sistema mundial. Señaló que esa inserción subordinada determinaba la apropiación del excedente de las economías relegadas por parte de las avanzadas.

El autor norteamericano presentó la polarización metrópoli-satélite como dos caras de una misma trayectoria mundial. Subrayó la complementariedad de esos procesos y remarcó el carácter excepcional de la interrupción de esa fractura. Recordó que en la era contemporánea ninguna economía sometida alcanzó el status de potencia central y estimó que el debilitamiento de una metrópoli no modificaba el perdurable status de la dependencia ( Frank, 1970: 8-24) .

El teórico estadunidense aplicó este razonamiento a la historia latinoamericana. Ubicó el origen de la relación centro-periferia en la integración subordinada de la región al capitalismo mundial en siglo XVI. Señaló que en ese encadenamiento a la acumulación global un centro metropolitano (Europa) somete a los satélites periféricos (América Latina), a través de la mediación de ciertos países (España, Portugal), que a su vez se convierten en satélites de la potencia dominante (Gran Bretaña).

Al interior de América Latina este mismo circuito conecta al satélite periférico (Chile) con el satélite colonial principal (Perú), que a su vez es manejado por la metrópoli extra-regional (España o Inglaterra). Esta cadena de sometimientos se recrea junto a la confiscación jerárquica de los excedentes ( Frank, 1970: 1-7) .

Frank expuso dos ejemplos de esta conexión. Ilustró cómo Chile quedó sometido a esa subordinación desde la época colonial, a través de una clase dominante local atada a las exigencias de un puñado de firmas extranjeras. En el caso de Brasil, remarcó la inserción dependiente a través de satélites principales (Sao Paulo), que aseguraron la subordinación de los satélites secundarios (Recife) a las metrópolis (primero Portugal, luego Estados Unidos). No observó diferencias significativas entre los dos países ( Frank, 1970: 119-123, 149-154) .

DOS ABORDAJES DIFERENTES

Frank priorizó el análisis de los drenajes que sufre la periferia, en sintonía con los enfoques de polarización absoluta entre el centro y la periferia de la periferia. En cambio Marini, Dos Santos y Bambirra incorporaron un registro de las bifurcaciones existentes entre economías agro-exportadoras (Chile) y parcialmente industrializadas (Brasil).

Esta diferencia determinó abordajes distintos. Mientras que el pensador estadounidense observó la economía latinoamericana como una totalidad uniforme, sus colegas brasileños estudiaron contradicciones nacionales específicas. Establecieron distinciones en lo que Frank observó como subordinaciones equivalentes.

Los teóricos brasileños partieron, además, de caracterizaciones generales del capitalismo de posguerra que Frank no tuvo en cuenta. Su enfoque no incorpora las evaluaciones de empresas multinacionales, las trasformaciones tecnológicas o los cambios de la inversión que señaló Dos Santos.

Por esta omisión Frank sólo notó que en los momentos de crisis del centro se amplían los espacios para el desenvolvimiento de la periferia. Pero con ese señalamiento explicó sólo el debut de la industrialización latinoamericana, sin aclarar lo sucedido posteriormente.

El pensador estadounidense salteó todas las elaboraciones de la fractura centro-periferia que desenvolvieron los economistas marxistas y asimilaron los autores brasileños. Por eso estudió solamente la dinámica de la exacción, mientras Marini captaba las articulaciones con el capitalismo avanzado y Dos Santos percibía los amoldamientos con la mundialización. Ese registro les permitió evitar simplificaciones y notar las nuevas formas de la dependencia.

Dos Santos cuestionó tempranamente la omisión de Frank de las transformaciones internas de los países subdesarrollados. Objetó su mirada estática y la consiguiente sugerencia de inmutabilidad de la sociedad latinoamericana . Atribuyó esa unilateralidad al apego a una metodología estructural-funcionalista ( Dos Santos, 1978: 304-305, 350-352, 346).

Este error se verificó en la presentación de encadenamientos del centro con sus satélites, como si fueran simples piezas de un tablero dirigido por las grandes potencias. En esta visión los sujetos sociales están ausentes o cumplen un mecánico rol, emanado del lugar que ocupan en el dispositivo global. Los antagonismos entre clases sociales, los conflictos entre segmentos capitalistas y las mediaciones del estado no tienen cabida en ese abordaje.

Por el contrario, en el razonamiento de Marini la preeminencia de ciclos dependientes, formas de superexplotación o transferencias del valor, no anula la gravitación protagónica de los opresores y oprimidos en la dinámica de la dependencia.

Los mecanismos económicos que recrean la polaridad centro-periferia en Frank constituyen sólo el punto de partida de Marini, Bambirra o Dos Santos. Por esta razón los teóricos brasileños no utilizaron el término satélite para describir a las economías dependientes. Esa metáfora alude a un cuerpo que gira en forma invariable en torno a cierto centro, sin ninguna autonomía o desenvolvimiento interno.

Ciertamente Frank aportó varias intuiciones provechosas, pero el desarrollo de esas percepciones quedó obturado por su omisión de los sujetos sociales. Su registro de relaciones tripolares es un ejemplo de observaciones acertadas, que no tienen soporte en conceptualizaciones adecuadas.

Frank notó que la jerarquía global desborda la dualidad centro-periferia, pero al mismo tiempo desconoció la especificidad de las formaciones intermedias. Por eso utilizó el mismo razonamiento para indagar la evolución de Chile y Brasil.

Este reduccionismo fue mayor en su mirada de las burguesías nacionales. A diferencia de Marini y Dos Santos se limitó a constatar la defección de ese sector, sin analizar las contradicciones que inauguraba ese cambio. Además, identificó la asociación con empresas extranjeras con una degradación de las clases dominantes locales a la condición de “lumpen-burguesías” ( Frank , 1979).

Esa noción implica una descomposición de los grupos dirigentes que imposibilitaría su conducción del estado. Marini y Dos Santos nunca perdieron de vista que las burguesías latinoamericanas combinan el usufructo de la renta agro-minera con plusvalías extraídas a los trabajadores. Son grupos gobernantes y no simples capas tributarias del capital foráneo.

Los dominadores de la región están sujetos a patrones de competencia, inversión y explotación propios del capitalismo. Esas normas difieren del puro pillaje que implementa una “lumpen-burguesía”. Es a denominación puede ser aplicada, por ejemplo, a las mafias del narcotráfico que blanquean sus fortunas en actividades financieras o productivas. Son capitalistas marginados del club estable de los dominadores ( Katz , 2015: 41-42) .

Frank tampoco incorporó las distinciones entre la polarización económica y dependencia política que concibieron los teóricos brasileños. Esta omisión no fue ajena a su limitada participación política en los procesos que signaron la trayectoria de Marini, Dos Santos y Bambirra.

Estos tres autores estuvieron directamente involucrados en las disyuntivas de Cuba, Chile o la guerrilla. En cambio Frank sólo adoptó en forma entusiasta las banderas de la revolución cubana, sin aportar reflexiones significativas sobre los dilemas políticos de la izquierda. No formó parte del universo militante que definió la obra de la teóricos marxistas de la dependencia. Esta distancia influyó en el viraje posterior de sus trabajos.

DESARROLLO Y DEPENDENCIA

Fernando Henrique Cardoso desenvolvió un enfoque opuesto a Frank, Marini, Dos Santos y Bambirra, pero quedó inicialmente ubicado en el mismo campo de teóricos de la dependencia.

Su texto con Faleto cuestionó la presentación tradicional del retraso regional como un efecto de fracturas entre la sociedad tradicional y moderna. También objetó las explicaciones de Prebisch-Furtado basadas en el deterioro de los términos de intercambio y la heterogeneidad estructural.

Retrató los mecanismos de sujeción económica que acentuaban la integración subordinada de América Latina al mercado mundial, describiendo dos variantes de esa situación. En los modelos de control nacional las elites, burocracias u oligarquías manejan el principal recurso exportado (Brasil, Argentina), en las economías de enclave esa administración queda en manos de compañías extranjeras (pequeñas naciones de Centroamérica o el Caribe). A partir de este esquema Cardoso describió la diversidad de ordenamientos sociales, que en cada país desembocaron en escenarios de estancamiento o crecimiento.

Más que un diagnóstico del subdesarrollo, el teórico brasileño trazó un cuadro de múltiples cursos, subrayando la importancia de las relaciones establecidas entre los grupos dirigentes locales y las potencias centrales. Identificó esas conexiones con distintas situaciones de dependencia en la asociación entre grupos dominantes nacionales y foráneos (Cardoso; Faletto, 1969: 6-19, 20-34, 40-53).

Cardoso no contrapuso la dependencia con el desarrollo. Sólo destacó que ambos rumbos generan modelos diferenciados, que permiten o frustran el desenvolvimiento de largo plazo. Remarcó que esos senderos son determinados por el bloque conductor del estado, la cohesión social y la conformación de órdenes legítimos de consentimiento y obediencia.

En su mirada los grupos dirigentes definen modelos políticos, que a su vez determinan cursos económicos convenientes o adversos para cada en país. Como esa acción exige autonomía, FHC concentró sus análisis en los países medianos con manejo propio de sus recursos productivos. Estimó que en las economías de enclave predominan regímenes políticos excluyentes, con poco espacio para continuar el desarrollo (Cardoso; Faletto, 1969: 39, 83-101).

Cardoso evaluó que Argentina avanzó significativamente en 1900-30, al incorporar a las clases medias a un dinámico proyecto de la burguesía exportadora. Consideró que Brasil mantuvo una confederación de oligarquías sin hegemonías, ni gravitación de los sectores medios y por esa razón su economía se retrasó. La acción política desde el estado determinó ambos resultados.

FHC estimó que en el periodo posterior (1940-60) el distribucionismo afectó la expansión de Argentina, mientras que Brasil logró un mayor desenvolvimiento industrial, mediante auxilios del estado y menores presiones populares. Las articulaciones generadas por el peronismo y el varguismo definieron ese desemboque.

Cardoso concluyó su estudio señalando la generalizada tendencia a superar los límites del desenvolvimiento, mediante mayores inversiones foráneas y asociaciones de los grupos capitalistas nacionales con sus pares extranjeros (Kubistechek, Frondizi) (Cardoso; Faletto, 1969: 54-77, 111-129, 130-135).

CONFUSIÓN DE TEORÍAS

Las tesis de Cardoso no confrontaron con el liberalismo, no compartieron el espíritu crítico de CEPAL y fueron ajenas a la tradición marxista. Sólo presentaron afinidad con la sociología convencional, con el método funcionalista y con ópticas indefinidas en la relación entre dimensión política y estructura económica, que algunos analistas asocian con Weber ( Martins, 2011b: 229-233).

Cardoso asignó formalmente primacía analítica al condicionante económico (control nacional versus enclave), pero en los hechos atribuyó a los actores políticos (clases, burocracias, elites) la capacidad de generar modelos positivos (desarrollo) o negativos (subdesarrollo).

En todos los casos desconoció los límites que impone el capitalismo a los cursos en juego. Concibió a ese sistema como un régimen conflictivo, pero superior a cualquier alternativa. A diferencia de Frank, Dos Santos, Bambirra o Marini, no adoptó ópticas anticapitalistas, ni propuestas socialistas.

FHC sólo contrastó esquemas de mayor o menor efectividad a partir de tipologías construidas en torno a modelos ideales. Asignó total primacía a los determinantes políticos de ese contrapunto. Estimó que en el marco de ciertas posibilidades estructurales, las trayectorias de cada país quedan definidas por el tipo de alianzas políticas predominantes .

Consideró que en cierto momento la presión obrera favorece la acumulación y en otras etapas la obstruye. Supuso lo mismo para los acuerdos de la burguesía industrial con las oligarquías exportadoras o para la afluencia y salida de capitales (Cardoso; Faletto, 1969: 136-143).

Con esta mirada evaluó la compatibilidad de cada proceso con el desarrollo, siguiendo una lógica funcionalista de amoldamiento o inadaptación a los requerimientos del capitalismo. Adoptó a este régimen social como un dato invariable, omitiendo cualquier reflexión sobre la explotación de los trabajadores.

Cardoso eludió opiniones nítidas. Adoptó la actitud de un investigador distante que diseca su objeto de estudio, observando cómo los distintos sujetos capitalistas forjan alianzas entre sí, aprovechando el acompañamiento pasivo del pueblo.

Lo más curioso de este enfoque fue su presentación como una teoría de la dependencia. En el esquema de FHC ese término constituye un ingrediente más de la deducción funcionalista. Algunas situaciones de dependencia son disfuncionales y otras compatibles con el desarrollo.

En esta visión la dependencia no supone necesariamente una adversidad. Por eso es tan sólo registrada sin ninguna denuncia de sus efectos. FHC omitió considerar cualquiera de los mecanismos de la reproducción dependiente que Marini, Dos Santos o Bambirra señalaron como causantes del subdesarrollo.

Cardoso únicamente observó adversidades significativas en los enclaves. En los países con control nacional del recurso exportado, estimó que las situaciones de dependencia podían diluirse con manejos adecuados. La total lejanía de este enfoque con una teoría de la dependencia quedó inicialmente oscurecida por las ambigüedades y el reconocimiento que rodeó a FHC .

UN DEBATE ESCLARECEDOR

La mirada de Cardoso se clarificó en la polémica que entabló con Marini. En un artículo coescrito con Serra acusó al teórico marxista de estancacionismo. C uestionó la consistencia de la superexplotación, objetó el deterioro de los términos de intercambio, rechazó la existencia de un declive de la tasa de ganancia y subrayó el pujante consumo de las clases medias ( Cardoso; Serra, 1978).

En otros artículos complementó esta crítica, puntualizando que las situaciones de dependencia no obstruían el dinamismo de las economías industrializadas de la periferia (Cardoso, 1980; Cardoso, 1978; Cardoso, 1977a). Estimó que la inversión extranjera incentivaba una revolución burguesa, internacionalizaba los mercados y revertía la estrechez del consumo local (Cardoso, 1973; Cardoso, 1977b; Cardoso, 1972).

Marini respondió ilustrando el nivel de explotación de los asalariados Expuso indicadores de prolongación e intensificación del trabajo y aclaró que su concepto del superexplotación estaba referido a esas modalidades. Señaló también que su modelo no implicaba predominio de la plusvalía absoluta, ni ausencia de incrementos de la productividad.

El teórico marxista retrató, además, la severidad de las crisis de realización, observando que en un marco de alto desempleo y deterioro del salario, el surgimiento de clases medias no compensa la debilidad general del poder de compra ( Marini, 1978) .

Marini recordó que el estancacionismo fue un defecto del pesimismo desarrollista de Furtado y de su tesis de la “pastorización” brasileña. Esa visión diagnosticaba una regresión hacia estadios agrícolas, que fue desmentida por el nuevo periodo de industrialización (Marini, 1991: 34).

El revolucionario brasileño nunca fue estancacionista. Escribió Dialéctica de la Dependencia para indagar contradicciones y no estadios finales del capitalismo (Osorio, 2013) . En la valoración de la dinámica expansiva de ese sistema se ubicó más cerca de Mandel que de Sweezy.

La respuesta de Marini permitió aclarar que sus divergencias con Cardoso no giraban en torno a la existencia de una nueva burguesía local, estrechamente asociada al capital extranjero. Ambos autores resaltaban esa novedad. El punto de discordia era la consistencia y alcance de la industrialización en curso.

Para Marini ese proceso no corregía las viejas limitaciones de la economía brasileña, ni equiparaba su desenvolvimiento con los países centrales. Por el contrario, Cardoso suponía que esas restricciones habían quedado atrás y que el país sudamericano ingresaba en un círculo virtuoso de desarrollo.

En el curso de la polémica Marini modificó su visión inicialmente considerada hacia su adversario y estimó que Cardoso había roto con su pasado, para embarcarse en una “grotesca apología al capitalismo vigente en Brasil”..

Esa fascinación le impedía registrar los datos básicos de un país con desigualdades superiores al promedio mundial, mercados internos más segmentados y desequilibrios de industrialización más significativos. Cardoso omitió estos problemas e ignoró la imposibilidad brasileña de alcanzar la performance histórica de Estados Unidos, Francia o Japón (Marini, 2005).

Dos Santos expuso las mismas críticas. Señaló su coincidencia con Cardoso en la existencia de un giro de la burguesía brasileña hacia mayores asociaciones con el capital multinacional. Pero subrayó su total discrepancia con la presentación de ese viraje como un camino al desarrollo. Puntualizó que el modelo adoptado por la clase dominante incrementaba las inversiones, sin repetir el desenvolvimiento auto-sustentado de las economías avanzadas (Dos Santos, 2003).

Todo el debate confirmó que el deslumbramiento de Cardoso con el capital extranjero había germinado en su libro clásico con Faleto. Ya el título de esa obra – Dependencia y desarrollo – había sido expuesto en implícita oposición al Desarrollo del subdesarrollo de Frank .

Allí se expusieron situaciones de dependencia muy alejadas de las dinámicas estructurales de sujeción que retrataron Marini, Dos Santos o Bambirra . Se supuso que el desenvolvimiento se materializa con políticas económicas acertadas y que el capitalismo no obstruye la erradicación del subdesarrollo .

INVOLUCIÓN SOCIO-LIBERAL

La disolución del sentido de la dependencia fue acentuada por Cardoso en la revisión de su libro. Allí utilizó la fórmula “desarrollo dependiente asociado” para caracterizar la gestión conjunta de las empresas multinacionales con las burocracias y las burguesías locales (Cardoso, Faletto, 1977).

FHC señaló que bajo esa administración las inversiones extranjeras facilitan una intensa expansión económica, sin generar los obstáculos señalados por los teóricos marxistas. Rechazó el enfoque de los autores que ilustraban cómo el crecimiento motorizado por el capital foráneo genera desequilibrios superiores a los padecidos por los países centrales. Esta diferencia cualitativa fue olvidada por Cardoso, que transformó a la dependencia en un concepto antagónico a lo imaginado por los gestores de esa idea.

El único límite real al desarrollo que observó Cardoso en los países intermedios fue la existencia de regímenes políticos excluyentes y obstructores de los mercados que integran a toda la población. Supuso que la remoción de esa barrera política erradicaba también la principal causa del subdesarrollo.

En ese período FHC aún consideraba varios caminos para el logro de esa democratización. Pero poco tiempo después estimó que sólo las transiciones negociadas con las dictaduras pavimentaban ese rumbo. Por eso participó activamente en la gestación de las democracias tuteladas, que en los años 80 aseguraron la continuidad del esquema económico neoliberal inaugurado por esas tiranías.

A partir de ese enfoque Cardoso promovió las transiciones pos-dictatoriales como el marco político ideal para atraer capital extranjero. Inició una fervorosa reivindicación del neoliberalismo y sus divergencias con la izquierda se concentraron en torno a esa apología. Las evaluaciones dispares sobre la dependencia quedaron relegadas como una problemático del pasado.

FHC tomó mayor distancia también de la CEPAL y abandonó cualquier presentación del estado como entidad impulsora de la industrialización (López Hernández, 2005). Es cierto que a diferencia del desarrollismo captó la conversión de las viejas burguesías nacionales en asociadas, pero nunca lamentó, ni cuestionó ese giro. Al contrario, lo reivindicó como un acertado camino hacia la prosperidad latinoamericana.

Su crítica a Marini coincidió con la asunción de posturas más derechistas. Cuestionó todos los conceptos de su adversario que chocaban con su fascinación por el mercado y las empresas multinacionales.

En ese período Cardoso introdujo a la Fundación Ford en el medio académico e incentivó el financiamiento privado de las ciencias sociales. Cortó toda referencia a los problemas discutidos con Marini y evitó los debates relacionados con su propio pasado (Correa Prado, 2013).

Posteriormente como presidente de Brasil Cardoso se transformó en el principal artífice de ajustes, privatizaciones, aperturas comerciales y flexibilizaciones laborales. En la última década traspasó nuevos límites hasta convertirse -junto a Vargas Llosa- en el principal adalid de las causas reaccionarias. Actualmente es un vocero de la intervención imperialista en Venezuela y de todos los atropellos del Pentágono.

Por eso no sorprende su activa participación en el reciente golpe judicial-mediático- institucional que desplazó a Dilma Rouseff. FHC tuvo un papel descollante en esa tropelía, al presentarse como un noble estadista que enaltece los valores de la república, reclamando la destitución de una presidenta electa.

Cardoso escribió 22 artículos con ese hipócrita mensaje en el principal periódico de los destituyentes (O Globo) y asumió esa campaña como una venganza personal contra su rival Lula (Anderson, 2016; Feres Júnior, 2016) . Esta actitud ya generó contundentes repudios de la intelectualidad progresista (CLACSO, 2016).

También el socio de FHC en la crítica a Marini -José Serra- ha sido un activo golpista premiado con el cargo de canciller. Desde allí promueve el mayor giro pro-norteamericano de la historia reciente de Brasil (Nepomuceno, 2016).

La involución neoliberal de Cardoso fue anticipada por la crítica de Marini. La polémica entre ambos no fue un episodio coyuntural de los años 70, ni concentró equívocos de ambos lados. El primer autor negó la persistente realidad del atraso y el segundo explicó su continuidad. Esa diferencia los ubica en polos contrapuestos.

En los últimos años comenzó una revalorización de la obra de Marini ( Murua, 2013:1-3; T raspadini, 2013:10-12). Se difunden sus escritos y se retoman trabajos para actualizar su concepción. Algunos investigadores sostienen que construyó una “economía política de la dependencia” y aporta los cimientos para comprender el subdesarrollo (Sotelo, 2005).

Esta caracterización suscita varias preguntas: ¿Los pilares señalados por Marini son suficientes? ¿La valoración de su enfoque se refiere a la época del revolucionario brasileño o se proyecta hasta la actualidad? ¿Cómo evaluar los cuestionamientos que recibió desde el campo del marxismo? En los próximos textos abordaremos esos problemas.

RESUMEN

Tres teorías de la dependencia surgieron en los años 60. Los autores marxistas conceptualizaron el subdesarrollo desde una expectativa socialista próxima. Cuestionaron los mitos liberales, analizaron los desequilibrios de la industrialización desarrollista y explicaron el atraso por los efectos del capitalismo dependiente.

Marini indagó el fordismo obstruido, la superexplotación, el ciclo dependiente y la doble dimensión del sub-imperialismo. Dos Santos teorizó la diferencia entre polarización económica y dependencia política y Bambirra distinguió las variantes desiguales del subdesarrollo. Asignaron un status científico a su concepción y evaluaron la especificidad de América Latina en el universo periférico.

El enfoque metrópoli-satélite de Frank tuvo afinidades con la visión marxista, pero sólo postuló un encadenamiento de excedentes traspasados al centro. No registró bifurcaciones internas, omitió a sujetos sociales y presentó erróneamente a las clases dominantes como segmentos lumpenizados.

Cardoso planteó un enfoque muy diferente. No contrapuso el desarrollo con la dependencia y se limitó a describir retrasos económicos resultantes de modelos políticos divorciados de las prioridades del capitalismo. Con esa mirada ignoró las diferencias cualitativas entre economías medianas y potencias centrales e inició una involución neoliberal.

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Fuente: http://www.lahaine.org/katz/

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México: Aurelio Nuño y gobernadores

Por: Pedro Echeverria V.

32 gobernadores (sabios en oportunismo político) ignorantes en educación, aprueban reforma.

CNTE-1-1

1. ¡Qué chistoso e ignorante el tal Aurelio Nuño –secretario de Educación- al reunir a gobernadores del PRI, PAN, PRD, para aprobar la reforma educativa privatizadora! Seguramente la próxima reunión será de senadores, luego de diputados, después burócratas, y así hasta reunir a todos los empleados de gobierno que de educación no saben absolutamente nada, pero que tal de discursos para la televisión. Frente a las batallas de la Coordinadora (la CNTE) con dirigentes y especialistas, cuya ocupación por muchas décadas ha sido en el campo educativo, los Peña Nieto, Osorio, Nuño y los INEE y demás subordinados, al abrir la boca sólo pueden salirles bobadas.

2. Los líderes espurios del Sindicato (SNTE) sí saben un poco de educación, pero la manejan al revés, es decir, en lugar de ponerse de frente lo hacen de nalgas. En lugar de defender a los maestros se pelean por ser arrastrados (como los gusanos) tras el gobierno y el PRI. Imaginen que Hidalgo, Morelos, Guerrero, Juárez, Zapata, Villa, en lugar de enfrentar con las armas a los gobiernos de ricos y caciques, se hubiesen acobardado y se hubieran arrastrado frente a ellos. No tendríamos México, ni patria ni matria. México está jodido por la explotación y opresión, pero si España y EEUU nos dominaran formalmente, seríamos más o menos sus esclavos.

3. La pedagogía y la didáctica, los métodos educativos en la escuela –así como otras más asignaturas o técnicas de enseñanza- son simples materias dependientes de las políticas educativas que determinan los gobiernos en cada sexenio con indicaciones precisas y hasta obligadas de los EEUU. ¿Qué es la política educativa que se aplica en cada país? Son una cantidad de normas que obedecen a los intereses económicos y políticos de cada gobierno. Aunque se inventen consultas al pueblo, las líneas generales de la política educativa tienen obligatoriamente que obedecer a las políticas de gobierno. ¿Mano de obra barata para la explotación?

4. Las persecuciones, represiones, encarcelamientos y asesinatos contra el magisterio son ordenadas desde la cúspide del gobierno que ordena y determina, pero las líneas educativas son de carácter internacional desde que se fundó en 1945 la ONU y al siguiente año la UNESCO. El mejor ejemplo en México fue cuando en 1946 se comenzaron a abandonar los programas educativos de contenido rural para hacerlos urbanos; cuando se retiraron inversiones en el campo para industrializar las ciudades, cuando comenzaron los programas del “bracerismo” migratorio en EEUU y comenzaron a crecer las grandes ciudades en perjuicio del campo.

5. A pesar de investigaciones que una buena cantidad de estudiosos Tonenbaum, Mac Bride, aconsejaban no abandonar el campo en beneficio de las ciudades, los gobiernos mexicanos de manera desesperada entraron a la economía, política, educación de carácter urbano. A partir del presidente Alemán comienzan de manera total los cambios educativos para satisfacer los gobiernos yanquis de Truman y Eisenhower que reclamaban mano de obra barata mexicana para recuperar rápidamente la economía de los EEUU y convertirlo en el país más poderoso del mundo. México cambió radicalmente su política, economía y educación en los años cincuenta.

6. Así que no estén tan preocupados por problemas de pedagogía o didáctica, por el manejo del gis y el pizarrón o por los 180 o 200 días de clases porque todo ello es muy secundario. Las transformaciones educativas tienen que ser de fondo y tienen que ver de manera directa con la política educativa: ¿El sistema educativo debe estar al servicio de la productividad para seguir concentrado la riqueza en unas cuantas manos o debe servir para que la población obtenga con su trabajo buenos niveles de bienestar? ¿La educación debe ser privada para quienes puedan pagar colegiatura y otros gastos, o educación pública y gratuita para todo el pueblo?

7. ¿La educación debe de ser “de calidad” para las élites universitarias y de posgrado o una buena educación para las masas que garantice una cobertura del 100 por ciento a partir de preescolar y primaria? ¿Hacia qué sectores debe ir el mayor porcentaje de presupuesto? Así que los compañeros más destacados de la Coordinadora no deben estar por ahora muy preocupados por la pedagogía o la didáctica sino porque profesores, estudiantes y padres de familia intervengan más de manera directa en el proceso educativo. Que las autoridades sólo garanticen presupuestos y vigilen que estos se apliquen con honradez y honestidad.

8. La educación es un asunto de educadores, de estudiosos y de gente que lleva muchos años metida en el problema. No es un problema de funcionarillos, partidos y aparatos burocráticos de gobierno. Que estos se dediquen a dar patadas bajo la mesa a sus competidores, que se dediquen a arrastrarse como gusanos tras los empresarios y los medios de información. De asuntos que no conozcan lo mejor es que ni se metan ni opinen porque en boca cerrada no entran moscas. Ante la brutalidad de funcionarios la Coordinadora sólo debe preparar bloqueos y manifestaciones de masas como lo ha venido haciendo los últimos tres años y medio.

Fuente: http://kaosenlared.net/mexico-aurelio-nuno-y-gobernadores/

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¿Década desperdiciada?, ¿para quiénes?

Por: Emir Sader

Después de agotar la posibilidad de caracterizar la situación actual de los gobiernos progresistas latinoamericanos como una situación de “fin de ciclo” —en la línea del fin de la historia, del fin de la oposición derecha/izquierda, del fin de las ideologías y demás supuestas capitulaciones—, surge la idea de que estamos ante una década desperdiciada. Nada del otro mundo ha ocurrido; los gobiernos de Lula, de los Kirchner, del Frente Amplio, de Chávez, de Evo Morales, de Rafael Correa, habrían tirado todos ellos por la borda una situación excepcionalmente favorable para la izquierda, lo que beneficiaría el retorno de la derecha.

Parece claro que no estamos ante un “fin de ciclo” dado que no surge nada superador, tanto por la derecha como por la izquierda. Más bien al contrario; ya sea en Brasil, Argentina o en el resto de países, lo que emerge son procesos de restauración conservadora, de retorno al viejo neoliberalismo de los 90.

Es por esto que se hace necesario intentar descalificar a los gobiernos que han traído a Latinoamérica avances nunca vistos, para lo cual se lanza la idea de que estamos ante una década desperdiciada. Como si las condiciones hubieran sido las mejores posibles y no se hubieran aprovechado. Hablamos de gobiernos que surgieron a contramano de la notable corriente neoliberal que imperaba a nivel global y que, por cierto, todavía subsiste, pese a la profunda crisis internacional del capitalismo. Mientras en el mundo aumentan las desigualdades, la miseria, la pobreza, la exclusión social, la expropiación de derechos, en nuestros países se ha avanzado en una dirección exactamente opuesta. Se ha disminuido mucho la desigualdad en el continente más desigual del mundo. Nuestros países han cambiado mucho su fisionomía respecto a la que era antes, a pesar de los retrocesos a nivel global.

Según las voces aisladas de la extrema izquierda, esto solo se ha podido llevar a cabo gracias a los favorables precios de los productos primarios de exportación. Pero el caso es que antes el precio de esos mismo productos también era elevado y nada de esto había ocurrido, y aun cuando dichos precios han caído, los gobiernos progresistas han mantenido sus políticas sociales.

Por tanto, ¿para quién ha sido una oportunidad desperdiciada? Para los pueblos seguro que no, puesto que ha servido para que luchen y conquisten sus derechos, apoyados por gobiernos que los defendían. Quizá se trata de una oportunidad perdida para la extrema izquierda, pues ha sido incapaz de probar sus tesis de siempre debido a que carecen de apoyo popular.

¿Son los gobiernos progresistas los responsables del retorno de la derecha? Entonces por qué la extrema izquierda, que siempre cree tener razón, no ha sido capaz de fortalecerse aprovechando el debilitamiento de dichos gobiernos progresistas? Simplemente porque no tienen ningún arraigo popular, porque sus argumentos no han cuajado en ningún sector popular, no están al frente de ninguna experiencia de gobierno significativa, ya sea a nivel municipal, provincial o nacional.

En definitiva, hablamos de una década desperdiciada para aquellos que no han aprendido que el desafío fundamental de nuestro tiempo es superar el modelo neoliberal, construir una alternativa concreta, fortalecerla, generar un polo latinoamericano y mundial de superación del neoliberalismo. Aquellos que no aprenden de la historia, desperdician sus enseñanzas y siguen repitiendo lo mismo que decían hace décadas. Nunca tendrán la perspectiva de repetirla porque no la protagonizan nunca.

Fuente: http://blogs.publico.es/emir-sader/2016/07/26/decada-desperdiciada-para-quienes/
Fuente de la Imagen: http://www.contrainjerencia.com/wp-content/uploads/2015/03/5507029571139ead5b8b457a.jpg
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Política deportiva

Europa/España/29 de Julio de 2016/Autor: Fernando Ayala Vicente/Fuente: Periódico Extremadura

En ocasiones trabajo y pasión se unen. Es lo que me ha sucedido hace unos días cuando he tenido el gusto de participar en un debate sobre política deportiva. De esta forma, algo más que una de las aficiones que me acompaña en mi vida, el deporte (en mi caso el atletismo), se relaciona con la actividad pública y encima en un entorno que no podría ser más acogedor para mí: la Universidad de Extremadura.

Excelente iniciativa del Colegio de Licenciados en Educación Física que ha impulsado un torrente de ideas en torno, entre otras cosas, al futuro laboral de su colectivo. Hemos podido disfrutar del intercambio de opiniones, no únicamente sobre aspectos, eminentemente técnicos como la regulación de las profesiones relacionadas con las Ciencias del Deporte, sino también con cuestiones, que como profesor, docente y sobre todo amante del ejercicio, me interesan muchísimo: el deporte como vía para la salud. El deporte como instrumento de cultura. Como elemento de lucha contra la obesidad infantil y juvenil. Como elemento catalizador del ocio y generador de riqueza y empleo.

Sin embargo, al margen de la opinión de los políticos, siempre es mucho más revelador, escuchar a los profesionales. A la gente que ha hecho de la actividad física una parte importante de sus preocupaciones (y no sólo laborales). Ellos son los que, a pie de tierra, te enseñan, te corrigen, te ilustran, te demuestran la diferencia entre el despacho y la realidad. Pero a la vez, es el momento ideal para que escuchen el recorrido, que guste más o menos, lleva la burocracia, los caminos de la Administración, el cumplimiento de normas y leyes, la pelea contra la impaciencia que generan los tiempos de espera…

Es, sobre todo, en el mundo de la educación, donde se empieza a germinar la semilla que luego puede llevar con mayor éxito al desarrollo de la creación de una cultura que haga posible que el ejercicio, el deporte (ya sea de base o de élite) y la simple actividad física diaria moderada formen parte de nuestras rutinas diarias.

La creación de elementos diferenciadores en los currículum, la inclusión de cláusulas sociales en la elaboración de contratos para las empresas y asociaciones que se quieren dedicar a esto, la necesidad de asumir la importancia de la materia para no relegarla al cajón de las prescindibles, deben ser la guía y el referente en el que nos tengamos que mover todos aquellos a los que el deseo, a veces, nos empuja, más fuerte que la tozuda certidumbre de las costumbres.

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/politica-deportiva_946302.html

Fuente de la imagen: http://hugocarlos.com/

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Umberto Eco y la cultura de la vida buena

Europa/España/29 de Julio de 2016/Autor: Francisco Sierra Caballero

Los caminos del pensamiento y de la lectura son inextricables. Bien lo sabía el sabio de Bolonia. Un bibliófilo incansable, vivo ejemplo del hombre renacentista que quizás, digo solo quizás, no vuelva a repetirse en la historia de la cultura. Lo señalaba recientemente con motivo de su última novela “Número Cero” que reseñara en este mismo blog.  En aquel entonces afirmaba que nuestro tiempo es el tiempo de las multitudes y la cultura de la aglomeración.

Eco se hizo mundialmente célebre no solo por su obra “En nombre de la rosa”. El clásico ensayo “Apocalípticos e integrados” sobre la cultura de masas fue referencia obligada en todas las Facultades de Periodismo. Desde entonces aprendimos que las multitudes, antes definidas como masas, más allá del diagnóstico de apocalípticos e integrados, son un fenómeno de la modernidad tanto como lo es la democratización del acceso a la cultura, un proceso no exento, como todos saben, de numerosos problemas y contradicciones. Y en modo alguno explicable, sin más, por el desarrollo de la tecnología. El acceso al ciberespacio obedece al mismo principio que da lugar a la ocupación de las Ramblas (como nos recuerda Miquel de Moragas, a propósito de la visita a Barcelona del bueno de Umberto) o, por otra parte, hace posible la ocupación de la Puerta del Sol. En este punto, sin duda, Eco era deudor de la galaxia Gutenberg, de una cultura otra, en proceso de extinción o creciente marginalidad.  Resulta paradójico que el centro de estudios que fundara en Bolonia hoy sería materialmente imposible de acuerdo a las exigencias neoliberales del proyecto de convergencia de la Educación Superior Europea, cuya acta fundacional ocurriera, curiosamente, en la misma universidad donde dictara por tantos años cátedra el brillante estudioso.

Hace décadas Neil Postman insistía que el papel de la educación ha de ser proteger ese legado humanista. En sus críticas a Internet, polémicas como otras que con ironía y atino apuntaba Eco, esta cuestión define en parte la herencia cultivada por el autor en forma de filosofía de la sospecha o cultura de la duda, más que pertinente, por cierto, en la cultura like (o, mejor aún, light, por influencia de cierto posmodernismo conservador). Eco, como el Profesor Di Samis, protagonista de su novela, pecaba en este sentido de exceso neobarroco. Pero quién no es ajeno a esta deriva en nuestra cultura. Eco además pertenecía a otro tiempo y otra era, la del registro, la de la cultura conservadora (en el sentido de Moles); por eso los personajes de su última novela piensan la memoria externa en términos de CD y no de la nube. Ello explicaría, por lo mismo, la crítica a las redes, los móviles y la cultura radical chic del autor de La estructura ausente. Pero esta no era solo la opinión anacrónica de un intelectual fuera de su tiempo. Muchas Facultades de Comunicación comparten esta idea de nuestro autor, empezando por reconocer que tampoco parecen acompañar el reto de la revolución digital. No sé si es válida la afirmación que asevera categóricamente el profesor Di Samis en NÚMERO CERO: en la universidad las cosas funcionan de manera contraria al mundo normal.  Es el caso de la Universidad de Sevilla, donde como Decano tuve la idea de distinguir a Umberto Eco, Doctor Honoris Causa por la Facultad de Comunicación que entonces dirigía. Probablemente, la mayoría del profesorado de la institución tuviera un conocimiento exclusivamente mediático del semiólogo italiano como novelista de éxito. Digo probablemente porque cuando hiciera igualmente la propuesta de esta honorable distinción al profesor Armand Mattelart, algunos docentes recibieron extrañados mi propuesta como prueba clara y evidente de tener poco o nulo conocimiento del campo de estudios de nuestra competencia. El caso es que todos unánimemente respaldaron con entusiasmo mi solicitud a Rectorado y pudimos recibir en nuestra institución al ilustre pensador.

No era la primera vez que conocía a Umberto Eco en persona. En los años ochenta, como estudiante de la Universidad Complutense de Madrid pude asistir a las conferencias que impartió en la Facultad de Ciencias de la Información, seguramente por iniciativa de los profesores Jorge Lozano y Cristina Peñamarín. En aquellas lecciones magistrales admiramos su socarronería, la inteligencia crítica y la sabiduría humanista que rezumaban sus comentarios y consideraciones a unos cientos de alumnos que observábamos asombrados las complejas lecciones y posibilidades que nos brindaba la Semiótica como herramienta de estudio de la comunicación moderna. En Sevilla pudimos, además de ratificar su excelencia intelectual, convivir con el homenajeado varios días. Solícito al protocolo que marca este tipo de actos en la centenaria Universidad de Sevilla, solo pidió poder visitar la Biblioteca Colombina. La pasión por el libro de Eco era más que legendaria. No sólo por los valiosos incunables y numerosos volúmenes que atesora, sino por su conocimiento del medievo y de los textos clásicos, empezando por Santo Tomás. De su paso por Sevilla, justamente, tuve a bien regalarle un pergamino con la imagen del teólogo, de incalculable valor, dados los tesoros ocultos o perdidos que aún guarda en sus calles la capital hispalense. A cambio, él nos acompañó de buen grado a la visita a la Catedral y en las conversaciones varias sobre su vida y obra, siempre aderezadas con un buen whisky y con el fino humor que le caracterizaba pese a su ya por entonces reducida movilidad. Con Jorge Lozano, Eliseo Colón y Lucrecia Escudero, entre otros, compartimos mesa y mantel, y acompañamos al autor al acto central del seminario de alto nivel sobre Barroco y Comunicación que organizamos en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo junto a Roger Chartier, a iniciativa de Antonio Miguel Bernal, como parte del programa de la Escuela FOCUS ABENGOA. Memorable acto en la iglesia del antiguo Hospital de los Venerables solo posible en Sevilla y muy propio por otra parte de Eco. Sobra decir que la convocatoria fue multitudinaria y excelente la acogida y calidad de la conferencia, tanto por el tema como por el nutrido y selecto público que nos acompañó en tal ocasión. Pero más allá del anecdotario y el memorial del convento, nunca mejor dicho, de aquellos febriles días de celebración y homenaje, me quedo con dos lecciones con él aprendidas: el compromiso con la tradición y el legado humanista que reposa en el mundo del libro y la escritura en países como Italia o España con la consiguiente necesidad de volver a los clásicos; y la necesidad de pensar en el mundo, de intervenir en la sociedad, de no renunciar, como hicieron muchos intelectuales ligados en su momento al antiguo PCI, a un pensamiento anclado en la inmanencia de la vida. Él siempre dio ejemplo cotidiano de su voraz curiosidad intelectual por lo elementalmente humano porque, como Edgar Morin, sabía que Nacer es Conocer. Y la escritura y lectura un acto político de reivindicación de la Vida Buena. Sólo por ello, bien merece volver a sus textos de semiótica y su dilatada obra. Aquí y Ahora, desde el ethos barroco.

Fuente: http://www.franciscosierracaballero.com/umberto-eco-y-la-cultura-de-la-vida-buena/

 

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Análisis Crítico sobre la Creatividad y la Economía Política

América del Sur/Venezuela/29 de Julio de 2016/Autor: Gerson Gómez

En este artículo que realice para apoyar a una amiga de la Universidad de Carabobo, cuyo tema llama mucho la atención, la conjugación de economía y creatividad,  suena sumamente interesante; en torno a la creatividad, el hombre desde la antigüedad ha usado su ingenio para adecuar su entorno, a las necesidades desde las formas más primitivas,  pasando por cada uno de los periodos de la historia, hasta llegar al mundo contemporáneo, con una ciencia  y un nivel cultural, producto de La Acumulación Dialéctica de Saberes (LADS) entre lo Individual  y lo  Colectivo, tanto en la Economía como en la Política, han surgido un sin número de teorías y tendencias, donde tanto  el ingenio como la creatividad, han jugado un papel determinante. En tal sentido, el presente artículo busca resaltar el abordaje transformador de la Economía  Política, viendo al Hombre como un actor consciente de su aprendizaje, y La participación en Políticas Económicas, en pro de la creación de un mejor sistema de vida.

Aportar ideas sobre el tema, puede ser algo complejo, la diversidad de elementos que convergen, se fusionan ente si,  para tratar de dar coherencia a un tema, sumamente abstracto que debiera estar enmarcado desde la perspectiva meta cognitiva, la creatividad pudiera estar supeditada a múltiples factores conceptuales, genéticos o individuales, y contextuales que pudieran influenciar en materia de conocimiento humano o por lo menos darle su rango cultural.En lo que se refiere al tema político, esto pudiera asociarse; al rango Artístico que se le ha dado El Ser Creativo en la Historia, durante La Inquisición, por ejemplo. Hubo fuertes enfrentamientos entre la Burguesía Científica naciente, versus La Monarquía Absoluta y El Clero (Dogmatismo versus  Ciencia); cuyo reacomodo y resurgimiento de la Republica a partir de la Revolución Francesa y  de La Razón Kantiana. Surge en la ilustración Adams Smith, y el Liberalismo Económico, cuya economía política revive hoy con las más variadas tendencias del mundo  contemporáneo. Y décadas posteriores Carlos Marx y el Socialismo científico que reconvirtieran en las dos teorías un Ordenamiento Geopolítico del Mundo Actual (OGMA).

Si partimos de la meta cognición como premisa como lo más ilustrativo y didáctico sería  fundamental el tema desde la ejemplificación, aunque en el contexto de la creatividad, que indudablemente tiene que ver con capacidades y desarrollo actividad cerebral y la adaptación consciente, con perspectiva de transformación de cada individuo, sin dejar a un lado, el desarrollo biopsicosocial, que da pie, a determinar rasgos de inteligencia superior y  diversidad en cuento al desarrollo de la inteligencias múltiples que Mirian Héller trata en su libro El Arte  de Enseñar con todo el Cerebro, donde trata de ilustrar una diversidad de situaciones de aprendizaje, donde quien aprende pudiera estar en la capacidad de identificarse, con lo que aprende y aprovechar actitudes y aptitudes de acuerdo con los tipos de inteligencia que de una u otra manera desarrolla  con más facilidad y el docente crear situaciones de acuerdo a habilidades y destrezas del aprendiz.

Dado el hecho de que la toma de decisiones, en cuanto a las políticas económicas las norma el Derecho Internacional, tal vez solo pudiéramos tomar la libertad de realizar de manera Heterodoxa, visibilizando la oportunidad que en Economía Política, Se nos brinda a los Venezolanos conLa Ley del Plan Patria y sus 5 Objetivos Estratégicos. Que en esencia rescata el proyecto Bolivariano y Mirandiono  , con una percepción de un Socialismo  del Siglo XXI, y la integración  Latinoamericana, como Estrategia de Desarrollo Única, con el Sistema Cambiario, que reorientara el sistema financiero por lo menos en El ALBA y cuyo nombre es El Sucre. Es de hacer notar, que la esencia del proyecto tubo estratégicamente la visión, del rescate PDVSA de las Garras de la privatización, y La lucha por defender los intereses de los países productores, como lo plantea Juan Pablo Pérez Alfonzo, en su tesis de Economía Política. No dudo de la Capacidad Creadora Hugo Chaves Frías al plantearse “Desde La Agenda Alternativa Bolivariana hasta  La ley del  Plan Patria, como legado para Venezuela y el mundo.

De esta  manera, un Político  con formación  al igual que el músico, con cualidades innatas, valga la comparación  puede ser autodidacta y actor consiente de su propio aprendizaje y  crear, melodías, letras, arreglos de armonía, y lenguaje musical, aprovechando las experiencias previas, para perfeccionar los productos futuros.  El profesor creativo, pudiera, de los intereses e inquietudes de sus discípulos o alumnos, para desarrollar  una clase más dinámica, que le permita compenetrarse con intereses actividades y actitudes, para sacar provecho, de procesos de aprendizaje. De acuerdo con lo antes expuesto, pudiera señalar que la creatividad está relacionada con la capacidad extraordinaria de adaptarse y convertir su entorno, en algo de provecho y de propio objeto de acción para perfeccionar los eventos, de la vida cotidiana.

De acuerdo con lo antes expuesto, se hace necesario, tocar los aspectos de la meta cognición, como los señalan Carlos Gibaba y Ysabel López (2012) en su blog “Flores  Raíces del Talento Humano” ….. Meta cognición y creatividad…. “Se refiere al conocimiento y al control de la cognición. Versa sobre el conocimiento de los procesos creativos en general y en particular en el conocimiento que el sujeto tiene de su propio sistema mental capacidades y limitaciones y por otra parte implica los efectos reguladores de estos conocimientos, pueden ejercer en su actividad” Por ejemplo desde el punto de vista comercial un buen negociante o comerciante, pudiera hacer una evaluación de costos y de acuerdo con lo más rentable bajo experiencias previas, que posee en su memoria mejorar las ventas en su negocio , eso implica un reacomodo de los procesos mentales para darle provecho en lo cotidiano.

De la misma manera,….”Distingamos en la Meta cognición a una dimensión del conocimiento y otra de control”…. Señala con una visión didáctica que “La caracterizamos como planificación, supervisión y evaluación. La capacidad para reflexionar sobre sus propios procesos mentales tiene importantes implicaciones educativas”.

En este sentido, se hace necesario resaltar lo que estos autores señalan más adelante,…»La dimensión de control la caracterizamos como: planificación, supervisión y evaluación. La capacidad de reflexionar sobre sus propios procesos mentales tienen importantes implicaciones educativas en este sentido se hace necesario resaltar, si una persona conoce sus capacidades y lo que se necesita para una ejecución, eficiente en determinada  situación, entonces suele dar pasos para, satisfacer de modo adecuado esas exigencias. Sin embargo, si no es consciente de sus propias limitaciones, o de la complejidad de la tarea, o de las características o exigencias, del contexto en particular, difícilmente podemos esperar que se adopten acciones a fin de anticipar en problemas y resolverlos adecuadamente»

En otras palabras  establecer líneas de acción de  acuerdo al conocimiento pleno de privilegios y limitantes permite abordar los problemas con más eficiencia y si tenemos conciencia de ello es más fácil resolverlos. Por otro lado, la Meta Cognición entendida como control,» se refiere a los procesos de autorregulación utilizados por una persona en  una situación de aprendizaje”. Por último la evaluación, se determina por la medición de los procesos y el producto final, que permite determinar los resultados concretos del proceso en general. En cuanto a la creatividad, es un fenómeno más complejo, que pudiera salirse de los estándares establecidos por lar reglas científicas de la Psicología Educativa y Evolutiva respectivamente, pero tener conciencia de este atributo especial, es clave para sácarle provecho al máximo.

                                                                          Referencias.

Gibaja C. y Lopez Ysabel (2012)Raices y Flores del Talento Humano Blogs pot/2012/Meta cognición-y-creatividad htlm

Hellen Mirian( 1994) EL Arte de Enseñar con todo El Cerebro.

Correo :gersonjosegomezescobar@gmail.com

SACVEN12926

Fuente de la imagen: http://psicologia.laguia2000.com/la-personalidad/caracteristicas-de-las-personas-creativas

 

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