Page 2566 of 2732
1 2.564 2.565 2.566 2.567 2.568 2.732

IESALC publica: «Educación Superior y Pueblos Indígenas en América Latina. Contextos y Experiencias

IESALC

unnamedEl libro«Educación Superior y Pueblos Indígenas en América Latina. Contextos y Experiencias», es el resultado de las actividades del Programa Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina (Programa ESIAL) del Centro Interdisciplinario de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (CIEA UNTREF).

El mismo reúne un conjunto de ocho casos de estudio sobre cómo las políticas de Educación Superior de sendos países de la región condicionan, facilitan y/o dificultan el desarrollo de instituciones interculturales de Educación Superior (IIES) y/o de programas interculturales al interior de instituciones “convencionales” de Educación Superior (IES).

Estos estudios se enmarcan en el análisis de los respectivos contextos normativos, e incluyen la revisión de experiencias concretas y opiniones de actores significativos en lo referente a la situación del campo en cada país. Esta colección de casos de estudio es precedida por un estudio de alcance regional que incluye el análisis de algunos instrumentos internacionales significativos, así como de los contextos constitucionales y legales y los principales aspectos de las políticas de Educación Superior relevantes para el tema en prácticamente todos los países latinoamericanos, así como referencias a experiencias concretas en cada uno de ellos. Cada caso de estudio, así como el análisis regional, incluyen recomendaciones de políticas.  

Los ocho capítulos dedicados al estudio del tema han sido especialmente preparados por profesionales indígenas o afrodescendientes de los respectivos países. Si bien, desde la visión que orienta a este Proyecto, los asuntos de diversidad cultural e interculturalidad no son exclusivamente de interés de pueblos indígenas y afrodescendientes, sino que atañen a todos los componentes de las diferentes sociedades nacionales, se optó por encargar estos estudios a un escogido grupo de profesionales indígenas y afrodescendientes, quienes, además de poseer excelentes credenciales académicas, por experiencia personal y profesional están particularmente familiarizados con algunas de las dinámicas de exclusión que resultan de especial interés para esta investigación.

Este libro es el cuarto de una serie de volúmenes resultantes de la labor del Proyecto Diversidad Cultural e Interculturalidad en Educación Superior en América Latina, del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (UNESCO-IESALC). El primero de ellos, titulado Diversidad Cultural e Interculturalidad en Educación Superior. Experiencias en América Latina, fue publicado en 2008; el segundo, Instituciones Interculturales de Educación Superior en América Latina. Procesos de Construcción, Logros, Innovaciones y Desafíos, y el tercero, Educación Superior, Colaboración Intercultural y Desarrollo Sostenible/Buen Vivir. Experiencias en América Latina, fueron publicados en 2009. Para el desarrollo de estos estudios, el IESALC ha contado con la valiosa colaboración de sesenta y siete investigadores de once países latinoamericanos. Estos cuatro volúmenes, además de estar disponibles en versión impresa, pueden ser consultados a texto completo en el sitio del IESALC en Internet: www.iesalc.unesco.org.ve.

Además de producir estas publicaciones, el Proyecto ha realizado un conjunto de actividades de apoyo directo al desarrollo de experiencias en este campo, incluyendo, entre otras, un curso de formación a distancia y un concurso de fondos para proyectos de colaboración entre IES y comunidades indígenas y afrodescendientes.

Versión PDF para descargar, desde aquí
Fuente: http://www.iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_fabrik&view=details&formid=2&rowid=134&lang=es
Comparte este contenido:

Del etnocentrismo privativo, a la investigación transdisciplinar abierta

Por Juan Domingo Farnos

Seguimos insistiendo en nuestros planteamientos de INVESTIGACIÓN y de implementación, en la necesidad de hacerlo de manera transdisciplinar como la única manera de aportar valor y eso sucede a través de la diversidad que proporcionan estas actuaciones.

Swanson mostró que la investigación de dos campos muy diferentes se pueden poner juntos para resolver un problema de pie en un tercer campo, eso si si tenemos claro que necesitamos tanto el tiempo y el interés para realizar las conexiones transversales pertinentes. Si Swanson era capaz de hacer esto en 1986, sin duda debería ser más fácil de conseguir hoy en día, teniendo en cuenta los avances en los motores de búsqueda informatizada.

Estos pueden conducir a alianzas interdisciplinarias, que se exhiben, es una de tantas posibilidades que tenemos Por otra parte, podemos recurrir a las bases de conocimientos disciplinarios “indígenas”. Esto ayuda a explicar el aumento de lo que podría llamarse “afianzamiento de referencia”, es decir, altos citas de un cuerpo bien delimitado de textos. En ese caso, es necesario dominar la jerga local antes de hacer cualquier progreso intelectual: muy alta renta pero en una comunidad relativamente pequeña, cerrada. Gran parte de la “posmodernidad”, especialmente como se ve por sus detractores, puede entenderse de esta manera.Pero realmente, ¿Cuál es el problema de la aplicación, evolución y desarrollo de la interdisciplinariedad ? ¿Es ésta la solución?

Steve Fuller plantea una pregunta inevitable para esta serie en la interdisciplinariedad. Él responde a esta pregunta, proporcionando una cuenta de la naturaleza propietaria esencialmente y otra que añadiríamos, las dificultades de transferencia que la mayoría de veces tenemos

¿Cuál es el problema para el que la interdisciplinariedad se la solución? La respuesta es lo que podemos denominar la tendencia de las disciplinas a ser cada vez más la propiedad de su relación con la consulta organizada. Una disciplina es “propiedad” en este sentido negativo si se puede obligar a investigadores a reconocer la propiedad de un campo de investigación, independientemente de la relevancia real de las disciplinas . Si la consulta que necesitaremos hacer constantemente es una especie de viaje intelectual, entonces las disciplinas imponen peajes a lo largo del camino, el cuál dificultará todo el proceso. Sin duda, la llegada de Internet ha puesto en marcha una nueva y robusta ola de libertarismo credencial, como estamos ahora siempre sólo unas pocas pulsaciones de teclado lejos de encontrar retos y alternativas a la opinión de expertos sobre prácticamente cualquier tema. Sin embargo, también existe una revuelta contra la epistémica búsqueda de rentas procedentes del interior de la academia, que es donde generalmetes se ponen “mas pegas” a la interdisciplinariedad.

Thomas Kuhn originalmente lo llama “ciencia normal“. Esto ocurre cuando un distintivo teórico y metodológico marco o paradigma, con probada eficacia se extiende indefinidamente, desplazando de ese modo un vistazo a otros enfoques y los tipos distintivos de preguntas que que potencialmente abordan.

Sin duda, esta marginación da lugar a la creación de otras disciplinas, . Pero éstas también sufrirán el mismo proceso de “normalización”. El final de esta visión es que los dominios de fenómenos llegan a ser propiedad de disciplinas, el acceso a los altos costos que implican principales, no sólo en términos de formación especializada, sino también los recursos humanos y materiales necesarios para llevar un proyecto de investigación a buen término y eso provoca una situación de PROTECCIONISMO ENDOGÁMICO que al mismo tiempo, y tal vez debido a este recurso-intensidad, hay poco interés en que se produzca ya ni tan solo una reorganización interna y mucho menos una transformación que harían que las partes sufrieran frente al todo. De hecho, según Kuhn, una disciplina tiene que estar al borde de la autodestrucción, la “crisis” que precipita una “revolución” -antes que su paradigma se sustituya correctamente.
Hemos visto, pues, como dirían los economistas, que las disciplinas son entidades “dependientes de la trayectoria”, cuyo éxito muy en particular, siguiendo un camino se convierte en un fuerte atractor.
Siempre estableceremos una distinción entre el “contexto de descubrimiento” y el “contexto de justificación.” La ciencia como una institución convierte los orígenes idiosincráticos de los descubrimientos en conocimiento lo que afirma que cualquier persona, en principio, puede justificar por sí mismo, simplemente mediante el examen de la evidencia y el razonamiento ofrecido por una afirmación de conocimiento en particular. De esta manera, las percepciones individuales llegan a ser incorporadas en un cuerpo colectivo de investigación, que a su vez permite a la humanidad en su conjunto. Por lo tanto, mientras que una verdad particular puede haber sido descubierta de una manera muy particular, la tarea de la ciencia es mostrar que podría haber sido descubierta bajo una variedad de circunstancias, siempre que obtengamos la evidencia y el razonamiento necesario.

Es fácil ver cómo este principio positivista podría sonar el toque de difuntos para este posicionamiento más epistémico. Los positivistas en sí mismos, tanto en el espíritu de los imperialistas del pasado y de hoy globalicionistas-vieron a la eliminación de las barreras comerciales como que conducen a una mayor integración e interdependencia. La interdisciplinariedad se fomentaría eficazmente a través de anti-disciplinariedad, al menos en la medida en disciplinas tendrían que traducir sus jergas específicas en una lengua franca común de intercambio intelectual. Sin embargo, esto no es exactamente de lo que realmente ocurre Al igual que en el caso económico, las asimetrías de poder ya existentes entre las disciplinas se juegan en esta “zona de libre comercio.” Mientras que muchas disciplinas se convirten en la física de usar modos de investigación, nada amables, la física-se aún va más lejos en las aguas estancadas intelectuales . Por ejemolo, Matemáticas constituía una barrera oculta al libre comercio en este contexto.

El resultado es que epistémica búsqueda de rentas y su remedio positivista propuesta coexisten hoy en día, sin resolución, sin duda el peor de ambos mundos. Una vez más, esto no es tan diferente de la economía política y el fenómeno del mundo es especialmente evidente en las ciencias sociales.

Pero hoy hemos encontrado en palabras como: interned, red, inclusividad ,….. las tres palabras que explosionan lo anterior ya que hacen que nuestras investigaciones por medio de internet nos permiten “vivir” en red y llegar a hacerlo de manera diversa (inclusividad), lo cuál facilita mucho no solo nuestra labor, si no también ofrecer un valor tal que hasta ahora nunca había sido posible, ni entender, ni llevar a cabo.

Nico Stehr (Knowledge Societies, 1994), revista británica Sociology (“establece  el importante papel del conocimiento en la actual sociedad postindustrial, en el sentido sugerido de desplazar a tradicionales factores del cambio social como el capital y la fuerza de trabajo“, lo quede alguna manera dinamita no solo la cultura social existente hasta ahora, si no el concepto propio que tenemos de instituciones como la universidad y es precisamente en esta posición donde los conceptos que utilizamos más hoy en investigación, conocimientos y tecnología, se someten a cuarentena de una manera más intensa.

Evidentemente estos dos factores cambian el espectro de lo que conocemos por sociedad, eso es una evidencia que clama al cielo, pero no se puede lanzar como una cortina de humo contra una sociedad gobernada por “expertos”, no es el caso. El conocimiento siempre fue muy importante, y no sólo desde la Segunda Guerra Mundial, aunque no es enfatizado hoy del mismo modo que en el pasado. Hoy sabemos que los poseedores de la propiedad no coinciden necesariamente con los gestores de la propiedad, es una separación que tiene lugar en el pasado del capitalismo. Creo que la tesis de la “sociedad del conocimiento” es sintomática de esa separación, y debería ser entendida en términos de la misma. La epistemología social trata de hacer un uso creíble del término “conocimiento”, no de aplicarlo a cualquier cosa y eso da a entender que la ciencia y el conocimiento son “abiertos” libres, y no son propiedad de nadie.

Snow, en su famosa conferencia Rede de 1959, señaló la existencia de dos culturas separadas por una abismo de incomprensión mutua, las culturas humanística y científico-técnica, con lo que nuestras investigaciones transdiscuplinares estarían muertas antes de empezar, lo que no es el caso, afortunadamente. Pero todo ello ¿estaría realmente contribuyendo a mejorar la comunicación entre las dos culturas señaladas por C.P. Snow, o más bien refuerza esa separación con su tendencia a la consolidación disciplinar? Evidentemente siempre dependerá de los presupuestos universitarios, públicos. En este sentido, no se ha contribuido demasiado a fomentar la conciencia crítica de los científicos, al menos no tanto como quizá hubiese sido posible. etc…pero estará muy mitigado por la influencia de la cultura open” del mundo de internet, lo cuál hará que todo ello sea posible, pese a quien pese.

Por ser la institución más poderosa en la sociedad, la ciencia es también una institución de acceso privilegiado. Incluso los que trabajan en la universidad raramente siguen lo que ocurre en las grandes instalaciones y laboratorios. En general, se asume que lo que ocurre en los grandes laboratorios tiene algún tipo de conexión con las tecnologías industriales, que se aceptan a nivel personal como productos de la ciencia. Esta suposición hace a la ciencia muy poderosa. Pero muy poca gente ha tenido la oportunidad de observar tal conexión. Por tanto, la pregunta es por qué creemos en ella, por qué creemos en esa historia. Cuando debe darse cuenta de creencias generales mantenidas por personas que no tienen un contacto directo con el objeto de su creencia, considero que la retórica desempeña un papel muy importante. El modo en que los científicos hablan y escriben acerca de sus actividades, hacen que el oyente o el lector se sienta testigo de lo que está pasando –se trata de la idea de Steven Shapin de “testimonio virtual”. Hacen que el lector “vea” cómo se realizan observaciones, se confirman hipótesis, se ponen a prueba teorías, etc. Y estas cosas se presentan de modo que el lector perciba que se trata de un proceso lógico, aunque no puedan ver qué es lo que ocurre realmente. La retórica, en cierto sentido, consiste en estos recursos didácticos. Pero esto, a su vez, refuerza el modo en que mucha gente habla del método científico.

No importa cuál sea tu campo de dedicación, incluso si no entras en el laboratorio y no participas de la ciencia en acción, a pesar de ello hablas de lo que es la ciencia: una forma maravillosa de racionalidad, se dice, que tiene ciertos pasos invariables, que conduce a descubrimientos, etc. Se trata de una imagen que después es incluso utilizada como forma paradigmática de racionalidad, como puede verse por ejemplo en el diseño de los primeros tests de inteligencia. Estas son formas de retórica que refuerzan la creencia general de que la ciencia es una institución muy importante, quizá la más importante, de la sociedad moderna (muchas veces parece un acto de fe de los lectores, oyentes…hacia los que hacen las investigaciones científicas...) Este es el modo en que la ciencia se reproduce continuamente a través de la retórica.

Los filósofos han elaborado normas para la ciencia, normas sobre cómo debe reproducirse el conocimiento. Han propuesto reglas de racionalidad como el principio de falsación de Popper, el método hipotético-deductivo, diversas lógicas inductivas, etc. En general, estas normas han sido elaboradas sin prestar atención a las realidades y posibilidades de los individuos ( sin contemplar la diversidad ni los posicionamientos personalizados/socializadores, ni la influencia que tiene sobre todo ello la fuerza de internet, las TIC, AI…)) Lo que recomienda la epistemología social: trasladar ese aspecto de la filosofía política al dominio de la ciencia. Pero también se trata de un objetivo que tiene un importante componente retórico, pues el filósofo o el epistemólogo social deben presentar cierta clase de normas y decir “aquí tienes normas cuyo cumplimiento está en tu propio interés de producir conocimiento”. Y realizar esta clase de argumento persuasivo es hacer retórica.

el-falsacionismo-de-popper-y-los-paradigmas-de-kuhn-4-638

 Una disciplina aislada, procede de que cuenta con una base de conocimiento académico, o, al menos, dispone de conocimiento especializado. Sin embargo, creo que si se puede solventar este problema de identidad profesional sin necesidad de recurrir a disciplinas académicas tradicionales, entonces dispondremos de un modo de reconciliar las dos iglesias, es decir, si trabajamos de manera trnasdisciplinar, esta unión provocará el reconocimiento no solo de las partes, si no del todo (análisis y síntesis).

Hipoteticodeductivodogmatico

El llamado “milagro japonés”, es un ejemplo de ello,  del que hablamos como algo que sigue a la Segunda Guerra Mundial, tiene de hecho su origen mucho antes. En efecto, el período que media entre 1869 y 1904 es el de más intensa transformación social y cultural de Japón. En ese breve período de tiempo, los japoneses se las arreglan para seleccionar y asimilar los aspectos apropiados de la ciencia occidental, unos aspectos que en Occidente mismo se consideraban como no asimilables por aquellos que no compartían sus valores culturales. Esta es la cuestión.

A pesar de que la ciencia ha sido tradicionalmente considerada como un producto del desarrollo de la historia occidental, una y otra vez Occidente se ha visto sorprendido por la capacidad de los no occidentales para apropiarse de esa ciencia. No es necesario, por tanto, compartir los valores occidentales para ser capaces de usar técnicamente la ciencia. Creo que ésta es una lección muy importante. Una forma de acabar con el etnocentrismo de la ciencia occidental, y especialmente el etnocentrismo de aquellos que promueven la ciencia occidental, es aprender la lección de Japón. Este país se convierte muy rápidamente en una gran potencia pero sin abrazar los valores culturales occidentales.

Es más, precisamente por no abrazar esos valores culturales, ciertos aspectos de la ciencia resultaron más fáciles de asimilar que en Occidente. Tan pronto como Japón comienza a destacar a principios del siglo XX, podemos encontrar a personas en Gran Bretaña y Alemania que exclaman “estos japoneses tienen una proporción mayor a la nuestra de estudiantes de ciencia, de estudiantes dedicados a la mejora de su sociedad”. Y así es, son capaces de asimilar lo mejor de nosotros, juntarlo con lo mejor de ellos mismos y sacar productos acabados de una gran calidad, de eso hablamos, por supuesto.

Fuente: https://juandomingofarnos.wordpress.com/2016/06/08/del-etnocentrismo-privativo-a-la-investigacion-transdisciplinar-abierta/

Comparte este contenido:

Pie con Bola: Meditaciones desde un partido de fútbol

Por Fernando Buen Abad

El mundo y las patadas. Hay mucho dinero en juego. Esa fascinación estrambótica que ejerce el fútbol sobre las sociedades contemporáneas rebasa voluntariosamente todas las intentonas que creímos suficientes para explicarnos los cómo, los por qué y los cuándo de ciertos magnetismos cancheros.

Sociólogos, antropólogos o politólogos (entre otros muchos interesados) se devanan los sesos pretendiendo establecer límites, categorías, definiciones y estadísticas, capaces de poner en claro el conjunto de factores combinatorios que dan por resultado uno de los fenómenos colectivos más inextricables. Los monopolios mass media se relamen los bigotes. Nadie da pie con bola.

Deporte, espectáculo y arte preñados con performance popular, rito de congregación masiva, manipulación de masas… todo junto amontonado y revuelto. Catarsis de presiones históricas y parafernalia de fe, dogmatismo o fanatismo, que alcanzan extremos entre lo erótico y lo tanático. No hay psicoanálisis de las sociedades modernas, incluso con sus reduccionismos racionalistas, que sea capaz de valorar y redimensionar, en su conjunto, el papel del fútbol en el espíritu de la humanidad contemporánea. Con sus bondades y necedades. ¿Será que es tan complejo?

Cuando una trama de movimientos, estrategias, accidentes o absurdos desencadena en el espectador ese chicotazo emocional que lo castiga o gratifica, por él, para él, y hasta él, se confirman potencias, esperanzas, alegrías, desencantos o ritos profundísimos que habitan ya en el ser de las culturas como condición delirante para muchas de sus expresiones. Alienación al canto. Hay quienes lo ven sólo como negocio.

El fútbol es, también, una coreografía lúdica que se funda en el agón, el azar, el vértigo y la mimesis. Los jugadores danzan un rito del estallido y de la expansión que tiene como pretexto el control del cuerpo humano, del cuerpo esférico y del cuerpo colectivo, asociados para que toda su energía pase por una puerta arquetípica que casi siempre significa renovación donde se reinicia el ciclo. Quien inventó el fútbol, (persona, sociedad o secta) consciente o inconscientemente, puso sobre la rectangularidad del terreno un conjunto de piezas estremecedoramente parecidas a las que contiene la existencia toda. Eso seduce a los pueblos desde siempre. El fútbol pone en juego inteligencias geométricas, que sintetizan fuerza, aceleración, masa, probabilidades y curvas en un ejercicio estético cuyo arte, ritmo, armonía, y composición, manejan repertorios de imágenes abstractas, fijas en la mente del público y el jugador. Potencias resucitadas cíclicamente en la fantasía y maravilla del gol. Y a cobrar se ha dicho.

Por más que la palabra “gol” signifique meta, el fin último del fútbol no es el “gol”. Como en todo fenómeno lúdico siempre es más importante el proceso que el producto, aunque el producto sirva, o no, para cobrar sueldos, entradas, regalías y prestigios de comentaristas, cronistas, futbolistas, sucedáneos y conexos. Quien disfruta el «balón pie» afina su percepción sobre movimientos, acomodos, condición física, logísticas y destrezas de cada jugador y del conjunto. Pero, además, disfruta carismas, desafíos, heroicidades, suerte y destino individual o grupal, divisa-religión que magnetiza a sociedades enteras. Magia inefable que oculta sus secretos en las gavetas culturales más íntimas de los pueblos. Sirve para ocultar muchas cosas.

Los estadios exaltan con su circularidad y concentricidad tradiciones sagradas ancestrales del espacio y el tiempo. El público sobreexcita las redes emocionales de todo su ser, particular o colectivo, y se entrega a una contemplación, no pasiva, (contra lo que afirman algunos) que apetece desatar su lirismo sobre épicas renovadas en dramas conmocionantes. Desde la tragedia griega hasta el campeonato mundial del fútbol. Poco favor hacen, con su mediocridad, las crónicas masmedieras en transmisiones televisivo-radiales o impresas, que preñan con su ideología mercantil y su pobreza estética, el disfrute de aficionados y jugadores que, de cuerpo presente, siguen las acciones futboleras.

Es imposible explicar de dónde surgió esa estética grotesca del alarido artificial y de las voces ampulosas de locutor, narradores o cronistas que pretenden dar cuenta sobre los hechos en la cancha. La sobresaturación prefabricada con que se ponderan o critican los movimientos, el grito frecuentemente falso que canta goles, (grito medido para que alcance hasta la repetición de la jugada) y la moda del “tono solemne” con que se habla de la estupidez más intrascendente para analizar un partido, vuelve fastidiosa hasta el hartazgo la envoltura que manosea lo que a nivel del césped tiene otro sabor. Nadie puede objetar o prohibir las acometidas pasionales, lo reprochable es que mientan con el pretexto de que «así debe ser para que al público le guste». ¿Quién inventaría esos clichés? Y ocurre igual por todas partes.

Incluso esa moda de la exaltación sobreexcitada hace pirámides humanas, rasga vestiduras, produce carreras apocalípticas ante las tribunas y catarsis escénicas desmedidas, teatralizan o farandulizan algo que naturalmente no necesita performances vodevilescos. Payasada histérica. Es verdad que los rituales colectivos no necesitan recetarios ni reglamentos de nadie. Lo ofensivo es que se les tergiverse para que aparezcan como show de vanidades mediocres. El grotesco en pleno.

Ganar o perder son accidentes de una expectativa que siempre tiene imponderables. El fútbol posee variables muy amplias, como juego o como “arte”. Hay designios donde el azar impone sus caprichos. Especulen lo que especulen empresarios, anunciantes, funcionarios y apostadores. ¿Quién es el dueño del fútbol? ¿Quién es el dueño de los goles? Mafias a diestra y siniestra. Nunca la historia de la cultura imaginó que fuese posible concentrar el interés de tantos millones de almas en torno a un juego de pelota. En vivo o a distancia.

¿Avanzamos? ¿Retrocedimos? ¿Las dos cosas? Nunca se reunió bajo el pretexto de un espectáculo deportivo inversiones financieras, tecnológicas, políticas e ideológicas tan descomunales como las que hemos conocido en tiempos recientes. Jamás un acontecimiento cultural derivado del juego entre equipos futboleros ocupó tan desmedidamente espacios en televisión, radio o prensa, todos los días de todas las semanas en todos los meses. No parece haber límite. ¿Cuánto nos cuesta? ¿No hay otra cosa mejor en qué invertir?

El “Poder” del fútbol, de su ser industrial farandulero, que también es extra-futbolístico, ha llegado a conmover la “seguridad nacional”, ha logrado esconder la represión y el asesinato en varios países. Por las afluencias y por las violencias. Poder farandulero de clase que expresa también la degradación de su propia definición y que seduce desde la cancha a la mercadotecnia, de las porterías a las ideologías, de las tribunas a las urnas. Cuentan con un “público” mayoritariamente ignorante, indefenso, acrílico, fanatizado y secuestrado. Poder enamorado en las concentraciones humanas sólo si pagan boletos y transmisores, siempre amenazantes o promisorias, (según la etapa. Los móviles… el programa) concentraciones para dispersar la conciencia, canalizar la violencia… muchos piensa que pueden conquistar al mundo sólo porque juntan a muchas personas. Poder real que vive lujosamente[3] gracias a esa pasión futbolera descomunal e inmarcesible, violenta, salvaje y tragicómica ante la cual, virtualmente ninguna explicación da pie con bola. Porque no es fácil.

Vuelan a Diestra y siniestra los gargajos, los salivazos y los mocos. 90 minutos, más lo que agregue el árbitro. Un “espectáculo” que presenta como “glamour deportivo” la estética de la asquerosidad. Y nadie se lo traga.

No hay cifras exactas, no hay cálculos precisos pero en términos de litros por partido deben ser muchos los que se expiden multiplicado por 22 jugadores, tres árbitros y todo lo que alcance a sumar el público más próximo a las acciones futboleras. No se omitan los periodistas, locutores y camarógrafos que también, de tanto en tanto, avientan su óvolo de gargajos, infecciosos o no, al sacrosanto terreno de las patadas mercantilizadas.

El escupitajo futbolero es, para algunos, una especie de placer de “machos”. Especie de rúbrica babosa para cerrar jugadas intensas. No se ve en otros deportes. Una carrerita tras un balón comprometido, una barrida furibunda para dejar sentir la presencia, un choque de hombros a la altura de las circunstancias y un inefable gargajo. Unas veces acompañado de una peinadita de una miradita de reojo por si las cámaras para confirmar que las cámaras estén atentas. Un gargajo más… en público, en vivo y en directo, con transmisión internacional.

Sobre las camisetas que portan los colores de las identidades más fanatizadas suelen terminar estampados los gargajos de los contrincantes. No sólo porque muchos futbolistas gustan de convertir en gargajo lo que no pueden o quieren decir con palabras, sino porque al pasar muchos minutos tirándose al césped, revolcándose en él, levantan los escupitajos que generosamente lanzan propios y extraños. Es un mar de mocos ensalivados donde se humedece el glamour de las “estrellas” financiadas por monopolios y marcas multimillonarias. Y se les ve tan felices de revolcarse en esa porquería. Se parece tanto al capitalismo…

Parecería que todo el espectáculo de las patadas está pensado para diversión exclusiva de los árbitros. Ellos deciden todo, nos guste o no. El juego depende, no poco, de ellos. La historia del fútbol está inundada con lágrimas de jugadores que arrodillados o enfurecidos, reclaman al árbitro por una jugada mal apreciada o mal sancionada. También hay sonrisas de otros beneficiaros de las pifias arbitrales. Tiros directos e indirectos, saques de banda… y desde luego “penaltis” que jamás existieron o que jamás se marcaron… no hay poder humano que cambie lo que el árbitro pita. Con razón o sin ella.

El personaje del árbitro, algunos de ellos trabajadores honestos, comporta una contradicción añeja que se agrava con el tiempo. Son ejecutores de un esquema autoritario e intransigente. Todo el fútbol se ha modernizado, las técnicas atléticas de los jugadores, las tácticas de ataque y defensa, los sistemas de transmisión radio-televisiva, los uniformes, los estadios… pero los árbitros siguen siendo es institución añeja, autoritaria y desvencijada que deja en la responsabilidad de un criterio único el esfuerzo de un conjunto, la lucha de muchos colgada del hilo frágil de una apreciación particular. Y muchos árbitros corren peligros muy serios por aplicar leyes que ellos (y casi nadie) no pueden modificar bajo las condiciones actuales. Como el capitalismo. Y no hay discusión que valga.

En otros deportes la tarea de juzgar acciones o supervisar reglamentos, ha derivado en cuerpos de evaluación y sanción, que suelen o pueden consensuar decisiones para evitar que sus dudas, o sus certezas, pasen por encima de las de millones de personas. El árbitro del fútbol, joven o no tanto, cumple órdenes de corte fascista puestas ahí para representar, incluso aunque no les guste, uno de los perfiles ideológicos más intolerantes de toda la industria futbolera, al lado de la publicística, claro. Muchos son sospechosos.

Si el fútbol, como tantas cosas, impone leyes, vigilancia y castigos, bien pudieran idear un sistema democrático para que los aficionados, que sostienen con su dinero la industria de las patadas, pudieran elegir a los árbitros, las leyes que supervisan y las sanciones que aplican. Bien pudiera abrirse un espacio al pensamiento y participación para los millones de personas que siguen el fútbol y donde sus criterios tuviesen un lugar consensuado a la hora del partido. Intervención democrática que rompiera el cerco privilegiado de un sector envejecido y autoritario que puede torcer los resultados de cada encuentro al antojo de sus errores, (humanos y todo) o de sus intereses políticos y/o económicos, de equipos, de marcas o de de clase. Ya se ha visto muchas veces. ¿O el público sólo importa a la hora en que paga sus boletos?

Gritan unos y gritan otros, para bien o para mal, en contra o a favor. Alienados. La cosa es gritar hasta ensordecerse, la cosa es gritar hasta enmudecerse. Gritan los aficionados y las aficionadas, gritan los árbitros, los ayudantes, los entrenadores… gritan las luces, los flashes y las imágenes, grita la historia, grita el tiempo, gritan en Wall Street, grita el horror. ¿Quién escucha? La muchedumbre sale sedada, grito hipnótico.

La cantidad de los gritos no implica la calidad del griterío. ¿Da lo mismo? Veamos: un locutor grita a sueldo emociones programadas para la t.v. o la radio. ¿Hay en su grito alguna noción, así sea lejana, de dignidad histórica referida a los pueblos que financian la podofilia? ¿Hay en su grito algún remanente de la lucha de clases o sólo se trata de “adornar” con alaridos la ya sobre-saturada estética de la estridencia mercantil, a fuerza de “pasiones” ocasionales que lo mismo se exaltan con un equipo que con otro, es decir, por una marca que por otra…? ¿no será que a fuerza de gritos entramos al reino de los himnos mercenarios donde da lo mismo cualquier cosa, mientras se pague bien, mientras se venda todo? ¿No será que a fuerza de gritos nos embrutecemos, esmeriladamente, para la pachanga degenerada del capitalismo que acumula riquezas y acumula zombis rentables? ¿Quién escucha el grito de los torturados, de los muertos en las guerras comerciales, de los desaparecidos, de los perseguidos políticos de los encarcelados por pensar libremente?

Griterío sospechoso para que acaso no se escuchen los gritos de rebeldía, los gritos organizados para cambiar al mundo, los gritos del hartazgo, los gritos de la alegría revolucionaria. Que no se escuchen los gritos campesinos y obreros, los gritos de las masas que gritan su futuro con alma de rebeldes hastiados de la esclavitud y de la alienación. Eso no se escucha tan fácilmente. No hagamos simplismos. Eso gusta y gusta por algo, eso no lo hace intocable.

¿Para qué gritar tanto si la gracia es no escuchar? ¿Quién aprecia el griterío de las tribunas, quién dijo que eso es entusiasmo, quién amaestró a las “masas” para hacer la “ola”, para la alharaca circense, para el estruendo vocinglero? El show bussines llena sus pantallas y sus micrófonos con las escenografías acústicas de los aficionados. El show degenerado, que levanta dinero a mansalva, necesita el ruido de las tribunas para que no se escuchen las paladas de dólares y euros depositadas en los bancos suizos. Grita la muchedumbre, grita su alienación, grita y se desgañita para celebrar el triunfo de las marcas cerveceras, deportivas, mass mediáticas… grita el vulgo, grita la oligarquía parecen felices ambos, reconciliados en el fútbol, sólo si deja ganancias para los dueños. Y los pueblos ni se enteran ¿O sí? La miseria y la barbarie… a grito pelado.

Dicen que el campeonato mundial de fútbol es una “fiesta”. Dicen algunos que los aficionados tienen derecho a una “distracción” a un “entretenimiento”… que a nadie se hace daño cuando se mira un partido… que es un “desahogo”… una “fuga”. Ojalá haya partidos magníficos, ojalá que, al menos una, vez se juegue con inspiración y entrega, que participen las mejores habilidades y que luzca lo mejor de un juego colectivo que logra tener destellos maravillosos y registros estéticos extraordinarios. Que se juegue sin especulación mercantil, sin manoseo mafioso, sin lógica de mercado. Que se logre, al menos, un enfrentamiento intenso y creativo. Ojalá que se logre ver la mejor parte del fútbol, porque lo peor está a la vista… y nos cuesta muy caro. ¿Y si gritáramos los goles y eso no impidiera que nos organizáramos para acabar, de una vez por todas, con el capitalismo?

Fuente: http://www.portalalba.org/index.php?option=com_content&view=article&id=9345:pie-con-bola-meditaciones-desde-un-partido-de-futbol&catid=151&Itemid=195

Imagen tomada de: http://www.reasonwhy.es/sites/default/files/styles/noticia_principal/public/futbol-dinero-industria-negocio-ReasonWhy.es_.jpg?itok=pNybFJoI

Comparte este contenido:

¿La reforma educativa es el proceso de reforma?

Por Darío Balvidares

Las políticas educativas continúan debatiéndose en circuitos privados, que además, funcionan como convocantes a la hora de sostener la reforma.

Como ejemplo podemos ver que en los próximos días se realizará un pre-foro sobre “Liderazgo educativo para el aprendizaje de calidad”, se llevará a cabo en la sede de la Universidad Católica de Córdoba y estará organizado por la Asociación Proyecto Educar 2050 y por la Fundación Córdoba Mejora. Por supuesto que ambas organizaciones están sostenidas por grandes empresas y responden, como no puede ser de otra manera, a la lógica reformista mundial que deposita en los sistemas públicos de educación la responsabilidad por los resultados.

Ya sabemos que la universalidad del discurso de la reforma no admite voces disidentes que desenmascaren sus objetivos y cada vez más, de la mano de los funcionarios que no solo legitiman,  sino que son parte de estas fundaciones y  también de empresas que hacen negocio con el Estado, la reforma se acentúa sobre el imaginario de la burguesía.

Primero fue la transferencia de matrícula de escuelas públicas a la educación privada, conjuntamente con la trasferencia de recursos vía subsidios. Desde los medios las llamadas voces autorizadas y periodistas con poca o ninguna preparación en la materia, armaron con los datos registrados y aportados por las pruebas pisa, el universo de la “desolación” de la educación pública a la que hay que reformar para que sea de calidad.

La idea es la misma  de los ´90, de los comienzos de la llamada reforma, poner a los sistemas educativos dentro del mercado, o mejor, transformar en mercado los sistemas públicos de educación.

Podemos pensar en varias perspectivas de la reforma macroeducativa, todas ellas con un claro objetivo de máxima, el control privado de la educación, desde la generación de políticas hasta el diseño de las prácticas pedagógicas.

La macropolítica de educación (con matriz neoliberal)  decretó la obsolescencia educativa y la correspondiente crisis, la que se debe afrontar con los “esfuerzos” y “recomendaciones” de los organismos internacionales que encontraron la otra veta de dominación a través de los créditos para la reforma y de sus satélites territoriales: las organizaciones de la sociedad civil con intervención directa.

Tal vez podamos arriesgar como hipótesis que el verdadero negocio es el proceso de reforma, un proceso que nunca se acaba, casi kafkiano; en realidad el proceso de reforma es la reforma. Después de los objetivos del Milenio, aparecieron los Objetivos 2015, ahora la Agenda Post 2015, las Metas 2021; el Banco Mundial con su propia Estrategia 2020 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030

Durante el proceso, que lleva 26 años si tomamos la Cumbre de Jomtien, Tailandia, en 1990 como marca de inicio de Educación para Todos y de acuerdo con los propios reformistas la educación continúa en crisis, y el avance de la tecnología y la entelequia llamada Sociedad del Conocimiento, más las recomendaciones de inclusión no han podido contribuir al mejoramiento, entonces o la reforma va de fracaso en fracaso o es condición necesaria del discurso reformista perpetuar la crisis educativa para avanzar más sobre el control y al mismo tiempo hacer más negocios periféricos y virales con el sistema. Esa es una posibilidad, la reforma como proceso de aglutinación de poder.

Veamos, dentro de estas perspectivas, la reforma es un proceso en el que abrevan las corporaciones privadas que incluso aparecen como pilares del proceso en cuanto a que funcionan como usinas de pensamiento y “reclutamiento” a la hora de hacerse cargo de la “capacitación” de directivos y docentes bajo el lema de “formación de líderes”. Me arriesgaría a decir “formateo” de líderes para que abonen al proyecto de reforma. Y también, aportan sus cuadros docentes para la intervención en las aulas, como el caso de la ONG Enseña por Argentina.

En una perspectiva más pedagógica la “innovación” reformista pasaría por el apotegma de “aprender a aprender” que aparece en el relato de los reformadores como una verdad revelada para instalar la educación por competencias. Lo que se materializa en el vaciamiento de contenidos de los diseños curriculares para transformarlos y reducirlos a una enumeración de habilidades que los estudiantes deben adquirir.

No es más que la expresión de la pedagogía instrumental, flexible, a la que habría que oponerle: “aprender algo” es preferible, en lugar de “nada”.

De acuerdo con ese enfoque instrumental, todo conocimiento escolar también ha devenido obsoleto, por lo tanto en la lógica reformista si el conocimiento impartido en la escuela es obsoleto; entonces la escuela es obsoleta. ¡Celebración reformista!

En consecuencia la buena adquisición de “habilidades” llevaría a la “calidad” de los “resultados” y por supuesto, a la “eficacia” educativa formando personas integralmente “eficientes” para el ejercicio de la ciudadanía y el mundo del trabajo y, por supuesto, obtener mejores puntajes en las pruebas estandarizadas.

Es casi una burla a los sentidos pensar que sobre un  andamiaje de cuatro o cinco conceptos del mercadeo se haya puesto en crisis la educación pública a nivel global  para ser reemplazada por una reforma sistémica, que todo el aparato de dominación económica global haya logrado con esos mismos conceptos apoderarse de las políticas y el control de la educación. Es patético que decenas de técnicos, teóricos y pedagogos trabajen para la gran estafa del siglo XXI.

Cuando deberíamos estar pensando en una transformación educativa de carácter emancipatorio y liberador que nos permita salir de la lógica de producción de valor capitalista  hacia sociedades más igualitarias.

Cuando deberíamos pensar la educación en procesos de mayor socialización frente a la crisis del individualismo capitalista, es el capitalismo el que dice “la educación está en crisis” y la crisis de la escuela nos lleva a crisis sociales, económicas, políticas… y entonces se transfiere la responsabilidad  a la escuela y a los docentes “como figura central del sistema”… y así continúan su relato para la intervención.

Es  patético como el propio capitalismo encontró en los sistemas educativos la causa de la crisis, para justificar su asalto a los sistemas públicos.

No hay sofisma que supere tamaña falacia.

Artículo enviado por su autor a la redacción de OVE

Imagen tomada de: http://www.gaceta.udg.mx/fotos/740/740028.jpg

Comparte este contenido:

Enfoques cooperativos; Hoy: ¿Es política de los Estados la desocupación?

Por José Yorg, el cooperario.

“La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado o la dirigen los poderes económicos. Estamos en un mundo económicamente organizado por medidas políticas, y el que no organiza su economía políticamente es una víctima. El cuento de la división internacional del trabajo, con el de la libertad de comercio, que es su ejecución, es pues una de las tantas formulaciones doctrinarias, destinadas a impedir que organicemos sobre los hechos nuestra propia doctrina económica”. Arturo Jauretche.

El interrogante del título del presente artículo surgió a partir de poner atención en la trascendencia que la variable “desocupación” alcanzó en todo el mundo. Dondequiera que se pose el análisis sobre la cuestión social surge este espinoso tema.

En razón de que no somos economistas, sin embargo, tal como aludimos más arriba, el tema es actual y trascendente y no es para menos en razón a su devastadora acción en las personas de carne y huesos que la sufren y los conduce a una condición infrahumana, nos aprestamos a dar nuestra voz de protesta.

Pensamos abiertamente, con base incontrastable, que los gobiernos han claudicado de buscar el bien común y se abocan a otra cosa, como por ejemplo, a incrementar las tasas de ganancias de los que más tienen en desmedro de los que menos tienen.

Suponer que siguen un plan en el sentido señalado, no es desacertado, creemos, en consecuencia que consentir que la economía la manejen  los economistas matematizados, de los números, está demostrado que es, cuanto menos, un crimen político.

Anteponemos sin más el pensamiento económico cooperativo, un pensamiento y acción que pone al hombre sobre el capital. La lógica cooperativa es compatible con la idea de que las cosas están para hacer la vida más digna, más humana y no para convertirlas en mercancías, a propósito de esto último, en verdad, si los mercaderes aún no comercializan el aire es simplemente porque están impedidos.

Tenemos ante nuestros propios ojos la más innegable evidencia de que las leyes económicas del capitalismo responden al mecanismo de un modelo socio-económico agotado, incapaz ya de resolver la desocupación, es más, requiere de ella, pues le es funcional para la baja de salarios.

El conjunto de teorías que sistematizara Adam Smith (1723-1790) en su obra denominada “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones” cuya esencia es el bienestar social que se logra a través del crecimiento económico que está enancado a la división del trabajo y la libre competencia. Leer esto parece un cuento de hadas. Los mercados no son libres, ni libres son las naciones.

De tal modo, una mirada global a la situación de la desocupación y a la transacciones financieras especulativas que van y vienen como gaviotas sobre el mar es, por tanto, una materia que no precisa de sapiencias técnicas, sólo debemos despabilarnos de tanta falacias de los mercaderes de la oferta y demanda que nos saturan día con día.

La cooperación como filosofía económica propone una distinta forma de organización social para salir de este entrevero de mentiras sacralizadas de teorías económicas.  Proclamamos con José Martí que “Es preferible el bien de muchos a la opulencia de pocos”.

Nos negamos a enmarañarnos en lenguajes económicos como tasas, inflación, capital, interés, gastos,costo-beneficio, inversión, etc., que ellos mismos imponen y que confluyen en la imposición de baja de salarios a partir de elevados índices de desocupación para incrementar ganancias. Son teorías que sólo ellos comprenden.

Tenemos la firme convicción de que la cesantía es un problema político y moral que interpela a los gobiernos a que respondan si tales medidas económicas que imponen y provocan desocupación que es en definitiva una política de sus Estados.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

Artículo enviado por su autor a la redacción de OVE

Comparte este contenido:

Artículo de Opinión: Educación para formar mejores seres humanos

Artículo de Opinión: Educación para formar mejores seres humanos

Por Ángel Pérez Martínez

La escuela y los docentes no pueden estar pasivos frente a la homofobia, la barbarie, la violencia y otras acciones que atentan contra la dignidad humana, la libertad, la igualdad o dañan la vida de la tierra.
Así como no es posible que todos los males de la sociedad y de los seres humanos los resuelva o los resistan los sistemas educativos, tampoco descarto el inmenso poder que tiene un buen sistema educativo con metas claras y de buena calidad. Educación capaz de incidir de manera estructural en la formación de seres humanos para la vida, el bienestar social y el cuidado de la tierra.
A pesar de los innegables avances de la humanidad por alcanzar el pleno respeto por los derechos humanos fundamentales, la dignidad humana, la libertad individual y la igualdad, aún subsisten en el imaginario individual o colectivo creencias o valores que permiten y hasta justifican acciones que hacen daño o afectan la vida de personas por su color de piel, raza, identidad sexual y de género, su religión o clase social, entre otras.
La afirmación anterior se prueba mediante los recientes hechos que se conocieron a raíz de la intervención de la policía en el Bronx en el centro de Bogotá, en donde ocurrían abusos insospechados a seres humanos mediante el uso de las drogas, prostitución infantil y desapariciones. También, lo peor de la condición humana se expresó en la masacre que costó la vida a 50 personas en el bar gay Pulse en Orlando, Florida; así como en el acto de discriminación racial del bar Cachao, ubicado en la Zona T de Bogotá, donde no le permitieron, por su color de piel, el ingreso a Danit Torres Fuentes, mujer de piel negra, quien es experta en temas educativos y ha dedicado su vida a buscar una Colombia más igual, sin discriminación.
La barbarie, la violencia, la homofobia, la militancia religiosa extrema y la discriminación racial son situaciones creadas por seres humanos influenciados por una cultura en la que los imaginarios familiares o sociales heredados o creados por el voz a voz, o más grave, por medios de comunicación masivos o redes sociales, inciden más en la formación de valores en las personas que los sistemas educativos o la escuela.
Con seguridad, miles de profesores y académicos, así como instituciones escolares y educativas se preguntan a diario ¿cómo formar mejores seres humanos? ¿Cómo luchar contra la familia y el entorno social cuando estos inciden de manera negativa en la visón de la vida de los muchachos y en sus valores? Para responder a lo anterior, la escuela se tiene que preguntar: ¿cómo determinan las prácticas, los discursos, los ejemplos y los medios masivos de comunicación la forma de pensar y de actuar de los estudiantes? En términos de Cornelius Castoriadis: ¿cómo se produce el imaginario o los procesos de creación por medio de los cuales los sujetos se inventan sus propios mundos, donde las valoraciones de lo bueno y lo malo adquiere un valor simbólico o real?
Humberto Eco, en un artículo publicado por el Diario la Nación de Argentina, se pregunta ¿De qué sirve el Profesor en el mundo de la Internet y de los medios masivos de comunicación? Eco sostiene que el Internet le dice casi todo al estudiante, “salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información”, y lo más importante, un buen profesor puede enseñar a comparar, a verificar y a relacionar sistemáticamente nociones, conceptos, valores y a tener un sentido crítico basado en el conocimiento. Sobre los medios de difusión masivos, Eco dice que “informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión”
También, según nuestra Constitución Política la escuela tiene el deber de formar seres humanos para la vida en sociedad, el respeto a los derechos humanos y la paz. “En todas las instituciones de educación será obligatorio y el estudio de la Instrucción Cívica y el fomento de prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana” (artículos 41 y 67).
Sin embargo, una escuela y sus maestros con escaso apoyo de padres de familia, de la sociedad y del Estado estará cada vez más en desventaja en la formación de valores de los estudiantes con relación al efecto que hoy tienen la familia, el entorno social, el Internet y los medios masivos. De la escuela y de los planes de estudio desaparecieron el estudio de la religión (ojo, no la enseñanza de una creencia religiosa) y ahora la ética. Interesa más el bilingüismo, las matemáticas, la lectura y la ciudadanía ligada a derechos o prácticas democráticas, pero no formar buenos seres humanos.
Insisto, como lo desarrollé en anteriores artículos, en algunos lugares de Colombia donde en la familia o el entorno social del estudiante priman imaginarios que justifican el machismo, el autoritarismo y la violencia, la escuela no puede esperar ayuda positiva de los padres o de los responsables de los estudiantes en su formación. Es por ello que este país requiere una mejor educación oficial, para que sea capaz de sobreponerse a dichos efectos negativos de la familia y del entorno. De manera estructural, una educación de calidad, con apoyo social, es la única capaz de cambiar estos imaginarios, algunos de ellos antihumanos, en el mediano plazo.
Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/educacion-para-formar-mejores-seres-humanos-angel-perez-martinez/224700

Comparte este contenido:

Homenaje A Gustavo González

Homenaje A Gustavo González

Autor: Gerson Gómez
Junio De 2016

NACE EN LA TIERRA DEL MANGO
DE PENSAMIENTO CRÍTICO
SU SENDERO, DE PENSAR
Y REPENSAR Y COMPARAR CON ESMERO,
BRINDA A LA ACADEMIA
DE SU IDEAL, UN SENDERO
UPEL, CARABOBO, UCV Y UPT
POR SUS PASILLOS
LE VIERON
DE PEDAGOGO, DE REALIENGO,
DE UN MUNDO DE VIDA
DE EXPERIENCIAS
EDUCACION COMPARADA
LUCHA DE DECADAS
CON EL APOYO DE CHAVEZ
CUMPLIO PARTE DE SUS SUEÑOS,
UNA MAESTRIA
HOY UNA NUEVA GENERACION
CON PASO FIRME,
CONTINUA TUS PASOS
TU LEGADO,
TUS ULTIMAS, PALABRAS PARA MI FUERON
“QUE TODO LO BUENO TE HAGA FELIZ”

HOY QUE TE FUISTE
AMIGOS TE DECIMOS
HASTA LUEGO
GUSTAVO GONZALEZ
COMPAÑERO
ESCRITO POR GERSON JOSE GOMEZ ESCOBAR
CORREO:geronjosegomezescobar@gmail.com
Sacven: 12926

Comparte este contenido:
Page 2566 of 2732
1 2.564 2.565 2.566 2.567 2.568 2.732