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A propósito de las nuevas masculinidades

Por Rubín Morro

“Para llegar a la igualdad entre los géneros es necesario terminar con la separación de los espacios masculinos y femeninos. Hace falta una mayor participación de la mujer en el espacio social y una inserción masculina más igualitaria y equitativa en el espacio privado” (Revista Cubana de Salud Pública).

Los temas de orientación e identidad sexual, y su diversidad, no siempre se tratan con la seriedad y responsabilidad que implica esta verdad social, lo cual merece reconocimiento, visibilidad y tolerancia desde la perspectiva de género, para llegar a una completa convivencia sin discriminación y estigmatización, lo cual es un enorme reto de la sociedad.

La nueva masculinidad nada tiene que ver con la pérdida de las características del hombre, de su sexualidad o de su hombría como suele llamarse. Al contrario, se busca que el hombre adquiera toda su dimensión humana, su sensibilidad, su enorme potencialidad social. La nueva masculinidad está enmarcada en una nueva concepción del hombre, una nueva personalidad y actitud, a partir del ser humano, de exteriorizar sus sentimientos, afectos y emociones. Una construcción social que ubica al hombre en plena igualdad frente a su par de género. Valga aclarar que el sexo no define el género.

La sociedad, en su mayoría, estamos frente a unos estereotipos muy marcados del machismo. A través de miles de años en el curso de la historia humana, donde tanto el hombre como la mujer se nos han asignado papeles o roles determinados, según el sexo. Enorme equivocación. A la mujer el trabajo doméstico, la cocina, los hijos, el cuidado de su marido y si es posible el trabajo público o laboral. Al hombre, es el de los negocios, el protector, el “mandamás”, y para rematar no puede expresar sentimientos, porque atenta contra su condición de varón, se nos prohíbe en esta absurda concepción exteriorizar emociones y afectos.

Estas imposiciones derivadas de un patriarcado enraizado es una cruel realidad, muy a pesar de los logros de reconocimiento y visibilización de nuestra condición sexual. A partir de esto, se crean unos equivocados valores, al punto que cuando el hombre se ocupa de ciertas labores destinadas discriminatoriamente a la mujer, o muestra afectos o síntomas de debilidad, es catalogado como una niña y en el peor de los casos de homosexual. Presiones sociales con honda estigmatización.

La Nueva masculinidad entonces, pretende hombres más humanos, que exteriorice sus naturales vulnerabilidades y fortalezas, que exprese sentimientos, que comparta el trabajo en el hogar, en la vida de pareja, que se ocupe de sus hijos en plena igualdad con su compañera. El nuevo hombre debe buscar su plena realización como ser humano en condiciones de igualdad con las mujeres.

Tanto la mujer como el hombre han sido protagonistas y sujetos políticos activos en el desarrollo de la sociedad, en lo cultural, económico, político y social. En correspondencia es esencial la igualdad de oportunidades y disfrute, sin desconocer la diferencia o diversidad, es decir, siendo distintos biológicamente, con características únicas de acuerdo a nuestra orientación e identidad.

Por último, el antiguo patriarcado, ahora reforzado con el modelo económico neoliberal, cuya esencia es la economía de mercado, impone que lo que existe debe ser rentable y ante la voracidad y la codicia, tanto el hombre como la mujer son salvajemente explotados, siendo más ostensible en el caso de las mujeres. El feminismo y las nuevas masculinidades debe luchar mancomunadamente, desde la perspectiva de género, buscando su visibilización y reconocimiento.

¿Cómo humanizar la hombría y que esta sea la gran virtud, pero que además acepte y respete la participación de las mujeres?. ¿Cómo ser hombres y a la vez justos?, este es el gran dilema que nos tiene que llevar a una nueva masculinidad en una integración e interacción total respecto de las mujeres en total igualdad y equidad.

Fuente: http://www.mujerfariana.org/vision/377-a-proposito-de-las-nuevas-masculinidades.html

Imagen tomada de: https://aecosextremadura.files.wordpress.com/2013/11/nevas-masculinidades-2.jpg

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Educar para descolonizar los sentidos

Por Facundo Ferreirós

Descolonizar los sentidos. En un artículo sobre “estudios sensoriales”, el antropólogo David Howes nos cuenta cómo, desde el pensamiento europeo, se utilizaron los diferentes sentidos como un modo de clasificación de los seres humanos en grupos de acuerdo al color de piel y el sentido predominante en cada grupo. Como es de esperar en este tipo de taxonomías absurdas y eurocéntricas, el “hombre-ojo-europeo” se situaba en el escalafón superior de dicha clasificación. Nos dice el autor que “cada orden de los sentidos es al mismo tiempo un orden social”.  Y nos muestra cómo “el modelo tradicional Occidental de ‘los cinco sentidos’ se utilizó para categorizar (y valorar) ‘las cinco razas de Hombre’, a principios del siglo XIX, en la gran taxonomía propuesta por el historiador natural alemán Lorenz Oken”. Este historiador planteó las siguientes equivalencias:

1.-El hombre-piel es el negro, africano
2.-El hombre-lengua es el marrón, australiano malayo
3.-El hombre-nariz es el rojo, americano
4.-El hombre-oído es el hombre amarillo, asiático-mongol
5.-El hombre-ojo es el blanco, europeo

Y sigue el texto de Howes: “La escala ascendente de la ‘perfección sensorial’ en el ‘Hombre’ de Oken (con el hombre-ojo europeo en el extremo superior) no se basó en ninguna propensión intrínseca de las personas a las que se refiere, sino más bien en su rango social dentro de la imaginación imperial europea. Su categorización ostensiblemente biológica de los sentidos y de los pueblos se difundió a través de los valores sociales. ‘Las relaciones sensuales son relaciones sociales’. Esto lo podemos ver en la forma de clasificación de los sentidos que a menudo se encuentra ligada con la clasificación de los grupos sociales, ya sea teniendo como base: la raza (tal cual vimos antes), el género, la clase o la edad. Por ejemplo, la tradicional asociación que en Occidente se hace del sexo masculino con los ‘mejores’ sentidos -la vista y el oído- apoyó la idea de que los hombres están naturalmente mejor equipados para actividades como explorar, juzgar, estudiar o escribir; mientras que la asociación del sexo femenino con los sentidos del olfato, el gusto y el tacto, relegó a las mujeres al hogar, haciéndolas señoras de la cocina, del cuarto de los niños y del dormitorio. Tal fue el poder de esta categorización que aquellas mujeres que desafiaron la división sensorial del trabajo (por ejemplo, mediante la escritura o la pintura, en vez de cocinar y coser) enfrentaron una considerable deshonra social hasta bien entrado el siglo XX. En cuanto a la clase social, la usual asociación de las clases más bajas con el trabajo manual es reveladora. Los trabajadores, de hecho, son referenciados simplemente como ‘mano de obra’, un término que redujo su ser social a un solo sentido”.

La extensa cita nos plantea sendos desafíos: ¿Cómo descolonizar los sentidos? ¿Cómo reaprendemos los sentidos superando a su vez el óculo-centrismo al que fuimos y somos sometidos? ¿Por qué la visión sigue siendo el sentido hegemónico en todos los niveles educativos -excepto, circunstancialmente en el Nivel Inicial-? ¿Qué lugar ocupan los sentidos en las relaciones de conocimiento que establecemos y los modos de conocer el mundo, a nosotros mismos y a los otros?

Conocer no se reduce a acumular información, a juzgar o a explicar; conocer también es sentir: ¿Cómo veo el mundo, cómo me veo a mí mismo y a los otros? ¿Cómo toco? ¿Cómo huelo? ¿Cómo saboreo? ¿Cómo escucho? ¿Cómo siento el mundo en el que vivo y las relaciones que establezco conmigo mismo y con los demás

Fuente: http://descolonizarlapedagogia.blogspot.com/2016/04/educar-para-descolonizar-los-sentidos.html

Imagen tomada de: https://manuelantonioespinosa.files.wordpress.com/2016/05/img_0361.jpg

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El culto al coeficiente intelectual

Por Pedro Muller

Si de verdad crees que ese número es tan importante, entonces, lamentablemente la llevamos cuesta arriba, en Latinoamérica en promedio se tiene un CI o IQ de 85 en donde según esas métricas tener 100 es un estándar; de acuerdo a esta fuente: El Salvador tiene un promedio de 80 (país donde yo vivo ), Guatemala tiene 79, Honduras es de 81, etc., ¿cómo te quedo el ojo? creo que ya te estas sintiendo más tonto después de leer esto.

Definitivamente coeficiente intelectual está relacionado directamente con las economías de los países mientras más pobre el país y menos inteligentes, tiene sentido ¿o no?; factores como la cultura, educación, entran en juego, incluso el libro de CI y la desigualdad global argumenta genética como un factor que influye en la inteligencia, controversial la verdad.

IQ mapPero que tan importante es el rol de la inteligencia en nuestra vida, ¿será que podemos alcanzar éxito sin ser inteligentes?, ¿está la inteligencia relacionada con el dinero?, ¿de verdad existen ventajas al ser inteligente?, ¿la felicidad y la inteligencia van de la mano?.

Malcom Gladwell en su libro “outliers” (fueras de serie) hace la analogía que la inteligencia es como la altura en un partido de baloncesto, argumenta tienes que tener cierta “altura mínima” para poder jugar en la NBA, pero cuando cumples con los requisitos, no siempre el más alto es el mejor jugador y la altura deja de ser relevante; Michael Jordan uno de los mejores jugadores de todos los tiempos cuenta con 1.98m de altura, la cual es considerada como promedio en ese deporte; cualidades como su velocidad, rebotes, puntería, etc. lo complementaron para que se destacara como estrella.

Entonces si el coeficiente intelectual no lo es todo ¿cuál es la forma más elevada de inteligencia?

brain
La medida de la inteligencia es la capacidad de cambiar – Albert Einstein

Hay factores como la sabiduría, voluntad, conciencia, creatividad y las emocionesque no se pueden medir dentro de una prueba de coeficiente intelectual; la inteligencia es tan amplia que puede ser aplicada a muchas áreas de la vida, pero no necesariamente de la manera más adecuada; por ejemplo un físico puede que aplique toda su inteligencia a resolver problemas físicos y sea muy bueno en eso; pero que tenga un enfisema pulmonar y que sin embargo, sea un fumador compulsivo.

Gladwell comenta sobre una prueba realizada por Liam Huson la cual no pretendía medir la inteligencia analítica sino algo diferente y más cerca a la creatividad; se analizaron las respuestas de “el uso de los objetos” de dos alumnos de diferentes escuelas; dichos objetos eran un ladrillo y una manta, las respuestas fueron las siguientes:

Poole: Ladrillos: para romper escaparates, ayudar a sostener una casa, para un juego de la ruleta rusa y si te quieres a la vez mantener en forma, para sostener bien una cama pon un ladrillo en cada esquina, para romper botellas de coca cola vacías.

Manta: para ponerla en una cama, para tapar cuando se tenga sexo ilícito en los bosques, como una tienda de campaña, para hacer señales de humo, como vela de barco, como trineo, substituto de una toalla, como un objetivo para una práctica de tiro al blanco, para atrapar gente saltando de un edificio en llamas.

Florence: Ladrillos: construir cosas, tirar. Manta: para mantenerse caliente, apagar o suavizar un fuego y como camilla improvisada. De los dos ¿cuál crees que tenía mayor coeficiente intelectual?, para tu sorpesa era Florence, ¿Cuál te pareció más interesante?

He visto mucha gente que no se considera “inteligente”, lo primero que dicen es: “yo la verdad no soy bueno para esto”, “a mí no me fluye”, “yo no le entro a eso”, pues yo me pregunto ¿Canto tiempo se le ha dedicado para llegar a esa conclusión?, ¿Qué tantas ganas le han puesto?

Me recuerdo una vez de una señora ya mayor que dijo “a mí la tecnología no me entra”; luego le comentan que la única manera de comunicarse con su nieta es por medio de una video conferencia utilizando una computadora y le preguntan si estaría dispuesta a aprender a utilizarla; ella dijo: ¡por mi nieta sí!, entonces no es un tema de inteligencia, es un tema de motivación y quererlo hacer.

La verdad a inteligencia vas más allá de toda métrica, cuando te das cuenta y entiendes que se resume a la habilidad de resolver problemas, el mundo mismo se vuelve tu laboratorio; simplemente hay que salir y aprender tanto a fallar como a tener éxito, para luego repetir y seguir desarrollándote no solo en inteligencia, sino en todo sentido como persona; he ahí en donde de verdad se encuentran los súper poderes y esa es la máxima representación de inteligencia; puede que en el partido de baloncesto algunos sean más altos que tú y la tengan más fácil, pero lo que importa al final es jugar el partido y terminar ganando; como dicen por ahí: en la carrera de la vida no es el que llega primero, sino el que sabe llegar.

Fuente: http://pedromuller.com/2015/04/26/el-culto-al-coeficiente-intelectual/

Fuente de la imagen: https://pixabay.com/static/uploads/photo/2014/10/29/12/08/artificial-intelligence-507813_960_720.jpg

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¿Política transgénica sostenible?

Por Dr. Alejandro Villamar /RMALC

Desde finales de la década de los 80, cuando el informe sobre Nuestro Futuro Común, popularizó el adjetivo sostenible y lo aplicó al desarrollo, se ha empleado miles o millones de veces para calificar procesos u objetos y hasta para lo más increíble e inapropiado, tratando de volverlo irrelevante .

Como es conocido, el adjetivo sostenible se incorporó oficialmente en el principio 3 de la Declaración de Río, 1992, durante la Cumbre de la Tierra, y se refiere a “un crecimiento económico sostenible, que no agote los recursos naturales ni ponga en peligro la supervivencia del planeta; que permita satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y las posibilidades de sobrevivencia de las generaciones futuras”.

Pero el colmo de la incongruencia es que en el Capítulo II sobre Bio y nanotecnologías para la sostenibilidad (páginas 59 y 60) del reciente documento central de la CEPAL: Horizontes 2030: la igualdad en el centro del desarrollo sostenible, la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de CEPAL, dirigido por el Sr. Mario Cimoli, le hayan metido tal absurda calificación de sostenible a las biotecnologías que al menos son consideradas polémicas o sin fundamento científico para cumplir con el criterio establecido por la ONU.

El Documento de CEPAL, aprobado en lo general en su recién concluido 36 periodo de sesiones en México 23 a 27 de mayo), no es un documento cualquiera, sino una guía de consensos intergubernamentales para definir políticas y coordinaciones orientadas a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible para el horizonte 2030. Por lo tanto resulta absurdo este error de hacerse eco del falso discurso e intereses de la industria trasnacional biotecnológica y de sus instituciones.

Fuera o no casualidad, el documento de CEPAL fue dado a conocer en la misma fecha en que se celebraba el día internacional de la biodiversidad y dos día después de que en el mundo se realizaron más de 400 marchas de protestas contra la trasnacional Monsanto, promotora de los cultivos transgénicos.

Es posible que los “expertos” en desarrollo productivo y empresarial de CEPAL, ignoren los llamados y declaraciones de cerca de 250 científicos de más de 50 países del mundo que desde hace 3 años afirmaron que No hay consenso científico sobre la seguridad de los OGM. Sin embargo, es difícil creer que “expertos” tan informados por la propia industria, ignoren las derrotas legislativas que esa industria biotecnológica ha sufrido ya en tres estados, en el propio Senado de los EE.UU. y que el 88% de la población de EE.UU. apoya el etiquetado obligatorio, no sólo como derecho a la información sobre los alimentos consumidos, sino para protegerse contra la inseguridad y riesgos que entraña la contaminación por OGM.

La demanda del etiquetado OGM, vigente en al menos 65 países, pero no a nivel federal en EE.UU., más conocida por el derecho de saber que comemos ha sido respaldada por cientos de pequeñas y medianas empresas estadounidenses y demandada en Carta al Presidente Obama, desde 2014.

Y aún más, por si estos “expertos” de CEPAL y sus posibles promotores quisieran ocultarlo: con motivo de la obligatoriedad en el estado de Vermont de etiquetar a los OGM en los alimentos a partir del próximo 1º de julio, los monopolios agroalimentarios como ConAgra, General Mills, Mars, Kellogg y Sopas Campbell han terminado por aceptar el etiquetado sobre OGMs.

Uno se pregunta cómo es posible que “expertos” tan proclives a emitir juicios del gusto de las trasnacionales, e inclusive con posición ideológica a favor de las novedades tecnológicas, ignoren las contradicciones políticas y desacuerdos actuales entre los EE.UU. y la Unión Europea, precisamente sobre la biotecnología y sus impactos en la seguridad e inocuidad alimentaria…

¿Ignorarán estos “expertos” de CEPAL que se ha exhibido y demostrado públicamente el preocupante conflicto de interés que pesa sobre biotecnólogos y algunas de sus principales instituciones y su atadura a los millonarios recursos que de manera condicionada les proveen las trasnacionales como Monsanto, Bayer, Syngenta y otras? Y que precisamente por eso hay una fuerte mancha de duda sobre la objetividad que presumen de sus investigaciones, y por consiguiente una credibilidad que cada día decae más.

En el plano legal, la lucha de la campaña mexicana Sin Maíz No hay país (pues siendo centro de origen y de su biodiversidad cultural, esta amenazado por la contaminación de maíz transgénico), y la demanda colectiva contra el maíz transgénico ha demostrado la presencia ilícita de transgénicos en cultivos, logrando su suspensión desde el 2013, y detenido el otorgamiento de permisos oficiales para introducirlo. Así, en México la biotecnología de transgénicos es “sostenible” pero por la red de corrupción tejida por las empresas transnacionales y los funcionarios en turno.

Respecto de la supuesta prospectiva de “sostenibilidad” de la nanotecnología, existen numerosas alarmas encendidas por científicos y redes sociales en el mundo, y en América Latina en particular, sobre su incertidumbre, sus Implicaciones sociales, ambientales, en salud, y la necesidad de regularla.

Esta demostrado que de manera irresponsable los productos nanotecnológicos se ha introducido comercialmente a todos los ámbitos de la vida, violando el elemental Principio 15 de Precaución, acordado internacionalmente de la Cumbre de Río-1992, reafirmado en Montreal, 2000 y adoptado como nueva norma legal para la edad tecnológica, Roberto Adorno, dixit. Es obvio que éstas violaciones a declaraciones, protocolos, y leyes han sido en beneficio de los intereses corporativos de la industria química y agroquímica.

Por eso y más, señala una carta de redes sociales y personalidades mexicanas y latinoamericanas, enviada el mismo día de la edición del documento de CEPAL a la Secretaría General:

Es inexplicable que el documento omita e ignore los numerosos llamados que crecientes instituciones e investigadores académicos, lo mismo que organizaciones ambientalistas, campesinas y sociales en general hemos hecho sobre la naturaleza insustentable, contaminadora y destructora de ecosistemas y culturas de la biotecnología promovida mediante organismo genéticamente modificados, y de los componentes de su paquete biotecnológicos.

Hacer generalizaciones de las nano y biotecnologías o de la biología sintética como avances para la sustentabilidad, sin siquiera admitir los impactos y riesgos sobre los ecosistemas, la salud, la economía campesina y las capacidades de los estados para regularlos, debilita e incluso nulifica peligrosamente los esfuerzos que en materia de equidad y sustentabilidad había desarrollado la CEPAL.

Hacemos un llamado a la Secretaria General de CEPAL, coordinadora del documento, lo mismo que a las personas que colaboraron en este capítulo II, a corregir el rumbo, y al menos incluir de manera explícita la naturaleza polémica del uso de las nano y biotecnologías y de la biología sintética en campo de la agricultura, la salud, la biodiversidad, y las culturas y economías campesinas e indígenas.”

Existen ya demasiados argumentos y pruebas para afirmar que la actual política e impactos de la biotecnológica, la nanotecnología y la biología sintética, no sólo no merecen el adjetivo de sostenibles, sino de preocupantes e incluso de aberrantes.

Seguimos esperando la corrección oficial del error en el documento de la CEPAL citado, pues no deseamos que en el recién creado Foro latinoamericano sobre desarrollo sostenible (mediante el cual se establece el marco de monitoreo regional y subregional para el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible), algunos “expertos” de CEPAL o similares nos insistan con falsas verdades científicas “sostenibles” sólo por los intereses corporativos, o con novedades tecnológicas atentatorias a la vida en el planeta.

Ciudad de México, 1 de junio de 2016

alermalc@gmail.com

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No mundo virtual, a busca pelo sossego para aprender

Margarita Victoria Gomez

Estamos em um tempo de busca do sossego e da calma, do descanso e também da celebração por um ano difícil que termina e um novo que se iniciará, esperamos, com muitas possibilidades. Nas redes sociais, a dinâmica que ainda chama a atenção é a rapidez, a velocidade e a vertiginosidade das noticias, das imagens, das mensagens, em vídeo e áudio, que emergem trazendo o imperativo de simplesmente passearmos os olhos sobre elas na tela do dispositivo e curtir.

No mundo virtual, parece difícil achar esse momento de calma, esse lugar para a comunicação e o diálogo. A polifonia da intertextualidade da web nem sempre permite ampliar e aprofundar os vínculos sociais, pois tropeça nos limites da própria dinâmica. A semântica da linguagem hipertextual dialógica e o próprio corpo tendem a se desvanecerem na mera competência de cliques e curtidas que já fazem parte do universo virtual.

Nas práticas educacionais, o professor, ao ter que lidar e compreender este universo, depara-se com os imperativos da cibercultura e procura a relação e a participação pela conexão, utilizando-se da tecnologia, da formação de comunidades, modulando a velocidade e a vertiginosidade, para conseguir o sossego e a calma dos estudantes para aprender.

A comunidade de aprendizagem em rede, como um rizoma, abre-se em múltiplas conexões, nas heterogeneidades e nas diferenças para produzir. Em nossa atuação como educadora não queremos exercer lógicas verticais, ‘eucalípticas’ e sim lógicas de sentido rizomáticas que deixem circular os saberes e as coisas. Concordamos com Ruben Alves quando nos leva à reflexão epistemológica acerca do que realmente queremos para a educação: “É bem verdade que é possível plantar eucaliptos, essa raça sem vergonha que cresce depressa, para substituir as velhas árvores seculares que ninguém viu nascer nem plantou. Para certos gostos, fica até mais bonito: todos enfileirados, em permanente posição de sentido, preparados para o corte. E para o lucro.”

Como diz Alves, talvez seja necessário acordar o professor para instaurar novos mundos e uma maneira de fazer isso é, em tempos violentos e vertiginosos, buscar o sossego e a calma no processo educacional.

A minha sugestão hoje, é que procurem ler o livro Taiji quan, intercultura e educação, de Albert Hemsi, que poderá contribuir bastante para que educadores e estudantes se desliguem e tomem distância da lógica eucalíptica para conseguir uma aprendizagem com sentido no sossego e na calma.

Referências:
ALVES, Rubem. Sobre Jequitibás e Eucaliptos in: Conversas com quem gosta de ensinar. São Paulo: Cortez Editora; Editora Autores Associados, 1980.
HEMSI, Albert R. Taijiquan, intercultura e educação. São Paulo: Virtus Educação, 2015.

 

Fuente del articulo: https://pedagogiadavirtualidade.wordpress.com/2015/11/30/no-mundo-virtual-a-busca-pelo-sossego-para-aprender/

Fuente de la imagen: https://pedagogiadavirtualidade.files.wordpress.com/2015/11/convite.jpg?w=300&h=155

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El valor de ser docente

Mayra Castañeda

Coincidir, caminar, explorar, distinguir, explotar, ser uno en todos, entrelazar sentidos, culminar aventuras, trepidar con el viento, estrangular los sentidos, excomulgar demonios, vivir, latir..

Darse cuenta que el estar aquí y ahora es más que ser, que transformar, que reconocer, que transitar por lo inexpugnable, entender que somos y seremos siempre que los demás sean con nosotros, que seamos con ellos, para ellos y revertir la soledad en el último suspiro, con un fuimos, respiramos y entrelazaremos las miradas, las pieles, aunque ya no existan, aunque culmine la ruta y se emprenda un vuelo sin retorno

Ser en los demás, reconocerse en otros unos y diferentes, totalmente disímbolos, ser unos porque somos parte del todo, del de más allá, del que desconocemos, del que nunca veremos como si todo eso tuviera algún significado, como si el haber pasado por aquí hubiera dejado algo en el océano profundo, una huella en otra alma, aunque seamos en realidad humo, irrealidad, éter que cae al vacío por inconcebible. Ahí estaremos y estamos, aquí llegaremos y gozaremos y al final de todo, habrá valido la pena.

Reconocerse en otros vale la pena nos encontramos, nos entendemos, nos separamos, nos volvemos a encontrar, coincidimos, construimos y al final puede ser que nos odiemos, pero en el trayecto habremos aprendido, habremos crecido y si no es así tendremos que volver a empezar. Ninguna escuela nos prepara para eso, la academia se ha declarado incompetente, dice no estar interesada, la realidad es que no sabe de que se trata porque necesitaría estar viva, respirar, entender, equivocarse y reconocerlo, para poder enrutarse hacia una preparación para la vida.

El discurso de los valores, de la necesidad de los mismos, parece algo tan cotidiano que ni siquiera nos detenemos a pensar en él. Lo escuchamos en la televisión, entre los profesores, entre los comentaristas radiales y nos parece algo muy normal “hay que recuperar los valores” se ha vuelto una cantinela común ¿qué valores debemos “recuperar”?
Bajo esta premisa muchos puritanos y retrógradas erigen sus discursos ¿debemos recuperar los valores perdidos gracias a la libertad de expresión, por ejemplo? Antes los niños, si osaban cuestionar a sus maestros, eran castigados con reglazos, hincándose sobre corcholatas y prohibiéndoseles el recreo; esto es violencia, tortura, represión, y sin embargo el producto de estas prácticas eran niños “bien portados” ¿queremos regresar a esos niños sumisos y callados?

Hace no mucho las mujeres no podíamos mostrar más arriba del tobillo, éramos una pertenencia del marido y teníamos que pedir permiso para asomar la nariz a la calle. Gracias a eso millones de mujeres no tenían más remedio que fingir recato, complacencia y hasta agrado por estar confinadas a la casa y no ocupaban su tiempo más que en limpiar y ver a sus hijos crecer como si fueran plantas, reproduciendo los mismos patrones machistas en ellos. Se decía que los niños y jóvenes eran más “decentes” y tenían más valores pero el porcentaje de delitos violentos era mayor en el mundo. Cualquiera podía ser una bomba de tiempo, la represión no producía más que frustración y, muchos de los que contaban con poca inteligencia emocional, podían cometer crímenes espantosos en cualquier momento… pero se ocultaban. Eran la escoria familiar y social y muchas veces simulaban ser personas totalmente adaptadas.

En esta época, donde la información es una moneda de cambio y donde el que posee más es más poderoso se ha confundido la realidad con la ficción, si alguien dice: es que somos más violentos que antes, nadie lo cuestiona, lo toma como verdad absoluta y a esa voz se suman millones de voces, porque el post o el video o la nota que tiene más visitas o “likes” es la que se vende mejor y lo cierto es que nuestra manía como seres humanos, de rendirnos al morbo, ha construido imperios económicos muy poderosos.

¿Qué tan mal estamos? Es cierto que hay grupos delictivos que están más a la vista, es cierto que todos los días nos enteramos de un nuevo crimen, es cierto que el volumen de información hace que nuestra atención sea dispersa, que ya no nos importe el número, que no nos horroricemos y menos que tomemos acción para evitar la violencia, pero también es cierto que el exceso de información nos ha vuelto más pasivos. De un post ofensivo no nos vamos a morir, de un mensaje en nuestro correo que nos agreda verbalmente no nos desangraremos, pero también es verdad que muchas personas cada vez poseen menos competencias individuales (inteligencia emocional, resiliencia, autoestima) para defenderse de este tipo de violencia. Hace años un niño nos escupía durante el recreo y lo más que sucedía es que nos daba asco, si éramos de temperamento irascible tal vez nos fuéramos a los puños, pero al final de cuentas las diferencias se zanjaban o perdían importancia, al final del día nadie cargaba con el lastre, no nos traumábamos, ni dejábamos de comer, a veces ni siquiera lo recordábamos. Ahora cualquiera tiene el poder de romper la autoestima de niños, jóvenes e inclusive adultos con un post en un muro de red social y eso lo magnificamos, hemos empezado a percibir el mundo como si las cosas fueran terribles y vivimos en una crisis constante, siempre, terminamos concluyendo, que es de valores. Y todo puede ser cobijado bajo ese término, nadie lo cuestionará.

Esta es una invitación a replantearnos los valores que necesitamos para esta era donde  la violencia ha tomado otras connotaciones, donde la conciencia ha alcanzado otro nivel pero donde también existen millones de personas alienadas por los medios de comunicación.

Los valores ahora toman una dimensión diferente y quizá deberíamos de iniciar por una pregunta  ¿qué mundo queremos construir? En base a ello se podrían definir los valores que realmente requerimos como sociedad. Ya lo dijo  William Ospina la educación no ha fallado, quizá deberíamos empezar a pensar el tipo de ser humano que esa educación quiso formar, y es que ciertamente la educación, como los valores, son dos ítems que pocas veces nos cuestionamos ¿todos necesitamos educación? Y que quede claro que estamos partiendo de un equívoco común: ¿educación es escolarización? Porque en algún punto de la historia el estado se apoderó del término educación y creó ministerios y secretarías de educación y entonces todo el mundo dio por sentado que la educación era una obligación del estado y que mandar a los niños a la escuela era todo lo que se requería para brindarles educación. Y ahí empezó la ruptura, porque un padre de familia pocas veces se siente responsable (realmente y en la práctica) de la educación de sus hijos, cree que la escuela es un gran depósito de niños o estacionamiento de jóvenes, donde lo que se exige de los maestros es que los “controlen” o como le dijera un narcotraficante de una pequeña comunidad a una maestra: “aquí le traigo a mi hijo para que me lo haga un hombre de bien”.

Y ahí perdimos el rumbo, porque la escuela es una institución con responsabilidad limitada. No  lo puede todo, que puede mucho es innegable, pero no es capaz de sustituir lo que sucede en casa. El ser humano aprende en base a los ejemplos, es su primer método de aprendizaje y lo que ve en las primeras horas, los primeros días, los primeros meses, lo que alcanza a percibir, no puede ser sustituido, en importancia, por lo que escuchará, verá o percibirá en la escuela.

Fuente del articulo: http://mayracastaneda.org/blog_61067_El-valor-de-ser-docente.html
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