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Cuando exista una verdadera inclusión en la educación dominicana (1 de 3) .

Por: Juan Zapata Peralta

He oído, con cierto nivel de asombro, que en el sistema educativo nuestro se ha puesto en ejecución una primera parte de la transformación curricular obligatoria que demanda este nuevo estadío en que estamos viviendo. Raudo, busqué en las páginas del MINERD, donde publican los documentos, y ya no era un simple rumor, se había hecho la publicación de esta parte del Diseño Curricular, y en las motivaciones, producto de unos discursos archiaprendidos, se afirmaba el alumbramiento de este nuevo instrumento que apuesta a la inclusión en la educación dominicana.

Las ideas se me agolpaban en la cabeza, los recuerdos se perdían en el horizonte, el espíritu de la esperanza se empezaba a desvanecer y las citas de Gabriel Marcel no se hacían esperar: llegaba a mí la desesperanza.

En mis recuerdos, en esa especie de REWIND que uno da a la existencia, me encuentro con Helen Keller, aquella niña que quedó sorda y ciega a causa de una enfermedad cuando tenía 19 meses de nacida, que llegó a desarrollarse culturalmente, ser una escritora y conferenciante pública mundialmente famosa. Ella no se desanimaba fácilmente, pero era el producto de una sociedad que apostaba a la inclusión en su sistema de enseñanza y de aprendizaje.

En el análisis obligatorio de las sociedades de diferentes épocas, al que me llevó mi yo interno, también me encontré con Anne Sullivan, aquella niña pobre que había perdido la visión cuando tenía cinco años, que fue abandonada en una casa en la que tuvo la suerte de haber encontrado un lugar donde fue bien acogida, el Colegio Perkins para Ciegos en Boston y fue ahí, justamente ahí, que entendí el craso error de nuestras autoridades educativas de hablar de la existencia un currículo inclusivo, sin contar con la experticia del capital humano. –

publicado primeramente en: www.elcaribe.com.do/2016/04/11/cuando-exista-una-verdadera-inclusion-educacion-dominicana-1-3#sthash.EY6XebcC.dpuf

Fuente de la imagen: http://www.unicef.org/republicadominicana/education_25953.htm

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“Un golpe de misóginos y reaccionarios”

* Por Pablo Gentili
Desde Río de Janeiro.

Se ha consumado un paso decisivo en la destitución de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff. Un paso más del golpe que comenzó a gestarse el día siguiente del triunfo electoral del PT, en octubre de 2014, cuando la oposición impugnó el resultado de las elecciones nacionales. Pues los gobiernos y los partidos populares, cuando pierden, se retiran. La derecha no se retira nunca, no retrocede, redefine la ruta para llegar al poder, por la vía del voto popular o por la vía del golpe.

Dilma será destituida, a no ser que un milagro político sea perpetrado, mágicamente, por el único político que ha sido capaz de interpretar la voluntad de justicia social y las aspiraciones de igualdad del pueblo brasileño: Luiz Inácio Lula da Silva. Sin embargo, las chances son bajísimas. El trámite sigue ahora al Senado y, si los senadores lo aprueban por mayoría simple, Dilma será licenciada por 180 días, esperando la decisión de la Corte Suprema, ya en la presidencia Michel Temer, su vice, un oscuro conspirador a quien el despreciable Julio Cobos nunca supo imitar. Temer ha sido uno de los arquitectos del golpe, en alianza con Eduardo Cunha, quien será ahora su vice si avanza el impeachment. Cunha es uno de los políticos más corruptos del Brasil, un mérito ciertamente notable, en una institución donde más de 50% de los diputados están procesados o tienen causas pendientes en la Justicia.

Si alguien tuvo el coraje de asistir a la sesión de votación que acaba de terminar en Brasilia, quizá le habrá llamado la atención que, en sus intervenciones, menos del 3% de los más de 350 diputados que votaron a favor de la destitución de Dilma siquiera mencionaron las causas que motivaron el juicio político (una discutible gestión del presupuesto nacional). Y en cambio sí, su exigencia de acabar con el PT, con la CUT (la central de trabajadores), con la izquierda, con la educación sexual y con el comunismo. Uno llegó a decir que, incluso, “con el comunismo en Corea del Norte”.

El Congreso brasileño es simplemente repugnante, misógino, machista y reaccionario. Como con la prensa, todo el mundo piensa que el congreso de su país es el peor del mundo. Desconozco si existe un termómetro de repugnancias, pero la del Congreso brasileño quizás sea imbatible.

Durante las intervenciones de los diputados golpistas, Dios, la familia (incluidos hijos, tíos, primos, sobrinos, nietos y esposas) y la Biblia fueron 70 veces más mencionados que la Constitución Nacional. Ninguno de los que votó por la destitución de Dilma citó la soberanía popular, base y fundamento de la democracia. ¿Democracia? No, de eso no se ocupa este enjambre de degradadas figuras casi clandestinas, cuyo único objetivo ha sido perpetuar la corrupción y destruir las conquistas sociales y políticas de la última década.

Un nuevo golpe se ha perpetrado en América Latina.

Hace pocos días, Pepe Mujica le decía a La Garganta que no hay derrotas definitivas, que la lucha siempre continúa y que retroceder no significa rendirse. Tiene razón. Y eso lo saben bien Lula y Dilma. Él sobrevivió al hambre, al abandono y a la miseria absoluta que viven los hijos de los campesinos en el Nordeste brasileño. Ella sobrevivió a las torturas y al encierro de la dictadura militar. No será este el golpe que los vencerá. Tampoco, el que debilitará a los que militan junto con ellos, por la construcción de un nuevo Brasil.

Eduardo Galeano ha dicho alguna vez que la única cosa que se construye de arriba hacia abajo, son los pozos. Habrá entonces que seguir luchando, desde abajo, juntando fuerzas y articulando energías, en Brasil y en Argentina, juntos, construyendo los sueños que 342 diputados golpistas jamás podrán impedirnos soñar.

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* Director Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

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El conocimiento: dimensión estratégica para el capitalismo cognitivo

Marx Gómez
Rebelión

Si se nos preguntara cuáles son las condiciones básicas para la existencia de cualquier sociedad, pudiera decirse que son dos: la producción de bienes y servicios, y la reproducción de la especie humana. Tanto la una como la otra están tocadas por un elemento transversal en toda la teoría marxista: el trabajo. De esto se desprende que la manera en cómo nos organizamos para producir y distribuir los bienes elaborados va configurando todo un conjunto de relaciones basadas en torno a este elemento, posibilitando al mismo tiempo el establecimiento de principios, ideas, categorías para la comprensión y aprehensión de la realidad en base a estos múltiples relacionamientos.

Cada época se define, entonces, no en función de lo que se hace en un determinado momento histórico sino en el cómo se hace y con qué instrumentos se hace. Karl Marx en Los Grundrisse (ed. 1972 [iv] ) ya nos asomaba en la parte final del Fragmento sobre las máquinas el papel del saber en la productividad: la noción del general intellect.

Allí planteaba que la naturaleza no construye por sí misma las máquinas y demás instrumentos de trabajo, a lo sumo aporta las materias primas necesarias para que la industria humana transforme las mismas, a través del cerebro humano y de la mano humana, en fuerza objetivada del conocimiento, convirtiéndose éste en una fuerza productiva inmediata. (1972; 230)

A la luz de lo anterior, resulta apropiado decir que el conocimiento cobra una importancia cada vez mayor por ser valor estratégico para organizar el orden actual del capital. La sociedad actual, basada en estas formas de relacionamiento, ha recibido múltiples denominaciones: capitalismo informacional, global, cognitivo, pero capitalismo a fin de cuentas. Su economía se sustenta, entonces, en un realismo material pero con un soporte cognitivo.

Esa “esencia” es la que muchos olvidan con o sin intención cuando hablan con tanta emoción del eufemístico término de Sociedad de la información [v] (Castells; 2000 [vi] ). Esto revela, como bien decíamos líneas arriba, la importancia del conocimiento en la productividad y en las relaciones de poder que se tejen en el marco del sistema-mundo, configurándose así una geopolítica del conocimiento sustentada en el cuarteto Estados Unidos-China-Unión Europea-Japón.

Ahora bien, si en los instrumentos de trabajo se halla objetivado el general intellect ¿qué pasa con el conocimiento que es fuerza productiva inmediata? ¿Al consumirse el capital fijo en el proceso de producción se consume también ese conocimiento objetivado en los instrumentos de trabajo?

Llegamos así a la naturaleza peculiar del conocimiento, “El que recibe una idea mía, recibe instrucción sin disminuir la mía, igual que quien enciende su vela con la mía, recibe luz sin que yo quede a oscuras.” [vii] El conocimiento no se agota en el consumo y en el intercambio reciproco entre seres humanos no hay quienes queden con más conocimientos y otros que queden con menos. Sin embargo, todo aquello que es tan celosamente protegido por el sistema capitalista en una muestra de falso altruismo proveniente de un humanismo inexistente demuestra que aquello que se encuentra en custodia constituye una fuente de riquezas exorbitantes para el mismo. El poder económico requiere, pues, de la monopolización en la difusión de los saberes para poder garantizar un dominio global del conocimiento de la humanidad.

El discurso construido para ejecutar esa protección en aras de “promover el progreso de las ciencias y de las artes” es el de la Propiedad Intelectual. Caracterizado el conocimiento por su abundancia y no por su escasez, al ser apropiado y confinado por parte de los grandes consorcios transnacionales urge crear la escasez a fin de poder dar oferta a esa demanda de conocimiento.

Esa lógica económica [viii] pone en jaque a los sectores estratégicos de todas las economías –más aún las del Sur global-: patentes sobre procesos de producción de alimentos, sobre organismos vivos, sobre medicamentos; la educación se encuentra cada vez más estrangulada por los procesos de privatización tanto exógenos como endógenos; el conocimiento producido por las investigaciones financiadas con fondos públicos es usurpada por compañías trasnacionales; el espíritu que permitió el desarrollo de Internet –la cultura hacker- es constantemente mutilado por el fortalecimiento del software privativo y la intención de prohibir todo tipo de intercambio de contenidos digitales sin costo alguno; y los bienes culturales cada vez están más lejos del dominio público debido al aumento de los plazos de protección monopólica de los mal llamados derechos de “autor” [ix] .

Las leyes erigidas en torno a este concepto –el de la Propiedad Intelectual- se hayan sustentadas en la lógica del capital y pueden considerarse como dispositivos clasificatorios coloniales (Lander; 2002 [x] ) que enuncian las practicas convalidadas y aquellas que han de ser condenadas. “Dios tiene su gloria en su expansión” (Hinkelammert; 2008:31 [xi] ) es la analogía mítica que mejor describe la [ir]racionalidad del capital en la sociedad actual.

Las políticas neoliberales aplicadas en América Latina y todo el mundo a partir de la segunda mitad del siglo pasado posibilitaron la apertura de nuevos campos para la acumulación: la salud, la educación, la vivienda…y el conocimiento. Esto es lo que David Harvey llama acumulación por desposesión, el “nuevo” rostro del imperialismo.

No es secreto para nadie que las instituciones “multilaterales” como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio [xii] y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual le han servido al neoliberalismo como brazos legales para ejecutar sus prácticas coloniales y depredadoras, no sólo de la naturaleza sino de la existencia humana.

Como un último dato – ¡y sobran muchos más!- que revela la importancia estratégica del conocimiento para el capitalismo en la actualidad, tenemos la propuesta del senador republicano Lamar Smith [xiii] de modificar la estructura organizativa de las embajadas de Estados Unidos para incluir la figura del Agregado de Propiedad Intelectual, “diplomáticos” cuyo objetivo es persuadir a los países de adoptar marcos jurídicos similares –por no decir iguales- a los existentes en el país norte americano.

Ciertamente, no existen temas más importantes que otros pero, en el caso aquí presente, urge problematizar y analizar –desde todo el conjunto de las ciencias sociales- todas las implicaciones del actual régimen de Propiedad Intelectual y su amenaza al enriquecimiento material, cognitivo y espiritual de la humanidad. Hay que dejar por sentado que el acto de compartir no es robar y desde allí iniciar todo un ejercicio teórico-práctico que nos ofrezca diferentes alternativas al orden actual del capital.

[i] Recomiendo la lectura del texto Capitalismo cognitivo. Propiedad intelectual y creación colectiva. Puede descargarse desde el siguiente enlace:

http://libros.metabiblioteca.org:8080/bitstream/001/247/8/capitalismocognitivo.pdf

[ii] Este es un breve resumen de la primera sección del segundo capítulo del Trabajo Final de Grado que presenté como requisito para optar al título de sociólogo. Lleva por nombre Una crítica contra hegemónica a la racionalidad del copyright. Puede descargarse desde el siguiente enlace: http://pinoes3coma14.blogspot.com/2012/07/una-critica-contra-hegemonica-la.html

[iii] mjgl1189@gmail.com

[iv] Siglo XXI Editores.

[v] La revolución científico-técnica, profundizada con la aparición y posterior expansión del Internet y las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación en la segunda mitad del siglo XX, ha situado en el imaginario cognitivo esta categoría y su consecuente desarrollo teórico. Al respecto es necesario continuar avanzando en las críticas a la tradición apologética de Manuel Castells que suelen seguir muchos de los estudios sobre la Sociedad del Conocimiento.

[vi] Me refiero al texto de tres tomos La era de la Información.

[vii] Falvinge, Rick (2011) Historia del Copyright. Véase Estados Unidos y las Bibliotecas Públicas en http://partido-pirata.blogspot.com/2011/04/historia-del-copyright-parte-4-por-rick.html Es una cita que hace el autor sobre Thomas Jefferson, uno de los padres de la constitución de los Estados Unidos.

[viii] Que no deja de ser una lógica civilizatoria que nos plantea, según el discurso jurídico, que el acto de producir conocimiento está motivado por el lucro; que es el beneficio económico lo que impulsa la innovación; y que el acto de compartir conocimientos libremente es uno de los mayores delitos en la sociedad actual. Si alguien no ve en esto un profundo absurdo, que me diga entonces ¿qué ve?

[ix] Recomiendo la lectura del texto Derecho de ¿autor? El debate de hoy de la abogada cubana Lillian Álvarez Navarrete. Puede descargarse en el siguiente enlace:

http://copysouth.org/imgs/derecho_de_autor_cuba.pdf

[x] Los civilizados y los barbaros. Disponible en: http://www.nuso.org/upload/articulos/3022_1.pdf

[xi] Hacia una crítica de la razón mítica. Fundación editorial El perro y la rana.

[xii] Y sus correspondientes Acuerdos sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comerció (ADPIC).

[xiii] Lea la noticia completa en http://pinoes3coma14.blogspot.com/2012/07/senador-de-estados-unidos-propone_18.html

Fuente del articulo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=154785

Fuente de la imagen: http://www.portafolio.co/sites/portafolio.co/files/imagecache/horizontal_articulo/ADMIN.jp

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Educación preescolar sería más determinante que universitaria

Irene Rodríguez S.

“Cuando mi nieta tuvo edad de ir al preescolar, mi hija me dijo: ‘voy a cancelar la suscripción en el gimnasio y comenzaré a correr por el barrio para pagarle un buen kínder a mi hija’. Yo le dije: ‘es la mejor inversión porque la educación preescolar le dará herramientas para toda la vida’”.

Estas palabras no son de cualquier abuela. Son de Kathy Silva,investigadora de la Universidad de Oxford , en Inglaterra, quien entre 1997 y 2015 dio seguimiento a más de 3.000 niños, desde sus etapas preescolares o en sus casas, a los tres o cuatro años de edad, hasta sus 21 o 22, cuando muchos ya finalizaban carreras universitarias o tenían su primer trabajo.

Esta doctora en Psicología Educativa y su equipo concluyeron que el asistir a un kínder de buena calidad da mejores herramientas en Lenguaje, Matemáticas y Lectoescritura, lo que eleva el rendimiento académico en la escuela, colegio y universidad. Pero hay más, estos niños, al crecer, también se verían favorecidos con mejores salarios que quienes se quedaron en casa los primeros años de vida.

Silva aclara que no se trata de gastar mucho dinero porque la alta calidad también se puede ver en centros públicos y, por el contrario, podría haber un bajo desempeño en centros que cobren altas sumas.

La Nación conversó con Silva luego de una conferencia que brindó en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, para el grupo ProLeer, integrado por personas del sector de enseñanza de varios países. Ella ahondó sobre su estudio, pero también sobre los beneficios del preescolar para la vida.

Paso a paso. El trabajo de Silva, llamado Educación preescolar, primaria y secundaria efectiva(EPPSE, por sus siglas en inglés)”, registró los resultados logrados por los chicos en cada uno de los niveles educativos.

El primer análisis midió el desempeño entre los tres y los siete años. Así vieron que quienes fueron a preescolar, tuvieron mayor motivación para el aprendizaje y su desempeño cognitivo y social era mejor. Además: los menores con padres interesados por ellos, que les brindan amor y una relación cercana, presentaron mejores resultados.

Los pequeños entre los siete y los 11 años que recibieron educación preescolar de buena calidad, aprendieron a leer más rápido y con mejor comprensión que los demás. Asimismo, tenían mejores habilidades en Matemáticas.

A los 11 años, los niños analizados hicieron sus pruebas nacionales (una especie de bachillerato escolar) y, quienes estuvieron en una institución preescolar de buena calidad demostraron un rendimiento 29% mejor en Inglés y un 34% mejor en Matemáticas, en comparación con quienes no fueron al kínder o estuvieron en uno deficiente.

De igual manera, los primeros tenían un autocontrol 24% mejor que los otros, así como un comportamiento social 23% mayor al resto de los menores.

Impacto en la adolescencia. Cuando llegaron a los 14 años, quienes hicieron preescolar ya llevaban cerca de diez años en el sistema educativo y obtenían calificaciones hasta un 37% mayores en Matemáticas y Ciencias que quienes se quedaron en casa entre los tres y los seis años.

Al cumplir 16 años, las calificaciones en las pruebas nacionales (bachillerato) fueron un 38% mayores en Inglés y un 21% mejores en Matemáticas.

Finalmente, ingresar a la universidad fue más fácil para los que hicieron preescolar. Ellos, en promedio, obtuvieron calificaciones 12% más altas.

Al momento en que el estudio finalizó, los jóvenes tenían entre 21 y 22 años.

Los que trabajaban y habían pasado por un kínder ganaban un 8% más que quienes nunca recibieron enseñanza preescolar.

Silva concluyó diciendo que en la educación preescolar, más allá de impartir materias, lo que se hace es brindar herramientas para la vida misma.

“En el sistema preescolar se adquieren los hábitos de aprendizaje, es decir, se aprende cómo aprender y cómo relacionarse con los demás”, concluyó.

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Levantando el peso del mundo ¿qué opciones tengo? (I)

William Ayers

En La Caverna, José Saramago ofrece un gris pero, por extraño que parezca, esperanzador retrato de la alienación y del mundo moderno: A Cipriano Algor, un alfarero de 64 años, quien vive en su alfarería con su hija Marta, con pocos meses de embarazo, y con su yerno Marcial Gacho, quien es guardia del monolítico Centro ubicado en el corazón de la ciudad, le informan que no se venderán más piezas de alfarería y que sus contratos serían cancelados. La razón que le dan es que la cerámica se quiebra y el plástico es más práctico. Cipriano siente que es un hombre fuera de época, un anacronismo. Esta mala noticia llega al mismo tiempo que Marcial se entera que será ascendido a guardia residente lo que le da el derecho de vivir en un pequeño apartamento dentro del Centro. Cipriano se niega a
mudarse por un tiempo, pero es algo inevitable, y pronto los tres se encuentran mudados dentro de su nueva casa.

El Centro les dice a los nuevos residentes que no lleven nada: “Aquí tenemos todo para ustedes: galerías, tiendas, escaleras mecánicas, puntos de encuentro, cafés, restaurantes… un carrusel de caballos, un carrusel de naves
espaciales, guardería, ancianato, un túnel del amor, un puente colgante, un tren fantasma… tiro al blanco, campo de golf, un mapa gigante, una puerta secreta… una muralla china, un Taj Mahal, una pirámide egipcia, un tempo de Karnak, un acueducto, fiordos, un río Amazonas con indios y todo … un caballo de Troya, una silla eléctrica… un gran enano, un pequeño gigante…” Todo incita a la gente a consumir para ser feliz, a deleitarse con el deslumbrante carnaval y desconectarse de cualquier compromiso real o logro, preguntar poco, sentir nada. Para Cipriano todos parecen estar anestesiados.  Siente como si estuviera flotando, sin peso alguno, en un mundo ilusorio.

Cipriano recorre desorientado, sintiéndose como una reliquia, hasta que un día se siente tentado a tocar cierta puerta. Un guardia aparece y le dice a Cipriano que no hay nada detrás de esa puerta, “pero nos indica quien está sintiendo curiosidad en el Centro”. Cipriano está curioso y ahora más que nunca que algo inquietante parece estar a la mano.
Ya tarde una noche, Cipriano sigue a Marcial hasta un segundo sótano donde estaban taladrando y excavando mucho. Dentro de una cueva había un banco de piedra donde ve esqueletos humanos fijados con clavos de metal mirando hacia una pared. Los excavadores, al parecer, habían desenterrado un tesoro arqueológico: “La Alegoría de la Caverna” de Platón. “No quiero seguir viviendo aquí”, anuncia Cipriano. Siempre se sintió fuera de lugar en el Centro, pero de repente ve como su problema se reaviva, representa la causa de preocupación de cada uno de nosotros: ser engañados creyendo que sombras, reflejos e imágenes son una realidad, ser cegados por formas sin sustancia, actuar sin ninguna preocupación. Cipriano le dice a su hija y a su yerno que él no pasará el resto de sus días “amarrado a un banco de piedra mirando hacia una pared” como todos los demás.

Luego, toda la familia parte en un camión saltando a lo desconocido, como si los arrastrara un río. Marcial les comenta que cuando abandonó el Centro leyó un gran cartel que decía: PRONTO, LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA DE PLATÓN ABIERTA ALPÚBLICO. UNA ATRACCIÓN EXCLUSIVA… COMPREN SUS ENTRADAS YA.

Todo un espectáculo y todo espectáculo empaquetado para la venta. Nada con sustancia o vitalidad o significado real. La odisea de la familia es hacia un mundo donde ellos podrán participar más activamente y vivir más plenamente, donde ellos estarán una vez más con los pies en la tierra y experimentarán el peso del mundo.
***
He intentado esbozar una pedagogía de esperanzas y posibilidades, un enfoque para enseñar por la libertad, el cual es, necesariamente, una pedagogía de conflicto y lucha. He descrito la enseñanza como un acto de devoción para ayudar a todos los seres humanos a que alcancen su humanidad, su iluminación y su liberación, pero a su vez como una forma de resistencia a la persistencia de utilizar la escolarización como un medio para obtener control y para
oprimir. Enseñar para humanizar, como ya he dicho, es una opción que es tomada por aquellos que enfrentan, clara y resolutamente, los obstáculos ante ellos, cuando llegan a comprender las dimensiones de lo que está en juego. Así, podemos entender la enseñanza como un sitio para la esperanza y lucha, como un espacio disputado que involucran ideas sobre el mundo que queremos tener y habitar a futuro.
Asimismo, argumenté estar a favor de ser explícitos en cuanto a nuestro compromiso moral ya que éste opera a un nivel más profundo y con una base más firme que, por ejemplo, las habilidades o disposiciones mentales. Sabiendo donde estamos parados y que representamos, deberíamos ser capaces de sortear las turbulentas aguas de la enseñanza y de la escolarización de una manera más efectiva y fiel.
Para mí, nuestro primer compromiso debería ser hacia nuestros estudiantes: nos ponemos de su lado. Nos ponemos del lado de ellos como aprendices, apoyando sus esfuerzos para ser más sabios, más capaces, más iluminados, y nos ponemos de su lado como ciudadanos, alentándolos en sus sendas hacia la libertad. Reconocemos y apoyamos la completa humanidad de nuestros alumnos. Nos oponemos a cualquier circunstancia que pueda degradarlos, minimizarlos o reducirlos.

Nuestro segundo compromiso es crear una república de muchas voces, un ambiente y una pedagogía que honre la humanidad de cada uno y que sea un lugar de encuentro para todos. Ahora toca otro compromiso fundamental, el sentir el peso del mundo sobre los hombros. Ya hemos puesto un ojo en nuestros estudiantes y el otro en nosotros. Tenemos un ojo en los espacios físicos, emocionales, sociales y políticos para la enseñanza. Pero ahora propongo que desafiemos la psicología y el sentido común para encontrar un cuarto ojo, el cual vamos a utilizar para observar el contexto mucho más amplio en que vivimos y trabajamos. Pienso que es una obligación.
***
La poeta Jane Hirshfield dice que la poesía puede ayudar a “encontrar un camino a una vida más larga de lo que tendrías que vivirla”. Esa vida más larga es tanto en el por dentro como por fuera y requiere de viajes al
interior de cada quien y compromiso en lo exterior. Los viajes al interior provocan a la imaginación que yace en el corazón del cambio. Sin imaginación todo está ahí, inmóvil y liso en la superficie, inerte, estático, inmutable.
Una persona intolerante podría ser definida de manera práctica como alguien cuya imaginación ha sido mutilada o asesinada. Pero con imaginación el mundo que encontramos no es más real que una pista de lanzamiento.
Por supuesto, ésta debe ser empleada en contacto con el mundo. Hirshfield motiva la activación interna, aún cuando ella rechaza cualquier clase de preocupación hacia uno mismo, “eso es narcisismo y no el camino a la sabiduría”, dice. El balance se encuentra a través de encuentros más amplios: “el peso del mundo solo lo puedes sentir al levantar tus propios brazos y hombros”, dice. El mundo es irreconocible hasta que es tocado, desconocido hasta que se experimenta. Nosotros percibimos el mundo, observamos su alcance, sus fronteras y las opciones que ofrece, y comprendemos nuestro lugar especial en él solo cuando lo sujetamos e intentamos levantarlo.
En un conflictivo y alocado poema de amor a Estados Unidos,
Langston Hughes describe el mundo según su perspectiva, con sus barreras y sus límites, con sus alambres de púas y sus barrotes, a medida que el siente el peso del mundo al levantar sus hombros y brazos. Comienza de esta manera:
Que América vuelva a ser América.
Que sea el sueño que solía ser.
Que sea el pionero en las llanuras
Que busca un lugar donde ser libre.
(América nunca fue América para mi)
Que sea el sueño soñado por los soñadores
Que sea esa grande y fuerte tierra de amor
Donde nunca los reyes intriguen y los tiranos conspiren
Para aplastar de arriba a los hombres
(Nunca fue América para mí).
Oh, que mi tierra sea la tierra donde la Libertad
No sea coronada con una falsa corona de flores,
Con una oportunidad real, y una vida libre,
Que la igualdad se respire en el aire.
(Nunca existió tal igualdad para mí,
Ni libertad en esta “tierra de libres”)

La imaginación de Hughes está tanto afectada como afinada por lo que se ha denominado la acusación social de negro en la América blanca. Hughes decide no huir de la acusación, sino más bien la asume, para abrazarla y plegarse a ella, para utilizarla para sus propios fines humanistas. Describe un mundo de muros y cadenas y, simultáneamente, sueña con la posibilidad del mundo que podría ser pero aun no es. Langston Hughes es para mí una luz brillante y clarificadora que me recuerda que ser completamente humano y libre significa utilizar los
obstáculos para alcanzar tu propia libertad, los impedimentos para expandir la humanidad y para resistir a las fuerzas que intentan reducir a las personas y categorizarlas para convertirlas en objetos. La verdadera sustancia de la
libertad se encuentra en las plazas públicas donde la gente se enfrenta una a otra con autenticidad, donde se unen para identificar y superar barreras. Esos son los espacios donde encontramos nuestras propias voces, potencialidades, poder y esperanzas.
A menos que vivamos en un mundo perfecto (y todo lo que yo se sobre mundos perfectos y utopías de cualquier tipo, ya he intentado vivir en más de una, es que nunca me sentiré satisfecho), parte de nuestro trabajo consiste en identificar los leones en la ruta hacia nuestra propia identidad. No tenemos que saber necesariamente que hacer, pero sabemos que las oportunidades para hacer bien están por todas partes. W.E.B. DuBois dijo: “Debemos quejarnos. Sí, una queja franca y directa, una agitación incesante, una demostración constante contra la deshonestidad y lo que está mal. Este es el viejo e infalible camino a la libertad y debemos seguirlo.” Tenemos
que quejarnos cuando observemos un sufrimiento injusto, dolor innecesario, una penuria no merecida, al menos deberíamos reconocerlo, mirar y escuchar. También podemos insistir en nuestro derecho de permanecer escépticos de cara a la credulidad, agnósticos y cuestionadores de los verdaderos creyentes. Aun así, en un mundo profundamente desbalanceado, hay situaciones más que suficientes para que cada uno de nosotros encuentre
que hacer.
Derrick Bell escribe en sus reflexiones sobre el activismo que “todo en la vida es temporal y lo aceptamos sin poner resistencia”. Debemos, continúa, buscar la satisfacción durante la travesía y encontrar nuestra integridad en la lucha porque no importa cuanto nos esforcemos por buscar la justicia nunca la encontraremos: “La perfección nos evadirá”. Siempre hay más por hacer y siempre habrá más por hacer.

Debido a que hay tanto por hacer, día a día me siento más atraído por los activistas: ese montón de andrajosos, rebeldes, soñadores, excéntricos, románticos e idealistas. La gente que dice estar en contra, siempre moviéndose en dirección de lo que ellos esperan que sea un mundo mejor, se definen a si mismos con las acciones. Mi imaginación, mi sentido de lo moral y de lo bueno, es nutrida y desafiada por aquellos que rompen con el sentido común de las multitudes y actúan a favor de algo más justo y más nuevo. “Todo en orden”, repite el pregonero todas las noches por cada cuadra. Pero la vocación activista nos recuerda que no todo está bien, así es amigos, todavía hay más que debe hacerse.
El activismo es tan vasto como la imaginación, tan profundo como el ser humano, tan osado como el corazón, el cual “es un músculo del tamaño de tu puño”, como dice la joven, brillante y dinámica Dalia Sapon-Shevin. El activismo no debe ser confundido con tácticas específicas, sino más bien una posición contra el mundo, una que capta nuestra atención de las cosas que tienen que arreglarse. Los activistas se comprometen, participan, contribuyen, se levantan, protestan, inician, se mueven, esas son sus principales características. Cuestionan la sabiduría recibida, se preguntan que podrá ser, pero no es suficiente así que actúan. Abren sus ojos, identifican las injusticias y las traen a la luz para que otros vean la verdad de las cosas más claramente. Dramatizan un hecho o envían un mensaje y crean un espacio
público donde la gente puede reunirse de manera auténtica para crear algo nuevo. Luego, participan con cada vez más público que está muy ocupado informándose y educándose. Toman riesgos no solo cuando infringen la ley,
también cuando ellos rompen con normas de educación o con la persuasión imperante en la tribu o multitud. A veces se niegan a participar así como a veces toman parte en cosas olvidadas por ellos, para así crear el mundo en el
cual ellos querrían vivir.

Los activistas aparecen en todos los capítulos de la historia de Estados Unidos: El Motín del Té en Boston, las batallas de Lexington, los ferrocarriles subterráneos, la toma del arsenal de Harpers Ferry, la revuelta de Haymarket, el movimiento por el sufragio femenino, Flint, Selma, Atlantic City, Tierra del Sur. Los activistas se negaron a participar en algunos hechos quemando sus cartillas militares. Algunos fueron a la cárcel por negarse a enlistarse en el ejercito para ir a la guerra en Vietnam o cuando, aquellos que pelearon en Vietnam, tiraron sus medallas en la Casa Blanca en señal de protesta por lo que ellos ahora consideraban una aventura inmoral.
Asimismo, los activistas tomaron parte en hechos que estaban oficialmente prohibidos en el Sur segregacionista. Recrearon el mundo que ellos imaginaban en autobuses y oficinas públicas, anunciando que aquellos actos
representaban la manera en la cual iban a vivir: negros y blancos juntos. Estas fueron expresiones auto-transformadoras y a su vez expresiones que transformaron al mundo.
El Movimiento de los Derechos Civiles creó la agenda moral para una generación y se convirtió en parte del paisaje y del aire que respiraba la gente. Las nociones de libertad, liberación, justicia social y paz pasaron a ser más que abstracciones, de hecho, se personificaron y se convirtieron en cosas reales y concretas para ser promulgadas y para vivir. La democracia participativa fue algo para vivir, respirar y experimentar en el diarismo al igual que sucedió con la insurrección cultural que le sucedió. Toda esta gente simplemente se veía a sí misma como personas que estaban rompiendo las barreras que les habían impuesto y que les impedían alcanzar su humanidad plena, individuos que soñaban más allá de las fronteras y por lo tanto transgredían los límites de lo establecido. Muchos han vivido como si ya estuvieran en el mundo que ellos desean, reticentes a suplicar poder o rogar por el fin de la injusticia (deberíamos poder sentarnos en el mostrador de este restaurante para ordenar comida y así lo haremos; las escuelas deberían
ser sitios enfocados en la liberación de los niños, así las construiremos) y con tales acciones han ayudado a crear el mundo de sus sueños. Gran parte de este cruce de fronteras involucra un cambio radical en la conciencia, un
rechazo tanto a la corriente conservadora como a los reformistas liberales y a favor de una transformación personal y estructural más fundamental. El mundo de las posibilidades abierto ante nosotros.

Y el trabajo sigue y sigue: protestas constantes en la sede de la OMC; movilizaciones en contra de la guerra; foros para discutir temas controversiales, blogs y revistas de poca circulación; miembros del Frente de Liberación de la Tierra sentándose en frente de los tractores para evitar que los bosques sean destruidos; tiendas de campaña en los campus de las universidades para protestar por los niños explotados laboralmente que manufacturan los uniformes escolares; ciclistas de la organización llamada Masa Crítica cierran la autopista Lake Shore Drive en Chicago, lo cual
conlleva a que la gente no salga en sus carros ese día; homosexuales y gente que los apoya llenan los pasillos de la Gobernación de Massachusetts; artistas del lado oeste de Chicago pintando sobre publicidades de tabaco y alcohol con jeroglíficos urbanos que contenían mensajes importantes sobre la salud pública. Movilizándonos, dramatizando, negándonos, insistiendo, comprometiéndonos, arriesgando… Y a veces, cuando no sabemos que hacer, simplemente siendo testigos. Por ejemplo, a principios de la crisis del SIDA, cuando el virus no había sido ni siquiera identificado y antes de que la protesta pudiera ser claramente articulada, un grupo de activistas creó el impactante y hermoso Proyecto Edredón. Así como los escuadrones sanitarios en La Peste de Albert Camus, el Proyecto Edredón dijo: Porque tenemos que hacer algo, miraremos y escucharemos, prestaremos atención y seremos testigos, más que nada, nos negamos a no poder remediar nuestro sufrimiento.
Pero cualquier afirmación sobre lo correcto de un acto yace en la solitaria rectitud de lo que se demanda, en actuar contra la injusticia a favor de algo mejor. Dorothy Day, fundadora del Movimiento Católico de Trabajadores y activista atareada toda su vida, dijo, “estoy trabajando por un mundo en el cual se le haga más fácil a la gente comportarse decentemente”. No perfecto sino mejor.
El activismo nos empuja hacia el mundo de las posibilidades morales, pero no tiene un valor propio ni da valentía ni drama ni resistencia. Ni siquiera la virtud proclamada u obvia de sus actores tiene valor por sí sola. Al final, todo depende de la verdad de los asuntos que se expongan, se describan o a los que uno se oponga ¿Acaso la acción resiste heridas injustas, sufrimientos innecesarios o el dolor que puede ser evitado? ¿Acaso la acción abarca o al menos otorga espacio para el cambio? ¿Ha educado a otros?
Ésta última es la pregunta por la cual el activismo es medido. Aunque no hay manera de saberlo de antemano, representa la parte esencial del crecimiento posterior: ¿La acción tomada informó, iluminó, alteró o expandió
nuestra conciencia colectiva?, ¿Educó a participantes y testigos?, ¿Sirvió para construir una comunidad más amplia?

Por lo tanto, el activismo es cuando menos un evento pedagógico conectado a la educación. Los activistas intentan enseñar y los educadores abren posibilidades para una variedad más amplia de opciones. Therese
Quinn, profesor del Instituto de Arte de Chicago, ha creado junto con sus estudiantes una serie de afiches deslumbrantes que conjugan la enseñanza con el activismo. Cada afiche tiene una foto de algún educador/activista
(Paulo Freire, Myles Horton, James Baldwin) y alguna cita de alguno de sus trabajos junto con una osada invitación: “Se un activista/Se un educador.Cambia el mundo”. La cita que seleccionaron de Horton decía lo siguiente:
“Una buena educación radical… no tiene nada que ver con métodos o técnicas, sino en colocar al amor en primer lugar… Y eso incluye a cualquier persona en cualquier parte, no solo a tu familia o a tus compatriotas o a los
de tu propia raza. Significa desear para ellos lo mismo que deseas para ti. Luego sigue el respeto a la capacidad de la gente de aprender, de actuar y de moldear sus propias vidas. Tienes que tener confianza en que la gente puede
hacerlo. El tercer punto consiste en valorar las experiencias de los demás. Tu no puedes pedir que se respete a la gente si tu no respetas sus experiencias”. Quinn continúa reclutando artistas para su programa de Educación
Artística y ella obtiene algo más profundo que un simple trabajo. Para ella, la enseñanza está llamada a cambiar el mundo.
***
La alemana socialista Rosa Luxemburgo, en una carta enviada desde la prisión a un amigo, dijo lo siguiente acerca de llevar una vida balanceada y ser activista: “¡Míralo como que tu sigues siendo un Mensch! Ser un Mensch significa tirar la vida de uno ‘a la buena de dios’ de ser necesario, pero a la vez, disfrutar de cada día soleado y de cada bella nube…” Ella le hace un llamado a su amigo para que sienta el peso del mundo junto con su belleza.

Justo después de los ataques terroristas del 11 de septiembre hubo una apertura y curiosidad inusual entre muchos estadounidenses, un impulso para intentar captar la magnitud de los hechos, para sentir el peso, pero también para pasar del estado de shock a la comprensión, a la posibilidad de despertar. No había duda que había ocurrido algo inmenso, pero ¿De dónde vino y cómo se podía medir según la escala de horror global? ¿En qué clase de mundo vivimos?
Yo estaba agradecido de ser maestro, porque un maestro, no importa que suceda, siempre asiste a sus clases. El enseñar me dio un lugar a donde ir, un lugar donde estar, gente con quien hablar y con quien pensar. Siempre
les digo a mis estudiantes que tenemos que tener un espacio seguro para nosotros en nuestra clase, un espacio para la consulta, para la búsqueda de la verdad y del alma. Debemos dirigirnos a los demás con respeto, insisto, con la esperanza de ser escuchados y comprendidos y a su vez escuchar al otro con la posibilidad de que sus palabras nos lleguen o incluso que nos cambien. En las semanas después del ataque, todos nos sentíamos agresivos y agraviados, así que les dije a mis estudiantes que debíamos esforzarnos por ser más gentiles, más preocupados, y que de seguro íbamos a escuchar múltiples estallidos emocionales, pero debíamos resistir tanto como pudiéramos a cualquier gesto de arrogancia moral y sustituirla por compasión, generosidad e imaginación. Les pedí que dibujaran a pulso un mapa del mundo y para todos ellos habían vastos espacios en blanco casi por todos lados: África del Norte y Asia Central, los Balcanes y el Medio Oriente, el Golfo Pérsico y los países musulmanes. En esos espacios en blanco yace el
fracaso de la educación, quizás, la falla de profesores anteriores para servir de inspiración o para informar; o quizás esos espacios revelen un problema que acompaña el fácil confort de vivir en el regazo del privilegio ¿Quiénes somos en este mundo? Nos preguntamos ¿Cuáles son nuestras opciones en el mundo?
Los estadounidenses somos famosos en el mundo por no tener sentido de la historia ni de la geografía ¿Quiénes somos en este mundo? ¿Dónde estamos? Estas preguntas causan una vaga sensación de satisfacción o de desagrado, todo depende de cada quien, pero para la mayoría simplemente le es indistinto. En lugar de curiosidad, estudio, análisis o al menos una valoración honesta de las lagunas y confusiones, todo lo que tenemos son bandas marciales y banderas que ondean, lemas publicitarios, pequeñas frases y relaciones públicas: “la única superpotencia mundial”, “la nación más grande sobre la Tierra”, “el país de la libertad y de la democracia”.
Hace poco, escuché una entrevista que le hicieron a un soldado en Irak: “Estamos orgullosos de lo que hemos hecho aquí. “Todavía hay mucho por hacer, pero cuando llegamos aquí no había nada”. Está hablando de la Cuna de la Civilización. Uno puede decir cualquier cosa de Irak, pero “que no había nada” está definitivamente fuera de lugar ¿Quiénes somos y dónde estamos?, ¿Qué está pasando?, ¿Cuáles son mis opciones?

 

(continuara………)

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Desobediencia pedagógica como astucia pedagógica

Miguel Andrés Brenner[1]

  • Obediencia proviene del latín “obaudire”, significa escuchar al otro, escuchar atentamente al otro.
  • Etimológicamente tiene un significado diferente al mero cumplir con las normas y su opuesto no cumplirlas. Sin embargo, en nuestra lengua española, obedecer quiere decir cumplir con las normas de quien manda.
  • La fuerte carga normativa y de control en las políticas educativas, en última instancia, son significantes de una obediencia ajena a docentes pensantes, críticos y creativos, nada tienen que ver con el sentido etimológico recién señalado, priorizando ser atento a las necesidades del Otro, con disposición a escuchar. Es por ello que, al ingresaren el sistema educativo, se nos marca con un “pecado original” o falta originaria al desear subsumirnos o chuparnos[2] en la política educativa.
  • Así, en el marco de los Acuerdos del Consejo Federal de Educación, la Provincia de Buenos Aires, cuando era Directora General de Cultura y Educación la Doctora Adriana Puiggrós, publicó en el año 2007 el “Marco General de la Política Curricular”[3]  para todos los niveles y modalidades del sistema educativo, cuyas “perspectivas conceptuales, filosófico epistemológicas, ideológicas y ético políticas”  pretenden  dar sustento a todos los documentos curriculares de la jurisdicción provincial. Dicho documento establece con carácter de ley un currículum prescriptivo, donde se establece “qué y cómo enseñar”[4]ya imposible de cumpliren la medida en que se instituye en cada área o materia una excesiva cantidad de contenidos a enseñar, y aún en las condiciones actuales. Sin embargo, ¿qué acontece en las prácticas escolares?
  • De hecho simulamos cumplir con las normas.Podemos simular que los alumnos saben cuando aprueban, simular construir el conocimiento cuando los alumnos copian y pegan de manuales a preguntas que les solicitamos de los mismos manuales, simular enseñar aunque los alumnos no aprendan, simular enseñar a estudiar aún cuando los alumnos lleguen al último año del nivel primario o secundario y no saben estudiar (entonces les echamos la culpa a ellos), simular un PEI -proyecto educativo institucional o proyecto institucional[5]-, simular un Acuerdo de Convivencia que se resume en un régimen disciplinario para los alumnosy no para los docentes en tanto les decimos que ya hay una normativa -además que las ramas jerárquicas más allá de la escuela, supuestamente,  no necesitarían de un acuerdo de convivencia con las escuelas-, etc.Es por ello que diferencio entre el conocido currículum oculto y el que propongo como currículum simulado[6]: el primero referencia aparentar no enseñar lo que se enseña, el segundo aparentar enseñar lo que o se enseña.
  • Desobedecemos muchas veces, o simulamos, como mecanismo de resistencia porque el Estado no se hace cargo, el Estado solamente establece normas y nosotros debemos cumplirlas, y si no las cumplimos estamos en falta. El Estado pretende culpabilizarnos. Cierto, individualmente existen docentes sin compromiso con los alumnos, pero un sistema no puede funcionar a partir de compromiso o no compromiso individual, sino desde un régimen que establezca las condiciones de posibilidad para que podamos enseñar y así nuestros alumnos aprendan. Ej. fábrica Firestone/Bridgestone: si esa empresa no controlara el ingreso y egreso de sus trabajadores confiando en el compromiso individual, luego de un mes quebraría. O sea, así como una empresa capitalista establece las condiciones de posibilidad para que funcione según sus criterios, el Estado debe establecer las condiciones de posibilidad para una educación digna sin responsabilizar prioritariamente al docente (aunque individualmente hayan docentes carentes de empuje, de compromiso).
  • La desobediencia pedagógica que propongo apunta al ob-audire: estar atentos al otro/nuestros alumnos, así ellos estén atentos a nos-otros. Es algo mutuo.
  • La desobediencia pedagógica que propongo apunta al modo de la técnica del jiujitsu: utilizar la fuerza del oponente para vencerlo. ¿Y vencerlo en qué?: en el control (normas) y la simulación (debemos actuar como si y cumplir para no ser sancionados).
  • Por ejemplo:
  1. El PEIse estableció parafragmentarnos y culpabilizarnos, pero exijamos la participación en el mismo, todos, así establecer nosotros las líneas de trabajo y dentro de nuestro tiempo pago laboral, b) y para evitar la fragmentación, exijamos dentro de nuestro tiempo laboral dialogar así aunar criterios dentro de las diferencias con los PEIs de otras escuelas, evitar el “divide y reinarás” en el sistema educativo y en la lucha.
  2. Que el Acuerdo de Convivencia sea dentro de la institución escuela, que se acuerde según lo que cada sector espera del otro y no solamente lo que los adultos esperan de niños o jóvenes, que también se acuerde con otras instituciones escuelas, y también con los inspectores, las direcciones de rama, las autoridades político/educativas. Todos estamos involucrados, ¿o las instancias jerárquicas señaladas nada tendrían que acordar con nosotros, con las comunidades escolares? Así, por ejemplo, ¿cuántas veces los docentes sentimos el abandono pedagógico de los inspectores/autoridades?, ¿cuántas veces nos sentimos apabullados por las normas que “bajan”, según nuestro decir, con “cumplimientos” a realizar de “hoy para ayer”, etc. Aquí vale lo que le pediríamos a los niveles jerárquicos superiores si fuera posible.
  3. Si no sabemos cómo enseñar para que nuestros alumnos aprendan, exijamos a las autoridades que nos enseñen cómo, que establezcan mecanismos de acompañamiento y no nos dejen solos. No bastan normas o circulares y sus anexos que expliquen, no bastan conferencias o charlas.
  4. Si hay bullying[7] (intimidar, acosar), los docentes debemos exigir a las autoridades no solamente que nos “bajen” normas, también ¿qué hay en ellos para que nos consideren sujetos punibles en vez de sujetos con derecho a enseñar, cuáles son sus actitudes que no favorecen afrontemos mejor el problema todos juntos y qué es lo que debieran modificar en sus actitudes al no ver la viga que tienen sobre el propio ojo? Cuando digo autoridades no me refiero únicamente a los inspectores, pues ellos son el salame del emparedado, apunto además hacia arriba y a los compromisos en el ejercicio de un poder que se ramifica con el entramado de una comunidad de victimarios que acusa con el dedo a la comunidad de víctimas, donde también pueden haber victimarios (el ejemplo más conocido: el pobre contra el pobre, el maestro contra el maestro, el alumno contra el alumno, etc.).
  5. Cuando se nos “bajen” líneas pedagógicas, textos o libroso autores, a tal efecto, orienten in situ, “situadamente”, a docentes de sectores populares apreciándose, así, la efectividad de sus propuestas.Los docentes no necesitamos que los intelectuales nos convoquen nada más para que aprendamos de sus textos (orales o escritos), sino que “bajen” a nuestras escuelas a comprometerse cabalmente con nuestras prácticas didácticas, haciendo la unidad teoría-práctica tan proclamada por Paulo Freire. La trinchera de los intelectuales pedagogos tiene que ser sí la de los congresos, los debates, las revistas, los artículos y las mesas de discusión, pero sobre todo, también la escuela, el aula, el patio escolar, el trabajo con maestros y profesores[8]. Deben participar en la comunidad escolar para que no seamos meros “objetos” de investigación, ser intelectuales con un compromiso ético político, mancharse sus manos con tizas.
  • No deseamos ser meros sujetos de control o sujetos de derecho pasibles de castigo, sino sujetos de enseñanza. No deseamos ser sujetos a quienes siempre se nos culpabilice pedagógicamente con el conocido “Pero mi hijita, Ud. deberíahaber establecido las estrategias de recuperación…”.
  • No deseamos ser como delincuentes. Así se nos trató durante el último paro docente, mencionando a los alumnos “rehenes” nuestros (los alumnos son rehenes de los docentes). Esta metáfora alude o bien a la acción de delincuentes o a la de terroristas o a la de un bando en guerra que se apropia de seres humanos quienes se encuentran por ende indefensos, simbólicamente es una forma de criminalizar la protesta. Es entonces que, en el imaginario, solamente cabría la acción violenta contra los “malhechores”, ¿nosotros, educadores? Precisamente, los alumnos realizan un aprendizaje social de la poca valía del docente, lo que resulta problemático en la medida que ese docente presenta consignas de trabajo a sus alumnos  (“¿si no vale, por qué le escucharé, estaré atento a su palabra?”)
  • Sabemos que la desobediencia pedagógica implica una lucha teórica con compromiso ético político.No es cuestión de un simple “no hacer caso”, sino de crítica pero creatividad a la vez, no fácil.Considerando la rigidez normativa vigente, requiere en múltiples oportunidades dentro del aula de una “astucia pedagógica”[9] en sentido comunitario. Sería oportuno, además, que los gremios se hagan cargo de la cuestión, porque los diseños curriculares y las líneas pedagógicas que “nos bajan” constituyen el núcleo básico de nuestras condiciones laborales, es decir, si luchamos por una escuela pública y popular, ante todo luchar por una política pedagógica justa y digna, a partir de donde sí tiene sentido bregar por el salario, la infraestructura, etc. Es un desafío, porque estamos solos, sin Estado, sin Academia, sin Sindicatos (salvo excepciones como la presentey excepciones de pocas agrupaciones sindicales), de ahí que valga la pena juntarnos, como en este Foro Pedagógico.

[1] El presente texto es un punteo en función de la exposición en el Foro Pedagógico.

[2] Chupar: en la jerga de la última dictadura militar, acción de desaparecer a otro.

[3]Resolución N°3655/07

[4]http://cedoc.infd.edu.ar/upload/planificacion_institucional_y_didactica.pdf (consulta: 3/06/2014)

http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/consejogeneral/disenioscurriculares/documentosdescarga/marcogeneral.pdf  (consulta: 3/06/2014)

[5] Como por arte de magia, sin explicación que llegue al conjunto de los docentes, de pronto puede cambiarse PEI por PI -Proyecto Institucional-. El documento marco señalado, reconoce experiencias a rescatar del PEI, y para que no se confundan las políticas educativas  de la década del noventa con las nuevas, reemplaza un término por el otro.

[6] Brenner, Miguel Andrés. “Currículum simulado.” Marzo de 2012 (inédito)

[7] ¿Será su difusión en lengua inglesa por quienes pretenden que el enfoque práctico sea desde los parámetros opresores del Norte político?

[8]Encuentro una sintonía con el Documento de Balance y Relación de Propuestas, resultado del Simposio de Filosofía y Liberación realizado en el XVII Congreso Internacional de Filosofía, organizado por la Asociación de Filosofía y Liberación. Morelia, México. Abril de 2014. “A nosotras y nosotros, intelectuales comprometidos con la liberación, se nos exige mucho más que al resto de los miembros del gremio. Nuestra trinchera tiene que ser sí, la de los congresos, los debates, las revistas, los artículos y las mesas de discusión, pero sobre todo, también la calle, el campo, la manifestación, el trabajo voluntario, la protesta social e incluso, la de la guerra revolucionaria.”

[9] Término propuesto por Juan Ignacio Pernía, joven profesor en letras. Astucia, del latían “astutus”. Según la Real Academia Española, agudo, hábil para engañar o evitar el engaño o para lograr artificiosamente cualquier fin.http://lema.rae.es/drae/srv/search?id=hpvB488aJDXX2lKQowup (consulta: 3/06/2014)

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Ciudadanía, formación en valores y educación

Omar Hurtado Rayugsen

Instituto Pedagógico de Caracas / UPEL

Centro Internacional Miranda / MPPEUCT

A manera de introito:

Permítannos iniciar nuestra comparecencia ante tan augusto auditorio, agradeciéndoles a los organizadores por el honor, que creemos inmerecido, de invitarnos para que leamos la conferencia inaugural de estos III Congreso Regional de Investigación, (UPEL – Región Capital), y III Congreso Anual de Investigación, (UPEL – IPC). Queremos expresar, públicamente, un agradecimiento muy especial a la doctora Miren de Tejada Lagonell, y al equipo que brillantemente la ha acompañado en esta ardua tarea; quienes con un sostenido esfuerzo, digno de mejor causa, no han cejado hasta vernos instalados frente al podio en esta mañana. A ustedes que, se han resignado a escucharnos, muchas gracias por su paciencia. Esperamos que nuestras sencillas ideas sirvan de justificación al esfuerzo que todos han realizado.

Con vuestra anuencia transcribiremos un mensaje que colocamos en las redes el pasado 26 de febrero: “[ayer], como a las 20 horas, nos dejó el Maestro Luis Antonio Bigott, (Delta Amacuro, 1935). Insigne educador, autor de obras imprescindibles para comprender la evolución del pensamiento nuestro americano, como: El educador neocolonizado, (1978); Nicaragua: proyecto de educación popular,(1986); Educación para transformar, (1991); Investigación alternativa y Educación Popular en América Latina, (1992); Historia del bolero cubano, (1993); Una política nacional universitaria, (1993); Ciencia, Educación y Positivismo en el siglo XIX, (1995); y, Redes Socio culturales, Investigación y Participación Comunitaria, (2013); entre otras. Con el doctor Bigott nos unió, como a muchos comunes relacionados, una amistad entrañable y hacia él guardamos, como sus innumerables alumnos, una admiración sin límites. Hombre de origen humilde, como la inmensa mayoría de los venezolanos; indoblegable luchador a  favor de las mayorías excluidas, igual que sus compañeros de ideales; individuo de irrenunciables principios, como sus coetáneos soñadores; maestro de centenares de alumnos, en las aulas abiertas de la vida; y ser comprometido, de raigal manera, con el proceso de cambios que se ha echado a andar en el continente de la esperanza y que ninguna añagaza detendrá”.

Confiando en vuestra comprensión, queremos dedicar esta oración a la Memoria de tan insigne educador, quien –en sus años mozos- también fue estudiante del Instituto Pedagógico Nacional.

Para la ocasión que nos reúne hilvanamos unas palabras que, variando las orientaciones de quienes nos incluyeron en la programación, hemos intitulado:

CIUDADANÍA Y FORMACIÓN CON VALORES:

¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO?

“El futuro nos pide decisiones críticas y globales

 de cara a los conflictos mundiales

que aumentan el número

 de excluidos y necesitados”

Francisco, ONU (25 / 09 / 2015) [1]

Hemos querido utilizar esta afirmación de su Santidad, extraída del discurso que pronunció ante la Septuagésima Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas; y que fue celebradopor todo el mundo, aunque no nos atrevemos a decir, a unos doscientos días de su lectura, que esté siendo aplicado en la misma proporcionalidad; para ilustrar la complejidad de la solicitud que, agradeciéndola porque noshonra, nos han hecho.

Comenzaremos por decir, guardando el mayor respeto por quienes piensen lo contrario, que nos parece poco conveniente hablar de “educación en valores” y nos inclinamos por referirnos a la “educación con valores”. La primera fórmula la vemos como si estuviésemos señalando una especie de elementos que fuesen extraños a nuestro comportamiento. La segunda la entendemos como algo que asumimos de una forma mucho más cercana a nuestro quehacer. La graficamos con el aserto de quienes nos precedieron en el tránsito vital y nos educaron con “la pedagogía del ejemplo”. Concretemos, los valores, más que transmitirlos, debemos vivirlos; y preguntémonos, por ejemplo: ¿Existirá alguna manera más eficiente de formar en el amor a la naturaleza que compartiendo con nuestros estudiantes desde el respeto a las formas animadas, sean estas vegetales o animales?

El segundo alinderamiento que expresaremos, en el campo de las definiciones clave, es que entendemos al ejercicio docente como una actividad plena de optimismo. No nos alineamos con quienes, llamándola crítica social y exagerando nuestra inclinación a hablar más de lo que fue, que del porvenir, dedican la mayor parte de su quehacer pedagógico  a exaltar el tiempo pasado con  figuras como: “nunca se había visto”, “pedagógico el del tiempo ido, aquél en el yo estudié” y/o “estamos en la época de lo último”. Un conocido opositor de esta teoría los identifica como: “los quelloran más que camión de cochinos en curva”.

Por el contrario, para nosotros, la posibilidad de ser educadores nos ubica frente al material más retador con el que profesional alguno puede trabajar: los jóvenes de cualquier edad. Maruja Taborda, nuestra Maestra, nos enseña que: “alumno es alumno, así tenga ochenta años”, de lo que colegimos que siempre tenemos algo que enseñar y mucho más que aprender. Fijemos un ejemplo. ¿Cuántos de nosotros, al llegar a un ambiente, que –a cualquier escala- siempre será educativo, no nos encontramos con alguien que –independientemente de las décadas transcurridas desde el último contacto sostenido con él o ella- nos dice: “¿Qué toma?, ¿Qué está comiendo?, ¿Qué hace?, ¿Cómo se conserva?, porque, usted está igualito”, y nosotros le creemos. ¿Cuántos otros profesionales pueden presumir de tanta nobleza en el trato? Ese, o esa,joven, más allá del formol vital en que nos hayamos conservado, lo que nos está diciendo es: “Maestro, lo recuerdo”, “lo admiro” y, ¿por qué no?, “lo quiero y me gustaría ser como usted”. ¿Cuántos profesionales, repetimos, están en capacidad de vanagloriarse de tanto optimismo existencial?

La tercera definición la relacionaremos con:¿dónde?, ¿cómo?, ¿por qué?, ¿para qué?, y ¿cuándo?, vamos a hablar de valores. Aunque parezca una situación baladí, consideramos que saber dónde estamos  estableciendo nuestra definición, no es poca cosa.  En efecto, no tenemos ninguna duda en cuanto a que los valores que se mueven en una sociedad de las calificadas como avanzadas, digamos: Estados Unidos de América, Gran Bretaña o Francia; no tienen el mismo cariz que los que utilizamos en las llamadas naciones emergentes; por ejemplo India, China o Suráfrica; ni se valoran igualmente en la menos favorecidas; verbigracia Nigeria, Nepal o Haití.

La espacialidad propuesta nos lleva, ineludiblemente, a rememorar a Luis Britto García, cuando nos indica que las palabras no son neutras y que la objetividad, desde los años iniciáticos de Albert Einstein, es más ubicable en el campo de la ciencia ficción. Si admitimos lo anterior, será menos difícil que aceptemos que ello es mucho más obligante para las ciencias sociales, y que adquiere una condición “sine que non”, si aspiramos hablar de valores. Lo anterior es conocido por todos nosotros, quien les habla, entre tantas definiciones, ha sumido  la educación como: “la iniciativa más hermosa que puedan emprender los grupos humanos, la que tiene las más profundas raíces históricas y la que proyecta los más sólidos vínculos económico –sociales”.

La clasificación silueteada incide en los modos que les asignemos al sistema de valores. No es igual hacerlo en una nación donde la mayor preocupación sea la de cómo sobrevivir, a una en la que las que las angustias se orienten hacia como ascender socialmente, y menos aúna otra en la que los esfuerzos se orienten en función del qué hacer para mantener el estatus. Evidentemente, la clasificación de los valores, no será –nunca- igual a las razones que mueven a los ciudadanos de un país en el queestén garantizados los niveles de vida de calidad, que en otro en el que se carezca de lo más elemental para subsistir.

No añadiremos nada nuevo si le pedimos pensar en la enorme diferencia cualitativa que guardan los sistemas de valores defendidos por el gran capital y sus asociados, con los de aquellos seres cuyos territorios han sido expoliados por siglos, mientras ellos han sido condenados, por obra y gracia de la civilización, al papel de esclavizados y explotados. Como no nos gustaría que alguien pensara que nos estamos desviando del tema asignado; citaremos a la Organización de las Naciones Unidas que, en su último informe anual, señala que en el mundo persisten 168 millones de niños en condición deesclavos, de los cuales 13 millones están ubicados en América Latina y el Caribe. ¿Alguien podrá hablarles a estos infantes de bondad, compasión y caridad? [2]

Han pasado casi 17 décadas desde el momento en que un Manifiesto, [3]; muy manoseado, pero no sabemos si igualmente leído; nos alertaba acerca de la pérdida de vigencia de las fronteras políticas, por obsoletas, y su sustitución por las económicas, porque éstas son mucho más dinámicas. A nuestra manera de ver, eso es lo que está pasando con la construcción de los sistemas de valores. Observamos como la vieja manera de estructurarlos, consolidarlos, difundirlos, reelaborarlos y defenderlos está perdiendo terreno frente a los nuevos estilos; a todas luces, más atractivos y –evidentemente- mucho más lucrativos.

Hemos de tener muy presente la ubicación en el presente histórico que nos corresponde; es decir saber que lo estamos haciendo en el siglo XXI, es clave para entendernos. La irrupción en el tercer milenio ha traído una serie de paradojas superiores para la humanidad. Verbigracia; por un lado nos estamos adentrando en la era en la que los límites, bien sea entre los países o entre las dimensionalidades del conocimiento, se desdibujan progresivamente en mayor medida, al tiempo que tomamos conciencia de nuestra mayor indefensión frente a las imponderables; en otro frente, avanzamos hacia la era de la mayor producción de conocimiento, mientras grandes masas yacen en la más absoluta agrafía; asimismo, también nos adentramos en la era de la creciente velocidad de las comunicaciones, mientras ignoramos al vecino más cercano. ¿Será así como queremos conversar de la necesidad de compartir y de la solidaridad?

Pese a todo ello, para nosotros, lo más importante  de esta caracterización es que,  en esta centuria, que ya se está haciendo vieja, lo que más nos preocupa –como educadores- es la hiperconcentración de los mecanismos de poder económico y político. La revista Forbes, que anualmente publica su ranking de las mayores fortunas, tituló una de sus más recientes portadas pregonando: “El 1 % aparece aquí, el resto nos lee”, [4]. Se estima que el mayor reto a resolver, en el mileno que nos arropa,es el drama de ¿cómo harán los que más tienen, que cada día son menos, para solucionar las acuciantes carencias de quienes menos tienen, que cada día son más?, [5]. De forma que aquellos a quienes algunos llaman los hombres más ricos del mundo; y que nosotros, mucho más prudentes, identificamos como los que tienen más dinero, están enfrentados a un crucial disyuntiva: o atienden a los reclamos de las mayorías desasistidas o se atienen a una posible implosión social; cuyas consecuencias –por los momentos- parecen incalculables. Aquellos que lo duden solo tienen que detenerse a observar el terrible drama vivido por los que apenas ayer, (en la  post-  guerra), llamábamos inmigrantes, y hoy –entre bombas lacrimógenas, balas y perros amaestrados- calificamos  de refugiados, [6].  ¿A estos millares de excluidos podremos hablarles de tolerancia, piedad, comprensión, respeto a la diversidad y gratitud?

Ello encierra un enorme reto para los pedagogos, que trataremos de ilustrar con un conocido chiste. En una escuela multi étnica el Maestro propone un tema: ¿Cuál es su opinión sobre los derechos del resto del mundo a superar la escasez de alimentos? Tal problema hizo que los estudiantes reaccionaran de manera diversa. El nativo del país teocrático preguntó: ¿Qué es opinión?, el proveniente de una nación regida por una dictadura,  exclamó: ¿Qué es derecho?, el estadounidense, se interrogó: ¿Qué es el resto de mundo?, el alemán inquirió: ¿Qué es escasez? ,y el africano, a su vez, cuestionó: ¿Qué es alimento? La respuesta ante esta tremenda responsabilidad nos la enseña a despejar Luis Antonio Bigott, al decirnos: “un buen educador[debe] serauténtico,… humilde con los humildes y soberbio con los poderosos… [y soñar] con que algún día podamos construir una nación donde por fin… cada niño, cada niña, hombre o mujer tengan un pan del tamaño de su hambre, [7].

Como lectores de la realidad circundante coincidimos con quienes caracterizan los tiempos que corren como los de la mayor incertidumbre que la humanidad haya conocido. Ciertamente, si revisamos la sucesión de presentes que ha signado la evolución cubierta por la especie humana; encontraremos que, ante cada problema mayúsculo que hayamos enfrentado, siempre supimos encontrarla solución. De manera que, aunque a estas alturas nos parezcan insuficientes, hemos visto desfilar al Sentido Mágico – misterioso, la Fe, la Razón, el Ilustracionismo, la Libertad, y la Cuestión social; términos que Hernández Sánchez Barba llama las palabras clave de cada era, [8]. Nuestro tiempo como que no ha encontrado la que le corresponde; a pesar que buena parte de las gestiones que nos ocupan aparecen dominadas por el replanteamiento de la dicotomía exclusión –inclusión. Que, ciertamente, no es la manera más expedita para que nos explanemos sobre la amistad, la generosidad y la corresponsabilidad.

Un ligero paneo a través de los movimientos más representativos puede ilustrarnos al respecto.  La última década del pasado siglo y las que van del presente han visto surgir significativas iniciativas en, prácticamente, todos los países del orbe. La vieja Europa vio como algo natural la aparición del terremoto que, iniciándose con el Mani pulite,(manos limpias), italiano, desembocó en el Indignaosespañol; que antes, voceando “Comprometeos”,  había arrasado con la sede de los Tory en la bucólica Londres, y hasta la tierra de los zares se encontró con el “Rusia unida”, que arrastró con los restos del socialismo real.En momentos más cercanos nos encontramos con la “Primavera árabe” que sacudió los cimientos del hasta entonces imperturbable mundo del espacio político nor africano; y con “Ocupa Wall Street”, que llegó a actuar en más de 2.600 centros urbanos y significó una crisis de proporciones inauditas en el mayor polo económico, por lo menos deoccidente. En espacios más inmediatos hemos presenciado “la Salida”, y, en el gigante del sur, la “Operación Lava Jato”, (Auto lavado), cuyos definitivos desenlaces aún desconocemos, [9].

No nos costará mucho, con solo seguirlos por los medios de comunicación, constatar que los vocablos más usados en todos estos movimientos son: democracia, libertad, igualdad, honestidad, ética, probidad, credibilidad, responsabilidad y verticalidad; entre tantos otros. Aquí es donde, creemos encontrar una veta inacabable para lo que hemos denominado educar con valores. Sin que ello signifique que nos erigiremos en jueces de ninguna de las posiciones enunciadas. No pretendemos hacerlo, ni siquiera con aquellas siempre hemos adversado.

A propósito; circunscribiéndonos a la nociónde que el tiempo no se comporta como una línea abstracta continua, sino que funciona como una espiral compleja, en la que cada hito expresa –sintetizándolos- los relictus que los antecedieron y sugiere los enclaves que vendrán, como Hegel, [10], nos lo está enseñando desde el siglo XVIII, y nuestro Maestro Ramón Tovar, [11], desde los años sesenta de la centuria pasada, ha propalado en los ambientes de este cuasi octogenario centro de formación docente; mencionaremos que, mientras nos encontramos reunidos aquí, en la Plaza de la República, en la Ciudad Luz, nuevamente están chocando las fuerzas del orden con las masas identificadas con el movimiento “Nuit Debout”, (Noche en pie), quienes constituyen la representación actual de los indignados, y que;  apoyándose en el coraje, que representa un valor;  están protestando, contra el desconocimiento que, el gobierno socialista, pretende hacer del valor del Respeto al bien común, a través de la nueva reforma laboral, [12].

Para nosotros, docentes de aula en Geohistoria, lo que le confiere validez a cualquier posición es su coherencia en el espacio y en el tiempo. Permanentemente estamos reivindicando el aserto con el que León Davídovich Bronstein, (Trotsky), [13], define al revolucionario, cuando nos dice: “El revolucionario se distingue por la plena coherencia que guarda, siempre, entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace; sobre la base de un sólido compromisos social”. Nosotros extrapolamos esa definición para el educador; quien está obligado a ser coherente y guardar fidelidad a su compromiso de transformación social. No dudamos en reafirmar que la educación guarda en si los más preocupantes gérmenes del conservatismo, pero que -al mismo tiempo- incuba los más esperanzadores signos de cambio; y que, en esta contrastación, el obrero más efectivo es el Maestro.

En función de lo anterior, pensamos que no basta con que escuchemos enunciar los postulados que consideramos básicos; además de la pronunciación tenemos derecho a analizar el comportamiento de los actores, frente a esos mismos postulados en el tiempo histórico. Isaac Rosa, el año 2005, nos dice: “…la retórica ha convertido en lugar común, descargándolas  de su real significado] a palabras como: represión, clandestinidad,régimen, comunista, célula, camarada [así como] las situaciones [que las generan”, [14]]. Años antes, en la década de los sesenta y desde las aulas provisionales del Pueblo, J, R. Guillent Pérez nos instruía: “Para hablar sobre el ser, es necesario que el que habla esté totalmente comprometido con aquello de lo que habla”, [15]. Más recientemente, en su poema “Las palabras”,el bardo que Paso de los Toros, Uruguay, regaló al mundo, nos advierte: “No me gaste las palabras / no cambie el significado / mire que lo que yo quiero / lo tengo bien claro. / No me ensucie las palabras / no les quite su sabor / y límpiese bien la boca / si dice revolución”, [16].

De los asertos anteriores podemos inferir que una de las condicionantes esenciales para educar con valores reside en la perseverancia, la paciencia y la fidelidad con los principios que pregonamos. Estamos conscientes en cuanto a que, en nuestra contemporaneidad, no resulta fácil tal conducta. Recordemos que comenzando la cuarta década del siglo pasado Marshall Mc Luhan nos alertó acerca de la globalización de la aldea que nos aloja, esta caracterización es hoy mucho más avasallante.Hemos de reconocer que la lentitud de respuesta en  las estructuras inherentes al proceso educativo nos hace mucho más vulnerables, frente a lo que los comunicadores denominan inmediatez. De esta colisión deducimos que nuestro sentido de responsabilidad resulta seriamente abollado. Pero el educador, estamos convencidos, tiene la capacidad para, apoyándose en las nuevas tecnologías, avanzar en el camino de la formación cierta.

La escuela, como un todo, tiene bastante tiempo que dejó de ser un entelequia abstrusa y poco convencional. Simón Rodríguez, en 1794, se quejaba de que –en las colonias- “pocos conocían de su utilidad”, [17],pero indudablemente en su época esta percepción ya había variado, y desde entonces empezamos a observar como los grandes emporios comenzaron a valorizarla como el instrumento ad hoc para el logro de sus fines. Prieto Figueroa, en 1943, nos dice que, frente a las iniciativas privadas, “El Estado interviene, por derecho propio, en [su] organización y [la] orienta, según su doctrina política”, [18]. En nuestro medio, desde avanzada la sexta década del veinte, los organismos multilaterales han avanzado las tesis intervencionistas en educación, como el medio de asegurarse sus propósitos. Los especialistas en el tema han demostrado que, cada vez que se anuncia una conflictividad social de ciertas proporciones en la región, aquellos entes adelantan una reforma curricular, [19]. Así hemos pasado por la taxonomía de los objetivos, la instauración de la educación básica y los ciclos diversificados, la enseñanza moderna, la transversalidad y la educación por competencias; entre otras.

No queremos que se entienda como descalificador nuestro lenguaje. Solo estamos llamando la atención acerca de algunos elementos que nos podrían explicar los obstáculos que, los docentes de aula e investigadores, encontramos para el pleno ejercicio de la docencia con valores. Detengámonos , como muestra, en el tan citado trabajo de Jacques Delors, La educación encierra un tesoro, [20]; que –dicho sea, de paso- es un excelente libro, en el mismo encontramos que, al hablarnos de la formación dual en Alemania, nos dice: “…con el inicio de la integración europea y la globalización las empresas requirieron nuevos profesionales y exigieron cambios radicales en la formación superior no universitaria en aspectos como: mayor integración entre la teoría y la práctica, participación de las empresas en [el diseño de] los currículos, menor tiempo de estudio y formación profesional para la demanda real”.

Casi un cuarto de siglo antes, Edgard Faure coordinó otro equipo multi nacional e inter disciplinario que nos entregó: Aprender a ser, en el que se nos informabaque: “… si [bien] la educación a menudo enseña virtudes como la solidaridad y la cooperación, también puede, con sus procedimientos, alimentar de forma bastante malsana el espíritu de la competición”, [21]. La revisión de los mencionados informes, hace que nos preguntemos, ¿será de esta manera como vamos a desarrollar la educación con sentido de pertenencia en confianza, humanismo y paz?

En oposición a esta prédica, en la que se contraponen los objetivos educativos con las prácticas propugnadas; recordaremos que en estos vetustos terrenos, tuvimos profesores, de diferente filiación política, quienes, pese a su diversa militancia, eran Maestros en todo el sentido de la acepción: puntuales, estudiosos, responsables, organizados, exigentes con ellos mismos, respetuosos y virtuosos. Lo que nos permite confirmar queestos educadores, aunque separados por sus respectivas ubicaciones partidistas, estaban unidos por el ejercicio ético de la docencia.

Ampliaremos algo que no cuesta entender. La UNESCO, siglas que quieren significar la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura, desde sus más calificadas instancias, ha invertido más de los dos tercios de existencia en insistir en la urgencia de revisitar la categorización de la educación. Mencionaremos que el “Congreso Mundial de Educación”, que se desarrolló en Incheón, Corea del Sur, el 27 de junio del pasado año,ha sido uno de los más recientes desencuentros de este combate. Para nuestra prez, nos encontramos entre los más de doscientos académicos de todo el mundo que, concluidas las referidas deliberaciones, dirigimos una Carta a la Doctora Irina Bokova, Directora General del organismo, para denunciar la avasallante presencia de los representantes del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, del Banco Central Europeo y otros entes afines, quienes coparon las conferencias centrales y las mesas de trabajo, mientras, contrastantemente, era notoria la ausencia de delegados de los organismos educativos,[22].

Sea propicio el momento para informarles que también hemos dirigido sendas comunicaciones al Consejo Mundial de Educación Comparada y al IESALC, reclamando el uso del español como idioma universalmente aceptado para el funcionamiento de los citados organismos, que debe usarse igual que los que la visión eurocéntrica  tiene siglos imponiéndonos.  Igualmente hemos denunciado la manipulación en la definición de categorías fundamentales para la elaboración del Mapa de la Educación Superior para América Latina y el Caribe, (MESALC).

Este aspecto, no por citarlo casi al final es de menor importancia.Es bien sabido que tenemos décadas sufriendo el desvirtuamiento de los fines supremos de la educación. Para ubicarnos en lo que aspiramos decir, formularemos una interrogante: ¿Quées realmente lo que ha sucedido en esta parte del orbe?, ¿no hemos tenido proyecto de países por carecer de proyectos educativos, o ¿carecemos de proyectos educativos porque no tenemos proyectos de países? Para buscar las respuestas a estas interrogantes, tal vez hará falta que nos preparemos para los IV Congresos de Investigación; oportunidad en la –lógicamente- otros estudiosos avanzarán sus propuestas al respecto. Intentaremos sugerir algunos de los tópicos que debemos abordar, en la búsqueda de soluciones al enigma: ¿funcionan –realmente- las definiciones trasladadas automáticamente a la educación desde otras áreas?, ¿es válido hablar de calidad en educación?, ¿tiene pertinencia insistir en la calidad educativa total?, ¿es la educación un proceso gerencial?, ¿debe el educador ponderar –fundamentalmente- la vertientes alóctonas?, ¿qué hacer con las intervinientes locales?; y no sabemos cuántas más.

Con la intención de sugerir una hoja de ruta para las futuras deliberaciones de cónclaves como este,  en los que deben estar muy presentes las diferentes motivaciones que definen las múltiples finalidades que se le asignan a lo que se asume como el sistema deseable de Educaciónen Valores; visión frente a la marcamos terreno; los invitamos a que sigan –con toda la atención posible- el curso de las deliberaciones y  lean –detenidamente- los documentos emanados de los organismos multinacionales que fungen como ductores del proceso que nos ocupa, a escala global. El más reciente de estos es: Replantear la Educación. ¿Hacia un bien común mundial?, [23], entregado por la UNESCO a finales del 2015; en el que la propia Directora General, luego de ofrecerlo como la continuación de los trabajos de Delors y de Faure, sostiene que: “Los autores proponen que sean considerados bienes comunes tanto el conocimiento como la educación. Ello supone que la creación de conocimiento, así como su adquisición, validación y utilización sean comunes a todas las personas como parte de una empresa social colectiva”, (las cursivas aparecen en el texto original). Dejamos a vuestro albedrío las interpretaciones.

Como si fuera una conclusión:

Lejos de nosotros el haber querido formular un memorial de agravios contra la educación con valores. Por el contrario, estamos absolutamente convencidos del enorme potencial que este proceso contiene para arbitrar las respuestas a los mayores enigmas que enfrenta la especie. Lo que si nos ha consumido la exposición es el interés en delinear las grandes trabas que encontramos para su más consciente ejercicio.

De manera general nos hemos referido a los encontrados intereses que surgen de la estructuración política de los diferentes regímenes y países; a la contrastante priorización de acuerdo a la ubicación económico – social de los individuos; a la no vinculante articulación en función de la espacio – territorialidad con las súper estructuras políticas; y al mutante interés de los organismos –supuestamente- llamados a impulsar la validación de las categorías de análisis que nos permitan hablar; no de una instrucción acerca de nociones que parecieran ir por laacera de enfrente, sino de una  verdadera educación con valores, asumida desde nuestra cotidianidad.

Luego de cartografiar una especie de mapa desolador, queremos expresar, de manera inequívoca, nuestra fe en la Escuela, el Maestro y el joven educando. La Escuela la entendemos como un todo; que incluye el entorno, la comunidad, el ambiente y todos los elementos vinculantes con el proceso educativo. Así lo hemos aprendido de Aníbal Ponce, quien, desde la primera tercera parte de la anterior centuria, nos enseña que: “la educación es para la vida”, [24].

El Maestro, por su parte, es el más eficiente artesano, el que está en capacidad de moldear, apoyado en los mejores ejemplos, la delicada arcilla que la humanidad le confía, para la construcción de la sociedad justa que todos merecemos y necesitamos. Belén Sanjuán nos instruye al respecto, cuando afirma: “El papel del Maestro es formar al ciudadano del futuro, que ya empezó”, [25]. Claro, que ella se pivotea en el Maestro de América, cuando nos dice: ¿Queréis tener república?, ¡formad republicanos!, [26]. El joven, a su vez, está representado por todo aquel que entienda que el aprendizaje – enseñanza no se detiene nunca, sino que está en desarrollo constante, como proceso permanente lo tipifican quienes se identifican con ésta acepción, diferenciándose de los que creen –equivocadamente- que hay una etapa en la que ya todo se sabe.

Los jóvenes tienen, por su naturaleza y por su esencia, que ser inconformes, iconoclastas y contestatarios. ¡Pobre de la sociedad en la que los jóvenes no protesten! José Ingenieros, asevera, en Las Fuerzas Morales, “Joven es todo aquel que, con la conciencia limpia y los bolsillos vacíos, corre raudo hacia la construcción del mejor futuro”, [27]. En esta onda, una de las consignas que más no ha llamado la atención fueesgrimida por los estudiantes chilenos, quienes, reclamando comprensión a la sociedad post dictadura,para su derecho al estudio, voceaban: “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”. Confesaremos que no hemos encontrado una mejor posibilidad de acoplamiento para elaborar la salud social, que es uno de los valores de más difícil consecución: mientras los viejos dormimos, los jóvenes sueñan, con el por…venir.

Aproximándonos a la conclusión de esta disertación, que nos ha resultado más extensa que lo deseable, proclamaremos nuestro optimismo; que entendemos como un valor supremo de la condición humana. Porque los valores, como los principios, que en definitiva son, se asumen críticamente y se defienden combativamente. Creemos en el optimismo vital. Ese que proclamó sir Bertrand Russell, cuando con 90 años, fue a dar con sus nobles huesos de par del reino,  a la cárcel de la culta Gran Bretaña, por haber presidido el Tribunal Internacional contra la Guerra de Vietnam y reafirmado su acendrado pacifismo, [28].

Reivindicamos el optimismo existencial que practicó Luis Beltrán Prieto Figueroa, cuando con 66 años rompió con el movimiento político al que había dedicado su vida y se identificó con las banderas del socialismo; optimismo que refrendó cuando,a los setenta y dos años, se dedicó a escribir poesía, de tan alto vuelo como la que leemos en Isla de Azul y Viento  y que le hiciera ocupar un asiento –como poeta- en la Academia Venezolana de la Lengua, [29]. Nos identificamos con el optimismo vivificante que diferencia a Don Francisco Tamayo; quien, con 62 años, supo dejar a un lado las miserias humanas que, basadas en el egoísmo que se contrapone con los valores de la honestidad y la empatía, lo separaron de la cátedra de Biogeografía que él había  creado en todas las universidades del país, se vino a su querido Pedagógico de Caracas; donde se imbricó, aúnmás, en la elaboración del Mapa Fitogeográfico de Venezuela; que hoy, a más de tres décadas de la partida del Maestro, representa un legado único en su tipo, [30].

Rememoraremos que en esta oportunidad; se está cumpliendo el 481º aniversario de la ocasión en la que Tomás Moro, el autor de Utopía, se negara a aceptar que el todo poderoso rey de Inglaterra fuese el Jefe de la iglesia, sin temerle al presidio, ni a la decapitación que sufriría un años más tarde; queremos ratificar nuestra plena identificación con el más optimista ejercicio de la docencia, porque estamos absolutamente convencidos que en la medida en que logremos ejercer nuestro apostolado,apuntalándonos en las mejores reservas que identifican la condición humana, habremos superado las grandes contradicciones que nos separan de la educación con valores. Y agradeceremos a Laura Guevara, una joven cantautora venezolana a la que nunca hemos visto pero si leído, quien nos dio la clave para concluir estas palabras; cuando nos dice:”… mi preocupación no es únicamente musical, es integral…hablo desde mi verdad, desde lo que conozco……en casa he estado expuesta al arte y a la vida, de ahí viene mi vena…Tengo la bendición de mi amigos… [les recomiendo que] confíen en ustedes mismos, crean en sus intuiciones, en lo que piensan y sueñen…Pero también cuiden… [que] lo que hagan tiene que estar bien hecho”, [31].

Cerrando podemos preguntarnos: ¿Cuántas enseñanzas nos deja la lección de Tomás Moro? Igualmente, interroguémonos, ¿estaremos en capacidad de asumir el reto que, desde sus frescos 28 años, nos lanza Laura? Nuestras respuestas retratarán la disposición que, realmente, tenemos para asumir la Educación con valores. Para concluir, diremos que, si alguien nos llegara a increpar acerca del título de esta intervención, preguntándonos: ¿En definitiva, qué está pasando en la Formación con Valores?; lo único que le responderíamos, apoyándonos en el epígrafe que abre estas líneas, sería: Lo que, en verdad, necesitamos para impulsarla  es  ¡una mejor Escuelay más Maestros que sientan el orgullo de vivir su Magisterio con optimismo!

¡¡¡Muchas gracias por vuestra amabilidad, que también es un valor!!!

Notas:

[1]https://www.youtube.com/wacht?v=MRonfPxF-08

[2]www.unicef.org/spanish/protection/index_childlabour.html

[3] www.bsst.org.ve/documentos/…/manifiesto_del_partido_comunista.pdf

[4] https://www.oxfam.org/…/bp210-economy-one-percent-bax-haven-18011_es_0.pdf.

[5] Lapierre, Dominique (2010]. La ciudad de la Alegría. Barcelona. Editorial Planeta.

[6] www.univision.com/noticias/…/crisis-en-europa-refugiados-o-inmigrantes

[7] Bigott, Luis Antonio, (2011, 16, 11). La formación de los educadores investigadores es un proceso de reflexión. Participación en el Foro: Concepción de la Maestra y el Maestro Investigador. Caracas. Centro Internacional Miranda.

[8] Hernández Sánchez Barba, Mario, (2011). Alianza Atlántica: Crisis de Occidente. (Relaciones Europa –  Estados Unidos). Madrid. Editorial Universidad Francisco de Vitoria.

[9] Naím, Moisés, (2016). Repensando el mundo. 111 sorpresas del siglo XXI. Caracas. La Hoja del Norte.

[10] Hegel, George W. Friedrich, (1989). Lecciones sobre Filosofía de la Historia Universal. Madrid. Alianza Editorial.

[11] Tovar, Ramón, (2015). El Enfoque Geohistórico. Caracas. Reimpresión facsimilar del Ministerio del Poder Popular para la Educación.

[12] www.lemonde.fr/…/ou-va-la-nuit-debout-4902009_…

[13] Bronstein, León Davídovich (Trotsky), (2006). Mi vida. Madrid. Editorial Debate.

[14] Rosa, Isaac, (2005), El vano ayer. Barcelona. Editorial Seix Barral

[15] Guillent Pérez, J. R., (1964). Lecciones de Introducción a la Filosofía. Caracas. Editores Reuniones de Profesores.

[16] Benedetti, Mario, (2002. Antología Poética. Madrid. Editorial Alfaguara.

[17] Rodríguez, Simón, (1794). “Reflexiones sobre los Defectos que vician la Escuela de Primeras Letras de Caracas y medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento”, en Rafael Fernández Heres, (1995), Pensamiento Educativo en Venezuela. Siglos XVI al XX. Ediciones de la Universidad Nacional Abierta.

[18] Prieto Figueroa, Luis Beltrán, (2006). El Estado Docente. Caracas. Fundación Biblioteca Ayacucho.

[19] Bonilla – Molina, Luis y otros, (2014). Informe Mundial de la calidad Educativa.En este debate: ¿de qué se está hablando? Caracas. Red Global / Glocal por la Calidad de la Educación.

[20] Delors, Jacques, (1966). La Educación encierra un Tesoro. Madrid. Editorial Santillana.

[21] Faure, Edgard et al, (1973). Aprender a ser. Madrid. Alianza Universidad.

[22] Torres, Carlos Alberto y otros, (2015, junio), Carta dirigida a la Directora General de la Unesco, Caracas [y veintitrés ciudades más].

[23] unesdoc.unesco.org/images/0023/00236/23697s.pdf

[24] Ponce, Aníbal, (1975). Educación y Lucha de Clases. Buenos Aires. Editorial Claridad.

[25] Bracho Arcila, América, (Compiladora), (2013). Belén Sanjuán: Testimonio de una Maestra. Caracas. Ediciones del Ministerio del Poder Popular para la Educación.

[26] Rodríguez, Simón, (1990).  Sociedades Americanas. Caracas. Monte Ávila Editores.

[27] Ingenieros, José, (1965). Las Fuerzas Morales. Buenos Aires. Editorial Losada.

[28] Russell, Bertrand, (2010). Caminos de Libertad: Socialismo, Anarquismo y Comunismo.Madrid. Editorial Tecnos.

[29]Ledezma, Minelia de, (2012). “Luis Beltrán Prieto: Maestro, Político y Poeta”, en Homenaje a Luis Barrera Linares. Edición del Instituto Venezolano de Investigaciones Lingüística y Literarias Andrés Bello.

[30] Hurtado Rayugsen, Omar, (2005). Francisco Tamayo: Estudio de su vida y aproximación a la vigencia de su obra. Caracas. Ediciones del Rectorado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

[31] Díaz, Estefanía, “Laura Guevara: ‘Más que un concierto, será una manifestación onírica’ “[Quinto Día, Caracas, 2016, 8 al 15 de abril].

 

 

 

 

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