Miguel Andrés Brenner[1]
- Obediencia proviene del latín “obaudire”, significa escuchar al otro, escuchar atentamente al otro.
- Etimológicamente tiene un significado diferente al mero cumplir con las normas y su opuesto no cumplirlas. Sin embargo, en nuestra lengua española, obedecer quiere decir cumplir con las normas de quien manda.
- La fuerte carga normativa y de control en las políticas educativas, en última instancia, son significantes de una obediencia ajena a docentes pensantes, críticos y creativos, nada tienen que ver con el sentido etimológico recién señalado, priorizando ser atento a las necesidades del Otro, con disposición a escuchar. Es por ello que, al ingresaren el sistema educativo, se nos marca con un “pecado original” o falta originaria al desear subsumirnos o chuparnos[2] en la política educativa.
- Así, en el marco de los Acuerdos del Consejo Federal de Educación, la Provincia de Buenos Aires, cuando era Directora General de Cultura y Educación la Doctora Adriana Puiggrós, publicó en el año 2007 el “Marco General de la Política Curricular”[3] para todos los niveles y modalidades del sistema educativo, cuyas “perspectivas conceptuales, filosófico epistemológicas, ideológicas y ético políticas” pretenden dar sustento a todos los documentos curriculares de la jurisdicción provincial. Dicho documento establece con carácter de ley un currículum prescriptivo, donde se establece “qué y cómo enseñar”[4]ya imposible de cumpliren la medida en que se instituye en cada área o materia una excesiva cantidad de contenidos a enseñar, y aún en las condiciones actuales. Sin embargo, ¿qué acontece en las prácticas escolares?
- De hecho simulamos cumplir con las normas.Podemos simular que los alumnos saben cuando aprueban, simular construir el conocimiento cuando los alumnos copian y pegan de manuales a preguntas que les solicitamos de los mismos manuales, simular enseñar aunque los alumnos no aprendan, simular enseñar a estudiar aún cuando los alumnos lleguen al último año del nivel primario o secundario y no saben estudiar (entonces les echamos la culpa a ellos), simular un PEI -proyecto educativo institucional o proyecto institucional[5]-, simular un Acuerdo de Convivencia que se resume en un régimen disciplinario para los alumnosy no para los docentes en tanto les decimos que ya hay una normativa -además que las ramas jerárquicas más allá de la escuela, supuestamente, no necesitarían de un acuerdo de convivencia con las escuelas-, etc.Es por ello que diferencio entre el conocido currículum oculto y el que propongo como currículum simulado[6]: el primero referencia aparentar no enseñar lo que se enseña, el segundo aparentar enseñar lo que o se enseña.
- Desobedecemos muchas veces, o simulamos, como mecanismo de resistencia porque el Estado no se hace cargo, el Estado solamente establece normas y nosotros debemos cumplirlas, y si no las cumplimos estamos en falta. El Estado pretende culpabilizarnos. Cierto, individualmente existen docentes sin compromiso con los alumnos, pero un sistema no puede funcionar a partir de compromiso o no compromiso individual, sino desde un régimen que establezca las condiciones de posibilidad para que podamos enseñar y así nuestros alumnos aprendan. Ej. fábrica Firestone/Bridgestone: si esa empresa no controlara el ingreso y egreso de sus trabajadores confiando en el compromiso individual, luego de un mes quebraría. O sea, así como una empresa capitalista establece las condiciones de posibilidad para que funcione según sus criterios, el Estado debe establecer las condiciones de posibilidad para una educación digna sin responsabilizar prioritariamente al docente (aunque individualmente hayan docentes carentes de empuje, de compromiso).
- La desobediencia pedagógica que propongo apunta al ob-audire: estar atentos al otro/nuestros alumnos, así ellos estén atentos a nos-otros. Es algo mutuo.
- La desobediencia pedagógica que propongo apunta al modo de la técnica del jiujitsu: utilizar la fuerza del oponente para vencerlo. ¿Y vencerlo en qué?: en el control (normas) y la simulación (debemos actuar como si y cumplir para no ser sancionados).
- Por ejemplo:
- El PEIse estableció parafragmentarnos y culpabilizarnos, pero exijamos la participación en el mismo, todos, así establecer nosotros las líneas de trabajo y dentro de nuestro tiempo pago laboral, b) y para evitar la fragmentación, exijamos dentro de nuestro tiempo laboral dialogar así aunar criterios dentro de las diferencias con los PEIs de otras escuelas, evitar el “divide y reinarás” en el sistema educativo y en la lucha.
- Que el Acuerdo de Convivencia sea dentro de la institución escuela, que se acuerde según lo que cada sector espera del otro y no solamente lo que los adultos esperan de niños o jóvenes, que también se acuerde con otras instituciones escuelas, y también con los inspectores, las direcciones de rama, las autoridades político/educativas. Todos estamos involucrados, ¿o las instancias jerárquicas señaladas nada tendrían que acordar con nosotros, con las comunidades escolares? Así, por ejemplo, ¿cuántas veces los docentes sentimos el abandono pedagógico de los inspectores/autoridades?, ¿cuántas veces nos sentimos apabullados por las normas que “bajan”, según nuestro decir, con “cumplimientos” a realizar de “hoy para ayer”, etc. Aquí vale lo que le pediríamos a los niveles jerárquicos superiores si fuera posible.
- Si no sabemos cómo enseñar para que nuestros alumnos aprendan, exijamos a las autoridades que nos enseñen cómo, que establezcan mecanismos de acompañamiento y no nos dejen solos. No bastan normas o circulares y sus anexos que expliquen, no bastan conferencias o charlas.
- Si hay bullying[7] (intimidar, acosar), los docentes debemos exigir a las autoridades no solamente que nos “bajen” normas, también ¿qué hay en ellos para que nos consideren sujetos punibles en vez de sujetos con derecho a enseñar, cuáles son sus actitudes que no favorecen afrontemos mejor el problema todos juntos y qué es lo que debieran modificar en sus actitudes al no ver la viga que tienen sobre el propio ojo? Cuando digo autoridades no me refiero únicamente a los inspectores, pues ellos son el salame del emparedado, apunto además hacia arriba y a los compromisos en el ejercicio de un poder que se ramifica con el entramado de una comunidad de victimarios que acusa con el dedo a la comunidad de víctimas, donde también pueden haber victimarios (el ejemplo más conocido: el pobre contra el pobre, el maestro contra el maestro, el alumno contra el alumno, etc.).
- Cuando se nos “bajen” líneas pedagógicas, textos o libroso autores, a tal efecto, orienten in situ, “situadamente”, a docentes de sectores populares apreciándose, así, la efectividad de sus propuestas.Los docentes no necesitamos que los intelectuales nos convoquen nada más para que aprendamos de sus textos (orales o escritos), sino que “bajen” a nuestras escuelas a comprometerse cabalmente con nuestras prácticas didácticas, haciendo la unidad teoría-práctica tan proclamada por Paulo Freire. La trinchera de los intelectuales pedagogos tiene que ser sí la de los congresos, los debates, las revistas, los artículos y las mesas de discusión, pero sobre todo, también la escuela, el aula, el patio escolar, el trabajo con maestros y profesores[8]. Deben participar en la comunidad escolar para que no seamos meros “objetos” de investigación, ser intelectuales con un compromiso ético político, mancharse sus manos con tizas.
- No deseamos ser meros sujetos de control o sujetos de derecho pasibles de castigo, sino sujetos de enseñanza. No deseamos ser sujetos a quienes siempre se nos culpabilice pedagógicamente con el conocido “Pero mi hijita, Ud. deberíahaber establecido las estrategias de recuperación…”.
- No deseamos ser como delincuentes. Así se nos trató durante el último paro docente, mencionando a los alumnos “rehenes” nuestros (los alumnos son rehenes de los docentes). Esta metáfora alude o bien a la acción de delincuentes o a la de terroristas o a la de un bando en guerra que se apropia de seres humanos quienes se encuentran por ende indefensos, simbólicamente es una forma de criminalizar la protesta. Es entonces que, en el imaginario, solamente cabría la acción violenta contra los “malhechores”, ¿nosotros, educadores? Precisamente, los alumnos realizan un aprendizaje social de la poca valía del docente, lo que resulta problemático en la medida que ese docente presenta consignas de trabajo a sus alumnos (“¿si no vale, por qué le escucharé, estaré atento a su palabra?”)
- Sabemos que la desobediencia pedagógica implica una lucha teórica con compromiso ético político.No es cuestión de un simple “no hacer caso”, sino de crítica pero creatividad a la vez, no fácil.Considerando la rigidez normativa vigente, requiere en múltiples oportunidades dentro del aula de una “astucia pedagógica”[9] en sentido comunitario. Sería oportuno, además, que los gremios se hagan cargo de la cuestión, porque los diseños curriculares y las líneas pedagógicas que “nos bajan” constituyen el núcleo básico de nuestras condiciones laborales, es decir, si luchamos por una escuela pública y popular, ante todo luchar por una política pedagógica justa y digna, a partir de donde sí tiene sentido bregar por el salario, la infraestructura, etc. Es un desafío, porque estamos solos, sin Estado, sin Academia, sin Sindicatos (salvo excepciones como la presentey excepciones de pocas agrupaciones sindicales), de ahí que valga la pena juntarnos, como en este Foro Pedagógico.
[1] El presente texto es un punteo en función de la exposición en el Foro Pedagógico.
[2] Chupar: en la jerga de la última dictadura militar, acción de desaparecer a otro.
[3]Resolución N°3655/07
[4]http://cedoc.infd.edu.ar/upload/planificacion_institucional_y_didactica.pdf (consulta: 3/06/2014)
http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/consejogeneral/disenioscurriculares/documentosdescarga/marcogeneral.pdf (consulta: 3/06/2014)
[5] Como por arte de magia, sin explicación que llegue al conjunto de los docentes, de pronto puede cambiarse PEI por PI -Proyecto Institucional-. El documento marco señalado, reconoce experiencias a rescatar del PEI, y para que no se confundan las políticas educativas de la década del noventa con las nuevas, reemplaza un término por el otro.
[6] Brenner, Miguel Andrés. “Currículum simulado.” Marzo de 2012 (inédito)
[7] ¿Será su difusión en lengua inglesa por quienes pretenden que el enfoque práctico sea desde los parámetros opresores del Norte político?
[8]Encuentro una sintonía con el Documento de Balance y Relación de Propuestas, resultado del Simposio de Filosofía y Liberación realizado en el XVII Congreso Internacional de Filosofía, organizado por la Asociación de Filosofía y Liberación. Morelia, México. Abril de 2014. “A nosotras y nosotros, intelectuales comprometidos con la liberación, se nos exige mucho más que al resto de los miembros del gremio. Nuestra trinchera tiene que ser sí, la de los congresos, los debates, las revistas, los artículos y las mesas de discusión, pero sobre todo, también la calle, el campo, la manifestación, el trabajo voluntario, la protesta social e incluso, la de la guerra revolucionaria.”
[9] Término propuesto por Juan Ignacio Pernía, joven profesor en letras. Astucia, del latían “astutus”. Según la Real Academia Española, agudo, hábil para engañar o evitar el engaño o para lograr artificiosamente cualquier fin.http://lema.rae.es/drae/srv/search?id=hpvB488aJDXX2lKQowup (consulta: 3/06/2014)
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