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Sistema Universitario Disruptivo del siglo XXI: “la Universidad y toda la educación”

Por Juan José Ostériz

Llevo más de una década escribiendo en la prensa local y en cuanto Congreso Educativo he asistido, donde señalo la sabia expresión de D. Andrés Bello, en el Discurso Inaugural de la Universidad de Chile,-17 de Septiembre de 1.843. ¡Qué visión tenía, en aquella época, de lo que en la segunda década del siglo  XXI se está exigiendo a la  Universidad actual:

La Universidad es a quien compete la compleja tarea de gestionar  la  diversificación de lo que se  debe  aprender y el cómo,  dentro de la zona geográfica de su influencia…El espíritu universitarioal  estar presente  en  todo  el  sistema  nacional, permitiría  sustraer  la  marcha  educativa  de la  inestabilidad  de  un Ministro, y  no  condenarla a las oscilaciones políticas…Andrés Bello.

Amplío esta importante cita con lo expresado por Curtis Johnson,  Consultor Educativo en TV española: “No podemos superar la crisis educativa  con el modelo tradicional en las aulas…El uso en la educación de la  plataforma  tecnológica  es  un proceso de innovación disruptiva que cambiará el paradigma vigente.

20 claves educativas para el 2020 en adelante

Presento a mis lectores a Fundación Telefónica con sus claves fundamentales para el éxito educativo con las generaciones del siglo XXI. Son el resultado de 18 meses de debate virtual y presencial de 50 mil docentes de países iberoamericanos en el VII Encuentro Internacional de Educación 2012 – 2013 y de llevarlas a cabo en numeroas escuelas básicas, secundaria y tecnológicas.

Algunas de las claves son: la intersección entre contenidos, pedagogía y tecnología; las TIC implican nuevos métodos de evaluación; y un nuevo rol del profesor y su formación.

El VII Encuentro Internacional de Educación 2012-2013 tuvo una duración de dos años con sede en nueve países de Latinoamérica y España, y finalizó en noviembre de 2013. Su objetivo fue responder la pregunta: ¿Como debería ser la educación del siglo XXI?, y así compartimos las claves educativas que ellos los facilitan si se lo piden.

1.- Hay que formar al ciudadano del siglo XXI: la sociedad del siglo XXI requiere individuos creativos, emprendedores, críticos, competentes con el mundo digital, con altos dotes sociales y que se adapten a ambientes laborales diversos.

2.- La inclusión social como eje: es trascendental el establecimiento de políticas públicas regionales para el desarrollo sostenible en el que uno de los pilares sea la inclusión social.

3.- Se requiere liderazgo institucional: la cultura digital lleva años instaurada en la sociedad. Las instituciones educativas no pueden permanecer ajenas, por lo que se torna fundamental un liderazgo institucional basado en la construcción de un sentimiento de comunidad sólido, unido a un uso de las TIC desde y para la pedagogía y el currículo del centro.

4.- Extraer la Inteligencia colectiva: en una sociedad cada vez más compleja sobrevivir en ella depende cada vez más de una inteligencia colectiva. El ser humano es social por naturaleza, por lo que ha de aprovechar las posibilidades abiertas de la sociedad digital.

5.- Contenidos + Pedagogía + Tecnología: la intersección entre tres factores fundamentales son claves para la introducción de las TIC en los procesos educativos: sólidos conocimientos de los contenidos, dominio de competencias pedagógicas y manejo de herramientas tecnológicas y sus posibles  aplicaciones.

La tecnología no reinventa a la pedagogía, sólo amplía sus posibilidades

6.- Las TIC implican nuevos métodos de evaluación: aprender utilizando las TIC requiere un planteamiento metodológico distinto al de adquisición de meros contenidos. Evaluar este tipo de aprendizajes no debe centrarse, por tanto, en determinar el éxito en adquisición de contenidos sino en el dominio de las competencias del siglo XXI.

7.- Hay que romper el mito de los nativos digitales, es decir, la consideración de que todos los jóvenes son nativos digitales y dominan las TIC para usos de provecho en el siglo XXI.

8.- Fomento de la creatividad: existe una inminente necesidad de repensar los sistemas educativos para evitar ahogar la creatividad de los aprendices. Es decir, enterrar un sistema educativo basado en el control e instaurar uno de empoderamiento. El alumno nace siendo creativo y el sistema educativo ha de generar las condiciones para que pueda seguir desarrollando esa creatividad.

9.- Importancia de la Educación Emocional: la finalidad principal de la Educación es que cada sujeto pueda alcanzar un grado óptimo de bienestar social y emocional, por lo que la educación emocional debe ocupar un lugar privilegiado en los sistemas educativos. Para ello los programas de formación docente deben dedicar una mayor atención a tales competencias.

10.- Cooperación necesaria entre familia, escuela y comunidad: la educación no es exclusiva de las instituciones educativas: es posible aprender en cualquier lugar de la sociedad. Para ello debe existir conexión y cooperación entre familia, escuela y comunidad.

La Educación es una cuestión de toda la sociedad

11.- Liderazgo sin burocracia: el liderazgo en una institución educativa debe tener como finalidad principal la mejora educativa de los discentes, con un liderazgo centrado en la pedagogía y alejado de la pura burocracia. Todos los agentes de la comunidad educativa deben estar implicados en la consecución de las metas del centro.

12.- Objetivo: desarrollo de competencias. Los cambios de sistema educativo deben orientarse hacia la mejora competencial de los estudiantes. La sociedad digital requiere de competencias que los sistemas educativos han de desarrollar (autonomía, adaptación, tratamiento de la información, etc.), reformando el currículo. Se requerirá de unidades didácticas más simples basadas en tales competencias útiles para la inserción social, aprendiendo de forma conectada en red.

13.- Foco en los intereses del aprendiz: el aprendizaje debe producirse de forma natural, partiendo de los intereses del aprendiz, teniendo en cuenta lo que ya sabe, desde la práctica y de cometer errores para ser reorientado por el docente.

14.- Un nuevo rol del profesor y su formación: desde la transmisión de contenidos a la orientación y apoyo del alumno, generando las condiciones para que sea éste el que, de manera activa y experimental, construya su propio conocimiento. Ello comporta que la formación docente se reconfigure, contemplando de forma más sólida el uso pedagógico de los entornos digitales para la sociedad del siglo XXI.

15.- Nueva ecología del aprendizaje: existe una nueva ecología del aprendizaje que está reconfigurando la educación. Volvemos a entenderla en su sentido amplio, más allá de su simple consideración como escolarización.

16.- El reto de considerar todos los ámbitos educativos posibles: existe una necesidad de disrupción en el sistema educativo planteado como ente aislado de la sociedad. Los aprendizajes producidos en ambientes no formales e informales crecen a un ritmo vertiginoso y no quedará más remedio que considerar los beneficios de todos estos ámbitos educativos.

17.- Interactuación sobre los contenidos: el aprendizaje no está en los contenidos sino en las interacciones que se producen alrededor de ellos. El aprendizaje en red a través de interacciones debe consistir en agregar, remezclar y poner en práctica los conocimientos.

18.- Una formación adaptada a las demandas: la construcción del currículo que deberá configurar los nuevos perfiles que demanda la sociedad tendrá que hacerse entre todos los agentes involucrados en su desarrollo. La sociedad y las escuelas deben colaborar para adaptar la formación a las demandas sociales del siglo XXI.

19.- Se trata de formar a ciudadanos, no solo a profesionales eficientes: un sistema educativo abierto a la comunidad y basado en aprendizajes colaborativos que implican a toda la sociedad. La labor de este sistema no es formar a ciudadanos únicamente para ser útiles a un mercado, sino formar a ciudadanos capaces de desenvolverse en todos los niveles sociales.

20.- Evitar la ansiedad tecnológica: la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, es imposible predecir qué tipo de tecnología habrá en un futuro próximo. Lo que sí tendrá que hacer la sociedad, es diseñar cómo quiere que sea la educación del siglo XXI, la tecnología que acompañará será la que esté disponible llegado el momento de la implantación.

Acceder al informe completo en PDF: 20 Claves Educativas para el 2020 — ¿Cómo debería ser la educación del siglo XXI?

Tras 7 años de implementacion y pruebar estas 20 Claves en España, en Agosto de este año 2019 lo expusieron en dos Encuentros y un Conreso Int

Encuentro internacional: Scenario Thinking: 21/08/2019

Encuentro Internacional: Demostraciones: 21/08/2019

Congreso internacional Aprender para el futuro en la era de la IA: 20/08/2019

 

Fuente: https://www.elimpulso.com/2019/10/20/opinion-sistema-universitario-disruptivo-del-siglo-xxi-la-universidad-y-toda-la-educacion-parte-13-20oct/

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Un presupuesto público sin una apuesta hacia la materialización del Derecho a la Educación

Por: Fidel Ibarra López

La realidad financiera está poniendo los pies en la tierra al presidente. Una realidad para nada sencilla: De acuerdo con el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, después de cubrir los compromisos que por ley se deben de cubrir -el presupuesto para los Estados; el pago de intereses de la deuda[1]; las pensiones; los órganos autónomos; y las Empresas del Estado- resta solamente el 18% del total de presupuesto para repartirse entre las diversas Secretarías. Y de ese 18%, la prioridad se sitúa -siguiendo al Secretario de Hacienda Arturo Herrera- en tres temas: a) En los Programas de Bienestar; b) La Seguridad; y c) En el rescate de PEMEX. En esta perspectiva, la educación es prioritaria en cuanto a los programas sociales. Es ahí donde se pone el acento.

Agrego un punto adicional: con este presupuesto que se está presentado por parte del gobierno federal, se avanzará muy poco -o casi nada- en uno de los compromisos más importantes del presidente López Obrador en materia educativa. Me refiero al compromiso de hacer efectivo el derecho a la educación en México. Un tema toral en la política educativa de este gobierno.

De acuerdo con el presupuesto público planteado para el 2020, el gasto público para educación representa un monto de 807 mil 305 millones de pesos. Lo cual se traduce en un 0.5% de crecimiento, en términos reales respecto al gasto público del 2019.[2] Este nivel de gasto público ha sido motivo de crítica en dos sentidos. En primer lugar, se tiene la parte de los recortes en áreas importantes como el caso de “la formación normalista, las escuelas de tiempo completo, la formación continua de docentes y la oferta de modalidades de servicios educativos, como Prepa en Línea y Escuelas de Tiempo Completo”.[3] Y, en segundo lugar, la crítica referente a que este presupuesto no contiene una reestructuración del gasto.

Revisemos el primer punto. En este aspecto, la crítica se perfila en el marco de la contradicción, puesto que se establecen recortes en rubros que se habían fijado como prioritarios en el discurso institucional, como el caso de la formación continua de los docentes y el fortalecimiento de las escuelas normales. Y en el segundo punto, la crítica es más técnica -y por ende más fina-, porque se afirma que la propuesta de gasto público para educación si bien presenta un incremento -aunque poco significativo- con respecto al 2019, tal incremento no viene acompañado de una reestructuración del gasto, debido a que el 98% del presupuesto estaría destinado a gasto corriente; 1.9% a la adquisición de bienes inmuebles (gasto de capital diferente de obra pública); 0.1% a la construcción de obra pública; y 0.02% a gasto corriente por concepto de gastos indirectos de programas de subsidios.[4]

Si se revisan los 12 rubros en los que se subdivide el presupuesto para educación, solamente en 5 se presentan incrementos presupuestarios con respecto al 2019. Y estos rubros son los siguientes: Deporte y Recreación (55.8%); Educación Media Superior[5] (6.2); Investigación Científica (3.4%); Otros Servicios Educativos (7.9%); y Educación Superior (1.3%). En el caso de la EMS, el 25.4% del total del presupuesto lo concentra los recursos para la Beca Universal para los Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez; y con respecto a la Educación Superior, el 5.8% de los recursos del total del presupuesto lo representa la Beca Jóvenes Escribiendo el Futuro.[6] En contraparte, se reducen los recursos para la Educación Básica (-1.4%); el Desarrollo Tecnológico (-55%); Posgrado (-0.9%); Cultura (-10.8%); y Educación para los Adultos (-0.1%).[7]

Los números anteriores trastocan, en efecto, el discurso institucional que se había planteado a propósito de la reforma educativa que se aprobó en mayo pasado. Y lo sitúa en el plano de la contradicción: se adujo que se iba a realizar A y se terminó planteando B. No obstante, el tema es más de fondo, porque la reforma educativa Obradorista contiene obligaciones para el gobierno federal, como el caso de la infraestructura -al ampliarse la obligatoriedad de la educación hasta universidad-. Lo cual significa entonces, que no es solamente un asunto de discurso, sino de obligaciones que no se podrán cubrir si solamente se destina el 0.1% a la construcción de obra pública.

El problema es que, si no se invierten las prioridades, al final de este sexenio se tendrá a una población -de escasos recursos- con apoyos importantes a través de los Programas Sociales; pero la realidad educativa habrá cambiado muy poco si no se le apuesta a la creación de infraestructura. La materialización del derecho a la educación quedará nuevamente en el tintero. Y los programas sociales pueden echarse abajo si no repite Morena en el poder.

Así, si este gobierno no avanza en cuanto a la materialización del derecho a la educación en México, significará entonces una deuda muy importante para un gobierno que se comprometió a transformar la realidad educativa de este país.

Termino con lo siguiente: en cierta forma, la agenda educativa representa un ejemplo claro de lo que ocurre con otras agendas en el gobierno federal: la apuesta fue muy alta -desmesurada, podríamos decir- con un proyecto como el de la 4T. Los resultados no están correspondiéndose con el compromiso asumido.

Sería bueno que se empezara a cuidar el discurso y a moderar las expectativas. Entre los críticos se están exponiendo las contradicciones de este gobierno; pero en la sociedad se puede generar desesperanza. Y si se mina este último elemento, el proyecto de gobierno se puede dinamitar en su conjunto.

Desde esta perspectiva, el discurso se debe situar en un “sentar las bases” para la transformación de la realidad económica, social, política y educativa de México. Una transformación de fondo, como la plantea el presidente es materialmente imposible en un sexenio. Lleva tiempo y requiere de varias generaciones.

Por lo tanto, el sentar las bases puede ser el legado histórico de López Obrador. Ubicarlo más allá de eso, puede ser hasta contraproducente para la gestión diaria del ejercicio de gobierno. Y la agenda educativa es un ejemplo de ello.

*Investigador Titular del Centro de Investigación e Innovación Educativa del Sistema Educativo Valladolid (CIINSEV).                                                                                                                                                                                                                      

[1] La deuda es uno de los rubros de mayor riesgo para las finanzas públicas del gobierno federal. Representa más del 40% del PIB. Y es una de las herencias más lastimosas del Peñanietismo.

[2] Martínez Vargas, Thamara; (2019), “Gasto Educativo en el PPEF 2020”, CIEP, 7 de octubre. Recuperado de: https://ciep.mx/gasto-educativo-en-el-ppef-2020-impacto-de-la-reforma-educativa-de-2019/

[3] Alonso Ruiz, Rogelio Javier; (2019), “El presupuesto educativo: el desafío a los discursos y a las leyes”, Educación Futura, 5 de noviembre. Recuperado de: http://www.educacionfutura.org/el-presupuesto-educativo-el-desafio-a-los-discursos-y-a-las-leyes/

[4] Martínez Vargas, Thamara; Op. Cit., p. 3.

[5] Hay aumento presupuestario en este nivel educativo; pero se recortan recursos en la modalidad de la Preparatoria en línea, como se apunta líneas arriba.

[6] Ibid., p. 4.

[7] Ibid., p. 5.

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Una escuela ejemplar de Japón

Por: Carlos Ornelas

Hago una estadía de investigación en Japón. Soy profesor visitante en la Escuela de Posgrado en Desarrollo Internacional de Universidad de Nagoya. Uno de mis propósitos es observar lo más que pueda del sistema educativo japonés y sus reformas en este siglo. Éste es un lugar privilegiado para aprender.

La Escuela de Posgrado en Educación patrocina una escuela secundaria y preparatoria anexa. Ofrece los dos niveles bajo una misma estructura. Tiene lo básico del currículo general (que aquí denominan guía de estudios) y un margen de autonomía amplio que le permite experimentar con nuevos enfoques y prácticas.
La visité por primera vez el 30 de octubre.

Es una escuela pública de élite y, aunque sus padres pagan una cuota, es mucho más baja que la de escuelas privadas.
Sus estudiantes son beneficiarios de ciertas cualidades que son únicas. Por ejemplo, con frecuencia reciben conferencias de profesores de la Universidad, no sólo de la Escuela de Educación, sino también de otras facultades.

El director de la escuela no recibe salario por esta tarea, es profesor de la Universidad.
Se apoya en dos subdirectores, uno para cada nivel. Trabajan 39 maestros de tiempo completo.
La universidad le paga a un tercio, quienes son permanentes; la prefectura a un número igual y la ciudad al otro tercio.
Quienes vienen de la prefectura y la ciudad sólo están unos cuatro años. Su proyecto es aprender de las innovaciones y luego replicarlas en sus escuelas de origen o de destino.

Platiqué con el subdirector de la secundaria y tuve charlas breves con dos maestros.
Observé clases de inglés y de economía doméstica (ésta merece un artículo aparte) y divisé talleres y laboratorios. Equipamiento de primera calidad.

Lo más importante, sin embargo, no es la infraestructura —de primer mundo—, sino el trabajo de los docentes y su afán de tener al estudiante en el centro de sus atenciones. Si mi intuición es correcta, aquí se combinan de manera cabal las ideas de la escuela tradicional japonesa (disciplina, trabajo arduo y predominio de los intereses del grupo sobre los individuales) con una mayor autonomía personal y una formación del carácter.
El fin: formar personas desarrolladas a plenitud.

Las mil 50 horas de clase, distribuidas en 30 semanas, incluyen materias como japonés e inglés, estudios sociales, matemáticas y ciencias como parte del adiestramiento intelectual. Las de música, arte, educación moral y estudios generales del ser humano cubren el aspecto ético.
Educación física y para la salud, arropan el entrenamiento para una vida saludable.
Se aderezan con clases para el uso de la tecnología y ciencias del consumo (satisfacción de necesidades y deseos y austeridad personal).

El fin general se encuentra en el Seikatsu shūkan (hábitos para una existencia plena) mediante una educación intelectual (chi), moral (toku) y física (tai).
Estos son propósitos para toda la educación primaria y secundaria de Japón que en esta escuela practican de manera cotidiana.

Los maestros tienen un salón común, cada uno con su escritorio. No necesitan de consejos técnicos, conviven todos los días, platican de los alumnos, los métodos, problemas y soluciones.
Cada docente trabaja más de 50 horas a la semana porque además de sus clases apoyan y guían a los estudiantes en sus clubes, complementos indispensables para esa educación plena.

Una forma de evaluar el éxito de una escuela es por el porcentaje de sus alumnos que prosiguen al nivel superior inmediato.
Éste es un motivo de orgullo de esta escuela. Muy arriba del promedio nacional.

No he descubierto la utopía. Aun en escuelas de élite hay contrariedades, pero pienso que los maestros de la Escuela Secundaria y Preparatoria Afiliada a la Universidad de Nagoya encontraron la forma de lidiar con ellas.

El equipamiento y la cercanía con la universidad son únicos, difícil de alcanzar. Pero quizás valga la pena conocer más acerca de cómo ejercen la profesión docente los maestros japoneses.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/una-escuela-ejemplar-de-japon/

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La emergencia climática no llega a la escuela

Por: Ana Torres Menárguez

Los expertos reclaman una reforma integral del currículum académico para que la sensibilidad con el medio ambiente impregne toda la escuela

Esther Estebaranz, maestra de 58 años del colegio público madrileño Bravo Murillo, cree que mientras los políticos presumen de programas electorales con iniciativas para proteger el medio ambiente, dejan de lado lo más importante: la educación ambiental en la escuela. «Es un tema muy vistoso que da muy buena imagen, pero luego la realidad es otra: en mi colegio hemos luchado durante años para que la Administración instale termostatos en las aulas, el derroche de energía con la calefacción en invierno era tremendo», cuenta. También critica el programa académico. En todo el ciclo de Primaria, solo aparecen contenidos específicos sobre cambio climático en un tema dentro de la asignatura de inglés, asegura. En su centro, hace años pusieron en marcha una actividad durante los recreos para concienciar sobre el cuidado del planeta; los chavales se turnan para recoger los residuos arrojados en el patio. «Todo depende de la voluntad de los colegios, no hay una estrategia nacional», añade.

El escenario que describe Estebaranz no es un caso aislado. Aunque no existen datos oficiales sobre la dimensión y la calidad de la educación ambiental en los centros públicos españoles, sí hay un informe de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica) que denuncia que lejos de programas estructurados, en los colegios «priman las acciones puntuales» como celebraciones de efemérides ambientales o actividades concretas en las que solo participan grupos reducidos de alumnos. El informe Hacia una educación para la sostenibilidad (publicado en este año) alerta, además, de la falta de programas de formación del profesorado y critica que en muchos casos las iniciativas las lideran «docentes concienciados», y que cuando estos abandonan el centro los programas decaen.

«El modelo que se ha impulsado desde cada una de las autonomías es muy diferente, en su mayoría, son pequeñas acciones para reverdecer los programas académicos», apunta Carmelo Marcén, coautor del estudio. El también investigador de la Universidad de Zaragoza cree que el principal problema es que no existe un organismo estatal que supervise los programas ambientales escolares y que aunque muchos centros han mejorado la gestión ambiental de sus instalaciones, no es suficiente. «Es imprescindible que se modernicen los currículos, y eso no depende de los colegios, sino del ministerio y de las autonomías», recalca.

La semana pasada, la educación ambiental cobró protagonismo después de que el ministro de Educación de Italia, Lorenzo Fioramonti, anunciara que el cambio climático será materia de examen para los escolares de ese país el próximo curso, y que todas las escuelas dedicarán 33 horas al año, en torno a una hora a la semana, a abordar la cuestión. Italia, dijo, se convertirá en el primer país del mundo en incluir el estudio de la crisis climática en la educación obligatoria. Otra de las novedades es que esos contenidos se verán en asignaturas como Geografía, Matemáticas o Física, que pasarán a  estudiarse “desde una nueva perspectiva vinculada al desarrollo sostenible”, para analizar, por ejemplo, los efectos de la acción del hombre en las diferentes zonas del planeta.

La aprobación de la actual ley educativa, la Lomce —impulsada por el PP en solitario en 2013— supuso una reducción de los contenidos ambientales en el currículum respecto a la Loe, aprobada por el PSOE en 2006. El principal cambio se dio en una de las competencias básicas, Conocimiento e Interacción con el Mundo Físico (que incluía contenidos sobre medio ambiente), que fue sustituida por Competencia Matemática, Ciencia y Tecnología. «El ministro Wert (PP) dio más importancia a lo tecnológico, y ahora depende de la voluntad de los docentes trabajar proyectos medioambientales», señala Federico García, responsable del área social de la Sociedad Española de Ornitología SEO Birdlife, la ONG que en 2017 presentó una moción en el Congreso de los Diputados para promover la «naturalización del currículo», que significa más educación ambiental en los colegios y una asignatura específica en Secundaria. La petición fue escuchada pero no supuso ningún cambio en el currículo.

La Lomce, además, eliminó la asignatura Ciencias para el Mundo Contemporáneo en Bachillerato, una materia que hasta ese momento era obligatoria para los alumnos de Ciencias y que incluía contenidos medioambientales. En su lugar, se implantó la optativa Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, y el peso curricular pasó de cuatro horas semanales a dos. La Lomce supuso también la división de la asignatura de Conocimiento del Medio en Ciencias Sociales y Ciencias naturales. «Los legisladores no entendieron que sociedad y naturaleza van de la mano, no se pueden desligar», critica Carmelo Marcén.

Los expertos, lejos de valorar si los contenidos ambientales deben darse en una u otra asignatura, recalcan que para que tenga un impacto en la vida de los jóvenes, es imprescindible que se enseñe de forma transversal, que impregne todo el programa académico. En su informe Educación para los objetivos del desarrollo sostenible, la Unesco considera que son necesarias «experiencias directas» que afecten en lo emocional a los alumnos. «Las competencias no se pueden enseñar, sino que los alumnos las adquieren con acción, experiencia y reflexión», señala el documento. Los estudiantes tienen que ser capaces de crear en grupo «acciones innovadoras» que fomenten la sostenibilidad a escala local. «Deben adoptar una postura propia en el discurso del clima», añade.

«En el modelo tradicional de escuela, impera la lógica de transmitir información, pero los retos actuales requieren planteamientos más profundos relacionados con el comportamiento; el vínculo emocional es el que te transforma», apunta Eduard Vallory, director del Centro para la UNESCO de Cataluña. «Sucede lo mismo con el bullying o la violencia de género; los power points no sirven para nada, hace falta acción y para eso hay que cambiar el paradigma de cómo enseñamos y aprendemos», añade. En su opinión, el medio ambiente tiene que estudiarse como un todo, porque «no se puede desvincular qué son las bacterias de cómo los humanos han creado el plástico, uno de los elementos que nos está matando».

«No podemos decir que no se traten contenidos ambientales en Secundaria: en primero de la ESO está la asignatura obligatoria Geología y Biología, donde se ve el efecto invernadero o la contaminación de las aguas; en Biología de tercero de la ESO hay un tema sobre ecosistemas y acciones que favorecen la conservación del medio ambiente; a partir de ahí, ya depende de la rama y las optativas que escoge el alumno», explica José Luis Gutiérrez, profesor y jefe del departamento de Biología del instituto público Sierra de Guadarrama en la localidad madrileña de Soto del Real. A su juicio, el problema es que en el actual sistema educativo la educación ambiental se da de forma aislada, desde departamentos estancos. «Se debe abordar desde diferentes asignaturas, si no el alumno percibe que es un tema que solo preocupa a los biólogos, pero ¿qué pasa con los costes económicos de una crisis ambiental? Eso se puede tratar desde Matemáticas o Historia», opina.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/11/06/actualidad/1573065284_397571.html

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Nacer y existir (o no) en los papeles

Por: Alejandra Agudo

Miles de niños en Senegal carecen de documentos que demuestren su existencia. Esto supone que no puedan cursar la educación secundaria, entre otras trabas. Un proyecto de Cáritas ayuda a evitarlo

Hace unos meses, las plegarias de Sire Dia, recibieron respuesta. Este maestro y director de una pequeña escuela en Ndiebeen Gandiol, un pueblo en la región de Saint Louis (Senegal), llevaba años viendo cómo la mayoría de sus alumnos de primaria no podían acceder a la secundaria. El motivo: carecían de documentos de identidad. No existían. Al menos, no oficialmente… hasta ahora. Un equipo de Cáritas se puso en contacto con su centro para identificar los casos de niños indocumentados y comenzar los trámites legales para acabar con esa situación.

«Era muy doloroso», recuerda el profesor. Los niños que completaban la primera etapa educativa, en torno a los 12 años, veían su esfuerzo tirado por los suelos. Solo en su centro, este curso detectaron que de 139 alumnos, 106 no estaban registrados. Fue cuando Cáritas contactó con Dia para hacer un recuento, convocar a los padres con sus documentos y comenzar el proceso de registro.

«No tenemos datos recientes de todos los niños sin registrar en el país, pero sí de los que hemos ayudado. Los que llegan de la inspección regional de educación, de niños que estaban el año pasado en la escuela sin papeles. Encontramos 2.262; y este 2019 hemos atendido 3.449 casos», explica Agnes Seck, responsable de proyecto en Saint Louis. Según estadísticas de la ONG, en el departamento de nombre homónimo que la región tan solo el 38% de los alumnos de primaria están inscritos en el registro civil. Los últimos cálculos oficiales de la Agencia Nacional de Estadística, publicados en 2015 con encuestas de 2013, el 17,6% de los habitantes de la región no tenía certificado de nacimiento, una cifra por debajo de la media nacional (20,3%).

Casi siempre por desconocimiento, muchos padres no saben ni creen que sea necesario inscribir a sus hijos en el registro civil al nacer. Otros viven muy lejos de las oficinas administrativas, son agricultores nómadas o pescadores que pasan muchos meses fuera del hogar. «Al dar a luz, a las mujeres les dan un papel, pero esa no es la cédula de identidad. Las matronas les tienen que decir que vayan al registro», apunta Seck. Pasado un año, si no han realizado este trámite gratuito, tienen que acudir a instancias judiciales y pagar 4.900 francos centroafricanos (7,50 euros). Una cantidad que la mayoría no se puede permitir. Menos si tienen varios críos en la misma situación.

«Esos niños crecen sin papeles. La consecuencia es que, dese 2004, el Estado permite a los maestros recibir alumnos sin documentos de identidad durante la primaria, que dura seis años; y cuando acaban, si no los tienen no pueden acudir a la enseñanza media y lo que han estudiado hasta entonces no les sirve de nada, tienen que dejar su educación», resume Seck. La sanidad pública es universal, continúa la especialista, pero no es el caso si no están registrados. De adultos, tampoco podrán votar, ni obtener un pasaporte para viajar, entre otras trabas. «Jurídicamente, no tienen nombre ni nacionalidad», destacan desde la organización.

Impulsada con fondos propios y del Gobierno de Canarias, la actividad principal del proyecto de Cáritas es la sensibilización y comunicación directamente en los pueblos. «Y la puerta de entrada son las escuelas. La organización hace la petición al centro, y vienen también personas del registro civil que conocen todo el proceso. Cuando llegamos, ya el director de la escuela tiene identificados a los alumnos sin papeles y hace ir a sus padres», detalla Seck. Es lo que llaman charlas y han realizado 68 en cada una de las dos fases del programa, que cuentan con 125.000 euros de presupuesto repectivamente, una cantidad que aporta la oficina española de la ONG.

Según estadísticas de Cáritas, en el departamento de Saint Louis tan solo el 38% de los alumnos de primaria están inscritos en el registro civil

Uno de los problemas que enfrentan es que a menudo los progenitores, incluso los abuelos, también carecen de documentación. Por lo que primero hay que registrares a ellos y después a los niños. Para evitar fraudes, se pide la presencia de testigos —el imán, el jefe del pueblo, el profesor— que atestigüen que el niño es de esos padres. La ONG se encarga de todo lo demás, también de los costes.

El complejo trámite funciona así: como los maestros saben qué casos tienen, hacen un censo y se lo manda al equipo de Cáritas. Ellos se lo envían al tribunal, que gestiona los papeles y se los remite al Ayuntamiento para que la gente esté registrada. Después el consistorio hace llegar los papeles a Cáritas. La organización se los da a la inspección educativa departamental que los distribuye a cada escuela en los diferentes pueblos. Allí, los padres pueden recoger sus documentos y los de sus hijos.

A una de esas charlas fue convocado Ndake Diop, padre de seis —cinco chicos y una chica— de sus dos mujeres. «Un día, nos llamó el director para hablarnos de que Cáritas ayudaba a la gente para obtener papeles». Acudió a la cita con las madres, pero tampoco ellos tenían documentación. «No sabía que tenía que declarar a mis hijos. Yo no he ido a la escuela y no tenía a nadie cerca que me lo explicase», justifica este pescador y agricultor. Un tiempo después, sin coste alguno, todos recibieron sus carnets de identidad.

«Ahora, alabado sea Dios, este problema ya no existe», celebra Diop mientras se deshace en agradecimientos hacia la ONG. Algunos de sus hijos habían tenido que abandonar el colegio porque no estaban inscritos. «Eran niños brillantes en la escuela y la tuvieron que dejar. Perdieron un año y al siguiente, cuando ya habíamos conseguido sus documentos, regresaron. Pero estaban desmotivados por lo que les había pasado», rememora. «Cáritas está resolviendo este problema. Nos están quitando pena», zanja. Él mismo se ha convertido en embajador de la causa: «A todos mis amigos, cuando tienen hijos, les digo que lo tienen que hacer».

Además de las charlas en las escuelas, en cada fase de proyecto, se organizan cuatro sesiones de sensibilización más generales en las que se convoca a todo el pueblo. Basta un escenario en la plaza, un equipo de música y sillas de plástico, y la gente empieza a acudir atraída por el movimiento. En Mouit han asistido más de un centenar de personas a las que se les explica la importancia de hacer existir a sus niños. «La satisfacción es que cada vez que pasamos por un pueblo, al día siguiente el Ayuntamiento nos llama para decir que la gente está inscribiendo a sus hijos», asegura orgullosa Seck.

Para expandir el mensaje están los talleres de capacitación de líderes de las comunidades y que continúen la actividad de sensibilización. El siguiente objetivo es conseguir que los padres inscriban a los niños al menos en el primer año de vida e idealmente en los primeros 45 días.

«Ahora, como comunidad podemos dormir tranquilos», zanja Dia, que ya no impartirá clases a alumnos que después tendrán que abandonarlas por no tener una identidad.

Nacer para existir

Antes de cualquier trámite burocrático es imprescindible que se produzca el más importante: venir al mundo. En la calle principal del barrio de pescadores de Guet Ndar, en la ciudad de Saint Louis, la capital regional, un cartel descolorido señaliza una clínica que hace más de una década fue financiada por la Cooperación Española. El logo apenas se aprecia, pero está. Ahora, ya sin dicho apoyo, este centro público se sostiene con donaciones de los vecinos y la venta de medicamentos, según explica el responsable de la botica, Abdu Fall.

De aspecto decrépito, con la mejor higiene posible pero insuficiente a simple vista, ahí es donde van las futuras madres a los controles prenatales y a parir cuando llega el momento. La matrona Maimuna Sen trabaja aquí desde hace cinco años. Sin salario, remarca. «El personal somos gente benévola, vivimos de lo que nos da la gente», asegura cansada. La noche anterior, atendieron cinco partos. «Hay problemas de materiales y de medicamentos. Algunos nos los da el distrito sanitario, pero a veces faltan y si lo tuviéramos sería mejor. Para que cada mujer que venga, tenga acceso a ellos», relata.

Según los datos de la Agencia Nacional de Estadística hay carencia de personal cualificado. En 2016, había en la región un médico para 11.045 habitantes —en lugar de uno por cada 10.000 como indica la OMS— y una enfermera para 5.585 habitantes —en vez de una por cada 3.000—. Sin embargo, en lo que respecta a parteras, tienen buena cobertura: una por cada 1.858 habitantes en la región, muy por encima de una por cada 6.000 que recomienda la organización de la ONU.

Preguntada por las muertes maternas y de bebés durante el parto debido a esa falta de medicamentos, además de la evidente falta de higiene e instrumental, Sen asegura que no hay. «Cuando surgen complicaciones, las derivamos al hospital», apunta. Por ser atendidas, las madres no tienen que pagar nada, solo por las medicinas. No es así en la clínica privada en la que trabaja Ndeye Khady Khalil Diallo, donde es la matrona jefe. Allí, las mujeres son atendidas por un ginecólogo apoyado por el equipo de Khalil.

«Las complicaciones a nivel médico se dan en todo tipo de estructura, pública y privada, pero en esta última hay un mejor control y tomamos todas las medidas para que estén bien atendidas. Tenemos cuidado de no cometer errores porque puede destrozar la reputación de la clínica», opina. En un hospital, dice, las mujeres pagan 30.000 francos al dar a luz (alrededor de 46 euros), en el centro que ella trabaja, entre 200.000 (300 euros) y 300.000 (460 euros). «El parto en casa hoy es muy raro», anota.

Para hacer sus sueños realidad, Khalil necesita más formación.»Me encanta ayudar a las personas. Estoy feliz de mi trabajo, pero no quiero ser matrona toda la vida, sino hacer un máster en obstetricia, diploma en ecografía, tener conocimientos de nutrición y puericultura para trabajar en una ONG, e incluso abrir una clínica propia», detalla.

En definitiva, toda la información posible, más recursos y mayores conocimientos son útiles y necesarios para nacer y existir en Saint Louis.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/11/05/planeta_futuro/1572948424_150718.html

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La diferencia entre enseñar a convivir y adoctrinar en el aula

Por: Eva Bailén

Para lograr un clima sano en los centros escolares es necesario conocer las razones por las que suceden los casos de acoso, conocer a las víctimas y a los agresores, y enseñar a respetar a todos

La mejora de la convivencia en los centros educativos es una prioridad. Dudo de que a ningún padre le quede un solo resquicio de duda sobre la importancia de actuar contra el acoso escolar o bullying, más hoy, con la ubicuidad y capacidad de difusión que alcanzan estos actos gracias a internet y a las redes sociales. Para lograr un clima sano en los centros escolares es necesario conocer las razones por las que suceden los casos de acoso, conocer a las víctimas y a los agresores, y enseñar a respetar a todos mediante la tolerancia, la empatía y el respeto. Pero el personal docente no puede quedarse solo en esta tarea. Las familias debemos ayudarlos y, por supuesto, no boicotearlos.

Teniendo en cuenta que el colectivo LGTBi es uno de los más afectados por el acoso escolar, es totalmente necesario que tenga el protagonismo que merece. Hace ya cuatro años que el ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad editó la guía titulada “Abrazar la diversidad: propuestas para una educación libre de acoso homofóbico y transfóbico” a la cual recomiendo recurrir, tanto si se es profesor, o también padre o estudiante. Tal y como recoge la introducción, ser gay, lesbiana o trans o ser considerado como tal incrementa el riesgo de ser víctima de acoso escolar. No podemos pues cerrar los ojos a la realidad.

Todo caso de bullying es doloroso, sobre todo para las víctimas. Pero también hay que poner el foco en los acosadores. Ninguno querríamos estar en el lugar de los padres de estos chicos o chicas por la sensación de fracaso que puede producir al progenitor el comportamiento de su hijo. Sin embargo, tampoco podemos dejarlos solos. Debemos darles herramientas para solucionar la situación y también hacerles entender que su implicación es vital para resolverla. Igualmente, todos debemos comprender que no habrá solución posible si no apoyamos la labor educativa.

La formación en los valores constitucionales de la convivencia, la igualdad, el respeto y la no discriminación no puede ser confundida nunca con el adoctrinamiento, como algunos insinúan. Esta formación, al contrario, es clave para que no seamos padres de víctimas, ni tampoco de acosadores, ni siquiera padres de observadores pasivos. Tenemos que corresponsabilizarnos para que sepamos estar del lado de nuestros hijos, para atajar de frente sus comportamientos nocivos cuando haya que hacerlo o enseñarles a reaccionar y a convertirse en personas empáticas y colaborativas.

Sé que hay temas tabú, sé que a las familias a veces nos cuesta hablar de ciertos temas, y que, dependiendo de la ideología de cada uno, se evita hablar de algunas cosas o, simplemente, se ignoran. Si las redes sociales desempeñan un papel clave en la virulencia del acoso escolar, impidiendo que la víctima tenga un refugio -ni siquiera en su propia casa-, también lo juegan la desinformación y la falta de educación en valores de nuestros chicos y chicas. Que no lo tratemos en casa no quiere decir que sea desconocido para ellos.

Una supuesta carencia de educación en las escuelas o en el hogar no impide que nuestros adolescentes y preadolescentes traten de informarse sobre aquello que les produce curiosidad. Aún sin buscarlo, están expuestos o reciben videos cuyos contenidos serán, con muy alta probabilidad erróneos, desde un punto de vista educativo. Contenidos que no les van a transmitir valores que les ayuden a convivir con sus compañeros y profesores. Por eso, es fundamental que no dejemos su educación en manos de YouTube, Instagram o Tik-Tok, sino que sean profesionales los que se encarguen de ello, y junto a ellos, los padres y madres.

La diversidad es bonita, no es una amenaza, sino una fuente de riqueza, una mina de oportunidades para educar a nuestros hijos en valores de tolerancia, respeto y empatía. Y así tenemos que verlo y entenderlo todos los miembros de la comunidad educativa. En esto debemos de ser una piña. No se pueden combatir los prejuicios si una parte de la comunidad se evade de su responsabilidad. Aún queda mucho por hacer para acabar con el acoso, que no solo se ceba con los jóvenes del colectivo LGTBi, también con los alumnos de altas capacidades, con los que presentan alguna discapacidad o, simplemente, con aquellos que no entran en la norma que el niño, niña o adolescente de turno decide en ese momento.

Y por si a alguien le queda alguna duda, la actual ley de educación (LOMCE) dedica un artículo, el 124, a las normas de organización, funcionamiento y convivencia, en el que se deja claro la obligatoriedad de que los centros educativos elaboren un plan de convivencia. Este plan debe prestar una especial atención a la prevención de la violencia de género y a la realización de actuaciones que promuevan la igualdad y la no discriminación. Así que nuestros docentes tienen la obligación tanto moral como administrativa de trabajar por la mejora de la convivencia como objetivo marcado por la ley. Las familias, en correspondencia, no podemos ser menos. Educar para garantizar la libertad y la convivencia no es adoctrinar.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/11/05/mamas_papas/1572945601_315181.html

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