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Cynthia Duk, directora del Centro de Desarrollo e Innovación en Educación Inclusiva de Chile: “La escuela inclusiva debiera ser una escuela no sexista, no racista, no discapacitante y no clasista”

La inclusión, ya sea en Chile, en América Latina o en España, ha de suponer un cambio de mirada sobre el alumnado. «Responde al desafío de conseguir que todos los alumnos se desarrollen plenamente, aprendan y participen en la vida en sociedad».

Por Meritxell Freixas Martorell

Duk participó en las primeras experiencias de integración con niños y niñas con discapacidad en Chile. De ellas aprendió a “ampliar el foco” y entendió que “la inclusión no era un tema de discapacidad, sino un tema vinculado a la educación en general”. Aunque es optimista con los avances en materia de integración, sobretodo en el acceso, reconoce que “la calidad desigual” en los sistemas educativos sigue siendo una asignatura pendiente en América Latina.

¿De qué hablamos cuando nos referimos “educación inclusiva” en América Latina?

Desde la mirada latinoamericana, tiene que ver con el sistema educativo en su conjunto. La educación inclusiva no se reduce a la inclusión a las personas con discapacidad, que tienen necesidades educativas especiales. Los incluye, pero va más allá de este colectivo. Tiene que ver con todo. Es la educación que desde las estructuras comunes busca dar cuenta de las especificidades, –identidades, características y necesidades– que definen a los seres humanos. Por eso, es tan compleja y tiene tantas dimensiones; no hay límites en dónde comienza y dónde termina. Responde al desafío de conseguir que todos los alumnos se desarrollen plenamente, aprendan y participen en la vida en sociedad. En sistemas y sociedades muy desiguales –como la chilena– la educación inclusiva adquiere mucha más relevancia.

¿Qué diagnóstico hace del estado de salud en América Latina, considerando los principios establecidos por la UNESCO en las distintas conferencias internacionales (Jomtien en 1990, Salamanca en 1994 y Dakar 2000)?

Hay distintas aristas. En términos de cobertura y acceso, la región ha hecho grandes avances. Todavía hay países que no tienen todos los niveles de cobertura deseados, por ejemplo, Nicaragua o El Salvador. Las deudas en cobertura recaen en la población indígena, los sectores rurales y las personas con discapacidad. El mayor problema es la desigual calidad de la educación. La mayor calidad llega a los sectores de más recursos, y la de peor es la que reciben los sectores más desfavorecidos. No podemos equiparar resultados educativos entre los estudiantes más desventajados con los más aventajados si ni siquiera les ofrecemos igual calidad de la educación.

¿Cómo se puede construir una escuela inclusiva en ciudades segregadas y distribuidas de formas desiguales, como es común en América Latina?

Hay uno de los autores de referencia sobre inclusión, Mel Ainscow, que señala que el mensaje de la inclusión es entendible y cargado de principios éticos y valores. ¿Quién podría oponerse a ella? Sin embargo, su puesta en práctica, es altamente compleja. Cuando hablamos de inclusión lo hacemos poniendo un foco en la complejidad, no se puede observar desde una sola perspectiva porque tiene muchas aristas y dimensiones. Uno de los aspectos importantes para avanzar en esta dirección es desarrollar el ojo y la mirada de hacia dónde están las barreras para la inclusión.

¿Cuáles son?

Tenemos muchas presiones contrapuestas a estos valores y, por esto, se hace tan difícil. Eso se traduce en altos niveles de segregación a nivel escolar. Además, la población está distribuida según nivel socioeconómico de ciertos barrios y se produce una tendencia de crear guetos. Como consecuencia, no se produce mixtura y no hay encuentro entre clases sociales. También se da segregación escolar por rendimiento académico, capacidades, etc. Eso es una de las cosas que en Chile hemos intentado combatir a través de la Ley de Inclusión. La segregación por rendimiento académico por la vía de la selección de los estudiantes es un fenómeno propiamente chileno. En países con fuerte educación pública y sistema educativo valorado por la sociedad, el fenómeno de la segregación académica se da menos. Me temo que terminemos con un sistema educativo altamente segregado según nacionalidades, también. Porque el fenómeno de la migración se ha exacerbado en los últimos cuatro años.

Este es un fenómeno que se vive en España. Hay escuelas públicas con alta población de alumnado migrante, mientras que en centro privados o de barrios más enriquecidos el porcentaje de alumnos extranjeros es muy bajo.

Aquí estamos iniciando este camino y observo que se está reproduciendo esa tendencia a la segregación por migración. Esto hace pensar ¿por qué no aprendemos de otras experiencias para evitar que se profundice la segregación?

En sociedades racistas, ¿cómo se trabaja desde la escuela para superar para eso?

La escuela inclusiva debiera ser una escuela no sexista, no racista, no discapacitante y no clasista. Por eso es una aspiración, es un ideal, un proceso largo. Son visiones que se ponen de moda. Son conceptos que están tan cargados de valores que empiezan a aparecer en todos los discursos.

En una de sus editoriales en la Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva habla precisamente de esto y dice que el concepto se utiliza tanto que se le ha vaciado de significado.

Exacto. Los hemos usado tanto que está gastado y pierde sentido. Creemos que una escuela que recibe a migrantes ya es inclusiva. Y eso no necesariamente es así, habría que ver la pluralidad, la política de convivencia y sus reglamentos, etc.

En América Latina existe todavía debate en torno a las escuelas especiales para los niños que conviven con alguna discapacidad. Se las defiende con argumentos como que ofrecen más atención a sus alumnos, por ejemplo. Sin embargo, autores como el australiano Roger Slee dicen que los niños que van en escuelas segregadas tendrán más dificultades a la hora de ingresar al instituto o encontrar un trabajo.

Tengo la convicción de eso, coincido plenamente con Slee. Sin embargo, hay un debate fuerte sobre los jóvenes que tienen una discapacidad muy severa. ¿Qué hacer si en el sistema común no tienen las mejores condiciones para tener la atención no sólo educativa, sino también vinculada a la salud? En esos casos, sí creo que es mejor que estén en escuelas especiales. Pero es una población muy específica y minoritaria. Los estudiantes que han hecho todo su proceso educativo en escuelas especiales tienen muchos menos recursos personales y habilidades para insertarse en la vida cotidiana e interactuar en la sociedad. Si no se interactúa con el otro, no se le conoce, no hay contacto, entonces no se produce el cambio cultural hacia la integración.

¿Qué desafíos enfrentan hoy los profesionales que trabajan en escuelas inclusivas?

Los mayores desafíos tienen que ver con los valores y las actitudes de los adultos. La inclusión implica un cambio actitudinal de los profesores que tiene que ver con cómo interpretan su rol y cómo se disponen a entender al grupo. Eso no es nada fácil. El cambio de actitud tiene que ver con la atención, el tiempo, la dedicación que los profesores otorgan a conocer a sus estudiantes. Dar respuesta a la multiplicidad de necesidades y demandas es muy complejo. Tienen que tratar de mirar a todos los estudiantes, pero en su individualidad. Implica deconstruirse, por eso es tan difícil. Los profesores pueden hacer los mejores esfuerzos y tener su intención, pero les juegan en contra las concepciones previas (las presiones internas) y las presiones externas (conseguir mejores resultados, evaluaciones de su trabajo, etc.). Siempre miramos la mayoría y los extremos.

¿Qué buenas prácticas hay en la región?

Los mayores avances están en los cambios en las legislaciones que la mayoría de los países en sus leyes de educación están empujando. Hay mucha más consciencia y compromiso que se traducen en legislaciones y políticas orientadas a mejorar la calidad, sobretodo en las últimas dos o tres décadas. Estamos hablando de países pobres, que les faltan recursos, pero a pesar de esto las políticas se orientan en una dirección correcta. Hay muchas experiencias notables en todos los países, incluso en regiones concretas de estos, donde se ven avances más sostenidos. El concepto y la visión de educación inclusiva ha ido permeando los sistemas en América Latina, donde los países tienen claro que la inclusión es una vía para combatir las desigualdades.

¿Nos hemos hechos cargo de los beneficios que la inclusión tiene para el conjunto, más allá de los beneficiarios directos?

Ahí nos falta mucho, pero ese es el gran desafío. Siempre se considera un beneficio para las minorías. Pasa lo mismo, por ejemplo, con el movimiento feminista: la equidad de género se ve como un beneficio para las mujeres, no para toda la sociedad. La mayoría de los hombres no le ven las ventajas que tiene para ellos como individuos de la sociedad. Nos cuesta ver el beneficio que como sociedad podemos obtener. También nos pasa lo mismo con la migración. Nos preocupamos de ver los efectos en los que viven en la desventaja, pero para los otros también las hay. Una línea de investigación nueva debiera abordar las consecuencias o efectos de la segregación para quienes detentan el poder.

“Hay quienes piensan que la justicia tiene que ver con el mérito”

Poniendo atención en el contexto de chileno, la ministra de Educación, Marcela Cubillos, quiere sustituir la Ley de Inclusión por un proyecto que bautizó como “Admisión Justa”, que devuelve a los colegios la opción de seleccionar su alumnado. Su propuesta se rechazó en el Congreso, por ahora. ¿Qué opina?

Desde 2009 con la Ley General de Educación se prohibió selección hasta 6º básico [11 años], pero estaba tan establecida como mecanismo propio y tan instalada en la cultura que a pesar de que la Ley lo prohibía, las escuelas seguían seleccionando. Además, estaba permitida en la enseñanza media para el acceso a la escuela. Eso contribuía a generar desigualdad y segregación, que se traducía en exclusión por los antecedentes socioeconómicos y culturales de familia, el rendimiento académico, las pruebas que se aplicaban a estudiantes para saber su nivel de competencias, las observaciones de interacciones con otros niños para conocer conductas, comportamientos… Eran mecanismos instalados en muchos colegios de Chile, no sólo en el sistema privado.

¿La Ley de Inclusión, que entró en vigor en 2016, lo corrigió?

Sí, corrige ese mecanismo perverso. La educación inclusiva también se concreta en un acceso igualitario para todas las personas a la educación y a la libertad de las familias de elegir el colegio y la educación que quieren para sus hijos. Lo que ocurría en Chile era que la escuela elegía a los estudiantes y no las familias. Eso se prohibió y se acabó la selección como recurso para la discriminación arbitraria. Por ejemplo, discriminar en algunos centros a hijos de padres separados, o a niños no bautizados. Eso se prohibió con la esperanza de que, si se eliminaba la selección, se produjera más mixtura de forma natural. Se sustituyó la selección por un sistema aleatorio y centralizado en el que las familias pueden elegir a través de un sistema online de postulación y que distribuye a los estudiantes según sus preferencias, sin mirar ningún antecedente previo. Pero con la llegada de un gobierno de orientación ideológica neoliberal y de derecha ahora se pretende reponer la selección bajo el fundamento de la meritocracia.

Así lo explicita el nombre del proyecto “Admisión Justa”.

Hay un sector que realmente piensa que la justicia tiene que ver con el mérito. Creen que aquellos, que tienen más talento o más capacidades, tienen que ir a los mejores colegios. Ahora, la pregunta de vuelta es: ¿Estos colegios obtienen mejores resultados porque son de alta calidad o porque seleccionan, descreman y educan a los mejores? Sin embargo, la propuesta de la ministra fue votada en contra y creo que el Parlamento estuvo a la altura en eso. Fue una señal de que algo está cambiando en Chile y no es tan fácil echar pie atrás a ciertos avances que han sido conquistados y que han sido reivindicaciones del movimiento estudiantil.

¿Qué otros países tienen o han tenido mecanismos selectivos de ese tipo?

Los hay en la mayoría de los países. Segregación escolar por las condiciones económicas hay en todos los países latinoamericanos en niveles altos, y ha ido aumentando con la desigualdad. Pero si lo miramos desde el punto de vista de la discapacidad, se han hecho esfuerzos muy importantes en todos los países de la región. Se han hecho planes y políticas, y se han desincentivado y han disminuido las escuelas especiales. Hay un alto porcentaje de escuelas regulares que abren las puertas a la discapacidad, pero los estudios muestran que esa proporción de estudiantes que ingresan a las escuelas regulares, luego encuentran la segregación dentro de las propias escuelas.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/05/27/la-escuela-inclusiva-debiera-ser-una-escuela-no-sexista-no-racista-no-discapacitante-y-no-clasista/

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Entrevista al poeta venezolano Joel Linares Moreno «En estos momentos de acoso hegemónico son imprescindibles tanto la poesía como el arte en general»

M.H.: A pesar de la difícil situación que vive Venezuela en este momento, también se da un lugar para el arte, hoy tenemos invitado en nuestros estudios a un poeta venezolano, Joel Linares Moreno, del Foro itinerante de participación popular, que nos visita en la ciudad de Buenos Aires y a partir del sábado irá a la provincia de Mendoza, como parte de un Festival internacional de poesía. ¿De qué se trata este festival de poesía?J.L.M.: El festival “Va Poesía” ya está en su séptima edición, es un festival que como su nombre lo indica, va donde otros no van. Un festival que no está destinado a las salas, sino a las realidades y a los movimientos que hacen acción y vida en los territorios de la Argentina profunda. Que es como el compañero Ricardo Rojas Ayala, que es el director, y Marta Miranda, la otra compañera dentro del tren ejecutivo del festival, han venido definiendo en cuanto a todo lo que tiene que ver con las acciones del mismo. Es un festival que se dedica a ir a las villas, en el caso concreto de Buenos Aires, a los centros de detención de menores, a los espacios de formación y alfabetización como los Paebyt, movimientos de mujeres, de personas en situación de calle. Trabaja de esa forma, está dedicado a trabajar y llevar la poesía a los espacios más pauperizados y a las poblaciones más excluidas de la Argentina.

M.H.: ¿Es posible hacer poesía en un contexto como el que vive Venezuela?

J.L.M.: Roque Dalton, el poeta salvadoreño, decía que todo artista que se precie de serlo, debe comprometerse con la construcción cultural más grande de su época. Comprometerse con ella o contra ella. En el caso concreto de este momento histórico, la revolución bolivariana y la revolución popular en general de América Latina, es la construcción cultural más grande de este tiempo histórico. Todo aquel que se precie como artista debe comprometerse con ella o contra ella.

En el caso concreto de nosotros como poetas que planteamos como proyecto de vida la revolución bolivariana, con un imaginario, con una estética y con una plataforma de la imaginación como discurso, creemos que es necesaria e imprescindible la palabra poética. La poesía camina todos los días por la calle, los poetas deben tratar de codificar esa realidad y transformarla en palabra.

Entonces, no solo es posible, son imprescindibles tanto la poesía como el arte en general en estos momentos de acoso hegemónico. De hecho, necesitamos construir una nueva hegemonía cultural y la única manera de hacerlo es que aquellos que tienen el oficio de convertir las realidades en códigos artísticos se comprometan con esos procesos.

M.H.: ¿Qué lugar ocupa la poesía en el arte popular venezolano?

J.L.M.: De hecho venimos intentando trascender la definición que separa las Bellas Artes y el Arte Popular. El arte es arte. Y el arte es cotidianeidad, es el ejercicio cotidiano de la acción humana. Intentando trascender eso, la poesía como oficio y no como esencia transversalizadora de las artes, sino como oficio, ocupa un lugar bien importante. Lo único es que por tradición los poetas venezolanos no se leen mucho afuera, tenemos una tradición muy vasta de escritores venezolanos muy interesante pero no se han leído afuera, apenas algunos grandes como Gustavo Pereira, de los que están vivos, de los que recientemente nos dejaron, Ramón Palomares, Juan Calzadilla, Rojas Guardia, Rafael Cadenas. Pero de la nueva camada, de las nuevas generaciones fuera del país no se escucha mucho.

Y es que el bloqueo impacta todas las esferas de la vida, en el caso concreto de la literatura no tenemos posibilidad en este momento de importar papel, por ejemplo, ni tinta ni repuestos para las imprentas. Hoy en día editar en Venezuela es una acción heroica.

M.H.: Pensar que años atrás iba a la Feria del libro, al stand de Venezuela y me llevaba de a diez libros que tenían un costo muy bajo.

J.L.M.: El Presidente Chávez era muchísimas cosas, una de ellas un promotor de la lectura impresionante, nosotros tuvimos una Misión que se llamó Dulcinea, en la que se entregaron en las plazas un millón de copias de El Quijote y se entregaron más de 200 bibliotecas populares donde estaban los grandes textos de la humanidad. Se entregó casi un millón de copias de Los Miserables de Víctor Hugo. Existía una política de reproducción y publicaciones muy profunda. De hecho el Plan Revolucionario de Lectura permitió la edición de un libro por día desde las editoriales nacionales.

Desde el 2015, cuando la nefasta Orden ejecutiva de Obama comenzó a generarse, la posibilidad de hacer publicaciones comenzó a espesarse. Y eso que decían, y que todavía lo mantienen los dirigentes de la oposición venezolana, que esas medidas coercitivas, unilaterales, que ellos les dicen sanciones, estaban dirigidos directamente a los jerarcas del gobierno y no a afectar al pueblo venezolano, hoy lo vemos claro, no solo afecta a la salud, a la educación, sino a todas las esferas de la vida y en el caso concreto de las artes y particularmente la literatura, las ediciones de libros se han visto limitadas completamente.

Todo el avance que se había logrado en la política nacional de la distribución masiva de libros, para un pueblo que había superado el analfabetismo con la Misión Robinson se pierde, sin embargo, la gente sigue leyendo, la gente sigue buscando libros usados, tratando de seguir de alguna manera con ese proceso de lectura, así sea produciendo ediciones cartoneras. Se sigue produciendo, la poesía sigue. Así como la vida aparece donde sea y en cualquier edificio viejo, lleno de concreto puede aparecer una flor en la pared y crece y se reproduce; así también la poesía como esencia fundamental y esencia transversalizadora de las artes, va a aparecer en cualquier lado y de la forma que sea. En ese sentido la gente también va a seguir haciendo cosas, va a seguir buscando la forma de materializarlo.

M.H.: Te pido si nos podés regalar una de tus poesías para el final.

J.L.M.: Voy a leerles un poema que está basado en el sarcasmo y es resultado del momento en que se perdió el referéndum en Bolivia, habíamos perdido las elecciones legislativas en Venezuela, se veía que se iba a perder el gobierno en Argentina. Esa serie de retrocesos de la izquierda latinoamericana, porque tenemos que entender que las revoluciones no las hacen los gobiernos, las hacen los pueblos, desde ahí tenemos que ir generando otros procesos que superen esa realidad.

Se llama “Solicitud de tu amigo secreto. O de cómo perder un proceso humanizador”

Fuente de la Información: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=258308

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Cómo cambiar el sistema educativo para transformar el mundo

Por: Pilar Jericó. 

Claudio Naranjo, impulsor del eneagrama de la personalidad, propone un nuevo modelo formativo para producir mentes despiertas

Educar en libertad requiere romper esquemas y creencias tradicionales

“Si queremos mejorar nuestra sociedad, necesitamos personas más completas. Eso es algo que solo conseguiremos si cambiamos la educación”, reconoce el chileno Claudio Naranjo, de 87 años, exprofesor de la Universidad de Berkeley, psiquiatra, escritor prolijo y, posiblemente, uno de los grandes sabios sobre el conocimiento del ser humano. Hace décadas que inició una cruzada para conseguir que la educación sea más humanista y permita el desarrollo integral del ser humano. Ese propósito lo desarrolla a través de una formación en el autoconocimiento por la que han pasado en las últimas décadas más de 100.000 personas en 10 países. Su pasión se centra en impulsar la transformación del sistema educativo y pasar del modelo actual, patriarcal y jerárquico, en el que prima todo lo relacionado con lo intelectual, a otro sistema integral que fomente el humanismo. Pero todavía queda mucho camino por recorrer.

En la educación actual, los niños y los jóvenes son tratados como meros espectadores que deben ceñirse a unos estándares. En contadas ocasiones se les ofrece la posibilidad de descubrir todo su potencial. Naranjo lo evidencia con una metáfora: “La educación se parece más a la jardinería que a la carpintería”. En su opinión, mientras un carpintero sigue un plano preestablecido y no se sale del mismo, el jardinero se enfrenta al misterio. Desconoce cuál va a ser el resultado final de su trabajo y deja los espacios de libertad al ser que acompaña y ayuda. Cuando se educa en libertad se producen mentes despiertas, creativas, que no viven a medias y que no van al colegio solo a aprobar un examen o a cumplir un mero trámite. Pero para dar ese paso se requiere tomar decisiones importantes y valientes que dependen de cada uno de nosotros. Veamos algunas de las que propone nuestro experto.

1. Educar a los educadores: Naranjo no se refiere a la formación en conocimientos técnicos como las matemáticas o las lenguas, sino a aspectos más profundos. Para ello propone que los profesores se adentren en el mundo del desarrollo personal. Que vivan su propio proceso de transformación, aunque enseñen asignaturas de ciencias puras. Es difícil ayudar a alguien a aceptar el error, a superar sus conflictos o a no etiquetar a la primera de cambio si no trabaja primero sus propias dificultades. Por eso, no es de extrañar que Naranjo creara el programa SAT (ser y verdad en sánscrito), formación que imparte a través de su fundación. En ella utiliza diferentes herramientas. Una de ellas es el eneagrama, de la que Claudio es el mayor estudioso e impulsor mundial. Se trata de uno de los mapas humanos más minuciosos. Gracias al eneagrama es posible clasificar la personalidad en nueve tipos con sus subtipos correspondientes.

 

2. Integrar los tres cerebros en la educación. Somos algo más que intelecto, sin embargo, la mayoría de los sistemas educativos se centran en esa parte. Naranjo propone incluir una vertiente espiritual que nada tiene que ver con la religiosidad, sino con las emociones y el instinto, que ha sido profundamente penalizado, cuando lo más apropiado sería darle su espacio, aliarnos con él. Cuando conseguimos hacerlo, alcanzamos niveles mayores de energía que nos ayudan a comprendernos de una manera más completa.

3. Educar en el humanismo. En un mundo tan tecnológico como el actual es más importante que nunca regresar a aspectos esencialmente humanos, como el cultivo de la paz interior, la generosidad o el amor por uno mismo. Solo así podemos querer a los demás. La sociedad pone el foco en superar exámenes y en adquirir conocimientos del mundo exterior, pero no en aprender a aceptar nuestras sombras. Como resume Naranjo: “¿Cuánta vida perdemos metiéndonos en la cabeza cosas que no sirven para nada?”.

4. Eliminar la sobreprotección. El exceso de perfeccionismo nos ha llevado a generar un sinfín de normas sobre cómo deberían ser nuestros hijos o alumnos. Muchas veces las aplicamos inconscientemente. El modelo educativo que propone Naranjo se basa en reconocer a los niños como personas independientemente de su edad, con derecho a opinar y a expresar aquello que sienten. Eso les ayuda a descubrir su potencial sin estereotipos impuestos.

5. Foco en la comunidad. La educación es más amplia que aprender conceptos en una escuela. Es el trabajo de la sociedad en su conjunto, donde todos actuamos y somos responsables de una u otra forma. La labor de impulsar un cambio en la educación que sirva para transformar el mundo depende de cada uno de nosotros.

En definitiva, educar en libertad requiere romper esquemas y creencias tradicionales sobre los niños y jóvenes, pero también sobre la educación en sí misma. El paso a la transformación comienza en educadores, padres, maestros y la sociedad en su conjunto, que debe asumir el desafío y comenzar un crecimiento interior. Esta es la propuesta de Naranjo, una persona muy querida y reconocida que contribuye desde hace décadas a que este mundo sea un poco mejor.

Fuente de la entrevista: https://elpais.com/elpais/2019/07/07/laboratorio_de_felicidad/1562533562_516197.html
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Los consejos de un gurú de la computación mundial para aplicar en la escuela

Irán / 14 de julio de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Semana

En el mundo actual, es casi una exigencia que los jóvenes aprendan a crear apps, páginas web y programas computacionales desde temprano en el colegio. Entrevista con Hadi Partovi, CEO de Code.org.

Pocas personas conocen Silicon Valley tan bien como Hadi Partovi. Fue gerente general de Microsoft, vicepresidente de MySpace, fundó iLike, una red social para compartir música, y ha sido consejero de Facebook y Dropbox. Por eso entiende como pocos la relevancia de que los niños aprendan computación desde pequeños.

Hijo de una familia de recursos limitados que se mudó de Irán a Estados Unidos cuando tenía 12 años, considera que aprender programación le cambió la vida. Por eso se dedica a promover el pensamiento computacional en los colegios desde la ONG que fundó en 2013, Code.org. 

Ahora esta organización ofrece cursos de programación gratuitos a más de 36 millones de estudiantes en todo el mundo y es el principal referente en la promoción de la educación computacional en el mundo. En Colombia, cerca de 220.000 jóvenes aprenden código desde sus casas con ellos, y este año, en asociación con Computadores para Educar, lanzaron un piloto para llevar su modelo a 18 colegios oficiales de Popayán.

SEMANA Educación: ¿Por qué es importante que los colegios enseñen ciencias de la computación?

Hadi Partovi: En este siglo todos tenemos computadores o smartphones, y todos estamos usándolos en nuestras vidas, pero la mayoría de la gente no sabe cómo crear la tecnología. Para los niños usarla es muy fácil, ellos casi que nacen sabiendo hacerlo. Pero aprender cómo crearla es como un súper poder. Todos los problemas del mundo, económicos, medioambientales, políticos, etc. los podemos resolver con la tecnología y para darle las mejores oportunidad a todos los niños y jóvenes debemos enseñarles, no solo a usarla, sino a crearla. Por eso el currículo debe cambiar, porque las escuelas en todo el mundo han enseñado casi lo mismo por 300 años. Las matemáticas, la lectura, las ciencias son importantes, pero hoy en día también lo es la computación.

S.E.: Usted habla mucho de que la tecnología es un vehículo para promover la creatividad…

H.P.: Para mí ese es el cambio más importante de enseñar esto. En el futuro, todos los trabajos repetitivos se van a automatizar y solo sobrevivirán los trabajos más creativos. Pero la mayoría de escuelas no enseñan creatividad. Por ejemplo, tengo una hija que está aprendiendo multiplicación y la ponen a resolver varias multiplicaciones al día. Ella se sienta a hacerlas, pero luego -cuando quiere corroborar si están bien- solo tiene que gritar: “Alexa (el asistente virtual de Amazon), ¿cuánto es 1200 x 4?” y la máquina le responde. Y luego me pregunta a mí: «¿por qué estoy haciendo esto, si Alexa lo puede hacer?» Aprender multiplicación ya no es necesario. Es importante entender qué es, pero no hacer 100 operaciones cada día. Por el contrario, las ciencias de la computación es de lo que más promueve el pensamiento creativo y la resolución de problemas.

S.E.: ¿Y a qué edad se debería empezar a aprender programación?

H.P.: Depende. A los seis años puede que no aprendan a crear apps, pero puede aprender mediante juegos a resolver problemas, a entender la lógica del pensamiento computacional, a cuidar mejor su información cuando están online. Ahora, cuando tienen 10 años, ya pueden crear videojuego o páginas web. El aprendizaje de ellos es rapidísimo, mucho más de lo que los adultos piensan. Los menores viven hoy en una realidad digital y les encanta aprender del tema.

S.E.: ¿Cuáles son las principales barreras que encuentran a la hora de promover el aprendizaje de programación en los colegios?

H.P.: El primer obstáculo y el más grande es mental. Algunos adultos creen que eso es muy difícil para un niño, que deben enseñarlo después. En realidad, los niños de seis años pueden empezar a verlo. Otro creen que solo le sirve al 2% de niños que quieren ser programadores, cuando en realidad eso le sirve a todos los estudiantes, no importa qué profesión escojan. El segundo obstáculo es la disponibilidad de Internet y computadores en las escuelas y, tercero, la preparación de docentes.

S.E.: ¿Qué tantos países están enseñando programación es las escuelas?

H.P.: Hay 30 países que cambiaron su política o tienen planes para expandir las ciencias de la computación en su currículo. Los países que han hecho más en América Latina son Chile y Argentina. En este último la política de educación cambió el año pasado y ahora dice que todos los estudiantes deben aprender código. Es una política muy agresiva. Y en Chile el Ministerio de Educación preparó a cerca de 3.000 docentes para que les enseñen programación a 300.000 estudiantes.

S.E.: ¿Cómo funcionan los cursos de Code.org?

H.P.: Nuestro currículo es open source. Nosotros creamos la plataforma y los cursos gratis y las escuelas pueden elegir cómo implementarlo. Primero, la escuela debe elegir quién va a enseñar los cursos. Cada docente puede aprender, pero generalmente necesita una capacitación de unos dos días para un docente de primaria y una semana para los de bachillerato. Después de eso, puede enseñar ciencias de la computación avanzada, incluso si no tienen nada de experiencia en el tema. Lo segundo es que la escuela determine cuántas horas cada día le deja a los estudiantes para aprender en nuestra plataforma. En los cursos de menor edad es más fácil porque los niños pequeños necesitan tiempo para jugar, y la programación se puede enseñar como un juego. En las edades más grandes es una cuestión de cambiar las clases de tecnología, que ya reciben, donde solo les enseñan a usar la tecnología, para que aprendan también cómo crearla.

S.E.: ¿Todo su material de está disponible en línea?

H.P.: Sí, nuestros cursos son completamente gratis.

S.E.: ¿Y cómo se financia entonces?

H.P.: Esa es la peor parte. A nosotros las grandes empresas del sector (Microsoft, Amazon, Facebook, entre otras) nos donaron dinero. Pero cada año me toca pedir más, es terrible (risas).

S.E.: ¿Un padre interesado en enseñarle pensamiento computacional a sus hijos puede usar las herramienta de Code.rog?

H.P.: El primer consejo es que debería decirle a su escuela que le enseñen programación a sus hijos, porque así puede impactar no solo a su grupo familiar sino a toda la comunidad. Pero sí, también hay muchos niños que usan Code.org desde su casa. Casi un tercio de nuestros estudiantes son aprendices independientes. Muchos padres nos dicen que sus hijos no quieren salir un sábado en la noche porque quieren quedarse en casa y programar.

Fuente de la Entrevista:

https://www.semana.com/educacion/articulo/entrevista-con-hadi-partovi-ceo-de-code-org/622656

ove/mahv

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El último Nobel de Educación: «Un gran maestro debe creer siempre en el potencial de sus estudiantes»

Kenia / 14 de julio de 2019 / Autor: Maximiliano Fernández / Fuente: Infobae

El keniata Peter Tabichi, ganador del Global Teacher Prize, está de visita en Buenos Aires. En una entrevista con Infobae, contó su experiencia como docente en una escuela de extrema pobreza. «Ahí es donde se puede hacer una diferencia más grande», remarcó
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Marilú Martens: “La sociedad debe valorar más a los docentes” [ENTREVISTA]

Perú / 14 de julio de 2019 / Autor: Joaquín Rey / Fuente: Perú21

Exministra de Educación reflexiona sobre el rol de los profesores en el desarrollo del país en el Día del Maestro.

 

 

Fuente de la Entrevista:

https://peru21.pe/politica/marilu-martens-sociedad-debe-valorar-docentes-entrevista-488698

ove/mahv

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“Frente a las nuevas tecnologías, la escuela puede dejar de existir”: Mariano Narodowski

Argentina / 14 de julio de 2019  / Autor: Redacción / Fuente: El Economista

Entrevista a Mariano Narodowski Profesor de la UTDT y cofundador del proyecto Pansophia

 

Mariano Narodowski es pedagogo e investigador, actual profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella y cofundador del proyecto Pansophia, un colectivo de pensamiento e investigación global sobre los procesos de disrupción educativa. En una charla con El Economista, el ex ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires (2007-2009), reflexiona sobre el impacto educativo de la revolución digital y plantea los viejos y nuevos desafíos de la educación argentina.

 

¿Qué busca el proyecto Pansophia?

 

Básicamente tratamos de entender hacia dónde va la educación. Por lo pronto, entendemos que la escuela es un medio formidable de transmisión de conocimiento, pero en la historia de la humanidad no fue el único ni el más importante. Frente a las nuevas tecnologías planteamos incluso que las escuelas puedan directamente dejar de existir o desaparecer tal como las conocemos actualmente.

 

¿Estamos frente a un futuro sin escuelas entonces?

La escuela es una tecnología muy reciente en la historia de la humanidad, surgió en el Siglo XVII y se generalizó en el Siglo XIV. La escuela nunca fue un fin en sí mismo, fue un medio para el ideal pansófico: el saber debe ser para todos los seres humanos. Esto implica que no hay propiedad privada sobre el conocimiento. Y frente a las nuevas tecnologías, nos preguntamos cuáles son los desafíos para mantener este ideal. Entendemos que con escuela o sin escuela este concepto pansophiano no es negociable.

 

¿Podemos esperar un mejor escenario educativo?

 

No sabemos si el nuevo escenario educativo va a ser necesariamente mejor o peor que el actual. Lo importante es mirar del otro lado del muro y espiar qué está pasando con el futuro de la educación. Las nuevas tecnologías cuestionan el saber escolar. Por ejemplo, Internet es una red horizontal mientras que la escuela es una institución asimétrica y vertical. Entonces existen muchas situaciones en donde el viejo orden escolar, se desacopla del nuevo orden digital. Esto genera una desconfianza hacia la escuela y una mirada a favor de las nuevas tecnologías.

 

No alcanza con introducir las nuevas tecnologías en la vieja escuela…

 

La idea de introducir nuevas tecnologías en la escuela por ahora ha fracasado. Esto nos lleva a pensar hasta dónde la tecnología escolar resiste otras tecnologías. A principio del nuevo siglo, los gurúes de la educación afirmaban que cada niño iba a tener su computadora, conectada a Internet y que esto iba a cambiar totalmente la educación. Esto no ha sucedido. De todas maneras, hay algunas situaciones en el mundo escolar que están cambiando el paisaje.

 

¿Qué ejemplos dan pistas de este nuevo paisaje?

 

Por ejemplo, evaluaciones estandarizadas por computadora que se hacen en tiempo real, alumnos que interactúan con plataformas interactivas y no con sus docentes, escuelas en Shanghai en las que los alumnos llevan dispositivos de reconocimiento facial para que los docentes sepan si están atendiendo o si están aburridos y poder actuar en consecuencia. Muchas cosas que aparecen en las series de ciencia ficción ya están ocurriendo. Y hay que estar alertas frente a estas situaciones.

¿Existe algún proyecto ligado directamente a la desaparición de las escuelas tal como las conocemos?

 

El proyecto COOL (Communities of Online Learning) de Nueva Zelanda permite que las familias decidan desde un principio si van a mandar a sus hijos a una escuela analógica – la de siempre- o si los chicos van a tener una educación digital desde el jardín de infantes hasta el último año de la escuela secundaria. Es muy novedoso porque el sistema educativo, con financiamiento estatal, permite a las familias elegir entre escolarizar a sus hijos o no escolarizarlos.

 

¿Estas nuevas tendencias están en camino de generalizarse?

 

Claramente estamos en la puerta de un proceso de transición. Pero no es una discusión quimérica, es una realidad que empieza a estar muy presente. El director de Ingeniería de Google, Raymond Kurzweil, es un transhumanista que plantea que para el año 2035, Google va a tener a disposición un nanobot que insertado en la corteza cerebral permitirá bajar los contenidos de la nube al cerebro sin necesidad de una interfaz física. Esto lo dice un científico que ocupa un cargo corporativo y que tiene un presupuesto muy importante para desarrollarlo. Y plantea la posibilidad de que vamos a aprender de otra manera. El mayor peligro es que esto no sólo pone en riesgo la existencia o no de las escuelas sino también el propio ideal pansophico: una corporación va a delimitar el universo de lo cognoscible.

 

«Entendemos que la escuela es un medio formidable de transmisión de conocimiento, pero en la historia de la humanidad no fue el único ni el más importante»

 

A pesar de este riesgo, ¿cree que la revolución digital genera impactos positivos?

 

Sí, las nuevas tecnologías son una gran oportunidad, siempre y cuando podamos regularlas para que no haya, por ejemplo, customización en los resultados de los buscadores. Creo que son una oportunidad única para poder generar nuevas experiencias educacionales porque las tecnologías digitales rompen los conceptos de tiempo y espacio. En los años ‘70,  el pedagogo austro mexicano Iván Illich planteaba la necesidad de desescolarizar para democratizar la educación por medio de la reunión voluntaria de personas que quisieran aprender y enseñar. En aquel momento era físicamente imposible llevarlo a cabo pero hoy ya es algo habitual. Si uno quiere aprender algo recurre a tutoriales o cursos online.

 

¿Dónde está parada la educación argentina en todo este proceso de cambio?

 

Argentina tiene por delante los problemas de lo viejo y los desafíos de lo que está por venir.  Estamos atrasados y ni siquiera nos ponemos a pensar en lo que viene. Es necesario que todos los sectores sociales puedan consensuar un proyecto educativo de mínima para los próximos diez años, con metas claras, medibles, y que se pueda adaptar y corregir en el tiempo. Es necesario avanzar y salir de esta situación de empantanamiento en la que estamos.

 

«A principio del nuevo siglo, los gurúes de la educación afirmaban que cada niño iba a tener su computadora, conectada a Internet y que esto iba a cambiar totalmente la educación, pero eso no ha sucedido»

 

¿Cuál es el mayor desafío para avanzar?

 

La educación en Argentina está colapsada. Los indicadores en comparación con los otros países de la región son negativos y lo que aún es más grave: no hay un proyecto educativo en marcha. Yo sostengo que a la clase dirigente argentina parece no interesarle la educación. Y no me refiero sólo a la política sino a los empresarios, los sindicalistas, las religiones, los universitarios y los medios…no hay un interés genuino.

 

¿Qué debería tener en cuenta este nuevo proyecto educativo?

 

Yo opino que hay que discutir dos cuestiones claves. Primero, es inadmisible que provincias -como Formosa, por ejemplo- tengan un gasto por alumno tres o cuatro veces menor que otras. Y el otro gran problema es que sin contar la actualización inflacionaria, el único aumento salarial de los docentes es por antigüedad. Creo que es necesario cambiar las reglas de juego para premiar la innovación, el compromiso social, la formación, la capacitación…

 

¿Cómo encarar el futuro de la educación en un contexto de alta pobreza, donde muchos de los alumnos van a la escuela para poder tener una de las comidas del día?

 

Creo que es necesario un shock de equidad educativa. La idea de que la escuela tenga que alimentar o nutrir es válida. Hasta que no se modifique el modelo económico o de desarrollo que le permita a las familias dar de comer a sus hijos, los alumnos van a tener que comer en la escuela con una dieta financiada por el Estado. Y esa dieta debería ser la mejor dieta posible. De todas maneras, esta puede ser una condición básica de educabilidad pero lo importante es que no sea la única. Hay otras condiciones como la infraestructura escolar, el equipamiento, la carrera profesional docente o cuestiones que apunten a mejorar la enseñanza y el aprendizaje que no deben dejarse de lado.

 

«Si Argentina no tiene primero un proyecto de desarrollo económico serio y sustentable y mejoramos sólo la educación, lo único que vamos a generar es una mayor fuga de cerebros»

 

¿Cree que la mejora de la educación es un motor para el cambio?

 

En realidad, si Argentina no tiene primero un proyecto de desarrollo económico serio y sustentable y mejoramos sólo la educación, lo único que vamos a generar es una mayor fuga de cerebros. Hace falta hacer las dos cosas. Hay que mejorar el capital humano pero tiene que existir un contexto de desarrollo económico que lo pueda aprovechar.

 

Fuente de la Entrevista:

“Frente a las nuevas tecnologías, la escuela puede dejar de existir”

ove/mahv

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