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Darío Sztajnszrajber, el profe de filosofía que la rompe en Argentina

Argentina / 21 de octubre de 2018 / Autor: Karen Espíndola / Fuente: El Desconcierto

Darío se ha convertido en un fenómeno en el país trasandino logrando sacar del aula a la filosofía, llevándola a la radio, la televisión, ¡y a las calles!. Sus últimos libros son “¿Para qué sirve la filosofía? (2013) y “Filosofía en 11 frases” (2018). El 6 y 7 de noviembre estará en Chile y nos adelanta sus reflexiones y propuesta en una conversación con El Desconcierto.

“Yo diría que la filosofía en sí misma es un ejercicio de desnaturalización permanente, y en eso radica su fuerza y también su molestia”.

Es docente de filosofía de la Universidad de Buenos Aires y su apellido se pronuncia –según reza la biografía de su Twitter (@sztajnszrajber)– “Shtain-Shraiber”. Darío se ha convertido en un fenómeno en el país trasandino logrando sacar del aula a la filosofía, llevándola a la radio, la televisión, ¡y a las calles! Sus últimos libros son “¿Para qué sirve la filosofía? (2013) y “Filosofía en 11 frases” (2018). Este último, lleva 23 semanas entre los más vendidos de Argentina. Pero Sztajnszrajber no es solo un docente, escritor y comunicador innato. También ha sido un comprometido luchador por la emancipación de la mujer.

Y aunque tiene una pesada agenda recorriendo Argentina con sus charlas, se detuvo por un momento para contestar algunas de nuestras inquietudes sobre la filosofía, la religión, su posición frente al debate acerca del aborto y su próxima visita a Chile, en el mes de noviembre.

– Hace unos meses atrás, en Chile se puso en cuestión la enseñanza de la filosofía (idea que finalmente no prosperó). Por su parte, la enseñanza de educación cívica fue eliminada de la malla curricular obligatoria en 1998 y solo el 2019 volverá a ser obligatoria bajo el nombre de “Educación Ciudadana”. ¿Qué te parece esta situación? ¿Qué importancia le das a la enseñanza de la filosofía y la educación cívica en los colegios?

-Creo que todo intento de extirpar de la currícula la disciplina filosofía es una manera que tiene la educación de inmunizarse así misma de sus propias contradicciones, porque básicamente lo que la filosofía genera al interior de una currícula, casi como una voz de alerta socrática, es recordar que no estamos produciendo entidades subjetivas al servicio de un dispositivo gerentocrático sino que reviviendo la vieja paideia griega. Lo que estamos es formando seres conscientes de sus propias ambigüedades, de su propia contingencia, y sobre todo de la necesidad de construcción con otro. Obviamente la filosofía es un espacio anti disciplinario, que tiene que vérselas con las paradojas de promover pensamiento crítico en un marco normativo, pero que más allá de eso, siempre resultó una materia molesta porque de algún modo está provocando en los alumnos el cuestionamiento permanente de aquello que van vivenciando en su cotidianidad. Entonces, lo fácil en todo proceso de autoinmunidad, es sacarse de sí mismo lo que uno considera elementos nocivos, pero sabemos como muchas veces termina la autoinmunidad, generando esta especie de manías de seguridad o de obsesión de defensa contra sí misma que muchas veces termina autodestruyéndose.

-Ligado al tema educativo, un científico y escritor que he seguido últimamente, Richard Dawkins, afirma que el adoctrinamiento religioso infantil debiera ser considerado una especie de abuso infantil. ¿Qué opinas?

-Yo creo que el abuso del que habla Dawkins es igualmente pensable para todo abordaje dogmático de cualquier disciplina. Yo creo que el adoctrinamiento religioso, que se encierra en su concepción metafísica como única verdad, obviamente tiene un profundo rasgo antidemocrático. Pero te soy sincero, me hace más ruido cuando el pensamiento supuestamente crítico o ateo en el caso religioso, termina siendo más religioso que el religioso, haciendo del lema ateo, un dogma. Yo creo que el problema no es la religión sino el dogmatismo y creo que en ese sentido si uno liberase lo religioso de sus dogmas, se encontraría con textos, reflexiones y preguntas fascinantes. De hecho, gran parte de la filosofía o incluso de la ciencia, y ni hablar de la política, permanentemente están secularizando y resignificando motivos religiosos. Entonces, como decía Nietzsche, el problema con la muerte de dios no es dios sino la verdad, de la cual dios es solo una imagen más. Habremos matado a dios –dice Nietzsche en La Gaya Ciencia– pero aún seguimos adorando sus sombras, y a veces esas sombras son las que construyen estas prisiones en las que estamos encerrados. O tal vez dios sea siempre una sombra de la que uno cree que no puede salir.

Digo, en conclusión, es evidente el dogma religioso, y estamos todos del otro lado junto a Dawkins, combatiéndolo, pero también está buenísimo que nos peleemos contra todo dogma, incluso contra aquellos que a nombre del dogma cuestionan el dogma religioso, porque terminan reproduciendo –en el fondo– lo mismo que quieren combatir.

– ¿Crees que en la actualidad es necesaria la idea de un dios?

-A mí me parece claro el esquema. O sea, retomando la pregunta anterior, incluso te diría que el problema es “La Verdad” –con mayúscula– más que con qué contenido rellenamos ese dispositivo de producción de lo verdadero. Y en ese sentido creo que tanto un creyente como un ateo están reproduciendo una metafísica, de manera soterrada, porque ambos en algún punto sostienen afirmaciones desde la verdad y a mí por lo menos me hace ruido eso: la posibilidad de acceder de modo tan taxativo a una verdad. Yo no podría firmar con tanta soltura que no hay algo más, del mismo modo que podría afirmar, con mucha soltura, que ninguna de las interpretaciones dogmáticas de las religiones institucionales a mí me convence, porque no me pueden dar una respuesta acerca de esa pregunta.

Por eso creo, de nuevo siguiendo a Nietzsche –y a Derrida también–, que no se trata de matar a Dios, sino que se trata de, una vez muerta la verdad, entender la metáfora de Dios en función de nuestras necesidades existenciales (por llamarlo de algún modo). Y entonces, sí creo que hay una necesidad siempre de la pregunta para cada época. Para mí, dios es apertura. Es la pregunta que irrumpe ante la conciencia de nuestras propias limitaciones. Que lo hayan llamado dios y lo hayan empezado a adorar es traicionar esa pregunta. Nadie ha traicionado más nuestra voluntad, nuestro deseo religioso, que la religión. Entonces, no me peleo con lo religioso, que no lo veo más que como el impulso permanente por trasgredir el límite; esa necesidad de siempre seguir preguntando y de no contentarte con lo que se te dice que se resuelve en el más acá.

Ahora, claramente las religiones institucionales son más un producto del más acá, porque justamente abandonan la pregunta por el más allá.

-¿Qué opinas del concepto “naturaleza humana”, usado muchas veces como un eufemismo para sugerir la idea de que los seres humanos son de una determinada manera (principalmente en cuanto a su sexualidad)?

-Claramente el concepto naturaleza humana es el que mejor plasma el nexo constitutivo que hay entre el poder y el saber, donde cualquier tipo de poder, en la medida en que logra postular su propio interés como algo propio de la naturaleza del ser humano, consigue de ese modo detener cualquier ejercicio de resistencia. Nadie va a pelearse ni hacerle la revolución a algo que se presenta como parte de la naturaleza de las cosas. Por eso los que abogamos por una filosofía de la deconstrucción, entendemos que no hay mejor manera de hacer una filosofía revolucionaria que deconstruyendo sobre lugares comunes donde se postulan rasgos naturales de cualquier cosa para justificar primacía. El caso de la sexualidad es el caso extremo, o el caso donde, por ahí, más cuesta verlo. Por eso, no es casual que a partir de Foucault se haya puesto tanto el acento en la deconstrucción de la identidad sexual. Porque uno puede ir entreviendo muchas construcciones culturales que luego se hacen pasar por naturales, pero en la sexualidad uno sigue creyendo que implica un rasgo orgánico, algo que viene con nosotros y todas esas características profundamente economicistas que tiene la sexualidad, y que justamente la sacan fuera de todo ese horizonte abierto, infinito de opciones que promueve lo sexual. Entonces, es una pelea deconstructiva diaria, ir todo el tiempo desnaturalizando. Yo diría que la filosofía en sí misma es un ejercicio de desnaturalización permanente, y en eso radica su fuerza y también su molestia.

-Argentina viene saliendo de un gran debate sobre el aborto (en Chile recién el año pasado se aprobó la despenalización del aborto bajo tres causales específicas). ¿Cómo viste el debate en general? ¿Qué fue lo que más te impactó (positiva y/o negativamente)?

-Mirá, por un lado, te diría que fue muy positivo el cómo se fueron estructurando las posiciones. La visibilización de la lucha de la mujer por su propia emancipación es un gran logro que el debate por la ley del aborto logró de algún modo representar o espejar. O sea, la derrota en la votación en el Senado no opaca la posibilidad de que el tema haya circulado y que entonces, siempre los que creemos en la educación, los que somos docentes, vamos a ponderar cuando en la opinión pública un tema puede ser debatido.

Después lo que tenés es obviamente posiciones muy pobres. Era muy difícil encontrar en aquellos que están en contra del aborto, postulaciones o justificaciones convincentes, profundas, desarrolladas. No sé si en todos los casos –hablaron 700 personas, distintos expertos– pero en la mayoría, las posiciones en contra del aborto no podían sino salirse de posturas muy simplistas, reduccionistas o profundamente metafísicas, que imposibilitaban cualquier tipo de cruce. Me parece que el hecho de que el debate haya circulado por todos lados, genera la necesidad de repensar estos temas en la agenda. O sea, cuando la agenda se corre un poco de lo que el poder –principalmente económico-mediático-político– impone como temas importantes, siempre es bienvenido, más allá de que después se haya o no aprobado. Obviamente los que estamos a favor de la ley, seguiremos trabajando año a año para que la ley finalmente se apruebe Y el dolor por esta derrota no opaca esta toma de conciencia social y la posibilidad de seguir dando esta lucha en los años venideros.

Sacando la filosofía fuera de las aulas

-¿Cómo surge la idea de realizar clases de filosofía para un público general que le interesa el tema, pero que no tienen mayores conocimientos o que no son estudiantes de filosofía? ¿Fue tu idea difundir las clases en Youtube?

-Lo que pasó fue que en Argentina hubo un proyecto muy específico, muy concreto, llamado “Canal Encuentro” que es una apuesta por parte de la gestión anterior a la de Macri, la de los gobiernos kirchneristas, por crear el canal de televisión del Ministerio de Educación y trabajar fuertemente en nuevos formatos audiovisuales que pudieran acercar y generar un acceso –sobre todo en principio– al público escolar de las temáticas tradicionales del saber, pero que, en términos de crisis áulica, no convocaban, no erotizaban, no producían transferencia. Antes que nada, Canal Encuentro fue una revolución pedagógica. Al día de hoy se siguen usando muchísimos de nuestros programas en las aulas. Entonces, ese fue el comienzo, que por ser un canal de televisión que estaba en la grilla, empezó a ser visto por gente más allá de la comunidad escolar. Y entonces nos fuimos dando cuenta que haber abierto el aula a un público masivo también rendió sus frutos en términos de convocatoria, de interés. Yo creo que es una gran reivindicación de la labor docente que, en general, nuestra sociedad la reduce a una cuestión institucional. A todo el mundo le encanta poder seguir trabajando su deseo de saber (de ahí viene la palabra filosofía) y en la medida en que vós les propongas formatos entretenidos, conmovedores, que cotidianicen las grandes temáticas epistémicas en la vida diaria y que uno se la puede apropiar como para pensar su propia existencia, siempre va a ser valorado.

Acá hubo una gran apuesta a renovar lo que podemos llamar, a grandes rasgos, la televisión cultural y educativa que siempre se reducía a dos tipos de barba hablando con potos en el medio. ¡Y funcionó! Y funcionó tanto que desbordó el aula tradicional y te diría, nietzscheanamente, generó la muerte del aula en algún punto. Lo digo distinto: En tiempos de muerte del aula, el parangón de la muerte de Dios nietzscheano, hoy, todo es aula, también un programa de televisión, también este tipo de construcción con un otro (el estudiante) que va por otro lado. Muchos devotos fanáticos de nuestros programas de televisión se aburren en el aula. ¡Y aprenden! Y no porque el canal de un programa de televisión pueda, o una clase en YouTube como después fuimos subiendo, o programas de radio o porque nuestros espectáculos teatrales y musicales puedan resumir todo lo que se hace en el aula. Porque el problema del aula no es hoy de contenido sino de transferencia. De que le suceda algo al alumno, que no lo vio burocráticamente como un momento perdido. Creo que algo de eso pasó con el proyecto Canal Encuentro, y me parece que a partir de ahí hubo muchos divulgadores que empezamos ahí y después fuimos llevando nuestra disciplina y nuestros proyectos en otro formato, pero siempre con esa vocación de generar divulgación.

-Si tuvieras todo el tiempo que quisieras para escribir un libro, ¿sobre qué trataría? 

-Mira, claramente ese libro tendría que ver con las grandes preguntas existenciales. No dejan de ser las clásicas y las que se van –diría Baudelaire– vistiéndose con el ropaje de la época. Pero no dejan de ser, por nombrar a tres, la muerte, dios y el amor. De hecho, mi próximo libro lo estoy pensando un poco en una de esas líneas; pero si tuviera todo el tiempo iría por ahí, tal vez elegiría a dios. La muerte es el tema, en realidad, que más me preocupa, pero como diría Heidegger, sigo pensando que todavía falta mucho tiempo, que ya voy a tener tiempo para pensar la muerte cuando esté más cerca. Muy loco, porque me podría morir ahora, pero es como que uno no quiere verlo.

Pero el tema desde entender el sinsentido originario es como lo que más me calienta (decimos acá, de excitación) para encarar un trabajo de investigación abrumador. Tratar de entender el porqué del porqué.

-¿Cuál es tu libro de filosofía preferido? ¿El que más te voló la cabeza? 

-Fueron cambiando a lo largo del tiempo. Hoy te diría, “Dar el tiempo” de Derrida es un libro que me sigue partiendo la cabeza mal. Y el Zaratustra de Nietzsche fue como un hito, El Manifiesto Comunista también, para ir a los clásicos. Hoy me impacta y me convoca mucho toda la filosofía biopolítica, la obra de Roberto Espósito, por ejemplo, me encanta por donde va, y bueno, la filosofía de género hoy en día tiene el punch que tuvieron otros movimientos en otros tiempos. Leer a Judith Butler o a Paul Preciado me parece imprescindible y todavía como que me abre la cabeza. Y bueno, de los clásicos, Epicuro es un autor que me lo leí de más jovencito. Me descolocó. Y “El Banquete” de Platón es un libro para llevar a todos lados. “Ser y el tiempo”, de Heidegger también, son esos libros que me lo llevaría a la tumba. Y también La Biblia me la llevaría enterita, con el antiguo y el nuevo testamento, son esos libros que cuando uno se anima finalmente a perderles el respeto, los abre y empieza a aprovecharlos desde otro lugar.

-Finalmente, ¿Vendrás pronto a Chile a dar alguna clase pública o a presentar tu último libro “Filosofía en 10 frases”?

-Sí, se supone que el 6 y el 7 de noviembre. Estamos ultimando detalles, pero estaríamos en Santiago, en principio, con alguno de los sellos del grupo editorial Planeta. Estaría presentando “Filosofía en 11 frases”, además de hacer notas como esta en los medios, y de hacer una presentación abierta en algún teatro donde estaríamos dando una charla de dos horas, en algunos de esos dos días.

Así es que felicísimo de ir para Santiago finalmente. Estuve el año pasado, pero de vacaciones, y era fuerte porque me pasó –no te miento– que por lo menos una vez por día alguien me paraba porque me conocía por los videos o por los programas. Así es que más allá de la cantidad, es impresionante la gente que me escribe en las redes, de distintos lugares de Chile. Sé que siguen un poco esta línea y que hay mucha avidez por la filosofía Así que yo estoy absolutamente entregado y deseoso de poder visitar Chile y de poder no sólo presentar el libro sino después hacer los shows de filosofía y música y todo lo que se pueda.

Fuente de la Entrevista:

http://www.eldesconcierto.cl/2018/10/15/dario-sztajnszrajber-el-profe-de-filosofia-que-la-rompe-en-argentina1/

ove/mahv

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Pilar Martín Lobo: “Educar exige a los profesionales aplicar el método apropiado para aprender”

Por blog.tiching.com

¿Qué importancia tiene el desarrollo sensorial y la motricidad en infantil?
El desarrollo sensorial es la puerta de entrada de la información en el cerebro para que posteriormente se pueda procesar de forma eficiente. Por ejemplo, si no hay buena percepción de lo que vemos, no podremos captar su significado adecuadamente. El sentido del oído es clave para el lenguaje y el aprendizaje de los idiomas. El tacto facilita la integración de todos los sentidos.
La motricidad está presente en los procesos de la lectura, de la escritura y del aprendizaje. Por ejemplo, para hablar debemos articular las palabras con movimientos muy precisos, para eso es necesario desarrollar previamente los movimientos básicos y la coordinación.

¿Para qué sirve estimularla a edades tempranas? ¿Cómo influencia al desarrollo del cerebro?
En edades tempranas está todo el potencial de la persona en el periodo óptimo para que se desarrolle. El cerebro tiene una gran plasticidad y se va desarrollando mediante las actividades que realizamos y las oportunidades que proporciona un ambiente enriquecido. Por ejemplo, escuchar música, moverse, tocar objetos de diferentes texturas…, todo ello influye en el desarrollo cerebral y personal.

¿Se puede “obligar” a aprender? ¿Se aprende algo si no se tiene interés?
Proponer lo bello, lo que las cosas son, lo que es verdadero y lo bueno tiene un gran atractivo para la persona siempre en todas las culturas y despierta un gran interés. El apasionante arte de educar nos exige a los profesionales dar un paso al frente y aplicar el método apropiado para aprender, acorde con los tiempos actuales.

¿De qué forma se puede estimular la curiosidad de los niños y niñas?
Es muy motivador presentar novedades, facilitar experiencias visuales, auditivas, manipulativas e, incluso, científicas, artísticas y de todo tipo. De esta forma, aprenden y van desarrollando su inteligencia y su potencial.

Los docentes, ¿están formados para despertar la curiosidad y fomentar la motivación por el aprendizaje?
En la actualidad hay muchos medios para adquirir formación. Por ejemplo, en el Máster de Neuropsicología y Educación de la UNIR, Universidad Internacional de la Rioja, hemos volcado la investigación y la experiencia de más de 20 años trabajando con expertos de visión, audición, motricidad, psicólogos y pedagogos que hemos aplicado programas en más de 40 colegios. Quienes estudian este máster despiertan la curiosidad, motivan al aprendizaje e, incluso, descubren las causas de los que no aprenden y saben aplicar el remedio oportuno.

¿Qué herramientas necesita un docente para lograr este objetivo?
En primer lugar, conocer los avances científicos sobre el desarrollo cerebral y su relación con el aprendizaje. Además, adquirir habilidades y aprender a aplicarlas en las prácticas educativas, sin temor al cambio. También es interesantísimo aprender a investigar en el aula, a buscar preguntas y avanzar en respuestas para mejorar nuestra atención a cada uno de los alumnos y de sus necesidades. Quererles y orientarles con profesionalidad.

A menudo habla de la autoestima y de la seguridad en uno mismo para aprender más y mejor. ¿Qué consecuencias tiene una baja consideración de uno mismo a la hora de aprender?
Todos necesitamos un ambiente constructivo, positivo, optimista y flexible, compatible con la exigencia y el esfuerzo. Cuando un niño no trabaja o no participa activamente, es conveniente preguntarse por qué. Muchas veces, nos encontramos falta de habilidades que se arrastran durante años y que no dejan avanzar hacia un desarrollo armónico de la personalidad. La neuropsicología educativa está ayudando mucho en este campo. Cuando aplicamos este tipo de programas, observamos que el 100% de los niños mejora, en primer lugar, la autoestima personal. Eso supone un motor de arranque clave para motivarse y poner los medios para superar las dificultades y mejorar el rendimiento escolar.

En este sentido, ¿es estimulante fomentar la competitividad en el aula? ¿Y el aprendizaje cooperativo?
Compartir y dar a los demás nos hace felices y los alumnos responden muy bien en las experiencias cooperativas que se proponen en las aulas. El trabajo por proyectos, la aportación de los talentos de cada uno y el trabajo en equipo es un medio excelente para aprender a desenvolverse en un mundo tan global y competitivo como el nuestro. De hecho, ya se incluyen asignaturas y programas de emprendimiento y creatividad en los planes de estudio con ésta finalidad.

¿Qué papel debe tener la educación emocional dentro de las aulas?
Diferentes estudios muestran que el ambiente del aula influye directamente en el aprendizaje. Si el alumnado se encuentra atendido, valorado, respetado, y en un clima positivo, es más fácil la atención y la implicación activa en el aprendizaje. Además, el desarrollo emocional y de los valores personales y sociales completa nuestra naturaleza y nos aporta la necesaria felicidad que todos buscamos.

Fuente: http://blog.tiching.com/pilar-martin-lobo/

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(Entrevista) Agustín Moreno: “Deberíamos educar críticamente ya que habría menos individualismo y más compromiso colectivo para mejorar la sociedad en la que vivimos”

Redacción: Rebelión/17-10-2018

Sindicalista, exdirigente de Comisiones Obreras y profesor jubilado de Historia en un instituto de Vallecas. Cuando Agustín era pequeño vivía en una casa baja cuyo patio, con pozo y parra incluida, era el lugar idóneo para largas horas de lectura: Stevenson, Defoe, Verne, Salgari, Zane Grey. Su proveedor de aventuras literarias era su padre, con el que compartía complicidad y libros.

¿Enseñamos a nuestros jóvenes a ser críticos con lo que les rodea?

Es importante que nos hagamos esta pregunta. Y definir que una educación crítica es aquella que se basa en valores éticos, en los derechos humanos y en la defensa de la sostenibilidad del planeta. Creo que una de nuestras funciones principales en la escuela es despertar el espíritu crítico en el alumnado, para que piensen por su cuenta, algo esencial porque la ignorancia es el caldo de cultivo de la manipulación, la explotación y la sumisión. Pero hay muchos tipos de escuela y de situaciones, por eso no es fácil que las respuestas sean generales y sirvan para todos los casos.

En las escuelas, ¿cómo cree que podríamos potenciar el pensamiento crítico?

Para que se formen jóvenes críticos, haría falta cuestionar el discurso ideológico dominante y las formas de cultura que alienan. Creo que en la mayoría de los centros prevalece el discurso plano, acrítico, falsamente neutral. Se centran en la formación académica, olvidando el componente educativo a todos los niveles, especialmente el desarrollo moral y social del alumnado. Cumplir esta función obligaría a quitar rigidez a las escuelas, jerarquización, currículos inabarcables y muchas veces ajenos a lo que realmente es esencial desde el punto de vista educativo.

¿Qué tipo de personas formamos hoy en el sistema educativo español? ¿Diría que están, en general preocupados o implicados en la sociedad que les rodea?

Creo que somos un reflejo de la sociedad en general. Pero también somos parte de una función pública que tenemos encomendada. El contacto directo con la realidad y las familias, nos obliga a una mayor sensibilidad social y a un compromiso de cambio. Como profesorado hay que ser conscientes de que otros muchos agentes intervienen en la formación de los menores. La cultura dominante vende individualismo y falsas soluciones del “sálvese quien pueda”…

Delante de esta situación que describe, ¿cómo deben actuar los docentes?

Deberíamos educar críticamente ya que habría menos individualismo y más compromiso colectivo para mejorar la sociedad en la que vivimos. Pero eso nos sitúa ante la finalidad de la educación por el bien común que trasciende en mucho la simple formación de “productores” o mano de obra para el sistema económico. Algo que no va a facilitar el poder político, ya que su intención, casi en todas partes, es controlar lo que se enseña.

¿Cómo transmitir a los adolescentes valores como la democracia, la participación en común o la libertad de expresión, si son valores en crisis en nuestra sociedad?

Sobre todo de manera muy práctica. La teoría está bien y hay que sabérsela; en este sentido son muy útiles asignaturas como la Filosofía, la Ética, los Valores, que deben ser trabajados con todo el alumnado, y no solo como alternativa a la asignatura de Religión católica como sucede ahora con alguna de estas asignaturas. Pero no es suficiente, tienen que vivirlo, practicarlo, asumirlo desde las emociones. Facilitar la cooperación con sus compañeros y compañeras, hacer que la escuela sea democrática y dialógica, ayudar a que el alumnado asuma su propio protagonismo, expresarse libremente y de forma argumentada… ese el camino.

¿Cómo fomentaría la participación de nuestros adolescentes en ámbitos que afectan a la ciudadanía y a sus derechos?

Una de las formas de tomar conciencia de los problemas que les afectan es fomentar los debates, los trabajos de investigación, trabajar por proyectos… Pero creo que también es importante abrir el centro a la realidad del entorno social. Esto no solo consiste en la entrada de expertos, agentes sociales, ONG´s para organizar talleres o charlas, proyectos concretos de solidaridad, sino fomentar la participación activa del alumnado. He vivido los talleres en las tutorías sobre educación afectivo-social, adicciones, Amnistía Internacional, El Gallinero en la Cañada Real de Vallecas, el programa de protección al lince, la recogida de móviles para apadrinar un chimpancé… Sin embargo, creo que lo principal es lograr que se sientan implicados y responsables en acciones por la igualdad, contra el racismo o a favor de la paz y la convivencia, que participen activamente.

¿Qué otras estrategias recomendaría utilizar?

También les forma y les hace crecer que se comprometan y colaboren con equipos de mediación y de alumnos ayudantes. Una de las experiencias más intensa y de mayor proyección en la que he participado fue el envío de cinco alumnos míos de 2º de bachillerato del instituto de Vallecas de voluntarios a trabajar en el verano en Bemposta, la Ciudad de los Muchachos de Colombia, que funciona como un entorno de protección a la infancia y la juventud, recogiendo a niños de la guerra.

¿Cree que desde la escuela se puede combatir el individualismo que fomenta la sociedad? ¿Cómo?

La escuela no es neutra y si se presenta así, está engañando porque toda educación tiene fines. Por supuesto que tiene que librar ese combate, aunque parezca una lucha contra molinos de viento. No es fácil, porque la (in)cultura dominante se expresa por múltiples vías: el modelo económico y social basado en el consumismo desaforado, la competitividad extrema y la destrucción del medio ambiente. Pero la juventud tiene una clara tendencia a la empatía y solidaridad que hay que sacar a flote y estimular. Se puede trabajar desde la racionalidad de que el apoyo mutuo es mejor que el individualismo, como se ha demostrado científica e históricamente; pero sobre todo hay que hacerlo desde el trabajo con las emociones.

¿Se pueden combatir las desigualdades desde la escuela o el sistema educativo actual fomenta la perpetuación de estas desigualdades?

Objetivamente la escuela reproduce el sistema social vigente. Es evidente que algunas escuelas reproducen más que otras las desigualdades, por ejemplo, las que segregan por niveles socioeconómicos, por sexo, por situación personal, y que tienen una gestión y titularidad que les permite tener un ideario que busca precisamente la formación de élites dirigentes para esa sociedad injusta y desigual. Pero ese es precisamente el gran reto: conseguir que la escuela sea un lugar de igualdad de oportunidades, de equidad entendida como dar más a quien menos tiene y más lo necesita, donde se forme un compromiso para mejorar la sociedad y evitar las desigualdades e injusticias. Hacer que la escuela sea un lugar donde nacen los sueños solo se garantiza con un escuela pública, inclusiva y con una práctica muy democrática.

Autores como Paul Goodman o Illich creen que el problema radica en el propio concepto de escuela, que ven como un mero instrumento del sistema económico. ¿Qué opina de estas teorías de desescolarización?

Puedo estar de acuerdo en el diagnóstico y la función que el sistema da a la escuela, otra cosa es cuál es la solución más correcta para combatirlo. No hay que olvidar que el derecho a la educación ha sido una conquista y no un regalo del poder. También hay que recordar que la escuela tiene una importante labor de socialización que no se asegura con otras propuestas. Por eso, no se trata de dar por muerta a la scuela para que viva la educación, sino de construir otro modelo con una función crítica hacia el sistema, que combine educación formal e informal y menos institucionalizada.

¿Por qué cree que la desescolarización no es una opción a contemplar, entonces?

La dificultad de las alternativas que propone la desescolarización estriba en que la sociedad no está suficientemente estructurada y cohesionada para crearlas y organizarlas para que funcione de manera generalizada y con calidad. No se puede oponer a todo un sistema estructurado las propuestas de homeschooling, a las que puede acceder una minoría, y que no pueden asegurar una generalización educativa, ni el tiempo y la cualificación de todas las familias. Todos los niños y niñas tienen derecho a un buen profesorado y a una escolarización de calidad. Si la desescolarización o elhomeschooling no puede cubrir el papel de una educación de masas al alcance de toda la ciudadanía, no es válido como alternativa general. Aunque creo que si es necesario abrir nuevas vías que iluminen otras formas más libres de educar.

¿Se puede entonces transformar la escuela para transformar el mundo o hay que transformar el mundo para transformar la escuela?

Habría que hacer las dos cosas. Por ejemplo, se puede transformar y mejorar la escuela desde la política a todos los niveles: asegurando el derecho humano a la educación en todo el mundo, comprometiendo una mayor inversión educativa en cada país, destinando recursos en los ámbitos locales para que las escuelas refuercen la calidad y se creen entornos educativos. Todo ello mejoraría la educación en las escuelas. Pero pondría el énfasis en actuar de abajo a arriba, es decir, transformar la escuela para mejorar el mundo en la línea que hemos comentado anteriormente: espíritu crítico, compromiso con la educación pública de calidad, escuela con gestión democrática, participativa y abierta, etc

Hablamos constantemente de escuelas innovadoras. ¿Hacia dónde cree usted que innovan?

Primero habría que aclarar que se entiende por innovación. Puede parecer que se innova con nuevas tecnologías, por ejemplo, usando una pizarra digital o las tablets y, sin embargo, ser muy clásicos y acríticos con los contenidos. La innovación tiene que ver más con asegurar la finalidad de la educación, que es sacar toda la potencialidad del alumnado y que sean protagonistas de su propio desarrollo. Pero creo que, desgraciadamente, no se innova mucho y las razones son múltiples.

¿Puede mencionar alguna de estas razones?

Falta formación del profesorado y ha sido un drama como en las Comunidades Autónomas dirigidas por la derecha han liquidado la formación o ésta sólo se dirige, casi monográficamente a temas como las TIC y el inglés. Por eso, muchas veces el profesorado que quiere innovar no encuentra apoyos. También ha habido un debilitamiento de los movimientos de renovación pedagógica (Acción Educativa, MCEP, Rosa Sensat…) que jugaban un importante papel en los años 80 en España con sus escuelas de veranos, seminarios, etc.

¿Alguna otra que quiera destacar?

Otra dificultad se produce en la escuela pública porque la rigidez de los destinos y los concursos de traslados no ayuda a la consolidación de equipos en torno a proyectos educativos de innovación. A pesar de todo lo anterior, se sigue innovando en los centros, aunque a veces en régimen de guerrilla pedagógica; el problema es que no se conocen más allá de las paredes de la escuela y sería necesario divulgar y socializar estas experiencias. Reconozco que es fundamental la innovación, porque mientras haya profesorado, alumnado, familias que quieran mejorar, hay esperanza. En fin, creo que lo que realmente necesitaría la escuela es una revolución…, pero esto exigiría otra reflexión más profunda.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=24755

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Colombia: “La forma de acabar la guerra es la educación, no las armas”: rectora de la Universidad Nacional

Redacción: Noticias Caracol/17-10-2018

“La sociedad no se ha enterado de que el conocimiento genera riqueza”, dice Dolly Montoya al analizar la crisis de las universidades públicas. Acá la entrevista.

¿Están tan graves las universidades públicas en Colombia?

Sí, por una razón: nacimos como universidades del Estado y el Estado financiaba el ciento por ciento de las universidades. Y, como podemos ver, los aportes de la Nación a la Universidad Nacional de Colombia son de 701.308 millones y los recursos propios ya van llegando casi a los aportes de la nación, a los 634.106 millones.

¿Eso quiere decir que la universidad pública se está privatizando?

Eso lo que quiere decir es que a la universidad pública cada vez se le exige más con menos. Hemos pasado, entre 1993 y 2017, de 26.962 estudiantes a 53.880. Así mismo, de 189 programas a 450, y de 323 a 913 grupos de investigación con recursos propios, generados por nuestra propia comunidad universitaria a través de proyectos, de investigaciones, de recursos internacionales.

El Gobierno Nacional ha dicho que se le va a aumentar al presupuesto, para el 2019, 500 mil millones de pesos. ¿Cómo ve esta cifra?

Esta cifra es un poco menos de la mitad (…) para lo que estamos necesitados y para las 32 universidades públicas.

Le entiendo que, de esos 500 mil, casi la mitad va para funcionamiento de las 32 universidades. ¿El resto va para ‘Ser pilo paga’?

Hay dos programas. El ‘Ser pilo paga’ se modificó, ya no son las mismas reglas, ha cambiado también de nombre, pero de todas maneras también es una bolsa donde concursan públicas y privadas. Y el otro rubro que hay es para apoyar la formación de cero, uno y dos.

¿’Ser pilo paga’ no lo hacían antes las universidades públicas, es decir, darles educación superior gratuita a los estratos 1, 2 y 3?

Para nosotros siempre, en las universidades públicas, ser pilo ha pagado. Quien pasa en las universidades públicas, de estratos 1, 2 y 3, es el 81 %. Nosotros tenemos los mejores estudiantes. Desgraciadamente, como no hay más recursos, no podemos recibir más. Recibimos cerca del 12, 13% de los estudiantes en cada examen.

¿Cuántos estudiantes se presentan a la Universidad Nacional?

Le voy a dar el último dato: se presentaron 75 mil para 7 mil cupos. Nos gustaría recibir muchos más porque es buen negocio invertir en la educación pública, porque tenemos infraestructura para hacerlo.

La Universidad Nacional es de las mejores de Latinoamérica. ¿Por qué no invertirle más dinero?

Porque la sociedad no se ha enterado de que el conocimiento genera riqueza. Los coreanos se enteraron de eso hace treinta años y ahora son ricos. Los países escandinavos se enteraron también y, si ustedes ven los indicadores en ciencia y tecnología, son equivalentes a los indicadores de desarrollo económico. La locomotora de Europa, que es Alemania, invierte realmente en educación pública, todas las universidades son públicas. Eso quiere decir que es un buen negocio. Si invertimos en educación, ciencia y tecnología e innovación, vamos a tener un país desarrollado.

Pero se destina mucha más plata del presupuesto nacional para el Ministerio de Defensa que para la educación. ¿Cómo corregir eso, por qué no entienden eso que usted dice si es tan sencillo?

La guerra solo puede acabarse cuando tengamos una población totalmente educada. La forma de acabar la guerra es la educación, no las armas. Por eso hay que invertir en educación.

¿Cuánto se necesita para sacar de la crisis a la educación pública en Colombia?

Hay un cálculo… para un cubrimiento del 84% de toda la cobertura universitaria, de toda la población que podría ingresar, son 18.8 billones de pesos. Lo que pasa es que tenemos que hacer una política de Estado porque hay que mirar, desde la educación media y básica, jardines infantiles, educar en el ser y no en el tener. Y después continuar con los técnicos y tecnológicos, y hacer que la gente que llegue a las universidades realmente pueda investigan y sean científicos, o que desarrollen cosas nuevas. La educación no ha sido vista por la sociedad como tan importante. Es el fin de la guerra, la educación es el fin de la guerra.

Fuente: https://noticias.caracoltv.com/colombia/la-forma-de-acabar-la-guerra-es-la-educacion-no-las-armas-rectora-de-la-universidad-nacional

 

 

 

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Entrevista a Nicaragua desde adentro. “Nuestras luchas no pueden estar divididas por fronteras”

Por: Tito Castillo.

Entrevistamos a Fidel Narváez, quien daba clases de Derecho y Filosofía en distintas universidades de Managua. Durante las protestas de abril se sumó de manera activa a la lucha estudiantil, principalmente en la Universidad Politécnica Nacional (UPOLI). Luego de eso fue identificado por el régimen de Ortega y se vio forzado a salir del país por motivos de seguridad. Actualmente se encuentra en Europa realizando trabajo político desde la comunidad internacional, la crítica y la teoría social.

Anticapitalistas en Red: Han pasado más de cinco meses desde que empezaron las protestas en Nicaragua. ¿En qué contexto se da esto a nivel centroamericano?

Fidel: Centroamérica es una región con similares características no sólo de población, de trabajo, de riqueza, sino también de resistencia. Las resistencias han sido silenciadas para poder mantener el status quo y eso que los empresarios llaman “el clima de negocios”. Intentan dar la imagen de que Centroamérica es una opción rentable para invertir porque aparte de salarios miserables tenés una policía y un Estado que pueden regular estas presiones sociales. Entonces, después de cinco meses ese mito ha caído no sólo en Nicaragua sino en toda Centroamérica. Nos hemos dado cuenta de que en Centroamérica la población tiene razones y motivos suficientes para poder salir a la calle a exigir la renuncia de gobernantes, para poder exigir el respeto a los derechos humanos. El proceso centroamericano lamentablemente no ha tenido una lucha conjunta. Si vos te fijás eso también es el resultado de las principales tareas de las fuerzas oligárquicas, de las fuerzas corporativas; el desligar en fronteras las resistencias. Si ellos internacionalizan el poder corporativo, la desigualdad, la represión, nosotros tenemos que romper esas fronteras. Sin embargo, este movimiento de Nicaragua no ha logrado conectar férreamente con las otras resistencias que ya se venían dando históricamente en Centroamérica. Entonces hemos visto cómo han surgido en este momento pequeños focos de resistencia y de lucha en diferentes países de la región centroamericana, pero vuelvo y repito; es una debilidad porque lo que nosotros deberíamos de hacer y lo que también se ha propugnado por algunos movimientos, por algunos activistas, por algunas universidades, es que se unifique la lucha. Es decir, que nuestras luchas no pueden estar divididas en fronteras porque nuestros problemas no son problemas de fronteras, son problemas regionales.

AenR: Comentanos sobre la “Concertación Nacional Azul y Blanco” y la “Ruta hacia la democratización” propuestas desde la Articulación de Movimientos Sociales y OSC.

Esa concertación nacional no debe ser en torno a la Alianza Cívica, en torno a la Articulación Social, ni en torno a la Unidad Azul y Blanco. Yo soy del criterio, pero quizás puede que esté equivocado, de que la concertación nacional no solamente puede ser en base a movimientos, figuras o siglas. Sino que tiene que ser en base a un programa que aglutine a un polo atractivo, ese polo es un programa con puntos concretos, que es lo que hizo en Frente Sandinista en el año 79 para atraer a todos los distintos sectores de lucha; obreros, campesinos, estudiantes, mujeres, trabajadores. En Nicaragua actualmente yo no veo un programa histórico, ni un programa político… hay una “Ruta hacia la democratización”, que es diferente.

Yo creo que la aparición de un programa político como el que propone “Construimos Nicaragua”, que es básicamente un movimiento político-social cuyo mayor aporte puede ser en el plano político-ideológico, pone en evidencia que no todos éramos conscientes de que hay un problema estructural en Nicaragua. Éramos conscientes de que Ortega es un dictador y que queremos sacarlo. Pero sin un programa político no nos vamos a dar cuenta o no vamos a reconocer los problemas estructurales que tiene el país. Y uno de los principales problemas es el COSEP, es decir, la empresa privada que está haciendo tercia a favor de Ortega junto con algunos sectores empresariales centroamericanos para mantener su modelo corporativo.

AenR: ¿Cómo se convive con el sandinismo después de esto?

Eso va a depender del escenario de salida que haya en Nicaragua. Si hay un escenario de ruptura que puede ser a través de un proceso constituyente, la refundación de un Estado, el proceso puede ser un poco más largo, sí, pero puede traer cambios estructurales a largo plazo. Es decir, garantizar que no se cometan los mismos errores que se han venido arrastrando simplemente por poner parches a nuestros problemas. Yo creo que el orteguismo y el sandinismo son dos cosas diferentes y una vez que esto tenga una salida -ya sea a través de elecciones anticipadas o de un proceso constituyente- el gran lastre o el gran problema para el futuro y para la convivencia con esa parte de la población que ha optado por plegarse a la dictadura, será la convivencia. Porque el sandinismo ha tenido durante más de cinco meses un margen suficiente, gradual, para poder ir desligándose éticamente y por principios revolucionarios a lo que actualmente es el gobierno: que ha optado por la mentira, el engaño, la corrupción, la represión y la aniquilación como forma de hacer política. Para que un proceso democrático radical pueda tener viabilidad se va a tener que contar con estas personas. Eso no quiere decir que la convivencia va a ser fácil, porque ese proceso democrático precisamente va a ser real y va a ser un producto de esta nueva revolución.

AenR: ¿Cuál es el escenario a la salida del régimen Ortega-Murillo?

Yo creo que el proceso constituyente para resolver los grandes problemas estructurales de Nicaragua es lo único que lograría una paz verdadera. Una paz más sostenible en el tiempo aunque en el principio hayan problemas de distintos tipos de órdenes. Sin embargo, la participación real, el refrendo de esa constitución y la participación en nuevas elecciones, pues daría oportunidad a que realmente existiera la refundación de un Estado. Si nosotros únicamente le ponemos un parche al asunto, las grandes situaciones estructurales que debemos resolver como pueblo van a subsistir. Vamos a seguir teniendo una dictadura bicéfala pero en este caso ya no va a ser en el término de Géminis o el mito de Platón sobre el amor, que estaba un cuerpo de espaldas al otro y que un rayo los partió, no, en este sentido vamos a tener una dictadura con un mismo cuerpo pero con dos caras de frente: dos caras que se pueden comunicar entre ellas, que pueden negociar abiertamente entre ellas sin importarle la vergüenza, porque eso es lo que va a pasar si acaso se llega a reformas de maquillaje, de cuestiones meramente estéticas respecto de la política nicaragüense. Vamos a tener a la dictadura bicéfala del COSEP y del orteguismo platicando entre sí todas las cuestiones que nos competen a nosotros como pueblo. Ahora, el escenario en cualquier sentido de reforma o ruptura va a ser un escenario difícil porque hay desaprendizaje de las culturas caudillescas, de las culturas verticales, ese proceso de desaprendizaje va a llevar obligatoriamente choques, enfrentamientos y crisis pero no son crisis que van a tener una dialéctica negativa.

Fuente de la entrevista: https://mst.org.ar/2018/10/11/nicaragua-adentro-nuestras-luchas-no-divididas-fronteras/

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Entrevista a Idel Vexler: “Aumento de maestros hasta una UIT no tiene viabilidad financiera”

Por: Expreso.

– Usted acaba de presentar su último libro: “Gobierno Educativo: Diez Claves”. ¿Cómo surgió la necesidad de escribir ese texto?

Cuando publiqué mis anteriores libros, muchos amigos y educadores me preguntaban por qué no publicaba un texto estructurado sobre gestión gubernamental en Educación, teniendo en cuenta mí paso por la administración pública. Ante esto, decidí organizar mis apuntes y módulos de los cursos que desarrollaba en varias maestrías. Fue allí que comienzo este trabajo a fines de 2016.

–¿Por qué ese título?

Porque contiene los 10 asuntos claves que los especialistas, asesores y gestores públicos debieran tener como referencia para diseñar, implementar, ejecutar y evaluar políticas públicas en la gestión en educación. Es un detenido análisis del desarrollo del sector, así como material muy documentado. Está dirigido a profesores, estudiantes y todos los profesionales vinculados con el quehacer educativo.

–¿Las diez claves que menciona se pueden aplicar a los casi dos años y medio que le quedan a Vizcarra?

Claro que sí, pero también para más allá del año 2021. Los nuevos gobernadores y alcaldes también deberían darles una miradita. Hay mucha información compilada de la realidad y normatividad de los últimos 15 años. Las claves están referidas al entendimiento del sentido normativo de la educación peruana, los acuerdos sociales y educativos a escala mundial, a la comprensión y dominio de los indicadores y factores de un sistema educativo de calidad e inclusivo.

–Centrándonos en la actualidad educativa, ¿cómo evalúa este año escolar?

 

En comparación con 2017, vamos bien. Me alegra que las bases que sentamos para un buen año escolar 2018 hayan sido efectivas. Creo que la movilización educativa, en todo el Perú, para estar cerca de las escuelas, maestros, padres de familia y comunicadores, permitió valorar los esfuerzos del sector y el Gobierno. Hubo incrementos para todos los actores educativos: nos faltó tiempo para hacer algo por los administrativos, El Ministerio de Educación asumió la tarea de fortalecer el diálogo, la rectoría y el principio de autoridad.

–¿Qué opina de los aumentos para el magisterio anunciados por el Gobierno?

Cuando el presidente Vizcarra anunció un incremento progresivo de 10 % tuve una posición satisfactoria, aunque lo he dicho y lo reitero: hacer un esfuercito económico más sería bueno. Quiero ser claro: hacer un incremento progresivo hasta alcanzar una UIT (S/ 4,150) no tiene viabilidad financiera. No obstante, cuando el ministro Daniel Alfaro anuncia que habrá un aumento de 100 soles en marzo y otro igual recién en diciembre de 2019, sentí y siento una gran molestia. A los maestros hay que hablarles claro. Esto no ha caído bien y espero que en el momento oportuno haya alguna rectificación.

NO HAY CLARIDAD SOBRE APLICACIÓN DE CURRÍCULO

–¿Qué le preocupa del próximo año escolar 2019?

Muchas cosas. En principio, a cuatro meses y medio para el inicio del año escolar 2019, no se tiene claridad si se aplicará a la educación básica regular el nuevo currículo. Debe incorporarse la evaluación cualitativa en secundaria, la capacitación a los docentes, así como un necesario ajuste a la organización y funciones del Ministerio de Educación, en función del gran objetivo educativo. Sobre todo, preocupa la política remunerativa para los docentes.

Fuente de la entrevista: https://www.expreso.com.pe/entrevista/idel-vexler-aumento-de-maestros-hasta-una-uit-no-tiene-viabilidad-financiera/

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Programa #21 – Entrevista a Martín Ferrari / Educación Popular en Latinoamérica

Entrevista a Martín Ferrari

Por: Luisa F. Aguas M. y  José  E.  Machain.

La EDUCACIÓN POPULAR entendida en tanto “Educación a partir de las experiencias construidas históricamente por la clase trabajadora”.
En más de dos décadas de democracia en América Latina, las organizaciones y movimientos sociales de Nuestra América han logrado poner en práctica nuevas formas de educarnos y relacionarnos. Es por esto que salieron a indagar sobre la educación en los movimientos sociales (MS) en Latinoamérica, porque estos movimientos vienen resistiendo, organizándose y creando otras relaciones, otros mundos, y otros espacios educativos.
En La educación en movimiento (documental), se trata de un recorrido por América latina que la pareja de directores realizó para registrar la existencia de espacios de educación alternativa, vinculados a organizaciones sociales y populares que buscan formar y crear conciencia en la clase trabajadora. Dichos espacios se sostienen en distintas corrientes del pensamiento social, como las culturas originarias ancestrales, los movimientos sin tierra o el feminismo, que tienen en común su carácter contra hegemónico. Es decir, que están movidos por la voluntad de construir por fuera o sobre el margen del modelo de la educación escolástica.
Los movimientos sociales aprenden a cada paso, en cada lucha, en cada escuela que levantan, porque han tomado la educación en sus manos.
Mujeres campesinas producen y se forman en medio del avance del agronegocio sobre sus tierras. Docentes y estudiantes indígenas reivindican su historia y recuperan su lengua. Jóvenes y adult@s buscan terminar sus estudios pero también organizarse para defender sus derechos. Educadores construyen escuelas junto con su comunidad. Resistencias de l@s de abajo por defender lo propio, lo común, y por construir otras vidas, otra educación y otro mundo posible.
El documental busca problematizar el sentido de la educación, desde las vidas y voces de los protagonistas de siete experiencias, para pensarla  a lo largo y ancho de Nuestramérica, para abrir el debate sobre qué educación queremos y para qué sociedad.
 
MARTÍN FERRARI. Educador. Docente de Escuelas Médias de Sectores Populares. Prof. de Filosofía y de Ciencias de la Educación. Maestrando en Pedagogías Críticas en la UBA (Arg.). Realizador Documentalista.
Tanto MARTÍN FERRARI como MALENA NOGUER (co-realizadora) vienen transitando diversos espacios y experiencias desde las organizaciones sociales, desde lo académico, lo artístico y lo vincular. Actualmente son parte de ÑANDEROGA, una organización popular en la Villa Las Flores, en el conurbano de la provincia de Buenos Aires, en la cual están construyendo propuestas en relación a la Educación popular y el feminismo.

Fuente de la reseña: 

http://cuestionesdeinfancias.blogspot.com/2018/10/programa-21-martin-ferrari-educacion.html

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