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Entrevista a Buckingham: “La educación sólo puede ser una parte de la respuesta a los desafíos de los medios digitales”

Por Leticia Castro

El experto en alfabetización digital habló sobre el rol de la educación en el mundo de las noticias falsas

Para David Buckingham hay un panorama claro: las noticias falsas, el bullying o el ciberacoso son algunos de los síntomas de los tiempos digitales, producidos en gran parte por los medios de comunicación, incluidas las redes sociales. Los gobiernos no pueden regular a los gigantes como Facebook o Google, entonces pasan la responsabilidad de ser una persona crítica a los ciudadanos y, en cuanto eso ocurre, se tiende a señalar a la educación: los docentes “salvadores” van a instruir a las futuras generaciones en alfabetización digital y no habrá problemas.

El inglés, experto en medios, educación y juventud, llegó a Uruguay invitado por Plan Ceibal, como parte del ciclo Repensar la educación para un futuro en construcción, y expuso sobre los peligros de cargar al sistema educativo con toda la responsabilidad, sin que los gobiernos y los medios asuman su rol. Después de su conferencia conversó con la diaria sobre cómo la educación asume el desafío y se prepara para el futuro, pero insistió en que “la educación sólo puede ser una parte de la respuesta a los desafíos que plantean los medios digitales”.

La cultura digital es parte de la vida de los niños fuera de la escuela. ¿Cómo pueden las escuelas ser parte de ese mundo?

Es muy importante que las escuelas trabajen para reducir la brecha entre lo que pasa fuera y dentro de la institución, porque de otra manera el peligro es que la escuela parezca irrelevante. De hecho, creo que para muchos chicos esa es la verdad: a menudo, la educación parece un ritual, algo que tienes que hacer pero en lo que no te involucras. De todas maneras, no creo que esa brecha disminuya simplemente si las escuelas reconocen los conocimientos que traen los niños desde afuera; deberían construir sobre lo que los niños saben. Este mundo de redes sociales es un buen ejemplo: hay cosas que los niños saben y los profesores no, pero los profesores tienen conocimientos de los que los niños carecen, y tiene que haber una forma de acercar esos conocimientos.

¿Cuál es la mayor dificultad de aprender y enseñar en esta área?

La mayor dificultad es que todo está cambiando, todo el tiempo. Publiqué un libro en 2003 sobre la educación en medios y ahora es historia antigua. Las cosas cambian tan rápidamente que siempre hay algo nuevo; es por eso que debemos entender que no se trata solamente de saber cuál es la última tecnología, sino tener un conjunto de conceptos y principios que den estructura a lo que se enseña. Cuando hablamos de los conceptos básicos de la educación en medios hablamos de cuatro puntos: lenguaje, representación, producción y audiencia; podemos analizarlos en los diarios, pero también en las redes sociales. Debemos tener esos principios estructurantes y también ser flexibles, para ir cambiando a medida que la realidad cambie.

El sistema educativo se adapta lentamente a esos cambios…

Lo hace muy lentamente. Ese es el problema. Siempre está el peligro de que vayamos al salón y enseñemos sobre la televisión, cuando en realidad ya no es tan importante para ellos. Creo que los docentes necesitan ir formándose permanentemente para incorporar los cambios.

¿Creés que estamos más preocupados por las habilidades digitales como herramientas que por la alfabetización digital?

Sí, y creo que eso es un problema. Parece que cuando hablamos de alfabetización es hablar de cómo se hace algo. No hay contenido. Se aprende a hacer una página web o un Power Point, pero no hay contenido, y muchas veces lo que pasa es que todas las preguntas importantes –¿cómo los medios representan el mundo?, ¿cómo los medios trabajan en la industria?, ¿qué intereses están persiguiendo cuando informan?– terminan siendo ignoradas. Se discute muy poco sobre las implicaciones culturales, sociales y económicas del mundo digital.

El acceso a la información genera oportunidades para desarrollar el pensamiento crítico. ¿Cómo se hace?

“Crítico” es un palabra peligrosa. Siempre hay un elemento de yo y ellos: yo soy crítico y esta persona, que no está de acuerdo, no lo es. Hay un problema en definir qué es crítico. La mayoría de las personas está de acuerdo con que es necesario el pensamiento crítico, pero ¿qué significa? Yo he intentado definirlo últimamente: en parte es algo obvio, que los profesores ya saben, no es solamente encontrar información, es saber evaluarla, reflexionar sobre la evidencia y la retórica que la gente usa para argumentar, pensar sobre la lógica que tiene la discusión. Una de las cosas que intentamos hacer es un marco de referencia para el pensamiento crítico, para que no sea una vaga buena intención necesitamos que sea algo específico. Para eso, debemos aislar a los medios de su contexto habitual y analizarlos como objetos extraños, y esto es difícil porque el contexto de los medios es la vida del día a día.

Estamos acostumbrados a hablar de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), pero preferís hablar de medios digitales. ¿Por qué hacés esa distinción?

A las compañías como Facebook, Google y Apple me gusta llamarlas medios digitales; son medios, no tecnología. Creo que hablar de tecnología implica la idea de que son esencialmente máquinas, como si fueran herramientas que harán alguna tarea, y a menudo eso significa que pensamos sobre ellas de una forma neutral, como si sólo hicieran un trabajo para nosotros. Cuando llamamos a algo medio, nos preguntamos cómo es que esto media el mundo, cómo representa el mundo para nosotros. Si miramos las redes sociales, tal como un periódico, representan el mundo de una forma particular. Si yo en Twitter escribo sobre algo que vi, también estoy representando el mundo, no estoy simplemente reflejando, entonces estas plataformas deben ser consideradas como medios, no son sólo herramientas.

En tu libro Más allá de la tecnología (2007) mencionabas la comercialización de las tecnologías educativas como algo preocupante. Ahora que dejaron de ser tan incipientes, ¿es algo que todavía preocupa?

Creo que sí, aunque de alguna forma cambió. Cuando escribí el libro fui a una feria tecnológica y la gente estaba vendiendo computadoras y software, vendían productos que luego los docentes comprarían. Ahora creo que estamos en un mundo diferente, porque este modelo de negocio de las redes sociales está invadiendo la educación. Compañías como Google apuntan a la educación porque es un gran mercado, y lo es porque tiene una enorme cantidad de datos [big data]. La educación es una ubicación muy útil para aterrizar. El negocio siguen siendo los productos, pero también tiene mucho que ver con reunir y vender información sobre los estudiantes de las escuelas. Además, saben que los profesores no necesariamente entienden sobre esto, los docentes son vulnerables a los atractivos del mercado: les dicen que les van a dar todas estas maravillosas herramientas y todo gratis, y en realidad ellos están obteniendo sus datos.

¿Cómo se puede prevenir esta situación?

Es muy difícil. Lo que hemos visto en Reino Unido en los últimos 20 años es que el sistema educativo se volvió parte del mercado. Hay escuelas que, como si fueran centros comerciales, compiten por los clientes, que son los padres, no los niños. En Uruguay las instituciones están bajo un sistema nacional, y eso les da poder, porque están juntos, se unen. Cuando hay escuelas independientes, como pasa en Reino Unido, empiezan a competir sobre cuál tiene el software de Google o los lentes de Facebook, las escuelas individualmente son bastante débiles; sin embargo, las escuelas juntas son más fuertes. Si Facebook tiene que negociar con todo el sistema –de, por ejemplo, 400 escuelas–, es un problema. Creo que ustedes tienen mucha más protección, deberían aprovecharlo.

Fuente de la entrevista: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2018/9/buckingham-la-educacion-solo-puede-ser-una-parte-de-la-respuesta-a-los-desafios-de-los-medios-digitales/

 

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Entrevista a Miguel Gallegós: América Latina debe invertir en la capacitación del Uso de las Tic en Educación

Por brechacero.com

Entrevista a Miguel Gallegos. Director del Programa de Alfabetización Digital de la Red Educativa Mundial. Parte I

La incorporación de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) al sector educativo tiene diversas aristas. En general, cuando son los Estados los que llevan adelante estas iniciativas se adoptan metodologías de entrega de dispositivos a los alumnos, docentes y establecimientos; sin embargo es importante un trabajo integral al momento de buscar estos objetivos.

Sobre este tipo de implementaciones trabaja la Red Educativa Mundial (REDEM), organización que busca elevar el nivel educativo de estudiantes y profesores por medio de las TIC. Funciona como una plataforma de difusión de estas herramientas, así como de metodologías de enseñanza, donde docentes y centros educativos se retroalimentan de las distintas experiencias.

Como Director del Programa de Alfabetización Digital de la Red Educativa Mundial de REDEM,  Miguel Ángel Gallegos Cárdenas cuenta con conocimiento de diferentes experiencias de implementación de TIC en el sector educativo. Gallegos está formado como Licenciado en  Administración, Maestro en Desarrollo y Planeación de la Educación y actualmente estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma Metropolitana.

Mostrando un gran interés en la transformación cultural que está viviendo la sociedad entorno a la era digital. Le gusta contribuir en iniciativas que fomenten la construcción de una mejor sociedad, Gallego planteó sus ideas con Brecha Cero:

Brecha Cero: ¿Cuál es la importancia de la incorporación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en los sistemas educativos?

Miguel Gallegos: Desde el origen de antiguas civilizaciones, el ser humano tuvo la necesidad de auxiliarse de diversas herramientas de conteo. Estos instrumentos tecnológicos fueron evolucionando, pasando por diversos momentos, materiales y usanzas. La invención de la máquina analítica de Charles Babbage (1833) y la Máquina de Alan Turing (1936) darían la pauta para llegar a lo que hoy conocemos como computadora. Una herramienta tecnológica que en la actualidad no solo sirve al ser humano en los asuntos de conteo y de cómputo, sino que va mucho más allá de esos orígenes.

Las tecnologías que el hombre creó a través de su evolución histórica, le sirvieron para facilitar su estancia en el planeta tierra. Todas estas invenciones generadas, han tenido la intención de contribuir al propio desarrollo humano, social, productivo, e incluso para ayudar a ser más agradable, cómoda, práctica y feliz la vida misma.

Así, llegamos a nuestro presente en que los hombres y mujeres de todas las edades en gran parte del mundo, hacen uso de las llamadas TIC. Término que se construyó para generalizar la gran cantidad de tecnologías existentes en la actualidad y generadas –podríamos considerar– desde el telégrafo (1836), el teléfono (1876), la radio (1920), la televisión (1926), la primera computadora IBM (1944), el transistor (1948), el circuito integrado (1957), el concepto de informática (1957), el internet (1969), el microprocesador (1971), los lenguajes de programación, las diversas compañías creadoras de software y de hardware, la laptop (1982), el teléfono móvil (1983), la creación de los protocolos HTTP y HTML (1990), del WWW (1991), la conectividad inalámbrica Wi-Fi (2000) y la tableta digital (2001) en fin, una gran cantidad de tecnologías, cada vez más avanzadas, sofisticadas y digitalizadas.

Nuevas formas de información, comunicación y transmisión surgirían para estar al servicio de los seres humanos. Así, las llamadas TIC, se pondrían al servicio de las sociedades en todo el mundo. Podemos encontrar su usanza en diversos campos y disciplinas sociales. Aunque, a veces se usan solo para comunicarse, otras para informarse y muchas más para divertirse; pero también se ocupan para producir, comerciar, innovar, diseñar e incluso enseñar.

Enseñar es sinónimo de educar, lo que implicó pensar en la posibilidad de usar las TIC en el campo de la educación, es decir, en los sistemas educativos. Lo cual ha venido sucediendo ya hace varios años –podríamos considerar–, desde la década de los 40s, cuando se usaban algunas tecnologías como los medios de comunicación de la radio e incluso la televisión –solo por mencionar algunos– para impartir algunos cursos, hasta nuestros tiempos en que el desarrollo de la informática, evolucionó y unifico diversos elementos que permitirían el uso de computadoras en algunos sistemas educativos.

Así, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) se harían presentes para ser consideradas en las escuelas y sistemas de enseñanza.

Un camino nada sencillo, con más de un siglo de evolución permanente, cada vez más acelerado, innovador e influyente en la especie humana. Las TIC han alcanzado un nivel de importancia e influencia en todos los sectores de la sociedad, al grado que actualmente los organismos internacionales sugieren a los gobiernos de todo el mundo hacer uso de las TIC en sus procesos educativos.

Las personas en todo el mundo están conectadas –enlazadas y comunicadas digitalmente– más que nunca. Tal es su influencia que la educación hoy se imparte en línea, de manera asíncrona, sin estar presente en un mismo lugar, usando diversas plataformas, videos, audios, multimedios, aplicaciones, en fin, hoy se puede enseñar o aprender más, haciendo uso de las TIC que asistiendo a cualquier centro escolar de manera presencial.

Estamos en un momento histórico para el futuro de la educación presencial de la educación con uso y sin uso de TIC.

Aunque debemos recordar que, en todo sistema educativo, están en interacción un conjunto de diversos elementos, como son los normativos, organizativos, operativos y actualmente los tecnológicos, en que entran las TIC en juego. Es decir, las TIC, solo son un factor más en el mundo de la educación, tan grande o tan pequeño como el sistema en turno lo quiera considerar, que incluso pueden beneficiar o afectar de acuerdo a la interrelación que tengan con los otros factores de los propios sistemas educativos.

Brecha Cero: ¿Cómo considera que puede ayudar la inclusión de las TIC en educación a reducir la Brecha Digital?

Miguel Gallegos: Como mencione, las TIC pueden beneficiar o perjudicar los procesos educativos, todo dependerá de la relación que previamente se planee realizar a la hora de incluirlas en los sistemas educativos. No basta incluir a las TIC en la educación. Hay que darle forma y sentido a esa inclusión, es decir, hay que planear, capacitar, direccionar, adecuar, evaluar, preparar el terreno educativo en que se pretendan incorporar.

Con la innovación de la laptop y sobre todo de la tableta digital a inicios del siglo XXI, muchos países del mundo comenzaron a implementar programas de dotación de dispositivos móviles en las escuelas. El primero de ellos, sería Uruguay en 2007 con el plan Ceibal y posteriormente muchas naciones –sobre todo latinoamericanas– seguirían sus pasos. Pero triste realidad con la que se enfrentarían al ver muchos de estos programas fracasados. Sin rumbo y sin dirección.

Prueba de ello, es el reporte que emitiera la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 2015, en que, a través de un estudio aplicado por el mismo organismo a sesenta y tres países, denominado “Estudiantes, Ordenadores y Aprendizaje: realizando la conexión”, en que concluyeran que, a pesar del uso de las TIC, no ha habido mejoras en el rendimiento académico de los estudiantes –al menos hasta esa fecha–.

Habrá que estar atentos a nuevos informes, más recientes y considerar las variables que en su momento se analicen.

Así, la brecha digital, es un término que comúnmente se relaciona a la diferencia que existe entre tener o no acceso a las TIC. Es un tema muy importante, por lo cual se está abordando en las comunidades industriales, académicas, educativas y sobre todo gubernamentales, donde lo primordial es no quedar fuera del acceso a las tecnologías digitales que cada día evolucionan más rápidamente.

Cómo educador, me detendría más en el análisis del uso que se da a los dispositivos móviles, que en el acceso a ellos.

Incluso el tema del acceso es algo que ya no debería competir tanto a los gobiernos, en el sentido de dotar. Pues actualmente un alto porcentaje de habitantes en cada nación, puede adquirir por cuenta propia el acceso a las TIC, centradas principalmente en los dispositivos móviles.

Los costos han disminuido, el acceso podría quedar de lado, lo verdaderamente preocupante y ocupante deben ser los usos, con lo cual quiero referirme a la importancia de la capacitación, actualización y formación en uso de tecnología digital, tanto de los docentes, como de los estudiantes. En eso deben invertir los gobiernos en Latinoamérica.

Brecha Cero: ¿Qué desafíos afronta América Latina en lo que respecta a la inclusión de las TIC en Educación?

Miguel Gallegos: En primer lugar, pensaría en que América Latina es ante todo un consumidor de tecnología. Creo que es lo que culturalmente seguimos pensando, en consumir. Pocas veces podemos escuchar el término, innovar, crear o generar tecnología. Creo que ese debería ser el desafío, que en nuestro continente deberíamos pensar en dar ese salto y pasar a desarrollar modelos de generación de TIC.

Pero mientras eso sucede, ciertamente debemos seguir usando la tecnología asiática, debemos seguir incluyéndola.

La inclusión de las TIC en educación en los países es un tema que corresponde a los gobiernos a través de sus ministerios o secretarías de educación. Es un tema de políticas públicas de inclusión de TIC en la educación, de incorporación a la agenda gubernamental. Como sabemos, las políticas tienen un ciclo de vida: identificación, diseño, selección, implementación y evaluación.

Por ello, considero que, con la experiencia de estos primeros años del siglo en el tema de tecnología educativa, los gobiernos Latinoamericanos deben generar nuevas políticas inclusivas, que no solo doten y brinden acceso a las TIC. Lo importante será la concientización –evocando a Paulo Freire– de las usanzas educativas se den a las TIC, tanto de manera institucional como individual.

Brecha Cero: ¿Qué trabajos realiza REDEM para que aumente la adopción de las TIC en el sector educativo?

Miguel Gallegos: En primer lugar, mencionar que REDEM es una organización internacional que tiene por finalidad elevar el nivel educativo tanto de estudiantes como de profesores a través del uso de las Tecnologías de Información y Comunicación, por medio de sus plataformas digitales de difusión; que se alimentan de las experiencias compartidas por docentes, académicos, investigadores, centros e instituciones educativas en sus diferentes niveles y modalidades, distribuidas en Latinoamérica, España y Angola en el continente africano.

Una de las líneas más importantes de REDEM en este sentido, es el programa de alfabetización digital, en el que tengo el gusto de participar de la mano de más de cien especialistas en tecnología educativa distribuidos en más de veinte países. Todos ellos, participantes voluntarios sin más interés que, el de difundir las actividades que se realizan en sus diversos países y en sus diferentes ámbitos e instituciones en relación al uso de las TIC en la educación.

Así, la dinámica de compartir experiencias en nuestro portal electrónico www.alfabetizaciondigital.redem.org ha dado pauta en los últimos dos años, a aprender unos de otros, a que las instituciones educativas a las que pertenecemos conozcan nuevas formas de trabajar con TIC.

Durante mi gestión en el programa de alfabetización digital, pusimos en marcha el proyecto embajadores digitales, y quienes participan de manera voluntaria en nuestro proyecto con gusto dan a conocer las actividades que hacen en sus ámbitos laborales y académicos. Nuestra plataforma ha sido un referente para muchos profesores en el último año.

REDEM es una organización autogestionaria, autofinanciada, independiente y libremente contribuye y apoya iniciativas que tengan un carácter educativo y de aporte a la cultura en América Latina y en cualquier parte del mundo en que se brinden las condiciones de hacer sinergia.

Debo confesar que no ha sido fácil la humilde aportación que REDEM hace a la sociedad, el equipo que participa lo hace voluntariamente, no se manejan recursos y, por tanto, los programas que se generan son con recursos propios, con un gran esfuerzo y con el simple deseo de contribuir a tener un mejor mundo.

Por otro lado, en el entendido de que la capacitación y actualización de los profesores es de sumo interés para nosotros, desde REDEM se tienen otras líneas de acción para ofertar cursos y desarrollo en TIC, con el fin de cumplir nuestro sueño de unir a los profesionales de la educación del mundo en una misma plataforma colaborativa, libre y abierta en que los usuarios de estas tecnologías sean cada vez más conscientes del sentido educativo que se le puede brindar a las TIC del presente y del futuro. Esas son parte de las estrategias que realizamos para contribuir a una mejor adopción de las tecnologías en el sector educativo.

Finalmente, mencionar que desde REDEM, se ha podido construir una red de profesores esparcidos en diferentes partes del mundo, que mantenemos comunicación en línea y que compartimos experiencias, materiales digitales y sueños. Así mismo, cuando las circunstancias lo permiten coincidimos en algún congreso, en algún evento educativo o en alguna de las instituciones educativas a las cuales pertenecemos, sea en el país en que radicamos o en algún otro que tengamos la oportunidad de visitar.

REDEM es una comunidad para fraternizar y solidarizarse en bien del mejor uso educativo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.

Fuente de la entrevista: http://brechacero.com/america-latina-debe-invertir-en-la-capacitacion-del-uso-de-las-tic-en-educacion/

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Entrevista: Soledad Acuña. La educación digital despierta la creatividad

Por educa.org

María Soledad Acuña, ministra de Educación e Innovación de la Ciudad de Buenos Aires, nos cuenta la transformación educativa y tecnológica que viven las escuelas porteñas para que los chicos y jóvenes puedan desarrollar las habilidades imprescindibles que requieren los tiempos actuales y futuros.

¿Qué herramientas les está brindando hoy la escuela a los chicos para que puedan convertirse en autores de su propio futuro? Además de lectura, Matemática y Ciencias, ¿cómo se está abordando la formación en nuevas habilidades que pide nuestra época, incluidas las habilidades socioemocionales?

Estamos viviendo en un mundo de cambio y actualización constante y tenemos el enorme desafío de que la escuela acompañe ese proceso. No sabemos cómo van a ser los trabajos del futuro, lo que sí sabemos es que van a tener dos características: van a ser principalmente digitales y muy dinámicos. Los jóvenes se preparan hoy para trabajos que aún no existen.

También sabemos que el trabajo ‘de por vida’ está desapareciendo. Lo que viene son cambios mucho más constantes y por eso debemos formar jóvenes que tengan la capacidad de adaptarse a estas nuevas realidades.

En la Ciudad de Buenos Aires trabajamos por una escuela que estimule el talento, donde se propongan buenas preguntas y posibilite que todos los estudiantes desarrollen un aprendizaje que incluya los conocimientos, actitudes, valores y habilidades que el siglo XXI plantea.

Este año, diecinueve escuelas secundarias públicas de la Ciudad son Secundarias del Futuro: una escuela secundaria que se adapta a las nuevas tecnologías, a los nuevos formatos de los procesos de enseñanza y de aprendizaje y a las futuras demandas de la sociedad.

Este modelo promueve el aprendizaje por áreas de conocimiento, superando la fragmentación entre disciplinas; la planificación conjunta entre docentes y el trabajo articulado en el aula; el acompañamiento personalizado de los estudiantes a través de tutorías; el desarrollo de capacidades para el desenvolvimiento en la sociedad del futuro; el acompañamiento de los alumnos para la continuidad de estudios superiores y prácticas educativas obligatorias.

Además, focalizamos todos nuestros esfuerzos en formar ciudadanos digitales, usuarios críticos, autónomos, responsables, creadores de tecnología y generadores de información.

Por eso, incorporamos la tecnología a la enseñanza desde Nivel Inicial. Hoy, podemos decir que todos los chicos en sala de cinco años cuentan con el atelier digital y a través del juego y la exploración aprenden un nuevo lenguaje: el lenguaje de la programación.

En todos los niveles educativos, la Ciudad ha recorrido un importante camino en la incorporación de una cultura digital dentro del aula. ¿Qué experiencias han aprendido en este proceso y qué pueden compartir con ministerios o secretarías de otras jurisdicciones que estén en una instancia menos avanzada?

Partimos de plantearnos cómo educar a los alumnos de hoy que tienen permanentemente acceso a la información, están hiperconectados y tienen la capacidad de mirar muchas pantallas al mismo tiempo.

Para dar respuesta a este contexto, creamos el Plan Integral de Educación Digital enfocado en el uso pedagógico de la tecnología. Con esto, buscamos formar ciudadanos digitales a través de la incorporación de una diversidad de dispositivos que enriquecen los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Desde nuestra experiencia podemos decir que es muy importante que los chicos tengan Educación Digital desde Nivel Inicial ya que esto despierta la creatividad y garantiza el desarrollo integral de las competencias propias de la sociedad digital en toda su escolaridad.

Otro aspecto decisivo en la integración de la escuela a la cultura digital es el acompañamiento pedagógico. Desde que comenzamos con el PIED pudimos confirmar que es sumamente importante el rol de los facilitadores pedagógico digitales que junto a los docentes diseñan e implementan estrategias, fomentan el conocimiento y la apropiación crítica y creativa de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) en la comunidad educativa.

Los avances tecnológicos nos obligan a estar atentos a las nuevas oportunidades y necesidades. En 2017, iniciamos una segunda fase del Plan Sarmiento y hoy las escuelas cuentan con tablets para uso exclusivo de los alumnos de primer ciclo, mientras que los alumnos de cuarto a séptimo grado cuentan cada uno con una netbook.

Además, contamos con el programa Aprendé Programando para los estudiantes de los últimos años de la secundaria que brinda herramientas para iniciarse en la industria como desarrolladores junior de videojuegos, páginas web y aplicaciones móviles.

Por otra parte, Codo a Codo, es una iniciativa para egresados de nivel secundario. A través de este curso de especialización, los capacitamos para insertarse laboralmente en el sector del software que está en continuo crecimiento y cada vez aumenta más su demanda de puestos de trabajo.

Los docentes son la base del sistema educativo. ¿Cuáles son los planes del Ministerio para asegurar la idoneidad de los maestros y jerarquizar la carrera docente?

Estamos convencidos que la carrera docente es una carrera del futuro. Hoy, vemos en los docentes un interés genuino en capacitarse, mantenerse actualizados y buscan el modo de encontrarse con sus estudiantes.

Desde Escuela de Maestros ofrecemos un ámbito de formación, discusión y mejora continua de las prácticas de enseñanza y de conducción escolar, con el objetivo de promover el desarrollo profesional de todos los docentes y equipos directivos.

Brindamos formación continua a más de 40 mil docentes por año, en diversos espacios de capacitación. Entre ellos se destacan el plan trienal de formación situada destinado a todos los maestros de nivel primario, con el fin de mejorar la enseñanza de Lengua, Matemática y Ciencias. Cada docente participa de 100 horas de capacitación por año.

Es nuestra prioridad capacitar a los docentes en tecnologías digitales y por eso contamos con una variada oferta de cursos, seminarios y talleres.

Además, estamos convencidos de la importancia de crear una Universidad donde se formen los maestros, para jerarquizar su profesión y para que más jóvenes elijan la carrera docente.

Es necesario que la formación esté centrada en las competencias, en el trabajo interdisciplinario, en la práctica del aula y que utilice la tecnología desde una perspectiva pedagógica, entre otras características.

Fuente de la entrevita: https://virtualeduca.org/mediacenter/la-educacion-digital-despierta-la-creatividad/
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Argentina: La crisis del sistema educativo en su conjunto (Audio)

Argentina / 16 de septiembre de 2018 / Autor: FM La Tribu / Fuente: La Mar en Coche

Los maestros y maestras de escuelas públicas y privadas y las y los docentes universitarios de todo el país ratificaron la convocatoria a un paro nacional con movilización al Congreso para el próximo jueves 13.

La medida de fuerza es en rechazo al ajuste presupuestario para el sistema público de educación –que el Gobierno profundizará en 2019 en busca del déficit cero, según denuncian los gremios– y se da también en el marco del conflicto universitario en todo el país, con facultades paralizadas por tomas estudiantiles y huelgas de profesores

La semana próxima va a ingresar el Presupuesto 2019 para su tratamiento en el Congreso y trae un ajuste en educación muy importante. No va a incluir por primera vez lo que es inversión en educación técnica y las becas escolares.

María Bielli, referente de El Hormiguero, rectora del Instituto de Formación Superior Dora Acosta en la Villa 31 explica cómo ve el debate del proyecto de UNICABA y da un panorama de toda la situación educativa nacional.

 

 

 

 

Fuente de la Entrevista:

LA CRISIS DEL SISTEMA EDUCATIVO EN SU CONJUNTO

ove/mahv

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Rafael Bisquerra: “El profesorado necesita competencias emocionales para poder gestionar su bienestar”

Los programas de educación emocional contribuyen a disminuir los comportamientos disruptivos en el aula a la vez que aumentan el rendimiento académico de los alumnos. Con todo, explica Rafael Bisquerra que son especialmente importantes para los mismos maestros, uno de los sectores profesionales con más bajas por ansiedad, estrés y depresión. ¿Se puede educar desde el malestar?, se pregunta Bisquerra.

Por Víctor Saura12/9/2018

A la hora de hablar de educación emocional, Rafael Bisquerra (Artà, Mallorca, 1949) es la gran referencia. Catedrático de Orientación Psicopedagógica de la Universitat de Barcelona, de la que hace 42 años que es profesor, Bisquerra explica que se empezó a interesar por el trabajo de las emociones a mediados de los años noventa, cuando “nadie hablaba de ello”. En 1997 impulsó el GROP (Grupo de Investigación en Orientación Psicopedagógica) en la UB, cuyo objetivo es la investigación y divulgación en educación emocional, y de aquí surgió en 2002 el Posgrado en Educación Emocional y Bienestar. Bisquerra es también autor de un montón de libros sobre la materia, y ha asesorado también a varios países de Latinoamérica. Actualmente desde el GROP se está impulsando una Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar.

Cuando habla con un maestro ¿qué le aconseja sobre educación emocional?

Nuestra función no es tanto dar consejos como sensibilizar, porque el profesorado sensibilizado está en predisposición para formarse y poner en la práctica programas de educación emocional. Por lo tanto, nuestro modelo sigue estas tres fases: sensibilización, formación y puesta en práctica de programas.

¿En qué consiste la sensibilización?

No se trata de imponer nada, sino de hacer una tarea indirecta para tomar conciencia de cuáles son las necesidades sociales que no están suficientemente atendidas en las áreas académicas. La educación en el siglo XX ha sido eminentemente cognitiva y centrada en la transmisión de conocimientos, lo que es muy importante, pero hay otros aspectos que también lo son y a los que no se ha dado la importancia que merecen. La educación emocional parte de un análisis de necesidades. En este análisis observamos que en nuestro entorno hay una prevalencia de ansiedad, estrés, depresión, comportamiento de riesgo, conductas violentas, embarazos no deseados… y toda una serie de comportamientos que son una manifestación del analfabetismo emocional. La prensa es un escaparate de este analfabetismo emocional, sólo hay que leerla.

Pues sí que estamos mal.

Fijémonos en la estadística. En España se consumen unos 40 millones de paquetes de ansiolíticos y 38 millones de paquetes de antidepresivos cada año. Estos datos nos dan algunas pistas. Una parte de esto se podría prevenir con educación de las emociones, pero no es fácil, que quede muy claro, porque después nos piden que con una conferencia resolvamos estos problemas. Hace falta sensibilización, que es el paso previo para la asignación de presupuestos. Y esta sensibilización tiene que ir dirigida al profesorado, a los directores de centros, a las familias, a la sociedad en general y a la clase política.

Imagine que ya tenemos al maestro sensibilizado que entiende que su tarea va más allá de la transmisión de conocimientos. ¿Cómo se forma?

La formación del profesorado, tanto la inicial como la continua, no contempla mucho la educación emocional. Si alguien que estudia para maestro recibe alguna formación es puramente por azar, porque hay algún profesor que se ha sensibilizado y se ha formado, y que intenta difundirlo a través de la materia que está impartiendo. Por esta ausencia de formación creamos el posgrado en educación emocional y bienestar, que ofrecemos en versiones presencial y semipresencial. Aquí nos llega gente de todo el mundo, pero muy especialmente de Latinoamérica.

Entre infantil, primaria y secundaria, ¿cuál sería la etapa en la que hay que poner más el acento en relación al trabajo emocional?

Lo ideal es empezar con las familias desde el nacimiento, y que esté presente en la educación infantil, primaria, secundaria, universitaria, en las empresas y a lo largo de toda la vida. La educación emocional adopta un enfoque del ciclo vital. La necesitamos durante toda la vida porque es como un entrenamiento. Hace 50 años, quienes empezamos a hacer footing por la calle nos conocíamos, en el pueblo éramos media docena, pero también en Barcelona se saludaban cuando se encontraban. En los últimos 50 años ha proliferado la práctica del deporte, del correr, también han proliferado los gimnasios, y por lo tanto tengo la esperanza de que dentro de 50 años haya un montón de gimnasios emocionales y que se haga entrenamiento emocional durante toda la vida, porque el desarrollo integral de la persona es cognitivo y es físico, pero también es un desarrollo emocional, social y del bienestar interior.

Si nos comparamos con otros países, ¿cómo estamos?

Tenemos que tener presente que los cambios educativos son muy lentos. El país que podríamos pensar que es puntero en todas las cosas, y por lo tanto también en esto, sería Estados Unidos. Pero ni siquiera ahí está implantada de forma generalizada la educación emocional. Se hace desarrollo de la inteligencia emocional en centros que tienen a la dirección o al profesorado sensibilizado, o por impulso de una institución, como por ejemplo la Universidad de Yale, que es la referencia y hace investigación en centros educativos. Yo diría, con toda modestia, que la sensibilización que actualmente empieza a haber por parte del profesorado, en España, nos permite situarnos como uno de los países de vanguardia en este tema. No quiere decir que estemos como sería de desear, pero partiendo de cero hace veinte años, actualmente como mínimo se habla y no sólo dentro de los profesionales de la educación. Piense que cuando empezamos a utilizar la expresión “educación emocional” a mediados de los años noventa, estuvimos tiempo pensando si podía ser la expresión más adecuada.

Creía que era una expresión importada de Estados Unidos.

No, es nuestra. En aquellos tiempos en que ni teníamos Google ni las redes de comunicación de ahora, en Estados Unidos empezó a funcionar casi al mismo momento otra expresión: social and emotional learning, que traducido sería “aprendizaje social y emocional”. Por lo tanto, en la literatura internacional funciona social and emotional learningemotional intelligence, y educación emocional en castellano, mientras que emotional education en inglés se empieza a usar ahora, pero no mucho.

| Foto: Guillem Espun

¿Qué tendría que cambiar, en cuanto a sistema educativo, ratios, currículum, etc, para poder trabajar bien las emociones en el aula?

Vuelvo a insistir en la sensibilización, es el punto desencadenante. Es probable que un alumno no tenga problemas graves a la hora de distinguir un coleóptero de un lepidóptero, o de resolver una ecuación de segundo grado, y en cambio es probable que tenga problemas por estados emocionales descontrolados que le predispongan a ansiedad, estrés, a respuestas violentas, a veces incluso con la pareja o los hijos. Hace falta, pues, sensibilizar para hacer entender que muchos de los problemas que tendrá el alumno cuando sea adulto tendrán más que ver con problemas emocionales que cognitivos. Pero de esto no somos todavía conscientes. No somos conscientes de que la violencia es uno de los grandes problemas de la humanidad y que muchas veces se activa a partir de la ira, la rabia, el enfado, que nos remueve por dentro de manera descontrolada y nos comportamos de tal forma que no controlamos y después nos arrepentimos. Las emociones funcionan como un volcán, y nosotros nos podemos entrenar para dar respuestas reguladas y adaptativas, y que esto contribuya a la prevención de conflictos de violencia y en definitiva del malestar.

Sensibilizar sin dar herramientas parece más bien frustrante.

Una vez que el profesorado está sensibilizado la recomendación que le haría es que pida formación, ya sea a través de la dirección del centro, de los ICE de las universidades o de la administración. A veces la formación que se da es puntual e insuficiente, y por eso consideramos que con el posgrado, que es de todo un año, se podía dar una formación completa y fundamentada. En este posgrado hay una parte práctica que consiste en poner en marcha un programa de educación emocional en un centro educativo.

A los centros y al profesorado les damos tres razones para formarse. Primera, porque toda persona necesita esta formación y, por lo tanto, el profesor, como una persona más, también la necesita. Pero es que además la necesita porque trabajar con chicos, y más si son adolescentes, es vivir emociones continuamente a flor de piel. Hay que tener presente que hablamos de uno de los sectores profesionales con un indicador más alto de bajas por ansiedad, estrés y depresión. Y una tercera razón es para poder contribuir al desarrollo de las competencias emocionales de los estudiantes.

¿O sea que los primeros que tienen que trabajar las emociones propias son los maestros?

Exactamente. Se habla mucho del malestar del educador, pero yo me pregunto: ¿un profesor puede educar desde el malestar?

Diría que no.

Por lo tanto el profesorado tiene que tomar conciencia de que una educación eficiente y con sentido sólo puede ser desde el bienestar y por el bienestar. Y tenemos que educar para eso. El profesorado necesita competencias emocionales para poder gestionar su bienestar porque la educación es una experiencia profesional de tensión permanente, que activa el malestar si uno no tiene los recursos para revertir la situación en un reto y gestionar las emociones propias para valorar aquello que es positivo. Creo que hay que insistir que la profesión de profesor es una de las más dignas y honorables que hay, y que desgraciadamente no tiene el reconocimiento social ni salarial que debería tener.

Pero es un trabajo muy vocacional.

Con un matiz: probablemente lo es más en infantil y primaria que en secundaria, que es donde hay más problemas. El profesional de la educación desgraciadamente tiene que contar con la falta de agradecimiento. Muy pocas veces el estudiante o la familia le dicen al profesor “gracias por todo el que has hecho por mí o por mi hijo”.

Si los maestros están poco valorados, los orientadores todavía menos…

Sí, y son una pieza clave. De hecho, la educación emocional sale de la orientación. No hay una sensibilidad social ni política en cuanto a su importancia en el desarrollo integral. Quizás porque a veces los orientadores han tendido a adoptar un planteamiento más psicoterapéutico, es decir, de atención a los problemas, que no psicopedagógico, que quiere decir intervenir en todos los estudiantes para la prevención y para el desarrollo integral del estudiante, que es su misión dentro del sistema educativo.

Volviendo a los maestros, ¿entonces tiene que trabajar sus propias emociones para después  trabajar las de sus alumnos?

Y en tercer lugar se tiene que trabajar con las familias. Desde el centro educativo también se puede gestionar la formación de las familias en competencias emocionales.

¿Esto forma parte del programa?

Exacto.

¿Hasta qué punto no hacer un buen trabajo con las emociones incide en el fracaso escolar?

Hay una correlación entre el desarrollo de competencias emocionales y el rendimiento académico. Y sabemos que los programas de educación emocional, si son realizados con los requisitos de calidad que recomienda la investigación y el marco teórico, producen una mejora en el rendimiento académico que se ha llegado a estimar en el 11% de mejora. Si en España se pusieran en práctica programas de educación emocional –con todos los requisitos– en todos los centros educativos y el rendimiento aumentara este 11% nos pondríamos en la punta de lanza de las pruebas PISA.

¿Los países líderes en PISA trabajan mejor las emociones?

Precisamente Finlandia, que es un referente, ha tomado conciencia de esto y cada vez lo trabaja más.

¿Qué otros aspectos trabaja el programa?

Los programas de educación emocional han evaluado distintos aspectos. Cuando se ponen en práctica, insisto cumpliendo todos los requisitos, lo que no es fácil, se observa una disminución de los comportamientos disruptivos dentro del aula, de la conflictividad, de la violencia, mientras que, como hemos dicho, mejora el rendimiento académico pero también el clima de aula… en general mejoran las actitudes frente al aprendizaje.

Imaginemos a una maestra de primaria. ¿Qué tiene que hacer por la mejora de la autoestima o de la autoconfianza de sus alumnos?

Lo que puede hacer es contribuir a la conciencia emocional. Tomar conciencia de las propias emociones quiere decir, en primer lugar, conocer el vocabulario emocional. Para referirnos a las emociones y para tomar conciencia de cuando me empiezo a enfadar, y cuando esto pasa tengo que ser consciente de que se acelera el ritmo cardíaco, se empieza a acelerar la tensión sanguínea, empiezo a notar cambios en el organismo, y si esto lo puedo parar enseguida no tiene mucha trascendencia. Pero si pulso el acelerador puedo montar un pollo, y esto pasa a veces desgraciadamente. Por lo tanto, tomar conciencia para regularlo, y esta regulación se hace mediante entrenamiento con técnicas de relajación, respiración, meditación, mindfullness, reestructuración cognitiva, cambio de atribución causal, relativización de las relaciones causa-efecto, estimulación del pensamiento consecuencial y alternativo… precisamente montamos el posgrado para impartir y desarrollar este conjunto de técnicas.

Esto sería en el caso de un alumno que necesita más autocontrol. ¿Pero qué pasa por ejemplo con el alumno que se siente un don nadie, que no participa, que se queda al margen… pero que no es disruptivo?

Hay un principio muy importante de la educación emocional, que es identificar los méritos, las virtudes y competencias de todo estudiante. Cada uno tiene que ser consciente de que sirve por algo, que tiene competencias para algo, y que hay algún adulto que conoce y valora. Todo esto tiene que ver con la estimulación de la autoestima, autoconfianza, automotivación, lo que en definitiva es la autonomía emocional.

¿Cómo ayuda o cómo no ayuda la evaluación al bienestar emocional de los alumnos?

En la evaluación institucional la educación emocional no está contemplada. Es importante tener presente que el sistema educativo funciona a través de las evaluaciones institucionales, que son principalmente las pruebas de competencias básicas, las pruebas PISA y la selectividad. Lo que evalúan estas tres pruebas condiciona lo que se está haciendo. A veces pensamos ingenuamente que el profesor hace un programa que después es evaluado, pero la cosa no funciona así, sino que hay unas pruebas de evaluación que condicionan todo el currículum académico. Especialmente las pruebas de selectividad.

Condicionan todo el bachillerato.

Y la ESO indirectamente también. Por lo tanto, si en selectividad lo que se pide son matemáticas, lengua, sociales, etc, que me parece muy bien, esto será en lo que se insistirá. Dado que en selectividad no hay nada ni de criterios éticos ni morales ni de competencias emocionales, esto quiere decir que el sistema educativo no le da importancia y, por lo tanto, no está presente dentro de la educación reglada. Me consta que como mínimo quienes gestionan las pruebas PISA han empezado a tomar conciencia sobre la importancia que tiene esto y tienen intención de introducirlo. El problema es cómo lo evaluamos. Tenemos un problema de fondo. Estamos acostumbrados a evaluar conocimientos a través de pruebas de papel y lápiz. Y no sabemos cómo evaluar competencias. Y cuando hablamos de educación emocional estamos hablando de competencias.

En Cataluña precisamente ahora la evaluación por competencias se introduce en la secundaria. ¿Vamos por el buen camino?

Se está avanzando en esta línea. Pero fijémonos cómo muchas veces cuando hablamos de competencias nos centramos en la parte del conocimiento de la competencia. Dentro de la competencia hay un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades, actitudes y valores, y muchas veces evaluamos sólo la parte de conocimiento. Porque evaluar competencias es muy difícil. Para medir las competencias de forma ecológica tienen que ser observadas en el comportamiento habitual de esta persona.

Hacer esto en un aula con 30 alumnos parece complicado.

Es un reto y me parece muy importante insistir e ir avanzando por este camino, aceptando la gran dificultad que tiene evaluar por competencias, que es un cambio de mentalidad.

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Colombia: Cambios en las pruebas del Icfes. Directora de la entidad explica en qué consisten

América del sur/Colombia/13 Septiembre 2018/Fuente: Semana

María Figueroa, directora del Instituto de Evaluación, conversó con Andrea Escobar, directora de Semana Educación, sobre las transformaciones que vive la entidad bajo su dirección.

El Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (Icfes) es uno de los bastiones que sostiene el sector educativo: está encargado de entender cómo está el país en términos de aprendizaje, en qué competencias y habilidades son fuertes los estudiantes, universitarios y profesores y qué falta por fortalecer. En otras palabras, mide el desempeño y la calidad, crucial en un campo como la educación, que constantemente debe actualizarse y entender las necesidades de desarrollo y las exigencias del mundo.

Este año, las pruebas dieron varios giros: por primera vez no se realizaron los exámenes de tercero, quinto y noveno (que evalúan únicamente las habilidades en matemáticas y lenguaje) porque la entidad necesitaba autoevaluarse y analizar qué elementos estaban quedando por fuera en estas mediciones. Un pare en el camino para reinventarse.

María Figueroa, directora del Icfes, llegó al cargo para asumir un barco que está en pleno proceso de latonería y pintura. Ella, experta en la evaluación y la docencia, le explicó a Andrea Escobar, directora de Semana Educación, y a usuarios de Facebook el presente y el futuro de la entidad.

Andrea Escobar (A.E.): Su hoja de vida y la trayectoria demuestran que lleva muchos años trabajando en el sector educativo. ¿Cómo llegó a él?

María Figueroa: Estoy acá un poco por azar. Soy bióloga de formación y mientras trabajaba con los monos araña en La Macarena me picó una raya. Tuve que volver a Bogotá y para ganar dinero me puse a dictar clases particulares de ciencias. Me encantó hacerlo y luego me llegó la oportunidad de trabajar en un colegio dictando clases en esta misma área. Así me metí en el cuento de la educación.

Durante los siguientes años trabajé con profesores, jalonando los procesos de formación de los docentes del Distrito. Gracias a esa experiencia llegué a la conclusión de que es a través de la evaluación que podemos tener un impacto en las políticas públicas de educación. Es decir, trabajar desde el campo de la evaluación puede contribuir a entender su impacto y moldear mejor la información que las pruebas entregan.

Con eso en mente, hice mis estudios de maestría en educación y luego me enfoque en el tema de valoración, lo que hago hoy en día como directora del Icfes. Luego de todo eso, uno ya no quiere salir del mundo de la educación.

A.E.: Una vez en el cargo de directora del Icfes, ¿cómo recibe la institución? ¿Cómo está el Icfes en estos momentos y cuáles son los desafíos de la entidad en cara a los próximos cuatro años?

M.F.: El Icfes es una institución técnica, robusta y, por su naturaleza jurídica, no hace parte del presupuesto de la nación. El Icfes vive del recaudo de las pruebas de Estado y de los proyectos propios. Entonces, recibo una institución fortalecida y mi equipo llega con muchas ideas sobre lo que se puede hacer para enriquecer el trabajo de la entidad. Queremos ofrecer las mejores pruebas, pero no solo eso. La apuesta está en usar la información que estas arrojen para aportar en los lineamientos de las políticas públicas. La idea es hacer las pruebas de una forma más eficiente, en el sentido que no nos cueste tanto realizarlas. Creo que como país debemos apostar a implementar el Saber y el Saber Pro en computador. Estamos en mora con ese objetivo.

Cuando llego a la dirección ya se había implementado un proyecto de inclusión en el que estudiantes en condición de discapacidad cuentan con apoyos (según su necesidad) para realizar las pruebas: ya sea entregarles un cuadernillo particular, omitir algunos apartados de las pruebas o concederles más tiempo para llevarla a cabo, todo esto en favor de obtener más información sobre el desempeño de estos estudiantes. De conocer sus habilidades.

Por ejemplo, los estudiantes con discapacidad auditiva reciben las pruebas en video, y los que tienen discapacidad visual cuentan con un acompañante para efectuar el examen. Es un elemento que genera más acceso a estas poblaciones, es un tema de equidad.

A.E.: Una de los asuntos más interesantes que acabó de mencionar es el tema de las pruebas por computador. ¿Sí son posibles? ¿Cómo funciona?

M.F.: Claro que es posible y se puede emplear de varias formas. Por ejemplo, hay pruebas adaptativas que se aplican para aplicar a estudios de posgrado. En ellas, el aparato tecnológico lanza preguntas al aspirante y, dependiendo del desempeño en la primera respuesta, el computador lanza la siguiente con mayor o menor grado de dificultad. Esto es realmente importante porque es una dinámica evaluativa que da muchas más luces sobre el desempeño del estudiante y sobre lo que es capaz de hacer.

Pruebas por computador se pueden hacer en línea. En el caso de Colombia no se aplicarían en línea, pero sí a través de otros mecanismos porque no todos los territorios tienen acceso a internet. Aplicarlas así nos ahorraría un montón de tiempo en la lectura y transcripción de las respuestas.

A.E.: ¿Y eso ayudaría a que tampoco se copien tanto? Realmente, ¿cuánto se copian en las pruebas?

M.F.: El tema de fraude es un tema complicado como país. Cada vez es más fuerte el tema de corrupción, y yo creo que es un fenómeno que nos permea a todos como sociedad. La apuesta es que nuestras pruebas resuelvan temas de equidad (con el proyecto de inclusión), pero también de legalidad. Las pruebas por computador nos puede ayudar a disminuir el fraude en estos exámenes.

A.E.: Durante la carrera electoral, Duque planteó mirar las pruebas no solo en términos cuantitativos, sino también cualitativos, de manera que la evaluación sirva para mirar más allá de los resultados y mirar el contexto estudiantil, entender qué pasa con las personas. ¿Van a seguir esta línea? ¿Qué planes hay en torno a este tema?

MF: El objetivo del Icfes es monitorear la calidad de la educación. Nosotros debemos leer información sobre cómo le va a los estudiantes en matemáticas, lenguaje y ciencias sociales. Pero la función de la educación no es solo esa. Está también desarrollar otras habilidades y competencias.

Por ejemplo, las pruebas Pisa (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, realizado por la Ocde) en sus próximas pruebas va a medir pensamiento creativo, entonces es un tema que definitivamente hay que tener en cuenta y que es posible observarlo a partir de los resultados cualitativos. Teniendo esto en cuenta es muy importante que como país nos preguntemos qué queremos desarrollar en nuestros estudiantes para saber en esas pruebas qué queremos medir. Es decir, son muy importantes las habilidades cognitivas, pero también lo son las habilidades sociales y emocionales.

En este momento, en el Icfes estamos creando una unidad que se encargará de evaluar otras habilidades como pensamiento creativo y trabajo en grupo, porque son sin duda elementos que aportarán a entender las habilidades socioemocionales. Esto servirá para poder trabajar con los maestros en desarrollar esas otras habilidades.

A.E.: Este año no se aplicaron las pruebas de tercero, quinto y noveno porque eran necesarios unos ajustes. ¿Tiene que ver con lo que usted mencionó de medir competencias socioemocionales? O, ¿a qué se debió esa decisión?

M.F.: En este momento, las pruebas de tercero, quinto y noveno miden únicamente matemáticas y lenguaje. Las decisiones sobre estas tres evaluaciones están ligados a su razón de ser: aportar a entender cómo va Colombia en su sistema educativo. Por eso, en este momento estamos analizando qué debemos medir en los estudiantes de tercero, quinto y noveno.

Para ello vamos a hacer unas mesas de trabajo en las que probablemente se decida reintegrar las competencias ciudadanas en las mediciones. Como país y la coyuntura de posconflicto en la que estamos es muy importante tener coyuntura sobre esto. También queremos repensar la medición para ciencias sociales, pues somos un país diverso y pluricultural y entendernos en ese sentido es importante.

A.E.: ¿Cuando regresan estas pruebas?

MF: En el 2019.

A.E.: En estos términos, ¿cómo están nuestros jóvenes en su aprendizaje?

M.F.: Los jóvenes han mejorado dos puntos  en las pruebas, lo cual no es mucho. Sin embargo, lo que si arrojan estos resultados es que los jóvenes se están tomando más en serio las pruebas Saber. Las instituciones también se lo están tomando con seriedad y tienen en cuenta el desempeño pero para tomar medidas de mejora en sus planteles.

Aún nos falta mucho, pero por eso tenemos que trabajar como sistema articulado con el ministerio de Educación y con el Icbf para que podamos tener mejores resultados en el aprendizaje de los estudiantes
A.E.: ¿De qué tanto sirve que un estudiante se prepare para las pruebas Saber 11?

M.F.: Hay un tema y es que cuando aparecen estos lugares donde preparan a los estudiantes ya no estamos midiendo el desempeño sino habilidades de memoria y otros elementos. Con esto, pienso que como Icfes debemos ofrecer ese tipo de preparación. Actualmente ofrecemos el Pre-Saber que lo que intenta es que los estudiantes le pierdan el miedo al examen y sepa a qué se van a enfrentar. La clave entonces es perderle el miedo y estar familiarizados con ella.

Imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2018/9/11/582722_1.jpg

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/nueva-directora-del-icfes-maria-figueroa-cuenta-las-novedades-y-cambios-de-las-pruebas-saber-11-y-saber-pro/582723

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Patricia Contreras Tejada “Hay que empujar todo lo que podamos del lado de las mujeres y, si nos pasamos, ya hablaremos”

Entrevista/elpais.com

A comienzos del siglo XX, en las barberías de EE UU a los hombres les dio por cantar a capela mientras esperaban su turno para afeitarse. Así se popularizó la llamada música de barbería (barbershop music), reservada durante años a los oídos de los hombres. Los laboratorios científicos no eran entonces muy diferentes a las barberías. La melodía de la ciencia estuvo mucho tiempo vetada a los oídos de las mujeres. Patricia Contreras Tejada, nacida en Madrid en 1992, es una muestra de lo caducados que están estos clichés. Estudió Matemáticas y Física en la Universidad de Bristol, un máster en Filosofía de la Física en la Universidad de Oxford y ahora se doctora en los fundamentos matemáticos de la mecánica cuántica en el Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT). Y en sus ratos libres canta en The Barbees, un coro femenino de música de barbería en Madrid. La semana pasada, con el apoyo económico de la Fundación BBVA, Contreras Tejada coorganizó un encuentro de jóvenes matemáticos de todo el mundo. En el ICMAT, solo el 12% de los investigadores son mujeres.

Pregunta. ¿Qué pasaría si ahora mismo rigieran las leyes del mundo cuántico en el mundo macroscópico de esta habitación?

Respuesta. Si rigieran en lo macroscópico sería muy divertido porque podríamos interferir tú y yo y entonces podríamos trasladarnos muy rápidamente a otros espacios. No tendríamos necesariamente que recorrer todo el camino intermedio.

P. ¿Por ejemplo?

R. Pues tú y yo podríamos ir de aquí al hall, pero alguien que nos buscara por el camino nunca podría saber por cuál de las dos posibles rutas habríamos pasado.

«No tenemos lenguaje para explicar la mecánica cuántica»

P. ¿Por qué dos personas?

R. Porque podemos interferir constructivamente el uno con el otro, es decir, podemos sumar nuestra probabilidad de que los dos estemos en un sitio o restarla. La cuestión es que nunca podrías saber por cuál de los dos caminos has pasado.

P. Eso es lo que se denomina superposición cuántica.

R. Sí.

P. ¿La idea de que algo puede estar en dos sitios a la vez es una excesiva simplificación?

R. Sí, es muy simplificado. La cuestión es que tú nunca sabes en cuál de los dos sitios está. Y a ciertos efectos te interesa decir: matemáticamente se escribe que está en la suma de los dos sitios. Y entonces, claro, el lector ingenuo, o el estudiante de Física de primero, lee eso y dice: “Ah, vale, eso claramente quiere decir que está en los dos sitios a la vez”. Pues no. El problema está abierto porque evidentemente la mecánica cuántica no casa con nuestra intuición, es más que obvio. Entonces no tenemos lenguaje, porque el lenguaje lo hemos construido con mesas y sillas que sabemos perfectamente dónde están.

P. Su tesis trata del entrelazamiento cuántico. ¿Eso qué es?

R. Pongamos que las dos personas se han juntado antes, han metido dos dados en un laboratorio y los han sacado. En vez de al hall vamos a mandar a una persona a la Luna, porque así es más divertido. Si yo estoy en la Luna, tiro mi dado y me sale un 1, y yo sé que tú vas a tirar tu dado, sé que te va a salir un 1. Tú no sabes que te va a salir un 1, porque no sabes lo que me ha salido a mí. Entonces, en cierta manera yo puedo predecir el futuro, pero eso no es muy útil, porque no te lo puedo contar a ti antes de mandarte el mensaje por la vía normal, que es la velocidad de la luz como máximo. No es muy útil inmediatamente, pero sí podemos explotar esas correlaciones. Lo bonito de esa relación es que no necesita ningún medio físico, ninguna cuerda, ninguna onda, que exista entre las dos partículas.

«Un ordenador cuántico podría transmitir información de forma más barata y más rápida»

P. ¿De qué sirve tener dos fotones de la luz, o los dos dados del ejemplo, entrelazados?

R. Supongamos que tenemos un dado tú y un dado yo, hemos pasado por el laboratorio, están entrelazados y yo me voy a la Luna. Yo te quiero transmitir a ti que me ha salido un 1. Entonces tengo que elegir entre seis posibles mensajes, del 1 al 6, y me las puedo ingeniar para transmitir eso de la forma más eficiente posible. Pongamos que la forma más eficiente posible son tres bits. La cuestión es que si los dados están entrelazados a lo mejor con que yo te transmita a ti un solo bit tú puedes deducir que a mí me ha salido un 1. ¿Qué ventaja tiene eso? Que la información es cara de transmitir, porque el cable lo cobran. Tenemos tarifas planas, pero a alguien le cobran por cada bit transmitido. Y, además, cuantos más bits tengas que mandar más tiempo tarda. Así que un ordenador cuántico podría transmitir información de forma más barata y más rápida.

P. ¿En qué consiste su tesis doctoral sobre entrelazamiento cuántico?

R. Ahora supongamos que en vez de dos dados tenemos tres. Y hemos invitado a una amiga, Ágata, y la mandamos a Saturno. ¿Qué relación tiene que existir entre esos tres dados —yo con mi dado en la Luna, tú con tu dado en la Tierra, Ágata con su dado en Saturno— para que yo pueda comunicar la información de la forma más eficaz posible?

P. Una pregunta que le surge a cualquier persona que se acerca a la mecánica cuántica es: ¿A partir de qué tamaño dejan de regir las leyes de la mecánica cuántica y funcionan las de la física clásica?

R. Hay una línea difusa. Experimentalmente está todo más o menos atado: tú te vas mañana al CERN [la Organización Europea para la Investigación Nuclear, en la ciudad suiza de Ginebra], entrevistas al primero que pase y te dirá: si tengo dos protones va bien [el funcionamiento de las leyes de la mecánica cuántica]. ¿Por qué no tenemos un ordenador cuántico hoy? Porque en lo grande dejan de funcionar. Un ordenador cuántico de pocas partículas te sirve para muy poco, porque una calculadora de bolsillo te sale más barata y te lo hace igual de rápido. Lo que queremos es un ordenador cuántico muy grande. Problema: que en lo muy grande se nos rompen las leyes de la mecánica cuántica. ¡Oh, oh! Sabemos más o menos dónde está la frontera, pero la estamos cambiando, porque vemos que estamos un poquito más cerca del ordenador cuántico, que cada vez conseguimos entrelazar más partículas y meterlas todas en una caja para no se destruya esa relación.

«Yo nunca me he parado a decir: ‘Uy, como soy mujer lo he tenido más difícil en este punto de mi carrera’. Yo eso no lo he vivido, pero muchas de mis amigas, sí»

P. El físico teórico Oriol Romero-Isartpropuso atrapar con láser una esfera diminuta de vidrio de 100 millonésimas de milímetro, enfriarla y llevarla a un estado de superposición cuántica. O sea, poner esa bolita en dos sitios diferentes a la vez, para explorar dónde está la frontera a partir de la cual la mecánica cuántica no es válida. También propuso hacerlo con virus e incluso con ositos de agua, unos animales microscópicos que viven en musgos y helechos. Desde un punto de vista filosófico, abre la posibilidad mental de poner a una persona en dos sitios a la vez. ¿Teóricamente se podría hacer?

R. Teóricamente, si consideramos solo la mitad de la teoría, sí. Con los postulados de la mecánica cuántica puedes describir matemáticamente a una persona y ponerla en dos sitios a la vez rápidamente, en un papel, sin problema. ¿Qué pasa? Que experimentalmente se han dado cuenta de que existe otra ley, la decoherencia, que afecta a las cosas grandes. ¿Cómo de grandes? Lo estamos cambiando, estamos en ello. ¿Pasaremos de partículas de vidrio a virus y llegaremos a personas? Pues confío en que no y me extrañaría un montón. Por muy grandes que sean los ordenadores cuánticos no creo que hagamos esto con personas. Para gestionar algo así en un ordenador cuántico la gracia sería tener las partículas cada una por su sitio, no integradas todas en una persona. Son dos cosas distintas. Aunque tengamos un ordenador cuántico de dos metros de altura no será posible interferir con personas, hasta donde yo sé.

P. Usted afirma que iniciativas como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra el 11 de febrero, o incluso el reciente congreso de jóvenes matemáticos celebrado en el ICMAT sirven para promover un ambiente académico «más inclusivo». ¿No es inclusivo hoy en día?

R. No es tan inclusivo como podría ser. Siempre me gusta pensar que podría existir una ley natural que dijera que a los hombres se le dan mejor las matemáticas que a las mujeres, en cuyo caso nos podría aún así interesar meter a más mujeres en el campo, pero tendríamos también una razón de peso para decir: esto es así, porque parece que la evolución hizo que sea así. ¿Qué pasa? Que las mejores explicaciones que hay hasta la fecha de por qué menos de la mitad de los matemáticos son mujeres son patrones que tenemos muy arraigados en la sociedad, pero que no tienen ninguna razón de ser, más allá de la costumbre y otras desigualdades que tampoco tienen ninguna razón de ser. Es decir, que se nos cae todo el tenderete de las razones por las que existe. Entonces, vamos a cambiarlo. Yo personalmente nunca me he parado a decir: «Uy, como soy mujer lo he tenido más difícil en este punto de aquí de mi carrera». Yo eso no lo he vivido, afortunadamente, pero muchas de mis amigas sí, tanto matemáticas como no matemáticas. Yo creo que un ambiente inclusivo es saludable porque estás potenciando a la persona y le estás diciendo que puede hacer lo que quiera. Y eso es sano.

P. Hay un discurso que argumenta que si ahora en la carrera de Medicina hay un 65% de mujeres y un 35% de hombres, nadie exige despertar más vocaciones de los hombres hacia la Medicina.

R. Sigue habiendo un poco de techo de cristal, por muchas mujeres que entren en el campo de la medicina. Las estructuras de poder están en los hombres, así que sobra el comentario de que es igual de malo que se incline la balanza de un lado que del otro, porque no se inclina del otro todavía. Cuando se incline, hablaremos. Y yo hablaré encantada, pero es que de momento no se inclina. Lo que hay que hacer, para mi gusto, es, si la balanza se inclina muy hacia uno de los lados, empujar todo lo que podamos del otro. Y, si nos pasamos, ya hablaremos, pero de momento hay que empujar con todas nuestras fuerzas.

«Claro que faltan figuras femeninas de referencia en los medios de comunicación»

P. ¿Cuántas mujeres investigadoras hay en el ICMAT?

R. Yo hice un conteo en la web el día del 8 de marzo y me salió un 12%.

P. ¿Cuando usted hizo la carrera cuántas mujeres eran?

R. Como hice el doble grado tenía dos comunidades de personas. En física éramos aproximadamente un 20%. En matemáticas, aproximadamente un 50%. Yo estudié en la Universidad de Bristol, en Inglaterra, pero eso también se observa aquí en España. En las carreras de físicas hay una gran mayoría de hombres y en las de matemáticas hay más o menos mitad y mitad. En el salto al máster, olvídate. Muchas mujeres se van. ¿Y eso por qué es? Yo no soy socióloga ni soy experta en el área, pero por lo que se lee las mujeres valoran mucho la estabilidad y dudan más de sus propias capacidades. La investigación no te da ni estabilidad ni razón para confiarte. Entonces, eso tira a muchas mujeres a por salidas laborales fuera de la investigación. Por eso no continúan y por eso aquí no hay muchas.

P. ¿Faltan figuras femeninas de referencia en los medios de comunicación?

R. Claro que faltan, y esa es una buena manera de hacer ver que el talento está. Lo que hay que hacer, yo creo, es dar visibilidad al buen trabajo que ya hacen algunas mujeres en las matemáticas.

P. Solo una mujer ha ganado la medalla Fields desde su creación en 1936 y ninguna ha ganado en los premios Abel, instaurados en 2003. ¿Esto es explicable por la ausencia histórica de mujeres en las matemáticas o se ha ignorado a mujeres merecedoras?

R. Primero, claro, ha habido ausencia de mujeres en matemáticas. Y no se valoraba el trabajo de las pocas que había, con lo cual, complicado. Así nadie gana nada. Ha habido ausencia de mujeres que supieran leer y escribir, lo primero; estudiando matemáticas, lo segundo; e investigando matemáticas, lo tercero. Entonces, claro, pocas papeletas hay para que ganen las mujeres los premios.

Fuente; https://elpais.com/elpais/2018/05/16/ciencia/1526472491_554764.html?rel=mas

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