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Entrevista a Salvador Rodríguez Ojaos: “El propósito de la educación es mejorar el mundo”

22 junio 2017/Fuente:educaciontrespuntocero

Pedagogo, formador, blogger y asesor en innovación educativa, Salvador Rodríguez Ojaos se define como un “entusiasta de la educación”. Recientemente, acaba de publicar su primera obra en papel ‘La educación que deja huella y no cicatrices’ de Ediciones DeFábula. Hemos charlado con él acerca de su libro, el papel que tiene en estos momentos la escuela y el docente, metodologías de enseñanza…

Es su primer libro escrito en papel, ¿cómo ha sido la experiencia y qué le ha aportado?

Tras varios años escribiendo y publicando semanalmente en El Blog de Salvaroj sentí la necesidad de articular un discurso coherente sobre mi manera de entender la educación. Esa tarea de articular un discurso pedagógico coherente me ha servido para profundizar aún más en mi reflexión sobre cómo, qué, cuándo y dónde enseñar y aprender en el siglo XXI. Fruto de ella es el libro ‘La educación que deja huella y no cicatrices’.

Además tenía la sensación de que lo que escribo en las redes sociales y en el blog, aunque afortunadamente llega a muchas personas, tiene un carácter efímero. En cambio, la publicación del libro, en el que las palabras queden impresas en papel, lo hace más duradero y perdurable en el tiempo.

¿Qué temas aborda y desde qué perspectiva?

En el libro se aborda el concepto de educación en el mundo actual, que está caracterizado por la incertidumbre y por los cambios constantes. En él se reflexiona sobre cómo se debe enseñar y aprender en este mundo para que nuestros jóvenes tengan una vida plena y provechosa. La educación, tal y como se entiende en el libro, tiene como propósito mejorar el mundo y proporcionar a las personas las herramientas que les permitirán adaptarse a los retos y desafíos del presente y del futuro: educación emocional, educación en valores, creatividad, cooperación…  Una vez definida cómo debe ser la educación en la actualidad, se aborda cómo tiene que ser la escuela que ofrezca este tipo de formación y el papel de los docentes en este proceso.

En el libro se reflexiona cómo se debe enseñar y aprender en este mundo para que nuestros jóvenes tengan una vida plena y provechosa

En su opinión, ¿cómo debería replantearse la escuela el papel que juega en estos instantes?

La escuela ha perdido la exclusividad como garante de la transmisión del conocimiento, pero continúa siendo un lugar privilegiado para ello. Desafortunadamente, se ha ido convirtiendo en una especie de fábrica donde preparar exámenes y en la que es más importante aprobar que aprender. La escuela debe asumir su nuevo rol como lugar donde se forma a personas capaces de participar en la sociedad de manera activa, crítica y constructiva; de entender y valorar su cultura y la de otros;  y de vivir dignamente y con plenitud. Para conseguir esto, la escuela debe transmitir conocimientos, pero también valores, emociones, sentimientos y habilidades no cognitivas como la perseverancia, la resiliencia, la meticulosidad

¿Y en el caso del rol de los docentes?

En el libro digo que: “El maestro no es una enciclopedia con piernas; es un punto de apoyo, un guía, un mago, un contador de historias, un creador de ilusión”. El dominio de los conocimientos propios de las materias es necesario y se le supone a cualquier docente. Pero no es suficiente, es igualmente importante conocer a los alumnos, dominar las diferentes metodologías y recursos didácticos… Como muy bien explicaba María Montessori: “La mayor señal de éxito de un profesor es poder decir: Ahora los niños trabajan como si yo no existiera”.

Aunque muchos docentes tienen reparos a educar en valores, ¿podemos permitirnos el lujo de no educar en valores a nuestros alumnos?

¿Cómo puede un profesor dejar huella en sus alumnos?

No creo que exista un modelo de profesor que deje huella. Si pensamos en cómo eran los docentes que nos han dejado huella a lo largo de nuestra vida académica, nos daremos cuenta de que, probablemente, eran muy diferentes entre sí. Esto sucede porque enseñar no puede reducirse a una técnica. Sí que destacaría una cualidad común entre ellos: creen que todos y cada uno de sus alumnos tiene algo que aportar.

¿Qué valores echa en falta en el sistema educativo o cree que se han perdido?

En el libro afirmo que la verdadera innovación de la educación actual pasa por recuperar los 10 valores fundamentales de la educación del siglo XXI que son flexibilidad, curiosidad, autonomía, emprendimiento, creatividad, tolerancia, cooperación, responsabilidad, transparencia y entusiasmo. Aunque muchos docentes tienen reparos a educar en valores, ¿podemos permitirnos el lujo de no educar en valores a nuestros alumnos?

La metodología que hay que tener siempre presente es la de ABSC, es decir, el Aprendizaje Basado en el Sentido Común

¿Qué metodología de enseñanza es su favorita?, ¿y la que menos le atrae?

Todas pueden aportar algo, depende de las circunstancias, del contexto, del propósito… Son como la ropa que tenemos en el armario: si hace frío o calor, si llueve o no, si tengo una celebración o no…, me vestiré de una u otra forma. Lo mismo sucede con las metodologías, están a nuestra disposición para ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos. La metodología que hay que tener siempre presente es la de ABSC, es decir, el Aprendizaje Basado en el Sentido Común. Es la clave para utilizar todas las demásTodas las metodologías pueden aportar alguna cosa, depende de las circunstancias, del contexto, del propósito

Por último un pequeño test. ¿Qué te sugieren las siguientes palabras?:

Aprendizaje: Aprender es sinónimo de vivir. Debemos aprender a lo largo de nuestra vida, es lo que nos permitirá adaptarnos y salir airosos de los retos que nos planteará el futuro.

Deberes: Un recurso útil, pero muy mal utilizado en la mayoría de los centros. Creo que en general se banaliza el debate de si “deberes sí” o “deberes no”. Hay que especificar qué tipo de deberes, en qué condiciones, para qué… En todo caso nunca deben ser tantos como para no permitir que los alumnos y alumnas puedan hacer otras cosas.

Emoción: Es un elemento facilitador del aprendizaje significativo. En las aulas de muchas escuelas todo es previsible y sería muy positivo emocionar a los alumnos.

Innovación: Innovar no es solo hacer las cosas de forma distinta, sino mejor; es decir, obtener algún tipo de beneficio en el proceso de enseñanza/aprendizaje. En la educación actual, hay una cierta tendencia desmesurada por innovar, pero solemos olvidar que para ello es necesario tener un profundo conocimiento del saber pedagógico existente.

Lectura: Hay que leer comprensiva y compulsivamente. La lectura es una de las puertas de acceso al conocimiento más importante, pero también es una puerta a otros mundos, a otras realidades, a otras culturas…

Fuente noticia: http://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/salvador-rodriguez-ojaos/50030.html

Fuente imagen: https://2.bp.blogspot.com/-bvgb4CEfCqA/WG0-8Na637I/AAAAAAAABUs/R0XVGBc0bLo_0alk88xhEaGtjT8-gHyHgCLcB/s1600/20161228_CHF_014%2B-%2Bblogger.jpg

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Karina de Castris: “Las TIC incrementan el atractivo de los contenidos”

21 de junio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Karina de Castris

¿Qué es la web ESA Kids?
Es la web de la Agencia Espacial Europea dirigida a niños. Fue diseñada para crear un espacio donde los niños pudieran encontrar fácilmente información referente al espacio y el universo adaptada a ellos.

¿No la pueden encontrar en la Wikipedia?
ESA Kids no es sólo una web de recursos educativos, sino que allí también volcamos información sobre noticias relacionadas con el mundo espacial y, más concretamente, sobre lo que sucede en la Agencia Espacial Europea. La idea es que los niños estén al corriente de lo que pasa en el espacio.

¿Cómo surgió la idea?
En el año 2000 lanzamos la web de ESA dirigida a adultos y en un par de años el departamento de educación creyó que sería interesante crear la web adaptada a los niños. Queríamos tener un espacio donde exponer material educativo referente al universo, la vida en el espacio, la tecnología y la Tierra.

Parece interesante.
El objetivo era volcar información sobre estos temas para que los niños los pudieran utilizar cuando tuvieran que hacer proyectos en la escuela. A muchos niños les atrae todo lo relacionado con el espacio y si se presenta de forma atractiva se puede conseguir que incrementen considerablemente el interés por este tipo de contenidos.

¿Cuáles son los temas que más interesan a los niños?
Buscan información sobre el Big Bang, los planetas o cómo convertirse en astronautas. Y la mayoría se dirigen a la sección de diversión, donde aprenden jugando.

¿Cómo se puede enseñar esta materia en la escuela?
Para enseñar este tipo de contenidos, cuya comprensión puede llegar a tener un cierto grado de complejidad en los niños, es clave utilizar materiales educativos atractivos, capaces de llamar su atención.

¿Y cómo se traduce en la práctica?
Por ejemplo, nosotros tenemos una competición mensual muy dinámica y divertida, que la llevamos haciendo desde hace un par de años. Muchas escuelas  participan y se aprovechan de la vertiente más lúdica de la competición para transmitir conocimientos sobre el espacio y desarrollarlos en clase.

Una propuesta realmente atractiva para los más pequeños.
Personalmente creo que sí. Además, en la web de ESA tenemos una sección dirigida a profesores donde recopilamos recursos educativos para que puedan utilizarlos en clase. Son materiales creados por el departamento de educación de la Agencia Espacial Europea juntamente en colaboración con profesores.

Una buena forma de facilitarles el trabajo.
Sí, porque nosotros entendemos que el tiempo que pueden dedicar en clase a enseñar este tipo de contenidos no es demasiado y tampoco tienen mucho tiempo para preparar los  recursos. Por este motivo, nosotros les facilitamos a través de nuestra web los recursos educativos más adecuados para adentrarse en el aprendizaje del espacio.

En este sentido, ¿qué importancia tienen las nuevas tecnologías como Tichingpara el aprendizaje del espacio y el universo?
Las nuevas tecnologías son muy necesarias, ya que ayudan a incrementar el atractivo de determinados contenidos y los hacen más divertidos e interesantes para los niños.

Muchos niños, de pequeños, quieren ser astronautas, ¿qué aptitudes deben tener?
Bueno, primero de todo un astronauta debe tener una enorme pasión por esta profesión, ya que el esfuerzo que requiere es muy elevado. Por lo tanto, se trata de una profesión muy vocacional. Lo imprescindible es superar satisfactoriamente una carrera de ciencias como medicina o ingeniería, saber ruso e inglés y estar muy sano.

¿Y en cuanto a la actitud?
Es imprescindible que el astronauta sea una persona a quien le sea fácil llevarse bien con los demás, ya que deberá convivir en un espacio muy reducido junto a otros astronautas durante mucho tiempo.

¿Se puede promocionar esta profesión en la escuela?
Lo que se puede hacer desde las aulas es ayudar a que los niños se interesen por el espacio y el universo y, para ello, lo primordial es que las asignaturas de ciencias sean interesantes.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/karina-de-castris-las-nuevas-tecnologias-incrementan-el-atractivo-de-los-contenidos/

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Jane Nelsen: “La Disciplina Positiva no es ni permisiva ni represiva”

21 de junio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Jane Nelsen

¿A qué nos referimos cuando hablamos de Disciplina Positiva?
Primero resaltar que disciplina viene de disciplini que significa seguir a un líder venerado. Dicho esto, me gustaría destacar que muchas personas asocian disciplina con castigo, pero en mi programa no se contemplan los castigos de ningún tipo. Tampoco es sinónimo de permisividad, como muchos otros creen. Es importante aclarar que el programa de Disciplina Positiva no es ni permisivo ni represivo.

Entonces, ¿en qué consiste el programa?
Primero tratamos de establecer una conexión antes de la corrección, porque el objetivo principal es desarrollar el sentido de pertenencia e importancia. Una vez los estudiantes desarrollan esta conexión − con la comunidad, la familia, la escuela…−, están preparados para aceptar correcciones desde la amabilidad y la firmeza. Otro aspecto significativo del programa es que no se centra en los castigos, sino en aportar soluciones.

¿Cómo se traduce en la práctica?
En permitir que los estudiantes se involucren en las soluciones de los problemas que surgen en clase. Les enseñamos a trabajar con la aportación de ideas, a reflexionar sobre cuál es el problema y a debatir sobre posibles soluciones. Con esta sencilla actividad, los estudiantes se sienten capaces, refuerzan sus vínculos de pertenencia y están mucho más motivados para implementar las soluciones que han sugerido. Además de su implementación en las aulas, ésta es una actividad perfecta para trabajar en familia.

¿Cómo pueden los docentes ayudar a los estudiantes a desarrollar el sentido de pertenencia?
Existen muchas formas, pero una de mis favoritas tiene que ver con la validación de sus emociones. Diciendo, por ejemplo, “sé que estás molesto ahora mismo, pero no está bien golpear a los demás”, o “sé que no quieres hacer los deberes en este momento, pero es hora de hacer los deberes”. De nuevo, amabilidad y firmeza. También es muy importante escuchar a los estudiantes y decirles frases como: “realmente me preocupo por ti” o “vamos a trabajar para encontrar una solución que funcione para los dos”.

¿Podría explicar una sencilla actividad para potenciar la capacitación de los estudiantes?
Una actividad muy útil es poner los problemas en la agenda y abordarlos en reuniones de clase. Pongámonos en una situación en la que los niños no están teniendo suficiente cuidado con los equipamientos del colegio cuando juegan en el patio. En estos casos, muchos profesores acaban castigando o limitando privilegios a los alumnos, pero nosotros apostamos por añadir la problemática en la agenda para abordarlo cuando llegue el momento de la resolución de problemas y que todos los niños puedan aportar sus soluciones.

Entonces, ¿al aportar soluciones se sienten capaces?

Sí, pero no sólo esto, al haber participado en todo el proceso es más probable que acaben implementando las soluciones que han propuesto. La clave está en que cuando los niños están involucrados se sienten más capaces, tienen la sensación de que se les tiene en cuenta y están más motivados para poner en práctica sus propuestas. Esta actividad también se puede desarrollar a nivel individual, entre el profesor y el alumno, cuando surge un problema concreto.

Antes mencionaba que el programa no se centra en el castigo. ¿Qué problemáticas se desprenden de este método?
El castigo únicamente detiene el mal comportamiento por un periodo corto de tiempo, pero no funciona a largo plazo, ya que no estamos enseñando las habilidades necesarias para la resolución de problemas y en cómo confiar en las propias capacidades. Los estudios sobre el cerebro nos muestran que los niños sólo pueden acceder a la parte del cerebro abierta a la resolución de problemas cuando se sienten bien.

Y, ¿cuáles son las consecuencias de los castigos a los estudiantes?
Los castigos provocan dos tipos de respuestas distintas en los niños. A algunos estudiantes les invita a la rebelión y, por este motivo, siempre se acaba castigando a los mismos alumnos una y otra vez. A otros, los castigos les lleva a convertirse en lo que llamamos adictos a la aprobación, aquellos que tienen tanto miedo al castigo que acaban renunciando a sí mismos.

¿Cómo lo aborda la Disciplina Positiva?
Se centra en perseguir resultados a largo plazo, ya que lo que buscamos es que los estudiantes se sientan capaces, que contribuyan y que cooperen. Fomentamos que hagan lo correcto cuando nadie les está mirando.

¿Qué diferencia la Disciplina Positiva de otros programas similares?
Pensemos en un iceberg, cuya parte superior representa el comportamiento. Muchos programas de disciplina únicamente trabajan con la punta del iceberg, es decir, con la conducta. Habitualmente se utiliza la teoría del conductismo de B. F. Skinner, que está basada en las recompensas y los castigos. En estos programas, los docentes deben determinar cuándo los alumnos se están portando bien y recompensarles, y cuándo su comportamiento no es el adecuado para castigarlos.

Pero la Disciplina Positiva mira bajo el agua…
Exactamente, vamos mucho más allá. Bajo el agua encontramos lo que llamamos la creencia detrás de la conducta. Como la creencia es lo que motiva la conducta del niño, si no la tenemos en cuenta el comportamiento no mejorará. Por último, en la base del iceberg encontramos el sentido de pertenencia e importancia, dos aspectos muy importantes que también deben trabajarse.

¿De qué tipo de creencias estamos hablando?
Hemos definido cuatro categorías, aunque hay variantes en cada una de ellas. Muchos niños únicamente se sienten pertenecientes cuando reciben toda la atención, otros únicamente cuando mandan o, al menos, cuando no dejan que los demás les dirijan. También hay los que recurren a la venganza, ya que sienten que no son tenidos en cuenta, lo que les produce dolor y, en consecuencia, acaban haciendo daño a otras personas. Finalmente, encontramos a los que simplemente tiran la toalla porque no se sienten ni tenidos en cuenta ni capaces.

¿Cómo aborda estos casos la Disciplina Positiva?
Todas las herramientas de nuestro programa hacen sentir a los niños que son tenidos en cuenta, importantes, capaces y les acentúa el deseo de contribuir y cooperar, por lo que aprenden valiosas habilidades sociales y de vida. Hemos desarrollado muchísimas herramientas basadas en lo que llamamos el modelo alentador, que está enfocado a animar a los niños.

Habla de habilidades sociales y de vida, ¿de qué habilidades estamos hablando?
Algunas de las habilidades son la autodisciplina, responsabilidad, resolución de problemas, amabilidad, respeto por los demás… Pero lo interesante de estas habilidades es que son las que padres y profesores mencionan cuando les preguntamos en los seminarios sobre cuáles son las habilidades que los niños han de desarrollar para tener éxito en la vida. Son ellos quienes crean la lista de habilidades, que siempre es muy larga y similar, independientemente de la cultura o el país donde nos encontremos.

¿Forma parte de los workshops que hacéis?
Sí, y es una actividad que se complementa con la segunda lista que les pedimos a padres y docentes que consistente en listar los retos que tienen con los niños. Es bastante recurrente que se apunten cosas como que no escuchan, que no hacen los deberes, que muerden o pegan patadas… A partir de estas dos listas, de habilidades y retos, les enseñamos diferentes herramientas que no sólo les ayudan a lidiar con los retos, si no que al mismo tiempo, fomentan en los niños el desarrollo de las habilidades que ellos creen importantes para la vida.

Según su experiencia, ¿es difícil que los docentes abandonen el método del castigo y la recompensa?
Para implementar la disciplina positiva es necesario que, en primer lugar, los docentes entiendan por qué deben abandonar el método del castigo y recompensa, y sean capaces de comprender  por qué este método no funciona a largo plazo, aunque sí es útil de manera temporal. En los seminarios que organizamos con docentes les ofrecemos recompensas para que puedan ponerse en la piel de los estudiantes y analicen cómo piensan, sienten o deciden sus alumnos.

¿Cuál es el resultado?
Los profesores perciben que es normal que a sus alumnos les guste recibir recompensas y son conscientes que conlleva una aspiración de que en futuras ocasiones sean mayores. A partir de este ejercicio pueden llegar a la conclusión que las recompensas son atractivas para los estudiantes pero que no les transmite ninguna habilidad. En nuestras formaciones enseñamos herramientas a padres y docentes que les ayudarán a sentirse mejor y obtener mejores resultados a largo plazo. Debemos tener en cuenta que muchos docentes no abandonan el método del castigo y la recompensa porque desconocen otras posibilidades.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/jane-nelsen-la-disciplina-positiva-no-permisiva-represiva/

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Tecnología y creatividad para innovar en las aulas de clase.

Vicepresidente de Educación de Microsoft habló sobre retos de la relación con el sector educativo.

América del Sur/Colombia/20.06.2017/Autor y Fuente: http://www.eltiempo.com

Los alumnos de la Institución Educativa José Asunción Silva de Medellín recogen imágenes, entrevistas y videos para enseñarles a estudiantes de países como Chile, Puerto Rico, República Dominicana, México, Ecuador, Estados Unidos, Malasia e India quiénes son, qué piensan, en qué creen, qué comen, cómo viven, cómo es su ciudad y su país; a la vez, ellos reciben sus testimonios y así aprenden todos al tiempo. Para eso usan los computadores del colegio, las aulas virtuales, Skype y OneNote como parte del programa Amigos sin fronteras que la profesora Katerine Franco se inventó para acercar a los jóvenes a la tecnología y aprovechar esta en la educación.

Casos como estos son los que le gusta mostrar por todo el mundo a Anthony Salcito, vicepresidente mundial de educación de Microsoft, quien estuvo en Virtual Educa, evento sobre innovación educativa en Colombia.

¿En el mundo se está haciendo bien la unión entre tecnología y educación?

Sí, cada vez más hay más involucramiento, muchos dicen que no lo suficientemente rápido, pero yo tengo una perspectiva más optimista. Muchas escuelas se están adaptando en la medida de sus posibilidades. Reconozco y celebro que el aprendizaje ha tenido un cambio fundamental (no solo en las escuelas), en la forma como aprendemos por la disponibilidad de internet, de celulares y el acceso a la información.

¿Cómo está Colombia en este campo?

Está emergiendo como líder en América Latina. Las inversiones en tecnología y la investigación en aprendizaje están tomando lugar. Pero sí debemos seguir siendo más ambiciosos. En un tiempo de paz, de inversión en la educación, es una responsabilidad de los líderes de la educación y de los maestros inspirar y generar resultados para posicionar al país como líder de la región y mundial de innovación educativa.

No es tecnología por tecnología, sino que esta mejore la eficiencia, la seguridad y tenga mayor costo-beneficio

¿Cómo deben adaptarse las escuelas a estos cambios?

La reformulación del aprendizaje ya empezó en nuestra sociedad. Cuando yo iba a la escuela solo había un texto de libro escrito por un autor. Ahora existe la posibilidad de tener diferentes perspectivas desde distintos lados. Los educadores deben enseñar cómo usar esa información. También debemos ver lo que piden los empleadores, muchos buscan cambios urgentes en la educación. Necesitan empleados con más habilidades de manejo tecnológico.

Entonces, la relación entre tecnología y educación no se trata solo en entregar dispositivos tecnológicos…

Exacto, cada inversión en tecnología debe estar conectada con resultados de aprendizaje. No es tecnología por tecnología, sino que esta mejore la eficiencia, la seguridad y tenga mayor costo-beneficio. Podemos estar orgullosos de nuestra tecnología, de nuestros laboratorios de computadores, etc., pero eso no tiene sentido si los estudiantes no están motivados por aprender, por sus carreras y seguros de su competitividad en el futuro.

¿Qué habilidad es necesario desarrollar hoy en día?

Es fundamental el desarrollo de pensamiento crítico. Ahora tenemos todas las respuestas en nuestros celulares, así que llegar a la respuesta no es el reto para los estudiantes del futuro. Lo que importa es cómo llegas a la solución correcta. Es una pedagogía fundamental.

Eso significa que todos debemos cambiar la forma como pensamos, incluidos los maestros…

Debemos pensar en cambiar el rol de la educación. Celebramos a los maestros innovadores. Cada vez que viajo por el mundo veo clases donde se está desarrollando el futuro hoy. Los maestros están arreglándoselas para traer nuevas pedagogías y crear diferentes roles para ellos mismos; el reto es que el futuro no está universalmente distribuido, así que ellos están haciendo que este tipo de cosas pasen porque es su propia pasión.

Fuente: http://www.eltiempo.com/vida/educacion/entrevista-con-vicepresidente-de-educacion-de-microsoft-sobre-la-educacion-en-colombia-99132

Imagen: http://www.eltiempo.com/files/article_main/files/crop/uploads/2017/06/14/5941de7e31732.r_1497490455186.457-553-2405-1527.jpeg

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Entrevista: Adela Cortina. “Hay que cultivar una ética que induzca a no dañar al otro”

La catedrática de Ética Adela Cortina ha participado en el ciclo ‘Encuentros de ética, humanismo y ciencia’ para conversar sobre las diferentes fobias sociales

UNA ENTREVISTA DE E. IRIBARREN FOTOGRAFÍA DE: J. M. MARTÍNEZ

DONOSTIA. La filósofa y catedrática de Ética Adela Cortina ha participado en Donostia el pasado jueves en el ciclo Encuentros de ética, humanismo y ciencia junto a Miguel Angel Von Wichmann, médico adjunto del Servicio de Enfermedades Infecciosas del OSI Donostialdea. La conversación de ambos giró en torno a un asunto de plena actualidad que obliga a los poderes públicos y a la sociedad en su conjunto a estar permanentemente alerta: las fobias sociales y los discursos del odio. Uno de los grupos más vulnerables a sufrir en sus carnes las expresiones de odio, tanto verbales como físicas, son los pobres, una condición a la que Cortina ha dedicado su último libro Aporafobia, el rechazo al pobre: un desafío para la democracia. Galardonada con innumerables premios y distinciones, Cortina es especialista desde el punto de vista de la ética y la filosofía de asuntos como ciudadanía, democracia o cosmopolitismo.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de fobia social?

-Al rechazo que sufren grupos sociales vulnerables por parte de quienes se sienten superiores a ellos.

¿Por qué surgen en la sociedad este tipo de expresiones? ¿Es algo espontáneo o inducido? Y si es inducido, ¿qué factores desencadenan este tipo de conductas?

-Hay tendencias biológicas hacia las fobias, pero se cultivan socialmente. El cerebro humano es muy plástico y se pueden potenciar unas tendencias u otras.

¿Hay colectivos especialmente proclives a sufrir delitos de odio? ¿Comparten alguna característica para sufrir este tipo de ataques contra su dignidad o es aleatorio?

-Los colectivos proclives a sufrir estas agresiones son los que se encuentran más desamparados en cada uno de los lugares sociales. Pueden ser los económicamente pobres, los mendigos, las personas sin hogar, pero también los que pertenecen a razas o etnias minoritarias, a la religión que no profesa la mayoría, a la orientación sexual que no se tiene por normal.

¿El Código Penal protege específicamente a algún grupo o colectivo, o cualquier colectivo es susceptible de sufrir un delito de odio?

-Cualquier colectivo que no cuenta con apoyo social puede sufrir el daño, y el Derecho cada vez se está ocupando más de castigar y prevenir estos delitos desde el Derecho Penal, el Administrativo y el Antidiscriminatorio.

No hace ni 70 años de la destrucción de los judíos europeos, el ejemplo más acabado de adónde conduce el discurso del odio. Y sin embargo, aquí seguimos a vueltas con ello. ¿Es innato al ser humano?

-Las fobias existen, y una de ellas es el antisemitismo, que sigue presente en muchos países. Pero existen otras fobias como la misoginia, la aporofobia, que es el rechazo al pobre, la islamofobia o la cristianofobia. Percatarse de que existen es esencial para combatirlas.

La reiteración de los delitos demuestra que el castigo no es suficiente. ¿Qué más se puede hacer desde los poderes públicos para proteger a los colectivos o sensibilizar a la ciudadanía para prevenir estas conductas?

-Educar en valores éticos como el respeto activo a todas las personas, porque todas tienen dignidad, y no un simple precio.

¿Dónde acaba la libertad de expresión y empieza el delito de odio? ¿Es posible establecer una línea?

-Es imposible trazar una línea. Por eso, el Derecho ha de buscar criterios para intentar detectar cuándo hay delito, pero no basta. Cultivar una ética que induzca a no dañar es la clave.

¿Internet ha venido para multiplicar los delitos de odio y las expresiones de fobia social? ¿Es su aparente anonimato una fuente para multiplicar este tipo de conductas?

-Sin duda. Precisamente por eso es necesario tomar medidas jurídicas preventivas y punitivas, y sobre todo formar personas que manejen las redes con responsabilidad, intentando no dañar.

Si en foros y chats no hay delito de odio, desde luego hay odio a raudales. ¿Cree que este tipo de expresiones están en aumento o ahora somos más sensibles a detectar los delitos de odio?

-Somos más sensibles a detectarlos, porque hay una conciencia moral social de que esos discursos dañan por sí mismos y por las consecuencias que conllevan. Pero también están en aumento porque hay más medios para difundirlos.

¿Cree que la clase política es consciente del efecto que sus discursos pueden tener para alimentar las fobias sociales?

-No existe “la clase política”. Existen políticos con nombres y apellidos. Algunos están encantados de alimentar algunas fobias sociales; otros, no.

¿Ve semillas de odio en la política del Estado o por ahora es una frontera que no se ha cruzado?

-No, no las veo.

¿Por los tuits y comentarios que ha hecho públicos desde que es presidente, se podría juzgar a Donald Trump por delito de odio?

-Un juez debería contestar a esa pregunta. Yo puedo decir que sus discursos contra los mexicanos son discursos de odio.

¿Y los medios? ¿Cuál es su responsabilidad?

-Muchísima. Deberían dar noticia de esos discursos lo indispensable para atender al derecho de información, pero no darles más publicidad, que es precisamente lo que desean quienes los pronuncian.

¿Qué opina de las caricaturas de la revista ‘Charlie Hebdó’?

-Que la revista es libre de publicarlas, pero yo no lo hubiera hecho, porque es mejor no dañar la sensibilidad.

¿Y del autobús homófobo? ¿Compartió la decisión de detener su recorrido?

-Siempre que se detuviera también el otro autobús, que dañaba a personas concretas sin más.

Hay quien se queja del lenguaje políticamente correcto, como si tuviera que existir el derecho a la ofensa. ¿Somos tolerantes con reírse a costa de herir a terceros?

-La cuestión no es tanto de tolerancia con quien se ríe hiriendo a terceros, sino de fomentar el respeto a los demás.

Acaba de publicar el libro ‘Aporafobia, el rechazo al pobre: un desafío para la democracia’. ¿En qué sentido es un desafío para la democracia?

-Porque la aporafobia causa exclusión y una democracia hoy debe ser incluyente. Nadie puede quedar fuera, menos aún los vulnerables.

¿Por qué nos causan rechazo los pobres?

-Esto es justamente lo que se cuenta en el libro, así como las propuestas para superar ese rechazo.

Tras la crisis, en Europa ha aumentado, si no la pobreza, sí la desigualdad y, desde luego, la precariedad. ¿Pone en riesgo el proyecto de la Unión Europea?

-Por supuesto. Porque atenta contra los valores que son el núcleo de la Unión.

A lomos del discurso neoliberal y el adelgazamiento del estado de bienestar, comienza a deslizarse la idea de que el pobre es dueño de su suerte. ¿Qué puede hacer el pobre para escapar a su situación?

-Exigir lo que por derecho le corresponde.

En Euskadi hay un fuerte debate a cuenta de las ayudas a los colectivos más desfavorecidos, ayudas que se plasman en una Renta de Garantía de Ingresos, que tiene la virtud de mantener a flote a sus perceptores y evitar el aumento de la pobreza. ¿Qué opina de este tipo de recursos?

-Que son un mínimo de justicia en una sociedad que valora a las personas.

Fuente de la Entrevista:

http://www.deia.com/2017/06/11/sociedad/euskadi/hay-que-cultivar-una-etica-que-induzca-a-no-danar-al-otro

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Entrevista a Frei Betto: «No hay política progresista sin un trabajo de educación popular»

Entrevista realizada por Matías Loja. La Capital

El teólogo brasileño Frei Betto estuvo en Rosario. Destacó la vigencia de una pedagogía liberadora.

Cuando era un joven educador popular, Frei Betto trabajó durante cinco años en una favela y en una oportunidad fue convocado para ayudar a los médicos a comunicarse con las mujeres del barrio. «Los médicos hablaban en FM y las mujeres captaban en AM», recuerda con ironía sobre esa distancia. Lo primero que advirtió fue que en el consultorio el material de difusión sobre maternidad estaba alejado de la realidad del lugar: todos los bebés de los carteles eran bien rubios, de ojos azules, como salidos de una publicidad de Johnson. Se hacía difícil lograr una identificación del paciente con el profesional. Pero además notó que el doctor utilizaba un lenguaje abstracto, lejano de lo popular. Una de esas pacientes fue doña María, quien asistió a una charla sobre la importancia de amamantar a sus bebés. Betto le preguntó si había entendido la explicación del médico, de por qué la leche materna era necesaria. Ella le contestó: «No entendí nada, yo no tengo cultura, fui poco a la escuela. Y el doctor tiene mucha cultura». Betto vio en esa respuesta la lejanía y también la oportunidad para saldarla. Sabía de antemano que el médico no se cocinaba ni un huevo y que doña María, por el contrario, era una excelente cocinera. Le pidió que les contara cómo se hacía un pollo con salsa y ella les dio una clase magistral de gastronomía. «¿Se da cuenta doña María? Si usted y el doctor están perdidos en una selva y solo hay un pollo él, con toda su cultura, se muere de hambre. Y usted no». La mujer sonrió de oreja a oreja y ese día comprendió que nadie es más culto que otro. Que ser culto no significa ser escolarizado. Y que en todo caso hay culturas distintas y socialmente complementarias.

La anécdota de doña María y el doctor Raúl está descripta en el libro Esa escuela llamada vida (1985), que condensa una extensa conversación que el periodista Ricardo Kotscho mantuvo con Frei Betto y Paulo Freire. Betto la recordó esta semana, cuando junto a Atilio Borón estuvo el miércoles en Rosario para dialogar sobre la importancia de la realfabetización política en América latina y los desafíos de la educación popular, a la que definió como «un sacacorchos, que cuando sale deja libre lo mejor».

«Soy de Minas Gerais, nací en 1944, me gusta la soledad de las montañas y contemplar el mar que no tiene fronteras. Detesto las aulas, las hamburguesas y la gente que se jacta de engañar a los demás», se presentaba Frei Betto en El día de Angelo P., su primera novela publicada en 1987. Fraile dominico y destacado representante de la teología de la liberación, Betto es uno de los referentes y defensores de la educación popular latinoamericana. Fue asesor de movimientos sociales y comunidades eclesiales de base, y durante los primeros años de la presidencia de Lula en Brasil coordinó la movilización social del programa Hambre Cero. Además es el autor de Fidel y la Religión, un texto icónico de la década del 80 y traducido a varios idiomas.

El itinerario de Betto en Rosario incluyó una charla en el auditorio de Empleados de Comercio ante entidades gremiales, políticas y sociales, sobre «Trabajo y organizaciones sociales en el neoliberalismo», organizada por ATE. Minutos antes de ese encuentro dialogó con La Capital sobre el rol de la educación popular en el siglo XXI, criticó la idea de meritocracia como eje educativo y destacó la actualidad del pensamiento de Paulo Freire, a 20 años de su fallecimiento. De él retoma una y otra vez el concepto de «educación bancaria», cuando el proceso educativo se transforma en un mero acto de «depositar» contenidos para que los alumnos los memoricen mecánicamente.

—¿Qué fuerza o vigencia tiene hoy la educación popular?

—Creo que no hay posibilidad de avanzar en ninguna propuesta política progresista sin un trabajo de educación popular a la luz del método de Paulo Freire. La educación popular, justamente, es la que ha permitido el surgimiento de una persona como Lula. No habría Lula ni protagonismo político de metalúrgicos si no hubiese antes toda una metodología que han construido las organizaciones populares como el PT, como los Trabajadores Sin Tierra, la Central Única de los Trabajadores, el Movimiento de los Sin Techo que ahora es muy expresivo, fuerte y combatiente. Todo eso se debe a la metodología de Paulo Freire y es fundamental esa metodología. Porque muchas veces la izquierda ha cometido el error de imponer las cosas, hacer «educación bancaria». En nombre de consignas de izquierda ha tenido actitudes pedagógicas de derecha. Y la educación popular es el camino indicado para revertir eso.

—¿Y para acompañar ese proceso los movimientos sociales son buenos referentes educativos hoy?

—Depende de los movimientos sociales. Hay movimientos sociales progresistas, que quieren cambios estructurales. Y hay movimientos sociales que son muy asistencialistas, con dirigentes que jamás quieren cambiar su poder y que no tienen mucho contacto con la gente. Son muy paternalistas y no abren muchos espacios para el protagonismo del pueblo.

—Sí, claro. Porque la educación que se adopta en las escuelas es una «educación bancaria», que se impone de arriba para abajo. Pero no es posible adaptar la metodología de Paulo Freire en la educación formal. Habría que cambiar todo el sistema de enseñanza para ello.—¿Seguís siendo crítico del aula como espacio para educar?

—¿Qué es hoy una buena escuela?

—Para mí una buena escuela, por ejemplo, es la que el MST (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra) mantiene cerca de San Pablo, en Guararema, de formación de militantes. Una escuela que no está en la camisa del currículo oficial de un país. Ahí se puede seguir el ritmo de sus educandos. El ritmo de un campesino es distinto que el de un obrero. El ritmo de un muchacho de clase media es muy distinto del ritmo de una señora que vende en la zona rural. Y eso se puede hacer pero no dentro de la escuela formal o curricular que tiene aprobación oficial del Estado.

—Imagino que allí también el rol del docente es distinto.

—Sí, son docentes que tienen una estrategia pedagógica-política unificada.

En Esa escuela llamada vida, Betto se reconoce como víctima del sistema educativo. Y hasta confiesa que sufrió más en los cuatro años del secundario que en los cuatro años que estuvo en la cárcel como preso político entre 1969 y 1973. «Hay alumnos considerados buenos, mediocres y malos. A mí me situaban en el tercer nivel», admite Betto en ese libro, donde describe su experiencia de alumno como traumática. En su adolescencia fue al colegio Maristas en Belo Horizonte, donde otorgaban un diploma de Honor al Mérito a los que lograban tener un promedio excelente al menos en una materia. Nunca conquistó ese diploma y lo sufrió. «Las cosas no me entraban en la cabeza. Pensaba que siempre iba a ser un ignorante», dice en el libro. Hoy, cuando apenas se le menciona esa anécdota, la recuerda perfectamente y al instante esboza una sonrisaMeritocracia   

—En «Esa escuela llamada vida» recordás tu experiencia negativa con el diploma al mérito que no podías alcanzar. Y hoy se pone el eje en la meritocracia. ¿Cuál es tu mirada?

—Sí, parece que uno como alumno no se puede equivocar. Eso es «deseducativo» desde mi punto de vista, porque un muchacho no puede buscar éxito en las cosas que hace en la vida porque va a haber un premio, una recompensa. Tiene que tener conciencia de la responsabilidad de estudiar y profundizar en los estudios, y no porque va a ganar un premio para eso. Y como estamos en un sistema capitalista cuyo valor principal es la competencia y no la solidaridad, entonces cuando la escuela ofrece un premio a los alumnos está despremiando a la mayoría que no llega a ese logro y los coloca como fracasados. Creando serios problemas psicológicos.

—Lo mismo debe pasar con escuelas y sistemas educativos sometidos a los rankings.

—Exactamente. Como el sistema de pruebas que tenemos hoy. Hay una competición. Eso es «deseducativo», no es educativo.

—Seguimos apostando entonces a la pedagogía de la liberación.

—Sí, hay que dotarnos de la pedagogía liberadora. Y Paulo Freire tiene mucho para enseñarnos todavía hoy a nosotros.

El recuerdo del Che Guevara, el «San Francisco de la política»

El próximo 9 de octubre se cumplen 50 años del asesinato del Che Guevara en Bolivia. Y Frei Betto no dejó pasar la fecha para reflexionar: «La persona más ejemplar que conocí en mi vida nació en esta ciudad: Ernesto Che Guevara, el San Francisco de la política»

«Espero que en octubre conmemoren los 50 años de la desaparición del Che debidamente, no se olviden», pidió el brasileño. Recordó al médico y guerrillero rosarino como un hombre que tras su viaje por Latinoamérica pudo haber abierto un consultorio privado y vivir de ello. Pero que quedó marcado por la «alfabetización política» que adquirió en contacto con los mineros de Chile y los enfermos de Venezuela y Guatemala, hasta que conoció a Raúl Castro en un hospital de México y se unió a la experiencia revolucionaria.

«Hoy podría estar tranquilo en Cuba como ministro. Pero tuvo el coraje del desapego», dijo Betto, y agregó que el rosarino «murió temprano, con 37 años pero feliz, porque el eje de la felicidad es el sentido que le imprimimos a nuestras vidas. Aunque pasemos por los mayores sufrimientos. Y el Che se sintió más feliz en las adversidades de Bolivia que en los salones ministeriales de La Habana, seguramente porque estaba dentro de él dedicarse a los demás, seguir luchando y plantar la semilla de la liberación».

Hacia una universidad pública y popular
La visita de Frei Betto a Rosario —la tercera que hizo a la ciudad— llegó con una cargada agenda de entrevistas y conferencias que dio junto al sociólogo Atilio Borón. Con solidez conceptual, brindaron el miércoles dos charlas abiertas para repensar las alfabetización política, ya sea en las organizaciones gremiales como en la universidad.
El primer encuentro fue en el auditorio de Empleados de Comercio, que estuvo a tope con gente que copó hasta los pasillos laterales. Algunos asientos estaban vacíos; el hábito de «guardar lugar» para alguien. Apenas tomó la palabra, Frei Betto pidió desde el escenario que los que estaban parados ocupen esos sitios. «No podemos venir a una charla contra el neoliberalismo y hacer neoliberalismo, es contradictorio», dijo y se ganó el primer aplauso de la tarde.
Ante un público conformado esencialmente por movimientos sociales, políticos y gremiales, instó a generar espacios para enfrentar la «masacre de domesticación ideológica y lavaje cerebral» que se genera las 24 horas del día a través de los medios de comunicación. No basta —dijo— con que los trabajadores hagan paros y manifestaciones. Si no hay un trabajo complementario «cuando el pueblo se apaga vuelve a su vida burguesa». Y citando a Paulo Freire lamentó que «muchos oprimidos son hoteles de opresores».
Del sacacorchos al destornillador
Para contrarrestar este esquema propuso avanzar en una «estrategia pedagógica» de alfabetización política desde la educación popular, mediante un trabajo metódico que no admite improvisaciones. Y con un equipo que no busque «bajar» a enseñar a los obreros qué es el capitalismo o la plusvalía, porque advierte que ello sería caer en la «educación bancaria» criticada por Freire.
«La educación popular no es escolar, tiene como punto de partida la vida de los educandos», agregó Betto. Y recordó la experiencia realizada con obreros metalúrgicos de Brasil, donde trabajó a través de dos herramientas pedagógicas: «Primero la del sacacorchos, para sacar de la gente su experiencia de vida, lucha, inquietudes, sueños, fracasos y anhelos. Y después la del destornillador, para apretar, porque una vez que se conoce la realidad hay que ajustar los puntos ¿Por qué tu papá, que tenía una tierra en el nordeste, tuvo que migrar para San Pablo para alquilar su mano de obra en una fábrica? ¿Por qué tu hijo de dos meses murió de gastroenteritis y no fue bien atendido en el hospital? ¿Por qué usted hoy, que trabaja tanto, ni siquiera puede comprarse una bicicleta para moverse? Desde su experiencia de vida, la gente llegaba al dibujo de la sociedad de clases en la que vivimos».
Cada concepto Betto lo graficó con un ejemplo concreto o una anécdota. Como cuando miró al techo y señalando los tubos de luz advirtió que si bien todos disfrutamos de la iluminación, solo quien tiene formación de electricista sabe mirar eso con otros ojos, porque comprende cómo llega la luz a la sala. «Eso —dijo Betto— es la conciencia política: ver los hilos, saber lo que pasa por detrás. De los medios de comunicación, del sistema bancario, de las escuelas, de los partidos y del poder, incluso de los vicios de la izquierda, para no cometer los mismos errores». Sobre esto dijo que «entre los tantos aciertos del PT si hubo un error fue el olvidarse de las bases» y desmovilizarlas. Entiende que de lo contrario «una cuadrilla de bandidos» no estaría ahora gobernando su país.
Por una universidad popular   
Por la tarde Betto y Borón disertaron en el SUM de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), en el marco de un ciclo de conversaciones públicas que la Facultad de Ciencia Política prepara de cara al centenario de la Reforma Universitaria de 1918. La charla fue organizada por Secretaría Extensión Universitaria y Vinculación de Ciencia Política, y ATE, con el auspicio del Sindicato de Prensa Rosario, la Facultad Libre y el Centro de Estudios y Formación Marxista Héctor Agosti.
Un auditorio compuesto en su mayoría por jóvenes escuchó atento la invitación de Frei Betto a repensar «La universidad en la realfabetización política de América latina». Porque en esencia fue eso: una convocatoria a revisar la práctica y los fines de la educación superior a casi cien años de la Reforma. «La universidad no basta con que sea pública, también tiene que ser popular», arrancó el teólogo y educador.
Repasó el surgimiento de las universidades en América latina en Santo Domingo, Lima (San Marcos) y La Habana y cómo los monasterios fueron «los propietarios del saber». Y destacó la figura de Sor Juana Inés de la Cruz como la primera poeta de América latina: «Fue una mujer que tenía ganas de expresarse con la poesía y ser independiente en una época donde si una mujer era laica fuera del monasterio la familia podía decidir con quién debía casarse. Eso era una prisión para su vida. Por eso muchas buscaban ingresar a un monasterio para tener independencia, que hoy suena a paradoja». No en vano Betto la elige como personaje para comenzar el libro El día de Angelo P., su primera novela.
En este marco cuestionó que las universidades hayan creado «la idea monástica de campus, separados de la ciudad», aislándose de los movimientos sociales hasta transformarse en «un depósito de saber inútil, con montones de tesis que no le sirven a nadie». Cargó contra las casas de estudio que ignoran su contexto: «Obreros, desocupados, inmigrantes, prostitutas, drogadictos».
«La universidad no hace de nadie una mejor persona, a menos que adopte una pedagogía de colectividad, participación social y formación política», dijo en otro tramo de la charla, al recordar que «los mayores asesinos de la humanidad fueron eruditos con posdoctorados, como los que tiraron la bombas de Hiroshima y Nagasaki». También cuestionó la lógica del discurso antipolítico que propone para el Estado «menos políticos y más administradores del mercado», que utilizan los recursos públicos para sus intereses privados.
Frei Betto se reconoció como parte de una generación «viciada en utopías» que buscó cambiar el mundo, porque para el ser humano «es insoportable vivir sin sueños». Ante ello, propuso rescatar «el carácter popular de la universidad, que tenga vínculos orgánicos con las organizaciones sociales y gremiales, para aprender con los oprimidos». Y cerró con una invitación: «Ustedes son jóvenes y espero que viciados en utopías encuentren el camino para vincularse con los movimientos sociales; porque ante la crisis que estamos viviendo, hay que guardar el pesimismo para días mejores».

Fuente de la Entrevista:

http://www.lacapital.com.ar/educacion/frei-betto-no-hay-politica-progresista-un-trabajo-educacion-popular-n1408941.html

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Entrevista a Jari Lavonen: «Se destina la educación solo a pasar exámenes»

19 junio 2017/Fuente: El Comercio

El finlandés Jari Lavonen conversó con El Comercio sobre las ideas que hacen de su país un líder en educación.

Nací en Finlandia en 1958. Soy decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Helsinki y especialista en la enseñanza de física, química y matemáticas. También soy investigador senior. Aunque no lo crean, yo no era un buen estudiante.

Para muchos, Finlandia es sinónimo de buena educación. Su índice de abandono escolar no llega al 1% y suele disputar los mejores resultados en las pruebas PISA (en su última edición obtuvo el quinto puesto en ciencias, el cuarto lugar en lectura y el duodécimo en matemáticas). ¿Cómo lo hace? El finlandés Jari Lavonen –reconocido experto en el tema– destaca que en su país la educación es gratuita, que los niños finlandeses están entre los que menos horas pasan en el colegio, los que hacen menos tareas y, claro, los que empiezan a ir al colegio a los 7 años.

—En el Perú diríamos que 7 años es un poco tarde…
En la Unión Europea (UE) hay solo cuatro países donde la educación oficial empieza a los 7 años, en la mayoría de países suele empezar a los 5, 6 o incluso a los 4 años. En Finlandia tenemos una educación de preprimaria que empieza a los 6 años, pero el objetivo de esta educación es desarrollar las competencias básicas como la colaboración y la consideración con los otros. Todo ello a través de la creación de juegos. Esto es bastante importante porque los niños tienen que aprender a aprender.

—¿Y a los 7 años ya están listos para aprender?
Esto viene de una tradición bastante larga que dice que los seres humanos deberían ser responsables al momento de ir a la escuela. Además, hay investigaciones que afirman que es mejor ejercitar el cerebro a una temprana edad sin recurrir a una educación formal. También se ha comprobado que es mejor enseñar a leer y escribir a los niños a una edad más tardía porque aprenden mucho más rápido y así evitamos que se frustren.

—¿Cuáles son los errores más comunes cuando pensamos en la educación de los niños?
En muchos países, las autoridades buscan que los docentes sean efectivos y obtengan notas altas de los estudiantes en los exámenes. Sin embargo, esta concepción es bastante mala porque se centra en los exámenes y los exámenes evalúan cosas que se pueden medir, como la memoria u otras destrezas bastante simples. Muchos profesores o familias creen que eso es lo principal y al final le dan más importancia a los exámenes que al hecho de adquirir una competencia adecuada. Se está destinando la educación solamente a pasar los exámenes, ¿dónde quedan la creatividad, la colaboración? Se comete el error de dejar de lado estas capacidades para enfocarse en los ránkings y en la competencia entre las personas.

—¿Buscar la competitividad es otro error?
Yo creo que la competencia a nivel escolar no es positiva porque el trabajo debe ser distribuido entre las personas para que todo funcione bien. Si nos centráramos solo en los exámenes, estaríamos formando personas más comprometidas con la competencia que con la colaboración.

—¿Cuál es la relación que debe tener el profesor con el alumno?
Cuando un estudiante no obtiene resultados altos se suele culpar al docente, pero yo considero que poner toda la presión sobre el maestro no es efectivo. Hay que enfocarnos más en la disposición del docente, en que acompañe al estudiante, pero el centro del proceso es el alumno. El papel del profesor es apoyar a los estudiantes y hacer que ellos se comprometan con su aprendizaje. En Finlandia, los docentes les dan a los alumnos un ‘feedback’ escrito, no con calificaciones numéricas. En mi país los docentes son muy apreciados y la profesión de profesor es muy atractiva. Trabajar en eso es muy positivo.

—Mencionó la prueba PISA, en la que el Perú tiene malos resultados, pese a una última mejoría.  ¿Qué es lo positivo y negativo de esa medición?
La prueba PISA es un examen suministrado por la OCDE con un objetivo: buscar el crecimiento económico de los países e identificar las naciones donde haya tres cosas fundamentales: materias primas, energía y gente inteligente. Esto porque obviamente va a considerar a países que tengan estos tres elementos para invertir o trabajar con ellos. Pero más allá de eso, lo que hace PISA no es medir qué tanto han aprendido los chicos, sino qué tantas competencias han desarrollado para aprender nuevas cosas. Yo creo que ese es su principal aporte. Para mí, el ránking no es importante, pero sí la información que brinda sobre diversas áreas.

—¿Cuáles son los principales enemigos de una buena educación?
Yo creo que el más importante es la inestabilidad. Es vital tener una política educativa estable. Si hay muchos cambios, no se va a poder hacer esto de una manera correcta porque se puede tener un ministro con buenas ideas, pero de nada sirve si este ministro cambia el currículo y luego viene otro ministro y lo vuelve a cambiar. La educación funciona cuando hay un ambiente pacífico, una visión común, solo así se puede avanzar. La desigualdad también es un enemigo importante. Mientras más equitativa sea la educación, mejor va a ser el resultado.

—¿Qué dice de un país el tener una mala educación?
Es curioso, las estadísticas dicen que no necesariamente mientras más dinero tenga un país, va a tener una mejor educación; y eso nos dice que no importa cuánto dinero tengamos, sino cómo usamos el dinero.

—Muchos creen que ir a la universidad es el objetivo, ¿debería ser así?
La respuesta es no. La sociedad necesita todo tipo de personas, no solamente a las personas que reciben una educación universitaria o que tienen un grado académico. En Corea del Sur, el 95% de las personas van a la universidad, se enfocan en tener buenas notas, en competir, pero terminan la universidad y no todas tienen trabajo. Esto también afecta a la población porque la gente está más interesada en estudiar que en formar una familia y tener hijos. No creo que eso sea muy positivo. La UE recomienda que alrededor del 40% de personas vaya a la universidad en cada país.

—Si tuviera que resumir en una frase para qué es importante estudiar, ¿qué diría?
Yo creo que es fácil. Es importante aprender habilidades de colaboración para poder desempeñarse bien en la vida y en el trabajo. Me parece que es eso. Para aprender cómo sobrevivir en la sociedad y ser una buena persona.

Fuente: http://elcomercio.pe/mundo/actualidad/destina-educacion-pasar-examenes-entrevista-406650

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