Page 351 of 457
1 349 350 351 352 353 457

El acierto del error

3 de enero de 2017/Fuente: el mundo

Olvídese de lo aprendido y también de los mitos que exporta Silicon Valley: ni cometer errores es algo malo ni lo mejor del mundo; lo que sí es real es que hay un nuevo movimiento al alza: el ‘Errorismo’

Americanadas, le dirá su cuñado si se le ocurre mencionar, entre roscón y mazapán, que ha leído en el periódico que cometer errores no es algo esencialmente negativo. No le falta razón al cuñadismo porque la alabanza del error es un clásico del discurso emprendedor y de aquellos que -dicen- se han construido a sí mismos. Fail fast, fail often -fracasa rápido, fracasa a menudo- es sólo uno de los mantras que se escuchan en Silicon Valley, allá donde se cuece nuestro futuro. Se parece a otra cita del escritor irlandés Samuel Beckett que tal vez haya visto impresa en una camiseta o en una taza de desayuno: «Inténtalo otra vez. Fracasa de nuevo. Fracasa mejor».

¿Para qué sirve el error? Desde Silicon Valley precisamente habla para EL MUNDO Carver Mead (1934), responsable, entre otras cosas, de que ordenadores y teléfonos móviles sean cada día más potentes y ligeros. «A mis estudiantes les digo que si un experimento funciona exactamente como esperábamos, será muy satisfactorio pero… ¡no habremos aprendido nada! Otras veces sucede algo inesperado y esto puede frustrarnos pero hay que aguantar esa frustración hasta que nos percatemos de qué nos está enseñando ese supuesto error. Para estos momentos vivimos los científicos», señala.

En España, Fernando Polo, director de la agencia Territorio creativo, especializada en transformación digital, aporta un discurso similar: «El error es un mecanismo necesario y obligatorio en los entornos profesionales del siglo XXI, está en boga, somos incluso fans. Es seguro que fallarás así que mejor hacerlo cuanto antes y así saldrá más barato«.

Asumir «la belleza de equivocarse», avanza Mead, «mejoraría la cultura global si los sistemas educativos enseñaran este método de aprendizaje». Es decir, aceptar, como hizo Thomas Alva Edison tras inventar la bombilla, ¡la bombilla!, que los errores cometidos durante el proceso eran, únicamente, parte de un aprendizaje hacia al éxito: el acierto del error.

Para Miguel del Fresno, sociólogo y especialista en el análisis de lo que las redes sociales implican, «existe una cierta corriente de opinión que tiende a proponer el fracaso empresarial y, por tanto, el personal, casi como una necesidad». Cree este analista que «lo obvio es creer que de los errores se puede aprender». «Para convertir un fracaso en aprendizaje se necesitan dotes analíticas, inteligencia, autocrítica y capacidad para el aprendizaje. El error por sí mismo no lo garantiza», advierte.

Pero para otros, el verdadero fracaso, «el metaerror», sería «equivocarse sobre lo que significa equivocarse, verlo como un signo de fallo moral y no como un gesto inseparable de nuestras cualidades humanas, como la empatía, el optimismo, la imaginación…». Así lo cree la escritora norteamericana Kathryn Schulz que, en 2015, publicó en España En defensa del error, un ensayo sobre el arte de equivocarse (editorial Siruela).

Los erroristas

Va más lejos el filósofo italiano Franco Berardi, Bifo, cuya imagen ilustra esta página, en entrevista con EL MUNDO: «El error es la única forma de progreso y de evolución en esta época basada en una repetición infinita de algoritmos. El error es lo único que puede liberar la comunicación humana de la maquinaria digital. Sólo el error puede salvar a la humanidad en un contexto técnico y social basado en el dominio de la perfección de lo digital».

Bifo es un errorista, alguien para quien «la experiencia del error es la experiencia del conocimiento, el camino del amor y de la libertad». Las comillas pertenecen a Federico Zukerfeld y Loreto Garin, fundadores, junto al resto de miembros del grupo artístico argentino Etcétera, de la Internacional Errorista en 2005. Con ellos mantiene Bifo «erráticas conversaciones» desde que se encontraron en Buenos Aires en 2007, al igual que con «el pensador y activista norteamericano Brian Holmes y otros exponentes del campo intelectual» actual.

«El error es una afirmación negativa, una especulación sobre otro resultado posible. La educación tradicional nos ha enseñado que debemos combatir el error a cada instante. Nos han enseñado que el error es algo negativo, prohibido e inaceptable. Errar está mal y quien se equivoque deberá ser sancionado. ¿Pero quién no se equivoca? En la educación tradicional el error se utiliza como variable para medir conocimientos, aprobar o desaprobar al alumno. Cuando una niña o niño se equivoque será excluido, criticado o humillado porque falló, porque ‘no sabe’ o ‘no entiende’. La sociedad ha sido educada para perseguir al errante y condenar al errorista«, explican por correo electrónico Zukerfeld y Garin.

Precisamente en esa consecuencia del error, el castigo, incide el psicólogo del gabinete madrileño Cinteco José Carrión: «El problema no está en cometer errores, de hecho es algo que le ocurre a todo el mundo, el problema aparece cuando cometer errores se convierte en comportamiento punible».

El Errorismo surgió por error, cómo no. En 2005, el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, llegó a Argentina «para hacer cumplir la agenda de la cuarta Cumbre de las Américas» y el entonces Grupo Etcétera decidió actuar, llevando a cabo «intervenciones que cuestionaban estereotipos». Mientras preparaban su performance, «uno de los integrantes llegó con un texto sobre el teatro del error y, por un error en la tecla t, en lugar de terrorismo escribió errorismo. El corrector dijo que ‘errorismo no existe. Usted quiere decir erotismo o terrorismo».

«Quedamos estupefactos ante la pantalla: por error había llegado a nosotros el concepto que estábamos buscando. Pero no podíamos quedarnos sólo con esa prueba. Inmediatamente fuimos a Google para intentar comprobar si el gran buscador de internet ya tenía rastros y, al escribir la palabra mágica, Google arrojó cero resultados. Así nació este nuevo ismo». Si usted teclea ahora Errorismo ahora ya le aparecen más de 12.000 entradas.

El error como fuente de inspiración

Para los erroristas, equivocarse es una «fuente permanente de inspiración». Así ponfifican sobre el error: «La pérdida del temor a equivocarse, a fallar o fracasar, puede conducir a una superación de las limitaciones personales y colectivas. Romper con las inhibiciones y ser cada vez más libres de aquellas estructuras que ridículamente determinan moralmente los valores y comportamientos sociales impuestos por la educación tradicional en las instituciones, la familia o la religión. El errorismo afirma la urgente necesidad de una campaña de deseducación general.

Estos activistas creen que, como define el proverbio latino, «errar es una prueba de humanidad, que el error es la forma de educación más práctica y real, porque educa, transforma y revoluciona». «Debemos deseducarnos de conceptos y falsas verdades como triunfo, éxito y eficacia», animan. Así que aproveche ahora, que un nuevo año comienza, para equivocarse mucho y, tal vez así, ser más feliz.

Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2017/01/03/585d5654ca4741d8378b45c7.html

Comparte este contenido:

Entrevista a Antonio Vitorino: “Na Educação, apesar das dificuldades, Portugal está no bom caminho”

02 Enero 2017/Fuente:jornaleconomico /Autor:Sónia Bexiga

A EPIS – Empresários pela Inclusão Social, foi criada por uma centena de empresários e gestores portugueses, na sequência de uma convocatória feita pelo então Presidente da República, Aníbal Cavaco Silva.

Como foi estruturado, em 2006, este “grupo de trabalho” e que objetivos foram traçados? 
A EPIS escolheu a Educação como forma de concretização da sua missão principal de promoção da inclusão social em Portugal, com um enfoque muito especial nos jovens. Promover o sucesso escolar foi o grande objetivo traçado. Desde a sua fundação, a EPIS contou com 361 empresas associadas e parceiras no terreno e está em mais de 101 concelhos de todo o país, em parceria com o Ministério da Educação, Ministério da Economia através do Instituto de Emprego e Formação Profissional, as Direções Regionais de Educação e 42 autarquias. Acompanhou mais de 21700 alunos em cerca de 294 escolas e nove centros do IEFP, contando com a dedicação de 234 mediadores.

A inclusão social é a meta. Mas porque foi eleita a Educação como área de intervenção?
A inclusão social dos jovens foi o grande desígnio da EPIS. Para a sua promoção, a Educação é o principal instrumento ao dispor, em que existiam e ainda subsistem grandes desafios de igualdade de acesso e de condições para a universalização do sucesso escolar. A EPIS tem desenvolvido projetos de intervenção cívica na área do combate ao insucesso e ao abandono escolares, com particular atenção à capacitação de jovens em risco do ensino básico e à disseminação de boas práticas de gestão nas escolas.

O que leva, de facto, o tecido empresarial a envolver-se em projetos desta natureza?
Foi e continua a ser um conjunto de fatores que se reforçam entre eles: a genuína responsabilidade social dos empresários; o desafio do Presidente da República anterior e o apoio entusiástico do atual; as parcerias constituídas com o sector público, que são exemplo de uma boa cooperação intersectorial; e, depois, os projectos construídos e os resultados alcançados, que mostram um bom “retorno social” dos investimentos feitos.

Tendo em conta que a Epis é hoje o maior parceiro privado do Ministério da Educação, como vê, atualmente, a Educação?
A Educação é um dos poucos setores em Portugal que tem convergido para as melhores práticas europeias em 40 anos de democracia e, em particular, nos últimos 20 anos. Nas passadas semanas, vimos os excelentes resultados dos alunos portugueses em estudos internacionais publicados, em idades distintas, que demonstram este caminho de enorme sucesso e de reforçada esperança para o futuro. Ou seja, no que diz respeito à Educação, apesar de muitas dificuldades, Portugal está no bom caminho.

Considera que o Estado tem assumido o seu papel no combate ao abandono/insucesso escolar?
Sim, de uma forma geral. Os bons resultados atingidos, que referi, têm sido conseguidos, fundamentalmente, através de políticas públicas implementadas ao longo destes 40 anos de democracia e que, em muitos casos, envolvem a sociedade civil também.

A Educação, na última década, permite aos jovens aspirar ao sucesso? As Novas Oportunidades responderam a este objetivo?
Os estudos recentes mostram claramente que os alunos portugueses que atingem o sucesso escolar se comparam com os melhores do mundo. O desafio agora é que a percentagem de alunos que não atinge o sucesso escolar vá diminuindo ao longo do tempo. É a universalização do sucesso escolar. As Novas Oportunidades, orientadas sobretudo para a educação de adultos, foi um programa com enorme sucesso no passado, que também ajudou a sociedade civil a valorizar cada vez mais a Educação de todos e, em particular, a dos mais jovens. Foi também um fator que ajudou à melhoria dos resultados recentes da Educação em Portugal.

Ainda a pensar num futuro de sucesso para os jovens, que respostas têm assegurado as escolas profissionais?
As escolas profissionais são um elemento chave na Educação e Formação Profissional, uma vez que são o caminho de qualificação dos jovens que não pretendem seguir o ensino superior e pretendem ingressar no mercado de trabalho, após 12 anos de escolaridade, com uma certificação e qualificação profissional. Em muitos países europeus, com sistemas educativos mais maduros que o nosso, as Escolas Profissionais representam cerca de metade da população que frequenta o equivalente ao ensino secundário.

Fuente de la entrevista: http://www.jornaleconomico.sapo.pt/noticias/na-educacao-apesar-das-dificuldades-portugal-esta-no-bom-caminho-103205

Fuente de la imagen:http://oje-50ea.kxcdn.com/wp-content/uploads/2016/12/antonio_vitorino-925×578.jpg

Comparte este contenido:

Entrevista a Michael Löwy: «Anticapitalismo, Ecosocialismo y Movimientos Sociales»

Por: Marxismo Crítico. 30/12/2016

El objetivo del socialismo, explica Marx, no es producir una cantidad infinita de bienes, pero sí reducir la jornada de trabajo, dar al trabajador tiempo libre para participar de la vida política, estudiar, jugar, amar. Por lo tanto, Marx proporciona las armas para una crítica radical del productivismo y, notablemente, del productivismo capitalista”.

El franco-brasileño Michael Lowy es uno de más destacados intelectuales revolucionarios a nivel mundial. Este sociólogo y filósofo marxista es uno de los principales impulsores de la alternativa Ecososcialista. En esta entrevista exclusiva para la revista “Puño y Letra” de Chile dialoga sobre el marxismo en América Latina; sobre los movimientos sociales; el nuevo internacionalismo; sobre el MIR chileno y los desafío de las y los anticapitalistas.

Marco Álvarez (MA): Michael, en tu libro El marxismo en América Latina señalas tres periodos en la historia del marxismo en la región: un “periodo revolucionario”, desde los años 20 hasta mediados de los años 30, en el que sobresalen el aporte teórico de Mariátegui y la experiencia de insurrección en El Salvador, en 1932; un “periodo estalinista”, iniciado a mediados de los años 30 hasta 1959, marcado por la hegemonía soviética; y un tercero que denominas «nuevo periodo revolucionario», iniciado con el triunfo de la revolución cubana. Continuando con esa clasificación, ¿cómo denominarías la etapa del marxismo en América Latina de los últimos 25 años y cuáles serían sus principales características?

Michael Löwy (ML): Buena pregunta…Es difícil saber si el periodo revolucionario abierto por la Revolución Cubana sigue hasta hoy, de alguna forma, o si se acabó, luego de 1990 (derrota de los Sandinistas, Acuerdos de Paz en El Salvador). Quizás el futuro nos dará la respuesta. Otra hipótesis es considerar cerrado el capítulo iniciado en 1959 y definir los últimos 25 años como «la batalla anti-neoliberal»: es un periodo en el cual se ensaya, en varios países del continente, salidas del inferno neoliberal. Una hipótesis más optimista sería hablar de un periodo de «socialismo del siglo 21», pero este es, hasta ahora, más bien un horizonte de esperanzas que una realidad social. Lo que caracteriza este periodo es: 1) la gran dispersión de la referencia marxista, que ya no es limitada a las corrientes «clásicas» de la izquierda; 2) la victoria electoral de la izquierda en la mayoría de los países, pero con una diferenciación muy clara entre los gobiernos social-liberales (Brasil, Uruguay, Chile) y los anti-imperialistas (Venezuela, Bolivia, Ecuador), con varias situaciones intermedias.

MA: En el prefacio a la reedición del libro La teoría de la revolución en el joven Marx, te refieres a las «numerosas lagunas, limitaciones e insuficiencias de Marx y la tradición marxista» y sugieres corregirlas «por medio de un comportamiento abierto, una disposición a aprender y a enriquecerse con las crítica y aportes de otros sectores». En ese contexto, ¿cómo se expresaría este comportamiento abierto y cuáles son esos «otros sectores» claves para corregir la teoría marxista y sus aportes?

ML: En primer lugar, creo que nosotros, los marxistas, tenemos que estar dispuestos a aprender con los movimientos sociales: sean los más « clásicos », como el movimiento obrero y el campesino, o los más « heterodoxos » como el feminismo, el indigenismo, las redes de lucha en contra del racismo. Se trata, en estos últimos casos, de problemáticas -las formas no clasistas de opresión- poco desarrolladas en la tradición marxista. Vale la pena también «revisitar» las otras corrientes revolucionarias del socialismo -incluyendo las que Marx y Engels ya habían «refutado»- como los socialistas utópicos, los anarquistas y lo que yo llamaría «socialistas románticos»: William Morris, Georges Sorel, Charles Péguy. Tenemos también que estar abiertos a los aportes del pensamiento social no marxista, de Max Weber a Sigmund Freud, o de Karl Mannheim a Hannah Arendt, lo que no significa, por supuesto, aceptar todos sus planteamientos.

Pero pienso que la principal insuficiencia de la tradición marxista -aun si se encuentran algunos elementos importantes sobre esta temática en la obra de Marx y Engels- es la cuestión ecológica. Una reflexión marxista en el siglo XXI tiene que darle una importancia central a la amenaza que representa, para la humanidad, el proceso de destrucción capitalista acelerada del medioambiente y de los equilibrios ecológicos (cambio climático); esto implica una revisión de la visión tradicional del «desarrollo de las fuerzas productivas» y del mismo socialismo. El concepto de «ecosocialismo» busca traducir esta nueva visión ecológica y anti-productivista de la revolución socialista.

MA: En Chile, desde 2011, nos encontramos con un fuerte protagonismo de los movimientos sociales, como el estudiantil, los regionalistas, etc. ¿Qué valoración haces de estos movimientos sociales y cuál debe ser, a tu juicio, la relación entre estos y las organizaciones anticapitalistas?

El movimiento de la juventud estudiantil en Chile, y la lucha de los Mapuche, son algunos de los movimientos sociales más importantes de América Latina en los últimos años. Creo que los anticapitalistas deben apoyar sin reservas estas movilizaciones, tratando de impulsar su dimensión antisistémica y haciendo propuestas concretas que se enfrenten con la lógica del capitalismo neoliberal.

MA: Dos de los referentes históricos del marxismo que tú has estudiado a cabalidad son Walter Benjamín y Rosa Luxemburgo. ¿Cuáles serían, en la actualidad, los principales aportes al marxismo de estos dos referentes?

ML: Lo que tienen en común los dos es el énfasis en la lucha de clases como eje central del pensamiento y de la acción marxistas. Rosa Luxemburgo representa una de las formas más radicales de la filosofía de la praxis: es en la acción colectiva, en la lucha, que se desarrolla la consciencia de clase, y la autoorganización de los oprimidos. Por esto, la democracia, es decir, la participación efectiva de la clase explotada en las decisiones, es una condición fundamental del proceso de transformación revolucionaria de la sociedad.

Walter Benjamin se propuso entender la historia «a contrapelo» del punto de vista de los oprimidos. Desde esta perspectiva, rechaza la visión burguesa –compartida por buena parte de la izquierda- de la historia como «Progreso». Para él, la revolución no es la conclusión de una larga evolución «progresista», sino la interrupción de la cadena milenar de la dominación.

MA: Muy pronto publicaremos a través de la nueva editorial “Sylone” el libro Los Trotskismos, de Daniel Bensaïd. Tú militaste junto a este autor en las filas del trotskismo durante muchos años. ¿Cuál es, a tu parecer, el principal legado teórico de Bensaïd?

ML: Son muchos los aportes de Daniel Bensaïd, pero el que más importante me parce es su planteo –inspirado por Pascal y por los trabajos del marxista heterodoxo de Lucien Goldmann- de la revolución como «apuesta melancólica». Apuesta, porque no hay ninguna certeza del triunfo del socialismo, de la emancipación de los oprimidos; el revolucionario solo puede apostar en un futuro posible, jugándose su vida y su acción en esta esperanza, corriendo el riesgo de la derrota. Y «melancólica» porque hasta ahora los grandes revolucionarios –Rosa Luxemburgo, León Trotsky, Che Guevara, Miguel Enríquez– fueron derrotados y asesinados.

MA: También has escrito bastante sobre el Che Guevara. ¿Dónde crees tú que se encuentra la vigencia de su pensamiento?

ML: Por una parte, en su planteo estratégico: «no hay otra revolución que hacer, o revolución socialista o caricatura de revolución». Por otra parte, en su tentativa, durante su estadía en Cuba, de proponer un camino hacia el socialismo alternativo al modelo soviético, con mayor democracia y un contenido ético comunista. Es un error reducir Guevara al «guerrillero heroico»: fue uno de los pensadores marxistas más importantes de América Latina. Su humanismo marxista tiene su máxima expresión en su internacionalismo, en la convicción de que un comunista tiene que sentir como una agresión personal un golpe que atinge a un luchador en cualquier país del mundo.

MA: Siempre has sido internacionalista. ¿Existe un nuevo internacionalismo? ¿De qué formas se expresa hoy este nuevo internacionalismo?

ML: Me parece que el nuevo internacionalismo, tal como se presenta en movimientos como Vía Campesina, o en iniciativas como el altermundialismo, o en los levantes de los «indignados», tiene un contenido anticapitalista y/o antisistémica. Ya no plantea, como en los años 60, la «solidaridad» con las luchas del Sur, sino una alianza entre movimientos del Norte y del Sur en contra de sus enemigos comunes: el neo-liberalismo, el FMI, la Banca Mundial, las multinacionales, el imperialismo. Los herederos de las mejores tradiciones del internacionalismo del pasado –los anarquistas, los marxistas de la IV Internacional, los guevaristas– participan en las movilizaciones del nuevo internacionalismo.

MA: Tú eres uno de los grandes impulsores de la alternativa Ecosocialista, el libro ¿Qué es el Ecosocialismo?, recopila varios artículos tuyos sobre la materia. Al respecto, ¿podrías explicar brevemente qué es el Ecosocialismo y cuáles son sus principales fundamentos teóricos?

ML: El ecosocialismo se reclama de la herencia marxista, de la crítica de la economía política capitalista por Marx y del programa socialista. Al mismo tiempo, se disocia de las vertientes productivistas del marxismo –que han predominado en el curso del siglo XX– y rompe con el modelo soviético (antidemocrático y antiecológico) de pretensa «construcción del socialismo».

Muchos ecologistas critican a Marx por considerarlo un productivista. Tal crítica nos parece equivocada: al hacer la crítica del fetichismo de la mercancía, es justamente Marx quien coloca la crítica más radical a la lógica productivista del capitalismo, la idea de que la producción de más y más mercancías es el objeto fundamental de la economía y de la sociedad.

El objetivo del socialismo, explica Marx, no es producir una cantidad infinita de bienes, pero sí reducir la jornada de trabajo, dar al trabajador tiempo libre para participar de la vida política, estudiar, jugar, amar. Por lo tanto, Marx proporciona las armas para una crítica radical del productivismo y, notablemente, del productivismo capitalista. En el primer volumen del El Capital, Marx explica cómo el capitalismo agota no sólo las fuerzas del trabajador, sino también las propias fuerzas de la tierra, extinguiendo las riquezas naturales. Así, esa perspectiva, esa sensibilidad, está presente en los escritos de Marx, sin embargo, no ha sido suficientemente desarrollada.

Una reorganización del conjunto de modos de producción y de consumo es necesaria, basada en criterios exteriores al mercado capitalista: las necesidades reales de la población y la defensa del equilibrio ecológico. Esto significa una economía de transición al socialismo ecológico, en la cual la propia población –y no las «leyes de mercado» o un Buró Político autoritario– decidan, en un proceso de planificación democrática, las prioridades y las inversiones. Esta transición conduciría no sólo a un nuevo modo de producción y a una sociedad más igualitaria, más solidaria y más democrática, sino también a un modo de vida alternativo, una nueva civilización ecosocialista más allá del reino del dinero y de la producción al infinito de mercancías inútiles.

MA: ¿Cuáles serían, en tu opinión, las principales tareas de las y los militantes ecosocialistas en los países de América Latina?

ML: Participar en todas las luchas y movilizaciones socioecológicas, de los indígenas y campesinos en contra de la furia destructora del agronegocio y de las multinacionales, de la juventud y la población de la periferia por el transporte público gratuito, etc. En el seno de estas luchas contribuirá la toma de consciencia anticapitalista y presentar, a la vez, propuestas concretas y una perspectiva alternativa radical, el ecosocialismo.

MA: Para finalizar, en nombre de Puño y Letra, la revista de reflexión de la Izquierda Anticapitalista Chilena, podrías referirte a la importancia que en la actualidad adquiere la unidad de las y los anticapitalistas.

ML: Me permito citar un hermoso artículo de José Carlos Mariátegui para el Primero de Mayo del 1924: «Una variedad de tendencias y grupos bien definidos y distintos no es un mal; al contrario, es una señal de un periodo avanzado en el proceso revolucionario. Lo que importa es que esos grupos y esas tendencias sepan cómo actuar en conciliación frente a la realidad concreta del día a día. (…) Que no empleen sus armas (…) para herirse el uno al otro, pero sí para combatir el orden social, sus instituciones y sus crímenes».

Es importante constituir, en un primer momento, un Frente Único de las y los anticapitalistas, en base a tareas concretas de la lucha social y ecológica; y, en un segundo momento, tratar de crear, por la convergencia de múltiples corrientes, una Federación Anticapitalista capaz de actuar con una perspectiva de transformación revolucionaria de la sociedad.

Fuente:https://marxismocritico.com/2014/12/15/anticapitalismo-ecosocialismo-y-movimientos-sociales/

Fotografía:Marxismo crítico

Comparte este contenido:

Christopher Clouder: “Es ridículo atosigar a los niños con exámenes y notas”

Alemania/29 diciembre 2016/Fuente: Web del Maestro

En las escuelas Waldorf los alumnos son quienes marcan los ritmos. Aprenden a leer pasados los seis años, no tienen exámenes y reciben una sólida formación musical y artística. Su rendimiento académico cuando se incorporan a la universidad está, dicen, por encima de la media. Así lo afirma Christopher Clouder, pedagogo y escritor en una publicación de “Cinco Días”.

Especialmente popular en su Alemania natal y en los países escandinavos, también es conocido por convencer a muchas estrellas de Hollywood. Christopher Clouder (York, 1946) es uno de los máximos expertos en este método. Dirigió durante 12 años el Comité Europeo Educativo Steiner Waldorf. Desde 2009 encabeza la Plataforma para la Innovación en Educación de la Fundación Botín.

1434134574_515066_1434134705_noticia_normal

¿El hecho de que existan pedagogías alternativas significa que la educación tradicional falla?

Creo que el sistema convencional ya ha cumplido su ciclo. Procede del siglo XIX y estamos en el XXI. Nuestros hijos esperan algo distinto de la educación. No critico el sistema actual, no digo que esté todo mal, pero sí creo que hay que evolucionar.

¿De qué modo?

Para empezar, hay que incidir más en la autoexploración. En vez de seguir programas rígidos, los maestros deberían tratar de ser más auténticos. También hay que redefinir la relación que mantenemos en clase con los alumnos. Lo resumiría diciendo que la educación debe quedar al servicio de los niños, y no al revés. Necesitan que se les estimule la creatividad, el coraje y el trabajo en equipo tanto o más que asimilar determinados conocimientos. ¡Piense que casi todo lo que uno puede preguntarse está ya disponible en internet.

Hay quien asegura que dejar demasiada libertad al niño puede ser contraproducente para su educación.

Más que darles libertad, lo que hacemos es respetarlos. Los niños son sensatos. Saben lo que es bueno para ellos, lo que es sano. Eso no se debe confundir con hacer que asuman responsabilidades desde muy temprano. Nosotros somos los adultos: les escuchamos, pero somos quienes decidimos. Lo ideal es que los pequeños sean cocreadores de su entorno. Es muy importante que disfruten su niñez, un periodo que cada vez acortamos más: la pubertad se ha avanzado dos años y medio en el último siglo.

Algunos expertos consideran ridículo compartimentar el conocimiento en asignaturas. ¿Qué opina usted?

Creo que lo que hacemos es triste. Estamos creando un entorno competitivo para los niños desde bien pequeños, cuando para ellos lo natural es cooperar en vez de competir. Es una lástima que la obsesión del sistema sea convertir a los niños en unidades económicamente operativas en el menor tiempo posible. Eso va contra su derecho a desarrollarse como persona. Le puedo asegurar que, aunque no se le presione con plazos, un niño aprende, y lo hace rápido. Atosigarles con exámenes y notas desde pequeñitos es ridículo.

Mucha gente no concibe una escuela sin exámenes.

En los centros Waldorf los niños pasan pruebas: se les ponen retos y deben hacerlo cada vez mejor. No se trata de competir con los demás, sino con uno mismo. Ese espíritu de autosuperación dura para toda la vida. Los exámenes propiamente dichos tienen sentido cuando son más mayores.

El arte y la música tienen mucha importancia en la pedagogía Waldorf. ¿Por qué?

Porque es una parte importantísima del desarrollo personal. Aportan armonía. Cuando se les deja solos, los niños dibujan, cantan, saltan, se mueven. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué? El movimiento genera sinapsis en el cerebro, estimula las conexiones neuronales. Todas las artes implican movimiento. En los últimos años se ha demostrado, además, que los niños con una educación artística rica tienen mejor salud mental, menos abandono escolar, menos propensión al consumo de drogas y mejores resultados académicos.

Fuente:http://webdelmaestrocmf.com/inicio/2016/06/07/es-ridiculo-atosigar-a-los-ninos-con-examenes-y-notas/#

 

Comparte este contenido:

Entrevista a Marx Gómez: Esa extraña mercancía llamada conocimiento

Entrevista a Marx Gómez, investigador del «Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas»
Esa extraña mercancía llamada conocimiento

 

Tatuytv

Aprovechamos la visita del sociólogo e investigador del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) Marx Gómez, que realizara recientemente a Mérida, en el marco del décimo aniversario de la Fundación CENDITEL, para abordar un tema no menos complejo, y aunque invisible para muchos, es de una importancia cardinal para entender el alcance geográfico y nivel de penetración del capitalismo en los distintos ámbitos de la existencia humana, específicamente en el del conocimiento, al que el capitalismo ha identificado como una preciada y particular mercancía.

Para Gómez, la categoría Conocimiento Libre puede interpretarse «como una tautología, en tanto el conocimiento en sí mismo es libre, y al ser libre va hacia su socialización, su divulgación, su constante transformación (…), pero aunque parezca tautología, es más una condición de denuncia a ese Conocimiento Libre entendido como oxímoron, como si fueran cosas contradictorias, porque ahí es donde entra todo ese discurso de la propiedad intelectual que asume al conocimiento y la libertad como cosas disonantes»

Gómez amplía el debate reconociendo las tensiones históricas basadas en la «posibilidad del uso y apropiación [del conocimiento] con fines de conquista o con fines de liberación (…) pero concretamente esta discusión de Conocimiento Libre se inserta en una crítica a lo que llaman Capitalismo Cognitivo» que se constituye en una categoría mucho más clara de lo que «otras personas llaman sociedad de la información o sociedad del conocimiento olvidando que se trata de una sociedad capitalista».

Así, Marx Gómez retrata el proceso lógico e histórico en que el Capitalismo Cognitivo se constituye como una modalidad capitalista, que arranca desde finales del siglo XIX con los primeros instrumentos jurídicos tendientes a la privatización del conocimiento hasta el aceleramiento privatizador sufrido en la década de los 70′ y 80′ del siglo XX. Este esquema capitalista está sostenido en la idea de la Propiedad Intelectual y sus mecanismos jurídicos (Propiedad industrial, derechos de autor, patentes, etc) que ha venido robusteciéndose y consolidándose mientras que se expande geográficamente a través de toda una supranacionalidad concretada en instituciones como por ejemplo, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

Sin embargo, existen una serie de movimientos, gobiernos y organizaciones que han venido denunciando y oponiéndose a esta lógica de privatización del conocimiento, preconizando la idea del sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos al plantear que no puede hacer Justicia Social sin una Justicia Cognitiva, idea que Gómez amplía en la entrevista al aclarar que «al hablar de una crisis del capitalismo, y si aceptamos que esa crisis del capitalismo tiene múltiples factores, (…) pero que en última instancia es una crisis civilizatoria, una crisis del modelo occidental de sociedad, de política, de economía, de cultura, etc., pues el conocimiento que nos llevó a esta sociedad que está en crisis civilizatoria no está eximido de una revisión crítica; en pocas palabras, crisis civilizatoria es crisis del conocimiento también, y entonces al ser crisis de conocimiento, los procesos de justicia social por otro mundo posible son también por justicia cognitiva».

Vídeo de la entrevista

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220769&titular=esa-extra%F1a-mercanc%EDa-llamada-conocimiento-
Imagen: http://reporteinsular.com/las-consecuencias-de-pensar-demasiado/
Comparte este contenido:

“Se ha sido demasiado permisivo con los criterios de calidad de algunas universidades privadas” Entrevista a Pilar Aranda Ramírez

Europa/España/26 Diciembre 2016/Autor: Daniel Sanchez Caballero/Fuente: Diario de la Educación 

Pilar Aranda Ramírez (Zaragoza, 1958) se convirtió en mayo de 2015 en la primera mujer en dirigir la Universidad de Granada (UGR) en sus 500 años de historia. Hasta hace seis meses también pertenecía al exclusivo club de las mujeres rectoras de una universidad pública en España: estaba ella sola hasta que se unió Margarita Arboix en la Autónoma de Barcelona. Hablamos con esta catedrática de Fisiología sobre el estado de la universidad en España (“hay demasiadas privadas”, asegura) y lo que supone ser mujer en un mundo tan masculino.

Es la primera rectora de la UGR y una de las dos que hay en una pública entre más de 50 centros…
Soy la primera en una universidad en España con más de cien años. Pero esto va a ir acabando. Espero que deje de ser noticia, que se normalice que las mujeres ocupen los puestos que corresponden en todos los niveles del sistema.

Pero el que caso es que no acaba de ocurrir.
Es la realidad. En las privadas sí, hay siete rectoras.

En la universidad más de la mitad de los estudiantes son mujeres, pero luego su presencia va cayendo. Las profesoras son un 40%, las catedráticas un 20% y dos rectoras. ¿Qué ocurre?
No se presentan, no se dan las circunstancias, a lo mejor tienen otras prioridades, no se hacen visibles en los espacios públicos…

Alguien me contaba que un problema es que para ir ascendiendo hay que dedicarse mucho a ello, hacer relaciones… ¿Penaliza esto a la mujer?
Hay mucha competitividad. Hay que echar muchas horas, estar muy inmersa, conocer los problemas… Hasta que la conciliación sea realmente una realidad tenemos otras prioridades. La sociedad esta estructurada de otra manera.

¿Ha sentido personalmente alguna traba por ser mujer?
La traba la he sentido en mi propia formación a la hora de mis estancias en el extranjero. Realicé una con un hijo de 9 meses en el 85-86. Fue muy duro. Luego a veces te encuentras en lugares con determinados comportamientos. Por ejemplo, tú tienes una opinión que manifiestas primero, luego la manifiesta un hombre y cuando se hace una referencia a ella, se hace como si fuera del hombre. Tenemos que estar muy alertas. También tengo discriminación positiva y soy defensora de ella.

¿En qué forma?
En la batalla por las listas, los nombramientos, la ley de igualdad integral, la paridad en las comisiones… Eso ha sido una discriminación positiva necesaria para eso tan importante que es hacer visible el trabajo que realizan las mujeres y a las propias mujeres en sí. Esto arrancó pero cuando ves determinadas fotos… que fuera la única rectora de una universidad pública hasta mayo es llamativo. Me reúno en determinados sitios y soy la única mujer. Voy con empresarios y lo mismo.

Financiación universitaria. ¿Necesita una revisión el sistema? ¿Es partidaria de ligarla a objetivos?
Totalmente, soy muy partidaria de ligar la financiación a resultados. Asegurando una parte de funcionamiento de los gastos estructurales, el resto debe ir ligado a resultados. Funcionamos con dinero público, a la sociedad hay que rendirle cuentas de lo que estamos haciendo.

Usted habla de buscar fondos “en otros lados” ajenos a la financiación pública. ¿Dónde?
De la inversión privada, de la inversión pública que está en otros lugares a los hasta ahora no se acudía. Hay que trabajar en temas de cátedras. Nos están financiando algunas empresas, no solo los contratos de investigación sino financiación de determinadas actividades… También hemos recurrido al micromecenazgo.

Cátedras financiadas, micromecenazgo… En otros centros ha habido críticas por, se ha dicho, “mercantilizar la educación”. ¿Le ha ocurrido?
No mucho porque esto ya se venía haciendo desde hace mucho tiempo. Es cierto que somos una universidad pública y el 90% de los fondos vienen de ahí. Es nuestra obligación buscar financiación privada y si hay empresas o grupos que aportan para programas específicos estamos abiertos. Este tema de la mercantilización y las empresas en la universidad se ha quedado un poco obsoleto. Y si nos comparamos con las universidades a las que nos queremos parecer, las europeas y americanas, hace tiempo que tienen un 80% de financiación privada. Universidades públicas. En España no tanto, pero va aumentando la financiación privada, también para la investigación, deben implicarse y está aumentando.

Últimamente hay muchos expertos que vaticinan la desaparición de muchas universidades a medio plazo. ¿Coincide con esta visión?
No lo comparto, y menos siendo rectora de una universidad con cinco siglos de historia. Siempre ha habido momentos malos, si alguien repasa la historia de las universidades había momentos en que se entraba en una lucha con la academia, por ejemplo. ¿Que alguna universidad privada tenga que cerrar, que haya que reconducir grados que se haciendo en las públicas para hacer un sistema más eficiente? Posiblemente sí. Pero de momento no contemplo que haya que cerrar.

Pero, academia aparte, que no es una amenaza actual, las universidades sí que afrontan ciertos riesgos…
En este país yo estoy totalmente en contra de que se hayan abierto 30 privadas. Somos 50 públicas y 30 privadas. Se ha sido un poco permisivo con la creación de tanta universidad privada. Las hay muy buenas, de una excelencia alta, pero otras que no lo son tanto. Se ha creado una competencia frente a la pública que no comparto, aunque defienda que deben existir. Es buena la competencia, pero siempre que tengan un rigor y una calidad como corresponde.

¿Se está haciendo negocio con la educación?
Yo creo que sí. Ahí está la creación de tantas privadas. Hay grupos inversores que han considerado que la educación superior era un negocio. En pocos años se han creado muchísimas universidades privadas. A lo mejor podía haber tantas, pero de calidad. Hay que exigirles unos mínimos de calidad.

En los últimos años se habla de que la universidad es insostenible, que hay demasiados estudiantes, sobrecualificación laboral… ¿Se ataca a la universidad?
Sí. He leído declaraciones en tiempos anteriores donde parecía que en la universidad ni se cumplían con las obligaciones docentes, ni se investigaba… es una falacia. La universidad pública, aún teniendo que mejorar mucho, que hacer más crítica, cumple con una función importante, que es generar conocimiento, transferir ese conocimiento y sobre todo formar ciudadanos y ciudadanas críticos, con capacidad de dar respuestas a los problemas de la sociedad, pero también para hacerse interrogantes sobre lo que está ocurriendo en la sociedad y lanzarnos estas preguntas a todos.

¿Sería partidaria de la gratuidad de la universidad?
Me gustaría tender a ella en grado y posgrado. Pero habría que plantear unos niveles de exigencia que se pudiesen presentar resultados a la universidad. Un tema importante es de dónde se detraerían los recursos disponibles. Creo en la justicia social y mi ideal sería que la educación superior fuese gratuita.

¿Tenemos demasiados universitarios en España?
Para mí no. Soy una defensora del valor transformador de la educación. Si llegan y quieren estudiar en la universidad me parece extraordinario. También defiendo que es importante la formación profesional en todo lo que representa de cualificaciones de personas que no quieren o no tienen idea de llegar a la universidad. Hoy en día se están equiparando estudios de FP con grados universitarios.

Menciona el “valor transformador de la sociedad”, pero los estudiantes -y más gente- hablan cada vez más de que se está perdiendo esta función de ascensor social de la universidad.
En la permanente de la CRUE hablando de este tema. Queremos organizar un seminario para analizarlo, porque puede estar pareciendo que se está perdiendo. Allí defendíamos que en algún aspecto se pierde y en otros no. Pero es real que ha sido un gran ascensor social y debe seguir siéndolo. La crisis ha aumentado la desigualdad y la universidad tiene que tender a volver a forzar ese valor igualitario e inclusivo que tenía.

¿El futuro de la universidad pasa por los posgrados?
Sí. Lo que va a diferenciar universidades va a ser el posgrado, tanto en máster como en doctorado. El postgrado tiene un componente investigador muy importante que marca los perfiles de las universidades.

Llevamos cinco años del plan Bolonia. ¿Cómo le ha sentado a la universidad?
Lo estamos evaluando ahora. Los grados se han verificado, han ido bien. Los resultados en líneas generales han sido satisfactorios, pero hay que corregir. El sistema de evaluación continua para el alumnado es muy bueno, permite ir asentando conocimientos para adquirir los siguientes.

¿Mejoras?
Una mayor implicación del estudiante en su aprendizaje, que haya más dinamismo, romper con estructuras obsoletas de enseñanza o plantear una redefinición de la clase magistral real y poner más trabajo en grupo.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2016/11/15/pilar-aranda-se-ha-demasiado-permisivo-los-criterios-calidad-algunas-universidades-privadas/
Comparte este contenido:

Carolina Vásquez Araya: “Para inspirarse no hay mejor entorno que nuestros países en crisis constante»

Por Pressenza

Quisimos entrevistar a otra columnista permanente de nuestro medio, la chilena Carolina Vásquez Araya, radicada en Guatemala desde hace años.

Pressenza: ¿En qué valores te formaste, cuáles resultaron ser para tí los temas más importantes, intransables, que buscan abrirse paso a través de tus lineas?
Carolina: Nací y crecí en Chile, un país que en los años 50 y 60 estaba concentrado en sí mismo, en su propio desarrollo y en donde la educación tenía un gran valor, un país hasta cierto punto aislado del resto del mundo y donde el modelo a seguir era Europa y su cultura. De hecho, en mi familia predominaba una visión de futuro en función de las cualidades intelectuales y no se consideraba importante la posibilidad de embarcarse en otras actividades, tales como la tecnología o los negocios. De ese modo, en mi niñez todo parecía girar alrededor de una valoración extrema de ciertos principios, siempre en función de lo que podías lograr por medio de una formación eminentemente académica.
Esa etapa marcó mi visión de las cosas de manera bastante particular, pero también me prestó una perspectiva crítica de la vida y de los acontecimientos, algo muy útil en los tiempos que vivimos. De ese germen fue creciendo un interés particular por los temas culturales, predominantes en mi trayectoria durante muchos años, evolucionando hacia un enfoque mucho más integral de la realidad.
Pressenza: ¿Cómo haces para inspirarte y ponerte ante el teclado con tanta frecuencia?
Carolina: Durante algunos años escribí y publiqué una columna sobre temas culturales de lunes a sábado y no podía –ni quería- dejar de hacerlo. Eso, quizá, más la rutina del trabajo periodístico y la presión de escribir a diario sobre distintos temas, me ayudó a crear un hábito que se fue transformando en una vía indispensable de expresión. Mi columna en un periódico guatemalteco de gran influencia tiene ya 25 años de existencia y hasta finales de 2015 se publicó 2 veces por semana. Desde enero de este año tiene frecuencia semanal.
En cuanto a la temática, para inspirarse no hay mejor entorno que nuestros países en crisis constante. El crimen, la violencia, la discriminación y el racismo, las profundas desigualdades y el abuso de poder de ciertos sectores configuran un escenario al cual no te puedes sustraer. Te invade, te impulsa a sumarte a la denuncia porque de otro modo de nada sirve tu capacidad para elaborar un texto. Es una gran responsabilidad para quienes tenemos el privilegio de ver nuestro pensamiento plasmado en la prensa escrita o en un archivo digital.
Pressenza: ¿De qué modo percibes a quienes te leen con regularidad, recibes algún feed-back, o imaginas a esos lectores? ¿Para quién escribes?
Carolina: Recibo comentarios y por lo general son muy positivos. Cuando alguien reacciona de manera negativa a mis escritos intento comprender el porqué de esa reacción. Todo escrito refleja una visión personal de quien lo elabora y no representa necesariamente el sentir universal de los lectores. De ahí que debo ser extremadamente sensible a las reacciones para no traspasar esa línea entre mi concepto de la verdad y el de los demás. Evitar esa forma de arrogancia resulta esencial para mantener la cordura.
Pressenza: ¿Has publicado alguna vez tus columnas en formato libro, o solamente las difundes por nuestra agencia y por otros plataformas virtuales?
Carolina: Alguna vez, hace ya mucho tiempo, edité un libro con columnas sobre cultura. Ahí lo tengo guardado y jamás terminé el proyecto, nunca lo mandé a imprimir. Han sido muchos años de escribir con una frecuencia tan estricta que prácticamente se ha vuelto un estilo de vida al cual he dedicado mucha energía, pero no estoy segura de que una selección de columnas de opinión tenga valor literario en sí misma. Sin embargo, no dudo de su valor como espejo de una época en la cual han sucedido acontecimientos de enorme trascendencia. Quizá sea ése mi gran proyecto futuro. Desde hace algunos años alimento un blog con mis escritos (http://www.carolinavasquezaraya.com), con la esperanza de que algún día despierte el interés de quienes deseen conocer mi pensamiento.
Pressenza: ¿Qué sería para tí lo más importante, la aspiración mayor a lograr con tus palabras en el año entrante?
Carolina: Durante años he observado la vida política y social de Guatemala y de otros países de nuestro continente, por lo cual puedo decir con total convicción que las palabras no bastan para alcanzar cambios significativos en sociedades tan complejas y trastornadas como las nuestras. Los problemas sobrepasan cualquier iniciativa de cambio en niveles mucho más estructurados, como son los sistemas de justicia, los controles administrativos del Estado, la fiscalización de la recaudación tributaria o la reforma de los sistemas de salud y educación. En este sentido, la prensa solo puede contribuir a informar, analizar y denunciar, pero la verdadera incidencia en los cambios corresponde a la ciudadanía.
Pressenza: Finalmente, Carolina, cómo percibes tu a Pressenza y qué tal ha sido tu relación hasta ahora…
Carolina: Pressenza es ejemplo de una plataforma moderna, orientada hacia un público diverso. El gran valor de un medio digital como Pressenza es su enorme potencial divulgativo y su capacidad para brindar espacio a quienes enfocan su análisis en el desarrollo de nuestros pueblos. Es una plataforma solidaria a la cual agradezco la publicación de mis columnas y le deseo el mayor de los éxitos.
Pressenza: ¿Hay algo más que quisieras decirnos?
A veces, nuestros esfuerzos parecen estériles y en algún momento sentimos impotencia ante la enorme labor que nos espera. Sin embargo los avances existen, se perciben en cambios muchas veces insignificantes pero reales. El solo hecho de expresarnos libremente es un derecho que hace tres décadas no teníamos en la mayoría de nuestros países. Siempre miremos hacia el pasado para redondear nuestra perspectiva y dar sentido a nuestras metas. Gracias, Pressenza, por darme la oportunidad de compartir con ustedes esta travesía.
Pressenza: ¡Muchas gracias a ti, Carolina!
Comparte este contenido:
Page 351 of 457
1 349 350 351 352 353 457