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Entrevista: Diez preguntas sobre la educación inclusiva

África/ Subsaharian/Octubre 2016/Entrevista/http://www.unesco.org/

En la presente entrevista se hace referencia a la educación  integradora a los niños con necesidades educativas especiales  , así como promover el aprendizaje desde la inclusión y  se plantean las siguientes interrogantes .

 

1. Más allá de las meras estadísticas, ¿qué sabemos de los excluidos?

La exclusión es un fenómeno con múltiples facetas. Pese a los avances reales hacia la universalización de la enseñanza primaria registrados desde el año 2000, quedan todavía en el mundo unos 72 millones de niños sin escolarizar. Siete de cada diez de esos niños viven en países del África Subsahariana y el Asia Meridional y Occidental. La pobreza y la marginación social son las causas principales de la exclusión. Los niños de familias que viven en zonas rurales y apartadas, o en barriadas urbanas miserables, son los que más difícilmente pueden tener acceso a la educación. Los niños discapacitados son víctimas de una flagrante exclusión de los sistemas educativos y representan un tercio del total de los que están sin escolarizar. Entre los grupos más vulnerables a la exclusión, figuran: los niños que trabajan; los que pertenecen a poblaciones indígenas, minorías lingüísticas y comunidades nómadas; y los que se ven afectados por el VIH y el sida. Un 37% aproximadamente de los niños sin escolarizar viven en los 35 Estados que la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) ha definido como frágiles. Sin embargo, estos Estados no abarcan la totalidad de los sitios del mundo que son víctimas de conflictos o viven situaciones de posconflicto. En todo caso, los niños corren un enorme riesgo de perder la oportunidad de recibir una educación. No obstante, la exclusión presenta aspectos diferentes en cada país. Por eso, es apremiante que los gobiernos puedan determinar cuáles son los niños que más probabilidades tienen de quedarse sin escolarizar. También deben identificar a los que abandonan la escuela prematuramente y a los que no consiguen adquirir un mínimo dominio de las materias básicas. Las estadísticas sobre las diferentes categorías de excluidos de la educación son un indicio importante porque, al contabilizar a los niños privados de escuela, muestran la importancia de cada uno de ellos y ponen de relieve que tienen derecho a la educación.

2. Los trabajos de investigación sobre los niños sin escolarizar indican que muchos países están promoviendo el acceso a la escuela, pero sin garantizar la calidad de la enseñanza. ¿A qué se debe esto?
Una vez que se ha determinado quiénes son los niños excluidos y por qué no están escolarizados, es posible elaborar estrategias para conseguir que prosigan sus estudios. El problema estriba en aplicar políticas y medidas prácticas que traten de abordar las causas de la exclusión. Así, se debe observar lo que ocurre dentro y fuera de la escuela, desde la vida cotidiana de los niños en el seno de sus familias y comunidades hasta su vida escolar, esto es, lo que están aprendiendo realmente y las condiciones en que lo están haciendo. Los gastos de escolarización tienen que ser asequibles para las familias. Desde el año 2000 más de doce países han suprimido el pago de los derechos de matrícula en primaria, lo que ha traído consigo un gran aumento del número de niños escolarizados. Las familias más pobres necesitan una ayuda económica suplementaria para enviar a sus hijos a la escuela. Sin embargo, esto no es suficiente para acabar con la exclusión. En muchas escuelas las condiciones de aprendizaje son muy desfavorables, especialmente para los niños más pobres. En efecto, la formación escasa de los maestros, la falta de libros de texto y material didáctico, el uso de lenguas de enseñanza inadecuadas, la insuficiencia del tiempo lectivo, el número excesivo de alumnos por clase y la penuria de instalaciones de saneamiento son factores que contribuyen, sin excepción, a incrementar las probabilidades de que los niños abandonen la escuela prematuramente, o a que no aprendan. Diversos estudios muestran que, en muchos países en desarrollo, hasta un 40% de los alumnos obtienen en lengua y matemáticas puntuaciones iguales o inferiores al índice de aprovechamiento más bajo en esas disciplinas. En resumidas cuentas, los sistemas de enseñanza de escasa calidad generan exclusión. De ahí que la mejora de la calidad de la educación sea un factor clave para acabar con ella.

3. ¿Cómo contribuye la educación integradora a promover un buen aprendizaje?
Los esfuerzos para ampliar la escolarización deben ir unidos a la aplicación de políticas encaminadas a incrementar la calidad de la educación, tanto formal como no formal, a todos los niveles. Hay que esforzarse por lograr no sólo el acceso de los niños a la escuela, sino también su éxito escolar ininterrumpido. Para ello, es preciso promover políticas que garanticen la escolarización de los excluidos, acompañándolas de programas y prácticas que permitan a los niños conseguir buenos resultados. Esto exige abordar el problema de la diversidad de las necesidades de los alumnos y darle una respuesta, lo cual tiene repercusiones en los métodos de enseñanza, los planes de estudios, las modalidades de interacción y las relaciones de las escuelas con sus comunidades. Es bien sabido que los alumnos de medios socioeconómicos más acomodados con más facilidades de acceso a material de lectura consiguen sistemáticamente mejores resultados que los de familias pobres, que sólo disponen de un acceso limitado a ese tipo de material. Un sistema de educación integradora tiene por objetivo compensar esas y otras desventajas, por ejemplo prestando un apoyo suplementario a los alumnos con dificultades para aprender.

4. ¿En qué principios se basa la educación inclusiva?
La educación inclusiva, conocida también como educación integradora, se basa, ante todo, en el derecho de cada individuo a la educación, inscrito en el Artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. Desde la aprobación de esta declaración, toda una serie de tratados e instrumentos jurídicos internacionales han venido reafirmando ese derecho. Merecen ser mencionados tres: la Convención de la UNESCO relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza (1960), en la que se dispone que los Estados tienen la obligación de facilitar posibilidades de educación a cuantos carecen de instrucción elemental; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966), en el que se reitera el derecho a la educación de todos los individuos y se destaca que la enseñanza primaria debe ser obligatoria; y el tratado internacional relativo a los derechos humanos más universalmente ratificado, la Convención sobre los Derechos del Niño, en la que se enuncia el derecho de la infancia a no ser discriminada. Este último instrumento jurídico se refiere también a los fines de la educación, reconociendo que ésta debe centrarse en el educando. Esto tiene repercusiones en el contenido de la enseñanza y la pedagogía, y también, en un plano más general, en la manera en que son dirigidas y administradas las escuelas.

5. ¿Por qué se suele asociar la educación integradora a los niños con necesidades educativas especiales?
Con demasiada frecuencia, los programas de educación destinados a distintos grupos de niños marginados y excluidos se han venido aplicando fuera del sistema ordinario de enseñanza, recurriendo a planes de estudios, centros educativos y educadores especializados. Con demasiada frecuencia también, este modo de proceder ha conducido a la oferta de oportunidades de educación mediocres que no garantizan a los niños la posibilidad de proseguir sus estudios. En los países desarrollados, la tendencia a adoptar enfoques más integradores de la educación se ve a menudo obstaculizada por la tradición de dispensar una educación segregada o distinta a los grupos de niños calificados como “difíciles” o “diferentes”. No obstante, cada vez se admite más que lo mejor para los niños con necesidades educativas especiales es frecuentar las escuelas ordinarias, aunque sea necesario prestarles diversas formas especiales de apoyo. Los estudios realizados en los países de la OCDE y en otros Estados que no pertenecen a esta organización indican que los alumnos discapacitados obtienen mejores resultados escolares en contextos integradores. En la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, adoptada recientemente y firmada por más de 100 países, se exige el establecimiento de un sistema de educación inclusivo a todos los niveles. Estamos presenciando, por lo tanto, una evolución profunda en la que la perspectiva de “bienestar médico” está siendo sustituida por otro planteamiento basado en los derechos humanos. Este cambio de perspectiva modifica también los planteamientos de la educación.

6. ¿Cómo debe cambiar la educación para adaptarse a cada niño?
El objetivo global es conseguir que la escuela sea un lugar al que puedan acudir todos los niños y en el que se les dispense un trato igual. Esto supone una modificación de nuestro concepto de la educación. El planteamiento de la educación inclusiva consiste en examinar cómo deben transformarse los sistemas educativos para responder a la diversidad de los educandos. Esa transformación entraña la necesidad de incrementar la calidad de la educación mejorando la eficacia de los maestros, promoviendo métodos pedagógicos centrados en los educandos, elaborando libros de texto y materiales didácticos nuevos, y velando por que las escuelas sean sitios seguros y salubres para todos los niños. Los vínculos con la comunidad son otro aspecto fundamental, ya que la relación entre los maestros, los alumnos, los padres y la sociedad en general es un factor esencial para fomentar la educación integradora. A menudo resulta difícil conseguir la cooperación de las familias de los niños más marginados, aunque en este ámbito se están adoptando iniciativas innovadoras. Por ejemplo, en una escuela primaria de Durban (Sudáfrica) las abuelas de los alumnos se encargan de practicar la lectura con ellos, lo cual permite a los maestros centrarse más en los niños con dificultades para aprender.

7. ¿Cómo se deben modificar los planes de estudios para mejorar el aprendizaje e impulsar la integración de todos los alumnos?
Un plan de estudios inclusivo aborda todos los aspectos cognitivos, emocionales y creativos del desarrollo del niño. Se basa en los cuatro pilares de la educación para el siglo XXI: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir, y es un proceso que empieza en el aula. Los planes de estudios desempeñan un papel fundamental en el fomento de la tolerancia y los derechos humanos, que son dos poderosos instrumentos para trascender las diferencias de índole cultural y religiosa, o de otro tipo. Un plan de estudios integrador tiene en cuenta aspectos como el sexo, la identidad cultural y el idioma de los educandos. Además, entraña la supresión de los prejuicios sexistas no sólo en los libros de texto, sino también en las actitudes y expectativas de los docentes. Un enfoque plurilingüe de la educación, en el que se reconozca el idioma del alumno como parte integrante de su identidad cultural, puede ser también un elemento integrador. Además, el uso de la lengua materna como lengua de enseñanza en los primeros grados de la escuela primaria tiene repercusiones positivas en el aprovechamiento escolar del alumnado. En Zambia, por ejemplo, los idiomas vernáculos se utilizan como lenguas de enseñanza durante los tres primeros años de primaria con resultados muy apreciables. Un enfoque inclusivo de la política relativa al plan de estudios debe basarse en la flexibilidad y ha de poderse adaptar a las necesidades individuales de los alumnos, de manera que todos ellos puedan beneficiarse de un nivel básico de calidad de la educación comúnmente aceptado. Esto supone, entre otras cosas, variar el tiempo que los educandos dedican a determinadas materias, dar a los docentes un mayor margen de libertad para escoger sus métodos de trabajo y asignar más tiempo de clase a hacer tareas.

8. Los maestros tienen una influencia de primer orden en el aprovechamiento escolar del alumnado. Sin embargo, en muchos países su situación y sus condiciones de trabajo dificultan la promoción de la educación integradora. ¿Qué se puede hacer para mejorar su suerte?
La manera de enseñar de los docentes reviste una importancia esencial en toda reforma concebida para mejorar la calidad de la educación. Un plan de estudios centrado en el alumno se caracteriza por la tendencia a otorgar menos importancia al aprendizaje exclusivamente memorístico y hacer más hincapié en una forma de aprender activa y cooperativa, basada en las tareas prácticas y en la experimentación directa. La adopción de la educación integradora como principio de orientación de la enseñanza tiene repercusiones en las actitudes y prácticas de los docentes con respecto a las niñas, los alumnos que aprenden lentamente, los que tienen necesidades educativas especiales y los que proceden de medios socioeconómicos y culturales diferentes. Para mejorar los resultados del aprendizaje es fundamental que los docentes reciban una formación adecuada, tanto inicial como permanente. Además, deben existir políticas relativas a su estatuto profesional, su bienestar y el desarrollo de su carrera profesional. Hoy en día, al grave problema planteado por el insuficiente número de docentes –sobre todo en el África Subsahariana y el Asia Occidental– viene a añadirse el de la penuria de docentes formados, que tiene repercusiones muy negativas en la calidad de la enseñanza. No se pueden aplicar nuevos planes de estudios sin que los docentes se familiaricen con sus objetivos y contenidos. Evaluar los resultados del aprendizaje puede ayudar a los maestros a calibrar el aprovechamiento escolar de sus alumnos y diagnosticar las dificultades, pero ante todo es necesario que comprendan la importancia de que esas evaluaciones estén bien hechas y adquieran competencias para poder elaborar sus propias pruebas y exámenes. En Sudáfrica, por ejemplo, una ambiciosa reforma de la educación adoptada en 1998 tropieza con dificultades en su aplicación porque los maestros no están suficientemente familiarizados con los nuevos métodos pedagógicos. Otra de las dificultades estriba en el hecho de que muchas escuelas de zonas desfavorecidas no disponen de acceso a bibliotecas, libros de texto y materiales didácticos de referencia que permitan al profesorado preparar adecuadamente sus cursos. Estos problemas de carácter práctico han entrañado toda una serie de modificaciones en el plan de estudios. Aunque éste siga estando centrado en el alumno, ha tenido que simplificarse para poderlo aplicar con eficacia.

9. ¿Tiene un costo asequible la educación integradora de calidad?
A este respecto, lo primero que debe tenerse en cuenta es que los sistemas escolares donde los niños no aprenden por la escasa calidad de la enseñanza impartida no resultan eficaces. Las escuelas en las que se registran índices elevados de repetición de curso no suelen adoptar las medidas preventivas que se imponen. Los gastos ocasionados a los centros escolares por las repeticiones de grado de sus alumnos representan una suma importante que se podría emplear mejor para proporcionar un apoyo pedagógico suplementario a los niños con dificultades para aprender. En algunos países con recursos económicos escasos se han aplicado diversas medidas eficaces para promover una educación inclusiva de calidad. Por ejemplo, la adopción de sistemas de formación permanente, el establecimiento de vínculos entre los estudiantes de magisterio y los centros escolares, o la transformación de las escuelas destinadas a niños con necesidades educativas especiales en centros de recursos que proporcionan conocimientos especializados a grupos de escuelas ordinarias, o les prestan una asistencia técnica. En lo que respecta al costo de la educación, lo realmente pertinente sería preguntarse cuánto costaría no proporcionar educación de calidad a todos los niños. Es obvio que se necesitan más recursos financieros. La Asistencia Oficial para el Desarrollo sigue siendo muy inferior a los 9.000 millones de dólares anuales que se necesitan para lograr tan sólo la universalización de la enseñanza primaria. Los gobiernos tienen que elaborar políticas nacionales encaminadas a impulsar la educación integradora, mejorando el acceso al sistema educativo y la calidad de la enseñanza. Por su parte, los países donantes deben prestar apoyo a esas políticas.

10. ¿La educación integradora propicia el surgimiento de una sociedad con mayor capacidad de integración?
La exclusión de una persona del sistema educativo es un fenómeno que se empieza a dar desde las más tempranas etapas de su vida. De ahí que sea imperativo adoptar una visión holística de la educación. Los programas globales de atención y educación de la primera infancia mejoran el bienestar del niño, lo preparan para su ingreso en la escuela primaria y, una vez escolarizado, le ofrecen más posibilidades de obtener buenos resultados de aprendizaje. Todos los datos empíricos disponibles muestran, sin embargo, que son los niños más desfavorecidos y vulnerables los que menos se benefician de esos programas. El hecho de que los adultos de la familia –y más concretamente las madres– sepan leer y escribir influye considerablemente en la decisión de escolarizar a los hijos y, en particular, a las niñas. La vinculación de la educación integradora a metas del desarrollo más generales contribuirá a la reforma de los sistemas educativos, la atenuación de la pobreza y la consecución del conjunto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Un sistema educativo integrador redunda en beneficio de todos los educandos, sin que se discrimine a ningún individuo o grupo. Además, está cimentado en los valores universales de la democracia, la tolerancia y el respeto de la diferencia.

Fuente:

http://www.unesco.org/new/es/education/themes/strengthening-education-systems/inclusive-education/10-questions-on-inclusive-quality-education/

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/JvJUFK4rpQgWTijMYvxigiJaVTEX0PCGVzPjEEFYs-s8PbYwoYMqydXlTjRZ54-rgqfb-KI=s85

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10 de octubre: Día Mundial de la Salud Mental

Entrevista a:  a Marco Antonio Garavito

Niñez desaparecida en la guerra: una afrenta a la Salud Mental

Entrevista a Marco Antonio Garavito, de la Liga Guatemalteca de Higiene Mental, con motivo de la inauguración de la Exposición fotográfica «Niñez desaparecida por el conflicto armado interno en Guatemala».

https://www.facebook.com/marcelo.colussi.33

La Salud Mental, a partir de ancestrales prejuicios que nos siguen dominando, es asociada a una visión psiquiátrica, siempre de la mano de la mal definida y atemorizante «locura». Pero es hora de romper esos mitos, esos tabúes estigmatizantes. La Salud Mental debemos entenderla como la capacidad de movernos productivamente en nuestro medio, encontrando los espacios de goce en el mismo, sin dañar a terceros ni a nosotros mismos. Ello abre interminables debates, que no intentaremos desarrollar aquí, pero que no podemos menos que decir que constituyen una agenda pendiente: la idea de «loco», «manicomio», «peligrosidad» y «exclusión» rondan todo esto. En el Día Mundial que la celebra (el 10 de octubre) parece oportuno presentar una visión alternativa: la Salud Mental no tiene que ver con la falta de delirio o alucinación ni con principios moralistas normativizantes, sino con construcciones histórico-sociales, por tanto: cambiantes. Ella está en la comunidad: romper el silencio, hablar de los problemas y buscar soluciones colectivamente consensuadas es un camino para planteárnosla, alejándonos de la estigmatización del «enfermo mental», del «loco».

Las recientes guerras internas que vivió buena parte de Latinoamérica (expresión de la nunca desaparecida lucha de clases, aunque de ella hoy día no se hable) tuvieron como una arista de capital importancia el ataque psicológico a las poblaciones. La desaparición forzada(http://www.narrativayensayoguatemaltecos.com/ensayos/ensayos-sociales/juzgar-y-castigar-los-crimenes-de-guerra-desapariciones-forzadas-e-impunidad-marcelo-colussi) de personas fue un mecanismo del horror que las definió en muy buena medida. Reparar las heridas que ello trajo aparejado es una fenomenal tarea que abona a la Salud Mental.

Guatemala, lamentablemente, tiene el mayor porcentaje de desapariciones forzadas en toda Latinoamérica (casi el 50% del total: 45,000 personas); muchas de ellas estuvieron dadas por niñas y niños, que corrieron suertes diversas: fueron dados en adopción, vendidos, llevados al extranjero, etc. Años después de producidos esos hechos, algunas organizaciones no gubernamentales se dieron al trabajo de fomentar los reencuentros entre esa niñez desaparecida y sus familias de origen. Ello, sin dudas, constituye un enorme elemento en favor de la Salud Mental.

La Liga Guatemalteca de Higiene Mental es una de estas organizaciones. De hecho, tiene un programa específico, llamado «Todos por el reencuentro», que a la fecha ha producido ya 437 reencuentros. Para adentrarnos más en el tema y ver cómo esas acciones son parte fundamental de una estrategia de Salud Mental, le damos la palabra a su director, el Psicólogo Marco Antonio Garavito.

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Pregunta: ¿Por qué la búsqueda de la niñez desaparecida en el conflicto armado interno puede ser parte de una estrategia de Salud Mental?

Marco Garavito: Desde que la institución nació, hace ya 64 años, su tema central fue siempre la Salud Mental. El tema que aquí nos ocupa, la desaparición forzada de personas, y para el caso: niñas y niños, es algo que toca directamente el campo de la Salud Mental, de la subjetividad, del dolor psicológico que ese hecho provoca. Como institución entramos al tema no solo porque esto tenga un lado político ni porque seamos específicamente una organización de derechos humanos -aunque todo eso está implícito- sino porque es algo que tiene que ver directamente con la Salud Mental. Nos interesa el tema porque entendemos que aquí hay una gran posibilidad para trabajar incidiendo en la reparación psicosocial de muchas familias que han perdido a sus hijos. La posibilidad de estos reencuentros, tanto para las familias como para los niños y niñas desaparecidos en su momento, ahora ya adultos, es una interesante vía de reparación psicológica para población que ha sufrido mucho durante años. Desde que comenzamos a trabajar en este campo sabíamos que no todas las familias iban a reencontrar a sus niños perdidos, pero el hecho de iniciar esas búsquedas constituye un poderoso mecanismo de reparación, que contribuye a su Salud Mental.

En la forma en que planteamos todo el proceso, entendemos que hacemos un aporte al campo de la Salud Mental, porque no se trata solo de denunciar el hecho de la desaparición -cosa que, por supuesto, también hemos hecho-. Lo importante a remarcar aquí, desde la Psicología, es que hemos desarrollado un modelo integral de intervención. Y eso es lo que queremos evidenciar ahora a través de esta exposición fotográfica, próxima a inaugurarse: «Niñez desaparecida por el conflicto armado interno en Guatemala».

A través de todas nuestras intervenciones hemos podido ver que lo que más daña la Salud Mental de las familias donde se produjeron las desapariciones de niñas y niños es el silencio que han mantenido por años. Ese era el efecto buscado con la estrategia: a través de la desaparición se anula psicosocialmente a una persona, a una familia, o a toda una comunidad. La angustia por el desaparecido neutraliza, quita el control de la propia vida. Los familiares del desaparecido se anulan, se aíslan, son estigmatizados. Por eso, a través de las búsquedas, y eventualmente a través de los reencuentros que se puedan dar, la población dañada encuentra una forma de reparación.

En otros términos: recupera el control de su vida. Y eso es una importantísima contribución a su Salud Mental. Por eso nuestro trabajo busca darles protagonismo a las familias, a los sujetos, para que sean activos, recuperando así su salud psicológica dañada. Después de la búsqueda emprendida, cada familia verá si enjuicia, denuncia, qué hace con esa recuperación de su protagonismo activo. Con todo nuestro modelo de intervención buscamos que el sufrimiento de cada quien deje de ser un dolor individual, en soledad; de ahí que se promueve socializar eso en asambleas, en grupos con otros familiares, socializando el proceso que llevan, apareciendo su caso en una radio comunitaria. Ese proceso de hacer público y compartir el sufrimiento vemos que es un gran mecanismo reparador.

Pregunta: ¿Por qué ahora una exposición fotográfica sobre la niñez desaparecida en los años de la guerra como parte de una estrategia militar? ¿De qué manera eso es un aporte a la Salud Mental?

Marco Garavito: Poder salir del silencio, de la soledad, compartir toda esa carga de dolor con otro, en un pequeño grupo, compartir ese sufrimiento y la lucha que se está llevando a cabo para repararlo, ya sea con toda la aldea donde se dio la desaparición, o haciéndolo público en un programa de una radio local, o compartirlo, en definitiva, con toda la sociedad -a través de medios masivos como la televisión, por ejemplo-, o a través de una exposición fotográfica, es un mecanismo que repara enormemente, que sirve para procesar el dolor psicológico acumulado.

Esta exposición que ahora presentamos, recopilando información de los 17 años en que venimos desarrollando el programa de búsqueda, cumple ese propósito reparador. Lo que la exposición busca no es presentar una queja, digámoslo así: victimosa, de eterna víctima dolida, pasiva, donde se hace una sensacionalista muestra de la tragedia sufrida. Por el contrario, lo que se intenta hacer público es un esfuerzo muy activo de búsqueda y lucha de los familiares. Esto es un enorme aporte a la Salud Mental, pues dignifica a las familias que ya reencontraron a sus niñas/niños perdidos, que ya suman 437, al mismo tiempo que da ánimos y alienta a quienes siguen buscando. Eso es muy importante porque rompe el silencio, que es lo que ha venido dominando estos años, durante la guerra y terminada la misma. Hacer público este esfuerzo rompe esa lógica.

La exposición se va a inaugurar en estos días en la ciudad de Guatemala, pero no está diseñada básicamente para ser una tradicional muestra urbana, sino que se llevará al interior del país, que es donde se dieron las desapariciones de niñas y niños, y donde están las familias que han promovido la búsqueda y que dan razón de ser a nuestro programa de trabajo. Está pensado que sean los mismos familiares quienes atiendan la exposición, que expliquen, que den cuenta del trabajo realizado que se recoge en esas fotografías. Ellos son los verdaderos protagonistas de todo el esfuerzo. Eso ayuda a devolverles su salud mental, sintiéndose parte del proceso, dueños de su vida, recuperándose después del golpe sufrido con la desaparición. Es una forma de mantener la memoria viva, desde los propios actores.

Mantenerse activos, volver a tener la iniciativa, sentirse partes de este proceso, es muy importante para la gente. Por eso están compenetrados con el programa de búsqueda, y hace 17 años que el esfuerzo se mantiene y se solidifica. La población tiene derecho a hablar y decir lo que pasó, y este espacio se los posibilita. Poder mostrarlo a través de una exposición fotográfica les permite más aún ese proceso.

Al principio, cuando iniciamos el programa años atrás, había mucho temor y la gente casi no se atrevía a hablar. Pero paulatinamente los familiares lo fueron perdiendo, y después de dos años de programa ya hicimos una primera aparición pública, cuando los familiares ya sintieron que tenían el ánimo y la fuerza. Hoy día, bastantes años después, eso es común: la gente ha ido perdiendo el miedo y se siente con total derecho a hablar, a contar su historia. La exposición es una oportunidad para mostrar sanamente, saliendo del papel de víctimas eternas, toda su lucha y sus logros.

Pregunta: Romper el silencio es un camino para lograr la Salud Mental en las poblaciones. Esto es importantísimo, y se está haciendo en muchos lugares donde las guerras internas provocaron sufrimiento y miedo. En Guatemala, preciso es decirlo, se pudieron reencontrar niñas y niños desaparecidos en la guerra como en ninguna otra parte del mundo: 437 casos alcanzados por la Liga de Higiene Mental, más otros -muchos menos- llevados adelante por otras organizaciones no gubernamentales. De todos modos, el Estado no encara esto como parte de una política pública de reparación, de Salud Mental. ¿Por qué?

Marco Garavito: Ante todo creo que, como institución, debemos sentirnos muy contentos de todo el esfuerzo realizado. No queremos compararnos con nadie, pero no podemos dejar de tomar ciertos parámetros, y ver lo que están haciendo en otras latitudes con el caso de la niñez desaparecida durante las guerras. Y es real que el caso de Guatemala, y en particular nuestro trabajo, es el que cuantitativamente ha reportado la mayor cantidad de reencuentros. Como decíamos: ya van 437. Lamentablemente, por muchas razones, esto no es valorado en el país. Más aún: a veces somos bastante invisibilizados.

A veces, creo, se da eso porque nuestro discurso es bastante moderado, porque no somos especialmente cuestionadores. Por eso, en el marco de las organizaciones de derechos humanos que levantan mucho más la voz con la denuncia, no somos quizá tan reconocidos, no recibimos muestras de solidaridad. De ahí que no recibimos tanta prensa, como sí, por ejemplo, las Abuelas de Plaza de Mayo en Argentina. Cuando Estela de Carlotto, su presidenta, encontró su nieto -y ese era el reencuentro ciento y tanto que realizaba la organización- recibió muestras de cariño y solidaridad de todo el mundo, incluida Guatemala. Pero a nosotros nunca nos felicitan aquí, nunca recibimos una congratulación. ¿Por qué sucede esto? Porque allí se juegan imágenes políticas: las Abuelas de Plaza de Mayo ofrecen vinculaciones políticas, son una organización con un perfil internacional. La Liga Guatemalteca de Higiene Mental, sin dudas no.

Pero queremos recalcar que nuestro objetivo básico, el fundamental, es la atención de las víctimas. Son ellas quienes realmente necesitan el acompañamiento, el apoyo en sus momentos críticos, ante la angustia que significa seguir penando después de años. Eso puede olvidarse circunstancialmente, quizá en aras de un trabajo político, pero el centro específico del trabajo está en fomentar los reencuentros, porque ese es el sentido de nuestro esfuerzo, en tanto trabajadores de Salud Mental. Lo quiero resaltar, porque muchas veces sentimos que no se valora, no se aprecia todo lo que hacemos dentro del país, en tanto muchas veces nos llegan reconocimientos desde fuera. Por ejemplo: la Federación Asiática, que nuclea 11 países del Asia que también tienen el problema de desapariciones forzadas, nos aprecia mucho, y de hecho nos han invitado a Indonesia, a Timor, a Filipinas, a Corea, a conversar y compartir sobre el tema.

Hay que entender que no es fácil reencontrar un desaparecido 30 años después. Eso es un trabajo arduo, muy complejo. Y el Estado no tiene ningún interés en hacerlo. Según la Recomendación N° 34 de los Acuerdos de Paz, el Estado debe formar una Comisión de Búsqueda de Niñez Desaparecida. Pero como desde el año 1999 algunas instituciones no gubernamentales nos dedicamos a esa tarea, el Estado se desligó completamente. Pero además es evidente que no hay ninguna voluntad política de impulsar esas búsquedas. Muchas veces la gente que ocupó cargos de gobierno de alguna manera vinculada a este tema en estos últimos gobiernos, tiene que ver directamente con las desapariciones. Por eso no se hace nada al respecto, se deja morir el asunto. Creo que si no se hizo nada hasta ahora, en este momento, a 20 años de firmada la paz, me parece ya imposible que el Estado entre realmente al tema. Para muestra, veamos lo que ha sucedido con las condenas que recibió el Estado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA: ahí, pese a una sentencia, jamás cumplió con lo que se le exigía. Y todo indica que cada vez más el ámbito de niñez desaparecida va saliendo de agenda. Justamente por eso, porque la coyuntura va llevando hacia otras cosas, se hace cada vez más difícil encontrar recursos de la cooperación internacional para trabajar todo esto, visto que el Estado se desentiende por completo.

Pregunta: ¿Queda mucho por hacer en esa búsqueda? ¿Cuánto se encontró y cuánto falta?

Marco Garavito: Falta muchísimo. En realidad apenas si hemos encontrado un tercio de todos los niños y niñas desaparecidos, de acuerdo a las denuncias de que se dispone. En nuestra base de datos tenemos alrededor de 1.300 casos, y de eso encontramos 437, es decir: más o menos una tercera parte, por lo que queda mucho por hacer, naturalmente. Ahora ya no documentamos casos nuevos, sino que nos dedicamos a buscar a los que ya tenemos, a no ser que aparezca un pedido explícito de algún nuevo caso. En estos momentos estamos teniendo entre 20 y 25 reencuentros anuales. En otros tiempos podíamos hacer más, porque disponíamos de más recursos. Eso está mermando ahora, y la tendencia es que siga mermando, porque la cooperación internacional tiene otras prioridades en la actualidad.

Pregunta: Dicho claramente para alguien que nunca conoció del tema: ¿en qué medida el reencuentro con un niño o niña desaparecida 30 años atrás por motivo de la guerra interna puede ser una contribución a la Salud Mental?

Marco Garavito: Como decíamos anteriormente: el hecho que una familia se movilice, rompa el silencio y el miedo y se ponga a buscar a su familiar desaparecido, independientemente que lo encuentre o no, eso ya constituye un avance en su subjetividad. Es un reforzamiento a su Salud Mental, porque le devuelve protagonismo, se comienza a sentir actor de su vida y sale de la pasividad, de la resignación.

En la búsqueda de los niños y niñas desaparecidos hay tres actores: por un lado, la familia que busca a su niño desaparecido. O, caso que se da menos, el joven que sabe que es adoptado y quiere buscar a su familia de origen. Esto lo vemos fundamentalmente con los niños desaparecidos que fueron adoptados en Europa. Por otro lado, tenemos al niño desaparecido, que ahora ya es un adulto, pues han transcurrido no menos de 30 años. Y por otro lado, tenemos la familia adoptiva. Son tres actores implicados, y cada caso tiene sus particularidades propias. A tal punto que a veces, por diferentes motivos, no conviene hacer el reencuentro después de todo ese tiempo. Y eso hay que decírselo a la familia que está buscando. A veces, cuando un niño/joven está muy bien ubicado con la familia adoptiva, no es sano desarmar eso para hacerlo volver con su familia de origen. Pensando en la Salud Mental, hay que ver cada caso en particular y trabajar con los tres actores implicados.

No hay dudas que los reencuentros movilizan mucho a nivel subjetivo, se reviven dolores, o se sanan esos dolores. Fundamentalmente, sirven para terminar con la incertidumbre, pues dan una respuesta concreta a la familia que está buscando, que sigue angustiada después de años por no saber del paradero del niño desaparecido. Luego hay que considerar qué pasa después del reencuentro, pues el ser que se reencuentra después de décadas ya no es el niño que se perdió: ahora ya es un adulto con una vida hecha, muchas veces con hijos. Hay varios elementos para analizar: también los nietos se reencuentran con los abuelos. Es todo un proceso complejo. Tenemos un documental que hizo Guatevisión (http://www.guatevision.com/playeryt.php?dedonde=yt_api3_afondogtv.php&plid=PLBT-8LEzyRmDv8gDppJ4vUd5LEG5f08bk) donde se puede ver esto con claridad: el reencuentro es un hecho puntual, muy emotivo, pero lo más difícil es lo que sigue después, el proceso de reintegración. Ese es el verdadero reto de todo el proceso.

Pregunta: Hablabas de tres actores implicados, pero ¿no es la comunidad en su conjunto también, la sociedad guatemalteca en su conjunto, un beneficiario de estos esfuerzos? ¿No podría pensarse que esto también contribuye a un clima de reparación de las heridas de la guerra, en definitiva útil para todo el mundo, incluso aquellos que no vivieron directamente la guerra? ¿No podríamos entender que hay también un aporte a la Salud Mental colectiva?

Marco Garavito: Sí, por supuesto. Lo que mencioné son los actores directos, pero muchas veces es la comunidad, la aldea donde pertenece la familia que realiza la búsqueda, la que apoya el reencuentro, y de hecho participa en su totalidad. A veces los procesos de búsqueda y reencuentro son algo muy íntimo, pero otras veces no: son procesos enteramente colectivos, de toda una comunidad que sufre el caso. Por eso mismo el programa lleva por nombre «Todos por el reencuentro», porque el problema no es algo solamente de la familia: es un problema de todos, social. Es un problema nacional, del Estado, de los medios de comunicación, de la historia del país. Ponerle ese nombre al programa es una forma de decir que esto es algo que nos toca a todos como sociedad. Por eso un evento como la exposición fotográfica que ahora vamos a presentar es una forma de hacer público este tema, para que no quede en el silencio, para que todos lo puedan sentir como algo que también les toca. Mucha gente no sabe nada de esto porque hay toda una política malintencionada que silencia la historia, que desinforma, que oculta.

En ese sentido, la Salud Mental no es solo una cuestión de las familias afectadas, sino que es un problema que atraviesa toda la sociedad. Y el Estado por supuesto que debería estar presente. Y aunque no tenga toda una estrategia al respecto por medio de una política pública definida, al menos podría hacer apoyos puntuales en el asunto, como por ejemplo apoyar esta exposición fotográfica. Pero siempre, y esto es fundamental, dándole protagonismo a la población, dejando que ella sea el verdadero actor. Lo que la exposición busca, por medio de estas 30 fotos a todo color de 50 cm. x 50 cm. en que consiste, es mostrar una verdad poco conocida para que, por medio de su presentación, ello pueda servir como elemento reparador, de verdadera Salud Mental de la población.

Fuente: http://www.aporrea.org/ddhh/a235262.html

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«Creo que las mujeres podemos llevar un mensaje de esperanza a la población de Gaza»

Entrevista a Sandra Barrilaro, participante en el barco Zaytoune-Oliva que se dirige a Gaza para romper el bloqueo israelí

Por: Rebelión

RaG- Cuéntanos el porqué de tu implicación con Gaza y sus habitantes

– Primero, porque es Palestina. A la ocupación de toda Palestina, los cerca de dos millones de personas que habitan -muchos de ellos, refugiados- en ese territorio sufren el bloqueo. Bloqueo israelí ante los ojos de todo el mundo.

La situación de destrucción en Gaza y de las carencias que existen desde el agua, la energía, el paso limitado de lo que consumen o lo que puedan vender, sin poder decidir, no proviene de un desastre natural, de un terremoto o un tsunami. Es producto de la ocupación y destrucción sistemática israelí y como lo sé, lo conozco, tengo una responsabilidad. Además, esto ocurre ante la vista del resto del mundo. Es difícil comprender como se puede mirar hacia otro lado ignorando este sufrimiento humano.

Estuve en Gaza en el año 2011, pasé unos días allí en casa de un buen amigo, el escritor y poeta palestino Ahmed Yacoub, al que conocí en Ramallah gracias a un amigo mío, fotógrafo, con su familia, Siham su mujer y tres niños pequeños. En ese momento, sucedía la revolución democrática en Egipto, país por el que habíamos pasado antes de llegar a Gaza. Ver la situación de Gaza en esos momentos, con el contraste de lo que se vivía en Egipto, euforia, drama e incertidumbre que tenía como protagonista a la gente, te dabas cuenta que la ocupación israelí en Gaza, aun sin ser tan obvia como en Cisjordania y Jerusalén, porque no ves la omnipresencia del muro o un check point, se concretaba en el bloqueo, la miseria, las carencias, la mirada de los pescadores, de la gente común que te miraba con los brazos cruzados, impotentes,.. Sientes que debes hacer algo, dar algo de ti, el dar y buscar solidaridad. No puedo ser indiferente.

RaG-¿Y cómo te llegó la propuesta de unirte a Rumbo a Gaza, a formar parte de la nueva flotilla?

-Había estado en contacto con anteriores campañas de Rumbo a Gaza, con pequeñas colaboraciones, como en otras manifestaciones de apoyo a la causa palestina. Pero era una más de las personas que participan en las diferentes actividades, sin mayor significación.

La fotografía ha sido mi medio de transmisión de la vida palestina. He montado exposiciones con fotografías hechas en Palestina, en las que he querido mostrar la injusticia que se hace con el pueblo palestino con impunidad por parte israelí. Impunidad que es posible porque tiene la complicidad de nuestros gobiernos.

Gracias al profesor Mansour y junto a otras personas, en especial Teresa Aranguren, Bichara Khader y Pedro Martínez Montávez hemos publicado un libro, ‘Contra el olvido, Una memoria fotográfica de Palestina antes de la Nakba, 1889-1948’. Desde una conversación informal con Teresa, desarrollamos todo un proyecto y libro en el que hemos intentado recoger la vida cotidiana, la complejidad de una sociedad como la palestina, antes del intento de su destrucción, su forma de divertirse, comidas de familias o amigos, mujeres trabajadoras ya sea en el campo o enfermeras, mujeres tradicionales o mujeres a la última, de reivindicar al pueblo palestino antes del intento de su destrucción.

Quizá, esta circunstancia es la que ha motivado que las gentes de Rumbo a Gaza se hayan fijado en mí, y cuando me preguntaron si estaba dispuesta a participar en la flotilla de la libertad no lo dudé. Por una cuestión de coherencia con la causa palestina, El simple hecho que me preguntasen mi disposición a colaborar en esta iniciativa ha sido un honor para mí. Hacer una acción directa, lo que pueda aportar con mi testimonio, como en otras ocasiones, para contribuir a levantar el bloqueo y las conciencias de nuestros burócratas y gobernantes, bienvenido sea.

RaG-Por último, desde el principio se decidió que fuera tanto tripulación como pasajeras sólo mujeres, ¿cuál crees que puede ser esta contribución específica?

-Es una llamada de atención sobre la situación de la mujer palestina. Es, para mí, una muestra de solidaridad acercarnos a la mujer gazatí. Resaltar su existencia y la nuestra. Creo que las mujeres podemos llevar un mensaje de esperanza a la población de Gaza con una acción pacifica como esta. Pero no es creer que por el hecho de ser mujer arreglaremos lo que sea. Las soldados o las gobernantas israelíes son igual de responsables que los varones en la ocupación. Golda Meir fue una de las publicistas y enemiga del pueblo palestino que hacia suya la frase de que había una tierra, la Palestina, para un pueblo -y ahí vemos la sinrazón sionista- (el judío) sin tierra. El libro que te mencioné es una pequeña contribución a recuperar la memoria, el señalar que la tierra palestina tenía un pueblo, complejo y tan desarrollado como los de los países mediterráneos por esos años. Pero insisto, como mujer y madre, y sobretodo persona, reclamo y reivindico la responsabilidad personal, a la mujer palestina (quien está manteniendo la cohesión social), la causa palestina y rechazo el patriarcado o la sumisión. Reivindico la libertad y el derecho a equivocarnos y nunca la opresión o la ocupación física o mental.

Sandra Barrilaro Muñoz, fotógrafa. Madre de dos hijos, ya adultos. Ha trabajado en el mundo de la edición y autora de un libro de cuentos y coautora el libro bilingüe árabe y español de texto y fotografías mencionado en la entrevista. Ha participado en el VIII Congreso de Escritores de Ramallah en el año 2016. Cofundadora de la plataforma de crowdfunding Namlebee que tiene una categoría específica para proyectos con Palestina. Consejera editorial de Palestina digital.

El barco Zaytoune tiene a trece mujeres a bordo. La lista completa de las mujeres que participan está en:

https://wbg.freedomflotilla.org/participants-on-board-messina-to-gaza

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217556

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Patricia Terino: “Sería pretencioso por mi parte afirmar que la literatura y la filosofía contribuirían a crear un mundo más humano, pero tal vez merezca la pena probar”

Entrevista a: Patricia Terino

La editorial Dyskolo acaba de presentar el libro “Días de bruma”, un relato existencialista en el que la protagonista, Lía Ayuso, trata de retomar su vida en el punto crítico donde arranca la novela. Hoy conversamos con su autora, Patricia Terino, para profundizar en esas relaciones (de amistad, laborales…) y en esas herramientas (la literatura, la filosofía…) con las que Lía va construyendo su experiencia vital.

-Lía vive con un hondo pesar, con angustia existencialista, en todas las facetas de sus relaciones sociales y laborales. Algo que solo mitiga la aparición de Juan Martín. ¿Por qué? ¿Es únicamente el amor o hay otros componentes en este personaje?

Hay una conexión especial desde el primer momento que lo conoce en aquella clase de filosofía, algo impetuoso que la dirige hacia él y que ella no acostumbra a experimentar por su talante racionalista y su tendencia a meditar excesivamente las cuestiones que le incumben. Después de los primeros encuentros sexuales descubre esos otros componentes de los que hablas y que contribuyen a asentar definitivamente la relación, como sus inquietudes artísticas, su madurez ante la vida y los acontecimientos vividos (que solo se atisban superficialmente en la obra y que serán desarrollados de manera más exhaustiva en una futura segunda entrega de la historia) y especialmente su capacidad para entender y amar el complejo mundo interior de Lía.

-¿Qué importancia tiene la maternidad en un mundo como el actual?

Cada cual otorga el valor que considere oportuno o que sienta en su interior. Personalmente creo que la maternidad ha sido denostada especialmente en los últimos tiempos por el mundo y el sistema que hemos construido en él, donde no se valora ni apoya la figura de la madre y la importancia de que esta pase los primeros años de vida de sus hijos junto a ellos, puesto que la sociedad nos obliga a separarnos de los mismos a edades cada vez más tempranas en aras de lo que se considera la independencia y la liberación de la mujer en la conquista de nuestros legítimos derechos. Ciertamente se trata de una cuestión compleja, donde feminismo y maternidad parecen conceptos enfrentados. Mi visión y mi experiencia personal me inclinan a defender un feminismo de la igualdad en derechos y oportunidades, donde la maternidad (y la paternidad) juega un papel clave en la transmisión de una serie de principios en torno a la tolerancia, el respeto, la cooperación, la conciencia crítica y todos aquellos valores que contribuyan a construir un mundo diferente al que hoy se nos impone. El modo en que criamos a nuestros hijos (cuando esto se nos permite) determina, entre otros muchos factores, la sociedad del futuro.

-En la novela, la madre de Lía, que ha sido la columna vertebral y la tabla de salvación de la familia, representa el pragmatismo y es la antítesis de los valores de la protagonista. Mientras que su padre, vencido por la vida, está mucho más cerca de Lía, lee todo lo que publica y se siente orgulloso de ella ¿A tu modo de ver es así en la vida real, el sentimentalismo no tiene recursos frente al apabullante mundo que vivimos?

Ciertamente se sitúa en un plano distinto, antagónico incluso, al orden imperante, donde prima solo aquello que reporta beneficios económicos, como se apunta en la novela. Pero el sentimiento, la pasión, la que es auténtica, la que nos enriquece de verdad, la que nos conecta con nosotros mismos, la que nos permite el diálogo interno con lo que somos, es también la que nos salva, como a Lía. Y ello a menudo va acompañado de una visión determinada del mundo, un modo concreto de enfrentarse a él y un estilo de vida distinto al impuesto por el sistema establecido.

-Los libros y la filosofía son para Lía una tabla de salvación y un respaldo de sus valores. ¿En tu caso también es así? ¿Ves la literatura y la filosofía como armazón para un mundo más humano?

Creo que cada cual elige los elementos más idóneos para sí mismo para mitigar los envites del mundo que hemos construido. La literatura y la filosofía especialmente, representan la catarsis que Lía necesita para sobrevivir y enfrentarse a las contradicciones de la realidad. Personalmente, considero a la literatura, el arte o la música, manifestaciones primigenias de lo humano que nos conectan con lo que somos en realidad, con lo que fuimos, y que nos reencuentra con aquella faceta creativa e íntima de nosotros mismos, tan esquilmada en los últimos tiempos (de ahí la importancia concedida en la novela a este ámbito interior). Y en cuanto a la filosofía, tanto para Lía como para mí misma (por lo que hay de biográfico en el personaje), supone no solo un modo de evasión o resistencia como las disciplinas mencionadas anteriormente, sino también una de las vías más auténticas y eficaces para la toma de conciencia acerca del mundo que nos rodea, las relaciones humanas que entablamos y el conocimiento sobre nosotros mismos. Sería pretencioso por mi parte afirmar que la literatura y la filosofía contribuirían a crear un mundo más humano. Pero tal vez merezca la pena probar.

-¿Y el arte? Aparece de la mano de Juan Martín, pero muy en segundo plano, casi oculto, a pesar de la importancia que parece tener en la mente de Lía.

Así es, porque como bien dices, aparece representado en la figura de Juan Martín. Él es el artista, quien complementa a Lía, a su persona y su proyecto vital, que cobra sentido solo después de Juan Martín. Por eso es él quien encarna el concepto de arte, que permanece en la sombra, bajo toda apariencia, como lo que permanece, lo que subyace, como aquello profundamente auténtico que nos constituye.

-En alguna de sus reflexiones Lía llega a decir que “la auténtica filosofía no era la del logos, sino la del arte. La que nos descubre a nosotros mismos, la de lo irracional, la de lo inconsciente, la de lo instintivo”. ¿Estás de acuerdo con ella?

Sí, aunque hay mucho que matizar. Se refiere a un concepto de filosofía más amplio, no adscrito exclusivamente al occidental racionalizante. Incorpora a la filosofía muchos de los aspectos que tradicionalmente han sido marginados por la historia occidental de la misma (lo irracional, lo pasional, lo instintivo, lo imaginativo, etc.), y que empiezan a ser tenidos en consideración especialmente a partir del S.XIX, con la llamada filosofía de la sospecha, encarnada por las figuras de Marx, Nietzsche y Freud, y continúa esta vertiente aperturista a través del arte del S.XX (en todas sus manifestaciones, no solo plásticas: música, literatura, etc.), y de las corrientes de pensamiento como el estructuralismo, el postestructuralismo o la llamada postmodernidad filosófica. Todo ello sin mencionar el amplio abanico filosófico que nos ofrece el pensamiento no occidental, considerado por muchos eruditos en la materia como “no filosofía”, tal como nos enseñaron algunos en la facultad.

-¿A qué canon o corriente literaria incorporarías Días de bruma?

No creo que me corresponda a mí tal tarea de clasificación o ubicación estilística y literaria, pero sí puedo desvelar las influencias más directas que me han llevado a escribir de un modo muy definido y determinado, en un intento por seguir a aquellos que considero maestros de la creación literaria, algunos de cuyos nombres se mencionan a lo largo de la obra como Bukowski, Henry Miller, Fante o Bolaño. Además de otros muchos y muchas de los que aprendo cada día y que cumplen con esa función catárquica y enriquecedora de la que hablábamos, como Dostoyevski, Borges, V. Woolf, Hansum, Becket o Thomas, entre otros muchos.

-Gracias.

Gracias a ti y a la labor que llevas a cabo con tu proyecto editorial.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217300&titular=%93ser%EDa-pretencioso-por-mi-parte-afirmar-que-la-literatura-y-la-filosof%EDa-contribuir%EDan-a-crear-

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Entrevista a Filomena Peláez: «La educación en igualdad es el principio del fin de la violencia»

09 Octubre 2016/Fuente: eldiario/Autor: Álvaro López

España tiene un problema. Lo tendría de hecho aunque solo hubiese un asesinato por violencia de género en nuestro país. Pero las cifras siguen siendo alarmantemente altas pese a los avances en la legislación que lucha contra ella. Doce años han pasado desde que se puso en marcha la Ley Orgánica 1/2004 pero las cifras de mujeres muertas a manos de sus parejas apenas han descendido. Se mantienen en unos niveles similares desde entonces. Una catástrofe contra la mujer que muchos coinciden en señalar que empieza con el machismo implícito en la sociedad. No en vano la mayoría de puestos directivos lo ocupan hombres por más que la tendencia invite a pensar lo contrario.

Filomena Peláez es una de esas mujeres que ha logrado romper el «techo de cristal» gobernado por corbatas y acceder a la presidencia de la Subcomisión de Violencia de Género de la Abogacía Española. No solo eso, es también la primera mujer al frente del Colegio de Abogados de Badajoz, mérito que extiende a toda la comunidad autónoma extremeña. Mantiene una lucha incansable desde siempre por concienciar a la sociedad, formar e informar dentro de la Justicia sobre los avances que se necesitan para que no haya ni un solo asesinato en España por violencia de género. Su labor no pasa desapercibida pues es una voz más que autorizada para hablar sobre cómo poner punto y final a este grave problema.

Por ello ha sido una de las principales ponentes del IV Encuentro de abogados y abogadas de Violencia de Género, celebrado recientemente en Granada. Un foro pensado para debatir sobre la formación de los letrados en esta materia y sobre todo, para avanzar como parte activa en la lucha contra esta violencia pues es tarea de toda la sociedad. Nos atiende con las ideas claras, sin ocultar ningún tabú y demostrando que para lograr el objetivo hay que luchar juntos.

Cuarto año celebrando un encuentro que desearían no tener que celebrar pero ¿qué objetivo persigue el IV Encuentro de abogados y abogadas de Violencia de Género?

El cuarto congreso lo organizamos desde el Consejo General de la Abogacía con carácter anual para procurar información de calidad que es necesaria en este turno especializado de abogados y abogadas de violencia de género que cada colegio tiene habilitados porque así nos lo exige la ley orgánica 1/2004 y nosotros con la intención de ir buscando las cuestiones más novedosas, las últimas reformas, las cuestiones que la práctica nos lleva a modificarlas… Es por lo que hacemos estos encuentros. Es la cuarta edición que luego trae causa en cada colegio de lo que nosotros hablamos y definimos para formar sus propios congresos o encuentros anuales. Este encuentro se hace para abogados y abogadas en violencia de género pero está abierto puntualmente a fiscales, forenses, psicólogos, policías, magistrados e incluso hasta un pediatra tenemos este año. Está enfocado a la formación especializada de los letrados y letradas que luego van a tener que llevar la defensa de los intereses de las víctimas de la violencia de género.

Usted es la presidenta de la Subcomisión contra la Violencia sobre la mujer. ¿Qué funciones cumple?

En la Subcomisión tenemos como objetivo integrar y homogeneizar lo que cada colegio o consejo autonómico hacía por su cuenta. Lo que hemos conseguido desde las subcomisiones es un grupo de compañeros responsables de sus colegios en asuntos sobre la violencia de género, que son quienes luego tratan la formación de los letrados y letradas de los turnos de oficio de violencia de género.

Lo que hacemos es tener la representación de la práctica totalidad del Estado y mediante los perfiles que nosotros les hemos ido proporcionando, que en cada colegio puedan realizar estas formaciones ajustadas a su realidad. Tenemos incluso una guía de buenas prácticas en donde enseñamos al letrado cómo debe atender a una víctima de esta clase de violencia. La idea principal es homogeneizar la formación de todos los colegios de abogados para el turno de oficio de violencia de sobre la mujer.

La violencia de género en España es una preocupación constatable según los datos de denuncias y asesinatos ¿en qué punto estamos como país en la lucha frente a este problema?

Se está avanzando, claro, si hablamos de la ley de protección, que es una ley de 2003, si hablamos del consenso, de todas las Cortes (Senado y Congreso), la ley orgánica 1/2004… Del 2004 hasta el 2016 es verdad que se ha avanzado mucho. En estos quince últimos años ha dado un vuelco importante el tratamiento de la violencia sobre la mujer. De todas formas muchas cuestiones, y este año dentro de la gran cantidad de reformas penales que ha habido algunas de mucho calado en cuestiones como por ejemplo de la defensa de los menores para incluir a los menores como víctimas también dentro de esta violencia.

Sí que ha habido cambios importantes, el Estatuto de la Víctima del delito que para las víctimas de violencia de género tiene unas características especiales… Lo que ocurre es que coincidimos en el diagnóstico que no todo puede hacerse por vía judicial, ni mucho menos. Vemos que lamentablemente no acabamos con la violencia, ya que la cuestión fundamental es la educación desde la casa, el colegio y hasta la universidad.

La Justicia opera pero ¿cómo debe luchar el Estado contra esta violencia?

Entendemos que con voluntad no se consigue todo. No basta la voluntad. La voluntad la tenemos y en la voluntad estamos. Pues aunque nosotros trabajamos mucho en la formación de los abogados y abogadas, también exigimos la calidad de la formación del resto de intervinientes: jueces, fiscales y los juzgados que atienden la violencia sobre la mujer, la especialización de las audiencias provinciales, ahí no hay especialización aunque en la ley de 2004 así lo dice. Por eso nosotros sí que reivindicamos esa necesidad de especialización y formación.

Ahora tenemos la suerte y la fortuna, cosa que agradecemos, de que en noviembre el Observatorio del Consejo General del Poder Judicial de Violencia Doméstica nos va a dar a los abogados del turno de oficio un premio muy prestigioso, el premio del observatorio. Es un premio anual que se da a personas que han destacado por su labor o su trabajo.

Para nosotros eso no es para relajarnos, al contrario, es un handicap para seguir intentando formarnos mejor. Porque con voluntad no es suficiente. Hace falta el compromiso de todos. Debemos aglutinar los intereses de todos, para que cada uno desde su punto de vista, desde su trabajo, pongamos todo en común para de verdad avanzar. Pero claro, no nos pueden decir que el Estatuto de la Víctima tiene medidas individualizada para cada una de ellas y luego decir la propia ley que no está prevista dotación económica. Exigimos que lo que se está pidiendo en las reformas penales luego se pueda llevar a la práctica.

Una de las causas que se señalan para hablar de violencia contra la mujer es el machismo latente. ¿En qué medida cree que está instalado en nuestra sociedad?

El machismo es muy difícil. No se puede quitar en una generación, que desaparezcan tantos años de unas determinadas raíces culturales. Se va cambiando poco a poco, pero se va cambiando. Yo soy optimista por naturaleza pero hay que perseverar en ese cambio social. Sí, es verdad que hay mujeres machistas, pero hay mujeres machistas porque no lo hacen con la voluntad de voy a defender al hombre para que machaque física o psíquicamente, lo hace porque entiende que el horror que nos ha tocado a cada una no les ha permitido ver ese cambio social que es desde luego la educación en igualdad.

Así que sí, la sociedad todavía es machista. Lo vemos en los micromachismos. Son aquellas actitudes que se van introduciendo en la vida normal y que no se aprecian. Realmente se están afianzando conductas machistas que se consolidan con ellas. Nos falta mucho por avanzar ya que habiendo cambiado la sociedad, te encuentras a gente joven reproduciendo modelos del pasado.

Usted fue la primera mujer al frente del Colegio de Abogados de Badajoz. ¿Ha notado que la llegada de mujeres a puestos directivos está logrando luchar contra el machismo?

Somos muy pocas todavía. En el Consejo General de la Abogacía somos 102 miembros y de ellos, solo 12 somos mujeres. Eso sí, aunque solo somos 12 mujeres, somos mujeres con criterio, de hecho nuestra presidenta es una mujer (Victoria Ortega Benito), la primera mujer presidenta del Consejo. Tenemos más criterio porque sabemos cuándo tenemos que hablar. Somos más prácticas, más directas y bueno, verdaderamente tenemos cosas que decir por nuestra condición de mujeres. Aunque falta mucho, nosotras entre comillas somos privilegiadas.

Es importante que haya funcionarias públicas o nosotras, las mujeres que hemos llegado alto en el escalafón de la abogacía. Pero luego en el grueso de nuestros clientes, en la sociedad, falta mucho todavía para romper el techo de cristal. Basta ver que en la apertura del año judicial las togas eran todas con corbata. Todas eran hombres. Sin embargo hay datos positivos porque en la última promoción de fiscales, la mayoría eran mujeres.

Volviendo a la violencia contra la mujer, ¿siente que se ha avanzado en estos años sobre cómo ven los jóvenes la violencia de género?

Debería haber sido así y muchos de ellos seguro que sí pero lamentablemente hay un número importante de jóvenes que ese cambio no lo perciben. Reproducen las mismas conductas abominables de otros tiempos. Ahora las redes sociales hacen que el control pueda llegar a ser absoluto, en el mismo instante esa persona puede estar controlada. Eso antes no podía pasar pues no había redes que te ubicaran en lugar y forma. Se ha modificado en ese sentido pero lamentablemente lo que subyace ahí del control, de cosificación de la mujer, existe en una parte de la juventud. Otra por supuesto que no, que adquiere nuevos valores. Creo que en definitiva tiene mucho que ver con la educación en igualdad. Con la educación que reciben en casa. Siempre se dice que se predica con el ejemplo y es cierto.

Hasta el momento van más de 30 mujeres asesinadas por violencia contra la mujer en nuestro país en lo que va de año. ¿Cree que la sociedad es consciente de que la violencia contra la mujer es un problema real?

Creo que hay veces que noto hartazgo en parte de la sociedad. La gente se asombra o se horroriza cuando hay un asesinato pero inmediatamente va a otra cosa. Impresiona pero es muy evanescente el efecto que causa el asesinato de una mujer. Cuando hablas de denuncias, cuando empiezas a hablar de denuncias falsas que no son verdad, que no son tales, yo noto en la gente un cierto hartazgo en el que piensan que ya estamos otra vez con la violencia. No lo tienen interiorizado porque si la gente no entiende que ver una actitud violenta no se debe recriminar, mal vamos. La violencia es una patología de la sociedad. Es de quien la produce, la provoca, la soporta y la consiente. No podemos ser espectadores de la violencia de otro. Todo el mundo debe implicarse.

En lo personal, ¿es difícil no empatizar con las víctimas?

Tenemos muy claro los abogados y abogadas en violencia de género que nosotros tenemos la obligación de empatizar con la víctima porque ten en cuenta que en la forma en que se desarrolla nuestro trabajo no podemos no hacerlo. Pues cuando la Policía o la Guardia Civil nos llaman y acudimos, esa es la primera vez en que vemos a esa señora que probablemente esté en un momento de shock tremendo, pues es una cuestión brutal ya que no ha sido agredida por un extraño. Ha sido agredida por el padre de sus hijos o su compañero sentimental, por alguien que le importa o que ella quiere.

Por eso nosotros tenemos que ganarnos su confianza para que pueda contarnos y nosotros valorar en qué situación estamos. Si es habitual, si es puntual, si es violencia física o si es psíquica… Si nos conviene un juicio rápido de conformidad y una condena inmediata o nos conviene un cambio de procedimiento para poder contar con más pruebas. Entonces lo hacemos de forma casi instantánea, casi en minutos pues nos está esperando el fiscal, nos está esperando el juez para resolver. Nosotros tenemos que saber despertar la empatía de forma inmediata. Desde el respeto. El asesoramiento y la información sin agobiarla y con empatía para que esa mujer pueda confiar en un extraño.

¿Qué porcentaje hay de denuncias falsas?

Muy pocas. Son el 0,014% según los informes de la Fiscalía General del Estado.

Hablemos del maltratador. ¿Está la Justicia enfocada a reinsertarlo?

No. La Justicia está enfocada a castigar, entre comillas, o a rehabilitar como principio general de reinserción de la pena, sí. Pero sobre la rehabilitación, a mi juicio, nos queda mucho por andar. Hay medidas en las que el condenado consiente, se realizan cursos de rehabilitación… Pero tienen que consentir y muchas veces lo hacen porque les viene bien para determinado permiso, para que la Junta de Tratamiento le dé algún informe positivo, más que por estar rehabilitados. Hay mucho que batallar ahí todavía para que realmente les hagan cambiar la conducta que han tenido.

Entiendo que se ha avanzado poco en ese sentido.

Sí. Creo que sobre eso hay mucho que andar. Son muchos apartados y nos hemos enfocado mucho en el castigo y en la protección de la víctima pero nos falta esa última parte. Sobre la cuestión de la rehabilitación hay gente muy optimista y también muy pesimista pero yo creo que es un camino que hay que recorrer. Habrá que perfilarlo y amoldarlo. Es complicado porque es cambiar la mentalidad de personas que tienen determinados comportamientos. Eso no se hace en un curso de quince días.

¿Y los medios de comunicación? ¿Debemos aprender a tratar esta información?

Sobre eso se ha hablado mucho. Por una parte ha habido tratamientos pésimos porque cuando se dice que una mujer muere hay que decir que la mujer ha sido asesinada. No ha muerto porque sí. Hay que ser riguroso y es verdad que los medios de comunicación habéis hecho un esfuerzo importante. Cuando se matiza que el agresor estaba bien considerado por sus amigos o por la vecindad, se dulcifica. Al final también se culpabiliza a la víctima. No se debe estigmatizar más a la víctima por los epítetos que se ponen al agresor. O también cuando se dice por ejemplo que la víctima era ecuatoriana. No. La víctima era una mujer.

Muchas veces lo que ocurre es que se antepone la nacionalidad y no debería ser así porque no es una cuestión que dependa de un país sino que desgraciadamente es una lacra mundial. Hay que dar datos sin hastiar a la gente, datos concretos sobre la violencia. Pero no solo los medios de comunicación sino también en las series de televisión se deberían seguir para que pudiéramos reprocharlo porque si no, siempre queda como algo que no nos atañe.

En pleno 2016, las nuevas tecnologías está muy extendidas, ¿en qué medida afectan a este tipo de violencia?

No nos damos cuenta del daño que pueden inferir a la víctima las nuevas tecnologías. Antes era fácil porque no encontrábamos ni redes sociales, ni móvil, ni el control del GPS, ni las fotos en Facebook. Ahora, a través de eso, el control es absoluto.

Entonces hay que saber utilizar las nuevas tecnologías. Muchas veces ellas no son conscientes de cómo pueden ser controladas a través de las nuevas tecnologías. Por supuesto no darles nunca contraseñas a la pareja. Porque hay veces que las cuestiones no son voluntarias ya que ellos toman la consideración de que, como la mujer es una cosa suya, toman el control.

Eso pasa mucho en la gente joven y eso nos preocupa mucho porque creen que así les demuestran que les quieren. Pero no. Son dos personas independientes y la intimidad empieza por preservaos el uno del otro, cada uno con sus propios datos. Pero sí, es muy importante porque hace mucho daño.

Para terminar y obtener una hoja de ruta ¿cuáles son los principales desafíos que encara nuestra sociedad para luchar contra esta violencia?

Ya tenemos identificado que, más que el Código Penal o las leyes, la educación importa mucho. Todos coincidimos en que la educación en igualdad es el principio del fin de la violencia. La violencia extendida. Cuando la sociedad entienda que la violencia de género es una patología social y que no afecta solo a determinadas personas, habremos avanzado. Porque la sociedad ahora mismo lo ve y lo consiente.

Creo en la importancia de la educación en igualdad, de todos los partidos políticos, sin colores, porque hay cosas que son tan obvias que todo el mundo tiene que estar de acuerdo. Aquí no valen colores de ningún tipo ni intereses partidistas. Cuando eso se consiga de verdad instalar en casa, en el colegio, en el instituto o en la universidad, habremos conseguido mucho en la lucha contra la violencia. Mucho más que con las condenas o con los castigos.

Fuente de la entrevista: http://www.eldiario.es/andalucia/Filomena-Pelaez-educacion-principio-violencia_0_562393873.html

Fuente de la imagen:http://images.eldiario.es/fotos/Filomena-Pelaez-presidenta-Subcomision_EDIIMA20160924_0070_20.jp

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Entrevista a Ulrika Holmström: “La igualdad de género es una prioridad del gobierno sueco”

09 Octubre 2016/Fuente: /Autor: Ben Davis Min

A su paso por Buenos Aires, luego de haber participado en el Foro Internacional sobre Derechos de las Mujeres y el Desarrollo organizado por la Asociación para los Derechos de las Mujeres y el Desarrollo (AWID), en Costa do Sauípe, concedió una entrevista a Notas Ulrika Holmström, miembro de la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional, especialista en cuestiones de género y reconocida feminista. Estudió Ciencias Políticas e Historia Económica Internacional en la Universidad de Estocolmo. Habla perfectamente en castellano y portugués.

-¿Qué significa ser feminista?

-Significa reconocer que existe una desigualdad sistémica entre mujeres/niñas y hombres/varones y tener la decisión de querer cambiar esa realidad.

-¿Cómo han sido tus comienzos en el trabajo de cuestiones de género?

-Empecé a trabajar con una ONG sueca llamada Fórum Syd, que es una organización de la sociedad civil. Después me surgió una oportunidad de trabajar en Angola como asesora, en tareas relacionadas con asuntos de igualdad de género. Y ahí también trabaje para otra organización sueca que se llama Grupos África de Suecia. Hoy en día la organización trabaja dando apoyo financiero y trabajando en conjunto con ONGs locales. Trabajé en Angola en tareas súper interesantes, porque el país había estado muchos años en guerra y justo cuando yo llegue en 2002, se había firmado un acuerdo de paz.

-¿Es parecida la problemática de la mujer de Angola a la de las mujeres suecas?

-Mucho no, porque los contextos son muy diferentes. En Angola hay una alta presencia de la pobreza y una gran mortalidad materna. Esa situación no tenía nada que ver con Suecia, donde un parto no es peligroso para la mujer. Y la situación de pobreza es totalmente diferente. El contexto de la posguerra también era totalmente diferente. Los problemas tenían que ver con la falta de infraestructura básica.

Pero después también había problemas en común también. Eso fue interesante porque, por ejemplo, la violencia de género es un problema importante en Suecia también y era un problema grande en Angola. El dominio de los hombres en muchas áreas de decisión también, así como las ideas sobre la sexualidad de las mujeres. Esas eran notas comunes a ambas culturas.

-¿El tema de la sexualidad de la mujer es similar en la mujer angoleña y sueca?

-Hay problemas en común en relación a cómo se ve la sexualidad de las mujeres y la de los hombres. Como por ejemplo en caso de una violación cuando se insinúa que la mujer tuvo alguna culpa o se cuestiona la ropa que llevaba… El hecho de que a veces los hombres dominaban el discurso en las conversaciones y las mujeres quedaban afuera. Eso en Suecia pasa también.

-¿Trabajaste en Argentina?

-Si en 2008/2009 trabajé como asesora de género en la Fundación Mujeres en Igualdad (MEI). Es un contexto muy diferente, con otro nivel de educación, pero también con algunas problemáticas muy específicas de aquí. Por ejemplo, en América Latina la cuestión de los femicidios es un problema muy grande, los números son horrendos. Otro problema muy grave en Argentina es la trata humana.

-¿Acerca de tu tarea actual: estás trabajando en una organización estatal?

-Sí, se llama SIDA, en español es ASDI (Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional). Y trabajo en el área de igualdad de género.

-¿Que es lo que hace el gobierno sueco concretamente por la igualdad de género?

-La igualdad de género ha sido una prioridad desde hace muchos años, pero más ahora que tenemos un gobierno feminista. Es un gobierno que tenemos desde hace un año y que se declaró como el primer gobierno feminista. También declararon una política exterior feminista. Hay un plan de acción y tenemos una embajadora por la igualdad de género. Este gobierno le está poniendo muchísimo énfasis a este tema.

En mi trabajo lo que hacemos en esa área es apoyar a las instituciones en los países donde trabajamos. El apoyo puede ser al Estado, en el caso de que se trate de un Estado democrático y transparente, como también puede ser un apoyo a la sociedad civil, ONGs, por ejemplo un apoyo a organizaciones de mujeres, organizaciones de derechos humanos u otras áreas donde es relevante la perspectiva de género. Mi trabajo es ayudar a mis colegas, sobre todo a los que trabajan en las embajadas, porque tenemos personal de la Agencia en las embajadas. Y yo trabajo con ellos para asegurar que todo el dinero que va para algún programa, a algún proyecto que termine beneficiando a las mujeres. Que haya una perspectiva de género, que se haga un análisis y que se puedan medir los resultados.

-Uno de los puntales del Estado de bienestar fue la asistencia médico sanitaria, ¿cómo está el tema actualmente en Suecia?

-Toda esa área está bastante bien cubierta en Suecia, el aborto es legal, y es accesible. Sobre el aborto hay un consenso bastante amplio. Aunque ahora aparecieron algunas voces que lo están cuestionando nuevamente. Y con relación a los partos, Suecia es un lugar relativamente seguro para tener un hijo, pero ahora se han empezado a ver problemas que muchos adjudican a falta de recursos. Por ejemplo, a una mujer la pueden mandar a otra ciudad a tener su hijo porque no hay lugar y eso es una problemática que se ha vuelto cada vez más visible. La atención debe ser igual para suecos y para inmigrantes.

-¿Crees que existe una relación entre pobreza e igualdad de género?

-Sí, veo muchas relaciones. Por un lado vemos que de los más pobres las mujeres son la mayoría. Las mujeres pobres están afectadas por una doble discriminación. Están en una situación más complicada. Y por otro lado, para trabajar contra la pobreza uno de los factores más importantes es tratar de generar más equilibrio entre hombres y mujeres, porque hay una relación entre los derechos de las mujeres y la pobreza. Además la pobreza tiene muchas dimensiones. Puede ser falta de recursos o dinero, pero también puede ser la falta de voz, de tiempo, de poder de decisión. Estos factores forman parte de lo que puede ser la pobreza. Y las mujeres lo viven muchas veces de otra manera que los hombres.

-¿Es posible lograr la igualdad de género habiendo una gran desigualdad económica en la sociedad?

-Yo creo que está muy relacionado con la economía. Si hay mucha división en la sociedad es difícil lograr la igualdad de género. La igualdad de género está relacionada con otros tipos de desigualdades.

-Estuviste en el Foro Internacional de AWID por el Derecho de las Mujeres, en Brasil ¿cuál fue tu experiencia?

-Fue súper interesante. Es una red de organizaciones de mujeres y cada cuatro años organizan un foro feminista. Los hubo en Estambul, en Bangkok, en Ciudad del Cabo en Sudáfrica. Es un gran foro de encuentro del movimiento feminista en el mundo. Y este año eran más de 1800 personas de 140 países. Había un montón de seminarios que pasaban simultáneamente. Un tema del que se habló mucho fue la falta de recursos para las organizaciones de las mujeres, otro tema tratado fue el papel de las corporaciones multinacionales y de las relaciones desiguales de comercio entre los países que afectan a las mujeres. Se habló mucho también de todo el dinero que se gasta en armas comparado con el dinero que va para proyectos de paz. Son una gota en el océano por comparación y eso habla un poco de lo absurdo que es el mundo.

Me parece que este encuentro en Brasil fue muy interesante porque estaba muy representado el universo de organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres, que es una fuerza increíble. Yo viajé mucho y en todos los países existen este tipo de organizaciones y se parecen. El tipo de trabajo que hacen, el compromiso que hay y las cosas increíbles que generan con muy poquitos recursos. Y eso es lo que tenemos que cambiar, sobre todo nosotras que tenemos un país que se declaró feminista, tenemos que generar más recursos para ese trabajo.

Fuente de la entrevista:https://notas.org.ar/2016/10/05/ulrika-holmstrom-suecia-feminismo-recursos/

Fuente de la imagen: https://notas.org.ar/wp-content/uploads/2016/10/Ulrika-680×365.jpg

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Bernhard Schlink, escritor alemán: “La educación no inmuniza contra el fanatismo y la brutalidad»

El autor de El lector, la novela súper ventas llevada al cine con Kate Winslet, estará en el ciclo La Ciudad y las Palabras de la UC el próximo miércoles.

En uno de los relatos de Amores en fuga, de Bernhard Schlink, un personaje se pregunta: “¿Qué hizo mi padre en la guerra?”. La generación de Schlink (1944) se hizo la misma pregunta y algunos fueron inclementes con sus padres. “Bueno”, dice el autor desde Alemania, “algunos padres habían sido implacables en el pasado. Es cierto que nuestra generación podía ser dura, incluso frente a los padres que no habían participado en los crímenes de los nazis -es la arrogancia y la rebelión de los adolescentes”.

Schlink es un jurista: ha sido juez federal y es profesor universitario. Su trayectoria como escritor comenzó con una trilogía de novelas policíacas protagonizadas por Gerhard Selb, un detective privado que en los años 40 trabajó como fiscal para los nazis. Pero es en 1995, cuando publicó El lector, que a Schlink le llegó su mayor fama. En la novela un adolescente tiene un romance con una mujer mayor: una relación fundamentalmente sexual, acompañada de lecturas, pues la mujer le pide al joven que le lea en voz alta. Pero ella un día desaparece. Años después, la reencuentra él, siendo estudiante de derecho, en un juicio a los criminales de la Segunda Guerra Mundial: ella había servido como guardia para las SS; a algunas prisioneras les pedía que le leyeran en voz alta antes de enviarlas a la cámara de gas (es analfabeta y se avergüenza de reconocerlo).

La turbulenta historia del siglo XX alemán aparece en otros de sus libros. Por ejemplo, El fin de semana, un fin de semana que pasa un grupo de amigos para celebrar que, después de 20 años, uno de ellos ha salido de la cárcel; había sido condenado por terrorismo en grupos de extrema izquierda que operaron en lo años 80. Y algo de eso aparece en el trasfondo de su último libro, Mujer bajando una escalera, aunque la historia central gira en torno a un cuadro. El protagonista es un abogado viudo y acomodado que en un viaje de trabajo, en Australia, descubre en una galería que se exhibe Mujer bajando una escalera, un obra con la que lo une una relación antigua.

Cuando se iniciaba en labor jurídica, él había intervenido en un enfrentamiento entre el pintor del cuadro (ahora muy cotizado) y el riquísimo dueño del mismo, marido de la mujer que había servido de modelo y amante del pintor.

Buena parte de su literatura ha escarbado en la memoria histórica y el autoexamen de la Alemania de posguerra. ¿Por qué?

Una vez que mi generación hubo aprendido lo que nuestros padres habían hecho en la Alemania nazi, tuvimos que reconciliarnos con ello -y con ellos. La literatura es una manera de hacerlo.

Ud. empezó con novelas negras, no ortodoxas, con un personaje de pasado también negro…

No creo en los géneros. Las novelas negras son novelas como otras novelas, y tan aptas para lidiar con el pasado y su herencia como cualquiera otra.

¿Por qué cree El lector fue un libro tan exitoso: se lo esperaba?

No me lo esperaba. Había pensado que mi libro era un libro alemán para un público alemán y había subestimado el interés de otros públicos sobre la forma en que la segunda generación de alemanes se sentía respecto al pasado nazi y se enfrentaba con él. Y el enmarañarse en la culpabilidad de quienes nos son cercanos, de quienes amamos, el problema de mi generación, es también un problema universal.

Algunos críticos señalaron que el libro sugería que la brutalidad nazi nacía de una especie de analfabetismo de clase baja…

El porcentaje de académicos en los mortíferos Einsatzgruppen (los “grupos operativos” de las SS) era mayor que el porcentaje de académicos en la población total; la educación no inmuniza contra el fanatismo y la brutalidad. Esto es tan conocido que me sorprendió que ciertos críticos imaginaran que yo podría pensarlo de otra forma.

“Y, ¿qué habría hecho usted?”, le pregunta la protagonista de El lector a su juez. Es una buena (y difícil) pregunta.

Es la pregunta que tenemos que hacernos a nosotros mismos cuando juzgamos a los demás.

En El fin de semana y una de las novelas de Selb aparece el mundo de los terroristas alemanes de la posguerra. ¿Conoció a algunos de esos revolucionarios?

Sí, y eran un conjunto muy mezclado. Algunos actuaban movidos por un sentimiento de obligación moral; otros cuyos padres no se habían enfrentado a los crímenes de los nazis, querían enfrentarse a los crímenes de los estadounidenses en Vietnam y al capitalismo y el imperialismo en general. Algunos eran aventureros, algunos eran desesperados, algunos eran moralistas aventureros o desesperados morales o se habían enamorado de alguno de ellos.

¿Los hijos heredan los pecados de los padres?

No. Pero cuando los padres cometen crímenes, los hijos no pueden amarlos sin enredarse en su culpa.

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