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Entrevista a Jeremy Rifkin: «Estamos ante la amenaza de una extinción y la gente ni siquiera lo sabe»

Por: Juan M. Zafra.

El sociólogo Jeremy Rifkin (Denver, EE.UU., 1945), que se define como activista en favor de una transformación radical del sistema basado en el petróleo y en otros combustibles fósiles, lleva décadas reclamando un cambio de la sociedad industrial hacia modelos más sostenibles.

Rifkin es asesor de gobiernos y corporaciones de todo el mundo.

Ha escrito más de veinte libros dedicados a proponer fórmulas que garanticen nuestra pervivencia en el planeta, en equilibrio con el medio ambiente y también con nuestra propia especie.

¿Cuál cree que será el impacto de la pandemia de la COVID-19 en el camino hacia la tercera revolución industrial?

No podemos decir que esto nos haya cogido por sorpresa. Todo lo que nos está ocurriendo se deriva del cambio climático, del que han venido advirtiendo los investigadores y yo mismo desde hace tiempo.

Hemos tenido otras pandemias en los últimos años y se han lanzado advertencias de que algo muy grave podría ocurrir. La actividad humana ha generado estas pandemias porque hemos alterado el ciclo del agua y el ecosistema que mantiene el equilibrio en el planeta.

Los desastres naturales -pandemias, incendios, huracanes, inundaciones…- van a continuar porque la temperatura en la Tierra sigue subiendo y porque hemos arruinado el suelo.

Incendios en el Amazonas.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionSegún Rifkin, el aumento de la temperatura en la Tierra provoca pandemias, incendios y desastres naturales.

Hay dos factores que no podemos dejar de considerar: el cambio climático provoca movimientos de población humana y de otras especies; el segundo es que la vida animal y la humana se acercan cada día más como consecuencia de la emergencia climática y, por ello, sus virus viajan juntos.

Es esta una buena oportunidad para extraer lecciones y actuar en consecuencia, ¿no cree?

Ya nada volverá a ser normal. Esta es una llamada de alarma en todo el planeta. Lo que toca ahora es construir las infraestructuras que nos permitan vivir de una manera distinta.

Debemos asumir que estamos en una nueva era. Si no lo hacemos, habrá más pandemias y desastres naturales. Estamos ante la amenaza de una extinción.

Usted trabaja, estará trabajando estos días, con gobiernos e instituciones de todo el mundo. No parece que impere el consenso respecto al futuro inmediato.

Lo primero que debemos hacer es tener una relación distinta con el planeta. Cada comunidad debe responsabilizarse de cómo establecer esa relación en su ámbito más cercano.

Y sí, tenemos que emprender la revolución hacia el Green New Deal global, un modelo digital de cero emisiones; tenemos que desarrollar nuevas actividades, crear nuevos empleos, para reducir el riesgo de nuevos desastres.

Personal sanitario en Brasil.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption«La pandemia es una llamada de alerta en todo el planeta».

La globalización se ha terminado, debemos pensar en términos de glocalización. Esta es la crisis de nuestra civilización, pero no podemos seguir pensando en la globalización como hasta ahora, se necesitan soluciones glocales para desarrollar las infraestructuras de energía, comunicaciones, transportes, logísticas…

¿Cree que durante esta crisis, o incluso cuando se rebaje la tensión, los gobiernos y las empresas tomarán medidas en esa dirección?

No. Corea del Sur está combatiendo la pandemia con tecnología. Otros países lo están haciendo. Pero no estamos cambiando nuestro modo de vida.

Necesitamos una nueva visión, una visión distinta del futuro, y los líderes en los principales países no tienen esa visión. Son las nuevas generaciones las que pueden realmente actuar.

Usted plantea un cambio radical en la forma de ser y de estar en el mundo. ¿Por dónde empezamos?

Tenemos que empezar con la manera en la que organizamos nuestra economía, nuestra sociedad, nuestros gobiernos; por cambiar la forma de ser en este planeta.

La nuestra es la civilización de los combustibles fósiles. Se ha cimentado durante los últimos 200 años en la explotación de la Tierra.

El suelo se había mantenido intacto hasta que empezamos a excavar los cimientos de la tierra para transformarlo en gas, petróleo y carbón. Y pensábamos que la Tierra permanecería allí siempre, intacta.

Clase virtual en Corea del Sur.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption«Corea del Sur está combatiendo la pandemia con tecnología».

Hemos creado una civilización entera basada en el uso de los fósiles. Hemos utilizado tantos recursos que ahora estamos recurriendo al capital de la tierra en vez de obtener beneficios de ella.

Estamos usando una tierra y media cuando solo tenemos una. Hemos perdido el 60% de la superficie del suelo del planeta; ha desaparecido y se tardará miles de años en recuperarlo.

¿Qué les diría a quienes creen que es mejor vivir el momento, el aquí y el ahora, y esperan que en el futuro vengan otros para arreglarlo?

Estamos realmente ante un cambio climático, pero también a tiempo de cambiarlo.

El cambio climático provocado por el calentamiento global y las emisiones de CO₂ altera el ciclo del agua de la tierra.

Somos el planeta del agua, nuestro ecosistema ha emergido y evolucionado a lo largo de millones de años gracias al agua. El ciclo del agua permite vivir y desarrollarse.

Y aquí está el problema: por cada grado de temperatura que aumenta como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero, la atmósfera absorbe un 7% más de precipitaciones del suelo y este calentamiento las fuerza a caer más rápido, más concentradas y provocando más catástrofes naturales relacionadas con el agua.

Nevada en Rusia.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl calentamiento global está provocando grandes nevadas en invierno.

Por ejemplo, grandes nevadas en invierno, inundaciones en primavera por todas las partes del mundo, sequías e incendios en toda la temporada de verano y huracanes y tifones en otoño barriendo nuestras costas.

Las consecuencias se irán agravando con el tiempo.

Nos enfrentamos a la sexta extinción y la gente ni siquiera lo sabe. Dicen los científicos que van a desaparecer la mitad de todos los hábitats y animales de la tierra en ocho décadas.

Ese es el marco en el que estamos, nos encontramos cara a cara con una extinción en potencia de la naturaleza para la que no estamos preparados.

¿Cuán grave es esa emergencia global? ¿Cuánto tiempo nos queda?

No lo sé. He sido parte de este movimiento en favor del cambio desde los años 70 y creo que se nos ha pasado el tiempo que necesitábamos.

Nunca volveremos dónde estábamos, a la buena temperatura, a un clima adecuado…

El cambio climático va a estar con nosotros por miles y miles de años; la pregunta es: ¿podemos nosotros, como especie, ser resilientes y adaptarnos a ambientes totalmente distintos y que nuestros compañeros en la tierra puedan tener también la oportunidad de adaptarse?

Jeremy Rifkin en 1996.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl sociólogo Jeremy Rifkin defiende que nos estamos moviendo hacia la Tercera Revolución Industrial.

Si me pregunta cuánto tiempo nos llevará cambiar a una economía no contaminante, nuestros científicos en la cumbre europea del cambio climático en 2018 dijeron que nos quedaban 12 años; ya es menos lo que nos queda para transformar completamente la civilización y empezar este cambio.

La Segunda Revolución Industrial, que provocó el cambio climático, está muriendo. Y es gracias al bajo coste de la energía solar, que es más rentable que el carbón, el petróleo, el gas y la energía nuclear.

Nos estamos moviendo hacia una Tercera Revolución Industrial.

¿Es posible un cambio de tendencia global sin EE.UU. de nuestro lado?

La Unión Europea y China se han unido para trabajar conjuntamente y Estados Unidos está avanzando porque los estados desarrollan las infraestructuras necesarias para lograrlo.

No olviden que somos una república federal. El gobierno federal solo crea los códigos, las regulaciones, los estándares, los incentivos; en Europa sucede lo mismo: sus estados miembros han creado las infraestructuras.

Refinería de petróleo en Estados Unidos.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption¿Nos adaptaremos a las consecuencias del cambio climático?

Lo que ocurre en Estados Unidos es que prestamos mucha atención al señor Trump pero, de los 50 estados, 29 han desarrollado planes para el desarrollo de energías renovables y están integrando la energía solar.

El año pasado en la conferencia europea por la emergencia climática, las ciudades estadounidenses declararon una emergencia climática y ahora están lanzando su Green New Deal.

Están sucediendo bastantes cambios en Estados Unidos. Si tuviéramos una Casa Blanca diferente sería genial pero, aún así, esta Tercera Revolución Industrial está emergiendo en la UE y en China y ha comenzado en California, en el estado de Nueva York y en parte de Texas.

¿Cuáles son los componentes básicos de esos cambios tan relevantes en diferentes regiones del mundo?

La nueva Revolución Industrial trae consigo nuevos medios de comunicación, energía, medios de transporte y logística.

La revolución comunicativa es Internet, como lo fueron la imprenta y el telégrafo en la Primera Revolución Industrial en el siglo XIX en Reino Unido o el teléfono, la radio y la televisión en la segunda revolución en el siglo XX en Estados Unidos.

Hoy tenemos más de 4.000 millones de personas conectadasy pronto tendremos a todos los seres humanos comunicados a través de Internet; todo el mundo ahora está conectado.

En un periodo como el que vivimos, las tecnologías nos permiten integrar a un gran número de personas en un nuevo marco de relaciones económicas.

Internet de las cosas.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption«El internet de las cosas reconfigurará la forma en que se gestiona toda la actividad en el siglo XXI».

El internet del conocimiento se combina con el internet de la energía y con el internet de la movilidad.

Estos tres internet crean la infraestructura de la Tercera Revolución Industrial. Estos tres internet convergerán y se desarrollarán sobre una infraestructura de internet de las cosas que reconfigurará la forma en que se gestiona toda la actividad en el siglo XXI.

¿Qué papel van a jugar los nuevos agentes económicos en la formación de ese nuevo modelo económico y social?

Estamos creando una nueva era llamada glocalización.

La tecnología cero emisiones de esta tercera revolución será tan barata que nos permitirá crear nuestras propias cooperativas y nuestros propios negocios tanto física como virtualmente.

Las grandes compañías desaparecerán. Algunas de ellas continuarán pero tendrán que trabajar con pequeñas y medianas empresas con las que estarán conectadas por todo el mundo. Estas grandes empresas serán proveedoras de las redes y trabajarán juntas en lugar de competir entre ellas.

En la primera y en la segunda revolución, las infraestructuras se hicieron para ser centralizadas, privadas. Sin embargo, la tercera revolución tiene infraestructuras inteligentes para unir el mundo de una manera glocal, distribuida, con redes abiertas.

¿De qué forma afecta la superpoblación a la sostenibilidad del planeta en el modelo industrial?

Somos 7.000 millones de personas y llegaremos muy pronto a 9.000 millones. Esa progresión, sin embargo, se va a terminar.

Las razones para ello tienen que ver con el papel de las mujeres y su relación con la energía.

Greta Thunberg, activista sueca.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption«Todas mis esperanzas están en la generación millenial».

En la antigüedad las mujeres eran esclavas, eran las proveedoras de energía, tenían que mantener el agua y el fuego.

La llegada de la electricidad está íntimamente relacionada con los movimientos sufragistas en América; liberó a las mujeres jóvenes, que iban a la escuela y podían continuar su formación hasta la universidad.

Cuando las mujeres se volvieron más autónomas, libres, más independientes, hubo menos nacimientos.

No parece usted optimista y, sin embargo, sus libros son una guía para un futuro sostenible. ¿Tenemos o no un futuro mejor a la vista?

Todas mis esperanzas están depositadas en la generación millenial. Los millenials han salido de sus clases para expresar su inquietud.

Millones y millones de ellos reclaman la declaración de una emergencia climática y piden un Green New Deal.

Lo interesante es que esta no es como ninguna otra protesta en la historia, y ha habido muchas, pero esta es diferente: mueve esperanza, es la primera revuelta planetaria del ser humano en toda la historia en la que dos generaciones se han visto como especies, especies en peligro.

Proponen eliminar todos los límites y fronteras, los prejuicios, todo aquello que nos separa; empiezan a verse como una especie en peligro e intentan preservar a las demás criaturas del planeta.

Esta es probablemente la transformación más trascendente de la conciencia humana en la historia.

Fuente de la entrevista: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52411543

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Diálogo Karina Batthyány con Saskia Sassen: «Hablar de nueva normalidad es reconocer que algo no funcionó»

Por: CLACSO.

 

En un nuevo capítulo de sus Diálogos, Karina Batthyány, Secretaria Ejecutiva de CLACSO, dialogó a la distancia con Saskia Sassen, socióloga, escritora y profesora radicada en Londres, especializada en fenómenos como la inmigración y los cambios en el Estado liberal a consecuencia de las actuales condiciones transnacionales. Autora, entre muchas otras obras, del ensayo “La ciudad global”, una referencia para entender la transformación que el neoliberalismo ha llevado a cabo en las grandes metrópolis mundiales.

En su introducción, Karina Batthyány planteó que esta pandemia del COVID-19 “ha afectado todos los aspectos de la vida en sociedad, particularmente los aspectos de nuestra vida cotidiana, nuestro día a día en las formas en que interactuamos, y allí han aparecido algunos conceptos que empujan a la reflexión”. Ilustró diciendo que en el Uruguay se empezó a hablar de una nueva normalidad” basada en la distancia y el aislamiento social, un concepto que utilizan otros mandatarios tanto de América Latina como de otras regiones y que cuenta con antecedentes históricos.

Al respecto, Saskia Sassen consideró que “llamarlo nueva normalidad es como no reconocer que algo no funcionó. Para mí la pregunta es: ¿dónde fallamos nosotros? ¿Por qué nos tomó tanto por sorpresa la llegada de este virus?” Enumeró otras pandemias que sacudieron a la humanidad en los tiempos modernos, interrogándose: “¿Abusamos nosotros a la madre naturaleza?” recordando “que coexistimos en este mundo, no estamos solos, ya hemos matado a tantos animales, matado árboles, matado aguas, etc., etc., y ahora tenemos esto… Todo lo que matamos explica en parte que tenemos estas presencias que nos llegan por una semana, dos semanas, tres semanas y después desaparecen”.

Fuente de la entrevista: https://www.clacso.org/hablar-de-nueva-normalidad-es-reconocer-que-algo-no-funciono/

 

 

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Entrevista a Lila Feldman: «Los sueños son la reserva humana por excelencia»

Por: Malen Otaño

Esta entrevista a Lila sucede sin habernos conocido, vivimos a mil kilómetros de distancia, pero en este diálogo estamos ambas sentadas en el mismo escritorio, ella desde el quincho de su casa en Capital y yo en una cabaña en el sur. Nunca nos vimos a los ojos, ni nos reímos juntas, ni nos saludamos al despedirnos, ni escuchamos nuestras voces en vivo, el encierro nos acercó, pero también nos acerca la práctica del psicoanálisis y el afecto por la escritura. Tomar la palabra para compartir nuestras preguntas son formas de movilizarnos, tomar otros atajados para no estar tan encerradas en nuestras cabezas.

Lila Feldman es psicoanalista y escritora, hace un tiempo editó con Topia un libro que se llama “Sueño, medida de todas las cosas”, una de las frases más lindas del libro y que hoy resuena distinto es que el sueño produce un fondo en el que se hace pie. En este contexto de aislamiento y encierro, soñar aparece como un nuevo lugar, tengo sueños sobre el futuro, siento que tienen algo de premonitorio, y lejos de entristecerme siento esperanza por un futuro que por ahora puede ser soñado.

-Decís en un momento que los sueños son también una medida para ver o una medida para escribir. ¿Cómo podrían ser una medida para inventar un futuro más sensible ? 

Los sueños, pero más aún el soñar, lo vengo pensando en relación a la idea de fábrica. Usina de futuro, y de libertad, motor de la la vida psíquica y de la vida colectiva. Guardián del dormir, decía Freud, yo agrego que además guardián del vivir.

Sin embargo, hay que decir que no siempre los sueños sensibilizan, pueden hacerlo, ello es parte de su potencia. Hay veces en que los sueños se han ligado (lo vemos en la historia de la humanidad tanto como en las pequeñas biografías e historias singulares, las de cada uno) a ideales de sumisión, destrucción, violencia, muerte.

En ese sentido tal vez tenemos que estar advertidos, no siempre sensibilizan.

También es igualmente cierto que el sueño es el territorio de la vida psíquica en el que nadie ha logrado penetrar, al menos aún, y en ese sentido es un sitio, o el sitio por excelencia, para resistir y sostenernos. El lugar de más absoluta intimidad, fuente de creación, de descubrimiento, de asombro, orilla en la que hacer pie como vos decías retomando aquella frase de mi libro, pero también un ir más lejos, un soltar amarras y despegar de la tierra firme.

Si estos tiempos de pandemia y “aislamiento” nos obligan a ello, hoy más que nunca redoblamos la apuesta.

Sucede que las personas, lo veo en pacientes, amigos, personas cercanas, yo misma, estamos viviendo un momento de extraño despertar, de vivencia de pesadilla, de tiempo alterado, a veces de desorden en la posibilidad de dormir, de conciliar el sueño. Por cierto también, afortunadamente, de proliferación de sueños y deseo de narrarlos, no únicamente en el espacio analítico, de ponerlos en común. Y a veces escuchamos el “volví a soñar” como lo que nos rescata de cierto estupor, parálisis, perplejidad frente a los que sucede y nos sucede, luego de un inicial efecto de “conmoción”.

Los sueños otorgan al abismo medida humana, transforman los abismos en medida humana, ese es el planteo inicial del libro.

-Leí una frase de Bifo, plantea que “la normalidad no volverá” o no como la conocíamos, siento que es un riesgo y un fracaso volver a esa aparente normalidad. Esa idea era sofocante y nos estrangulaba todos los días. ¿Cómo pensas esa frase?  

Vuelvo a algo que dije recientemente en otro lugar, la “normalidad” siempre fue un riesgo, una ilusión, una ficción, una vara responsable de tantos desastres en múltiples teorías, prácticas y políticas. Ahora en todo caso, quedó puesto más de manifiesto. Más desnudo, más visible, más expuesto. Encarnado ya no solo en intuiciones o ideas sino también en  nuestras actuales vivencias y experiencias. Sensibilidad, fragilidad, provisoriedad, finitud, precariedad, desigualdad. La magnitud de las desigualdades. Están adquiriendo otra materialidad, otro espesor en estos días. Forman parte de un proceso de descubrir y reflexionar sobre cantidad de cosas que forman parte de los arrasamientos que la pandemia causó y causará, así como de la posibilidad de poner todo en cuestión, abrir preguntas, que ojalá podamos profundizar y asumir. Trabajar, y desmenuzar. Porque la pandemia es resultado de nuestra anterior “normalidad”. ¿Queremos, una vez más, volver a la normalidad? Por otro lado: ¿eso sería posible, aunque lo querramos?

Nos faltan todas las respuestas, pero ¿por qué no animarnos al coraje de hacernos buenas preguntas? Aún con toda la angustia y el miedo que ello genera.

-En esto de hacerse preguntas, pienso que a veces tenemos temor a abrir esos interrogantes porque no hay certezas, no hay garantías de lo que va pasar, de quienes vamos a ser. En todo caso si hay algo que pone en evidencia esta pandemia es que no estamos encerrados por un virus, estamos aislados porque no tenemos la vacuna. De todas maneras será con preguntas que podamos dar pasos más firmes, aunque sea en la oscuridad…..Me encantó esa pregunta de Preciado en un texto publicado hace unos días ¿Bajo qué condiciones y de qué forma podría la vida valer la pena ser vivida? Es la pregunta de muchxs en un análisis. De hecho estoy leyendo en las redes esta idea que se repite de que nos pusimos “existenciales”….

Sí, nos pusimos existenciales. En esa línea, pregunto ¿qué es una vida propia? ¿qué es una vida libre? o en todo caso, ¿no estamos siempre batallando, buscando ampliar nuestros márgenes de libertad? Tenemos que redefinir tantas cuestiones…Si esta crisis es posibilidad de situarnos en esas preguntas… sin que se vuelvan catastróficas.

Contar con políticas de cuidado nos permite hacernos esas preguntas, nos rescata un poco de la brutal inermidad que han sufrido y padecen en otros países. O la que nos hubiera condenado a nosotros a un destino muchísimo más incierto y horroroso, si el virus hubiera llegado unos meses antes, en el marco del gobierno anterior.

Podemos seguir pensando, por supuesto, en esa línea tan difícil entre cuidado y control, lo delicada que es esa línea. Sin embargo, yo al menos, entiendo que podemos ponernos existenciales siempre y cuando la urgencia no sea únicamente la de sobrevivir, y siempre y cuando los desamparos no sean demasiado brutales.

-Nosotras podríamos preguntarnos, ¿bajo qué condiciones y de qué forma los sueños valen la pena ser soñados ? Pensando en que los sueños son también una forma de política, la política del deseo, de lo singular, de lo propio. 

Los sueños, aún los más angustiosos, esos que nos despiertan, valen la pena ser soñados. Porque pienso que más que poner atención al contenido de los sueños, o independientemente de su contenido, el sueño indica que la capacidad de soñar sigue motorizado la actividad psíquica, formando parte de lo que nos constituye y humaniza, formando parte de nuestras narraciones más íntimas pero también de las narraciones colectivas, las escrituras que proliferan hoy.

Política de los deseos, sabemos además que el deseo (nunca es uno solo, son muchos, concientes e inconcientes) es lo no domesticable, por excelencia. Los sueños, ese universo de trabajo, elaboración y creación a partir de nuestros conflictos, nuestros conflictos infantiles, y también los actuales. Que ese trabajo que el soñar posibilita y expresa nos siga enlazando a otros, tanto en el terreno analítico, transferencia mediante, como en los encuentros virtuales amorosos, íntimos, novedosos y creativos, es parte de nuestra esperanza de hoy. En esos enlaces los aislamientos pierden o disminuyen dureza y sufrimiento, o incluso se profundizan o generan acercamientos nuevos.

Entonces, los sueños crean futuro psíquico y futuro político, pero nos anclan a la temporalidad, nos sitúan respecto de un tiempo “propio”. Suelo citar a Rodrigo Fresan, que dice que los sueños no pertenecen ni al pasado ni al presente ni al futuro, sino que son algo así como un “cuarto tiempo”. Creo más bien que los sueños humanizan el tiempo, lo sacan de la cronología y la linealidad, y arman historia. Allí un poco está la pregunta por quiénes somos y por nuestros deseos, generalmente enigmáticos y misteriosos, a veces irreconocibles. Allí está también la necesidad de narrarlo. Los sueños son una escritura particular, y requieren una narración y una escucha particular. Una hipótesis en la que vengo pensando y planeo desarrollar es que los sueños están fuertemente ligados al origen de la literatura. No olvidemos que también los sueños tienen todo que ver con el mismo origen del psicoanálisis, el autoanálisis de Freud y la creación del método psicoanalítico le deben muchísimo a ellos. Y en la historia de la filosofía ocupan enorme lugar. Incluso son piezas clave de conocimiento para las culturas antiguas y el mundo no occidental.

Los sueños, en suma, son la reserva humana por excelencia, contra todos los sistemas y maquinarias de dominación y control, los sueños se imponen. Resisten. Por eso escribí en otro texto: el sueño es al futuro lo que el azogue al espejo. Es la sustancia de la que estamos hechos… parafraseando a un célebre autor. Es la materia libidinal con la que sostenemos y llevamos adelante nuestras vidas, proyectos, y batallas.

Si lo neoliberal quiso imponernos el “fin de la historia”, y lo sigue haciendo, junto a tantos otros espejismos (esa idea de normalidad que discutíamos antes está muy emparentada, también es un espejismo), tampoco este virus, ni los aislamientos que hoy requiere, decretará el fin de los sueños.

Los sueños son bastión. Trinchera. Porque allí nadie ingresa a la fuerza. En tiempos en los que el desarrollo científico-técnico-mercantil busca penetrarlos, controlarlos, dirigirlos, programarlos, ya sea con propaganda, pastillas, mediciones de las ondas cerebrales, etc; los sueños, nacidos de ese tejido inmaterial, inaprensible e indestructible, aunque a veces se evapore y juegue con nuestra memoria, son sitio de resistencia. La resistencia de la palabra como forma de combatir los anhelos de desubjetivar y controlar lo humano, o de volverlo únicamente soporte o condición de producción y adaptación (cuando se duerme, no se consume ni se produce. Los sueños, entonces, son actividad psíquica no consumidora ni productiva, ni tampoco predictiva). Son el punto por excelencia de enlace de las pequeñas biografías, en la trama de cada subjetividad, y los movimientos colectivos, con su enormísima potencia transformadora.

-Y en los movimientos colectivos aparecen los “sueños colectivos”….

Los Feminismos populares son buena prueba de ello, muestran en qué medida los sueños amplían el campo de lo posible, a veces de modos inimaginables. Son acontecimiento (lo que permite a un inexistente ponerse de pié, decía Badiou). Las militancias ligadas a la ola verde pusieron en la agenda política el derecho al aborto legal seguro y gratuito, por ejemplo.

Mientras tanto los femicidios avanzan, las violencias contra las mujeres siguen ocurriendo, los aislamientos a veces pueden resultar de lo más monstruosos. El #niunamenos y la lucha contra el patriarcado es efecto de la posibilidad de soñar y hacer de eso política. Esos sueños cambiaron y lo seguirán haciendo, el modo de subjetivarnos. Son poderosos los sueños, no omnipotentes pero sí potentes. Cómo seguir soñando colectivamente ahora que no tenemos las calles? Ahora que hay otras urgencias? Son algunas de las preguntas que me hago.

-Pero todavía tenemos los cuerpos! Se me viene un texto de Comité Invisible, dice que “todas las razones para hacer una revolución están ahí. No falta ninguna. El naufragio de la política, la arrogancia de los poderosos, el reinado de lo falso, la vulgaridad de los ricos, los cataclismos de la industria, la miseria galopante, la explotación desnuda, el apocalipsis ecológico… no se nos priva de nada, ni siquiera de estar informados de ello. Todas las razones están reunidas, pero no son las razones las que hacen las revoluciones; son los cuerpos. Y los cuerpos están delante de las pantallas”. 

Te escucho, y agrego: soñamos con todo el cuerpo. El que crea que soñamos sólo con la cabeza, sepa que está equivocado…

Fuente: http://lobosuelto.com/suenos-reserva-humana-feldmanotano/

Imagen: Suyai Otaño

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Entrevista a Rafael Guerrero: “La pandemia afecta a la capacidad del niño de regular el miedo”

Por: Laura Román

La capacidad de gestionar y regular las emociones en los niños es especialmente relevante en la situación de pandemia actual. El psicólogo Rafael Guerrero aporta ideas y actividades concretas para potenciar ésta y otras funciones ejecutivas del cerebro con el fin de proporcionar bienestar y seguridad en los más pequeños y sus familias.

Las funciones ejecutivas son el conjunto de capacidades cognitivas que emplea el cerebro para controlar y autorregular la propia conducta: memoria, concentración,  control de impulsos, flexibilidad cognitiva, planificación, solución de problemas, regulación emocional, velocidad de procesamiento y orientación espacial.

En su último libro, ‘Cómo estimular el cerebro del niño’, el psicólogo y doctor en Educación, Rafael Guerrero, explica cuál es el papel clave en el desarrollo del niño y aporta 100 ejercicios prácticos, que serán especialmente útiles para ayudar a los niños a controlar sus impulsos, concentrarse o regular sus emociones en esta etapa de confinamiento en familia.

Pregunta: Teniendo en cuenta la situación actual, ¿qué propone para que los niños potencien funciones ejecutivas como la concentración, la memoria, la planificación… desde casa?

Respuesta: Nos brinda la posibilidad de trabajar y potenciar de manera directa las diferentes funciones ejecutivas como la concentración, el control de los impulsos, la memoria operativa, la planificación, la autorregulación emocional… Por ejemplo, algunas actividades que se pueden hacer para trabajar la concentración son los puzzles, los rompecabezas, las sopa de letras, ‘encontrar las siete diferencias’ o cualquier juego de mesa.

Para potenciar el control de impulsos podemos jugar al ‘mundo al revés’: cada vez que el niño quiera decir sí, tendrá que decir no y viceversa. Si jugamos durante un buena parte de la mañana o la tarde al ‘mundo al revés’, estaremos potenciando su control de los impulsos, ya que enseñamos a su cerebro a ‘frenar’. También se puede practicar a través del uso imágenes en las que si, por ejemplo, aparece una zapatilla los niños tienen que dar una palmada y cuando se muestre la imagen de una manos aplaudiendo, los niños tienen que dar un pisotón. Para la memoria operativa podemos deletrear palabras al revés y para la planificación hacer laberintos.

P: ¿Cómo afecta el confinamiento actual a algunas de estas funciones ejecutivas, como la regulación emocional?

R: Es evidente que influye sobre todos nosotros en mayor o menor medida. Al estar en una situación excepcional y rodeados de mucho caos, miedo e incertidumbre, nuestro funcionamiento cerebral se ve afectado. Quizás, una de las funciones ejecutivas que se ha visto más afectada es la regulación emocional. El hecho de no poder seguir con nuestras rutinas, no poder salir a la calle y tener a familiares o amigos afectados por el coronavirus (o con miedo de que se contagien) hace que la identificación y la regulación de determinadas emociones como el miedo, la tristeza o la rabia, se vean significativamente afectadas.

En estos días es habitual sentirnos más irritables y temerosos de lo normal, pues la situación extraordinaria y excepcional que estamos viviendo hace que dichas emociones afloren con mayor facilidad.

P: En su libro analiza las funciones ejecutivas que permiten establecer objetivos a largo plazo y resolver problemas. ¿Cómo se puede conseguir la ‘atracción cerebral’ por una actividad (por ejemplo, el estudio entre los niños) que no les resulta motivadora?

funciones ejecutivas cerebro regulación emocional

De este modo, la clave la podemos situar de ‘fuera hacia dentro’ porque el proceso de aprendizaje es de fuera hacia dentro. La capacidad para mantener la concentración, la memoria, o la atracción de una tarea por parte del estudiante va a depender mucho de cómo el profesor (o adulto) se la muestre. Conforme el cerebro se va desarrollando (en el caso de los adolescentes), ya se les puede ir pidiendo un esfuerzo mayor por actividades que no quieran hacer o que no les gusten.

«En estos días es habitual sentirnos más irritables y temerosos de lo normal»

P: Los ejercicios que aparecen en su libro potencian la concentración, la memoria y otras funciones ejecutivas como el control de impulsos o el desarrollo de la planificación, ¿cómo se pueden aplicar para los estudiantes con necesidades especiales?

R: Todo hay que adaptarlo. Da igual si son niños o niñas, de Infantil o de Primaria, estudiantes con TDAH o con dislexia. En el libro aporto una serie de ideas para practicar las distintas funciones ejecutivas pero el principal objetivo es que luego el lector (padre, madre o docente) sea quien lo pueda ‘llevar a su terreno’.

P: ¿De qué formas influye un desorden de las funciones ejecutivas en el desarrollo de trastornos como el TDAH?

R: El TDAH es un trastorno de las funciones ejecutivas, es decir, con el TDAH el cerebro se desarrolla mucho más lento y de forma diferente a lo que se considera ‘normal’. Por lo tanto, como las funciones ejecutivas están en la corteza frontal y es lo último que se desarrolla, con el TDAH se adquieren mucho más tarde.

«Un niño necesita un ‘guía emocional’, un referente significativo (padre, madre, abuelo, docente…) para aprender a regular sus emociones»

P: Del cerebro emocional comenta que es involuntario, inconsciente y automático pero, en cambio, la regulación emocional debe aprenderse, no es genética. ¿Cómo pueden equilibrarse ambos procesos?  

R: Además de ser involuntario, inconsciente y automático, el cerebro emocional reacciona, que no es lo mismo que responder (procesar y valorar una respuesta a una acción determinada). Es lo que se denomina como el ‘cerebro caliente’. Mientras que la regulación emocional se aprende de alguien, es decir, se repite el proceso de ‘fuera para dentro’. Así, ambos procesos se pueden equilibrar con práctica y si en clase permitimos a nuestros alumnos que puedan legitimar y etiquetar sus emociones es todo un avance. De este modo, un niño necesita un ‘guía emocional’, un referente significativo ( padre, madre, abuelo, docente…) para aprender a regular sus emociones.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/pandemia-afecta-capacidad-nino-regulacion-emocional/

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Entrevista a Darwin Carballo Velásquez, «La escritura es transformación y reflexión desde la imaginación»

Por: Ana Cristina Chávez

 Darwin Carballo Velásquez es un joven escritor falconiano, T.S.U en Contaduría Pública, que prefiere sumar palabras en las plataformas digitales de lectura y autoedición: “El amor a escribir o a leer no pienso que sea algo que se hereda o con lo que se nace, más bien creo que se desarrolla y se educa bajo las experiencias positivas que se tengan”.

   Con 23 años en su haber y una callada rebeldía que se evidencia más allá de su indisciplinada melena, Darwin Carballo Velásquez (21 de abril de 1997, Puerto Cumarebo, estado Falcón), es un joven escritor de la llamada Generación Z, con la cual se identifica plenamente. Un centennial que hace de las plataformas digitales el escenario natural para darse a conocer como autor y editor. Su libro por entregas, “Las cien cartas de amor que jamás fueron escritas”, ha tenido excelente receptividad en wattpad, la aplicación y página web estrella para escritores y lectores en línea.

Aunque es Técnico Superior Universitario en Contaduría Pública, graduado en la Universidad Politécnica Territorial “Alonso Gamero” (UPTAG), prefiere la calidez de los textos de autores clásicos en lugar de la frialdad numérica de los libros contables. En el 2018, junto a Víctor Ugarte y otros estudiantes de la universidad, conformó el Club de Escritores “Plumas de Ángeles”, con la intención de promover la creación literaria en la institución, participando en algunos eventos culturales y talleres de redacción creativa en la ciudad de Coro; sin embargo, el colectivo ha sido inconstante en sus encuentros y planificación, producto de la situación económica y social que enfrenta el país, pero eso no mermó su deseo de seguir produciendo narrativa y poesía de manera independiente.

“Empecé a escribir desde muy pequeño, realmente si algo me incitó a la escritura fue en definitiva la lectura, no hay más, básicamente me introduje solito al mundo de la literatura y de escribir”, afirma con contundencia, mientras recuerda cómo a la edad de 3 o 4 años le pedía a su madre que le leyera una y otra vez los mismos relatos infantiles, hasta el punto de recitarlos de memoria apoyado en las ilustraciones. “Creo, y sin duda intuyo, que ese celo de no poder leer algo nuevo y necesitar que me leyeran, hizo que aprendiera muy rápido, ya luego aprendí y pedía que me compraran cuentos nuevos, creo que fue desde ese momento que definitivamente me enamoré de la lectura”.

Para Darwin, la pasión por la palabra no es innata, sino una decisión personal, un estilo de vida asumido y una labor convertida en hábito. “Siempre me comparan con alguno que otro familiar que también leía mucho, como mi abuelo, y justifican por ello mi amor a las letras, pero sinceramente el amor a escribir o a leer no pienso que sea algo que se hereda o con lo que se nace, más bien creo que se desarrolla y se educa bajo experiencias positivas que se tengan; quizás si los cuentos que leí de pequeño hubieran sido malos, yo no le hubiera tomado tanto amor a la lectura y escritura y hubiera terminado haciendo cualquier otra cosa”.

Escritor sediento…      

Salvando las distancias geohistóricas, la frase del escritor estadounidense Henry David Thoreau: “el agua es la única bebida para el hombre sabio”, se personifica en este joven autor, quien tiene como costumbre tomar gran cantidad del líquido mientras produce en completo silencio. “Para escribir apago todo, absolutamente todo, cuando creí que podía escribir con música realmente no lograba concentrarme; así que solo me siento y escribo. Lo más raro que hago es siempre tener un vaso de agua cerca, puedo beber 6, 7, 8 vasos de agua mientras estoy desarrollando algo importante que se lleva toda mi concentración”, confiesa.

Su sed también se manifiesta en la necesidad de estar trabajando todo el día. Se declara un asiduo lector y dedicado escritor, que ocupa gran parte del tiempo en estas tareas, complementadas con su reciente función como  editor digital.

De nobles hidalgos a monstruos interactivos…

Acerca de sus preferencias literarias, expresa: “A la hora de elegir o tomar una lectura me gustan preferiblemente obras clásicas. Me he leído Drácula, de Bram Stoker, unas cinco veces a lo largo de mi vida. Me encanta esa obra, aunque mi favorita y creo que será así toda mi vida, es Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, pues considero bastante difícil que alguien logre superar tal brillantez literaria. Esta obra permanentemente la estoy consultando aunque solo la he leído una vez de manera completa, y es que es bastante larga, pero si no la he vuelto a leer toda no ha sido por perezoso, sino porque la magia y la sensación que me dejó la vez primera fue una experiencia inolvidable e inefable; aún a veces leo capítulos para revivir un poco la locura de ese entrañable personaje; toda la obra esboza gran genialidad y es mi favorita”.

Consciente de la necesidad de recurrir a los autores emblemas de Nuestra América, para forjarse un camino en la lectura y escritura, Carballo se confiesa admirador de la poesía de Jorge Luis Borges y de su gran capacidad para el cuento. Por otro lado, cuestiona: “¿Cómo ser latinoamericano y no leer a Gabo (Gabriel García Márquez) con susCien años de soledad?, o ¿cómo no leer su obra: El coronel no tiene quien le escriba?, más cuando actualmente muchos en Latinoamérica seguimos respondiendo igual a la pregunta: Dime, ¿Qué comemos?”

Y nos acota: “El siglo XXI ya está levantando una nueva generación de escritores que buscan tatuar su nombre en el legado literario. Por cierto, tengo un autor que me gusta bastante, es español, su nombre es Bruno Piqué, tiene dos libros titulados Madrid Zombi y Madrid Zombi 2. Este autor es de lo más interesante, puesto que además de tener una excelente obra literaria, logra innovar con las tecnologías, porque su libro está en la tienda para teléfonos inteligentes (Play store) y combina la lectura con sonidos, música, y decisiones que debe tomar el usuario acerca de la trama. Cuando lo lees con tus audífonos puestos, realmente logras sumergirte en su mundo y es sin duda, para mí, uno de los más grandes innovadores y genios actuales de la literatura. Su libro interactivo es una maravilla de la era digital”.

Del papel a la pantalla…

El oriundo de Puerto Cumarebo se autodenomina un lector mixto, capaz de leer tanto libros físicos como digitales. Al respecto, revela: “La situación económica del país me hace que lea en digital muchos títulos que preferiría tener en físico, pero me encanta el olor a libro y tocarlo, pase lo que pase sencillamente no me puedo separar de ello, del libro físico”. Sin dudar, asevera que no le molesta leer en plataformas digitales, siempre que las lecturas resulten provechosas y lo nutran.

“Leía comúnmente en una aplicación llamada Sttorybox, ahí empecé a subir mis primeras obras en digital, gozaba de una comunidad de lectores y escritores tremenda, pero con el tiempo un gigante corporativo de nombre Wattpad se llevó a millones de escritores a su página y me obligó a migrar y establecer mis obras allí. Aunque he tenido una que otra mala experiencia en ese sitio, me parece que es una buena plataforma para los escritores más nóveles o para los que tengan mucho tiempo escribiendo. Es una plataforma maravillosa que te conecta con millones de personas que están buscando algo para leer, y bueno, si subes tus textos allí seguramente te encuentran y destaques”.

Un gato y otros amores…

Carballo relata que en sus textos predomina el misterio, la poesía, el romance, la fantasía y la tragedia. En su perfil de Wattpad (@DarwinCarballo1), su obra más popular: “Las cien cartas de amor que jamás fueron escritas”, tiene como uno de los personajes centrales a un gato, suerte de guardián de su dueño, sobre el cual los lectores han tejido una serie de historias y fenómenos paranormales, despertando la curiosidad del resto de los usuarios de esa plataforma.

“Se corrió el rumor de que mi libro estaba maldito. Entonces recibí mensajes de personas que me decían que habían experimentado cosas muy extrañas por estar leyendo mi libro, eso me pareció impactante, pues en ese período muchas personas empezaron a leerme. Decían que el gato de la portada se les aparecía, y los más flojos decían que solo viendo los ojos del gato ya te daba un fuerte dolor de cabeza y que significaba que te iba a perseguir, pero si leen la obra se enteran que el gato es más bueno que la leche; aunque en el libro sí suele perseguir clandestinamente a las personas, pero lo hace para protegerlas”.

Con un argumento lleno de situaciones inesperadas y misterio, la sinopsis de la novela plantea: “La historia inicia con un joven que va leyendo las cartas de un anciano mientras se dirige en un barco desde España al Caribe, el anciano escribe todas las noches una carta de amor para su esposa fallecida, cuenta en las cartas cómo su muerte le ha dejado un vacío… Para sorpresa del joven, descubre que tal anciano jamás existió y que las cartas de amor que tiene y ha estado leyendo han sido escritas por él, lo que lo lleva a regresar a su hogar en Madrid para descansar la mente, y en donde sus amigos, sin saber qué le ocurre, lo invitan a una fiesta, donde se vuelve a apreciar su apenas descubierta y aparente locura.”

Su siguiente obra: “Frases y momentos de un escritor”, la caracteriza como una serie de pensamientos cortos, micros y poemas totalmente dedicados a la labor de escribir. En uno de los textos explica: “Los malos escritores piensan que deben hacerlo cuando la inspiración venga, buscan una musa perfecta y entonces, duran meses sin escribir y pierden totalmente el contacto con ellos mismos. La inspiración perfecta solo la encontraremos dentro de nosotros y eso solo lo haremos mientras escribamos; pues es el único momento donde podemos ser nosotros mismos y eso es verdaderamente poético.”

    La responsabilidad del oficio…

Quienes escriben deben tener un compromiso con la vida, una responsabilidad moral e intelectual, pero también social y política. Julio Cortázar, en “Testimonios de una escritura política” (2014), convoca a los escritores a participar en el proceso geopolítico de sus pueblos. Asevera Cortázar: “nuestro quehacer debe inventar nuevas formas de contacto, abrir otro aspecto de comunicaciones en todos los niveles…”. Así mismo,cita al venezolano Luis Britto García, quien afirma lo siguiente: “…mientras la política no asegure la liberación cultural de nuestra América, la cultura deberá abrir el camino para la liberación política”. De allí la responsabilidad de los escritores de exponer en sus textos las realidades que los circundan, pero también de promover cambios significativos en las formas de pensar, entender el mundo y transformar esas realidades.

Darwin lo sabe, y como miembro de la generación nacida entre los años 90 y 2000 en Venezuela, que en sus palabras, ha crecido bajo el asedio de actores externos e internos que juegan al desastre, hasta el punto de colapsar el buen vivir de la familia, desea contribuir desde el ámbito cultural a mejorar el país, creando un rincón literario en alguno de los portales web de los diarios regionales, donde en conjunto con varios escritores, compartan parte de sus obras, “para así influir un poco en los lectores de la región y sumergirlos en la producción escrita que actualmente se está desarrollando en nuestro estado, puesto que la industria cultural, por la situación económica, no se mueve muy bien. Sin embargo, sí pienso que hay maneras de cultivar la cultura y espero que en algún momento me tomen en cuenta para abrir un espacio literario que todos los falconianos podamos disfrutar”.

En este orden de ideas, ante la pregunta ¿Puede entonces, un escritor de los nuevos tiempos, contribuir con el cambio y desarrollo de una sociedad?, Carballo Velásquez reconoce el poder de la palabra y contesta. “Creo que la escritura es transformación y reflexión desde la imaginación. Quien escribe y es leído, en esencia transforma, pues conecta y transfiere su visión; ya queda de parte del lector analizar y tomar lo mejor del pensamiento del escritor para hacer más amplia y culta su visión y así ser mejor persona.”

Otra forma de conectar con los jóvenes, que como a él les gusta escribir, es ofreciendo sus servicios de editor digital en Wattpad, donde ha venido realizando diversas asesorías y acompañamientos para mejorar la experiencia de los que se inician en el oficio. “Varios escritores que he encontrado en wattpad tienen una historia hermosa, llena de magia, misterio, romance, picardía, en fin… Son excelentes, pero su nivel de redacción y las faltas ortográficas terminan por hacer que el lector deje la historia. Por ello, en el último año, me he comprometido con varios escritores para ser el editor y corrector de sus relatos. Les ayudo en todo sentido para que sus historias no solo sean interesantes, también para que sean populares. Además, ayudo a concluirlas y por supuesto, corrijo esos errores, esas faltas ortográficas que terminan cercenando un buen texto”, finaliza, lleno de satisfacción por la labor cumplida hasta ahora.

Coordenadas para conocer el trabajo de Darwin Carballo:

Wattpad: @DarwinCarballo1         https://www.wattpad.com/user/DarwinCarballo1

Facebook: D.Carballo

https://www.facebook.com/pages/category/Writer/D-Carballo-1652788491446643/
Fuente: https://rebelion.org/la-escritura-es-transformacion-y-reflexion-desde-la-imaginacion/
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Juan Luis Arsuaga: «Una sociedad con peor reparto de la riqueza está menos preparada para superar una crisis»

Por Ros

Nunca antes en la historia hubo 1.500 millones de seres humanos confinados, con la amenaza de un coronavirus, un microorganismo invisible a nuestros ojos, que se ha hecho fuerte en el espacio exterior y, si bien estamos en una situación no muy distinta a la que ya pasó la Humanidad en otros momentos de la historia, hoy tenemos a la ciencia para ayudarnos y para el biólogo, Juan Luis Arsuaga, codirector del proyecto de Atapuerca, catedrático de Paleontología en la Universidad Complutense y gran divulgador, es la gran baza que, junto con la solidaridad, nos ayudará a ‘reequilibrar el sistema activo’ en el que vivimos. Arsuaga, desde su ‘confinamiento’, continúa investigando entre clase y clase virtual con sus alumnos. Es optimista ante el reto que tenemos por delante y no cree que el sistema, tal como lo conocemos, vaya a sufrir un colapso si nos cuidamos de evitar más crisis a corto plazo.

Leía unas declaraciones suyas en las que comentaba que la pandemia del coronavirus deber ser tratada como un incendio, ir apagando brasas para que no resurja. ¿Nos hemos enfrentado a fuegos similares en el pasado?

Claro que si. La viruela mató a decenas de millones de seres humanos y también el descubrimiento de América dejó a las poblaciones indígenas bajo mínimos debido en buena parte a infecciones a las que sus organismos no estaban adaptados. Desde que el ser humano se hizo sedentario y crecieron las sociedades, agrupando a grandes masas de población en pequeños espacios, ha habido epidemias. De hecho, tenemos enfermedades en la historia reciente, como el paludismo, que matan a muchas personas. Podríamos decir que en el Paleolítico había menos ‘combustible’ para provocar un incendio como éste, porque los humanos vivían en grupos aislados y cuando no tenemos bosques sino grupos de árboles, es más difícil que se propague el fuego. Ahora somos muchos humanos y estamos muy comunicados, además de tener una actividad como no hubo antes. Eso genera un gran incendio que se extiende, pero hay que ir apagando focos y luego las brasas.

Luego los humanos no tenemos tan controlado el entorno como pensamos con nuestra tecnología.

Ah, no, el entorno no está controlado en absoluto. Dependemos de muchos factores, pero también es verdad que hay factores que provocan incendios y no nos son ajenos. Si esta pandemia del coronavirus, como parece, tiene su origen en los mercados de animales vivos en China es antrópica, es decir, que su origen es humano. Tiene que ver con nuestra forma de actuar en un lugar determinado, que resulta que ahora es mucho más fácil que se propague por todo el mundo, porque hay mucha más superpoblación y movimientos que en el pasado.

Si hay más dinero para invertir en la ciencia, las universidades y la educación, habremos aprendido

Con eventos como esté ¿cree que saldremos con alguna lección aprendida?

Eso lo veremos en los próximos Presupuestos Generales del Estado. Si hay más dinero para invertir en la ciencia, las universidades y la educación, habremos aprendido. Vamos a saber pronto si sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Ahora, la ciencia está en una situación de precariedad y las universidades están infrafinanciadas, cuando es donde se realiza la mayor parte de la investigación. Esas son las lecciones que más me interesan, más que las morales que relacionan la pandemia con la culpa sobre nuestra forma de actuar hasta ahora, como si se tratara de un pecado. Ahora, lo que veo es que mientras estamos inmersos en la crisis somos muy conscientes de las carencias del sistema. Por ejemplo, vemos que teníamos una sanidad pública que no estaba dimensionada para enfrentarse a un virus así. Sí lo estaba para la gripe, pero no para un virus que es un poco más contagioso, un poco más letal y que afecta a las personas mayores. Desde luego, lo que sí hemos aprendido todos es mucho de epidemiología.

¿Nos volverá a pasar?

No tiene por qué volver a pasar si aprendemos. Si mantenemos errores cometidos, pasará, pero creo que no sucederá. Esta crisis tiene que ver con cuestiones culturales de China, con un origen conocido. Creo que es una crisis pasajera y no supondrá un antes y un después histórico; será como una ola que perturba y altera a su paso. El problema es que pueda haber una ola como esta cada cinco años, porque eso no hay sistema que lo soporte. En este caso, como tiene que ver con hábitos sociales, temas hospitalarios o de movilidad, es decir, con factores controlables, soy optimista y pienso que no conoceremos otra igual.

¿Cambiará en algo nuestro comportamiento?

Tampoco lo creo. Evidentemente, marcará nuestras vidas en España porque está teniendo una incidencia mucho más grande que en otros países, como Portugal; y los efectos se van a notar según las pérdidas humanas en el entorno más cercano o los impactos económicos que se provocarán, pero para desestabilizar el sistema global y generar grandes cambios hace falta muchas crisis. Los imperios del pasado cayeron cuando las crisis se sucedían una detrás de otra. Esas son las que realmente pueden desestabilizar el sistema. Pero, desde luego, la pandemia no es un castigo divino, ni ha sido provocada por el impacto de un meteorito, sino que detrás de ella están nuestros comportamientos humanos y estoy convencido de que intentaremos evitar que se reproduzcan pandemias así. En el futuro, nos habremos vacunado contra este tipo de crisis víricas. También puede ser que tengamos una crisis de otro tipo y eso nos impida recuperar el sistema, el equilibrio. Como biólogo creo que tenemos que reforzar la homeostasis, es decir, los mecanismos que permiten reequilibrar un sistema dinámico con algunos reajustes. Es un equilibrio, como el biológico, en el que si quitas un pilar aparece otro o se compensa por otro lado, pero es difícil que se derrumbe del todo porque es activo; no es un acueducto estático que se cae al perder un soporte.

¿Y qué reajustes debemos poner en marcha?

Desde luego, los sanitarios, que deben mejorar porque en ello va el estado de nuestro sistema inmunológico, pero no sólo. Es necesario que haya menos desequilibrios económicos y sociales, porque una sociedad con peor reparto de la riqueza está peor preparada para afrontar una crisis. De igual modo, una sociedad en la que no haya consensos en torno a temas fundamentales está peor preparada para soportar medidas tan sacrificadas como puede ser el confinamiento. El que estamos viviendo, de hecho, no es el resultado de la acción de la policía. No estamos en casa porque las fuerzas de seguridad nos lo imponga, sino porque estamos todos de acuerdo. Sin consenso social al respecto, sería imposible. Todo el país, al margen de la ideología política, nos hemos puesto detrás del Gobierno y no salimos de nuestras casas porque nos parece justo. Otro mecanismo es la educación porque una sociedad mal educada afrontará peor una crisis de este tipo.

Siendo una especie tan viajera, hemos aceptado bien ese confinamiento.

Sí, y es una cuestión de conocimiento. Hoy sale alguien por la televisión y nos dice que hay un virus que es dañino y le creemos. Aceptamos no salir porque confiamos en la ciencia, mientras que en la época medieval, cuando la peste negra, la gente se encerraba en sus casas por terror a lo que se pensaba que era una maldición. En la historia de la Humanidad no hemos visto antes este grado de conocimiento general que tenemos ahora. En general, hemos incorporado la ciencia.

¿Cómo imagina el regreso a la normalidad? ¿Reforzará lazos entre las personas o aumentará el distanciamiento?

Lo que vemos estos días son imágenes de una solidaridad y compromiso como no se han vivido nunca antes en la historia. Ahora lo vemos cada día a las ocho de la tarde, cuando todos salimos a aplaudir juntos a nuestras ventanas. Hemos tenidos dos guerras mundiales, una guerra civil en España y nunca se ha visto nada comparable con ver a toda la población unida en una crisis, sin enfrentamientos.

¿Cambiará nuestra relación con la naturaleza?

La naturaleza hay que respetarla con y sin coronavirus. Estos días oigo mucho hablar de este asunto, pero esta pandemia no es una venganza de la naturaleza. Estamos igual que hace unos meses respecto al medio ambiente. Ni mejor ni peor que entonces. El problema con el coronavirus ha surgido en el interior de las sociedades humanas, pero no como resultado de la actividad en el medio natural. Dicho lo cual, no hay ninguna duda de que tenemos un serio problema con la contaminación ambiental y los daños a la biodiversidad. Incluso hay estudios que dicen que en las zonas más contaminadas afecta más la letalidad del coronavirus, pero la pandemia no es el resultado de esa polución. No necesitamos invocar ‘pecados’ porque venga un virus para así ser más conscientes de lo que estamos haciendo con ese medio ambiente porque es algo fundamental siempre. Es lo mismo que decir que ahora hemos descubierto el valor de la familia, el cariño a los hijos… Tampoco hay que necesitar un coronavirus para ello. Lo que si es importante es entender que hay que repartir las consecuencias de la emergencia por igual. Si lo hacemos así vamos bien, pero si al final resulta que afecta poco a unos pocos, que el reparto es desigual, sí que puede ser explosivo. Y eso es algo que no tiene que ver con la naturaleza, sino con la política.

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José Manuel Pérez Tornero: “No se puede estar falto de herramientas críticas en un mundo tan mediatizado como el nuestro”

Por Kelly Robledo

La media literacy (alfabetización mediática) es un gran pendiente de nuestra agenda social. El desarrollo tecnológico y la revolución de Internet ha traído consigo una sobreabundancia de información que se torna compleja de gestionar. Frente a esto, existe la necesidad de profesionales y empresas de medios comprometidos con el trabajo informativo de calidad; sistemas de gobierno que impulsen la libre y responsable circulación de contenidos; y una audiencia formada para hacer un consumo crítico de la misma.

En esta línea, nos detenemos con particular interés en un área concreta dentro de la media literacy, que se torna de mayor relevancia en medio del fenómeno de noticias falseadas que afrontamos: la news literacy (alfabetización periodística). Por ello, en Aika entrevistamos al especialista en media literacy y catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, José Manuel Pérez Tornero.

El investigador forma parte del grupo de expertos de la UNESCO y de la Comisión Europea en Alfabetización Mediática y es además miembro del Consejo Directivo ATEI (Asociación de las Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas). En esta entrevista, Perez Tornero propone un replanteamiento de la concepción del periodismo, que trascienda los espacios formales para que así la news literacy alcance progresivamente todos los espacios de circulación de información. Asimismo, respecto al estadio en el que el mundo entero se encuentra ahora por la expansión del Covid-19, el especialista habla de la importancia de un compromiso y trabajo conjunto de diversos sectores de la sociedad para combatir las grandes mentiras que circulan por la red.

No es lo mismo hablar de alfabetización mediática y de alfabetización periodística. ¿Qué implica cada una de ellas?

La alfabetización mediática incluye a la alfabetización periodística (news literacy). Por tanto, esta última remite a todas las habilidades y capacidades técnicas y críticas que se relacionan con eso que llamamos periodismo y que incluye todas sus actividades y todos sus géneros (noticias, crónicas, reportajes, etc.).

Ahora bien, creo que tenemos que cambiar algo en nuestra concepción tradicional del periodismo. Generalmente, lo hemos referido siempre a la actividad de las personas e instituciones que formalmente se dedicaban a producir textos periodísticos en cine, radio, televisión y prensa. Pero, actualmente, la explosión de los blogs, de las redes sociales (Facebook, Twitter, etc.), de espacios de producción cooperativa de contenidos (foros, wikis, etc.), y de aplicaciones de relación personal entre grandes masas de población (Instagram, Whatsapp, etc.), ha expandido enormemente el campo de información de noticias, opiniones y análisis. Ha creado un nuevo espacio informal de producción y circulación de informaciones de presunto interés público. Y, además, esta expansión está afectando enormemente al periodismo tradicional –confrontándolo, reforzándolo o pervirtiéndolo; depende de las circunstancias–.

Por tanto, en este contexto, creo que el concepto de alfabetización periodística tiene que ir incluyendo progresivamente todo lo que tiene que ver con la circulación de información que afecte a la esfera pública, sea una actividad formal o informal. En todo caso, el núcleo central de la alfabetización periodística debe seguir siendo el periodismo formal. Porque ese periodismo sigue siendo importante en la validación y legitimación de la información circulante y porque su influencia no es desdeñable.

¿Por qué es importante que exista una alfabetización periodística y a qué actores involucra?

Cuando se trata de derechos humanos y de democracia –que creo que son valores que deben guiar la actividad pública y las ciencia sociales– el valor de la información veraz, contrastada, pública y responsable es esencial.

Hoy por hoy, el periodismo es una buena herramienta para asegurar el derecho a la información, la actividad responsable de la libertad de expresión, la deliberación y el debate públicos, así como el respeto a los demás, el aseguramiento del pensamiento racional y la ciencia, y en definitiva la convivencia pacífica y el buen gobierno. Por tanto, todo lo que pueda contribuir a un periodismo de calidad es esencial. Y sabemos que no puede haber periodismo serio, riguroso y responable si no es demandado, cuidado e impulsado por una opinión pública formada, aútónoma y crítica. Pues bien, para construir esta opinión pública tan necesaria, se requiere el concurso de la alfabetización periodística.

¿Qué sectores o políticas alcanza/afecta este campo?

En primer lugar, a los periodistas. Los objetivos de alfabetización periodística tiene que estar en la base de todas sus actividades. Si es así, es un buen signo de que respetan a sus lectores o audiencias y que respetan a la ciudadanía. Esto significa que en la formación inicial y continua de periodistas, la alfabetización periodística –que afecta a los profesionales tanto como a sus públicos– es decisiva. En segundo lugar, a las instituciones periodísticas –empresas, entidades públicas, etc.– que deben invertir buena parte de sus recursos en la alfabetización de sus usuarios y públicos.

En tercer lugar, a todos los sistemas educativos. Dentro de cada nivel y ámbito de formación es necesaria algún tipo de alfabetización mediática y periodística. Desde una Universidad a una escuela de cine, desde una escuela infantil a un bachillerato. No se puede estar falto de herramientas críticas en un mundo tan mediatizado como el nuestro.

Pero, en última instancia, la afabetización es tarea de todos: políticos, actores sociales, científicos, intelectuales, artistas… Todos queremos vivir en un mundo mejor y aceptamos, que no hay mundo bueno sin libertad y sin buen periodismo.

¿La sociedad democrática liberal a la que pertenecemos ha colaborado en el desarrollo de una News Literacy?

Sin democracia y sin libertad, no es posible la alfabetización mediática. Cualquier cosa que prescinda de estos dos valores será doctrina, propaganda o formación del tipo que sea, pero no será alfabetización periodística. Si lo que me pregunta es si los Estados actuales que se reclaman de democráticos y de liberales han colaborado con la alfabetización mediática, he de decir que no mucho y, en todo caso, no lo suficiente. Están, generalmente, muy preocupados por el discurso publicitario y consumista. Tampoco han hecho mucho los estados iliberales que se reclaman de democracia. Estos prefieren el adoctrinamiento de las masas, o sea, la propaganda política antes que el pensamiento crítico. Y, finalmente, las sociedades que por cualquier fundamentalismo no son ni liberales, ni democráticas: están más implicadas en imponer unas formas de pensamiento tiránico que nada tiene que ver con el periodismo ni con la alfabetización.

En el contexto actual, frente a la inmensidad de información que circula sobre el COVID-19, y con una realidad que nos supera frente al manejo de noticias falsas sobre el tema, ¿qué es lo que corresponde hacer?

Es sencillo de enunciar y difícil de ejecutar.

La información de los estados –o sea, la pública– ha de ser transparente, sin vaguedades y sin incertidumbres más que las lógicas en una situación en que no sabemos muchas cosas. Los políticos y las instituciones tiene que abandonar las viejas y corrompidas estrategias de desinformación, falsas noticias, teorías falsamente conspirativas y realidades alternativas.

Los medios periodísticos tienen que hacer periodismo de calidad, crítico, riguroso, responsable y ofrecer buena información –y criterios para distinguirla– a sus lectores o audiencias.

Se debería crear un sistema de cortafuegos a la hipermasificación de la desinformación –que en estos mometos hace mucho daño a la sanidad y a la ciencia–. En este tema, hay que implicarse en levantar alertas tempranas contra la desinformación y las falsedades y la circulación de bulos. Hay que imponer responsabilidad jurídica muy precisa a quienes, como las redes sociales, ayuden a difundir masivamente información en la esferea pública. Es la irresponsabilidad, cuando no la complicidad consciente, de muchas redes sociales la que contribuye a la desinformación pública.

Finalmente, como estamos en una situación de confinamiento especial, creo que la comunidad científica y universitaria debería crear una red internacional para combatir las grandes mentiras que circulan con impunidad por la red. Esto sería el principio de una coalición por la transparencia y la regeneración de la esfera pública global que tanto necesitamos.

Fuente:http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/jose-manuel-perez-tornero-no-se-puede-estar-falto-de-herramientas-criticas-en-un-mundo-tan-mediatizado-como-el-nuestro/

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