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Entrevista a Nicolás Trotta:»La educación va hacia un esquema dual, que alterne clases con aprendizaje en casa»

Por: Página 12.

“En la Argentina, volver con absoluta normalidad a las clases en todos los niveles implicaría movilizar a casi 15 millones de personas por día. Obviamente, esto abriría una posibilidad de contagio muy alto”, señaló el ministro de Educación, Nicolás Trotta, sobre por qué el gobierno no ve factible que se retomen las clases presenciales en las próximas semanas. Agregó que los epidemiólogos que asesoran al Poder Ejecutivo consideran que el país está recién “por la mitad del camino” a atravesar con la pandemia. El ministro descartó así cualquier posibilidad de un regreso a las aulas en el corto plazo, aunque señaló que “un escenario de trabajo” de su cartera es que después de las vacaciones de invierno, si no se producen picos de contagio por la apertura de la economía, se pueda volver a las escuelas. “No tenemos la certeza de cuándo, porque lo va a definir la situación epidemiológica. Sí estamos trabajando en el cómo volver, con qué protocolos de cuidado”, agregó. En el listado de cambios figura el regreso escalonado y el uso de un esquema dual, que alterne días de asistencia con días de aprendizaje en el hogar.

El ministro de Educación habló este domingo con tres radios, que lo consultaron sobre el tema de cómo será la escuela después del confinamiento. El viernes, al anunciar la extensión hasta el 24 de mayo de la cuarentena, el presidente Alberto Fernández adelantó que cualquier regreso a las escuelas y universidades será a aulas distintas. Trotta dijo que en su cartera siguen “con mucha atención los pasos que están dando los países del hemisferio norte como España y Francia” donde esta semana algunos cursos están retomando las clases -15 días antes de que termine su año lectivo-, “en un marco de profunda incertidumbre, porque tampoco tienen la certeza de si va a ser a ser un regreso definitivo. Van a medir qué impacto en lo epidemiológico tiene este retorno a las aulas”.

Consultado sobre cómo sería esa vuelta en la Argentina, Trota contestó que con un sistema dual. “Nuestro objetivo es, según nos permita la salud, transitar un proceso de regreso escalonado, porque no van a volver todos los estudiantes todos los días”, señaló. En este sentido, consideró que no podrían concurrir a clases todos los alumnos a la vez. “Esto va a demandar que coordinemos criterios con las provincias, que veamos qué infraestructura tiene cada escuela y que trabajemos con las organizaciones docentes”, señaló.

El criterio que hoy prima en Educación es que hay tres grupos de estudiantes que necesitarán de una atención especial. Uno es el de los que están terminando el secundario, para quienes se prepara un módulo de clases extra, que se dictarían en el primer trimestre el año próximo, para mejorar su pasaje a la universidad o nivel terciario. Otro es el de los alumnos que están finalizando la escuela primaria, que también podrían volver a las clases presenciales con prioridad. El tercero el de los niños que están en la etapa de alfabetización. Los universitarios son considerados como los que están en mejores condiciones de afrontar la educación a distancia, ya que a diferencia de los niños no necesitan del vínculo directo con los docentes para aprender.

Trotta señaló que uno de los desafíos que tiene su ministerio es elaborar protocolos de cómo moverse dentro de las escuelas para disminuir las posibilidades de contagio. Esto apunta a la distancia entre bancos, al modo de dictar las materias, a la extensión y el uso de los recreos.

En cuanto a la posibilidad de que en las provincias sin circulación del virus las clases retomen sus clases antes que en el área metropolitana de Buenos Aires, reiteró que “hay que ser cuidadosos”. Como ejemplo, contó que en Formosa, provincia en la que no hay casos de afectados por el Covid-19, el gobernador Gildo Insfrán fue claro en que no abrirá las escuelas mientras no tenga una mayor seguridad desde lo epidemiológico. La cercanía de Chaco y de Brasil alcanzan para no olvidar los riesgos de sentirse a salvo.

Computadoras

La idea de ir hacia un esquema de educación dual, que combine la asistencia a clases con aprendizaja a distancia, hace más evidente la importancia de que el Estado retome el plan de distribución de computadoras a los alumnos de la escuela pública. El ministro de Educación recordó que durante el gobierno de Cristina Kichner se repartieron más de 5 millones de notebooks y que la indicación de Alberto Fernández es retomar esa línea de trabajo. «Lo queremos hacer con la industria argentina, con los que fabrican y ensamblan computadoras, una actividad que llegó a generar en la Argentina 7 mil puestos de trabajo, que se perdieron», señaló Trotta. El ministro confirmó que junto a la secretaría de Industria están delineando «lo que puede ser la recuperación del sector y sus objetivos de producción»

La vuelta a la escuela en el hemisferio norte

Según los datos de Unesco, por el coronavirus el 80 por ciento de la población escolar mundial debió suspender las clases presenciales. En las últimas semanas algunos países en los que la circulación del virus es menor o la llegada de la primavera, con temperaturas más altas, les  permite tener mejores expectativas, se está probando una vuelta a las clases gradual y con medidas de seguridad sanitaria.

Dinamarca y Noruega fueron los primeros países de Europa en reabrir sus escuelas. Entre las medidas de cuidado que implementaron, está la de aumentar la distancia entre bancos, que pasó a ser de dos metros. Esto redujo la cantidad de niños por curso, una medida para la que se necesita o contar con más aulas o desdoblar la asistencia, por ejemplo, haciendo que la mitad de un curso se turne para ir al colegio, de manera alternada.

En China la vuelta al colegio es progresiva y depende de la región. En Shangai, la ciudad más grande del país, se priorizó el regreso de los estudiantes de los últimos años del secundario.

En las zonas donde los más chicos también  pudieron también volver, se implementó  un protocolo que incluye cumplir una serie de postas antes de ingresar a las escuelas, que incluye fumigar sus zapatos, descartar el barbijo que usaron en el camino, pasar por una máquina de ozono,  lavarse las manos  y  controlar la temperatura corporal. En la vecina Taiwan, los niños tienen mamparas plasticas que separan a un pupitre de otro, impidiéndoles el contacto físico.

También Israel permitió parcialmente el regreso de las clases, aunque con un máximo de 15 estudiantes por aula y con la condición de que ningún integrante de la familia haya cursado la enfermedad.

Alemania habilitó el regreso a los salones de estudio  desde el 20 de abril, aunque cada estado federado mantuvo la potestad de decidir qué hacer. El criterio más aceptado fue que los estudiantes secundarios en su último año lo hicieran primero.

En Francia las clases vuelven hoy  también con medidas como  el uso recomendado de mascarilla, recreos escalonados y  la diversificación de los horarios de entrada y salida. En las aulas, los pupitres deben guardar un metro de distancia entre sí, igual que con el escritorio del profesor. También en Los Países Bajos desde este lunes se permitirá el regreso a las aulas, en este caso de los alumnos de primaria, aunque con horas y asistencia repartidos: los cursos se dividirán en dos  para ir de manera alternada.

Fuente de la entrevista: https://www.pagina12.com.ar/265114-nicolas-trotta-la-educacion-va-hacia-un-esquema-dual-que-alt

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Francesco Tonucci: “El error es seguir como antes de la crisis: con lecciones y deberes para casa”

Por:  Susana Velasco

“La situación excepcional permite y favorece la experimentación y valoración de los resultados”. Francesco Tonucci, psicopedagogo y firme defensor de los niños, califica de “error” que la escuela siga funcionando como antes de la crisis, continuando con el currículo y mandando deberes que el alumnado debe realizar en su casa.

Ante la situación excepcional que estamos viviendo a causa de la pandemia, el pensador, psicopedagogo y dibujante italiano, Francesco Tonucci aboga por la introducción de cambios profundos en la escuela que estén encaminados a “desarrollar su personalidad (de los niños), sus aptitudes y su capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades”, según el artículo 29 de la Convención de los Derechos de la Infancia de 1989.

¿La pandemia que estamos viviendo marcará un antes y un después para la Educación?

Depende de cómo valoren, cada uno de los protagonistas de la educación escolar, su trabajo actual y el funcionamiento de la escuela. Si piensan que la escuela hoy en día funciona bien tal como está propuesta y reúne los objetivos que se propone y que la sociedad espera, yo diría que es razonable no hacer ningún esfuerzo por cambiarla. Bajo este punto de vista, continuarían desarrollando su programa con las lecciones de antes, utilizando los libros de texto y mandando deberes para casa.

Sin embargo, si piensan que la escuela no funcionaba y no conseguía los objetivos previstos por la ley, deberían aprovechar esta paradójica situación para proponer cambios profundos, para experimentarlos y después mantenerlos cuando finalice el estado de alarma. La situación excepcional permite y favorece la experimentación y valoración de los resultados.

Desde mi punto de vista la valoración del estado de salud de la escuela se debería hacer tomando como referencia el artículo 29 de la Convención de los Derechos de la Infancia de 1989 que dice: “Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a desarrollar su personalidad, sus aptitudes y su capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades”.

Esto significa que la escuela junto con la familia deberían ayudar a cada alumno a descubrir sus capacidades y vocaciones y ofrecerles los instrumentos adecuados para desarrollar sus posibilidades al máximo.

Habrá un antes y un después solamente en la segunda hipótesis.

Francesco Tonucci

El confinamiento ha pillado desprevenidos a docentes y familias. ¿Qué errores se están cometiendo? ¿Qué aprendizajes se pueden extraer de esta situación?

No ha sorprendido solo a docentes y familias sino a todos los ciudadanos y para todos la vida ha cambiado radicalmente. Yo mismo estoy viviendo en total soledad encerrado en casa sin hijos ni nietos. Cada uno de nosotros ha debido cambiar sus propias costumbres profundamente. Desde mi punto de vista y refiriéndome principalmente a la experiencia italiana, el error fundamental de la escuela es el de haber querido demostrarse a sí misma, a las familias y a los alumnos que nada ha cambiado, que se puede proceder como antes con lecciones y deberes para casa, continuando con el programa y utilizando los libros de texto. Lo único que ha cambiado es el medio y el lugar, ya no hay presencia del docente, ni de los compañeros, ni de la escuela y el aula, solo el ordenador e internet. Y naturalmente no funciona.

La escuela debería aprovechar esta paradójica situación para proponer cambios profundos, para experimentarlos y después mantenerlos cuando finalice el estado de alarma

¿Cómo podemos ayudar a los menores a sobrellevar con éxito esta crisis desde el punto de vista escolar y emocional? ¿Qué oportunidades ofrece esta situación?

He pensado que la escuela podría aprovechar esta ocasión para utilizar la casa, el mundo donde los alumnos están obligados a vivir, como laboratorio escolar y que los padres ejerzan de auxiliares de laboratorio. Podría ser una ocasión preciosa para recrear una magnífica colaboración entre la familia y la escuela y proponer a los alumnos, según los diversos niveles de edad, todo tipo de actividades familiares: desde cocinar a la fotografía, de la lectura en alta voz a las actividades artísticas con material que tengamos por casa, de la lectura del periódico al video. Además de fomentar experiencias para estudiar y explorar, según las exigencias de las diversas disciplinas escolares.

¿Qué cambios necesitará hacer la escuela tras la crisis?

Como decía, la escuela debería aceptar que la situación ha cambiado todas las condiciones de vida de los alumnos, debería aceptar la nueva situación y utilizarla para desarrollar sus competencias y propuestas de acuerdo con esta realidad. La esperanza es que si se consigue aprovechar este periodo excepcional correctamente, logrando la participación y satisfacción de las familias, cuando pase esta crisis esta actitud y esta metodología podrán ser aplicadas al mundo real de los alumnos, en su barrio, su ciudad, su mundo y nunca más en los libros de texto.

Poner sus competencias al servicio de sus alumnos para interpretar su mundo de acuerdo con el correcto nivel cultural y ser capaces de promover una colaboración real con la familia.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/francesco-tonucci-el-error-es-seguir-como-antes-de-la-crisis-con-lecciones-y-deberes/

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«Relatos en femenino» en tiempos de confinamiento

Hay libros que son perfectos para leer en tiempos de confinamiento. Y el que acaba de publicar Maria Carme Alerm es uno de ellos: A sota veu. Relats en femení (En voz baja. Relatos en femenino), en Stonberg editorial. En nuestro confinamiento hemos tenido tiempo de reflexionar sobre cómo era la vida antes del encierro y en cómo será a partir de ahora. Y eso ha dado para mucho. Como también se han puesto a prueba nuestras relaciones familiares y con los amigos. O con nosotros mismos, desde nuestra soledad. Muchos de los textos de este libro tratan cuestiones semejantes.

Las historias conectan con el lector por la actualidad de sus temas, de forma que las inquietudes y aspiraciones de sus protagonistas nos son muy cercanas: los problemas de la gente mayor, los amores deseados y los rechazados, las enfermedades que invalidan, los trabajos  alienantes, los recuerdos… Las protagonistas de los relatos son mujeres de diferentes edades que se enfrentan a situaciones difíciles de superar. Situaciones que todos –de una manera u otra- hemos vivido en primera persona o a través de amigos o familiares. A partir de los conflictos de estas mujeres, de sus sentimientos y de sus emociones, los lectores podemos reflexionar sobre la manera que el ser humano se  enfrenta a la vida.

Maria Carme Alerm es catedrática de Lengua y Literatura de instituto, y doctora por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) . Fue cofundadora de la revista digital El Pasajero. Revista de estudios sobre Ramón del Valle Inclán, con la que mantiene una estrecha colaboración. Su principal ocupación es la docencia y conoce la importancia de enseñar. Y de hacerlo de diferentes maneras. La literatura es una de las que ha escogido. Estos once relatos que nos ofrece son testimonio de ello.

Carme, tu libro está circulando en un periodo de confinamiento. Es una más de   las actividades afectadas por el COVID-19. ¿Cómo crees que influirá en el futuro a la comunicación literaria?

El mundo de la cultura y el de los libros en particular se ha visto afectado de lleno por el confinamiento, sobre todo porque ha impedido la celebración de la fiesta de Sant Jordi, que se ha visto sustituida por vídeos grabados o por encuentros virtuales en el mejor de los casos. Las editoriales han hecho esfuerzos para adaptarse, aun cuando una pantalla nunca podrá reemplazar el contacto directo entre autores y lectores entre decenas de puestos de libros y de rosas.

Parece que ante la imposibilidad de acceder al libro en papel, se han potenciado los ebooks. Tal vez esto contribuya a difundir más la lectura en este formato. Si así fuera, la comunicación literaria estaría asegurada, porque de lo que se trata, al fin y al cabo, es de promover la lectura, sea cual sea el soporte que utilicemos.

EnA l’altra banda del balcó” (Al otro lado del balcón) –como si fuera una premonición- la protagonista padece ‘sensibilidad química múltiple’, una enfermedad que le impide salir a la calle -entre otras cosas- y, cuando lo hace, utiliza una mascarilla. Esta situación cambia su relación con su marido. Es un caso similar a lo que estamos viviendo estos días. Desde tu punto de vista,  ¿este confinamiento puede cambiar nuestras relaciones familiares y nuestras relaciones con los demás?

Me temo que mientras no se logre la vacuna y se pueda extender a toda la población, inevitablemente sí van a cambiar nuestras relaciones con los demás. A corto plazo podremos tener un contacto presencial, pero no físico. Y nos va a costar porque besos y abrazos están presentes por doquier en nuestra cultura, tan mediterránea.

Confiemos, sin embargo, en que no dure demasiado tiempo… En este sentido, la situación de los afectados por la Sensibilidad Química Múltiple es mucho más dura, porque el virus tal vez pueda desaparecer de nuestras vidas, pero los productos químicos, no. Y para ellos, por desgracia, el confinamiento y las mascarillas seguirán formando parte de su día a día, pues hasta la fecha no se ha encontrado ningún tratamiento efectivo contra esa enfermedad tan cruel.

El cuento “Ja no tornarem a Ribes” (Ya no volveremos a Ribes)   trata el tema de la gente mayor y de las residencias de ancianos. Después de la que está cayendo con los ancianos en las residencias, ¿cómo ves la condición de los mayores en la sociedad actual?

Este relato se sitúa en una residencia, aunque el centro de atención no es el mundo de los geriátricos en sí, sino las vivencias de un personaje en concreto que está bien atendido, pero que no se siente a gusto con el trato a veces demasiado “infantilizado” que recibe. Se trata de una perspectiva muy personal: la protagonista mantiene su lucidez, pero tiene limitaciones físicas que le impiden llevar una vida independiente; por eso no es feliz.

Sin embargo, ello no significa que en los geriátricos no haya grandes profesionales que lleven a cabo una labor encomiable. En los medios de comunicación están apareciendo noticias escalofriantes sobre determinados centros en los que no se ha atendido debidamente a los residentes y han proliferado los decesos; pero me consta que, por fortuna, no en todos es así. Y en este sentido, tienen toda mi admiración, respeto y agradecimiento.

Otro tema que está presente en “La fressa del riu” (El ruido del río) es la dificultad de algunas personas para hacer frente al pago de los alquileres y el consiguiente desahucio. ¿Con la crisis  que se nos viene encima,  qué crees que hemos aprendido sobre ello?

La protagonista del relato es vicedirectora de una entidad bancaria que vendió productos tóxicos -pensemos en las preferentes- a sus clientes. Al estallar la crisis del 2008 esos clientes sufrieron grandes pérdidas y la protagonista sufre hostigamiento y amenazas, lo que le provoca una severa depresión. Trata de romper con todo ello cambiando de oficina y mudándose a un pueblo; pero la vivienda que acaba de comprar, a buen precio, procede de un desahucio…

Esperemos que algo hayamos aprendido de esas malas prácticas, aunque, sinceramente, no soy demasiado optimista.

Sabemos que te dedicas a la enseñanza de la literatura en un instituto. Ahora estarás experimentando la enseñanza a distancia con el cierre de los centros educativos. ¿Cómo lo valoras?

Es una situación insólita para la que no estábamos preparados. Los primeros días fueron de mucho desconcierto. Después nos hemos ido organizando, pero, aun así, es duro tanto para los profesores como para los alumnos. Estamos preparando y enviando un montón de materiales, y además impartimos una clase virtual a la semana por asignatura; pero los alumnos se sienten sobrecargados y nosotros, también. Tengo la suerte de que todos mis alumnos cuentan con ordenador y wifi, pero echan mucho de menos la enseñanza presencial porque el contacto directo en el aula, el calor humano al fin, es crucial para el aprendizaje.

¿Cómo crees que será el futuro de la educación tras la pandemia? ¿Piensas que será posible mantener la distancia de seguridad en los centros educativos?

El futuro es muy incierto en todos los ámbitos y, por supuesto, en la educación de un modo especial. En mi instituto, un edificio ya antiguo, convivimos unos ochocientos alumnos y más de sesenta profesores. Siendo así, mantener la distancia de seguridad en las actuales condiciones lo veo prácticamente imposible. Tal vez deba recurrirse a la construcción apresurada de barracones, no lo sé. Desde luego, nosotros haremos cuanto podamos para adaptarnos, pero serán las autoridades quienes deban ofrecernos alternativas.

Con el confinamiento muchos de nosotros hemos ocupado nuestro tiempo en escribir diarios, cuentos, historias…. En tu libro también mencionas que la literatura tiene un valor terapéutico, ¿cómo ves este valor justo en estos momentos?

El confinamiento ha abierto una brecha en nuestras vidas y nos ha inducido a reflexionar. Eso es lo positivo. Cada día recibo por whatsapp las reflexiones de un amigo mío, exprofesor de instituto y autor y director teatral. Lo titula “Diario de un confinamiento” y ahí va enhebrando ideas, impresiones, sensaciones, recuerdos… Entiendo que es como una terapia para él. Ahora bien, yo creo que ese torrencial no debe ser un fin en sí mismo, sino la materia prima para una reelaboración posterior en clave literaria. Precisamente, hay un relato de mi libro donde la protagonista también vierte sus zozobras en un diario, pero más adelante decide depurarlo. Ello le permite tomar distancia y a la vez el esfuerzo que exige esa obligada destilación literaria se convierte también para ella en una especie de terapia interna.

El libro consta de 11 relatos bastante diversos, pero hay  tres que se desarrollan durante la guerra civil o la posguerra. ¿Parece que el tema de la guerra civil es uno de tus preferidos?. ¿Por qué la guerra civil sigue siendo un tema tan recurrente? ¿Qué experiencia indirecta tuviste tú de ella?

Sí, ese tema aparece en varios relatos y también en otros que no se recogen en el libro. Pertenezco a una generación en la que la guerra civil y la primera postguerra era algo ya muy lejano, pero nuestros padres y nuestros abuelos nos hablaban a menudo de ello: el hambre, la represión, el miedo… Siempre me habían llamado particularmente la atención los comentarios que oía sobre los campos de concentración franquistas. Recuerdo que en mi infancia un familiar mío me contaba horrores de su paso por varios de ellos, pero en aquel momento no se hablaba del tema. Estaba relegado a la memoria oral, por así decirlo. Hace unos años empezaron a publicarse estudios y pude comprobar la veracidad de lo que me contaba y sentí la necesidad de reflejarlo en mis relatos. Paralelamente, fui incorporando otros aspectos no siempre relacionados con las vivencias de mi familia, pero que me impresionaron mucho, como el papel de las mujeres en la guerra civil, por ejemplo. He procurado que mis personajes sean gentes sencillas, con sus debilidades y sus contradicciones, y cómo no, con ciertas trazas de un heroísmo anónimo que sin duda los dignifica.

Tu libro tiene un subtítulo, Relats en femení (Relatos en femenino), ¿por qué? ¿Qué tiene que ver con el título, A sota veu (En voz baja)?

Los relatos son heterogéneos porque tratan varios temas, pero tienen en común el protagonismo de la mujer en diferentes etapas de su vida. Con todo, no están destinados a un público exclusivamente femenino. En estos textos se reflejan sentimientos, conflictos o ideas que también afectan a los hombres, aunque muchas veces hombres y mujeres solo se atrevan a expresarlos en voz baja, a modo de soliloquio.

En tus relatos las palabras adquieren un valor simbólico acercándonos a otras realidades. O se convierten en un rito para dar paso a mundos poco visibles. ¿crees que esta es la función de la literatura?

Sí, porque la literatura, ante todo, es un arte, el arte de la palabra. Indagar en sus valores simbólicos, en la carga connotativa que las impregna, permite contemplar la realidad desde otros ángulos y ahondar en ella. Aquí radica, en mi opinión, la verdadera magia de la literatura.

Fuente: http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/relatos-en-femenino-en-tiempos-de-confinamiento/

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Emelina Fernández: “A pesar de la situación en la que estamos, la sociedad no consume cualquier cosa”

Por Kelly Robledo

El periodismo, por naturaleza, está llamado a ofrecer contenido que aporte al desarrollo de la sociedad. Pero ¿qué sucede si esta labor se ve interrumpida por gestiones gubernamentales que priorizan asuntos ajenos a ello? Además, ¿estamos frente a una audiencia consiente de lo que consume y que reclama información de calidad? La actual compleja situación mundial, ¿qué ha develado a nivel periodístico?

Para conversar sobre el tema, contactamos con Emelina Fernández Soriano, jurista y política española, profesora titular de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Málaga y expresidenta del Consejo Audiovisual de Andalucía. Desde su experiencia en el campo audiovisual y de regulación de medios públicos, Fernández mira con preocupación cómo la ley en España y, en concreto, en Andalucía, limita el correcto ejercicio periodístico. Asimismo, aboga por el ciudadano, al que ella considera público que responde favorablemente al contenido de calidad.

Usted ha sido presidenta del Consejo Audiovisual de Andalucía, ¿cuál es la función de un organismo como este? ¿Cómo puede contribuir a que el audiovisual sea un servicio público?

España es el único país de Europa que no dispone de un Consejo Audiovisual, de un órgano regulador independiente. Esto es una absoluta anomalía democrática en el estado español. Dentro del país, las únicas comunidades que en la actualidad tienen un consejo audiovisual son Cataluña y Andalucía. Estos organismos, al igual que sus símiles a nivel europeo, se dedican a velar por que se cumplan toda la normativa y las obligaciones que tiene la comunicación audiovisual en el ámbito de su competencia.

En el caso de Andalucía, el Consejo Audiovisual se encarga de hacer cumplir la ley audiovisual andaluza (ley del 2010). Es decir, todos los ejes referentes al pluralismo político, tanto exterior como interior. Se necesita, por ejemplo, que no haya concentración de medios. También se debe fomentar la igualdad, para que no transmitir comunicación estereotipada que vaya en contra de la dignidad de la mujer. Se debe evitar la emisión de violencia gratuita y existe la obligación de considerar un tiempo dedicado a la accesibilidad de los contenidos.

¿Cómo se desarrolla actualmente en Andalucía esta función del Consejo?

Muy recientemente, hace dos o tres semanas, el Gobierno Andaluz actual, vía decreto, ha cambiado la ley audiovisual andaluza. Y una de las cosas que ha hecho es quitarle al Consejo Audiovisual algunas de las competencias que tenía. Algo que lamento mucho y frente a lo que estoy en contra, porque 1) al quitarle funciones pierde efectividad, y 2) porque una de las funciones que le ha quitado, y que es absolutamente primordial, es la de emitir informes obligatorios (pero no vinculantes) sobre cómo está el mapa audiovisual, algo que se hacía para evitar, precisamente, la concentración de medios.

También se ha cambiado el tema de la accesibilidad en las televisiones locales: si tú tienes una televisión pública costeada por los servicios públicos, tienes que atender a toda la población, y los que tienen una disfunción auditiva o visual tienen también derecho a tener el acceso a estos servicios.

Esto ha llevado a una movida en el sector audiovisual de Andalucía. Las asociaciones de prensa, las facultades de Comunicación, el Colegio de Periodistas, la asociación de emisoras principales… todos han elaborado un escrito en el que piden explicaciones y solicitan se vuelva al consenso que tuvo la ley que se aprobó por unanimidad en el parlamento andaluz.

¿Estos cambios se convierten en limitaciones para que la televisión pública andaluz sea un apoyo en la formación de los ciudadanos?

Sin ninguna duda. Otro de los artículos de ese decreto permite que las radios y televisiones municipales públicas puedan ser gestionadas de manera privada, es decir, que puedan privatizarse. Como consecuencia, el objetivo ya será económico y no de servicio público. Esto va en detrimento absoluto de la formación de los ciudadanos, pues la prioridad no será ofrecer una programación al servicio de la ciudadanía, sino al servicio de unos intereses económicos.

De esta forma, los cambios en la ley entran en colisión con las competencias que tiene la Junta de Andalucía y, de hecho, el gobierno ha aprobado hacer un recurso de inconstitucionalidad.

¿Cree que el actual Consejo puede actuar frente a la gran cantidad de información que circula ahora, que muchas veces es falsa?

No, si van a limitar las funciones del Consejo. Es derecho constitucional de todo ciudadano tener una información veraz. Pero si una televisión o una radio y las redes sociales se dedican a emitir información falsa, hace falta que alguien las vigile, controle y teste, y evidentemente, tiene que ser un organismo como este [consejo audiovisual]. Pero lamentablemente, a nivel nacional no existe, y a nivel andaluz se le van a quitar competencias.

El fenómeno que se está produciendo de que las noticias falsas puedan circular sin el más mínimo control, es el deterioro absoluto de la democracia y de los principios democráticos.

Respecto al público… ¿Las personas en verdad reclaman contenido de calidad? ¿Están suficientemente alfabetizadas, desde el punto de vista mediático?

No es que el público “reclame”. Creo que cuando hay una oferta de calidad, el público “responde”. Y hemos tenido ejemplos clarísimos a lo largo de la historia de la televisión. Cuando hay una programación de calidad, el público opta por ella. Eso es una realidad que se puede constatar. Ha habido épocas de la televisión pública en España en las que los informativos han liderado audiencias, pero además han sido considerados por organismos internacionales, como los mejores, los más plurales y han recibido premios mundiales.

Y en cuanto a la programación ha sucedido igual. Una programación de calidad la gente la consume. Pero, evidentemente, también busca entretenimiento, porque la televisión también es entretenimiento. Debe responder a un amplísimo espectro social de gente de diferente cultura y formación, de diverso estrato social. Por ello, el hecho de que haya un “programa amarillo” (o de baja calidad) con mucho éxito, no implica que otros programas de mucha calidad y muy bien hechos, que, por supuesto, fomentan y son garante de transmitir esa formación cívica y esos conocimientos, no tengan éxito.

En pocas palabras: si tú ofreces una programación de calidad, esta tiene una clara aceptación en la sociedad.

Una situación tan particular como la actual –el confinamiento provocado por el COVID- 19-, ¿qué ha hecho evidente en términos de gestión de recursos y producción de contenidos en la televisión pública?

Veo con curiosidad unos datos de audiencia que he conocido, pues muestran cómo en medio del confinamiento, momento en que la gente tiene más tiempo para ver la televisión, ha bajado la audiencia de los grandes grupos mediáticos. Y ha bajado en unos porcentajes llamativos para el momento en el que estamos, en donde el entretenimiento se circunscribe solo al ámbito familiar.

El público ha tenido una respuesta de saturación frente a programas vacíos, repetitivos, sin contenido importante e interesante. A pesar de la situación en la que estamos, la sociedad no consume cualquier cosa. Preferirán estar en las terrazas, dando paseos, leyendo, oyendo la radio o mirando internet.

¿Qué falta por hacer? ¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan las cadenas de televisión pública, sus directivos, sus comunicadores y periodistas?

Hace falta que los políticos que toman decisiones se conciencien de la labor de una televisión pública. Lamentablemente, en España no ha habido manera. La ley de televisión española que hizo Zapatero fue una ley que pretendía conseguir de una vez por todas despolitizar la televisión pública, desgubernamentalizarla. Y tuvo un tiempo de gran auge. Esa ley me parecía que empezaba a marcar el camino de para la televisión pública. Sin embargo, con el cambio posterior de gobierno, cambiaron algunos de los artículos de esta ley.

Yo creo que la televisión pública debería tener una estructura firme, unos mecanismos aceptados por todo el mundo, de manera que no suceda lo que se está produciendo ahora mismo en Andalucía, que es una estafa. Así no se puede andar camino, si cada vez que llega un gobierno considera que la televisión pública es un instrumento para su beneficio partidista. Claro que no es así, es para beneficio de la sociedad.

De hecho, esto no es fácil. Después de mucho tiempo de gobernar el partido socialista en Andalucía, han llegado partidos (PP, Ciudadano y VOX) que han hecho una alianza, y en lugar de avanzar en un camino de independencia, lo que han hecho es retroceder años en la información que se está dando en la televisión pública. No digo que la anterior ley fuera perfecta, pero la propuesta de manipulación que hay ahora nunca se había dado.

Dentro de todo esto que está sucediendo, ¿qué rol juegan los comunicadores y periodistas?

Está sucediendo algo lamentable: algunos medios y muchos periodistas, a título personal, pero también por líneas editoriales, están posicionándose a favor o en contra, no de una manera objetiva, sino en función de quién gobierne.

El Colegio Profesional de Periodistas de Andalucía ha protestado por esta manipulación, y así otros entes; sin embargo, se lee en algunos medios que “se está haciendo todo estupendamente”.

No hay uniformidad en el papel que desempeñan. Hay algún periodista que, dentro de la casa, jugándose su puesto de trabajo, ha reaccionado señalando que eso no es el cambio y que así no debe trabajar una televisión pública. Pero hay otros, en otros medios, haciendo lo contrario, que han recibido aplausos. Depende de la profesionalidad y honradez de cada uno.

Fuente: http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/emelina-fernandez-a-pesar-de-la-situacion-en-la-que-estamos-la-sociedad-no-consume-cualquier-cosa/

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Isabel Celaá: «Los profesores tendrán la protección que la autoridad sanitaria estime oportuna»

Por Pablo Gutierrez Alamo

El Ministerio de Educación y FP se encuentra en el centro de la ciudad de Madrid. Es un vetusto edificio que con el tiempo ha ido anexionando algunos de los inmuebles colindantes. Es una mole en la que es fácil perderse y que, estos días, además, está prácticamente deshabitada. Algunos agentes de seguridad en los accesos y muy poca gente más.

La ministra Isabel Celaá nos recibe en la Sala Goya, utilizada comunmente para las Conferencias Sectoriales con todas las comunidades autónomas. Es un gran salón en el que resulta muy fácil mantener la distancia de seguridad que rige toda la vida cotidiana hoy día. La situación, en esta recta final del curso, se ha complicado con una buena cantidad de dudas organizativas, pero no solo, con respecto a cómo podrán volver chicas y chicos, al menos, algunos, y su profesorado a unas aulas que llevan casi dos meses cerradas a cal y canto.

En un par de semanas, los alumnos que quieran, de los cursos terminales, podrán ir a clase…

Se supone que en la fase 1, que es donde situamos la apertura administrativa de los centros. Los centros han de ser desinfectados y estar limpios, en condiciones idóneas. Tienen muchas tareas administrativas pendientes: certificaciones, propuestas de títulos, apertura de matrículas… toda esa organización del nuevo curso tiene que ser realizada por la dirección, por la administración de los centros y por el profesorado.

La apertura administrativa empezará en la fase 1. Dos semanas después, algunas zonas, puesto que tenemos una desescalada compleja, gradual y asimétrica, que estén en fase 2 y que cumplan las normas para luchar contra la epidemia podrán abrir el centro para alumnos que van a enfrentarse a sus exámenes: 4º de la ESO, 2º de bachillerato para la EVAU, 2º de FPGM, de GS. Para estos será voluntario, pero los centros que estén en fase 2 han de estar abiertos. Esos alumnos serán convenientemente distanciados dentro de los centros; como estos estarán prácticamente vacíos, podrán ser distanciados en aulas contiguas y un profesor trabajar consecutivamente con los dos grupos.

Además, en esas fase 2 se abrirán las escuelas infantiles, 0-3  y 3-6, con el fin de ayudar a los padres y madres en la conciliación de la vida laboral y familiar. Nos gustaría mucho que las escuelas pudieran abrirse a más, pero no pueden estar llenas en este momento de la epidemia. Los otros cursos de primaria o secundaria, cuando algún centro se encuentre en condiciones óptimas para abordar unos cursos de refuerzo a esos niveles, también podrá hacerlo.

Estamos hablando ya casi del mes de junio.

Sí, sí. El curso escolar termina en junio.

En relación a la apertura administrativa ¿quiénes son quienes deben ir a los centros?

El equipo directivo y a quienes llame este para hacer las labores administrativas propias del centro. El centro debe prepararse para acoger a sus alumnos, de situarse el centro en una fase 2, y que vendrá a ser en junio. Dependerá de la situación epidemiológica.

¿Habrá EPI para esos docentes?

Tiene que haber una protección. Estoy trabajando con Sanidad. No sabemos en qué consistirá, pero los profesores evidentemente tendrán la protección que la autoridad sanitaria estime oportuna para el trabajo que ha de hacer.

¿Esos equipos los pondrá el Ministerio de Sanidad o las CCAA?

Eso no lo tenemos prefijado. Son las CCAA las que tienen la dotación de recursos para dar ese servicio. Pero el Ministerio de Sanidad será quien tenga que determinar qué equipo concreto se precisa. Hemos de pensar que están con niños, no están con enfermos de coronavirus. Están con niños.

Bueno, es una de las preocupaciones que nos llegan desde el anuncio… ¿cómo llegarán a los centros?

Protegidos, evidentemente. Determinaremos con precisión con qué protección. Lo estoy trabajando con el Ministerio de Sanidad.

En cuanto a las escuelas infantiles, ¿se está barajando alguna ratio máxima por aula?

No hemos barajado cifra porque las unidades de infantil, dependiendo de la edad, pueden ser pequeñas. El centro educativo, en el ejercicio de su autonomía, con las reglas sanitarias que hemos de proveer, adecuará los espacios a los niños que tiene que atender. Hemos de pensar que habrá mucho espacio en el centro, en general.

Algunas patronales de centros de infantil han calculado que con menos del 70% de las criaturas en las aulas, económicamente no pueden mantenerse…

La escuela no lo puede hacer todo. La escuela tiene una labor subsidiaria de conciliación de la vida labora y familiar, pero su objetivo es educar, enseñar. Por tanto, se requieren otros apoyos de otras administraciones públicas para poder efectuar toda la tarea que tenemos que hacer en esta pandemia. En esto no podemos entrar. Primero porque son autónomas, están en su CCAA y esta verá en qué condiciones, cómo, por qué, por qué no y dónde atenderá.

¿Ha supuesto un problema la gestión con 17 CCAA, con la vista en el acuerdo de la Sectorial del que se han descolgado algunas?

Las normativas que han publicado y que hemos visto se acomodan al acuerdo perfectamente. Hay dos principios: el acuerdo no altera la legislación vigente. Esta queda como está, porque es una Ley orgánica y estas son competencia del Congreso de los Diputados. Lo que hace el acuerdo, por mor de las circunstancias excepcionales que estamos viviendo, es adaptar, con medidas de flexibilidad, la forma de evaluar a los alumnos. ¿Cómo? Atienda usted más a los cualitativo que a lo cuantitativo. Fíjese sobre todo si ese alumno ha sido capaz de superar los objetivos generales de la evaluación, o si es de FP, si ha desarrollado las destrezas, las competencias necesarias para pasar de curso. Estamos en la esencia, en los aprendizajes esenciales, competenciales, estamos casi más hablando de ámbitos que de materias específicas. Haga usted una evaluación cualitativa, especializada, del alumno. Pero la va a hacer usted con el resto de colegas en la junta de evaluación. Entre todos ustedes, que conocen perfectamente al alumno, el eqipo docente que trata a ese alumno, son capaces de saber de manera muy consciente y clara, si está preparado para pasar, promocionar, o si repetir le hace mayor beneficio a su proceso educativo.

La repetición ha de ser excepcional, dice la legislación.

Nosotros no somos partidarios de la repetición porque pensamos que no arregla. Arrastramos un sistema napoleónico en el sistema educativo español. De manera demasiado asidua recurre a la repetición. De facto tenemos tres veces más repetidores que los países de nuestro entorno. Y eso no significa falta de esfuerzo del alumnado, sino falta de esfuerzo del sistema. Lo que dice el acuerdo es eso: todas las normas que hemos ido viendo de las distintas CCAA recogen esa adaptabilidad, esa flexibilidad. Y las comunidades mantienen, en el estado de alarma, sus competencias autonómicas intactas, evidentemente. Ahora, no son las comunidades las que van a evaluar, son los equipos docentes. Por cierto, como siempre. Esos equipos docentes son los que tienen que determinar si el alumno promociona o si repite. Lo que decimos, habida cuenta de las circunstancias excepcionales que hay, que la regla general siempre es promocionar. Ahora subráyese con intensidad. Y la excepción es repetir. ¿Cuándo se repetirá? Cuando la junta de evaluación considere que es lo mejor para el alumno. Hay que trabajar con todos estos elementos, por eso es complejo, evidentemente. Pero no estamos en un Estado unitario, sino compuesto, y no tenemos más remedio que trabajar con todas las fichas.

Ha habido quienes han echado de menos más liderazgo del Ministerio. ¿Podría haberse tomado para sí las competencias de educación de las autonomías?

En absoluto. Estamos afrontando una crisis sanitaria, epidemiológica y lo que hace la declaración del estado de alarma es atribuir a Sanidad la autoridad, solo a Sanidad. Es el mando. Todos tenemos que subordinar y adecuar nuestra práctica al interés de salvar vidas.

En Educación las competencias están en las CCAA y, por ello, la forma en la que hemos operado ha sido a través del acuerdo. Porque el Ministerio no modifica las leyes orgánicas, lo hace el Congreso y para ese objetivo ya tenemos enunciada la LOMLOE. Una ley que, por cierto, acomoda todas aquellas cuestiones que ahora vemos necesarias: la digitalización, la enseñanza personalizada, un currículo mucho más competencial y menos enciclopédico, una formación del profesorado, también online para atender al alumnado desde que está en casa… Esto nos está dando, precisamente, de manera real, la evidencia de la necesidad de los cambios en clave de modernización. Necesitamos esos cambios. Una formación del profesorado mucho más intensa, un curriculo múcho más competencial… todos esos cambios están recogidos en la ley

Volviendo sobre el profesorado. En este tiempo, varias CCAA no están cubriendo las bajas docentes con interinos.

Ese es un asunto que quizá se está percibiendo ahora. Hemos estado trabajando en otras tareas como la identificación de aquellos alumnos que estaban sin recursos, cómo proveerles de programas en abierto como el de TVE, lo que significa aportar un repositorio de materiales que hemos podido hacer en un tiempo récord… Toda la práctica que ha venido haciendo el profesorado es ejemplar: en 24 horas cambiaron de una modalidad presencial a una modalidad a distancia. Están haciendo un trabajo inmenso, ingente.

Han empezado a aflorar situaciones en las que, estando profesores enfermos, no han sido sustituidos. De nuevo es una competencia de las CCAA, pero lo vamos a valorar. No nos han llegado más que algunas noticias, pero no conocemos, no hemos identificado, porque no nos corresponde a nosotros sino a las CCAA, la magnitud y cómo proceder a la sustitución. Evidentemente, un profesor que está trabajando a distancia y está enfermo, ha de ser sustituido.

El que vuelvan los alumnos a las aulas obligará a algunos docentes a estar atendiendo físicamente en el centro mientras han de sostener la actividad a distancia con sus otros grupos que permanecerán en sus casas. Esto dificulta aún más su situación…

Obviamente los centros educativos son autónomos, y en el ejercicio de su autonomía habrán de proveer esta casuística. No se trata de explotar a ningún profesor, se trata de abrir, de desconfinarnos en la escuela, también, en la medida de las posibilidades. Se trata de mejorar la presencialidad de un grupo de alumnos sin perjudicar la marcha de la salud. Eso es una combinación compleja, pero que hay que abordar.

Lo que no podemos hacer, por la salud de alumnos y docentes, es llenar el centro educativo. Tenemos que ir asumiendo grupos pequeños y valorando cuál es la repercusión que tiene la presencia de esos alumnos. Por eso hablamos de fases y no de fechas. Por mantener la métrica común, a pesar de la asimetría en los tiempos y en las zonas.

Si llenamos todos los centros, no podremos luchar contra la enfermedad. En este punto estamos protegiendo al profesorado y a los alumnos. Tratemos de ser sensatos e impedir que aquel profesor que está dando 2º de bachillerato tenga que dar tambén en otros cursos. Tratemos de hacerlo de una manera sensata.

Pero muchos enseñan en diferentes cursos que pueden ser 1º y 4º de la ESO. No sé si una posibilidad es que los centros decidan no reabrir esas aulas porque no tienen cómo hacer frente a una doble enseñanza…

Ya decimos que no es obligatorio. Esa posibilidad la tendrá que encauzar con su comunidad autónoma. Imaginemos zonas como la costa vasca, que conozco bien, que no ha tenido casos. Ahí las escuelas podrán abrir. Zonas rurales de alta montaña, podrán abrir probablemente en su totalidad y los docentes podrán ir a la escuela e ir observando las distancias porque la escuela tiene pocos alumnos.

No se va a hacer nada que sea imposible. Yo, si fuera un director de un centro, no trataría a nadie injustamente. No le obligaría a hacer cosas que no son adecuadas. Por lo tanto, el profesorado será tratado con justicia en esta última etapa que, por cierto, no será superior a dos semanas y media. Esperemos que todo el mundo pueda encajar de una manera razonable. El que está trabajando en primaria seguirá como hasta ahora. El que trabaja en 1º y 2º de bachiller puede o no ser recibido en el centro, tendrá que adecuarse, en su horario, a las circunstancias. No estamos ahora programando para un curso, estamos tratando de desconfinar, de abordar una entrada en el centro educativo que sea razonable, evaluable, que traiga más bienestar que malestar y que, sobre todo, salvaguarde la salud de profesores como de alumnos.

Me gustaría hacer un ejercicio de ciencia ficción sobre septiembre. Con estos mimbres que tenemos ahora, ¿cree que será posible una vuelta normal en septiembre? ¿que todos los niños y niñas vuelvan a las aulas?

Si no tenemos vacuna o remedio, no a la vez. Estamos en un momento en el que todo puede hacerse pero no todo a la vez. Estamos pensando en un modelo educativo combinado, entre lo presencial y lo a distancia. De tal manera que los espacios de los centros tengan una cobertura de aproximadamente el 50%. Eso significa una organización muy específica del centro para saber cómo alternar: si alterna por semanas, por días… de tal manera que unos alumnos sean atendidos presencialmente y otros a distancia. Pero hay que salvaguardar las distancias y la protección hasta que tengamos la vacuna o remedio.

¿Hay posibilidad de revisar las ratios?

De facto, tal y como vamos a abordar esta fase, va a ser un cambio de ratios. Va a significar materialmente una atención del grupo de alumnos diferente. Si tuviéramos aulas como esta (el salón Goya es el lugar que habitualmente se utiliza para las Conferencias Sectoriales) aquí pueden estar perfectamente grupos mayores, más separados, pero en vez de atendidos por un profesional, por dos. Este es otro de los cambios sobre los que nosotros reflexionamos. No para atender a la pandemia sino para  una enseñanza personalizada que gravita sobre nuestra ley; una enseñanza personalizada en la que dos profesionales están atendiendo a un grupo mayor y deteniéndose con quien va más rápido y con quien va más lento. Que trabaja con elementos telemáticos, digitales, en que se puede establecer un trabajo por proyectos, un trabajo en ámbitos, más que en materias… eso requiere fórmulas diferentes, a nivel espacial, apertura de puertas entre aulas… todo esto forma parte de la reflexión de la nueva ley.

Pensando en esta sala y en las aulas de un centro, habría que hacer un esfuerzo injente también en infraestructura…

Hay que hacer un esfuerzo en infraestructura. Que lo tenemos en la cabeza, pero son las CCAA las que tienen los recursos. Esto también lo vamos a orientar; el que quiera que lo recoja, pero obviamente nuestras aulas, nuestros centros (por cierto, como en el resto de Europa) responden a estructuras un poco anticuadas. Hay que abrir espacios, que se abran puertas, que para determinadas agrupaciones para ciertos ámbitos de trabajo se trabaje con más alumnos y más profesionales a la vez. Esto requiere, también, un trabajo importante sobre ese profesorado que ha venido trabajando en el sistema de manera muy individualizada y que queremos que trabaje de manera más colegiada. Con colegas que dan las mismas materias o distintas, y abordando proyectos multidisciplinares. Eso ya lo están haciendo, esto no es utopía. Hay centros educativos, muchos, que lo están haciendo. Se trata de impulsar esas buenas prácticas y que se trabaje en red e impulsar que eso, que ha podido ser una buena práctia en un determinado momento, vaya instalándose. Ese es el futuro de la educación. El futuro de la educación no es establecerlo todo por materias que van alineandose y que caen en cascada en el horario. Tenemos que buscar distintas fórmulas que nos permitan maximizar los resultados. Y eso supone un trabajo colegiado de los docentes. Tenemos muchas confianza en los profesionales. Los hay magníficos en el sistema que están haciendo una práctica extraordinaria que merece la pena iluminar; establecerla en red para que se estandarice.

Volviendo al mes de septiembre. Se ha hablado de retomar los PROA de la LOE. No sé si se ha pensado durante cuánto tiempo y si se ha pensado en la misma fórmula de financiación: al 50% con las CCAA.

No hemos pensado en la fórmula de financiación porque estará en función de los recursos que tengamos cada uno. Como sabe no tenemos presupuesto todavía. Evidentemente, vamos a intensificar de manera muy significativa el programa, que durará, muy probablemente, casi todo el curso por no decir todo porque los alumnos que han vivido este 19-20 tan excepcional entrarán al 20-21 con un diagnóstico realizado precisamente ahora. Que tendrá valor diagnóstico y formativo, como dice el acuerdo. Todos ellos van a necesitar un refuerzo en sus conocimientos; es muy importante que este gravite sobre todo el curso, no solo en las materias como Lengua o Matemáticas, que necesiten de un refuerzo para abordar el currículo del próximo curso, sino en otras que pueden tener mucho interés y que no han podido ser profundizadas. Por eso, para nosotros el PROA es muy importante y tiene que entrar con fuerza el próximo curso. Lo tenemos dialogado con las CCAA de manera general, no específica, pero haremos otra Conferencia para poderlo asentar.

Quería preguntarle por la tramitación de la ley. Estos días ha habido críticas por parte de la concertada, también de los centros de educación especial.

Es una ley suficientemente conocida. Entró en el Consejo de Ministros a primeros del 19, todas las conversaciones estaban hechas. Se suspendió su tramitación por las elecciones generales, vuelve a ser aprobada por el Consejo de Ministros, vuelve al Congreso exactamente el mismo proyecto que era conocido. Habíamos hablado con todos los sectores, también con la concertada. Pero hemos venido hablando con todos, con la concertada, con la pública, sindicatos… ¿que se necesita más conversación?, habrá más durante el periodo de tramitación. Ahora bien, una vez que el Gobierno ha residenciado ya el proyecto de ley en el congreso, los plazos los pone el congreso, es su proyecto de ley.

Pensamos que va a haber tiempo para tramitar y trabajar las enmiendas parciales, que es donde estamos. Pero nadie ha tenido un obstáculo, ni una falta de tiempo para presentar sus enmiendas totales tal como ha hecho el PP, C’s y Vox y nadie ha dicho nada. Han sido los propios parlamentarios los que han pedido que se reinicien los plazos generales del Congreso. Los diputados tienen que trabajar, que los plazos se tienen que reiniciar… por lo tanto este proyecto de ley que ya estaba depositado y cuyo plazo de enmiendas había sido detenido, se reinicia y sigue su tramitación.

Precisamente el trámite de enmiendas se ha vuelvo a retrasar unos días (hasta el día 6)…

Y si hace falta un poco más, también se aceptará, entiendo. Eso lo decidirán los grupos.

¿Qué ha pasado con la disposición adicional cuarta? Tan contestada por los centros de educación especial…

Pues no sabemos lo que ha pasado exactamente. Era suficientemente conocida, y además suficientemente argumentada. Hemos estado con todos los grupos: con las familias, con los grupos de inclusión… no se van a cerrar los centros de educación especial. Que no se cierren estos no significa que no podamos avanzar en la dotación de recursos a los centros ordinarios para que también puedan tratar, como están haciendo, pero con mayores recursos y de más calidad, a los niños y niñas con algún tipo de calidad. Lo mismo que hay petición para que los centros de educación especial se mantengan, hay una legítima petición para que esos centros puedan tratar a la diversidad. Que todos los centros ordinarios puedan tratar la diversidad. La de quienes van más lento, más rápido… todas las personas son distintas. Eso es lo que ha pasado, pero se ha convertido, por lo que nos llega por las redes, en una gran bola.

La disposición, efectivamente, no habla del cierre de centros, pero el aumento de la inclusión en la ordinaria, puede leerse como un cierre encubierto…

No es un cierre encubierto. Concretamente, la disposición adicional cuarta dice que en el plazo de 10 años los centros ordinarios se dotarán de recursos. Los centros de educación especial tienen un conocimiento experto acumulado muy, muy importante para el sistema. Además, la ley incorpora algo que no tenía la ley Wert en 2013 ni antes ninguna ley: es el hecho de que los padres, junto con los profesionales, atendiendo al interés superior del menor, puedan invtervenir para dirigir a los alumnos a unos centros u otros. Esta cuestión de la participación de los padres y madres no existía en la legislación anterior. Seamos razonables, la escuela ordinaria tiene que ser inclusiva; esto es una directriz y una ordenación que viene de Naciones Unidas. La escuela ha de ser inclusiva. Al mismo tiempo, los centros de educación especial tienen sentido. No los vamos a cerrar, tienen conocimiento experto. Y tienen alumnos. Que nadie tenga preocupación.

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Cristiane Cerdera: students need to be able to openly discuss sexual orientation, gender identity and expression in school

GEM REPORT

Cristiane is one of many champions being highlighted by the GEM Report in the run up to the launch of its 2020 publication on inclusion and education: All means all, due out 23 June. In their own way, and in multiple countries around the world, these champions are fighting for learner diversity to be celebrated, rather than ignored.

Cristiane is a high school teacher at Colégio Pedro II, a public and federally-funded mega school in Rio de Janeiro hosting 13,000 students. She runs a “gender lab” at the school where students can openly discuss issues of sexual orientation, gender identity and expression and inclusion.

When Cristiane first started working at the school, partly due to the socio-political context, gender issues were not discussed either by students or by some of the teachers. All of that began to change in 2013 when Brazilian youth started to organize as a political movement and schools started paying attention to their needs.

 

As a result of this change, in August 2015, the teachers in Cristiane’s school called for a “laboratory of studies in education and diversity” to be created. Thanks to their efforts, the dean signed a document officially bringing the lab into existence as an afterschool program. Over the years, thanks to requests from students, teachers, and school psychologists for tools and resources to face issues of sexual orientation, gender identity and expression in school, the lab has expanded to provide workshops and teacher training as well.

Cristiane believes strongly that inclusive education is often a misunderstood concept. Schools often understand inclusion as educating children with special needs in the same classrooms as other children, but they do not think of the inclusion of transgender students, for example. Brazilian society considers this subject taboo. She has seen transgender students dropping out of her school due to lack of access to proper bathroom facilities or because school personnel used their birth name instead of their chosen name when addressing transgender students.

“I have always been concerned about justice. As an educator, my role is not only to teach English, I want my students to be sensitive to the injustices of society and be aware of the importance of inclusion. My goal is that my students become agents of change”.

Schools can take simple steps to make every child feel included in school

The lab aims to raise student’s awareness not only while they are at the lab but during regular classes and outside of school as well. For Cristiane, all approaches should consider how disadvantages intersect. We cannot just talk about LGBTQ people in abstract, for instance, but must ask ourselves which LGBTQ person are we talking about? This then often means our analysis changes from talking about an LBGTQ person to talking about a bisexual, indigenous, middle class woman, for example. It gives us a far greater understanding of the complex needs that a person might have.

Since inclusive practice is a continuous and collective process, it is necessary to educate with the understanding that, in fact, we are all different; we cannot educate students just to accept a group of people that we believe are different from us. This means that strategies, instruments, and practices need to be diverse in order to welcome everyone.”

The 2020 GEM Report will be launched on 23 June. Sign up to receive it in your inbox as soon as it is released.

Fuente: https://gemreportunesco.wordpress.com/2020/05/06/cristiane-cerdera-students-need-to-be-able-to-openly-discuss-sexual-orientation-gender-identity-and-expression-in-school/

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Entrevista a Maite Larrauri: «Me escandaliza que abran bares y peluquerías pero no las escuelas»

Entrevista/07 Mayo 2020/Autor: Èlia Pons/eldiariolaeducacion.com

La filósofa valenciana Maite Larrauri nos habla del papel crucial de las mujeres para el sostenimiento de la vida y de las consecuencias que provocará que las escuelas no reabran hasta septiembre. «Está muy bien que los niños puedan dar un paseo, pero no es suficiente. Si se pueden reorganizar otras actividades, ¿por qué no se piensa más en ellos?», cuestiona.

Maite Larrauri es doctora en Filosofía y ha dedicado toda su vida a la docencia de esta materia en institutos de secundaria. Ya jubilada, sigue dedicándose a la divulgación de la filosofía que, dice, «sirve para todo y para nada». Reflexionamos con ella alrededor del cierre de las escuelas hasta septiembre y de cómo puede afectar esto tanto a los niños como a sus familias, debido a la dificultad para la conciliación. «La escuela es una gran parte de la vida de los niños. Y encerrarlos con sus familias es como si la vida pudiera reducirse sólo a ellas», señala. Destaca también que el peso de esta crisis ha caído en las mujeres, que representan un 65% de las personas dedicadas a los servicios esenciales.

El primer día que los niños pudieron salir a la calle vimos imágenes de adultos con niños que no cumplían las medidas de seguridad recomendadas, aunque la mayoría tenían un comportamiento ejemplar. ¿Una crisis como esta potencia la responsabilidad colectiva o los instintos más egoístas?

Creo que las dos cosas. Todo el mundo puede opinar, claro, pero, a veces, el enojo que sientes hace que te creas con derecho de hacer lo que te parezca. Y no se piensa en que hay que ir todos a una. A veces, prima más el individualismo y el egoísmo. Se cree que tener una opinión personal da posibilidad de tomar una actitud personal. Pero luego también hay momentos en que sacamos lo mejor de nosotros mismos. Esto se ha visto con todas las muestras de solidaridad entre vecinos, y se ha puesto de manifiesto que somos capaces de hacer las cosas conjuntamente.

¿Qué quedará de toda esta solidaridad y apoyo mutuo que se está mostrando entre vecinos?

A mí me gustaría que se mantuviera esta solidaridad, pero no sé hasta qué punto sucederá. Las situaciones no son lineales. No creo que haya sólo una dirección. Las situaciones de crisis abren posibilidades para que las cosas vayan a mejor o a peor. Políticamente, el mundo podría ir a peor. En otras grandes crisis hemos visto como ha habido situaciones de autoritarismo y fascismo. Podría ser que con esta crisis también pase. Este país lo sabe muy bien con VOX, que echa leña al fuego para ver si puede inclinar las cosas hacia ese lado.

¿Cree que como individuos y como sociedad saldremos diferentes cuando se supere la pandemia?

Yo creo que sí. No creo que sea algo que se pueda olvidar fácilmente. No ha sido una guerra, por supuesto, pero está siendo una crisis muy importante. No sabemos cuándo terminará y probablemente arrastraremos parte de esta historia durante un año si es que de aquí a un año hay una vacuna. La experiencia será más larga que estos dos meses que han pasado. No es una guerra, una guerra sí que marca a todas las personas de manera irreversible, pero creo que nos dejará una marca profunda. Creo que lo recordaremos, y lo tendremos en cuenta.

¿Cambiará el coronavirus las relaciones sociales?

Realmente con la situación en la que vivimos se nos hará difícil mantener nuestra manera de relacionarnos habitualmente. Aquí somos muy de besos y abrazos. Tendremos que aprender a saludar al estilo japonés, inclinando la cabeza. Me gustaría que cierta parte de esto se recuperara pronto y que se pudiera volver a abrazar a las personas que amas. Pero de momento tendremos que cambiar parte de nuestra conducta habitual.

Un 65% de las personas que se encuentran en primera línea contra el coronavirus, tanto en la sanidad, las residencias o los servicios de limpieza y alimentación, son mujeres. ¿Cómo debemos interpretar este dato?

A mí me parece que durante esta crisis lo que se ha puesto de manifiesto es el lugar central que ocupan las mujeres, pero esto no aparece en las discusiones ni en las tertulias. Se habla de la fragilidad, de los lugares esenciales, que la vida hay que cuidarla, pero no se dice con claridad que el peso de esta crisis lo han llevado las mujeres. Es así. Lo vemos en la televisión, cuando vamos al supermercado… pero una cosa es verlo y otra darse cuenta. Además, esto también corresponde con lo que es la vida, ya que las mujeres sustentan la vida. Me gustaría que esta crisis pusiera de manifiesto la importancia de los cuidados y la centralidad de las mujeres para el sostenimiento de la vida.

Estas tareas son imprescindibles, pero, sin embargo, muchas no disfrutan de unas buenas condiciones laborales y valoración social.

Este es uno de los grandes problemas que arrastra nuestra sociedad. Estos días leo muchos relatos de gente que ha arriesgado sus vidas por 800 euros y que, algunas, incluso, han muerto. Me parece un escándalo. Y ya existía este escándalo. Hay igualdad y dignidad. Los salarios son por jerarquía social y no por la importancia de lo verdaderamente esencial. Y con la crisis económica que vendrá será todavía peor, aumentarán más las distancias entre clases sociales.

Los salarios son por jerarquía social y no por la importancia de lo verdaderamente esencial. Y con la crisis económica que vendrá será todavía peor, aumentarán más las distancias entre clases sociales

¿Cómo ve la situación de la educación en el momento actual?

De lo que es la educación de verdad, creo que nadie habla. Lo que se ha hecho es meter a los niños en casa, y eso se tenía que hacer y no lo discutiré. Después se ha dejado que los niños salieran un rato. Pero el problema de verdad es que la escuela debe poder sobrevivir a esta crisis, debe poder superar todos los problemas que pueda haber. Los niños y niñas no deben ver la escuela como si sólo fuera un lugar donde se imparte currículum. La escuela es una gran parte de su vida y encerrarlos con sus familias es como si la vida pudiera reducirse sólo a ellas. Pero la vida es mucho más rica. La libertad siempre está fuera de casa, no dentro.

En este sentido, daría igual que perdieran el curso desde el punto de vista curricular, qué más da. Lo importante es ir a la escuela, relacionarse con los amigos, tener vida fuera. Yo estoy escandalizada al ver que abrirán bares y peluquerías pero no todavía las escuelas. En Dinamarca, por ejemplo, lo primero que han abierto son las escuelas infantiles, con grupos reducidos de alumnos y con las medidas de protección adecuadas. Aquí también se podría hacer, pero para ello serían necesarios más profesores. Si nos atrevemos a pensar un mundo mejor, sale un mundo mejor.

Que no se reanude la escuela hasta septiembre provocará grandes problemas de conciliación. No se puede trabajar con un niño en casa. Además, en España hay un millón y medio de familias monoparentales, que aún lo tendrán más difícil. Por supuesto que está muy bien que los niños puedan dar un paseo, pero no es suficiente. Si se pueden reorganizar otras actividades, ¿por qué no se piensa más en ellos? Porque desde el punto de vista económico, ni se aumenta ni se disminuye la rentabilidad por el hecho de que una escuela esté cerrada. No es como pensar en los bares. Les parece que esto se puede organizar, pero, por el contrario, no se puede organizar una escuela o un espacio para los niños.

Que no se reanude la escuela hasta septiembre provocará grandes problemas de conciliación. No se puede trabajar con un niño en casa. En España hay un millón y medio de familias monoparentales, que aún lo tendrán más difícil

¿Qué impactos cree que tendrá la crisis del coronavirus en el mundo educativo?

Ojalá tenga impactos. Pero no veo que se haga la reflexión que hay que hacer. En la educación se piensa muy poco, en qué parte juega en la formación y vida de las personas. Las reflexiones revolucionarias que hizo el filósofo John Dewey hace 120 años sirvieron para que algunos movimientos de renovación pedagógica aportaran nuevas maneras de hacer. Pero, en general, se sigue pensando igual, se sigue haciendo lo mismo, la misma clase con el profesor que enseña la materia y ya está. Durante años hemos sido incapaces de repensar la enseñanza. Yo espero que en España haya gente con sentido común, y que no se pase a decir que el único problema es la selectividad.

¿Cree que tendrá un papel más relevante la tecnología y la no presencialidad en la educación?

Sí, puede que lo acabe teniendo. Pero esto no es lo mejor. Es una herramienta que puede resultar útil, pero no es la vida de una escuela. Las escuelas no están sólo para enseñar contenidos, sino para enseñar cómo se vive. Una escuela debe invitar a reflexionar sobre el mundo. Esto no se puede hacer a través de una pantalla ni a distancia.

¿Qué opina de las aplicaciones móvil que siguen los movimientos de la población y permiten realizar un control social para evitar el contagio?

Creo que todo esto es muy peligroso. Pero supongo que debe haber formas de hacerlo democráticamente, y que no se ejerza exactamente el control sino el autocontrol. Depende de dónde se ponga el control. Si va todo con nombre y apellidos y con datos personales puede convertirse en algo muy autoritario y muy poco democrático. Si, por el contrario, tiene que ver con el uso de los medios tecnológicos y la capacidad que podemos tener de informarnos y reaccionar a tiempo ante las cosas, pues fantástico. Yo no sé exactamente de qué manera se podría hacer, pero creo que hay maneras de hacerlo para que no derive en un control autoritario.

¿Hasta donde estamos dispuestos a aceptar renuncias a nuestras libertades a cambio de más seguridad?

Este es un dilema muy importante. Vivimos en sociedades democráticas con muchas garantías de libertad. Claro que quiero que se proteja mi seguridad, pero no que se me impida hacer determinadas cosas. Se me podrá advertir y recomendar, pero no creo que se me tenga que prohibir. La idea de que el gobierno debe amparar mi salud hasta el punto de confinarme por la edad que tengo no me parece bien. Es una especie de paternalismo.

La idea de que el gobierno debe amparar mi salud hasta el punto de confinarme por la edad que tengo no me parece bien. Es una especie de paternalismo

Hemos visto que en muchas grandes ciudades la contaminación ha disminuido drásticamente. ¿Con esta crisis nos concienciaremos más con el tema de la crisis climática?

Ojalá. Habrá que ver si es así con el tiempo. Por ejemplo, si después de esto se fomenta mucho más el transporte público. Por supuesto que la crisis ha puesto de manifiesto aún más la necesidad de cuidar el planeta. Pero tenemos que ver qué cosas estamos dispuestos a cambiar en nuestras vidas. Lo mismo ocurre con los viajes. Todo el mundo está deseando que se pueda volver a viajar como antes. Pues quizás los viajes deberían ser menos, y acostumbrarnos a que no podemos estar viajando tan habitualmente.

Es como cuando lamentamos que haya tanto turismo pero nosotros estamos dispuestos a ir a Katmandú. Pues quizás no hay que ir. Quizás hay que tener un poco de imaginación. Cuando imaginamos un mundo después de esto lo hacemos imaginando parámetros conocidos, imaginamos más de esto y menos de aquello, pero quizás no deben ser parámetros conocidos los que hay que cambiar, sino unos nuevos. Cualquier salida imaginativa me parece un triunfo de la humanidad en su conjunto.

¿Qué retos nos plantea esta crisis como sociedad?

En primer lugar, saber si podemos organizarnos mejor. Si podemos hacer la vida más apacible para todos. Es el mismo reto que me planteaba yo cuando tenía 16 años: ¿se puede hacer un mundo mejor? ¿Se puede organizar mejor? ¿Se puede cambiar el mundo para que seamos más libres? Y que no lo sean no sólo unos cuantos, sino todos. Podría ser un buen momento, por ejemplo, para potenciar la producción nacional y local, no basarnos tanto en las importaciones. El reto es cómo cambiar el mundo, y espero que haya muchos jóvenes que estén dispuestos a pensarlo y a hacerlo. Yo por mi parte haré todo lo que pueda, pero ya tengo 70 años y tampoco podré diseñar lo que vendrá dentro de 50, eso está claro.

Cuando se supere la crisis del coronavirus, ¿volveremos a la situación anterior?

Yo creo que no volveremos a la normalidad anterior. Llegaremos, como se dice, a una nueva normalidad. Pero no en cosas superficiales, como el uso de mascarillas. Me gustaría pensar, por ejemplo, que no volveremos a estos discursos de: «¿tú has estado en Moscú? ¡Pues es preciosa! ¿Y Venecia? ¡Vale la pena!» Si volvemos a estas tonterías, no habremos aprendido nada. No es que esté en contra de hacer un viaje, pero estoy en contra de esta cultura del ocio tonta y superficial y que tiene grandes consecuencias para el planeta. Ojalá no volvamos a eso. Los vuelos baratos están vinculados estrechamente a ello, ya que nos permiten viajar por muy poco dinero a la otra parte de mundo y, por ejemplo, viajar a Nueva York por 400 euros. Este verano quizás aprenderemos a la fuerza, teniendo que ir, como muy lejos, en el pueblo de aquí al lado.

¿La filosofía nos puede ayudar a gestionar mejor esta situación?

La filosofía no ayuda a nada en concreto, pero ayuda en todo. Nos ayuda a pensar, y esto es muy importante. Ayuda a poner en marcha la cabeza para salir de lo evidente, lo que parece que todo el mundo considera tolerable. La filosofía te hace dudar y decir: «pues no, no está tan claro que las cosas tengan que ser así».

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/07/me-escandaliza-que-abran-bares-y-peluquerias-pero-no-las-escuelas/

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