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Greenpeace: Lo que esperamos NO ver en la próxima floración

Fuente Greenpeace/ 19 de Abril de 2016

Esta semana nos llega desde Valencia una noticia ilusionante y que con un poco de suerte (y mucha presión y trabajo) nos evitará que se repita una imagen que no deseamos volver a ver: la de millones de abejas muertas debido al uso masivo de plaguicidas. En febrero fotografiamos esta triste realidad que vuelve cada año: abejas que salen tras el letargo invernal dispuestas a aprovechar la floración y polinizar los campos y que al volver a la colmena caen fulminadas, intoxicadas por los productos químicos con los que habían sido rociados los frutales.

Las imágenes, correspondientes a Valencia, sirvieron para documentar y denunciar, gracias a los apicultores, estas mortandades cíclicas y señalar que además esto es sólo la parte visible del problema. El uso masivo de plaguicidas en el campo causa los mismos efectos para una inmensa diversidad de polinizadores silvestres, aunque no siempre tengamos imágenes.

Afortunadamente, la presión constante y la visibilización del problema ha dado sus frutos. La semana pasada la consejera de Agricultura de la Comunidad Valenciana, Elena Cebrián anunció que se va a «establecer un plan de control en explotaciones agrícolas para atajar el uso de insecticidas que pueden dañar a las poblaciones de abejas, particularmente en época de floración«. Es una noticia importante porque Valencia es la tercera comunidad autónoma donde más plaguicidas se utilizan y supone abrir un camino para poder frenar las mortandades de abejas y otros insectos polinizadores. Ahora queda ver cómo se desarrolla ese plan y seguir presionando para asegurarnos que las palabras no se las lleve el viento.

Todo lo que hagamos por el bien de las abejas, repercutirá también en el bien de los demás polinizadores, de los ecosistemas, de la agricultura y de nosotros mismos, porque además de ser seres fascinantes, su función es vital para el equilibrio ecológico del planeta. Porque el futuro de las abejas también es el nuestro

Salvemos a las abejas

Foto abeja en una flor

© Fred Dott / Greenpeace

Todavía hay autorizados más de 300 productos peligrosos para las abejas

Gracias a las miles de firmas en toda Europa a favor de las abejas, ya son cuatro los insecticidas tóxicos prohibidos. Sin embargo, son prohibiciones temporales y parciales. En España todavía están autorizados 319 productos peligrosos para las abejas. Por eso te pedimos que firmes para exigir al Gobierno español que:

  • Establezca un calendario para la prohibición de los plaguicidas más dañinos (imidacloprid, clotianidina, tiametoxam, fipronil, clorpirifos, deltametrin y cipermetrin).
  • Desarrolle un plan de acción integral para proteger a las abejas y demás polinizadores y establezca una hoja de ruta para incrementar a 7,6 millones de hectáreas la superficie dedicada a la agricultura ecológica en 2020.

Firma para protegerlas

Firma para proteger las abejas

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España: XV Congreso Nacional de Educación Comparada

XV CONGRESO NACIONAL DE EDUCACIÓN COMPARADA

CIUDADANÍA MUNDIAL Y EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO.

UNA MIRADA INTERNACIONAL

Desde el Comité Organizador del XV Congreso Nacional de Educación Comparada: Ciudadanía Mundial y Educación para el Desarrollo. Una mirada internacional, les recordamos que hasta el 2 de mayo se encuentra abierto el plazo de inscripción y presentación de resúmenes para dicho evento, el cual tendrá lugar en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), los días 16, 17 y 18 de noviembre de 2016.

Para enviar la propuesta de comunicación o póster debe cumplimentar el BOLETÍN DE INSCRIPCIÓN habilitado en la Web del Congreso https://www1.upo.es/biblioteca/formularios/congreso_educacion En dicho formulario se incluye el resumen de comunicación o póster a presentar y autoría). Para el envío de resúmenes no es necesario haber formalizado la matrícula, puede hacerse posteriormente.

La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) colabora con el XV Congreso Nacional de Educación Comparada becando un porcentaje de las tasas de inscripción de los profesionales en activo cuya residencia o nacionalidad sea la de un país perteneciente a la OEI, excepto España y Portugal.

Los Ejes Temáticos a los que se pueden enviar contribuciones son:

  1. Movimientos poblacionales transnacionales e internos
  2. Género y ciudadanía mundial en Europa e Iberoamérica
  3. Políticas socioeducativas para una ciudadanía planetaria
  4. Diversidad e inclusión educativa a nivel local y global
  5. Participación política y ciudadanía. Una perspectiva comparada
  6. Educación Ambiental y Ciudadanía Mundial
  7. Educación para el Desarrollo y Derechos Humanos
  8. Aportaciones metodológicas de la Educación Comparada

Existen dos modalidades de participación:

A) COMUNICACIONES Y PÓSTER (modalidades PRESENCIAL y ONLINE)

B) CONGRESISTAS sin presentar Comunicación (modalidades PRESENCIAL y ONLINE)

Libro de Actas del Congreso: Se editará en formato electrónico con ISBN. Dicho libro de actas estará compuesto por las ponencias y comunicaciones presentadas en el Congreso de la SEEC de 2016. Podéis consultar lasInstrucciones para autores/as para más información sobre las normas y formas de presentación.

Publicaciones en Revistas Internacionales: Aquellos trabajos originales que, según el criterio del comité editor constituido para tal fin, destaquen por su calidad y/o relevancia de la temática tratada en los distintos ejes temáticos, podrán ser publicados tras oportunas modificaciones en una serie de revistas científicas que colaboran con el congreso. Dichos trabajos serán objeto de revisión de doble ciego, tal y como está previsto en las normas de las publicaciones. Hasta la fecha, colaboran con el XV Congreso Nacional de Educación Comparada las siguientes revistas:

Para más información sobre los plazos, cuotas de inscripción o temáticas, podéis consultar la página web:

http://www.upo.es/ocs/index.php/congresoseec2016/seec2016

Comité Organizador

congresoseec2016@upo.es

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España: URGENTE el Foro Mundial de la Educación apoya la campaña para un “Diálogo por la educación”

Fuente Foro Mundial de Educación /19 de Abril de 2016

Ante el clamor que exige la derogación de la LOMCE y una nueva ley de educación que sea fruto de un acuerdo social y político, la plataforma La educación que nos une lanza la campaña “Diálogo por la educación” con el deseo de impulsar una Ley de Educación:

  • Democrática: elaborada con la participación de la comunidad educativa y la ciudadanía.
  • Estable: centrada en las necesidades de las personas y no en los intereses de los partidos.
  • Comprometida con un mundo más justo.

Concluye una legislatura del Partido Popular marcada por la imposición de una ley educativa elaborada sin consenso y de espaldas a la comunidad educativa y al conjunto de la sociedad. La práctica totalidad de los partidos políticos se comprometieron a derogar la LOMCE apenas cambiara el juego de mayorías parlamentarias. Confiamos en que esta sea una de las primeras medidas adoptadas en la próxima legislatura. La segunda promesa con que abrió el Ministro Wert su trabajo al frente del Ministerio de Educación fue la elaboración del Libro Blanco de la Función Docente, encargado por su heredero, el señor Méndez de Vigo, a José Antonio Marina a tres meses de las elecciones. Un nuevo pilar del sistema educativo construido sin diálogo y sin consenso. No son estas las formas que esperamos de la nueva legislatura.

Por todo ello, reclamamos un proceso de diálogo abierto a la ciudadanía y a la comunidad educativa que permita el alumbramiento de una nueva ley de educación fruto de un acuerdo social y político que le augure, al fin, una estabilidad más allá de los vaivenes electorales. No aceptamos un Pacto de Estado entre partidos políticos y organismos económicos que excluyan a la comunidad educativa y la sociedad civil.

Apoya nuestra petición de forma individual o colectiva para reclamar un Diálogo por la Educación.
El enlace de la campaña, el vídeo promocional de la campaña y el espacio para firmar en apoyo disponible aquí
 Diálogo por la educación

Diálogo por la Educación

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España: Curso sobre la educación como elemento de protección en conflictos y emergencias

Europa/España/Abril 2016/Fuente y Autor:Leonoticias

Organizado por el Área de Cooperación al Desarrollo de la ULE, se impartirá los días 25 y 26 de abril en la sede de la ONGD

El Área de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de León (Acude) y la Campaña Mundial por la Educación han organizado un curso monográfico titulado: ‘La Escuela me protege: la educación como elemento de protección en conflictos armados y situaciones de emergencia’, como espacio dirigido a personas comprometidas con la educación como un derecho humano universal e irrenunciable, que al tiempo es también instrumento de desarrollo y transformación social, y herramienta de diálogo entre culturas.

Con la organización de este curso, el objetivo que se persigue es el de dar a conocer la realidad en la que viven millones de niños y niñas, que no pueden ejercer su derecho a la educación por la falta de la necesaria inversión y voluntad política pública en este ámbito, o por las situaciones de violencia, conflicto, emergencias o desastres naturales. También se desea centrar la atención en los retos que nos quedan para conseguir una educación de calidad para todos y todas antes del 2030, de acuerdo con las conclusiones que se alcanzaron en el Foro Mundial de Educación, que se celebró en 2015 en Corea.

Finalmente, las entidades organizadoras tienen el objetivo de que los participantes conozcan y entiendan el papel que la educación ejerce como protección para niños y niñas, y también que asuman la propia responsabilidad frente a las situaciones injustas porque, tal y como explican, «es necesario que todas las personas comprendamos que podemos hacer algo para cambiar o transformar esas realidades».

El curso es de diez horas presenciales de clases, que se impartirán el lunes 25 de Abril de 16:30 a 19:30 horas y el martes 26, de 10:00 a 14:00 y de 16:30 a 19:30 horas, en la sede de la ONGD ‘Entreculturas’, en la calle Gran Vía de San Marcos 10 Bis, de León.

Quienes estén interesados pueden formalizar su matrícula a través de internet, y para ello han de rellenar el formulario que se encuentra en la siguiente dirección: http://www.acude.unileon.es/

Fuente de la noticia: http://www.leonoticias.com/universidad/201604/18/curso-sobre-educacion-como-20160418143807.html

Fuente de la imagen:  http://www.acude.unileon.es/files/2016/04/SAME-16-Portada-723×1024.jpg

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En defensa de la pedagogía

Luis S. Villacañas de Castro
12/04/2016

Quisiera desentrañar la antipatía y el sarcasmo que destilan ciertos profesores universitarios (afines a mí en otras cuestiones) cuando utilizan un término que, por sí sólo, ya delata lo mal enfocadas que están sus apreciaciones: “los pedagogos”. Quisiera denunciar esta antipatía y sarcasmo como teóricamente insolventes, ideológicamente dañinos y políticamente ineficaces. Volvió a suceder hace poco, esta vez en Otra vuelta de Tuerka, cuando el profesor Fernández Liria empezó su —por lo demás— interesantísima entrevista con una serie de vituperios contra “los pedagogos”, justificándolos en anécdotas personales.

Quienes así hablan de “los pedagogos” demuestran, muchas veces, una buena precisión conceptual en sus respectivas disciplinas. Por eso sorprende tanto que no hagan uso de la misma para darse cuenta que no se puede generalizar y hablar con propiedad de “los pedagogos”. De igual manera que uno no debería hablar de “los economistas” como si esta disciplina fuese un campo unificado. Hay al menos tres orientaciones pedagógicas (la cognitivista, la socio-constructivista, la pedagogía crítica) e infinitas escuelas. Como la economía, el derecho o la propia filosofía, la pedagogía también está atravesada por intereses espúreos y poblada de profesionales más o menos mediocres que se prestan a satisfacerlos. Sin embargo, cuando uno escribe, como también hizo Fernández Liria, esta vez en relación a las medidas que deberían inspirar el programa de Podemos en materia de enseñanza, que en este último no debería haber “ni rastro de pedagogos”, entonces uno desacredita un campo entero. ¿Significa esto que obras como Pedagogía del oprimido, de Freire, o Experiencia y educación, de Dewey, o Ideología y currículum, de Apple, no tienen derecho a existir? ¿De verdad no pueden enseñarnos nada?

A veces, con esfuerzo, alcanzo a adivinar que a esta condena total subyace la idea de que aquello que explica y sobre lo que interviene la pedagogía puede y debería explicarse solamente desde la sociología y, más aún, desde aquellas variables a las que tiene fácil acceso la política. Estoy de acuerdo en que con ello se identifica un factor esencial. (Por otra parte, la pedagogía es una disciplina que se nutre de dos ciencias: la sociología y la psicología.) Hay que decirlo alto y claro: el principal problema de la educación en España es la desigualdad social y la drástica reducción de recursos destinados a la educación pública. Estoy incluso dispuesto a afirmar que la calidad docente no es un problema en España. Pero eso no significa que no deba existir la pedagogía, ni que sus conocimientos no deban ser bienvenidos, o al menos respetados.

A su vez, me da la sensación de que bajo la burla y la denigración que la pedagogía sufre en ciertos discursos progresistas late la sospecha de que aquéllos que defendemos y trabajamos para que dentro del aula se hagan aún mejor las cosas no vamos a defender, a su vez, que la sociedad está rota y que debe ser reparada. Es como si tuviésemos que elegir forzosamente entre lo metodológico o lo sociológico. No sé por qué no podríamos combatir en los dos frentes. Por su simplismo arbitrario, plantear esta disyuntiva me recuerda a aquéllos que decían que el psicoanálisis era una teoría burguesa y que defender la existencia del inconsciente era negar la lucha de clases. Cuando lo cierto es que eran dos teorías diferentes, con dos objetos de estudio diferentes y saberes complementarios.

No voy a abrazar argumentos dogmáticos que planteen que los aspectos metodológicos puedan explicarlo y solucionarlo todo. Pero tampoco diré que no pueden ayudar nada. Claro que pueden. Porque resulta que dentro de la sociedad existen las instituciones: los colegios, institutos y universidades son algunas de ellas. Y en sus aulas se conforma un espacio que, si bien es permeable a las inercias de afuera, también es permeable a los esfuerzos internos de docentes que pueden hacer uso de variables como la innovación y el desarrollo curricular para asegurarse de que los recursos y estrategias que ellos mismos utilizan en sus clases no van a dificultar, aún más, la democratización del conocimiento, la cultura y la transformación social. Es decir: que su propia praxis pedagógica no va sumarse a los obstáculos e injusticias que vienen de fuera. Algo que muchas veces ocurre, también en la educación pública. Para evitarlo, hay orientaciones y principios pedagógicos que son mejores que otros. Y se pueden aprender, como todo en la vida.

Frente a este hecho, no vale decir que, si la sociedad fuese más justa y democrática económicamente hablando, entonces los docentes no tendríamos por qué variar nuestra enseñanza. Primero, la frase es falsa: siempre ha habido y habrá diferentes tipos de diversidad en las aulas. Segundo, la frase delata un narcisismo que antepone la comodidad del docente a las necesidades de la sociedad cuya ordenación uno tiene todo el derecho a criticar, pero no a ignorar; de ahí a decir que son demasiados los estudiantes que llegan a la universidad porque “¡hay que ver lo mal que escriben, y lo poco que saben!” hay apenas un paso. Y en tercer lugar, la docencia tradicional que ha imperado en España, en la que el docente sólo hablaba y hablaba y los alumnos sólo escuchaban, se sostenía menos por su valor educativo que por apelaciones a la autoridad.

Pese a todo, podría comprender que alguien haga un discurso estratégico de prioridades y que, sobre esa base, prime lo sociológico sobre lo metodológico para decir que aquí y ahora es más importante aumentar el número de escuelas, institutos y docentes que mejorar la formación de estos últimos. Ese es un argumento que puedo comprender y que voy a apoyar. Pero entonces que se diga de esta manera, si es esto lo que se quiere decir. Como también podría entender que alguien defendiera que la mejor manera de que el docente se desarrolle profesionalmente en su enseñanza es dándole completa libertad de cátedra en todos los niveles educativos, para que pueda innovar sobre el currículum e investigar sobre su propia docencia. Éste es un argumento pedagógico que estoy dispuesto a apoyar. El saber de la pedagogía no pertenece a las facultades de educación solamente sino que es tesoro común de todos los educadores (también de los que trabajamos en facultades de educación); todos tenemos y aplicamos nuestra pedagogía, lo queramos o no. De lo que se trata es de adquirir capacidades reflexivas y críticas para innovar, valorar y mejorar nuestra propia enseñanza. Algunos de nosotros, con nuestro trabajo, tratamos de poner a futuros docentes en la senda de que puedan adquirir, ejercitar y afinar estas capacidades por su cuenta. Pero nada de esto transpira en la frase de Fernández Liria: “Ni rastro de pedagogos”.

Creo que esta última frase es, además, ideológica y políticamente ineficaz porque no se da cuenta de que ciertas orientaciones pedagógicas son aliadas naturales en la protección de la educación pública. Como se ha repetido en multitud de ocasiones, el neoliberalismo se esconde hoy detrás del discurso de la “calidad” y de su importancia en un mundo globalizado. Obviamente, el término que queda marginado en esta fórmula —el de la “cantidad”— delata el verdadero sentido elitista de la calidad neoliberal. Se trata de evitar el acceso de todos y todas sin excepción a la educación, de dificultar la democratización misma de la cultura y de su potencial transformador. Ahora bien, creo que quienes sólo interpretan los problemas y las soluciones de la educación desde el BOE (desde aquello que podría hacer la política) y no desde las mejoras que los propios docentes podrían darse a sí mismos asumen, de facto, que no puede haber calidad y cantidad al mismo tiempo. Apuestan decididamente por la cantidad, por más inversión, más docentes, más centros… pero en la medida en que no integran la pedagogía en su discurso son incapaces de aportar una definición de calidad que sea alternativa a la que ofrece el neoliberalismo —el cual, por otra parte, jamás ha buscado verdaderamente enriquecer la dimensión pedagógica sino su eliminación—. Su oscuro deseo es un mundo en el que los docentes seamos sustituidos por libros de texto parlantes, robots o programas informáticos.

Ojalá, cuando nos pregunten: “¿Cantidad o calidad?”, sepamos responder: “Las dos cosas”. Y ojalá comprendamos que la pedagogía debe contribuir a definir la calidad educativa.

Fuente: http://www.eldiario.es/contrapoder/defensa_pedagogia_6_504709564.html

Fuente de la imagen: http://www.laeducacioncuantica.org/educacioncuantica/pages/images/uploads/901.jpg

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Prueban por primera vez una ley matemática con textos del proyecto Gutenberg

17 de abril de 2016 / UAB

Hace 80 años el lingüista estadounidense George Kingsley Zipf planteó una relación matemática que determina la frecuencia de las palabras en los textos, y que se suele cumplir cuando se excluyen los términos más raros. Ahora investigadores del Centre de Recerca Matemàtica, adscritos a la Universidad Autónoma de Barcelona, han analizado por primera vez la validez de esta ley con la enorme biblioteca electrónica del proyecto Gutenberg.

La ley de Zipf en su versión más sencilla, formulada en los años 30 por el lingüista estadounidense George Kingsley Zipf, determina que, de manera sorprendente, la palabra más frecuente de un texto aparece el doble de veces que la siguiente más frecuente, tres veces más que la tercera más frecuente, cuatro veces más que la cuarta más frecuente, y así sucesivamente.

La ley se puede aplicar en muchos otros campos, no sólo en la literatura, y se ha comprobado con más o menos rigor en grandes cantidades de datos, pero hasta ahora ha carecido de una comprobación con todo el rigor matemático y en una base de datos suficientemente grande como para dar validez estadística.

Investigadores del Centre de Recerca Matemàtica (CRM) –centro de la red CERCA de la Generalitat de Catalunya– adscritos al Departamento de Matemáticas de la Universidad Autónoma de Barcelona, han analizado por primera vez, con todo el rigor matemático y estadístico necesario, la validez de la ley de Zipf. Este estudio se enmarca dentro del proyecto Investigación en Matemática Colaborativa, impulsado por la Obra Social «la Caixa».

Según la ley de Zipf, la palabra más frecuente de un texto aparece el doble que la siguiente, tres veces más que la tercera y así sucesivamente

Para ello, han analizado toda la colección de textos en lengua inglesa del proyecto Gutenberg, una base de datos pública y gratuita con más de 30.000 obras en esta lengua. Se trata de una tarea sin precedentes: en el ámbito de la lingüística la ley nunca había sido comprobada en conjuntos de más de una docena de textos.

Según el análisis, si se ignoran las palabras más raras, aquellas que solo salen una o dos veces en todo un libro, el 55% de los textos se ajustan perfectamente a la ley de Zipf (en su formulación más general). Si se tienen en cuenta todas las palabras, también las más raras, este porcentaje es del 40%.

«Es muy sorprendente que la frecuencia de aparición de las palabras esté determinada por una fórmula con un solo parámetro libre. La famosa campana de Gauss, por ejemplo, ya necesita dos, posición y anchura, para ajustarse a los datos reales» explica Álvaro Corral, investigador del CRM adscrito al Departamento de Matemáticas de la UAB y coordinador de la investigación. «Si descartásemos palabras que aparecen 3, 4 o 5 veces en toda una obra, la proporción de libros que siguen la ley de Zipf podría llegar a porcentajes aún más altos».

En términos matemáticos, la ley afirma que si se ordenan todas las palabras por frecuencia de uso, la segunda más frecuente aparece ½ veces el número de veces que aparece la más frecuente; la tercera, 1/3 veces y, en general, la que ocupa la posición n aparece 1/n veces la más frecuente.

En realidad, la formulación más general de la ley incluye un exponente “a”, de modo que la relación es 1/na. Aunque complica un poco la fórmula, la frecuencia se ajusta muchísimo para valores de «a» muy cercanos a 1 (es decir, como si no se hubiera añadido ningún exponente). Y todavía hay otras formulaciones matemáticamente más complejas de la ley, pero todas con un solo parámetro libre.

Validar las tres formulaciones más usadas de la ley de Zipf

Los investigadores han estudiado la validez de las tres formulaciones más utilizadas de la ley de Zipf en todos los textos en lengua inglesa (31.075 libros) de la base de datos del proyecto Gutenberg, y han observado que una de estas formulaciones ajusta, con resultados estadísticamente significativos (p>0,05), la frecuencia de aparición de todas las palabras de más del 40% de los libros de la colección, unos textos que contienen entre 100 y más de un millón de palabras.

«La ley de Zipf ha generado mucho debate, pero siempre basándose en su validez en algunos ejemplos particulares» afirma Álvaro Corral. «Parece evidente que, en la actual era del Big Data y de las computadoras de altas prestaciones, se deberá enfocar los esfuerzos en el análisis de la ley a gran escala, y estos resultados son un primer paso en esta dirección».

«Aunque la literatura se considera una de las expresiones por antonomasia de la libertad creadora, ni los más grandes autores como Shakespeare o Dickens escapan a la tiranía de la ley de Zipf», concluye Corral.

La investigación, publicada recientemente en PLOS ONE, ha sido realizada por los investigadores Isabel Moreno Sánchez y Francisco Font-Clos bajo la dirección de Álvaro Corral. El CRM es un consorcio entre la Generalitat de Catalunya, el Institut d’Estudis Catalans (IEC) y la UAB.

Fuente: http://www.oei.es/divulgacioncientifica/?Prueban-por-primera-vez-una-ley-matematica-con-textos-del-proyecto-Gutenberg

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Con cara y ojos

Amb cara i ulls,[1] dice una importante expresión en catalán que deberíamos conocer –pues a los seres humanos nos cuesta prestar atención a lo que no tiene cara y ojos. Nuestra naturaleza de simios supersociales nos lleva a magnificar las interacciones y conflictos personales –y tendemos a ignorar lo demás. Pero el calentamiento climático no tiene cara y ojos,[2] la acumulación de capital no tiene cara y ojos, la maquinización del mundo no tiene cara y ojos… Nos cuesta Dios y ayuda hacernos cargo de las dinámicas sistémicas, y de los aspectos estructurales de la realidad.

 


[1] En castellano viene a significar “como debe ser”, “como mandan los cánones”, “como Dios manda”.

[2] En un artículo titulado “Ojalá que el sexo gay causara el calentamiento climático”, el psicólogo de Harvard Daniel Gilbert identifica cuatro grandes dificultades psicológicas que explican parcialmente la pasividad e inacción con que (no) abordamos el calentamiento climático –y, más por extenso, la crisis socioecológica mundial–. “¿Por qué estamos menos preocupados por el desastre más probable? Debido a que el cerebro humano ha evolucionado para responder a las amenazas que tienen cuatro características – características que el terrorismo tiene y que el calentamiento global no tiene.

En primer lugar, el calentamiento global no tiene bigote. ¡No es broma! Somos mamíferos sociales cuyos cerebros están altamente especializados en pensar en los demás congéneres. La comprensión de aquello en lo que están los otros -lo que saben y quieren, lo que están haciendo y planificando- ha sido tan crucial para la supervivencia de nuestra especie que nuestros cerebros han desarrollado una obsesión con todas las cosas humanas. Pensamos en las personas y sus intenciones; hablamos sobre ellos; los buscamos y los recordamos.

Por eso es por lo que en EEUU nos preocupa más el ántrax (con un número de muertes anuales de aproximadamente cero) que la gripe (con un número de muertes anuales que oscila entre un cuarto de millón y medio millón de personas). La gripe es un accidente natural, y el ántrax es una acción intencional humana, y la más pequeña acción capta nuestra atención de una manera en que el mayor accidente no lo hace. Si dos aviones hubieran sido alcanzados por un rayo y se hubiesen estrellado contra un rascacielos de Nueva York, pocos de nosotros lograríamos nombrar la fecha en que ocurrió.

El calentamiento global no está tratando de matarnos, ¡qué vergüenza! Si el cambio climático hubiese sido encaminado hacia nosotros por un dictador brutal o un Imperio del Mal, la guerra contra el calentamiento sería la máxima prioridad de esta nación.

La segunda razón por la que el calentamiento global no pone el cerebro en alerta naranja es que no viola nuestra sensibilidad moral. No hace que nos hierva la sangre (al menos no en sentido figurado) porque no nos obliga a considerar pensamientos que nos parezcan indecentes, impíos o o repulsivos. Cuando las personas se sienten insultadas o disgustadas, generalmente hacen algo al respecto, tal como golpearse las cabezas mutuamente, o votar. Las emociones morales son los llamamientos del cerebro a la acción.

A pesar de que todas las sociedades humanas tienen reglas morales acerca de la comida y el sexo, ninguna tiene una regla moral sobre la química atmosférica. Y así, nos indigna cualquier violación de protocolo excepto la del Protocolo de Kyoto. Sí, el calentamiento global es malo, pero no nos hace sentir náuseas o enfado o desgracia, y por lo tanto no nos sentimos obligados a embestir contra él como sí que lo hacemos contra otras amenazas trascendentales para nuestra especie, como la quema de banderas nacionales. El hecho es que si el cambio climático lo causaran las relaciones homosexuales, o la práctica de comer gatitos, millones de manifestantes estarían concentrándose masivamente en las calles.

La tercera razón por la que el calentamiento global no desencadena nuestra preocupación es que lo vemos como una amenaza para nuestro futuro – no para nuestra sobremesa. Como todos los animales, los humanos somos rápidos en responder a peligros evidentes y presentes, por lo que nos lleva sólo unas milésimas de segundo agacharnos cuando una pelota de béisbol díscola viene a toda velocidad hacia nuestros ojos.

El cerebro es una máquina “aparta-del-camino” magníficamente diseñada que constantemente está inspeccionando el medio ambiente para identificar las cosas fuera de cuyo camino hay que apartarse justo ahora. Eso es lo que hicieron los cerebros durante varios cientos de millones de años – y a continuación, hace tan sólo unos pocos millones de años, el cerebro mamífero aprendió un nuevo truco: predecir el momento y el lugar de ciertos peligros antes de que realmente sucedieran.

Nuestra capacidad para esquivar lo que todavía no está sucediendo es una de las innovaciones más impresionantes del cerebro, y sin ella no tendríamos hilo dental o planes de jubilación 401(k). Pero esta innovación está en las primeras etapas de su desarrollo. El dispositivo que nos permite hacer frente a pelotas de béisbol visibles es antiguo y seguro, pero el complemento técnico que nos permite responder a amenazas que se ciernen en un invisible futuro todavía está en fase de pruebas.

No hemos progresado lo suficiente en el truco de tratar el futuro como el presente en que pronto se convertirá porque sólo hemos estado practicando durante unos pocos millones de años. Si el calentamiento global le sacara de vez en cuando un ojo a alguien, la OSHA (Occupational Safety & Health Administration) lo aniquilaría por vía legal.

Hay una cuarta razón por la que parece que no podemos ponernos nerviosos por el calentamiento global. El cerebro humano es extremadamente sensible a los cambios de luz, sonido, temperatura, presión, tamaño, peso y casi todo lo demás. Pero si la tasa de cambio es lo suficientemente lenta, ese cambio va a pasar desapercibido. Si la intensidad del zumbido de un refrigerador fuera aumentando poquito a poco a lo largo de varias semanas, el aparato podría estar cantando como una soprano a fin de mes y nadie se daría cuenta.

Debido a que apenas se notan los cambios que se producen gradualmente, aceptamos cambios graduales que rechazaríamos si llegasen de repente. La densidad de tráfico de Los Ángeles ha aumentado dramáticamente en las últimas décadas, y los ciudadanos lo han tolerado sin más que con los gruñidos de rigor. Si el cambio hubiese ocurrido en un solo día del verano pasado, los angelinos habrían cerrado la ciudad, llamado a la Guardia Nacional y linchado a todos los políticos que pudieran caer en sus manos.

Los ecologistas se desesperan por la velocidad con que está avanzando el calentamiento global. De hecho, no está ocurriendo lo suficientemente rápido. Si el presidente Bush pudiera meterse en una máquina del tiempo y experimentar un solo día del año 2056, volvería al presente conmocionado y espantado, dispuesto a hacer todo lo necesario para resolver el problema.

El cerebro humano es un notable dispositivo diseñado para estar a la altura de las ocasiones especiales. Descendemos de cazadores-recolectores cuyas vidas fueron breves, para quienes la mayor amenaza era un hombre armado con un palo. Cuando los terroristas atacan, respondemos con fuerza aplastante y resolución firme, igual que lo harían nuestros antepasados. El calentamiento global es una amenaza mortal precisamente porque no hace que se dispare la alarma del cerebro, lo cual nos deja profundamente dormidos en una cama que está ardiendo.

Aún está por ver si logramos aprender a estar a la altura de nuevas ocasiones.” Daniel Gilbert, “If only gay sex caused global warming”, Los Angeles Times, 2 de julio de 2006 (traducción de Jorge Riechmann).

 

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