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Reino Unido: Brexit and Robots Mean Trouble for UK’s Future

Europa/Reino Unido/02 Enero 2017/Fuente y Autor: sputniknews

Resumen: La inminente secesión de la Unión Europea y el aumento de la robótica y la automatización hacen que el Reino Unido se enfrente a una década de bajo crecimiento, pérdida de empleos y la ampliación de la desigualdad de ingresos.

Impending secession from the European Union and the rise of robotics and automation mean the UK faces a decade of low growth, job losses and widening income inequality, a report has forecasted.

The Institute of Public Policy Research (IPPR) report offers an ominous prognosis of the UK’s near-term future, dubbing Brexit the «firing gun» on a decade of disruption. In years to come, an ever-accelerating wave of socioeconomic and technological change will reshape the country, in often «radical» ways, the think tank foresees. In the meantime, the report suggests that outside the EU, the average British household will be £1,700 (US$2,085) poorer annually.

Ominous prognoses riddle the report. As the UK population grows, the UK is set to age sharply, and become increasingly diverse; the 65+ age group will grow by 33% by 2030, to 15.4 million — while the working population will increase by just two percent.

Robert Bischof, an advisory board member of the Official Monetary and Financial Institutions Forum, told Sputnik the projections weren’t surprising.

Brexit, he says, does nothing to solve the decade long decline in industrial performance, the productivity gap, the dependence of GDP growth on debt fueled consumer spending and government deficits, a growing current account deficit and high youth unemployment because of poor education and skills training. In fact, it exacerbates these issues.
It’s not just the UK that faces serious challenges in future.

Climate change, biological degradation and resource depletion mean countries everywhere will increasingly run up against the limits of the physical capacity of the Earth’s natural reserves.
​By 2030, robots or smart machines will have on average an IQ higher than 99 percent of humans. These innovations will displace many forms of work, with 60% of retail jobs (2 million) destroyed by 2030.

He added that stagnation was the «new normal», and the UK is likely to remain trapped in a low-growth, low-interest-rate state for years to come, with weak investment, weak labor power, high levels of debt, and the headwinds of a slowing global economy.

«Without reform our political and social system will struggle to build a more democratic, healthy society in the decades ahead, even as Brexit accelerates us towards a radically different institutional landscape.

Fuente de la noticia: https://sputniknews.com/europe/201612301049145424-brexit-robots-uk-future/

Fuente de la imagen: https://cdn2.img.sputniknews.com/images/104914/58/1049145878.jpg

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Bachillerato Internacional, una educación con salidas laborales

Europa/España/03 de enero de 2017/Fuente: lainformacion

  • Las habilidades que adquieren los alumnos a lo largo de su formación internacional son esenciales para desarrollar su carrera profesional en el futuro mercado laboral
  • Los alumnos que cursan el Bachillerato Internacional tienen el doble de posibilidades de continuar sus estudios en las mejores universidades del mundo, según indican diversos estudios de comparativas realizados al respecto
  • Desde 1997 TutorAsap ofrece la posibilidad de recibir clases de apoyo presenciales a aquellos alumnos que cursan Bachillerato Internacional y ha triplicado sus alumnos españoles en menos de 3 años

Los constantes cambios de gobierno han hecho que, según los expertos, en España la educación sea uno de los temas pendientes de mejora. Si bien es cierto que según el último informe de PISA, los niveles de conocimiento de materias como matemáticas, lectura y ciencia, nos sitúan en la media europea, por delante de países como Luxemburgo, Suecia o Italia (aunque estos datos varían en función de las Comunidades Autonómicas), la otra cara deja datos desalentadores en lo que al abandono escolar se refiere (la tasa se sitúa en el 24%). Está claro que algo podría estar fallando y el cambio debería ser inmediato y una prioridad para las Administraciones Públicas encargadas de tratar este tema que juega con el futuro laboral, profesional y, por supuesto, personal, de nuestros hijos.

Por esta razón, optar por una educación de calidad y de futuro es esencial a la hora de escoger el centro escolar de los hijos. Una educación gracias a la cual no sólo adquieran los conocimientos que se consideran necesarios según el currículo escolar de cada Comunidad Autónoma, sino que les dote de unas herramientas que les sirvan a lo largo de toda su etapa escolar y gracias a las cuales puedan desenvolverse en el futuro durante el desarrollo de su carrera personal que, de algún modo, también marcará su desarrollo personal.

En este sentido, los expertos en materia de educación para un futuro mejor consideran que ha de cambiarse el modo educativo, realizar una revolución en las aulas y conseguir alumnos que sean autocríticos, que sepan desenvolverse en ámbitos cambiantes, con grandes dotes de comunicación y empatía, y entusiasmados por seguir aprendiendo cada día. Una educación donde las emociones formen parte de sus pilares básicos porque está demostrado que si un alumno está motivado siempre aprenderá más, sentirá más curiosidad por ampliar su formación y será capaz de adaptarse a los cambios sin problemas. Un punto, este último, esencial teniendo en cuenta que lo que vivimos en una sociedad que evoluciona a un ritmo vertiginoso.

Alumnos españoles de IB, por encima de la media A finales de los años 60, un nutrido grupo de profesores de la International School of Geneva puso en marcha el Bachillerato Internacional (IB). El mismo se puede cursar hoy en día se puede cursar en 95 centros de España (está presente en todas las Comunidades Autónomas salvo en Extremadura y en las ciudades autonómicas de Ceuta y Melilla) y en él sólo se encuentran profesores motivados, que transmiten este sentimiento a sus alumnos, consiguiendo que sean los más valorados por las mejores universidades de todo el mundo a la que tienen acceso por encima de la media de alumnos que estudian en otro tipo de centros privados y públicos de España.

Si antes hablábamos de datos poco alentadores en cuanto a la educación española y la media con respecto a otros países del mundo, los números cambian radicalmente si nos referimos a alumnos que cursan Bachillerato Internacional. Niños que pueden comenzar este tipo de formación a partir de los 3 años y que llegados al Bachillerato se encuentran 3.73 puntos por encima de la media de aprobados a nivel mundial en lo que a los exigentes exámenes del IB se refiere. Un tipo de Bachillerato que también está reconocido en España (algo que antes no lo estaba) y que permite que estos alumnos puedan continuar sus estudios superiores dentro y fuera de nuestras fronteras, muchos de los cuales y gracias a sus notas, pueden optar a importantes becas.

Un Bachillerato basado en tres pilares fundamentales para una educación de calidad: fomentar la creatividad y el compromiso con su sociedad, desarrollar una mentalidad global del mundo y fomentar en ellos la curiosidad. Son alumnos que se hacen preguntas, aprenden investigación y siempre tienen una mentalidad positiva y nuevos retos que los mantiene altamente motivados, logrando así grandes resultados.

Además, en España, estos alumnos cuentan con un apoyo importante fuera del aula (cabe recordar que los profesionales de la educación apuestan por el refuerzo fuera del aula siempre que el alumno lo necesite) que brinda TutorAsap, el único centro en España que ofrece tutorías online y presenciales con profesores especializados en las diferentes materias que se imparten en el Bachillerato Internacional y que han pasado por un exhaustivo proceso de selección.

Fuente: http://www.lainformacion.com/comunicados_empresas/Bachillerato-Internacional-educacion-salidas-laborales_0_983002375.html

Imagen: www.colegioceusanchinarro.es/img/etapas-educativas/bachillerato-internacional.jpg

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La activista negra que forzó los derechos de autor para luchar contra la esclavitud

Marta Sofía Ruiz

Feminista, abolicionista y defensora de los derechos de los afroamericanos, Sojourner Truth usó los derechos de su propia imagen para financiar sus distintas luchas. Adelantada a su tiempo, esta activista del siglo XIX pasó treinta años siendo esclava y, tras huir de su dueño, dedicó su vida a intentar cambiar un sistema con el que no estaba de acuerdo.

Nacida en 1797 como esclava, Sojourner Truth –nombre que adoptó en 1843– pasó gran parte de su vida luchando contra la esclavitud y fue una defensora de los derechos de la mujer y de la igualdad entre blancos y negros. Vendida un total de tres veces, escapó un año antes de que su último dueño se viera obligado a liberarla a causa de las nuevas regulaciones del estado de Nueva York, que avanzaba lentamente hacia la abolición total del esclavismo.

Con su hija pequeña en brazos, abandonó la granja en la que había trabajado los últimos 16 años, dejando atrás a su marido y a otros tres hijos que, ni siquiera con las nuevas leyes, podían obtener aún el derecho a ser libres. “ No salí corriendo, pensando que hacía mal, salí andando, creyendo que todo estaba bien”, explicaría años más tarde.

Desde entonces, su vida se convirtió en una batalla permanente contra lo establecido en la que utilizó todas las herramientas a su alcance para hacer oír su voz. Dotada de una gran espiritualidad, que experimentó a través de su pertenencia a distintas congregaciones, Truth fue una de las primeras afroamericanas que ganó un juicio contra un blanco cuando, en 1928, acudió a los juzgados para conseguir la custodia de su hijo Peter, que había sido vendido a un esclavista de otro estado de forma ilegal. Le dieron la razón. Y no sería la última vez.

En 1832 presentó una demanda por calumnias cuando su nombre se vio envuelto en un escándalo relacionado con el Reino de Matthias –un grupo religioso al que estuvo vinculada durante un tiempo– y obtuvo 125 dólares, lo que equivaldría a unos 2.600 euros en la actualidad. Años más tarde, en 1865, presentó cargos contra un conductor de un tranvía que la había intentado tirar del vehículo y que, debido a su denuncia, fue apartado de su puesto de trabajo.

Sin embargo, puede que uno de los puntos más peculiares de la historia de esta luchadora pionera sea el uso que hizo de su propia imagen, que ha permitido que distintas fotografías en las que aparece hayan llegado hasta nuestros días. En ellas, Truth, una mujer alta y ya en sus sesenta, mira al espectador con una pose digna, ataviada con la vestimenta cuáquera que adoptó en las últimas décadas de su vida. Con un precio de 25 centavos –lo que en la actualidad equivaldría a unos 6 dólares o a unos 5 euros–, aquellos que las adquirían contribuían a la labor de predicación de Truth, que recorrió el este y el medio-oeste de Estados Unidos defendiendo sus ideas.

LA SOMBRA PARA PROTEGER LA SUSTANCIA

La tarjeta de visita o ‘carte de visite’ fue un formato fotográfico para retratos de estudio nacido en Francia que se convirtió rápidamente en un fenómeno social, expandiéndose por toda Europa y Estados Unidos. Los álbumes para coleccionar y mostrar estas tarjetas de pequeñas dimensiones se volvieron habituales y las personas intercambiaban sus retratos y adquirían otros nuevos, siendo especialmente relevantes los de personajes prominentes de la época.

Truth encontró en estas ‘carte de visite’ un modo de financiación y, a la vez, una forma de reivindicación peculiar. La abolicionista decidió que la propietaria de las imágenes en las que aparecía era ella, y no el fotógrafo que las realizaba. Por ello, ponía en los retratos que el ‘copyright’ le pertenecía.

Tal y como explica el libro ‘Enduring Truths. Sojourner’s Shadows and Substance’, poco después de que la activista empezara a reclamar derechos sobre su imagen, Estados Unidos introdujo una enmienda que clarificaba el ‘copyright’ estableciendo que “los autores que habían creado las fotografías y los negativos de las mismas eran los poseedores de la propiedad intelectual.»

A pesar de que los fotógrafos no se dieron demasiada prisa en ejercer sus derechos legales, las imágenes que incluyen ‘copyright’ mencionan habitualmente a su creador. Por ejemplo, Mathew Brady –el fotógrafo– es el que aparece como poseedor de los derechos en su retrato de Abraham Lincoln, a pesar de la importancia del presidente. No era así en el caso de Truth, que consiguió obtener la propiedad de las imágenes que protagonizaba. De hecho, solo dos de sus cartas de visita, de las primeras realizadas en los años sesenta del siglo XIX, mencionan al fotógrafo. Y aún así también incluyen su nombre.

“En sus cartas de visita, Truth exigía que se imprimiera su nombre tanto en la parte delantera como en la parte trasera de la foto. Esto es muy inusual, pocas cartas de visita incluyen el nombre de la persona que aparece en ella y, hasta donde yo sé, ninguna tiene derechos de imagen asociados a la persona fotografiada, lo que sí sucede en el caso de Truth”, explica en el libro Darcy Grimaldo Grigsby.

El nombre de la activista no es lo único que se grababa en esas fotos: «Vendo la sombra para mantener la sustancia», solía aparecer escrito acompañando a la imagen de Truth. Este lema era su forma de explicar, y reclamar, que después de haber sido vendida en numerosas ocasiones, era ella ahora su única propietaria y la que decidía comercializar una parte de sí misma.

A pesar de que los fotógrafos que realizaban su retratos podrían haber reclamado el ‘copyright’, la mayoría de los autores de sus cartas de visita estuvieron de acuerdo en cederle su derecho sobre las imágenes y ni siquiera aparecer mencionados. En contra de la ley, la convención y la práctica general, Truth poseía incluso la sombra de su imagen.

¿ACASO NO SOY UNA MUJER?

Este juego con el ‘copyright’ le permitió pasar las últimas décadas de su vida luchando por la abolición total de la esclavitud, por el voto de los afroamericanos y las mujeres –acudió en varias ocasiones a las urnas pero nunca la dejaron votar–, por el derecho a la educación y a la propiedad de terrenos de los esclavos emancipados, por la desegregación de los tranvías y por la eliminación de la pena capital.

Adelantada a su tiempo y defensora de las nuevas tecnologías –como dejó patente en cartas que remitió a distintas publicaciones–, Truth no pasó a la historia por su reivindicación original y tan particular de los derechos de imagen, sino por su aclamado discurso ‘ ¿Acaso no soy una mujer? que pronunció en la Convención de Mujeres de Akron (Ohio) en 1851, en el contexto previo a la Guerra de Secesión. Durante su mensaje, según la transcripción que otros realizaron de sus palabras, Truth reivindicó y estableció un paralelismo entre la la lucha por los derechos de las mujeres y los de los afroamericanos.

“Los caballeros dicen que las mujeres necesitan ayuda para subir a las carretas y para pasar sobre los huecos en la calle y que deben tener el mejor puesto en todas partes. Pero a mí nadie nunca me ha ayudado a subir a las carretas o a saltar charcos de lodo o me ha dado el mejor puesto. ¿Y acaso no soy una mujer? ¡Mírenme! ¡Miren mis brazos! ¡He arado y sembrado, y trabajado en los establos y ningún hombre lo hizo nunca mejor que yo! ¿Y acaso no soy una mujer? ¡Puedo trabajar y comer tanto como un hombre, si es que consigo alimento, y puedo aguantar el latigazo también!”

Futura protagonista del reverso del billete de 10 dólares, que homenajeará a las pioneras que lucharon por el sufragio femenino, y con un asteroide nombrado en su honor, los métodos de esta luchadora, que se declaró dueña hasta de su sombra, le ayudaron a combatir las injusticias y le hicieron ganarse un hueco en la historia de sus diferentes luchas y también, de pasada, en la de la propiedad intelectual y el ‘copyright’.

Fuente del articulo: http://www.eldiario.es/hojaderouter/Sojourner_Truth-abolicionismo-esclavitud-feminismo-derechos_0_544545763.html

Fuente de la imagen: http://images.eldiario.es/hojaderouter/Vendo-proteger-sustancia-inscripcion-tarjetas_EDIIMA20160804_0184_18.jpg

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Entrevista a Antonio Vitorino: “Na Educação, apesar das dificuldades, Portugal está no bom caminho”

02 Enero 2017/Fuente:jornaleconomico /Autor:Sónia Bexiga

A EPIS – Empresários pela Inclusão Social, foi criada por uma centena de empresários e gestores portugueses, na sequência de uma convocatória feita pelo então Presidente da República, Aníbal Cavaco Silva.

Como foi estruturado, em 2006, este “grupo de trabalho” e que objetivos foram traçados? 
A EPIS escolheu a Educação como forma de concretização da sua missão principal de promoção da inclusão social em Portugal, com um enfoque muito especial nos jovens. Promover o sucesso escolar foi o grande objetivo traçado. Desde a sua fundação, a EPIS contou com 361 empresas associadas e parceiras no terreno e está em mais de 101 concelhos de todo o país, em parceria com o Ministério da Educação, Ministério da Economia através do Instituto de Emprego e Formação Profissional, as Direções Regionais de Educação e 42 autarquias. Acompanhou mais de 21700 alunos em cerca de 294 escolas e nove centros do IEFP, contando com a dedicação de 234 mediadores.

A inclusão social é a meta. Mas porque foi eleita a Educação como área de intervenção?
A inclusão social dos jovens foi o grande desígnio da EPIS. Para a sua promoção, a Educação é o principal instrumento ao dispor, em que existiam e ainda subsistem grandes desafios de igualdade de acesso e de condições para a universalização do sucesso escolar. A EPIS tem desenvolvido projetos de intervenção cívica na área do combate ao insucesso e ao abandono escolares, com particular atenção à capacitação de jovens em risco do ensino básico e à disseminação de boas práticas de gestão nas escolas.

O que leva, de facto, o tecido empresarial a envolver-se em projetos desta natureza?
Foi e continua a ser um conjunto de fatores que se reforçam entre eles: a genuína responsabilidade social dos empresários; o desafio do Presidente da República anterior e o apoio entusiástico do atual; as parcerias constituídas com o sector público, que são exemplo de uma boa cooperação intersectorial; e, depois, os projectos construídos e os resultados alcançados, que mostram um bom “retorno social” dos investimentos feitos.

Tendo em conta que a Epis é hoje o maior parceiro privado do Ministério da Educação, como vê, atualmente, a Educação?
A Educação é um dos poucos setores em Portugal que tem convergido para as melhores práticas europeias em 40 anos de democracia e, em particular, nos últimos 20 anos. Nas passadas semanas, vimos os excelentes resultados dos alunos portugueses em estudos internacionais publicados, em idades distintas, que demonstram este caminho de enorme sucesso e de reforçada esperança para o futuro. Ou seja, no que diz respeito à Educação, apesar de muitas dificuldades, Portugal está no bom caminho.

Considera que o Estado tem assumido o seu papel no combate ao abandono/insucesso escolar?
Sim, de uma forma geral. Os bons resultados atingidos, que referi, têm sido conseguidos, fundamentalmente, através de políticas públicas implementadas ao longo destes 40 anos de democracia e que, em muitos casos, envolvem a sociedade civil também.

A Educação, na última década, permite aos jovens aspirar ao sucesso? As Novas Oportunidades responderam a este objetivo?
Os estudos recentes mostram claramente que os alunos portugueses que atingem o sucesso escolar se comparam com os melhores do mundo. O desafio agora é que a percentagem de alunos que não atinge o sucesso escolar vá diminuindo ao longo do tempo. É a universalização do sucesso escolar. As Novas Oportunidades, orientadas sobretudo para a educação de adultos, foi um programa com enorme sucesso no passado, que também ajudou a sociedade civil a valorizar cada vez mais a Educação de todos e, em particular, a dos mais jovens. Foi também um fator que ajudou à melhoria dos resultados recentes da Educação em Portugal.

Ainda a pensar num futuro de sucesso para os jovens, que respostas têm assegurado as escolas profissionais?
As escolas profissionais são um elemento chave na Educação e Formação Profissional, uma vez que são o caminho de qualificação dos jovens que não pretendem seguir o ensino superior e pretendem ingressar no mercado de trabalho, após 12 anos de escolaridade, com uma certificação e qualificação profissional. Em muitos países europeus, com sistemas educativos mais maduros que o nosso, as Escolas Profissionais representam cerca de metade da população que frequenta o equivalente ao ensino secundário.

Fuente de la entrevista: http://www.jornaleconomico.sapo.pt/noticias/na-educacao-apesar-das-dificuldades-portugal-esta-no-bom-caminho-103205

Fuente de la imagen:http://oje-50ea.kxcdn.com/wp-content/uploads/2016/12/antonio_vitorino-925×578.jpg

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Las Economías del Co-

Isabel Benitez

¿Estamos aprovechando todo el potencial que nos brinda la colaboración?

He de reconocer que desde el primer momento me inquietó esa parte. Me refiero al uso de la palabra ‘colaboración’. Ese término, a la vez olvidado y sobreprotegido, comenzaba a aparecer por doquier y, para más inri, lo hacía asociado a un (casi) antónimo (‘economía’) y encabezando las listas de Tendencias.

Lo más parecido a ese colaborar que había llegado a mis oídos era el cooperativismo. Sin embargo, desde el principio, parecía evidente que hablábamos de realidades distintas ­─sobre todo porque aquí, en España y en según qué círculos, las cooperativas sonaban ya a propuesta añeja, condenada a un segundo plano por sus propios tropiezos.

¿Cuál es entonces la propuesta de esa nueva economía co-(laborativa) y en qué se parece y se distingue de sus co- predecesores?

Lo cierto es que poco y mucho a la vez. O, al menos, esa es la reflexión que podría extraerse de la presentación de Marc Arthur Gauthey, representante de OuiShare Francia, el think and do-tank de la economía colaborativa, en su última visita a nuestro país.

 “Las plataformas son sólo una parte de lo que llamamos colaboración.”

Al sonido de economía colaborativa, se nos vienen a la mente los gigantes dominantes del sector; empresas que, por otro lado, están siendo duramente juzgadas por quienes guardaban el término colaboración para ocasiones especiales –a muchas se les acusa de ser lobos capitalistas con piel de cordero. Pero el proyecto colaborativo en esencia, y aquí viene lo interesante, es mucho más ambicioso y complejo.

Superada una primera fase de aproximación superficial y tecnocéntrica (el simple hecho de ahorrar dinero o financiar un proyecto con la ayuda de desconocidos a través de una aplicación móvil) ese co- se traduce en un concepto absoluto de sociedad, en el que las personas vuelven a ser fin además de medio. Es en ese instante cuando se vuelve a llenar de significado un vocablo que, ya sea por desconocimiento o por desidia (no voy a hablar de frivolidad aunque también la habrá por ahí), se había adulterado y aligerado para evitar atragantarnos.

Economía colaborativa cooperativa

En sentido estricto, una economía y sociedad colaborativas nos hablan de comunidades reales que se involucran en la toma de decisiones y están empoderadas; de personas que participan del capital y los beneficios de distintos proyectos, que comparten la propiedad y los procesos creativos, que tienen voz, que tienen voto. Nos recuerdan a la flexibilidad, la capacidad de adaptación y la motivación propios de los modelos de organización en los que los individuos están en el centro. Muy cooperativo también, pero más moderno, con un lenguaje adaptado a los oídos que habitan este siglo.

“No se trata ya de competición sino de cuidar a los otros a través de la colaboración.”

Casualmente, el consumo colaborativo (una de las ramas de la economía colaborativa) se empeña en repetir en su definición que se trata de “volver a lo ya hacíamos antes” (al compartir, a las relaciones de confianza entre iguales) pero aprovechando las oportunidades de redefinición que brinda la tecnología. Yendo un paso más atrás, cabe recordar que el origen del modelo cooperativo estuvo en grupos de consumidores asociados para obtener bienes a mejores precios y eliminar intermediarios. Mi primer contacto con los hoy populares espacios de co-working fue precisamente a través de una cooperativa de autónomos que compartían y gestionaban juntos un espacio común. Por no hablar de las finanzas P2P, otro área englobada bajo el paraguas de la economía colaborativa, que mucho antes se manifestaron en la forma de cooperativas de vecinos sufragando el despegue de las energías renovables.

Nueva o vieja, con sus paralelismos y todos sus matices, lo cierto es que la economía colaborativa está adentrándose e inoculando sus ideas en espacios donde ni las cooperativas ni la economía social han conseguido entrar en años. ¿Diferentes barcos, misma dirección? Después de todo, ambas son en potencia economías en las que el co- (unión) pesa más que el yo individual: lo co-mún, el co-crear, y, con la misma raíz, el com-partir, la com-unidad, la con-fianza… Tal vez lo único que sobran son las etiquetas. Desde luego, la popularidad y el predicamento alcanzados hasta ahora son dignos de envidiar para quienes lo han intentado antes. Me pregunto si sabremos aprovechar la oportunidad.

“La colaboración siempre ha estado ahí; la gente se organiza porque juntos somos más fuertes.”

Fuente del articulo: https://isabelrbenitez.wordpress.com/2015/10/29/economia-colaborativa-economia-cooperativa/

Fuente de la imagen:https://isabelrbenitez.files.wordpress.com/2015/10/trust-johnhain-pd.png?w=625&h=390&crop=

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El mito de la super woman y la autoestima femenina

Coral Herrera Gómez

Resulta difícil quererse bien a una misma cuando los medios de comunicación nos bombardean a diario con mensajes en los que nos recuerdan lo imperfectas que somos. Resulta difícil, también, no sucumbir a la amenaza de que si somos feas, gordas o viejas nadie nos va a querer (ni el príncipe azul, ni las demás mujeres, ni el mercado laboral).

La industria de la belleza nos impone unos cánones de belleza irreales que muy pocas mujeres logran cumplir (aproximadamente sólo unas ocho mil mujeres en todo el planeta, según Naomi Klein,  periodista e investigadora canadiense). A pesar de ello, somos muchas las que hacemos grandes esfuerzos para mantenernos jóvenes y guapas: invertimos mucho tiempo, energías y recursos en parecernos a las mujeres más bellas del planeta, pero resulta muy frustrante porque no hay fórmulas mágicas para luchar contra el paso del tiempo y la fuerza de la gravedad.

Una gran mayoría de mujeres vive acomplejada por sus carencias e imperfecciones físicas. Vivimos en permanente lucha contra nosotras mismas: contra nuestros kilos de más, nuestras arrugas, y esos pelos que florecen en todas las partes de nuestro cuerpo.

Asumimos las exigencias de la tiranía de la belleza como propias, por eso nos torturamos físicamente con dietas terribles de adelgazamiento, extenuantes sesiones en el gimnasio, invasivos tratamientos de belleza, cirugías peligrosas para modificar nuestros imperfectos cuerpos, etc., y decimos que lo hacemos por nosotras mismas, para sentirnos bien.

Lo perverso de esta tiranía es que somos capaces de poner en peligro nuestra salud e invertir todos o gran parte de nuestros escasos recursos en estar bellas porque así creemos que nos van a admirar y a querer más. Y como nunca logramos parecernos a esas modelos despampanantes, nos sentimos frustradas, y culpables.

En los anuncios nos venden métodos y productos milagrosos, y la filosofía de que todo es posible: sólo tienes que poner de tu parte, tener fuerza de voluntad, desearlo con fuerza, invertir al máximo, y lograrás todo lo que te propongas… No sólo estar bella, sino también ganar la lotería o encontrar a un hombre millonario que se enamore locamente de ti.

Por eso nos sentimos tan mal cuando rompemos con la dieta, cuando dejamos de ir al gimnasio, cuando nos negamos a pasar por el quirófano una vez más. Nos sentimos culpables si no adelgazamos, si se nos caen los pechos, si nuestra piel pierde elasticidad, si no hacemos nuestros sueños realidad. Y al sentirnos culpables, batallamos más contra nosotras mismas y nuestros cuerpos: nunca nos aceptamos tal y como somos, porque (nos dicen) podríamos ser mejores.

En esta guerra que se libra en nuestro interior, tendemos a castigarnos en lugar de dedicar nuestras energías a buscar el placer y el bienestar propio. Y es porque vivimos en una cultura que sublima el sufrimiento y el sacrificio femenino en la que nos convencen de que para estar bella hay que sufrir, y que cuanto mayor es el sacrificio, mayor es la recompensa.

Además de la tiranía de la belleza física, las mujeres tenemos otros monstruos internos y externos que amenazan nuestra autoestima a diario. Vivimos en una sociedad muy competitiva que nos exige estar siempre a la última, que nos motiva a ser las mejores en todo. El mito de la súper mujer o la super woman aparece en todas las revistas de moda, y resulta difícil no compararse  con esas súper madres, súper hijas, súper esposas, súper profesionales que aparecen en los medios de comunicación.

La súper mujer no sólo es exitosa en su vida laboral (no renuncia a ascender en su trabajo y  a dar lo máximo de sí misma a su empresa), sino que también es una gran ama de casa que cocina de maravilla. La súper mujer limpia sin mancharse, cuida a las mascotas, cambia pañales, cose los disfraces para el colegio de los niños, va a la compra, quita la grasa, plancha cerros de ropa, y además tiene tiempo para formarse y reciclarse profesionalmente, cuidarse a sí misma, hacer deporte, acudir a sesiones de terapia, hacer el amor y disfrutar de su pareja.

Las súper mujeres no se cansan, ni se quejan: siempre están de buen humor y tienen energía para levantar un camión si hace falta.Nosotras las admiramos, al tiempo que no podemos evitar sentirnos malas madres, malas trabajadoras, malas hijas y nietas, malas compañeras, malas amigas… porque no llegamos a todo, porque no sabemos cómo ser las mejores en todo, y porque encima nuestra relación de pareja no es tan maravillosa como habíamos soñado.

La conciliación entre la vida laboral, personal y familiar es otro mito de la posmodernidad que complementa al mito de la super womansegún el cual todo es posible: si nos lo proponemos, podemos disfrutar mucho de nuestros diferentes roles sin tener que renunciar a nada. Podemos ser buenas madres, buenas profesionales, buenas esposas, buenas hijas, buenas amigas de nuestras amigas, y todo sin perder la sonrisa.

Sin embargo, la realidad es que la conciliación sólo existe en los países nórdicos, y que por mucho que lo intentemos, no somos esas super mujeres que vemos en la televisión y en la publicidad. Nosotras, las mujeres de carne y hueso, estamos sometidas a una gran presión interna y externa para ser las mejores en todo.

Queremos ser mujeres modernas sin deshacernos de nuestro rol femenino tradicional: queremos cumplir con los mandatos de género para que se nos admire como una “verdadera mujer”, y a la vez, queremos ser tan buenas en todo como cualquier hombre.

La diferencia es que los hombres al salir de su jornada laboral van al gimnasio, y nosotras a nuestra segunda jornada de trabajo en la casa. En las estadísticas es fácil ver como ellos viven mejor gracias a la modernidad: dedican de media una hora al día a las tareas domésticas, y nosotras entre cuatro y cinco.

Esto quiere decir que ellos tienen más tiempo libre, en general, y por tanto tienen mayor calidad de vida. Nosotras seguimos viviendo por y para los demás, y seguimos, de algún modo, sometidas a la tiranía del “qué dirán”. Nuestra condición de mujer tradicional, moderna y posmoderna nos lleva a querer agradar y complacer a los demás, a necesitar la aprobación y el reconocimiento de los demás: sólo así podemos  valorarnos a nosotras mismas.

Nuestro estatus y prestigio está condicionado por los aplausos y la admiración que somos capaces de generar a nuestro alrededor. Como está mal visto que una mujer hable bien de sí misma en público, se espera que seamos humildes y nos ruboricemos cuando alguien nos aplaude o nos halaga. Muchas de nosotras tendemos a atribuir nuestros éxitos a los demás: nos cuesta aceptar interior y exteriormente que somos buenas en algo, o que valemos mucho.

Por eso si los demás no nos reconocen, nos sentimos insignificantes, poca cosa, incapaces… Para que los demás nos admiren y nos quieran, las mujeres aprendemos a sacrificarnos, a entregarnos de un modo absoluto, y a pensar más en la salud, el bienestar y la felicidad de los demás que en la nuestra propia.  

En la cultura patriarcal, las mujeres nos sentimos culpables y egoístas cuando pensamos en nuestras necesidades o en nuestro placer. Nos enseñan que una mujer de verdad es aquella que piensa más en los demás que en sí misma, una mujer que se entrega sin pedir nada a cambio y sin perder la sonrisa.

Sin embargo, lo cierto es que para poder cuidar a los demás, tenemos que estar bien, sentirnos a gusto con nosotras mismas, y empoderarnos, es decir, confiar en nuestras capacidades y habilidades, y tener una buena percepción de nosotras mismas y de nuestras pequeñas y grandes hazañas.

Por eso es tan importante trabajar la autoestima femenina: aprender a querernos bien a nosotras mismas no solo mejora nuestra calidad de vida, sino la de todo el mundo a nuestro alrededor. Si nos queremos bien a nosotras mismas, podremos querer bien a los demás: el amor es una energía que se mueve en todas las direcciones, y que cuanto más se expande, a más gente llega.

Cuando tenemos una buena autoestima, somos capaces de querernos a nosotras mismas, y de aceptar nuestras imperfecciones. Si nos conocemos bien, y apreciamos nuestra valía, dejamos automáticamente de compararnos con las demás y comprendemos que somos seres únicos, y que somos humanas.

Si aprendemos a aceptarnos tal y como somos, y si nos centramos en aprender a querernos bien a nosotras mismas, podríamos acabar con las torturas y auto-castigos porque pensaríamos más en nuestro bienestar que en la opinión de los demás. No nos sentiríamos tan presionadas a cumplir con las expectativas ajenas o los mandatos de género: pensaríamos más en nuestro derecho al placer, a disfrutar del tiempo libre, a hacer lo que más nos gusta.

Elevar nuestros niveles de autoestima nos permitiría delegar y compartir responsabilidades con la pareja, y con el resto de los miembros de la familia: aprenderíamos a trabajar en equipo sin hacer tantos sacrificios personales, y sin hacer tantas renuncias: compensaríamos la balanza entre las obligaciones y los placeres, y estando más contentas, nuestro entorno también se verá beneficiado.

Tu pareja, tus compañeros y compañeras de trabajo, tus hijos e hijas tendrán una madre con más salud mental, física y emocional, con menos preocupaciones, sin sentimientos de culpa y frustración, sin decepciones con una misma por no estar a la altura. No llegar a todo no nos generaría tanta insatisfacción y malestar: seríamos más comprensivas con nosotras mismas, viviríamos más relajadas, y por tanto, tendríamos más energía para disfrutar de la vida.

Quererse bien a una misma: todo son ventajas.

Fuente del articulo: http://haikita.blogspot.com/2016/10/el-mito-de-la-super-woman-y-la.html

Fuente de la imagen:https://1.bp.blogspot.com/-WW-NZS38KpU/WAOqyxipnYI/AAAAAAABH2g/D07md6g2tK8qEhu6ewq-4P6j1jXAhdetgCLcB/s1600/superwoman-feminista-que-perfora-con-el-p

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Educar con la tribu o a destajo

Agustín Moreno

Los últimos días se ha abierto un debate sobre la competencia del profesorado a partir de dos ideas: si hay que excluir a los malos docentes y si el sueldo de los profesores debe estar ligado al rendimiento. Parto del principio de que todo alumno tiene derecho a un buen profesor, pero este no es el camino. Estas ideas han sido formuladas por el filósofo José Antonio Marina y el ministro de Educación, Íñigo Mendez de Vigo.

Marina, que se presenta como pedagogo, es un antiguo profesor de filosofía de un instituto de un pueblo de la sierra de Madrid, que desde hace años se gana la vida como divulgador. Ahora ha aceptado el encargo del peor Ministerio de Educación de la historia de este país para elaborar un “Libro Blanco del Docente”. Estoy seguro que no se le escapa la doble intencionalidad del sucesor de Wert: evitar negociar con los sindicatos de profesores un Estatuto de la Función Docente, vieja asignatura pendiente; y utilizar las conclusiones electoralmente para el PP.

Yo no soy nada corporativo, pero algunas de las conclusiones que se han avanzado me parecen disparatadas. Por ejemplo, decir que “los profesores deben fomentar que se excluya a los malos docentes”. Solo quien lleva mucho tiempo alejado de la realidad de las aulas puede ignorar que quienes pueden y deben velar por la calidad,son los equipos directivos y la inspección. No corresponde al profesorado juzgar y delatar a sus compañeros. La propuesta no es inocua. Trata de generalizar ante la opinión pública un clima de sospecha sobre la competencia del profesorado público que ha superado duras oposiciones y ha sido evaluado en sus prácticas.

La propuesta de pagar parte del salario del docente en función de su rendimiento pretende convertir la escuela en una empresa y en un negocio. Si se analiza, se pueden realizar las siguientes objeciones pedagógicas y de justicia social. Por un lado, es absurdo aplicar un criterio de ‘productividad’ en la educación ¿Qué se evaluaría? ¿Cómo se mide con notas numéricas el crecimiento integral del alumnado como persona y como ciudadano? Por otro lado, provocaría una competencia entre el profesorado y los centros, en vez de la necesaria cooperación entre ellos y la socialización de las buenas prácticas. Por último ¿quién evalúa? Si las pruebas son externas entraríamos en una dinámica de preparación de éstas (PISA, CDI, reválidas…) que rompería la esencia de la evaluación formativa; si son las direcciones de los centros, aumentaría el riesgo de clientelismo y de funcionamiento antidemocrático.

También supondría una carrera injusta entre centros y entre profesores y grupos de alumnos, porque la realidad educativa es muy plural y llena de desigualdades. Estoy pensando en centros que conozco de cerca como los del barrio de Vallecas (Madrid), que tienen la consideración de “centros de difícil desempeño para la función docente”. Quizás les viniera bien al ministro y a Marina darse una vuelta por ellos para que no hagan propuestas tan superficiales como alejadas de la realidad.

La evaluación es necesaria y es preciso abrir un debate sobre ella. La evaluación tiene que ser sobre todo el sistema y, por supuesto, no debería estar vinculada al salario del profesorado. Porque es ineficaz para mejorar. Méndez de Vigo y Marina no saben nada de las innovaciones y proyectos que se vienen haciendo en muchos centros públicos por el compromiso del profesorado que tiene muy claro que, a pesar de todos los recortes, no se puede enseñar un poco menos o un poco mal. Somos nosotros los que hacemos escuela de calidad y no la LOMCE ¿O por qué se creen que el 86% de la ciudadanía aprueban y reconocen al profesorado de la pública , mientras suspenden severamente al Ministerio?

El ataque al profesorado no es nuevo. Ya lo hicieron Wert y Esperanza Aguirre. O más recientemente Ciudadanos, cuando habló de “burocracia estalinista” para atacar a la universidad y a su profesorado. Responsabilizar a los docentes de la situación de la educación en España es muy cínico. Se olvidan de unos recortes de 7.764 millones de euros en cuatro años, del despido de 32.000 profesores y del endurecimiento de las condiciones de trabajo de los docentes: trabajamos más horas, con más alumnos por clase y con el salario congelado hace años. No recuerdan que se ha liquidado la formación del profesorado en comunidades como Madrid. Esto es lo que habría que abordar y proponer soluciones en el ‘Libro Blanco del Docente’ si quiere tener alguna utilidad. ¿Dirá algo Marina sobre revertir los recortes y derogar la LOMCE?

Educar es una tarea colectiva, no un acto solitario e individual del profesor. Qué poco coherentes son estas propuestas con aquel proverbio africano -tan profusamente repetido por el filósofo- de que “para educar hace falta toda una tribu”. ¿Ahora se trata de poner a cada profesor ante sus alumnos a competir y a llevarse un euro más o menos en una especie de trabajo a destajo? Además, es olvidarse de las finalidades de la educación que tan claro formula otro profesor de filosofía: “La educación tiene como finalidad básica el desarrollo humano, moral, e intelectual de las personas. Ello se materializa en los siguientes principios: la universalidad o derecho de toda la ciudadanía a la educación; la humanidad o pleno desarrollo de la personalidad de todo ser humano; la civilidad al basarse la educación en los derechos y libertades fundamentales; la autonomía, para que todas las personas puedan aprender por sí mismas“, Felipe Aguado.

Las propuestas comentadas son puro neoliberalismo que consideran la escuela como una empresa y buscan avanzar hacia un proceso de privatización aún mayor. Al final va a resultar que el diplodocus era Marina. Como estoy seguro que no trabaja altruistamente, creo que es una obligación del Ministerio que explique a la opinión pública cuánto nos va a costar a la ciudadanía este encargo.

Fuente del articulo: https://dedona.wordpress.com/2015/11/05/educar-con-la-tribu-o-a-destajo-agustin-moreno/

Fuente de la imagen: http://img.scoop.it/xgwS5PutMLnpm5j1-8vl-zl72eJkfbmt4t8yenImKBVvK0kTmF0xjctABnaLJIm

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