Autores: Juan Calmaestra, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba, Almudena Escorial, Paloma García,Carmela del Moral, Catalina Perazzo,Thomas Ubrich.
Autores: Juan Calmaestra, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba, Almudena Escorial, Paloma García,Carmela del Moral, Catalina Perazzo,Thomas Ubrich.
Hace unos días, Francesco Tonucci (también conocido como Frato), fue testigo de un hecho extraordinario: «Al bajar por la Gran Vía de Madrid vi a un niño de unos 11 años que iba solo al colegio». El pensador, psicopedagogo e ilustrador no daba crédito. Era una imagen que hacía tiempo que no veía en Madrid y mucho más aún en su ciudad natal, Roma.
Unos días después, creyó volver a alucinar al ver a una persona en silla de ruedas sola en la Puerta del Sol. «Son dos pequeños detalles de una experiencia que se va perdiendo. Esta ciudad está abandonando a los débiles».
Minusválidos, ancianos, niños… Colectivos con ínfimo peso en las decisiones que afectan a todos, lo que se traduce en falta de autonomía para todos ellos. «Un amigo que vive en Roma me dijo que su abuela había decidido dejar de salir a la calle porque no le daba tiempo a cruzarla. El semáforo cambia muy rápido para ella. Me pareció terriblemente duro».
Las calles tampoco son ya el lugar donde antes los niños jugaban sin la vigilancia constante de sus padres o por donde iban al colegio solos o con sus amigos. Los coches les han comido el terreno.
«Las buenas ciudades hacen mucho por los niños, ancianos, minusválidos. Pero si analizamos bien es fácil darse cuenta que lo que se hace en pro de los niños normalmente beneficia sus padres; lo que hacemos por los ancianos, a sus hijos. Es decir, la medida de los servicios públicos siguen siendo los adultos».
Ocurrió, según Tonucci, después de la II Guerra Mundial en Europa, y tras la Guerra Civil en España. Las viviendas, los sistemas de transporte, los servicios públicos, en general, se diseñaban pensando en «alguien específico» que el italiano define como «varón, adulto y trabajador». Aunque José Manuel Calvo, concejal de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid (quien, entre otros, compartió tribuna con Tonucci durante la charla Infancia y Ciudad celebrada en CentroCentro), retrocedió unos años atrás para señalar a Le Corbusier y a su Modulor como precursor de esta forma de planificar edificios y servicios en la que el hombre adulto se tomaba como único parámetro (aunque antes de él otros como Vitruvio o Da Vinci ya buscaron la relación matemática entre las medidas del hombre adulto y la arquitectura).
Los viejos y las viejas estarán sentados en las plazas de Jerusalén, y esas mismas plazas estarán repletas de niños jugando
Hoy, ver niños jugando solos en la calle resulta casi un imposible. «Los niños tienen que salir a jugar sin guardaespaldas. Tienen que liberar toda su energía mediante un tiempo de juego en el que no estén controlados por los adultos. No vale únicamente con apuntarles a extraescolares para que se cansen». Obesidad, déficit de atención, son algunas de las consecuencias derivadas de la falta de autonomía de los niños en la ciudad.
Para combatirlas, hace falta un cambio de prioridades en la sociedad, según Frato. Y la principal prioridad en las ciudades, los coches, deberían ser la primera en verse afectada. «Siempre que hablo a los alcaldes de todo esto me dicen: “Me encanta, pero déjame unos años de margen para solucionar el problema del tráfico y luego ya hablamos”. Pero eso nunca pasa porque el problema del tráfico nunca se soluciona. Solo engulle recursos».
Aunque hubo un alcalde que no esperó. El de Pontevedra, Miguel A. Fernández Flores, hace 14 años escuchó una charla de Tonucci y decidió poner en práctica en su ciudad lo que decía el autodenominado ‘niñólogo’ . El edil quería volver a ver a los niños jugar en las calles y la gente pasear por el centro. En aquel momento lo tenían difícil: de los 9 metros de ancho, como media, de las calles, 6 estaban destinadas al tráfico rodado y a las plazas de aparcamiento, con lo que apenas había metro y medio para cada acera. Teniendo en cuenta el espacio ocupado por el mobiliario urbano, los viandantes tenían que transitar por ellas en fila india.
Pero las tornas se volvieron. Ahora, las calles del centro de Pontevedra son de una única dirección y en muchas solo hay un carril para los coches. Así se han podido ensanchar las aceras. Tampoco se pueden aparcar los coches en la mayoría de sus calles (salvo casos excepcionales). Los vehículos disponen de parkings a la entrada de la ciudad. Desde ellos, según el Metrominuto, cualquier punto del centro de la ciudad queda a apenas un cuarto de hora andando.
La ciudad gallega también supo enfrentarse al reto de poner entre sus principales prioridades una demanda que no suele figurar en los primeros puestos de las propuestas de los programas electorales: eliminar barreras arquitectónicas. Las vías con plataforma única en las que las aceras y calzada están al mismo nivel se multiplicaron. «Así se pudo rebajar el límite de velocidad a 30 km hora (20, incluso, en algunas vías). Esto ha propiciado un descenso brutal en el número de accidentes y que desde entonces no haya habido ningún atropello en la ciudad».
Dar prioridad a los peatones frente a los coches no es algo que se pueda asociar a determinadas ideologías, según Tonucci. «Ni siquiera tiene que ver con la ecología. Es un tema de democracia porque todos somos peatones y no todos somos conductores». A la hora de abordar este problema por parte de las autoridades, Tonucci aconseja pensar primero «en pequeño»: «Una manera muy útil de repensar la ciudad es concebirla como una suma de pequeñas ciudades. Pensar en el barrio, actuar sobre él. De hecho hay gente que nunca sale de su barrio».
Pero ¿por qué son los adultos los que tienen que pensar en lo que es bueno para los niños? ¿Por qué no dejar que sean ellos mismos los que expresen sus necesidades y sus anhelos? Tonucci recuerda que no hacerlo es quebrantar sus derechos. El artículo 12 de la Convención de Derechos del Niño dice:
El niño tiene derecho a expresar su opinión y a que esta se tenga en cuenta en los asuntos que le afectan
Él lo tiene muy presente como investigador del Consejo Nacional de Investigaciones de Roma, desde donde en 1991 puso en marcha La Ciudad de los Niños. Un proyecto internacional desde el que se pone a disposición de las administraciones locales toda una serie de recursos para fomentar la autonomía y la participación de los niños en las ciudades.
«Escuchar a los niños es algo positivo para la sociedad en su conjunto porque al contrario de lo que ocurre con los mayores, las soluciones que los niños encuentran a los problemas suelen beneficiar a todos, no solo a ellos»
Fuente: http://www.yorokobu.es/ninos-en-las-calles/
Así lo ha indicado el responsable del informe, Javier Espinosa, trabajador social especializado en intervención y mediación con menores en situación de riesgo y exclusión social, en rueda de prensa este martes con el concejal de Derechos Sociales del Consistorio malagueño, Julio Andrade.
El responsable del estudio, que realiza un diagnóstico sobre la pobreza en general y particularmente en Málaga, ha detallado las medidas que deberían llevarse a cabo desde las administraciones públicas para combatir este problema.
Así, se ha recogido un total de 47 medidas para combatir la pobreza en la infancia a nivel local, expuestas por los expertos entrevistados, y que abordan el problema de forma integral atendiendo los múltiples factores implicados, ha indicado.
En el estudio se incluyen como medidas actuaciones de prevención y coordinación de las entidades que trabajan con la infancia, crear un diálogo interinstitucional de colaboración, apostar por un trabajo comunitario en red de los territorios, atajar la precariedad laboral de los profesionales que trabajan en el sector, atender a los menores en riesgo de pobreza, reforzar los medios humanos y materiales de los servicios sociales, entre otras.
Además, ha considerado necesario un plan de choque contra el abandono escolar prematuro, garantizar la calidad educativa en términos de igualdad, educación en interculturalidad y desarrollar un acercamiento entre familia y escuela.
También ha instado a proteger a las unidades familiares con niños ante la imposibilidad de pagar alquileres de viviendas o desahucios, evitar guetos territoriales, becas de comedor suficientes, garantizar la ingesta de alimentos frescos, atender a la pobreza energética y facilitar el acceso a programas de escuelas taller o casas de oficios.
POBREZA INFANTIL
Este estudio se fija especialmente en la evolución de la pobreza infantil en los últimos cinco años. En el mismo han participado expertos y entidades especializadas en esta problemática social. Además, plantea medidas concretas a nivel local para intentar solucionar este problema.
Este trabajo sirve como elemento documental de los servicios sociales municipales y sus conclusiones son referencias a considerar en las futuras políticas dirigidas a la infancia, han destacado.
El autor ha dicho que Andalucía es la comunidad autónoma con mayor pobreza de toda España y que en el año 2014 la mitad de los niños andaluces se encontraban en riesgo de pobreza. Aplicando las cifras a la ciudad de Málaga, se estima que en el año 2014 eran 53.658 los menores de cero a 17 años que se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social, ha señalado.
Ha destacado que Málaga sufre en la actualidad «un grave problema de pobreza infantil que se ha agravado con el paso de los años». Esta realidad no es percibida como tal por una gran parte de la población, lo que contribuye a su invisibilización, ha asegurado.
La posible y reciente mejora de la situación económica no se ha manifestado en la realidad cotidiana de las familias en situación de pobreza, sino al contrario, ya que los expertos consultados afirman que esta situación se ha empeorado en los últimos cinco años, «generando una exclusión multidimensional», ha precisado.
La franja de menores de 18 años ha sido la más afectada por la pobreza, con un crecimiento continuo y a gran distancia de la media de la población total, que la ha sufrido en menor medida.
Se encuentran en este círculo de pobreza aquellas familias de la clase media afectadas por la crisis económica y aquellas otras que ya eran pobres antes de la crisis y que han visto empeorar sus condiciones de vida. Las privaciones a las que se enfrentan los menores en la ciudad son nutrición y salud, educación, vivienda y situación laboral de sus progenitores.
La mayor atención que se ha dado a la infancia en la ciudad ha sido la referida a la nutrición, con la apertura de un gran número de comedores y entidades de reparto. Frente a ella, la vivienda es el indicador que menos respuesta ha tenido por parte de las administraciones, ha señalado.
El investigador ha explicado que la capital cuenta, además, con una segregación territorial que se evidencia en núcleos con graves problemas de exclusión social como La Corta, Los Asperones, Castañetas o la Palmilla.
También ha indicado que existe «un mayor interés» por parte de la administración local de abordar este asunto, como lo demuestra el estudio realizado por el Observatorio de Inclusión social o la realización de una jornada sobre pobreza infantil.
Tras conocer la existencia del problema le corresponde al gobierno local abordar estas situaciones de necesidad, siempre bajo la premisa de «la inversión en la infancia jamás será un gasto sino una inversión de la que hoy dependen directamente el bienestar de muchas familias», ha resaltado.
Por otro lado, el investigador ha contado para desarrollar este estudio con la colaboración, a través de entrevistas y cuestionarios, de la Asociación Cívica para la Prevención (ACP), Asociación Comisión Católica Española de Migración (Accem), Fundación del Secretariado Gitano, Integración para la Vida (Inpavi), Málaga Acoge y Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), además de especialistas en trabajo con menores de Unicef, Educo, Ayuntamiento de Málaga, Cáritas y la Universidad de Málaga (UMA).
La Beca Málaga Participa está dotada con 3.500 euros, cuantía que se destina a desarrollar el trabajo de investigación. Ya se ha aprobado la convocatoria de la IX Beca Málaga Participa del Área de Participación Ciudadana, Inmigración y Cooperación al Desarrollo del Consistorio para el año 2016, cuyo tema será la Identificación y diagnóstico sobre la implantación de la práctica del comercio justo y consumo responsable en la ciudad de Málaga. Valoración global y medidas de mejora.
Fuente: http://noticias.lainformacion.com/mano-de-obra/empleo/trabajo-infantil/Evitar-asegurar-necesidades-principales-infantil_0_941006772.html
Imagen: http://imagenes.lainformacion.com/2016/08/03/mano-de-obra/empleo/trabajo-infantil/Evitar-asegurar-necesidades-principales-infantil_941017042_110799975_667x375.jpg
Por Pau Rodríguez
Cada vez son más los centros que se coordinan con las familias y las aceptan como un agente educador fundamental para la mejora de los resultados de los niños.
Grupos interactivos, asambleas en el centro, talleres de deberes conjuntos… son algunas de las formas que toma la participación de las familias cuando va más allá de las AMPA y del Consejo Escolar.
Carme repasa la lectura con Julia, su hija, en la biblioteca de la escuela Mas Masó de Salt (Girona), que está llena de familias -padres, madres, niños-, que hacen deberes y actividades conjuntamente. «Antes le costaba mucho leer y concentrarse sola, pero aquí aprendemos de forma divertida y se la ve más interesada», explica Carmen. Como ella, la mayoría de familias que participan en el taller de estudio asistido de Mas Masó -muchos de ellos no llevan ni medio año- están convencidos de la importancia que tiene su presencia en la escuela para el aprendizaje de sus hijos. «Están más motivados», «están contentos de ver que sus padres se preocupan», «cogen el hábito de estudiar también en casa», «mejoran los resultados»… Estas son algunas de las valoraciones que hacen Mohammed, Seidatou, Fatima, Lamiae, Carmen, Choumicha o Karima, todos ellos padres y madres de Salt que han decidido entrar en la educación de sus hijos al ver que la escuela les abría las puertas.
La escuela Mas Masó hace sólo dos años que tiene en marcha este programa de trabajo entre familias, alumnos y maestros -que supervisan la actividad-. En su caso lo hacen en horario extraescolar. Pero cada vez hay más centros que han visto en la implicación familiar una palanca hacia la mejora de los resultados de los niños y en la reducción de las desigualdades, y apuestan incluso para trasladar su participación dentro de las aulas y en la organización del centro. «La participación de las familias y también de otros miembros de la comunidad en el programa escolar tiene una gran incidencia en los resultados académicos de los niños», expresa Ramón Flecha, catedrático de Sociología en la UB y coautor del estudio Actuaciones de éxito en las escuelas europeas, que repasa diferentes modelos de centro europeos por encargo del Ministerio de Educación.
Pero la voluntad de muchos centros no se reduce a aumentar la participación de los maestros, sino que pretenden provocar un cambio de concepción de la escuela que permita a los padres y madres «sentir que forman parte de ella», en palabras de Gerard Ros, director del Mas Masó. «Nos paseamos por aquí como si fuera nuestra casa, los niños nos ven, venimos a la biblioteca…», explica la Karima. En este sentido, los programas de trabajo conjunto entre familias y docentes «van acompañados de una coordinación y un diálogo constante, de una predisposición de la escuela», explica Ros. De hecho, en este centro de Salt los maestros y padres y madres preparan juntos, cada lunes, las actividades y estrategias que seguirán durante el tiempo que pasan con los hijos en el taller asistido.
Grupos interactivos: las familias en clase
Entre las muchas experiencias de participación familiar en las escuelas juegan un papel principal las comunidades de aprendizaje, proyectos de centro que intentan implicar a todas las personas que influyen en el desarrollo del niño -maestros, amigos, vecinos, asociaciones vecinales, voluntarios y, sobre todo, familias- para mejorar su educación. Mas Masó es un ejemplo. En Cataluña hay unas 40 comunidades de aprendizaje. Otro caso es el de la escuela Tanit, de Santa Coloma de Gramenet, que hace años que por las tardes organiza grupos interactivos. «Durante una hora y media, la clase se divide en grupos, y para cada uno de ellos hay un referente adulto -puede ser un maestro, una familia o un voluntario-. Entonces los grupos de niños van rotando por las actividades de cada adulto, que son temáticas e interactivas, experimentales, con un componente de juego», relata Montse Ruiz, directora de Tanit.
«No se trata de enseñarles, sino que se enseñen entre ellos; los alumnos se esfuerzan por explicar lo que hacen, y eso obtiene unos resultados espectaculares», apunta Flecha, impulsor de las comunidades de aprendizaje en España. Màrius Martínez, profesor de Orientación Profesional de la UAB y referente también de la implicación familiar en las aulas, enumera más ventajas de estos grupos: el «trabajo en la heterogeneidad», «la colaboración» o incluso «el empoderamiento de los padres y madres «, que en algunos casos piensan, de manera equivocada, que no pueden aportar nada a la educación de sus hijos.
La directora del Tanit, que cuenta con este proyecto desde el año 2000, asegura que ya no sabría enfocar su relación con las familias de otra manera, y añade otras ventajas fundamentales. Por un lado, «si familia y escuela van juntos, el niño se siente reforzado y le sube la autoestima, se siente seguro porque todos vamos en una misma dirección». Además, «la presencia de familias y voluntarios al aula hace que tengas más personal, que disfrutes de una atención más personalizada que es clave, entre otras cosas, para reducir las desigualdades», subraya Ruiz.
Familias y maestros: una persona un voto
Considerar la familia como parte integrante de la escuela conlleva también darle cierta capacidad de intervención y decisión en el día a día de los centros. En la mayoría de escuelas, los padres y madres tienen voz a través de los canales clásicos: las AMPA -en tareas sobre todo de organización: comedores escolares, actividades extraescolares…- y el Consejo Escolar -organismo formado por diferentes actores de la comunidad educativa, entre los que se encuentran las familias, y que ahora pierde la capacidad de decisión con la entrada en vigor de la LOMCE-. Pero las escuelas que tienen comunidades de aprendizaje apuestan por reforzar la participación de padres y madres con comisiones mixtas -de maestros y familias- que se encargan de diferentes necesidades de la escuela y que rinden cuentas ante la asamblea del centro.
En la escuela Lledoners, de Granollers, estas comisiones tienen como objetivo «llevar a cabo proyectos que nos marcamos cada cuatro años». «Pueden ser de fomento de la lectura, de servicios extraescolares, de alimentación, de decoración…», comenta el director Ricard Las Heras, que añade que están formadas por «voluntarios que son familias, algún exalumno, entidades, el Ayuntamiento…» Y una vez al año deben rendir cuentas ante el plenario, una asamblea en la que toman parte los vocales de cada comisión, del AMPA y del Consejo Escolar. «Procuramos que haya consenso para aprobar los puntos, pero de entrada cada persona es un voto», explica Las Heras, remarcando que incluso en materia pedagógica los padres y madres tienen la misma capacidad de decisión que los maestros.
Horarios laborales, un inconveniente?
«Estoy encantada de poder venir a ayudar en la educación de mi hijo, porque si mis padres hubieran hecho lo mismo conmigo quizá ahora no estaríamos así, pero también es cierto que si encontrara trabajo no podría venir», explica Seidatou. En el caso de Lamiae, hay días que no puede venir, porque trabaja, y entonces es su hijo mayor el que viene a la escuela a ayudar al pequeño. Catalunya está lejos de conseguir una integración familiar como la de Finlandia, el país europeo de referencia en este aspecto, que reserva un espacio en las aulas para los padres y madres que quieran asistir a las clases. ¿Pero hasta qué punto no es culpa de las extensas jornadas laborales? ¿O de la normativa que rige los centros?
«Sí que hay muchos factores que lo dificultan: la conciliación laboral, la tradición, la falta de ayudas a las familias, incluso el marco legal… Pero al final es la escuela quien puede decidir si abre sus puertas o no», analiza Jordi Collet, sociólogo de la Universidad de Vic. «Todo son condicionantes, pero ninguno es determinante, y la prueba es que ya hay muchas escuelas que lo hacen muy bien», concluye Collet, que se muestra bastante crítico con la actitud hasta ahora de los centros y los docentes de aceptar la familia como agente educador.
Màrius Martínez, por su parte, profundiza en el hecho de que no es necesaria una participación como la finlandesa siempre que haya una «predisposición» por parte de centros y escuelas. «Tenemos que aceptar que la implicación puede tener varias intensidades, no se puede ser purista y pensar que la participación debe ser absoluta en todos los casos, porque mucha gente no puede», opina Martínez. Es tan importante aquel padre que toma parte de los grupos interactivos cada tarde como la madre que sólo tiene dos horas libres a la semana y las dedica a editar desde su casa la página web del centro. «Esto es la igualdad de las diferencias», sentencia Martínez.
Fuente: http://www.nodo50.org/filosofem/spip.php?article372
Como en los mejores tiempos del franquismo, en vísperas de vacaciones y cuando se forman colas kilométricas de automóviles camino de las playas, el gobierno en funciones de Mariano Rajoy ha aprobado un Real Decreto que regula las reválidas de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y de Bachillerato. Lo hace precisamente cuando la gran mayoría de la comunidad educativa proponía a los partidos políticos que van a negociar la formación de gobierno una serie de medidas urgentes para evitar daños irreparables al alumnado. No atendiendo el clamor de la mayoría de comunidades autónomas que vienen pidiendo al Ministerio de Educación que pospusiera la aprobación de las pruebas externas por ser contrarias a ellas, como lo demostraron con el boicot a las de primaria. Por último, desprecia el acuerdo del anterior Congreso de los Diputados que aprobó en abril la paralización de la LOMCE por una amplia mayoría. En resumen, el gobierno del PP es todo imposición y nada de diálogo.
El Real Decreto, que regulan las evaluaciones finales de ESO y de Bachillerato, fija las materias troncales, las específicas y las optativas, el porcentaje de peso de las notas académicas (60%) y de las reválidas (40%), quién realiza las pruebas, las correcciones, establecimiento de fechas, etc. Los alumnos de ESO se examinarán de 7 asignaturas con 60 minutos por prueba, y los de Bachillerato de 8 asignaturas con una duración 90 minutos por cada una. Las reválidas durarán entre 4 y cinco días.
Solo podrán presentarse a ellas los alumnos que tengan un máximo de dos asignaturas suspensas en ESO (siempre que no sean Lengua y Matemáticas) y con todas aprobadas en Bachillerato. Los alumnos que no obtengan la nota suficiente no obtendrán los correspondientes títulos de ESO o de Bachillerato, aunque en el curso 2016/17 no tendrán aún efectos académicos. La reválida de Bachillerato sustituirá a la Prueba de Acceso a la Universidad.
El alumnado de ESO que no apruebe las dos convocatorias no obtendrá el título y no podrá seguir estudiando otra cosa que no sea la Formación Profesional Básica (FPB). Esto es un importante retroceso ya que supone ofertarles un itinerario pensado como final de trayecto. Hay que recordar que la FPB está siendo un rotundo fracaso en la opinión de los expertos, ya que al suspender la mitad del alumnado se convierte en una vía muerta.
Por ello las críticas no se han dejado esperar. Los directores de los centros educativos denuncian que estos alumnos quedarían en un auténtico limbo sin salidas y supondría aumentar el fracaso escolar y su práctica expulsión del sistema. La Confederación Estatal de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) ha anunciado queestudiará acciones jurídicas contra el gobierno por aprobar el Real Decreto estando en funciones.
El fondo del rechazo de la comunidad educativa a las reválidas es por el carácter segregador que tienen; porque establece pruebas externas de carácter finalista en las que el alumnado se juega a una carta el resultado final de muchos años de escolarización; porque no tienen en cuenta realmente el progreso del alumno y el contexto socioeconómico del centro; y porque sustraen la evaluación última al profesorado que les ha dado clase y les conoce. Las reválidas nos retrotraen medio siglo en el tiempo: al mismo sistema clasista que había antes de la ley de Educación de 1970.
Llegado a este punto, hay que hacer una afirmación: por supuesto que los profesionales no nos oponemos a la evaluación. El Foro de Sevilla la define bien: en la educación obligatoria la evaluación debe tener un claro propósito formativo, de conocimiento y apoyo a los procesos de aprendizaje y desarrollo personal. Una evaluación excluyente, sancionadora y de control –como plantea la LOMCE-, basada en pruebas frecuentes y estandarizadas, es contraria a su sentido educativo y a la diversidad humana, generando abandono y exclusión.
En resumen, el gobierno en funciones tiene legitimidad política cero para aprobar estas medidas que son las más polémicas de una que tiene un amplio y profundo rechazo. Y hay que sacar dos conclusiones. Una sobre la movilización: en septiembre la Marea Verde tendrá que volver a la calle en defensa de la Educación Pública. Otra política ahora que se está hablando de la investidura: lo realmente importante no estriba en qué gobierno se forma, sino para qué política y ya va siendo hora de dejar el teatro y hablar de las grandes cuestiones como la educación, el paro o las pensiones. Y en torno a ellas formar la mayoría de gobierno. Frente a la pesadilla de un nuevo gobierno del PP, debería de valer la mayoría que aprobó la paralización de la LOMCE en el Congreso de los Diputados.
Fuente: http://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/2016/07/30/revalidas-golpe-rajoy-la-educacion/1595
Imagen tomada de: https://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/files/2016/07/protesta_revalidas_Galicia.jpg
Finlandia/04 agosto 2016/Fuente: El Espectador
En un documental de diez minutos, el reconocido director Michael Moore averigua cuáles son las razones por las que este país arrasa en las Pruebas PISA. Una jornada escolar corta y enseñar artes, algunos de sus secretos.
Desde que se realizan las Pruebas Pisa (Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes) en Colombia, sus resultados siempre han sido desoladores. Hace dos años nuestro país ocupó el último puesto entre los evaluados, mientras que otras naciones como Shanghái, Nueva Zelanda y República Checa estaban en las primeras casillas.
Entre esos primeros puestos de estos exámenes creados por la OCDE, también es usual que aparezca Finlandia. Este país ubicado en el norte de Europa siempre se ha llevado el protagonismo. ¿Por qué? Eso fue lo que intentó averiguar Michael Moore, el reconocido documentalista estadounidense, director de, entre otros largometrajes, Sicko, Fahrenheit 9/11 y Bowling for Columbine.
Lo que se encontró, y que por nombre lleva “¿Qué invadimos ahora?”, es que la clave de la excelente educación en Finlandia está en varios elementos. Uno de ellos es que los estudiantes no hacen tareas mientras están en el colegio porque, dice la Ministra de Educación de ese país, “deben tener tiempo para ser niños y para disfrutar de la vida”.
Este es el documental, que hace poco fue publicado con subtítulos en español.
Fuente: http://www.elespectador.com/noticias/educacion/no-dejar-tarea-formula-del-exito-de-educacion-finlandia-articulo-646878