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Naciones Unidas: Cumbre Humanitaria Mundial, Estambul, 23-24 de mayo

Fuente UNICEF / 23 de Mayo de 2016

El mundo asiste a la mayor demanda de asistencia humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. Por primera vez en los 70 años de historia de las Naciones Unidas, el Secretario General Ban Ki-moon ha convocado la Cumbre Humanitaria Mundial en Estambul.

Ha presentado una Agenda para la humanidad en la que pide a los líderes mundiales que se comprometan a tomar medidas y a reducir el sufrimiento humanitario.

En la cumbre, UNICEF –Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia– realizará las actividades siguientes:

  • Presentación de un nuevo fondo con otros asociados, La educación no puede esperar, para ofrecer acceso al aprendizaje a los niños necesitados en situaciones de emergencia. Cerca de la cuarta parte de los niños en edad escolar de todo el mundo –462 millones– viven en países afectados por una crisis. Alrededor de 1 de cada 6 niños –o 75 millones– desde preprimaria hasta la enseñanza secundaria superior (desde los 3 a los 18 años) que viven en medio de una crisis humanitaria en todo el mundo tienen una necesidad desesperada de recibir apoyo educativo. El fondo pretende recaudar 3.850 millones de dólares durante 5 años para llegar a 13,6 millones de niños que necesitan una educación, antes de llegar a los 75 millones de niños en 2030.
  • Llamado a la acción para garantizar que los niños estén seguros y protegidos en las escuelas y los hospitales. Un nuevo análisis ha revelado que las fuerzas o grupos armados ocupan o atacan cada día cuatro escuelas u hospitales. Los gobiernos y otros actores deben proteger urgentemente las escuelas y los hospitales defendiendo las disposiciones del derecho internacional humanitario y la ley internacional de los derechos humanos. Los Estados deben firmar la Declaración sobre Escuelas Seguras.
  • Trabajar en un nuevo acuerdo para impedir que los niños sigan sufriendo porque el mundo no proporciona suficiente dinero para financiar las respuestas humanitarias. Sólo se ha recibido una cuarta parte del total de los fondos para el llamamiento humanitario mundial de UNICEF para 2016. El “Gran compromiso” está diseñado para liberar recursos logrando que los sistemas sean más eficientes y asegurando compromisos de los donantes a largo plazo.
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Édouard Louis: “Mi libro es una lucha contra la invisibilidad”

Una charla con el autor francés durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2016.

 Alessandra Miyagi /Redactora

«Una es más auténtica, mientras más se parece a lo que soñó de sí misma”, dijo Agrado frente a miles de espectadores en una escena memorable de «Todo sobre mi madre» (2000), de Pedro Almodóvar. Esta frase resuena como un mantra en la cabeza de un joven francés, mientras cumple cada uno de los engorrosos trámites para oficializar su cambio de identidad y acercarse por fin a la libertad, a sí mismo. Era el 2013 y tras 21 años de lucha, Eddy Bellegueule quedaba relegado al cajón de los recuerdos infantiles, para darle paso a Édouard Louis (Hallencourt, 1992), un nombre compuesto por dos nombres y ningún apellido, ningún vínculo familiar, ninguna imposición.
Hoy, Louis es uno de los escritores jóvenes más importantes del momento. Su primer libro «Para acabar con Eddy Bellegueule», una novela autobiográfica, se convirtió rápidamente en un éxito de ventas mundial y en todo un fenómeno de masas. Prueba de ello es la interminable fila de lectores de todas las edades y condiciones que espera pacientemente bajo la lluvia bogotana para obtener un autógrafo y una fotografía junto a este joven autor que retrata con lucidez la intolerancia y un primitivismo insospechado en la sociedad francesa.

Cambiar oficialmente tu nombre fue un acto simbólico muy importante, pues rompiste con tu pasado, pero también con tu familia. ¿Este fue un paso natural o fue una decisión que debiste evaluar durante mucho tiempo?
Me cambié el nombre y el apellido porque me di cuenta de que ese nombre no era simplemente una serie de letras, sino una historia, un pasado. Cada vez que oía a alguien decir “Eddy Bellegueule”, escuchaba “maricón”, “cabro”, “afeminado”… Me di cuenta de que para cambiar mi identidad, tenía también que cambiar mi nombre porque este simbolizaba la infancia que odié tan profundamente.
Y bueno, diría que sí fue un paso necesario y natural, pero también fue algo que tuve que pensar mucho. Quería cambiar mi nombre, pero al mismo tiempo es una decisión difícil, y tienes que pasar por un proceso largo: tienes que ir a la corte, justificar tu decisión… Y, por supuesto, mis padres se volvieron locos cuando les conté porque lo sintieron como un acto muy violento. Para mi padre, el nombre que me había puesto, ‘Eddy’, era una fuente de orgullo, porque fue el que escogió para su primer hijo, y cuando lo cambié, él entendió que yo estaba cambiando mi vida, que yo mismo estaba cambiando.

¿Y ahora tu familia te llama Èdouard?
Al principio se negaban a hacerlo, fue algo muy complicado para todos. Por ejemplo, cada vez que intentaba hablar con mis padres, no funcionaba porque ellos me llamaban ‘Eddy’, así que yo les decía “Si me llaman ‘Eddy’, no hablaré con ustedes”, y colgaba el teléfono o me quedaba callado. Les dije “Hablaré con ustedes el día en que me llamen ‘Èdouard’ porque es quien yo escogí ser ahora”. Del mismo modo en que si me hubiera cambiado el sexo, querría y esperaría que los demás me considerasen una mujer, que acepten lo que yo quiero ser, lo que soy.
Al principio, mi nombre fue una fuente de conflicto constante con mi familia. Pero luego de que publiqué «Para acabar con Eddy Bellegueule», mi padre me dijo que estaba muy orgulloso de mí, fue la primera vez que me lo dijo, y empezó a llamarme ‘Èdouard’.

Tu madre, por otro lado, no tomó muy bien la publicación de tu novela…
No, para nada. Se volvió loca, se puso en mi contra; me atacaba y le decía a todo el mundo, incluso a la prensa, que yo era un mentiroso.

¿Y por qué crees que su reacción fue tan distinta a la de tu padre?
Es muy difícil de saber, pero puede que haya sido porque, como mujer, mi madre aprendió a pelear para poder sobrevivir en ese mundo machista que describo en la novela. La dominación masculina es muy fuerte ahí. Aunque no me gustó la manera en la que reaccionó cuando publiqué el libro, al mismo tiempo entendí por qué: porque ella debía luchar, como luchó durante toda su vida.

En el imaginario latinoamericano, pensamos a Europa como un lugar mucho más progresista, tolerante y abierto que el nuestro. Y cuando pensamos específicamente en Francia, las ideas de igualdad, fraternidad y libertad son las primeras que nos vienen a la cabeza. Sin embargo, tu novela retrata una realidad que cuestiona esta concepción del mundo. ¿Cómo reaccionó la sociedad francesa, los grupos de poder al leer tu libro?
Precisamente, cuando se habla de Europa o de Francia, solo se piensa en una determinada clase social. Sin embargo, existen muchas otras personas, muchos grupos minoritarios que no incluimos en la idea de estos lugares, porque simplemente somos invisibles, nadie habla de nosotros. Hay una realidad que es olvidada, y nos hemos acostumbrado a no saber de ella ni por los medios de comunicación o la literatura o el arte… Es por eso que empecé a escribir «Para acabar con Eddy Bellegueule», porque tenía la impresión de que el mundo de mi infancia, el mundo de muchas personas de las clases populares, no existía en la literatura ni en el discurso político. Escribí el libro en contra del hecho de que cuando hablamos de Francia, solo lo hacemos sobre una pequeña parte. Mi libro es una lucha contra la invisibilidad a la que son sometidas estas minorías sociales en mi país.

La invisibilidad y la marginación son también maneras de ejercer la violencia sobre los demás…
Exactamente. La invisibilidad es una de las herramientas más poderosas de la violencia. Es lo que se hace, por ejemplo, contra los homosexuales, los transexuales… Los movimientos LGTB surgen para darles visibilidad a estas personas, para poder existir políticamente, porque si no hablamos de sus realidades, no podemos cambiarlas. Tenemos que hacer un diagnóstico de la realidad para poder incidir en ella.

Tuviste problemas para publicar tu novela justamente por este asunto: muchos editores te dijeron que la realidad que describes no existe. ¿Crees que hay discriminación en el mundo de las letras?
Sí, por supuesto que la hay. Nadie quería publicar mi novela; los editores me decían que era totalmente inverosímil y que nadie lo iba a creer; pero el que no podía creer esa reacción era yo. Cuando empecé a escribir el libro en París, vi una vez a una mujer muy rica, vestida de pies a cabeza con ropa Chanel… yo no podía creer que esa realidad existiera. En ese momento, me di cuenta de que todos tenemos en la mente la caricatura de alguien más. Así que cuando me reuní con aquellos editores y me dijeron “Esto que tú nos muestras es una caricatura”, yo les respondí “Pero esa es una cuestión de perspectiva. Tú eres una caricatura para mí porque estás tan lejos de esta realidad que yo conozco, porque creciste en París, porque tus padres fueron periodistas o académicos como tú, y crees que las demás realidades no existen. Tú eres tanto una caricatura para mis padres, como mis padres lo son para ti”.

La mirada del otro es un factor que muchas veces determina la identidad de uno mismo…
Exactamente, ese es uno de los temas principales de la novela. Al comienzo del libro, aparecen estos dos adolescentes que atacan a Eddy por ser diferente, lo humillan y le escupen en la cara. Y este estallido de desprecio y de violencia actúa en el inconsciente de Eddy; es decir, él es definido por ellos, por sus palabras y por el discurso que manejan. Y esta es la historia de la mayoría de los desfavorecidos socialmente: eres negro, eres marica, eres pobre, eres musulmán. La mayoría de nosotros hemos sido definidos violentamente por el lenguaje de los otros.

¿Y es por eso, quizá, que la novela está estructurada a partir del retrato de las personas que rodean a Eddy, de sus visiones del mundo?
Así es. Porque si yo quería contar la historia de mi infancia, tenía que contar lo que yo quería ser, pero también lo que los demás querían que yo fuera, tenía que hablar sobre las identidades y las vidas que me impusieron porque todas ellas forman parte de la misma realidad.
La realidad de Eddy estaba determinada de antemano por su entorno: por la idea de masculinidad que ahí se maneja, por la escuela, por lo que los demás piensan de él… Eddy es el resultado de todas estas realidades.

Otro de los temas fundamentales del libro es la búsqueda del origen de aquella violencia. ¿Cuál es?
Creo que el origen de la violencia es la dominación. Pierre Bordieu ha desarrollado un concepto muy hermoso sobre el principio de conservación de la violencia, dice que cuando estás rodeado de violencia todo el tiempo, todos los días, la terminas reproduciendo en tu propio comportamiento con las demás personas.
La violencia que mis padres demuestran es una consecuencia de la dominación social a la que están sometidos. De eso habla el libro, de la violencia como un producto de la dominación social.

¿Cómo crees que se puede romper con el determinismo social?
Creo que para romper con el determinismo, tenemos que crear más determinismo, pero uno positivo, evidentemente. Esperar que la gente escape de las imposiciones sociales sería tomar una posición pasiva; pero si creamos más determinismo, es decir, más estructuras, más programas en la escuela, más plataformas para que los oprimidos salgan de los entornos hostiles, estaríamos dándole a la gente mejores posibilidades de alcanzar la libertad. Eddy, por ejemplo, estaba sobredeterminado por su clase social y su identidad sexual, por estos dos elementos que se encuentran en oposición; es por eso que escapa, porque su vida ahí es imposible.

¿Y qué crees que hubiera pasado con Eddy si no hubiera escapado?
Se habría suicidado, sin ninguna duda. Cuando era niño, estaba obsesionado con el suicidio, pensaba en eso todos los días. Es algo bizarro pensar que a los seis o siete años, mi mente estuviera tan enfocada en esa idea. No pasaba un solo día en el que no fantaseara con esta idea porque simplemente no encontraba ninguna otra salida para lidiar con esa vida que me tocó. Esto sucede mucho entre los homosexuales.

¿Cómo alcanzaste el equilibrio entre la necesidad de olvidar y la de recordar?

Cuando me encontraba escribiendo la novela, me dije que a través de este libro yo podría perdonar todo, perdonar la violencia de mis padres, perdonar a los chicos que me escupían y golpeaban todos los días en el colegio, a la gente que me insultaba sin motivo… Porque pensé que esta gente que me rodeó en la infancia —incluso si los odiaba o si no los quería, incluso si no quiero a mis padres—también es víctima de esta violencia. Pero perdonar no significa amar. Traté de entender, lo hice y me di cuenta de que ellos no son responsables por esta violencia que reproducen o generan, sino que son las condiciones de sus vidas las que les imponen vivir inmersos en ella.

¿Podríamos decir, entonces, que la escritura de esta novela te ayudó a sublimar estos sentimientos y recuerdos negativos?
Sí, fue una suerte de sublimación, pero no fue un ejercicio de catarsis o de olvido. Luego de mi infancia, luego de que salí de mi casa, no me sentí traumatizado. Tan pronto como escapé de ahí, me sentí automáticamente bien… De chico, no sentí realmente la violencia de muchos de los episodios que cuento en la novela, para mí simplemente era la vida, por ejemplo, cuando no teníamos comida o leña para calentarnos en el invierno, porque todo el mundo vivía bajo estas mismas condiciones en mi pueblo. Escribir la novela fue una actividad muy racional, donde fui descubriendo esta violencia que no identifiqué como tal en su momento, con el fin de cambiarla.

Woody Allen dijo que la comedia es tragedia más tiempo. Evidentemente, no creo que al mirar hacia atrás puedas reírte de aquello, pero sí puedes hacerlo y sentirte tranquilo gracias a la distancia.
Estoy de acuerdo con Woody Allen [risas]. Sí, me siento bastante tranquilo con el pasado. De hecho, hay ciertas partes de la novela que son divertidas o graciosas. Aunque suene terrible, a veces la violencia resulta graciosa, cuando hacemos bromas, por ejemplo. Pero yo no quería hacer de la violencia algo bello, una estética, sino que lo que quería era escapar de ello.
Me siento tranquilo ahora que ha pasado el tiempo; si siento rabia o tristeza, no es por mí, sino por la vida que lleva mi familia. Mientras escribía el libro, eso me afectaba, así que traté de manejarlo lo mejor que pude para sentir menos rabia posible, porque sabía que no sería justo, no sería legítimo sentir rencor contra ellos.

Cuando publicaste la novela, les enviaste una copia a Almodóvar y a Penélope Cruz. ¿Alguna vez recibiste respuesta de ellos?
[Risas] ¡¿Cómo sabes eso?! También le envié una copia a Javier Barden porque me encanta [risas]. Almodóvar me escribió diciendo que le había encantado mi novela. ¡Fue uno de los momentos más hermosos e inspiradores de mi vida! Aún sigo esperando que Penélope y Javier me respondan, así que si están leyendo esta entrevista, por favor, escríbanme… [risas].
Claro, mucha gente me pregunta qué autores me han influido, pero el que me dedique a escribir no significa que solamente me inspire la literatura; me siento inspirado tan por Faulkner como por Penélope Cruz. Cuando la veo, me encanta porque es tan fuerte, y pienso que me gustaría escribir algo tan poderoso como ella.

Hablando de temas fuertes, en tu segunda novela «Histoire de la violence», hablas sobre la violación y el intento de asesinato que sufriste…
Sentí que no existe una verdadera literatura que aborde el tema de la violación desde el punto de vista del hombre. La mayor parte de estos testimonios son de mujeres porque la mayor parte de las veces son ellas las víctimas. Quería dar una nueva perspectiva sobre este asunto tan importante y dejado de lado.
La historia sucede en un ambiente cerrado, en el pequeño cuarto que alquilaba en París. La noche de navidad del 2012 conocí a un chico con quien sentí una conexión muy especial; de hecho, la novela empieza como una historia de amor apasionada. Luego, él me cuenta su pasado, la historia de su vida y, de pronto, entra en un estado como psicótico; es ahí cuando me ataca. Este libro es un intento de entender lo que pasó aquella noche, entender por qué esta violencia apareció tan abruptamente. Aunque «Para acabar con Eddy Bellegueule» e «Histoire de la violence» son libros muy distintos entre sí, forman parte del mismo proyecto.

Y ahora estás trabajando en una nueva novela. ¿En esta también abordas el tema de la violencia desde un registro autobiográfico?
Precisamente, en este libro trato de encontrar una manera de eliminar las fronteras entre la ficción y la realidad. Estoy buscando una nueva forma de narrar que me permita contar la historia de todo lo que vi, de mis experiencias, de lo que aprendí, pero de una manera genuina. Por ejemplo, en la mi segunda novela, hay un capítulo donde hablo sobre unos chicos que conocí, cuyo pasado desconozco; así que recurrí a los recuerdos, a la infancia de mis amigos o de mi familia y me imagino a estos chicos viviendo sus experiencias, porque ellos tuvieron una infancia parecida a la mis padres, mis abuelos, mis amigos del pueblo. Así que es como una manera sociológica y literaria de escribir de una manera diferente y no quedar atascado en la oposición entre la ficción y la realidad.
De todas formas, quiero mantener la línea de la realidad porque me parece que es muy potente escribir sobre hechos reales; por ejemplo, cuando Alexievich publica un libro, podemos leer la historia de personas que existen realmente, de modo que el texto nos interpela, nos demuestra que no tenemos tiempo que perder, que debemos cambiar las cosas ahora. Y siento que así, mostrando la realidad, uno puede alcanzar esos cambios más rápidamente. Lo cual no quiere decir que esté en contra de la ficción; todo lo contrario, yo leo mucha ficción y muchos de mis autores favoritos escriben ficción; solo que mi proyecto personal va por otro lado.

¿Y cuándo crees que terminarás esta tercera novela?
Me gustaría terminarla antes de cumplir los 25 años, porque André Gide publicó tres novelas antes de los 25 años, y me da mucha envidia, yo también quiero hacer lo mismo [risas].

Fuente de la entrevista: http://elcomercio.pe/eldominical/entrevista/edouard-louis-mi-libro-lucha-contra-invisibilidad-noticia-1902877

Fecha de la publicación en OVE: 23 Mayo 2015

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En España: Las ONG de infancia tienen dudas sobre quiénes deben presentar el certificado de delitos sexuales

22/05/2016 MADRID
Las organizaciones de infancia piden concretar qué se entiende por «contacto directo con menores» en la ley que dio lugar al Registro de Delincuentes Sexuales y que exige a los profesionales y voluntarios que desempeñen labores con niños presentar un certificado que acredite que no tienen esos antecedentes. Desde que entró en vigor la norma, las ONG han planteado diversas dudas, que urgen a resolver antes del verano, cuando se multiplican las actividades con niños.
Así lo trasladó a Servimedia Ricardo Ibarra, director de la Plataforma de Infancia, entidad que aglutina a más de 50 ONG que defienden los derechos de los menores en España y que en las próximas semanas recibirán formación al respecto en unos seminarios que está ultimando con el Ministerio de Justicia, organismo del que depende el registro.
“Muchas entidades que trabajan en el ámbito del tiempo libre tienen muchas dudas de cara al verano, por campamentos y demás”, dijo, recordando que, desde la entrada en vigor de la ley, a principios de año, y del registro, el 1 de marzo, las ONG han mostrado repetidamente su preocupación en sus contactos con representantes de las administraciones sobre qué tipos de profesiones o labores deben aportar el certificado. Tampoco les queda claro durante cuánto tiempo tiene validez.
“Si hubiera un incidente, la empresa o la asociación sería responsable en cierto grado”, añadió. Según dijo el director de la Plataforma de Infancia, “objetivamente” hay profesiones, como son las de los educadores, sobre las que no hay tantas dudas, pero en otros casos no queda claro.
VACACIONES DE VERANO
“Ya no es el monitor encargado del niño o niña, sino una persona que trabaja en un entorno en el que puede estar en contacto con niños pero no de manera tan habitual, como por ejemplo el cocinero de un campamento, o, de cara a las vacaciones, en un hotel o un restaurante. Hay un montón de profesiones que es más interpretable eso del contacto habitual”, explicó.
Por ello, reclamó que “la reglamentación debería dejar más claro qué profesiones son de contacto habitual para exigir los certificados y otras en las que sería más bien recomendable”.
Otra cuestión, añadió este portavoz de las ONG de infancia, es si el certificado tendría que tener “una validez permanente” o se debería “renovar cada equis tiempo”. En el caso de un trabajador con una empresa, si hay un delito posterior a la petición del certificado “no va a ser necesario, porque la empresa se va a enterar de que esa persona ha ingresado en prisión porque estos delitos tienen penas de cárcel”, dijo, pero “puede ser más complicado” para los voluntariados.
Finalmente, las ONG también tienen preguntas a Justicia sobre temas “más técnicos” a raíz de las complicaciones que han encontrado algunas empresas cuando han pedido los certificados en nombre de sus trabajadores.
Fuente de la noticia: http://www.teinteresa.es/espana/INFANCIA-PRESENTAR-CERTIFICADO-DELITOS-SEXUALES_0_1581441860.html
Fecha de publicación en OVE: 22 Mayo 2016
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Ir a la escuela, el deseo de miles de niños refugiados en Grecia

Según datos de Unicef, el 40% de los más de 50.000 refugiados atrapados el país heleno tras el cierre de las fronteras son menores

Republica.com/  | ATENAS 

Agolpados junto a la entrada del campo de refugiados de Eleonas, decenas de niños intentan subir al autobús que espera fuera y los lleva a diario hasta un centro en el que se imparten clases de inglés. Todos están sedientos de aprender, pero no todos pueden ir a clase, por falta de plazas. Aunque algunos saben que su nombre no está en la lista, hacen la cola igualmente. Cuando no les dejan subir al autobús gritan, lloran, se despiden de sus amigos con resignación. Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el 40% de los más de 50.000 refugiados atrapados en Grecia tras el cierre de las fronteras son menores de edad.

La mayoría lleva varios meses sin ir a la escuela. Durante el viaje, al llegar a Grecia porque no tienen la opción y en su país porque la guerra destroza escuelas sin hacer distinción y, sobre todo, atemoriza a las familias, que en muchos casos prefieren que sus hijos se queden en casa por miedo a lo que pueda ocurrir durante el trayecto.

El ministerio de Educación griego ha creado dos comités de expertos para diseñar actividades educativas para el verano y un curso propiamente dicho a partir de septiembre.

En algunos centros de refugiados establecidos por el Gobierno ya se está llevando a cabo un programa piloto en el que dan clases de inglés a algunos niños residentes en estos centros.

A algunos, porque de momento no hay plazas para todos. Marya, procedente de Kabul, tiene tres hijos y de momento solo su hija mayor, Muzhda, puede coger el autobús que los lleva desde Eleonas hasta su clase de inglés cuatro tardes a la semana.

A partir de septiembre nuestro objetivo es poner en marcha proyectos de educación globales, cursos de integración al sistema educativo, no limitados al aprendizaje de idiomas. Para ello pretendemos involucrar también a Acnur y Unicef”, explica a Efe Yanis Pandís, secretario general del ministerio de Educación.

Gestión de menores refugiados

El ministro de Migración griego, Yanis Muzalas, envió a principios de esta semana una carta a Unicef pidiéndole que se implique en la gestión de los menores refugiados.

Uno de los grandes problemas para coordinar la educación de todos los menores que se encuentran en Grecia es que muchos no están en centros gubernamentales, sino en Idomeni, el campamento improvisado junto a la frontera grecomacedonia que desde hace meses es el principal punto de aglomeración de refugiados, que se niegan a abandonarlo con la esperanza de que las fronteras abran de nuevo.

Los servicios de este tipo en las zonas no oficiales quedan en manos de las organizaciones no gubernamentales y los voluntarios. En Idomeni hay ahora dos escuelas montadas por organizaciones no gubernamentales, que en tiendas de campaña intentan enseñar idiomas a los niños del campo.

Escuelas puestas en marcha por las ONG

La escuela montada por BorderFree Association lleva en funcionamiento tan solo una semana, pero ya dan siete horas de clases de inglés al día a 90 chicos y chicas de entre 3 y 19 años. Tienen planeado montar otra tienda para ampliar las clases. “Cuando hablamos con los padres de los niños nos cuentan que antes estaban siempre tristes y aburridos. Ir a la escuela es lo mejor que les podía pasar”, cuenta Nedal, el único refugiado por el momento que participa en la escuela como profesor.

La situación es aún más complicada para los menores que llegaron a Europa tras la puesta en marcha del acuerdo de migración entre la Unión Europea y Turquía el pasado 20 de marzo.

Encerrados en los que fueron centros de registro en las islas del Egeo, en unambiente de superpoblación, crispación y desinformación, no solo no tienen acceso a una educación, sino que están detenidos hasta que se gestionen sus peticiones de asilo, o sean devueltos a Turquía.

François Crepeau, relator especial de las Naciones Unidas sobre derechos de los migrantes, pidió esta semana al Gobierno griego que deje en libertad a los menores que se encuentran en estos centros. “Los niños no deberían ser detenidos, punto. El arresto debe ordenarse solo cuando una persona represente un riesgo, peligro o amenaza para la sociedad, y tiene que ser una amenaza basada en hechos, no en intuiciones”, dijo Crepeau.

La organización no gubernamental Remar, la única que permanece en los centros gubernamentales de las islas reconvertidos en centros de detención, ha organizado diversas áreas específicas para niños, “zonas seguras” donde pueden jugar tranquilos, pero no tienen los medios ni los permisos de las autoridades competentes para impartir clases.

Hay una generación de niños en Europa que hasta ahora solo ha conocido guerra, violencia y supervivencia. Una generación de niños que están creciendo en tiendas de campaña por toda Grecia, sin aprender a leer, a sumar, o a comunicarse en el idioma del país en el que van a vivir.

Fuente: http://www.republica.com/2016/05/22/ir-a-la-escuela-el-deseo-de-miles-de-ninos-refugiados-en-grecia/

Fecha de la publicación en OVE: 22 Mayo 2016

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Guía ¿Qué es y cómo hacer periodismo ambiental?

periodismociudadano/ 

Probablemente alguna vez te escandalizaste por un derrame de petróleo. Quizás te preocupaste por decenas de cadáveres de delfines varados en una playa. Tal vez quedaste maravillado ante un remolino de rojos, azules, amarillos y verdes cuando cientos de loros y guacamayos se asentaron en un acantilado de arcilla con vista a un río amazónico. Acaso observaste a un reciclador hurgando una noche entre tu basura y te preguntaste dónde terminarían esas botellas vacías. O tal vez te has preguntado en qué forma cualquiera de estos hechos, o todos ellos, afectan nuestra salud y la de nuestras comunidades, así como el agua y el aire.

Hay muchas razones diferentes por las cuales nos hacemos periodistas ambientales, pero nuestra misión es muy similar: contar historias que ayuden a las personas a entender mejor cómo es que los seres humanos nos relacionamos con el mundo natural que nos rodea, la forma en que este afecta nuestras vidas y el impacto que tenemos en él. Como periodistas ambientales, tenemos la oportunidad de plantear temas que otras personas no tienen en cuenta, o preguntar sobre prácticas que son muy buenas (y pueden servir de ejemplo) o muy malas (y deben ser cambiadas). Podemos abogar por justicia cuando los derechos de las personas se ven transgredidos o amenazados, y podemos educar a la gente para que puedan convertirse en sus propios mejores defensores.

A medida que aumenta la conciencia pública sobre cuestiones medioambientales —desde el uso de pesticidas, pasando por el cambio climático, hasta el deslizamiento de relaves mineros, por ejemplo—, también lo hace la necesidad de que haya periodistas que puedan investigar y explicar las causas, consecuencias y posibles soluciones. Si bien el periodismo ambiental es una especialidad, esta no existe de forma aislada.

Así, si bien te ayuda el conocer un poco sobre la ciencia medioambiental, probablemente también te encontrarás abordando temas de política, economía, salud, aspectos sociales y puntos de vista culturales: cómo es que el mercurio en los peces afecta a la salud humana, por ejemplo, o los datos económicos de cómo el oro proveniente de la minería ilegal en la Amazonía termina en los mercados internacionales, o cómo la construcción de una hidroeléctrica afecta a las tradiciones culturales de las comunidades indígenas aledañas, y puede estar relacionada con la corrupción.

Te encontrarás analizando la relación entre los temas ambientales y otros temas: cómo es que cambios en las leyes del sector forestal y de los derechos de tierras condujeron a enfrentamientos violentos en el norte de la Amazonía peruana en 20094, por ejemplo, o las consecuencias a largo plazo del deslave de barro por la rotura de diques de contención de una minera en Brasil.

Probablemente encontrarás que muchas de las comunidades más afectadas por la contaminación y otros problemas ambientales son barrios pobres de la periferia de las ciudades, o comunidades indígenas rurales que están alejadas de los servicios públicos y su situación es desconocida para el público en general.

Debido a que esos barrios y pueblos tienden a carecer de la influencia política o económica que necesitan para llamar la atención sobre sus problemas, Robert Bullard, quien popularizó el término “justicia ambiental” en los Estados Unidos, las llama “comunidades invisibles”.

Otros, sin embargo, dicen que esas comunidades son en realidad “invisibilizadas”, porque la mayoría de personas no se molestan en prestarles atención. Como periodista ambiental, las buscarás y ayudarás a dar a conocer sus problemas.

Al hacer tus reportajes, puedes conocer a personas que arriesgan sus vidas por agua limpia, un lugar seguro y saludable para vivir o por el derecho a la tierra que les provee su sustento. El grupo sin fines de lucro Global Witness documentó los asesinatos de 116 activistas ambientales en 2014. El 40% de ellos eran indígenas, y tres cuartas partes de los asesinatos tuvieron lugar en Centroamérica y Sudamérica. Contar sus historias es una tarea importante para periodistas ambientales.

Ese tipo de reportajes, sin embargo, también pueden poner en riesgo a los periodistas. La Federación Latinoamericana de Periodistas señala que entre 2006 y 2015 fueron asesinados 342 periodistas (en general, no sólo ambientales), de los cuales 43 ocurrieron en 20158. Es bueno pensar en esto de antemano y estar preparado(a).

Por último, reportamos sobre el medio ambiente debido a que el bienestar de todas las especies depende de la salud de nuestro planeta. Como seres humanos, tenemos más poder que cualquier otra especie para determinar el futuro de la Tierra, y las decisiones que tomemos hoy tendrán consecuencias durante años y décadas, y siglos venideros. Como periodista ambiental, es tu trabajo investigar, informar y educar, para ayudar a tu audiencia a entender las consecuencias de los productos o servicios que fabrican, eligen o compran. Es un trabajo que nunca es aburrido; que te llevará a lugares recónditos y te dará la oportunidad de conocer a gente fascinante.

Es un privilegio y una responsabilidad, y puede ser muy divertido.

Clic aquí para descargar y compartir la Guía ¿Qué es y cómo hacer periodismo ambiental?

Fuente: http://www.comunicacionesaliadas.com/guia-que-es-y-como-hacer-periodismo-ambiental/

Fecha de publicación en OVE: 22 Mayo 2016

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Banco Mundial: Este 23 de Mayo Conferencia «Ganar las guerras fiscales»

Fuente Grupo Banco Mundial / 22 de Mayo de 2016

Fecha: Lunes, 23 de mayo y martes 24
Hora del día 1: 14.00 a 17.00, hora de la ciudad de Washington / 18.00 a 21.00 (GMT) o vea su hora local
Hora del día 2: 9.00 a 10.30, hora de la ciudad de Washington / 13.00 – 14.30pm (GMT) o vea su hora local
Lugar: En línea

Los países en desarrollo enfrentan presiones en materia de competitividad que los pueden llevar a bajar las tasas impositivas y reducir su base imponible. Ellos deben también combatir la evasión de impuestos de las empresas multinacionales y los mecanismos para evadir el pago de tributos usados por los ricos, tal como lo demostró recientemente la publicación de los papeles de Panamá. Estas dinámicas están dañando a los países en desarrollo, poniendo en peligro su habilidad de fortalecer la capacidad del Estado y, en algunas ocasiones, dando lugar a aumentos de impuestos para los pobres.

¿Pueden los países en desarrollo ganar estas «guerras fiscales» por sí solos? ¿Qué podemos hacer para ayudarlos? ¡Únase al debate!

Haga clic aquí (i) para obtener más información sobre la conferencia completa, que durará dos días.

Agenda:

Día 1: «Reducir el secreto y mejorar la transparencia fiscal»

El exsenador estadounidense, Carl Levin, dará inicio al diálogo sobre cómo las investigaciones impulsadas por los Gobiernos pueden dar lugar a mejores leyes tributarias y de qué manera los países en desarrollo pueden enfrentar mejor la planificación fiscal agresiva de las empresas multinacionales. Levin encabezó varias investigaciones de alto nivel relacionadas con casos de evasión tributaria y prácticas dirigidas a evitar el pago de impuestos, entre ellas el uso de paraísos fiscales por parte de la empresa Apple, y promovió numerosas reformas sobre contabilidad empresarial y contra el lavado de dinero en Estados Unidos. Posteriormente, habrá un debate interactivo, en el que la audiencia que esté conectada en Twitter podrá votar.

Día 2: «Ampliar la base imponible mundial: Imponer gravámenes para promover bienes públicos y los impuestos al tabaco»

El profesor George Akerlof, ganador del Premio Nobel de Economía en 2001, y el profesor Philip Cook de la Universidad de Duke abrirán un debate acerca del uso de los impuestos al tabaco para mejorar la salud y aumentar los ingresos, prestando especial atención a las experiencias de Filipinas, China y Uruguay.

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Desplazar al objeto: la importancia de pasar de los instrumentos a la cultura del aprendizaje en el contexto del arte + educación

A finales del 2015, en Matadero Madrid tuvo lugar una experiencia singular. Una experiencia a la que hemos llamado Ni arte ni educación  niartenieducacion.com y que ha sido comisariada por GED (Grupo de Educación Disruptiva de Matadero Madrid) y coordinada por Pedagogías Invisibles. Faltan ya pocos días para que termine (concretamente, el 10 de enero) y vamos a necesitar muchos meses para digerirla y analizarla.

Dentro del contexto de Ni arte ni educación hemos intentado, entre otras cosas, abandonar la importancia del objeto como centro de los procesos de la educación artística y desplazarlo fuera de la acción, un problema recurrente no solo en las exposiciones, sino también, y fundamentalmente, en el ejercicio cotidiano de la enseñanza de las artes visuales en los contextos educativos de cualquier tipo. En muchos de ellos, ya hablemos de museos, de escuelas o de la propia universidad, la educación artística se encuentra muy vinculada a la realidad de los instrumentos, de las cosas, a la idea de que el ADN de nuestra disciplina se despliega básicamente en producir objetos, supuestamente bellos, en probablemente menos de cuarenta y cinco minutos.

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Cerremos los ojos y construyamos una ficción en la que se despliegue el imaginario social de la educación artística: un atelier de técnicas múltiples donde construir esos “objetos” que, una vez terminada la “clase”, llevaremos a nuestra casa: un ratón creado a través de un envase reciclado de yogur, un cenicero (???) realizado en barro para el día del Padre, un collar de macarrones, un mural…

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La educación artística dentro de este paradigma solo se entiende a sí misma como un servicio, como un producto para agradar estéticamente a ese destinatario del cenicero, del collar, del mural. Una educación artística donde la técnica es el vehículo desde donde se construye un armazón formal vacío de significado, una educación artística que cumple firmemente su objetivo: silenciar las artes visuales como una estrategia de conocimiento.

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Pero lo que pretendemos desde Ni arte ni educación es reformular este paradigma, poner sobre la mesa la realidad de que la sociedad liberal neocapitalista en la que vivimos necesita otra educación artística porque necesita, precisamente, ser desestructurada. Por esta razón, una educación artística conectada con la realidad social asume el fracaso del proyecto modernista y puede ser entendida desde tres ideas base.

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1. Pasar de los objetos bonitos a los proyectos incómodos

En el momento actual, quizá la premisa más importante sea la de transformar los objetos en proyectos; en proyectos que tal vez contengan objetos, pero construidos en diferentes fases, incidiendo en la idea de proceso que subyace en la producción de cualquier relato; un proceso que, salvo en casos milagrosos, no se completa en cuarenta y cinco minutos, sino en mucho más tiempo. Necesitamos proyectos largos que deriven en procesos profundos y complejos desde donde abandonar la idea de servicio, desde donde repensar la estética y, quizá, abordar el arte contemporáneo.

Necesitamos los proyectos para reflexionar sobre la visualidad. Descubrir que construir una imagen es un proceso sumamente complejo en el que se suceden miles de capas de significado. La trampa más efectiva de la educación artística tradicional es la de transmitir la idea de que las imágenes sí que pueden completarse en muy poco tiempo, siendo este el aprendizaje que nos conduce a muchos de nosotros a cuestionar la profesionalidad de muchos artistas y la credibilidad de muchas obras.

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2. Utilizar la técnica al servicio del conocimiento

Si analizamos los procesos de trabajo de los artistas visuales, vemos que en muchos casos la técnica deviene en un requisito secundario a la idea, siendo esta, precisamente, el comienzo de la acción. Pero si analizamos los procesos de trabajo en la educación artística, muchas veces ocurre justo al revés: es la técnica la que vertebra la acción, de manera que el recurso que se convierte en el comienzo y en el fin de la actividad es un acercamiento (imposible) al dominio de un procedimiento concreto.

Hemos de partir de la base de que quizá esta transferencia deba invertirse; de que si la técnica asume un papel secundario en las artes visuales contemporáneas (incluida la realidad de que, en muchas ocasiones, la realización técnica de determinadas piezas es directamente contratada por los artistas a profesionales ajenos), en la educación artística que queremos crear también debe ser secundario el papel de la técnica y, siendo muy valientes, sería pertinente diseñar actividades sin materiales físicos o actividades desde donde resignificar los materiales tradicionales para renovar no solo los procesos de construcción, sino también los resultados de dichos procesos.

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3. Teorías refutables y experiencias i-replicables

Como dijo Mónica Hoff en “Antes que se vuelva pedagogía” (http://www.niartenieducacion.com/project/antes-que-se-vuelva-pedagogia-ni-arte-ni-curaduria-ni-educacion/): “Hoy estamos aquí para crear teorías refutables y pedagogías sin importancia”. Y es que otra de las cuestiones importantes de este proceso de cambio que hay que poner encima de la mesa es la irreplicabilidad de los procesos de arte + educación. La idea de desplazar al objeto conecta con la propuesta de abandonar la réplica desde la simplicidad. En esta otra educación artística que debemos crear no es posible copiar ninguna de las experiencias que los arteducadores diseñan e implementan, sino que tendremos que entenderlas como fuentes de inspiración para crear otros proyectos; así podremos abordar las formas simples de manera compleja, en vez de abordar las formas complejas de manera simple.

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Como le acabo de escuchar decir a Antonio Lafuente en México:“Hay que pasar de dar valor a los instrumentos de aprendizaje a dar valor a la cultura del aprendizaje”. Quizá sea este el cambio que englobe a los demás: dejar de entender la educación artística como la construcción de una sucesión de instrumentos para entenderla como una cultura de aprendizaje en sí misma, como una metodología de trabajo desde la que construir cualquier tipo de conocimiento, tal como explica Luis Camnitzer a través de la visibilización del concepto Art Thinking (http://supercommunity.e-flux.com/texts/thinking-about-art-thinking/).

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Esta propuesta es clave en nuestra parcela, pero también es clave en todas las parcelas educativas. Y precisamente es clave para deshacer las parcelas, porque entender las artes visuales no como una asignatura aislada, sino como una metodología de creación de conocimiento para cualquier asignatura, es uno de los grandes retos que tenemos que ejecutar para abordar el cambio de paradigma en educación.

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*Las fotos de este post pertencen a la sesión “Ni arte, ni curaduría ni educación” impartida por Mónica Hoff en el contexto de “Ni arte ni educación” y han sido realizadas por Jorge Mirón www.jorgemiron.net

Fuente del artículo: http://www.mariaacaso.es/desplazar-al-objeto-la-importancia-de-pasar-de-los-instrumentos-a-la-cultura-del-aprendizaje-en-el-contexto-del-arte-educacion/#more-1589

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