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Portugal: Ministro da Ciência, Tecnologia e Ensino Superior aprofunda cooperação com o Brasil

Portugal / 16 de agosto de 2017 / Fuente: http://www.portugal.gov.pt

O Ministro da Ciência, Tecnologia e Ensino Superior, Manuel Heitor, visita o Brasil de 27 a 31 de julho para promover a cooperação na investigação e desenvolvimento tecnológico na área da mobilidade sustentável e redes de energia.

O Ministro visita o Parque Tecnológico do Itaipu e a Itaipu Binacional, a maior hidroelétrica do mundo em geração de energia elétrica, produzindo atualmente cerca de 75% da energia elétrica do Paraguai e 17% da energia do Brasil no dai 28 de julho.

A visita é feita a convite do Diretor do Parque Tecnológico do Itaipu e, nessa ocasião, o Ministro Manuel Heitor participa na apresentação e assinatura de um protocolo de cooperação científica e tecnológica entre o CeiiA, Centro de Engenharia em mobilidade sustentável, e o Parque Tecnológico da Itaipu, alargando a parceria já existente no setor da mobilidade entre as duas entidades. A visita tem ainda como objetivo alavancar novos desenvolvimentos tecnológicos conjuntos na área da mobilidade sustentável e redes de energia.

No dia 29 de julho, o Ministro visita a Cidade de Curitiba e discute a investigação e desenvolvimento tecnológico na área da mobilidade sustentável e redes de energia com a Companhia Paraneense de Energia, dando continuidade ao programa de mobilidade sustentável em curso pelo CeiiA na cidade de Curitiba. O Ministro reúne-se também com diversas entidades académicas e científicas do Estado do Paraná.

No dia 31 de julho, o Ministro visita a Universidade Federal de Santa Catarina, participando num encontro orientado para fomentar a criação de uma rede colaborativa na área da mobilidade sustentável e inteligente tendo por base a mobilidade elétrica e energias renováveis.

O encontro inclui a assinatura de dois novos acordos de cooperação entre o CeiiA e a Universidade Federal de Santa Catarina, alargando a utilização de tecnologias desenvolvidas em Portugal e em particular do sistema mobi-me do CeiiA, no Brasil, designadamente no Estado de Santa Catarina. Esse sistema é atualmente utilizado noutros cinco estados e 10 cidades brasileiras.

Nesta deslocação o Ministro Manuel Heitor reúne-se também com diversas entidades académicas e científicas do Estado de Santa Catarina.

AIR Center

Em Santa Catarina, Manuel Heitor preparará a próxima reunião internacional sobre a definição e promoção da Agenda de I&D em Interações Atlânticas, juntamente com a criação do Centro Internacional de Investigação do Atlântico, AIR Centre, nos Açores, que decorrerá 21 e 22 de novembro em Florianópolis.

Esta reunião é realizada na sequência do encontro na Ilha Terceira, nos Açores, em abril de 2017, assim como da recente visita a Portugal do Ministro brasileiro das Cidades, Gilberto Kassab, e da assinatura Declaração de Belém a 13 de julho.

O encontro de Florianópolis em novembro de 2017 será a próxima etapa para a formalização do AIR Centre, estando prevista nessa altura a assinatura de um Memorando de Entendimento entre os membros fundadores para a sua implementação.

Fuente noticia: http://www.portugal.gov.pt/pt/ministerios/mctes/noticias/20170727-mctes-brasil.aspx

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Ser griego

Por: Uri Avnery

Todo el mundo ha expresado a estas alturas su opinión sobre la crisis griega, tenga o no una, de modo que siento la obligación de expresar también la mía.

La crisis es algo inmensamente complicado. Sin embargo, a mí me parece bastante simple.

Los griegos gastaron más de lo que ganaban. Los acreedores, en su increíble desfachatez, quieren recuperar su dinero. Los griegos no tienen dinero y, de todos modos, su orgullo no les permite pagar.

Entonces, ¿qué hacer? Todos los comentaristas, desde los economistas laureados con el Nobel hasta mi taxista de Tel Aviv, tienen una solución. Por desgracia, nadie los escucha.

Angela Merkel y Alexis Tsipras siguen combatiendo la Segunda Guerra Mundial. Pero las relaciones entre las dos naciones jugaron un papel en mi familia mucho antes de eso.

Cuando era niño, mi padre era alumno de una escuela secundaria alemana «humanista». En aquellas escuelas los alumnos aprendían latín y griego clásico en lugar de inglés y francés. Así que escuché refranes latinos y griegos antes de ir a la escuela y de comenzar estudiar yo mismo latín durante medio año, antes de que afortunadamente saliéramos de Alemania para Palestina en 1933.

Los alemanes cultos admiraban a los romanos. Los romanos eran gente de principios rectos que hacían leyes y las obedecían, casi como los propios alemanes.

A los alemanes les encantaban los antiguos griegos, y los despreciaban. Como dijo su poeta más importante, Wolfgang von Goethe: «Das Griechenvolk, es taugte nie recht viel» (el pueblo griego nunca valió gran cosa).

Los griegos inventaron la libertad, algo con lo que los antiguos hebreos ni siquiera soñaron. Los griegos inventaron la democracia. En Atenas, todo el mundo (excepto los esclavos, las mujeres, los bárbaros y otra gente inferior) participaba en los debates públicos y en la toma de decisiones. Eso no les deja mucho tiempo para trabajar.

Así era como los veía mi padre, y así los ven ahora los alemanes decentes. Gente agradable para codearse con ellos en vacaciones, pero no gente seria para hacer negocios. Demasiado perezosos. Demasiado hedonistas.

Sospecho que estas actitudes arraigadas influyen en las opiniones de los líderes y votantes alemanes actuales. Ciertamente, influyen en las actitudes de los líderes y votantes griegos hacia Alemania. ¡Al diablo con ellos y su obsesión por la ley y el orden!

He estado varias veces en Grecia, y siempre me agradó su gente.

A mi esposa Rachel le encantaba la isla de Hydra y me llevó a visitarla. Encontrar un barco para ir hasta allí desde El Pireo fue toda una odisea. Eso era, por supuesto, antes de la llegada de Internet. Cada agencia marítima tenía un horario para sus barcos, pero no existía un horario general. Eso habría sido demasiado ordenado, demasiado alemán. (Si El Pireo hubiera sido Haifa habría habido una lista integral de horarios colgada en el escaparate de cada tienda.)

Fui invitado a participar en varias conferencias internacionales en Atenas. Una de ellas la presidió la maravillosa Melina Mercouri, tan inteligente y hermosa, a la sazón ministra del gabinete. Era una conferencia sobre cultura mediterránea y estuvo aderezada con un montón de buena comida y bailes folclóricos. En cierta ocasión actué como anfitrión de Mikis Theodorakis en Tel Aviv.

Así que no tengo prejuicios contra los griegos. Todo lo contrario. Antes de las últimas elecciones griegas recibí un mensaje de correo electrónico de una persona a la que no conocía y que me pedía que firmara una declaración internacional de apoyo al partido Syriza. Tras leer el material firmé el manifiesto. Me solidarizo con su lucha heroica.

El asunto griego me trae a la memoria la «revuelta de los marineros» que tuvo lugar en Israel a principios de 1950. Fue un levantamiento contra la burocracia gobernante. La apoyé de todo corazón y fui incluso arrestado durante unas horas. Cuando todo terminó en una gloriosa derrota, me encontré con un famoso general de izquierdas de quien esperaba recibir alguna alabanza. Me dijo: «¡Sólo los necios comienzan una lucha que no pueden ganar!»

Todo se reduce a esto: los griegos deben un dineral. Una cantidad desorbitada de dinero. En estos momentos es irrelevante cómo se acumuló esa deuda y quién es el culpable. Europa (el nombre mismo es griego) no tiene ninguna posibilidad de recuperar esos miles de millones. Pero se cortará un brazo antes de seguir arrojando más dinero a ese pozo sin fondo. ¿Cómo puede sobrevivir Grecia sin más dinero?

No lo sé. Tengo la firme sospecha de que nadie más lo sabe, ni siquiera los economistas laureados con el Premio Nobel.

Para mí, el aspecto más importante de esta catástrofe es el futuro de los dos grandes experimentos: la Unión Europea y el euro.

Cuando la idea europea ganó terreno en el continente tras la fratricida Segunda Guerra Mundial, se produjo un gran debate sobre sus contornos futuros. Algunos propusieron algo así como los Estados Unidos de Europa, una unión federal en la línea de los EEUU. Charles de Gaulle, una voz muy influyente en aquel tiempo, se opuso enérgicamente y propuso la Europa de las Naciones, una confederación mucho más laxa.

Idéntico debate tuvo lugar en América antes de la decisión final de crear los Estados Unidos, y de nuevo cuando estalló la guerra civil. Al final, los federalistas ganaron y las banderas confederadas se siguen quemando incluso ahora.

En Europa ganó la idea de De Gaulle. No hubo una voluntad fuerte para crear un Estado europeo unido. Al cabo de algunos años los gobiernos nacionales estaban dispuestos a crear una unión de Estados independientes que transfieren a regañadientes algunos poderes soberanos al súper-gobierno en Bruselas.

(¿Por qué Bruselas? Porque Bélgica es un país pequeño. Ni Alemania ni Francia estaban dispuestas a permitir que la capital de la Unión se encontrara ubicada en territorio del otro país. Eso me recuerda al bíblico rey David, que trasladó su capital a Jerusalén, que no pertenecía a ninguna tribu, a fin de evitar los celos entre las poderosas tribus de Judá y Efraín.)

La burocracia de Bruselas parece ser cordialmente odiada por todos, pero su poder va creciendo inexorablemente. La realidad moderna favorece unidades cada vez más grandes. No hay futuro para los pequeños Estados.

Esto nos lleva a la cuestión del euro. La idea europea condujo a formación de un gran bloque en el que una moneda común podría fluir libremente. Para un profano como yo, parecía una idea brillante. No recuerdo a un solo economista prominente que advirtiera contra ella.

Hoy en día es fácil decir que el bloque del euro estaba viciado desde el principio. Incluso yo entiendo que no se puede tener una moneda única cuando cada Estado miembro formula su presupuesto nacional según sus propios caprichos e intereses políticos.

Ésa es la diferencia fundamental entre una federación y una confederación. ¿Cómo funcionarían los EEUU si cada uno de sus 50 Estados miembros gestionara su propia economía independientemente de los otros 49?

Tal como los economistas nos enseñan ahora, algo como la crisis del euro no puede suceder en los EEUU. Si el Estado de Alabama se encuentra en situación precaria desde el punto de vista financiero, todos los demás Estados intervienen de forma automática. El banco central (la Reserva Federal) inyecta dinero y ya está. No hay problema.

La crisis griega surge del hecho de que el euro no se basa en una federación de ese tipo. Si así fuera, el Banco Central Europeo habría puesto freno al desplome económico griego mucho antes de que se llegara a la situación actual. El dinero habría fluido de Bruselas a Atenas sin que nadie se diera cuenta. Tsipras podría haber abrazado a Merkel en su cancillería y habría anunciado felizmente: «Ich bin ein Berliner!» (Se me hace difícil imaginar a Merkel acudiendo a Atenas y proclamando «Ich bin eine del Griechin!«)

La primera lección de esta crisis es que la creación de una unión monetaria implica una disposición de todos los Estados miembros a renunciar a su independencia económica. Un país que no está dispuesto a hacer eso no puede integrarse en una unión de esa naturaleza. Cada país puede mantener su precioso equipo de fútbol, e incluso su sagrada bandera, pero su presupuesto nacional debe estar sujeto al super-gobierno económico conjunto.

Actualmente eso es muy claro. Por desgracia, no estaba tan claro para los fundadores del bloque del euro.

En este sentido, una nación gigantesca como China tiene una gran ventaja. Ni siquiera es una federación, pero en la práctica es un Estado unitario con una moneda unitaria.

Los Estados pequeños, como Israel, carecen de la seguridad económica que proporciona pertenecer a una gran unión, pero disfrutamos de la ventaja de ser capaces de maniobrar libremente y de fijar nuestra moneda, el shekel, de acuerdo con nuestros intereses. Si los precios de exportación son demasiado altos, se devalúa la moneda. Siempre y cuando tu calificación de crédito sea lo suficientemente alta, puedes hacer lo que quieras.

Afortunadamente, nadie nos invitó a unirnos al bloque del euro. La tentación habría sido demasiado fuerte.

Siendo esto así, estamos en condiciones de observar la crisis griega con alguna ecuanimidad.

Pero para quienes creemos que después de lograr la paz con el pueblo palestino y con todo el mundo árabe Israel debe integrarse en una especie de confederación regional, esta es una lección instructiva.

Escribí sobre esto incluso antes del nacimiento del Estado de Israel, llamando a la creación de una «Unión semita». Probablemente no sucederá en mi tiempo, pero estoy bastante seguro de que llegará antes de finales de este siglo.

No puede suceder mientras que la brecha económica entre Israel y los países árabes sea tan inmensa como lo es ahora -con un ingreso per cápita 25 veces mayor en Israel que en Palestina y en muchos países árabes. Pero una vez que los países árabes superen las turbulencias que los sacuden actualmente, pueden abrigar la esperanza de progresar rápidamente, como está sucediendo en Turquía y en los países musulmanes de Asia oriental.

En algún momento, en un futuro no muy remoto en términos históricos, el mundo estará formado por grandes unidades económicas que se esforzarán por crear un orden económico mundial eficiente basado en una moneda común.

Puede parecer una tontería pensar en ello en la situación actual. Pero nunca es demasiado pronto para pensar.

Sin olvidar jamás lo que Sócrates dijo: «La única verdadera sabiduría es saber que no sabes nada».

Fuente original: http://zope.gush-shalom.org

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=201627

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Un proyecto español en educación digital llega a 3,8 millones de niños en 23 países

España / www.efe.com / 16 de Agosto de 2017

El proyecto de educación digital de las fundaciones Telefónica y La Caixa, ProFuturo, ha conseguido llegar en su primer año de vida a 3,8 millones de niños de 23 países de zonas en conflicto y lugares vulnerables de África subsahariana, América Latina y sudeste asiático.

Proporcionar a un niño de Angola o Tanzania una tableta es abrirle una ventana al mundo y la puerta a nuevas oportunidades en su futuro, explican a Efe desde el proyecto ProFuturo.

Fuente:https://www.efe.com/efe/espana/sociedad/un-proyecto-espanol-en-educacion-digital-llega-a-3-8-millones-de-ninos-23-paises/10004-3351408

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España es el tercer país de la OCDE con una plantilla pública más envejecida

España / www.cincodias.elpais.com / 16 d agosto de 2017

l envejecimiento de la plantilla de la Administración se ha acelerado en los últimos años de crisis. Con una oferta pública a la baja, la edad media de los trabajadores ha subido. España es hoy el tercer país de la OCDE con una plantilla pública más envejecida, según datos de la OCDE correspondientes a 2015. En concreto, el informe señala que el 36% de los empleados de la Administración central tienen más de 55 años. Sólo Italia e Islandia presentan cifras más elevadas. En los 35 países de la OCDE, los trabajadores mayores de 55 años representan de media el 25% del total.

En 2010, España era el octavo país de la OCDE con una plantilla pública más envejecida. En solo cinco años escaló hasta el tercer puesto. En los últimos cinco años, ningún país ha sufrido un proceso de envejecimiento tan acelerado como el de la Administración española.

Los datos todavía son más elocuentes si el foco se pone solo en la Administración general del Estado y en el personal adscrito a los ministerios. Los últimos datos de Hacienda y que corresponden a 2017 reflejan que de los 188.506 efectivos que empleaba la Administración General del Estado en enero, el 65% tiene más de 50 años. De hecho, el número de empleados públicos adscritos a los ministerios que tienen más de 64 años suma 3.114 personas y supera ampliamente al colectivo menor de 30 años, que se limita a 1.217.

El sindicato mayoritario en el sector público, CSIF, denuncia que la política de no reposición de los trabajadores que se jubilan ha llevado a una situación que califican de “emergencia” y reclaman un plan para rejuvenecer la plantilla pública. El Gobierno ha aprobado para este año una oferta pública de empleo de 28.200 plazas, la mayor desde 2008. De éstas, 20.451 vacantes son de ingreso libre y el resto son puestos de promoción interna.

España cuenta hoy con 2.523.167 empleados a nómina de la Administración, ya sea central, autonómica o local. El 60% de este colectivo son funcionarios y el resto son trabajadores con contrato laboral, eventuales o interinos. La plantilla pública representa el 16,7% del total de asalariados de España. El porcentaje ha aumentado en los últimos años por la fuerte destrucción de empleo registrada en el sector privado. España cuenta con menos empleados públicos que la media de la OCDE. De media, los 35 países del organismo internacional mantenían una plantilla pública equivalente al 18,1% del total de la fuerza laboral con datos de 2015. En el caso de España, el porcentaje en ese ejercicio era del 15,7%, 2,4 puntos por debajo de la media.

Aun así, hay enormes diferencias entre comunidades. Por ejemplo, el número de empleados públicos en Extremadura alcanza el 28,6% del total de asalariados. Sin tener en cuenta a Ceuta y Melilla, que registran porcentajes superiores al 50%, es el nivel más elevado. Le sigue Castilla y León (23,1%), Castilla-La Mancha (22,4%) y Asturias (20,2%). Allí donde hay menos ocupados y una mayor tasa de paro, el peso del sector público sobre el total es mayor.

En el lado opuesto sobresale Cataluña. En esta comunidad trabajan 303.887 empleados públicos, un 11% del conjunto de asalariados. Baleares (12,2%), Madrid (14,8%) y País Vasco son las otras comunidades con un porcentaje relativamente bajo de empleados públicos.

Respecto a las retribuciones, los datos de la OCDE reflejan que en España los sueldos son más elevados que la media. Y también superan las nóminas del sector privado. Según datos de la Agencia Tributaria, el salario medio en la Administración alcanzó los 34.186 euros anuales frente a los 22.742 euros de media de la empresa privada. Hay que tener en cuenta que el grado de formación es mayor en la Administración y también es menor el empleo parcial.

Un informe publicado este año por Esade y el Instituto de Estudios Económicos (IEE)alertó del impacto negativo del proceso de envejecimiento, que conllevará “la pérdida de competencias propias de los perfiles de empleados públicos más mayores y, posteriormente, la pérdida de talento”. Aun así, también señaló que ello puede ser una oportunidad para avanzar hacia una mayor “flexibilidad y tecnificación” en el sector público, dos aspectos en los que el estudio recomienda que avance la Administración.

Otra característica del sector público en España es su elevado grado de descentralización. De los 2.523.167 de empleados públicos, el 52% está adscrito a una comunidad autónoma. El 21,5% trabaja para los ayuntamientos o diputaciones y otro 20,7% pertenece a la Administración central.

Según los datos de la OCDE, España es el octavo país desarrollado con una mayor proporción de trabajadores que están en nómina de entes territoriales o locales. Se sitúa por detrás de Suiza, Alemania, Canadá, Japón, Bélgica, Suecia y Estados Unidos. Turquía, Irlanda y Grecia son los países menos descentralizados.

Fuente:https://cincodias.elpais.com/cincodias/2017/08/11/midinero/1502466311_931559.html

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Publicistas del imperio

Por: Atilio Boron

Evidentemente, las crisis enseñan. Hacen caer las máscaras de quienes aparecían ante los ojos del público como “periodistas” –serios, independientes, bien informados– y los revela como lo que son: agentes de propaganda, publicistas de los grupos dominantes para quienes este es el mejor de los mundos posibles. Un mundo en donde ocho individuos tienen más riquezas que la mitad de la población mundial y el 1% más rico tiene más que el 99% restante del planeta. Para quienes están en la cima de esa pirámide pretender cambiar este mundo es una locura y una amenaza a sus intereses y privilegios. Por eso organizan una legión de publicistas disfrazados como “periodistas” o “académicos” que se encargan de engañar a la gente sea mintiendo u ocultando lo que el común de los mortales no debe jamás saber. ¿El mensaje? El mismo que propalara Margaret Thatcher: este el el mundo que hay, no hay otro, “no hay alternativas”.

La desesperación por abortar cualquier pretensión de cambio, cualquier aspiración a construir una sociedad más justa, humana, amigable con la naturaleza es tan grande que en su edición del 8 de Agosto el periódico conservador La Nación publica las opiniones de dos de sus habituales colaboradores perpetrando sendos exabruptos que los descalifican para seguir posando como analistas políticos. Andrés Oppenheimer en la edición impresa comienza con un título que anticipa la sutileza de su escrito: “Maduro es un dictador”. Y pocas horas después, en la edición online de ese mismo diario, Loris Zanatta, un historiador italiano especializado en el estudio del nacionalismo católico y el peronismo, ganado por su ofuscación levanta la apuesta de su colega y de un plumazo Maduro ya no es un dictador sino un déspota que preside un estado totalitario.

En épocas normales jamás me habría ocupado de personas que dicen lo que estos dos publicistas. Pero vivimos en un mundo que se acerca temerariamente a su autodestrucción, “tiempos interesantes” según la conocida maldición china que inspiró a Eric Hobsbawm, y en épocas como esta quien calla otorga. Lo que transmiten los editorialistas de La Nación no son ideas sino como dijera Octavio Paz (ese sí que era un intelectual fuera de serie, lástima que involucionó hacia la derecha) simples “ocurrencias”, casi el grado cero de la capacidad de simbolización de los humanos. A ambos los reprobaría en un examen y les exigiría que antes de presentarse nuevamente leyeran con mucho cuidado algunos de los textos clásicos en la teoría y la filosofía políticas antes de volver a hablar de dictaduras y totalitarismos. Leer a Carl Schmitt, Sheldon Wolin, Franz Neumann, Hanna Arendt, Max Weber, Barrington Moore, Giorgio Agamben, Domenico Losurdo, Perry Anderson, Juan Linz y, entre nosotros, a Gino Germani para no incurrir en papelones como los que me veo obligado a comentar.

Creo que es una falta de respeto para con los lectores hablar de dictadura apelando al Diccionario de la Real Academia Española o al Merriam-Webster. A falta de teóricos reconocidos y respetables en el campo de la ciencia política Oppenheimer cita una autoridad extravagante: el Asesor de Seguridad de Donald Trump, H. R. McMaster, quien según nuestro autor estuvo en lo cierto cuanto declaró que Maduro “no sólo es un mal líder: ahora es un dictador”. McMaster no parece demasiado calificado para dictar cursos de teoría política o hablar de estos temas. En medio siglo de profesión su obra jamás la he visto citada en los textos que estudian el tema. Es un general del ejército con un doctorado en historia de Estados Unidos y un rudo crítico de las “políticas blandas” aplicadas por la Casa Blanca en Vietnam, cosa que lo pinta de cuerpo entero. Haber destruido un país y matado a más de tres millones de vietnamitas reflejan la escandalosa “blandura” de Washington para este troglodita.

Pero las opiniones del imperio no se discuten sino que se acatan y entonces si McMaster lo dijo Maduro “debe ser” un dictador y Oppenheimer se apoya en la autoridad del general para fundamentar su conclusión. Extraño dictador, como señalaba Eduardo Galeano a propósito de Chávez, en un país donde su “dictadura” convocó a 21 elecciones y las dos que perdió fueron inmediatamente aceptadas por el “dictador”, mientras que la oposición “democrática” nunca reconoció sus 19 derrotas. Dictador que acaba de convocar nuevas elecciones para alcaldes y gobernadores, y que si la oposición -que dice contar con la mayoría del apoyo popular- se presenta puede ganarlas sin ningún problema. Que según el ex presidente James Carter el dictador de marras cuenta con un sistema electoral que es de los mejores del mundo, más transparente y confiable que el de Estados Unidos. Que acepta que funcione una Asamblea Nacional que tiene tres “diputruchos” y que desobedeció la orden del Tribunal Superior de Justicia de convocar a nuevas elecciones para reemplazarlos con diputados legalmente electos. Que admite que el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, visite al Jefe del Comando Sur de Estados Unidos rogándole que envíe tropas a Venezuela para restaurar el orden, regrese al país sin ser molestado, convoque a conferencias de prensa para denunciar al “dictador”, continúe con su investidura parlamentaria y su actividad política hasta el día de hoy y nadie lo haya denunciado por lo que en la Argentina sería un gravísimo delito de infame traición a la patria. Que tiene que vérselas con un enjambre de medios de comunicación opositores que hicieron de la mentira y la difamación su modo de ejercer el periodismo.

Si Maduro es un dictador entonces don Andrés tendrá que acuñar alguna nueva categoría teórica para asignar en su tipología a demócratas tan eminentes como el golpista e hipercorrupto Michel Temer; Juan Manuel Santos, que cierra sus ojos antes los siete millones y medios de desplazados por el paramilitarismo y el narcotráfico y los asesinatos diarios de líderes sociales; Enrique Peña Nieto, que preside sobre una inmensa pila de cadáveres, además de los 43 chicos de Ayotzinapa y los 8 periodistas asesinados en lo que va del año; Horacio Cartes y su abierta complicidad con los negocios del narco y nuestro Mauricio Macri, con Milagro Sala como presa política, el activista y defensor de los pueblos originarios Santiago Maldonado como “desaparecido” y la tentativa de nombrar dos jueces de la Corte Suprema por decreto. Si Maduro es un dictador, que por favor me diga como caracterizaría a estos personajes y el sistema que han montado para ejercer su poder. La ciencia política le estará muy agradecida.

Si lo de Oppenheimer es un exabrupto, lo de Zanatta ya se inscribe en otra dimensión: un disparate en donde Chávez termina siendo peor que Videla o Pinochet. Decir que por obra del “líder totalitario” Maduro (émulo “sudaca” de Hitler o Stalin, según este distinguido profesor) se ha “eliminado la política” en Venezuela, o que en ese país las elecciones “son rituales plebiscitarios llamados a ratificar la unidad del pueblo” habla de una ceguera que sólo un fanatismo desatado puede ocasionar. Porque, ¿cómo explica don Loris que la oposición haya obtenido la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional? ¿También Hitler y Stalin tuvieron parlamentos con una mayoría absoluta en contra? No recuerdo haber leído algo así. ¿La política eliminada de Venezuela? ¡Pero si ese país es probablemente el más politizado del mundo! Seguramente de América Latina, Estados Unidos, Canadá y de toda Europa. Tal vez en algún país de Asia o África haya alguno más politizado que Venezuela, pero tengo la sana costumbre de no hablar de lo que no sé. Me pregunto: ¿habrá alguna vez visitado Venezuela el profesor Zanatta, parándose a conversar con la gente común y corriente en una esquina de Caracas, Maracaibo, Valencia, Barquisimeto? Y, el colmo del disparate, afirmar “que el chavismo, el castrismo y el peronismo clásico, al igual que sus antepasados, no son dictaduras simples, sino fenómenos totalitarios” constituye una aberración teórica e histórica que delatan los efectos tóxicos de algunas sustancias sobre el cerebro de las personas y que las desconecta por completo de la realidad, proyectándolas hacia las capas superiores de la estratósfera.

Mi maestro y director de tesis doctoral, Gino Germani, se estará revolviendo en su tumba al escuchar tan solemne disparate contra el cual luchó toda su vida. Nunca fue peronista pero combatió sin piedad a quienes veían en ese movimiento una re-encarnación de los totalitarismos europeos. Volver con esa cantinela a estas alturas de la historia es un error tan grosero que la Universidad de Bologna debería someter a su profesor a un jurado académico y apartarlo de su cargo por mala praxis, por el imperdonable pecado de confundir ciencia con propaganda. Pecado en el que también incurre con fruición su colega en La Nación, Andrés Oppenheimer.

Una versión abreviada de este artículo fue publicada en Página/12: http://www.pagina12.com.ar/55804-publicistas-del-imperio

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=230163

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Profesores al sol

Por: Jose Maria Romera.

De todas las críticas que están condenados a recibir los casi siempre incomprendidos docentes, ninguna tan insistente -y tan difícil de desmontar, por otra parte- que sus prolongadas vacaciones. El recuento de los meses de verano en los que el profesor queda dispensado de dar clase es esgrimido como argumento definitivo para situarlo en la categoría de los privilegiados laborales. No es solo una opinión extendida entre la gente. Se conoce que también la sostienen los políticos. Ahí están los revuelos organizados en Francia por el cálculo de Nicolas Sarkozy, quien cifró en seis meses el tiempo de ocio anual de los profesores, o, sin ir más lejos, las veinte horas semanales que según Esperanza Aguirre dedicaban a sus labores los trabajadores de la enseñanza. Si la caricatura presentaba en otro tiempo al maestro de escuela como un pobre hambriento, ahora lo hace con los rasgos del gandul.

Todo parte de una deliberada confusión entre las vacaciones de los estudiantes y las de los profesores. Aquellos concluyen su labor en la escuela con la recogida de notas y no vuelven a emprenderla hasta el comienzo de las clases del curso siguiente. La mayoría de sus profesores, sin embargo, no practican esta desconexión que sustenta la idea popular de las vacaciones transcurridas sin dar ni golpe. Este próximo curso, en varias comunidades españolas las clases empezarán la primera semana de septiembre. Para entonces los profesores habrán tenido que programar sus asignaturas al detalle, desde la distribución de las materias por sesiones y periodos de evaluación hasta los ejercicios, lecturas y actividades varias.

Todo eso no se habrá hecho por arte de magia. Quienes entienden que dos meses de alejamiento de las aulas constituyen una forma de corrupción descarada y una ofensa a otros trabajadores menos afortunados difícilmente serán capaces de apreciar que un profesor consagre esas semanas o parte de ellas a leer, a investigar y a ponerse al día en los avances en su campo de conocimiento. ¿Luchar contra la incomprensión? Para qué. Que el ciudadano menos formado no entienda la razón de tan prolongadas vacaciones es menos preocupante que su resistencia a admitir el valor de la cultura, la importancia de la escuela, el papel fundamental de la figura docente o la necesidad de fomentar los valores intelectuales. En su muy recomendable libro ‘Qué pasó con la enseñanza. Elogio del profesor’ (Pasos perdidos, 2015), la profesora Luisa Juanatey se preguntaba: «Leer no es trabajar, de acuerdo. ¿Pero tampoco para el profesor de literatura? ¿Que un profesor de física pase tiempo mirando a las estrellas, uno de arte examinando la Alhambra o uno de ciencias naturales conociendo a fondo las setas -y que todos ellos disfruten mientras lo hacen- es necesario y benéfico para que ejerzan bien su oficio, o es una censurable pérdida de tiempo?».

Pero no solo ocurre fuera del gremio. También entre los propios profesores -especialmente en los niveles educativos medios- está cada vez más extendida esa idea del mérito docente que se asocia solo con el trabajo fatigoso, la mortificación, la pelea a brazo partido contra adolescentes difíciles. Quien entra en clase contento ya es sospechoso. Y quien sale de ella con la misma alegría es que no ha cumplido bien con su labor. Hoy en día, para ser admitido en las salas de profesores hay que mostrarse cariacontecido, cargando con el peso del sufrimiento y del castigo. Se diría que al viejo «la letra con sangre entra» le ha sustituido «la letra con sangre sale», lema del docente de la nutrida rama victimista. Entre los argumentos corporativos a favor de las largas ‘vacaciones’ -que, insistamos, no son tales- parece predominar más el derecho a una compensación de daños, casi un periodo de convalecencia, que la necesidad de un tiempo creativo y dedicado a la propia formación.

LA CITA Mark Twain «El secreto del éxito es hacer de tu vocación tus vacaciones»

Flaco favor se hace a sí mismo el profesorado que, para encarecer su oficio, carga las tintas sobre el inagotable catálogo de miserias, contratiempos, obstáculos y torturas que lo acompañan en vez de reconocer abierta y jubilosamente que enseñar es un privilegio. Y los meses de vacaciones forman parte de él, si bien no en la dimensión meramente ociosa e improductiva que se les atribuye: son un privilegio porque permiten enriquecerse y adquirir una mejor preparación, no porque liberen al trabajador de sus supuestas cargas ni le proporcionen más tiempo de descanso que al resto de trabajadores. Cuando se menciona, no sin razón, la falta de control de esa actividad formativa debido a que se ejerce fuera de los centros, sin horarios ni obligaciones tasadas, se omite que la mayoría de los centros educativos (exceptuando los universitarios, y no todos) no reúnen las condiciones idóneas para facilitar el trabajo retirado e invisible de los profesores. Por regla general, el docente tiene su biblioteca en el hogar y es en el hogar donde puede aislarse para leer o corregir exámenes sin que nadie le importune.

Pero ninguna de estas razones impedirá que las vacaciones del docente se sigan viendo como una bicoca. A fin de cuentas, toda comparación entre trabajos distintos encierra alguna trampa. ¿Acaso existe alguna actividad laboral que no sea susceptible de que el ajeno la considere ventajosa sobre la propia, sobre todo si es observada con resentimiento, envidia o ignorancia?

Fuente: http://www.diariosur.es/opinion/profesores-20170813003845-ntvo.html

Imagen: http://static3.diariosur.es/www/multimedia/201708/13/media/cortadas/115186679-kK1E–624×368@Diario%20Sur.jpg

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Sobre fraudes educativos y anatemas bienpensantes.

Por: Meliton Córdoba.

Mi artículo del domingo pasado denunciaba el engaño que consiste en rebajar los niveles de exigencia académica para facilitar el acceso a la enseñanza universitaria a personas que, en otros sistemas menos complacientes de gran implantación en Europa, serían derivadas a otro tipo de estudios más a su alcance; denunciaba también la carga de frustración que conlleva la posesión de títulos devaluados que no son apreciados en el mercado laboral.

Pues bien, un lector, un tal Joanet, siguiendo sin duda los dictados de esa cultura (?) socialdemócrata «mezcla de sinvergonzonería y subnormalidad que inhalamos como el gas de los pantanos», en frase feliz del maestro Ruiz Quintano, tergiversó mi argumentación acusándome de clasismo (!). Y es que se necesita muy poca vergüenza y bastante subnormalidad para concluir que la excelencia académica perjudica a las «familias socialistas y de clase media baja», cuando es precisamente la que les permitiría un ascenso social efectivo y no el que, pretendiendo halagarlas, únicamente consigue frustrarlas. Como es obvio, nada tiene que ver la clase social con la capacidad intelectual y en ningún momento se me ha ocurrido postular el dislate que el citado lector me atribuye gratuitamente.

También un tal Lluís comentó el artículo citado acusándome de ser «homófobo, islamófobo y anticatalanista». El mecanismo es novedoso pero sobradamente conocido: se descalifica al crítico imputándole desórdenes de comportamiento, en este caso fobias; pero vayamos por partes: como se maliciaba Lola Flores, una cosa es ser «hemosexual» y otra mariquita; la primera es una opción legítima, la segunda es su degradación a través de astracanadas como el llamado «orgullo gay» y los imperativos de la LGTBI. Leamos la opinión de un homosexual: «los maricas turbios de lágrimas, carne para fusta, bota o mordisco de los domadores. Contra vosotros siempre, que dais a los muchachos gotas de sucia muerte con amargo veneno. Contra vosotros siempre, Faeries de Norteamérica, Pájaros de la Habana, Jotos de Méjico, Sarasas de Cádiz, Apios de Sevilla, Cancos de Madrid, Floras de Alicante, Adelaidas de Portugal. ¡Maricas de todo el mundo, asesinos de palomas!». (El lector culto habrá detectado la «Oda a Walt Whitman» de Federico García Lorca que, al paso que vamos, va a resultar igual de homófobo que yo).

En cuanto a la islamofobia de la que se me acusa, diré que si no practico mi credo, que es el único verdadero, menos voy a simpatizar con una pseudoreligión que, en realidad, es un proyecto político teocrático, bárbaro, cruel y fosilizado en el Medioevo. Si por islamofobia se entiende el rechazo al pensamiento totalitario, a las lapidaciones, a las amputaciones de manos.

Fuente: https://periodicodeibiza.es/opinion/opinion/2017/08/13/285267/sobre-fraudes-educativos-anatemas-bienpensantes.html

Imagen: http://agendapublica.elperiodico.com/wp-content/uploads/2017/06/graduada-1439399930432-1140×419.jpg

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