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Educación pone en marcha la campaña para impulsar la matriculación en asturiano y gallego-asturiano

Austria/19 de Junio de 2017/20 Minutos

La Consejería de Educación y Cultura ha puesto en marcha una campaña informativa para impulsar la matriculación en Lengua Asturiana y Literatura y, en su ámbito, en Gallego-Asturiano, bajo los lemas ‘Yo apúntome, ¿vas dicime qu’hai daqué más prestoso?’ y ‘Eu apúntome, ¿vas dicirme qu’hai daqué máis prestoso?’.

Para ello, se repartirán carteles en todos los centros sostenidos con fondos públicos, tanto de Educación Primaria, Enseñanza Secundaria y Bachillerato, como en los de personas adultas. Además, en la web www.educastur.es se podrán descargar los carteles y tarjetones digitales.En las próximas semanas comenzará, además, una campaña de cuñas publicitarias en radios generalistas y radiofórmula. El Gobierno de Asturias quiere mostrar con esta campaña su apoyo a la enseñanza del asturiano y del gallego-asturiano, «promoviendo el conocimiento de un hecho cultural que contribuye a la formación integral del alumnado, respetando siempre la libre opción y la voluntariedad de su aprendizaje», comenta la Consejería en una nota de prensa. Tras el éxito alcanzado después de recuperar en 2016 un plan de difusión que no se llevaba a cabo desde 2013, vuelve a lanzarse otra vez este año para animar a la matriculación de los escolares. La enseñanza de la lengua asturiana comenzó a impartirse oficialmente en 1984 en diez centros públicos, que fueron aumentando en los años siguientes. Actualmente, se oferta lengua asturiana y gallego-asturiano en más de 340. Esta materia del currículo se puede estudiar en todos los centros de Primaria y Secundaria, así como en los de educación para adultos.

Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/3065679/0/educacion-pone-marcha-campana-para-impulsar-matriculacion-asturiano-gallego-asturiano/#xtor=AD-15&xts=467263

 

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Ofensiva contra la ciencia

Por: Javier Sampedro

El rechazo a las vacunas, el ataque a los transgénicos o la negación del cambio climático son la nueva versión del viejo ataque a la ciencia.

Desde el tribunal eclesiástico que juzgó a Galileo para hacerle desistir de sus conclusiones experimentales, la ciencia lleva más de cuatro siglos dándose de bofetadas con los señores del lado oscuro. Visto desde hoy, cuesta imaginar por qué las teorías de Copérnico, Kepler y el propio Galileo no fueron aceptadas de inmediato por su inmenso poder explicativo. Como decía el astrofísico Carl Sagan: “Me pregunto cómo es que apenas ninguna religión ha mirado a la cienciay ha concluido: ‘¡Esto es mejor que lo nuestro! ¡El universo es mucho mayor de lo que dijeron nuestros profetas, más sutil y elegante!”.

Por ejemplo, Dawkins desarrolló en los años ochenta un argumento chispeante contra el “diseñador inteligente” de los nuevos creacionistas, que deducen la existencia de Dios a partir de la complejidad de sus criaturas. Pero un diseñador inteligente, aduce Dawkins, debe ser aún más complejo que las criaturas a las que pretende dar explicación, luego no les da ninguna. Es un razonamiento brillante, a la altura de su autor.

El problema con todo esto, naturalmente, es que un individuo irracional no atiende a razones. Las personas religiosas se basan en la fe, no en el argumento. Y este mismo es el problema con las otras religiones, las creencias modernas que han sustituido la catequesis por una serie de credos laicos, como la fe en la madre naturaleza, el repudio a la tecnología opresora y los hechos alternativos que emanan de la Casa Blanca como versículos del Evangelio. Los meros argumentos racionales no van a parar esto. No lo han hecho nunca, y no lo van a hacer ahora.

“Os metéis con la homeopatía cuando no le ha hecho nada a nadie”, decía un whatsapp que circulaba el otro día. No sé quién es su autor, pero tiene una exquisita mala uva. La homeopatía, en efecto, no le ha hecho nada a nadie, ni podría hacérselo. Un producto homeopático, según los textos fundacionales de esta sandez, no es más que agua pura y cristalina, con algo de cloro si sale del grifo. Esta religión moderna consiste en diluir una sustancia dañina en tantos órdenes de magnitud que al final no puede quedar una sola molécula de ella. Es increíble que una idea tan estúpida se haya generalizado de tal forma. Pero así es (véase artícu­lo adjunto).

La homeopatía no es más que una estafa. Una cuestión más grave, por supuesto, es que el chamán convenza al paciente de que tiene que dejar su tratamiento médico para abrazar el elixir fraudulento. Ahí muere gente, y los tribunales pueden actuar. Pero, cuando no se llega a esos extremos, o no muy frecuentemente, los productos homeopáticos seguirán gozando de una estantería vistosa en la farmacia. Es avalar una estafa, pero los políticos parecen estar acostumbrados a esa práctica, a juzgar por sus (nulas) iniciativas para erradicarla. Fácil: la mayoría de los españoles creen en la homeopatía, y no están los tiempos para perder votos.

Vacuna experimental contra la gripe aviar desarrollada en la Universidad de Maryland en 2005. ampliar foto
Vacuna experimental contra la gripe aviar desarrollada en la Universidad de Maryland en 2005.  GETTY
 El rechazo a las vacunas es a la vez más complicado y más grave. Hace décadas que los abogados de colmillo más aguzado aguardan apostados a la salida de los hospitales norteamericanos a que salgan los familiares de los pacientes que han muerto. Una vacuna puede proteger al 80% o al 90% de quienes la reciben, y eso deja un margen jugoso del 10% o el 20% al que los letrados pueden agarrarse para plantear una demanda. Contra el médico, contra el hospital o contra la empresa farmacéutica que ha descubierto la vacuna.

Si nada de eso funciona, el abogado siempre puede aducir cualquier falacia que circule por la Red o sus alcantarillas, como por ejemplo que la vacuna que le han puesto a tu hijo causa autismo. Es mentira, y de la peor clase —ignorante e interesada—, pero ha causado unos daños profundos al sistema global de salud. En los años 2000, estas prácticas de leguleyos llegaron a vaciar a Estados Unidos de las firmas farmacéuticas que, como Pasteur o Glaxo, habían apostado por las vacunas. Esto fue un desastre que todavía no hemos superado del todo.

La esperanza media de vida de los países occidentales se duplicó en el siglo XX (de los 45 a los 90, redondeando un poco) debido a las tres patas esenciales de la lucha contra la infección: el alcantarillado, los antibióticos y las vacunas (hoy habría que añadir los condones, seguramente). Las zonas deprimidas de África y Asia siguen necesitando esos avances, contra las enfermedades antiguas y contra las que puedan surgir, y sin la investigación privada no parece posible.

Además, los gestores de la salud pública coinciden en que sin medicina preventiva no hay futuro. La esperanza media de vida occidental sigue aumentando a un ritmo lento pero constante de un par de años por década, pero la razón principal es la mejora en el tratamiento del infarto (que sigue siendo el gran matarife en el mundo desarrollado, por encima de todos los cánceres juntos). Esos sistemas son caros e imperfectos, pues rara vez devuelven al paciente su calidad de vida anterior. El sistema sanitario actual, sea público o privado, no es sostenible. Hay que apostar a fondo por la medicina preventiva.

Y las vacunas son medicina preventiva por definición. Se las pinchas a la población de riesgo y evitas que desarrollen unas enfermedades que, de haberse producido, habrían supuesto un tormento para el paciente y una sangría para los presupuestos sanitarios. Las artimañas jurídicas de los tiburones significarán a la larga un horrible aumento del gasto público y un estorbo para el avance de la investigación biomédica. Es obvio que los políticos pueden hacer mucho para animar a la Big Pharma a investigar en vacunas. También lo es que no está en su agenda de prioridades.

Lo que hasta ahora está salvando a estos abogados, y a los padres que se niegan a vacunar a sus hijos, de un buen embrollo civil o incluso penal es un efecto estadístico bien conocido de los epidemiólogos. Frenar la propagación de un virus no requiere vacunar a toda la población. Basta con vacunar a tres de cada cuatro. Lo que haga el cuarto individuo da igual a efectos epidemiológicos. Así que los hijos de los antivacunas están protegidos contra las principales enfermedades infecciosas gracias a los demás padres, los que sí vacunan a sus hijos. Puede parecer una paradoja, pero no son más que matemáticas.

El rechazo a los alimentos transgénicos —otra de las religiones de nuestro tiempo— plantea cuestiones aún más complejas e interesantes que el creacionismo, los pseudofármacos y las vacunas. Es curioso que una humilde semilla sea más importante que Dios padre, pero así son las cosas.

La mayor parte de la gente cree que hay una polémica científica sobre la seguridad para la salud de los transgénicos. No la hay. Todos los científicos y biotecnólogos de plantas coinciden en que los transgénicos son seguros para la salud, y también para el medio ambiente. Si llevan décadas investigando en ellos es porque, además de haber descartado esos riesgos, están convencidos de que los transgénicos son el mejor modo de incrementar el contenido de vitamina A del arroz — la base de la alimentación de media Asia, pobre en ese compuesto esencial—, crear variedades de las principales plantas de cultivo tropicales que sean resistentes a la sequía, y que por tanto gasten menos agua, ralentizar la oxidación que arruina la fruta, para una gestión más eficaz y sostenible de muchas plagas, sobre todo las enfermedades virales que arruinan las cosechas de varios países africanos, en fin.

En el caso del rechazo irracional a los transgénicos, los grandes responsables han sido los grupos ecologistas, con especial mención a Greenpeace, que lleva décadas poniéndolos entre sus tres o cuatro líneas estratégicas, a la altura de los residuos nucleares o el cambio climático. “Los ecologistas se oponen a los transgénicos porque tienen la panza llena”, me dijo en una entrevista el padre de la revolución verde, Norman Borlaug.

Tenía razón. Greenpeace ha conseguido intoxicar (ideológicamente) a la población occidental, y que Europa tenga una legislación absurda y retrógrada sobre los transgénicos. En el fondo eso da igual. Los países que verdaderamente los necesitan, como China y varios de África tropical, llevan años investigando en sus propios transgénicos. El largo brazo de Greenpeace no llega allí. Malo para la contaminación, bueno para la ciencia.

El negacionismo climático no es muy distinto de las religiones anteriores. Todas consisten en cegarse a la evidencia, inventar una realidad paralela e infectar a la mayor parte posible de la población con ella. Todas acabarán fracasando —la realidad es tozuda—, pero nadie sabe cuándo. Nuestro cerebro no está hecho para el pensamiento científico: pensar así nos cuesta Dios y ayuda, y poca gente está dispuesta a esa tortura. Habrá que inventar algo.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/06/16/ciencia/1497616571_649155.html

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España vulnera las obligaciones educativas con menores discapacitados

España/19 de Junio de 2017/Bez

Las personas con discapacidad no deben ser educadas en escuelas especiales, sino en el sistema general. Se llama inclusión y lo dice la ONU. Lo consagra la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, tratado al que adhiere España y que en el país tiene rango de norma más alto que una ley orgánica. Pero en todas las regiones priman las opiniones de las autoridades y se suceden los casos de niños enviados a educación especial aún contra la opinión de los padres.

España recibió en 2011 una reprimenda en el Informe Derechos Humanos y Discapacidad, elaborado por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) para Naciones Unidas: estaba enviando a niños a Educación Especial en contra de la decisión de sus padres, práctica que debía ser erradicada. Seis años después, se sigue haciendo. En 2017 habrá nuevo examen. Volverá a suspender.

En la mayoría de Comunidades Autónomas, la escolarización es establecida por equipos de orientación, los padres pueden opinar, pero los técnicos deciden

Inés de Aráoz

Plena Inclusión

«En la mayoría de Comunidades Autónomas, la escolarización es establecida por equipos de orientación, los padres pueden opinar, pero los técnicos deciden», explica a bez.es Inés de Aráoz, asesora jurídica de la organización Plena Inclusión. Esto, añade, es contrario a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de naciones Unidas, que establece el derecho a una educación inclusiva.

Si los padres no están de acuerdo, pueden interponer un recurso administrativo. Como lo más probable es que no les den la razón, si quieren seguir reclamando, deben plantear una demanda contencioso-administrativa. En caso de que la Justicia sí les dé la razón, habrán pasado, como mínimo, tres años. Un tiempo esencial perdido para el desarrollo de un niño con discapacidad.

En 2015, el comité sobre derechos de las personas con discapacidad de Naciones Unidas emitió un comentario apelando al derecho a una educación inclusiva. Y un año antes, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos emitía otro comentario en el mismo sentido.

El Comité de la ONU señala que la Convención «prohíbe la exclusión de las personas con discapacidad del sistema general de educación, incluyendo cualquier disposición legislativa o reglamentaria que limiten su inclusión sobre la base de su deficiencia o su ‘grado’, como por ejemplo, condicionando su inclusión ‘en función del potencial de la persona’, o alegando una carga desproporcionada para evadir así la obligación de realizar los ajustes razonables».

Los tratados internacionales y la Constitución están por encima de las leyes orgánicas, por lo que ante un caso de conflicto, como es este, deben prevalecer los tratados internacionales, explica De Aráoz, puntualizando que la Ley 25/2014 de Tratados y otros Acuerdos Internacionales lo establece claramente.

Según las últimas cifras oficiales disponibles (2014-2015), el 80,2% de los alumnos con necesidades educativas especiales por discapacidad están integrados en centros ordinarios: queda un 19,8%, 34.349 alumnos, en centros educativos especiales.

Padres descontentos

Entre los casos más llamativos de niños que son escolarizados, en contra de la opinión de sus padres, en educación especial, están los que tienen trastornos del espectro autista (TEA) -una serie muy heterógenea de trastornos, muchas veces indeterminados, que requieren de atención temprana y cambian con el tiempo-.

La educación especial puede existir para los padres que la elijan, como la religiosa o la que separa al alumnado por género, pero es un modelo educativo arcaico y va en contra de lo que se firmó en la Convención

Marina Prieto

Asociación ProTGD

«Los colegios de educación especial valen para los padres que quieran llevar a sus hijos allí porque creen que es lo mejor, pero que eso no condicione la educación de quienes no quieren esa opción, y mucho menos que sea la excusa para no poner los recursos donde deben estar. El derecho es a una educación inclusiva», dijo a bez.es Marina Prieto, presidenta de la madrileña asociación ProTGD, que lucha por los derechos de niños con TEA (sinónimo de TGD, trastornos generalizados del desarrollo).

Desde la Comunidad de Madrid no respondieron preguntas específicas en este sentido de bez.es, aunque señalaron que han incrementado los centros, los profesores, los especialistas en logopedia y pedagogía terapéutica, los integradores, que han puesto más aulas TEA (brindan educación individualizada a niños de aulas ordinarias) y han llevado el ratio a 5 alumnos por aula TEA como marca la ley (antes se sobrepasaba a menudo). «Y seguiremos incrementando», sostienen.

Sin embargo, no se renuncia a la educación especial, muchas veces en contra de la opinión paterna.

«La educación especial, como la religiosa o la que separa al alumnado por género, es un modelo educativo arcaico y va en contra de lo que se firmó en la Convención. Y es indignante que la Administración educativa, que tiene que proveer de recursos, defienda esta modalidad, y más aún que la catalogue de inclusiva», agregó Prieto, en referencia a declaraciones del consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Rafael van Grieken.

Tomás Marcos, diputado en la Asamblea de Madrid por Ciudadanos, declaró a bez.es que el aumento numérico de recursos del gobierno regional se realiza a costa de la libre elección de centro. «Han abierto nuevas aulas, pero hacen un reordenamiento sui generis, como ahora hay plazas, te obligan a tomar el centro que ellos te asignan, forzando a niños a cambiar de colegio, incluso separándolos de sus hermanos», explica.

La educación especial actual no es inclusiva, aunque haya algunos centros que sí puedan tener una orientación a la inclusión

Ruth Vidriales

Autismo España

Ruth Vidriales, de Autismo España, dijo a bez.es que «hay que avanzar hacia la inclusión porque es un derecho, pero antes de debatir si se termina con la educación especial, hay que ver cómo se ponen los recursos y se reconfigura el sistema, porque hoy muchos centros ordinarios no están preparados para hacerse cargo de niños con necesidades educativas especiales (NEE), especialmente en el paso a la secundaria».

Y sí cree que la opinión de las familias debería ser determinante al momento de ubicar al niño en un tipo de escolarización. «Los técnicos valoran rápido, en un contexto artificial y sin las condiciones adecuadas para que el niño demuestre sus condiciones ni su potencial».

«Hay que centrarse más en las oportunidades y en las posibilidades y menos en la dificultad», explica. Lo mismo que dice el Comité sobre los derechos de las personas con discapacidad, según el cual «la educación de las personas con discapacidad a menudo se centra en un enfoque del déficit, en su deficiencia real o aparente (…) [pero] los estados parte deben apoyar la creación de oportunidades de construir las fortalezas y talentos únicos de cada persona con discapacidad».

En ese sentido, Vidriales traza un paralelismo con la salud: una persona es informada sobre posibles tratamientos para un problema, y decide a cuál de ellos someterse (o a sus hijos). En este caso, según ella, debería seguirse el mismo principio, que en muchas comunidades, no se sigue.

Diferencias entre Comunidades Autónomas

Andalucía: Los padres no tienen opción a decidir. Pueden mostrar disconformidad, en cuyo caso la inspección analiza la cuestión.

Baleares: Suele primar la opinión de los padres.

Canarias: Prevalece el criterio de las autoridades regionales.

Cataluña: Hasta ahora deciden los técnicos, e inspección tiene la última palabra, y la mayoría de las veces en las cuales la familia no estaba de acuerdo era por discrepancia sobre el tipo de escolarización. Sin embargo, en los próximos meses se comenzará a aplicar un decreto de sistema educativo inclusivo está aprobado y se están haciendo los últimos trámites. Algunos de los puntos más relevantes son: los equipos dejaran de dictaminar y solamente orientarán; las decisiones de la familias tendrán más peso; y todos los niños deberán ser escolarizados en inclusiva y solamente si los padres lo desean podrán pedir educación especial. Se prevé que en los centros de educación especial solamente asistan aquellos niños con discapacidades graves.

Castilla – La Mancha: En última instancia, el dictamen de escolarización decide. Habitualmente la opinión de los padres es tenida en cuenta, pero no es definitiva.

Castilla y León: El equipo de orientación realiza una propuesta de escolarización, los padres firman un anexo con la opinión familiar con su conformidad o disconformidad. Todo se envía a las direcciones provinciales de educación y se decide el mejor centro teniendo en cuenta las plazas vacantes. Si no hay acuerdo con los padres, se suele llamar a la familia para hablar con ella más en profundidad y luego se toma la decisión.

Madrid: Se acepta la opinión de los padres en algunos casos en primaria, en secundaria no.

Melilla: El criterio mayoritario es el del propio centro o el de la inspección, no el de los padres. La mayoría de los padres dicen a Plena Inclusión que no se les informa de las opciones que tienen para escolarizar a sus hijos, y en secundaria mucho menos.

Murcia: Eligen los padres, pero una vez el niño se ha incorporado al recurso seleccionado, si los profesionales consideran que no es el adecuado, por mucho que la familia diga lo contrario, acaba en el recurso recomendado por el equipo.

Valencia: Prima el criterio profesional

Tres sistemas

Integración: Centro ordinario con pocos apoyos -algunas horas a la semana de PT y AL- pero no se adapta el colegio al niño, sino al revés. No son extraños los fracasos escolares.

Inclusión: El colegio se adapta a las necesidades del niño, se flexibiliza el currículo para crear la inclusión.

Educación especial: Segrega a niños con discapacidad de aquellos que no la tienen

Inercias burocráticas que perjudican a los niños

La situación de abandono de niños con discapacidad queda patente en el caso de Melisa Tuya, periodista con dos hijos, uno de ellos con autismo, y autora del libro Tener un hijo con autismo. Ese niño con autismo, Jaime, estaba escolarizado en un colegio ordinario junto a su hermana, pero ante la falta de medios, a los profesionales del colegio se les hacía difícil atenderlo, por lo que fue «invitada» a enviar a su hijo a Educación Especial. «Eran muy voluntariosos, pero Jaime necesita una persona pendiente de él, por lo que ‘me invitaron’ a irme, y tenía sentido, porque él iba a estar mejor atendido», explica a bez.es. Entiende al colegio y pone las responsabilidades en la administración. «Debería haber una inclusión verdadera, pues incluso los propios colegios de educación especial muchas veces tampoco están preparados», explica Melisa, quien apoya la tesis de que no se respeta la libertad de elección de colegios. «No la hay: te toca el colegio que ellos dicen. Jaime ha pasado por tres colegios en sus 10 años de vida, y justamente estos niños necesitan mucha estabilidad por su dificultad para adaptarse a los cambios», señala.

«Sería incluso más eficiente y económico contratar profesionales para los niños con necesidades especiales en colegios ordinarios en lugar de mantener colegios de educación especial, así se aprovecharían mejor los recursos… pero desmontar un sistema y cambiar las inercias burocráticas es muy difícil», sentencia.

Fuente: http://www.bez.es/4142294/Espana-incumple-compromiso-educacion-inclusiva-ninos-discapacidad.html

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La pobreza infantil persiste en los países ricos

Por: Agencia EFE

Uno de cada cinco niños en países ricos vive en pobreza relativa, y una media de uno de cada ocho sufren inseguridad alimentaria, según el último informe publicado el 15 de junio por la Oficina de Investigación de Unicef (Innocenti).

El documento, “Creando el futuro: Niños y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) en países ricos”, es el primero en evaluar la situación de los infantes en 41 naciones de ingresos elevados con respecto a nueve de estas metas, las más importantes para el bienestar de los menores.

Se trata de las metas para poner fin a la pobreza, acabar con el hambre, garantizar una vida sana y promover el bienestar, una educación de calidad, la promoción de trabajo decente y crecimiento económico sostenible, reducir las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, una producción y un consumo responsable y paz, justicia e instituciones fuertes.

Una persona sufre pobreza relativa cuando vive en una familia cuyas ganancias son inferiores al 60 por ciento del ingreso medio nacional.

Los países que de media mejores resultados obtienen en todos los objetivos son, por ese orden, Noruega, Alemania, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Islandia, Suiza, Corea del Sur, Eslovenia, Holanda, Irlanda, Japón, Reino Unido y Luxemburgo.

Les siguen Austria y en décimo sexto lugar España, que recibe las mejores notas en materia de salud (tercer puesto) y la peor en materia de trabajo y crecimiento económico (posición 36).

En España el 30.5 por ciento de los niños viven en pobreza relativa, la sexta tasa más elevada del ránking, y el 31 por ciento en pobreza multidimensional, que identifica múltiples carencias a nivel de los hogares y las personas en los ámbitos de la salud, la educación y el nivel de vida, según el informe.

No obstante, los beneficios sociales reducen la pobreza por ingresos en un 22 por ciento, lo que sitúa a España en el vigésimo octavo puesto bajo el objetivo de poner fin a la pobreza.

En cuanto a esta meta hay grandes disparidades, dado que en Dinamarca, Islandia y Noruega uno de cada 10 niños viven en pobreza relativa, mientras que en Israel y Rumanía son uno de cada tres.

Los países que peor se posicionan en el ránking general son Chile, el último en la clasificación, Bulgaria, Rumanía, México, EEUU, Turquía, Israel, Nueva Zelanda, Lituania, Hungría, Grecia, Eslovaquia y Malta.

En la parte media se encuentran, detrás de Austria y España, Estonia, Portugal, Francia, la República Checa, Australia, Croacia, Polonia, Italia, Canadá, Bélgica, Chipre y Letonia.

“Los países ricos están aún lejos de conseguir los SDG más relevantes para los niños. Si tuviera que dar notas a los países ninguno sacaría la mejor”, señaló el jefe de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas de Innocenti, José Cuesta.

Entre las buenas noticias destacan mejoras en la educación infantil o la reducción de la mortalidad neonatal, pero en el lado negativo se encuentran “brecha sustanciales” en la reducción de la pobreza de los niños, una desigualdad creciente, una obesidad mayor y una salud mental peor, explicó.

Según el informe de Unicef, el índice de obesidad entre los niños de 11 a 15 años y el porcentaje de adolescentes que informan de dos o más problemas de salud mental por semana “está aumentando en la mayoría de los países”.

La especialista en Políticas Sociales de Innocenti, Yekaterina Chzhen, recalcó también que “ningún país rinde bien en todos los objetivos”, porque incluso el mejor posicionado, Noruega, solo consigue una nota media en “producción y un consumo responsable” y “paz, justicia e instituciones fuertes”, o lo que es lo mismo, el objetivo de la violencia.

Los países que se encuentran en la cola, no obstante, obtienen resultados malos en casi todos los objetivos y se observa que aquellos con más desigualdad tienden a rendir peor en los aspectos de pobreza, nutrición, salud y educación, explicó.

La experta destacó, además, la fuerte variación en la inseguridad alimentaria de niños en países ricos, ya que en EEUU y el Reino Unido, por ejemplo, uno de cada cinco niños sufren esta lacra, en tanto que en México y Turquía son uno de cada tres.

Fuente: http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/article156690169.html

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Película: Rebelión en las aulas

Reseña:

Reino Unido. 1967. 105 min. Color.

Director: James Clavell.

Guión: James Clavell, E. R. Braithwaite.

Intérpretes: Sidney Poitier, Geoffrey Bayldon, Adrienne Posta, Patricia Routledge, Roger Shepherd.

Cuando hablamos de violencia en las aulas solemos referirnos a agresiones físicas o verbales, que pueden ir dirigidas contra el mobiliario del centro, contra los profesores o contra los propios compañeros. En ocasiones, interviene un único compañero que te tiene enfilado y hace lo que sea por hacerte la vida imposible. En otras muchas, aparecen pandillas más o menos organizadas, que marcan su terreno en el recreo, en los pasillos, en los baños y en los alrededores del centro.

Son actualmente muy comunes las películas, sobre todo las norteamericanas, de alumnos navajeros, delincuentes que se encuentran en el instituto como en una cárcel. Siempre acaban convirtiéndose en mansos corderitos, ya sea por medios bondadosos y angelicales o por otros más eficaces y expeditivos, de profesores expertos en karate y didácticas más ligadas a la violencia que a la solidaridad.

La violencia es real, se da entre los alumnos, que reproducen en muchas ocasiones la que viven en el ambiente familiar, se da hacia los profesores, tanto por parte de los alumnos como de sus padres, se da entre los profesores entre sí, la menos veces física, pero no por ello es menos importante, se da, en fin, de los profesores hacia los alumnos.

La televisión, el cine, y el cómic, promueven y potencian en mayor medida las vías competitivas en las relaciones profesor-alumno; los alumnos entre sí también suelen estar enfrentados, los profesores entre sí suelen estar divididos. Profesores y alumnos son enemigos irreconciliables. En caso contrario, no hay argumento para un guión. En la escuela se reproducen los mecanismos de un cuartel. Alguien tiene que salir ganando, porque el que manda, manda. Lo más normal es que sea el profesor. Casi siempre. En ocasiones, el grupo de alumnos promueve un cambio forzoso, en el que el profesor pierde. Podemos recordar el anuncio de la televisión en el que un profesor encuentra un preservativo en el gimnasio; todos los alumnos, uno a uno van levantándose para culparse.

Link de descarga: https://www.youtube.com/watch?v=8x-HUepIFBU

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Germany’s youth – stuck in endless adolescence?

Alemania/Junio de 2017/Fuente: Made for Minds

Resumen: En su libro best-seller «The Vanishing American Adult» del New York Times, el senador Ben Sasse de Nebraska advirtió sobre un joven en crisis, cada vez menos dispuesto y capaz de asumir la responsabilidad de sus vidas. Alemania ha estado viendo un desarrollo similar. La Asociación de Cámaras Alemanas de Comercio e Industria (DIHK) informó que los jóvenes aprendices son menos disciplinados y capaces de trabajar bajo presión. Josef Kraus, presidente de larga data de la Federación Alemana de Docentes (DL), ha señalado en repetidas ocasiones que los alemanes están criando una «generación incapaz», inmadura, carente de perseverancia. El psicólogo alemán, experto en educación y autor del libro Albert Wunsch, que tiene dos hijos y tres nietos, también ha estado observando esta tendencia con creciente preocupación.

In his New York Times bestselling book «The Vanishing American Adult,» Nebraska Senator Ben Sasse warned of a youth in crisis, increasingly less willing and able to take on responsibility for their lives.

Germany has been seeing a similar development. The Association of German Chambers of Commerce and Industry (DIHK) reported that young trainees are less disciplined and able to work under pressure. Josef Kraus, longtime president of the German Teachers Federation (DL), has repeatedly pointed out that Germans are raising an immature, «incapable generation» lacking in perseverance.

German psychologist, education expert and book author Albert Wunsch – who has two sons and three grandchildren – has also been watching this trend with growing concern.

DW: In your book «The Pampering Trap,» you pointed out years ago that Germany’s youngsters were increasingly immature, increasingly unable to manage stressful situations – and spoiled. What has changed since then?

Dr. Albert Wunsch (Private photo)Young people are confronted with fewer and fewer of life’s realities

Albert Wunsch: For the past 20 years, we have been observing that children are increasingly not confronted with life’s realities. Children and adolescents are still, for the most part, spared, which then leads to the problem that one day, when real life does inevitably set in, they don’t know how to deal with it.

The parents are to blame, then – what is their main mistake?

The parents shy away from conflict. They appear to have factored out their duty of being the people their children must chafe against, must confront, and of guiding them into reality. Parents wanted to avoid conflicts and not take a stand because they were so worried they might come across as taking an authoritarian position. Many worry that if they act as authorities – which we, the adults, should do – that could be taken to mean authoritarian, and that in turn is equated with the far-right and Nazi ideology, so it is something to be avoided.

Today’s parents orient themselves much more strongly to their children than vice versa, they want to be their sons’ and daughters’ friends, which defeats the purpose.

What are children, teenagers and even young adults often incapable of that should be self-evident?

They don’t know how to persevere, and they want to have a lot of fun. They give up if they don’t see instant success: in tests at school and college, in math, science or music class, and in the field of sports. Children are increasingly pampered, hurdles are cleared out of the way all the time to make their lives easy. But when they reach a point where they have to face a challenge, they lack the ability and strength to deal with it. If people are underchallenged for a long time, they later feel objectively and subjectively overwhelmed.

«I made it:» The feeling when you have actually succeeded, you feel exhausted but happy – this is something they miss out on.

A teenage girl stand in the foreground while a group of four other girls is in the background - all have their arms crossed over their chests (picture alliance/blickwinkel/M. Begsteiger)Girls tend to study harder than boys, Wunsch said

Is this true for boys and girls alike?

Perhaps a bit more for boys. Girls’ social behavior differs, and they tend to study harder.

When young adults finally leave home – and many still live at home, more than their parent’s generation did – they must be truly overwhelmed?

When they do leave home, they often despair. My students tell me there are three major problems: the fridge doesn’t stock itself, the garbage doesn’t empty itself – and clothes don’t wash themselves. They have no idea about what things cost. People drop out of college, they get depressed: it can be really tough. Studies have shown that in Germany, 25 to 33 percent of college students drop out.

Isn’t the older generation always critical of the younger folks?

Sure, and that is an essential process. If the older and the younger generations are in conflict, the former must ask itself: are we doing this because we are older, and want to hang on to our ways, or can we actually «sell» what we think is important? A society has a good chance at survival if that skirmish works out well.

But many young people are permanently oriented mainly to their peers, so this debate between young and old and vice versa is no longer happening, there is no longer a transfer of values, which in turn leads to a widening gap between old and young.

That sounds like the threat of eternal adolescence.

Two adults help a kid cross over stones in a stream while hiking in the Alps (picture-alliance/blickwinkel/P. Royer)Parents shouldn’t aim to be their kids’ friends, Wunsch said

Yes, there is that tendency. Another thing: young people today don’t like to make decisions, firm commitments. When invited, a youngster is likely to hedge and say, I’ll see whether I can make it – because something better might crop up. They won’t commit, because then, they still, supposedly, have every option.

But that is not how life works. If you are constantly keeping open options, you can never do your present job satisfactorily. And despite all that, they feel self-sufficient and well-equipped for life. Self-perception and how others perceive them are worlds apart.

What do parents need to do to raise responsible, mature young men and women who don’t simply feel entitled?

Parents must truly acknowledge that it doesn’t take long to bring a child into this world, but that today, in a pluralistic society that is strongly influenced from the outside, it takes a lot to do a good job as a parent. You must concentrate on it! In order for them to realize what life is all about, children should be made to face the realities of life at a younger age. They must understand that you have to earn money before you can spend it , and that they can’t simply while away the day.

Fuente: http://www.dw.com/en/germanys-youth-stuck-in-endless-adolescence/a-39298497

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El retorno de Karl Marx para entender lo que está pasando en el capitalismo avanzado

Por: Vicenc Navarro

En una de las columnas más conocidas del semanario The Economist, la columna Bagehot (a cargo de Adrian Wooldridge), se acaba de publicar un artículo en su número del 13 de mayo que sería impensable que apareciera en las páginas de cualquier revista económica de España de semejante orientación liberal a la que tiene tal semanario. En realidad, no solo en cualquier revista económica, sino en cualquiera de los mayores medios de información de este país (incluyendo Catalunya) tal tipo de artículo nunca podría haberse publicado.

Bajo el título El momento marxista, y el subtítulo Los laboristas llevan razón: Karl Marx tiene mucho que enseñar a los políticos de hoy en día, la columna Bagehot analiza el debate existente entre el dirigente del Partido Laborista del Reino Unido, el Sr. Jeremy Corbyn, y su ministro de Economía y Hacienda en la sombra, el Sr. John McDonnell, por un lado, y los dirigentes del Partido Conservador así como los rotativos conservadores Daily Telegraph y Daily Mail, por el otro. Definir tal intercambio como debate es, sin embargo, excesivamente generoso por parte de la columna Bagehot, pues la respuesta de los rotativos conservadores y de los dirigentes conservadores a los dirigentes laboristas es una burda, grosera e ignorante demonización de Marx y del marxismo, confundiendo marxismo con estalinismo, cosa que también se hace constantemente en los mayores medios de comunicación españoles, en su mayoría también de orientación conservadora o neoliberal.

Los aciertos de Marx según Bagehot, de The Economist

Una vez descartados los argumentos de la derecha británica, la columna Bagehot pasa a discutir lo que considera las grandes profecías de Karl Marx (y así las define) para entender lo que está ocurriendo hoy en el mundo capitalista desarrollado, señalando que muchas de sus predicciones han resultado ser ciertas. Entre ellas señala que:

1. La clase capitalista (que en la columna Bagehot se insiste que continúa existiendo, aunque no se utilice tal término para definirla), que es la clase de los propietarios y gestores del gran capital productivo, está siendo sustituida –como anunció Marx- cada vez más por los propietarios y gestores del capital especulativo y financiero, que Marx (y la columna Bagehot) consideran parasitarios de la riqueza creada por el capital productivo. Esta clase parasitaria es la que, según dicha columna, domina al mundo del Capital, siendo tal situación la mayor responsable del “abusivo” y “escandaloso” (término que Bagehot utiliza) crecimiento de las desigualdades. Los primeros han conseguido cada vez más beneficios a costa de todos los demás. Y para mostrarlo, el columnista del The Economist señala que mientras en 1980 los chief executives de las 100 empresas británicas más importantes ingresaban 25 veces más que el típico empleado de sus empresas, hoy ganan 130 veces más. Los equipos dirigentes de tales entidades inflaron sus ingresos a costa de sus empleados, recibiendo a la vez pagos (además del salario), de las empresas a través de acciones, pensiones y otros privilegios y beneficios. De nuevo, la columna Bagehot, señala que Marx ya lo predijo y así ocurrió. Es más, la columna Bagehot descarta el argumento que tales remuneraciones se deban a lo que el mercado de talentos exige, pues la mayoría de estos salarios escandalosos de los ejecutivos se los han atribuido ellos mismos, a través del contacto que tienen en los Comités Ejecutivos (Executive Boards) de las empresas.

Marx llevaba bastante razón

2. Marx y Bagehot cuestionan la legitimidad de los estados, instrumentalizados por los poderes financieros y económicos. La evidencia acumulada muestra que el maridaje del poder económico y político ha caracterizado la naturaleza de los Estados. La columna Bagehot hace referencia, por ejemplo, al caso Blair (dirigente de la 3ª Vía), que de dirigente del Partido Laborista, una vez dejado el cargo político, pasó a ser asesor de entidades financieras y de regímenes impresentables. En España podríamos añadir una larga lista de expolíticos que hoy trabajan para las grandes empresas, poniendo a su servicio todo el conocimiento y contactos adquiridos durante su cargo político.

3. Otra característica del capitalismo predecida por Marx –según la columna Bagehot- es la creciente monopolización del capital, tanto productivo como especulativo, que está ocurriendo en los países capitalistas más desarrollados. Bagehot señala como tal monopolización ha ido ocurriendo.

4. Y, por si no fuera poco, Bagehot señala que Marx también llevaba razón cuando señaló que el capitalismo por sí mismo crea la pobreza a través del descenso salarial. En realidad, Bagehot aclara que Marx hablaba de “inmiseración”, que es –según el columnista- un término algo exagerado pero cierto en su esencia, pues según tal columnista los salarios han ido bajando y bajando desde que empezó la crisis en 2008, de manera tal que, al ritmo actual, la tan cacareada recuperación no permitirá que se alcancen los niveles de empleo y nivel salarial de antes de la Gran Recesión en muchos años.

Es más, además de estas grandes predicciones, la columna Bagehot afirma que la presente crisis no se puede entender sin entender los cambios dentro del capital, por un lado, y el crecimiento de la explotación de la clase trabajadora, por el otro, tal como señaló Marx.

¿Se imagina el lector a algún gran diario español, sea o no económico, que hubiera permitido un artículo como este? The Economist es el semanario liberal más importante del mundo. Y promueve tal ideología. Pero algunos de sus principales columnistas son capaces de aceptar que, después de todo, Marx, el mayor crítico que ha tenido el capitalismo, llevaba bastante razón. Sería, repito, impensable que en este país, tan escorado a la derecha como resultado de una transición inmodélica de una dictadura fascista a una democracia tan limitada, no solo un rotativo liberal, sino cualquier mayor rotativo, publicara tal artículo con el tono y análisis que lo hace una de las mayores columnas de tal rotativo, firmada por uno de los liberales más activos y conocidos. Esta columna y la persona que está a cargo de ella, sin embargo, no se han convertido al marxismo. Pero reconocen que el marxismo –que en este país ha sido definido por algunas voces como anticuado, irrelevante o cosas peores- es una herramienta esencial para entender la crisis actual. En realidad, no son los primeros que lo han hecho. Otros economistas han reconocido esta realidad aunque, por regla general, tales economistas no se enmarcan en la sensibilidad liberal. Paul Krugman, uno de los economistas keynesianos más conocidos hoy en el mundo, dijo recientemente que el economista que mejor había predicho y analizado las periódicas crisis del capitalismo, como la actual, había sido Michał Kalecki, que perteneció a tal tradición.

Donde la columna Bagehot se equivoca, sin embargo, es al final del artículo, cuando atribuye a Marx políticas llevadas a cabo por algunos de sus seguidores. Confundiendo marxismo con leninismo, la columna concluye que la respuesta histórica y la solución que Marx propone serían un desastre. Ahora bien, que el leninismo tuviera una base en el marxismo no quiere decir que todo marxismo fuera leninista, error frecuentemente cometido por autores poco familiarizados con la literatura científica de dicha tradición. En realidad, Marx dejó para el final su tercer volumen, que tenía que centrarse precisamente en el análisis del Estado. Por desgracia, nunca pudo iniciarlo. Pero lo que sí que escribió sobre la naturaleza del capitalismo ha resultado bastante acertado, de manera tal que no se puede entender la crisis sin recurrir a sus categorías analíticas. La evidencia de ello es claramente contundente y el gran interés que ha aparecido en el mundo académico e intelectual anglosajón, y sobre todo en EEUU y el Reino Unido (donde se publica The Economist), es un indicador de ello. Pero me temo que lo que está ocurriendo en aquellas partes del mundo no lo verá en este país, donde los mayores medios de información son predominantemente de desinformación y persuasión.

Fuente: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/05/30/el-retorno-de-karl-marx-para-entender-lo-que-esta-pasando-en-el-capitalismo-avanzado/

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