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Los videojuegos pueden enseñarnos a ser mejores personas, según la UNESCO: hablamos con el autor del informe

UNESCO/16 de mayo 2017/Autora:Marina Such  /Fuente: https://www.xataka.com

¿Puede un videojuego ayudarnos a ser más empáticos con las personas que nos rodean? ¿A darnos herramientas para solucionar conflictos? ¿A convertirnos, en definitiva, en mejores personas? Ésa es la tesis detrás de ‘Empathy, perspective and complicity: How Digital Games can support peace education and conflict resolution‘, un trabajo para la UNESCO que analiza cómo pueden usarse los videojuegos para fomentar las mejores cualidades de los gamers.

Y, de paso, rompe uno de los prejuicios más persistentes asociados a ellos, como es que los videojuegos son perjudiciales para los jóvenes y que no son más que una pérdida de tiempo. Son una herramienta que puede utilizarse para bastante más que para cumplir la misión de turno o pasar el rato matando monstruos.

La reivindicación de los juegos

El autor del trabajo es Paul Darvasi, profesor de instituto en Toronto (Canadá) que está realizando un doctorado en el Programa de Lenguaje, Cultura y Enseñanza en la Universidad de York. Analizó varios juegos calificados como «serios», juegos desarrollados por estudios independientes que buscan despertar ciertos debates en sus jugadores, como ‘Papers Please’, y expuso su potencial para ser utilizados en la educación para la paz y la resolución de conflictos.

Paul Darvasi, autor del paper para la UNESCO sobre el uso de videojuegos para la educación en la paz.

Darvasi explica a Xataka que «empecé a estudiar la intersección de los vieeojuegos y la enseñanza hace unos diez años. Creo que hay un gran potencial para mejorar la educación a través de juegos (…). Los juegos se han jugado, a lo largo de la historia, en diferentes situaciones sociales, con funciones que van desde la diversión menor a rituales religiosos. Casi en todos los casos, algo se ha aprendido o practicado, ya sea estrategia, análisis, conocimiento procedimental, reconocimiento de patrones, protocolos de comunicación, función ejecutiva, etc. Sólo estamos comenzando a entender cómo ocurre el aprendizaje en los juegos digitales, y cómo puede medirse».

El interés por estudiar de una manera más concienzuda la importancia educacional de los juegos viene por la gran popularidad que están alcanzando los juegos para móviles y la importancia económica de la industria de los videojuegos, que en 2016 generó 91.000 millones de dólares en beneficios. Algunos estudiosos, como Mary Flanagan y Helen Nissenbaum, llegan a señalar que los videojuegos son el nuevo paradigma mediático del siglo XXI.

«El mercado de los videojuegos es increíblemente diverso, y se están desarrollando muchos juegos que tienen mensajes positivos y no violentos», apunta Darvasi. ¿Cómo pueden usarse, entonces, para enseñarnos a ser, básicamente, mejores personas?

La importancia de la empatía

El investigador señala una cualidad importante de muchos de estos juegos, y es que el jugador se pone, literalmente, en el lugar de otra persona:

«En primer lugar, y lo más importante, los juegos te dejan tener la perspectiva de otra persona y ‘caminar en sus zapatos’. Esto nos permimte entender la vida y las motivaciones de otros, incluidos aquellos con los que estamos peleados. Las tensiones pueden ser reducidas al animar a grupos hostiles a comprender mejor las vidas de sus enemigos u oponentes. Esto ayuda a humanizar al otro y recordar a todas las partes las cosas que pueden tener en común».

En 1971, el juego ‘The Oregon Trail’ enseñaba a los alumnos cómo era la vida de los colonos que se iban al Oeste en el siglo XIX, y lo hacía poniéndolos en el papel de un guía de una caravana. El ya mencionado ‘Papers Please’ nos sitúa en la piel de un funcionario fronterizo de un país comunista en 1982. En todos esos casos, el jugador está solo, pero hay juegos en los que debe formar parte de un equipo, e interactuar con otros jugadores, para conseguir superarlo.

Darvasi profundiza en su respuesta anterior explicando que «algunos estudios han mostrado que la gente tiende a ver a los demás de forma más positiva cuando cooperan y juegan en el mismo equipo. Por desgracia, cuando hay grupos en conflicto, a menudo no quieren trabajar juntos o incluso verse cara a cara. Los juegos ofrecen espacios virtuales sonde la gente puede cooperar y llevar a cabo actividades significativas sin compartir, necesariamente, los mismo espacios físicos/geográficos. Pueden neutralizar las apariencias físicas o cualquier otro marcador que enfatice la diferencia. Puede ser un primer paso positivo hacia unir a la gente».

Y no hay que olvidar que la interactividad es un apartado muy importante en los videojuegos. No sólo asumimos el rol de otra persona, sino que tenemos que tomar decisiones que afectan el desarrollo del juego. Darvasi explica que:

«Los videojuegos dejan que los jugadores experimenten con múltiples soluciones y elecciones. Un juego puede enseñar a un jugador la diferencia entre elegir un camino violento y uno pacífico. Una simulación puede llevar a un jugador a darse cuenta de que la no violencia, la diplomacia y el compromiso pueden ser más fructíferos que la violencia y el antagonismo. Al contrario que los libros y el cine, el mundo cambia de acuerdo a sus decisiones, lo que puede tener un efecto cognitivo más profundo, y psicológico, que los medios tradicionales».

Da también algunos ejemplos de juegos concretos que pueden utilizarse para trabajar la empatía de los estudiantes en determinados temas, aunque reconoce que no está claro si la capacidad para la empatía puede profundizarse en etapas más avanzadas de la vida «Lo que los juegos pueden hacer es animar a los jugadores a sentir empatía por otros en una variedad de circunstancias, ya sean víctimas de guerra (‘This war of mine’), dificultades en la comunidad LGBTQ (‘Gone home’) y cómo una familia afronta la pérdida de un niño (‘That dragon, cancer’). Esto puede abrirnos los ojos a la realidad de otra persona y, quizás, incluso actuar o cambiar actitudes para mejorar el mundo de algún modo».

¿Y los videjuegos comerciales?

Donde la industria del videojuego recibe más críticas no es tanto en esos juegos serios estudiados en el paper para la UNESCO, sino en los comerciales, en los grandes lanzamientos, que son los que llegan a un público mucho más amplio. En ellos pueden ya estar desarrollándose, sin que el jugador se dé cuenta, habilidades psicomotrices, de relación con el espacio y formas creativas para resolver conflictos, y Darvasi cree que algunos pueden utilizarse con el mismo objetivo de educación para la paz:

«Soy un gran fan del uso de juegos comerciales, y hay muchos que son tanto serios en su temática como exitosos comercialmente, como ‘1979 Revolution: Black Friday’ y ‘This war of mine’. Incluso juegos AAA increíblemente populares como ‘World of Warcraft’ o ‘Skyrim’ tratan asuntos como los refugiados y el racismo. Sé de un profesor en Noruega que utiliza ‘The Walking Dead’ para enseñar filosofía moral, y otro que enseña historia con ‘Civilization’. Conforme la industria madure, veremos más y más juegos exitosos comercialmente que son también serios en su temática».

No todos los títulos son igual de adecuados para su uso educativo, sino que tienen que tener ciertas características que faciliten que los jugadores puedan trabajar en su capacidad empática y de resolución de conflictos. «Para producir empatía, es crucial ofrecer una perspectiva convincente», explica Darvasi: «Algunos estudios sugieren que los jugadores sienten más empatía por personajes presentados en tercera persona o como los otros».

Pero lo más importante es el contexto, es decir, no utilizar el juego como algo separado de otras facetas del asunto que se quiere enseñar, o en el que se quiere trabajar. El investigador explica aquí que «el éxito en el uso del juego para un resultado productivo depende, principalmente, del contexto. Si hay objetivos de aprendizaje específicos, es importante contextualizar el juego con lecturas, vídeos, preguntas, debates, etc».

Aula

En los últimos años, se ha hablado mucho sobre la gamificación de la enseñanza, cómo se pueden utilizar juegos para mejorar la capacidad de concentración de los estudiantes o para facilitar la comprensión de conceptos un poco más complicados. «Los videojuegos tienen mucho que enseñarnos sobre cómo mejorar la educación», señala Darvasi, que afirma que también hay que entender cómo enseñan los juegos y cómo los gamers pueden aplicar esos principios al mundo real: «los videojuegos son increíbles herramientas de aprendizaje; un jugador, a menudo, empieza un juego realizando acciones simples y, según el juego avanza, tiende a volverse más y más difícil. Al final, el jugador está realizando acciones complejas y procesando con rapidez una gran cantidad de información, todo gracias al juego».

Si los videojuegos se aplican en las aulas, y si pueden ser importantes en la educación para la paz, es en su capacidad para mantener el interés de los estudiantes. En palabras de Darvasi, «(los jugadores) quieren persistir y continuar, pese a los desafíos y las decepciones. ¿Cómo podemos motivar a los estudiantes del mismo modo en aulas y escuelas? ¿Cómo podemos usar los sistemas empleados en un videojuego para mejorar el sistema educativo? Esto incluye dar a los estudiantes capacidad de elección, progreso en los niveles de habilidad individual, maestría de habilidades y conceptos y reconocimiento de que el éxito se alcanza, a menudo, en un camino pavimentado por el fracaso».

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Mercantilización de la educación

Xavier Díez
Viento sur

Si preguntamos a cualquier actor que participa en esa representación teatral cotidiana que es la escuela, esto es, alumnos, padres, madres, maestros, inspectores, personal de administración y servicios, académicos, políticos… expresarán cierta preocupación por la evolución de la educación en muchos sentidos. También muchos detectarán que uno de los problemas tiene que ver con la ausencia de un marco normativo mínimamente estable. Es más, detectaríamos una corriente de reformas que, al igual que sucede con otros sectores esenciales de la sociedad, parecen haber sido hechas con el ánimo de deteriorarla. En cierta medida, si existe un mínimo consenso entre la pluralidad de intereses y orientaciones políticas, es que la escuela tiene problemas, y que la evolución de los últimos años sólo hace que empeorarlos.

Reformas educativas a escala planetaria

Ahora bien, uno de los problemas que tenemos en nuestro país en general, y nuestra educación en particular, es nuestra proverbial tendencia a mirarnos el ombligo. Preocupaciones y angustias similares están aconteciendo en varios países. Y reformas polémicas y estériles también marcan las agendas políticas de países como Francia, Portugal, Inglaterra y Gales, Suecia o Italia.

Precisamente en Italia, Silvio Berlusconi, hombre capaz de hacer groserías sublimes cuando de defender la última reforma educativa se trata, y en un ataque de sinceridad, sintetizó lo que debían ser las líneas políticas que tenían que transformar el sistema educativo italiano en la línea de eficacia empresarial que tanto entusiasmo causa entre sus afines. Decía que, la educación italiana debía fundamentarse en las tres «I»: “Inglese, Informatica e Impresa” o en otros términos, había que redefinir su orientación para adquirir competencias tecnológicas, usar el inglés como lengua vehicular, y utilizar el sistema educativo para esta tendencia cada vez más extendida, hacer «enaltecimiento del capitalismo», que es la finalidad que persiguen en todas partes nuevas asignaturas y contenidos como «emprendimiento». En cierta medida, las tres «I» italianas, sirven para resumir las prioridades de las políticas educativas de los próximos años.

Más allá de simplificaciones más o menos brillantes, lo cierto es que los sistemas educativos occidentales están pasando por una fase de homogeneización. Cada vez las reformas educativas se parecen más unas a otras.

Y estas pasan por elementos como la estandarización especialmente a partir de procesos de evaluación cada vez más homogéneos y cuantitativos, con la voluntad de reducir la complejidad del hecho educativo a estadísticas y la gestión de datos al más puro estilo big data, (y aquí los informes PISA tienen una importancia capital), a hacer auditorías propias del mundo empresarial para puntuar escuelas e institutos, a aplicar procesos industriales y empresariales en un trabajo, la docencia, de carácter esencialmente artesanal.

También encontramos la sustitución de contenidos convencionales, tradicionalmente asumidos como aquel conjunto de saberes que debe conocer la ciudadanía por competencias básicas. Estas son definidas por Nico Hirtt como una simplificación de conocimientos y el aprendizaje de habilidades para adaptarse al cambiante mundo laboral. Con cierta ironía, el filólogo Jaume Aulet, las ha traducido como «lo básico para competir», es decir, que el cambio de contenidos por competencias busca sustituir la escuela, de espacio de aprendizaje, a espacio de adiestramiento.

Muy ligado a esto, y como ya denuncia la filósofa Martha Nussbaum, otro de los pilares de las reformas consiste en abolir las humanidades. Aquellos conocimientos que servían para comprender el mundo (y que Marx advertía que era condición necesaria para transformarlo) ahora pasan a ser reservados para la élite. Porque, efectivamente, en los grandes centros académicos reservados para los alumnos destinados a mover los hilos en la arena global (Oxford, Eton, Cambridge, las universidades de la Ivy League, la ENA francesa, el col • legi del Pilar de Madrid, Virtèlia en Barcelona) potencian en sus currículos la filosofía o la literatura. Incluso en las academias militares de West Point o Sandhurst recomiendan a sus futuros oficiales a graduarse en alguna rama de las humanidades. Con las humanidades es posible adquirir las habilidades para pensar y mandar. Con las competencias básicas, destinadas para los estratos inferiores, se adquieren las capacidades imprescindibles para trabajar y obedecer, sin tener recursos para cuestionar órdenes.

Otro de los hechos que acompañan las reformas son los procesos de privatización, que pueden ser endógenos (con servicios, comedores, formación permanente, personal educativo, …), que pasan a ser gestionados por empresas, a menudo muy vinculadas al poder político; o también exógenos, es decir, que directamente las escuelas pasan a ser gestionadas por empresas. Esto ya ha pasado en Inglaterra, Estados Unidos, Chile o Suecia, por poner un ejemplo. De hecho, de ejemplos curiosos podemos encontrar a manos llenas. En Chile se privatizaron gracias al golpe de Estado de Pinochet en 1973; en Nueva Orleans se usó la destrucción ocasionada por el huracán Katrina para eliminar prácticamente la red pública y pasar las competencias educativas a varias «charter schools» e impulsar los «vouchers» o «cheques educativos» para que las familias buscaran escuelas privadas. En Inglaterra, las reformas en la época de Tony Blair permitieron cerrar aquellos centros con malos resultados y pasar su gestión a empresas como Ferrovial, aunque una parte importante fue adjudicada a varias empresas como SERCO, especializadas en defensa, gestión de centros penitenciarios o de internamiento de extranjeros.

Hay otros países, como es el caso de Catalunya, donde quizá resulte más difícil que pasen cosas como estas, porque ya disponen de sistemas duales, es decir, con una fuerte presencia de centros de gestión privada, mayoritariamente a cargo de órdenes religiosas, que reciben una generosa financiación pública. De hecho, allí donde hay presencia de una red concertada, coincide con una fuerte dualización educativa; escuelas de ricos y de pobres; sistemas basados ​​en competencia desleal, lo que acompaña procesos de dualización social y sociedades internamente rotas y descohesionadas.

Finalmente, y aquí entraríamos directamente en el «cui prodest», asistimos a una abducción de los sistemas educativos por parte del mundo empresarial. Los diversos lobbies empresariales hace décadas que tratan de intervenir en la política educativa con la intención de poner escuelas e institutos al servicio de las empresas. Los laboratorios de ideas de la patronal, como puede ser la Fundación Catalunya Oberta o EduCaixa están obsesionados con arrebatar al Estado el control de la escuela para que ésta forme trabajadores solícitos, y eviten que en las aulas, los docentes formen ciudadanos críticos.

Todo ello se acompaña de una verdadera involución del mundo universitario. Las reformas han comenzado por la parte alta de la educación, en el sentido de que han adquirido e imitado las fórmulas de los sistemas universitarios globalizados de Estados Unidos. El Plan Bolonia (2009) ha sido el punto de inflexión en el que, de acuerdo con las directrices del empresariado global ha subvertido las formas y los objetivos de las universidades. De formar élites, a convertirse en negocio; de convertirse en pilar de la cultura, a vender humo a crédito, al más puro estilo de la economía financiera. Vamos a concretar. Todos los estados europeos adaptaron sus sistemas universitarios excepto tres: Reino Unido, Irlanda y Malta. ¿Por qué? Por que todos eran ya Bolonia; con su sistema de créditos, las posibilidades de comercialización de servicios, su conversión de autonomía universitaria en un formato empresarial, en su sometimiento a los intereses económicos, en su erosión, hasta el final, de sus antiguas prácticas democráticas y la imposición de una fórmula de gestión propia de una Sociedad Anónima.

También, y teniendo en cuenta que un título universitario sigue siendo una apuesta para competir en mejores condiciones en busca de mayor estatus económico y profesional, y por su condición de ascensor social, es lógico que la principal reforma universitaria haya consistido en un encarecimiento de las tasas. Esto responde a dos objetivos. El primero, serrar el cable del ascensor, evitar que personas de estratos modestos puedan subir y blindar la posición de los que ya ocupan los pisos superiores, en un momento en que las clases medias sufren un riesgo serio de derrumbe. El segundo, y de acuerdo con lo que ya está pasando en Estados Unidos, en Latinoamérica, el Reino Unido (y aquí empieza a suceder discretamente) para alimentar la nueva burbuja: la burbuja educativa. Millones de familias y estudiantes se están endeudando para ejercer el derecho a estudiar y formarse. Los bancos ven en esta necesidad básica una fórmula de negocio a la que no quieren renunciar. La mayoría de estadounidenses de clase media con grado universitario continúan pagando una deuda inflada de manera artificial. Una anécdota muy significativa es que el propio presidente Obama no terminó de pagar hasta que llevaba unos años en la Casa Blanca.

El papel de los organismos financieros y las estrategias educativas globales

Como decíamos, nosotros percibimos localmente lo que es un fenómeno global. Detrás de buena parte de las reformas educativas sincronizadas encontramos a la OCDE. Este organismo internacional de carácter mixto entre las Naciones Unidas y un club de países ricos, fue en sus orígenes una entidad surgida de los acuerdos de Bretton Woods en 1944 que, bajo la forma de Organización para la Cooperación Económica Europea, fue encargada de gestionar el Plan Marshall de reconstrucción del continente después de la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1961 tomó su denominación actual, y se convirtió en uno de los organismos encargados de promover el desarrollo económico de varios países, de acuerdo con los parámetros de la economía capitalista. Esta alianza de países, trataba de perseguir el crecimiento económico a partir de promover la estabilidad financiera, el comercio, la tecnología o las buenas prácticas gubernamentales. Esto implicaba que uno de los principales pilares deviniera la inversión educativa. Y, de hecho, durante las décadas de los sesenta y buena parte de la de 1970 impulsó reformas educativas para mejorar la eficiencia de la industria.

Un buen ejemplo es que la OCDE, uno de los pocos organismos que admitía España como miembro en una época, la franquista, de aislamiento internacional, participó en la elaboración del libro blanco de educación que dio lugar a la Ley general de Educación de 1970. la OCDE quería que España tuviera un sistema educativo que permitiera extender la escolarización primaria y secundaria a millones de estudiantes marginados del sistema educativo con el fin de promover una mano de obra mejor formada. Esto, en cierta medida la hace responsable de la masificación de los sistemas educativos en los institutos y en las facultades universitarias que vivimos en los años ochenta y noventa del siglo pasado.

El problema fue que, a partir de inicios de la década de 1980, cuando el sistema industrial fordista parece que empieza a tener problemas de viabilidad, esta estrategia de expansión educativa empieza a ser corregida. A partir de 1973 los economistas clásicos, la tendencia ideológica del neoliberalismo, se apropia de las viejas organizaciones de Bretton Woods (el FMI, el BM, el GATT), y termina haciendo involucionar las intenciones primigenias para pasar a impulsar otro tipo de política económica. La OCDE que sobre todo hace estudios, confecciona estadísticas con gran competencia y elabora informes muy detallados y profesionales, pasa de considerar los sistemas educativos como medios para alcanzar el desarrollo económico, a objetivos en sí mismos. La escuela ya no será aquel espacio tradicional de ascensor social, sino que pasará a ser considerado como un espacio de adoctrinamiento capitalista y un objetivo de negocio. La transición de un sistema industrial, fordista, a uno de financiero hace que la escuela ya no tenga que formar trabajadores para las fábricas, sino un no-lugar, en términos de Marc Augé, un espacio indefinido que a menudo se convierte en un espacio de tráfico o confinamiento en un capitalismo en el que pasamos del humo de las fábricas a fabricar el humo de la especulación financiera.

A partir de este momento, cuando el paradigma económico se transforma radicalmente, la OCDE asume el neoliberalismo como religión. Como todo sistema de creencias, impulsa sin recelos los 10 mandamientos compilados por John Williamson en 1989 en lo que se conoce como el Consenso de Washington y que, como todo pensamiento religioso, construye una tríada que convertirá el mantra actual a acatar por todos los gobiernos: desregulación, recortes y privatización. A mí me gusta denominarlo el Triángulo de las Bermudas, porque allí donde pasa desaparecen los derechos sociales, concretamente, el derecho a la educación, que pasa a ser transformada en un negocio más.

El neoliberalismo transforma a fondo las sociedades. Sin el viejo sistema industrial, con la especulación como principal industria, desde un punto de vista sociológico, pasamos de ser una sociedad de clases (en lenguaje marxista) a una sociedad líquida (en términos de Zygmunt Bauman). Este es uno de los factores que ha causado una gran desorientación a la izquierda, que ahora parece incapaz de comprender el mundo, y, por tanto, de transformarlo.

Vayamos por partes. Si bien durante la época que los historiadores franceses llaman «los treinta gloriosos», referido al periodo de crecimiento económico de 1945-1975, y los anglosajones denominan la era del Wellfare, entramos de lleno en lo que el economista y premio Nobel Joseph Stiglitz denomina como la gran divergencia. A partir de este momento, las diferencias sociales se ensanchan en una medida que recuerdan la era anterior a la Primera Guerra Mundial. Diferencias de renta, salariales, y también culturales y educativas hacen insostenible toda cohesión social. Ya no podemos hablar de clases integradas en una sola sociedad, sino de dos universos paralelos, de galaxias que se alejan de manera virulenta. Así, usurpando una expresión de Umberto Eco, la sociedad ya no se divide entre «los de arriba» y «los de abajo», sino entre los integrados (que gozan de redes de protección y seguridad) y los apocalípticos (aquellos que no tienen nada más que a sí mismos, van perdiendo los derechos sociales, y son a menudo presentados como una especie de zombis): los pobres, los inmigrantes, los ni-ni, la gente refugiada, precaria, …

Esto se traduce en lo que el pensador recientemente fallecido, Zygmunt Bauman denomina la sociedad líquida. Bauman considera que el cambio de paradigma se fundamenta en que las personas, que antes se consideraban ligadas a sus comunidades pierden los referentes, las seguridades que antes otorgaban instituciones sólidas (Estado, nación, clase, pueblo, profesión, sindicato, familia,…). Nadie parece garantizar la seguridad personal, ni el hecho de tener una carrera profesional, ni un trabajo para toda la vida, ni una familia más o menos estable. Ante los azares de la existencia y la globalización negativa, el individuo queda solo, abandonado a su suerte, sin anclajes colectivos ni morales, dejado a su propia responsabilidad. Cualquier éxito del pasado no servirá de gran cosa en el futuro. Cualquier título académico, en una dinámica de cambio y transformación constante, será rápidamente caducable. Aquí, como recuerda Christian Laval, cada uno debe hacer de empresario de sí mismo. La suerte o la desgracia es atribuida a la acción individual: cada persona es culpable de sus fracasos mientras que cada éxito resulta efímero. Las consecuencias son demoledoras. El individuo ya no tiene ninguna referencia, se encuentra solo, abandonado, desprotegido, y eso no hace más que generar un malestar y un miedo, que como constatamos en la actualidad, será explotado por cualquier aventurero político o por algún aprovechado dispuesto a vender soluciones milagrosas (casi siempre utilizando formas de «coaching» y pensamiento positivo). la precariedad ya está convirtiéndose en el nuevo modo de vida, la epidémía del siglo XXI, como nos recuerda Guy Standing.

Y aquí entramos en lo que el pensador Ulrich Beck denomina «la sociedad del riesgo». La ausencia de seguridades, de seguridad económica, de tener trabajo, carrera, familia, comunidad, sindicato, vecindario, hace que vivamos en una sociedad donde cada persona corre el riesgo de perder el tren, de ser relegado, de perder el estatus. Ya lo hemos visto: Los votantes de Marine Lepen o Donald Trump expresan este mundo en el que los perdedores son los mismos de siempre, porque los riesgos son siempre asimétricos: las élites blindan sus privilegios y disfrutan de sus tarjetas Black, mientras que el resto son desahuciados de sus hogares con la tarjeta roja de la globalización negativa. Aquí, el gueto es la imagen física, la metáfora del mundo globalizado. Cuando hablamos de gueto nos referimos, tanto el conformado por las élites o para aquellos sectores acomodados que se aíslan en urbanizaciones privadas o escuelas privadas, como el generado por los perdedores del sistema, que viven sin trabajo estable, en entornos degradados, precarios y empobrecidos, como las banlieux de Francia o como los barrios de favelas o escuelas con elevados porcentajes de pobreza.

El gueto, o con más precisión, el hipergueto (en términos de Loïc Wacquant) deviene la forma de vida actual y del futuro. De hecho, Ulrich Beck utiliza el término de «Brasilerización de occidente» para describir estos procesos de marginación social y cultural. Barrios privados, acomodados, ordenados y cerrados y protegidos por vigilantes privados, rodeados de masas amenazadoras de perdedores, peligrosos, desordenados, sin normas, deshumanizados que los rodean, como una nueva era medieval en que las ciudades parecen islas de prosperidad rodeados del desorden feudal. ¿Qué papel juega la educación en este proceso? De hecho, la erradicación de las humanidades, como comentábamos antes, y como se quejaba la pensadora Martha Nussbaum, impide tomar conciencia de la propia condición, quita el pensamiento y el lenguaje a la masa creciente de desposeídos y facilita la tarea de dominación a la minoría beneficiaria del sistema. Que víctimas de la globalización en Norteamérica apuesten por alguien como Donald Trump, que es uno de sus principales impulsores, dice mucho sobre el envenenamiento y degradación del sistema educativo (y comunicativo) estadounidense.

Sin pensamiento crítico, hay dominación y explotación asegurada. Y, de hecho, fenómenos como la “pos-verdad” no se explican a partir de la sociedad de la información, gobernada por élites hipe-ricas, se degenera sobre lo que el filósofo situacionista Guy Débord había denunciado hace medio siglo: la sociedad del espectáculo, en que todo debate sobre cuestiones sociales ha pasado a convertirse en un único y plural reality show en el que las clases populares, como denuncia Owen Jones, son demonizadas, a menudo por ellas mismas.

Para que haya sucedido esto, ha sido necesario subvertir el paradigma educativo. La escuela fordista no era nada del otro mundo. A pesar de que ofrecía la oportunidad de convertirse en un ascensor social, no dejaba de ser, esencialmente, un reproductor de las diferencias de clase. Ahora, con escuelas y sistemas educativos diferenciados según el gueto de referencia, no las reproduce, sino que las potencia y las hace insalvables. El mundo anglosajón, y especialmente Estados Unidos ven la coexistencia de experiencias e itinerarios educativos tan singulares que es dudoso que exista lo que podríamos denominar un único sistema educativo. Hay desde escuelas google, donde se trabaja por proyectos y seminarios, de una manera muy «innovadora», home scooling que permite a los alumnos no mezclarse con nadie que no sea de sus círculos, hasta escuelas penitenciarias, con regímenes de semi internamiento y detectores de metales como los describe David Simon en su magnífica serie The Wire. El resultado, un archipiélago educativo insatisfactorio, y que genera grandes déficits en todos los niveles, incluso respecto a la obsesión mostrada por la OCDE de la «empleabilidad».

Sin embargo, esto no es ningún problema: Estados Unidos puede reclutar toda la mano de obra de cualquier lugar del mundo: matemáticos indios, ingenieros alemanes, astrofísicos,…. Esta nueva regla del juego genera la reconversión de los debates educativos. Si, hasta hace unas décadas, la prioridad consistía en discutir sobre las finalidades de la educación, el “para qué” servía la educación, qué tipo de sociedad se quería construir a partir de las aulas, ahora nos encontramos con la neutralización de estas cuestiones. En cambio, ahora parecemos obsesionados por el “cómo”, debates metodológicos buscando las piedras filosofales que nos deberían permitir mejorar la educación cambiando la manera de trabajar. Sin embargo, como nos explica el sociólogo de la educación, y principal experto en fracaso educativo Saturnino Martínez, sólo un 6% de los resultados se explican en función de la organización o las metodologías. Los factores fundamentales tienen que ver con la cohesión social y el entorno de los centros (a parte de la propia motivación y capacidad de resiliencia de los estudiantes).

En Catalunya La Escola Nova 21, Ara és Demà pretenden hacer creer, con ciertas dosis de pensamiento mágico, que es posible mejorar la escuela adoptando el trabajo por proyectos o cambiando el nombre de diversas técnicas pedagógicas que hace décadas que se vienen practicando en las escuelas. Centrar el debate sobre estrategias en el aula sirve para camuflar que, hoy por hoy, la escuela está diseñada para potenciar las diferencias, para hacer de las aulas callejones sin salida, para justificar que no se ofrezcan los recursos necesarios que, efectivamente, como demuestra la literatura académica, es lo que puede mejorar las posibilidades de nuestros alumnos. Estudios como el Tenessee ya han constatado que reducir las ratios a la mitad, propician mejoras de un 28 % de rendimiento académico de media, y hasta un 40 % en los alumnos más desfavorecidos. Por qué, pues, estos debates que, como se está demostrando en la azarosa trayectoria del Ara és Demà no están yendo demasiado lejos: efectivamente, porque las propuestas en los términos de una administración educativa que actúa como correa transmisora de las políticas educativas globales, está destinada al fracaso. Y el fracaso es precisamente el objetivo, porque busca deslegitimar los sistemas educativos públicos a fin de preparar las opiniones públicas para aplicar reformas en el sentido de las que se hicieron en las décadas de 1980 y 1990 (y aún en la actualidad) en Inglaterra y Gales: desmantelar el sistema público, privatizar, alimentar burbujas y blindar los guetos acomodados de la competencia educativa de los sectores más modestos.

Las resistencias

Frente estas circunstancias, hay que articular las resistencias. Y las resistencias no funcionarán sin alternativas viables y protagonizadas por la propia comunidad educativa mancomunada (estudiantes, familias y docentes). Esto no será posible si no somos capaces de articular debates públicos abiertos y honestos, con una participación ordenada, rigurosa y disciplinada.

Para ello, será necesario rehacer el diagnóstico actual sobre la situación de la educación. La situación de la educación en nuestro país, y en buena parte de la Unión Europea, si bien es mejorable, es mejor de lo que describen los medios y los supuestos expertos. A base del esfuerzo de los docentes, los alumnos y de las familias, el sistema, a pesar de las amenazas, aguanta. Uno de los problemas es el de su vulnerabilidad debido a que las administraciones públicas ya no representan los intereses de la ciudadanía, sino que están sujetos a las políticas globales dictadas desde organismos como la OCDE o el FMI, y que además han de cumplir con los acuerdos comerciales de la OMC que obliga a liberalizar los servicios (también la educación) a fin de que el capital internacional (y también el local) pueda vampirizar dinero público a base de gestionar escuelas, institutos y universidades. Por lo tanto, es necesario un proceso de reapropiación, gestión directa, desprivatización y blindaje respecto a cualquier interés económico. Esto también nos obliga a repensar la escuela, no tanto respecto a metodologías, como a recursos y finalidades.

Por todo ello, además, hay que plantear alternativas. Si bien los proyectos de futuro guiados por los diferentes gobiernos y poderes extraterritoriales no son precisamente estimulantes, lo que teníamos en el pasado tampoco es demasiado atractivo. Hacen falta proyectos propios, mancomunados, discutidos, agradables e inspiradores. En este sentido, la experiencia reciente de la ILPEducació debería ser un buen punto de partida para definir cómo debería ser la escuela de todos.

Y esto sólo será posible si establecemos una unidad de la comunidad educativa fundamentada en el empoderamiento de la base. Soy consciente de que en este artículo he abusado demasiado de citas de varios autores y numerosas referencias. Permitidme una última, y ​​no precisamente laica. La prioridad número uno, hoy por hoy, es expulsar a los mercaderes de nuestros templos.

Xavier Díez, escritor, historiador y articulista es portavoz del sindicato Ustec-Stes a Girona

Artículo original en catalán: http://www.vientosur.info/spip.php?article12599

Fuente: http://vientosur.info/spip.php?article12598

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Libro: La Modernidad Líquida. Zygmunt Bauman

Libro: La Modernidad Líquida. Zygmunt Bauman

Año: 2007

Resumen
La modernidad líquida –como categoría sociológica– es una figura del cambio y de la transitoriedad, de la desregulación y liberalización de los mercados. La metáfora de la liquidez –propuesta por Bauman– intenta también dar cuenta de la precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista y privatizada, marcada por el carácter transitorio y volátil de sus relaciones.
El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, se reduce al vínculo sin rostro que ofrece la Web. Surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible, es la decadencia del Estado del bienestar.
La modernidad líquida es un tiempo sin certezas, donde los hombres que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres asumiendo los miedos y angustias existenciales que tal libertad comporta; la cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro.

1.- Modernidad Líquida; Introducción

En Modernidad Líquida Zygmunt Bauman explora cuáles son los atributos de la sociedad capitalista que han permanecido en el tiempo y cuáles las características que han cambiado. El autor busca remarcar los trazos que eran levemente visibles en las etapas tempranas de la acumulación pero que se vuelven centrales en la fase tardía de la modernidad. Una de esas características es el individualismo que marca nuestras relaciones y las torna precarias, transitorias y volátiles. La modernidad líquida es una figura del cambio y de la transitoriedad: “los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen. Como la desregulación, la flexibilización o la liberalización de los mercados”.

Bauman no ofrece teorías o sistemas definitivos, se limita a describir nuestras contradicciones, las tensiones no sólo sociales sino también existenciales que se generan cuando los humanos nos relacionamos.

2.- De peligrosa extrañeza de los otros a la sociedad de la incertidumbre.

El otro” tipificado como extraño por desconocido es un portador innato de incertidumbre, de potencial peligro, siendo, tal vez, su mayor amenaza, el atentar contra la clasificación misma que sostiene el orden del espacio social en el que se inscribe mi mundo.

Justamente, los extraños irritan, desagradan, desconciertan porque tienden con su sola presencia a ensombrecer y eclipsar la nitidez de las líneas fronterizas clasificatorias que ordenan el mundo en el que vivo, y de éste modo, cuestionar de manera radical la presunta comprensión recíproca que el “yo” tiene con el “otro”.

El extraño, como cuestionador implacable del orden al que ingresa desde tierras ignotas, ha sido a menudo tipificado con el estigma de ser portador de suciedad, puesto que la suciedad es el caos contaminante que el orden existente pretende expulsar, o bien, portador de ambivalencia, puesto que ésta los hace irregulares e impredecibles en sus reacciones. Es el caso de los marginados sociales que, como una categoría o tipificación de una clase de extraño contemporáneo, reciben sobre sí los rasgos sobresalientes de la ambivalencia y la suciedad: a ellos se les atribuye la falta de confiabilidad por lo errático de su rumbo, su laxa moralidad y promiscua sexualidad, su deshonestidad comercial, etc. “Dicho de otra manera, los marginados son el punto de reunión de riesgos y temores que acompañan el espacio cognitivo. Son el epítome del caos que el espacio social intenta empeñosamente (…) sustituir por el orden”.

La modernidad líquida es un tiempo sin certezas. Sus sujetos, que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres. Hemos pasado a tener que diseñar nuestra vida como proyecto y performance. Mas allá de ello, del proyecto, todo sólo es un espejismo. La cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro, deshace el sentido de la carrera profesional y de la experiencia acumulada. Por su parte, la familia nuclear se ha transformado en una “relación pura” donde cada “socio” puede abandonar al otro a la primera dificultad. El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, siendo su mejor expresión el vínculo sin cara que ofrece la Web. Las Instituciones no son ya anclas de las existencias personales. En decadencia el Estado de bienestar y sin relatos colectivos que otorguen sentido a la historia y a las vidas individuales, surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible.

3.- Estados transitorios y volátiles de los vínculos humanos; desvinculación.

La incertidumbre en que vivimos se corresponde a transformaciones como el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían al individuo y la renuncia a la planificación de largo plazo: el olvido y el desarraigo afectivo se presentan como condición del éxito. Esta nueva (in)sensibilidad exige a los individuos flexibilidad, fragmentación y compartimentación de intereses y afectos, se debe estar siempre bien dispuesto a cambiar de tácticas, a abandonar compromisos y lealtades. Bauman se refiere al miedo a establecer relaciones duraderas y a la fragilidad de los lazos solidarios que parecen depender solamente de los beneficios que generan. Bauman se empeña en mostrar cómo la esfera comercial lo impregna todo, que las relaciones se miden en términos de costo y beneficio –de ”liquidez” en el estricto sentido financiero.

Bauman se vale de conceptos tan provocadores como el de “desechos humanos” para referirse a los desempleados (parados), que hoy son considerados “gente superflua, excluida, fuera de juego”. Hace medio siglo los desempleados formaban parte de una reserva del trabajo activo que aguardaba en la retaguardia del mundo laboral una oportunidad. Ahora, en cambio, “se habla de excedentes, lo que significa que la gente es superflua, innecesaria, porque cuantos menos trabajadores haya, mejor funciona la economía”. Para la economía sería mejor si los desempleados desaparecieran. Es el Estado del desperdicio, el pacto con el diablo: la decadencia física, la muerte es una certidumbre que azota. Es mejor desvincularse rápido, los sentimientos pueden crear dependencia. Hay que cultivar el arte de truncar las relaciones, de desconectarse, de anticipar la decrepitud, saber cancelar los contratos a tiempo.

4.- Decrepitud; estados transitorios y volátiles.

El amor, y también el cuerpo decaen. El cuerpo no es una entelequia metafísica de nietzscheanos y fenomenólogos. No es la carne de los penitentes ni el objeto de la hipocondría dietética. Es el jazz, el rock, el sudor de las masas. Contra las artes del cuerpo, los custodios de la vida sana hacen del objeto la prueba del delito. La “mercancía”, el objeto malo de Mélanie Klein aplicado a la economía política, es la extensión del cuerpo excesivo. Los placeres objetables se interpretan como muestra de primitivismo y vulgaridad masificada.

¿Quién soy? Esta pregunta sólo puede responderse hoy de un modo delirante, pero no por el extravío de la gente, sino por la divagación infantil de los grandes intelectuales. Para Bauman la identidad en esta sociedad de consumo se recicla. Es ondulante, espumosa, resbaladiza, acuosa, tanto como su monótona metáfora preferida: la liquidez. ¿No sería mejor hablar de una metáfora de lo gaseoso? Porque lo líquido puede ser más o menos denso, más o menos pesado, pero desde luego no es evanescente. Sería preferible pensar que somos más bien densos – como la imagen de la Espuma que propone Sloterdijk para cerrar su trilogía Esferas, allí con la implosión de las esferas– se intenta dar cuenta del carácter multifocal de la vida moderna, de los movimientos de expansión de los sujetos que se trasladan y aglomeran hasta formar espumas donde se establecen complejas y frágiles interrelaciones, carentes de centro y en constante movilidad expansiva o decreciente.

La imagen de la espuma es funcional para describir el actual estado de cosas, marcado por el pluralismo de las invenciones del mundo, por la multiplicidad de micro-relatos que interactúan de modo agitado, así como para formular una interpretación antropológico-filosófica del individualismo moderno. Con ello Espumas responde a la pregunta de cuál es la naturaleza del vínculo que reúne a los individuos, formando lo que la tradición sociológica llama “sociedad”, el espacio interrelacional del mundo contemporáneo.

Nuestras comunidades son artificiales, líquidas, frágiles; tan pronto como desaparezca el entusiasmo de sus miembros por mantener la comunidad ésta desaparece con ellos. No es posible evitar los flujos, no se pueden cerrar las fronteras a los inmigrantes, al comercio, a la información, al capital. Hace un año miles de personas en Inglaterra se encontraron repentinamente desempleadas, ya que el servicio de información telefónico había sido trasladado a la India, en donde hablan inglés y cobran una quinta parte del salario.

Las sociedades posmodernas son frías y pragmáticas. Si bien hay expresiones ocasionales de solidaridad estas obedecen a lo que Richard Rorty llamó una “esperanza egoísta común”. Piensese, por ejemplo, en lo que ha sucedido en España después del terrible atentado en Madrid. La nación solidarizó con las víctimas. Fue una reacción mucho más “sensible” que la de los americanos después del 11-S. Ellos expresaron miedo y reaccionaron de manera individualizada, cada cual portaba la foto de su familiar o amigo fallecido. Aquí, en cambio, todos sintieron que una bomba contra cualquiera era una bomba contra ellos mismos, una bomba contra cualquiera de «nosotros». Ese «nosotros» ampliado que se transforma en una empatía egoísta es la base de la «esperanza egoísta común», una peculiar clase de ética de mínimos.

En cambio, cuando el otro es un «radical otro», es decir, no es uno como nosotros, o, si se quiere, no es uno de nosotros, entonces no surge la identificación con la cual se gesta un lazo espontáneamente simpatético, más bien se trata de alguien con quien no nos identificamos proyectivamente. Tal es el caso -por ejemplo- de las reacciones en Europa Occidental frente a la llegada de un importante contingente de personas procedentes de África; esta migración provocó reacciones de miedo, brotes de xenofobia, pero no parece haber generado cuestionamientos serios sobre el hecho -incontrovertible- de que el continente africano ha quedado marginado de la globalización, y de que su población llega al Norte [a Europa] buscando aquello de lo que el Norte ya goza, como derechos adquiridos, prerrogativas sobre las cuales ya ni siquiera se repara.

5.- Desterritorialización; adicción a la seguridad y miedo al miedo.

Lo “líquido” de la modernidad – volviendo a la concepción de Baumam – se refiere a la conclusión de una etapa de “incrustación” de los individuos en estructuras “sólidas”, como el régimen de producción industrial o las instituciones democráticas, que tenían una fuerte raigambre territorial. Ahora, “el secreto del éxito reside (…) en evitar convertir en habitual todo asiento particular”. La apropiación del territorio ha pasado de ser un recurso a ser un lastre, debido a sus efectos adversos sobre los dominadores: su inmovilización, al ligarlos a las inacabables y engorrosas responsabilidades que inevitablemente entraña la administración de un territorio.

Nuestras ciudades, afirma Bauman, son metrópolis del miedo, lo cual no deja de ser una paradoja, dado que los núcleos urbanos se construyeron rodeados de murallas y fosos para protegerse de los peligros que venían del exterior. Lo que Sloterdijk llamó “la ciudad amurallada” hoy ya no es un refugio, sino la fuente esencial de los peligros.

Nos hemos convertidos en ciudadanos “adictos a la seguridad pero siempre inseguros de ella”8, lo aceptamos como si fuera lógico, o al menos inevitable, hasta tal punto que, en opinión de Zygmunt Bauman, contribuimos a “normalizar el estado de emergencia”.

El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible situarla en un lugar concreto. «Miedo» es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que no se puede hacer para detenerla o para combatirla.

Los temores son muchos y variados, reales e imaginarios… un ataque terrorista, las plagas, la violencia, el desempleo, terremotos, el hambre, enfermedades, accidentes, el otro… Gentes de muy diferentes clases sociales, sexo y edades, se sienten atrapados por sus miedos, personales, individuales e intransferibles, pero también existen otros globales que nos afectan a todos, como el miedo al miedo…

Los miedos nos golpean uno a uno en una sucesión constante aunque azarosa, ellos desafían nuestros esfuerzos (si es que en realidad hacemos esos esfuerzos) de engarzarlos y seguirles la pista hasta encontrar sus raíces comunes, que es en realidad la única manera de combatirlos cuando se vuelven irracionales. El miedo ha hecho que el humor del planeta haya cambiado de manera casi subterránea.

6.- Mundo globalizado y policéntrico.

El dominio económico y militar europeo no tuvo rival los cinco últimos siglos, de manera que Europa actuaba como punto de referencia y se permitía premiar o condenar las demás formas de vida humana pasadas y presentes, como una suerte de corte suprema. Bastaba con ser europeo para sentirse dueño del mundo, pero eso ya no ocurrirá más: pueblos que hace sólo medio siglo se postraban ante Europa muestran una nueva sensación de seguridad y autoestima, así como un crecimiento vertiginoso de la conciencia de su propio valor y una creciente ambición para obtener y conservar un puesto destacado en este nuevo mundo multicultural, globalizado y policéntrico.

Sociólogos especializados en movimientos migratorios y demógrafos prevén que el número de musulmanes que vive en Europa puede duplicarse nuevamente para el año 2015. La Oficina de Análisis Europeos del Departamento de Estado de Estados Unidos calcula que el 20% de Europa será musulmana en el año 2050 10, mientras otros predicen que un cuarto de la población de Francia podría ser musulmana en el año 2025 y que si la tendencia continúa, los musulmanes superarán en número a los no musulmanes en toda Europa occidental a mediados de este siglo, puestas así las cosas, Europa será islámica a finales de este siglo.

A este respecto y volviendo sobre los miedos globales, pensemos en la inestabilidad generada por los atentados de Nueva York, allí sin duda tuvo lugar una mutación del terrorismo, el 11 de septiembre de 2001 marca un cambio de época en la historia del miedo; así el régimen del sabotaje y la lógica del pánico vino a ser el argumento central de la política y la base de justificación de una política exterior norteamericana que sembraría otros miedos que nos marcarían a fuego, como los atentados de Atocha -–el 11-M.

7.- El régimen del sabotaje y la lógica del pánico como argumento central de la política en Sloterdijk.

Como crónica de las relaciones entre teoría y política de Estado, cabe apuntar que cuando Sloterdijk fue convocado por el canciller Schröder para debatir sobre las consecuencias del nuevo escenario mundial en la era del atmo-terrorismo y las guerras de rehenes –Sloterdijk se refirió al binomio miedo y seguridad, en relación con la política exterior estadounidense, que suele presentar Washington bajo la rúbrica “intereses de seguridad”. Destacó el filósofo cómo “vivimos en una sociedad obsesionada por la seguridad”, por las pólizas de seguros y las políticas de climatización corriendo el riesgo de perder nuestra libertad. Se refirió también al miedo como un elemento clave para el desarrollo del intelecto. “El miedo -señalo Sloterdijk– está al comienzo del intelecto, el miedo de alguna manera hizo al hombre”.

La amenaza fundamentalista, que parecía una amenaza periférica, se ha desplazado hacia el centro, rumbo a una hegemonía que a los ojos de muchos resulta pavorosa. Hoy un grupo, monitoreando artefactos desde las montañas más remotas y más miserables del mundo, es capaz de hacer estallar el icono más importante del poderío económico global, como son las Torres Gemelas.

Frente a esto las reacciones neoliberales contra el terror son siempre inadecuadas, puesto que magnifican el fantasma insustancial de Al Qaeda, ese conglomerado de odio, desempleo y citas del Corán, hasta convertirlo en un totalitarismo con rasgos propios, y algunos, incluso, creen ver en él un “fascismo islámico” que, no se sabe con qué medios imaginarios, amenaza a la totalidad del mundo libre. Dejaremos abierta la pregunta por los motivos que han conducido a aquella infravaloración y a esta magnificación. Sólo esto es seguro: los realistas se hallan de nuevo en su elemento; por fin pueden ponerse, una vez más, al frente de los irresolutos, con los ojos clavados en el fantasma del enemigo fuerte, medida antigua y nueva de lo real. Con el pretexto de la seguridad, los voceros de la nueva militancia dan rienda suelta a tendencias autoritarias cuyo origen hay que buscar en otro sitio; la angustia colectiva, cuidadosamente mantenida, hace que la gran mayoría de los mimados consumidores de seguridad de Occidente se sume a la comedia de lo inevitable.

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Modernidad Líquida

Autor de la Reseña:

Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la PUCV. Profesor de Antropología y de Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la UNAB. Profesor asociado al Grupo Theoria, Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. Miembro del Consejo Editorial Internacional de la Fundación Ética Mundial de México http://www.eticamundial.com.mx/- y Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo http://www.konvergencias.net/

Fuente de la Reseña:

http://www.observacionesfilosoficas.net/zygmuntbauman.html

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¿Por qué se sigue tolerando la discriminación en nuestro sistema educativo?

La barrera del bautismo no es sólo un problema urbano o uno de exceso de suscripción.

A medida que se cierre la consulta pública sobre cómo abordar la cuestión de la «barrera del bautismo» en las admisiones en las escuelas, el Departamento de Educación celebrará una mesa redonda sobre las opciones presentadas por el Ministro de Educación Richard Bruton para abordarla.

Me cuestiono la noción de que una escuela podría ser realmente inclusiva si en su política de admisiones puede excluir a los niños por motivos de su religión.

Permitir que el statu quo discriminatorio continúe envía un mensaje de que el interés superior de todos los niños no es central para nuestra formulación de políticas en las escuelas.

Equate, una organización de derechos de la infancia y la familia comprometida con la igualdad, cree que debe establecerse un sistema más justo y centrado en el niño para tratar con las admisiones en la escuela.

Un artículo de opinión reciente en The Irish Times – «La idea de la admisión de las escuelas es equivalente a la política de tiroteo» – evita la cuestión clave en el debate de la política de admisiones de la escuela: el tema de la igualdad.

Durante demasiado tiempo la igualdad no ha sido un principio central de nuestro sistema educativo.

El Foro sobre Mecenazgo y Pluralismo en 2012 pidió que se enmendara la Ley de Igualdad de Estado, afirmando que «las políticas de matriculación equitativa son esenciales para lograr la equidad y la diversidad».

La ley actual impide al Departamento de Educación en su «deber de proveer educación para todos los niños». Existe un consenso político de que la ley no puede permanecer como está.

Los grupos que trabajan en Irlanda hacia una sociedad justa y equitativa quieren ver el cambio. El ISPCC, Pavee Point, la Alianza de los Derechos del Niño, Epic, el Centro de Derechos de los Migrantes y Belong. Todos han pedido que esta ley sea enmendada.

Los órganos de derechos legales como la Comisión Irlandesa de Derechos Humanos y el Defensor del Niño han presentado al Oireachtas que la Ley de Igualdad de Estado debe ser enmendada en interés de todos los niños.

El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas ha pedido a Irlanda que ponga fin a la discriminación religiosa en sus políticas de admisión escolar.

Y, por último, los padres de Irlanda quieren cambiar. Investigación independiente encargada por Equate muestra que el 72 por ciento de los padres quieren que la ley cambie para que el bautismo ya no puede ser un requisito para la admisión a la escuela.

Problema no sólo urbano

Esta cuestión no es sólo urbana o de sobresuscripción, como se ha sugerido en algunos sectores.

La cuestión de la igualdad de derechos tiene una importancia particular para las comunidades rurales cada vez más diversas. Incluso un niño se negó un lugar debido a su religión es discriminatorio y en cualquier otro camino de la vida sería ilegal.

Equate ha abierto sus objetivos de incrementar el número de escuelas multidenominacionales, de hacer más inclusiva la jornada escolar y de poner fin a la discriminación religiosa en las políticas de admisión. Equate no tiene ningún deseo de poner fin a la educación religiosa en Irlanda o de apuntar a ninguna religión en particular. Sugerir lo demuestra así un desprecio por el trabajo en el que hemos estado involucrados.

La barrera del bautismo fue un subproducto de la Ley de Igualdad de Estado, que se promulgó hace menos de 20 años. Las escuelas de fe de los patronos dominantes en la educación irlandesa prosperaron antes de su promulgación y no vemos ninguna razón por la cual su derogación afectaría injustamente cualquier religión minoritaria.

Todo lo contrario, de hecho, como los miembros de las religiones minoritarias que no viven a una distancia razonable de una escuela denominacional específicamente en sintonía con sus creencias, que es la gran mayoría de las familias de religiones minoritarias registradas en el censo, están en desventaja. Esto permitiría un acceso más justo para todos.

La barrera del bautismo no es el único problema que afecta a nuestras escuelas, pero si los padres no se sienten presionados a bautizar a sus hijos para acceder a un lugar escolar – el 24 por ciento de los padres, de acuerdo con una investigación independiente encargada por Equate – Comienzan a surgir de aquellos que desean acceder a las escuelas de fe para sus hijos.

Falta de democratización

Las investigaciones llevadas a cabo por Towers Watson en 2015 en nombre de la Asociación de Sacerdotes de Dublín también mostraron que si la barrera del bautismo fuera removida en cualquier punto antes de 2030, el número de bautismos caería.

Sugerir que la política pública debe ignorar los deseos de los ciudadanos de este país como se indica en varias encuestas es otro ejemplo más de la falta de democratización del sistema educativo irlandés.

El debate sobre un sistema de educación inclusiva es uno para todos nuestros ciudadanos y debe ser constructivo y civil.

Los derechos de los niños, los mejores intereses de los niños y satisfacer las necesidades de todos los ciudadanos deben ser centrales para nuestras escuelas financiadas con fondos públicos.

Es decepcionante que una institución que gestiona el 89 por ciento de todas las escuelas primarias se niega a reconocer que la colocación de barreras a la educación para los no religiosos o los niños de religiones minoritarias tiene un impacto en los niños y las familias que pretende servir.

En Equate, estamos trabajando para transmitir las consecuencias negativas de esta política de exclusión, y seguiremos representando las voces de los padres que nos reunimos y que hacen contacto con nosotros.

Fuente del Artículo:

http://www.irishtimes.com/news/education/why-is-discrimination-still-tolerated-in-our-education-system-1.3083574

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España: El casco acogió la III edición de la Feria de Educación

España/ 16 de mayo 2017/ Fuente: http://eldia.es

El Ayuntamiento de Tegueste celebró el pasado viernes la III edición de la Feria de Educación, una jornada organizada por la Concejalía de Participación Ciudadana, que dirige Candelaria García, y que fue reconocida como un auténtico «éxito». La actividad tuvo lugar en el entorno formado por la calle Prebendado Pacheco y la Plaza de San Marcos Evangelista.

La idea surgió del trabajo que se ha venido realizando en la Mesa de Educación desde la que se ha creado la Red Educativa de Tegueste «Rededúcate». En esta ocasión, se contó con la colaboración en la organización de alumnos de la Universidad de La Laguna (ULL) que se encuentran realizando las prácticas en el área de Participación Ciudadana y de los alumnos del Plan de Formación Activa para el Empleo «Tegueste Vivo», orientado hacia la dinamización comunitaria.

A lo largo de la calle Prebendado Pacheco se colocaron puestos informativos

A lo largo de la calle Prebendado Pacheco se colocaron diferentes puestos informativos, donde se expusieron los recursos educativos existentes. El objetivo era analizar las carencias y necesidades del municipio.

Asimismo, se realizaron actividades como entrevistas y debates, actividades dirigidas a los escolares (en horario de mañana), así como la visita de recursos municipales como la Biblioteca y la Casa de Juventud.

Por la tarde, también hubo exhibiciones de las actividades extraescolares y de otros recursos educativos como la Banda de Música, la Escuela de Etnografía y Folclore; así como actividades de cuentacuentos, teatro y musicales.

La edil de Participación Ciudadana, Candelaria García, manifestó que esta feria ha sido posible «gracias a la implicación de los equipos directivos de cada uno de los centros educativos».

Fuente de la Noticia:

http://eldia.es/laguna/2017-05-15/8-casco-acogio-III-edicion-Feria-Educacion.htm

 

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País Vasco: Mañana huelga en la enseñanza pública, convocada por la mayoría sindical

País Vasco/15 mayo 2017/Fuente: eitb.eus

Docentes, trabajadores de educación especial, de cocina y limpieza y de haurreskolas están llamados a la huelga, con el objetivo de aumentar la plantilla y anular la LOMCE, entre otras cosas.

Los docentes, trabajadores de educación especial, de cocina y limpieza (de centros no universitarios) y del consorcio de escuelas infantiles haurreskola están llamados para la huelga mañana, día 16 de mayo, y el martes de la próxima semana, día, 23, por la mayoría sindical.

La protesta está convocada por ELA, LAB, Steilas y CCOO, ante la falta de «propuestas concretas» y el «nulo interés por negociar» por parte del Departamento de Educación, dirigido por la consejera Cristina Uriarte.

Los sindicatos convocantes han exigido a Educación que abra «un verdadero proceso de negociación en todos los ámbitos«, con propuestas que den respuesta «de verdad» a la situación de la educación pública vasca.

ELA, LAB y Steilas reclaman más inversión en la Educación en Euskadi. También reclaman «sacar la LOMCE» de las aulas, así como derogar el decreto Heziberri del Gobierno Vasco; incrementar las plantillas en 2.000 trabajadores; reducir la temporalidad de un 40 a un 6%; reducir los ratios de alumnado en un 10%; y recuperar el poder adquisitivo por parte del personal, entre otras medidas.

Para la central sindical encabezada por Unai Sordo, ante los «inapreciables avances en la negociación» y el «nulo interés» por escuchar sus propuestas por parte del Departamento, el sindicato tiene «la obligación moral y ética de dar una respuesta» con una huelga.

UGT, en cambio, apuesta por  «agotar la negociación antes de convocar huelga en la escuela pública de Euskadi».

Los padres, con los sindicatos

La Asociación de Padres de Alumnos de la escuela pública vasca, Ehige, ha llamado a las familias a participar en las concentraciones que se realizarán los días 16 y 23, jornadas de huelga, en los centros escolares y especialmente en las manifestaciones del día 20 en las tres capitales de la CAV.

Ehige ha explicado que comparte estas reivindicaciones, «que son una muestra más de los recortes que se están aplicando en la escuela pública vasca y que venimos denunciando en los últimos años (infraestructuras, materiales curriculares, subvenciones para las AMPAs, etc.)».

La consejera Cristina Uriarte ha pedido hoy, lunes, en una entrevista en Radio Euskadi, «principio de realidad» a los sindicatos convocantes y ha recordado que el ejecutivo está abierto a las negociaciones con los trabajadores, pero que no tienen competencia en cuestiones tan trascendentales como los ratios de aula o las tasas de reposición.

Por esa razón, ha añadido Uriarte, ha solicitado responsabilidad a los sindicatos y ha recordado que son fechas poco adecuadas para movilizaciones de este tipo, pues esta conducta pone en riesgo el correcto desarrollo del fin de curso.

Fuente: http://www.eitb.eus/es/noticias/economia/detalle/4834853/huelga-educacion-euskadi-16-mayo-2017-la-mayoria-sindical-convoca-paros/

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España: La familia tiene un papel clave en la educación, reivindica Aldeas Infantiles

España/15 mayo 2017/Fuente:

  • El 15 de mayo se celebra el Día Internacional de la Familia.
  • Uno de cada diez niños crece solo en el mundo.
  • Aldeas Infantiles y Naciones Unidas reivindican el papel de la familia en el fomento de la educación y el bienestar general de los niños.

El 15 de mayo se celebra el Día Internacional de la Familia y Naciones Unidas ha escogido como lema de este año Familia, educación y bienestar para concienciar sobre la importancia del papel de la familia en el fomento de la educación y el bienestar general de los niños.

Según el organismo, conciliar la vida familiar y laboral y facilitar a los progenitores su papel de educadores y cuidadores tiene un papel fundamental para garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad.

La infancia vulnerable quedaría excluida de estos objetivos, por lo que Aldeas Infantiles SOS ha lanzado, con motivo del Día de la Familia, una reivindicación de cuatro medidas para garantizar el bienestar de los niños en el ámbito de la familia en España.

La primera medida consistiría en dedicar más recursos y servicios a las familias vulnerables. Advierten también de la importancia de contar con estadísticas fiables para conocer la situación de las familias en riesgo en España.

Aldeas Infantiles recuerda que uno de cada diez niños crece solo en el mundo Contar con un sistema de prevención para detectar las necesidades a tiempo y poner en marcha planes integrales es la tercera medida a tener en cuenta según Aldeas Infantiles.

Por último, solicitan que la Ley del Menor desarrolle en las comunidades que lo precisen un marco para fomentar el acogimiento familiar como modelo alternativo de crianza.

Premio Princesa de Asturias de la Concordia en 2016, Aldeas Infantiles orienta su labor a conseguir que los niños vivan en familia y recuerda que uno de cada diez menores crece solo en el mundo.

Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/3037222/0/dia-familia-menores-crecen-solos/
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