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Mundo: El cambio climático también afecta al ‘lado oscuro’ de la biodiversidad

El cambio climático también afecta al ‘lado oscuro’ de la biodiversidad

Expertos en biología subterránea de varios centros de investigación de España, EE UU, Italia y Finlandia piden en una carta publicada en la revista Nature Climate Change que los ecosistemas subterráneos sean considerados en las agendas internacionales de conservación de la biodiversidad y mitigación del cambio climático. 

El cambio climático se presenta como una amenaza creciente para la conservación de la biodiversidad. En un futuro cercano, la provisión de múltiples servicios ecosistémicos que son críticos para el bienestar humano podrían estar comprometidos y, también, el logro de la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Para hacer frente a este desafío, se han avanzado varias iniciativas globales a caballo entre la ciencia y la política para delinear agendas internacionales sobre biodiversidad y cambio climático, más allá de 2020⁠. Por ejemplo, la red de seguridad global (Global Safety Net, en inglés) tiene como objetivo que el 50 % de la Tierra esté protegida formalmente para detener la pérdida de biodiversidad, reducir las emisiones de CO2 y fomentar la eliminación de carbono por la naturaleza.

biodiversidad, cambio climático, fondo marino, cuevas, microorganismos, polinización, agua dulce

En la misma línea, la Estrategia de Biodiversidad 2030 de la Unión Europea es un plan obligatorio a largo plazo que tiene como objetivo transformar el 30 % de las tierras y mares de Europa en áreas protegidas, al tiempo que impulsa el desarrollo económico y la mitigación del clima. Para ser efectivas, estas agendas internacionales deben considerar cuantas más especies y ecosistemas sean posibles. Sin embargo, en una carta publicada recientemente en la revista Nature Climate Change, que hay una omisión recurrente: el medio subterráneo.

A pesar de que este es probablemente el ecosistema no marino más extendido de la Tierra (se encuentran bajo el 20 % de la superficie global) su porcentaje de solapamiento con áreas protegidas es de tan solo un 7 %. El olvido de los ecosistemas subterráneos de los planes globales de conservación margina su importancia ecológica y económica, además de obstaculizar la voluntad política de protegerlos.

Qué importancia tiene el medio subterráneo

La sociedad típicamente reconoce las cuevas –que representan solo la fracción accesible a los humanos del medio subterráneo– por su inherente belleza y misterio, así como por contener tesoros de materiales paleontológicos y arqueológicos. Aquí es donde generalmente termina nuestra comprensión general del medio subterráneo, pero la importancia del medio subterráneo va mucho más allá.

En primer lugar, se estima que el 95 % del suministro de agua dulce líquida disponible en el mundo se encuentra en el medio subterráneo y más de una cuarta parte de la población humana depende total o parcialmente de ella.

Los ecosistemas subterráneos albergan organismos altamente especializados, con unas adaptaciones impresionantes a vivir en la oscuridad y que son de gran interés tanto desde una perspectiva evolutiva como de conservación. Esta biodiversidad proporciona una serie de servicios a la humanidad de incalculable valor, por ejemplo, participan en la polinización (murciélagos cavernícolas), en la renovación del carbono, la atenuación y degradación de contaminantes peligrosos, pudiendo incluso, eliminar virus y microorganismos patógenos.

En resumen, parece que el aforismo “ojos que no ven, corazón que no siente” haya dirigido hasta ahora tanto el interés científico como las decisiones políticas. Casualmente, 2021 es el Año Internacional de las Cuevas y el Karst. Dada su importancia, es el momento de que los ecosistemas subterráneos asuman el lugar que les corresponde en las estrategias y agendas internacionales sobre cambio climático y conservación de la biodiversidad global.

Ecoportal.net

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/temas-especiales/cambio-climatico/cambio-climatico-afecta-biodiversidad/

 

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Mundo: Trabajo infantil aumenta por primera vez en dos décadas

Mundo/11-06-2021/Autor(a) y Fuente: rpp.pe

La pérdida de empleo e ingresos de sus familias y el cierre de los centros educativos aumentaría aún más las cifras de trabajo infantil en los próximos años.

Más de 160 millones de niños tienen algún tipo de trabajo, según un informe presentado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Unicef en vísperas del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se conmemora el próximo 12 de junio.

La cifra subió unos 8.4 millones en los últimos cuatro años, la primera subida en dos décadas. Incluso se estima que, a consecuencia de la pandemia, a fines del 2022 unos 9 millones más podrían aumentar en la estadística si no se ofrece la protección social necesaria.

“La protección social inclusiva permite a las familias proseguir la escolarización de sus hijos aun en una coyuntura económica adversa”, aseguró el director general de la OIT, Guy Ryder.

Según el informe, la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas pueden ocasionar que los niños que se encuentran en esta situación trabajen más horas y en peores condiciones.

“Estamos perdiendo terreno en la lucha contra el trabajo infantil, y el último año no ha facilitado nuestra labor”, dijo Ryder.

El 70 % de los niños en esta situación, equivalente a 112 millones, trabajan en el sector agrícola por lo que el trabajo infantil en zonas rurales es casi tres veces más frecuente que en zonas urbanas.

Mientras que un 20 % de los niños que deben trabajar lo hacen en servicios (31,4 millones) y el 10 % en la industria (16,5 millones).

La mayoría de los niños en situación de trabajo infantil tienen entre 5 y 11 años. Del total, unos 79 millones de menores realizan trabajos peligrosos que pueden dañar su salud o su seguridad.

La zona más afectada es África Subsahariana, donde 16,6 millones de niños más han tenido que trabajar en los últimos cuatro años debido al crecimiento demográfico, las crisis frecuentes, la pobreza extrema y las medidas inadecuadas de protección social.

(Con información de la Agencia EFE).

Fuente e Imagen: https://rpp.pe/economia/economia/trabajo-infantil-aumenta-por-primera-vez-en-dos-decadas-noticia-1341419?ref=rpp

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Ciencia: ¿Viviremos para siempre? La respuesta es no, te contamos por qué

¿Viviremos para siempre? La respuesta es no, te contamos por qué

Aunque existen muchos factores que pueden determinan la edad de vida, hay un tope que no podemos superar.

Una pregunta recurrente durante nuestra existencia es: ¿cuántos años puede vivir un ser humano?

El cuerpo humano tiene caducidad, envejecer es parte de su naturaleza.

Aunque existen muchos factores que ayudan a mantener la salud, el organismo llega a un punto crítico.

Ese momento en el que independientemente de la salud, el cuerpo ya no puede más se alcanza entre los 120 y 150 años.

¿Cuántos años puede vivir un ser humano?

A esta aproximación llegó un grupo de investigadores, cuyo estudio puede ser consultado en Nature Communications.

En este se explica un análisis de marcadores sanguíneos que revela la pérdida progresiva de recuperación y que predice el límite de la vida útil.

“Ese punto crítico que da lugar al final de la vida es una propiedad biológica intrínseca de un organismo, que es independiente de los factores de estrés, y significa un límite fundamental o absoluto de la vida humana”, observaron.

Según el estudio, la mortalidad por todas las causas en humanos y la incidencia de enfermedades crónicas relacionadas con la edad aumentan exponencialmente y se duplican cada ocho años.

Envejecer es algo inevitable

El envejecimiento se manifiesta como un declive funcional progresivo.

Con la edad llega una mayor incidencia de enfermedades crónicas: cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, entre otros, y crece la mortalidad.

La tasa de recuperación también disminuye con la edad.

Una persona de 90 años podría tardar ocho semanas en recuperarse, mientras que una de 40 lo haría en dos.

La divergencia del tiempo de recuperación a edades avanzadas parece ser un fenómeno a nivel del organismo.

El registro de la persona más longeva de la historia es de una mujer, Jeanne Louise Calment, nacida el 21 de febrero de 1875, de Arles, Francia, que murió a la edad de 122 años y 164 días.

No importa cuánto te cuides

Para el estudio se analizó la relación entre neutrófilos, que son un tipo de glóbulo blanco, una célula inmunitaria.

Otro tipo de célula inmunitaria elaborada en la medula ósea; y la anchura de distribución de los glóbulos rojos como biomarcadores del envejecimiento.

El organismo humano cambia con el paso del tiempo.

El estado del organismo varía a lo largo de la vida por el crecimiento, la maduración y el envejecimiento.

“Sostenemos que la pérdida de resiliencia no puede evitarse incluso en los individuos que envejecen con más éxito”, afirma en estudio.

En el artículo, los investigadores proponen que no es probable que el límite aparente de la vida humana mejore mediante terapias dirigidas contra enfermedades crónicas.

Por lo tanto, no es posible una mejora “dramática” de la vida máxima.

No hay vida eterna

Esto quiere decir que una marcada extensión de la vida mediante la prevención o la cura de enfermedades no es posible sin interceptar en el camino el proceso de envejecimiento, la causa raíz de la pérdida subyacente de resiliencia.

Un reciente y cuidadoso análisis de datos demográficos humanos apoya este argumento y arroja una estimación de la esperanza de vida límite de 138 años.

En dicho estudio se observó que la vida de organismos modelo podía prolongarse mediante intervenciones genéticas, dietéticas y farmacológicas.

Aunque podría modificarse la duración de la vida, los organismos tienen un límite, una “vida útil”.

Ante este contexto, los científicos proponen un mayor desarrollo del modelo de envejecimiento, que podría ser un paso hacia la demostración experimental de una terapia dramática para prolongar la vida.

(Con información de Nature Communications y bioRxiv)

Fuente de la Información:https://tecreview.tec.mx/2021/06/05/ciencia/cuantos-anos-puede-vivir-un-ser-humano/

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En el día del niño traemos seis ideas de propósitos para compartir con la familia

En el día del niño traemos seis ideas de propósitos para compartir con la familia

Los pequeños también pueden enlistar sus metas, hacer este ejercicio puede llegar a comprometerlos aún más para cumplirlos.

Los niños pueden realizar propósitos como parte de una divertida actividad manual.

Usted, como padre de familia, puede que quiera que su hijo o hija se comprometa con una meta o simplemente poder inducirlo a realizar ciertos cambios de una manera fluida y lo menos trastabillada posible. Por ejemplo, que deje de comer tantos dulces e incluya más verduras en su dieta diaria. Por más que esto es también responsabilidad de los adultos, la voluntad que el pequeño ponga es clave por los procesos más pequeños y fáciles, así como para los complejos.

Por ello, una buena alternativa es que los niños escriban propósitos con los que se quieren comprometer por lo que queda del año. Esto podría parecer una actividad para el final o inicio del año, sin embargo, nunca es tarde para tener y encaminar las metas, sobre todo para realizar el primer paso que es fijarlas, y lo podemos hacer en un papel para que no solo quede en una idea.

Aquí le presentaremos seis propósitos guía para que se los pueda plantear a su pequeña o pequeño; pero en esa lista también deberá incluir propósitos que verdaderamente ellos quieran intentar cumplir, mas no que predominen sus deseos como padre. Poco a poco el infante irá desarrollando sus perspectivas y deseos de metas. No olvide que el método de compensación por haber cumplido los propósitos es válido y actúa como motivación para ellos, todo con mesura.

Propósitos para los niños:

1) Enfocarse más en los estudios

Los tiempos han cambiado y la casa es la nueva escuela, por ello, los pequeños pueden perder concentración de manera rápida (también puede ser producto de la falta de motivación). Sin embargo, si su hijo o hija acostumbra a pararse mucho durante las clases y no prestar atención, o no hace las tareas, sentarse y escribir este pr opósito puede ser de gran ayuda.

2) Disfrutar más del tiempo que pasamos con los hermanos

Al pasar más tiempo en casa las peleas entre hermanos podrían incrementar, por ello, convivir en paz y armonía y poner la voluntad en intentarlo es importante.

3) Hacer cosas en casa

Ayudar en casa desde pequeño es parte de la formación. Los pequeños y jóvenes pueden contribuir con tareas del hogar como poner la mesa, barrer, limpiar un anaquel, etc., de acuerdo a la edad y sus capacidades. Así también desarrollarán el sentido de trabajo en equipo, cuando todos los integrantes se repartan funciones.

4) Leer más libros físicos o jugar en el parque

Las nuevas tecnologías han atrapado a los pequeños por las atractivas imágenes y formas de jugar y consumir contenido, pero refrescarse de eso también es importante. Así que leer un buen libro en físico o salir a jugar con los amigos por un rato también es una opción saludable.

5) Aprender a hacer cosas solos

Esto es perfecto para los pequeños que ya se van haciendo mayores. Intentar hacer, por ejemplo, los deberes o un rompecabezas solos les dará autonomía y confianza en sí mismos. También podemos adaptarlo a los más pequeños: ponerse los zapatos, quitarse el abrigo, ir al baño solos.

6) Ser solidario

Hay muchas formas de ser solidario. Podemos ayudar a nuestra vecina a subir la compra a casa, podemos donar juguetes en Navidad y en cualquier otra época del año, podemos ayudar a un niño que se ha caído en el parque, recoger alimentos para los más necesitados o visitar a un familiar en la residencia de ancianos. Aprender a ser solidarios y a hacer cosas buenas por los demás nos ayudará a nosotros mismos a ser mejores personas. (I)

Fuente: https://www.guiainfantil.com

Fuente de la Información: https://www.eluniverso.com/larevista/orientacion/en-el-dia-del-nino-traemos-seis-ideas-de-propositos-para-compartir-con-la-familia-nota/

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¿Extinción de la mente crítica o del diálogo humano?

¿Extinción de la mente crítica o del diálogo humano?

Fuentes: Rebelión

 

http://revistafuturos.noblogs.org

Franco Bifo Berardi anota una cuestión clave de nuestra modernidad: “la extinción de la mente crítica”.[1]

Su sola enunciación nos da la pauta de la trascendencia de su planteo.

Berardi observa con sagacidad y precisión una serie de pautas que ilustran ese proceso de extinción.

Fundamentalmente, registra “la saturación de la atención social” dada por “la velocidad y la intensidad de la infoestimulación” que nos absorbe casi permanentemente.

Mirado etimológicamente, el fenómeno desnuda toda su gravedad: eso que nos absorbe, so pretexto de nutrirnos informacionalmente, nos deja absortos. Y por lo tanto anonadados. Y esa absorción a que somos sometidos capta nuestra mente casi ininterrumpidamente; y es lo que nos elabora ya no sólo absortos sino mentecatos. Porque el origen de esa palabreja es tener la mente captada: mente captus, mente captada. Mentecato.

Imagen y/o palabra

Aun bien diagnosticado el fenómeno, entiendo hay un fallo en el abordaje de Berardi: en todo caso, observa una vía de extinción de la mente crítica, pero entiendo deja a un lado por lo menos otra, no menos importante: la sustitución de la palabra por la imagen en nuestra relación con la realidad (y su insoslayable temporalidad). Sustitución o desplazamiento que implica la presentización de nuestra relación con el mundo.

Cuando sobreviene el auge de la imagen, a mediados del s XX, había un motto que abonaba esa expansión formidable de lo comunicacional: “una imagen vale, otorga el conocimiento vivencial, más que mil palabras”.

Y es cierto. Lo que obviábamos entonces es que una palabra, la palabra, también puede brindarnos mil imágenes, enriquecer nuestro interior, mediante asociaciones, derivaciones. A diferencia de la imagen que nos impacta y a menudo nos deja “sin palabras”, la palabra no nos da la imagen sino que nos permite a nosotros “hacerla”; véase por ejemplo, esta frasecita (atribuida a Eduardo Galeano): “La realidad imita a la tele.” Todo el mundo que se abre a nuestro discurrir…

Una buena verificación de la elaboración de imágenes desde la palabra nos la da la lectura de, por ejemplo, una novela que, después de nuestra lectura, se pasa al cine y alcanzamos a ver dicha versión. Vemos entonces  cómo habíamos hecho “la película” antes, en nuestro interior; a menudo mucho más rica y variada que la confección cinematográfica.

La palabra, entonces, despierta nuestras reflexiones y consiguientes imágenes, y en los mejores casos, nos embarca en nuevas búsquedas. Abre nuestras mentes.

La imagen tiene todo el atractivo de lo visual, y por eso mismo no necesita tanto de la palabra como de la emoción desnuda. Es más elemental. Tiene enorme carga emocional, evocativa.

La palabra, en cambio, es la que caracteriza nuestra humanidad. Somos humanos porque tenemos la palabra. La imagen es algo compartido con buena parte del mundo animal.

Pero los animales viven en el puro presente porque la temporalidad, hasta donde sabemos, les es ajena, al menos relativamente ajena. Los animales que llamamos “superiores” tienen por ejemplo pasado, porque es lo que revela el ejercicio de la memoria, tan presente. Que revela su experiencia.

Pero nuestra temporalidad; pasado, presente, futuro, es algo específicamente humano. Que podemos plasmar en imagen y en palabra.

Esas dimensiones temporales, totalmente asimétricas, –por cuanto lo pasado ya no existe y lo futuro, precisamente por su condición futura, tampoco existe y por lo tanto es totalmente inasible– no nos permiten ninguna norma o ardid de simetría.

La palabra apenas si nos permite acercarnos (a lo más, asintóticamente) al pasado y, respecto de lo futuro, ni siquiera eso; ni acercarnos (salvo mediante el viejo oficio –tan atractivo– de adivinar, intuir, apostar, y en general, errar).

Berardi se concentra en el muy real fenómeno de la saturación informativa y cómo eso nos dificulta la capacidad crítica mediante el anegamiento de nuestra conciencia.

La invasión de la imagen, opera, a mi modo de ver, como otro fuerte distractor, y encierra, además, un peligro todavía mayor, porque de algún modo establece otro camino de intelección cargado emocionalmente pero empobrecido en palabras, en conceptos.

Y ante el problema que plantea Berardi como principal; “la descomposición de la mente crítica, cuyos efectos incluyen la credulidad entre las muchedumbres y la agresividad autoconfirmatoria de la multitud”, la descomposición del discurso  y su sustitución por la imagen, constituyen elementos a tener muy en cuenta.

Porque está comprobado que la falta de palabras genera una enorme frustración e irritación, y veo, precisamente en lo que Berardi califica “agresividad autoconfirmatoria de la multitud” una debilidad o ausencia de la palabra, del discurso. Debilidad o ausencia de cierta abstracción, inevitable ”cuando nos faltan las palabras”.[2]

Fiebre de chequeado, verificado, comprobado

Berardi lidia en su artículo con otro fenómeno actualmente insoslayable; la proliferación de las fake news.

Y es muy escéptico ante la tarea de crear guardias o aduana conceptuales de “lo verdadero”. Coincidimos con su escaso entusiasmo ante la idea policial de preservación de la verdad, aunque no compartamos la irrelevancia que le atribuye a la verdad. De cualquier modo, no necesitamos guardias sino criterios.

La preeminencia de la imagen nos plantea otra dificultad. Relacionada con una crisis del diálogo.

El diálogo es condición sine qua non de toda posibilidad crítica.

Entendemos que la extinción de la mente crítica puede estar muy relacionada, también, con una crisis del diálogo.

Innegable el proceso de tecnologización galopante de nuestras sociedades. Con distintos ritmos e intensidades, en el mundo entero.

Este proceso coincide, se solapa o se expresa de diversos modos; modernización, automación, miniaturización, computarización, entre otros.

La crisis a que me refiero sobreviene lentamente, de manera no expresa, incluso como si se tratara de ventajas y mejoras en la comunicación humana, generalmente esgrimidas sobre la base de ventajas que se ofrecen al usuario, al particular, al comprador, al consumidor, al cliente.

Examinemos una de estas manifestaciones. Las empresas buscan siempre abaratar costos. Factor que suele tener preeminencia sobre otras consideraciones.

Telefonista versus cinta grabada

El complejísimo mundo de las comunicaciones telefónicas, increíblemente expandido en las últimas décadas, estuvo basado hasta hace pocas décadas, en una red de teléfonos, internos y derivados, atendidos por equipos de telefonistas.

En el mundo empresario, el cliente llamaba a un número; el telefonista lo derivaba a la sección respectiva.

Tecnologización mediante, se fueron instalando centrales o centralitas telefónicas que respondían sin voz humana, con programas de opciones. Con enorme abundancia informativa sobre una serie de puntos a aspectos totalmente ajenos e irrelevantes para quien ha intentado el contacto telefónico.

Un ejemplo prístino de “la sociedad del cansancio” del filósofo coreano Byung-Chul Han: uno tiene que gastar su tiempo escuchando opciones que de nada le sirven; una fluidez extraordinaria no garantiza movimiento real.

La oferta de opciones frente al intento de comunicación telefónica con el mundo empresario puede llevar minutos, cuartos de hora que, tratándose de llamadas internacionales pueden ser además muy onerosas para el particular. Todo ese esfuerzo  y tiempo aplicado por el cliente, el particular, el paciente  –que se ahorra la empresa– tiene un costo psíquico, no sólo material. Muy a menudo el menú ofrecido no satisface al demandante, quien en todo caso, deberá repetir la intentona comunicacional para ver con qué se queda. Porque se trata de aceptar lo que se le ofrece. Cuando uno repasa las 6, 7 u 8 opciones brindadas, a veces con habilidad logra la opción de hablar con una voz humana, y en ese caso es probable que la demora se agigante y deba prepararse psíquicamente para oír que hay 16 personas antes que él o que la demora estimada es de 35 minutos…

El mundo empresario, cada vez más atrincherado ha ido sustituyendo cualquier relación más o menos espontánea por una relación de poder.

Basado en términos comunicacionales, que procuran funcionalizar las relaciones, pero que afectan el estado anímico de los particulares, de aquellos que todavía responden con su humanidad.

Desigual, el presunto diálogo entre el particular y el robot, la cinta grabada o el dispositivo electrónico movido con algoritmos.

Los presupuestos comunicacionales de las cintas grabadas y del lenguaje-e reposan en que la intercomunicación se puede hacer con exactitud. Pero la comunicación humana no es una ciencia exacta. Por eso, por ejemplo, no existen, prácticamente sinónimos, al menos totales, totalmente equivalentes, en las lenguas que hablamos los humanos.

El lenguaje, como entidad intercomunicadora, es como un trabajo de orfebrería, se puede siempre pulir y tallar, para apenas aproximarnos. A diferencia de la comunicación electrónica, que busca, y expresa, la exactitud.

Atender a la clientela de las empresas mediante un contestador automático, con sus opciones, revela el desprecio del diseñador por el alma humana (y por los tiempos de los humanos, objeto de las empresas), frustrada en un porcentaje de casos y situaciones.

No en la mayoría, ciertamente, si el contestador automático ha sido medianamente bien programado: Podrá responder, con efectividad al 60% o al 85% o, pongamos, al 92 % de las consultas. Pero “cansará” a unos cuantos.

¿Por qué este afán tecnocratizador?

Para tener todo (cada vez más) bajo control. Para que todo lo que los humanos podamos hacer, resulte cognoscible y por lo tanto, predecible.

La erección de tales centros comunicacionales implica, aunque no se lo diga expresamente, erradicar toda comunicación no computarizable, es decir, ajena al control.

¿Qué control? El establecido por la creciente red de algoritmos, registros, opciones que ofrecen los sistemas cibernéticos para que nos movamos en una suerte de parque zoológico humano, al decir de Peter Sloterdijk.[3]

El “todo bajo control” de nuestra era cibernética deja como proyecto rudimentario un diseño como el 1984 de George Orwell.

A la vez, los gigantes GAFA,[4] titulares de las conexiones neurales de nuestro novel “cuerpo social”, han generado, con la tecnologización galopante, un negocio de dimensiones jamás entrevistas. Y una adhesión incondicional de todas las redes y los individuos que creen a pie juntillas en el poder establecido o se sienten gananciosos con ello.

Con lo cual, en última instancia, el interés crematístico y el político recaen en el mismo núcleo de poder.

Debilitamiento del  diálogo humano,  saturación progresiva de la mente crítica,  los seres humanos vamos teniendo que enfrentar  modos cada vez más complejos de dominio, cada vez más alejados de lo que tradicionalmente se había considerado el poder sobre mentes y pueblos.

El sistema de la hipermodernidad cibernética sin límites ni fronteras nos ofrece todas las ventajas, todos los placeres,  todas las oportunidades como nunca antes.

Los motores de nuestra hipertecnologizada sociedad pasan por la velocidad, el traslado, el goce. Y el desvanecimiento  de toda idea de opresión, injusticia, y rebeldías consiguientes.

La cuestión es, apenas, si a la vuelta inesperada de alguna esquina, nos toparemos con la realidad de nuestra heteronomía, cansancio, saturación, y una ya inocultable contaminación generalizada, extinguida nuestra capacidad crítica, como denunciara Franco Berardi.


[1]   “La extinción de la mente crítica”, Caja Negra, Difundido desde PostaPorteña, no. 2200, 24 abr. 2021.

[2]  Hay ejemplos dramáticos de cómo la escasez o falta de vocabulario genera irritación, frustración y de allí la violencia está a un paso: los niños que procesan una muy baja instrucción y educación, y llegan a la adolescencia con escaso vocabulario; por ejemplo, analfabetos en una sociedad alfabetizada, sufren un doble impulso a la delincuencia: carecen de las herramientas intelectuales básicas para las tareas “normales” de una sociedad y el recurso del robo se les hace casi único modo de sobrevivencia.

Y los extranjeros habitando un país con idioma desconocido, quedan mudos ante observaciones o reconvenciones de la sociedad que viven, y las sufren en un idioma que no entienden; eso, despierta enorme frustración  y agresividad.

[3]   Normas para el parque humano, Ediciones Siruela, Madrid, 2000.

[4]   “Google, Apple, Facebook y Amazon: cómo funciona el ‘grupo GAFA’». https:// www.bbc.com, 6 jun 2019.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/extincion-de-la-mente-critica-o-del-dialogo-humano/
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Mundo: Cómo un estilo de vida saludable, puede aumentar su inteligencia

Cómo un estilo de vida saludable, puede aumentar su inteligencia

Sin que la mayoría de la gente lo sepa, la inteligencia se presenta en dos formas diferentes. Hay inteligencia cristalizada que es información almacenada y crece a medida que envejece. La segunda forma es la inteligencia fluida, que alcanza su punto máximo en la edad adulta temprana y luego declina lentamente con el tiempo. Los psicólogos han descubierto recientemente que la inteligencia fluida se puede mejorar, ¡así que hay esperanza! Llevar un estilo de vida saludable es clave para mantener su inteligencia fluida y mantener su coeficiente intelectual. Aquí están las 10 mejores formas saludables de aumentar su coeficiente intelectual:

Sea más activo

Participar en solo 30 minutos de ejercicio cada día muestra una correlación positiva con una mejor salud física y mental. Mantener su cuerpo sano es necesario para desarrollar una mejor inteligencia. El ejercicio aumenta el flujo de sangre, glucosa y oxígeno al cerebro, lo que ayuda con el crecimiento de nuevas células cerebrales y aumenta las conexiones entre las células cerebrales, todo lo cual ayuda a aumentar su coeficiente intelectual.

Duerma lo suficiente

Junto con el resto de sus órganos, el cerebro trabaja las 24 horas del día, los 7 días de la semana, trabajando tan duro cuando está dormido como cuando está despierto. Dormir es cuando el cerebro consolida todo el aprendizaje que tuvo lugar ese día. Perder el sueño disminuye los beneficios de su experiencia de aprendizaje ese día y disminuye su capacidad para aprender y comprender material nuevo al día siguiente. Para tener las capacidades cognitivas máximas, necesita entre 7 y 9 horas de sueño cada noche.

Coma más omega-3

La carne magra y el pescado están llenos de creatina, lo que ayuda a aumentar la memoria y la inteligencia. Los frutos secos y el pescado azul, como el arenque, el salmón y la trucha, están llenos de ácidos grasos omega-3 que mejoran la memoria y la función cerebral. Estas proteínas aumentan la producción de neurotransmisores que aumentan el estado de alerta mental y el coeficiente intelectual.

Deje de fumar

Este es el primer paso para mantener y mejorar la salud general del cerebro. Las personas que fuman dos paquetes al día tienen el doble de probabilidades de desarrollar demencia en comparación con las que no fuman . Las personas que fuman pero luego deciden dejar de fumar no tienen mayor riesgo de demencia y tienen una actividad cerebral normal. Fumar disminuye en gran medida su coeficiente intelectual y conduce a innumerables problemas de salud.

Consuma alimentos ricos en antioxidantes

Existen numerosos alimentos saludables que son excelentes para mantener la salud del cerebro. Las investigaciones muestran que seguir una dieta saludable aumenta el coeficiente intelectual. Reducir la cantidad de alimentos procesados, bocadillos azucarados y comida rápida que consume aumentará la salud del cerebro. Si está buscando elevar su coeficiente intelectual, concéntrese en agregar alimentos con alto contenido de aminoácidos, antioxidantes y ácidos grasos omega-3. Los estudios también han demostrado que los productos orgánicos tienen un mayor contenido de antioxidantes.

Beba alcohol con moderación

Siguiendo el viejo dicho “todo con moderación”, el alcohol sigue su ejemplo, promoviendo la salud y la longevidad. Los estudios han demostrado que los ancianos que beben alcohol con moderación pueden disminuir su riesgo de desarrollar demencia en un 60%. Beber cantidades excesivas de alcohol reduce los niveles de coeficiente intelectual, así que sea inteligente y solo beba con moderación.

Sea social

Centrarse en construir y mantener buenas relaciones ayuda a desarrollar su memoria transactiva. Cuanto más diverso sea su grupo social, más continuamente se verá desafiado a pensar en nuevas formas y ser creativo. Socializar te ayuda a obtener nuevas perspectivas y mantiene tu mente abierta, mejorando la actividad sináptica del cerebro y elevando tu coeficiente intelectual.

Continúe su educación

Las investigaciones han demostrado que por cada año escolar que se completa, su coeficiente intelectual aumenta un promedio de 3.5 puntos. Incluso si está graduado, continuar sus estudios no significa que tenga que volver a la escuela. ¡Buscar nuevas oportunidades de aprendizaje y exponerse a nueva información aumentará su coeficiente intelectual de todos modos!

Leer y hacer acertijos

Mantener un alto nivel de actividad mental es clave para mantener su cerebro sano. Los estudios han demostrado que puede aumentar el coeficiente intelectual de su hijo simplemente leyéndoles interactivamente durante la semana. Leer solo 30 minutos al día aumenta tu inteligencia y hacer acertijos es una forma divertida de relajarte y poner a prueba tus habilidades.

Viaja más

Los estudios muestran que las personas que viajan experimentan un 75% más de estimulación cerebral que las que no lo hacen. Viajar aumenta su creatividad y puede estimular su memoria, especialmente si viaja a un país donde se habla un idioma diferente. Aprender un nuevo idioma es una excelente manera de aumentar tu inteligencia. Viajar le ayuda a desarrollar su sentido de la realidad y a aumentar su comprensión de las diferentes culturas.

Por HealthFitness Revolution. Artículo en inglés

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/salud/saludable-aumentar-su-inteligencia/

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The fastest ways aviation could cut emissions

The fastest ways aviation could cut emissions
From switching the fuel they use to changing flight plans so they produce fewer contrails, airlines are searching for ways to cut their impact on the climate.

Aircrafts use an incredible amount of fuel. A Boeing 747-400 jumbo jet carries 63,000 gallons (240,000 litres) of jet fuel, equal to about a 10th of an Olympic sized swimming pool, and burns through it at a rate of 4 litres (0.9 gallons) per second.

This is why flying individuals, or goods, around the world is so very energy intensive – and so terrible for the climate. Just one flight can emit as much CO2 as many people do in a year, and the number of flights globally is expected to grow at an alarming pace over the coming decades.

Compared to other sectors, aviation is a relatively small contributor to global greenhouse emissions, but it is also one of the fastest growing. Between 2000 and 2019, there was a 5% average rise in flights per year; by 2019, it accounted for 2.5% of the world’s CO2 emissions.

With Covid-19, flights and passenger numbers plummeted, but the number of people flying is expected to return to 2019 levels within a few years and continue to grow. All this means that we need to start doing far more on aviation emissions, and fast. But bar gradually rising efficiency in planes, little progress has been made so far on how to actually decarbonise aeroplanes.

Everything, even if it’s more into the future, needs to start today and we need to do it swiftly – Maarten van Dijk

If the world hopes to limit global warming by meeting the ambitious cuts in carbon emissions set out in the Paris Agreement on climate change, aviation will need to move away from fossil fuels completely in the long term. Companies like Airbus have grand plans to develop hydrogen planes within 15 years, for example, but what can be done in the shorter term to curb the aviation industry’s impact on the climate? Can we find alternative fuels to burn in our aircraft or even change the way aircraft fly so they are kinder to the planet?

Switch the fuel

In 2010,  a venture founded by Dutch airline KLM and several other partners began one of the first efforts to develop more climate-friendly alternatives to conventional kerosene.

Little was known at the time about how to do this, says Maarten van Dijk, one of the three and managing director of SkyNRG. «But we knew that whatever happened, someone needed to get the fuel and get it into an aircraft and sell it. So that’s what we started focusing on.»

The numbers of flights and passengers is set to rise considerably in the coming years, increasing pressure for action to make aviation sustainable (Credit: Getty Images)

The numbers of flights and passengers is set to rise considerably in the coming years, increasing pressure for action to make aviation sustainable (Credit: Getty Images)

Eleven years on and SkyNRG is one of a handful of companies supplying «advanced waste» biofuels to airlines. These fuels are made from recycled waste such as used cooking oil, industrial waste and agricultural and forestry residues.

But industry-wide, the production of alternative fuels remains miniscule. The problem is that it takes time, investment and technology – as well as a strong policy push – to swap out a fuel as ubiquitous as kerosene. A recent paper from the International Council on Clean Transportation (ICCT) found that at most 5.5% of aviation fuel in the EU could come from sustainable sources by 2030, largely from advanced waste biofuels.

Alongside advanced waste biofuel, the other main short-term sustainable alternative to fossil jet fuel is synthetic fuel made using electrochemical reactions between water and captured carbon.

Known together as sustainable aviation fuels (SAFs), these have similar chemistry to conventional jet fuel, and can be blended with fossil fuels and used on conventional planes without needing any new onboard technology. Some are already certified for use in aircrafts up to a 50:50 blend with fossil jet fuel. But the reduction in emissions each of these sustainable fuels offer compared with fossil jet fuel varies depending on how they are made and sourced.

In 2019, 13 million gallons (50 million litres) of SAFs were used in flights, just 0.01% of global aviation fuel, meaning the industry missed a goal set in 2010 to reach 6% use by 2020. Several EU countries have already set blending mandates for SAFs: the Netherlands, for example, has said 14% of its aviation fuel must be sustainable by 2030.

The reason so little is currently used is that these fuels are both expensive and have very limited supply. The vast majority of sustainable fuels used in aviation today come from advanced waste biofuels, but there is demand for this from other sources such as cars, trucks and ships. And as countries aim to establish more sustainable economies, making biofuels in this way could become more difficult.

Concept design aircraft aim to shift flying to hydrogen power, but the technology to make that happen is decades in the pipeline (Credit: Airbus)

Concept design aircraft aim to shift flying to hydrogen power, but the technology to make that happen is decades in the pipeline (Credit: Airbus)

«There are competing uses for it and not a lot of availability, because who knows, in 2030, how much waste we will actually produce,» says Jo Dardenne, manager of aviation at the Brussels-based non-profit Transport and Environment (T&E). «We’re moving towards a more circular economy.»

T&E has warned against setting targets for clean aviation fuels too high, due to concerns over a lack of sustainable options in the short term. They warn that pushing the aviation industry to use more biofuels before reliable sources are in place could lead airlines to switch to low quality, unsustainable food-based biofuels – such as those made from palm oil and linked to deforestation.

Electrofuels

Synthetic fuels, on the other hand, have more potential to be scaled up. But there is almost no production right now. In order to be truly low carbon, these fuels also need to fit a strict sustainability criteria, made using clean electricity as well as a source of carbon captured from the atmosphere in the first place.

The first flight using sustainable e-kerosene only took place this year – and even this only used 5% of it in its fuel mix. «The big problem is that at the moment, it’s about three times the cost of kerosene,» says Chris Lyle, chief executive of the Air Transport Economics consultancy. When scaling up, this becomes a significant issue.

The ICCT paper sees only a small amount of synthetic fuels being used in aeroplanes by 2030, just 0.2% of the total 5.5% of SAFs it says could be used in the EU by 2030.

Further into the future, planes could be powered entirely on hydrogen or batteries. Airbus already has plans to develop the world’s first hydrogen commercial aircraft by 2035. But powering long haul flights with either of these technologies will be tricky.

SAFs have got off to a slow start, with the first flights to use the fuels, mixed with conventional fuel, only lifting off in 2021 (Credit: Getty Images)

SAFs have got off to a slow start, with the first flights to use the fuels, mixed with conventional fuel, only lifting off in 2021 (Credit: Getty Images)

«We think that there’s a role for them and breakthrough aircraft should be incentivised and innovation should help the sector decarbonise,» says Dardenne. «But we are quite sceptical of the timeframe and the costs of developing these aeroplanes.»

More efficient planes

All this means that other measures will be needed for the aviation industry to put a serious dent in its emissions in the next decade.

«Everything, even if it’s more into the future, needs to start today and we need to do it swiftly,» says van Dijk. «And then everything that’s left on the fossil fuel side needs to be replaced with sustainable [fuel].»

To date, the industry has made most progress on efficiency gains in planes, with new aircrafts today around 85% more efficient than those entering service in the 1960s, and the UN’s aviation agency aims to achieve 2% improvement in fuel efficiency a year up to 2050.

But growth in flights has so far strongly outpaced these efficiency gains, and the industry’s long-term projections for growth would see this continue. «Even if it’s a new generation of aircraft that are more efficient, if you add to the fleet in order to grow and you still burn kerosene, then you’re going to increase your emissions overall,» says Dardenne.

Flight routes

Flights today are largely optimised on a cost basis, but optimising them for CO2 levels could shave off further emissions. Technology can support this: airlines such as AirFrance and Norwegian Airlines have signed up to use Sky Breathe, an AI technology which analyses flight operations to reduce fuel consumption.

But there is also another way that adjusting flight routes could cut aviation’s climate impact: avoiding the conditions for making contrails.

As well as it’s CO2 impact, aviation also has a significant non-CO2 climate impact. A recent analysis for the EU Commission found these emissions may double or even triple the climate impacts of aviation compared with CO2 alone.

Some changes don't require significant technological breakthroughs to happen, such as prioritising carbon emissions when planning routes (Credit: Getty Images)

Some changes don’t require significant technological breakthroughs to happen, such as prioritising carbon emissions when planning routes (Credit: Getty Images)

They include particles, nitrogen oxides and sulphates, but their largest climate component is through the production of contrails, which in some conditions can spread out and persist over long periods of time, says Marc Stettler, a lecturer on transport and the environment at Imperial College London. «Essentially these contrails can alter the balance of radiation entering and leaving the Earth,» says Stettler.

But not all flights create contrails to the same extent: they form largely in humid and cold atmospheric conditions. A 2020 study modelling the Japanese airspace co-authored by Stettler found that just 2% of flights contributed to 80% of the contrail warming effect.

The study showed for the first time just how few flights make more contrails, says Stettler, and indicates that relatively simple changes to altitude to these few flights could vastly reduce this climate impact. «That’s something that we think that could be done easily within the next decade.»

An ongoing trial by the EU’s aviation authority, Eurocontrol and the German Aerospace Institute is already testing the feasibility of avoiding contrails using operational methods. «I can envisage some future where in the flight planning process of deciding exactly what the route should be, it accounts for fuel consumption, as it does already today, but it also accounts for the potential to form contrails,» says Stettler.

It’s worth noting that, even in a case where all kerosene is replaced with SAFs, contrails will still be a climate issue for planes.

Policy measures

The above measures can go some way to reducing the climate impact per flight, but industry roadmaps tend to show aviation emissions in 2030 as higher than 2019 levels even including these measures due to the expected growth in overall flights.

«Fundamentally, we have to face the fact that up until 2030, there are only a very limited number of options to cut aviation emissions,» says Dardenne.

Stronger policies could push a larger dent in emissions in the next decade. So far, the major global policy to address aviation emissions has been an offsetting scheme developed by the UN aviation agency ICAO. However, the scheme has long been slammed as inadequate by campaigners, who criticise its failure to incentivise airlines to cut their own emissions by instead allowing them to buy cheap offsets, and only for only applying to emissions above 2019 and 2020 levels. Last year the body changed this joint baseline year to 2019 due to the collapse of international air traffic in 2020. Since the scheme only promised to offset emissions above the baseline year, this means even offsetting will be non-existent until flight levels return to above 2019 levels.

With emissions from aviation set to rise, there are plenty of ways to become more efficient even before fossil fuels are phased out (Credit: Getty Images)

With emissions from aviation set to rise, there are plenty of ways to become more efficient even before fossil fuels are phased out (Credit: Getty Images)

«With the decision to base it on 2019, instead of the average of 2019 and 2020, it will not have any impact at all, for about five years now,» says Lyle, who is also a former official responsible for the environment at ICAO. Lyle believes international aviation should instead be added to the UN climate pledges of states under the Paris Agreement.

Other policies could also reduce demand for flying. Climate action group Possible is pushing for a frequent flier levy, which would see everyone get one tax-free return flight each year but add a gradually rising tax on any subsequent flights, a policy which proved popular at the UK’s citizen climate assembly last year. Others are calling for an end to the current tax exemption for kerosene.

Countries such as Austria and France have also made moves to curb short haul flights on routes where there is a rail connection.

Others consider even stronger policies are needed. «In all honesty, there’s one silver bullet to solve this all: we should simply say, ‘Stop getting that stuff out of the ground,'» says van Dijk. «You need one policy: cap fossil fuel. Just cap it and start reducing it.»

The emissions from travel it took to report this story were 0kg CO2. The digital emissions from this story are an estimated 1.2g to 3.6g CO2 per page view. Find out more about how we calculated this figure here.

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Fuente de la Información: https://www.bbc.com/future/article/20210525-how-aviation-is-reducing-its-climate-emissions

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