La Plataforma de Infancia apunta que son conscientes de las limitaciones presupuestarias, pero que consideran «posible e imprescindible mejorar la inversión en los niños y niñas más pobres y vulnerables»
La asociación ha escrito una carta a Sánchez y a Iglesias para instarles a revisar el acuerdo y a mejorar la prestación por hijo a cargo, de forma «contundente», en cobertura y cuantía
La Plataforma de Infancia pide al Gobierno que su compromiso con la pobreza infantilse refleje en los Presupuestos Generales del Estado 2019. Considera que es «muy pequeño» e «insuficiente» el incremento en medidas de política social, informa Europa Press.
«Estamos muy decepcionados con este acuerdo por el escaso impacto que tendrá para reducir la pobreza infantil. Somos conscientes de las limitaciones presupuestarias, pero consideramos posible e imprescindible mejorar la inversión en los niños y niñas más pobres y vulnerables», apuntan.
Por ello, han escrito una carta a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias para instarles a revisar el acuerdo propuesta y a mejorar la prestación por hijo a cargo, de forma «contundente», tanto en cobertura como en cuantía.
«La pobreza infantil es el principal reto de España, no sólo por su magnitud, con más de 2,4 millones de niños y niñas en riesgo de pobreza y exclusión, sino también por elimpacto presente y futuro que tiene para estos niños y niñas y para la sociedad en su conjunto», afirma el presidente de esta plataforma, Adolfo Lacuesta.
Contar con referentes contribuye a naturalizar la diversidad y a crear escuelas más seguras
La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) se suma a las reivindicaciones con motivo del Día Internacional para Salir del Armario, una fecha que se celebra en Estados Unidos desde 1988(Cooming Out Day) y que la asociación aprovecha para animar a docentes LGTBI a combatir el acoso escolar con su visibilidad.
La expresión popular “salir del armario” hace referencia a la revelación pública y voluntaria de la propia identidad u orientación sexual, un proceso que, a menudo, se ve marcado por un fuerte temor al rechazo. Esa “salida” puede verse facilitada por entornos seguros y libres de discriminación en los que existan referentes LGTBI que visibilicen la diversidad y el enriquecimiento que ésta aporta a la sociedad.
Uno de esos entornos es el escolar, en el que el acoso por LGTBIfobia alcanza cifras escalofriantes. Estudios realizados por entidades pertenecientes a la FELGTB revelan que el bullying a lesbianas, gais y bisexuales lleva al 43% de quienes lo sufren a plantearse el suicidio. Por otra parte, según investigaciones de COGAM en 2015 en la Comunidad de Madrid, el 60% de adolescentes ha presenciado agresiones homofóbicas en su instituto. En Aragón, el informe realizado por la asociación SOMOS en 2017 recoge que un 75% del alumnado LGTBI encuestado afirma tener miedo al rechazo y no sentirse a gusto en clase. Por último, el informe publicado por UNICEF en 2018 denuncia que el 50% del alumnado LGTBI en la etapa de Secundaria ha experimentado bullying o cyberbullying.
Muchas y muchos adolescentes no encuentran en sus centros escolares un espacio seguro en el que vivir su orientación sexual y su identidad o expresión de género libremente. El alumnado se siente solo y desprotegido,al no contar con recursos ni referentes positivos que les ayuden a aceptarse tal y como son.
Es por eso que, desde FELGTB, se anima a docentes LGTBI a hacerse visibles y a convertirse en referentes para combatir el acoso escolar, creando escuelas más seguras. Una iniciativa a la que ya se ha sumado personal docente a través de la grabación de unos vídeos que serán difundidos el próximo jueves a través de redes sociales con el hasthag #DíaSalidadelArmario. “La LGTBIfobia es una lacra que se erradica educando desde las primeras etapas educativas. Hacernos visibles como docentes LGTBI ayuda al alumnado a naturalizar la diversidad y a dar libertad para ser” ha recordado Visi González, coordinadora de Educación de la FELGTB.
“Únicamente alcanzaremos la verdadera igualdad para la infancia y la adolescencia LGTBI en las escuelas e institutos cuando se apruebe la Ley de Igualdad LGTBI, impulsada por FELGTB y con un amplísimo apoyo social, pero continúa estancada en trámite parlamentario en el Congreso de los Diputados” ha lamentado una vez más Uge Sangil, presidenta de FELGTB, cuando ya se ha cumplido un año de la aceptación a trámite de la proposición.
La prevención del acoso escolar por razones de orientación sexual e identidad o expresión de género será la temática central de las VIII Jornadas de Educación de FELGTB, que cuentan este año con Ben Amics como entidad anfitriona. Las Jornadas, que tendrán lugar en Palma de Mallorca los días 16, 17 y 18 de noviembre, constituyen un espacio para la formación y el debate de las políticas educativas en favor de la diversidad sexual, de género y familiar.
Alejandra Acosta es la fundadora de Break the Silence, un proyecto de formación y lobby que busca concienciar sobre la trata de personas.
Es pequeña. Para hablar de sí misma no usa «joven», usa «pequeña». 22 años, a la sazón. A falta de entregar el TFG para poder decir, con todas las de la ley, que es trabajadora social. Pero con cuatro años a sus espaldas de trabajo social del de verdad, del de hacer algo. La historia de Alejandra Acosta es la de una chica normal que decidió embarrarse por pura convicción personal y se metió en el peor de los charcos: el de la trata de personas.»He conocido cosas del ser humano que me dan ganas de vomitar negro», reconoce, y su gesto es el de alguien que, efectivamente, ha visto lo que nadie quiere ver. Ha conocido a chicas como ella que han sido esclavas sexuales durante su adolescencia, a adultas que han salido del más sucio de los agujeros y ni siquiera son conscientes, pero todo empieza mucho antes de eso. Todo empieza con una conferencia, con muchas lágrimas y con una ruptura.
Tenía 18 años y estaba en primero de carrera cuando se acercó, casi por casualidad, a un congreso de lo suyo. Le llamó la atención el nombre de una de las charlas: Esclavitud en tu ciudad, y entró con una mezcla de escepticismo y curiosidad. «Suena a ignorante, pero es que hace cinco años el tema de la trata era cero sonado», reconoce, «¿cómo iba a haber esclavitud en Madrid?».
El caso es que allí conoció la historia de una chica nigeriana de 17 años a la que una organización había rescatado de una red de explotación sexual y se abrieron las compuertas. «No soy una persona demasiado emocional, pero no podía parar de llorar y de darle vueltas», recuerda. Noches sin dormir y mucha reflexión más tarde, llegó una ruptura de pareja que terminó de hundirla en sí misma.
«Me centré en mi carrera, me encerré en la biblioteca a buscar libros sobre trata de personas«, cuenta. Y leyó y leyó durante horas, seis meses de perspectiva política, económica, social. En su cabeza se iba fraguando una idea que se hizo realidad el día que conoció a Priscila, hoy su mejor amiga, que sin saberlo también había acusado los efectos de aquella charla. Había nacido Break the Silence, el germen de un proyecto que se convertiría en la motivación de su vida.
De tú a tú con los más jóvenes
Y sigue siendo pequeña. Pero eso, para ella, es más una ventaja que un inconveniente, porque frente al «qué me va a venir a contar esta niña» de los adultos está su target, los adolescentes, que la reciben con la mente mucho más abierta que frente a un profesor. Break the Silence ha desarrollado, de momento, una de las patas de su trípode fundacional: la prevención.
Más de 5.000 estudiantes de entre 14 y 21 años han escuchado a Alejandra Acosta hablarles de prostitución, esa palabra que genera horror y morbo a partes iguales, de consentimiento… en definitiva, de sexo. «Muchos directores de colegio se sorprenden de que vaya a plantear conceptos así a chicos tan jóvenes, pero oiga, su hijo consume porno desde los 12 y no es virgen desde los 14, estamos educando en el siglo XIX a chavales del siglo XXI», alega ella.
Todo arranca con 45 minutos de charla, pero el resultado a veces es mejor del esperado: «A lo mejor a la mitad les ha entrado por un oído y les ha salido por el otro, pero yo tengo caras de chicas que se me han acercado y me han dicho: ‘Oye, yo me he sentido abusada, estoy pasando esta situación’. Con algunas tengo relación, he visto cómo han caído de nuevo en manos de su agresor, he llorado con ellas. Para mí ese es el impacto que queda». Porque la clave es que esa chica morena que viste de mayor les habla en su idioma, es como ellos, y le cuentan lo que le contarían a una amiga. «Es una tirita, claro, pero que al menos tengan la vacuna del conocimiento», dice, «por estadística, la mitad acabará consumiendo prostitución, pero al menos que sepan lo que compran».
De Rumanía a México para poner rostro a las cifras
Su filosofía no es cambiar el mundo, sino su entorno, y para ello ha conocido la realidad de dos países con cifras de explotación sexual que pondrían los pelos de punta a cualquiera. Aprovechó su Erasmus en Rumanía para entrar en un centro de la organización Reaching Out Romania, que rescata a chicas de entre 13 y 22 años de las redes de tráfico de personas. «Allí fue realmente donde entendí el delito de verdad», reconoce, «a las victimas y a los victimarios, me ayudó a ver el dibujo mucho más grande. No es ‘ella, pobrecita y él, qué malo’, es muchísimo, muchísimo más amplio que eso».
Alejandra puso cara a su discurso y su discurso nunca volvió a ser el mismo: «Estoy aprendiendo a no revictimizarlas deshumanizándolas con palabras grandilocuentes». Allí también comprendió cosas terribles, como que las heridas de la esclavitud sexual no sanan nunca, o como que hay víctimas tan jóvenes que ni siquiera entienden el horror por el que han pasado, que han normalizado la violación hasta tal punto que casi no existe trauma. «No son la víctima perfecta, vienen con esa etiqueta que se ponen ellas mismas de ‘puta empoderada’, de ‘esto lo hago yo porque quiero’ pero me siento explotada por mis condiciones laborales», explica, «y sólo años después comprenden que nunca quisieron hacerlo».
Y de Rumanía a México con Unidos contra la trata, la mayor organización de rescate de personas víctimas de tráfico humano. Allí conoció a Neli Delgado, a quien un hombre prometió el oro y el moro del amor y que se encontró prostituida y encerrada en alguna ciudad perdida. Y a Mixi Cruz, que acabó igual, solo que engañada por un familiar en lugar de por un novio. Ha visto cosas del ser humano que le dan ganas de vomitar negro, sí, pero se queda con esas otras, las que cambian las cosas, que siembran un halo de esperanza.
De sus charlas, breves pero efectivas, a veces nacen ciclos de conferencias en colegios e institutos, a veces estrategias de género, a veces sólo una semilla como la que puso en ella aquella historia de una chica nigeriana esclavizada en una calle española cualquiera, por el vecino de cualquiera. Porque sí, hay esclavitud en tu ciudad, ella misma lo ha vivido de cerca: acabó descubriendo que la «buena familia» de esa conocida con problemas personales vivía del proxenetismo.
‘Lobby’ político y trabajo con víctimas en el horizonte
A lo largo de su carrera, Alejandra ha participado ya en debates incluso en el Vaticano, en los que ha demostrado que su juventud sólo añade futuro a su futuro. Recientemente ha participado en el proyecto Equality, con el que Trivu (anteriormente Pangea), ecosistema internacional de talento con mentalidad joven, y Sodexo, líder mundial en servicios de Calidad de Vida, han buscado 10 mujeres de entre 18 y 26 años destacadas en sus ámbitos profesionales y «líderes del mañana» de todo el mundo, con el objetivo de dar visibilidad al impacto que están generando en la sociedad y empoderarlas para encontrar soluciones que mejoren la calidad de vida de las mujeres a través de diversos talleres.
En el horizonte de Break the Silence, dos objetivos: el lobby político, que ya se sustancia con reuniones con las alas más jóvenes de los partidos; y apoyo para la reinserción de las víctimas, porque si algo ha aprendido es que el abolicionismo debe venir acompañado de nuevas perspectivas laborales, si no, está cojo. Todo, siempre, desde la duda de quien es «pequeña» y no para de aprender. Pero también desde la convicción de alguien que quiere cambiar algo para cambiarlo todo. «No sé cómo lo voy a hacer, pero lo voy a hacer», dice, y de su voz se desprende que lo hará, así se embarre hasta la coronilla.
“Tengo una maestría, 16 años de experiencia, dos trabajos adicionales y dono plasma sanguíneo para pagar las facturas. Soy un maestra en América” es la frase que abrió la portada del semanario estadounidense. ¿Cómo es la situación en Colombia?
“Deseo que las personas entiendan todo lo que se necesita para que un salón de clases funcione. La enseñanza es una ciencia y es un arte, y trabajamos muy duro para poder proporcionarle [educación] a nuestros estudiantes. Pero no nos pagan por el trabajo que hacemos. Entro a las 5 a.m. y salgo a las 4 p.m., y generalmente es porque tengo que ir a otro trabajo”. Este es el testimonio de Hope Brown, profesora de Historia de Estados Unidos, en la secundaria Woodford County, en Kentucky, y una de las trece historias que aparecen en la portada de la más reciente edición de la revista estadounidense TIME, dedicada a retratar cómo sobreviven los docentes con sus bajos ingresos y los esfuerzos que hacen para lograr cumplir con su trabajo.
El especial recogió las historias de docentes en Oklahoma, Carolina del Norte, Washington, Virginia, Nueva York, Texas, Los Ángeles y Michigan para hablar de un tema que ha sido coyuntura a lo largo de este año en la educación pública norteamericana: los profesores aman enseñar, pero no les pagan lo suficiente. La controversia se desplegó desde febrero de este año, cuando más de 20,000 maestros marcharon e hicieron huelgas en seis capitolios estatales para exigir aumento en los salarios, pero también beneficios y fondos para la educación pública.
Cómo la historia de Hope Brown, las otras que aparecen en esta portada reflejan la compleja situación de los profesores para sobrevivir. Otro ejemplo es el relato de NaShonda Coocke, profesora de Educación Especial en Carolina del Norte. “He enseñado por casi 20 años. Soy madre soltera, gano alrededor de 69,000 USD (más de 200 millones de pesos) al año, y todavía dependo de mi madre a veces. Solo queremos la cantidad adecuada que nos ayude a pagar nuestras propias facturas, y poder acudir al médico cada vez que necesitemos o nos hagamos cargo del mantenimiento del carro. Mi carro tiene una grieta en el parabrisas hace tres meses porque no puedo pagar el deducible de más de 200 USD en mi seguro del carro. Cuando pago todas mis facturas, no queda nada para ahorrar. Me aterroriza que no tenga nada que aportar a la educación universitaria de mi hija mayor”, expresó Coocke.
Pese a que el salario anual de esta maestra representa una cifra monumental, comparada con el pago que reciben profesores en otros países, el monto no subsana los gastos de su familia, entre varias cosas porque una de sus hijas sufre de autismo y necesita de atención y educación especializada. Los datos presentados por TIME muestran que los cerca de 3,2 millones de maestros de escuelas públicas de tiempo completo (en jardín, primaria y secundaria) están viviendo el peor estancamiento salarial desde 1990, según el Departamento de Educación (DOE, por sus siglas en inglés) de este país. La coyuntura es más bien el resultado de un caldo que viene cultivándose desde hace años.
Según la revista, en 2016 se registró que la remuneración anual promedio de un maestro fue de 38,617 USD (114 millones de pesos), 20% menos que el pago de otras profesiones que requieren un título universitario. Pero esto es solo historia reciente. A mediados de la década de 1800, John Swett, superintendente de instrucción Pública de California, lamentó que el trabajo intelectual de los docentes no fuera “tan bien pago como el del abogado, el médico, el clérigo o el editor”. Dos siglos después, los avances en esta materia son mínimos a los ojos de los maestros.
El tema no es ajeno a la opinión pública. Según una encuesta realizada por USA Today y publicada el 12 de septiembre, cerca del 60% de los estadounidenses reconocen que los profesores son mal pagos. Según TIME, pese que el Estado parece no generar acciones contundentes de apoyo a los maestros y la educación pública, la sociedad responde positivamente frente a sus peticiones. “Incluso en los estados conservadores, muchos votantes respaldaron los aumentos de impuestos para apoyar la educación pública, y llamaron a los legisladores a dejar de recortar los presupuestos escolares. Los fondos estatales para las escuelas públicas cayeron por un precipicio hace 10 años, cuando los estados devastados por la recesión recortaron los presupuestos de educación y recortaron los impuestos”.
Por todo esto, mientras avanza el año escolar, la oleada de protestas de los profesores también continua. Washington es uno en el que varios profesores están de nuevo en las calles, y en Virginia se está organizando una posible huelga estatal. Con estos actos, los profesores piden a gritos el financiamiento que desde hace años está en el limbo de la legislación estadounidense. Es una pelea que por ahora no acabará porque, al final, más allá de los salarios, lo que está en juego es la calidad educativa de los millones de niños norteamericanos.
TIME lo hace de nuevo
No es la primera vez que TIME se pronuncia sobre las necesidades de los docentes en Estados Unidos. En 2014 una de sus portadas se tituló Manzanas Podridas con el siguiente sumario: es casi imposible despedir a un mal profesor. Algunos millonarios encontraron, quizá, la forma de cambiar eso. La historia de esa vez hablaba de un esfuerzo por parte de reformistas escolares para reducir la protección laboral de los profesores y, por lo mismo, el poder de los sindicatos.
A diferencia de la publicada el 13 de septiembre, la edición de 2014 desató fuertes críticas por parte de los profesores y todo un movimiento público en el que los docentes desaprobaron la decisión editorial. “Suficiente es suficiente. Una portada que sugiera que los profesores deben ser aplastados está completamente mal” dijo una de las voceras de los docentes. La medida no solo generó furia en el cuerpo docente de ese país, sino que los llevo a recoger 100.000 firmas para que la revista se disculpara por las insinuaciones de esa edición.
Y otra edición en 2008 también hizo referencia al tema de los profesores poco cualificados para impartir sus clases. Cómo Arreglar los Colegios Americanos fue el título que acompañó un sumario en el que se mencionó a Michelle Rhee, la cabeza de las escuelas distritales de Washington de la época, como la mujer que podría transformar la educación pública y sacar a los profesores malos. Si bien la controversia que generó esta portada hace 10 años no pasó a mayores, hace parte de las incursiones del medio por tratar los temas educativos y darles la relevancia que merecen en la agenda pública.
La situación en Colombia
Aunque los alegatos de los profesores estadounidenses respecto a su salario responden a una situación particular de su país por los pocos avances que ha habido para llegar a una legislación que los cobije en términos económicos y que les otorgue beneficios por su labor, la realidad de esta profesión no es tan diferente de la de otros lugares del mundo, incluido Colombia.
Colombia, por ejemplo, cuenta con un denominado “escalafón docente” que estima el pago de los maestros dependiendo de factores como la experiencia, el nivel de estudios y las publicaciones realizadas en medios especializados. Los salarios de los profesores colombianos están entre 1’500.000 y 7’163.444, según el decreto 316 de 2018. Y los maestros cuyo salario depende del estatuto de 1979, es decir los profes más antiguos, ganan entre 2’790.000 y 3’750.000 al mes.
Por las condiciones económicas y el costo de vida de cada país, la realidad de los profesores colombianos es bastante diferente a la de los estadounidenses. En Colombia si un profesor hoy gana el salario máximo (para ello necesita tener más de 15 años de experiencia, maestría y doctorado), devengaría alrededor de 84 millones anuales, 30 millones menos que lo que ganaba al año un profesor estadounidense mal pago en 2016. En Estados Unidos, por supuesto, el costo de vida es más alto que en Colombia.
Aunque el salario de los profesores ha crecido en los últimos años, voceros del sector afirman que todavía no es proporcional ni equivale el trabajo que ejercen los docentes. Por ejemplo, a Carlos Enrique Rivas, presidente de Fecode, los salarios que reciben los profesores le parecen un sinsentido.
“Nosotros con el gobierno hicimos un acuerdo para una nivelación salarial que debe completarse el próximo año. Pero es que los salarios nuestros son muy bajos, si se tiene en cuenta que acá hay maestros que tienen licenciatura, especialización, maestría y doctorado. Acá se encuentran maestros que tienen 40 años de experiencia, especialización, maestría, doctorado y se están ganando 3’700.000 pesos. No alcanzan a ser más de 200 pertenecientes al estatuto 2.277 que se ganen 7’163.000 pesos. Por esto, si bien sí es un avance la nivelación salarial, nosotros creemos que los maestros merecen salarios proporcionales a los títulos obtenidos. No tiene sentido que un profesor pague 80 o 90 millones en una maestría y no tenga como recuperar la inversión en su formación”, expresa Rivas.
Diana Patricia Echavarría es profesora hace 20 años y comparte la visión del presidente de Fecode. Ella está en el escalafón 3C con maestría y está en desacuerdo con lo que ella y los del gremio ganan. «Me parece que nuestro salario no es acorde, no tanto por lo que hacemos, sino por la resposabilidad social que tenemos de formar a los jòvenes. No se nos reconoce en términos económicos nuestra profesión: nosotros nos pasamos toda la vida estudiando y por más que nos cualificamos, no alcanzamos a devengar lo que otros profesionales ganan. Y esas nivelaciones salariales se pactan al calor de un paro, por eso en este momento no sé que tanto se vayan a cumplir los términos de esa nivelación que se concretó con el gobierno pasado».
Carolina Meza, directora de Empresarios por la Educación, comparte la apreciación de que la remuneración de los profesores es baja para el mercado. Sin embargo, dice que el problema se debe mirar desde una perspectiva macro. «Se puede analizar desde diferentes maneras. Una de ellas es considerar el salario de enganche de los maestros. Ese salario inicial es más bajo versus el ingreso de ingenieros, arquitectos, médicos y científicos sociales y naturales. Pero la mayor diferencia de los sueldos según profesiones es el aumento: el salario de estos otros empleos crece con lo años mucho más de lo que crece el de los maestros. Además, la cantidad que pueden devengar tiene un tope máximo, que de por sí es bajo y que pueden alcanzar pocos docentes».
Como dijo Meza, el tema apunta a una cuestión de calidad en la educación: el salario es una de las variables determinantes para que las personas entren a la profesión. Entonces, en la medida en que no se aseguren este tipo de condiciones laborales, una profesión como la docencia será menos atractiva para los profesionales cualificados del mercado. A la par, hay más razones para que el sector y la sociedad en general demande salarios acordes al trabajo. «Va en la misma línea de lo que muestra la revista Time en su portada y es que uno quiere que los maestros se puedan concentrar completamente en su trabajo y no que estén preocupados por sus deudas o que tengan dos trabajos para poder vivir. Es muy fuerte e influye a que los niños no aprendan lo que deben aprender» dice Meza.
Sin embargo, Meza también argumenta que para entender la compleja realidad de los salarios docentes en Colombia, el análisis debe abordarse, desde lo macro:no somos un país rico. «No somos como Finlandia, nuestra riqueza no es tanta. Creo que debemos avanzar en la discusión y que los salarios de los docentes sean más altos. Pero el tema es ¿cómo hacemos para destinar más recursos del Estado para la educación?».
De 2017 a 2018 se incrementó en 1% la inversión en el rubro educación: Colombia pasó de destinar 35,4 billones de pesos a asignar 37,4 billones. De ese presupuesto, alrededor del 80% va para pagarle a los maestros y es, después del de Defensa, el sector económico social con mayor inversión. Todos estos números expresan que la tarea con la educación sí se está haciendo, pero no va a cambiar de un día para otro y, menos, satisfacer las necesidades de los docentes de inmediato.
La nivelación salarial y la inversión nacional solo resuelven uno de los varios problemas que enfrenta la educación pública en Colombia. Es un avance pues intenta que los profesores tengan un mayor nivel adquisitivo y mejores condiciones económicas. Sin embargo, es una discusión abierta y el camino todavía es largo en este país.
Estudiantes y profesores de las universidades públicas de Colombia, han denunciado la política de desfinanciamiento por parte del Estado colombiano.
Este miércoles, miles de universitarios y universitarias llevan a cabo una multitudinaria marcha nacional por la dignificación de la educación pública y para exigir al Gobierno de Colombia la solución a la crisis educacional que existe en el país.
En Bogotá, la movilización salió pasadas las 10H00 (hora local) desde varios puntos de la ciudad, uno de ellos fue la Universidad Nacional. Cristian León, dirigente de esa casa de estudios, indicó que el movimiento estudiantil aún no ha recibido respuesta formal de las autoridades pero que, sin embargo, espera «que la actitud del Gobierno sea mas favorable con los estudiantes y la educación del país» para «que nos saquen de la crisis de hoy en día».
Foto: Twitter
El líder estudiantil recalcó que esta una marcha pacífica y alegre y que, por lo mismo, no caerán en la provocación de la policía. «Siempre tendremos una actitud pacífica, en vías del camino a la paz que busca el país», agregó.
La movilización cuenta con el apoyo de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, Fecode, entre los que se suman profesores, administrativos, además de padres y madres.
Foto: Twitter
¿Qué exigen los universitarios?
Los jóvenes organizados exigen diez puntos, entre los cuales se encuentran:
– La adición de 18 billones de pesos para mejorar la calidad educativa.
– Presupuesto para la ciencia, la tecnología y a la investigación, a las que se les deben devolver 700.000 millones de pesos. Los jóvenes protestan porque dicen que se les ha quitado por parte del Estado.
– Créditos sin interés y transparencia con los recursos en las universidades privadas.
– Aumento de presupuesto para el Servicio nacional de Aprendizaje (SENA) y la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP). que permita comenzar a resolver sus problemas de infraestructura, vinculación docente y bienestar universitario en todo el país.
La crisis de la educación en Colombia
A través de un comunicado, los representantes del Fecode advirtieron que «la educaciónsuperior pública en Colombia está al borde del colapso».
De acuerdo al texto del ente gremial, el apoyo a la jornada de protesta se da «porque su principal objetivo es la defensa de la educaciónpública, integral y con calidad, desde los tres grados de preescolar hasta la universidad”.
Cuando se paga por un derecho, se convierte en privilegio. La educación pública es garantía de desarrollo.
Somos estudiantes y egresados de universidades públicas y privadas y vamos a marchar mañana ¡Acompáñanos!
Los universitarios estudian decretar “la hora cero”, un cese de actividades desde la medianoche del 11 de octubre, sino se concreta el compromiso del Gobierno colombiano con la adición presupuestal que reclaman.
Desfinanciación de la educación
Representantes de las universidades han señalado que la problemática en la educación pública superior se debe a la desfinanciación del sector por parte del Estado colombiano.
La rectora de la Universidad Nacional de Colombia, Dolly Montoya, sostiene que el principal problema de las universidades públicas es la ley 30 de 1992, la que dictó los principios actuales de la educación superior pública en la nación suramericana.
Para la rectora, la ley “fue válida en su momento” porque planteó que el presupuesto de las universidades públicas iba a crecer al menos un punto por encima del Índice del Precio al Consumidor (IPC), algo que según ella “fue extraordinario para los años noventa”, pero con “un error enorme” y es que no fijó un techo.
De acuerdo a Montoya, desde la promulgación de la ley, la tasa de crecimiento de las universidades en cobertura, programas, investigación y costos ha sido mayor al indicador, lo que se refleja en atrasos de nómina e infraestructura de los centros educativos.
“La crisis que estamos viviendo no es de ahora y lo que pasa es que todo este tiempo se ha querido ocultar, meter la mugre bajo el tapete, cuando la educación pública construye sociedad”, sostuvo Montoya.
Ante la problemática, la académica ha solicitado al Gobierno modificar el sistema de financiación de la educación pública superior a través de una política de Estado que permita un sostenimiento integral.
Falta de presupuesto
La proyección del Presupuesto General de la Nación (PGN) para el año 2019 es de 258.9 billones de pesos.
La educación superior tendrá un aumento de 1.97 billones de pesos, los que se destinarán para calidad y fomento de la educación superior. Este concepto incluye costos para el funcionamiento del Sistema de Aseguramiento de la Calidad, financiación de la demanda de las cohortes del programa Ser Pilo Paga, estampilla de la Universidad Nacional y fomento a la educación superior.
En la práctica, este incremento es insuficiente para dar una salida a la situación de las universidades públicas, las que, según datos del Sistema Universitario Estatal (SUE), en la actualidad enfrentan un déficit en funcionamiento de 3.2 billones, y en inversión de 15 billones.
Campaña contra la educación pública
Aunado al desfinanciamiento, las autoridades de la universidades públicas colombianas han denunciado “una guerra contra la educaciónpública”, que contempla una afrenta política, económica y mediática permanente la cual busca la estigmatización y la inviabilidad de la universidad pública.
Para los denunciantes, los Gobiernos desde la década de 1990, hasta la fecha, se han propuesto empobrecer económicamente a las universidades públicas, a la par con una serie de medidas que buscan su precarización, señalamiento y deslegitimación social.
Más de la mitad de los peruanos cree que la sociedad es racista, pero menos de uno de cada diez se considera a sí mismo como tal
El Ministerio de Educación de Perú ha recibido desde 2013 más de 23.700 denuncias de violencia escolar obullying. De estas, el 2% tienen como motivo el color de piel y el 1%, el acento. “Tener menos dinero que el resto” o “ser de provincia” suman porcentajes similares, según datos de la plataforma Sí se ve. “No deberíamos vivir en una sociedad donde ocurran estas cosas”, dijo el jueves por la noche el campeón del mundo de fútbol y activista contra el racismo Lilian Thuram en una concurrida conferencia en Lima.
Los resultados de la última encuesta sobre la cuestión difundida por el Ministerio de Cultura peruano son igualmente preocupantes: “El 53% [de los ciudadanos] cree que somos muy racistas pero solo el 8% se asume racista”, recordó la activista afroperuana e investigadora Rocío Muñoz. En el sondeo de percepciones y actitudes sobre diversidad cultural y discriminación étnica racial en el país sudamericano, el 28% atribuye la discriminación a su color de piel, el 20% cree que fue por su nivel de ingresos, y un 17% expresó que la causa fueron sus rasgos faciales o físicos. Los lugares donde vivieron la discriminación fueron los establecimientos de salud (22%), las comisarias (19%) y las municipalidades (14%). Todo un problema que está lejos de tocar a su fin.
Pocas semanas atrás, la conocida tienda departamental Saga Falabella tuvo que retirar de sus cuentas de redes sociales un anuncio en el que una modelo blanca decía que su compañera de habitación –afroperuana–, era desordenada y tenía un mal olor, pero compró un colchón con una tecnología que no absorbía olores. Las críticas de los internautas obligaron a la empresa a dar marcha atrás cuando ya lo había publicado. El pasado fin de semana se hizo viral un vídeo en el que se veía a un conductor que apuntaba con su revólver a otro que le reclamaba por sus malas artes al volante. Manuel Liendo, el agresor, pidió disculpas en una entrevista por televisión un par de días después, porque podía dar una mala imagen: “A nivel internacional, pueden pensar que en Perú todavía somos un nido de indios”, acotó.
En el último mes, casos de racismo y discriminación registrados en los espacios públicos y en campañas publicitarias han pasado a primera línea, pero los esfuerzos por combatirlo siguen siendo aislados. “Hay que denunciarlo. Si cada uno de nosotros lo denunciara, avanzaríamos más rápido”, sugirió el exjugador francés. Entre 2013 y 2018, el registro de denuncias del Ministerio de Educación indica que 394 casos de acoso son “por el color de piel”, pero la cifra de casos relacionados con características físicas (ojos chinos, color o textura del cabello o tipo de nariz, entre otras) es mayor: 1.695 en los últimos cinco años.
“El racismo afecta algo fundamental: la confianza en uno mismo, porque enseña a no amarse. Las personas que no lo sufren no entienden que es extremadamente violento, es una de las expresiones más dolorosas y más crueles”, aseguró Thuram este jueves en Lima. Para el excentral de la Juventus y del FC Barcelona es vital comprender que el racismo es un discurso que sirve para mantener una jerarquía: “Hay que debatir estas cuestiones de manera serena: la discriminación se sitúa en los sectores más altos de la sociedad y los dominantes tendrán que aceptar que lo son. Este sistema económico es atroz porque opone a las personas, las unas a las otras, de manera que no cuestionen el sistema”, explicó.
El director de la Fundación de Educación contra el Racismo que lleva su nombre contó este jueves que en una visita a una escuela privada de Lima, un niño de nueve años le dijo “hay demasiados venezolanos en Perú, no deberían venir”. Thuram le preguntó dónde había escuchado eso y la respuesta fue “en la tele, en mi familia”. En sus charlas en escuelas, el futbolista francés convertido en activista contra el racismo se ha convertido en un especialista en hacer que las personas puedan ponerse en los pies del otro. “Si hubiera algún problema en Perú y tuvieras que irte con tu familia a otro país, ¿cómo te sentirías si te dijeran algo así?”, preguntó Thuram al alumno. “Me daría mucha pena porque me estarían rechazando”, respondió el niño.
Sus creadores lo llaman, simplemente, «el Nuevo Premio de Literatura». Pero muchos en Suecia lo bautizaron como el «Nobel alternativo».
Este galardón internacional de nueva creación, cuyo ganador se anunció este viernes 12 de octubre en Estocolmo, aspira a llenar, al menos por un año, el hueco dejado por el Nobel de Literatura, suspendido por primera vez en casi siete décadas.
La ganadora fue la escritora Maryse Condé, nacida en Guadalupe, una reconocida feminista que ha dedicado su trabajo a difundir la historia y la cultura africana en el Caribe.
Pero ¿quién lo organiza? ¿Y por qué consideraron que era necesario otro premio?
Sin Nobel, por primera vez en casi 70 años
El pasado mes de mayo, la Academia Sueca comunicó la cancelación del reconocimiento más prestigioso de las letras. La credibilidad de la institución que lo otorga, se argumentó entonces, estaba en entredicho.
Un reportaje publicado por el diario sueco Dagens Nyheter a finales de abril destapó acusaciones de acoso sexual ra 18 mujeres por parte de Jean-Claude Arnault, marido de una miembro de la Academia y una figura influyente y cercana a los académicos.
A Arnault también se lo acusó de haber filtrado los nombres de los ganadores del Nobel en 2005 y 2016.
Derechos de autor de la imagenAFPImage captionJean-Claude Arnault, marido de una miembro de la Academia y figura influyente entre los académicos suecos, fue condenado por violación.
A finales de septiembre, el francés, que se presenta como fotógrafo, fue condenado a dos años de prisión por violación.
«Harta de los escándalos»
Image captionEl Premio Nobel de Literatura 2017 fue otorgado al escritor británico de origen japonés Kazuo Ishiguro.
Ante el escándalo que hizo temblar a una de las instituciones más antiguas y respetadas del país nórdico, un grupo de personas pensó que «la literatura no tenía por qué ser la que recibiera el castigo».
Así nació la Nueva Academia, la organización sin ánimo de lucro detrás del Nuevo Premio de Literatura.
«Cuando anunciaron que iban a cancelar el Nobel de Literatura, me pregunté por qué los autores y la literatura tenían que pagar ese precio. Pensé: ‘ya basta’. Y no era la única harta de los escándalos de la Academia Sueca», le cuenta a BBC Mundo Alexandra Pascalidou, fundadora de la iniciativa.
«En ese momento empecé a llamar a personalidades de la cultura, autores, actores, dramaturgos, gentes muy variadas en cuanto a clase, origen cultural y edad», agrega la escritora y periodista.
Una organización «independiente»
La Nueva Academia se declara «política y económicamente independiente», sus impulsores son voluntarios que, de acuerdo con Pascalidou, «no cobran un céntimo» y la financiación se obtiene a través de crowdfunding.
Su principal objetivo es -según se puede leer en su página web- «garantizar que se entregue un premio literario internacional en 2018, pero también recordar que la literatura debe asociarse a la democracia, la tolerancia, la empatía y el respeto».
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa escritora chilena Gabriela Mistral fue en 1945 la primera latinoamericana en recibir el Premio Nobel de Literatura.
Pascalidou señala también que se quieren distanciar del secretismo que rodea la elección del Nobel con un sistema de elección y entrega del galardón «democrático» y «transparente».
Votación abierta
Sin embargo, la Nueva Academia no renunció al suspenso de no saber el nombre del premiado hasta el último momento.
El recorrido empezó en mayo, cuando se invitó a los bibliotecarios de Suecia a elegir a los candidatos. El resultado fue una lista de 47 nombres que se publicó en julio.
La selección fue ecléctica. A nombres consagrados como el japonés Haruki Murakami, la canadiense Margaret Atwood o el israelí Amos Oz se les sumaron novelistas emergentes, escritores de bestsellers como J.K. Rowling y cantantes como Patty Smith.
Entre los nominados, un número similar de mujeres y hombres procedentes de 15 países, no se encontraba ningún autor en lengua española.
A partir de ahí, y hasta el 14 de agosto, se abrió un periodo de votación online en el que cualquiera pudo participar.
Murakami dijo no
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionEl escritor japonés Haruki Murakami dijo que no quería participar de la competencia para el Nobel alternativo porque están «cansado de eso».
Los cuatro autores más votados fueron el japonés Haruki Murakami, el británico Neil Gaiman, la guadalupana Maryse Condé y la canadiense de origen vietnamita Kim Thúy.
Sin embargo, Murakami, uno de los favoritos en los últimos años para ganar el Nobel, pidió que su nombre fuera retirado de los finalistas.
«Nos escribió una carta muy bonita en la que nos decía que se sentía muy honrado. Pero en los últimos años muchos periodistas de todo el mundo lo molestaron con preguntas y especulaciones sobre el premio Nobel», explica Pascalidou.
«Está cansado de eso. Nos dijo que prefería concentrarse en escribir y en estar tranquilo. A nosotros nos pareció bien. Nadie está obligado a participar. Tuvimos tres finalistas y estuvieron muy contentos y entusiasmados», apunta.
El nombre del ganador -elegido por un panel compuesto por cuatro expertos- se hará público a las 12 del mediodía en una gala celebrada en la capital sueca.
¿Un Nobel alternativo y efímero?
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa Academia Sueca aseguró que el año que viene se otorgarán los galardones correspondientes a 2019 y 2018.
En diciembre, en otra ceremonia, se hará entrega del reconocimiento, que estará dotado de una cantidad de dinero por determinar.
«Aún no sabemos cuánto será el premio porque estamos recogiendo dinero hasta el último día. Lo que sea que recaudemos se le dará al ganador», explica Pascalidou.
Cuando se le pregunta si la Nueva Academia y su Nobel alternativo celebrarán una segunda edición, la respuesta de la periodista sueca de origen griego es «no».
«Estamos exhaustos», afirma. Pero su rotundidad tiene matices.
En el momento se anunció la suspensión de la entrega del Nobel, la Academia Sueca aseguró que el año que viene se otorgarán los galardones correspondientes a 2019 y 2018.
«Si no es así, pensaremos en qué hacemos o si hacemos algo diferente. No lo sé. Lo que sí creo es que la de este año fue una iniciativa increíble y única», concluye.
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