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¿Soberanía o dependencia?: la necesidad de un ambientalismo antisistémico

Por: Florencia Trentini, Nicolás Castelli

En las últimas semanas el debate sobre la explotación de hidrocarburos en el mar Argentino y en paralelo la ola de calor que azotó al país pusieron sobre la mesa la discusión sobre el modelo de desarrollo. ¿Es posible que el desarrollo económico dialogue con el cuidado del ambiente y además garantice inclusión social?

La crisis climática se hace sentir cada vez más fuerte y frente a esto el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), grupo científico reunido por las Naciones Unidas para monitorear y evaluar toda la ciencia global relacionada con el cambio climático, sostuvo en su último informe publicado que las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando. Ante este escenario, los planes actuales no van a alcanzar para limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, umbral que los científicos consideran necesario para evitar impactos aún más catastróficos.

Alrededor del 90% del dióxido de carbono -el peor de los gases de efecto invernadero (GEI)- emitido en la actualidad proviene de la combustión de petróleo, carbón y gas natural. Estos se usan para la obtención de la energía para sostener las actividades industriales, producir alimentos, garantizar el funcionamiento de los medios de transporte, calefaccionar o refrigerar hogares y lugares de trabajo, etc. Para evitar un colapso ecosocial no solo será necesario reducir las emisiones, sino también eliminar parte del carbono que ya está en la atmósfera.

Y lejos de ser necesaria una innovación tecnológica aún no creada, la solución para esto ya existe naturalmente y se llama fotosíntesis. Sí, ese proceso mediante el cual las plantas absorben el dióxido de carbono del aire y lo almacenan en sus raíces y en el suelo. Se estima que las plantas podrían proporcionar casi un tercio de las reducciones de emisiones para lograr el umbral de 1,5°.

Es decir, nuestra forma de habitar el planeta modificó el ciclo del carbono: emitiendo mediante algunas actividades humanas mayor cantidad de gases de los que son posible de absorber naturalmente, y destruyendo con otras actividades humanas los territorios (bosques, selvas, humedales) que podrían absorber más emisiones. Solo en Argentina, entre 1990 y 2015 se arrasaron 7,6 millones de hectáreas de monte nativo para dar lugar al agronegocio y el extractivismo. O en otro nivel de la problemática, las plazas de la Ciudad de Buenos Aires tienen cada vez más cemento y menos árboles, mientras se cuentan canteros como superficies verdes. Esto tiene un correlato directo en la temperatura, que en algunos casos puede variar más de 20 grados dentro de la misma ciudad, entre zonas con espacios verdes y zonas sin ellos.

El informe del IPCC también deja en claro que las responsabilidades por este desastre son desiguales: los países más ricos son responsables de una mayor cantidad de emisiones, pero las consecuencias se sienten con mayor impacto en los países más pobres. EE.UU. y Haití pueden sufrir huracanes, pero cómo cada país afronte este hecho va a depender de sus condiciones socioeconómicas y estas son resultado de desigualdades estructurales.

Con EE.UU. a la cabeza, las mayores emisiones históricas de GEI se concentran en diez países y un puñado de grandes empresas transnacionales. Esta desigualdad se ve claramente cuando se discute la transición energética y la descarbonización de las economías. Actualmente solo el 15% de la energía proviene de fuentes bajas en emisiones de GEI. Esto es la energía eólica, hidroeléctrica o solar, y aproximadamente un 4% corresponde a energía nuclear. La transición energética ya es un hecho en pleno desarrollo. En esta carrera de sustitución de hidrocarburos por energías limpias -que por el momento dominan las grandes potencias europeas- se plantean diversos problemas y desafíos para los países del sur global.

Desde un neodependentismo económico y tecnológico hasta convertir a la región en depositaria de los pasivos socioambientales de la descarbonización de las economías del Primer Mundo, el riesgo de profundizar asimetrías y desigualdades está presente. Ahora bien, esta discusión se da mientras el 13% de la población del mundo no tiene acceso a servicios modernos de electricidad, cerca de 3 mil millones de personas dependen del carbón para cocinar y el 29% de los hogares del mundo no tiene acceso a servicios públicos modernos.

A nivel internacional, el accionar frente al cambio climático se categoriza en dos ejes: la mitigación y la adaptación. La primera se refiere a las acciones que buscan reducir la concentración de GEI, mientras la segunda a las medidas que se adoptan para hacer frente a los cambios del clima, con el objetivo de evitar o limitar los daños. En la última Conferencia de las Partes (COP) realizada en Egipto, una de las mayores discusiones se centró en quién debe pagar los daños y las pérdidas en los países en desarrollo vulnerables a los efectos del cambio climático. En el caso de adaptación se logró la reafirmación del compromiso adoptado en Glasgow, Escocia, para duplicar los recursos destinados a estas acciones. En el caso de mitigación no se lograron avances claros sobre la reducción de emisiones de GEI, porque esta discusión implica la transformación del modelo de desarrollo actual.

Crisis socioecológica y crisis económica: siempre pierden los mismos

Ahora bien, Argentina, además de ser parte de esta crisis climática a nivel mundial se encuentra viviendo una crisis económica, y muchas veces el ambiente y los bienes comunes parecen ser una respuesta para salir de la misma. De hecho, algunas personas suelen sostener que oponerse a algunas actividades extractivas es condenar a nuestro país al hambre y la pobreza. En otros casos se sostiene que el problema no son las actividades extractivas sino la disputa por la soberanía. En este mundo desigual, donde los países ricos del norte a través de sus formas de desarrollo extractivista casi nos dejaron sin planeta, parecería ser casi un acto de justicia poder ahora explotar en nombre de la patria nuestros propios recursos y lograr así nuestro desarrollo económico.

En los últimos tiempos esta discusión ha llevado a que quienes se autodefinen como ambientalistas se peleen entre elles, supuestamente entre posiciones más o menos desarrollistas o más o menos patrióticas y posturas más o menos cancelatorias de ciertas actividades productivas. El problema es que mientras estas discusiones suceden nuestros bienes comunes siguen siendo saqueados, la gente que vive en las zonas extractivas sigue sufriendo las consecuencias en sus territorios, cuerpos y vidas, y los dólares siguen yendo a otro lado. Sin duda los grandes ganadores de estas dicotomías ambientales son quienes jamás se van a definir como “ambientalistas”.

Más allá de estas posiciones, la realidad es que es una falacia pensar que el problema de la Argentina es la falta de divisas. Porque aunque éstas hoy se piensen en función de las metas de ajuste impuestas por el FMI para cumplir con el pago de una deuda odiosa y fraudulenta, lo cierto es que hay un problema estructural de redistribución de la riqueza y los ingresos. Ya van tres años de crecimiento macroeconómico sostenido, pero hace siete años que la puja distributiva de los ingresos viene siendo cada vez más regresiva para el conjunto de la clase trabajadora dejando a los sueldos cada vez más retrasados con respecto a los precios.

Esto provoca, entre otras variables, que la recuperación económica no llegue al conjunto de la población, sino que, por el contrario, recaiga sobre los bolsillos de los trabajadores y trabajadoras formales y de la economía popular. Entonces, ¿es posible conciliar los objetivos de la sostenibilidad económica y ambiental, y además hacerlo con inclusión y justicia social? Lejos de una simple dicotomía entre dependencia y soberanía el problema es la discusión sobre el modelo de desarrollo, porque aun soberano podría seguir teniendo las mismas graves consecuencias para humanos y no humanos.

En nuestro país una clara muestra de la desigualdad social se refleja en la caída de la participación de los trabajadores y trabajadoras en el PBI que pasó de ser del 51,8% en 2016 a un 43,1% en 2021. Pero esto también es evidente en políticas concretas como las del dólar soja, un nuevo tipo de cambio equivalente a 230 pesos que resultó en un beneficio al agropower para que liquiden sus dólares mientras los trabajadores y trabajadoras de la economía popular, el eslabón más precarizado de la clase obrera, recibirá un mísero bono de fin de año.

El avance de la frontera sojera es sin dudas uno de los grandes problemas ambientales de la Argentina por su extensión: millones y millones de hectáreas de soja y pueblos enteros fumigados con agroquímicos para garantizar la producción, pero que a la vez causan daños irreversibles en la salud humana. A esto hay que sumarle la deforestación que se necesita para su desarrollo y las consecuencias ecológicas posteriores, como la erosión hídrica.

Desde que se liberó el uso de la soja transgénica a mediados de los noventa, las plantaciones del “oro verde” cubrieron el 60% de las superficies aptas para el cultivo. Incluso en 20 años, el uso de agrotóxicos aumentó un 800% generando altos niveles de cáncer, abortos espontáneos, niños y niñas que nacen con malformaciones, enfermedades respiratorias y de piel, entre otras. El lado oscuro y mortal del “boom de los commodities”.

Mientras se beneficia a estos grandes señores del campo que tienen la posibilidad de almacenar su producción del monocultivo de soja en silobolsas y esperar, mientras especulan y manejan los ritmos de la venta y sus precios, los pequeños productores y productoras de la agricultura familiar están sufriendo las consecuencias de la crisis climática que pone en riesgo su ciclo productivo y su economía. Las tormentas de las últimas semanas, en algunos casos con temporales de viento y granizo, se suman a las sequías extremas que se viven en algunas regiones del país, y a los incendios que afectan a distintas provincias. Estos eventos impactan directamente en la calidad, cantidad y en los precios de sus producciones, vulnerando sus derechos y su calidad de vida.

El problema radica en que mientras se siga apostando a una política de concesiones a los grupos económicos y a la desmovilización, con claras consecuencias que terminan pagando siempre las mayorías populares, las discusiones entre ambientalistas sobre la forma de explotar nuestros bienes comunes solo sigue dividiendo lo que podría unirse en busca de una alternativa que ponga a discutir, por ejemplo, la gestión social de esos bienes o la participación popular en el control de los mismos. De lo contrario, el debate se seguirá dando en una cancha marcada de antemano por un modelo global, capitalista, patriarcal, androcéntrico y colonial. En este sentido, el ambientalismo -como el feminismo y la economía popular- tiene la posibilidad de imaginar y construir una respuesta antisistémica que modifique el rumbo de aquello instituido y que a su vez plantee soluciones diferentes a las acostumbradas.

Fuente de la información e imagen:  https://primera-linea.com.ar

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El 1 por ciento más rico de la población acapara los dos tercios de la riqueza producida en el mundo desde 2020

La nueva edición del Foro Económico Mundial de Davos arranca hoy en Suiza, con la participación española de los empresarios Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), Josu Jon Imaz (Repsol), Rafael del Pino (Ferrovial), Francisco Reynés (Naturgy), Ana Botín (Banco Santander), José María Álvarez-Pallete (Telefónica) y Carlos Torres (BBVA), entre otros. La cita de 2023 reunirá a 52 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos Pedro Sánchez, y alrededor de 2.700 representantes “destacados” de 130 países. Políticos y empresarios, o sus comisarios. El objetivo del Foro es “reforzar la cooperación entre gobiernos y sectores empresariales, creando las condiciones para una recuperación sólida y duradera [de la guerra en Ucrania y la pandemia]”, ha declarado el fundador y presidente ejecutivo del Foro, Klaus Scwab.

En este contexto, ha sido la reputada organización internacional Oxfam Intermón quien ha querido advertir precisamente hoy de que el “1% más rico acumula el 63% de la riqueza producida en el mundo desde 2020” y que “esto se suma a una década de ganancias históricas en la que el número de milmillonarios y su riqueza se han duplicado”. La fortuna de los milmillonarios ha crecido a un ritmo de 2.700 millones de dólares al día.

En España, el valor de conjunto de la riqueza de los milmillonarios desde 2020 ha aumentado aproximadamente tres millones de dólares al día. Mientras, los trabajadores siguen perdiendo poder adquisitivo —un mes de salario en los últimos dos años— en una situación inflacionista, que afecta aún más a los trabajadores precarios y personas vulnerables—el 26% de los hogares, según Oxfam, viven devorados por la inflación—. En el mundo, 1.700 millones de trabajadores viven en países donde la inflación crece por encima de los salarios, añade la organización.

Mientras, los trabajadores siguen perdiendo poder adquisitivo en una situación inflacionista que afecta aún más a los trabajadores precarios y personas vulnerables: el 26% de los hogares, según Oxfam, viven devorados por la inflación

Es la ley del más rico, considera Oxfam Intermón. “Las élites se están reuniendo en un contexto en el que la riqueza y la pobreza extremas en el mundo se han incrementado simultáneamente por primera vez en 25 años”, afirma Franc Cortada, director de la organización.

Cortada sitúa la actual crisis de precios como la “crisis de desigualdad” más grande vivida desde la II Guerra Mundial. Según las estimaciones de la organización, 95 empresas de energía y alimentación han más que duplicado sus beneficios en 2022, generando unos beneficios extraordinarios de 306.000 millones, destinando 257.000 de esos millones (el 84%) a remunerar a “sus ricos accionistas”. “Esta codicia alimenta la inflación”, resume.

La tónica capitalista no distingue de hemisferios: tanto en Australia como en Estados Unidos y Reino Unido, la organización calcula que esos enormes beneficios han contribuido, “como mínimo”, al 50% del crecimiento de la inflación. La dinastía familiar Walton, propietaria del 50% de la multinacional Walmart, recibió 8.500 millones de dólares en dividendos a los largo del pasado año, apunta a modo de ejemplo. Ese mismo año, la riqueza del milmillonario Gautam Adani, propietario de grandes compañías energéticas, se incrementó en 42.000 millones de dólares —un 46%—.

“Estamos ante una crisis alimentada porque algunas de las grandes empresas y los súperricos se han aprovechado del contexto de incertidumbre, la pandemia y la guerra en Ucrania y están sacando tajada, inflando precios y márgenes, a costa de una gran mayoría”, apunta Cortada

Hacia una desigualdad estructural

Oxfam señala que la concentración de riqueza en España ha avanzado rápidamente desde 2008: mientras que aquel año el 1% de la población que acaparaba más riqueza concentraba el 15,3% de la riqueza neta total, en 2021 acumulaban hasta el 23,1%. Aproximadamente, uno de cada cuatro euros.

“La evolución de la desigualdad en España es un fenómeno preocupante: mientras los salarios pierden peso y capacidad de poder adquisitivo, las grandes empresas aumentan beneficios y la riqueza en España sigue concentrándose en manos de unos pocos”, alerta Cortada. Tanto es así que en 2021 consiguieron unos beneficios un 63% superior que en 2019 y en 2022 se han disparado otro 30%.

En el análisis de la situación de la nueva estructura de la desigualdad en España, la organización advierte de que, al igual que ya sucedió durante la crisis de 2008, “los milmillonarios también se han visto afectados por la actual crisis”, y aunque el valor de su riqueza cayó en momentos, “logran que sus ganancias se recuperen rápidamente, por encima del crecimiento del país”. En millones de hogares sucede todo lo contrario: cada vez les resulta más difícil llegar a final de mes. Concretamente, al 26% de la población española.

“Estamos ante una crisis alimentada porque algunas de las grandes empresas y los súperricos se han aprovechado del contexto de incertidumbre, la pandemia y la guerra en Ucrania y están sacando tajada, inflando precios y márgenes, a costa de una gran mayoría”, apunta Cortada.

Por ello, Oxfam solicita al Gobierno español que, “de manera inmediata”, impulse un pacto de rentas que profundice en la reforma fiscal elevando los tipos aplicados sobre las rentas de capital hasta equipararlas al tratamiento fiscal del trabajo; que se refuerce la lucha contra la evasión y elusión fiscal; que revise de forma “permanente” los impuestos a los beneficios caídos del cielo; que amplíe la cobertura del Ingreso Mínimo Vital, y que incremente el apoyo público a los autónomos y pequeñas y medianas empresas. “Es esencial garantizar que los salarios puedan recuperar su poder adquisitivo”, concluye Cortada.

Tax the rich

Por todo ello, Oxfam Intermón ha lanzando una campaña comunicativa de denuncia, bajo el hastag #taxtherich y el emoticono de la bandera rojo, con el objetivo de señalar “prácticas y políticas que son comportamientos propios de relaciones socioeconómicas tóxicas”, como que “los ultra ricos se aprovechen de las crisis para aumentar su riqueza, que vendan y contaminen aquí pero declaren en un paraíso fiscal, que aumenten sus beneficios pero no suban los salarios de su plantilla o que facturen millones pero apenas paguen impuestos”.

Foro de Davos

El Foro de Davos arranca hoy en esta ciudad suiza hasta el viernes 20 de enero. Debatirán sobre los riesgos “inminentes” para los dos próximos años que, a su juicio, son “la escasez de alimentos y de energía”, así como el aumento de los precios y el coste de la vida. Consideran que los efectos de la crisis sanitaria y de la guerra en Ucrania son “especialmente visibles” en Europa y que “amenazan con socavar” los “esfuerzos” para hacer frente a los riesgos a más largo plazo, “especialmente los relacionados con el cambio climático, la biodiversidad y la inversión en el capital humano” y genera riesgos “conexos” como la recesión, el sobreendeudamiento, la polarización social debida a la desinformación y el auge de las guerra geoeconómicas.

Para ello, la jefa de gestión de Marsh, Carolina Klint, ya ha sugerido cambios para “proteger la cadena de suministro”, lo que comportaría relocalizaciones, y afianzar, aún más, las alianzas “público-privadas”.

Fuente de la información e imagen:  El Salto

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Reseña: Enseñar pensamiento crítico. bell hooks (PDF)

Por: Selene Kareli/CII-OVE

Enseñar pensamiento crítico es un texto de bell hooks, mismo que fue publicado en 2022 y consta de 32 enseñanzas. Cabe destacar que bell hooks fue escritora y activista feminista radicada en Estado Unidos, quien tomó como postura política la interseccionalidad, esto quiere decir, sosteniendo la lucha por la emancipación de las mujeres desde una perspectiva crítica de clase, raza y género. Asimismo, Enseñar pensamiento crítico, consta de 233 páginas y con número ISBN: 978-84-17925-77-2.

Las enseñanzas que hooks nos comparte se centran en los siguientes temas: pensamiento crítico, educación democrática, pedagogía del compromiso, descolonización, integridad, propósito, colaboración, conversación, contar historias, compartir historias, imaginación, dar o no dar clases magistrales, humor en el aula, hora de llorar, conflicto, revolución feminista, negra, mujer y académica, aprender a superar el odio, respetar a los profesores, docente contra la docencia, autoestima, el placer de la lectura, vida intelectual, escribir libros infantiles, espiritualidad, contacto, volver a amar, la transformación feminista, ir más allá de la raza y el género, hablar de sexo, enseñar como una vocación profética y sabiduría práctica.

En el presente texto, hooks comparte parte de su experiencia respecto al transitar por las escuelas que segregaban a las personas negras ―ella incluida― y cómo a partir de ello fue reflexionando y apostando a una educación inclusiva: una «buena educación», lo cual, desde sus palabras, no consistía solo en transmitir conocimientos y preparar para ejercer una profesión, también se volvía necesario fomentar un compromiso indisoluble con la justicia social y, en especial, con la lucha por la igualdad racial. bell creía firmemente que los profesores deben ser siempre compasivos. De igual manera, hooks expresa que, coincidió y compartió con profesores que le enseñaron que la educación era el camino más adecuado para alcanzar la libertad; de esa historia de segregación y resistencia surgen estas 32 enseñanzas, la cual también es una invitación a caminar y construir la «buena educación», aquella en la que la pluralidad cultural, la diversidad de géneros y la libertad en general tienen cabida.

Enlace para su descarga:  https://drive.google.com/file/d/142fhpLqddgLxh4Tlknffag9HeHUeIwim/view?usp=sharing

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Colombia: Yohely impulsa la educación de género, más allá de los genitales

Autor: Diana Vidal

LA PATRIA | MANIZALES

La Universidad de Manizales está haciendo eco en Zaragoza (Antioquia). Y esto es gracias a Yohely Patricia Mosquera, la docente que se acaba de ganar el Premio Maestros y Maestras para la Vida, en la categoría Perspectiva de Género.

Yohely imparte clases de Inglés en la Institución Educativa Luis Fernando Restrepo Restrepo, del Bajo Cauca antioqueño y es estudiante de la maestría en Educación en modalidad virtual en la U. de Manizales.

«En la maestría tuve electivas sobre Género y Diversidad, que con la educación, son los temas que atraviesan mi vida, son mi pilar. Los enfoques de género y raza que abarco en el aula los he podido articular con el posgrado, entonces ha llenado todas mis expectativas», comenta la docente sobre su experiencia en la institución.

Formación

Mosquera tiene 33 años, se reconoce como una mujer afrodescendiente, feminista y docente. Estudió Pedagogía en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y se especializó en Desarrollo Integral de Infancia y Adolescencia.

Confiesa que su pasión por la educación se la trasmite una tía con la que vivía. Y añade: «Esa tía me enseñó el valor de ser maestra y sobre todo, de ser una maestra que incide positivamente en la vida de sus estudiantes».

La secundaría la adelantó en la Institución Educativa Técnico Comercial, de Condoto (Chocó). Allí, con unos profesores interesados en la educación diferencial, adquirió las primeras herramientas para cambiar vidas.

Relata: «Todo lo que tenía que ver con el discurso, con el análisis crítico, con la literatura y con las ciencias humanas llamó mucho mi atención, y pues terminé siendo maestra».

Dejando huella

Hace siete años, por medio de un concurso de méritos, Yohely llegó a ocupar una plaza docente en Zaragoza. Cuenta que en su proceso como educadora, lo primero que le llamó la atención fueron las uniones tempranas de las adolescentes entre 10 y 13 años. «Yo llamaba a lista, y ante la ausencia de alguna estudiante, los otros respondían: profe, se casó. Haciendo referencia a que se había ido a vivir con su pareja. Era una adolescente que terminaría viviendo la vida de una mujer adulta, y era normal que eso ocurriera».

Ante dicha inquietud, la condoteña decidió capacitarse en temas de género para atacar la problemática y transformar la vida de sus estudiantes.

«Las jóvenes generalmente no tenían liderazgo, no opinaban mucho en las clases; les daba miedo, pena lanzarse o poner su nombre como personeras y deportistas. Entonces yo dije: Aquí hay un problema y este problema es de género. Ocurre algo que no está dejando que las estudiantes hagan todo lo que como mujeres tenemos derecho a hacer», relata Mosquera.

Fue en este momento en el que la docente decide transversalizar sus clases y empezar a enseñar sobre liderazgo y feminismo.

«Inicié enseñándoles Historia, pero sobre todo el papel de la mujer en la historia de la humanidad, y cómo a través del movimiento feminista se han dado todas estas luchas que han permitido que hoy ellas puedan ser estudiantes y que yo hoy pueda ser su maestra».

Feminismo interseccional

Al ser Zaragoza una comunidad mayoritariamente afrodescendiente, el género, la educación y la raza se articularon. Yohely Patricia anota: «Este es un tema de género, pero también es un tema interseccional, porque atraviesa la raza y la clase socioeconómica de los estudiantes».

Es así como el liderazgo y empoderamiento de las alumnas empezó a repercutir en las actividades del colegio. Por ejemplo, en la del Día de la mujer, donde anteriormente se izaba una bandera y se regalaban flores, ahora se realizan charlas, capacitaciones o performances en donde se enuncian las víctimas de feminicidio en la región.

La docente comenta que gracias a esto las adolescentes tienen conciencia de lo que significa ser mujer, y «que ser mujer implica estar en constante lucha por reclamar nuestros derechos».

Motivación

Yohely asegura que su primer filtro fue una entrevista con una docente de la Universidad de Antioquia. «Ella nos decía que el proyecto era muy bueno, que nos felicitaba, pero que los resultados se daban el día de la premiación. Cuando nos llamaron yo no me las creía, y me alegró mucho que mis compañeras y compañeros creyeran en lo que yo hacía».

Para la profesora del Bajo Cauca ganar este premio es una invitación para creer en su trabajo y continuar con él. «Todos han conocido el trabajo del Colegio y les parece que es algo que mejora la vida de los estudiantes y su forma de expresarse al mundo. Eso quiere decir que algo bueno está ocurriendo y que se debe seguir haciendo. Concluye Mosquera.

El premio

El Premio Maestro y Maestras Para La Vida es un premio de la Gobernación de Antioquia que busca exaltar los proyectos de aula que transforman la vida de los estudiantes. El premio se divide en varias categorías, y cada una de ellas encuentra esas iniciativas que están trayendo a los jóvenes un conocimiento de la vida real, pero también que incentivan el respeto hacia el otro, hacia el diferente.

«Los maestros para la vida son esos maestros y maestras que dejan huella y no cicatrices en los estudiantes», expresa Yohely Patricia Mosquera.

https://www.lapatria.com/educacion/yohely-impulsa-la-educacion-de-genero-mas-alla-de-los-genitales

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El empleo decente va a seguir a la espera en América Latina

Con tres máquinas adquiridas con sumo esfuerzo, Cinthya Wipin se inició en la confección de prendas de vestir en el 2019, actividad que se truncó con el inicio de la pandemia. Ella forma parte de los trabajadores informales en Perú, que son 8 de cada 10, sin beneficios ni derechos laborales.

Las perspectivas a corto plazo de mejora del empleo no son optimistas en América Latina y el Caribe, región con 662 millones de habitantes donde el mercado laboral fue uno de los más golpeados durante la pandemia por la covid-19.

Durante el confinamiento se perdieron masivamente los puestos de trabajo, más de 30 millones de personas se quedaron sin sus fuentes de sustento, siendo las más afectadas las mujeres, cuya participación laboral en la región retrocedió 18 años.

Un informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), advirtió en diciembre de 2022 que pese a los avances en la reducción del desempleo en el primer semestre de dicho año, esta tendencia sería difícil de sostener.

Gerhard Reinecke, especialista principal en políticas de empleo de la oficina de la OIT en Santiago de Chile

“El contexto económico global se ha complicado bastante en los últimos meses y tiene un impacto en la dinámica mundial”, dijo a IPS mediante entrevista virtual Gerhard Reinecke, especialista principal en políticas de empleo de la oficina de la OIT en Santiago de Chile.

“Tenemos el menor crecimiento de China por la política de combate a la covid, estábamos acostumbrados a que crezca 7, 8, 9 % y ahora está en 3%; la guerra de Rusia contra Ucrania; y el contexto inflacionario que impacta sobre las perspectivas económicas del mundo y de la región latinoamericana”, agregó Reinecke, coautor del informe de OIT y Cepal, Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe, dinámica de productividad laboral.

Cepal proyectó que la desaceleración económica se acentuará en la región en 2023. Estima un crecimiento de 1,3%, porcentaje que limita el optimismo frente a la recuperación del empleo de calidad, tras los indicadores auspiciosos logrados en el primer semestre de 2022.

En ese período disminuyó la tasa de desocupación en los 16 países analizados en el estudio conjunto de OIT y Cepal, ubicándose en 7 %, porcentaje menor al de pre pandemia. Y se incrementó el trabajo asalariado con una mayor demanda en el sector industrial.

Los países que formaron parte del estudio fueron Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Jamaica, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana, Trinidad y Tabago y Uruguay.

Ocho de ellos mostraron un crecimiento de más de 4 % del empleo total con respecto al 2021: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay y Perú.

El difícil contexto global así como la menor inversión y crecimiento económico de los países, y el alza de la inflación, recortan las expectativas de sostener la recuperación del mercado laboral en la región y de superar el histórico problema de la informalidad, que hace perder derechos a la población trabajadora.

“Al corto plazo esas nubes siguen estando ahí, no se han despejado las perspectivas para un crecimiento tan dinámico como el que se requiere para dar un impulso fuerte a la creación de trabajo decente”, afirmó Reinecke, cientista político y economista de profesión, con más de 20 años de residencia en Chile.

Es difícil tener empleo con derechos

Cinthya Wipin, migrante en Lima de 36 años, proveniente de la ciudad nororiental peruana de Chachapoyas, es parte de los ocho de cada 10 trabajadores que se encuentran en la informalidad y sin gozar de sus derechos laborales en el país andino de 33 millones de habitantes.

Madre de un adolescente de 16 años y de mellizos de seis, decidió estudiar confecciones en 2018 para tener una mejor calidad de vida y garantizar la educación de sus hijos. Terminado su periodo de capacitación, con los ahorros de su labor de entonces como trabajadora del hogar y los de su esposo obrero de construcción civil, más un préstamo familiar, logró comprarse las máquinas necesarias para empezar su negocio.

“Una amiga me vendió su máquina Singer, es antigua pero buenota, es para coser. A una prima le compré su máquina recubridora, que es para hacer los acabados, y en plazos conseguí la remalladora, que es nueva. Y así fue como me inicié”, contó a IPS en su hogar ubicado en un barrio del distrito de San Juan de Miraflores, al sur de Lima.

No imaginó entonces que luego de tres meses se declararía la pandemia y el confinamiento que encerró a las familias en sus casas entre marzo y julio del 2020. “Yo no lo podía creer, había invertido todos mis ahorros, estaba endeudada y con las máquinas paradas… fue un momento desesperante”, recuerda.

A mediados del año decidió anunciar su servicio de confecciones a través del Facebook y le llegaron pedidos. Continúa así en la actualidad y ha logrado sanear sus deudas, pero necesitaría producir 300 poleras al mes para poder lograr ingresos que cubran sus costos de producción y obtener una rentabilidad suficiente para sostenerse y crecer.

“Tendría que generar unos 15000 soles al mes –unos 3900 dólares- para poder contratar a una persona y alquilar un local. Mi sueño es tener un taller, dar trabajo a otras mujeres y surgir haciendo lo que nos apasiona, porque a mí me encanta coser”, remarca.

Frente a sus máquinas, siente que se realiza.

“Mi esposo me dice para qué te esfuerzas tanto, por qué mejor no compras ropa al por mayor y lo vendes. No, le digo, yo misma quiero comprar la tela, trazarla, cortarla, remallar y hacer los acabados”, explica, refiriéndose al proceso de confección de las prendas.

Ella trabaja más de 12 horas al día realizando labores productivas y de cuidado: tres veces por semana es empleada de hogar; todos los días se hace cargo de la alimentación de su familia, en particular de los mellizos; y cada noche destina tiempo para atender los pedidos que le llegan de camisetas, buzos o poleras.

No es mucho, pero le permite mantenerse en actividad en su rubro y no verse absorbida por lo doméstico.

Con su extenuante jornada laboral logra el sustento diario y ahorrar un poco, pues cuenta con los ingresos que aporta su esposo. Pero no sabe lo que son vacaciones, seguridad social, compensación por tiempo de servicios o fondo de pensiones.

“Quién tiene trabajo estable en estos tiempos, unos poquitos serán. Yo siento que dependo solo de mí, de mi esfuerzo, no hay apoyo de las autoridades. Me animo pensando que de aquí a cinco años, cuando mis niños estén grandecitos y tenga más tiempo y un pequeño capital, podré hacer realidad mi sueño de ser una confeccionista que trabaja con otras mujeres”, dice con una sonrisa.

Desafíos para crear empleo formal

Reinecke indicó que la OIT plantea a los Estados estrategias integradas para las políticas orientadas a superar la informalidad, partiendo por las causas que la originan como es el tejido productivo.

“Hay muchas unidades productivas que son estructuralmente débiles y les cuesta asumir los costos de la formalidad; y falta también el conocimiento de cómo hacerlo”, dijo.

Se refirió también a la “informalidad oportunista” que ocurre cuando una empresa de 50 u 80 trabajadores decide tener 10 o 20 sin contrato, sin cobertura, sin cotización a la seguridad social.

“Según cual sea el segmento de informalidad, las medidas de política también son distintas”, precisó.

Añadió que es necesario ajustar los factores para el fomento productivo, que redunden en más recursos para poder asumir los costos de la formalidad. Y, a la vez, garantizar que la formalidad sea más atractiva, con beneficios evidentes, menores costos posibles y con información disponible para proceder.

“Entonces, los desafíos para seguir creciendo y seguir creando empleos formales, trabajos decentes, siguen ahí”, subrayó.

Fuente: https://ipsnoticias.net/2023/01/el-empleo-decente-va-a-seguir-a-la-espera-en-america-latina/

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Perú: Estudiantes se suman a las protestas y miles de personas llegan a Lima para exigir la renuncia de Boluarte

Alumnos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) tomaron de forma simbólica un sector de la sede universitaria con un cartel grande con el nombre ‘San Marcos tomada por una Nueva Constitución’.

Los estudiantes de la Federación Universitaria de San Marcos (FUSM) se ubican en la puerta número 3 en donde mostraron su solidaridad sobre las protestas en diversas regiones del país que exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y una nueva Constitución a partir de una asamblea constituyente.

“Estamos justamente por la solidaridad y articulación orgánica con los sectores populares, con las profundas masas del pueblo que han emprendido la lucha política a nivel nacional y que están enarbolando porque San Marcos tiene como principal consigna la bandera de la nueva Constitución a través de asamblea constituyente con participación popular”, comentó uno de los estudiantes a RPP Noticias.

Asimismo, no aseguraron hasta cuando seguirá su medida de protesta; sin embargo, confirmaron que participarán del paro nacional convocado para el jueves 19 de enero, denominada ‘La toma de Lima’.

Los alumnos tenían sus rostros cubiertos con capuchas y se mantienen en la puerta 3 realizando arengas y cánticos de forma simbólica, por lo que los alumnos pueden ingresar y salir de la universidad sin restricción alguna.

Mediante sus redes sociales, la FUSM había convocado a realizar una jornada de protesta en la puerta de la San Marcos en donde estaba la realización de una jornada de prensa, actividdad cultural y una vigilia por las personas que han fallecido durante las manifestaciones en diciembre 2022 y enero de 2023.

“Desde la Federación Universitaria de San Marcos denunciamos la brutal represión, persecución y masacre contra el pueblo por parte del Estado peruano. Asimismo exigimos una Nueva Constitución mediante la convocatoria inmediata a una Asamblea Constituyente con participación popular y plena libertad política como parte de la lucha por la democratización de la sociedad peruana, en la que se restituya y amplíe los derechos fundamentales del pueblo”, se lee en la publicación.

Además, la congresista Isabel Cortéz (Cambio Democrático-JPP) se acercó a la sede universitaria para verificar que no se transgreda el derecho a la protesta de los estudiantes. Por otro lado, señalaron que apoyaran a los ciudadanos que llegan desde las regiones del país a la capital.

RPP

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