Las organizaciones estudiantiles acusan al presidente Bolsonaro de tomar fondos destinados al sector educativo para financiar su campaña electoral.
Estudiantes brasileños coordinados por sus principales organizaciones, fueron convocados a actos de protesta para los días 10 y 18 de octubre contra los recortes educacionales anunciados por el Gobierno encabezado por el presidente Jair Bolsonaro.
La Unión Nacional de Estudiantes (UNE), la Unión Brasileña de Estudiantes Secundarios (UBES) y la Asociación Nacional de Estudiantes de Posgrado (ANPG) son los principales promotores de la iniciativa.
Además de los mencionados actos nacionales estarían programadas otras sesiones plenarias y manifestaciones en universidades e institutos federales.
«Vamos a organizar el movimiento más grande en las universidades y en las calles y en las urnas. El 30 pondremos a Bolsonaro en la basura de la historia» dijo la presidenta de la UNE, Bruna Brelaz.
Asimismo, acusó a Bolsonaro de estar tomando dinero de la educación para presupuestar su “campaña fallida”, refiriéndose a la derrota del bolsonarismo en la primera ronda de los comicios.
De hecho, ya en Salvador de Bahía, docentes de la Universidad Federal de Bahía (UFBA) protagonizaron una protesta en el barrio Canela, frente a la rectoría según informaron medios locales.
Ahora, un nuevo bloqueo establecido este cinco de octubre quitaría cerca de 1.000 millones de reales (191 millones de dólares aproximadamente) a la educación superior y afecta tanto a esta que las universidades públicas se arriesgan a no tener suficiente dinero para pagar a sus empleados y otros gastos.
Con las medidas contra le educación, incluido el bloqueo temporal de fondos, la educación ya ha perdido cerca de 2.400 millones de reales (aproximadamente 460 millones de dólares).
El recorte contra el presupuesto educacional había sido anunciado el pasado viernes, dos días antes de la primera vuelta electoral
El texto publicado por la Asociación Nacional de Directores de Instituciones Federales de Educación Superior (Andifes) pormenorizó que el total de los fondos recortados para los gastos universitarios sería de 328 millones de reales (más de 62 millones de dólares).
“La relación de los chicos con los medios de comunicación ha sido escasamente explorada en todo el mundo. Menor aún ha sido la preocupación por conocer el vínculo y la apropiación que hacen los chicos de sectores populares de los medios”. Roxana Morduchowicz.
“Incorporar los medios en la escuela significa integrar, revalorizar y resignificar la cultura ordinaria de los alumnos, en la que la radio, el diario, la revista, el cine y la televisión ocupan un lugar fundamental”. Roxana Morduchowicz.
Las redes sociales son valiosas si las sabemos utilizarlas convenientemente, podemos aprender y enseñar mucho, también podemos tener deleites literarios o informativos sustanciosos entre otros. Ejemplo de ello es lo que nos ocurrió con la lectura de unas reflexiones de nuestro querido amigo Dr. David Velázquez Seiferheld que aborda sobre “Los suplementos pedagógicos o educativos de los diarios”. Capaz de producir melancolía, admiración y reconocimiento por la iniciativa educativa de los medios periodísticos.
Nos ilustra David Velázquez Seiferheld que “Los suplementos pedagógicos o educativos de los diarios, son parte de un concepto mayor: el de la prensa educativa, o, si se quiere aún más amplio, el de comunicación educativa. En España, las primeras publicaciones dirigidas a niños y niñas aparecieron desde fines del siglo XVIII (La Gazeta de los Niños, 1798)”.
“En el Paraguay, la prensa educativa e infantil coincidió, ya que durante décadas, predominó la idea de que el niño era equivalente a niño escolarizado. Los demás niños, no escolarizados, casi siempre eran objeto de comentarios despectivos y de visiones fatalistas sobre su futuro. Parece ser que la primera revista específicamente infantil fue la revista Kavure’i, aparecida entre 1917 y 1921, dirigida por el maestro Juan R. Dahlquist; aunque las revistas y periódicos de temas de interés general también incorporaban notas relativas a la niñez”.
“La prensa paraguaya comenzó a especializar su tratamiento de temas didácticos, pedagógicos, educativos, a través de los suplementos escolares. Según testimonios, estos suplementos han sido muy valiosos como parte de la educación: paliativos y hasta sustitutos de los libros de texto; fuente de material didáctico para el desarrollo de clases; complemento gráfico para tareas; material de actualización para docentes… ¿Tendremos alguna vez un estudio más amplio de la prensa educativa, o –actualmente, y con los medios digitales– de la comunicación educativa?”.
En Formosa.
Hablamos en un punto de estas reflexiones que pueden-entre otras-producir admiración, reconocimiento y melancolía, en efecto, todo eso sentimos al recordar en nuestros primeros años de maestros rural con las tan valiosas “Mañanitas escolares”, el suplemento del diario “La Mañana”.
Más adelante de nuestras trayectorias educativas cooperativas escolares nos sostuvimos en los diferentes medios de comunicación social para desarrollar verdaderos procesos de enseñanza, convirtiendo, vía generosa, a esos medios en Escuelas abiertas.
Cabe expresar con el corazón un enorme reconocimiento, pero sobre todo agradecimiento a todos los medios periodísticos.
Una mención espacial cabe señalar a “Expresito escolar”, suplemento escolar del Diario Formosa Expres.
Por último, sumamos nuestro interrogante a la que David Velázquez Seiferheld expuso.” ¿Tendremos alguna vez un estudio más amplio de la prensa educativa, o –actualmente, y con los medios digitales– de la comunicación educativa?”.
Rompiendo la distancia geográfica, durante las últimas semanas, circulan fotografías que nos acercan la lucha de las mujeres iraníes por la autonomía corporal y el derecho a habitar los espacios públicos con la cabeza descubierta, luego del brutal femicidio de Jina Mahsa Amini. En paralelo, en el estado indio de Karnataka, activistas como Muskan Khan reafirman su derecho a llevar hiyab, niqab y burka en instituciones educativas, en rechazo a las prohibiciones estatales que coartan la expresión religiosa de la minoría musulmana en el país. En ambos casos, el Estado decide qué y cómo deben vestir las mujeres para no ofender la moral nacional y pública. Lo que las activistas reclaman, en uno u otro caso, es decidir por ellas mismas.
El hiyab como tema de discusión sobre la autonomía corporal de las mujeres está lejos de ser una cuestión limitada territorialmente en Oriente y temporalmente en estos tiempos. Post 11 de septiembre, en la avanzada de una ola antimusulmana, una serie de leyes en Europa restringieron en el espacio público la visibilidad de elementos pertenecientes a diversas religiones. La ley francesa, conocida como la ley del velo, se situó a la cabeza como aquella que “permitía” a las mujeres musulmanas ser libres de las imposiciones religiosas obligándoles a quitarse el hiyab, en una paradójica mezcla entre libertad progresista y coerción estatal. En marzo de 2021, Suiza se sumó a Francia, Bélgica, Austria, Dinamarca y Países Bajos en la prohibición del uso de burka y niqab en los espacios públicos. Leyes celebradas por gran parte de la comunidad internacional, incluso por organizaciones feministas de dichos países (Francia, Holanda y Estados Unidos). En paralelo, algunos Estados de Medio Oriente, entre los cuales se encuentra Irán, han vuelto más rígidos los códigos de vestimenta, impidiendo a las mujeres acceder a la libre elección del uso de hiyab, niqab y burka.
En respuesta a la coerción que implican las leyes sobre el hiyab, las mujeres árabes, kurdas y musulmanas ocupan el espacio público ejerciendo, fuera y en contra de la ley, su derecho a la elección. El debate en torno al velo y los códigos de vestimenta es otro capítulo más de una serie de luchas que ponen al cuerpo como centro de la discusión política. En nuestra época contemporánea, el espacio público está constituido por diferentes tipos de exclusiones y de limitaciones al acto de aparecer frente a los demás.Acceder a la calle y a los espacios públicos mueve los engranajes de la disputa por tener ese derecho a aparecer. Rebelarse contra la ley positiva significa hacerlo contra las normas que condicionan el ingreso a la esfera pública: a la plaza, a las calles, al centro, a las instituciones del Estado.
Pensando en torno a las minorías, Hannah Arendt supo argumentar que existen dos tipos de derechos anteriores al estado de derecho otorgado por el derecho nacional e internacional. Estos son “el derecho a pertenecer a algún tipo de comunidad organizada” y “el derecho a tener derechos”. Ambos discuten la exclusión presente en el dominio de la ley. El “derecho a tener derechos” se trata de la articulación de derechos que todavía no se tienen (y no hay garantía de que se obtengan de hecho), pero que se ejercen de todas formas. Las activistas en Irán y en India representan esa articulación de un derecho que no se tiene, pero que se ejerce, en contra de la ley positiva. No solo ejercen el derecho a la elección sobre el uso del hiyab, sino también a la igualdad y a la libertad, en la medida en la que luchan tanto contra la coerción estatal como por un acceso al espacio público en condiciones de igualdad.
(Imagen: A/D)
En sintonía con Arendt, las teóricas feministas Judith Butler y Gayatri Spivak argumentan que los derechos a la igualdad y a la libertad surgen y se ejercen en la medida en la que las personas se reúnen y hacen algo en el mundo de manera plural para cambiar las condiciones de vida existentes, en busca de formas políticas más democráticas. Aunque el derecho a tener derechos no es parte de la ley positiva (estatal o internacional), pertenece a la naturaleza de la igualdad.
(Imagen: A/D)
Las activistas en Irán y en India nos recuerdan que ejercer un derecho que no se tiene y en contra de una autoridad que las excluye implica exponer que tanto la libertad como la igualdad pueden y deben ir más allá de sus articulaciones existentes presentes en la ley. Su puesta en práctica empieza por apropiarse de ambas antes de que sean otorgadas y, en esa misma articulación del derecho, se anula el hiato que hay entre su ejercicio y su realización. De este modo, libertad e igualdad no tienen un contenido predeterminado, no pueden ser apropiados por un slogan estatal o cultural en relación con lo que los cuerpos en la calle deben ser: usar o no usar el hiyab, representar a una buena mujer musulmana o a una buena mujer laica según determinados códigos de vestimenta. Son acciones llevadas a cabo con otrxs, ejercicios que impugnan los límites de lo que se debe ser, mostrando otras articulaciones de lo que podemos.
Tanto Amini como Khan expresan estos modos, hechos cuerpo, de las luchas políticas contemporáneas, en una disputa con la ley por derechos que aún no se tienen, pero se ejercen.
Que la norma y la ley siempre excluyan es, paradójicamente, la posibilidad misma de su falla. Es su fracaso y la oportunidad de una desobediencia. El derecho a tener derechos es un ejercicio de disputa colectiva por horizontes más democráticos, aunque estos no estén garantizados. Persistir en la lucha por la libertad y la igualdad implica atender a la posibilidad de que la norma falle y que la oportunidad de un mundo más justo pueda entrar por la puerta. Una puerta que, aunque pequeña y disimulada, es la base de nuestra obstinación o de nuestra esperanza.
Imagen de portada: A/D.Ciencia en todos lados
Este artículo fue realizado en el marco del taller de escritura “Ciencia en todos lados”, brindado por el medio La tinta, en articulación con el Centro de Investigaciones María Saleme de Burnichon (CIFFyH), la Secretaría de Extensión de FFyH (UNC) y el Instituto de Humanidades (IDH).
Desde la Línea Sur de Río Negro hasta Bariloche, 170 mujeres trabajan con sus manos y sus saberes, de forma individual y colectiva, en un oficio tan ancestral como fundamental para la actividad textil y la cultura. El trabajo cooperativo para el lavado de la lana, el hilado, la confección de prendas y la comercialización.
En cooperativas o en la individualidad del hogar, las tejedoras e hilanderas de la Patagonia se hacen lugar dentro de la compleja trama de la industria textil. Según un relevamiento que realizó la Mesa de Tejidos, un espacio interinstitucional creado para detectar los problemas del rubro y generar mejores condiciones de trabajo, son más de 170 las mujeres que se dedican a esta actividad en la ciudad de Bariloche y alrededores.
Sandra Martínez es presidenta de la Cooperativa Gente de Somuncurá, un colectivo de más de 100 mujeres tejedoras e hilanderas que habitan en distintos parajes y localidades de la Línea Sur de Río Negro. Criada en una familia numerosa en la localidad de Sierra Colorada, Sandra sabe hilar y lavar la lana desde los 12 años. “Aprendí de mis tías, viendo cómo lo hacían, y después viendo a otras compañeras. De chica me sumé al grupo Colin Mahuida; éramos veintidós mujeres del pueblo que trabajábamos la lana. Volvía de la escuela y me ponía a hilar, hilaba todo el día porque nunca quise tener patrón”, relata la mujer, que hoy trabaja en la coordinación de toda la cadena del tejido, desde las hilanderas que lavan y preparan la lana, hasta las tejedoras que hacen los productos.
Trabajar en cooperativa no es fácil, y mucho menos en la estepa, donde las distancias y los tiempos dificultan los procesos para la comercialización de los tejidos. Gente de Somuncurá fue fundada en 2003, cuando para este grupo de mujeres el tejido dejó de ser un servicio y se transformó en un trabajo.
Foto: Eugenia Neme
“Trabajar de forma colectiva requiere de mucho trabajo por el que no cobramos nada, y mientras tanto tenemos que seguir produciendo. Pero después entendemos que es necesario. Necesitamos conectarnos con las ciudades, para poder comercializar, y con las instituciones, para capacitarnos en cómo gestionar proyectos y organizarnos”, señaló Martínez.
Este mes, por ejemplo, tuvieron un excedente de lana y la mandaron al Mercado de la Estepa, ubicado en la localidad de Dina Huapi. Una de las demandas de las tejedoras de Bariloche es justamente la falta de conexión con el ámbito rural, lo que dificulta el acceso a la materia prima —la lana preparada para tejer— que producen las hilanderas. “El hilado se hace con una técnica antigua y cuesta encontrar gente que quiera hacer ese trabajo. La lana llega en crudo y se lava a mano, se seca, se peina y después recién se hace el hilado con la rueca, a mano o eléctrica”, detalla Martínez.
El acceso a los insumos es un problema en los sectores productivos de la región. La oferta es acotada y los costos son altos. Y, si bien hay algo de producción regional, es muy poca porque la mayor parte de la producción lanera de la provincia se vende afuera, explica Laura Ferman, responsable de la división de Trabajo Asociativo dentro de la Secretaría de Producción, Innovación y Empleo de Bariloche, que participa de la Mesa de Tejidos junto al Ministerio de Trabajo de la Nación, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y referentes del tejido local.
Además del relevamiento, desde la Mesa de Tejidos impulsaron un espacio de exhibición y comercialización colectiva llamado Ovillo, que a principios de agosto tuvo su tercera edición en la que participaron 23 tejedoras. “La potencialidad está en lo colectivo, en resolver de esa manera. Este tipo de experiencias además de nuclear gente nos permite generar valor y profesionalización al oficio”, agrega Ferman.
Foto: Eugenia Neme
“Acá está la materia prima, acá está el frío y acá está la demanda. Sin embargo nos cuesta mucho conseguir por ejemplo fibra natural. No hay una conexión entre lo rural y las necesidades que tenemos las tejedoras de acceder a la materia prima”, advierte Graciela Barrientos, tejedora independiente de Bariloche. Ella empezó con su proyecto en Córdoba, donde vivía hace ocho años. Al principio, por necesidad, empezó a vender pashminas hechas en macramé y con los años se fue capacitando y adquiriendo otras técnicas.
“Un día mi mamá me dijo: ‘por qué no probás con la máquina de tu abuela, que es una máquina knittax de los ’70’. Y ahí seguí y con el tiempo decidí que iba a dedicarme a esto, y que si quería crecer, en Córdoba no tenía posibilidades, así que volví a Bariloche, que al final era mi lugar, donde me crié y donde mi abuela vendía sus tejidos en esa época”, relata Barrientos.
Si bien al principio tuvo que vender en locales, ahora que tiene una casa más grande (donde pudo instalar su taller) puede dedicarse a vender de forma independiente. “El trabajo del tejido es muy individual y al no saber cómo ponerle precio a las cosas que hacemos muchas veces nos cuesta valorarlo. Al conocernos entre nosotras de a poco empezamos a compartir cierta información, sobre proveedores por ejemplo, o secretitos que son típicos de este mundo, qué técnica usás, cómo hacés tal terminación, detalles que pueden alimentar nuestros trabajos”, señala la tejedora barilochense.
Foto: Eugenia Neme
Otra de las técnicas típicas de la región es el telar mapuche. En Sierra Colorada sólo quedan dos mujeres que aún tejen de esa forma ancestral. Dentro de la cooperativa que integra Sandra, las demás mujeres que saben hacer telares viven en el paraje Treneta, al pie de la meseta de Somuncurá, donde a pedido de ellas la cooperativa organizó un taller de capacitación en telar mapuche. “En siete meses aprendieron a hacerlo, y después seguimos con más cursos para perfeccionar. Ahora en el paraje hay seis tejedoras que saben la técnica y hacen ponchos, ruanas, caminos, alfombras y otros objetos de decoración”, explica Martínez.
Para Barrientos el tejido es tanto una forma de vida como un trabajo elegido: “Disfruto de conectarme con los materiales, de hacer cada tejido. No me da lo mismo tejer una cosa que otra, es algo completamente personal, aunque haga cientos de prendas sé qué me generó cada sweater, y si veo a alguien en la calle vestido con una prenda mía sé que yo lo hice, que eso estuvo en mis manos”.
Melanie McGeever, coordinadora del Programa PEP/PYP (3-12 años) del Bachillerato Internacional del Colegio Europeo de Madrid, explica cómo debe ser el mobiliario para el máximo provecho del aprendizaje
Si hay algo en lo que las familias se basan a la hora de elegir colegio para sus hijos, sin duda, es en el modelo educativo por el que quieren apostar. Mientras muchos padres tienen claro que prefieren una metodología en concreto, otros apuestan por centros educativos que apuesten por los idiomas, otros se fijan en cómo la tecnología o el arte forman parte de la educación que los más pequeños van a recibir… Por suerte, vivimos en un país con una amplia oferta en cuanto a modelos educativos y eso nos permite poder elegir aquella opción que más se ajuste a nuestras necesidades, dentro de las posibilidades que queden cerca de nuestro hogar.
Para que un modelo educativo sea realmente eficaz, también debemos prestar atención a los espacios que el centro escolar oferta y es algo que los colegios, cada vez más, ponen también en valor, apostando por reformas que consigan adaptar sus aulas, pasillos y estancias para que el concepto global acaba siendo un resultado de éxito.
Está claro que la reforma de las instalaciones responde siempre a dos necesidades. La primera es una respuesta directa a las valoraciones, comentarios y sugerencias que los padres hacen en las encuestas internas de cada colegio y la segunda es dotar de espacios modernos y acordes con la metodología del centro a las aulas y demás espacios. Y es que, desde el punto de vista de los profesionales, además de buscar la vanguardia de manera constante en la educación y el día a día en clase, también se debe hacer en las instalaciones donde la misma se va a desarrollar.
Por ello, cada vez son más los colegios que invierten en renovar sus espacios con el fin de cumplir con estos objetivos. Por supuesto, es importante que esta apuesta consiga una mejora notable en los mismos dentro de cada etapa educativa. Por ejemplo, de cara a la etapa de Infantil, es importante apostar por el uso de colores suaves para crear espacios más luminosos.
En este sentido, no solo es importante usar este tipo de colores en las paredes y suelos, sino que también ayuda hacerlo en el mobiliario. Además, de cara a alumnos tan pequeños, es preferible apostar por un mobiliario moderno, lejos de los tradicionales pupitres y sillas más rígidas. Así pues, apostar por la incorporación de pufs, que permitan crear un entorno más distendido en el aula, siempre será una buena opción que, además, le darán a los más pequeños la oportunidad de tener más libertad, algo realmente esencial en sus primeros años, tanto de vida como académicos.
De cara a los primeros años de Primaria, si un centro apuesta por un modelo educativo donde el aprendizaje se lleva a prácticas reales, como proyectos o actividades que los preparen de cara al futuro real que les espera, apostar por la creación de aulas prácticas. Estas aulas, divididas en dos estancias y comunicadas entre ellas nos darán la opción de tener en un lado el espacio de pupitres y sillas y, en el otro, un aula práctica donde se fomenten y desarrollen otras habilidades con la incorporación de distintos elementos.
Sin duda, el diseño de los espacios de aprendizaje y la flexibilidad con respecto a los diferentes tipos de mobiliario respaldan la filosofía IB PYP de agencia (que hace referencia a la facultad de emprender acciones significativas e intencionales) y colaboración. Dentro de esto, los estudiantes tienen voz, capacidad de elección y autonomía sobre su aprendizaje, algo que les beneficiará durante su etapa académica pero que, además, les ayudará a fortalecer estos valores también de cara a su vida social y su futuro profesional. De este modo, los alumnos pueden elegir con quién trabajar, cómo y en qué espacios de aprendizaje; esto siempre pueden hacerlo de manera individual, en parejas, en pequeños grupos o toda la clase.
Otros de los espacios importantes de los centros educativos, aunque no formen parte de las aulas donde pasan la mayor parte del tiempo, son el comedor y la biblioteca. ¿Cómo podemos mejorarlos para que estos vayan en sintonía con el resto del colegio y con el modelo educativo de cada centro?
Aunque el comedor cuente con un menor componente educativo, sigue siendo un espacio donde el estudiante adquiere distintos valores (respeto en situaciones más relajadas y fuera de clase, hábitos saludables en cuanto a alimentación…). Por eso, es necesario vincularlo al estilo de las aulas, aunque con un toque más informal. Para ello, se puede apostar por una gama de colores similar a la de estas, manteniendo la uniformidad en toda la etapa educativa. Además, es importante que en este espacio haya elementos que fomenten la sostenibilidad (como el reciclaje) o la importancia de mantener una dieta sana y equilibrada.
En cuanto a la biblioteca, y siendo conscientes de los grandes beneficios que la lectura tiene como, por ejemplo, potenciar su imaginación, ejercitar su cerebro o fomentar su interés por descubrir cosas nuevas, es importante que nos encontremos con un espacio realmente atractivo y que invite al relax. Para ello, apostar también por un espacio luminoso que nos dé la sensación de paz y tranquilidad será fundamental. Asimismo, en este espacio es importante que se cuente con un mobiliario más cómodo y desenfadado que incentive a los alumnos a utilizarlo también como aula de trabajo.
Además, si el modelo educativo apuesta por potenciar la importancia de cuidar nuestro medio ambiente, es importante que para estas reformas se haga uso de materiales sostenibles. Con ello, reforzaremos la coherencia y el empeño del colegio por aplicar sus valores a todos los niveles y demostrando que, incluso sus instalaciones, que, con los espacios de aprendizaje, reflejen el modelo educativo del colegio.
La violencia basada en el género (VcM) es una violación flagrante de los derechos humanos que afecta no solo la vida de las mujeres y niñas, sino de toda la sociedad. En las últimas semanas, el femicidio de María Belén Bernal por parte de su esposo, el teniente de la Policía Germán Cáceres, dentro de una Escuela de Policía, despertó la indignación de miles de mujeres y toda la sociedad, pero también la necesidad de buscar salidas para decir: ¡Basta de violencia de género!
Pero el femicidio de María Belén no es un caso aislado. En Ecuador, al menos 6 de cada 10 mujeres han sido agredidas por razones de género, según el INEC, siendo la cifra más alta en Sudamérica, después de Bolivia. Esta realidad afecta a las mujeres en todos los espacios de la vida social, uno de ellos es el espacio educativo. Según el estudio De la evidencia a la prevención ¿Cómo prevenir la violencia contra las mujeres en las universidades?, elaborado por la USMP por encargo del Programa PreViMujer implementado por la GIZ, 1 de cada 3 estudiantes universitarias reporta haber sido agredida alguna vez por su pareja o expareja, desde que está en la universidad; mientras que 1 de cada 3 estudiantes mujeres ha sido agredida por otros integrantes de la comunidad universitaria.
El mismo estudio destaca que existen muchos factores que contribuyen a generar y mantener la violencia contra las mujeres: la dominancia masculina, la percepción de que las mujeres son objetos, la hostilidad masculina y la tolerancia cultural hacia la violencia contra las mujeres, entre otros. Todas estas variables pueden ser modificadas, pues todas son ideas, creencias, actitudes basadas en patrones culturales machistas. En este contexto, la educación es la estrategia más efectiva para combatir la violencia contra las mujeres. Las universidades pueden ser espacios donde se promuevan relaciones saludables, mediante una formación continua de respeto, igualdad y equidad de género, que luego pueda ampliarse hacia toda la sociedad. Es así que el estudio recoge cómo a través de movimientos estudiantiles se ha visibilizado la problemática de la violencia de género y los avances que se han logrado. Estudiantes, docentes y organizaciones feministas han buscado diversas formas de prevenir y enfrentar la violencia de género en las universidades: creando redes, colectivas estudiantiles, acompañando demandas, grupos de apoyo, entre otras iniciativas.
Este reportaje recoge tres iniciativas de estudiantes y docentes de distintas universidades del Ecuador para prevenir, acompañar y contribuir a la prevención y erradicación de la violencia de género en las universidades. Sus experiencias, aprendizajes y avances pueden ampliarse hacia toda la sociedad.
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Iniciativa Johanna
Natalia Angulo Moncayo es docente titular e investigadora de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Desde el 2014, ella junto a un grupo de docentes y estudiantes decidieron impulsar acciones para la prevención de la violencia y el acoso en la universidad, en particular en la Facultad de Comunicación. A pesar de que la violencia más común en las universidades es el acoso sexual ejercido por docentes hombres, otra situación que pone en alerta a las docentes es la violencia que sufren las estudiantes por parte de sus parejas.
La docente cuenta que durante el confinamiento por la pandemia de la Covid-19, en una sola semana, recibió tres llamadas de estudiantes que pedían orientación para saber qué hacer frente a la violencia que estaban sufriendo por sus parejas hombres “esto nos alarmó muchísimo” dice Natalia. Esto se volvió más cercano cuando ocurrió el femicidio de Johanna, una de sus estudiantes.
Johanna Guayguacundo era ex estudiante de la Facultad, periodista, fundadora y co-directora del medio digital Wambra Sapo, quien se graduó en 2018 de la Facultad de Comunicación Social en la Universidad Central del Ecuador. En febrero de 2022 Johanna fue víctima de femicidio. Su ex pareja, contra quien tenía una denuncia y una boleta de auxilio, es el principal sospechoso. Como Johanna, en 2022 en Ecuador, 8 mujeres víctimas de femicidio tenían boleta de auxilio en sus manos, según la Fundación Aldea.
Además, el estudio De la evidencia a la prevención ¿Cómo prevenir la violencia contra las mujeres en las universidades?, elaborado por la USMP por encargo del Programa PreViMujer implementado por la GIZ, revela que, el 33,7% de estudiantes mujeres ha sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja o expareja, en algún momento de su relación, desde que estuvo estudiando en la universidad. La violencia a las mujeres estudiantes por parte de sus parejas o ex parejas fue en su mayoría la psicológica con el 25.1 % ; el 20.7 % lo hizo tratando de controlar a sus parejas o ex parejas estudiantes, evitando que vayan a clases, fiestas, reuniones de estudio o realice sus tareas o deberes; no permitiéndole ver o hablar con sus amigos y amigas, familiares o exigiendo que se vista de manera distinta; el 14.1 % ha recibido insultos de manera despectiva, recibió humillaciones frente a otras personas, difamaciones en redes sociales o en público. Mientras que el 19.6 % fue acechada recibiendo llamadas de forma insistente, correos, mensajes, imágenes o videos que hizo temer a las estudiantes por su seguridad, fueron perseguidas, vigiladas y espiadas. Otra forma de violencia que recibieron las estudiantes por parte de sus parejas o ex parejas fue el acoso en un 17.5 % recibiendo comentarios ofensivos y denigrantes sobre su cuerpo, presiones para hablar de sexo sin ser consentido o recibió mensajes, llamadas, imágenes o videos sexuales que ella no deseaba ver.
Por esto, a partir de lo que ocurrió con Johanna, Natalia cuenta que tomó más fuerza la necesidad de hacer algo “no solo empezamos a preocuparnos de la violencia de docentes a estudiantes, sino también la violencia ejercida de las parejas a las estudiantes”. Así nació “Iniciativa Johanna”
Arturo Estrella Osorio es uno de los docentes de la Facultad de Comunicación Social que impulsa el proyecto, nombrado así en honor a Johanna Guayguacundo. Esta iniciativa es para dar a conocer qué es la violencia de género, los tipos de violencia y llamar a la reflexión a toda la comunidad universitaria. Según el docente, hay muchos integrantes de la comunidad universitaria que no conocen ni entienden ciertos actos, situaciones y frases que son violencia. La iniciativa se desarrolla en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador, en la materia de Marketing Social, no como la promoción de una marca sino como un mecanismo para “evidenciar realidades, para alcanzar un fin social y que generen un impacto positivo en la comunidad”, agrega Estrella.
Desde finales de abril y comienzos de mayo de 2022 que empieza a desarrollarse esta iniciativa, se han generado varias acciones con la participación activa de los y las estudiantes, no solo de la Facultad de Comunicación, sino también de otras facultades, como presentaciones artísticas con música feminista, recolección de mensajes de estudiantes contra la violencia de género, el levantamiento de una bandera con mensajes contra la violencia de género. Cuenta Arturo que, a pesar de la buena recepción de la campaña por las y los estudiantes, aún hay resistencias de ciertos docentes. Es así que una de las banderas que buscaba posicionar un mensaje contra la violencia fue retirada un día después porque “un docente se sintió ofendido por uno de los mensajes que contenía. Se me ordenó retirar la bandera y presentar una serie de argumentos de cómo funciona el proyecto. Esto generó una censura. Yo como docente, no tengo la obligación de silenciar la voz de los y las estudiantes o poner frenos para decir lo que va o no va. La idea inicial es que la gente se exprese porque hay la sensación de falta de espacios para expresarse”.
El proyecto también busca analizar de qué manera se está ejecutando el Protocolo General para la Prevención, Atención y Sanción de los casos de Violencia Sexual y de Género para, posterior a eso, realizar infografías que permitan explicar el paso a paso de cómo presentar una denuncia dentro de la universidad. Además, solicitan al Instituto de Igualdad de Género y Derecho de la Universidad Central, Iniged, un trabajo mucho más intenso para que realicen un monitoreo sobre los casos de denuncias, asimismo que presenten asesorías a las estudiantes violentadas. Pues cuenta Estrella que “han habido casos en las aulas de que algunos docentes amedrentaron a las estudiantes con atropellar carreras, denuncias en Fiscalía, juicios, demandas financieras. El hecho de que la gente no conozca cómo funciona el protocolo y que existen otros niveles de denuncia, hace que la gente se atemorice y no presente las denuncias”.
A pesar de las trabas que se han presentado en el desarrollo del proyecto, algo importante que destaca Estrella es que en las aulas de clases las estudiantes empiezan a identificar lo que es la violencia y en qué momentos están siendo violentadas, algo que antes no ocurría.
Muchas de las víctimas de violencia de género ignoran que hay redes de apoyo para quienes toman la decisión de hablar y denunciar, por lo tanto, este es uno de los puntos que se busca fortalecer desde la “Iniciativa Johanna”, además, fortalecer el trabajo con los estudiantes hombres, para que dejen de ejercer una serie de prácticas que generan violencia en contra de las mujeres.
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Coalición Feminista Universitaria
La Colación Feminista Universitaria, CFU, abarca siete universidades del Ecuador y cuenta con 40 voluntarias que son embajadoras de sus universidades y que replican los modelos que se trabajan en la Coalición. La CFU nace como el primer espacio de estudiantes independientes a nivel nacional en marzo de 2020. Ljubica Fuentes, fundadora y coordinadora de la Coalición, cuenta que empezaron marcando un precedente de la institución universitaria, porque inicialmente le correspondía a las Federaciones de estudiantes universitarios, a las asociaciones femeninas universitarias, a los gremios de docentes y administrativos hablar de violencia de género, pero, “nunca a estudiantes independientes que no necesariamente se sentían vinculados a este tema político detrás de las federaciones”. Entonces la Coalición nace con el propósito de brindar, desde la sociedad civil, “un espacio con la capacidad y la autonomía de trabajar de forma organizada, transparente y sobre todo pensando en el centro de esta problemática que son las mujeres jóvenes estudiantes, brindándoles así por primera vez un espacio de acompañamiento y contención a personas que sufren estos casos”. Ljubica menciona que al empezar a trabajar en la Coalición tuvieron la suerte de contar con el apoyo de la Federación de Estudiantes de Chile, a cargo de Emilia Schneider, dirigente estudiantil, activista y política chilena, para llevar a cabo el proceso.
La Colación Feminista Universitaria ha acompañado más de diez casos de violencia de género, ocho de estudiantes y dos de docentes. Además, entre sus principales ejes de trabajo está el acompañamiento, la democratización de la información; entregando herramientas y generando espacios de conocimiento alrededor de cómo prevenir y erradicar la violencia en las instituciones de educación superior, realizando investigación frente a la realidad que sufren las mujeres dentro de las universidades e incidencia. Según Ljubica la Coalición fue la única organización de la sociedad civil que tuvo presencia dentro de la reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior, LOES, para proponer el enfoque de género y el único organismo de la sociedad civil estudiantil que tuvo presencia en la reforma a la Ley Orgánica para Prevenir y Erradicar la Violencia de Género en las mesas técnicas de la Asamblea Nacional, en 2022.
Ljubica cuenta que, a nivel internacional, también son un punto de contacto focal sobre el tema de prevención de violencia en las universidades y han articulado con redes internacionales, como la Red Contra el Acoso Sexual, una alianzan internacional con la que trabajan activamente en congresos y ponencias para prevenir y erradicar la violencia en las instituciones de la educación superior. Además, explica Ljubica que han hecho “espacios propositivos con tomadores de decisiones dentro de los espacios de las universidades con autoridades de bienestar universitario, rectores, vicerrectores a quienes se les ha propuesto diferentes políticas para poder cambiar e implementar nuevas formas de proceder”.
Tras la conformación, organización y el trabajo que realizan en la Colación Universitaria Feminista, Ljubica ha podido notar que hay mayor fortaleza en los procesos de denuncia, en los casos en los que han acompañado “las víctimas ya no se hacen para atrás, continúan el proceso hasta el final y es una nueva figura que también interpela este abuso de autoridad en las universidades, el hecho de ser juez y parte”, añade. Si bien es cierto, la Colación no es un espacio de denuncia, porque no cuenta con esa potestad, es un espacio que brinda asesoría dentro de un proceso, realizan campañas de contención y mediáticas, y se especializa en las diferentes dinámicas universitarias considerando que cada espacio tiene estatutos, medidas y organismos diferentes, por lo que, comprender todo esto, es vital para que un proceso resulte y generar cambios reales.
“Los espacios de la sociedad civil rompen este espectro para decir: las universidades se deben a la sociedad a los y las estudiantes y necesitan ser transparentes, diligentes para poder permitir un acceso válido a la justicia, asimismo, para generar política pública que prevenga y erradique la violencia de género”, dice Ljubica. Para ella es de suma importancia la articulación de las estudiantes como sociedad civil, “aquí también radica la importancia de que sean mujeres estudiantes que viven o vivieron la violencia, apoyando a otras sobrevivientes de violencia, generando redes y brindando espacios seguros no solo a otras mujeres sino a las personas de la diversidad sexual, porque no hay que olvidar que la universidad es machista, binaria y heteropatriarcal. No hay espacios para las personas diversas y eso es algo que desde la Coalición siempre tenemos presente para poder generar acciones”.
Según Ljubica es necesario la implementación de departamentos de prevención de violencia, comisiones de género al interior de las universidades, organismos especializados para atender la problemática, expertos y expertas trabajando en el tema y un Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, CACES, pero de género para poder descentralizar el tema de las universidades, pues mientras estás instituciones sigan siendo “juez y parte de las políticas públicas, es muy difícil que el encubrimiento y la corrupción no vayan a ser parte del proceso”. Además, otro punto clave es que se implementen en las mallas curriculares el enfoque de género, la educación sexual y reproductiva, los protocolos de atención en derechos humanos, la prevención y erradicación de la violencia. Esto implica acciones, como exigir que las lecturas obligatorias sean de al menos el 50 % autoras mujeres, contar las ideas de las mujeres que cambiaron la historia, para que, de cierta manera se empiece a ver la presencia de las mujeres no como “invitadas, sino como parte efectiva”.
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Politécnicas disidentes
Paula León es parte de “Politécnicas Disidentes”, una colectiva feminista universitaria que nació el 25 de noviembre de 2021, con alrededor de diez estudiantes mujeres de la Escuela Politécnica Nacional. La colectiva nace frente a la necesidad de “una voz femenina dentro de la institución, donde la mayoría son hombres, donde autoridades y profesores aún encubren acosadores, el machismo está muy normalizado y hay un menosprecio a la capacidad de las mujeres” explica Paula. Por tal motivo decidieron organizarse para hacer visible lo que sucede dentro de la Politécnica y mostrar que hay mujeres que “hacen ciencia y que su voz vale”.
Para Paula es importante visibilizar el trabajo de las mujeres estudiantes dentro de las carreras politécnicas que en la mayoría de los casos “han estado ocupadas por varones”, generar un espacio seguro para las mujeres estudiantes de la Escuela Politécnica Nacional y mostrar las realidades que viven “que no son hechos aislados como muchas veces quieren hacer ver, sino que realmente son hechos generalizados”. Desde la colectiva buscan incentivar a otras jóvenes y niñas para que sepan que son capaces de estudiar carreras relacionadas a la ciencia, la tecnología, las ingenierías y otras. “Buscamos romper con estos estereotipos, super patriarcales, de que las mujeres tenemos ciertas carreras para las que sí somos buenas”.
El trabajo de las Politécnicas Disidentes se centra en realizar campañas por redes sociales y dentro de la institución con mensajes mostrando lo que las estudiantes viven dentro de las aulas. Su trabajo tiene varios objetivos como: crecer como organización no solo dentro de la institución, sino también generando espacios de encuentros, charlas, reflexiones, impulso de reclamos, en articulación con otras mujeres estudiantes de otras universidades.
A raíz de la conformación y organización de la colectiva Politécnicas Disidentes las mujeres estudiantes se sienten acogidas, lograr elevar sus voces sobre cosas que han vivido o experimentado y eso, explica Paula, llama mucho la atención porque todos “estos machitos se chocan con sus mensajes”Además, han obligado a las autoridades de la universidad a tomar acciones en la problemática de la violencia de género, como generar un protocolo de prevención y tratamiento para casos de violencia y la separación de un docente que tenía una denuncia por acoso.
“Nos parece importante que exista un apoyo desde los primeros días de la universidad y luchar contra todos los temas de acoso y encubrimiento que hay hacia profesores que tienen denuncias por acoso y poder respaldar a esas compañeras de manera segura”dice Paula.
*Las opiniones expresadas reflejan los puntos de vista de las personas que han contribuido a este reportaje.
Los educadores estadales piden al gobernador de Apure, Eduardo Piñate, que no migre la nómina de educación al ministerio, porque con la implementación del aumento de marzo y el método Onapre, ya padecen desmejoras en sus primas que la migración, indicaron, acentuaría.
San Fernando. “Por favor gobernador, no nos pase al ministerio porque está afectando a muchísimos docentes”. Esa es la petición de una maestra destacada en la población de El Nula, parroquia San Camilo, municipio Páez del estado Apure.
La educadora, que prefiere no identificarse, cuenta que tiene seis años en espera de su jubilación y aún no ha recibido su resolución por parte de la gobernación, por lo que teme salir perjudicada en sus prestaciones sociales si se materializa el cambio.
“Nosotros tenemos más beneficios por el estado, si me trasladan a la nómina dependiente del Ministerio de Educación, los beneficios serán menores y me perjudica”, expresa la profesora.
El temor no solo de la maestra destacada en El Nula, sino de todos los maestros apureños, es que el gobernador de la entidad, Eduardo Piñate, recientemente dijo a la dirigencia magisterial que, en caso de que ocurriera la migración, “esas organizaciones sindicales de aquí ya no administrarán contrato”.
Los docentes están preocupados porque saben que la medida “está lista para implementar” y ya padecen la suspensión de su contratación colectiva regional, con el aumento salarial de marzo y el instructivo Onapre.
Reducción del sueldo en cada quincena
¿Hasta cuándo nos van a seguir perjudicando? también nos han venido reduciendo las quincenas desde que nos aumentaron el sueldo, en marzo”, dice la maestra de El Nula.
La docente está calificada en el escalafón seis con más de 27 años de servicio en el área rural. A partir del aumento, su quincena se incrementó a 457 bolívares, pero luego, tras progresivas reducciones, actualmente, cobra 374 bolívares.
Yo vivo en la frontera y allá no se maneja el bolívar sino el peso o el dólar y mi quincena es de 165.000 pesos o 46 dólares y eso no me alcanza, no puedo abastecer mis necesidades con eso”, añade.
“¿Cómo es posible que los docentes que estamos siendo tan maltratados, porque cada vez que vamos a cobrar el salario en vez de incrementarlo lo desmejoran, ahora nos vienen con esto?”, cuestiona otra maestra de San Fernando, también con categoría seis y doctorado.
El gobernador Piñate no niega migración al MPPE y arremete contra dirigencia gremial del magisterio por protestar en contra de la medida. Foto cortesía
Para la docente, que imparte clases en la capital apureña, lo ha ocurrido con sus quincenas ya impacta demasiado en su economía como para enfrentar otra desmejora.
Con la prima geográfica de ruralidad, esta maestra cobró, el pasado 15 de marzo, una quincena de 490 bolívares, pero con las reducciones, en la última de agosto sólo recibió 400 bolívares.
Es significativa la desmejora, nos tienen maltratados, vejados y atropellados, nos están matando de hambre, y ahora esto, lo que se nos quite están perjudicando a las familias apureñas”, expone la educadora.
La quincena reducida vale menos en frontera
Un profesor que labora en el casco urbano de la población de Elorza, que identificamos como Pedro por proteger su identidad, sostuvo que de 460 bolívares que cobraba, ahora va por 320 bolívares debido a las reducciones.
Las reducciones progresivas en los pagos quincenales de los maestros no son reflejadas en los recibos de pago donde sólo aparece el monto global sin especificaciones. Foto cortesía
Pedro obtiene por su quincena 120.000 pesos colombianos y su poder adquisitivo cada vez es menor.
Por cada 100 bolívares dan 45.000 pesos, primero eran 75.000 que también era poco, pero ahora es mucho menos. Más de un maestro se emocionó con el incremento de marzo, comencé a jugar susú (ahorro), para comprar un teléfono y quedé con la deuda porque ya no alcanza para seguir ahorrando ni siquiera para un par de zapatos, a eso hemos llegado con la Onapre”, aseguró.
El docente de aula integrada de Elorza afirma que tampoco les han pagado la cláusula de educación especial que les corresponde. Además, la mayoría trabaja campo adentro y eso implica otros gastos que el ejecutivo no asume.
“Yo vivo en el sector Caujarito y mi escuela está en el puente Lauro Carrillo, camino 45 minutos y a otros les queda más lejos y los pocos que tienen moto pagan la gasolina cara, una mitad subsidiada y la otra a precio internacional”, describe.
Pasaje en 80.000 pesos
Los docentes de Puerto Infante, un sector ubicado en las riberas del río Arauca, distante de Elorza, permanecen menos de un año en la escuela porque un pasaje hasta allá cuesta 80.000 pesos (200 bolívares). Por esa misma razón, las escuelas Leche Miel y El Jobal están solas, asegura el profesor.
Con qué dinero un maestro va a pagar 80.000 pesos para ir y, además, tiene que llevar el mercado para quedarse. Los dos maestros que tiene ahorita Puerto Infante están pidiendo que, en su lugar, vayan bachilleres de la comunidad para que le den clases a los niños y no pierdan el año”, reveló.
Pedro cuenta a Crónica.Uno que además de lidiar con las reducciones salariales, los grupos irregulares que operan en la frontera entre Venezuela y Colombia complican las labores de enseñanza.
Yo estaba en la escuela El Jobal y, en 2010, me trasladaron para acá, pedí el traslado porque, esa vez, los grupos irregulares acabaron con la zona, oscurecía y en la mañana todo el mundo amanecía mudándose”, relata el educador.
Luego de este hecho, el maestro comenta que la escuela de El Jobal permaneció dos años sin profesor, por temor a los gruposirregulares.
Fin de 43 años de lucha
El pasado 9 de septiembre, el magisterio apureño publicó un comunicado para refutar descalificaciones en su contra proferidas por el gobernador Eduardo Piñate y fijar su oposición respecto a la posible migración de nómina.
De acuerdo al texto, el cambio “eliminaría, de un solo plumazo, todos y cada uno de los beneficios que hemos conquistado a lo largo de 43 años de lucha y que, usted (gobernador) ahora sabe, que superan abiertamente los beneficios de los docentes nacionales”.
“¡Dígale a los maestros estadales que si usted transfiere las nóminas al MPPE no va a haber variación en su sistema de remuneración, pensiones por incapacidad y sobreviviente y que seguirán cobrando sus primas de especialización, maestría, doctorado, geográfica y bono nocturno con salario integral!”, exhorta el comunicado rubricado con más de 1000 firmas.
Piñate aún no ha notificado a los maestros de la posible transferencia, pero tampoco la ha negado y, en las últimas semanas, ha hablado contra la dirigencia magisterial por protestar y exigir que se detenga su implementación.
“Ya lo tienen listo en Recursos Humanos para implementar, sólo esperan la orden del gobernador”, asegura Martín Paredes, secretario general del Comando Intersindical del Magisterio apureño. Además, Paredes critica que la acción es “inconsulta y bajo absoluto secretismo”.
El secretario general del Comando Intersindical del Magisterio apureño compara cada uno de los beneficios de la novena convención y contratación colectiva de educadores regionales con la convención nacional.
Enumera que la regional reconoce como antigüedad todos los años de servicio para el pago de jubilación. El ministerio sólo hasta seis años luego de los 25 reglamentarios. Lo anterior indica que, si un maestro tiene más de 31 años laborados, no le pagan esa diferencia.
La convención regional paga las primas de jerarquía, especialización, maestría y doctorado con salario integral, mientras que el MPPE lo hace con salario básico.
Por las primas geográficas la gobernación paga 20 % del salario integral y el ministerio 20 %, pero del salario básico. La prima de doble riesgo, que es 5 % del salario integral para los docentes de frontera, en la nómina ministerial no existe.
Todas las manifestaciones de los docentes son rodeadas y fotografiadas por funcionarios policiales. Foto: Cortesía
Aumento sin primas
Antes de estas reducciones los docentes ya experimentaban “retardo exagerado” en la incorporación y pago de beneficios contractuales como la profesionalización y resto de primas, indica Paredes.
Además de la transferencia de nómina, la gobernación apureña planea implementar un nuevo método de pago de prestaciones sociales que es “confiscatorio del patrimonio familiar de los docentes que se van a jubilar”, dice Paredes.
Explica que este nuevo método sólo reconoce, en el pago de prestaciones sociales, hasta 25 años de servicio y, si un docente tiene más tiempo, esos años de diferencia no son reconocidos.
Control político
Educadores apureños sostienen que tras la migración, hay un plan del gobierno iniciado con el aumento salarial de marzo. La rebaja progresiva en los pagos de las quincenas experimentadas desde entonces hacen parte de ese plan y, aseguran, es una estrategia para introducir las modificaciones gradualmente y, así, condicionar la adaptación y mitigar la reacción social.
El cometido final es homologar los salarios de todos los trabajadores del sector público, inhabilitar su lucha reivindicativa y utilizar el salario como un instrumento de control político.
La intimidación y la contraofensiva son los instrumentos para garantizar que se cumpla el plan, indican estos educadores. Uno de ellos pone como ejemplo lo ocurrido, hace un mes atrás, en la Inspectoría del Trabajo de San Fernando, la capital apureña.
“Cuando fuimos a introducir nuestra petición de eliminación del instructivo Onapre nos esperaban dos tanquetas de guerra, curioso ¿verdad?, los maestros que en cualquier parte del mundo somos el símbolo de la paz y la democracia, fuimos recibidos con el símbolo de la guerra”, comentó.
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