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La alucinación deshumanizante del tecnofetichismo

Por: Javier Tolcachier

Ciertamente ha habido invenciones que incidieron radicalmente en la modificación del paisaje social. Creaciones humanas, que inspiradas en un propósito persistente de superación,  consiguieron avances científicos o tecnológicos emancipadores.

La rueda, el papel, la imprenta, la electricidad, las vacunas, la radio, la píldora anticonceptiva, el aeroplano, el motor de vapor o la penicilina, por solo mencionar algunos, contribuyeron sin duda a la ampliación de posibilidades de las personas. Posiblemente la red internet, más allá de su procedencia y sentido inicial ligados a objetivos militares, también pueda encuadrarse en esta categoría.

Bien vistas las cosas, ninguno de esos portentosos descubrimientos pueda ser adjudicado a una única persona. Pese a lo que señala cierta historiografía ingenua, individualizar estos inventos omite el entorno social en el que se producen y la enorme acumulación de intentos y aportes colectivos que las preceden.

Del mismo modo, pretender que estas innovaciones tengan el poder de transformar por sí solas las cosas, es otorgarles cualidades mágicas que oscurecen otros factores en el orden político y espiritual, en el campo de las ideas, la organización económica, la demografía o el desarrollo humano en general. Factores que actúan en estructura con la ciencia y la tecnología y son fundamentales para operar transformaciones sociales.

Atribuir excesiva virtud a tal o cual tecnología, es colocar en los objetos un influjo similar al que hechiceros de otros tiempos otorgaban a ciertos amuletos, confiriéndoles propiedades transmutativas de distinto tipo. Y quizás fuera la fuerte creencia de los pueblos en dichos conjuros, la carga energética de fe que depositaban en ellos movidos por necesidad y justificados por la autoridad que poseían los respectivos taumaturgos, la que efectivamente lograba su cometido.

Algo similar ocurre hoy con las tecnologías digitales, a las que se adjudica, de modo cuasi místico, la prodigiosa capacidad de resolver la acumulación de problemas sociales y la consecuente crisis multidimensional de la actualidad. Una forma moderna de fetichismo, cuya fascinación permea hoy estamentos dirigenciales, pero que también encuentra extendida adhesión en las poblaciones.

No por nada la palabra fetiche significa, a partir de su origen en portugués y su paso por el francés, hechizo o encantamiento.

El tecnofetichismo corporativo

La técnica, hermana menor de la ciencia, no siempre ha sido un vector de evolución humana. Basta destacar el interés de los gobernantes a lo largo de la historia por lograr supremacía tecnológica para dominar a otros.

El desarrollo de la metalurgia en la Mesopotamia antigua permitió a imperios sucesivos un mejor equipamiento armado. De similar importancia fue la experiencia y destreza en la construcción naval, clave en la expansión colonialista posterior. Así, hasta llegar a las maquinarias de destrucción masiva que amputaron millones de vidas, desembocando en el horror del armamentismo nuclear.

La automatización digital, comandada hoy desde los altos mandos corporativos, no distingue sino una única moral, la del rédito a cualquier precio. Por ello, lejos de servir exclusivamente al bienestar público, se enfoca en servicios y aplicaciones en las que prima la extracción y mercantilización de datos, la vigilancia, la manipulación, la desinformación, la explotación y, cómo no podía ser de otro modo, el perfeccionamiento de máquinas de matar.

Sin embargo, la propaganda corporativa – potenciada a su vez por esta misma tecnología –se introduce en nuestra esfera más íntima a través de dispositivos individuales sofisticados, intentando convencernos de que constituye una panacea integral para superar todo problema y conflicto social.

Como un mantra de tipo religioso, la “innovación” tecnológica aparece en cada discurso como única respuesta para paliar la crisis generalizada del sistema. Así, por ejemplo, la degradación ambiental y climática encontraría supuestamente remedio en la venta de refinados sistemas de menor consumo energético, en vez de pensar en proporcionar equitativamente el consumo irracional de las regiones ricas del planeta, para saciar las necesidades de las poblaciones empobrecidas.

Del mismo modo, se precia la capacidad lingüístico-conceptual en las interacciones de algunas aplicaciones de la llamada “inteligencia artificial”, al tiempo que la desinteligencia y magra voluntad política de las cúpulas impiden ejecutar programas de eliminación del hambre y la miseria.

La salud al alcance de todos decae o no existe en muchos lugares, siendo que en otros, la sofisticación tecnológica en el sector sanitario alcanza cotas de asombro. La educación, que debería repensarse como una metodología de elevación humana, amenaza estar recluida cada vez más en las cárceles de pensamiento de los programas de aprendizaje empresariales. Distintos tipos de violencia continúan extendiendo sus tentáculos sin importar que se anuncie un grandioso “metaverso”, una suerte de paraíso digital donde todo es posible.

Y por supuesto que chatear con bots amables de nombre humano no paliará en lo más mínimo la intensa sensación de soledad que sufren cada vez más personas, ante la evaporación creciente de los lazos sociales.

Mientras tanto, esas mismas tecnologías sirven a la precarización laboral, la monopolización comunicacional, la mega especulación financiera, la extensión latifundista, la sobreexplotación de recursos, la continuidad del supremacismo cultural o la expansión delictiva a través de la web.

Es evidente que el discurso de las Big Tech, que publicita su gama de productos como el único futuro posible, facilita solo la expansión de sus negocios y profundiza la dependencia de sus tecnologías, en un círculo vicioso que representa una nueva etapa neocolonial.

¿Puede la Humanidad confiar su destino a las intenciones de los ejecutivos, accionistas y desarrolladores de esas empresas, imbuidos de la misma ideología tecnofetichista e interesados primariamente en su bienestar individual? Sin duda que no.

El tecnofetichismo progresista

Para no “quedar atrás”, y quizás con la mejor de las intenciones, muchos gobiernos, dirigentes y agrupaciones populares, caen también en la trampa tecnoadictiva. Piensan en una lógica de progreso única, lineal e irreversible, que los condena a sucumbir a falsas dádivas (servicios y aplicaciones básicas sin costo) y a seguir los caminos que trazan las grandes corporaciones de negocios, sin percatarse que ello conduce a nuevas encerronas de aun mayor dependencia.

Conminados a dar respuestas cortoplacistas, los (hoy menos) gobernantes intentan reaccionar así al embate del gran capital, cuyo ariete de demolición es ahora la “convergencia” de tecnologías como las redes neuronales, la computación cuántica, la robótica y la digitalización del mundo físico.

Por un lado, las prominencias políticas deben mostrarse “modernizadoras” so pena de no pasar el exigente juicio popular en una próxima escenificación electoral,  pero al mismo tiempo, estos actores siguen atrapados en las lógicas del industrialismo del siglo anterior, solo que con herramientas más livianas, pero igualmente potentes.

Pero incluso algunos círculos intelectuales toman los mismos elementos y en algunos casos, llegan al extremo deshumanizante de dirimir diferencias o elaborar conclusiones en base a las aplicaciones diseñadas por organizaciones que se encuentran en las antípodas de su posicionamiento político. ¿Dónde queda allí el pensamiento crítico, dónde el debate y la deliberación? ¿Dónde queda la capacidad humana de inspirarse y aportar criterios y propuestas nuevas?

¿Acaso los jeques que dominan los circuitos binarios que deciden que habrá de mostrarse y qué no en las llamadas “redes sociales” se mostrarán favorables, en un rapto de compasión y lucidez, al empuje revolucionario de los movimientos sociales?

¿Trasladarán sus algoritmos con fuerza contenidos tendientes al cambio verdadero o dejarán deslizarse, junto a una avalancha de propaganda comercial y material de relleno, apenas tenues motivos que los hagan parecer democráticos y pluralistas?

De lo que no hay duda, es que estos interrogantes deben ser tomados con máxima seriedad por aquellas y aquellos que deseamos un mundo completamente diferente.

La tecnofobia

Los “luditas” fueron un movimiento de protesta en la Inglaterra de principios de siglo XIX que usó, entre otras tácticas, la destrucción de maquinaria para oponerse a la instalación de telares y máquinas de hilar industriales que amenazaban con reemplazar a los artesanos con trabajadores menos cualificados y que cobraban salarios más bajos.

Esa modalidad activista tomó su denominación de Ned Ludd, personaje real o imaginario de un trabajador que habría incendiado o destruido varias máquinas textiles a modo de respuesta a las represiones que el proletariado estaba sufriendo.

Dicho antecedente histórico suele ser esgrimido en la actualidad para equiparar una actitud crítica y consciente sobre ciertos riesgos que presentan los intensos y rápidos cambios técnicos con una enfermiza resistencia al cambio o directamente con posturas tecnofóbicas. Se desalienta así cualquier mirada equilibrada, exenta de fundamentalismos a favor o en contra de determinadas metodologías tecnológicas.

Por supuesto que en este análisis debe ser considerado el efecto de extrañeza que produce hoy la modificación acelerada de herramientas y modalidades, reñidas con usos y costumbres que solo perviven en la memoria de anteriores generaciones. La sospecha de cierta nostalgia y oposición a los nuevos tiempos es sin duda una nube que debe ser despejada con espíritu autocrítico.

Pero esto no contradice en lo más mínimo la necesidad de observar con lente de gran aumento las intenciones – sobre todo aquellas de carácter mercantil o de control – y la arquitectura de diseño lógico que subyacen a los desarrollos tecnológicos que presentan a diario las corporaciones monopólicas.

Tampoco es menor observar las implicancias en la concentración de poder económico y político, concentración que invariablemente atenta contra el ejercicio universal y la ampliación de los derechos humanos. El progreso será de todos y para todos o no será.

El tecnofetichismo alternativo

En paralelo al incremento de la digitalización en los distintos campos, se generó a partir de la década de los 80 un movimiento que no solo formuló críticas a la dirección capitalista y meramente utilitaria de los principales servicios y aplicaciones digitales, sino que desarrolló alternativas de uso eficaces.

Se multiplicaron así progresivamente las “tecnologías libres”, cuyos principios básicos son la libertad de usar, estudiar, distribuir y mejorar los programas informáticos. Tales libertades fomentan la desconcentración del poder, la producción de conocimiento colectivo, la adaptabilidad y facilidad de distribución y, más allá del ámbito estrictamente tecnológico, estimulan la sana costumbre de compartir solidariamente con otros aquello que resulta de utilidad para uno.

Para cada uso habitual existen ya aplicaciones, servicios y plataformas libres, desarrollados y sostenidos por personas, colectivos y hasta estados que han comprendido la importancia de despegarse del yugo comercial corporativo, sin dejar de proporcionar salidas positivas.

Aun así, debe alertarse sobre un posible “tecnofetichismo alternativo”, que pudiera reducir la rebelión contra el sistema capitalista a un simple cambio de hábitos de consumo tecnológico. En términos analógicos, sería como “hacer la revolución por dejar de beber una determinada bebida cola”.

El individualismo que corroe la convivencia humana no habrá de ser superado por el reemplazo de códigos informáticos, sino por actitudes solidarias y acciones en común que atraviesen el muro de egoísmo.

La tecnología es tan solo un frente de lucha para superar el sistema. No debe perderse de vista que la actual preponderancia del negocio digital tenderá a cambiar en cualquier momento por el agotamiento de su rentabilidad frente a otros modelos que los fondos de inversión que administran el capital consideren más lucrativos.

Por otra parte, es preciso evitar como un dañino malware, la tendencia a quedar recluidos en la comodidad del especialismo informático. Por el contrario, compartir el impulso revolucionario con otras luchas sociales y políticas es fundamental. En esa dirección, aportar saberes desde el campo tecnológico es una contribución importante a los cambios por venir.

El sentido de la tecnología o una tecnología con sentido

La tecnología solo tiene sentido si contribuye a superar el dolor y el sufrimiento del conjunto humano. Tales avances no pueden quedar restringidos por clausulas o murallas comerciales, ni tampoco limitado a determinadas regiones geográficas, perpetuando así inequidades.

La idea del “derrame”, que asegura que el desarrollo científico y técnico de algunos lugares se expande luego a otros, es tan solo una fórmula de postergación utilizada por la ideología capitalista para justificar desigualdades.

Humanizar la tecnología puede sonar para algunos a redundancia – ya que toda tecnología es un producto humano – o para otros una proposición contradictoria, si es que se ubica a lo “humano” en una esfera contrapuesta o alejada de la fría mecánica.

Sin embargo, este es exactamente el parámetro a seguir, si es que se pretende construir un mundo social acorde a la dignidad humana. Humanizar la tecnología quiere decir ponderar el beneficio que un sistema aporta en la dimensión no solo práctica o económica, sino también a favor del bienestar psicológico y emocional de las personas.

Ampliar solidariamente la libertad humana en sentido multidimensional es la ética que debería acompañar a toda innovación tecnológica, ya que es justamente la superación de las dificultades y los impedimentos, lo que está en la esencia del avance en el conocimiento.

Finalmente, la comprensión del ser humano como un ser histórico cuyo modo de acción social no solo modifica el paisaje circundante, sino su propia condición, su aparentemente inmutable naturaleza, será la que guiará nuestros pasos valientemente hacia nuevos horizontes.

Pero este nuevo paisaje no se producirá por el simple expediente de cambios tecnológicos externos, sino que requerirá una esencial transformación simultánea en nuestro interior hacia nuevos valores, conductas de relación y objetivos vitales. Humanizar la tecnología, entonces, quedará como una particularidad de la noble misión de Humanizar la Tierra.

Javier Tolcachier es investigador en el Centro Mundial de Estudios Humanistas y columnista y co-editor de agencia internacional de noticias con enfoque de Paz y No Violencia Pressenza   

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Los recortes de Trump en cooperación podrían causar 14 millones de muertes prevenibles en cinco años

Un estudio coordinado por el Instituto de Salud Global de Barcelona y publicado en ‘The Lancet’ pone números al cambio radical que supone el cierre de USAID.

El farmacéutico Joseph Njer Airo, en el Hospital del Subcondado de Migosi en Kisumu (Kenia), con las últimas cajas que le quedan de ayuda de USAID, el 24 de abril de 2025.MICHEL LUNANGA / GETTY IMAGES

Un estudio coordinado por investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) advierte que si continúan los recortes en la financiación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) esto podría provocar más de 14 millones de muertes «prevenibles» hasta 2030.

Este estudio coordinado por ISGlobal, centro de investigación perteneciente a la Fundación «La Caixa», ha sido publicado en la revista The Lancet y lanza una seria advertencia sobre las consecuencias de los recientes recortes en la ayuda exterior de Estados Unidos.

Además de los investigadores del ISGlobal, han participado en el estudio el Instituto de Salud Colectiva de la Universidad Federal de Bahía (ISC-UFBA) -de Brasil-, la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) -de EEUU- y el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) -de Mozambique-, entre otros.

Los autores del estudio aseguran que hasta ahora la financiación con la que contaba la USAID contribuyó a salvar 91 millones de vidas en los últimos 20 años, pero advierten que los recortes anunciados por el presidente de EEUU, Donald Trump, podrían poner en riesgo las ayudas internacionales.

Las vidas salvadas por la USAID durante los últimos 20 años, como la mayor agencia mundial de financiación de ayuda humanitaria y desarrollo, corresponden a «países de ingresos bajos y medios».

Según los autores del estudio, los recortes anunciados en los programas de cooperación internacional podrían revertir las ayudas y provocar «más de 14 millones de muertes adicionales de aquí a 2030, incluyendo más de 4,5 millones de menores de cinco años», lo que equivale a unos 700.000 fallecimientos infantiles adicionales por año.

Davide Rasella, investigador ICREA en ISGlobal y coordinador del estudio, indica que «la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FFD4) que tiene lugar esta semana en Sevilla es una oportunidad para alinear la financiación global con las necesidades reales sobre el terreno».

Es el momento de ampliar, no de recortar

«Si queremos cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), no podemos permitirnos desmantelar mecanismos de financiación como USAID, que han demostrado salvar millones de vidas. Es el momento de ampliar, no de recortar», subraya Rasella.

Los investigadores analizaron datos de 133 países y combinaron dos enfoques: una evaluación retrospectiva del periodo 2001–2021 y modelos de proyección hasta 2030.

Utilizaron modelos estadísticos y de microsimulación que tuvieron en cuenta factores como población, ingresos, educación y sistemas de salud para estimar el impacto de la financiación de USAID en la mortalidad «prevenible», incluyendo diferencias por grupo de edad y causa de muerte.

El estudio concluye que los programas apoyados por USAID se asociaron con una reducción del 15 % en la mortalidad general y una reducción del 32 % en la mortalidad infantil (menores de cinco años).

Se estima que se evitaron más de 91 millones de muertes durante este periodo, de las cuales aproximadamente 30 millones fueron de niños.

En los países que recibieron mayor financiación, el impacto fue más notable en enfermedades prioritarias: la mortalidad por VIH/Sida disminuyó un 74 %, por malaria un 53 % y por enfermedades tropicales desatendidas un 51 %.

También se observaron reducciones significativas en muertes causadas por tuberculosis, desnutrición, enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias, y causas maternas y perinatales.

Millones de vidas están ahora en riesgo

Para estimar las consecuencias futuras de los recortes, los investigadores simularon dos escenarios: mantener los niveles de financiación de 2023 o implementar los recortes drásticos anunciados a principios de 2025, que suponen una reducción del 83 % en los programas de USAID.

Este porcentaje refleja el impacto previsto no solo en salud, sino también en sectores clave como nutrición, educación, agua y saneamiento, y ayuda humanitaria.

Rasella alerta sobre el riesgo de frenar bruscamente, incluso revertir dos décadas de progreso en salud en poblaciones vulnerables, y advierte que el impacto «sería comparable al de una pandemia global o un gran conflicto armado».

Un efecto dominó global

El estudio advierte que el impacto de los recortes podría ir más allá de los propios programas de USAID, porque con EEUU aportando hasta ahora más del 40 % de la financiación humanitaria global otros donantes internacionales podrían verse incentivados a reducir también sus compromisos.

Esto debilitaría aún más la prestación de servicios en países que ya dependen del apoyo externo.

Más allá del apoyo directo a la atención sanitaria, los autores destacan la importancia de los programas financiados por USAID para mejorar la educación, la seguridad alimentaria, el acceso al agua potable y la resiliencia económica, elementos clave que configuran los determinantes sociales de la salud.

https://www.huffingtonpost.es/global/los-recortes-trump-cooperacion-causar-14-millones-muertes-prevenibles-cinconosbr.html

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Acoge Sudáfrica reunión del Grupo de Trabajo de Educación del G20

Prensa Latina
Sudáfrica realiza hoy un seminario sobre el fomento de la educación transformadora de género para todos como paso previo al inicio mañana en el país de la tercera reunión del Grupo de Trabajo de Educación del G20

Según un escueto comunicado ministerial al efecto, el seminario sobre el fomento de la educación transformadora de género para todos se efectúa en el Centro Internacional de Convenciones de Durban, capital de la suroriental provincia sudafricana de KwaZulu-Natal.

Como tal, la tercera reunión del Grupo de Trabajo de Educación del G20 bajo la presidencia pro tempore de ese grupo por Sudáfrica, tendrá lugar los días 2 y 3 de julio venideros.

Los encuentros del Grupo de Trabajo de Educación del G20 se realizan en colaboración con la Iniciativa de las Naciones Unidas para la Educación de las Niñas.

El Grupo de Trabajo de Educación del G20 fue creado en 2018 bajo la presidencia argentina del G20.

Tuvo su origen en la preocupación de los miembros del G20 por el gran contingente de jóvenes en todo el mundo que ni estudian ni trabajan.

La crisis económico-financiera de 2008, el avance en la digitalización de las economías, el desafío de cumplir con las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible Número 4 (Educación de Calidad para Todos) y, más recientemente, la pandemia de Covid-19, aceleraron la necesidad de coordinar esfuerzos y promover ajustes y avances en las políticas educativas a escala global.

Hasta ahora ha producido compendios generales relevantes de buenas prácticas en política educativa mediante cuestionarios enviados a los países y compilados con el apoyo de organismos internacionales.

lam/mv

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Sobre la eliminación de las asignaturas Historia Contemporánea de Venezuela

Por: Julio Mosquera 

Los cambios curriculares de las últimas dos décadas, tanto en el plan de estudio como en los programas de estudio, no han pasado desapercibidos del todo por la sociedad venezolana. Pero la sociedad en general ha sido muy selectiva en esta materia. Por ejemplo, cuando fue publicado el Proyecto Educativo Nacional (PEN), en 1999, amplios sectores de la sociedad se manifestaron en su contra. Luego, en 2005, algunos sectores de la oposición se movilizaron para oponerse a la reforma curricular que proponía la creación del Sistema Educativo Bolivariano. Tal fue la reacción de algunas comunidades educativas que el presidente Chávez destituyó al ministro Adán Chávez, su hermano. Después, en 2011, surgió otro movimiento de oposición a la adopción de los textos escolares de la Colección Bicentenario como textos únicos en Educación Primaria y Media General. Algunos manifestantes incluso llegaron a quemar ejemplares de estos libros en hogueras públicas. En este caso el gobierno optó por implantar el uso de esos textos sólo en las instituciones educativas públicas. Pocos años después, se movilizaron otra vez las comunidades educativas de las instituciones educativas privadas para protestar en contra de la transformación curricular aprobada en 2015, en la cual se eliminaron las asignaturas de Física. Química y Biología de los años tercero, cuarto y quinto de la Educación Media General. Esto motivó la destitución del ministro del momento, Rodulfo Pérez, quien fue sustituido por Elías Jaua para restablecer estas asignaturas en el plan de estudio de la Educación Media General. Sin embargo, hubo cambios en el currículo de este nivel educativo que pasaron totalmente inadvertidos por toda la sociedad. Lo cual no significa que fuera de poca importancia. Tal es el caso de las asignaturas dedicadas exclusivamente a temas de historia y geografía de Venezuela.

Antes de continuar es necesario hacer una breve aclaratoria acerca del concepto de asignatura o materia. La asignatura es la unidad curricular básica organizativa del contenido. En cada asignatura se establece un contenido específico a ser enseñado, por lo general asociado a una disciplina, se especifica por lo general una metodología y formas de evaluar los aprendizajes logrados por las y los alumnos. Por ejemplo, la asignatura Matemática o Matemáticas incluye el conocimiento matemático que la sociedad considera fundamental para un año o grado determinado. La asignatura establece una demarcación entre los contenidos que en ella se incluyen y los que quedan excluidos. Por ejemplo, la asignatura Ciencias de la Naturaleza incluye, por lo general, contenidos de biología, física y química. Esta asignatura es diferente de las asignaturas Física, Química y Biología, las cuales están dedicadas exclusivamente a contenidos de estas ciencias en particular. Por lo tanto, no aparecen en un mismo año las asignaturas de Ciencias de la Naturaleza y Física, por ejemplo. La adopción de la asignatura Ciencias de la Naturaleza significa la supresión de las asignaturas Física, Química y Biología. En tiempos recientes se ha adoptado el término Áreas de Aprendizaje para referirse a las asignaturas. Aunque se argumenta que dichas áreas no son asignaturas, las áreas son unidades delimitadoras de contenidos a ser enseñados en un tiempo y lugar determinado. Cambiar el nombre de un objeto no cambia su naturaleza. Regresamos al tema que nos ocupa.

El plan de estudio 31059 de la Educación Media General, ajustado a la transformación curricular de 2015, introdujo cambios muy importantes en este nivel del Subsistema de Educación Básica. Mencionaré solo dos cambios, uno que considera menor y otro que considera bastante grave. El primero fue la transformación de la asignatura Castellano y Literatura en Castellano, la signatura Educación Física y Deportes en Educación Física, y la asignatura Educación Artística en Arte y Patrimonio. Estos cambios de nombre sugieren en los dos primeros casos, la eliminación de ciertos contenidos del programa de estudio. Por ejemplo, si la asignatura Castellano y Literatura cambió a Castellano, asumimos que el cambio de nombre indica un mayor énfasis en el Castellano y menor énfasis en la Literatura. De lo contrario no se justificaría el cambio de nombre. El segundo, y el cual considero mucho más grave, fue la eliminación de las asignaturas Historia de Venezuela, Historia Contemporánea de Venezuela y Geografía Económica de Venezuela de la Educación Media General.

En el currículo de 2015 fue introducido el Área de Formación, o asignatura, Memoria, Territorio y Ciudadanía. El MPPE (2015) declara que:

«Memoria, territorio y ciudadanía, es un área de formación para comprender e interpretar los procesos de las sociedades humanas en la República Bolivariana de Venezuela y en el mundo. Astronomía, Geología, Matemática, Economía, Sociología, Antropología, entre otras.

El enfoque de Memoria, territorio y ciudadanía es integral y va más allá de materias de las ciencias sociales, (…) Tal como se venía haciendo, con asignaturas parceladas y separadas, por ejemplo en primer año, geografía de Venezuela, Historia de Venezuela, Educación Artística y Formación Familiar y ciudadana, no se puede volver a hacer más . (…).» (énfasis añadido) (págs. 263-264)

De esta manera el MPPE establece con claridad la supresión de las asignaturas Geografía de Venezuela e Historia de Venezuela. Hay que agregar que también fueron eliminadas las asignaturas Historia Contemporánea de Venezuela, Historia Universal y Geografía General. Una de las razones aducidas para tal supresión es que considera contraproducente su enseñanza. Aunque más adelante, el MPPE (2015) alega que:

«(…) el área de formación Memoria, Territorio y Ciudadanía, aborda de manera permanente a través de los cinco años, la enseñanza de la historia, la geografía de Venezuela y los principios del ideario bolivariano. (…).» (pág. 265)

En la reforma curricular de 2017, el cual modificó el plan de estudio de 2015, el MPPE sustituyó el Área de Formación Memoria, Territorio y Ciudadanía por el Área de Formación Geografía, Historia y Ciudadanía, mejor conocida como GHC por profesores y estudiantes. Si uno compara los documentos curriculares de 2015 y 2017 respectivamente, se puede comprobar que se trata de un simple cambio de nombre. Este cambio cosmético intenta resaltar que en esa nueva asignatura están incluidos contenidos de historia y geografía en general. En esta nueva asignatura, además de una selección de contenidos de la historia y la geografía de Venezuela están incluidos contenidos de geografía general y de historia universal.

En conclusión, en el currículo vigente para los cinco años de la Educación Media General fueron eliminadas las asignaturas Historia de Venezuela, Historia Contemporánea de Venezuela, Geografía de Venezuela, Historia Universal y Geografía General. Una selección de contenidos de todas estas asignaturas conforma una nueva asignatura denominada Geografía, Historia y Ciudadanía. Esta asignatura es denominada GHC por estudiantes y profesores perdiendo así toda identidad como cuerpo de conocimientos sobre nuestra historia y nuestra geografía. Y no hay signos de que esta situación será corregida en un futuro próximo. No hay indicios de que el MPPE se esté pensando en restituir la enseñanza de la historia y la geografía como formas particulares de razonar y transformar la realidad.

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Foro Latinoamericano y Caribeño sobre Jubilaciones, pensiones y retiro (2 y 3 de junio, 2025)

OVE /junio 2025

Con el objetivo de construir una visión panorámica de los sistemas de suridad social de los trabajadores de la educación en la región, se estará realizando este importante evento

 

Fecha:                  02 – 03 de Julio de 2025

Horario:               13 horas a 18 horas de Brasil

Ponentes:           Especialistas de Puerto Rico, México, Panamá, República Dominicana, Honduras,

Costa Rica, Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Bolivia, Uruguay, Paraguay,

Argentina, España.

Participación:    A través del canal de YouTube de Otras Voces en educación

Objetivo

General:              Conocer las similitudes y diferencias de los sistemas de pensiones, retiro y jubilación

de los y las trabajadores de la educación en Latinoamérica

Objetivos

Específicos:        1. Precisar las similitudes conceptuales y operativas de los sistemas de retiro,

jubilación y pensión de los trabajadores de la educación en la región

  1. Identificar las diferencias en materia de definición y aplicación de los sistemas de

jubilación, retiro y pensión de los trabajadores de la educación en la región.

  1. Conocer el estado actual de los problemas y limitaciones de estos sistemas

previsionales

  1. Hacer un inventario de las propuestas alternativas en materia previsional

 

Programa del Foro Latinoamericano y Caribeño sobre jubilaciones, pensiones y retiro de los y las trabajadores

Miércoles 2 de julio, 2025

Hora Nombre País Observaciones
1:00 pm – 1:30 pm Jorge Lefevre (Puerto Rico) – Pedro Hernández (CNTE) – Martin Esparza (NCT – SME) Luis Bonilla-Molina (OVE) Puerto Rico – México Venezuela Presentación e instalación
1:30 pm – 2:00 pm Gustavo Leal México Moderadores: Luz Palomino & Jorge Lefevre
2:00 pm – 2:30 pm Jorge Herrera Ireta México Moderadores Luz Palomino & Jorge Lefevre
2:30 pm – 3:00 pm Sigrid Bazán Perú Moderadores Luz Palomino y Jorge Lefevre
3:00 pm – 3:30 pm Javier Córdoba Puerto rico Moderadores Luz Palomino y Jorge Lefevre
3:30 pm – 4:00 pm Ana Patiño Panamá Moderadores Luis Bonilla Molina & Angélica García
4:00 pm – 4:30 pm Olivia Ruiz

 

6 00 PM

Argentina Régimen general

 

Moderadores Luis Bonilla-Molina & Angélica García

4:30 pm – 5:00 pm Claudia Baigorria

5 Y 30

Argentina Régimen educadores

 

Moderadores Luis Bonilla-Molina & Angélica García

5:00 pm – 5:30 pm   Chile Moderadores Luis Bonilla-Molina & Angélica García
5:30 pm – 6:00 pm Henry Izurrieta Ecuador Moderadores Luis Bueno & Andrea Sandino
6:00 pm – 6:30 pm Keta Sthepany Venezuela Moderadores Luis Bueno y Andrea Sandino

 

Hora de referencia Brasil

Jueves 3 de julio 2025

Hora Nombre País Observaciones
1:00 pm – 1:30 pm Luis Bueno (CNSUESIC) –   (CNTE) – José Cambra (Panamá) – Luis Bonilla-Molina (OVE) México – Panamá – Venezuela Apertura del segundo día
1:30 pm – 2:00 pm José Manuel Gayoso STES – Intersindical Moderadores: Estela Gramajo & Andrés Arce
2:00 pm – 2:30 pm Natalie Barbé Uruguay Moderadores: Estela Gramajo & Andrés Arce
2:30 pm – 3:00 pm Rodrigo Arias López Costa Rica Moderadores: Estela Gramajo & Andrés Arce
3:00 pm – 3:30 pm Alexandra Aponte Mojica Colombia Régimen general

 

Moderadores: Estela Gramajo & Andrés Arce

3:30 pm – 4:00 pm Carlos Munevar Colombia Régimen docente

 

Moderadores Raúl Gil &

4:00 pm – 4:30 pm Gustavo Seferian Brasil Moderadores Raul Gil &
4:30 pm – 5:00 pm Blanca Ávalos Paraguay Moderadores Raul Gil &
5:00 pm – 5:30 pm Jeffry Lizardo República Dominicana Moderadores Luis Bonilla Molina & Luis Bueno
5:30 pm – 6:00 pm Ludbin Salazar Bolivia Moderadores Luis Bonilla Molina & Luis Bueno
6:00 pm – 6:30 pm USTEC – Cataluña España Moderadores Luis Bonilla Molina & Luis Bueno

 

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Gobierno de México es llamado a romper relaciones con Israel por violaciones a derechos humanos

Ciudad de México|Desinformémonos. Colectivos exigen al gobierno de México cesar toda relación diplomática, comercial y militar con Israel, y señalan que mantener esos vínculos implica apoyar la militarización y la violación sistemática de derechos humanos del pueblo palestino. Se destaca que no existe impedimento legal para tomar esta medida y que hacerlo sería un acto de justicia y respeto hacia los derechos humanos.

Denunciaron el régimen colonial y de ocupación que Israel ha impuesto sobre el territorio palestino, al cometer actos que constituyen genocidio, racismo y violaciones graves a los derechos fundamentales de la población palestina.

En el comunicado se le exige a la presidenta Claudia Sheinbaum y al gabinete mexicano suspender cualquier vínculo con Israel. Finalmente, la misiva expresa la solidaridad del pueblo mexicano con la lucha del pueblo palestino por su libertad y soberanía, y repudia la militarización y la política de muerte impulsada por Israel, reiterando que apoyar estas políticas va en contra de la historia y los valores de México como nación.

A continuación el comunicado completo:

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

 

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“La escuela no puede servir de hospital para los daños que la sociedad causa en los niños”

La maestra y música Ana Molina Hita (Madrid, 1977) es la editora de Un diamante en la basura (Escritos Contextatarios, 2025), una obra tan conmovedora como singular. La propia Molina explica en la introducción que se trata de un libro colectivo: “Sus autores son –fueron– alumnos del colegio público Pío XII, en el barrio madrileño de la Ventilla, donde fui maestra de 2003 a 2020. A todos ellos les impartí clases de Lengua, Inglés, Plástica y Música”. Y sigue contando: “La Ventilla es un barrio obrero situado en el distrito de Tetuán. Es uno de los barrios más pobres de Madrid –y de España. El alumnado procede en su mayoría de familias de origen inmigrante o gitano, muchas de ellas en situación de vulnerabilidad”.

Un día, como parte de los ejercicios escolares, Molina tuvo la idea de invitar a sus alumnos, de entre 10 y 12 años, “a discurrir situaciones, escenarios, experiencias fuera de su contexto habitual”. Les proporcionó unas libretas, y les pidió que escribieran y dibujaran lo que se les ocurriera. “Para mi sorpresa, muchos de ellos convirtieron estas libretas en una suerte de diario, en el que exponían sus inquietudes existenciales. Los registros que empleaban eran múltiples, e iban desde la gamberrada hasta la confesión más íntima o dolorosa. No tardé en animarlos a contar sus propias experiencias, sus propias vidas. Aquellos cuadernos fueron una herramienta a través de la cual se ordenaban y se narraban. Era importante que lo hicieran de manera voluntaria, sin presiones de ningún tipo. Quienes no quisieron participar no lo hicieron. Los cuadernos pertenecían a los niños y sólo me los enseñaban si ellos querían”.

Con el permiso de los padres de los niños, Molina fotografió y conservó algunas de las obras de sus estudiantes, privilegiando, según explica, “lo que me parecía que tenía un mayor contenido humorístico y social, lo que mejor revelaba la poesía propia de la infancia, llena de drama y humor, de eso tan genuino que la hace a menudo genial”.

El resultado de reunir y ordenar parte de ese ingente material es una obra inmensa cuya lectura no ocupa más de una hora, pero invita a ser releída una y otra vez. En Un diamante en la basura conoceremos la historia del niño cuya madre fue protegida de los tiburones por tres delfines que empujaron su patera hasta Algeciras, a la pequeña que cuenta resignada que pidió un iPhone 5 y le regalaron un Wiko y a la adolescente que está harta de un compañero al que tilda de “racista de chicas”.

Charlamos con Molina acerca del proceso de creación del libro, y sobre su trabajo como maestra en un barrio deprimido, entre otras cuestiones.

Un diamante en la basura no es un libro para niños, sino un libro para adultos escrito por niños. Me divirtió mucho eso, es una rareza. Los adultos solemos considerar absurda la idea de poder aprender algo de un niño.

Si su manera de ver el mundo es apreciada, los niños se animarán a seguir cultivando su propia visión

Que se trate de un libro para adultos escrito por niños no implica que sea un libro escrito por niños para los adultos. Los textos reunidos en el libro cumplían en su origen una función expresiva, eran ejercicios de autoexpresión, tutelados por mí, sin mayores pretensiones. En una columna sobre el libro, Nacho Vigalondo decía que aceptamos que los niños puedan ser intérpretes, pero no autores, por eso reservamos el término “literatura infantil” a un género practicado por adultos. Y que si nos asombra lo que leemos en Un diamante en la basura es porque reconocemos el misterio de algo desaprendido e inalcanzable para nosotros. Creo que el circuito mental que hace que un niño produzca algo que para nosotros es inalcanzable –del tipo: “La semana que viene te querré para siempre”– debería ser valorado como un instrumento legítimo en el aula. Sin embargo, suele ser tachado de “disparate”: “Estos niños qué cosas tienen…”. Para mí es un fin en sí mismo, un ejercicio de libertad, y debería estar presente en todas las asignaturas. Porque si su manera de ver el mundo es apreciada, los niños se animarán a seguir cultivando su propia visión, y a compartirla, no como un chiste, sino como algo natural y a tener en cuenta. En uno de los blurbs del libro, Natalia Carrero habla de “la necesidad imperiosa de aprender de la infancia”, y creo que es posible y necesario hacerlo.

Hablemos entonces de los libros escritos por adultos para un público infantil. Toda una industria editorial, por cierto. ¿Qué piensa, como maestra, de los géneros “infantiles”? ¿Debemos pensar que hay una forma particular de interpelar a la infancia, de dirigirse a los niños?

No he visto nada que funcione mejor en Primaria que Gianni Rodari

No soy ninguna experta en la materia, que conste. Cuando me asomo, muy ocasionalmente, a lo que se entiende por literatura infantil, me da la impresión de que se toma demasiado en serio lo que piensan los adultos sobre cómo educar a los niños. Pienso, por ejemplo, en la tendencia a presentar a los personajes de los cuentos como seres moralmente ambiguos, que son buenos pero también malos, dando a entender que todos tenemos dos caras. Me parece un error, porque el niño no entiende de matices morales. Pero, bueno, esto es sólo un ejemplo, estoy segura de que se escribe buena literatura infantil, pero yo ando muy desfasada. Me quedé en Gianni Rodari, que introdujo nuevas formas de narrar cuentos, y nunca he visto nada que funcione mejor en Primaria, porque no sólo introdujo personajes originales y libres, sino una visión crítica del mundo. O Roald Dahl que, usando un humor absurdo y divertidísimo, supo reflejar un mundo donde el adulto autoritario es un fantoche injusto al que hay que abatir. Otro ejemplo de alguien que supo interpelar a la infancia de manera ejemplar es Gabriela Mistral. Recomiendo toda su obra para niños y la defensa que hace de la poesía popular, de la importancia de incorporar elementos del folklore en la educación literaria infantil.

El libro se presenta envuelto en una despampanante batería de blurbs que se refieren a él como “poemario intercostal” (Rubén Lardín), “bellísima antología de poesía silvestre” (Bárbara Mingo), “pequeño libro sagrado” (Miguel Noguera). ¿En qué género encuadraría los textos que contiene? ¿Se trata para usted de poesía?

George Sand decía que los niños “piensan sin entender”

Creo que como adultos nos cuesta encuadrar este tipo de textos porque nos quedan muy lejos. Muchos de los pensamientos que tienen los niños no pueden ser expresados porque todavía no tienen la manera de hacerlo, y, en esa búsqueda, en ese intento de encontrar la manera de comunicarlos, descubren formas e imágenes sorprendentes que no tenemos más remedio que llamar poesía ¿Pero lo es? No lo sé. George Sand decía que los niños “piensan sin entender”, y ahí podría residir parte del misterio del que surgen las perlas que llevan dentro.

Nacho Vigalondo, a quien citaba antes, se lamenta de que hayamos perdido el camino de regreso a la forma de pensar y de expresarse de los niños. Su lectura, en este sentido, es melancólica. A partir de su experiencia, y de su relación presente con algunos de los autores de los textos cosechados en el libro, ¿piensa que el “milagro” de estos textos no puede repetirse o prolongarse a partir de cierta edad?

No sé bien qué responder. Parece evidente que sólo en la infancia se pueden escribir algunas de las cosas que se dicen en el libro. Pero recuerdo esa frase tan citada de Baudelaire, “el genio no es más que la infancia recobrada a voluntad”. A lo mejor es posible conectar con la infancia. Hay personas que poseen ese don, aun sin tratarse, como pretende Baudelaire, de “genios”. A mí me gusta pensar, como decía Canetti, que “la infancia se transmite”. Y que después de leer Un diamante en la basura haya alguien que se conecte con su propia infancia, y que saque algún provecho de ello.

El colegio público Pío XII está considerado como “centro de difícil desempeño”, tal como se explica en la presentación del libro. Pero creo que mucha gente no sabe exactamente qué es esto.  

Lo adecuado hubiera sido, en lugar de señalar las dificultades de esos centros, dotarlos de recursos y equipamientos

La etiqueta “centro de difícil desempeño” surge en la España de los noventa con el fin de reconocer oficialmente la dificultad de trabajar en determinados colegios. Hay que admitir que la etiqueta no fue muy afortunada, dado que enseguida connotó negativamente esos centros, a los que ningún padre en condiciones de elegir querría llevar a sus hijos. Esta connotación negativa redunda en beneficio de la escuela concertada –que en muchos casos lleva a cabo políticas discriminatorias. Lo adecuado hubiera sido, en lugar de señalar las dificultades de esos centros, dotarlos de recursos y equipamientos para que dejaran de tenerlas; prescindir de etiquetas discriminatorias, dando por descontado que la enseñanza pública es capaz de brindar los instrumentos para resolver los problemas a que cada centro se enfrenta.

¿Qué supuso para usted trabajar ahí, qué tipo de dificultades afrontó? ¿Echó en falta medios o mayor implicación institucional?  

Trabajé en la privada “progre” y me horrorizó el elitismo de esos guetos de pijos, que consideré de muy difícil desempeño

Yo venía de trabajar durante dos años en la privada “progre” –en uno de esos centros que dicen inspirarse en la Institución Libre de Enseñanza y se encuentran en el opuesto diametral de ésta–, y estaba horrorizada por el elitismo de esos guetos de pijos, que yo consideraba de muy difícil desempeño. Así que no tardé en opositar para poder largarme de allí, con la suerte de ir a caer en el Pío XII, donde me encontré con un equipo directivo receptivo y comprometido. Su trabajo era admirable, pero, tras muchísimos años de desgaste, el equipo se disgregó, y el proyecto cambió. A muchos centros de este tipo –el mío, sin ir más lejos– no se les proporcionan los medios necesarios para atender a su alumnado. En muchos momentos yo he sido consciente, muy a mi pesar, de no estar atendiendo correctamente a alumnos recién llegados, sin apenas rudimentos del castellano, por ejemplo, o con necesidades educativas especiales. Me he visto sobrepasada y estoy segura de que, de la misma manera que algunos alumnos guardan un buen recuerdo de mí, también los habrá que recuerden mi desatención y mi apatía.

El libro está lleno de historietas divertidas, pero algunas me rompieron el corazón. Pienso en la alumna o alumno que dibujó un ordenador y lo tituló “2005, cuando empecé a hablar con mi madre”. Hablamos y sabemos muy poco del dolor con el que conviven los migrantes forzados a separarse de sus familias para poder darles un futuro a sus hijos o a sus padres. 

Un caso muy común es el del niño que se cría en su país de origen con sus abuelos o tíos hasta que sus padres, en España, consiguen reunir las condiciones necesarias para poder traerlo. Esto puede ser un proceso difícil, no sólo porque el niño se enfrenta a un país nuevo, a personas –sus propios padres– a las que apenas ha visto, sino porque echa de menos a sus abuelos o tíos, a los que considera su única familia. Recuerdo estar hablando sobre el racismo en una clase y que un niño comentara que había políticos que querían que los inmigrantes se fueran de España, a lo que uno de sus compañeros, sin ninguna ironía, replicó: “Pues ojalá ganen, porque así vería a mis abuelos de nuevo, y a mi toro Ferdinando”.

Existe una creencia, ingenua a mi parecer, de que la escuela pública es un elemento suficiente para salvar, si se me permite esa expresión, a los críos provenientes de entornos vulnerables. Pero a menudo pienso en la montaña de dificultades cotidianas, a veces invisibles, que tienen que sortear esos niños, y en cómo los culpamos cuando no son capaces de sobreponerse a ellas. Como si por mandarlos a la escuela ya hubiéramos hecho todo nuestro trabajo. 

No creo que la escuela y sus maestras cambien la vida de ningún niño, con ejercer su profesión dignamente ya estaría bien

La escuela puede convertirse en un refugio para según qué alumnos en situaciones complicadas, y eso es algo valioso; pero no creo que la escuela y sus maestras cambien la vida de ningún niño, con ejercer su profesión dignamente ya estaría bien. Te cambia la vida una beca que te permita pagar los precios abusivos de los posgrados universitarios, por ejemplo. O el bachillerato nocturno. Te cambia la vida contar con los medios necesarios para poder elegir.

Mientras los niños de clases más privilegiadas salen los fines de semana de excursión, acuden a conciertos y a playas, pasean por el campo, practican deportes, visitan exposiciones y reciben la ayuda de profesores particulares, tenemos a muchos otros críos enfrentándose solos a los deberes, o pasando la tarde con la triste compañía de una pantalla. Inevitablemente, estas circunstancias van a afectar a su desarrollo. ¿Puede la escuela revertir ese daño? 

Que haya niños que se tiren las tardes enteras frente a un televisor o un ordenador es un fracaso de la sociedad entera

Que haya niños que se tiren las tardes enteras frente a un televisor o un ordenador es un fracaso de la sociedad entera, como lo es también la disparidad de oportunidades. La escuela por sí sola no puede revertir algo así. Como no puede revertir tampoco la falta de atención o de tiempo de los padres, ya se trate de familias ricas o pobres. Entre las clases más privilegiadas, todas esas actividades que enumeras no dejan de ser una manera de quitarse a los niños de encima, y en algunos casos abocan a la hiperactividad. Por otro lado, la escuela tampoco puede revertir la tendencia cada vez más acusada a la sobreprotección. Ante cualquier problema social y político, la consigna siempre es que la sociedad necesita más educación. Da igual si se trata de un hombre asesinando a una mujer o de la emergencia climática: se apunta hacia la escuela. Pero es importante pensar que la escuela es sólo una herramienta más de las que dispone la sociedad para formar ciudadanos: si la familia, si los medios de comunicación, si la cultura entera que rodea al niño no va en la misma dirección, la escuela no puede servir de hospital para los daños que la sociedad causa en los niños, de la alienación a que conduce la sociedad entera. Además, es importante pensar que las escuelas no siempre cumplen con la función social más deseable. Muchas, de hecho, aplican políticas de segregación propias de la escuela concertada. Por un lado, hay menos control del que pensamos; nadie evalúa a los docentes, nadie supervisa lo que hacemos, lo que enseñamos, cómo enseñamos. Por el otro, tenemos planes educativos centrados en capacitar, pero no en educar. Y es importante preguntarse para qué sirven estos planes educativos. Porque si lo que pretenden es que las personas se identifiquen con el sistema, nos conducirán, inevitablemente, al adoctrinamiento, que es, en parte, lo que hacemos: inculcar sistemas de intereses. Con esta perspectiva, la escuela no sólo no revertería la situación de la que hablas, sino que formaría parte del problema. Pero no me gusta ponerme ceniza. Hay proyectos educativos muy apreciables, y escuelas públicas que cumplen satisfactoriamente con su función.

Me dan pavor esos discursos que hablan de la necesidad de acoger o al menos tolerar a la población migrante porque poseen talento, fuerza de trabajo o algún potencial que nos va a ser útil en el futuro. No deja de ser una forma de decir que las personas deben ganarse su derecho a existir sirviéndonos, dejándonos explotar sus habilidades en nuestro beneficio. 

Todo es un enorme malentendido. No podemos reconocer a las personas migrantes sólo cuando realizan actos excepcionales, como intentar salvar la vida a un chico que está siendo apaleado. No se las puede evaluar en función de su moralidad, o de determinados actos heroicos, sino en función de su pleno derecho de ciudadanía.

En los textos, muchos de ellos de carácter autobiográfico, se aprecian algunas notas recurrentes, que remiten a circunstancias que comparten buena parte de los niños con los que trabajó y que suelen ser objeto de discriminación. Yo destacaría tres, a menudo entrelazadas: inmigración, pobreza y racialidad. Me interesa saber cuál de estas tres es, conforme a su experiencia, la que genera mayores problemas de integración a los niños.

Los modelos de racialidad en la música y el cine nunca van asociados a condiciones de clase humilde, y eso genera mucha confusión

No estoy segura, pero diría que la pobreza. Cuando da comienzo la búsqueda de la propia identidad, durante la adolescencia, una busca modelos representativos de lo que piensa que es y aspira a ser. Suele encontrarlos en las estrellas de la escena musical o televisiva o la cinematográfica o deportiva, entre el “famoseo”. Pero ninguna le sirve para asumir su propia clase. Pues los modelos de racialidad en el mundo de la música, o del cine, nunca van asociados a condiciones de clase humilde, y creo que eso genera mucha confusión. Como mucho, aparecen asociados a modelos de clase aspiracional: “Yo era pobre y ahora soy Hollywood”. Beyoncé, por poner un ejemplo, tiene tendencia a compartir mensajes motivadores pidiéndole a las niñas que sueñen a lo grande, diciéndoles que los sueños se cumplen a fuerza de trabajo y fe. Pero los sueños no suelen cumplirse, y lo mejor de todo es que no pasa absolutamente nada por que no se cumplan según qué tipo de sueños. La vida te puede ir muy bien, aunque no consigas ser futbolista o ganar un Grammy. Mis alumnas tienen mucho más en común con un chico de su barrio que con Beyoncé, a cuyos conciertos, por cierto, no pueden permitirse asistir. Los luminosos con la palabra Feminism de sus conciertos los ven desde su casa en pijama, porque los directos de Beyoncé, como tantas otras cosas, están reservados para los que pueden pagar. ¿Te representa una artista a la que no puedes ver en directo? No lo sé, pero hay algo que chirría. Afortunadamente hay otros modelos, pero la tendencia por parte de los medios es la de revestirlos de algo, como comentábamos antes, asociado siempre a lo extraordinario o heroico. De la artista Kelela Mizanekristos, hija de inmigrantes etíopes, siempre se dice que trabajaba en un call center, algo a lo que ella no parece darle la mayor importancia, simplemente parece una tía centrada en lo que hace, que es hacer música.

Podríamos considerar Un diamante en la basura como resultado de un trabajo de laboratorio en el que experimentó con las capacidades expresivas de sus alumnos. No sé si paralela o consecutivamente realizó otra experiencia también con alumnas suyas, en este caso por medio de la música. En 2012 nació Milagros, un coro de niñas que grabó tres discos y nada menos que una canción con Rosalía, con la que también llegó a cantar en uno de sus conciertos en Madrid. Me gustaría que trazara algún paralelismo entre esta experiencia y la que dio lugar a Un diamante en la basura.  

Ambos proyectos se dieron de forma paralela, y obedecen a un momento de creatividad colectiva muy potente, no sé si repetible. No sé cómo pudieron producirse tantas cosas a la vez. Creo que ambas experiencias tuvieron que ver con dar la oportunidad de expresarse a un colectivo –los niños– que no tiene tantas oportunidades de hacerlo, y con que se dieran las circunstancias propicias para hacerlo. También tienen que ver con el valor de lo inesperado. Porque yo nunca esperé que fueran a producir tanto material, o que las niñas de Milagros se involucraran tanto en el grupo, hasta el punto de acabar dando conciertos y grabando discos. Ambas experiencias me proporcionaron mucha felicidad. Por un lado, en clase, leíamos los textos que traían de casa, nos divertíamos dibujando y escribiendo, fue una suerte poder trabajar con esos niños; y por el otro, después de las clases, quedábamos para cantar y hacíamos música. Fue increíble, una experiencia total que duró muchos años. Con el paso del tiempo me cuesta creer que todo aquello sucediera.

El tipo de experiencia de la que surge Un diamante en la basura, ¿podría intentarse fuera del ámbito de la infancia y la escolaridad?

Me gustaría ensayar una experiencia parecida en residencias con ancianos

Los niños cuentan con una inocencia, una ingenuidad y una autenticidad que es el mejor caldo de cultivo para este tipo de cosas y que es muy difícil de encontrar más allá de la infancia, pero llevo tiempo pensando que me gustaría ensayar una experiencia parecida en residencias con ancianos, que es un grupo social del que, como la infancia, no se espera que diga nada. Sospecho que en el otro extremo de la vida podría surgir algo parecido, algo relacionado con lo inesperado y con la oportunidad para expresarse de la que, lamentablemente, muchos carecen.

Las personas procedentes de los ambientes más privilegiados terminan imponiendo su visión a través de los productos culturales o de entretenimiento. ¿Se puede romper ese círculo vicioso de reproducción de la desigualdad?

El mundo de la cultura es elitista y, además, cuenta con toda una legión de trabajadores precarios que, si no tuvieran un colchón familiar, difícilmente iban a poder pagar el alquiler. Según las estadísticas, las perspectivas de trabajar en el sector cultural para un joven procedente de la clase trabajadora son cuatro veces más reducidas que para un joven perteneciente a un entorno acomodado, un dato que evidencia que la meritocracia es un mito, no existe, son los padres. Cuanto mayor sea la inseguridad laboral y peores los salarios, menor diversidad habrá, ya que sólo un joven cuya familia le ayude económicamente podrá dedicarse a este tipo de trabajos creativos. Y sí, una de las razones que me animaron a armar el libro fue que quería que el punto de vista de estos niños constara en algún lugar, pero lo interesante de la experiencia es que queda completamente fuera de la institución de la cultura y el arte. Creo que estaríamos más cerca de lo que sería la cultura popular, que se abre paso de un modo espontáneo e irresistible; sin objetivos de antemano, ni subvenciones ni profesionalización. Para mí lo importante no es que los niños se conviertan en poetas o en artistas, sino que tengan la oportunidad de sacar lo que llevan dentro y que sepan que la herramienta que les permite hacerlo les servirá para toda la vida. Se trata más de encontrar, de recolectar, y de transmitir que hay canales para disfrutar de la vida y del arte sin el mercado de por medio.

Fuente de la información:  https://ctxt.es/es

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