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Entrevista a Yayo Herrero “El gran reto es generar diferentes formas comunitarias en unas culturas absolutamente individuales”

Por: Sarah Babiker 
Fuentes: El Salto [Foto: La activista y pensadora ecofeminista Yayo Herrero (Álvaro Minguito)]

La pensadora Yayo Herrero reivindica la “justicia materna” del compartir lo que hay, frente a un sistema que premia a quienes compiten por la satisfacción de sus deseos sin asumir ningún límite.

Antropóloga, educadora, ingeniera agrícola, escritora, activista ecofeminista, desde las múltiples perspectivas desde las que mira el mundo, Yayo Herrero siempre tiene algo que decir: algo que te interpela, que no habías pensado, o que habías quizás intuido sin acertar a darle forma. Sin aspavientos intelectuales, ni cierres dogmáticos, Herrero mapea sin esfuerzo las urgencias y desafíos que se nos vienen encima como especie interdependiente y ecodependiente.

Sin embargo, a través de sus palabras, el futuro no se ve como un abismo de violencia y extinción ineludibles, un apocalipsis paralizante, si no que al tiempo que bosqueja de manera realista las amenazas, plantea la existencia de caminos, miradas y prácticas para evitar ese destino que se nos presenta como inexorable para la mayoría, del que solo podrán escapar unos pocos privilegiados si se sigue la errática hoja de ruta del capitalismo depredador.

En Los Cinco Elementos (Arcadia, 2021), Herrero propone un viaje por lo que nos integra y lo que nos rodea, agua, tierra, aire, fuego y vida, para mirar bien de cerca el planeta que habitamos y distanciarnos al mismo tiempo de una cultura desvinculada de lo esencial para la existencia.

Defines tu libro como una cartilla de alfabetización ecológica. ¿Padecemos de analfabetismo en este ámbito?

Sí, creo que tenemos un problema claro de analfabetismo ecológico. Además, curiosamente, a veces, cuanto más especializada está la persona, cuanto más profunda es la formación, más profundo es también ese analfabetismo. Se trata de un analfabetismo que, fundamentalmente, nos hace incapaces de comprender sobre qué pilares descansa la vida: la de los seres humanos y la vida en general. Así, nos convierte en personas absolutamente ciegas a la hora de percibir los cambios y los deterioros que se producen y que nos ponen en riesgo.

¿De dónde sale este analfabetismo? ¿A qué intereses responde?

Creo que hay una parte que no responde tanto a intereses, sino que es el fruto de una determinada cultura, como es la cultura occidental, que se divorció de la tierra y de los cuerpos hace mucho tiempo. Una cultura que es patriarcal, entendiendo el patriarcado no tanto como un sistema en donde los hombres tienen más, o tienen poder sobre las mujeres, sino como una cultura en la que hay algunos seres privilegiados, que se conciben a sí mismos como seres absolutamente independientes de la tierra y de su propio cuerpo, y que no se responsabilizan de los cuerpos de otras personas.

Es ese no sentirnos parte de esa trama de la vida que integran plantas, animales, el aire, el agua, la tierra y, por otro lado, sentirnos desvinculados o independientes del resto de las personas, lo que conforma una cultura en donde ha podido nacer un sistema económico como es el capitalista, que es un sistema absolutamente destructivo, una cultura que desprecia la tierra, que se siente por encima de ella y  por tanto la destruye sin ningún tipo de problema. Y no es ni siquiera capaz de darse cuenta de a dónde nos lleva esta destrucción y de cuáles son los síntomas que la evidencian.

¿Cómo se podría revertir esta mirada desde el afuera, en este contexto de urgencia y de ruido? 

Desde mi punto de vista, las miradas ecofeministas, las miradas de lo que hemos llamado los enfoques de la sostenibilidad de la vida, pueden aportar bastante. Por una parte: el auto percibirnos como seres absolutamente necesitados, los seres humanos somos seres necesitados desde que nacemos hasta que morimos. Necesitados significa que constantemente, cotidianamente, necesitamos alimento, agua, refugio, relaciones, energía, y todo esto que necesitamos procede de relaciones humanas que lo proporcionan, es decir, relaciones de cuidado y atención. Pero, por otro lado, todo esto que necesitamos depende en primera instancia de los bienes fondo de la naturaleza. No hay economía posible sin naturaleza, no hay tecnología posible sin naturaleza, no hay nada si no hay una naturaleza en la que se sustente.

Precisamente en este contexto de urgencia es muy importante levantar un poquito la mirada de esa cultura dominante para darnos cuenta de que lo que está detrás de la quiebra, del cierre o de la ralentización de una buena parte de la economía industrial ahora mismo, no es más que la dificultad de acceder a las materias primas, de acceder a productos a los que no estamos accediendo, en parte por problemas del propio sistema, cuellos de botella y demás, pero en parte, también, porque empieza a ser evidente la translimitación, es decir, la superación de los límites físicos del planeta.

Es decir, lo que hace que muchas personas se vean ahora mismo en procesos de cierre de sus empresas o en riesgo de que cierren, no es precisamente la aplicación de políticas ecologistas, sino más bien la propia bulimia del sistema que peta de su propio éxito, que ha sobrepasado los límites a tal velocidad que directamente se hace imposible su mantenimiento. En un contexto de urgencia y en un contexto de translimitación, la posibilidad de que las personas, todas las personas, tengan cubiertos sus derechos y aquello que es necesario para que se sostenga la vida, depende básicamente de que seamos capaces de volver esa mirada a la tierra y a aquello de lo que dependemos.

Hablar de los cinco elementos, ¿es una forma de combatir esa ficción de distancia?, ¿por qué elegiste esta estructura para el libro?

La estructura fue casi una casualidad. Lo que he escrito los últimos años ha sido básicamente ensayo. Intentaba explicar las cosas que veía de una forma lo más clara posible. Pero es verdad que siempre me ha encantado escribir y tenía muchas ganas de hacerlo con un tono distinto. En los últimos años he tenido la posibilidad de trabajar con gente del mundo de la cultura y me daba cuenta de que el lenguaje de la racionalidad no es un lenguaje que baste para mover emociones, para mover sensaciones, para despertar ese amor por la vida y por la tierra que yo creo que hace falta para revertir la crisis civilizatoria en la que la que estamos, para afrontarla con dignidad y con justicia.

Entonces en Ctxt me propusieron hacer una serie de cinco artículos para el verano. Hablando con [el director] Miguel Mora le decía, casi pensando en voz alta, tengo que ver cómo abordar el tema. Y él dijo: los cinco elementos, así como de coña. Pues yo lo vi inmediatamente. Es una forma de ir entrando por cada uno de esos cinco elementos. El agua, el aire, la tierra o el fuego en nuestra cultura, en la mitología, en la ciencia, en la vida cotidiana, tienen unas conexiones absolutamente claras y son elementos que están en riesgo. Y el último elemento que siempre está en discordia, ¿cuál es? La vida. A mí me parece que es una cosa tan flipante que un cúmulo de casualidades, de reacciones químicas, hace 5000 millones de años se hayan podido convertir en una cosa tan absolutamente diversa, resiliente, variada. Me parecía que merecía la pena explorar eso. Me lo he pasado fenomenal escribiéndolo, aunque es verdad que me daba cierto pudor hacerlo. Cuando la gente de Arcadia me propuso publicarlo, me dijo que por qué no lo alargaba introduciendo algunas historias de vida más propias. Seguí disfrutando un montón, pero tengo que reconocer que era una cosa tan distinta. Me daba cierto pudor. Te expones más.

Luego, este año, volví a plantearme hacer otra serie que ha dado lugar a otro librito que ha salido ahora, que se llama Ausencias y extravíos (Ed. Revista Contexto, 2021). Sigue un poco la misma estela, pero en este ya hemos intentado profundizar un poco más en las miradas antropológicas que generan el que no miremos, que rechacemos el miedo y así también rechacemos el anclaje a la tierra.

Has hablado de la mirada en la distancia, desde afuera de la tierra, como algo que nos aleja de comprender lo que está pasando, y de la mirada extrañada, poder mirar la propia cultura para percibir sus contradicciones y derivas. Me interesa esta dicotomía: ¿la aceleración y la inercia nos impide ejercer esta mirada extrañada?

Prácticamente, cualquier cultura pierde un poco la capacidad de mirarse a sí misma, como desde fuera, es normal. Cualquier cultura tiene más facilidad para mirar con ojos extrañados otras diferentes, lo que considera que está un poco fuera de ella, que lo propio. Sin embargo, en este momento es muy necesario, creo yo, el mirarnos con ojos extrañados, porque efectivamente hay una distancia que por otro lado es una distancia absolutamente ficticia. Nadie puede vivir fuera de su cuerpo. Nadie puede vivir fuera de la tierra o desconectada de ella. Pero hay un sistema de poder, de dominio, de privilegios, que hace que una parte de la humanidad pueda, digamos, experimentar, esa distancia. Es una parte privilegiada, pues son los sujetos patriarcales quienes pueden vivir sin ocuparse de nadie, como si no tuvieran que ocuparse de nadie, ni siquiera de su propio cuerpo. Son los sujetos colonizadores que pueden vivir distanciados de la tierra y de los límites, digamos, porque depredan básicamente los bienes y los recursos que vienen de otros territorios. Esas distancias que se han establecido resultan invisibles en nuestra cultura. Son normales porque no nos percibimos ni ecodependientes ni interdependientes. Por tanto, esa mirada extrañada es precisa.

En algunos momentos tenemos esos destellos de extrañamiento. Por ejemplo, cuando erupciona el volcán de la Palma y en ese momento vivimos de forma sorprendida el “¿pero no se puede hacer nada?” Esa pregunta, en una cultura en donde la tecnología o la economía nos ha prometido resolver absolutamente todos los problemas, incluso los que ella misma ha creado, implica momentos de extrañamiento que te hacen sentirte parte de algo que es mucho más grande, de lo que eres una pequeña porción. La pandemia creo que fue en sus primeros momentos un tremendo momento de extrañamiento, de mirarnos desde fuera, de ver cómo la economía se desvanece y se cae como un castillo de naipes en apenas quince días y de forma globalizada. O como cuando hay que declarar cuáles son los trabajos esenciales, y ves, con la mirada extrañada, que resulta que muchos de los trabajos peor pagados, menos valorados y más despreciados del mercado laboral son los que no pueden dejar de hacerse. Mientras que otros muchos, muy bien pagados y muy bien considerados, pueden ser perfectamente prescindibles.

Tenemos esos pequeños momentos de extrañamiento que yo creo que son muy importantes y que te ayudan un poco a reconectarte. Ahí también mirar otras culturas nos puede ayudar un montón. Los pueblos originarios, por ejemplo, que nunca se han desvinculado de la tierra, o mirar también lo que nos enseña el pueblo gitano. Los vínculos comunitarios, el apoyo mutuo, evidencian cómo una cultura perseguida, estigmatizada, ha seguido, sin embargo, manteniendo una fuerza, un orgullo de pertenencia tremendo, precisamente porque tiene unos vínculos comunitarios y unas convicciones, digamos, que permiten luchar o resistir contra toda esta droga dura que supone el capitalismo como sistema generador de deseos y sistema generador de subjetividades.

Esta mirada extrañada te permite esbozar una descripción muy interesante de cuestiones como la de Elon Musk intentando llegar a Marte, algo que parece implicar una cierta cultura de niño privilegiado que puede jugar con todo.

Creo que nuestra cultura antropocéntrica, desvinculada de la tierra, una cultura además absolutamente tecnólatra, capitalista y muy patriarcal, es una cultura que premia precisamente los rasgos del niño más caprichoso. Mientras nos criamos en una familia como me crié yo, con cuatro hermanos y hermanas, desde pequeñita estas escuchando constantemente el “tienes que compartir con tus hermanos”, “no te pases, que esto no lo hay para todos, repártelo”, este tipo de cosas, tienes esa especie de justicia materna que hemos aprendido en las casas. Sin embargo, desde que empiezas a socializarte y empiezas a educarte dentro del mundo, el premio es justamente a la actitud contraria, al “compite, persigue todo lo que deseas, no te plantees ningún límite, no renuncies absolutamente a nada”. Y terminan siendo premiadas aquellas personas, por supuesto, que están en una situación de clase que se lo permite: Aquellas personas que no se plantean ningún tipo de límites y asumen como filosofía de vida el “todo aquello que quieras, todo aquello que desees, tienes derecho a perseguirlo y tienes derecho a tenerlo”.

Además, no existe ningún tipo de límite que te impida el conseguir todo aquello que quieres. Eso hace que incluso las propias personas subordinadas, explotadas, sometidas, miren con admiración al que ha conseguido todo eso, que alberguen además el sueño de que van a poder conseguirlo. Y esto en los discursos de Elon Musk adquiere una dimensión absolutamente obscena. Es decir, el tipo te puede decir que no hay futuro posible en la tierra, que solamente el terraformar otros planetas es lo que va a permitir la supervivencia. Y te dice además, que dentro de cien años estaremos en disposición de que un grupo de un millón de personas viva en otro planeta. Entonces se te olvida que somos siete mil ochocientos millones de personas. Se te olvida que la solución que se está proponiendo es una solución absolutamente primacista, accesible solamente a gente que tiene muchísimo dinero, y que encima el premio es irte a vivir a un planeta donde tienes que meterte bajo tierra, donde vas a tener que reciclar desde tu caca hasta todo lo que tienes. Vas a tener que cultivar tus propios alimentos.

Te vas a ir a Marte a vivir como podría vivir un agricultor ecológico en la Tierra, solo que lo puede hacer sin estar debajo de ella y respirando el aire limpio que tenemos. Es tremendo. Sin embargo ese culto a superar cualquier tipo de límite, hace que muchas personas dejen de mirar la posibilidad de su propia extinción y de la propia degradación de sus condiciones de vida, para mirar con admiración el hecho de que quizás en algún momento puedan ser de los afortunados que viajen y escapen y puedan terraformar Marte.

Cuando Bezos hace su primer viaje, en el que está 15 minutos en el espacio, sube, baja y mira a las cámaras de televisión. Emocionado, casi con lágrimas en los ojos, le da las gracias a los trabajadores de Amazon porque son ellos los que han permitido que él pueda cumplir ese sueño. Luego viene un tormentón de estos del cambio climático y mueren seis trabajadores en una fábrica de Amazon porque no han podido salir de la fábrica, porque no les permitieron salir a tiempo: esos son los que han permitido que Jeff Bezos cumpla su sueño de pasar 15 minutos en el espacio a partir de una cantidad ingente de dinero, de materiales, de energía que hacen falta para garantizar que todo el resto seamos capaces de adaptarnos a las condiciones de un planeta translimitado con urgencia. Es una paradoja, tiene que ver mucho con lo que cuenta la película Don’t look up.

Creo que has dado con una de las pocas personas que no la han visto todavía.

Pues es una buena película. A mí, desde luego, no me parece que sirva para explicar el cambio climático, que es lo que se supone que puede explicar, porque lo plantea como algo venido de fuera y como algo absolutamente inexorable que no tiene más que solución tecnológica y política. Y yo creo que más bien es un problema que requiere de mucha organización social, mucho reparto de la riqueza, mucha mirada de clase, de género. O sea, que en eso me parece que no es la metáfora mejor escogida, pero desde luego el tema de la escapada de los ricos, el sueño de escapada para unos pocos, sí que me parece que lo explican muy bien.

Parece haber un cierto culto a la exclusividad ahí, mejor ser unos pocos elegidos aunque tengamos que vivir en Marte bajo tierra, que quedarnos en la Tierra a correr la misma suerte que el populacho. ¿De qué manera este culto a la exclusividad, al privilegio de la salvación para unos pocos, expande las zonas de sacrificio de las que hablas en tu libro?

Creo que, claramente, el mundo se está polarizando más entre espacios de privilegio cada vez más pequeñitos y zonas de sacrificio donde la tierra, los animales, las plantas, el aire y las personas son cada vez más sacrificadas, donde la gente es convertida básicamente en población sobrante. Digamos que el extractivismo acompaña el proceso colonizador, tiene más de 500 años de historia. En los últimos años, había que plantear todas estas cosas con lenguajes políticamente correctos. La promesa siempre ha sido el desarrollo, la generación de puestos de trabajo. Y vemos muchas zonas en muchos países convertidas en verdaderos territorios devastados, donde la vida humana es precaria, es dura, es miserable o simplemente no es posible. Ya ha generado importantes expulsiones y esto nos empieza a llegar también a otros territorios.

Territorios cada vez más cercanos…

Sí, por ejemplo, Murcia, toda la Región de Murcia, me parece la zona de sacrificio más fuerte que tenemos dentro de la península. Por un lado ves el Mar Menor completamente envenenado y podrido, pero es un lugar donde también hay importantes restos de contaminación de dinámicas extractivista anteriores. Es un lugar en donde la agricultura industrial está esquilmando el agua subterránea y genera importantísimas cuotas de contaminación. Y a la vez es uno de los lugares donde la renta per cápita es más baja, donde hay unas altísimas tasas de incidencia de enfermedad y de cáncer, donde la pérdida de fertilidad, de calidad del semen tiene las tasas más altas —por lo que las posibilidades de reproducción humana voluntaria son más precarias—, donde suelen estar en los niveles más altos de tasas de violencia y maltrato. Es decir, es un lugar en donde la vida humana se precariza a pasos agigantados, junto al territorio que la sostiene. Creo que sí que vamos entrando en dinámicas de colonización interior.

Un proceso de colonización interior brutal, que nos cuesta mucho ver porque entre otras cosas, se ha dejado de mirar lo que hemos hecho en otros territorios o lo que ha sucedido en otros territorios. El relato dominante de la cultura occidental como una cultura superior, como una civilización superior, de la supremacía de la ciencia occidental sobre el resto de saberes y conocimientos, lo que ha construido ha sido una idea de que si aquí las cosas iban mejor, mejor desde el punto de vista capitalista, obviamente, era porque en otros lugares el conocimiento, las tradiciones, la cultura eran más primitivas, eran menos valiosas y por tanto era un hecho natural el que nos pudiera ir mejor.

Yo creo que esa mirada sigue estando muy presente, incluso lo vemos a la hora de abordar el proceso migratorio, muchas veces procesos de verdadera expulsión económica o ecológica, es decir, de diferente naturaleza. Sin embargo cuesta ver el hecho migratorio como un problema ético y político, y más bien se mira como si fuera simplemente una cuestión de amenaza. Convertir al otro, al otro diferente, al otro explotado, al otro subordinado, ya sean personas racializadas, mujeres o lo que sea, en una amenaza, funciona para recrear o para fortalecer esa mirada supremacista que continúa apuntalando un sistema que destruye y que hace que los núcleos de privilegio sean cada vez más pequeñitos.

Entiendo que esa alterización es funcional a la idea de sacrificio, no faltan por ejemplo estereotipos sobre los murcianos o sobre la juventud, a la que se estereotipa como floja mientras se la precariza y explota.

Absolutamente, incluso dentro de los propios sectores progresistas terminas viendo estas frases que a mí me echan mucho para atrás, cuando se dice, pues que se coman lo votado.  Que se coman lo que han votado. No dejan de ser más que estereotipos, se tilda a las personas de ignorantes que no se enteran de nada, que sostienen su propia desgracia… sin ver esa colonización interior tan fuerte que hay.

Por eso apelaba a la película de marras, porque sí que me parece que el tema principal, el que todo el mundo —todos los sectores de privilegio, de dominio,— lo que acaben clamando sea: no mires, no mires, no mires, no mires, es absolutamente tremendo y creo que que está en el origen de mucho de lo que hay. La clase obrera lo primero que tuvo que hacer fue empezar a aprender a mirar su propia explotación para poder organizarse, porque hasta el momento la clave era básicamente que no se miraran, no se vieran y no se sintieran como seres explotados. Ahora mismo, desde mi punto de vista, o miramos lo que hay o es muy difícil poder articular formas distintas de organización que nos permitan salir de ello.

A veces, hasta los propios sectores políticos progresistas no se les cae de la boca el tema de: “esto no se puede plantear así. Esto no se puede decir así. Si lo decimos así no va a generar más que miedo paralizante”. O, “las personas no son capaces de entender esto si lo planteamos así”. Ahí no hay más que un tremendo elitismo, en mi opinión, que permite decir qué es capaz de ver una persona o qué no es capaz de ver, o qué es capaz de hacer una persona y qué no es capaz de hacer. A mí me parece que necesitamos también una especie de mirada decolonial, interna, igual que han hecho los pueblos que han aprendido a bucear en su propio proceso de colonización desde miradas que lo impugnan. Yo creo que aquí lo necesitamos también con mucha urgencia.

Hablas también de la importancia de la palabra, es muy bonito el texto en el que evocas a tu abuela, su manera de narrar. En el libro vas entrelazando distintas formas, distintos formatos, distintos modos de abordar la realidad. ¿Por qué contar así, pasando de lo más teórico a lo más social, de lo más activista a recuerdos personales?

Yo me formé como ingeniera y aprendí a mirar el mundo desde un lugar, el lugar de la ingeniería, de la racionalidad, de la medida, de la eficiencia. Después, años más tarde, sobre todo gracias a ir de la mano de otras personas activistas que fueron mis compañeras, —estoy pensando en Ramón Fernández Durán, pero también, por ejemplo, Isabel Bermejo, una compa de ecologistas que fue la pionera en el trabajo sobre transgénicos— me di cuenta de que mi mirada era tremendamente parcial.

Cuando empecé a formarme en temas que tenían que ver con ciencias sociales o con la antropología, me di cuenta de que tenemos una cultura absolutamente fragmentada, hemos aprendido a mirar lo económico por un lado, lo reproductivo por otro, las ciencias por un lado, las artes por otro. Nos cuesta mucho encontrar diálogos entre todo eso, que son conocimientos y miradas absolutamente necesarias. Creo que una buena parte de los retos que tenemos por delante, sobre todo en la educación, de forma clarísima, es aprender a poner en diálogo diferentes saberes y a entender que la realidad no la puedes mirar solamente desde un lugar, sino que la tienes que mirar desde diferentes lugares. Ahí el feminismo, con esto de que lo personal es político, me hizo ver también que la política no era lo que pasaba en un espacio separado del conjunto de la vida cotidiana, sino que estaba plenamente inserta.

Hace falta aterrizar las grandes teorías, conectar con las palabras, con lo que pasa con los cuerpos, con lo que pasa con las relaciones, lo que pasa en las vidas cotidianas, que es donde se viven los grandes malestares y es donde se vive la injusticia, que es donde se vive la crisis ecológica más profunda y donde además podemos construir las salidas y unas culturas que se apoyen en la suficiencia, en el reparto de todo, en la generación de obligaciones y de derechos y en el cuidado. Y ahí el lenguaje me parece importantísimo, porque al final es una gran tarea de seducción.

Más allá de la labor pedagógica, de saber comunicar que hay que cambiar la mirada, de entender incluso la dimensión del desafío…¿cómo afrontamos la cuestión del poder? ¿cómo apuntar a que todo ese conocimiento se convierta en una transformación real?

Yo veo dos factores que están completamente relacionados. Uno de ellos tiene que ver con que aprendemos, sobre todo, haciendo. Entonces, me parece que ese cambio, que esa transformación cultural que vamos haciendo es importante hacerla articulando iniciativas, proyectos y cosas a las que les demos la oportunidad de funcionar. Me estoy refiriendo a todo aquello que llamamos alternativas sociales que impulsamos, que ponemos en marcha y que construimos de forma autogestionada. Cuando, por ejemplo, estamos hablando de la gente que se articula en los medios rurales para producir de otra forma distinta y para recuperar o dinamizar un tejido rural vivo —que no sea un tejido rural gentrificado, la llegada de miles de personas al rural para hacer vida urbana dentro de espacios más agradables— cuando ponemos en marcha proyectos productivos, lo que vemos dentro de las redes de economía social y solidaria, en las cooperativas… cuando estamos poniendo todo eso en marcha, lo que estamos es experimentando políticamente y haciendo, por un lado, laboratorios de experiencia que generan poder colectivo —el poder que te da ser consciente de que somos capaces de hacer cosas que funcionan de otra forma— y, por otro lado, generan esa sensación de éxito, de hacer cosas en común.

Creo que el gran reto que tenemos por delante es generar diferentes dimensiones y formas comunitarias. Y eso hay que experimentarlo y hay que ponerlo en marcha en unas culturas absolutamente individuales. Y creo que el ponerte en marcha y experimentar el éxito colectivo da posibilidad y capacidad de organización. Desde lo pequeño no derogamos los tratados de libre comercio, que de alguna manera permiten ese blindaje de los privilegios de la gente más rica, no cambiamos algunas cosas que en términos de urgencias y en términos de escala es importante cambiar para conseguir esa resiliencia y esa capacidad de adaptación a las condiciones materiales. Ahí la capacidad de organización es clave y yo creo que es donde tenemos un escollo importante en este momento.

Noto especialmente a Madrid como sumida en la tristeza. Me refiero a la gente activista, mis compañeros y compañeras de siempre de Madrid. Veo una sensación de tristeza, probablemente tras haber visto que todo lo hermoso que se generó con el proyecto de Ahora Madrid se desvaneció porque no se fue capaz de generar una alternativa. Se hablaba mucho de política nueva, pero se puso en marcha y se materializó con muchas dinámicas de política tremendamente vieja. Así se te desvanecen las ilusiones de organización.

Es el viejo debate sobre si lo institucional es una oportunidad o una trampa.

A mí, desde luego, no me da igual quién gobierne y quién esté en las instituciones. Me importa muchísimo. Pero soy de las que creo claramente que, con la correlación de fuerzas actual y con el modelo que tenemos, que es preciso ir modificando y transformando radicalmente, me parece imposible que eso se pueda conseguir si no hay mucha gente que quiera y desee esos cambios y que esté organizada para conseguirlos.

Veo, por ejemplo, toda la polémica con la reforma laboral. Y digo: claro, es que si tú esperas que Yolanda Díaz sola, o tres ministros, o cinco ministros en un gobierno con la correlación de fuerzas que hay, le den una vuelta de tuerca y hagan una reforma que esté en las antípodas, sin un movimiento sindical organizado en la calle, sin un montón de gente que desee y quiera esos cambios y esté dispuesta a pelearlos, yo creo que estamos totalmente fuera de la realidad.

En ese marco y con todo delegado a gente que se bate el cobre —yo no dudo del esfuerzo, por ejemplo, de una persona como Yolanda Díaz— pero sin una base social detrás que esté clamando, es imposible conseguir los cambios que hacen falta para abordar la situación tan grave que tenemos. Por eso, el cambio cultural y la pedagogía política, no los veo desvinculados de la organización. Creo que de hecho es parte de lo mismo, que cualquier movimiento social que ha conseguido cosas se ha tenido que formar, se ha tenido que educar y lo ha hecho a la vez que peleaba: desde las sufragistas, el movimiento ecologista, el movimiento obrero.

Hablabas antes de un cierto elitismo ideológico, de un “esto no se va a entender” ¿No se pierde fuerza por una falta de radicalidad, de empujar propuestas que podrían mejorar significativamente nuestro presente y nuestro futuro? 

Efectivamente, yo creo que la ausencia de radicalidad en el momento que estamos viviendo es un problema. Y cuando digo ausencia de radicalidad no estoy diciendo salir de una forma más o menos gritona. Hay un reto importante, que es comunicar la radicalidad de una forma serena. Algunas veces probablemente no tenga por qué ser sereno y la expresión de la rabia, del enfado, de la injusticia es absolutamente necesaria. Pero me parece que radicalidad no es tener discursos en los que gritas un montón y los llenas de un montón de palabras terminadas en ismos, no, sino que en este momento la radicalidad es básicamente ayudar a mirar qué es lo que está pasando, ayudar a mirar lo que el discurso científico nos está planteando y traducirlo en vidas cotidianas. Yo creo que hay una labor importante de puente y de traducción a hacer entre muchas de las cosas que vemos.

Y luego, esto es una opinión pero lo creo con firmeza, en los últimos años una parte importante de la política —y me refiero principalmente a las izquierdas— se ha centrado excesivamente, y a veces casi únicamente, en el tema de la comunicación. Creo que ya se ha interiorizado que hacer política es simplemente adueñarte del relato. Y me parece que desde luego, el relato que se hace de las cosas es muy importante. Me parece que la comunicación es absolutamente fundamental, pero no es ni lo único que hay en política, ni desde luego lo que deba determinar la política. Es decir que muchas veces, estoy hablando sobre todo de personas que aspiran a llegar o están en la política institucional, tú hablas con muchas de ellas, —que son amigas y son absolutamente conscientes, o incluso escriben los mismos diagnósticos que hacemos desde otros lugares de una forma absolutamente detallada—, pero lo que viene inmediatamente después es el tema de que plantear estas cosas hace directamente inviable la posibilidad de ganar unas elecciones y que, como la clave del cambio político está en ganar las elecciones, hay que subordinar el discurso a lo que las personas están dispuestas o están preparadas para escuchar y entender.

Entonces ahí nos metemos en un lío monumental, porque primero, te sientes con la capacidad de determinar qué es lo que las personas están dispuestas o están preparadas para entender, escuchar, ahí hay un ejercicio de cierto elitismo que desde mi punto de vista es muy problemático. Creo que todo el mundo, depende de cómo se cuenten las cosas y se expliquen, está plenamente capacitado para entender, y todo el mundo tiene el derecho a tener la posibilidad de hacerse cargo de su propia vida y de las de otros. Y me parece que la clave de la política es precisamente generar que las personas seamos capaces, tengamos la posibilidad de hacernos cargo de nuestras propias historias con otras y otros.

A veces también el problema es, quizás, cierta sensación de esto no voy a saber explicarlo, no voy a poder contarlo. A mí, por ejemplo, no hay frase que me reviente más que cuando se habla de temas de energía y hablas de la crisis, de los precios, del oligopolio energético, del pico del petróleo, que alguien te diga: “mira, la gente lo único que le importa es cuánto menos va a pagar en la factura de la luz y lo demás no entres porque no les interesa”, y dices, “¿pero cómo es posible esto?”. Claro que la gente quiere pagar menos en la factura de la luz, claro que habría que pagar menos en la factura de la luz, pero asumir que la gente tiene deseo y capacidad para entender lo que está detrás de los procesos es clave.

No creo que nadie tenga que salir en una cámara de televisión diciendo mira, si seguimos así, el resultado, según las curvas del informe Meadows, es que la mayor parte de la población del planeta está condenada a la extinción. Pues probablemente no haya que decirlo así de bestia. Pero hay que explicar las cosas para que se entiendan. Es como si los médicos no nos dijeran que tenemos un cáncer grave por no preocuparnos y no asustarnos y por tanto no tuviéramos la capacidad de enfrentarnos a él. Entonces, creo que esa reducción de la política institucional a quién gana el relato, y el desvincular la política institucional de la organización, de la capacidad de crear personas cada vez más conscientes, de generar una especie de identidad y de ciudadanía terrícola, me parece que es un problema importante y creo que está también detrás de esa desafección y de esa desmovilización que hay.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/ecofeminismo/yayo-herrero-gran-reto-generar-diferentes-formas-comunitarias-en-culturas-absolutamente-individuales

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Fiscalía brasileña denuncia por homofobia al ministro de Educación

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La Fiscalía de Brasil denunció este lunes por homofobia al ministro de Educación, el pastor evangélico Milton Ribeiro, por unas declaraciones de 2020 en las que afirmó que los adolescentes homosexuales provienen de «familias inadaptadas».

«Al afirmar que adolescentes homosexuales proceden de familias inadaptadas, el denunciado discrimina a jóvenes por su orientación sexual y prejuiciosamente descalifica a las familias en las que crecen, afirmando que son inadaptadas», indicó el vicefiscal general, Humberto Jacques de Medeiros, en su denuncia presentada ante el Supremo Tribunal Federal (STF), según una nota publicada en el sitio de la Fiscalía citada por AFP.

La homofobia es un delito en Brasil desde mediados de 2019, cuando el STF resolvió que prejuicios contra homosexuales y transexuales son un acto de racismo.

La denuncia se refiere a los dichos de Ribeiro en una entrevista con el diario «O Estado de S. Paulo» en septiembre de 2020, dos meses después de asumir al frente de la cartera de Educación, en la que habló de «homosexualismo», un término considerado despectivo por la comunidad gay.

«Creo que el adolescente, que muchas veces opta por transitar el camino de la homosexualismo, tiene un contexto familiar muy cercano, basta con hacer una encuesta. Algunas son familias inadaptadas», indicó Ribeiro en aquella ocasión.

«Falta atención del padre, falta atención de la madre. Un chico de 12, 13 años que opta por ser gay, nunca estuvo con una mujer realmente, con un hombre real, y va por ahí. Son cuestiones de valores y principios», señaló Ribeiro.

Tras la presentación, el STF tendrá que decidir si da lugar al pedido de la Fiscalía para abrir el proceso contra el funcionario.

En la misma entrevista, Ribeiro consideró que no veía necesario debatir cuestiones de género y sexualidad en el aula.

En el curso de la investigación por sus declaraciones, Ribeiro dijo ante la Policía Federal en marzo de 2021 que no quiso «faltar el respeto a nadie», y que «las familias de los gays, son familias» como la suya, según informó entonces el diario Estadao.

La AFP solicitó al ministerio de Educación una reacción a la denuncia, pero no obtuvo respuesta.

El ministro, de 63 años, asumió su cargo al frente de la cartera de Educación el 16 de julio de 2020, como el cuarto ministro de Educación del gobierno de Jair Bolsonaro. Es teólogo, abogado y pastor de la Iglesia Presbiteriana.

Fiscalía brasileña denuncia por homofobia al ministro de Educación

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Derrame de petróleo en Perú: ¿qué pasa en la Amazonía?

Fuentes: Servindi / Tierra Viva

La contaminación generada por Repsol en las costas limeñas pone la atención mediática en los peligros de la industria hidrocarburífera. Organizaciones indígenas de la Amazonía peruana denuncian que hace años vienen sufriendo el impacto del accionar de las petroleras. Entre 2000 y 2019, hubo 474 derrames en la Amazonía Norte y durante la pandemia se registraron otros 45 en un solo departamento.

Mientras el derrame de petróleo en Perú —en las costas de Lima, frente al distrito norteño de Ventanilla— ha producido la indignación general, cuatro derrames de crudo se han reportado desde fines de diciembre en los departamentos de Loreto y Amazonas, en el este peruano. Entre 2000 y 2019, la cantidad de derrames ocurridos en la Amazonía Norte peruana ascienden a 474, según un relevamiento de los Pueblos Indígenas Amazónicos Unidos en Defensa de sus Territorios (Puinamudt). En el departamento de Loreto se registraron 45 derrames entre marzo de 2020 y julio de 2021. Las comunidades indígenas de esas zonas cuestionan que «el Estado solo despliegue sus mayores esfuerzos para controlar y remediar un derrame cuando este ocurre en Lima y no cuando pasa en sus territorios».

El 15 de enero ocurrió un derrame de 6 mil barriles de petróleo ocasionado por la Refinería La Pampilla, de Repsol. El derrame recorrió los portales de los medios de comunicación a nivel global por su magnitud; el hecho fue considerado “el peor desastre ecológico en la historia reciente de Perú”. Además, este miércoles 26, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Oefa) inició el proceso de supervisión ante el aviso de un segundo derrame de hidrocarburos en la refinería La Pampilla de Repsol.

En junio del 2021, un estudio reveló los altos niveles de plomo en la sangre de grupos indígenas que habitaban en una región del norte de la Amazonía peruana, en las cuencas de los ríos Corrientes, Marañón, Pastaza y Tigre. “Se hicieron análisis de peces y otros tipos de alimentos, tanto en la cocina de las personas como en el río, y en esos productos se encontró presencia de metales pesados”, explican los investigadores y sentencian: “El petróleo se queda en el fondo del río”.

No ocurre solo en Lima

Horas después del primer derrame, el Observatorio Petrolero de Amazonía Norte denunció y reconoció el «terrible el daño cometido por la empresa Repsol a nivel ambiental (flora y fauna afectada) y social (impacto en economías locales, principalmente pescadores y esparcimiento y ocio para población afectada de Ventanilla y aledaños)». Además, el organismo añadió que se trata de «una expresión más de las malas prácticas empresariales» y que Repsol «no reportó la real dimensión de la afectación, falta de transparencia, falta de acciones a tiempo y de cobertura». Pero en el Amazonas peruano la situación es cotidiana.

Las organizaciones indígenas de la Amazonía lamentaron que el Estado solo despliegue sus mayores esfuerzos para controlar y remediar un derrame cuando este ocurre en Lima y no cuando pasa en sus territorios. Asimismo, recordaron que la crisis ecológica que hoy vive la capital, ellos la enfrentan desde hace 50 años por la contaminación de hidrocarburos.

En ese sentido, demandan con urgencia la restauración ambiental de las zonas impactadas, además de la imposición de multas ejemplares a las empresas responsables. Estudios científicos han demostrado las graves afectaciones a la salud de los pueblos indígenas del norte y oeste peruano.

El estudio «La sombra del petróleo» (Oxfam) estima que entre 2000 y 2019 la cantidad de derrames ocurridos en la Amazonía Norte asciende a 474. El estudió indicó que el 65 por ciento de los derrames se debieron a fallas operativas y a la corrosión de los ductos y el 28 por ciento a la intervención de terceros. Este dato evidencia que la mayoría de estos derrames fueron responsabilidad de las operadoras.

Además, se evidenció que el 94 por ciento de los barriles derramados en ese periodo fueron responsabilidad de la petrolera Pluspetrol, siendo esta la empresa más contaminante del país. El informe señaló la necesidad de cambiar la producción y consumo energético en el país, teniendo en cuenta las consecuencias en el cambio climático y los problemas que representaban los derrames para los pueblos indígenas de la Amazonía.

“Desde la plataforma Puinamudt sabemos lo que estos impactos conllevan y el perjuicio que generan”, indica la organización que representa a 98 comunidades indígenas ubicadas en ámbito petrolero y que agrupa a las federaciones indígenas de los ríos Corrientes, Marañon, Tigres y Pastaza.

Derrame de petróleo en el Amazona
Foto: Federación Indígena Quechua del Pastaza (FEDIQUEP-Cuenca del Pastaza)

La empresa Pluspetrol es una de las principales causantes de esta contaminación. «Los derrames se producen de manera permanente en la Amazonía ante la mirada pasiva y permisiva del gobierno, así como la falta de reacción de la ciudadanía y lo medios de comunicación nacionales», lamentarion desde la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep).

Desde Aisedep advierten que “el impacto de estos derrames en los territorios, los ríos, la vida y salud de los pueblos amazónicos es enorme”, por lo que no basta con sancionar a las empresas responsables. “En este escenario, la imposición de las multas a las empresas es una medida insuficiente, se necesita mayor contundencia del Estado frente a los crímenes ecológicos para que no queden impunes”, precisaron. La organización exige una restauración ambiental de las zonas impactadas por derrames petroleros, no solo en Lima, sino también en las comunidades indígenas de la Amazonía.

Sobre este tema también se manifestaron las cuatro federaciones de Loreto que integran la plataforma de Pueblos Indígenas Amazónicos Unidos en Defensa de sus Territorios (Puinamudt). Al respecto, recordaron que desastres como el registrado recientemente en la capital peruana, «también ocurren en el Lote 182, Lote 8, el Oleoducto Norperuano y otros”. En efecto, desde fines de 2021 se reportaron cuatro derrames en dichos lotes.

El último 13 de enero, se reportó un derrame en el centro poblado de Pavayacu del Lote 8 (Loreto) y que se extendió hasta el río Huanganayacu. A este caso se suman otros tres que evidencian el incesante problema que representa la extracción petrolera en la Amazonía. El 27 de diciembre pasado se reportó un derrame en la cuenca del río Tigre, en el Lote 192 (Loreto). El 31 del mismo mes se reportaron otros dos: uno ocurrió en la cuenca del río Corrientes y otro en el Tramo II del Oleoducto Norperuano, en Santa María de Nieva (Condorcanqui, Amazonas).

Asimismo, como reportó el portal Ojo Público, se registraron 45 derrames de petróleo en Loreto desde el inicio de la pandemia (en marzo del 2020), hasta julio del 2021. Casi la mitad (22) de estos derrames ocurrieron en el Lote 8, administrado por Pluspetrol Norte. Esta petrolera busca abandonar la zona de explotación petrolera sin remediar los daños. A su vez, la empresa Frontera Energy, administradora del Lote 192, registró 15 derrames. Le siguen Petrotal Perú (4), Petroperú (3) y Perenco Perú Petroleum Limited (1).

Las huellas en la salud del derrame de petróleo en Perú

“Cuando hay un derrame de petróleo en los pueblos indígenas ni siquiera toman una decisión”, le dijo el apu de Pucacuro (Loreto), Emerson Mucushua, a la radio local RPP Noticias. Según Mucushua, pese a los pronunciamientos y las exigencias que hacen cuando un derrame impacta sus territorios, “el Estado no toma acciones legales” frente al hecho. “Hasta hoy no hay nada”, expresó el apu tras mostrarse sorprendido por como los ministerios se han movilizado para controlar el derrame de petróleo en el mar de Ventanilla.

En junio del 2021, un estudio reveló los altos niveles de plomo en la sangre de grupos indígenas que habitaban cerca de los lotes 8 y 192, en el norte de la Amazonía peruana. Además, se demostraba que los participantes del estudio que vivían en la cuenca del río Corrientes presentaban un mayor nivel de plomo. El estudio registró también las afectaciones de las cuencas de los ríos Marañón, Pastaza y Tigre.

Como señaló la antropóloga Federica Barclay, quien acompañó el proceso de esta investigación, el precario sistema de salud no permitió detectar que las enfermedades de los pacientes del lugar se debían a la contaminación por metales pesados. “La gente pasa los años teniendo tal vez niveles altos de arsénico, plomo, cadmio, que se manifiestan de diversas maneras. La contaminación por metales es el origen”, resaltó la profesional en su momento.

La investigación científica indicaba que la alimentación y las actividades ocupacionales de los pobladores (como la casa y pesca) eran las vías más probables de contaminación de las comunidades de los pueblos Achuar, Quechua, Kichwa y Kukama.

“Se hicieron análisis de peces y tipos de alimentos, tanto en la cocina de las personas como en el río, y en esos productos se encontró presencia de metales pesados”, explicó Barclay. “El petróleo se queda en el fondo del río. No se puede lavar el fondo del río y los peces siguen alimentándose de estas sustancias tóxicas”, agregó.

Derrame de petróleo en el Amazona
Foto: José Romero

Nota elaborada con publicaciones originales de: Servindi

Edición: Tierra Viva

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De la Web 1.0 a la 4.0 en la educación

Por: Forbes

Seguramente si eres de la generación millennial no habrás tenido la fabulosa oportunidad de vivir el nacimiento de una gran serie de herramientas que actualmente han desaparecido, pero que en su momento dieron pie a muchas de las plataformas de comunicación que se emplean hoy, no obstante si fuiste parte de la generación X seguro tuviste la oportunidad de utilizar algunas como Latinmail o Hotmail, que fueron algunos de los primeros correos electrónicos comerciales, o de ver el nacimiento del FTP para transmisión de archivos; del mismo modo, hacia finales de esta etapa, se dio el surgimiento del Messenger de Hotmail, como el gran sistema de chat síncrono y del MySpace como una de las redes sociales más antiguas y utilizada por la mayoría de grupos musicales para promocionar sus creaciones y actividades, hecho que le otorgó a esta red un posicionamiento mundial.

Todas estas herramientas formaron parte de la llamada Web 1.0 y cimentaron lo que actualmente conocemos y usamos; la comunicación en ese entonces era casi 100% asíncrona y poco colaborativa, páginas totalmente estáticas y visualmente poco atractivas.

En el mundo de la educación comenzó la evolución de la educación a distancia, que en ese momento se entregaba “físicamente” a través de DVD o incluso en soportes floppyde 3 ½, que transferían archivos de manera local para hacer las instalaciones y tenían aún muy poca o nula comunicación por conducto de la web.

Fue hacia la década del 2000 que nació la denominada Web 2.0, exactamente en el año 2005, y con esto dio comienzo la revolución de la educación a distancia y el nacimiento del e-learning, tal vez no como lo que conocemos ahora, pero sí evolucionando e intentando democratizar la enseñanza, lo cual posibilitaría llegar a más lugares con una oferta educativa formal.

La Web 2.0 revolucionó tecnológicamente tanto en ámbitos educativos, como sociales, así como en la esfera del entretenimiento o la comercial, pues hizo posible una web colaborativa, mucho más atractiva, dinámica y enfocada en el usuario.

Las principales herramientas que dieron vida a esta época fueron los blogs, las wikis y las redes sociales que conocemos actualmente. Dentro de la formación a distancia se dio el surgimiento de los LMS (Learning Management System) y los CMS (Content Management System) para poder gestionar cursos y contenidos en línea, los cuales se empleaban en instituciones educativas, como en corporativos para capacitar al personal. Entre lo más relevantes tenemos a Moodle, que nació en Australia y fue desarrollado por Martin Dougiamas, que si bien comenzó su operación en 1999 el auge de este sistema detonó en el 2000. Moodle es el perfecto ejemplo de la Web 2.0, pues es un sistema de código abierto que va innovando y mejorando con base en las contribuciones que la propia comunidad de la plataforma va desarrollando y compartiendo de manera colaborativa, o mejor expresado técnicamente como proceso social–constructivista.

Como decía, en este periodo surgen las redes sociales más importantes que conocemos en la actualidad, como Facebook, YouTube, Flickr, Twitter y algunas poco recomendables, aunque sumamente populares como Wikipedia.

Muchas de las herramientas que surgieron en este tiempo siguen ocupándose, y dentro del ámbito de la instrucción su uso ha mejorado tanto en cuestiones técnicas como en su aplicación didáctica, por lo que es indudable que la Web 2.0 ha sido la etapa de mayor desarrollo y aplicación a lo largo de los años.

En el presente, vivimos de lleno en la era de la Web 3.0, la cual implicó mejoras considerables a la fase previa (y es conocida como la Web semántica) gracias a la aplicación de la inteligencia artificial. En este tiempo la tecnología evolucionó a una red más inteligente, personalizable, pero sobre todo flexible en su uso y aplicación, pues se volvió “omnipresente”, puesto que podemos utilizarla en cualquier lugar y momento, así como desde cualquier dispositivo, llámese smartphone, tableta, computadora personal, etc.

Todo esto en gran medida debido al nacimiento del concepto de “la nube” (lugar en el cual todo se aloja en servidores remotos interconectados a través de la web) y al uso de la inteligencia artificial que permite personalizar las experiencias de los usuarios e incluso predecir intereses e intenciones de estos.

Algunas de las innovaciones de este periodo son:

  • Personalización de la experiencia del usuario
  • Interoperactividad
  • Geolocalización
  • Búsquedas inteligentes

El trabajo en aula se volvió totalmente colaborativo gracias a las distintas plataformas, se potenció el e-learning debido a las diferentes tecnologías educativas que surgieron y siguen desarrollándose, y se fortaleció el concepto de aprendizaje activo, con el cual el estudiante y el docente pudieron establecer espacios de interacción de dos vías.

Es pues, precisamente, esta época la que estamos viviendo y aprovechando al máximo, la cual ha dado solución a diferentes problemáticas no solo académicas derivadas de la pandemia, en donde se pudo aprovechar el teletrabajo o home office y la educación en línea o e-learning, esto es en muchos casos la opción principal de enseñanza; todo ello, gracias a las aulas virtuales, los LMS y a las diferentes plataformas de comunicación empresarial y educativa, que si bien ya existían, se ha mejorado su uso y desarrollo.

Ahora bien, desde hace algunos años ha iniciado la era de la Web 4.0 o internet de las máquinas, en donde la inteligencia artificial, el machine learning o aprendizaje automático de las máquinas permitirá evoluciones y “facilitar” diferentes actividades y procesos en todos los ámbitos de nuestras vidas. En lo educativo nos concierne desarrollar espacios inmersivos de aprendizaje, analíticas predicativas y el apoyo de la robótica, de lo cual hemos abordado en artículos previos.

Si bien todas estas evoluciones en la tecnología educativa, que vale la pena recordar no solo tiene que ver con sistemas y plataformas sino también con estrategias y técnicas de aprendizaje, tienen como objetivo facilitar el acceso y los procesos de formación, estas nos dejan grandes cuestionamientos, ¿qué tan grande está siendo la brecha entre quien tienen acceso a estos desarrollos y quiénes no?, ¿qué tan preparados estamos los países de nuestra zona y en particular México para adoptar todos estos cambios? Y lo más importante de todo, ¿qué estamos haciendo como país para enfrentar tales cambios? Las respuestas las conocemos y de nuestra parte está en prepararnos y formar a las nuevas generaciones para que posean pensamiento disruptivo y proporcionarles las herramientas necesarias para triunfar en esta que será una era de muchos cambios y de alta competitividad.

De la Web 1.0 a la 4.0 en la educación

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Escuelas de I Curso Internacional en Pensamiento Pedagógico Crítico (Videos)

Por: Selene Kareli/CII-OVE

Durante el 2021, el Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación, la Cooperativa de Educador@s e Investigador@s Populares de Argentina, el Circulo de Investigador@s del Pensamiento Crítico de América Latina y la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, promovieron e impulsaron el Curso Internacional en Pensamiento Crítico Educativo, mismo que tuvo como propósito crear un espacio para pensar y repensar la transformación educativa desde el pensamiento crítico.

Es así como, a lo largo de todo el año y a través de plataformas virtuales, estuvieron presentes investigadoras, investigadores, estudiantes, maestras, maestros, compañeras y compañeros de diversos países de América Latina y del mundo, quienes intercambiaron saberes, generaron diálogos y debates con el objetivo de pensar la educación escolarizada y no escolarizado como un acto de emancipación y espacios de toma de conciencia.

El Curso Internacional se estructuró en ocho escuelas, resaltando que, cada una de estas sesiones se pueden consultar a través del canal de YouTube Otras Voces en Educación; de igual manera, se invita a que se inscriban a los futuros cursos que se impartirán desde Otras Voces en Educación en colaboración y alianza con diversas organizaciones sociales y junto a grandes pensadoras y pensadores de la educación crítica y popular.

  1. I) Escuela Internacional del Pensamiento Pedagógico de Paulo Freire

https://www.youtube.com/watch?v=b3e8iMm7omI

https://www.youtube.com/watch?v=LXJ4j78nTP0

https://www.youtube.com/watch?v=Oh0Qs7hc9QI

https://www.youtube.com/watch?v=7yaA8bpLc2c

https://www.youtube.com/watch?v=2Gg9pfbc-RI

  1. II) Escuela Internacional sobre Metodologías de Investigación Educativa

https://www.youtube.com/watch?v=Jsdt_DouNFQ

https://www.youtube.com/watch?v=DK4DWeKvBPw

https://www.youtube.com/watch?v=XoO_oxFYls8

https://www.youtube.com/watch?v=vTi8ebJ50wA

https://www.youtube.com/watch?v=qldFiw_cJmk

III) Escuela Internacional de Marxismos Críticos

https://www.youtube.com/watch?v=Px-9jvHRhEU&t=7443s

https://www.youtube.com/watch?v=h4AWrZbE4us&t=4506s

https://www.youtube.com/watch?v=dlU8P-sV94Y&t=4028s

https://www.youtube.com/watch?v=aDOwwh7h2Y0&t=1402s

https://www.youtube.com/watch?v=Os8DuZemoEk&t=2490s

https://www.youtube.com/watch?v=l92sWSrZEyQ&t=5502s

  1. IV) Escuela Internacional de Sistematización de Experiencias Pedagógicas en el Aula

https://www.youtube.com/watch?v=F8N42y4tagE&t=3944s

https://www.youtube.com/watch?v=pPEtNY8XVK0&t=3539s

https://www.youtube.com/watch?v=P3uS_Wjugao&t=3864s

https://www.youtube.com/watch?v=cVqrXQfpTn8&t=5842s

https://www.youtube.com/watch?v=XRvkAwH9Vdc&t=4582s

  1. V) Escuela Internacional ¿qué son las pedagogías críticas?

https://www.youtube.com/watch?v=XRvkAwH9Vdc&t=4582s

https://www.youtube.com/watch?v=B3QjwKH-4tQ

https://www.youtube.com/watch?v=9VvGnoGDXuk&t=7209s

https://www.youtube.com/watch?v=kx5pCwSDwtU&t=2411s

https://www.youtube.com/watch?v=vPg6gpkaFCc&t=7944s

https://www.youtube.com/watch?v=g5nVdU3wfGI&t=8183s

  1. VI) Escuela Internacional sobre feminismos

https://www.youtube.com/watch?v=VPsKqaxRHuw&t=4845s

https://www.youtube.com/watch?v=RHWIA85dy68

https://www.youtube.com/watch?v=1wdqT2ZOTMs

https://www.youtube.com/watch?v=LyPxZYHnIJ8

https://www.youtube.com/watch?v=C2HIcitRWjI

https://www.youtube.com/watch?v=hC_5YJnZvBA

https://www.youtube.com/watch?v=RzWTiBYTtUk

https://www.youtube.com/watch?v=b4fzhp5pDWw&t=1991s

https://www.youtube.com/watch?v=jyjhUoD5qBk

https://www.youtube.com/watch?v=Xol4Sd6aljA

VII) Escuela Internacional Premisas y caminos para la generación de contenidos digitales alternativos

https://www.youtube.com/watch?v=6LMzO_eOjjE

https://www.youtube.com/watch?v=zol59Ywr2K8

https://www.youtube.com/watch?v=N3tU55vcOUk

https://www.youtube.com/watch?v=NZf2lSH0JpM

https://www.youtube.com/watch?v=s641QZG_2hg

VIII) Escuela Internacional sobre agendas urgentes en educación

https://www.youtube.com/watch?v=BHVW4b6x0Rw&t=2168s

https://www.youtube.com/watch?v=BHVW4b6x0Rw&t=2168s

https://www.youtube.com/watch?v=MD0IQsHDH6I&t=6820s

https://www.youtube.com/watch?v=Al1lTKn1GDg

https://www.youtube.com/watch?v=gS5Omb3m-lU&t=14s

https://www.youtube.com/watch?v=zvuyBg5Jduo&t=2016s

https://www.youtube.com/watch?v=VfbfECcjYdQ&t=2149s

 

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Colombia: En el 2022, el Magisterio Colombiano agitará con fuerza las banderas por la defensa de la vida, la paz, la democracia, la salud y la educación pública: Exigimos el respeto del derecho a la salud durante la prórroga de la contratación

En el 2022, el Magisterio Colombiano agitará con fuerza las banderas por la defensa de la vida, la paz, la democracia, la salud y la educación pública: Exigimos el respeto del derecho a la salud durante la prórroga de la contratación

El 2021 fue un año de lucha para el pueblo colombiano y para el magisterio nacional. Salimos a las calles masivamente a defender nuestros derechos ante un gobierno que se ha caracterizado por no escuchar a las comunidades, por no dialogar y por estigmatizar la protesta social. Es un compromiso con la democracia que debe persistir y fortalecerse en 2022 con nuestros votos en las urnas.

Producto de la lucha de FECODE, liderada por su Comité Ejecutivo, se firmaron los acuerdos con el Gobierno Nacional el pasado 6 de agosto. Nuevamente, por la firmeza de los maestros y maestras se cierra el 2021 con importantes logros:

-Inicio de la Comisión de Alto nivel para la reforma constitucional al Sistema General de Participaciones.

-Decreto 1791 del 21 de diciembre de 2021: Cursos de formación de la ECDF III.

-Decreto del 21 de diciembre de 2021: Proporcionalidad de la prima de vacaciones.

-Decreto del 21 de diciembre de 2021: 19% bonificación pedagógica.

-Contribución a los docentes que presentaron problemas con créditos condonables otorgadas por el MEN-

-Avances en formación docente.

-Convocatoria al concurso docente.

La lucha no declina. Aún hay acuerdos pendientes por cumplir, como la materialización estatuto de la profesión docente, el proceso ascenso y reubicación para los docentes del estatuto 1278, avanzar en la discusión sobre financiación de la educación pública, lo relacionado con el derecho a la salud y seguridad y salud en el trabajo, entre otros.

La Federación manifiesta enfáticamente que la prórroga decretada por el Gobierno Nacional, a través del Consejo Directivo del FOMAG, no puede ser mirada como una patente de corso para seguir incumpliendo con las obligaciones emanadas de los contratos de salud, ejecutados con recursos públicos y que tienen una destinación específica: garantizar la salud y la vida.

El Consejo Directivo del FOMAG por mayoría prorrogó los contratos de salud del magisterio hasta el 31 de octubre de 2022, con tres votos del Gobierno a favor y dos votos en contra por parte de los representantes de FECODE. La posición de la Federación es una muestra de rechazo a las falencias sistemáticas, la inactividad de la Fiduciaria La Previsora y el Gobierno Nacional, en cabeza de la actual Ministra de Educación, de exigirles a los contratistas el cumplimiento cabal de los derechos en salud de los maestros y sus familias.

En este sentido, FECODE redoblará esfuerzos para que la vida y el bienestar del magisterio en su totalidad no se ve diezmado. Desplegará todas las acciones tendientes a defender la salud como un derecho y no una mercancía, para lo cual:

1. Exigirá al Gobierno Nacional, como quedó pactado en el acuerdo colectivo del pasado mes de agosto, la convocatoria de forma inmediata de la comisión nacional de seguimiento a la prestación del servicio de salud, para que desde este espacio se planteen los correctivos al deterioro que viene presentando el acceso con calidad y oportunidad al derecho a la salud en todas las regiones de país; 2. solicitará la actualización de los reportes y novedades en las bases de datos que maneja la Fiduciaria La Previsora, para evitar que los afiliados desaparezcan del sistema o que su vinculación se haga demasiado tardía; 3. reclamará que la red ofertada, contratada y la extraordinaria deberá seguir vigente y en operación; 4. estará atenta a que los prestadores garanticen el acceso a la salud con calidad y oportunidad. Por ello, debe desatarse el represamiento de cirugías, entrega de medicamentos, programación y realización de procedimientos entre otros; 5. exigirá celeridad en la construcción de los nuevos pliegos de condiciones y la convocatoria a la invitación pública, de tal forma que al terminar la actual prórroga se hayan adjudicado los contratos a los nuevos prestadores; y 6. participará en todas las sesiones de los comités regionales de prestaciones y/o eventos de los sindicatos regionales en aras de dar claridad sobre la postura de la Federación al interior del Consejo Directivo del FOMAG, al igual que coadyuvar en la denuncia y búsqueda de soluciones a la aguda problemática de la atención en salud del magisterio y sus familias.

FECODE reafirma su indeclinable compromiso ético y político para con los miles de maestros, maestras y sus familias, que hoy vienen siendo víctimas del mal servicio por parte de los prestadores de salud y requiere al Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Educación, el Consejo Directivo del FOMAG y la Fiduciaria La Previsora garantizar de forma inmediata los beneficios en salud contenidos en los contratos y exige que se dé apertura a los procesos por incumplimiento de los mismos.

Respecto al llamado a la presencialidad total en las instituciones educativas, nuevamente exigimos la debida inversión, dotación, adecuación de infraestructura educativa, personal de servicios generales y de vigilancia; y es sumamente importante el nombramiento de los docentes faltantes, porque hay un déficit significativo en todo el territorio nacional y los estudiantes no pueden regresar a aulas en el próximo año escolar sin contar con sus maestros y maestras.

Reafirmamos nuestro más contundente rechazo ante la situación de violencia, amenazas, estigmatización y calumnias contra el Magisterio Colombiano, que no cesa; así como, a la criminalización del derecho a la protesta social.

FECODE invita al magisterio y sus diferentes juntas directivas de los sindicatos departamentales, a permanecer en estado de alerta, desplegando las acciones necesarias para seguir denunciando los atropellos en salud.

FECODE les desea un nuevo año lleno de éxitos de logros y de éxitos. En 2022, en defensa de la vida, la paz, la salud, la educación pública, los derechos del magisterio y de los colombianos, unidos vamos con FECODE.

 

Fuente de la Información:https://www.fecode.edu.co/index.php/en-el-2022-el-magisterio-colombiano-agitara-con-fuerza-las-banderas-por-la-defensa-de-la-vida-la-paz-la-democracia-la-salud-y-la-educacion-publica.html

 

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