Fuente: Pagina 12 / 6 de Mayo de 2016
“No queremos un cambio de cara, queremos un cambio en el sistema educativo”, dijeron los estudiantes. Foto EFE
La toma de un colegio despertó protestas similares en un centenar más; también hubo sentadas y marchas para solicitar mejoras en la calidad de la enseñanza, en infraestructura y aumento en el presupuesto para el próximo año.
El encierro de diez alumnos de secundaria en un colegio de Asunción fue el detonante de la renuncia de la ministra de Educación, Marta Lafuente. Un hito en la lucha que los estudiantes festejaron eufóricos luego de una pulseada que fue seguida con atención por todo el país. La salida de la ministra, a quien los alumnos acusan de corrupción y de incumplir sus compromisos, se produjo después de que el martes el grupo de menores de edad ocupara un aula del colegio República Argentina, para negarse a salir hasta tanto Lafuente no abandonara su cargo. La toma despertó protestas similares en un centenar de colegios; también hubo sentadas y marchas para solicitar mejoras en la calidad educativa, en infraestructura y aumento en el presupuesto para el próximo año.
A pesar de la dimisión, alumnos de varios colegios asunceños anunciaron, tras una conferencia de prensa organizada por la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes) y la Unión Nacional de Centros de Estudiantes del Paraguay (Unepy), que las movilizaciones no se detendrán. “No estamos conformes con un cambio de cara, queremos un cambio en el sistema educativo”, exigieron. “¡Sí, se pudo! ¡Sí, se pudo!”, coreó un centenar de estudiantes reunidos en apoyo de sus compañeros en la vereda del colegio República Argentina. Muchos iban vestidos con uniformes escolares y con una cinta atada a la cabeza, en la que se leía “Lafuente renuncia”.
Atrincherada en el aula, Brisa Leguizamón, una chica de 17 años, calificó a la renuncia de la ministra como un hecho “histórico y emocionante”. Detrás suyo se amontonaron sillas y pupitres que ayudaron a bloquear las puertas del aula el martes, cuando las clases se suspendieron por una jornada de capacitación y los alumnos decidieron tomar el colegio. Desde entonces, recibieron el apoyo de estudiantes de otros centros educativos, de universitarios y del resto de la sociedad paraguaya, que acercó víveres, agua y mantas, e incluso pasó la noche frente al colegio para impedir que la policía desalojara a los jóvenes. A lo largo de tres días de encierro, la fachada del colegio se cubrió de carteles pintados por los estudiantes, que exhibieron el malestar que azuzó las protestas.
“Nuestra educación se está cayendo a pedazos”, podía leerse en una de las pancartas, que aludía a uno de los principales reclamos de las protestas estudiantiles: una inversión que contribuya a mejorar la infraestructura educativa, ya que muchas escuelas tienen graves desperfectos edilicios.
Reivindicación que se transformó en alarma con derrumbes en varios centros educativos, el último, en el colegio Nuestra Señora de la Asunción, ubicado en la capital, clausurado esta semana por los bomberos después de que su techo colapsara. “Yo nunca estuve metido en política, pero cuando se vino abajo el techo de mi colegio, supe que ya no se podía más, que teníamos que hacer algo urgente”, señaló Darío González, alumno de ese colegio y miembro del grupo de diez estudiantes que participó del encierro.
Sobre la renuncia de la ministra a su cargo, González consideró, del mismo modo que lo hicieron sus compañeros movilizados, que la salida de Lafuente traslada a los paraguayos el mensaje de que “con la unión pueden lograrse los cambios”. Lejos de que la dimisión de la funcionaria calmen los ánimos del movimiento estudiantil guaraní, el alumno asunceño aseguró que las movilizaciones no van a detenerse hasta que el nuevo titular de Educación –de quien todavía no trascendió su nombre– se siente con los jóvenes y se comprometa a cumplir con sus reclamos.
Una de las demandas más apremiante para el movimiento estudiantil pasa por regenerar la cartera educativa, porque “hay mucha gente que trabajaba con la ministra que tampoco hizo las cosas bien, y tiene que salir”, manifestó Brisa Leguizamón. Y exigió la participación con voz y voto de los alumnos en la toma de decisiones en el Ministerio, para controlar que el uso de los recursos públicos destinados a educación sea transparente. Leguizamón pidió también que se mejore el almuerzo escolar, porque en muchos colegios del interior del país no está llegando, o lo que dan es muy poco, y que se refuerce la distribución de libros y material escolar. Lafuente fue cuestionada tras conocerse un caso de sobrefacturación de agua mineral y de otros productos en una licitación en el ministerio, aunque fueron las protestas estudiantiles las que propiciaron su renuncia. Paraguay es uno de los países de la región que menos invierte en educación: destina el 3,5 por ciento de su Producto Interior Bruto, lejos del 7 por ciento que recomienda la Unesco y que demandan las organizaciones estudiantiles.
Enlace original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-298616-2016-05-06.html







Por su parte, Loreira de Jesús López, dijo que su participación en la evaluación posiblemente fue parte de una venganza por parte de una directora con la que tuvo discusiones.





Users Today : 36
Total Users : 35474747
Views Today : 50
Total views : 3574793
Sarah Green /
La proporción de catedráticas en las universidades del Reino Unido es demasiado baja. Lo mismo puede decirse de las mujeres en cualquier tiempo completo o posición académica permanente dentro de la educación superior. Esto puede sorprender a muchos, ya que estamos hablando de una profesión retóricamente comprometida con la igualdad, la equidad y oportunidad para todos, sin embargo no hay que creer en lo que dicen.
Hay un desajuste fundamental entre los objetivos declarados de las universidades como empleadores y las prácticas de recursos humanos que se implementan. El mensaje oficial es que las cifras tienen que cambiar, que el equilibrio debe ser reparado, y que la cultura tiene que cambiar. En la práctica, ese mensaje está distorsionado por los procedimientos de contratación, retención y promoción que afianzan el status quo de la academia.
Gran parte del sector aún no ha abordado la cuestión crucial de la cantidad frente a la calidad cuando se trata de investigar. En la actualidad, los que toman el permiso parental (casi siempre mujeres) están en desventaja por un sistema que coloca el valor del número de publicaciones sobre un CV. Mientras la cantidad sigue siendo la piedra de toque de los logros de muchas instituciones, nunca habrá igualdad de oportunidades.
Eso no es para sugerir que las mujeres deben tener un viaje más fácil para su carrera académica y como investigadoras; pero si una oportunidad mas justa. Hasta el año pasado, todos menos un par de semanas de permiso parental se podría conceder a las madres, pero no a los padres, lo que significa que las mujeres, hasta la fecha, han pasado más tiempo en el cuidado de los niños y menos en investigación que sus homólogos masculinos, en ese sentido los criterios profesionales contra los que son juzgados tanto siguen siendo los mismas.
Es necesario el ajuste de criterios de nombramientos y ascensos para tener en cuenta el hecho de que un menor número de investigaciones publicadas requeridas se pueden producir en un período corto de tiempo, lo que no implica bajar los estándares. Imagine una competición deportiva en la que se permite que un equipo de 35 créditos y el otro equipo tiene derecho a 50 créditos, pero en el que el objeto es permanecer más tiempo compitiendo en la misma carrera. Esta razón sería considerado como simplemente no grillo.
Uno de los principales logros del siglo 20 fue dar a las mujeres opciones, pero uno de los principales retos del siglo 21 será indemnizarlas contra los costos de esas opciones, dado que los hombres desproporcionadamente ocupan posiciones de poder y toma de decisiones, sin embargo, es difícil ver cómo esto va a suceder. Si la capacidad de tener todo esto es su derecho de nacimiento, este problema es poco probable que se atienda en el escenario futuro.
Este es un problema cultural y uno que se extiende mucho más allá de la torre de marfil. Un factor agravante en el mundo académico, sin embargo, es el término de «licencia parental». Los académicos anhelan «permiso» como espacio para pensar y escribir, sin restricciones mediante la ejecución de los departamentos, el asesoramiento sobre políticas, estudiando minuciosamente las cuentas, la organización de conferencias, la solicitud de financiación, marcando , escribiendo conferencias, dirección de tesis y así sucesivamente. Es algo que debe ser disfrutado cuando lo tienes, y envidiado cuando otros lo hacen.
Hay una sensación entre algunos, sin embargo, que las cantidades de permiso parental deberia ser lo mismo: un período de descanso, productivo y agradable de tiempo fuera de la enseñanza y la administración.
De hecho, el permiso parental es, en este sentido, anti-licencia. Desde un punto de vista físico, no es en absoluto reparador, desde un punto de vista profesional, no es en absoluto productiva (no, no es posible encajar en la investigación de mérito durante la hora de la siesta). En cuanto a lo agradable, depende de la persona; algunos lo aman, algunos lo odian. En este último caso, se trata por lo general debido a que faltan al trabajo o el miedo, con razón, que están siendo dejados atrás por sus compañeros en la oficina.
Sea lo que sea, hay poca posibilidad real de elección en la materia; biología y las limitaciones legales dictan que las mujeres tienen que dar un paso atrás desde el día de trabajo para nutrir los seres humanos en miniatura, que son tan potente y prometedor, ya que son dependientes e indefensa.
No es, quizá, la luz al final del túnel de siglos: el proyecto de compartir el permiso parental introducido en abril del año 2015 permite que ambos padres compartan 50 semanas de licencia y 37 semanas de pago entre ellos en el primer año de vida de su hijo. Si esto significa que el impacto de las interrupciones de la carrera comienza a ser sentida por los hombres, es probable que la demanda de las mujeres en este sentido, sea tomada tambien muy en serio.
Fuente de la noticia: http://www.theguardian.com/higher-education-network/2016/may/03/while-quantity-of-research-is-the-name-of-the-game-women-are-left-on-the-sidelines
Fotografía: Alamy