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Pedagogía de la resistencia y de las emancipaciones

Claudia Korol

Quiero realizar algunas consideraciones sobre los temas en debate, a partir de una experiencia teórico práctica: la experiencia de educación popular, concebida como pedagogía de la resistencia y de las emancipaciones, de la rabia y la indignación frente a las injusticias, de rebelión y de revelación de los nuevos mundos que pugnan por crecer y por crear relaciones políticas, culturales, sociales, económicas, de género, opuestas a las que reproducen y refuerzan la dominación.

No voy a detenerme en el diagnóstico de las formas en que se ejerce la dominación, ni en el relato de experiencias sobre ejercicios concretos de autonomía, de resistencia, de creación de una cultura emancipatoria, cuyos protagonistas están presentes y pueden realizarlo de manera mucho más contundente. Quisiera abordar algunos de los aprendizajes y desafíos que surgen de las últimas décadas, en las que se han constituido movimientos populares nacidos fundamentalmente como respuesta a las políticas de exclusión social del capitalismo y del patriarcado, o a partir del reconocimiento de diferentes modalidades con las que se ejerce la dominación, y en las que se han transformado profundamente las prácticas de muchos de los movimientos existentes previamente. Quisiera anclar este análisis especialmente en la Argentina post-rebelión. La Argentina que para muchos intelectuales y políticos pretende ser sepultada con más o menos honores, pero que entiendo que es una Argentina que más allá de los momentos de repliegue de nuestras fuerzas, a partir del restablecimiento de una precaria gobernabilidad, sigue pujando por nacer, e intenta cuidar y multiplicar lo ganado en las jornadas que imaginaron y propusieron el “que se vayan todos”, consigna que configura los alcances y límites de nuestro imaginario rebelde.

Las jornadas del 19 y 20 de diciembre en la Argentina, y la multiplicación de energías que de ellas se desprendieron, permitieron volver a plantear la diversidad de dimensiones emancipatorias de las resistencias, y anunciaron algunas tendencias que -al margen de avances y retrocesos coyunturales- marcan la subjetividad de nuevas franjas de protagonistas sociales y políticos, con señales que hablan de la recuperación de la confianza en las propias fuerzas, la deslegitimación del “orden” que nos condena, la posibilidad de pensar en la necesidad de una nueva institucionalidad y en consecuencia repensar la política, la insinuación de distintas maneras de amasar identidad y proyecto, sobre la base de un esfuerzo colectivo que al tiempo que sueña el proyecto, intenta construirlo en las prácticas cotidianas, modificando las relaciones de opresión y dominación. Es parte también de lo “ganado” en las jornadas de rebeldía, la cotidiana victoria sobre el terror introyectado por la dictadura y la impunidad, el desafío de dar una nueva vuelta en la historia de los vencidos, resignificando el sentido mismo de la victoria y la derrota, y achicando las distancias entre una y otra, en la medida que ambas forman parte del camino de creación de nuevos mundos humanizados por la resistencia y los proyectos fértiles que en ésta van echando raíces. Valorizar lo ganado no significa ilusionarse en que esto ya ha sido integrado “de una vez y para siempre” en la subjetividad popular; pero implica reconocer que estas experiencias, aún en los momentos en que ese impulso retrocede o encuentra un cierre parcial, han atravesado vivencialmente a millones de hombres y mujeres, y especialmente a las generaciones jóvenes que fueron protagonistas de la rebelión, dejando impresa su huella en nuestra historia colectiva.

Sin embargo, vale la pena -pasados algunos años desde el “que se vayan todos”-, reflexionar brevemente sobre la disputa de sentidos que se produjo en la interpretación posterior de esas jornadas. No fue el grito solo del movimiento social organizado. No fue el grito de los piqueteros, o de las “cacerolas” nacidas en esas jornadas como instrumentos de lucha. Fue el punto de encuentro de distintas indignaciones y rebeldías, que por aquellos días lograron realizar una tarea común, que iba más allá de sacarse de encima a un gobierno y a una política. Lograron poner en jaque al sistema de representación política, y cuestionaron el programa neoliberal sostenido por todos los gobiernos en la etapa pos-dictatorial. Se reconoció en los Bancos una de las caras del enemigo: el capital financiero. Se cuestionaron las privatizaciones y el pago de la deuda externa. La Argentina entró en default, y la mayoría creyó que correspondía no pagar al FMI y al Banco Mundial, cuya “confiabilidad” también quedó bajo la desconfianza generada en la crisis de representatividad.

El “que se vayan todos”, no cuestionó solamente a las expresiones políticas de las diversas fracciones del poder. Al tiempo que deslegitimó a los tres poderes, significó también una forma de cuestionamiento de las fuerzas políticas y sindicales pretendidamente populares, que actuando en los marcos de esa institucionalidad, no tuvieron capacidad de interpretar y actuar con eficacia, no sólo en el momento de la revuelta popular, sino en las acumulaciones previas e incluso en las posteriores de resistencias y de búsquedas alternativas. Se criticó la fragmentación de las izquierdas sostenidas en las peleas por mezquinos hegemonismos. Se cuestionaron las modalidades verticalistas de dirección política. Se multiplicaron los esfuerzos por construir maneras de democracia directa. Se puso en evidencia la tensión existente en las fuerzas organizadas de la izquierda que quedaron presas muchas veces de una institucionalidad burocratizada y decadente.

La conciencia social de los argentinos, en esas jornadas, adquirió algunas luces. Entre ellas, la revalorización de la capacidad de resistir, la decisión de no aceptar la condena al suicidio implícita en las políticas neoliberales para franjas cada vez más amplias de excluidos, la necesidad de fortalecer los movimientos y organizaciones que sirvan para la lucha, y de inventar las organizaciones o movimientos, o acciones que no existen, para satisfacer los derechos y expandir las posibilidades de una vida digna.

Se aprendió que “la lucha tiene sentido” (dicho en otras palabras, se reaprendió el sentido de la lucha), después de varias décadas en las que se pregonó desde el poder la imposibilidad de obtener ningún cambio a partir de la participación social. Se rechazaron las formas de representación vaciadas de legitimidad. Se intentaron diversas modalidades de dirección de los movimientos, basadas en prácticas sociales más horizontales y asamblearias, con mayor relación entre palabras y actos, entre teorías y cuerpos.

Es desde esa experiencia, que intento señalar lo que en este momento de reflujo del movimiento queda como algunas de las posibles enseñanzas y desafíos para nuestras prácticas emancipatorias, aclarando que entiendo por ellas a la cotidiana deconstrucción de las relaciones sociales de opresión, basadas en la batalla contra la alienación, que nos impide constituirnos como sujetos históricos. Se trata de la lucha individual y colectiva, contra todas las opresiones derivadas de una cultura que ha impuesto a sangre y fuego un patrón hegemónico “occidental”, blanco, burgués, patriarcal, homofóbico, racista, xenófobo, totalitario.

Un aspecto central de nuestra búsqueda, en la perspectiva de la formación política y de la educación popular, es la de promover la descolonización de nuestros paradigmas y teorías.

La conquista y colonización de América promovió la hegemonía de una cultura racista, legitimadora del saqueo de nuestros recursos naturales, de la devastación de nuestros territorios, del genocidio de nuestros pueblos, y la imposición de una visión del mundo sobre las muchas existentes en estas tierras.

Hasta la actualidad, la fractura entre las clases dominantes y los sectores populares fue profundizando una mirada agresivamente racista hacia las culturas originarias y hacia los descendientes de pueblos africanos. El mito de la Argentina “blanca y europea”, no sólo alimentó el desencuentro de los argentinos y argentinas respecto del resto del continente latinoamericano y caribeño. También reproduce sistemáticamente el racismo y la xenofobia, incluso al interior del movimiento popular. Estos datos de nuestra cultura son eficazmente manipulados a la hora de enfrentar a clases medias y piqueteros, al barrio y a la villa, a trabajadores ocupados y desocupados. Enfrentamiento que se prolonga hoy en el pánico que algunas franjas de las clases medias, e incluso de los trabajadores y de los intelectuales considerados progresistas sienten hacia la “Argentina plebeya”, que periódicamente irrumpe en la escena política y social, alterando las relaciones de fuerzas, desafiando las nociones de identidad forjadas en los períodos de aparente “calma social”, y escandalizando al sentido común construido por la cultura europeizante que promueve la segregación y el ocultamiento de las mayorías.

La cultura de la conquista dejó su huella en la subjetividad popular, instalando algunos núcleos ideológicos que fueron resignificados por las sucesivas dictaduras, y en la última etapa, por la “modernización” realizada bajo el nombre del neoliberalismo, que se sustentó en un nuevo genocidio -la dictadura del 76-83-, y en el despojo de los hombres y mujeres, tanto de la tierra como de las conquistas logradas en las luchas obreras y populares del siglo XX. Entre los núcleos ideológicos que con mayor fuerza golpean a los movimientos de resistencia, profundizados por el impacto del neoliberalismo, se encuentran: la cultura de la sobrevivencia, la cultura de la impunidad, la cultura de la exclusión. Algunos de los rasgos resultantes de estas “culturas” superpuestas son el pragmatismo, el adaptacionismo, la desesperación, el cortoplacismo, el inmediatismo y la corrupción.

En esta dirección, un tema que me interesaría plantear es el del reconocimiento de la historicidad de los procesos sociales y de los movimientos populares, de manera de cuestionar la división tajante que se intenta realizar muchas veces entre movimientos nuevos y viejos, proponiendo entonces que analicemos qué y cuánto de nuevo hay en los llamados nuevos movimientos, y qué y cuánto de viejo contienen; discutiendo esta categorización que inmediatamente entiende lo nuevo como mejor que lo viejo, tema a analizar, cuando verificamos que uno de los movimientos que tienen fuerte impacto en el desafío a la cultura hegemónica del neoliberalismo y a las relaciones de poder que establecen son por ejemplo los pueblos originarios.
Pensar a estos movimientos como nuevos movimientos sociales resulta una falacia que tal vez parta del criterio de que lo nuevo se constituye cuando el intelectual lo nombra, y no en el tiempo en que se producen las resistencias concretas y las acciones que los pueblos van realizando en el camino de su constitución como sujetos históricos.

Esto me lleva a otro tema: la necesidad de repensar colectivamente la experiencia histórica de nuestro país, de nuestro continente y del mundo, como camino para 1- avanzar en la elaboración teórica, a partir de la crítica de los modelos políticos que condujeron a numerosas frustraciones, y de la indagación de nuevas posibilidades políticas, organizativas, teóricas; y 2- crear memoria colectiva de las experiencias en la que se socialicen aprendizajes, se afiancen los símbolos de rebeldía frente al poder, y se pueda aprender del camino recorrido, tanto en sus éxitos como en sus reveses. La necesidad de que esta mirada hacia el camino, se realice de la manera más sistemática posible, y en un diálogo permanente entre los protagonistas de la experiencia, que en la reflexion sobre la misma y en su práctica se van constituyendo como sujetos históricos, con los intelectuales que acompañan el andar del movimiento, no como observadores o jueces, sino como compañeros de militancia. Las batallas emancipatorias, la posibilidad de crear nuevos sentidos a partir de nuestras prácticas, la formación de identidades que conjugan la historia con el proyecto, la rebeldía con la estrategia, nacen de las experiencias sociales de quienes siendo conscientes de su opresión, van buscando e intentando maneras diversas de luchar que apuntan a su supresión.

La constitución de los movimientos en lucha como sujetos históricos, implica una ardua batalla por transformar la cultura de la desesperanza en pedagogía de la esperanza, la desesperación en proyecto, el escepticismo en pasión transformadora, la cultura de sobrevivencia en la invención de nuevas modalidades de trabajo no enajenantes. Significa relacionar las transformaciones sociales a las que aspiramos, con el cambio de las relaciones en nuestros propios movimientos, incluso en las relaciones interpersonales; terminando con las disociaciones entre la esfera de lo público y de lo privado, que conducen a la incoherencia entre un discurso que proclama la solidaridad, y prácticas cotidianas que reproducen el autoritarismo, el egoísmo, el verticalismo, el sectarismo; entre un mundo público hegemónicamente masculino, y un mundo privado sostenido por las mujeres; entre un mundo público en el que no es posible verificar un cambio en las relaciones sociales que intentamos producir, porque en él se potencian viejas y nuevas modalidades de dominar, discriminar, y oprimir; ejerciéndose de manera despótica relaciones de poder autoritarias, en la administración de los frutos de la exclusión.

Otro tema a pensar, es la relación entre la dimensión de la vida cotidiana, y las perspectiva local, nacional e internacional de nuestras batallas, modificando la costumbre de concebir a las emancipaciones como un lugar de llegada futura, y no como camino. Si de lo que se trata es de cambiar las relaciones sociales de opresión por relaciones sociales fundadas en la cooperación y la solidaridad, en la libertad, en el placer; es necesario y posible que empecemos a ejercer experiencias que nos permitan fortalecer la subjetividad y creer en la viabilidad de esos cambios, asumiendo al mismo tiempo –y en experiencias concretas de intercambio, solidaridad y acción común- la dimensión mundial de los mismos. Anclando la batalla cultural en la transformación de la vida cotidiana, es imprescindible experimentar la dimensión internacionalista de las batallas emancipatorias, lo que permite que las batallas angustiantes por sobrevivir no ahoguen en la impotencia de las dificultades cotidianas a los movimientos, y que se puedan superar mejor las dificultades que surgen de la desfavorable relación de fuerzas. Esto al mismo tiempo, es parte de abonar la convicción de que es necesario terminar con todas las opresiones en escala universal.

En esta dirección, el sistemático cuestionamiento a las relaciones de género opresivas, es parte de la batalla necesaria de librar por los movimientos populares, que permita deconstruir las diversas formas de dominación que reproducen al sistema, incluso en las prácticas de nuestros movimientos. Esto es un aporte a la creación de una nueva subjetividad, y también al enriquecimiento de las teorías emancipatorias, sobre la base de prácticas sociales que al realizarse, van acumulando conciencia crítica sobre las formas de ejercer el poder del capitalismo patriarcal.

El manejo del saber como factor de poder se ha vuelto cada vez más evidente para los movimientos que luchan contra la exclusión, también en este campo, y que se han visto precisados de recurrir a saberes populares y a conocimientos ancestrales, para asegurar su sobrevivencia. Al mismo tiempo, estos saberes intentan ser apropiados por el poder, a través de diferentes mecanismos, patentes, investigaciones, etc. Se vuelve necesario establecer una clara alianza entre los intelectuales que trabajan en los diversos campos del conocimiento y los movimientos populares, para elaborar estrategias que permitan recuperar conocimientos existentes, y que los nuevos saberes sean puestos al servicio de las resistencias.

Un eje de los debates emancipatorios, sigue siendo el de la autonomía. Hablamos aquí de autonomía no como un estado a alcanzar en el futuro nuestro, sino como un proyecto a crear en este presente, que apunta a la superación de las situaciones de dependencia, de alienación, a la construcción de espacios propios en dónde se recobra la identidad histórico-cultural. Si entendemos la batalla por la autonomía no desde una lógica estrictamente economicista, sino como un modelo cultural de acción política, los avatares que los movimientos sufren en las políticas ligadas a la sobrevivencia, deben ser considerados como límites pero no como obstáculos insalvables en la generación de nuevas formas de relaciones sociales y en la creación de una nueva subjetividad, no alienada ni alienante.

Es fundamental en este sentido, todos los esfuerzos que se están desarrollando de debate de los modelos de autonomía, de análisis de sus logros y dificultades, de sistematización de prácticas, y de formación de nuevos valores que permitan que quienes sean parte del movimiento no se encuentren en él sólo por la respuesta material a las urgencias cotidianas, sino porque hallan también una manera de reintegrar su identidad, de ser parte de un proyecto, de sentir que su mundo privado es parte de un mundo social solidario, en el que sus pensamientos, sentimientos y acciones, no sólo son respetados y valorados, sino que son necesarios para dar oportunidad a la transformación social duradera.

Es por ello que cobran especial importancia las prácticas políticas concretas con que se constituyen los movimientos. El espacio real que hay en las mismas para que quienes los integran desarrollen, al tiempo que proyectos productivos o acciones de resistencia, diversas actividades tendientes a la formación colectiva de una nueva concepción del mundo.

Las prácticas de autonomía parten de los valores y creencias de la comunidad, como principal componente ético en la determinación de los proyectos y acciones. Tal decisión implica elegir un camino “más largo”, que el que supone una forma de dirección vertical sobre una masa de “necesitados”, que llegan al movimiento por el plan, y allí reciben “la luz” de una conducción que ha predeterminado estrategias, tácticas, y las acciones cotidianas. Este camino “más largo”, parece ser, sin embargo, el único posible a recorrer si lo que se busca es la emancipación

Señalaba el educador popular uruguayo José Luis Rebellato, que “la autonomía no es un dato de la realidad, como tampoco lo es el protagonismo del sujeto y su ejercicio de la iniciativa en las decisiones. En los hechos, somos constituidos como objetos por la sociedad y por las relaciones sociales que predominan en ellas… La imposición de una lógica exterior al sujeto, lo convierte en objeto. El verdadero sujeto pasa a ser el partido o la dirección sindical. Toda decisión que no emane del propio sujeto, lo aliena.”
La posibilidad de ejercicio de la autonomía, es condición para la constitución de sujetos históricos, protagonistas de las batallas emancipatorias. Es por ello que todas las prácticas de dominación intentan cercenar esta dimensión de las organizaciones populares, intentando medrar para ello con la cultura de la desesperación, que emerge de las condiciones de sobrevivencia. “Los modelos de beneficencia -señala Rebellato- no hacen más que prolongar esta situación de objetos, sólo que legitimada bajo la afirmación de que es bueno para nosotros que sigamos siendo así, que la gente no tiene otra alternativa y posibilidad”

Es una batalla cultural de dimensiones gigantescas. Esto requiere ser más conscientes de la dimensión histórica de la subjetividad en la lucha liberadora, que abarca no sólo la creación de lazos solidarios imprescindibles para la constitución de un bloque histórico, sino también la forja de una identidad de resistencia que favorezca el reconocimiento de quienes sufren la opresión en diversas formas, no sólo las que se originan en la explotación económica, sino también las diversas maneras con que se ejerce la dominación. Es imprescindible que la batalla por la creación de una conciencia nueva sea acompañada por una apertura a nuevos sentimientos, a nuevas sensibilidades, que posibiliten superar las rigideces que la cultura de la dominación introyectó en el saber popular e incluso en las organizaciones revolucionarias.

En la búsqueda de respuestas que aporten al desarrollo de una política emancipatoria, se plantea también el debate sobre qué tipo de organizaciones estamos creando. ¿Pensamos el desafío al poder y a la hegemonía capitalista y patriarcal, desde organizaciones o movimientos que reproducen o confrontan en su misma lógica a las políticas de Estado, definiéndose desde el apoyo o la oposición a las mismas?

Si las opciones políticas se achican al punto de reducirse a apoyar a gobiernos o a oponerse, sin creación de un concepto propio de política, de poder, de proyecto, no sería extraño que se reprodujera en estas organizaciones, las lógicas del poder que se creen combatir: autoritarismo, jerarquías, hegemonismo, clientelismo, verticalismo, machismo, homofobia, hipocresía, doble moral, individualismo, marginación de la crítica, pragmatismo, cortoplacismo, sustitución del diálogo por la orden, de la consulta por la voz de mando, de la solidaridad por la competencia. Por este camino, estas organizaciones o movimientos se vuelven tan espejo del Estado, que no resulta compleja su cooptación, su integración, su manipulación; y si esto no es posible, su fragmentación y disolución.

Creo que en los movimientos populares que se están desarrollando en la Argentina, ha habido aprendizajes que permiten pensar la superación de estos límites. Se van sorteando dicotomías establecidas con rigidez entre lo social y lo político, se va imaginando la posibilidad de crear momentos de unidad en un campo fragmentado y marcado por la diversidad, se va proponiendo modelos organizativos que parten de la organización de los excluidos, pero que no se agotan en la esfera de dar respuesta a la sobrevivencia. Se generan experiencias de poder popular, limitadas en el espacio o en el tiempo, pero que permiten acumular fuerzas, capacidad de desafío, iniciativa, protagonismo, ejercicio de la autonomía.

Frente a estos aprendizajes, el poder reacciona, manipulando y comprando conciencias, y avanzando en las políticas de militarización, judicialización de la protesta, combinado con políticas de contrainsurgencia en las regiones donde se encuentran mayores desafíos, y con descargas de asistencialismo para apagar los posibles incendios. Fue aprobada por el congreso la Ley Antiterrorista, vuelve a discutirse la posibilidad de dar inmunidad a las tropas extranjeras, para garantizar la presencia de Bush en la cumbre de Mar del Plata. Se continúa con la entrega de los bienes naturales fundamentales.

En este contexto, vale la pena pensar en una agenda de debates que nos permita pensar en ejes de acción común, que articulen nuestros esfuerzos hoy fragmentados en el terreno de la resistencia, pero que nos permitan también volver a pensar juntos en las posibilidades y dificultades del camino común. En esta dirección, creo que necesitamos conocer mejor las políticas del imperialismo, las modalidades con las que se ejerce la dominación, de manera de actuar cada vez más concretamente en el terreno de la denuncia o de la obstaculización de las políticas de saqueo de nuestros bienes o de militarización del pais.

La batalla cultural imprescindible para subvertir el sentido común y crear nuevos sentidos implica una práctica pedagógica. Éste es el espacio de la educación popular, a la que seguimos considerando como una pedagogía de los oprimidos y oprimidas, como una pedagogía de la resistencia y de las emancipaciones, que concibe a la esperanza como una necesidad ontológica, y que se reconstruye cotidianamente en la invención de los nuevos mundos posibles.

Entendemos a la educación popular, como acción cultural por la libertad. Como una pedagogía del conflicto y no del “orden”, del diálogo de saberes y no del pensamiento único, de la pregunta y no de las respuestas repetidas, de lo grupal y colectivo, frente a las prácticas y teorías pedagógicas que reproducen el individualismo y la competencia, de la democracia y no del autoritarismo. Es una pedagogía de la libertad, frente a las que refuerzan la alienación. Es una pedagogía que hace del acto de enseñar y aprender, una de las tantas maneras de comprender y transformar el mundo. Es una pedagogía del placer, frente a las que escinden el deseo de la razón. Es una pedagogía de la sensibilidad, de la ternura, frente a las que enseñan la agresividad y la ley del más fuerte, como camino para la integración en el capitalismo salvaje. Es una pedagogía del ejemplo, que hace de la relación teoría-práctica una base ontológica fundamental, afirmada en la vida cotidiana y en las resistencias de los pueblos. Es en esa perspectiva, una pedagogía anticapitalista, antiimperialista, libertaria, socialista.

Fuente del articulo: http://www.nodo50.org/americalibre/educacion/korol2_110705.htm

Fuente de la imagen: https://andumarevista.files.wordpress.com/2014/10/pedagogia-emancipadora.jpg

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España: 19,5 millones para que Murcia mejore la calidad de su educación

Europa/España/10 Diciembre 2016/Fuente:laopiniondemurcia /Autor: EFE

El Consejo de Ministros ha aprobado hoy que se destinen 385 millones de euros a las comunidades autónomas para el desarrollo de medidas de mejora del sistema educativo

El Consejo de Ministros ha aprobado hoy que se destinen 385 millones de euros a las comunidades autónomas para el desarrollo de medidas de mejora del sistema educativo, en desarrollo de lo acordado en la última conferencia sectorial de Educación, de los que 19,5 millones son para la de Murcia.

Las mayores partidas son las dedicadas a la implantación de nuevos ciclos de Formación Profesional Básica (230,5 millones) y de los nuevos itinerarios en Educación Secundaria Obligatoria (ESO), con un presupuesto de 93,8 millones de euros.

Además, se ha aprobado una partida de 24 millones de euros para la compra hasta el 31 de diciembre de 2017 de libros de texto y material didáctico para «favorecer los principios de equidad e igualdad para compensar las situaciones socioeconómicas más desfavorables», según la referencia del Consejo de Ministros.

Otras de las partidas importantes serán las del programa de Cooperación Territorial de necesidades específicas de apoyo educativo, con 13,5 millones de euros; la destinada al desarrollo de acciones de calidad en la Formación Profesional (10,8 millones) y la del programa de cooperación territorial para el aprendizaje de lenguas extranjeras, con una dotación de 7 millones de euros.

El Consejo de Ministros ha aprobado también destinar, con 1,5 millones de euros cada uno, a tres programas de cooperación territorial.

Así, se dedicará esa cantidad al programa de cooperación territorial de convivencia escolar, a la financiación del desarrollo de las pruebas de evaluación final de Primaria, y a la cooperación territorial en salud escolar.

Finalmente, la financiación de acciones de Formación Profesional dual recibirán 1,2 millones de euros, mientras que a las confederaciones y asociaciones de padres y madres de alumnos se destinarán 157,229 euros.

Por comunidades autónomas, la mayor partida será para Andalucía (86,1 millones de euros), seguida de la Comunidad Valenciana (49,4 millones) y Madrid (48,6 millones).

A continuación se sitúan Castilla-La Mancha y Castilla y León, con 26,3 y 26,2 millones de euros, respectivamente, y Galicia, con 23,6 millones, y Canarias (20,4 millones).

Por debajo de los veinte millones se sitúan Murcia (19,5), País Vasco (19,4), Extremadura (13,8), Aragón (11,7) y Baleares (10,5 millones de euros).

Cataluña (7,6 millones), Cantabria (6), Asturias (5,6), Navarra (4,9) y La Rioja (4,8) completan la lista.

Fuente de la noticia: http://www.laopiniondemurcia.es/comunidad/2016/12/09/aprobados-19-millones-murcia-mejore/789389.html

Fuente de la imagen: http://medialb.ultimedia.com/multi/35mzm/83rxsq-X.jpg

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Latinoamérica y el racismo de sus intelectuales

Por: Ollantay Itzamná

El fracaso de los diferentes proyectos de Estado nación en América Latina plurinacional se debe, en buena medida, al racismo y a la ilusión por la “sangre azul” que habitan y habitaron a muchos de sus pensadores.

El racismo legitimado por la academia, en buena medida, fecundó pensadores esquizofrénicos, avergonzados de sus genes indígenas, ilusionados por la “blanquitud” aparente, condenados a la eterna ficción y anomia existencial. Así, la condición de colonialidad remozada se normalizó en la filosofía y ciencias sociales latinoamericanas.

Guatemala y el cotidiano racismo de sus intelectuales

La pasada semana, el octogenario “intelectual guatemalteco”, de renombre internacional, Edelberto Torres-Rivas, en una entrevista radial, en Guatemala, sentenció:

“Los indígenas son tristes y desconfiados”, y lamentó que gente miserable de Las Hurdes, Extremadura, España, haya sido quienes colonizasen Guatemala (hace cinco siglos) y no los catalanes de piel más blanca y ojos azules.

El intelectual “progresista”, máximo consultor (casi vitalicio) de PNUD, CEPAL, FLACSO, BM, etc., reiteró lo que sus predecesores “intelectuales de renombre” ya habían instalado en el imaginario colectivo hegemónico: Es la herencia genética y cultural indígena la que traba y trabó el desarrollo de Guatemala.

Esta externalización del espíritu del prominente intelectual indica no sólo la vigencia encubierta del vergonzoso deseo de la eugenesia (para blanquear los policromáticos genes de guatemaltecos) instalado en el espíritu del intelectual chapín, sino también que las políticas públicas, los programas de cooperación al desarrollo y los contenidos de la academia están definidos en buena cuenta por las supersticiones (miedos y deseos) de intelectuales racistas.

La academia latinoamericana premia el racismo y censura la autenticidad

Las inconclusas historias de los países latinoamericanos están empedradas de renombrados pensamientos racistas de prominentes filósofos etnofágicos como Guillermo Francovich, Gabriel René Moreno (ambos en Bolivia), José Vasconcelos (en México), Alejandro Deustúa (en Perú), por mencionar algunos. Reconocidos y premiados literatos racistas (incluso premios nobel) como el guatemalteco Miguel Ángel Asturias o el peruano Mario Vargas Llosa, conforman la pléyade de las letras.

Lo vergonzoso no es el racismo expresado por estas “eminencias” premiadas y galardonadas a nivel regional y mundial, sino que sus ideas racistas y sus deseos supersticiosas fueron y son enseñadas y asimiladas en los diferentes centros de formación/investigación como verdades científicas. Los miedos y deseos de pensadores racistas, edulcoradas con tecnicismo científicos, se constituyen en verdades replicadas y asimiladas por mestizos e indígenas en las universidades y centros de investigación.

Organismo regionales y mundiales, que administran miles de millones de dólares supuestamente para superar los males congénitos de los “países subdesarrollados”, pagan y asumen los informes/ideas prejuiciosas de estos pensadores como líneas científicas para sus programas de desarrollo. Quizás por ello Latinoamérica continúa siendo una de las regiones más desigual y racistas del mundo.

Informes de las consultorías de estos pensadores, incluso salen con el rótulo de “interculturales” o “multiculturales”. Torres-Rivas escribió un informe/cuaderno para PNUD, en 2005, titulado La Nación Multicultural y el Racismo. Esto es lo preocupante. ¿Será que lo hacen inconscientemente?

Todas las políticas públicas eugenésicas (orientadas a aniquilar genética y culturalmente a los pueblos indígenas), en los diferentes países latinoamericanos, estuvieron y están orientadas y fundamentadas en las “verdades científicas” formuladas o copiadas por intelectuales habitados por el racismo y el deseo iluso por la “sangre azul”.

Las guerras de exterminio contra pueblos indígenas, como el genocidio en Guatemala, estaban fundamentadas en “fórmulas científicas” de intelectuales, discípulos de Joseph Arthur de Gobineau.

No se puede, ni se podrá, democratizar a los países latinoamericanos, culturalmente megadiversos, premiando el racismo y a sus ideólogos. Como tampoco las y los indígenas despiertos estaremos dispuestos a continuar sometidos a los estados etnofágicos.

En otros términos, mientras el racismo esté académicamente premiado, socialmente permitido, y políticamente establecido en las instituciones públicas y privadas, jamás habrá democracia integral para nadie, mucho menos estabilidad para el mal desarrollo de las élites privilegiadas.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=220246

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Publicación de recursos valiosos para luchar contra la violencia de género

Por: Internacional de la Educación.10-12-2016

En el marco de la campaña de 16 Días de activismo contra la violencia de género, la ONU Mujeres ha publicado un “Paquete de elementos básicos para abordar la violencia contra las mujeres” dirigido a defensores, responsables de programas y responsables políticos.

La campaña 16 Días de activismo contra la violencia de géneroes una campaña internacional anual, que comienza el 25 de noviembre – Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer – y termina el 10 de diciembre – Día Internacional de los Derechos Humanos. Estas fechas simbólicas se eligieron expresamente para hacer hincapié en que la violencia contra las mujeres y las niñas es una violación de los derechos humanos.

El lema de la campaña 16 Días de este año es: “De la paz en el hogar a la paz en el mundo: ¡educación segura para todos y todas!”

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PISA no refleja realidad del país: CNTE

América del Norte/México/Diario Mx

Ciudad de México— Líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) afirmaron que los resultados de la prueba PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no reflejan la realidad educativa de México.

Los dirigentes llamaron a la OCDE a explicar los criterios, teorías y conceptos que utilizaron para evaluar a los alumnos de escuelas públicas y privadas del país.

«Nosotros no apoyamos el PISA. No corresponde a la realidad mexicana. Es una implementación internacional de medición de conocimientos ¿en base en qué?, pregúntenle a PISA y pregúntenle a Nuño. Nosotros no la reconocemos como tal», sostuvo Enrique Enríquez, líder de la Sección 9 de la Ciudad de México.

El dirigente llamó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) a responder por qué luego de la reforma en la materia y la evaluación docente no se han dado los resultados esperados.

El profesor hizo estas declaraciones en el Club de Periodistas al presentar junto con otros dirigentes la iniciativa ciudadana para modificar los Artículos 3 y 73 constitucionales, que son la columna vertebral de la reforma educativa.

Eligio Hernández, líder de la Sección 23 de Oaxaca, afirmo que los bajos resultados registrados en la prueba PISA tienen que ver con el fracaso del sistema educativo nacional.

«Los resultados muestran la errónea conducción de la política educativa en nuestro país. No consideran la realidad intercultural y la pluriculturalidad de nuestro país», dijo en entrevista.

Hernández agregó que los bajos niveles que reflejan las escuelas privadas muestran que existen un desorden en la regulación de planteles privados.

Arrancan protestas

Para exigir la reanudación de las mesas de negociación con el gobierno federal, la Coordinadora inició hoy protestas en Chiapas, Michoacán, Guerrero y Oaxaca.

Daniel López Castellanos, líder de la Sección 7 de Chiapas, informó que hoy en Michoacán arrancaron tres días de manifestaciones en la entidad.

López Castellanos enfatizó que en Chiapas las secciones 7 y 40 harán bloqueos carreteros en 7 puntos estratégicos de la entidad.

En tanto, el próximo viernes en Guerrero realizarán una marcha en Chilpancingo.

«Todo esto, como parte de una ruta para empezar a calentar motores para lo que viene en el 2017», amagó.

Inician recolección de firmas

La CNTE prevé entregar al Senado el 9 de febrero su iniciativa ciudadana.

Por ello, la próxima semana iniciará con la recolección de miles de firmas en el país.

Los dirigentes llamaron a sindicatos, organizaciones sociales, campesinas, obreras y estudiantiles a participar con su firma de apoyo.

Fuente: http://diario.mx/Nacional/2016-12-07_459c122b/pisa-no-refleja-realidad-del-pais-cnte/

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Abajo Euclides y la enseñanza de la Matemática

 

Por Heriberto Rivera

Todos sabemos por la experiencia vivida como estudiante y luego como docente que la enseñanza de la matemática siempre ha adoptado una metodología tradicional fundamentada en la memorización, el caletre, asumiendo axiomas y teoremas sin mayor razonamiento por parte de los estudiantes.

Quizás una de las fallas que se le podría adjudicar al aprendizaje de la misma, además del poco apego por la lectura, lo cual es fundamental- tanto en docentes como estudiantes-es que en el aula de clases se enseña una matemática totalmente descontextualizada y aislada de la realidad como si ella no estuviese influenciada por los diversos acontecimientos políticos sociales que determinan el perfil de la sociedad, es decir una enseñanza ahistorica y tecnicista.

En este contexto, hoy saludamos el incentivo que aspira comience a desarrollar otra metodología para enseñar y aprender matemática con el cambio curricular en la educación media ;la matemática viene siendo utilizada como embudo continuando la tradición de los griegos de sistemas escolares excluyentes que impiden el progreso de la masa estudiantil con el oscuro fin de operar con carácter selectivo que favorece los intereses mezquinos con la drástica influencia que el proceso colonizador impuso a punta de espada y cruz ;de allí la expresión abajo Euclides presente en el documento proceso de transformación curricular en educación media del Ministerio del Poder Popular Para La Educación de junio 2016.

Desde hace tiempo, se viene haciendo énfasis a través de investigaciones serias y bien documentadas indican que la razón por la que los jóvenes salen tan ignorantes de las escuelas es porque no han tenido contacto con nada de utilidad en la vida diaria. Queda claro que la problemática del abordaje de los hechos de la vida cotidiana desde las aulas, tiene veinte siglos de estudio, y sigue siendo de interés.

De igual forma, las propuestas de investigación como medio de aprendizaje y de enseñanza tampoco son nuevas. Ya Locke, Rousseau o Dewey formularon propuestas en este sentido. Según García y Cañal (1995),citados por Campanario Y Moya, la diferencia que a ella se agrega en estos momentos, es la necesidad de integrar los conocimientos, de vincularlos entre sí, en una orientación constructivista.

En ese sentido, Bruner (1997), heredero de la postura de Dewey, proponía desde los años ´60, un acercamiento a un aprendizaje reflexivo de las materias, que estableciera conexiones fuertes con la vida del estudiante y con su necesidad de comprender el contenido, más allá de su capacidad para repetir los enunciados del libro, más claro, ir más allá de la pedagogía del cuatro por dos.

El Comité Nacional de Estándares y Evaluación Diagnóstica de Educación Científica, Washington (1993), establece que: “la investigación en el aula es un medio para promover y apoyar la curiosidad y el espíritu cuestionador de los estudiantes. La investigación es un componente crítico del currículo de ciencias en todos los niveles y en todos los campos de la ciencia”, Stone Wiske (2003:54).

No obstante, la realidad revela que las matemáticas han constituido siempre un problema en el transito de la vida académica donde los estudiantes no consiguen dominar la matemática abstracta además que tampoco consiguen dominar las operaciones básicas de la misma.

En ese sentido, el docente investigador, Doctor en matemática Juan E. Nápoles Valdés (Marzo, 2016) plantea que “el problema de la enseñanza y aprendizaje de la matemática lo tienen todos los países de América Latina; no hay recetas universales”, y continua diciendo que “en toda América Latina cometimos un grave error y fue hacer lugar al movimiento que introdujo la “matemática moderna”; Se sustituyo nuestra matemática por otra importada de Europa”.

Al preguntarle por qué es tan difícil para los estudiantes el aprender matemática, este docente responde que “es muy importante el habito de la lectura para el aprendizaje de la matemática; Si no sabes leer como puedes aprender e interpretar matemática, la lecto comprensión es básica, como puede interpretar un teorema, si no sabes lo que lees, lo mismo con una definición”.

Según especialistas y estudiosos del problema afirman que la matemática que estudian nuestros muchachos en los liceos no convoca a aprender, ni tiene sentido, no tiene una aplicación en la cotidianidad.

En el documento sobre el cambio curricular del Ministerio del Poder popular para la Educación de junio 2016 en su página 126 se afirma que “se debe entender, que el estudio de esta área de conocimiento no debe ser simplemente una aceptación acrítica de conceptos abstractos y la memorización incomprendida.

Cronológicamente hablando, el cambio curricular en las matemáticas para la escuela secundaria, es de vieja data, pues al revisar el contexto sociohistorico e ideológico del nacimiento del comité interamericano de educación matemática así lo confirman.

En el seminario de Royaumont del año 1959, se dio inicio a un movimiento de renovación en la escuela primaria y secundaria y se prescriben las líneas centrales de lo que seria la llamada matemáticas modernas, así como se discutirían las pautas políticas para su realización; en dicho seminario, que congrego a los grandes matemáticos del momento, el destacado francés Jean Dieudonné sacude a los presentes con la expresión “abajo Euclides”, “fuera Euclides”sugieriendo una serie de cambios en los programas de enseñanza de la matemática, que de acuerdo a su visión, estaban acordes con la edad cronológica del estudiante. (MPPE, Pág. 121).

Dicho seminario fue de gran trascendencia para el futuro de la enseñanza de la matemática; Allí la intervención del matemático francés Jean Dieudonné, terminó con estas palabras: “Si todo el programa que propongo tuviera que condensarse en un sólo eslogan yo diría. ¡Abajo Euclides!”

A Euclides de Alejandría se le considera el gran sistematizador y maestro de la matemática griega.

Según, la docente Delibes (2001) afirma que Dieudonné añadió a su discurso una cautela didáctica: “Hasta los 14 años es razonable dar a la enseñanza de la matemática un carácter experimental, tanto en el álgebra como en la geometría y no hacer ningún intento de axiomatización, lo cual no impide el uso de ciertos razonamientos lógicos.”

Con la nueva reorganización de los contenidos de matemática, se buscaba con la reforma la organización en términos de estructuras matemáticas que permitieran una considerable economía del pensamiento en la moderna organización de las matemáticas generando con lo que se conoce como la filosofía estructural de las matemáticas.

Teniendo en cuenta que la Filosofía y matemáticas nacieron juntas en Grecia hacia el siglo VI a. C. la impronta filosófica generó razonamientos matemáticos deductivos partiendo de premisas precisas, esto es, la matemática tal y como hoy aún la entendemos.

En el manuscrito de 1401 de «La República» de Platón refería que la Matemática no sólo era una realidad perfecta, sino era la auténtica realidad de la cual nuestro mundo cotidiano no es más que un reflejo imperfecto; por tanto los conceptos de la Matemática son independientes de la experiencia y tienen una realidad propia, se los descubre y no se les inventa o crea: «los matemáticos pueden usar dibujos y razonar sobre ellos», escribió Platón en La Republica, «pero sabiendo que no están pensando en esos dibujos en concreto, sino en lo que ellos representan: así, son el cuadrado absoluto y el diámetro absoluto los objetos de su razonamiento, no el diámetro que ellos dibujaron».

De esta forma Platón concluye que la Matemática ha de ser independiente de todo pragmatismo empírico y de la utilidad inmediata y además ésta debe servir de introducción al estudio de la Filosofía y de ejercer de fundamento a todo el saber humano. Plutarco cuenta en sus Vidas Paralelas la indignación de Platón contra aquellos que «degradaban y echaban a perder lo más excelente de la Geometría al trasladarla de lo incorpóreo e intelectual a lo sensible y emplearla en los cuerpos que son objeto de oficios toscos y manuales».

Pero el mal ya estaba hecho, su eslogan, sacado del contexto, dio la vuelta al mundo para ocasionar más confusión que beneficio. Supuso una coartada matemática magnífica para que los entusiastas reformadores hicieran caso omiso de las últimas recomendaciones y se precipitaran a eliminar la geometría euclidiana de todos los programas de matemáticas de primaria y secundaria.

Treinta años después, admitido el fracaso de la Matemática Moderna, tanto Euclides como Dieudonnée han quedado proscritos, acusados de abstractos, formalistas, rigurosos y lo que hoy en día es mucho más grave, de “elitistas y ajenos a la realidad”.

Anteriormente, a comienzos del siglo XX, el avance alcanzado por la Matemática distaba enormemente del desarrollo alcanzado por la enseñanza de la misma. Es a partir de los primeros años de ese siglo y como consecuencia de los congresos de Paris en 1900 y Heidelberg en 1904, que se crea la Comisión Internacional para la Enseñanza de la Matemática (ICMI, International Commission on Mathematical Instruction), nombrándose al destacado matemático alemán Félik Klein, como presidente de la misma. Las ideas propugnadas por Klein tuvieron gran influencia en la enseñanza media y elemental en muchos países. El habló siempre del armónico balance que debía existir entre la parte formal o abstracta de la Matemática y la parte intuitiva.

Como consecuencia de esto, según Nápoles (2005), a finales de la década de los 60, surgió un fuerte rechazo a esta “nueva ola” y apareció el movimiento de vuelta al dominio de las “técnicas básicas”. Dicho movimiento, que continuó a lo largo de la siguiente década, puso el énfasis en los ejercicios y en la repetición. Se centró en el dominio de operaciones y algoritmos básicos, suponiéndolos fundamento de estudios posteriores. Sin embargo, se comprobó que dominar lo fundamental no era suficiente. Los alumnos tenían que ser capaces de poder pensar matemáticamente y de poder resolver problemas, así nace el movimiento en favor de la enseñanza por resolución de problemas.

En cuanto a lo que es un problema en matemática, no se consideran problemas aquellos ejercicios rutinarios que se presentan en clases de matemáticas para desarrollar algunas habilidades específicas y que en ocasiones promueven la memorización y el mecanicismo, al contrario la resolución de problemas es un proceso productivo y no meramente reproductivo. (Mazario).

En ese mismo razonamiento otros estudiosos afirman como M.J Llivina (1999) citado por Sepúlveda, precisa, cuando un ejercicio tiene carácter de problema, sobre esta base expresa “un ejercicio es un problema si y solo si la vía de solución es desconocido por la persona”; al respecto, Martínez Torregosa (1999), afirma “un correcto planteamiento didáctico de la resolución exige distinción entre ejercicios y problemas. Para los ejercicios el alumno tiene ya disponible respuestas satisfactorias para lo que ha sido preparado y -al contrario de lo que sucede en un verdadero problema-no hay incertidumbre en su comportamiento.

Según Sepúlveda et al (2008), el estudiante, debe aprender a través de la resolución de problemas a desarrollar procesos de pensamiento ordenado, que poco a poco se van convirtiendo en una habilidad para encontrar estrategias adecuadas, para determinados tipos de problemas, lo cual permite el desarrollo de nuevas comprensiones matemáticas.

Al parecer, cada estudiante desarrolla su propio “umbral de problematicidad” diferente para cada persona y por encima del cual se puede considerar que una situación constituye un verdadero problema para la persona implicada.

El estructuralismo como referencia filosófica de la matemática, se fundamenta en el pensamiento de un matemático llamado Nicoolas Bourbaki, que según Bombal (2001) nos dice que “Nicolás Bourbaki es el seudónimo colectivo de un grupo de matemáticos, la mayoría franceses, que se creó en la década de los 30 y se ha ido renovando con el tiempo, y que es responsable de la publicación de un monumental tratado que, con el título de Eléments de Mathématique, tenía como objetivo la exposición, de forma sistemática y rigurosa, de las nociones y herramientas básicas para el desarrollo de toda la Matemática. El título mismo de la obra muestra claramente el intento de emular el papel que tuvieron los Elementos de Euclides en la Geometría griega; Se trataba de construir una base suficientemente amplia y sólida para sustentar lo esencial de las matemáticas moderna. Siendo la idea básica del estructuralismo: lo importante no son los elementos estudiados, sino las relaciones entre ellos.

Bibliografía.

Bombal, F “El matemático que nunca existió”. Revista Real Academia de ciencias exactas, físicas y naturales. Vol. 105, nº 1pp 77-98; 2011.

Campanario, J y Moya, A. ¿Cómo enseñar ciencias? Principales tendencias y propuestas. Enseñanza de la ciencias, 1999,17(2).

Mazario, I. La resolución de problemas: un reto para la educación matemática contemporánea.

Nápoles, J. Enseñanza de las ciencias y matemáticas. www.oei.org.co; recuperado, 26 de marzo de 2016.

Sepúlveda, A. et al. “La resolución de problemas y el uso de tareas en la enseñanza de las matemáticas” en Educación matemática, vol. 21, nº2, agosto 2009.

Stone, W. La enseñanza para la comprensión. Editorial Paidós.

Artículo enviado por su autor a la redacción de OVE

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En Holanda: un niño puede necesitar tener cuatro padres legales

Resumen:

La comisión estatal Herijking ha presentado un informe por el cual concluye que el derecho de familia que rige en la legislación holandesa debe adaptarse a los cambios que vive la sociedad actual en cuanto a paternidad se refiere. Creada en 2014 a petición del secretario de Estado de Seguridad y Justicia, la comisión aconseja que se reconozca como padres legales también a las parejas de progenitores separados, con un máximo de cuatro personas y dos viviendas diferentes. Se pretende así que los padres no biológicos tengan los mismos derechos hacia su hijo que los biológicos, lo que acabaría con impedimentos del día a día como la renovación del pasaporte, las decisiones a tomar en caso de hospitalización del menor o la libertad para viajar con él. Junto con el informe, la comisión ha presentado 5.000 firmas insistiendo en la adaptación de la ley.

Het moet wettelijk mogelijk worden dat een kind meer dan twee ouders heeft. Dat advies geeft de staatscommissie herijking ouderschap aan het kabinet. De commissie onderzocht twee jaar lang hoe zaken in het familierecht kunnen worden aangepast aan de veranderende maatschappij.

Nu het aantal meeroudergezinnen toeneemt, vindt de commissie het niet meer dan logisch dat een kind juridisch gezien meer ouders kan hebben. Het zou moeten gaan om maximaal vier ouders, die maximaal twee huishoudens vormen.

De huidige wet erkent de constructie van een meeroudergezin niet. Volgens de geldende regels kunnen hooguit twee mensen juridisch ouder zijn van een kind en daarover gezag uitoefenen.

Meeroudergezinnen lopen daardoor tegen allerlei problemen aan. Niet-biologische ouders zijn niet beslissingsbevoegd als hun kind in het ziekenhuis ligt. Ze kunnen geen paspoort aanvragen voor hun kind en niet vrij reizen. Om aan te dringen op een nieuwe wet, bood het COC de Tweede Kamer en minister Van der Steur recentelijk 5000 handtekeningen aan.

Regenbooggezinnen

«Vandaag de dag zijn er, meer dan vroeger, verschillende gezinssituaties. Eenoudergezinnen, samengestelde gezinnen, regenbooggezinnen. De staatscommissie wil de belangen van kinderen in al dit soort situaties juridisch borgen», schrijft de commissie.

Voor de conceptie moeten ouders aan een rechter een ‘meerouderschapsovereenkomst’ overleggen. Achteraf kan ook, maar dan moet altijd een curator meekijken. «Ouders moeten zich realiseren dat meerouderschap ingewikkeld is. Na de geboorte kunnen alle ouders, ook als het er drie of vier zijn, op de geboorteakte komen», zei voorzitter Wolfsen van de commissie bij de presentatie van het rapport.

Minister Van der Steur nam het rapport in ontvangst en zei dat het kabinet positief staat tegenover de adviezen. «We gaan er serieus naar kijken en het belang van het kind zal in vervolgtrajecten voorop staan».

Draagmoederschap

De commissie pleit ook voor een wettelijke regeling voor draagmoederschap. Door gebrek daaraan richten Nederlandse wensouders zich nu op het buitenland. Regels moeten ervoor zorgen dat het traject van draagmoederschap zorgvuldig verloopt. «Met respect voor menselijke waardigheid van kind en moeder», zegt de commissie. Een kind zou later zijn ontstaansgeschiedenis moeten kunnen achterhalen.

Fuente: http://nos.nl/artikel/2147018-advies-kind-moet-vier-ouders-kunnen-hebben.html

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