Panamá/28 de Noviembre de 2016/El Diario
Un proyecto para la construcción de una miniplanta de tratamiento de aguas servidas mediante la reutilización de neumáticos usados ganó hoy la quinta edición del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible en Panamá.
El proyecto llamado «Biollanti», galardonado con el primer lugar, fue desarrollado por los estudiantes del campus central de la Universidad de Panamá (pública), José Armando Herrera, Gabriela Rodríguez y Arantza Rivas Morales, con la guía de la profesora Erica Rodríguez.
El plan de este trío de estudiantes tiene la finalidad de darle uso a los neumáticos viejos a través de la construcción de un sistema sanitario de tratamiento de aguas residuales a bajo costo, mientras se ayuda a resolver el problema de la mala disposición del agua contaminada.
El segundo lugar del premio fue para el plan de un sistema de alto rendimiento y desalinizador solar del agua marina, un proyecto de la Universidad de Panamá en su extensión de la provincia occidental de Chiriquí, presentado por el estudiante de ciencias agropecuarias Abraham Gabriel Villamil y el profesor José Ricardo Castillo.
La idea de este sistema plantea la producción de 650 litros de agua potable diariamente mediante la desalinización del agua de mar, con la finalidad de beneficiar a las regiones insulares, litorales y comunidades que se abastecen a través de pozos o aguas salobres.
El tercer galardón lo obtuvo el equipo de los estudiantes de ciencias agropecuarias José Eduart Camarena y Juan Manuel Sánchez, y su guía y profesor Gerardo Sandoya, también de la extensión de la Universidad de Panamá en Chiriquí, que concursaron con un método novedoso para la producción agrícola y de horticultura, con un producto orgánico completo.
Esta técnica de «bioinsumos» corrige el ácido del suelo que evita la germinación de las semillas, en un proceso de muy bajo costo y con una duración de 21 días de trabajo a base de microrganismos y bacterias que permiten una producción limpia y orgánica.
En total fueron cinco los proyectos finalistas que concursaron en esta edición del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible, que otorgó una retribución en efectivo de 24.000 dólares para el primer lugar; 18.000 para el segundo y 12.000 para el tercero.
Cada uno de los premios es dividido en tres partes iguales: una parte para el estudiante o grupo de estudiantes; otra para el profesor asesor y la tercera para la universidad.
El jurado calificador evalúo en los proyectos presentados su excelencia de contenido, claridad y presentación, fundamentación y profundidad, contribución técnica y aplicabilidad.
El comité calificador estuvo integrado por Natalia Young, bióloga y especialista panameña en gestión ambiental y consultora sénior en Sostenibilidad y Responsabilidad Social; Valentín Monforte Arias, arquitecto panameño; y el brasileño Lucas Strasburg Ferreira, inventor y emprendedor, creador del proyecto Revofoot de prótesis con materiales alternativos.
Con este certamen Odebrecht busca incentivar a los jóvenes universitarios a realizar propuestas de ingeniería desde una perspectiva de desarrollo sostenible.
El director de Sostenibilidad de Odebrecht Panamá, Francisco Martins, dijo a Efe que este galardón es una iniciativa que promociona el emprendimiento creativo, es decir, «que la creatividad se asocie a la competencia técnica buscando soluciones que sean amigables con el medio ambiente y con la sociedad».
«La idea es seguir promocionando y seguir buscando un avance en un desarrollo más consistente en el apoyo a las universidades, para que Panamá tenga una base de enseñanza y de investigación científica que proporcione cada vez más ideas para la sostenibilidad del país», añadió.
Este premio inició en Brasil hace 8 años y se organiza en la actualidad en cerca de una docena de países, como México, República Dominicana, Cuba, Panamá, Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Argentina, Estados Unidos y también en África.
En 2015, un proyecto de Módulos de Aulas Bioclimáticas para Centros Educativos en Panamá ganó la cuarta edición del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible.
En septiembre pasado, la Fundación Parque Nacional Chagres ganó el Premio Rana Dorada 2016 que también otorga Odebrecht a las ONG con buenas prácticas y proyectos que ayudan a la conservación ambiental y el desarrollo sostenible en Panamá.
Fuente: http://www.eldiario.es/sociedad/Novedosa-planta-tratamiento-Odebrecht-Panama_0_584441574.html

Birmania. La crisis política que atraviesa el país y los conflictos armados entre musulmanes y budistas en el estado de Rakáin, han convertido a los niños en las mayores víctimas.
Burundi. Considerado uno de los países más pobres del mundo, se enfrenta una grave crisis alimenticia que ha obligado a más de 84.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, a desplazarse a países como Tanzania o Ruanda.
Irak. La crisis ha provocado que muchos niños abandonen sus estudios para buscar trabajo o alistarse en la guerra. Según la Unicef, más de 2,8 millones de infantes han abandonado sus hogares.
Nigeria. Se calcula que desde 2014 cerca de 250.000 niños sufren de desnutrición y gran parte de las escuelas y centros de salud han sido destruidos por el incremento de la violencia del grupo terrorista Boko Haram.
República Centroafricana. Miles de niños han sido víctimas de la explotación infantil y la violencia en medio del conflicto. Se calcula que más de 39.000 menores sufrirán de desnutrición aguda grave.
Siria. Más de dos millones de niños han abandonado la escuela y requieren de ayuda humanitaria a causa de la guerra. Se estima que la mitad de los refugiados que viven en condiciones de pobreza en países aledaños son menores de edad.
Sudán del Sur. A consecuencia de la guerra, aproximadamente 16.000 niños han sido reclutados por grupos armados desde el 2013. La Unicef calcula que otros 900.000 ahora son refugiados y 13.000 se encuentran desaparecidos.
Ucrania. El conflicto civil que sufre el país ha afectado a unos 580.000 niños, que han tenido que vivir entre bombardeos y combates. Muchos de ellos se han visto obligados a dejar la escuela.
Yemen. 9,9 millones de niños requieren de ayuda humanitaria tras agudizarse el conflicto en el en el último año. Más de dos millones de menores han abandonado las escuelas tras su destrucción o reconversión en refugios para los desplazados.






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