Reflexiones en torno al 8M: Día Internacional de la Mujer

Por: Karina Fuerte

«Invertir en las mujeres es un imperativo desde la perspectiva de derechos humanos y la piedra angular para crear sociedades inclusivas. Los avances para las mujeres benefician a todo el mundo».

 

En el mensaje editorial del mes pasado les compartí unos datos que me dejaron helada: «La igualdad de género se está estancando: faltan 131 años para cerrar la brecha». Sigo pensando en ese número: 131. Como el ritmo del cambio se ha ralentizado, se calcula que no será sino hasta el 2154 que las mujeres alcancemos la paridad (si es que esta se alcanza).

Disculpen si sigo un poco pesimista, pero es que a pesar de años y años de lucha, las cifras actuales no son muy alentadoras:

  • Al menos 4.050 mujeres fueron víctimas de femicidio/feminicidio en América Latina y el Caribe (CEPAL, 2023).
  • Entre el 63 % y el 76 % de las mujeres ha experimentado algún episodio de violencia por razón de género en distintos ámbitos de su vida en los países de la región (CEPAL, 2022).
  • El 8 % de la población femenina mundial (+340 millones de niñas y mujeres), vivirán en pobreza extrema en 2030 (Panorama de género 2023).
  • La brecha en el ingreso laboral medio entre mujeres y hombres es de 82,6 % en América Latina (promedio simple) en 2022 (CEPAL, 2023).
  • La principal barrera para la inclusión laboral de las mujeres es la carga de trabajo de cuidados, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
  • Las mujeres dedican 3 veces más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado (CEPAL, 2023).
  • Las mujeres rurales producen más del 45 % de los alimentos en los países en desarrollo, por lo que las sequías, inundaciones y otros fenómenos las afectan de manera considerable (ONU Mujeres, 2022).
  • Los eventos naturales y climáticos extremos cobran proporcionalmente más vidas de mujeres que de hombres.
  • De los 110 líderes mundiales que asistieron a la COP 27 solo 7 eran mujeres (United Nations Climate Change Conference COP 27, 2022).
    Fuente: ONU Mujeres

Estas son solo algunos de los datos y cifras publicados por ONU Mujeres en el marco del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) que este año lleva el lema: «Invertir en las mujeres: Acelerar el progreso”. Y es que ninvertir en las mujeres, no solo en tema de equidad y brecha de género, sino también para erradicar los problemas e injusticias a los que nos enfrentamos, es para beneficio de toda la sociedad, no solo para nosotras las mujeres. «Invertir en las mujeres es un imperativo desde la perspectiva de derechos humanos y la piedra angular para crear sociedades inclusivas. Los avances para las mujeres benefician a todo el mundo», señala un comunicado oficial de ONU Mujeres.

Quienes nos siguen desde hace tiempo saben que en el Observatorio IFE nos preocupan (y nos ocupan) problemáticas mundiales como la desigualdad, la equidad de género, la discriminación y la brecha de género, el cambio climático, la pobreza, los estereotipos, sesgos, la violencia de género, y un largo etcétera. Estos son problemas que tenemos presentes día con día, y que por lo tanto, buscamos darles visibilidad los 365 días del año, en la búsqueda de respuestas, soluciones y con el objetivo de crear consciencia sobre estas grandes problemáticas.

El mes de marzo, por supuesto, no es la excepción. Por eso, esta semana estaremos publicando contenidos relacionados al Día Internacional de la Mujer, con reflexiones muy interesantes de parte de nuestro equipo de redacción y de otras áreas dentro y fuera de la institución. A continuación te comparto algunas de estas publicaciones:

 

Hasta la próxima,

Karina Fuerte
Editora en jefe, Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0 

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¿Por qué el feminismo no es uno solo?

Por: Sofía García-Bullé

 

Para entender el proceso que llevó al feminismo a ser lo que es el día de hoy, es crucial entender los temas centrales de las cuatro olas del feminismo.

El 8 de marzo es un día para rememorar y reflexionar sobre el progreso social obtenido y el camino que falta aún para lograr una estructura social más justa para las mujeres. Pero ¿qué significa eso hoy en día? Más allá de las injusticias sociales que afectan a las mujeres, pareciera que el feminismo también intenta explicar quién, cómo y porqué una persona es mujer. ¿Son cuestionamientos que caben dentro del movimiento o son preguntas sin las cuales el cuestionamiento ya no puede entenderse?

Si una mujer es blanca, negra, musulmana, trans, o si pertenece a la clase media, alta o baja, se ha vuelto un aspecto trascendental para entender su postura dentro de un contexto feminista. No todas las posturas dentro del movimiento son iguales, algunas son tan diferentes que no parecen provenir del mismo movimiento, en varios casos no es así. Pero para comprender esto necesitamos tener claros dos parámetros importantes que dan significado al feminismo: las cuatro olas del feminismo y la interseccionalidad.

En términos generales, se divide al feminismo en cuatro olas. Se dice que estamos en un periodo de transición hacia esta última, pero ese es un tema en el que no hay consenso completo. El acto de abogar por la existencia digna, la capacidad e inteligencia de las mujeres, precede a la formación del feminismo como movimiento organizado, y se pueden encontrar ejemplos de esto en la Antigua Grecia, la Europa Medieval y hasta el Japón Feudal. Fueron estas instancias, aisladas pero constantes, las que dieron una base teórica e intelectual para solventar un movimiento organizado.

Primera Ola: el derecho al voto y a la educación

La primera ola del feminismo se concentró en demoler el rol femenino como subordinado y subsirviente del masculino, y los objetivos políticos para lograrlo eran claros: conseguir el derecho al voto, lo que les daría el poder para acceder a una educación igualitaria, así como libertad física y financiera de sus tutores varones.

La agenda de esta primera ola se consolidó en 1848, con tan solo 300 mujeres y hombres dentro de las filas. En este momento histórico había un vínculo significativo con la intención antiabolicionista y sufragista que dio foro a activistas como Sojourner Truth y Paulie Murray. La primera ola entendía la igualdad de derechos como la admisión de las mujeres en los espacios políticos y económicos, pero una existencia plena consta de más aspectos, por eso no podemos decir que el solo hecho de conseguir el derecho al voto y a la educación el feminismo se volviera igualitario desde un punto de vista jurídico, o que había triunfado de nuevo y sobrevivido su utilidad.

Segunda Ola: la radicalización y la revolución sexual

La década de los 60 y 70  se desenvolvió dentro de un marco de movimientos anti-guerra, desconfianza hacia el Estado, el movimiento de derechos civiles y una creciente conciencia acerca de las minorías sociales que no eran de sexo o raza. Si bien, el pensamiento radical dentro del movimiento ya existía desde la primera ola, este se normaliza y se adopta como parte fundamental del proceder feminista. Voces como las de Gloria Steinem, Angela Davis o Dolores Huerta se vuelven representativas del movimiento. La pieza central de esta fase se centra sobre los derechos reproductivos y sexuales, el empoderamiento femenino, el anticolonialismo y el inicio de un enfoque interseccional.

Con presencia de mujeres en más espacios fuera del hogar, ya no se trataba solo de las mujeres como un solo grupo. El feminismo comienza a abarcar más temas: las mujeres y los derechos civiles, las mujeres y el trabajo, las mujeres y su rol en el campo, entre otros. Es en estos años en los que se consolida como una corriente social y política de alcance mundial. Para la década de los 90, que vio los años finales de la segunda ola y los albores de la tercera, había surgido otro marco conceptual que vendría a cambiar cómo entendemos el feminismo de base y a diversificarlo aún más: la teoría queer.

Tercera Ola: interseccionalidad y teoría queer

La década de los 80 fue especialmente dura para la comunidad LGBT, la respuesta pública ante la epidemia de SIDA dejó clara la necesidad de crear organizaciones que abogaran por la dignidad humana de las personas no heteronormadas. El género y la sexualidad comenzaron a ser tema de coyuntura tanto del feminismo como del movimiento LGBT. La consecuencia epistémica de este momento espacio-tiempo es la teoría queer.

El término fue acuñado por Teresa de Lauretis en 1991 en un diario de estudios culturales feminista. El término abarca tres aspectos: no dimensionar la heterosexualidad como el único ejemplo de la sexualidad; desafiar la creencia de que los estudios de la sexualidad lesbiana y gay son una sola cosa; y la visibilización de cómo la raza y la etnicidad influyen sesgos sexuales.

Con esta última pieza, el feminismo define los temas principales con los cuales se les asocia en la búsqueda de justicia y equidad: sexo, raza, etnia y clase económica, sexualidad y género. Fue esta diversidad de temas lo que hizo necesaria la intersección como ejercicio básico del movimiento. Esto permite cubrir más áreas de desigualdad, pero de la misma forma, crea disonancias epistémicas importantes dentro del feminismo. Nos invita a cuestionar ¿de qué se trata realmente? ¿Tenemos un punto común si hay diferencias tan marcadas en distintos sectores del feminismo? ¿Cómo se puede decir que personas pro vida y pro derechos reproductivos pertenecen al mismo movimiento? ¿Cómo suponer lo mismo de personas que reconocen los espectros de género y la transexualidad y personas que no lo hacen?

Cuarta Ola: un feminismo diverso

Los anteriores cuestionamientos forman parte del marco teórico de la cuarta ola del feminismo iniciada a principios de los 2000, cuyos temas centrales son el acoso sexual, el estándar de belleza física (bodyshaming) y la cultura de la violación. No estamos hablando de temas sencillos pero tampoco nuevos. El feminismo ha tenido que resignificarse constantemente desde sus inicios. Dentro de este proceso siempre hay ideas y perspectivas que fueron “normales” o “positivas” en un contexto temporal específico pero ya no lo son en el siguiente.

Paulie Murray, quien sentó las bases legales para el fin de la segregación racial, defendió el uso de la de la palabra negro en los años 40; Gloria Steinem, una de las líderes más prominentes del feminismo de la segunda ola firmó una carta que ayudó a validar la tolerancia del discurso transfóbico en 2020. Si bien compartió una perspectiva diferente dos años después, firmando otro mensaje público en favor de los derechos de las personas transgénero en 2022, el proceder de Steinem proceder deja claro que el feminismo no está escrito en piedra, no está exento de crítica, nuevos aprendizajes y evolución. Y si es algo cambiante hasta para una misma persona al pasar de los años, lo es aún más para los millones de personas que se entienden a sí mismas como feministas.

¿Esto quiere decir que el feminismo como tal ya no existe o que perdió su dirección y propósito? ¿Que por eso ya no es efectivo o necesario? En absoluto, el feminismo como movimiento social ha sobrevivido el tiempo suficiente y se ha integrado a la fibra social de tal manera que lo que necesita no es desaparecer, sino establecer métodos, críticas y lineamientos concretos. Definir no solo para quién es, sino para quienes, como respuesta a todas las demás áreas de desbalance social a las cuales el feminismo se dirige actualmente. Organizarse, agendar y dirigirse a los temas planteados en esta última ola con los aprendizajes obtenidos en el contexto social y político actual, sin aferrarse a aquellos que en su momento sí representaron un avance pero que hoy son anacrónicos.

Fuente de la información e  imagen: https://observatorio.tec

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8 de Marzo: la calle es para nosotras…

Por: Begoña Zabala / Emakume Internazionalistak

Sí, vamos a salir a la calle este 8 de marzo. Además, vamos a salir crecidas, autoafirmadas y colectivamente organizadas, para gozar de uno de nuestros mayores rituales de conjuro, confluencia, sanación y lucha. Y, digámoslo también, no es para echar un pulso a los que mandan en las esferas del Estado, que nos recomiendan no manifestarnos, (aunque un poco sí, por eso del antiauritarismo), sino porque en este aspecto, por supuesto, nosotras decidimos. Y en estas épocas que nos ha tocado vivir, queremos manifestar muchas cosas, porque tenemos razones para rebelarnos, como ya hemos dicho tantas veces, y ahora sí que hay tareas urgentes, y son las nuestras.

De entrada, me gustaría señalar, que esta prohibición-recomendación de no salir el 8 de marzo me suena un poco a pasado, yo creo que ya lo he visto. No, no estoy hablando de la época más dura de la dictadura o de la Transición represiva. Fue el 8 de marzo de 2008. Si amigas, nos prohibieron salir a la calle, aquí en Iruñea, y en otras partes del Estado, por razones electoralistas. Y salimos, nos concentramos en la Plaza del Castillo, pacíficamente, nos sentamos en la plaza reivindicando. Vinieron también de los barrios con las pancartas, y los megáfonos. Gritamos las consignas más borrokas y también los cánticos. …y nos ahostiaron guapamente. La policía, claro. Según pasaban para acercarse a las de los megáfonos y las pancartas nos dieron de patadas, sentadas en el suelo como estábamos, con nuestros cantos y nuestros gritos. Nos llamaban putas, hijas de puta,…. Se disolvió la manifa, a golpes, carreras, bolas de goma, amenazas e insultos. Y, además, nos multaron, por algo así como concentración ilegal y/o desobediencia a la autoridad. ¿A todas las que estábamos allí?. Pues no, que la policía no es tonta y los que les mandan hasta saben de leyes. Multaron a un  manifestante, varón, alegando que éste, el hombre, era el que dirigía el grupo de manifestantes gritando las consignas. En este caso supongo que nos consideraban víctimas engañadas, ya que aunque la actuación se hacía con nuestro propio consentimiento y acción, incluso la comunicación a las autoridades delegadas de Madrid se había hecho por parte de los grupos feministas, quien nos dirigía y nos manipulaba era otra persona, que resultó ser hombre. Ya sabéis que detrás de cada mujer a la que denominan puta, hay un varón o una mafia, que la engaña, pues ella no tiene permitida la acción libre y voluntaria.

A estas alturas ya habéis situado perfectamente que el 9 de marzo de 2008, se celebraban unas elecciones muy importantes para el Estado español. Y precisamente el día 8, sábado, caía en esa fecha sacralizada: el día de la reflexión y ¡ole!. Lo más curioso del mundo mundial, y de la España en particular, fue que en muchos lugares no prohibieron las manifas, y en otros se hicieron y no pasó nada. Hubo gran debate, ¿la hacemos? ¿nos arriesgamos? ¿impugnamos?. Hicimos de todo, también recurrir a otras instancias, y poner nuestros argumentos sobre la mesa. En vano. Esto es Navarra y nosotras feministas: hicimos la concentración con toda la alegría y la contundencia que nuestro 8 de marzo se merece.

En estos momentos, cuando se nos cruza la pandemia, y siguiendo las consignas y argumentaciones de las derechas y la ultraderecha más tramontanas, resulta que las feministas son las causantes de la extensión de la pandemia y los contagios por miles del año pasado. No la ceguera de autoridades sanitarias y políticos del lugar; no la falta de previsión y preparación para una pandemia anunciada más que la muerte misma; no la estructura de salud pública maltrecha y privatizada; no la masificación en pésimas condiciones de nuestras mayores y enfermas en lugares de almacenamiento bajo privatizaciones asesinas; no la falta de personal en condiciones de trabajar y atender a la población en riesgo o contaminada; no los medios de comunicación alarmistas y amarillistas haciendo el show de los números y las adivinanzas; no las grandes industrias de los fármacos y sus derivados, apostando para obtener todavía más beneficios…. El maligno somos nosotras.

No voy a denostar la gestión de la crisis en tiempos de pandemia, hay ya mucho dicho, y muy bien dicho. Nuestro terreno es ahora mismo otro: queremos la calle para el 8 de marzo, y os vamos a explicar por qué y para qué.

Estamos esperando, con cierta ansiedad, una regulación de fundamento a nivel estatal, de la despatologización de los procesos trans, de autodeterminación de sexo/género. Tema, por otro lado, que ya se ha regulado, en sus limitadas competencias del Estado centralista de la autonomías, por parte de once Autonomías. En la calle, no os preocupéis, ya lo estamos demandando nosotras, y de paso ejerciendo dentro de un movimiento inclusivo que nos quiere a todes feministes.

Exigimos con urgencia que no se utilice la ley de libertad sexual para criminalizar más todavía a las trabajadoras sexuales. No contentas con extender el estigma de prostitutas, contrapuestas a las buenas mujeres y a las feministas políticamente corrrectas ubicadas en los aledaños del poder, se pretende ahora legislar negándoles la capacidad de agencia política y la libertad personal para tomar decisiones propias.

Observamos con espanto cómo la atención a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, y en particular las Interrupciones Voluntarias del Embarazo (IVE), y no por efecto de la pandemia, no son atendidos en los servicios públicos, de forma universal y gratuita. Derivadas en su inmensa mayoría a los privados, en muchos casos por objeción de conciencia o por falta de servicios en condiciones, quedan en manos de una atención no integral y regida por la economía de mercado en tiempos de pandemia.

Asistimos a un deterioro gigantesco de las condiciones de trabajo de las mujeres, en su mayoría, contratadas para los cuidados. No ya solo por el incremento de contagios debido a la falta de prevención, sino también, y esto es muy grave, porque cualquier solución pasa por incrementar los horarios de trabajo, ya de por sí bastante altos, denegar vacaciones o libranzas, e incluso establecer la reclusión con las personas a las que cuidan. Las propias Administraciones Públicas están haciendo alarde mediático y constante de las valerosas y sacrificadas conductas de tanto personal sociosanitario que se sacrifica para mejor cuidar. Esto no es sacrificio, es explotación.

Y, en especial, vamos la calle este 8M para expresar nuestra unión y fuerza frente a este sistema que aprovecha la pandemia para negarnos nuestro elemental derecho: la calle, la noche, también son nuestras.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/8-de-marzo-la-calle-es-para-nosotras/

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Alternativas a la marcha 8M en tiempo de pandemia

Por: Sofía García-Bullé

Ante la situación de contingencia, asistir a una marcha presencial podría representar un problema para activistas que se encuentran dentro de la población de riesgo. 

Este año, el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo)  implica un reto mayor al que habíamos vivido en ediciones anteriores , además de los temas relacionados con violencia de género e inequidad que se abordan cada año, 2021 viene con la necesidad de abrir la conversación sobre problemas específicos de la pandemia que afectan desproporcionadamente a las mujeres.

El tema de este año, “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19” discutirá problemáticas como el éxodo laboral, la falta de producción de conocimiento por parte de académicas mujeres, la brecha salarial de género, el porcentaje significativamente mayor de labores domésticas y tareas de cuidado que han tenido que sobrellevar en comparación con los varones; se han presentado o recrudecido en este año completo de encierro a nivel mundial.

La necesidad de concientizar sobre estas nuevas situaciones es patente, pero también es vital atender los protocolos y medidas preventivas para evitar contagios de COVID-19 presentes en los países, estados y regiones donde se convocará a manifestarse en favor de la equidad. La decisión de asistir a marchas presencialmente con las precauciones pertinentes debe ser libre y personal. Para las personas que opten por no acudir, ya sea por estar dentro de la población de riesgo o por cohabitar, convivir o tener bajo su cuidado personas de este perfil, compartimos opciones para participar de las actividades si han elegido quedarse en casa este año.

8M a distancia

Las restricciones necesarias para mantener la seguridad sanitaria se están aplicando alrededor del mundo a la par que se organizan las manifestaciones. España es un ejemplo de la implementación de medidas severas para evitar rebrotes. En Madrid se han prohibido las marchas de más de 500 personas y colectivos feministas españoles acordaron descentralizar la marcha y dividirla en cuatro concentraciones con preregistro de 500 personas como máximo.

Para completar el programa, se propone tanto en España como en todos los demás países participantes, diversas instancias de manifestación y conversación en línea. Iniciativas como “La Marcha Virtual” y Global Count, ofrecen opciones de presencia online para quienes no puedan asistir a eventos presenciales. En México, diversos medios ya están publicando itinerarios para actividades en línea, bajo el marco del Día Internacional de la Mujer. Reino Unido ha puesto a disposición del público una lista de eventos en línea con la etiqueta #ChooseToChallenge, que tiene como propósito desafiar los preconceptos de género que causan la desigualdad.

La página del Día Internacional de la Mujer enumera 560 eventos, y específica cuáles de estos son virtuales, incluyendo movilizaciones en línea en países como Estados Unidos, Alemania, Japón, Canadá, Australia, India, Chipre y más. Si asistirás a una marcha presencial te recomendamos conocer a fondo los protocolos de seguridad del evento y las medidas preventivas vigentes que se estarán aplicando en tu localidad.

¿Cómo participarás en los eventos y conversaciones que sucederán este 8 de marzo? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/8m-marcha-online

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México: Ministras mexicanas respaldan movilización del Día de la Mujer

América del Norte/México/08-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Las funcionarias del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se pronunciaron ante la convocatoria de organizaciones sociales para las marchas del domingo y lunes.

Las nueve ministras del Gobierno de México expresaron este jueves que las legítimas manifestaciones de las mujeres son importantes por ser protagonistas en la transformación que vive el país.

“Consideramos que las movilizaciones tienen efectos positivos, porque son y somos miles de mujeres que nos hemos pronunciado contra estas violencias”, expresó la ministra de Gobernación, Olga Sánchez.

La funcionaria destacó que el Gobierno tiene en cuenta las demandas que realizan las mujeres, así como sus reclamos al tiempo que se trabaja para lograr las mejores políticas con el fin de poder darle respuestas.

Olga Sánchez Cordero

@M_OlgaSCordero

Sí, las mujeres están muy enojadas, pero no con el gobierno, sino con el sistema patriarcal que origina las violencias que sufren en su familia, en sus centros de trabajo, en el ámbito privado y en muchos aspectos de sus vidas. (1/2)

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Olga Sánchez Cordero

@M_OlgaSCordero

El enojo es contra el machismo y la estructura patriarcal; esta deconstrucción es un tema de la sociedad, no solo del gobierno, es un tema de todos el reclamo de las mujeres; es hacia las violencias que sufren, es contra las violencias machistas. (2/2)

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“En el Gobierno de México respetamos garantizamos el pleno ejercicio de la libertad de expresión, de la libertad de asociación y de la libertad de manifestación”, destacó Sánchez.

Las titulares realizaron un llamado a la paz civilidad durante las manifestaciones de este fin de semana y el lunes, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/respaldan-ministras-mexicanas-movilizaciones-dia-mujer-20200306-0014.html

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Lucha por una educación con igualdad de género

América Latina / 13 de marzo de 2019 / Autor: CLADE / Fuente: aler.org

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, fecha que marca la lucha por los derechos de las niñas y mujeres, y el combate a la violencia y discriminación relacionada a género. Desde el punto de vista de la CLADE, para alcanzar la igualdad de género es necesario promover una educación emancipadora y garante de derechos

Iniciamos el mes de marzo, y con él comienzan los preparativos para la celebración del 8/3 – Día Internacional de la Mujer. La fecha instituye la unión de mujeres de todos los continentes del mundo, que a menudo están separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas, sociales y políticas, pero que en este día luchan juntas en pro de la igualdad de género, la justicia y los derechos humanos.

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) defiende que la lucha por los derechos de las mujeres, la equidad e igualdad de género y la superación de la discriminación y violencia de género, debe pasar por exigir la realización de una educación emancipadora y garante de derechos para todas y todos.

Plantea también que el fortalecimiento de sistemas de educación laicos, públicos, gratuitos y de calidad es una condición clave para la realización de la igualdad de género y la formación no sexista, así como para la superación de la violencia en y desde la educación, pues conlleva a mayores niveles de igualdad social y hace frente a causas estructurales de las discriminaciones e inequidades.

“La igualdad de género y la superación de la violencia de género en y desde la educación son componentes fundamentales que deben ser trabajados desde la educación en la primera infancia hasta la universidad y más allá, incluso con el incremento de investigaciones académicas. Asimismo, la adolescencia configura una etapa especialmente importante, que demanda de los sistemas educativos particular atención”, afirma la declaración final del “Encuentro Centroamericano sobre Igualdad de Género, Violencia y Educación”, evento organizado en mayo de 2018 por la CLADE con el apoyo de la Oficina Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.

Marcos sobre Género y Educación

Actualmente, diversos instrumentos de derechos humanos reconocen que la educación desempeña un papel decisivo para el logro de la igualdad entre los géneros y la eliminación de la discriminación y violencia por razón de género. A la vez, establecen que los Estados tienen la obligación de proteger y garantizar los derechos a la educación y a una vida libre de violencia y discriminación.

Entre ellos, destacamos la Recomendación General Nro. 35 sobre la violencia por razón de género contra las niñas y las mujeres y la Recomendación General Nro. 36 sobre el derecho a la educación de las niñas y las mujeres.

Género, educación y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

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Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) incluyen metas y objetivos destinados a la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas, y el Marco de Acción para la Educación 2030 reconoce que “la igualdad de género está inextricablemente ligada al derecho a la educación”.

La CLADE defiende que “es urgente eliminar las barreras ideológicas, culturales y estructurales para garantizar la igualdad entre los géneros y superar la discriminación y violencia por razón de género en y desde la educación”.

Para ello, subraya que los Estados deben actuar en el sentido de: garantizar escuelas físicamente accesibles, trayectos y entornos seguros a los centros educativos, infraestructura escolar e instalaciones adecuadas, seguras y con perspectiva de género; establecer currículos y materiales educativos sin estereotipos de género y que aborden la igualdad de género, así como planes de educación sexual integral; asegurar la protección y prevención contra el abuso sexual y otras formas de violencia y maltrato, así como asignar recursos humanos y financieros e institucionalidad apropiados para establecer la igualdad de género en la educación.

Videos – Con miras a promover la igualdad de género en escuelas, centros educativos y espacios culturales, la CLADE preparó un listado con 10 videos que abordan cuestiones relacionadas a género

Eliminación de la violencia y discriminación por orientación sexual e identidad de género

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Según informe de ONU Mujeres y Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicado en el 2017, América Latina y el Caribe es la región que tiene el más alto índice de violencia contra las mujeres en el mundo.

“La violencia contra las mujeres es la violación más generalizada de los derechos humanos y el feminicidio/femicidio es su expresión extrema. Catorce de los 25 países del mundo con las tasas más elevadas de femicidio/feminicidio están en América Latina y Caribe y se estima que 1 de cada 3 mujeres mayores de 15 años ha sufrido violencia sexual, lo que alcanza la categoría de epidemia, de acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS). El femicidio/feminicidio y la violencia sexual están estrechamente ligados a una seguridad ciudadana deficitaria, a una impunidad generalizada y a una cultura machista que subvalora a las mujeres”, se afirmó en la página web de la ONU al momento de la publicación del informe.

Según el Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2.559 mujeres fueron víctimas de feminicidio o femicidio en el 2017. Si a estos se suman los datos de otros 4 países de la región, que sólo registran los feminicidios cometidos a manos de la pareja o ex pareja de la víctima, este número asciende a 2.795 mujeres muertas este año.

Más allá de la violencia contra las niñas y mujeres de manera general, es importante recordar que las mujeres lesbianas y trans, así como todas las personas gays, bisexuales e intersex, sufren violencia y discriminación por su orientación sexual e identidad de género.

El ámbito educativo es uno de los espacios donde más frecuentemente se encuentra ese tipo de situaciones de discriminación y violencia. Las personas LGBTI enfrentan barreras para acceder a sistemas educativos seguros y de calidad, como intimidación, hostigamiento y amenazas por parte de compañeros/as de escuela y docentes. Las escuelas a menudo perpetúan y refuerzan los prejuicios existentes en nuestras sociedades, y la discriminación y la violencia sufridas en el ámbito escolar provocan niveles preocupantes de deserción.

La CLADE considera que la eliminación de la violencia de género en los centros educativos y sus entornos es un elemento fundamental para garantizar el derecho humano a la educación y promover un ambiente de aprendizaje seguro y equitativo para todas las personas.

“Es de extrema importancia abordar las diversas formas de violencia y discriminación por razón de género en el ámbito educativo, teniendo en cuenta los factores que agravan esta problemática, como los culturales, económicos, ideológicos, tecnológicos, políticos, religiosos, sociales y ambientales, así como las prácticas tradicionales nocivas”, afirma la Campaña.

Puntos claves para la superación de la violencia de género – Conozca cinco pasos fundamentales que Estados, centros educativos y sociedad en general deben adoptar para promover un mundo sin violencia y con equidad e igualdad de género.

Fuente del Artículo:

https://aler.org/node/5406

ove/mahv

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