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Ellas son las mujeres que pelean desde dentro por que el 8M no sea solo blanco

Gabriela Sánchez e Iciar Gutiérrez

www.eldiario.es

Natalia, Karen, Khadija, Assiatou y Katty son algunas de las integrantes de la comisión de migración, antirracismo y decolonial dentro de la asamblea que coordina los actos para el Día de la mujer.

– Perciben «pasos importantes» en la incorporación de un mensaje antirracista tras las críticas vertidas por muchas mujeres el año pasado, pero aseguran que «es el principio de una larga lucha»

– «Nosotras estamos allí y se nos está escuchando, pero aún no es una prioridad», dice Natalia, una de las participantes

El escenario de la primera acción de los ocho días de revuelta que culminan el 8M, el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE), denota que algo está cambiando en el seno del movimiento. El año pasado, mujeres racializadas y migrantes de distintos colectivos confesaron no sentirse representadas en la convocatoria de huelga. Poco después, un grupo de ellas decidió pelear desde dentro para que, además de feminista, la protesta tenga una mirada antirracista.

«Era necesario que nosotras, las migrantes y racializadas, pusiéramos sobre la mesa nuestras ideas para que verdaderamente estemos representadas en la huelga», sostiene Katty Solorzano, activista por los derechos de las mujeres migrantes. «Se vino trabajando desde el año pasado, cuando muchas compañeras no se sintieron suficientemente motivadas para participar en la huelga y la manifestación. A pesar de no estar conformes con la Coordinadora Estatal, decidieron participar en los encuentros y empezar a empujar el cambio», continúa. Val

El descontento de 2018 se tradujo en el impulso de la comisión de migración, antirracismo y decolonial dentro de la asamblea 8M. Natalia, Karen, Khadija, Assiatou y Katty son algunas de sus integrantes. Todas ellas perciben «pasos importantes» dentro del 8M en la incorporación de un mensaje donde realmente se reconocen, pero, recuerdan, «es el principio de una larga lucha». La derogación de la Ley de Extranjería o el fin de las «redadas, el acoso y la discriminación» que sufren las mujeres racializadas se encuentran entre la demandas que el 8M ha incorporado este año a su argumentario.

Sin embargo, no todas ellas se sienten representadas ni van a participar en la huelga de 24 horas convocada para el próximo viernes. «Es muy hegemónica, se centra solo en la mujer blanca», apunta Fátima, activista antirracista y musulmana. «Básicamente, nos quieren para la foto y fomentar la falsa diversidad y la supremacía blanca», critica. Aunque no secundará la huelga, Fátima acudirá a la manifestación de Madrid en un «único bloque» de personas racializadas. «Dentro de todo ese caos de feminismo blanco, queremos sentirnos arropadas y tener nuestro espacio seguro».

Desde la comisión entienden que haya mujeres que se desmarquen del 8M, tanto porque no se sientan reflejadas, como porque sus circunstancias no se lo permitan:

Natalia

 

 

 Natalia Munevar es refugiada colombiana y participa en la comisión migrante y antirracista del 8M.

 

 Natalia Munevar es refugiada colombiana y participa en la comisión migrante y antirracista del 8M. Jesús Hellín  

Natalia Munevar mamó desde niña la lucha social en Colombia. «Mi padre, quien tenía un perfil político bastante alto, desapareció. Yo vivía en situación de riesgo, pero eso no me impidió ser una militante muy activa de la juventud comunista en mi país», recuerda la activista, quien participó en la campaña electoral de Carlos Gaviria, del Polo Democrático Alternativo.

«Fue una campaña muy complicada y, cuando terminó, me ocurrió un episodio en la calle que me empujó a salir del país», sostiene Munevar, quien prefiere no dar más detalles. Su madre ya se había visto forzada migrar a España años antes. «Ella trabajaba en un colectivo de campesinas víctimas de violencia y tuvo que irse cuando recibió amenazas de los paramilitares», continúa.

Su historia explica que, ahora, Natalia esté donde está. «Llevo años en movimientos de migrantes porque las migraciones me atraviesan», relata en varias ocasiones. Por eso, dice, no entiende el feminismo sin que vaya de la mano del antirracismo. «En el 8M hay que incluir mucho más a las mujeres racializadas. Ahora noto un cambio, nosotras estamos allí y se nos está escuchando, pero es un proceso. Aún no es una prioridad», sostiene Natalia.

Si ha elegido junto a sus compañeras el CIE como escenario de la primera acción organizada por la comisión antirracista del 8M es por su carga simbólica. «Es un espacio de vulneración de derechos humanos que representa todos esos vacíos donde se asienta el racismo institucional establecido por la Ley de Extranjería», valora la activista frente al edificio azul y amarillo que encierra a personas por encontrarse en situación irregular, una falta administrativa, no un delito.

Se trata de una normativa que, apunta, «deshumaniza». Cuando lo dice, otro recuerdo la acompaña: «Huí de Colombia y, al llegar a España, estuve encerrada en las salas para solicitantes de asilo durante cinco días. Vienes de una situación de estrés, llegas allí y es una triple bomba de estrés», sostiene Natalia. Le costó «tres años» superar su proceso migratorio, «alcanzar la normalidad» y volver a aquello en lo que verdaderamente se siente ella. «El 15M para mí fue la explosión: ver que podía ser activista sin correr riesgos», dice la activista, quien en la actualidad trabaja como asesora del eurodiputado de Podemos Miguel Urbán.

Assiatou

 

 

 Assiatu forma parte de la comisión antirracista del 8M.

 

 Assiatu forma parte de la comisión antirracista del 8M. Jesús Hellín  

Assiatou atiende el teléfono entre clase y clase. No tiene mucho tiempo, por lo que asiste a las asambleas preparatorias del 8M menos de lo que le gustaría. Pero quería que los gritos que resuenen por las calles españolas el próximo viernes también hablen de ella. La joven, de 22 años, es española afrodescendiente, aunque son muchos los comentarios que le hacen sentirse «extranjera» de forma habitual.

«Aunque ponga en un papel que soy española, fuera de las instituciones no me ven como tal. Tienen un imaginario en el que todo lo negro es malo, es lo sucio, que te va a robar», sostiene la estudiante de Enfermería. «Es sentir que siempre te están comparando con ellos: ‘Si Assiatou es más española que tú o que yo. Tú ya eres blanca por dentro’. Esas frases que te tratan como distinto. Siempre eres tú con respecto a ellos», señala.

Eso es lo que trata de cambiar desde el interior del 8M: dejar de sentirse las racializadas y migrantes, frente al resto de mujeres. Si Assiatou no se sintió representada en la convocatoria de huelga feminista de 2018 no fue por lo que se decía, sino por lo que no se decía: «Muchas veces en el discurso feminista blanco no se habla de esto. En algunas charlas a las que iba, me daba la sensación de que no existe. Que hablaban como si las mujeres fuéramos una masa homogénea sin diferencias, las cuales existen y son visibles: raza, orientación sexual, identidades».

Ella forma parte del 8M, explica, para pelear contra «el silencio». Esta aquí para hablar por ella misma «de las otras violencias que nos atraviesan a las mujeres racializadas» y que «suelen estar invisibilizadas».

Karen y Katty

 

 

Karen Rodríguez, de la Red de Migradas Hondureñas, ha participado en la organización de la comisión antirracista y migrante del 8M

 

 Karen Rodríguez, de la Red de Migradas Hondureñas, ha participado en la organización de la comisión antirracista y migrante del 8M Jesús Hellín.

La experiencia de Karen Rodríguez en los movimientos sociales dibuja sus razones para participar en el 8M con el objetivo de introducir la voz de las mujeres migrantes centroamericanas en el movimiento feminista. En Honduras, Karen no veía necesario participar en protestas. «Por un lado, por temor, pero creo que también me encontraba en mi burbuja. En mi país estaba en realidad en una posición privilegiada», reconoce.

Ya en España, su proceso migratorio fue lo que la empujó a la lucha social. «Encontrarme y, de repente, ver a una persona migrante. Todas esas violencias que le atraviesan a una, verme en situación de injusticia. Es lo que me hizo pensar: esto no puede ser, tengo que salir, ver de qué forma cambiar estas situaciones», esgrime la también integrante de la Red de Hondureñas Migradas.

En diferentes colectivos de migrantes encontró la red que necesitaba para superar su proceso migratorio en España, pero también se chocó con el machismo de algunos de sus compañeros. «Nos decían que no hablásemos de feminismo, que podría espantar a la gente. Ellos siempre agarraban los micrófonos, nosotras preparábamos la comida en los actos. Ellos, delante. Nosotras siempre detrás», detalla la ingeniera y activista, quien desde entonces se dio cuenta que prefiere permanecer a «colectivos feministas».

Ya lo hace desde la red de mujeres hondureñas. Mientras estudia una oposición, trabaja por horas limpiando oficinas a través de una cooperativa de migrantes y cuida a sus hijos junto a su marido. Pero ha decidido añadir una tarea más a su rutina. «Es necesario visibilizar que no por ser mujeres, la violencia nos atraviesa de igual forma a todas. Se trata de asumir los privilegios que tienen por el hecho de ser blancas, por el hecho de ser occidentales», sostiene.

«Las centroamericanas nos sentimos que no existimos. Muchas trabajan en los cuidados, independientemente de los títulos que traemos de nuestro país. Se nota mucho la discriminación», explica la activista hondureña. «Voy a entrevistas y siempre percibo la desconfianza: ¿pero has homologado el título en España? No se terminan de creer que podemos tener estudios y títulos homologados y, por consiguiente, es muy difícil conseguir un trabajo, más allá del que nadie quiere hacer», critica Rodríguez. «En nuestro caso no se toma en cuenta la experiencia, y debemos empezar de nuevo».

 Katty Solórzano.

 

 Katty Solórzano, estudiante de doctorado en Antropología. Imagen cedida  

Desde Barcelona, su compañera Katty coincide en la misma idea, en las condiciones de precariedad a las que están expuestas muchas mujeres migrantes una vez en España. «Una vez aquí da igual la carrera. Tú aquí eres migrante, y bajo la Ley de Extranjería acabas cayendo en ámbitos laborales donde tus condiciones de trabajo son mínimas», apunta Katty, estudiante de doctorado en Antropología.

«Para las mujeres migrantes, el nicho es el trabajo del hogar, que se podría considerar un apartheid laboral de autentica semiesclavitud», sostiene. Las situaciones laborales «abusivas» en las que, dice, ha visto a sus familiares, fueron la que precisamente la empujaron al activismo. «No acababa de ver que esto era un problema de género, que estuviésemos tantas mujeres migrantes trabajando en el ámbito de los cuidados. Sientes frustración y rabia, porque cuando te ven migrante parece que tus competencias se redujeron», critica Katty, que llegó desde Ecuador hace 18 años para vivir con su madre bajo el proceso de reagrupación familiar. «Mi familia está aquí. Es un privilegio, porque muchas compañeras no tienen esa posibilidad».

Esas son solo algunas de esas «violencias específicas» que quieren incorporar a los mensajes de reivindicación del 8M. «Noto un cambio, vemos que el mensaje antirracista está presente en el argumentario. Estamos contentas, pero somos conscientes de que es el principio de una larga lucha».

Khadija

 

 

 Khadija participa en la comisión antirracista de Barcelona.
Khadija Ftah, activista feminista de la Red de Migraciones, Género y Desarrollo. Imagen cedida  
 

El año pasado, Khadija Ftah no se sentía representada en el 8M. Cuenta que muchas mujeres que, como ella, son musulmanas y llevan velo también salieron a la calle, pero para muchos ojos, fueron invisibles.

«Algunas mujeres les dijeron a otras que si llevaban velo era un símbolo de opresión. Cuando estás dentro de la manifestación, muchas no lo ven bien. Creen que está ligado a la religión, son reticentes a aceptarlo como un feminismo que puede ser posible. Tampoco tuvieron visibilidad en los medios. El resto de compañeras acaparaban la atención», asegura esta joven periodista de 22 años.

Derribar este tipo de prejuicios que, denuncia, existen en el movimiento feminista alrededor del uso del velo ha sido uno de sus principales motivos para participar este año en la asamblea del 8M en Barcelona, donde reside. Khadija insiste en que si hay un mayor empuje para que el movimiento incorpore reivindicaciones de las mujeres racializadas y migrantes, ha sido gracias a varias organizaciones como la suya, la Red de Migración, Género y Desarrollo, que bebe del feminismo descolonial.

Sin embargo, la activista considera que aún hay resistencias dentro del feminismo a la hora de acabar con determinados estereotipos ligados a las mujeres musulmanas. «Está habiendo un cambio, pero es muy difícil. Son muchos los prejuicios que hay dentro del feminismo blanco y no es fácil deconstruirlos», señala. Para ella, es una carrera de fondo. «Es una lucha dura, pero merece la pena por los resultados. Dentro del propio feminismo hay estructuras de poder donde cuesta aceptar aún compartir los espacios. Desde las organizaciones hay una lucha para reivindicar nuestro propio espacio y lograr tener un trato igualitario entre todas».

Khadija llegó a España a los cuatro años, cuando sus padres decidieron migrar desde Marruecos. Aunque explica que «no ha notado» las dificultades ligadas al proceso migratorio, sí ha sido foco de «todos los microrracismos que hay en la calle», por el hecho de ser mujer, musulmana y con hijab.

«Hay una imagen negativa de nosotras en general. Te cuesta encontrar empleo sin que te pidan que te quites el velo, a mi hermana le ha pasado. Cuando te postulas para un trabajo, con la fotografía te descartan. ¿Por qué ni siquiera me hacen una entrevista si tengo un perfil adecuado para este puesto?», indica. «Se transmite una imagen de la mujer musulmana como sumisa y no se nos reconoce como iguales», apuntala la joven activista. Ahora, desde dentro, lucha por que esta imagen sea historia y por un 8M en el que ellas también se vean reflejadas.

Fuente: https://www.eldiario.es/desalambre/mujeres-pelean-solo-movimiento-blanco_0_873163105.html

Fuente de la noticia: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=253173&titular=ellas-son-las-mujeres-que-pelean-desde-dentro-por-que-el-8m-no-sea-solo-

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Argentina: 8M: ¡Las y los docentes paramos y nos movilizamos!

Redacción: La Izquierda Diario

El próximo 8 de marzo se llevará a cabo una nueva movilización de mujeres en muchos países. Este hecho fue impulsado hace más de 100 años por miles de mujeres que frente a la explotación y opresión del sistema capitalista vigente, salieron a las calles, hicieron huelgas, llevando las luchas hasta las últimas consecuencias.

La historia nos demuestra que todo derecho ganado fue gracias a la organización y la pelea de miles de trabajadores, mujeres, jóvenes y estudiantes que son víctimas de políticas de ajuste y precarización laboral, como la lucha de los chalecos amarillos en Francia, la de docentes y estudiantes de Buenos Aires, que evitaron el cierre de las escuelas nocturnas, etc.

Aquí en Jujuy, estudiantes y docentes fueron condenados por la justicia de Morales por enfrentar el cierre de los CEIJA y defender el derecho elemental a la educación, en este caso de jóvenes trabajadores/as.

Por otro lado, sabemos que en la docencia provincial, sobre todo en los niveles Inicial y Primario la gran mayoría somos mujeres y las que menos cobramos en el sistema educativo ya que nuestros sueldos son los más bajos, colocando a muchas bajo la línea de pobreza, obligadas a trabajar en situaciones de precariedad, en doble turno, para tratar de equiparar los índices de inflación y los tarifazos, pues muchas somos sostén de familias. Pero a esto se suma, luego de la jornada laboral, continuamos en casa con las tareas domésticas, trabajo que no es reconocido y es invisibilizado como tal. El Estado capitalista y sus empresarios “ahorran” al no reconocerlo.

Estas jornadas laborales extenuantes, traen aparejadas enfermedades crónicas como el estrés y otras derivadas de la misma. A esto se suman, maltrato laboral y el control por parte del gobierno que no sólo vulnera derechos sino que genera persecución, colocándonos en listas negras si participamos en paros y movilizaciones para enfrentar los ataques.

En este sentido debemos exigir a los sindicatos, que tomen en sus manos la reivindicación por un salario que se equipare a la canasta familiar y a los índices de inflación, como así también se ponga en pie una secretaria de género, de la mano a la pelea por extensión de la licencia por maternidad por 6 meses como la otorgan otras provincias, creación de jardines maternales en lugares de trabajo y la lucha por la implementación efectiva de la ESI.

También, el gremio debe pronunciarse a favor de la legalización del aborto, legal, seguro y gratuito en un contexto donde la muerte de mujeres por abortos clandestinos se ha transformado en la principal causa de muerte materna. También debemos exigir la implementación efectiva de la ILE, (Interrupción Legal del Embarazo) ya que en lo que va del año han ocurrido dos hechos horrorosos donde como consecuencia de la injerencia del Estado y la Iglesia, se vulneró el derecho de dos niñas violadas que fueron torturadas y obligadas a parir.

La pelea que da la agrupación 9 de Abril 

Es un gran desafío para el próximo 8M convertir el Paro Internacional de las mujeres en un hecho resonante en alianza con todos los sectores en lucha, por lo que es necesario que los sindicatos se organicen y movilicen a las cientos de mujeres que conformamos la docencia. Desde nuestra agrupación propusimos en asambleas de ADEP, CeDEMS y ADIUNJU no sólo adherir al Paro Internacional por el 
8M, sino también que los sindicatos pongan todos sus recursos a disposición de que se garantice la movilidad de todos/as los/as docentes que quieran participar de la marcha. Esto fue votado por asamblea y es muy importante que se haga efectivo.

Ante las políticas de ajuste y endeudamiento con el FMI, más que nunca hay que salir a las calles para pararles la mano a estos gobiernos que sólo benefician a unos pocos.

NO AL PAGO AL FMI

BASTA DE PRECARIZACIÓN LABORAL

SALARIO IGUAL A LA CANASTA FAMILIAR

BASTA DE VIOLENCIA MACHISTA HACIA LAS MUJERES, PRESUPUESTO REAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

CUMPLIMIENTO EFECTIVO DE LA ILE, POR LOS DERECHOS DE LAS INFANCIAS, NIÑAS NO MADRES

ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO

APLICACIÓN DE LA ESI EN TODAS LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS, CON PERSPECTIVA CIENTÍFICA Y DE GÉNERO

SEPARACIÓN DE LA IGLESIA DEL ESTADO

Te invitamos a movilizar junto a la agrupación docente 9 de abril y Pan y Rosas, este viernes 8 de marzo, desde Plaza Belgrano, 17hs.

Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/8M-Las-y-los-docentes-paramos-y-nos-movilizamos

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España: Comunicado de la Plataforma 8MToledo. “Brecha salarial: feminización de la pobreza”

Redacción: La Cerca

Según todos los informes, la brecha en España es del 30% y va en aumento, además la diferencia entre las pensiones de jubilación alcanza el 37%. En Castilla La Mancha la feminización de la pobreza es tan preocupante que si se compara el 10% de las mujeres que menos cobran, con el 10% de los hombres que menos cobran la brecha salarial es del 81%. Estos datos colocan a las mujeres de nuestra región en el umbral de la pobreza.

La igualdad salarial para las mujeres, debe dejar de ser un objetivo a largo plazo. Las estadísticas señalan que las mujeres percibimos cerca de 7.000€ menos al año por el mismo trabajo que nuestros compañeros, esto agranda la brecha salarial y nos conduce inexorablemente a que la brecha de las pensiones sea también insalvable entre hombres y mujeres.

En el Día europeo por la igualdad salarial, no queremos dejar pasar que una de nuestras reivindicaciones para la próxima Huelga del 8 de marzo es la de conseguir empleos dignos y con iguales salarios algo que solo podremos lograr si en las tareas de cuidados se implican nuestros compañeros y toda la sociedad, puesto que nuestros salarios se ven mermados cuando cuidamos de nuestros hijos y nuestros dependientes, cuando solicitamos más reducciones de jornada, cuando nuestros trabajos se realizan en sectores feminizados que están peor remunerado. El llamado techo de cristal o suelo pegajoso es una realidad para todas las mujeres que sentimos sobre nuestras espaldas la responsabilidad de la jornada laboral extendida en una doble y triple jornada al llegar a casa.

En Castilla La Mancha la brecha salarial entre hombres y mujeres se sitúa en el 26%, animamos a todas las mujeres a salir a las calles y a sumarse a la Huelga Feminista del 8 de marzo para que esa brecha no sea un agujero que nos absorbe a todas y nos suma en la pobreza.

Desde la Plataforma 8M de  exigimos una serie de medidas para acabar con las discriminaciones laborales y las brechas salariales como la revisión de las pensiones con una pensión mínima de 1.084€ y que garantice una vida digna de acuerdo a los criterios establecidos en la carta Social Europea y revalorización de las pensiones en relación al IPC real; la ratificación del convenio 189 de la OIT sobre trabajadoras domésticas; la derogación de las reformas laborales, la del PSOE y la del PP. Además del fin de la precariedad laboral en los contratos de las mujeres, en su mayoría temporales y/o parciales. Terminar con el acoso laboral y sexual en el trabajo, para ello proponemos planes de igualdad y protocolos recogidos en el Estatuto de los Trabajadores.

Proponemos la implantación del currículum ciego como medida para evitar la discriminación de la mujer por el hecho de serlo, especialmente en el caso de las mujeres trans, o por cuestiones de raza, edad o aspecto físico. Medidas para fomentar la empleabilidad de las mujeres con diversidad funcional, racializadas, migrantes, mujeres trans, mujeres del entorno rural…

Exigimos también la visibilización de las mujeres que trabajan en el sector agroalimentario y que haya formación profesional en la zonas rurales con perspectiva de género.

Además exigimos la revisión y actualización del cuadro de Enfermedades Laborales y Profesionales que actualmente restringe la descripción y la evaluación de las mismas al hombre y sigue negando e ignorando las enfermedades profesionales de las mujeres. La brecha salarial es una de las más importantes razones que nos llevan a convocar una Huelga Feminista el 8 de Marzo, pero no la única, hay múltiples brechas legales y sociales que hay que erradicar y desde el feminismo estamos luchando para conseguir un futuro mejor para todas y un futuro igualitario.

Fuente: http://www.lacerca.com/noticias/toledo/brecha-salarial-feminizacion-pobreza-457407-1.html

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