Facebook tiene dos tipos de trabajadores: unos que son muy ricos y otros que son muy pobres

Por: Julia Carrie Wong

Los trabajadores que no están en la nómina directa de la empresa Zuckerberg cobran muchísimo menos y no pueden disfrutar de algunas instalaciones

– Una pareja que trabaja en las cafeterías de la red social no llega a fin de mes ni de lejos. Tienen tres hijos, viven en la cochera de los padres de él y piden prestado para poder ir al dentista

Las familias que dependen de los sueldos de las cafeterías de Facebook no llegan a fin de mes

Gracias a los viajes que Mark Zuckerberg está realizando a los largo de EEUU para cumplir su «desafío personal» de 2017 de «impregnarse de los desafíos y esperanzas de la gente» lo hemos podido ver conduciendo un tractor, teniendo un encuentro con personas que se recuperan de su adicción a la heroína, poniéndose un casco de trabajo y hablando en contra deinmensa desigualdad económica (algo que su fortuna valorada en 68.500 millones de dólares claramente representa).

Pero para Nicole, una de las trabajadoras de una cafetería de Facebook, todo esto ha planteado una pregunta muy importante: «¿Va a venir aquí?»

«Aquí» es solo a unas pocas millas del complejo de cinco casas de que Zuckerberg posee en Palo Alto y a unas cuantas manzanas del deslumbrante cuartel general de Facebook en Menlo Park. Aquí, en una calle tranquila de modestas casas prefabricadas, Nicole y su marido Víctor (que trabaja también en la cafetería), viven en un garaje con sus hijos, que tienen nueve, ocho y cuatro años.

«No se tiene que recorrer el mundo», comenta Nicole. «Debería saber lo que está ocurriendo en su propia ciudad».

Esta familia de cinco miembros ha vivido en este exiguo espacio al lado de la casa de los padres de Víctor durante tres años. Tres camas se agrupan en la pared de atrás, mientras que un sillón y una mesa de café al frente del espacio hacen las veces de sala de estar. La ropa está perfectamente colgada de las vías de la puerta de la cochera. La familia va a la casa de al lado a utilizar los baños y la cocina. «No es fácil», reconoce Víctor. «Sobre todo cuando llueve».

«Nuestra hija nos pregunta constantemente cuándo va a tener una habitación propia y nosotros no sabemos qué decirle», añade Nicole.

El viernes, la pareja estaba entre los alrededor de 500 trabajadores de Facebook que eligieron unirse a un sindicato, Unite Here Local 19. Son el último grupo de trabajadores perteneciente al sector tecnológico que busca sindicarse con la esperanza de lograr una mejor calidad de vida.

Ni Facebook ni el contratista de servicios alimentarios, Flagship Facility Sevices, se opusieron a la campaña sindical.

Ni ingenieros ni camareros llegan a fin de mes

Trabajar en la cafetería de Facebook es envidiable por muchas razones. Nicole gana 19,85 dólares (unos 17 euros) la hora como líder de turno, mientras que Víctor gana 17,85 dólares (15,30 euros). Ambos muy por encima del mínimo de 15 dólares por hora (casi 13 euros) que estableció Facebook en 2015. Sin embargo, no es de extrañar que la familia tenga que estar luchando por salir adelante en una región en la que los ingenieros de software ( que ganan cuatro veces más) se quejan por no llegar a fin de mes.

Ganan demasiado como para obtener las ayudas médicas del Estado, pero poco como para poder permitirse el seguro médico que ofrece su empresa. Por lo general, es una lucha conseguir suficiente dinero para cosas básicas como comida y ropa para sus hijos. Hace poco, Víctor ha tenido que pedir prestado a su madre para poder celebrar el cumpleaños de una de sus hijas y, a un amigo, para pagar una cita con el dentista.

«Hace un tiempo, el salario no hubiera estado nada mal», comenta Víctor, «pero a causa de la ola Facebook, ahora todo es mucho más caro. A veces, tengo que pedir anticipos porque lo que ganamos no es suficiente».

A veces, todos estos obstáculos hacen que la pareja sienta nostalgia por los días anteriores a la llegada de Facebook a Menlo Park. Cuando Víctor era un crío, su padre pudo comprar una pequeña casa en Menlo Park con un sueldo de jardinero. Al comenzar su relación, la pareja ganaba unos 12 dólares la hora como encargados en el Chipotle y podían pagarse su propio apartamento.

«Me sentía más segura en mi otro trabajo. No tenías gente mirándote por encima del hombro», dice Nicole. Ahora trabaja en cafetería que tienen nombres como «Épico» o «Vive tu sueño». La brecha entre las dos clases de trabajadores que tiene Facebook no podría ser mayor. «Nos miran como si fuésemos de una clase inferior, como si no importásemos», asegura Nicole sobre los empleados de Facebook. «Nosotros no estamos haciendo realidad ninguno de nuestros sueños. Son los que trabajan en empresas tecnológicas los que los están viviendo. Los sueños son para ellos», lamenta.

Las pequeñas afrentas son numerosas. Al final de cada turno, Nicole ve un montón de comida en el cubo de reciclado, pero a los trabajadores no se les permite llevársela a casa. Los trabajadores de las cafeterías solo pueden entrar en los centros médicos de Facebook si han sido seleccionados para un examen toxicológico previo y obligatorio. Hace poco Facebook celebró su día de «Trae a tu hijo al trabajo», pero los hijos de los empleados de la cafetería no estaban incluidos.

Una portavoz de Facebook asegura que ninguno de los trabajadores que no están directamente contratados por la empresa tiene acceso a instalaciones como clínicas, gimnasios o a celebraciones como la de llevar a sus hijos al trabajo. Dice, además, que esas políticas son asunto de la empresa contratista y de sus trabajadores.

«Queremos proporcionar un entorno de trabajo seguro y justo para todas aquellas personas que ayudan a Facebook a hacer que el mundo esté más unido, incluyendo a las empresas contratistas», aseguró la portavoz de la red social en un comunicado.

Un portavoz de Flagship dijo que «confían en tener una relación positiva y productiva con el sindicado». La compañía ha rechazado hacer comentarios sobre sus políticas para los trabajadores para en el campus de Facebook.

«La gente piensa, oh, trabajas para Facebook, te va de maravilla», dice Víctor. «Se supone que tengo que ser la persona fuerte de la familia, que tengo que tengo que hacer lo posible por cumplir con las promesas que hago a mis hijos, que tengo que comprar ropa y comida… los dos estamos trabajando y nos cuesta proporcionarles esto».

«Nuestra motivación no es atacar a ninguna de las empresas», asegura Nicole. «Nuestra motivación son nuestras familias. ¿Por qué tenemos que vivir así cuando nuestra compañía tiene los recursos para hacer que las cosas vayan mejor?». «No estamos pidiendo millones de dólares», dice el padre. «Solo no tener miedo si tengo que ir al médico. Esa es la razón por la que los trabajadores nos estamos uniendo», concluye.

Traducido por Cristina Armunia Berges.

Fuente: http://www.eldiario.es/theguardian/Facebook-tipos-trabajadores-ricos-pobres_0_668433721.html

Comparte este contenido:

Educar contra la explotación infantil.

Por: Saray Marqués.

Nos hemos acostumbrado a levantarnos escandalizados un martes porque un documental de la BBC denuncia que niños huidos de la guerra de Siria trabajan por un sueldo de miseria en fábricas textiles de marcas europeas en Turquía, y a plantearnos un miércoles, plantados ante un escaparate, si esta temporada somos más de Mango o de Zara. A parcelar, a diferenciar, a no conectar… También en la escuela.

No siempre

Sin embargo, esta no es siempre ajena a la realidad, y las aulas no siempre le dan la espalda al contexto de crisis ecosocial en que estamos viviendo. Y hay experiencias que nos demuestran que, si se quiere, los niños no son “demasiado pequeños” para afrontar la crudeza y la complejidad de determinados acontecimientos, el currículo demasiado intenso como para no jalonarlo de cuestiones que nos atañen ni la LOMCE tan antiecológica como para impedirlo.

En ocasiones dentro de la educación formal y otras desde la no formal, con talleres educativos como los que se proponen desde el colectivo Consume hasta morir, integrado en Ecologistas en Acción, un documental como el realizado por la cadena pública británica constituye una oportunidad para conectar las aulas con la vida.

Este proyecto, en marcha desde 2002, ha servido durante todos estos años para “desenmascarar el argumentario fundamental detrás de la sociedad de consumo gracias a la contrapublicidad y a las herramientas de la comunicación social”, explica Isidro Jiménez, en Consume hasta morir desde sus inicios. Distintos profesores e investigadores universitarios vinculados a estos campos han ido pasando por sus filas (cinco personas lo componen en estos momentos), aportando estrategias para introducir la reflexión a partir de estas herramientas, ya sea en la educación formal, en institutos, en asignaturas como Plástica, o en la no formal (centros de formación ambiental, ocio y tiempo libre…). También hay personas en su día ligadas al marketing. “El objetivo va más allá de derrumbar la publicidad, esta es solo la herramienta al servicio del modelo de consumo. Nuestra tesis es que esta es ideológica, educa y transmite valores definidos e interesados”, analiza Jiménez. “Nosotros le damos la vuelta y la empleamos para luchar y trabajar contra ese modelo”.

La contrapublicidad, la primera herramienta que emplearon, es ahora una más, y el trabajo del colectivo está ya un paso por delante. De la denuncia han pasado a la propuesta en positivo de alternativas desde la economía social, gracias a medios como El salmón contracorriente y proyectos como el libro de próxima aparición Manual de comunicación para la ciudadanía organizada. Sin embargo, en muchos centros se sigue empleando el lenguaje de la contrapublicidad, con el que comenzaron, para acercar determinados temas a un público joven, “y es interesante esa parte que sigue, sin que ya ni siquiera participemos”, apunta Jiménez.

La emisión de The refugees who make our clothes ha sido el caso más reciente y ha servido para “descubrir una realidad que ignorábamos, preocupante porque nos habla de una segunda o tercera explotación de una población ya vulnerable, y reaccionar, pidiendo a las empresas afectadas saber si conocían estas situaciones, lo que han hecho hasta el momento para evitarlas y lo que pretenden hacer, conscientes de que no caben soluciones inmediatas y fáciles, de que la deslocalización es un hecho que hay que gestionar, pero esperando que esas empresas no miren para otro lado, porque sus políticas de responsabilidad social corporativa no terminan en sus sedes sociales en España, sino que han de llegar allá donde están sus centros de producción”, en palabras de David del Campo, director de cooperación y ayuda humanitaria de Save the Children en España.

Del Campo habla de 2.485.000 niños sirios refugiados en países limítrofes como Turquía y de 2.700.000 que viven en su país pero no van a la escuela. En ambos casos, la amenaza de la explotación laboral se cierne sobre ellos, “que pueden llegar a cobrar un tercio del salario mínimo, aunque la ley no permita en Turquía ni el trabajo de menores ni la explotación de refugiados en fábricas”, relata.

El precedente de Dacca

Ahora ha sido Turquía, pero hace tres años fue Bangladesh. Todos los focos se giraron hacia su capital, Dacca, cuando 1.127 trabajadores textiles murieron en un derrumbe durante su jornada laboral (2.438 resultaron heridos). Entonces, los profesores María Pose y Guillermo Rodríguez, del Colegio Montserrat (Fuhem) de Madrid, se tomaron en serio lo de que “los centros educativos son agentes activos de transformaciones sociales donde formar, trabajar y hacer ver que podemos construir un mundo mejor”. Así fue como comenzaron a preparar una exposición, que se inserta dentro del proyecto global ConSumoGusto, que a día de hoy sigue haciendo campaña en pro del concepto de ropa limpia.

Durante el tercer trimestre, los pasillos del colegio se llenaron de fotos del accidente y de carteles en que los alumnos denunciaban que de una camiseta de 25 euros tan solo 11 céntimos iban destinados al sueldo de la persona que la cosía o cómo se pagaba la hora de trabajo en Bangladesh (10 céntimos), China y Bulgaria (30 céntimos) o Marruecos (70 céntimos). En ocasiones en horas de clase y otras fuera del horario, Rodríguez recuerda cómo, bajo el lema ‘Sabemos lo que pasó y sabemos cómo actuar’, chicas y chicos analizaron las etiquetas de su ropa, situando en un mapamundi los países de donde venía, hablaron de externalización, deslocalización, de derechos laborales o recibieron charlas de expertos.

“El profesorado está a veces sobrecargado, le saturamos para que haga cosas, por eso yo oriento, abro puertas para que sea el alumno el que las haga”, explica Rodríguez, que recuerda cómo entonces hubo posibilidades de seguir trabajando en el tema para aquellos alumnos más implicados, a los que no les bastaba con las horas lectivas. Otros docentes se contagiaron del entusiasmo, que partía en esta ocasión de un profesor de Matemáticas impregnado del estilo de educación para el desarrollo: “Nunca dejas tu asignatura, porque cuando recurríamos al mapa era un mapa de Peters, que también es curioso y me permitía hablarles de conceptos matemáticos”.

Todo el currículo

El de Dacca es solo un ejemplo de lo que se está haciendo desde el Montserrat (premio Vicente Ferrer de Educación para el Desarrollo, concedido por la Agencia Española de Cooperación Internacional y el Ministerio de Educación) y de lo que se propugna desde la Fuhem. Su coordinador de áreas ecosocial y educativa, Luis González, explica cómo pretenden elaborar un currículo Lomce “ecosocializado”: “Partimos de un documento muy desarrollado sobre lo que consideramos que debe conocer una persona desde el punto de vista de la sostenibilidad, la justicia social y la democracia y, una vez que tenemos claros esos aprendizajes clave, vamos analizando dónde encajarlos en el currículo oficial: en qué asignatura en qué curso y con qué visión insertaríamos el cambio climático, con conexión entre distintas áreas y niveles”.

Es así como, según González, estarán trabajando los contenidos mínimos de la ley pero con un enfoque ecosocial, “en ocasiones incorporando contenidos nuevos y, en otras, con una visión distinta”, como podrán abordarse en profundidad temas que hoy o no se tratan o se tratan de soslayo, dependiendo de la disposición del docente, o que se consideran un extra. Cuestiones como “Comprender que no todo es reparable”, “Contrastar organizaciones socioeconómicas depredadoras con otras con una relación armónica con el entorno”, “Valorar las implicaciones de la lógica comprar-tirar-comprar y el papel de la publicidad”, “Ser conscientes de cómo las personas han sido y siguen siendo tratadas como mercancía” o “Conocer cómo el capitalismo consigue reproducir el capital a través de la explotación de personas”, algunas de las que se recogen en su borrador, ahora sí estarán.

Todo esto se ofrecerá en forma de materiales autoeditables para todos los docentes, en abierto, y se espera tener un primer piloto de Ciencias Naturales y Sociales de 6º de Primaria el curso que viene. “El trabajo no se pierde con un posible cambio de ley educativa, pues la mayoría de los elementos, aun con una nueva ley, no variarán sustancialmente”, señala González.

Lesbos, Girona, Málaga

Para Iolanda Arboleas, directora del Institut de Sils de Girona, no hay desconexión posible con la realidad. Todo, de Sant Jordi a la inauguración del curso, se impregna de aquello que nos rodea y que consideran más acuciante. No es raro en un centro, reconocido por Ashoka como changemaker, que inicia la jornada con su Bon Dia, dedicando los cinco primeros minutos a abordar un tema de impacto en ese momento.

Así, el pasado Sant Jordi la guerra de Siria y sus consecuencias fue la protagonista, con su descenso a cada uno de los cursos (sensibilización en 1º de ESO, análisis en 2º, reivindicación y protesta en 3º y acción en 4º). Y este curso se dará por inaugurado el viernes 28 con un acto en el Ayuntamiento al que toda la población está invitada, en el que los alumnos de 3º de ESO hablarán de democracia y derechos humanos vinculándolo con la Revolución Francesa y la Americana, que están estudiando, y donde acudirá para dar una conferencia, promovida por el centro y el AMPA Joel Da Silva, voluntario de Proactiva Open Arms, la ONG cuya labor describe Astral, el documental de Salvados.

A la colaboración con ONG están también acostumbrados en el IES Pablo Picasso de Málaga, donde trabajan con InteRed. Del mismo modo, es frecuente que se aborden problemáticas sociales desde una visión multidisciplinar y con testimonios de primera mano. El curso pasado, en un proyecto sobre las migraciones, participaron los profesores de Filosofía, Inglés, Economía y Geografía. Los alumnos escucharon las experiencias de personas que en su día tuvieron que abandonar su país que visitaron el centro, leyeron noticias, vieron documentales… “Queremos formar agentes de cambio, y hacerlo con herramientas propias de la participación en ciudadanía”, analiza Marisol Aneas, jefa de estudios y premio Vicente Ferrer de Educación para el Desarrollo. “En base a lo que está pasando, aspiramos a que el alumnado forme parte, aunque guiado, en la toma de decisiones de cómo trabajar en el aula, qué temáticas abordar”, prosigue Aneas.

Profesora de Economía, también comienza sus clases con dos noticias seleccionadas por los chicos y chicas, que dan para una exposición y un debate de unos 15 minutos y “sirven para conectar la clase a la realidad inmediata”. Su asignatura, para ella, contiene además conceptos imprescindibles con que analizarla. En sus clases de 1º, 2º y 4º de ESO hay lecciones fundamentales, las que hablan del agotamiento de los recursos, de los objetivos de desarrollo sostenible, de emprendimiento social, de finanzas alternativas, de responsabilidad social o de consumo responsable.

Ciudadano LOMCE

Para José Carlos Tobalina, docente del centro de formación ambiental Ciudad escolar en la Comunidad de Madrid, vinculado a los Movimientos de Renovación Pedagógica (MRP), existen estas y otras experiencias (cita también las de los colegios Trabenco de Leganés, Miguel Hernández en Getafe, Carlos Cano de Fuenlabrada o Palomeras Bajas en Madrid) “donde maestros o maestras de forma individual o en equipo sacan adelante proyectos coherentes con un nuevo paradigma ético, que desarrolla el pensamiento crítico y forma parte de una concepción global del ser humano en la sociedad”, pero no bastan.

Según él, ni el currículo ni la formación inicial del profesorado están listos para aportar “una visión crítica, consciente y lúcida del sistema en que vivimos, de las contradicciones en el funcionamiento del modelo neoliberal capitalista, de los problemas que tenemos de carácter ecológico y de justicia social”.

La escuela está en medio, reconoce Tobalina, a su alrededor los medios de comunicación o las redes sociales van ganando en impacto, “pero debería estar jugando un papel de compensación, de alfabetización crítica, y no lo está haciendo, sino que sigue vehiculando un conocimiento alejado de la realidad a través de materias que en ciertas épocas sirvieron para situar al ser humano en una visión del mundo antropocéntrica, distinta a la que tenemos que tener hoy”.

Tobalina habla de cómo la actual ley va en esa línea, “encaminada a crear ciudadanos LOMCE, seleccionados, con una mente capaz de cambiar muy rápido en lo tecnológico, muy dóciles en lo político y social, con una conciencia medida sobre medio ambiente (capaces de plantar un árbol cerca de su casa, o de comer comida ecológica), pero con una visión incompleta de lo que son en su entorno social y natural”.

Frente a esto, desde las jornadas que los MRP y Ecologistas en Acción celebrarán a principios de 2017 abordarán Qué escuela para qué mundo. Porque en el ámbito escolar hay mucho que repensar, también más allá del currículo (plantea algunos ejemplos: cómo se va y se vuelve del cole, cómo se transforma arquitectónica y estructuralmente para que sea algo abierto, cómo se conciben los tiempos, respetando los ritmos de cada uno, cómo, qué y con quién se come…) y porque todo esto ha de servir para acercar un poquito más la escuela a la vida, para que la escuela sea la vida.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/educar-contra-la-explotacion-infantil/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/11/twitter.jpg

Comparte este contenido:

Reseña de Película: Pan y rosas.

América del Norte/México/06.12.2016

Maya y Rosa son dos hermanas mexicanas que trabajan, en condiciones de explotación, como limpiadoras en un edificio de oficinas del centro de Los Ángeles. Un encuentro con Sam, un apasionado activista norteamericano, cambiará sus vidas. Sam las ayuda a tomar conciencia de su situación laboral, para que emprendan una campaña de lucha por sus derechos.

La película nos sirve para reflexionar acerca de muchos temas, como la situación y la composición de la clase obrera en los países centrales, las formas de lucha que puede adoptar en este principio de siglo o sobre las diferencias económicas y las desigualdades sociales. También acerca de la explotación de la mujer trabajadora, de la situación de la fracción de la clase de origen extranjero o sobre las luchas que quedan por venir.

Dirigida por Ken Loach, conocido cineasta y militante trotskista británico, es una de sus obras enmarcadas dentro del llamado realismo social británico que caracteriza las películas del autor. El realismo social, como movimiento artístico trata de plasmar las vivencias cotidianas de la gente de la clase trabajadora y de los oprimidos para reflejar sus contradicciones y denunciar su explotación sin convertir a sus personajes en héroes ni en personas excepcionales. Pretende también denunciar las condiciones de vida a las que son sometidos y cuestionar la sociedad y a la clase dirigente mediante la técnica de plasmar la realidad tal cual es para despertar conciencias entre la población.

Fuente: https://youtu.be/Z96Ff744LUY?list=PLfOh-UWcwNETuntmfkKCYb79QKQ0c_UqC

Imagen: http://images2.coveralia.com/dvd/p/Pan_Y_Rosas-Caratula.jpg

Comparte este contenido:

Hay casi 49 millones de esclavos en el mundo en pleno siglo XXI

23 de agosto de 2016/Fuente: Telesur
Cada 23 de agosto se celebra en el mundo el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición.

La esclavitud no es cosa del pasado, es un problema actual y tiene rostro humano. El caso más reciente es el Daniela, una joven que fue secuestrada y condenada a ser víctima de explotación sexual del Cártel de Los Zetas en México.

Su liberación fue un asombro para la comunidad mexicana e internacional, logró lo que pocas mujeres en manos de las organizaciones criminales más temidas pudieron hacer: continuar con vida. Fue expuesta en bares, discotecas y cualquier sitio donde pudiera captar clientes, mismos que pagaban altas sumas de dinero no solo por sus servicios sexuales, sino también por golpearla brutalmente. 

>> 168 millones de menores en todo el mundo son esclavos

No escuchaba la radio, ni veía televisión, ni leía periódico. El dinero que recibía le era despojado por los mismos integrantes del cártel. Daniela, quien hoy se dedica a contar el horror que se vive en la frontera de México, solo recuerda haber visto a mucha gente morir » de forma espantosa» prestando «sexoservicio».

Pasó se der una esbelta chica veinteañera a ganar peso, tener cicatrices en su rostro y piel producto de quemaduras de cigarro, un ojo desviado y medio rostro paralizado por las golpizas que recibió durante su cautiverio y que fueron corregidas parcialmente por una cirugía plástica de seis horas.

>> Trata de personas, la esclavitud del siglo XXI

¿Los clientes? eran en su mayoría migrantes rubios, altos, esbeltos y con dinero que provenía de los Estados Unidos y que disfrutaban más con el sufrimiento ajeno que con el acto sexual. Daniela es tan solo un nombre de las millones de personas en todo el mundo que sufren la esclavitud moderna.

Ver imagen en Twitter

Hoy es el Día del Recuerdo de la Trata de .

Casi 49 millones en el mundo

Solo imagine la historia de Daniela multiplicada por 49 millones de veces. Este es el número de personas que en el mundo, es afectada por este flagelo, ya sea porque son expuestas involuntariamente a la explotación sexual, el trabajo forzado o el tráfico humano.

La cifra es ofrecida por el Índice Global de Esclavitud de la Fundación Walk Free, que en su proyecto anual de investigación reveló este 2016 que en la dramática cifra de afectados, incluye a un gran porcentaje de niños, no solo de países en desarrollo, sino de Estados ricos que viven en democracia.

No es cosa del pasado. Los 49 millones suponen un 28 por ciento más que en la edición de 2014, según el estudio que incluyó 42 mil entrevistas en 53 idiomas, en 25 países, y 15 encuestas realizadas a nivel estatal en La India. Los estudios abarcaron un 44 por ciento de la población mundial.

Foto: ABC

Corea del Norte es el país que encabeza el mayor predominio de esclavitud moderna con respecto a su población, ya que se calcula que 4,37 por ciento de ella está esclavizada. Le siguen Uzbekistán 3,97 por ciento y Camboya 1,65 por ciento.

No obstante, en términos de números absolutos, India tiene los índices más altos con 18,35 millones de individuos esclavizados, seguida por China 3,39 millones, Pakistán 2,13 millones, Bangladesh 1,53 millones y Uzbekistán 1,23 millones.

Los cinco países antes citados, poseen 58 por ciento de los individuos afectados por este flagelo, o en números concretos: 26,6 millones de personas.

¿Quiénes se esfuerzan?

El índice Global de Esclavitud precisa que de los 161 países evaluados, solo 124 penalizaron el tráfico de individuos en concordancia con el Protocolo de las Naciones Unidas contra el tráfico. 

Asimismo, revela que  96 implementaron planes de acción nacional para coordinar las respuestas del gobierno. 

Entre las naciones que muestran mayor esfuerzo por combatir la esclavitud moderna, se encuentran los Países Bajos, Estados Unidos (EE.UU.), Reino Unido, Suecia, Australia, Portugal, Croacia, España, Bélgica y Noruega.

No obstante, en el caso de EE.UU. se registra 0,018% de la población en esclavitud, lo que representa en números concretos: 57 mil 700 personas.

El dato: El presidente de la Fundación Walk Free, Andrew Forrest, expresó que la erradicación de la esclavitud tiene sentido desde un punto de vista moral, político, lógico y económico.

¿Dónde encontramos a los esclavos?

Basureros como el de Tegucigalpa (Honduras), en las fronteras, con turistas, bares, y hasta en fábrica de ropa que incluso pertenecen a famosos, es posible encontrar o ver a hombres, mujeres y niños esclavos.

Fuente: Entreparentesis.org

En los basureros, niños desmenuzan montañas de basura en busca de residuos para vender, mientras que ejércitos extremistas raptan o reclutan a infantes para hacerlos soldados.

Niñas, en Tailandia, por ejemplo, intercambian relaciones sexuales por dinero y muchas otras son forzadas a trabajos sin salario y con pasaporte confiscado.

Está ocurriendo aunque no esté en las estimaciones de las naciones. Su naturaleza ilegal hace que sea un fenómeno escondido que importante daño sobre todo en la población infantil. No hay preferencia, sucede en Europa, América Latina, Asia y en África.

Este 2016, la cantante Beyoncé fue acusada de crear su línea de ropa Ivy Park con mano de obra esclava en Sri Lanka.

¿Qué propicia la esclavitud moderna? 

Existen una gran cantidad de factores que favorecen la esclavitud moderna, pero la pobreza es la causa más importante. No obstante, las guerras también están originando que las cifras aumenten, y las prácticas culturales a que se perpetúen.

El dato: Los países más afectados son por lo general los que tienen más cifras de pobreza, menor educación, con un clima hostil y falta clara de derechos humanos. 

En conflictos armados, más de 300 mil niños son utilizados como soldados y esclavos, mensajeros, cocineros o limpiadores. Las niñas, en cambio, son condenadas a ser esclavas sexuales, con riesgos de sufrir enfermedades o quedar embarazadas.

Asimismo, algunas prácticas culturales- religiosas han desencadenado que 700 millones de mujeres en el mundo se hayan casado cuando apenas eran niñas, muchas veces fueron víctimas de abusos sexuales y obligadas a trabajar.

Las movilizaciones masivas de personas a causa de los conflictos bélicos también han propiciado el aumento en las cifras de esclavos en el mundo, pues muchos de los migrantes han caído en mafias que por lo general se aprovechan de la condición de extranjeros de sus víctimas para abusar de ellas y someterlas a trabajo forzado o prostitución a cambio de algún favor.

«No se puede concebir el fin de la esclavitud como algo aislado de los demás problemas en el mundo«, afirmó Andrew Forrest, fundador y copresidente de la organización australiana Walk Free Foundation.

Los grandes movimientos migratorios vienen infundados por el creciente terrorismo en zonas como Siria. El Estado Islámico, una de las organizaciones extremistas más temidas, fuerza a mujeres a prostituirse y mantener relaciones sexuales no consentidas, mientras que a los hombres y niños los obliga a convertirse en soldados.

El The New York Times refiere que a diferencia de las versiones históricas de la esclavitud, que mantenían a las personas como si fueran una propiedad enajenable y que ha sido prohibida en todo el mundo, la esclavitud moderna se define como tráfico de personas, trabajo forzado, endeudamiento que deviene en servidumbre, matrimonios forzados para el trabajo o explotación sexual con intercambio de dinero.

Fuente: http://www.telesurtv.net/telesuragenda/Esclavitud-moderna-20160822-0038.html

Imagen:www.telesurtv.net/__export/1471952070948/sites/telesur/img/news/2016/08/23/trabajo_infantil.jpg_1718483346.jpg

Comparte este contenido:

Explotación Infantil: Los niños ‘alquilados’ de Guatemala

Guatemala/13 agosto 2016/Fuente: Aporrea

Limpian vidrios en las esquinas, hacen malabares con maquillajes de payaso, o fingen estar lisiados para mendigar. Así transcurre el día para muchos niños guatemaltecos, principalmente indígenas, y en varios casos «alquilados» por sus padres a redes de explotación laboral, según un reporte publicado por la agencia AFP.

Abandonados a su suerte en las calles de la capital y otros centros urbanos, los niños se convirtieron en una mina de oro para grupos ilegales que se aprovechan de las condiciones de pobreza en que vive el 59,3% de los 16 millones de habitantes de este país centroamericano.

Los niños «son reclutados por los tratantes que establecen acuerdos con los padres de familia, a quienes les dan una cuota por alquilar a estos niños y venir aquí a la capital a trabajar o a pedir dinero», dijo Rosy Palma, directora de desarrollo de la ONG Refugio de la Niñez.

La entidad acompaña a instituciones estatales que realizan operativos para rescatar a menores víctimas de explotación laboral, la mayoría obligados a migrar desde los departamentos indígenas de Sololá, Quiché, Huehuetenango y Totonicapán, ubicados en las montañas del oeste de Guatemala.

Aunque las autoridades estiman que un millón de niños trabajan en Guatemala, no han logrado establecer una estadística certera sobre los que son explotados en la vía pública y obligados a mendigar, señaló Palma.

Negocio rentable

«Por las situaciones económicas de esta población, muchos grupos organizados de delincuentes han logrado captarlos», indicó Harold Flores, protector de la Niñez de la Procuraduría General de la Nación, ente que ejerce la abogacía del Estado.

El funcionario explicó que los niños son forzados a extenuantes jornadas de hasta 16 horas diarias y se les fijan cuotas de unos 13 dólares que deben entregar al final del día, so pena de ser castigados.

«En algunos casos les indican que van a venir a estudiar, que van a venir a aprender un oficio, que van a tener una mejor vida que la que tienen en sus lugares de origen», relató Flores.

Con frecuencia, los niños viven hacinados en hoteles precarios y no reciben más alimentación que pan y agua, lamentó el funcionario.

Palma señaló que el negocio es muy rentable para los tratantes y que se ha observado un aumento continuo en el número de niños, niñas y adolescentes que son reclutados.

En promedio los padres que deciden «alquilar» a sus hijos reciben unos 25 dólares semanales, una cifra importante para familias en los límites de la sobrevivencia, apuntó la activista.

Una encuesta oficial publicada a finales de 2015 reveló que la pobreza entre los indígenas guatemaltecos, asentados principalmente en el altiplano occidental, alcanza un 79,2%.

Las comunidades indígenas representan el 40% del total de habitantes del país, de acuerdo con cifras oficiales, aunque líderes nativos señalan que en realidad constituyen más del 60%.

La explotación laboral de menores se concentra en el departamento central de Guatemala, donde se encuentra la capital, en Quetzaltenango (oeste) y en pueblos fronterizos con México en el suroeste, según estudios del Refugio de la Niñez.

Pocos esfuerzos

La Procuraduría reporta que las autoridades rescataron en todo el país a 68 menores explotados laboralmente durante el primer semestre de 2016, una cifra muy pequeña en comparación con las estimaciones oficiales sobre trabajo infantil.

Gloria Castro, defensora de la Niñez y Adolescencia de la oficina del Procurador de los Derechos Humanos (Ombudsman), lamenta que los operativos hayan sido insuficientes para atacar el problema.

«Lamentablemente el Estado a través de sus instituciones no ha hecho algo que valga la pena sobre el tema», refirió Castro, quien demandó a la Fiscalía fortalecer la investigación contra las redes de trata y al gobierno atender a las familias en condiciones de pobreza.

Según la Procuraduría, la explotación laboral de menores es un problema que también incide en la migración de centroamericanos hacia Estados Unidos, un fenómeno social y humano de dimensiones dramáticas.

El organismo ha detectado que muchos menores explotados en las calles de Guatemala han terminado migrando a México y Estados Unidos, con el propósito de escapar a su esclavitud.

Fuente: https://www.aporrea.org/internacionales/n295293.html

Comparte este contenido:

UNICEF: Se pide a los aficionados de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos a que ayuden a proteger a los niños

UNICEF inició hoy una iniciativa deportiva mundial para incorporar al público en general en su trabajo en favor de los niños. Los amantes del deporte de todo el mundo pueden participar gratuitamente en las acciones de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos integrando el Team UNICEF Get Active for Children, un mecanismo que genera una donación empresarial de R$5 cada vez que los participantes recorren 5km a pie o en silla de ruedas.

Los usuarios también pueden acumular puntos por hacer ejercicio y realizar otras actividades como rellenar un cuestionario en la plataforma del Team UNICEF. El participante con el mayor número de puntos ganará un viaje para ser testigo de primera mano de la labor de UNICEF en Brasil (no se incluyen viajes internacionales).

“Queremos que todo el mundo desarrolle un espíritu deportivo y Se mantenga activo en favor de los niños para ayudar a recaudar fondos vitales que contribuirán a la labor de UNICEF en favor de los niños más vulnerables del mundo”, dijo el representante de UNICEF en Brasil, Gary Stahl.

Las estimaciones sugieren que 30 niños y adolescentes son asesinados cada día en Brasil. Más de uno de cada tres adolescentes muertos en el país se debe a un asesinato, en comparación con una de cada 20 muertes causadas por homicidios entre la población general. Para los niños más vulnerables de Brasil, la exposición a la violencia y la explotación es común. Los grandes eventos deportivos pueden aumentar el riesgo de estos niños a sufrir atrocidades, incluyendo el abuso sexual y el trabajo infantil.

Para ayudar a prevenir y responder a la violencia contra los niños durante los Juegos Olímpicos y los Juegos Paralímpicos, UNICEF también ha lanzado una nueva versión de Proteja Brasil, una aplicación que permite a los testigos y a las víctimas denunciar a las autoridades los actos de violencia, abuso y explotación. Se pueden presentar informes anónimamente sobre la hora, el lugar y las circunstancias del crimen.

“La violencia, el abuso, la discriminación y la explotación son una dura realidad para muchos niños”, dijo Stahl. “Proteja Brasil ofrece a la gente corriente la oportunidad de asumir el problema y tomar medidas para ayudar a abordar las violaciones contra los derechos del niño y ofrecerles la ayuda que necesitan tan desesperadamente”.

El Team UNICEF Get Active for Children fue creado por UNICEF y Ogilvy, y recibe el apoyo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y Save the Dream.

Fuente: http://www.unicef.org/spanish/media/media_92054.html

Imagen: https://smsprio2016-a.akamaihd.net/news/t6keT6/img_6655.jpg

Comparte este contenido: