Page 1 of 3
1 2 3

Académicos cubanos divulgan carta abierta al Secretariado de LASA

Fuentes: Rebelión/Fernando Luis Rojas 

Los promotores de la iniciativa son merecedores del Premio a la Excelencia Académica en los Estudios sobre Cuba que otorga la sección cubana de Latin American Studies Association (LASA).

Seis académicos y escritores cubanos, premiados por la Excelencia académica en los estudios sobre Cuba, dieron a conocer este 4 de junio una carta abierta al Secretariado de la Latin American Studies Association (LASA) con el título «Sobre las relaciones entre LASA y su membresía cubana».

La misiva, divulgada a través de la plataforma digital www.ipetitions.com, llama la atención al Secretariado de LASA sobre su reciente «Pronunciamiento sobre la protección de los derechos humanos en Cuba», dado a conocer el pasado 29 de mayo de 2021.

La carta abierta, firmada inicialmente por el politólogo Rafael Hernández; el sociólogo Aurelio Alonso Tejada; el historiador Pedro Pablo Rodríguez; el escritor y etnólogo Miguel Barnet Lanza; la poetisa Nancy Morejón y el ensayista Ambrosio Fornet, señala que el Pronunciamiento «no facilita continuar este patrón de entendimiento, ni contribuye al diálogo que ha caracterizado nuestra colaboración [de LASA con los académicos cubanos]».

El «Pronunciamiento sobre la protección de los derechos humanos en Cuba» divulgado por el Secretariado de LASA, ha suscitado «reacciones negativas (…) de ambos lados, en un breve plazo, contra la dirección de LASA, desde posiciones opuestas en el espectro político». Asimismo, los promotores de la misiva expresaron: «Este mensaje nuestro al Secretariado de LASA no sugiere que abusó de sus prerrogativas según los estatutos de la asociación, ni pretende representar el consenso de la Sección Cuba. Tampoco se debe confundir con ninguno de los ataques contra LASA que han circulado en estos días».

En otro fragmento de la carta, se alude directamente a lo expresado en el Pronunciamiento en relación con el compromiso de la entidad académica «con los valores de la libertad de expresión, la libertad académica y el respeto por los derechos humanos en el contexto de la democracia, la soberanía y el estado de derecho». Sobre el particular, los investigadores y escritores sostienen: «Como si esos principios y valores fueran ajenos a muchos de nosotros, adopta un tono aleccionador y extraño, después de tanto tiempo de dialogar y escucharnos mutuamente».

Hasta las 23H56 (hora local de Cuba) de este domingo 6 de junio, se han adherido a la carta abierta 210 académicos, investigadores y escritores miembros o no de LASA y otros profesionales. Apenas 48 horas después de aparecer, resulta notable la reacción a la iniciativa, no solo por el número de firmantes, sino por su calidad y diversidad.

Entre los nuevos firmantes se cuentan los Premios Nacionales de Ciencias Sociales de Cuba, María del Carmen Barcia y Juan Valdés Paz. Asimismo, los investigadores, académicos, críticos y profesionales cubanos residentes o no en la isla Tania García Lorenzo, Zuleika Romay, Félix Massud-Piloto, Félix Valdés García, Samuel Furé-Davis, Carlos Alzugaray, Milena Recio, Rafael Acosta de Arriba, Sonia Rivera Valdés, Ileana Díaz, Roberto Corral, María Isabel Domínguez, Marta Núñez Sarmiento, Reinaldo Montero, Ana Vera Estrada, Víctor Casaus, Elaine Morales Chuco, Jorge Hernández Martínez, Vivian Martínez Tabares, Ileana Hodge Limonta, Jesús Arboleya, Romy Aranguiz, Jorge Núñez Jover, Ernesto Limia, Ovidio D´Angelo, Mayra Sánchez Medina, Omar Everleny, Gabriel Coderch Díaz, Pedro Pérez-Sarduy, Maikel Pons Giralt, Ana Niria Albo, Esteban Morales, Denia García Ronda, Mildred de la Torre, entre otros.

De igual forma, se adhieren a la misiva «Sobre las relaciones entre LASA y su membresía cubana» académicos e investigadores de otros países como Pablo Vommaro (Argentina), Deborah Billings (Estados Unidos), Arnold August (Canadá), Sara Latorre (Ecuador), Merriam Ansara (Estados Unidos), Par Kuramaswami (UK), Lauren Collins (UK), Keith Ellis (Canadá), Carolina Tetelboin (México), John Coatsworth (Estados Unidos, expresidente de LASA), Agustín Lao-Montes (Colombia), entre otros.

A continuación, se comparte el texto de la Carta abierta al Secretariado de LASA

Sobre las relaciones entre LASA y su membresía cubana.

A lo largo de más de cuarenta años, contra viento y marea, se han venido tejiendo relaciones de colaboración e intercambio entre latinoamericanistas e instituciones académicas de Estados Unidos y de Cuba. Esta cooperación ha sido posible gracias a que el espíritu de diálogo y buena voluntad ha prevalecido sobre las diferencias ideológicas, y se ha sabido superar, con inteligencia y constancia, todos los obstáculos, que han sido legión. El viento y la marea han incluido el legado de desconfianza, el recelo ideológico, las trabas burocráticas, los intentos por secuestrar, politizar o instrumentalizar los espacios de encuentro, entre ellos, el que ha ofrecido Latin American Studies Association (LASA).

Ninguna otra institución norteamericana ha contribuido tanto a abrir el camino de la cooperación y a desarrollar confianza mutua entre los dos lados. Por esa puerta abierta gracias a la perseverancia y la paciencia de los dos lados, otras instituciones, universidades, ONG, fundaciones, centros de investigación, organismos, organizaciones, y una corriente de académicos e intelectuales, artistas y profesionales de la comunicación, de la investigación social y de las ciencias, han construido, paso a paso, una vía alternativa, tanto a la injerencia como a la mentalidad de fortaleza sitiada. Su mérito, al cabo de más de cuatro décadas, ha sido evitar que se cierre una ventana de diálogo y entendimiento entre las sociedades civiles y la cultura de ambas orillas, crear un clima de libertad académica y fomentar unas ciencias sociales y humanidades críticas y rigurosas.

Hasta tal punto se ha avanzado, que LASA decidió hace 24 años constituir una Sección Cuba, como existía solo con algunos países en el campo de los estudios latinoamericanos, encargada de fomentar el intercambio y tomar decisiones democráticamente respecto a las relaciones mutuas, con la activa presencia de académicos y académicas de los dos lados, tanto en su membresía como en su gobierno. Cada año, el acceso a la membresía y al comité de dirección de esta Sección ha estado abierto a todas las personas que reúnen los requisitos para pertenecer a LASA, y sus cargos se han elegido mediante nominación abierta y elecciones secretas y directas. La membresía de la Sección y el acceso a esos cargos han respondido a normas propias de LASA, que no discriminan por razones de género, color de la piel o ideología política. Los miembros cubanos, en particular los que hemos tenido un papel en impulsar este intercambio, hemos contribuido activamente al respeto de esas reglas.

Cuba no debe medirse con una vara diferente a los demás países latinoamericanos, ni a los propios Estados Unidos. De hecho, rechazar el doble rasero y las precondiciones han sido premisas para intelectuales y artistas involucrados en este intercambio. LASA, sin embargo, ha favorecido la continuidad de nuestra presencia con políticas específicas para sus miembros cubanos. Ha hecho un esfuerzo por compensar las desventajas que producen las políticas estadounidenses contra Cuba, reflejo de un patrón de Guerra fría, que limita nuestro acceso a esos espacios; pero también el de los latinoamericanistas de allá, cuyas investigaciones y programas académicos y culturales en Cuba se han visto entorpecidos, entre otras cosas, por mecanismos diseñados para impedir a sus contrapartes recibir apoyo directo desde EEUU. Cuando LASA ha adoptado esas políticas especiales hacia los residentes en Cuba, así como cuando ha condenado explícitamente el bloqueo, ha sido coherente con una posición institucional opuesta a toda discriminación ideológica, y en favor del interés profesional de sus miembros.

El reciente «Pronunciamiento sobre la protección de los derechos humanos en Cuba» no facilita continuar este patrón de entendimiento, ni contribuye al diálogo que ha caracterizado nuestra colaboración. Su efecto se evidencia en las reacciones negativas que ha suscitado de ambos lados, en un breve plazo, contra la dirección de LASA, desde posiciones opuestas en el espectro político.

Este “Pronunciamiento” surgió de una carta firmada originalmente por una veintena de miembros, y una mayoría de no miembros, que tuvo eco en el Secretariado de la asociación, a pesar de estar redactada en un tono ajeno al respeto que pretende promover. Aunque el “Pronunciamiento” de LASA no tiene la categoría de una resolución, ni el tono de la carta que la originó, sí adopta una actitud unilateral, ajena al diálogo que ha caracterizado las relaciones. Afirma que el rechazo de LASA al bloqueo no implica ignorar su «compromiso con los valores de la libertad de expresión, la libertad académica y el respeto por los derechos humanos en el contexto de la democracia, la soberanía y el Estado de derecho.» Como si esos principios y valores fueran ajenos a muchos de nosotros, adopta un tono aleccionador y extraño, después de tanto tiempo de dialogar y escucharnos mutuamente.

Si ese texto se hubiera discutido con los miembros de la Sección Cuba, podríamos haber debatido su contribución y eficacia reales para fomentar las libertades académicas y los derechos humanos. Habríamos podido explicar cómo, a lo largo de estos años difíciles, hemos trabajado para expandir el debate crítico de nuestros problemas, no solo en los medios académicos y culturales, sino en la sociedad civil y entre la ciudadanía cubana, en la isla y en Estados Unidos. Podríamos haber demostrado cómo el ejercicio de la libertad académica se ha extendido al intercambio de LASA con instituciones, investigadores, profesores y artistas en ejercicio, a lo largo de toda Cuba, más allá de élites capitalinas, que a veces se arrogan la representación nacional. Habríamos presentado una mirada de nuestros problemas, como la que solemos llevar a los paneles de LASA, para nada satisfecha ni apologética, que comparte lecciones aprendidas sobre democracia y soberanía, desde la experiencia concreta de haber luchado por ambas, así como por un Estado de derecho, que la actual Constitución incorpora, y cuya realización requiere un clima de diálogo y entendimiento. Nada de lo anterior se sustituye por juicios unilaterales.

Este mensaje nuestro al Secretariado de LASA no sugiere que abusó de sus prerrogativas según los estatutos de la asociación, ni pretende representar el consenso de la Sección Cuba. Tampoco se debe confundir con ninguno de los ataques contra LASA que han circulado en estos días. Lo redactamos como simples miembros de LASA, reconocidos por el premio que la Sección otorga en consulta democrática con sus integrantes, por contribuir al desarrollo de esta relación. Desde esa condición, abogamos por una comunicación constructiva, que evite malos precedentes y guerras de pronunciamientos, cuyo destape por cualquier eventual motivo surgido aquí o allá resultaría dañino para unos puentes ya de por sí expuestos a una hostilidad incesante.

No es un secreto que, durante el corto verano de la administración Obama, fueron los intercambios culturales y académicos el terreno donde más se avanzó en materia de acuerdos interinstitucionales. Como se sabe, la polarización ideológica es lo último que necesitan los cambios en Cuba, así como el postergado camino de cooperación entre Washington y La Habana.

Solo mediante la continuidad de ese diálogo, y de la aplicación de los conceptos que gobiernan a LASA como institución, podremos preservar una colaboración que ha sido ejemplo de democracia y respeto mutuo, así como contribuir a la protección de nuestras libertades y prácticas de los derechos humanos en el campo de la educación y de la cultura, aquí y allá.

Comparte este contenido:

Masacre en Oaxaca es resultado de los proyectos de desarrollo en los territorios indígenas: académicos, activistas y organizaciones

América/México/01/07/2020/Autor y fuente: desinformemonos.org

 

La masacre de 15 indígenas ikoots en San Mateo del Mar, Oaxaca, perpetrada por un grupo armado el pasado 21 de junio, «es resultado de los proyectos de desarrollo que se buscan implementar en los territorios indígenas» y no «un conflicto interno o poselectoral, como lo considera el presidente Andrés Manuel López Obrador», aseguraron activistas, académicos y organizaciones.

En un comunicado, en el que manifestaron su solidaridad con el pueblo ikoots de Oaxaca, los académicos y organizaciones explicaron que la violencia y el hostigamiento contra los habitantes de San Mateo del Mar escalaron «desde que se nombró al presidente municipal Bernardino Ponce Hinojosa en octubre de 2019», pues las elecciones «no sólo no respetaron el sistema normativo interno, sino que además tuvieron serias irregularidades».

Agregaron que desde mayo de 2020 el pueblo ikoots denunció las agresiones «por parte del edil y su grupo paramilitar», pero que la Secretaría General de Gobierno del Estado de Oaxaca no intervino para garantizar la seguridad de la comunidad.

Los académicos y activistas indicaron que la masacre del 21 de junio y la violencia en general contra el pueblo ikoots se insertan «en los intentos del gobierno por desestabilizar la región y ponerla al servicio del capital», por lo que exigieron que se detengan las incursiones desarrollistas, salgan las empresas de los territorios indígenas y se respeten los usos y costumbres y la autonomía de los pueblos.

A continuación el comunicado completo:

SOLIDARIDAD CON SAN MATEO DEL MAR

La situación que atraviesa la comunidad Ikoots de San Mateo del Mar, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, evidencia el perverso vínculo entre la política desarrollista del Estado y la actuación del crimen organizado en nuestro país. San Mateo del Mar por más de una década ha estado luchando por defender su territorio frente a las constantes amenazas por la instalación de parques eólicos, la privatización de su territorio, la construcción de un rompeolas y la modernización del puerto en Salina Cruz.

Desde que se nombró al presidente municipal, Bernardino Ponce Hinojosa, en octubre de 2019, el hostigamiento hacia los habitantes de San Mateo del Mar ha incrementado. Este nombramiento surgió de unas elecciones establecidas por el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca que no sólo no respetaron el sistema normativo interno, sino que tuvieron serias irregularidades. Estos hechos despertaron el enojo y la oposición de los habitantes de San Mateo hacia el presidente impuesto y escaló el conflicto.

La noche del 2 de mayo de 2020, la comunidad de San Mateo ya denunciaba la fuerte agresión que vivía y que desembocó en un ataque armado en la Agencia Municipal de Huazantlán del Río. Reportaron un hombre asesinado, varios heridos y viviendas y vehículos incendiados. Se denunció que la Secretaría General de Gobierno del Estado de Oaxaca desde inicios del año tuvo conocimiento del conflicto, pero no ha intervenido. En su comunicado nos advertían de que podrían venir actos más graves. Desde entonces las intimidaciones y violencia no cesaron por parte del edil y su grupo paramilitar. El domingo 21 de junio un ataque a hombres y mujeres de las Agencias municipales de San Mateo del Mar cobró la vida de quince de ellos.

Condenamos la masacre perpetrada en San Mateo de Mar, demandamos justicia para el pueblo Ikoots y respaldamos las exigencias hechas por la Unión de Agencias y Comunidades Indígenas Ikoots. Además, exhortamos a entender este conflicto en los intentos del gobierno por desestabilizar la región y ponerla al servicio del capital. No se trata de un conflicto interno o poselectoral, como lo considera el presidente Andrés Manuel López Obrador. Esta masacre es resultado de los proyectos de desarrollo que se buscan implementar en los territorios indígenas. Por eso, exigimos se detengan las incursiones desarrollistas, salgan las empresas que ambicionan sus territorios y se respeten los usos y costumbres y la autonomía de los pueblos.

¡JUSTICIA PARA EL PUEBLO IKOOTS!

¡NO al Corredor Interocéanico!

Nombre completo, institución/organización/colectiv@

Alberto Velázquez Solís, Mérida, Yucatán

Alejandra Aguilar, CIESAS-Occidente

Alfredo Salazar Duque, Colombianos por la paz

Alicia Castellanos Guerrero, UAM

Ana María Vera Smith

Ángela Sandoval Uhthoff, UNAM

Bárbara Zamora, UNAM y Bufete Jurídico Tierra y Libertad A.C.

Bertha Elena Munguía Gil,

Daniele Fini, Universidad Iberoamericana Puebla

Emiliana Cruz, CIESAS-CDMX

Enzo Traverso, Universidad de Cornell, Nueva York

Eugenia de la O Martínez, CIESAS-Occidente

Eugenia Legorreta, IberoO

Fernando Matamoros Ponce, ICSyH-BUAP

Francisco Morfín, Isia Ayuuk

Gaspar Rivera-Salgado, UCLA

Gerardo Bernache, CIESAS-Occidente

Gerardo González Figueroa, ECOSUR Unidad San Cristóbal

Gilberto López y Rivas, INAH-Morelos

Inés Durán Matute, RLS/ICSyH-BUAP

Javier Herran, Lumaltik Herriak

Jean Robert, Universidad La Salle Cuernavaca Morelos

John Patrick Holloway, ICSyH-BUAP

Jorge Alonso, CIESAS-Occidente

José Antonio Olvera Llamas, Colectividad Nuestra Alegre Rebeldía de la Red Morelense de apoyo al CNI/CIG

José Bautista, ITESO

José Javier Capera, Revista FAIA- Argentina

José Luis Mariño López, Colectivo Bordando por la Paz y la Memoria

Julia Preciado, CIESAS-Occidente

Lilia García Torres,

Linda Quiquivix, educadora popular (California, EEUU)

Lola Cubells Aguilar, Asamblea de Solidaridad con México del País Valencià (España)

Margara Millan, UNAM

Margarita Dalton, CIESAS-Pacífico

Melike Yasar, representante del Movimiento Mujeres del Kurdistán para AMérica Latina y miembro del Congreso Nacional de Kurdistán

Oscar Arnulfo de la Torre de Lara, Universidad Autónoma de Aguascalientes

Patricia Fortuny Loret de Mola, CIESAS-Peninsular

Ramón Morales Balcázar, Observatorio Plurinacional de Salares Andinos

Raúl Gutiérrez Narváez, REDIN Chiapas

Renée de la Torre, CIESAS-Occidente

Rocío Moreno, Comunera de Mezcala, Jalisco

Rodrigo Camarena, ITAM

Rosa María Garza Marcué. INAH

Santiago Bastos, CIESAS-Occidente

Sergio García Reynaga, Comunidad Antihistoria

Sofía Blanco Sixtos,

Susana Vázquez, CIESAS-Occidente

Sylvia Marcos, Red de feminismos descoloniales

Walter Omar Kohan, Universidade do Estado do Rio de Janeiro

Xochitl Leyva Solano, CIESAS-Sureste

Laura Nereida Plascencia Pacheco (CLADEM  Y PARITÉ)

Santiago A S, San Lorenzo de Azqueltán

Aguanita Zamora, Comunidad Purépecha y Kunkuarhekua iapuru ixï Anapuech’a

Irene Alvarado Saravia Programa Indígena Intercultural ITESO

Raúl Delgado Wise, UAZ

Carolina C. González González, Universidad Autónoma de Baja California Sur

Ilse Andrea Morelia Trujillo. Becaria de IILA – Universidad de Nápoles Orientale.

Francisca Zalaquett Rock, Centro de Estudios Mayas, UNAM.

Cristiano Tallè (universidad de Naples ‘L’Orientale’, Italia)

Grecia Jurado Azuara, UNAM

Antonio Fuentes Díaz, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Juliana Gómez, BUAP

Instituciones/Organizaciones/Colectiv@s

Colectiva Feminista MAPAS

Coordinadora de Pueblos y Organizaciones del Oriente del Estado de México en Defensa de la Tierra, el Agua y su Cultura (CPOOEM)

Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB)

Preparatoria Comunitaria José Martí, San Francisco Ixhuatán, Oaxaca

Fuente e imagen: https://desinformemonos.org/masacre-en-oaxaca-es-resultado-de-los-proyectos-de-desarrollo-en-los-territorios-indigenas-academicos-activistas-y-organizaciones/

Comparte este contenido:

¿Por qué la academia no es lingüísticamente diversa?

Por: Sofía García-Bullé

La academia ha hecho un esfuerzo por trabajar el déficit de angloparlantes no nativos, pero el estigma continúa.

Las humanidades están en crisis, esto es lo que ha dicho texto tras texto. Se habla de una desaparición gradual de las humanidades en los currículums de educación superior, y la falta de capacidad en la forma en que se desarrollan estos programas para conectar con las necesidades del mundo laboral con la misma facilidad que las carreras de ciencias duras. ¿Pero es ese el único problema? ¿Tendríamos la misma situación si los departamentos de humanidades no hablaran en una sola lengua (el inglés)?

El problema de la diversidad lingüística

Cuando vemos un programa de educación superior en la disciplina de las humanidades, por lo general van incluidas un conjunto de habilidades base, sin importar si es un programa de literatura, sociología, filosofía, u otro. La mayoría de estos programas prometen que al terminar el grado, el alumno tendrá habilidades específicas de análisis, interpretación, comunicación, síntesis e investigación y que podrá expresar eficientemente los resultados de aplicar estas habilidades ya sea a través de la redacción, la representación gráfica o, en algunos casos, hasta numérica.

Estas son las herramientas básicas del profesional de las humanidades. Al aprenderlas, el estudiante estará listo para adentrarse al entendimiento y explicación de los fenómenos sociales, desde eventos históricos como la Gran Migración Atlántica y sus implicaciones, pasando por corrientes filosóficas como el existencialismo y el positivismo, siendo capaz de comprender por qué la primera fue tan popular en tiempos lúgubres como la Primera Guerra Mundial y prácticamente destronó al positivismo como la corriente filosófica más establecida.

En teoría, un estudiante de humanidades debería poder entender el impacto del conductismo sobre la educación infantil, o la influencia de las novelas del amor cortés no solo en la construcción de las costumbres sociales, sino en la del idioma español.  La lengua es un elemento integral para entender la base de los fenómenos sociales ligados a una determinada cultura o momento histórico, entonces, ¿por qué la mayoría de los programas, los contenidos didácticos y los auxiliares están en inglés? ¿Por qué los currículums de humanidades y ciencias sociales no cuentan con una intención educativa que incluya también el aprendizaje de más lenguas?

“A la fecha, la mayoría del volumen de investigación se ha enfocado en un centro versus una dicotomía de periferia [ . . . ] que desafía a los investigadores no angloparlantes cuando tratan de publicar sus trabajos”.

En artículos anteriores hemos hablado del valor de la traducción en la experiencia educativa, esto es especialmente crítico en el aprendizaje de las humanidades y las ciencias sociales. La comprensión de conceptos matemáticos tiene su base en la lógica, en la exactitud, en el cálculo; en el caso de las ciencias sociales parte de la perspectiva, el análisis, y el contexto. Este contexto se ve tremendamente limitado cuando las fuentes académicas y los contenidos didácticos están en un solo idioma (el inglés). Para explicar los efectos de esta carencia académica, es necesario un ejemplo concreto.

“No hablar español”

Ignacio Sánchez Prado, profesor de Español, Estudios Latinoamericanos, Cine y Media de la Universidad de Washington en Saint Louis, EE. UU., escribió para The Chronicle of HIgher Education sobre los efectos de la invisibilización del idioma español en los departamentos de estudios latinoamericanos universitarios.

El académico reconoció un frente común ante una desvalorización de las humanidades; antes básicas y ahora optativas, pero en ese frente académico, el idioma español, y el conocimiento específico que este carga, han sido dejados atrás. “Veo a mis colegas de habla inglesa como camaradas en una pelea común, pero se vuelve difícil convocar su solidaridad en los problemas que describe el español, cuando son los descritos por el inglés los que monopolizan las conversaciones críticas para otros campos”. El Dr. Sánchez sostiene que la integración del español a los departamentos de ciencias sociales y estudios culturales no es un asunto de canonicidad, sino una batalla cuesta arriba por representación, en la que muy frecuentemente tienen que encarar a esos mismos colegas de habla inglesa con los que han de cooperar para mantener a flote a las humanidades como un todo.

La integración del español como uno de los idiomas primarios en la academia no solo es un caso de justicia social y epistémica, sino de fundamentación numérica. Hay 460 millones de personas para la que el español es su lengua nativa, el idioma más hablado en el mundo es el chino, con 1.3 mil millones de hablantes nativos. El inglés es el tercer idioma más hablado del mundo, con 379 millones de personas para quienes el inglés es su idioma nativo.

Otro texto publicado en The Chronicle of Higher Education, ejemplifica a la perfección el punto de Sánchez. Simon During, profesor con grado de doctor y académico experto en Historia literaria, Teoría literaria y cultural, además de Secularismo y otras disciplinas. En el texto, el Dr. During habló de la influencia de la secularización de las humanidades en su proceso de desvalorización en las casas de estudios superiores.

De acuerdo a Sánchez, su análisis es bueno, pero solo hace sentido si se cree que todo el contenido referente de humanidades fue escrito en inglés y que las humanidades comprenden el estudio de la historia y otras tantas sub-disciplinas secundarias. “A la fecha, la mayoría del volumen de investigación se ha enfocado en un centro versus una dicotomía de periferia [ . . . ] que desafía a los investigadores no angloparlantes cuando tratan de publicar sus trabajos”, sostiene la Dra. Anna Kristina Hultgren, catedrática sénior de Inglés y Lingüística aplicada en la Open University del Reino Unido, en su texto “El Inglés como el idioma de la Publicación Académica: Sobre Equidad, Desventaja y carácter no nativo como distracción”.

Las prácticas académicas de publicación, divulgación y eventos académicos no ayudan. Frecuentemente se agrupan investigaciones de acuerdo a su idioma en vez de sus contenidos, fraccionando el conocimiento común de una sola área del conocimiento y dificultando la generación de una voluntad y esfuerzo para su traducción. De la misma forma, en las conferencias y simposios académicos se integran los paneles con académicos que tengan al menos un idioma en común, que es casi siempre el inglés, aquellos que no lo dominen serán agrupados en la periferia, convocados solo en pláticas en las que puedan procurar traductores, o serán restringidos a sus escenas locales.

“Veo a mis colegas de habla inglesa como camaradas en una pelea común, pero se vuelve difícil convocar su solidaridad en los problemas que describe el español, cuando son los descritos por el inglés los que monopolizan las conversaciones críticas para otros campos”.

El inglés como vehículo monopólico de comunicación facilita la diseminación de contenido académico de todas las disciplinas, no solo las humanidades. No se puede negar que contenido valioso ha llegado a más personas en menor tiempo gracias a una estandarización de la divulgación académica, bajo el idioma inglés, pero esta facilidad tiene un precio: ¿cuántas vías al conocimiento y perspectivas se pierden cuando la única plataforma para investigar y publicar es la que proporciona la lengua inglesa?

La Dra. Hultgren reconoce que en tiempos actuales, la academia ha hecho un esfuerzo deliberado por trabajar el déficit de angloparlantes no nativos, pero el estigma continúa; en la academia se siguen refiriendo a ellos como “académicos no angloparlantes” o “escritores de investigación de segunda lengua”. Tanto el idioma como el trabajo de estos académicos sigue en la periferia como algo secundario, esta es la desventaja comunicativa que habilita problemas enraizados en la academia como la injusticia epistémica o el retraso en el avance de diversos campos aún más allá de las humanidades porque no hay contenidos en inglés.

Hultgren puntualiza que no hay una solución unitalla para una problemática tan compleja, pero una manera de avanzar hacia una academia más eficiente y presta a estudiar las perspectivas de las que se nutre, es retomando el papel de los idiomas como parte integral de la disciplina de las humanidades. Es a través de la diversificación lingüística que se pueden abrir otras vías al conocimiento de fenómenos sociales y sentar las bases de una comunidad académica más cohesionada y presta a trabajar en conjunto. El inglés nos ayudó a llegar a un punto en el que los contenidos educativos pueden llegar a más personas.  Dominar más idiomas al momento de aprender, enseñar, investigar y divulgar nos puede llevar al siguiente paso, entendernos unos a otros como productores del conocimiento, además de comprender las fuentes, el contexto y el fondo del conocimiento que producimos.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/academia-lenguaje-ingles

Comparte este contenido:

Otra vergüenza en Zacatecas.

América/México/18/03/2020/Autor: REMA/Fuente: Insurgenciamagisterial.com

Ante el imperativo de reorientar al RENIECYT en todo el país:
Incentivan a empresas mineras a registrarse en el Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas (RENIECYT).

El Consejo Zacatecano de Ciencia, Tecnología e Innovación (COZCYT), dependiente del Gobierno del Estado de Zacatecas, hace unos días se congratuló por una capacitación que proporcionó a integrantes del Clúster Minero de Zacatecas para facilitar a que accedan a recursos federales de Conacyt, a través de la promoción de su registro en el Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas (RENIECYT)1.

Hasta la fecha -según los datos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)2-, existe 56 empresas relacionadas con la actividad minera registradas en el RENIECYT en 20 entidades de la república, principalmente en los estados de Coahuila (10 empresas), Sonora (8), Nuevo León (6) y Chihuahua (4), Tabasco (4) y Zacatecas (4). Sin embargo, esta base de datos no detalla cuáles de éstas han sido apoyadas y, en su caso, qué monto económico han recibido ni el motivo de dicho apoyo.
Como Red Mexicana de Afectadas y Afectados por la Minería (REMA), nos pronunciamos enérgicamente en contra de esta acción que no sólo busca promover al sector minero, sino cínicamente, se apoya para que la poderosa industria privada minera tenga acceso a recursos públicos, sea directamente o por condonación de impuestos. La explotación minera, ícono de las actividades que más despojo han generado en la historia del país y del planeta, particularmente en su fase neoliberal, no debe ser financiada directa, ni indirectamente por las instituciones públicas, por más que pretendan disfrazar el despojo y el interés privado como “desarrollo” y “oferta de empleo”. El despojo no es de utilidad pública.
Hace un año, la actual directora del CONACYT dio a conocer y denunció las prácticas en las que se había incurrido dentro de esta entidad científica en los sexenios anteriores, justo por la asignación -a fondo perdido-, de recursos públicos a proyectos de empresas privadas. Entre 2009 y 2017, a través del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI), se destinaron 7 mil 367 millones de pesos a 512 grandes empresas nacionales y trasnacionales, entre ellasIBM, Intel, Ford, General Motors, Monsanto/Bayer, Continental, Volkswagen, Sanofi, Nissan, Kimberly Clark e Industrial Minera México3. En ese contexto, esta reciente invitación a las empresas mineras para participar dentro del RENIECYT y beneficiarse del erario público de manera directa o indirecta, busca mantener las canonjías de la misma forma en la que se hizo en sexenios anteriores.
El RENIECYT debe orientarse al bien común de manera clara y categórica, y en particular, aquellas empresas e instituciones, sean nacionales o extranjeras, cuyas actividades atentan contra el bien común y contra la integridad de las comunidades y territorios, como es el caso bien fundamentado de las empresas de megaminería tóxica, no deben de ser incorporadas a dicho registro bajo ningún concepto. De otra forma se refrenda la continuidad con las políticas de los gobiernos anteriores y sin duda alguna se afirman las contradicciones entre los hechos y los dichos del actual gobierno.
El RENIECYT, como instrumento de apoyo y fomento a la investigación científica, al desarrollo tecnológico y a la innovación en el país, que es pagado con presupuesto público, es decir, con el esfuerzo y el sacrificio de la clase trabajadora, no puede prestarse para apoyar a un sector que viola constantemente los derechos de las comunidades, daña de manera irreversible al ambiente y la salud de la población y quebranta el marco legal nacional, además de recibir una cobertura oficial a su calidad de evasor de impuestos. Como ejemplo de ello, y a pesar de la enorme magnitud económica de los recursos que estas empresas sustraen sistemáticamente del país, durante el periodo 2010-2014 sólo el 1% de los ingresos fiscales totales en México provinieron la actividad minera4, y por lo menos 59 empresas mineras fueron identificadas por la Auditoría Superior de la Federación como presuntas evasoras fiscales5 durante el 2017.
En tanto, las condiciones que favorecen este despojo no han sido modificadas de manera sustantiva por los legisladores, no a fin de que se incremente la carga fiscal a dichas empresas, sino a fin de suspender de manera categórica sus operaciones por el bien del país, de sus habitantes y de sus territorios.
Los llamados “Clúster Minero” son un ejemplo claro de los mecanismos de asociación entre el gobierno y capital privado del neoliberalismo, mecanismos de compadrazgo y complicidad donde los intereses de la población no sólo quedan fuera, sino desaparecen totalmente. Recordemos que se trata de una figura donde empresas mineras, proveedores de ésta y funcionarios públicos estatales y federales, así como de universidades y fundaciones universitarias se reúnen bajo la figura de una asociación sin fines de lucro, con el fin promover la explotación minera -principalmente metálica-, en distintos estados del país, a través de la incidencia en políticas públicas y el acaparamiento de apoyos gubernamentales.
En México, existen cinco agrupaciones de este tipo, mismas que se encuentran en Estados con daños muy graves y un sinfín de actos de violencia por esta actividad: Guerrero, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Zacatecas.
Es importante destacar que el clúster minero de Zacatecas (Clusmin), integrado por siete empresas mineras (Industrias Peñoles, Grupo Frisco, Capstone, FirstMajestic, Newmont/Goldcorp y Mineras Bacis), mantienen un “estrecho” vínculo con varias áreas de universidades mexicanas y extranjeras: Instituto Politécnico Nacional (IPN), Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Instituto Lowell, Universidad de Arizona, Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el Instituto de Minería Sustentable de la Universidad de Queensland, Australia (SMI), el Centro Norcat en Canadá y el Instituto de Minería Sustentable del Perú (ISEM)6 lo cual, sin duda alguna, significa una pérdida de credibilidad y las coloca en claro conflicto de interés en casos del uso de la “ciencia institucionalizada” para dirimir controversias entre los desastres mineros y las comunidades que inevitablemente acarrea este tipo de extractivismo. Es decir, la ciencia no puede estar financiada para luego ser aprisionada y sometida por interés de particulares.
En ese marco y para este año, el director del COZCYT anunció que la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) empezará la construcción del “Centro de Minería Compatible” en Quantum.
Desde la REMA reafirmamos que no hay minería compatible, ni sustentable, ni verde, ni responsable, ni libre de conflictos con nuestras vidas, nuestros territorios y el medio ambiente.
Es vergonzoso que académicos y académicas -sin conciencia-, quienes han sido educados y formados con recursos públicos de todas y todos lo mexicanos, se vuelvan peones de las empresas privadas depredadoras. Exigimos que en las universidades de México (y de otros países), se dejen de utilizar recursos humanos, financieros e instalaciones públicas para desarrollar este tipo de colaboraciones de promoción de la actividad minera en conjunto con empresas que han provocado tantos desastres socio-ambientales a lo largo de nuestro país. La libertad de cátedra e investigativa también tiene rumbo político, y este se afirma a partir del bienestar social, por lo tanto, no puede justificarse para apoyar el desastre en el cual el modelo extractivo nos ha metido.
La ciencia sin conciencia es un ente del neoliberalismo.
Basta de falsos disfraces para la investigación y desarrollo tecnológico para encubrir actividades que se basan en el extractivismo y en el despojo de las comunidades.

¡LA MINERÍA DESTRUYE LA VIDA¡

¡CIENCIA, ACADEMIA Y RECURSOS PÚBLICOS A FAVOR DE LOS PUEBLOS Y

NO DE QUIENES LOS DESTRUYEN!
TERRITORIOS LIBRES DE MINERÍA

RED MEXICANA DE AFECTADAS AFECTADOS POR LA MINERÍA

Fuente e imagen: https://insurgenciamagisterial.com/otra-verguenza-en-zacatecas/

Comparte este contenido:

Académicos y estudiantes mexicanos detectan sargazo mediante algoritmo

América del Norte/México/19-01-2020/Autor(a) y Fuente: Spanish. xinhuanet. com

 Académicos y estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) desarrollaron un algoritmo capaz de detectar de manera temprana el sargazo y darle seguimiento desde Africa hasta América.

La UNAM dio a conocer en un comunicado que los universitarios, integrantes del equipo «Sargassum Busters», obtuvieron por dicha herramienta el primer lugar en el certamen internacional «Ocean Hackathon», realizado en Francia.

El algoritmo utiliza imágenes del satélite Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea, para detectar con mayor precisión la presencia de la macroalga en la superficie marina.

«Con esta herramienta sería posible rastrear su desplazamiento y profundizar sobre las posibles causas de su crecimiento en los últimos años», explicó el miembro del equipo, Héctor Ramírez Gómez.

El estudiante del doctorado en Ciencias Bioquímicas expuso que con dichas herramientas se podrá también «establecer una alerta temprana para evitar su llegada masiva a las costas, y el consecuente deterioro ecológico y económico que conlleva».

El equipo mexicano utilizó algoritmos de inteligencia artificial para detectar el sargazo en la superficie marina, con el fin de observar su presencia y dinámica de la costa oeste de Africa al golfo de México.

«Hoy se sabe que (el alga) viaja desde ese continente (Africa) hasta el Caribe mexicano. Lo que falta es averiguar a qué se debe su crecimiento descontrolado», abundó el universitario.

Los integrantes del equipo, siete de la UNAM y dos de la BUAP, compitieron contra más de 50 jóvenes de ocho ciudades francesas, en el Campus Mondial de la Mer, ubicado en Brest, puerto del noroeste de Francia, considerada una de las comunidades más importantes del país europeo en el estudio de los océanos.

Ramírez Gómez detalló que previamente ganaron la etapa nacional del «Ocean Hackathon», competencia de programadores que resuelven distintos problemas informáticos, en este caso enfocados al cuidado de los océanos del mundo.

El algoritmo para la detección satelital del sargazo fue propuesto por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), ambas instituciones mexicanas.

La propuesta se realizó dada la necesidad de un sistema más preciso de detección y de alerta temprana de la macroalga.

Tras ganar el primer lugar, los mexicanos fueron invitados al Foro de Investigación de todo el Océano Atlántico (AAORF, siglas en inglés) a efectuarse en febrero próximo en Bruselas, Bélgica.

Los ganadores presentarán en dicho foro su proyecto ante otra audiencia internacional y por el momento se encuentran en la búsqueda de patrocinios para asistir.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-01/13/c_138699381.htm

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

Comparte este contenido:

Más de cincuenta académicos se comprometen a no participar en eventos sin mujeres

Europa/España/24 Mayo 2018/Fuente: El diario 

Economistas, sociólogos y politólogos firman el manifiesto ‘No sin mujeres’: no acudirán a convocatorias, congresos o jornadas de más de dos ponentes en las que no haya al menos una mujer en calidad de experta

Entre los firmantes se encuentran varios miembros de think thank, como Ignacio Conde-Ruiz, economistas como Juan Torres, y politólogos como Pablo Simón

Más de 50 economistas y académicos han firmado un manifiesto en el que se comprometen a no participar en ningún evento o mesa redonda en la que no haya representación femenina. Bajo el nombre ‘No sin mujeres’, estos –de momento– 56 expertos instan a cumplir la Ley de Igualdad: no acudirán a convocatorias, congresos o jornadas de más de dos ponentes en las que no haya al menos una mujer en calidad de experta.

Entre los firmantes se encuentran varios miembros de think thank con mucha presencia en medios de comunicación y eventos, como Ignacio Conde-Ruiz, de la Federación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Emilio Ontiveros, de Analistas Financieros Internacionales (AFI), y Rafael Domenech, del centro de estudios del BBVA.

Economistas como Juan Torres, de la Universidad de Sevilla, Alain Cuenca, de la Universidad de Alcalá de Henares, o Borja Suárez, de la Universidad Autónoma de Madrid firman el manifiesto. También sociólogos y politólogos, como Pau Marí-Klose, Sebastián Lavezzolo, Octavio Salazar o Pablo Simón suscriben este ‘No sin mujeres’.

La inciativa está abierta a más interesados y, de hecho, esta lista de firmantes se irá ampliando. Cuentan también con una cuenta en Twitter: @No_Sin_Mujeres.

Fuente: https://www.eldiario.es/economia/cincuenta-academicos_0_772022886.html

Comparte este contenido:

La evaluación de académicos universitarios

Por: Roberto Rodríguez

  1. En un sentido general, evaluar no es otra cosa que indicar el valor de algo. No obstante, la práctica de la evaluación es compleja. Incluye, en principio, los siguientes elementos: qué se evalúa y con qué propósito, quiénes participan en la evaluación, cómo se evalúa, y cuáles y para quiénes son las consecuencias de esta práctica. En el campo de la educación superior contemporánea los objetos y sujetos que comprende la evaluación son múltiples y diversos. Se evalúa a las instituciones, programas, proyectos, resultados de las funciones académicas, así como a los individuos y grupos que participan en éstas: estudiantes, profesores, investigadores y personal administrativo.
  1. La evaluación de académicos presenta una doble condición temporal. Por un lado, tiene profundas raíces históricas. Por otro, su proliferación, profundización y papel en la dinámica y trayectoria del trabajo académico se remonta a las últimas décadas. Desde la universidad medieval se establecieron prácticas evaluativas para la selección de candidatos: básicamente el concurso de oposición a las cátedras vacantes. Otros procesos que implican evaluación de logros (permanencia, promoción, pago por desempeño) presentan una notable diversidad entre países, sistemas e instituciones universitarias, aunque una tendencia general identificable en medio de esa diversidad es la propensión a aplicar instrumentos y procesos de evaluación en distintas fases de la trayectoria académica y con el propósito común de mejorar determinados indicadores institucionales, entre otros la calidad académica de los programas y la productividad de los sujetos universitarios.
  1. Cualquier práctica de evaluación tiene dos elementos indispensables: primero, un marco de referencia (por ejemplo, un estándar) que define las dimensiones, requisitos, componentes, entre otros aspectos, que debe cumplir el objeto por evaluar. Segundo, el conjunto de datos, evidencias, resultados o productos del objeto evaluado. El evaluador intermedia entre ambos elementos, y mediante su interpretación tanto del marco de referencia como de las características y condiciones del objeto evaluado emite un juicio de valor (una opinión autorizada) determinado.
  1. La evaluación de académicos, ampliamente generalizada en universidades públicas, y progresivamente también en otras IES públicas y privadas, muestra hoy varios dilemas de compleja solución. Entre otros:
  1. Marco de referencia común o protocolos sensibles a la diversidad de las funciones (investigación, docencia, combinadas), disciplinas (ciencias, ciencias sociales, humanidades, artes), etapas del trayecto académico, entre otros elementos. La solución a este tema suele ser una combinación de los dos elementos, aunque no siempre se ha logrado una mezcla virtuosa, no es infrecuente que el marco de referencia común esté formulado conforme al paradigma de la producción científica y que la valoración de la docencia se base exclusivamente en elementos cuantitativos (clases impartidas, tesis dirigidas, participación en procesos de tutoría, por ejemplo).
  • El dilema de la objetividad del juicio. Cuando la evaluación académica “con consecuencias” es practicada por individuos que participan en la misma comunidad (institucional o disciplinaria) que los sujetos evaluados existe un problema básico de imparcialidad. El conocimiento de los árbitros sobre las personas evaluadas puede tener consecuencias positivas (valorar con mayor conocimiento de causa su desempeño y logros) pero también negativas (prejuzgar). En otros campos evaluativos (por ejemplo el dictamen editorial) se practica el arbitraje “doble ciego” para resolver el dilema entre “juicio de pares” y evaluación imparcial. Esta práctica, o alguna equivalente, no suele ser aplicada a la evaluación de académicos y pone en riesgo un principio elemental de justicia.
  • El dilema del uso ineficaz de talento. Como el personal universitario más calificado debe arbitrar procesos de evaluación, y dado que el universo de evaluación se encuentra en un incesante proceso de expansión, se está empleando el tiempo, la concentración, y la energía de los mejores académicos en procesos rutinarios de evaluación. Como, además, la práctica de evaluar es poco apreciada en los propios procesos de evaluación, es frecuente que las evaluaciones practicadas sean superficiales. Difícilmente puede ser de otra manera si se toma en cuenta la demanda de evaluación (de personas, programas, proyectos y productos) que recae en un número limitado de evaluadores académicamente autorizados.
  • ¿Para qué sirve la evaluación? Está menos claro de lo que parece. La evidencia sobre una pregunta básica (¿mejora en efecto la calidad académica de lo evaluado por o tras la práctica de evaluación? ¿cuanto? ¿cómo? ¿por qué?) es más bien escasa. ¿Responde la evaluación a otros fines, por ejemplo de control laboral o de gobernabilidad institucional?
  1. El falso consentimiento. Quienes defienden la evaluación de académicos bajo las formas e instrumentos prevalecientes sostienen que, como esta es voluntaria, la participación de los sujetos en ella implica, en principio, la aceptación de sus reglas. Y por lo tanto, que las prácticas evaluativas son aceptadas o aceptables por la comunidad. Ocurre, sin embargo que, salvo excepciones, la evaluación es percibida como una condición de riesgo, un factor de ansiedad y estrés, o cuando menos un elemento que interrumpe y altera la cotidianidad académica de las instituciones, las comunidades y los individuos involucrados. Se piensa, sin pruebas, que los sistemas de evaluación de académicos mejoran la calidad de lo que hacen. Los académicos no comparten esa creencia: participan para mejorar sus ingresos, no sus prácticas.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-evaluacion-de-academicos-universitarios

Comparte este contenido:
Page 1 of 3
1 2 3