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Vietnam leads Southeast Asia in number of students in US

Asia/Vietnan/Noviembre de 2016/Fuente: VN Express

RESUMEN:   El país ocupó el sexto puesto mundial con más de 21.000 estudiantes matriculados en universidades y universidades estadounidenses el año pasado. Más de 21.000 estudiantes vietnamitas matriculados en universidades en los Estados Unidos en 2015, un 14,3 por ciento más que el año anterior, según muestran nuevos datos. De acuerdo con el Informe anual de puertas abiertas sobre intercambio internacional, publicado por el Instituto de Educación Internacional, Vietnam ocupa el sexto lugar entre las principales fuentes de estudiantes extranjeros que estudian en instituciones de educación superior de los Estados Unidos. Los cinco primeros del año pasado fueron China, India, Arabia Saudita, Corea del Sur y Canadá. En el Sudeste Asiático, Vietnam salió a la cabeza, enviando más del doble del número de estudiantes a los Estados Unidos en comparación con Indonesia, la segunda mayor fuente de estudiantes para los Estados Unidos en la región.

The country ranked 6th globally with more than 21,000 students enrolling in American colleges and universities last year.

More than 21,000 Vietnamese students enrolled in colleges and universities in the U.S. in 2015, up 14.3 percent from the previous year, new data shows.

According to the annual Open Doors Report on International Exchange, published by the Institute of International Education, Vietnam ranked sixth globally among the leading sources of foreign students studying at U.S. higher education institutions. The top five last year was China, India, Saudi Arabia, South Korea and Canada.

In Southeast Asia, Vietnam came out on top, sending more than twice the number of students to the U.S. compared to Indonesia, the second largest source of students for the U.S. in the region.

The number of international students enrolled in U.S. universities in 2015 exceeded 1 million for the first time last year.

The U.S., followed by Australia and the U.K, is by far the favorite destination for Vietnamese students.

Vietnamese students spent nearly $1 billion for studying at U.S. colleges and universities last year, according to latest data from the U.S. Immigration and Customs Enforcement.

Statistics showed there were only 800 Vietnamese students at U.S. colleges and universities in 1995. Over the past 15 years, Vietnam has remained one of the top sending countries.

U.S. colleges are increasingly seeking international students to bolster enrollment and their budgets. The Open Doors Report pointed out that roughly 75 percent of all international students pay their tuition and fees from personal and family sources as well as assistance from their home country governments or universities.

“The strong increase in Vietnamese student enrollment shows the continued conviction by students and parents that a U.S. degree is a sound investment in their future careers,” according to a statement released by the U.S. Embassy in Vietnam.

The Vietnamese Ministry of Education and Training reported that about 125,000 Vietnamese students went abroad in the 2013-14 academic year, a 15 percent increase from the previous year. The total spending on overseas education amounted to about 1 percent of the country’s gross domestic product in 2013.

Fuente: http://e.vnexpress.net/news/news/vietnam-leads-southeast-asia-in-number-of-students-in-us-3499245.html

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La inclusión universitaria no incrementó en 2015, tampoco lo hará en 2016, tal vez en 2017

Por Bernardo Ancidey

En 2015 voceros del MPPEUCT, OPSU y rectores de universidades en Venezuela declararon, sin fundamento alguno, que la modificación en el mecanismo de asignación de cupos universitarios realizado en diciembre de 2014 por el Consejo Nacional de Universidades (CNU), marcó un hito en la historia del país en relación a la inclusión a la Educación Universitaria, describiéndolo como más igualitario, más democrático, mucho más participativo, mucho menos discriminatorio, y más justo. Como evidencia, mostraron datos del año 2015 en relación al género, origen de los asignados por tipo de plantel (oficial o privado), tipo de población que demanda cupo al sector universitario (población regular o bachiller) y la que sin duda es la variable más importante: la asignación discriminada por estratos socio-económicos.

En este breve artículo demostraremos la inexistencia del tal hito, dado que los valores de los indicadores para medir el supuesto incremento de la inclusión en 2015 son iguales a los obtenidos en los años 2008 y 2009 con el “viejo mecanismo de asignación de cupos” y sin necesidad de traumas ni acciones Deus-ex machina como la llamada Acta 501 del CNU del 09/06/2015. Ésta última fue una verdadera acción desesperada para enmendar los entuertos cometidos y cumplir con la orden presidencial de darle atención especial, por fuera de cualquier mecanismo, a los candidatos con discapacidad, en extrema pobreza, indígenas no asignados, con promedios por encima de los 18 puntos, los me­jores de cada plantel, deportistas, artistas y privados de libertad. No está de más decir que esta población siempre ha sido el principal objetivo de inclusión social, declarado en las políticas públicas del despacho a cargo de la educación universitaria y de eso existen innumerables documentos oficiales que lo atestiguan. Solo la improvisación luego de cinco años (de 2010 a 2015) de inacción en la materia, justifica el Acta 501.

La metodología es simple: tomar los datos oficiales del Programa Nacional de Ingreso de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) de los años 2008 y 2009 y compararlos con los mismos datos del año 2015. Presentaremos los datos principalmente en términos relativos porcentuales, para eliminar la impresión de números absolutos y sin referencia. La base será la totalidad de los asignados o demandantes de cada año.

Las tablas siguientes presentan los datos de las variables género, origen de los asignados por tipo de plantel (oficial o privado), tipo de población que demanda cupo al sector universitario (población regular o bachiller) y la distribución de los asignados según estrato socio-económico de los años 2008, 2009 y 2015:

Tabla 1. Distribución por Género

 

Años

Asignación

Demanda

Mujeres

Hombres

Mujeres

Hombres

2015

60%

40%

55%

45%

2009

63%

37%

57%

43%

2008

62%

38%

57%

43%

 No se observan mayores diferencias entre los tres años. Hay un neto predominio de las féminas, tanto en la demanda como en la asignación. La feminización de la educación universitaria venezolana es un fenómeno que se viene observando desde los años 70 del siglo pasado. Nada nuevo bajo el sol.

Tabla 2. Distribución por Origen de los asignados por tipo de plantel

Años

Asignación

Demanda

Oficial

Privado

Oficial

Privado

2015

80%

20%

74%

26%

2009

77%

23%

69%

31%

2008

76%

24%

69%

31%

Los datos de la Tabla 2 indican un incremento entre 2 y 3 puntos porcentuales en 2015 con respecto a 2009 y 2008, pero al mirar la demanda se observa que la de planteles oficiales creció 5 puntos porcentuales. Es decir que la mayor asignación en 2015 de planteles oficiales es solo un reflejo del incremento relativo de la demanda de planteles oficiales. Por otra parte, el sesgo favorable en la asignación a los planteles oficiales con relación a la demanda sigue siendo similar en los tres años, 6 puntos en 2015, 8 en 2009 y 7 en 2008.

Tabla 3. Distribución por Tipo de población que demanda cupo al sector universitario:

Años

Asignación

Demanda

Regular

Bachiller

Regular

Bachiller

2015

76%

24%

75%

25%

2009

79%

21%

No disponible

No disponible

2008

82%

18%

78%

22%

En este caso se observa una disminución en 2015 de 3 y 6 puntos porcentuales en relación al 2009 y 2008 en la asignación de los aspirantes regulares. No parece mucho pero hay que estar vigilantes. El aumento de la población bachiller que solicita cupo podría reflejar una creciente ineficacia del proceso de ingreso, sea porque no logra ubicarles plazas a estas personas, o porque no están satisfechas con una asignación anterior, lo que las llevaría a repetir su solicitud de cupos.

Finalmente, la que sin duda es la más importante y polémica de todas las variables:

Tabla 4. Distribución por Estrato socio-económico

Años

Estrato Absoluta Porcentual
Asignación Demanda Asignación Demanda
2015 I 3.282 11.274 1% 3%
II 35.016 91.839 16% 22%
III 69.270 143.519 31% 34%
IV 98.113 157.677 44% 37%
V 15.614 20.766 7% 5%
Subtotal 2015 221.295 425.075 100% 100%
2009

 

 

 

I 1.156 7.189 1% 2%
II 16.678 67.964 14% 17%
III 36.214 133.524 30% 33%
IV 55.645 176.251 47% 43%
V 9.051 23.701 8% 6%
Subtotal 2009 118.744 408.629 100% 100%
2008

 

 

 

 

I 1.206 7.080 1% 2%
II 15.663 64.160 14% 17%
III 35.671 129.389 32% 34%
IV 50.604 161.411 46% 42%
V 6.777 18.206 6% 5%
Subtotal 2008 109.921 380.246 100%

100%

En el gráfico siguiente se destaca el perfil de los asignados en los tres años según el estrato socio-económico:

grafico1

Gráfico 1. Distribución de los asignados según estrato socio-económico en los años 2008,2009 y 2015. Autor.

De seguro los declarantes del supuesto hito histórico del año 2015, se sentirán profundamente decepcionados al revisar la última tabla y el gráfico anterior, y constatar que hicieron mucha alharaca para nada. El perfil de los asignados según estratos socio-económicos en 2015 es prácticamente igual al obtenido en 2009 y 2008. Veamos:

  • Para el estrato más pobre, el V, los porcentajes fueron 7% en 2015, 8% en 2009 y 6% en 2008;

  • Para el estrato IV, fueron 44%, 47% y 46% y

  • Para el estrato III, 31%, 30% y 32%.

Si queremos ponernos muy rigurosos, la conclusión sería que la distribución más favorable a los sectores de menores recursos, fue la del año 2009, es decir el segundo año de aplicación del modelo de asignación multivariable original, cuando la suma de los estratos IV y V representó el 55% del total de la asignación. Pero para no ser tan rudos, lo mejor es reconocer la verdad palmaria de las cifras y obtener la conclusión más razonable: no hubo ningún cambio significativo. Tampoco lo habrá en el año 2016 porque se continúa aplicando el mismo mecanismo.

El único mérito de las modificaciones de 2015 fue aplicar con cuatro (4) años de retraso, dado que estaba previsto para el año 2011, la eliminación de las pruebas internas, con lo cual se incrementó la disponibilidad de cupos a ser ofertados en los procesos de ingreso de 2015 y 2016. Surge el interrogante de por qué descontinuaron durante varios años las líneas de trabajo trazadas desde 2008, dirigidas a la creación de un verdadero Sistema Nacional de Ingreso, descritas en artículos previos sobre el tema (véase http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/author/bancidey), y de repente actuar como aprendices de brujos en un tema tan delicado.

Los cambios realizados produjeron desazón y malestar por la forma en que se efectuaron, sin presentar ningún estudio técnico-político, ocultando las fuentes de los datos y la forma de calcular los factores denominados condición socio-económica y la participación en actividades extra-curriculares que intervienen en los índices de asignación de cupos. Y para peor, no han respondido a las acusaciones de algunas universidades de haber reducido el peso del promedio de notas del bachillerato en el cálculo de los índices de algunos aspirantes. Con todas estas actuaciones chapuceras han enviado un mensaje tremendamente negativo a nuestros estudiantes de educación media, al desvalorizar sus esfuerzos por salir mejor en sus estudios y a reforzar la creencia en que al final, el tramposo es el que triunfa.

En 2015 una alta autoridad declaraba con orgullo que a partir de 2015 era el diseño de “nuestro modelo”, pero del 2014 para atrás, es el “ustedes”, refiriéndose con osadía e ignorancia, a los rectores que supuestamente eran los que habían hecho el mecanismo de asignación utilizado de 2008 al 2014. La verdad, es que ese modelo, bueno o malo, era el modelo del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria.

Es necesario reconocer los errores y retomar la agenda original, dirigida a incrementar verdaderamente la inclusión social, creando mecanismos que garanticen el ingreso, aseguren el buen desempeño estudiantil, y concilien los intereses de la patria con los de los aspirantes a un cupo universitario. Avanzar en la inclusión universitaria exige mucho más que cambiar los parámetros de un algoritmo. Espero que lo hagamos en 2017.

Artículo en homenaje póstumo al honorable Profesor Antonio Castejón, uno de los padres del modelo del año 2008, y con quien tuve el placer de trabajar en pro de la inclusión educativa en el sistema universitario.

Vayan desde aquí mis respetos a sus deudos.

bernardo.ancidey@gmail.com

Artículo enviado por su autor a la redacción de OVE

Imagen tomada del archivo de OVE

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Universidades accesibles. Inclusivas

Por: Juan Kujawa Haimovici

… determinar si la inclusión de los estudiantes con discapacidad en las universidades es un mito o realidad, en qué proporción, o si es aún una propuesta que debe ser instrumentada, evaluada, con seguimiento y otras perspectivas.”

Las instituciones de educación superior o universitarias, públicas privadas, deben responder a las necesidades de cada alumno y adaptarse a ellas, y no en sentido contrario, e incluso lo más frecuente, obviándolas, no respetando la diversidad.

La igualdad de oportunidades en las universidades está vinculada a diversos factores, entre  ellos el acceso, la permanencia, la participación, el egreso y su vinculación posterior a ellas.

Un enfoque basado en los derechos humanos y su vinculación con los deberes de los estudiantes,  debe ser el eje transversal de la inclusión en las políticas públicas inclusivas para estudiantes con discapacidad, entre otros.

La inclusión es un principio y un proceso. Debe construirse y consolidarse, incluyendo no solo a los estudiantes, sino a los directivos, personal docente, administrativos y obreros; su estructura organizativa, planes y programas de estudio, evaluación y tecnologías de la información, entre muchos otros aspectos.

La Unesco (2005) define la educación inclusiva como un proceso orientado a responder a la diversidad de los estudiantes incrementando su participación y reduciendo la exclusión en y desde la educación. Está relacionada con la presencia, la participación y los logros de todos los alumnos, con especial énfasis en aquellos que, por diferentes razones, están excluidos o en riesgo de ser marginados, constituyendo un impulso fundamental para avanzar en la agenda de la EPT. El concepto de Educación para todos no lleva implícito el de inclusión. Si bien ambos comparten el objetivo de asegurar el acceso a la educación, la inclusión implica el acceso a una educación de calidad sin ningún tipo de discriminación, ya sea dentro o fuera del sistema escolar, lo cual exige una transformación profunda de los sistemas educativos. Sin inclusión es muy posible que ciertos grupos de estudiantes sean excluidos por lo que ésta debe ser un principio orientador de las políticas y programas educativos, con el fin de que la educación sea para todos y no sólo para una mayoría.

Implica una visión diferente de la educación basada en la diversidad y no en la homogeneidad.

Se preocupa de identificar y minimizar las barreras que enfrentan los estudiantes para acceder y permanecer en las instituciones educativas, participar y aprender: Estructura Curricular, Investigación, Extensión, Servicio Social…

Sistemas de apoyo para los docentes, incluyendo la evaluación.

Promover el papel de las familias y las comunidades, en los procesos de inclusión.

En Venezuela, el Ministerio de Educación Superior en su momento, promovió una Resolución para la inclusión: El Pleno Ejercicio del Derecho de las PcD a una Educación Superior de Calidad (G.O. N 38.731/23/7/2007) generando políticas públicas para la educación universitaria para PcD en el país, las cuales deben ser observadas y ponerlas en práctica, obligatoriamente, en todas las instituciones del subsistema. No existe salvo mejor opinión, un documento que nos indique, cuál es el estatus de cada universidad al respecto, en cuanto a:

Admisión, ingreso, prosecución, desempeño y egreso de los estudiantes con discapacidad.

Diseño y construcción de infraestructuras, instalaciones y espacios educativos tomando en consideración los criterios principios del diseño universal.

Dotación, de recursos tecnológicos y de ayudas técnicas y unidades de transporte accesibles.

Producción de los materiales educativos que cumplan con las normas de accesibilidad.

Concientización, capacitación y formación del personal docente, administrativo y obrero en el área de la discapacidad.

Programas y/o cursos de educación a distancia conforme a criterios de accesibilidad y diseño universal.

Adecuaciones curriculares en todos los programas de formación, considerando la incorporación de ejes transversales sobre la discapacidad.

Creación de organizaciones de y para estudiantes con discapacidad.

Creación de condiciones adecuadas para que los estudiantes con discapacidad se incorporen en actividades tales como prácticas profesionales, pasantías y becas-trabajo en igualdad de oportunidades y conforme a sus habilidades, aptitudes y méritos.

Una evaluación institucional por parte del CNU, es necesaria para determinar el cumplimiento y en qué medida, de los lineamientos en referencia, para determinar si la inclusión de los estudiantes con discapacidad en las universidades es un mito o realidad, y en qué proporción en el segundo caso, o si es aún una propuesta que debe ser implementada, evaluada, con seguimiento y otras perspectivas.

Fuente: http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/universidades-accesibles-inclusivas_623987

Foto de archivo

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Nicaragua: Oficializa lanzamiento de la primera Universidad Abierta En Línea

Centroamérica/Nicaragua/Octubre de 2016/Fuente: Viva Nicaragua

El Consejo Nacional de Universidades (CNU), el Ministerio de Educación (Mined) y el Tecnológico Nacional (Inatec), oficializaron la tarde de este jueves el lanzamiento de la primera Universidad Abierta En Línea de Nicaragua, un importante proyecto que garantizará la continuidad educativa de miles de bachilleres en carreras técnicas y profesionales.

La inauguración se realizó en un hotel capitalino, con la destacada participación de representantes de la Asociación de Emprendedores y la Asociación de Universidades Populares de Extremadura (España), quienes están contribuyendo en la puesta en marcha de esta plataforma educativa, impulsada por el Gobierno del Presidente Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo.

Telémaco Talavera, Presidente del CNU, explicó que este proyecto garantizará que miles de bachilleres que por distintas circunstancias no entran a la educación universitaria presencial, tengan en sus manos una herramienta que les permitirá continuar con su desarrollo personal y profesional, utilizando las tecnologías de la información y comunicación.

En el lanzamiento de esta Universidad Abierta En Línea, participaron el compañero Salvador Vanegas, Asesor Presidencial para temas Educativos; la Ministra de Educación, compañera Miriam Raudez; el Presidente del CNU, compañero Telémaco Talavera.

También contó con la participación del doctor José María Rodríguez, representante de la Asociación de Universidades Populares de Extremadura (España); el Coordinador Nacional de Juventud Sandinista, compañero Milton Ruiz y la Presidenta de la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES), compañera Darling Avendaño.

Fuente: http://www.vivanicaragua.com.ni/2016/10/27/sociales/nicaragua-oficializa-lanzamiento-de-la-primera-universidad-abierta-en-linea/

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Michoacán: cientos de aspirantes excluidos exigen su ingreso a la universidad

América del Norte / México / 30 de octubre de 2016 Por: Joss Espinosa @Joss_font

Desde el pasado 15 de agosto el movimiento de aspirantes rechazados tiene tomadas las instalaciones de la universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo para exigir el ingreso de cientos de aspirantes excluidos de educación superior.

A más de dos meses de la toma de instalaciones por parte del Movimiento de Aspirantes Rechazados (MAR), en exigencia de la ampliación de la matrícula de la universidad michoacana, sigue sin haber una solución concreta a la demanda de entrada de cientos de aspirantes excluidos.

El rector de la Universidad, Medardo Serna González, con la idea de poner fin al conflicto propuso dar cursos de nivelación para los jóvenes que presentan “problemas académicos”, además de dar ingreso a los aspirantes a través del departamento de idiomas. Además de mencionar que trabajaría en proyectos de educación continua.

A pesar de esta respuesta del rector, el problema de las cifras tan altas de aspirantes excluidos a la educación superior no está resuelto de fondo. Ya en varias ocasiones en La Izquierda Diario, hemos tratado el tema de las pocas oportunidades que tiene la juventud para continuar con sus estudios, enfocándonos a la CDMX, sin embargo, es un problema que se extiende a nivel nacional.

Son miles y miles los jóvenes que cada año no tienen la oportunidad de continuar con sus estudios en educación superior, orillados a buscar trabajos precarios para pagar su educación en escuelas privadas, o para sobrevivir.

Sin embargo, el presupuesto a la educación superior sigue en descenso, claramente al gobierno federal no le interesa la educación de los jóvenes, dado que invierte más en militarización y armar a las fuerzas públicas que en educación.

Aunado a este recorte presupuestal, no hay planes de ampliación de matrículas en las universidades o institutos ya existentes, que tendría que ir de la mano de contratación de mayor planta académica, así como de trabajadores, y la creación de nuevos planteles.

Defendamos la educación pública y gratuita

La lucha por garantizar la educación media superior y superior a todos, es importante que sea abrazada por sectores amplios de la comunidad estudiantil, y los sindicatos universitarios que exijan, no solo la ampliación de la matrícula, sino la desaparición de los exámenes estandarizados. Estas evaluaciones de ingreso únicamente son filtros para excluir a miles de jóvenes de la educación.

A su vez, es necesario exigir la ampliación de la plantilla docente y de trabajadores universitarios, junto con la creación de nuevos planteles, exigiendo el aumento del presupuesto a la educación, con base en los impuestos progresivos a las grandes fortunas como las de Slim y de Azcárraga, entre otros, y el no pago a la deuda externa.

Es necesario que rodeemos de solidaridad la lucha que dan los jóvenes del Movimiento de Aspirantes Rechazados en Michoacán, no sólo por el ingreso de éstos, sino como pasos firmes en contra de los planes privatizadores del gobierno federal en materia de educación.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.mx/Michoacan-cientos-de-aspirantes-excluidos-exigen-su-ingreso-a-la-universidad?id_rubrique=1714

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Las pruebas de ingreso a las universidades: el mayor fraude en la educación venezolana

Por Bernardo Ancidey

El 16 de diciembre del 2014 el Consejo Nacional de Universidades (CNU) cerró finalmente el catafalco de ese cadáver insepulto que fueron las pruebas de ingreso a las universidades públicas venezolanas. Sin embargo, poco o ningún esfuerzo comunicacional se realizó para exponer las razones de esta importantísima medida. Aparte del ritornello y la puesta en escena de algún que otro acto mediático para indicar que dichas pruebas generaban exclusión, nada más se ha dicho. De allí la importancia de poner en blanco y negro los fundamentos que justifican la acción más allá de la consigna fácil.

La necesidad de ofrecer explicaciones después de haber tomado la medida se presenta porque sin razones de peso, un simple cambio en la gestión gubernamental puede hacerlas retornar en cualquier momento, sobre todo ahora que se acaba designar una comisión de ingreso por parte del Consejo Nacional de Universidades. Hay que recordar que durante ocho (8) largos años, desde 1999 hasta el año 2007, la Prueba de Aptitud Académica (PAA) de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) del CNU, tuvo defensores en los dos Gobiernos del Comandante Chávez. Y si se indaga un poco más, salvo la iniciativa de un grupo de estudiantes de Educación Media ante la Asamblea Nacional hace más de diez años y la decisión del Comandante Chávez, hay muy poca documentación oficial que exponga en profundidad las razones para la eliminación de las pruebas. Incluso desde el punto de vista académico, en Venezuela no abundan las investigaciones sobre las pruebas de admisión y sus efectos.

Lo que sí prolifera son creencias, suposiciones y manipulaciones. Los apologistas de las pruebas, han alegado siempre que las pruebas son justas porque les dan oportunidad a todos de competir por un cupo en las universidades, con tan solo mostrar sus aptitudes. Además, que la propia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) contempla en su artículo 103  que “Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente,  en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones” (subrayado del autor). También alegan que las pruebas permiten mejorar a las instituciones porque seleccionan de manera “científica” a los estudiantes de calidad. Otros argumentos menos sublimes, señalan que las deficiencias académicas que arrastran los egresados de la educación media obligan a establecer filtros que solo pasen aquellos que demuestren tener las competencias mínimas para estudios superiores. En esta misma línea, suelen alegar que la universidad no es para todo el mundo.

 

Los datos

Aunque en otros trabajos (1; 2) se han dado respuestas a las falacias detrás de estos razonamientos, que esconden siempre una mentalidad amiga de la exclusión y del pensamiento de élites, el interés en este artículo está en demostrar la inexistencia de las supuestas ventajas que tiene la prueba como predictor del llamado “éxito académico”. En otras palabras, que es falsa la afirmación que salir bien en las pruebas internas de las universidades públicas venezolanas, es garantía de un buen rendimiento como estudiante universitario.

La verdad, de acuerdo a investigaciones en varios países (3; 4; 5), es que las pruebas de ingreso  llamadas a veces de admisión o selectividad, presentan una correlación baja con el posterior rendimiento estudiantil universitario. Pero incluso una correlación, aunque fuese baja, parece desconocida en las experiencias nacionales. Durante años las universidades públicas venezolanas aplicaron pruebas de ingreso sin que se observaran mejoras en el rendimiento de los estudiantes universitarios o en la calidad de las instituciones.

Para mostrar la ineficacia de las pruebas venezolanas, basta analizar las series estadísticas de deserción, duración de los estudios y tasas brutas de graduación de las universidades desde que  comenzó su aplicación:

  • La deserción, para una institución señera en la aplicación de pruebas de admisión como la Universidad Central de Venezuela (UCV), ha alcanzando hasta el 81,4% en Ciencias Básicas y 74,9% en Humanidades según mostraba un estudio sobre deserción y repitencia realizado por la misma institución en 2007 (6), manteniéndose entre un 40-60% como promedio (7). En 2010, el para entonces Director del Programa Práctica de Orientación Vocacional de la UCV, Víctor Martínez, afirmaba que el 65% de los estudiantes que ingresan a la UCV cambian de carrera durante el primer o segundo año.
  • En cuanto a la duración de los estudios, en el año 2013 se graduaron solo 152 estudiantes de los 4.202 que ingresaron en 2008 (7).
  • Las tasas brutas de graduación, se mantienen en un decepcionante 10% (8; 9) en carreras largas.
  • Las cifras globales de las otras universidades comparten el panorama. Lílido Ramírez (10) alarmado por el bajo rendimiento de las universidades públicas venezolanas entre los años 1990 al 2006, durante la hegemonía de las pruebas de ingreso, urgía por la elevación de las tasas brutas de graduación. De manera que las mejoras prometidas brillaron por su ausencia luego de aplicar las pruebas que, según lo declaran algunas autoridades universitarias (6), fueron ajustadas constantemente.

Finalmente, en cuanto a la mejora en la calidad de las instituciones, ninguna universidad venezolana aparece en los rankings de las mejores universidades del mundo que tanto idolatran algunos eurocéntricos criollos. Tampoco en los de las latinoamericanas. En cambio, la Universidad de Buenos Aires (UBA), en donde el ingreso es libre, todavía sigue siendo considerada la mejor de América Latina y la ubican en el 85° puesto del ranking mundial elaborado por Quacquarelli Symonds (11), centro de estudios sobre la educación superior. Es decir, que aún según sus adorados criterios de medición, la calidad institucional parece responder más a otras variables distintas a los exámenes de ingreso.

El análisis

La pregunta que surge, es ¿por qué en Venezuela las pruebas de ingreso fracasaron de manera tan rotunda? La explicación es simple, ellas no tenían ningún fin pedagógico o de mejora institucional. Las pruebas de ingreso fueron creadas en una época de hegemonía del pensamiento único neoliberal, como un mecanismo seudo-científico para limitar el ingreso a las universidades, abandonando todo esfuerzo por incrementar la cantidad de plazas gratuitas ofrecidas desde el sector público y promover, paralelamente, la profusión de institutos y universidades privadas. De esa manera como ya fue señalado en (2), un problema de capacidad física que debía ser resuelto ampliando la cobertura, se ideologizó al desviar el foco de atención de las responsabilidades de los Gobierno de turno y de las autoridades universitarias, hacia unas supuestas condiciones que debía exigírseles a los aspirantes para poder ingresar a una universidad.

Tanto la antigua Prueba Nacional de Aptitud Académica  (PAA) administrada por la OPSU, como la miríada de pruebas de admisión de las universidades públicas, disfrazadas en algunos casos con términos engaña-bobos como diagnósticas o voluntarias, presentaron además, gravísimas fallas desde el punto de vista científico, de allí su fracaso como predictoras del rendimiento estudiantil. Una evaluación tiene sentido en función del currículo administrado. Luego, una prueba concebida sea para detectar rasgos independientes del currículo como la antigua PAA de la OPSU, o para determinar las competencias requeridas para estudiar una carrera, como las pruebas de ingreso que hacen las instituciones, son elaboradas para evaluar un currículo que nunca fue administrado. Eso es jugar sucio con los egresados de educación media.

Estos exámenes carecían de sentido porque en su elaboración dejaban de lado el currículo realmente visto por los aspirantes durante sus estudios de educación media. El colmo fue que algunas instituciones llegaron a aplicar pruebas elaboradas en el exterior por empresas internacionales, conteniendo preguntas con términos y expresiones desconocidas en el currículo secundario venezolano. Al operar de manera tramposa, evaluando sobre un currículo desconocido, obligaban a los aspirantes a ir al único lugar donde podían recibirlo: pagando costosos cursos pre-universitarios.

Pero las críticas no culminan aquí. El valor predictivo de una prueba, aun realizada en las mejores condiciones posibles, es decir evaluando el currículo realmente administrado, y sin que esto implique costos de transacción y de aplicación (generadores de gravísimos sesgos socio-económicos), tiene un valor predictivo menor al promedio de calificaciones de secundaria (4; 12). Según la evidencia científica internacional la validez predictiva de las pruebas es la mitad del promedio de secundaria (3), de modo que este último resulta el mejor criterio. Esto nos dice que combinar los valores del promedio de secundaria con los valores de una prueba para crear un nuevo índice, como se hacía con la PAA y se solía hacer en algunas instituciones, es como mezclar el cacao fino de Chuao con variedades inferiores esperando que el chocolate sepa mejor.

Los resultados anteriores tampoco sorprenden al analizarlos con cierto cuidado. Mientras que el resultado de un examen puede estar afectado por contingencias, el promedio de calificaciones es una variable sintética, como lo señala Tejedor (13) y antes Touron (3) y cuando afirmaba que

…es una expresión, en cierto sentido, de toda persona en cuanto estudiante. Es un reflejo de la concurrencia de numerosos factores: la aptitud del alumno, su voluntad, su esfuerzo, las características de la enseñanza que ha recibido, etc.

El promedio es resultado de centenas de actividades evaluadas a lo largo de toda la secundaria. De modo que en este último caso la gran variabilidad originada por factores inesperados tienden a compensarse entre sí, dando un efecto global más ajustado de la actuación general del estudiante. Es igual al promedio de bateo de los jugadores de beisbol, pueden tener días malos o buenos, pero el promedio antes de un juego, es un buen predictor de cómo se desempeñará ese día.

En cambio, la prueba es como jugarse todo a lo que pase en un solo día. En otros países para corregir este defecto, se les da la oportunidad a las personas para presentarlas varias veces y pueden hasta escoger su mejor resultado para utilizarlo en su solicitud de ingreso. Por ejemplo, en EEUU el Scholastic Assessment Test (SAT) se aplica siete veces al año; el American College Testing (ACT), seis veces; el Graduate Management Admissions Test (GMAT) puede realizarse tantas veces como se desee; y en Australia el The Medical College Admission Test (MCAT) se administra varias veces al año, desde finales de enero hasta principios de septiembre. En Venezuela jamás se ensayaron iniciativas como estas. Tampoco la realización de pruebas de egreso del secundario, como se hacen en otros países o indagar sobre las potencialidades del aspirante. Solo se copió lo malo.

 

El verdadero fin de las pruebas de ingreso

Para lo que sí fueron excelentes las pruebas de ingreso a la venezolana fue para excluir. El mecanismo es sutil pero eficaz. Pasa la prueba el que se prepara para la misma, entrenándose con cursos preuniversitarios y pagando todos los costos asociados con la tramitación y presentación de la prueba. El que no tiene plata, tiene discapacidad, vive lejos, o no está inmerso en la cultura de los que hacen la prueba (como población rural o indígenas), está fregado desde el  principio. El resultado de este hecho, fue la brutal exclusión de los estratos más pobres, detectada por investigadores para nada sospechosos de comulgar con el bolivarianismo, como Morales Gil (14) y por estudios hechos por las propias universidades como lo reveló el Perfil del estudiante de nuevo ingreso de las universidades venezolanas, el cual puntualizaba para el año 2005 que el estrato socioeconómico que podía ingresar a las universidades públicas (15):

 (…) corresponde mayoritariamente al estrato medio de la población con 94% del total, el cual a su vez está subdividido en estrato medio-medio  (41,5%), medio-alto (27,8%), y medio-bajo (24,7%) (…) Si sumamos los porcentajes obtenidos en los estratos alto, medio alto y medio-medio, se obtiene que en los mismos se concentra el 73% de la población evaluada, mientras que si sumamos el estrato medio bajo con el estrato bajo y la pobreza crítica, se obtiene un 26,9%. Estos resultados pueden indicar que los estudiantes ubicados en estratos inferiores: medio-bajo, bajo y pobreza crítica, tienen una menor posibilidad de acceder (…) (pp. 192-193) (subrayado del autor)

El mismo reporte de las universidades mostraba el siguiente perfil socioeconómico para tres instituciones, UCV, Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) y Universidad Simón Bolívar (USB), todas con pruebas de ingreso entre los años 2000 al 2002:

Tabla 1. Distribución de los estudiantes por estratos socioeconómicos, promedio de años 2000, 2001 y 2002.

Estratos socioeconómicos
Universidad I II III IV V VI
USB 11,83 50,83 27,20 9,70 0,40 0,00
UCV 3,63 35,87 43,47 16,43 0,60 0,00
UNET 2,47 34,37 45,17 17,27 0,77 0,00

Nota: Datos tomados de (15), Tabla No. 7, p.196.

Obsérvese que para estas universidades, los tres estratos más pobres no sumaban más del 18% para la UNET, 17,03% para la UCV y apenas 10, 1% para la USB. Esta situación se mantiene en el año 2008, como lo evidencia el análisis realizado por Blanco, Flórez y Giménez (16) para las carreras comunes de la UCV y la USB. Dicho estudio muestra que en Ciencias Básicas, Ingeniería y Arquitectura, la mayor proporción se concentraba en el estrato II (medio-alto) mientras que solo el 33,24% de estudiantes de la UCV y el 12,73% de la USB provenían de planteles públicos. En Venezuela estos últimos tradicionalmente han representado más del 70% del total de planteles existentes en el país.

 

El cambio a partir del año 2008

Esta situación comienza a cambiar con la enorme expansión de la oferta académica gracias a la ampliación y creación de nuevas instituciones universitarias públicas, la eliminación de la PAA y la aplicación del Modelo de Asignación Multivariable en el año 2008. Este último implicó un proceso totalmente automatizado, rápido, gratuito y transparente, con cero costos para el aspirante y se eliminó la profusión de los negocios surgidos en torno a las pruebas. Adicionalmente, se implementaron un conjunto de medidas complementarias para favorecer la inclusión y sobre las cuales detallaremos en un próximo artículo.

Las evidencias del cambio en la composición se encuentran en estudios como los de Miranda (17), el cual muestra como incluso con un modesto 30% de cupos asignados por la OPSU a la UCV desde el año 2008, finalmente pudieron comenzar a ingresar de manera significativa aspirantes provenientes del estrato V junto a un incremento sustantivo de los del estrato IV:

En la revisión de los porcentajes de estudiantes que ingresaron a la UCV para el estrato V hay una mejoría significativa también en la UCV, porque hasta 2007, los porcentajes no superaron nunca el 0,73%. Sin embargo a partir de 2008 el porcentaje sube hasta más del 2%, lo que implica que se duplica o triplica la cantidad de personas del estrato V que ingresan a la UCV. Igualmente en el caso del estrato IV también hay un cambio significativo, hasta 2007 el máximo porcentaje fue 9,16%, mientras de 2009 a 2013 el mínimo de asignados fue de 20,20%, es decir otra vez se duplicó el número de asignados de este estrato a la UCV. Por su parte los estratos I y II que venían incrementando en el período anterior disminuyen su participación. El estrato I que llegó a representar el 15,66% ahora solo alcanza como máximo un 4,92%. El estrato II también deja de crecer y disminuye ligeramente para mantenerse entre el 35 y el 40%, cuando antes llegaba hasta 48,09%. El III parece estabilizarse en torno al 33-35%, mientras que antes solía oscilar bastante entre el 22 y el 37%. (Pág. 69) (Subrayado del autor).

Es de señalar que estas proporciones se acercan más a la forma en que la población venezolana se distribuye por estratos socio-económicos. Además, estos resultados desmienten de manera categórica, la interesada opinión de voceros anti-inclusión de la UCV como Díaz, González, Ramírez y otros (18), acerca de que:

…la composición por estratos socioeconómicos de la población estudiantil de la UCV no puede reflejar la realidad social de la nación, por la simple razón de que la demanda de cupos del estrato socioeconómico V no es proporcional a la población perteneciente a este estrato.

y antes en 2010 por González Ulpino (19). Éste último señalaba erróneamente que:

… independientemente de que el mecanismo utilizado para la admisión de estudiantes a las IES, incluyan o no exámenes de admisión, se mantendrá la actual composición socioeconómica de la matrícula, dado que ésta responde a un problema estructural como lo es la significativamente baja participación de estudiantes de los estratos IV y V tanto en los niveles de educación anterior al universitario, así como en la demanda de cupos en las instituciones de educación superior.(p.55-58) (subrayado del autor)

Si el logro de incrementar la población proveniente de los estratos más pobres en la UCV se alcanzó con solo el 30% de los cupos asignados vía OPSU, es de esperar que un incremento en esta cuota, se traduzca en una mayor proporción de personas provenientes de dichos estratos. Todo ello sin necesidad de modificar los factores y pesos del Modelo de Asignación Multivariable empleado hasta el año 2014. Pero sobre este tema se hablará con mayor profundidad en un próximo artículo.

También han existido intentos por mostrar que las pruebas de ingreso venezolanas eran mejores predictoras del rendimiento estudiantil que el modelo de asignación multivariable aplicado del año 2008 al 2014. El primer intento lo realizó en el año 2009 la USB (20) apenas comenzado el nuevo mecanismo de la OPSU, y fue ampliamente difundido por los medios contrarios a la inclusión educativa. A dicho intento se respondió (1) con una revisión cuidadosa de las mismas estadísticas presentadas por la USB, mostrando que además de ser una investigación sesgada, evidenciaban una superioridad del nuevo mecanismo sobre la Prueba Interna de la USB.

Un estudio equilibrado fue realizado por las investigadoras Guevara, Terán y Rodríguez (21), de la Universidad de Carabobo (UC) para la carrera de Medicina en dicha institución en el año 2011. Al comparar el rendimiento de los ingresados vía prueba interna contra los asignados por la OPSU, destacan el mejor rendimiento de los alumnos de instituciones privadas en las pruebas internas (algo esperable por lo ya expuesto); sin embargo no existe evidencia notoria de relación entre la modalidad de ingreso y el rendimiento académico obtenido por los alumnos en el desarrollo de sus estudios de medicina. Tampoco encontraron significancia estadística entre el rendimiento académico y el plantel de procedencia. En ese mismo estudio se señala “que estudios realizados en otras Facultades de la Universidad de Carabobo, han reportado que el rendimiento académico es independiente de la modalidad de ingreso, lo que ha llevado a eliminar la prueba interna de admisión.”

Las conclusiones más pertinentes para este trabajo sobre la investigación de las profesoras de la UC (ob.cit) sin duda son estas:

Actualmente pareciera haber consenso en torno a que las pruebas de admisión no son un buen predictor de rendimiento y las evidencias en favor de las mismas no son concluyentes, en tanto que la capacidad pronóstico de las variables que se registran en el momento del ingreso se disipa a medida que el alumno transita de un curso a otro y su lugar lo ocupan los propios indicadores de rendimiento parcial influidos por las formas de evaluación asumida en la carrera, lo cual obliga a estudiar las variables coadyuvantes o intervinientes que perfilan al alumno durante sus estudios. (Subrayado del autor)

 Como es de esperar estos resultados coinciden con lo que se ha presentado antes y con los estudios realizados a nivel internacional (4). Los mejores predictores cognitivos son los que se realizan de manera más inmediata al curso que se va a realizar, y entre todos ellos, incluyendo las pruebas, el promedio acumulado hasta el momento previo al curso es el mejor de todos. Se confirma que el mejor predictor del rendimiento académico futuro es el rendimiento anterior, como han puesto en evidencia múltiples estudios (5; 22; 23; 24).

Esto lleva a reconsiderar la forma en que se recogen los datos por la OPSU, dado que actualmente solo se toman los cuatro primeros años de secundaria para calcular el promedio, despreciando las notas del último año de la secundaria, es decir el 5° año para el Bachillerato de Ciencias y Humanidades y el 6° año para los Técnicos Medios. Es necesario que para el año 2017 el proceso de ingreso se realice considerando todas las notas del bachillerato. De hecho y ante las evidencias científicas, tal vez sea mejor considerar solo los dos últimos años, como lo sugiere la investigación de Tejedor (13).

Por otro lado los predictores cognitivos previos, sean promedios o pruebas, tienen un techo. Según lo recoge Touron (3), el promedio es el mejor de todos los predictores, en ningún caso suele explicar más del 40% de la varianza del criterio. A medida que se avanza en la carrera o programa hasta su final, la correlación se debilita y entran en juego otras variables que la literatura especializada (25; 26; 27) suele agruparlos como personales (actitudinales y motivacionales), metodológicos, institucionales, pedagógicos, socio-económicos, culturales, entre otros. Todos ellos afectan el rendimiento estudiantil universitario y demandan ser investigados.

Las opciones

La lectura que se extrae de estos datos es que hay un enorme campo para la intervención institucional y gubernamental, a los fines de que todos sean incluidos. Aspirantes con promedios bajos o medios puedan tener la oportunidad de ingresar al programa deseado y con posibilidades de culminarlo exitosamente, al implementar mecanismos apropiados.  Deficiencias acumuladas a lo largo del bachillerato, como en el caso de las matemáticas o en los hábitos de estudio, podrían ser superadas implementando un curso intermedio entre la secundaria y el bachillerato de entre seis meses y un año. Sobre esta idea se adelantó un trabajo entre 2009 y 2010 conocido como el Programa de Iniciación a la Educación Superior (PIES), coordinado por el Núcleo de Vicerrectores Académicos, OPSU y el Ministerio de Educación Superior (28) y (29). Esta iniciativa merece ser continuada.

Igualmente, ejecutar el portafolio (30) o expediente estudiantil que reúna las experiencias del desarrollo integral de los estudiantes de educación primaria y media. Esta valiosa información coadyuvaría a realizar una adecuada orientación vocacional, actualmente casi desaparecida en Venezuela. Las experiencias de la Universidad del Zulia (LUZ), respecto a la utilidad de la orientación y de las pruebas de exploración vocacional para predecir el buen rendimiento en las carreras universitarias (31), es algo que debe tomarse en cuenta. A nivel nacional desde el año 2008, gracias a la expansión de las pruebas nacionales de exploración vocacional, se dispone de datos para darle una base firme a un sistema de ingreso que tome en cuenta estos elementos para la asignación de los aspirantes.

En paralelo se debe trabajar por resolver las fallas en la calidad y cantidad de docentes especializados en la educación media, en especial en las menciones donde se ha detectado que cada vez hay menos personas interesadas en estudiarlas (32): Agropecuaria, Matemática, Física, Química, Rural, Inglés, Educación Física, Recreación y Entrenamiento Deportivo; y Geografía e Historia. En otros momentos se ha insistido en la urgencia de implementar el Sistema Nacional de Orientación, en especial por el aporte que éste puede dar en la determinación del perfil vocacional (33) y en el desarrollo integral de la personalidad de los aspirantes, factores que tiene un peso específico importante en el futuro desempeño académico universitario e incluso laboral.

Finalmente, se debe retomar el conjunto de medidas que apuntan a reducir la brecha entre los estudios universitarios y secundarios en Venezuela y crear un verdadero Sistema Nacional de Ingreso. Solo así se garantizará una asignación que armonice los intereses, perfiles vocacionales y las necesidades del país, y no continuar empleando mecanismos transitorios o pruebas ineficaces y fraudulentas. Con iniciativas como estas es que se romperá el círculo vicioso de la perpetuación de las élites, y poder afirmar, parafraseando a Bourdieu (34 pág. 160) que: dado que conocemos las leyes de la reproducción es por lo que tenemos alguna oportunidad de minimizar la acción reproductora de la institución escolar.

Bernardo Ancidey

bernardo.ancidey@gmail.com

Bibliografía

  1. Ancidey, B. Pruebas de Ingreso, ¿Oportunidad o exclusión?, Observaciones al “Informe de Rendimiento Académico de las Cohortes 2007 y 2008, Carreras Largas, Cortas y CIU” de la Universidad Simón Bolívar, de fecha 1 de abril de 2009. Humanidad en red. [En línea] 2 de Junio de 2009. [Citado el: 16 de Septiembre de 2016.] http://www.humanidadenred.org.ve/wp-content/uploads/2015/10/pdf21-12-2009_091109.pdf.
  2. —. El mito de la aptitud académica y las pruebas de ingreso a las universidades. Otras Voces en Educación. [En línea] 26 de Septiembre de 2016. [Citado el: 27 de Septiembre de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/170034.
  3. La predicción del rendimiento académico: procedimientos, resultados e implicaciones. Touron, Javier. 1985, Revista Española de Pedagogía, págs. 473-495.
  4. La predicción del rendimiento académico: regresión lineal versus regresión logística. García J., M. V., Alvarado, J. M. y Jiménez, A. 2, 2000, Psicothema, Vol. 12, págs. 248-252.
  5. La predicción del rendimiento como criterio para el ingreso en la universidad. Goberna, M. A., López, M. A. y Pastor, J. T. Enero de 1987, Revista de Educación, págs. 235-248. 283.
  6. Cardona, Lissette. Deserción universitaria se debe a falta de identificación con la carrera. Reporte-ando. [En línea] 29 de Abril de 2010. [Citado el: 15 de Septiembre de 2016.] http://reporte-ando.blogspot.com/2010/05/desercion-universitaria-se-debe-falta.html.
  7. Herrera, Isayen. Por bajo nivel del bachillerato desertan entre 40% y 60% de los universitarios . El Nacional. [En línea] 31 de Mayo de 2015. [Citado el: 15 de Septiembre de 2016.] http://www.el-nacional.com/sociedad/nivel-bachilleratodesertan-universitarios_0_637136445.html.
  8. Universidad Central de Venezuela, Secretaría General. Boletín Estadístico 2008. Caracas : Autor, 2008.
  9. —. Boletín Estadístico 2010. Caracas : Autor, 2010.
  10. Cifras, Relaciones Numéricas e Indicadores Macros de la Universidad Pública de la República Bolivariana de Venezuela. Período 1990-2006. Ramírez I., Lílido N. 34, 2010, Mundo Universitario, págs. 51-61.
  11. Bär, Nora. La UBA es la mejor universidad de América latina, según el ranking QS. La Nación . [En línea] 5 de Septiembre de 2016. [Citado el: 21 de Septiembre de 2016.] http://www.lanacion.com.ar/1934940-la-uba-es-la-mejor-universidad-de-america-latina-segun-el-ranking-qs-2016.
  12. Aspectos Determinantes del Éxito Académico de Estudiantes. Soria-Barreto, Karla y Zúñiga-Jara, Sergio. 5, 2014, Formación Universitaria, Vol. 7, págs. 41-50.
  13. El poder explicativo de algunos determinantes del rendimiento en los estudios universitarios. Tejedor, F. 61, 2003, Revista Española de Pedagogía, págs. 5-32.
  14. Morales Gil, E. La exclusión de los pobres de la educación superior. Caracas : Consejo Nacional de Universidades, Oficina de Planificación del Sector Universitario, 2003.
  15. LUZ. El perfil del estudiante de nuevo ingreso de las universidades venezolanas. Maracaibo : Universidad del Zulia; Rectoría, 2005.
  16. La equidad y la calidad en los procesos de admisión a la Educación Superior: Universidad Simón Bolívar y Universidad Central de Venezuela. Blanco Pérez, Fernando, Flórez Paredes, Elizabeth y Giménez Mercado, Claudia. 89, Julio-Diciembre de 2010, Revista de Pedagogía, Vol. 31.
  17. Miranda, Leysly. El Modelo de Asignación Multivariable y su impacto en el ingreso a la educación universitaria venezolana; Tesis de Especialización en Gerencia Pública. Caracas : Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional, 2015.
  18. Díaz Bello, Ruth, y otros. Los procesos de admisión y el abandono. V Conferencia Latinoamericana sobre el abandono en la Educación Superior. [En línea] 11, 12 Y 13 de Noviembre de 2015. [Citado el: 20 de Septiembre de 2016.] http://www.alfaguia.org/www-alfa/images/ponencias/clabesv/L2-Ponencias/5_CLABES_paper_89.pdf.
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  20. Universidad Simón Bolívar, Comisión Técnica y Dirección de Admisión y Control de Estudios. Informe de Rendimiento Académico de las Cohortes 2007 y 2008, Carreras Largas, Cortas y CIU. Universidad Simón Bolívar. Sartenejas : Universidad Simón Bolívar CTA-DACE, 1 de abril de 2009.
  21. La admisión y el rendimiento académico en los estudios de medicina. Escuela de Medicina «Dr. Witremundo Torrealba» Universidad de Carabobo, Venezuela. Guevara, Milady, Terán, Iris y Rodríguez, Zaida. Maracay : s.n., Diciembre de 2011, Comunidad y Salud, Vol. 9. 2.
  22. Relationship between learner attitudes, prior achievement, and performance in a General Education Course: A multi-Institutional Study. International Journal of instructional media. House, J. D., Hurst, R.S., Keely, E.J.,. 23, 1996, págs. 257-271.
  23. Rendimiento académico en la universidad a distancia. Un estudio empírico sobre su evolución y predicción (II). Jiménez Fernández, C. 284, 1987, Revista de Educación, págs. 317-347.
  24. Predicting graduate student success in an MBA program: Regression versus classification. Wilson, R.L., Hardgrave, B.C. 55, 1995, Educational and Psychological Measurement, págs. 186-195.
  25. Artunduaga Murillo, Martha. Variables que influyen en el rendimiento académico en la universidad. Comisión de seguimiento, orientación y apoyo, Universidad Nacional de Córdoba. [En línea] Julio de 2008. [Citado el: 21 de Septiembre de 2016.] http://www.ori.soa.efn.uncor.edu/?publicaciones=variables-que-influyen-en-el-rendimiento-academico-en-la-universidad.
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  30. Villa Echeverry, Gabriel. Portafolio vocacional del alumno para la Mesa Técnica Interministerial 2010 . Portafolio Gabriel Villa. [En línea] 2010. [Citado el: 27 de Septiembre de 2016.] http://portafoliogabrielvilla.blogspot.com/2013/blog-spot.html?m=1.
  31. Un proceso grupal para la atención vocacional: Éxito, Satisfacción de los estudiantes universitarios. Urribarrí Farías, Luisa Margarita, Flores Chourio, Yudelkis Coromoto y Añez Sánchez, Ivis Coromoto. 2, Mayo-Agosto de 2013, Encuentro Educacional, Vol. 20, págs. 319 – 336.
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  34. Bourdieu, Pierre. Capital cultural, escuela y espacio social. México : Siglo XXI, 1997.

Artículo enviado por su autor a la redacción OVE

Imagen tomada del archivo de OVE

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Colombia: En Antioquia 10.232 jóvenes y adultos se han beneficiado del Fondo para la Educación Superior

Colombia / http://telemedellin.tv/ / 26 de Octubre de 2016.

En Antioquia, la educación superior está de fiesta. En tres años, 10.232 jóvenes y adultos se han beneficiado del Fondo para la Educación Superior.

La Gobernación de Antioquia, a través de la Secretaría de Educación de Antioquia, la Fundación EPM y el IDEA, son las entidades base de esta organización, por medio de la cuales se han beneficiado más de 10 mil estudiantes para acceder a la educación superior.

Durante el 2016, cerca de 400 jóvenes ya han cumplido el sueño de ser profesionales.

Según cifras oficiales, en Colombia solo 4 de cada 10 bachilleres acceden a una universidad, el reto de la corporación es orientar a los jóvenes para su formación académica y buscar aliados para que cada vez sean más los jóvenes que puedan acceder a la educación superior.

Fuente: http://telemedellin.tv/fondo-la-educacion-superior/148515/

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