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México: Educan para la vida a los niños Rarámuri

México/22 junio 2017/Fuente: Insurgencia Magisterial

El Centro Educativo Benesika Anagupi también provee ropa, medicina y alimentos; piden apoyo para internet.

Ramiro Chávez Ramírez es un indígena rarámuri que con mucho esfuerzo, dedicación y sacrificio logró estudiar la licenciatura en Educación, en la Universidad Pedagógica Nacional ubicada en el poblado de Creel, en Chihuahua.

Después de conseguir su meta, el joven rarámuri regresó a Rejogochi, comunidad tarahumara, en donde la mayoría de las familias viven en situación de extrema pobreza, para prestar sus servicios como maestro de quinto año de primaria, en la misma escuela donde comenzó sus estudios cuando era pequeño.

“Es un orgullo para mí, para mis padres y mis hermanos”, asegura Ramiro.

Se trata del Centro Educativo Intercultural Benesika Anagupi, que en rarámuri significa “aprendiendo unos de otros, fundado en 1973 por el padre jesuita Luis Verplancken Aldayturriaga.

“Mi compromiso aquí es ayudar a la gente, enseñarles, educarles, todo lo que tiene que ver con la educación”, indicó el joven universitario en entrevista con Excélsior.

En este plantel escolar se brinda educación primaria bilingüe y bicultural bajo el principio de que la educación es una de las principales herramientas para mejorar las condiciones de vida de la población, pero con pleno respeto a sus valores, historia y cosmovisión.

En las aulas se impulsa el aprecio por sus fiestas, tradiciones y lengua, así como el aprendizaje de tareas agrícolas tradicionales y elaboración de artesanías.

“Se trabaja mucho en la cultura de los niños; ahora a la mayoría de los indígenas ya les interesa seguir estudiando”, señaló la maestra rarámuri Yolanda Ramírez Aguilar, quien indicó que poco a poco se vence la idea entre los tarahumaras de que sólo los hombres deben estudiar y las mujeres quedarse en casa a cuidar a los animales.

“Como que ahora a la mayoría de los indígenas ya les interesa seguir estudiando”, manifestó.

En 44 años de historia 504 alumnos terminaron la primaria en el Centro Intercultural Benesika Anagupi, 20 de ellos concluyeron la secundaria, 10 la preparatoria y cinco lograron hacer una carrera universitaria; además, tres terminaron la licenciatura en Educación y dos son ingenieros en Ecología y Medio Ambiente.

“Para nosotros es muy difícil entender el idioma español, tenemos que estudiarlo y batallamos mucho”, señaló el profesor Ramiro.

En el Centro Educativo Benesika Anagupi los alumnos tienen asegurada su alimentación, a la hora de la entrada y antes de irse a sus casas, ya que cuenta con despensa suficiente: fruta y verdura, así como comida fresca y enlatada.

Los menores que viven a más de cuatro horas de distancia caminando reciben posada en el pueblo  de lunes a viernes.

Las propias madres de los estudiantes están pendientes de las necesidades de los niños. En total son 11 personas a cargo: ocho maestros y tres asistentes o cocineras.

La escuela provee de útiles escolares, ropa y medicina —gratuitamente— a niñas y niños.

MEJORA EDUCATIVA

Con la mirada puesta en el futuro Ramiro Chávez Ramírez pide apoyo a las autoridades para que los estudiantes tengan acceso a internet.

“Tener esta tecnología ayudaría muchísimo a la educación del pueblo y de los niños rarámuri”, aseguró el joven universitario.

Para lograr este objetivo, el profesor dijo que es necesario colocar antenas cerca de la comunidad y mejorar las computadoras con las que cuenta el Centro de Estudios Benesika Anagupi.

“Queremos proponer apoyo para tener internet; ver la manera de que contemos con esta herramienta para poder investigar nuestros temarios, indagar palabras en rarámuri y abrir el conocimiento a las niñas y niños  de la comunidad”, enfatizó el profesor Ramiro Chávez Ramírez .

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/educan-para-la-vida-a-los-ninos-raramuri/

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Miles de niños refugiados, en la escuela pública griega

Grecia/22 junio 2017/Fuente: Euronews

Más de 72.000 migrantes llegaron a Europa, principalmente por mar, entre enero y principios de junio de este año.

A pesar de un descenso del 96% de las llegadas a Grecia, comparado con el mismo período del año anterior, 62.000 migrantes y refugiados permanecen bloqueados en este país.
Más de 20.000 de ellos son menores.

Abbas tiene diez años. Va al colegio a diario, de una y media a seis de la tarde. Es afgano, llegó con su familia al campo de refugiados de Malakasa hace año y medio. Es uno de los 2500 niños refugiados que viven en un centro de acogida que han empezado la educación reglada en escuelas griegas.

“Llevo tres meses yendo al colegio. Es muy importante estudiar, es importante para mi futuro”.

Abbas y los demás refugiados estudiantes asisten a 93 escuelas griegas gracias a un proyecto de transporte de la OIM, la agencia de migración de la ONU. La iniciativa comenzó el pasado octubre con cinco campos. Actualmente hay 32.

“Antes de la puesta en marcha del programa, los niños no participaban en ningún plan de educación formal”, explica Iannis Baveas, coordinador del proyecto. “Antes en los campos solo había educación no reglada. Es muy importante, porque todos los niños tienen derecho a ir a la escuela, la educación no es un privilegio, es un Derecho Humano básico”

73 autobuses en toda Grecia llevan a los niños a las escuelas seleccionadas, situadas en un radio de entre dos y 18 kilómetros de los campos. Abbas tarda quince minutos en llegar a la escuela primaria de Avlona, que cuenta con 235 estudiantes griegos, a los que ahora se suman veinte alumnos refugiados del campo de Malakasa.

“Muchos de estos niños no han ido nunca al colegio en sus países de origen, lo que significa que ni siquiera conocen las normas básicas de comportamiento en la escuela”, cuenta su maestro, Giannis Stefanidis.

“En dos meses han aprendido unas 300 palabras. Creo que es suficiente, aunque lo mejor es la gran sonrisa que tienen en la cara”.

Estudian griego, inglés, matemáticas, tecnología, arte y educación física. Empezaron a asistir a esta escuela a finales de marzo, el proceso de integración está en marcha.

Este es uno de los mejores ejemplos de lo que debería ser la escuela para todos los niños. No está aún claro cuántos niños refugiados en Grecia carecen de educación reglada.

En este proyecto participa el 80% de los niños refugiados de los campos situados en territorio continental griego. Los que viven en zonas urbanas asisten a clases en el turno de mañana junto a sus compañeros griegos. Pero las cifras reales son difíciles de obtener ante la gran movilidad de estos grupos. Es uno de los principales retos para llevar a estos niños a la escuela.

“A muchas de las familias ha sido difícil hacerles entender lo importante que es que los niños vayan al colegio, incluso aunque planeen marcharse a otro país”, explica Yorgos Kapranis, activista humanitario de la UE.

Entonces, ¿cuál es el objetivo de la Comisión Europea de cara al futuro?

“El programa es temporal, estas instalaciones no están pensadas para durar para siempre, son lugares de paso. Las familias ya se están desplazando a otros campos. La Unión Europea está pagando apartamentos y los niños entonces irán a clase por la mañana. Este programa les prepara para integrarse mejor en el sistema nacional”.

El padre de Abbas sueña con mudarse a Suiza. Está orgulloso de que sus hijos vayan al colegio. Durante los 21 años precedentes en los que vivió en Irán, una de sus principales preocupaciones fue el acceso a la educación.

“Espero que pueda seguir estudiando en escuelas oficiales, porque le gusta”, señala Mohamed Ibrahim Nuri. “Soy optimista respecto a su futuro, esperamos que pueda conseguir sus objetivos. Una de las razones por las que emigramos fue darles educación a nuestros hijos”.

El ministerio de Educación griego asegura que en septiembre los colegios reglados volverán a abrir sus puertas a los niños refugiados residentes en los campos. Y que entonces también compartirán pupitre, en turno de mañana, con sus compañeros griegos.

Fuente: http://es.euronews.com/2017/06/20/miles-de-ninos-refugiados-en-la-escuela-publica-griega

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Más de 500 mil niños haitianos excluidos de las escuelas

Haiti/22 junio 2017/Fuente:Prensa Latina

Más de 500 mil niños están hoy excluidos de las escuelas en Haití y cerca de un millón pueden dejar el sistema de enseñanza, afirma un estudio de Unicef.
El contenido del estudio de esa agencia de las Naciones Unidas se sio a conocer durante un taller de dos días presidido por el ministro haitiano de Educación, Pierre Cadet Joshua Agenor, que abordó la cantidad de menores fuera del sistema escolar y un código de conducta para el personal educativo.

La actividad partió de un estudio realizado en el país por la Unicef del 2011 al 2015 según el cual más de 320 mil niños de seis a 14 años no asisten a la escuela, y alrededor de 160 mil adolescentes de 15 a 18 años están fuera del sistema educativo.

En total, cerca de 500 mil niños y jóvenes de cinco a 18 años están completamente excluidos de la escuela en Haití y alrededor de un millón de niños y adolescentes pueden dejar el sistema sin completar su curso este año, precisó.

Para el ministro Cadet, el estudio ha sido una gran contribución de la Unicef porque permite comprender los problemas que afectan al sistema educacional y el código de conducta aporta soluciones a la reactivación de la escuela de Haití.

Podemos hablar de hacer reformas en el sistema educativo pero no es posible realizarlas sin información clara y relevante en cada nivel, dijo Cadet y llamó a seguir trabajando para que todos los niños tengan lugar en las aulas.

En tanto, Marc Vincent, representante de Unicef en Haití, dijo que este taller es una de las muchas iniciativas del Ministerio que contribuyen ‘a estimular el pensamiento y tomar medidas concretas para mejorar el ambiente de aprendizaje y fortalecer la calidad de la educación como una estrategia de retención en las aulas.’

Fuente noticia: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=95180&SEO=mas-de-500-mil-ninos-haitianos-excluidos-de-las-escuelas

Fuente imagen: https://www.aporrea.org/imagenes/2010/01/hait_nios.jpg

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Unicef pide de forma urgente 220 millones de dólares para ayudar niños sirios

22 junio 2017/Fuente: Ultima Hora

Unicef denunció este viernes que necesita de forma inmediata 220 millones de dólares para ayudar de forma urgente a cerca de 9 millones de niños sirios que viven de forma precaria tanto en su país como en otros de la zona.

Cerca de 6 millones de niños en Siria necesitan asistencia urgente para sobrevivir y otros 2,5 millones residen acogidos en los países colindantes y también precisan ayuda de forma inmediata, según especificó en teleconferencia desde Aman Geneviève Boutin, coordinadora para Siria de Unicef.
Sin una «urgente inyección de dinero», el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) deberá cortar programas básicos, entre ellos la entrega de agua potable y servicios de saneamiento a 1,2 millones de niños que viven en campos de refugiados, campamentos informales y acogidos en comunidades.

Asimismo, se deberá racionar o cortar la distribución de tratamientos de salud y distribución de comida esenciales para la supervivencia de 5,4 millones de niños, según la entidad.

Además, Boutin alertó que si no se obtienen fondos, deberán cortar la entrega de dinero en metálico que ayuda a 500.000 niños a ir a la escuela en lugar de dedicarse a trabajar para ayudar a sus familias.

«Tenemos que pensar que no sólo estamos ayudando a los sirios ahora. También estamos pensando en su futuro. Actualmente ya hay 2 millones de niños sirios que no van a la escuela, debemos evitar por todos los medios que esa cifra aumente», agregó la funcionaria internacional.

Alertó, además, que mantener a los niños y niñas en la escuela no sólo evita que estén en la calle trabajando, sino también previene que se expongan a otros peligros (abuso sexual, etc) e incluso baja la incidencia de los matrimonios tempranos.

Fuente: http://www.ultimahora.com/unicef-pide-forma-urgente-220-millones-dolares-ayudar-ninos-sirios-n1091407.html

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Docentes palestinos califican como ejemplar paro en Colombia

Palestina/22 junio 2017/Fuente: Telesurtv

«Las movilizaciones de profesores/as como las de ustedes son el mejor ejemplo que le podemos dar a nuestros/as estudiantes, especialmente en medio de restricciones y opresión», aseguró la comunidad educativa palestina en un comunicado de solidaridad enviado a la Fecode.

El Sindicato General de Profesores Palestinos calificaron como ejemplar la huelga realizada desde el pasado 11 de mayo hasta el 16 de junio, por unos 300.000 docentes colombianos, para exigir financiación de la educación pública y reclamar un aumento salarial.

“La educación es un arma liberadora. Las movilizaciones de profesores/as como las de ustedes son el mejor ejemplo que le podemos dar a nuestros/as estudiantes, especialmente en medio de restricciones y opresión. Ustedes le están enseñando a la sociedad colombiana y a nosotros/as lo que significa un real compromiso con la educación”, cita el comunicado enviado por los docentes palestinos a la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode).

La declaración de solidaridad enviada por la comunidad educativa palestina tiene un valor particular, puesto que esta ha sufrido la violación de sus derechos bajo la ocupación militar israelí, que tan solo en 2016 realizó ataques contra 89.799 estudiantes palestinos, 5.528 profesores, 162 escuelas y suspendió 4.878 clases, de acuerdo al Ministerio de Educación Palestino.

Foto: EFE

El pasado 16 de junio se anunció el acuerdo entre el Gobierno colombiano y la Fecode que dio término a larga huelga de profesoras colombianos.

En el acuerdo se logró un nuevo sistema de bonificaciones: se pagará el 6 por ciento de asignación básica en 2018, 11 por ciento en 2019 y 15 por ciento en 2020.

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Docentes-palestinos-califican-como-ejemplar-paro-en-Colombia-20170621-0076.html

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Las bibliotecas escolares, clave para la equidad

Por: Guadalupe Jover

La LOMCE no les dedica ni una línea. Sin embargo, las bibliotecas escolares son imprescindibles para proveer de entornos lectores a quienes no nacieron rodeados de libros. La apuesta de la próxima ley educativa por la equidad y la cultura contará con un termómetro irrebatible: el lugar que en ella ocupen las bibliotecas escolares.

“En todas las ediciones de PISA, desde 2000 a 2012, la variable sobre el número de libros en casa ha mostrado tener una relación positiva y significativa con los resultados de los estudiantes”. En 2015, PISA corroboró una vez más que el número de libros en el hogar es un buen predictor del rendimiento en las tres áreas evaluadas: ciencias, lectura y matemáticas. (Fuente: MECD)

Puesto que la LOMCE establecía como uno de sus objetivos prioritarios “mejorar en las comparativas internacionales” (esto es, subir en PISA), hubiera cabido esperar una fuerte presencia de las bibliotecas escolares en el desarrollo de la ley. Pero, ¿cuántas veces son nombradas las bibliotecas escolares en la LOMCE? Ni una mención siquiera.

Se ha repetido que la Ley Wert no fue sino una modificación de la ley anterior, la LOE, de la que se suprimieron determinados artículos y en la que se introdujeron otros. Hacer el rastreo del campo semántico eliminado y del incorporado es sumamente esclarecedor. La obsesión del PP por absolver a las estructuras políticas y sociales del devenir de cada individuo, atribuyendo su futuro personal y profesional exclusivamente a su talento y su esfuerzo, en una suerte de carrera meritocrática en la que el contexto de cada quien aparece sustituido por una especie de envasado al vacío, está en la raíz de la omnipresencia de términos como emprendimiento, emprendedor y empresario. Cada estudiante es responsable de su “éxito” o de su “fracaso”. En este marco, efectivamente, huelgan las bibliotecas escolares.

Pero quienes estamos a pie de aula con niñas y niños sabemos bien de su importancia. Sabemos que aunque es cierto que la escuela no puede a solas cambiar el mundo y que no es posible educar en cualquier contexto, el potencial de las bibliotecas escolares como palanca de equidad es innegable. La educación debiera hacer posible que nuestro futuro no esté determinado por el azar de nuestro nacimiento, y aunque para ello lo primero son las políticas sociales, la escuela no puede limitarse a ser el escenario donde se reproducen las desigualdades, también de la condición (o no) de lectores. Si afirmamos que las bibliotecas escolares son necesarias en esta contribución de la escuela a la equidad es por su capacidad de proveer de entornos lectores a quienes no nacieron rodeados de libros.

De la infinidad de fórmulas que he conocido de eso que se ha dado en llamar “animación a la lectura” no conozco ninguna más acertada que la de tratar de acercar, lo más humildemente posible, los usos escolares de la lectura a sus usos sociales: tener acceso a los libros y pertenecer a una red de lectores son dos de los requisitos imprescindibles para hacer de la lectura -de la lectura sostenida de libros íntegros, sea cual sea su género- una práctica habitual. ¿Que hay muchas más actuaciones necesarias para contribuir al fomento del hábito lector y la educación literaria? Sin duda. ¿Que nada asegura que quienes han leído durante sus años escolares vayan a ser lectores toda su vida? Por supuesto. Pero quien no tiene acceso a los libros en su hogar ni posibilidad de compartir experiencias de lectura con gente de su entorno no tendrá siquiera la capacidad de elegir. La responsabilidad de la escuela consiste en proveer, a todos sin excepción, de espacios y tiempos para la lectura y de libros que merezcan la pena; en desarrollar estrategias de comprensión lectora que permitan a los estudiantes vencer las resistencias que cada texto presenta; en proporcionar experiencias placenteras de lectura. Lo demás, en efecto, es cosa suya.

Pero aún hay más. Y es que aunque según la lógica de la OCDE y de la propia LOMCE lo suyo hubiera sido que las bibliotecas escolares hubieran sido objeto de una atención especial en nuestra última ley educativa, hay algo que chirría, y mucho, en los discursos utilitaristas en torno a la lectura. ¿Utilidad social o exigencia vital?, se pregunta Michèle Petit. Preguntémonos a qué esa obsesión por la lectura y si quien la alimenta la pone al servicio de la emancipación o la sumisión, del cuestionamiento crítico del mundo o de su adaptación acrítica a él. Prostituir el deseo -o tratar de suscitarlo no apelando al placer sino a una eventual retribución en el mercado- produce más repugnancia que adhesión.

Si el silencio de la LOMCE con respecto a las bibliotecas escolares es sintomático de su desprecio por la equidad, no lo es menos de su desprecio por la cultura. Corremos el riego, decía Naomi Klein en su Doctrina del Shock, de que nos borren nuestro pasado. “No hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee”, vaticinaba Ray Bradbury. Que los únicos libros que maneje un chico o una chica en los años de la secundaria obligatoria sean los libros de texto en nada contribuye a la formación de una ciudadanía crítica. Que cada centro educativo no cuente con una buena biblioteca escolar impide a ciencia cierta la formación de una ciudadanía culta. Sin duda alguna, la realidad de los hechos desmiente la grandilocuencia de los discursos (o los preámbulos legislativos).

Es en las bibliotecas donde tenemos acceso a un nuestro patrimonio cultural, a un imaginario compartido. La biblioteca escolar -entendida como espacio físico y simbólico que todo lo impregna- es pieza imprescindible para el fomento de la lectura, para la transmisión de un cierto mapa de la cultura -más allá del papel y más allá de las fronteras nacionales; más allá también de la literatura- y para el desarrollo de las habilidades de interpretación. Es, además, un espacio magnífico para cohesionar, con un sinfín de actividades, a la comunidad educativa, pues si bien las bibliotecas del siglo XXI no pueden dar la espalda al inmenso potencial de los entornos digitales, no pueden renunciar tampoco a la inmediatez del territorio, a reforzar los vínculos entre la gente que pisa el mismo suelo.

Pese al desprecio por la equidad y la cultura por parte de unas administraciones educativas que se han olvidado de sus bibliotecas escolares (no en todas las comunidades autónomas, conviene recordarlo), hay por fortuna muchas maestras y maestros comprometidos en hacer de sus bibliotecas espacios confortables y hospitalarios, cálidos y acogedores; en cuidar los fondos y hacerlos visibles y accesibles; en “detener el tiempo” y ofrecer ocasiones para la lectura silenciosa y autónoma al margen de requerimientos externos; en combinar las lecturas compartidas y las sugerencias individualizadas, en hacer de la lectura una de las líneas medulares del proyecto educativo de centro y en construir, con niñas y niños, itinerarios de progreso. Pero necesitamos recursos.

No sabemos muy bien qué será del Pacto educativo. Pero en tanto prosiguen sus trabajos conviene recordar a sus señorías que la apuesta de la próxima ley de educación por la equidad y la cultura contará con un termómetro irrebatible: el lugar que en ella ocupen las bibliotecas escolares.

 

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/06/22/las-bibliotecas-escolares-clave-para-la-equidad/

 

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Nicaragua: Gasto público en salud y educación reduce más la pobreza

Nicaragua/22 junio 2017/Fuente: El Nuevo Diario

Investigación. Esta inversión social garantiza mayor cobertura y montos de transferencia más altos, revela estudio de Funides. El acceso a salud y educación gratuitas ayuda a reducir los índices de desigualdad y la probabilidad de volver a caer en la pobreza.

La pobreza se reduce en 8.1% en los hogares que viven con menos de US$1.8 al día por persona, cuando reciben los beneficios del servicio gratuito de salud y educación, revela el estudio “Incidencia del gasto público en la reducción de la pobreza y la desigualdad”, elaborado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).

Los programas sociales como Bono Solidario, Patio Saludable, Plan Techo, Merienda Escolar o Paquete Alimentario Solidario, en su conjunto, reducen la pobreza en 2.6% en los hogares con esa misma brecha de pobreza.

El efecto del gasto social en salud y educación es predominante en la reducción de la pobreza tanto por el monto que se destina por persona para estos servicios como por su cobertura, explicó la economista Lylliam Huelva, una de las autoras del estudio.

El gasto público social aumentó 35.2% en el periodo 2009–2014. El gasto mensual por persona que se transfiere por los servicios de salud y educación es de C$315 en promedio al mes, mientras que por los distintos programas sociales la transferencia promedio es de C$130 aproximadamente.

Los programas sociales benefician alrededor de 736,000 hogares, lo que representa una cobertura del 52% del total de hogares a nivel nacional. En cambio, el gasto social en educación y salud beneficia alrededor de 1.2 millones de hogares, lo que equivale a casi el 83% de los hogares a nivel nacional.

El estudio concluye que “los programas sociales tienen una mejor focalización que los servicios de salud y educación, sin embargo, el gasto social en salud y educación tiene un mayor impacto en la reducción de los niveles de pobreza y desigualdad porque tienen mayor cobertura y montos de transferencia más altos”.

VARIACIÓN DE INGRESOS 

El estudio muestra ejercicios hipotéticos sobre cómo varían los ingresos por hogar, dependiendo de las intervenciones públicas a las que tienen acceso, partiendo de la información disponible en la Encuesta de Medición del Nivel de Vida (EMNV) del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide) de 2014.

“Vamos construyendo cada uno de los ingresos, ya sea deduciendo o sumando intervenciones públicas como impuestos, beneficios de salud, pensiones, subsidios. Tratamos de contabilizar el valor monetario de todas estas intervenciones. Allí es donde se van modificando los porcentajes de pobreza o desigualdad”, explicó el economista Carlos Toruño, coautor del estudio.

Tomando como referencia una línea de pobreza de US$1.8 al día por persona, determinaron que el 27.3% de la población vive con esa cantidad de dinero diario, en promedio. Esto lo definieron como ingreso de mercado e incluye pagos por dividendos o remesas.

A ese primer ingreso sumaron las pensiones recibidas del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y restaron el impuesto sobre la renta (IR) y las cotizaciones del INSS, denominándole ingreso de mercado neto. Con esto, la pobreza disminuía a 26.5%.

“Allí vemos que el aporte de las pensiones compensa el pago que hacen los hogares por IR y por cotizaciones, porque en los hogares más pobres es donde menos pagan impuestos sobre la renta”, expuso Huelva.

Al ingreso anterior le sumaron los programas sociales, de los cuales consideraron 14, incluyendo el Bono Solidario, Patio Saludable, titulación de la propiedad, Plan Techo, materiales didácticos escolares, Merienda Escolar, zapatos escolares, mochila escolar y Paquete Alimentario Solidario. Con este ingreso la pobreza disminuye a 23.9% y sería el ingreso disponible.

Luego estimaron el ingreso posfiscal, es decir, la deducción del pago del impuesto al valor agregado (IVA), el impuesto selectivo de consumo (ISC) y la adición del beneficio del subsidio al servicio de electricidad. Con esto, la pobreza aumentaba a 25%.

“Este aumento de la pobreza es porque todos los hogares, por más pobres que sean, tienen que pagar impuestos indirectos, pero no todos se ven beneficiados por el subsidio de la energía eléctrica, porque no todos los hogares están conectados a la red eléctrica”, aseveró Huelva.

En última instancia consideraron el ingreso final, aquel en que se suma el beneficio que recibe el hogar de los servicios de salud y educación. Aquí la pobreza se reduce a 16.9%, lo que sitúa a este beneficio como la intervención social predominante para reducir la pobreza.

DESIGUALDAD Y VULNERABILIDAD

El estudio del Funides detalla también que el beneficio de la salud y la educación no solo disminuye los niveles de pobreza, sino que ayuda a reducir los índices de desigualdad y la probabilidad de caer nuevamente en la pobreza.

El gasto social en salud y educación reduce el coeficiente de Gini en tres puntos porcentuales (mide desigualdad, siendo cero el índice en que el ingreso está distribuido de la misma forma para todos), mientras los programas sociales lo reducen en solo un punto porcentual, y estos son, en su mayoría, los programas escolares ejecutados por el Ministerio de Educación (Mined).

Tratamos de contabilizar el valor monetario de todas las inter-venciones públicas. Allí es donde se van modificando los porcentajes de pobreza o desigualdad”. Carlos Toruño, coautor del estudio.

Toruño explicó que la desigualdad no disminuye necesariamente si la pobreza lo hace. “Según datos oficiales, desde 2009 hasta 2014 los niveles de pobreza disminuyeron, pero en el mismo periodo de tiempo aumentó la desigualdad”.

La vulnerabilidad, es decir, las probabilidades de un hogar de permanecer por arriba de la línea de pobreza, es menor por la influencia del gasto público en salud y educación.

“Un hogar que cuenta con estos servicios disminuye sus probabilidades de caer bajo la línea de pobreza. Los recursos liberados permiten satisfacer necesidades que de otra manera no podrían sin afectar su consumo”, detalla el estudio.

Los programas sociales contribuyen muy poco a la reducción de la vulnerabilidad, solo 0.4%. Es decir, que hay mayores posibilidades de que un hogar caiga en situación de pobreza si deja de recibir los beneficios de los programas sociales, que si dejara de recibir salud y educación de forma gratuita.

METAS CLARAS

Una mejor focalización de los programas sociales podría lograr que la desigualdad se reduzca el doble, afirmó Huelva. Es decir que la distribución igualitaria de los ingresos podría ser mejor si los programas sociales llegaran en mayor medida al 27.3% de personas que viven con US$1.8 al día.

Con esa misma focalización, la pobreza se reduciría casi el triple, pasaría de 2.6% (reducción por programas sociales) a 7%.

“Sería útil tener un sistema de registro único de los beneficiarios de los programas sociales”, detalla la economista, pues esto permitiría conocer qué programas recibe qué persona y con qué frecuencia, así como su situación económica.

“También sería oportuno reestructurar aquellos programas sociales que tienen más incidencia en la reducción de la pobreza y desigualdad”, recomienda el estudio, que también propone establecer metas claras y medibles para cada programa, para el monitoreo y la evaluación.

Indicó que los programas que están mejor focalizados son el Paquete Alimentario Solidario y los programas escolares ejecutados por el Mined. En cambio, los programas donde hay más fugas son Patio Saludable, Bono Solidario y educación universitaria.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/431439-gasto-publico-salud-educacion-reduce-mas-pobreza/

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