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Combatiendo la explotación y el tráfico de niños en África

Africa/ 04 agosto 2016/ Fuente: Te interesa

La explotación y el tráfico infantil siguen siendo un problema sin resolver pese a que, en países como Togo y Gabón, las autoridades han adoptado en los últimos años leyes para tratar de atajarlo que sin embargo apenas están teniendo cumplimiento.

Ante ello, la sensibilización es clave, indica a Europa Press la misionera Covadonga Orejas, que trabaja en proyectos en estos dos países. «El tema de la trata y el reconocimiento del problema en los países en los que me muevo es reciente. Solo a partir del año 2000 después de una serie de encuentros internacionales, los gobiernos aceptaron que había un problema, aprobaron leyes y acogieron propuestas para combatirlo», explica.

«En países en los que la comunicación es difícil y la educación escasa, que exista una ley no quiere decir ni que la conozcan ni que la apliquen», subraya esta misionera carmelita vedruna, que vive desde hace 12 años en el continente. Por ello, siguen siendo necesarios «esfuerzos para divulgar la legislación existente contra el tráfico y sensibilizar a gobierno y sociedad para que la protección a las víctimas sea real».

«No todo el mundo entiende que si una menor es extranjera tiene los mismos derechos que un niño del país», incide Orejas, que trabaja en proyectos en ambos países destinados a la «protección de los menores en dificultad».

En el caso de Togo, el Centro KEKELI gestionado por las hermanas carmelitas vedrunas, ayuda a niñas víctimas de abuso sexual y a aquellas que trabajan y son explotadas en el mercado. Muchas de estas niñas han abandonado sus pueblos para viajar a la ciudad en busca de un futuro mejor y para ayudar a sus familias.

La realidad con la que se encuentran es muy distinta: en muchos casos nadie les paga, sufren malos tratos y reciben una alimentación deficiente, además de no poder ir a la escuela, explica la misionera, que también trabaja con niñas víctimas de abusos sexuales.

Dentro de una federación de asociaciones que luchan contra el tráfico, RELUTET, el Centro KEKELI trabaja en la «sensibilización en colegios y barrios para educar a niños y adultos sobre lo esencial de la protección del menor» y para que conozcan las leyes y acuerdos internacionales sobre la materia.

«Desgraciadamente aún tenemos el testimonio de maestros que nos explican en los pueblos de Togo cómo al comienzo del año tienen la clase llena y cómo se van yendo los jóvenes hacia Nigeria y Gabón para buscar una salida a la miseria», lamenta.

En Gabón, las misioneras gestionan dos centros, Arcoiris y Esperanza, en los que acogen a niños y niñas que son víctimas de la trata y de cualquier otro tipo de violencia, así como a niños de la calle. En este caso, según Orejas, «el riesgo de exclusión o de terminar en prisión son fuertes».

Hasta estos centros, según la misionera española, han llegado incluso menores procedentes de Camerún y de Congo, lo que demuestra que «es un fenómeno internacional». La dificultad para combatirlo está, además de en la corrupción que permite la aparición de estas redes internacionales, «en la miseria de los lugares de origen que obliga a los menores a luchar por la supervivencia», resalta.

En algunos casos, esta lucha les lleva «hasta el punto de arriesgar su vida en pateras, ser drogados durante el viaje, maltratados al llegar a su destino, ‘cosificados’ pues se comercia con ellos y a recibir un tratamiento inhumano para someterles por la violencia y obligarles a producir al máximo».

Como en Togo, el trabajo de sensibilización también es fundamental en Gabón, donde las misioneras trabajan en colegios y mercados para recuperar a los menores que están pasando por situaciones difíciles puesto que los servicios sociales del Estado no realizan el trabajo de barrios o de calle, lo que genera «mucha indefensión».

Asimismo, participan en las reuniones del Gobierno en las que se discuten leyes que afectan a los menores y realizamos informes complementarios a los del Ejecutivo. Sin embargo, según reconoce, todavía hay «muchas asignaturas pendientes en Gabón en lo relativo al tráfico de personas».

«En el año 2000 la sensibilización se hacía continuamente pero se ha ido dejando y la corrupción ha impedido que a pesar de la ley de 2004 hayamos visto una sola condena de una persona gabonesa por tráfico de personas», lamenta la misionera.

Para la hermana Covadonga, lo más «impresionante» de su trabajo es «experimentar al lado de las jóvenes que padecen este crimen, el proceso que se da en ellas». Según explica, «llegan abatidas, enfermas, humilladas, deprimidas y después de un tiempo vamos viendo cómo cambia su rostro, recuperan la fuerza, aprenden a leer y a escribir, se atreven a contar su historia».

«Y así llegan a rehacer su proyecto de vida, con objetivos de formación a corto plazo, el ahorro a medio plazo y la idea de regresar y recomenzar en su país con el tiempo», añade la religiosa, subrayando que «cada caso es único». «Hay que permanecer cerca para que tengan al menos una oportunidad de no quedarse atrapadas en las redes de la explotación y el abuso», remacha.

Manos Unidas ha financiado con más de 57.000 euros la construcción por parte de las carmelitas vedrunas del centro KEKELI, al que asisten desde diciembre de 2015 más de 700 niñas rescatadas de un mercado situado a las afueras de Lomé, la capital. Este proyecto también cuenta con el apoyo de la Diputación de Vitoria.

Asimismo, Manos Unidas ha respaldado con 38.800 euros el proyecto ‘Formación y prevención comunitaria contra el maltrato infantil’ llevado a cabo por las religiosas en Gabón desde 2013 gracias al cual 970 niños en situación de vulnerabilidad están recibiendo formación y sensibilización sobre las posibles situaciones de trata y abusos a los que pueden enfrentarse.

Fuente: http://www.teinteresa.es/mundo/Combatiendo-explotacion-trafico-ninos-Africa_0_1622837742.html

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Estados Unidos: Equidad en la educación ¿En qué consiste?

Dallas, Texas / 03 de agosto de 2016 / Por: Luis Lara / Fuente: http://elhispanonews.com/

Equidad en la educación ¿En qué consiste? El término “equidad” es usado comúnmente por educadores, legisladores y otros para indicar el concepto de una educación justa o en la que la oportunidad está bien distribuida. Aunque no es fácil de medir, los estudiantes de minoría, los de hogares de pocos ingresos y los que están aprendiendo inglés a menudo enfrentan desigualdad en el salón de clases, como por ejemplo menos maestros de alta calidad, menos recursos, acceso limitado a clases avanzadas y mayor dificultad para obtener un diploma universitario.

¿Qué aspecto tiene la equidad para los casi 13 millones de niños latinos matriculados en las escuelas públicas de EEUU, y para los que están buscando una educación postsecundaria?

Durante el 2 y 3 de agosto del 2016 se estará llevando a cabo un seminario sobre el tema de “Equidad en la Educación” en Washington D.C., donde un panel de expertos identificará las faltas de equidad más significativa que se deben vigilar desde el preescolar hasta el 12mo grado y hasta en la educación postsecundaria, y hablarán de lo que se está haciendo para solucionarlas.

El Seminario es coordinado por la organización EWA (Education Writers Association) que ha extendido la invitación a miembros de la prensa y medios de comunicación en español. Sera un día y medio de conferencias enfocadas en la equidad educativa. Los asistentes aprenderán de investigadores, educadores, compañeros periodistas y otros expertos sobre temas como segregación, finanzas de las escuelas chárter, la brecha entre el maestro y el estudiante para los latinos, exámenes estandarizados y la educación de los estudiantes inmigrantes. Las sesiones de estos temas y otros también incluirán ideas para reportajes sobre lo último en la educación tomando en cuenta una audiencia latina.

Un panel de expertos identificará las faltas de equidad más significativa que se deben vigilar desde el preescolar hasta el 12mo grado y hasta en la educación postsecundaria, y hablarán de lo que se está haciendo para solucionarlas.

Es la tercera Conferencia anual para miembros de la prensa y medios de comunicación en español. Es una organización profesional para miembros de los medios de comunicación que cubren la información sobre educación en todos los niveles.

Fuente noticia: http://elhispanonews.com/news/2016/jul/21/equidad-en-la-educacion-en-que-consiste/

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Reflexiones para otra universidad posible

 

Por: Luís Bonilla Molina

La universidad en Latinoamérica y el Caribe es concebida desde el poder, como una institución para formar el talento que requiere el mercado y el modo de producción capitalista. Ello no niega las resistencias generadas al interior de las propias instituciones de educación superior y el surgimiento de modelos que intentan –en el presente- ser alternativos. Sin embargo, se ha impuesto en buena parte del discurso sobre la transformación de la educación superior una lectura de la universidad como centro de formación del talento humano, visto como un sistema cerrado, y con un arquetipo de institución en sí misma, que sólo se modifica al recibir las presiones del mercado. La conquista de la necesaria autonomía ha derivado en muchos casos en una auto imagen de Estado dentro del Estado, que lejos de beneficiar a la universidad le ha impedido tener toda la robustez propia de una institución socialmente imbricada que modela el futuro.

Es urgente recuperar la lectura de la universidad, la educación y los sistemas escolares desde la perspectiva de las contradicciones propias del desarrollo capitalista tardío, dependiente y neocolonial en la región y en el siglo XXI. Una lectura aparentemente aséptica, neutral, “no política” de la universidad y sus dinámicas sería expresión de la cultura colonial en el pensamiento académico de la periferia capitalista.

La universidad, sus procesos, resultados y alcances debemos analizarlos y valorarlos a la luz del momento histórico en el cual le ha correspondido desarrollar sus actividades. El análisis de su comportamiento, en cada una de estas circunstancias, nos permitirá conocer si su labor ha estado y está al servicio de la dominación o de proyectos emancipatorios.

La universidad actual es en buena medida el resultado de las contradicciones políticas, sociales, culturales y económicas que emergieron en la década de los ochenta, sin que ello niegue o desconozca su carga histórica de institución colonial y neocolonial. Al respecto Aboites (2012) coloca como punto de inflexión en el estudio de la transformación educativa, la crisis de la deuda externa al señalar:

las guerras frecuentemente son señaladas como momentos que anuncian el paso de grandes etapas históricas. En el caso de los pueblos de América Latina, la confrontación con la banca de los países del norte marcó de manera decisiva el fin de una época y el comienzo de otra muy diferente. Al final del siglo XX quedaron en vilo derechos como los laborales, a la tierra y a la educación que constituyeron la base propuestas de capitalismo nacionales.” (p.39) 

Por su parte, para Gabriel Parra (2006) “la noción de crisis en el contexto de lo educativo constituye uno de los retos más importantes que se derivan del actual proceso de redefinición del capitalismo mundial” (p.64). Este texto, procura ubicarse en una lógica transicional, que critica el orden dominante desde lo educativo, promueve la resistencia a la dominación capitalista desde lo universitario pero también se atreve a pensar propuestas para construir ese otro modelo de sociedad e instituciones, desde un lugar de enunciación no colonizado, es decir otro mundo posible fuera de los márgenes del status quo.

Pero ello, debe implicar una ruptura del análisis de la academia como abstracción de lo popular y, muy por el contrario ubicarla en una profunda relación con la realidad social. Es decir, cómo lo académico-investigativo, cómo el conocimiento, se relaciona con la calidad de vida de la población en la cual desarrolla sus actividades la universidad; es decir, cómo el conocimiento generado por la investigación universitaria impacta directamente el nivel de ingreso de las grandes mayorías de la población, cómo le ayuda a construir mayor democracia, justicia social, libertad e independencia. Estaríamos hablando entonces, respecto al cómo el conocimiento de la universidad postcolonial influye en los mecanismos, procesos y modelos de generación y distribución social de la riqueza.

La academia libertaria no puede seguir solo interpretando la agonía del modelo de explotación del hombre por el hombre, sino que está obligada a construir desde sus espacios y ámbitos de trabajo, con y para el pueblo, lo nuevo por nacer. Hoy en día ni el empirismo ni el teoricismo son nichos de rebeldía, por el contrario son simples antifaces de la claudicación del pensamiento-acción anti sistema ante el modelo de dominación impuesto. Quien habla en contra del neoliberalismo, de las bondades de otro modelo posible, pero no contribuye a construir ese modelo alternativo en la realidad histórica social concreta del presente, es prisionero de la academia colonizada que solo piensa pero no hace y, que lejos de preocupar al amo neocolonial del siglo XXI sólo le arranca una mueca de burla. El académico panfletario es el bufón moderno de la corte gobernante del siglo XXI.

En momentos en los cuales la degeneración capitalista ha producido y sigue produciendo crisis de especulación financiera, no solo de sobreproducción de mercancías, sino de saturación de la expoliación por métodos fraudulentos, el pensamiento contestatario tiene que hallar la armonía perdida entre el decir y el hacer. Y es que la crisis del capitalismo no genera una flexibilización de sus mecanismos de explotación y generación de miseria, sino por el contrario lo acentúan. La deuda externa es el caballo de Troya actual de la dominación económica imperial. Eduardo Aponte-Hernández (2008) en Tendencias de la Educación Superior en América Latina y el Caribe señala:

Al comenzar el siglo XXI la dinámica de la tendencia de la distribución del ingreso y la desigualdad que esta genera, se ha acentuado de tal manera que las personas con un ingreso de $2 o menos al día corresponden con la mitad de la distribución del ingreso a nivel mundial. Se estima que el 10% de las personas más ricas del mundo reciben más de la mitad (+50%) del ingreso total, mientras que el 50% recibe menos del 10% del ingreso por persona en el planeta” (p. 115)

El mundo académico, el conocimiento, la ciencia, deben servir para ayudar a resolver de manera radical esta situación de injusticia global que describe Aponte-Hernández. En el presente, el sistema económico dominante asume abiertamente a la educación como una parte sustantiva del mecanismo de producción capitalista, abandonando cualquier vestigio romántico del pasado. El discurso de las competencias terminó de atar la lógica de los sistemas escolares al carro del mercado capitalista, pero sobremanera apunta a fortalecer el modo de producción de mercancías y subjetividades propio del modelo económico hegemónico actual. La estandarización y la mercantilización educativa, la subordinación del debate de la calidad a la medición de algunos aprendizajes marco y, los esfuerzos por eliminar o por lo menos disminuir a su mínima expresión la educación pública son expresiones del desarrollo capitalista en la fase de globalización económica y mundialización cultural.

Mediante la virtualización de los procesos de enseñanza-aprendizaje se pretende borrar de un solo plumazo la noción de escuela y profesión docente construidas durante siglos por la humanidad, como expresiones concretas del derecho a la educación, lo cual demanda un debate político concreto sobre el papel y las posibilidades de la educación para la construcción de proyectos de independencia nacional y/o de ruptura con la subordinación al centro capitalista en el presente.

En ese contexto las agendas educativas tienen una ruta clara en los procesos de toma de decisión que asumen los gobiernos nacionales y locales, así como los mecanismos regionales, subregionales e internacionales de integración en materia educativa. Esta ruta se inicia con las reuniones del G8 (ó G7), se amplía con las directrices del Fondo Monetario Internacional (FMI), la OCDE, el BID y del Grupo del Banco Mundial, quienes además establecen mecanismos para las reformas educativas y modelos de financiamiento de las mismos que generan nuevos ciclos de la deuda externa cuya primera crisis mundial se dio precisamente en los ochenta del siglo XX. Luego una pléyade de organismos internacionales asume cada uno, una parte del rompecabezas de operaciones de cambios, haciendo invisible al público en general la totalidad y la teología economicista de las reformas.

Las reformas educativas en general y las universitarias en particular aparecen revestidas de un lenguaje de “bien común”, “sentido práctico” y “actualización” a los cambios epocales, que procura esconder el carácter económico de las mismas. Comprender esto es de singular importancia.

Nuevas tareas para la universidad derivadas del modelo económico y modo de producción del siglo XXI obligan a pensar la “actualidad” de los conocimientos de dominación pero también de las resistencias. El ciclo de obsolescencia del conocimiento asociado a la producción capitalista era -hasta no hace mucho tiempo atrás- de unos treinta años hasta el inicio de la revolución científico-tecnológica-comunicacional de los ochenta del siglo XX, pero hoy en día se generan y reproducen ciclos cada vez más cortos que nos hablan de cambios cada 4 a 6 años.

Un docente universitario que se jubilaba a los 30 años de servicio podía pasar todo el ejercicio de su profesión dentro de un ciclo de vigencia del conocimiento para el modo de producción capitalista; hoy en día puede presenciar y ser demandado a actualizarse por lo menos cinco veces en el trayecto de su ejercicio profesional. Actualización con una clara epistemología económica y de dominación neocolonial.

Sin embargo, la capacidad de respuesta de la universidad, salvo los textos e ideas de un reducido puñado de académicos a nivel mundial, siguen produciéndose en la vieja lógica de validación del modelo mediante ciclos largos de obsolescencia del conocimiento. Los protocolos y dispositivos de legitimación académica siguen funcionando bajo el formato pre globalización económica.

Las ideas y propuestas de resistencia cada vez son menos atractivas para las nuevas generaciones. Esa nueva realidad del mundo universitario coloca en riesgo cada vez más, por precaria utilidad, la universidad como institución clave para la generación y reproducción del conocimiento que demanda el capitalismo globalizado del siglo XXI sin que ese riesgo sea el propio de asumir una ruta de trabajo conforme a la emancipación en el presente. Es decir, la universidad actual tiene cada vez más una limitada utilidad para el capitalismo, para la construcción de resistencias y para el desarrollo de modelos alternativos.

Esta realidad ha impactado incluso a la superestructura de gobierno mundial; hoy el Banco Mundial, la OCDE y el BID, entre otros, le disputan abiertamente a la UNESCO su protagonismo en la conducción de la agenda de reformas educativas porque éste último organismo mundial pareciera estar atrapado en la lógica de ciclos largos de obsolescencia del conocimiento que caracteriza a la educación universitaria en el presente.

Resulta especialmente sintomático de la crisis de la universidad como centro de generación del conocimiento nuevo, que por ejemplo, buena parte de los temas emergentes que caracterizan los comportamientos sociales en su relación con el modelo económico dominante, en el marco de estos ciclos cortos del conocimiento, no sólo no sean estudiados por la academia universitaria sino que quienes lo hacen resultan ser en muchos casos grupos de expertos de instancias como el Banco Mundial. El papel intermedio, divergente y contestatario de lo universitario en esta dinámica de rápida obsolescencia del conocimiento resulta cada vez más precario. Ello facilita que el lugar de estudio y enunciación de los cambios por venir -con adorno intelectual- no sean hoy en día las universidades sino los organismos económicos internacionales; incluso en muchos casos con lenguaje progresista.

Hoy en día, suelen ser los departamentos de investigación de los organismos económicos globales quienes delinean los distintos cursos de los procesos de reformas en general y educativas en particular, sin conseguir como contra peso la investigación universitaria. Las propuestas y hasta el diseño de las operaciones de cambio que requiere el modelo de producción de mercancías del siglo XXI comienzan a ser aceptadas como legítimas si provienen del Banco Mundial (BM). la OCDE, el BID o el FMI. Las pruebas PISA, los ranking universitarios y los cada vez más grandes e influyentes equipos de educación de estas instancias así lo confirman.

Estas operaciones institucionales de cambio -llamadas reformas pero que en muchos casos son contrarreformas respecto a las conquistas ciudadanas del pasado- se formulan en términos de políticas públicas legitimadas por la aparentemente neutralidad de organismos especializados del sistema de gobernanza derivado de Bretton Woods. Por ello, ahora las demandas educativas suelen ser diseminadas y formuladas desde un concierto de siglas pertenecientes a organismos multilaterales, tanto gubernamentales como del sector privado. A ello se suman en la última década el auge de las llamadas fundaciones filantrópicas auspiciadas por los grandes magnates capitalistas quienes con un discurso de “bien común” intentan ser actores claves en la orientación de las reformas educativas. Para ellos, el conocimiento es abiertamente una mercancía transable en el mercado capitalista. Al respecto Carmen García Guadilla (2010) plantea que

La agenda de los organismos internacionales en la primera década del siglo XXI destacan de manera especial lo que ya se venía planteando en la década anterior, esto es, el papel protagónico del conocimiento en todas las esferas de la vida social” (p.30)

A pesar de todo lo señalado anteriormente, aún en decisores y formuladores de políticas públicas persiste el convencimiento respecto al papel central de la educación universitaria en la construcción de gobernabilidad, transferencia de conocimiento para el mantenimiento del modelo de dominación y posibilidades de identificación de lo nuevo que deba ser absorbido por el modo de producción hegemónico. Era innegable el papel de la universidad -fundamentalmente hasta el arribo de la perspectiva neoliberal- en la formación de cuadros para el sostenimiento del status quo y marginalmente para la generación de propuestas para el cambio social, en su gran mayoría como reingeniería social y solo en honrosas excepciones como revolución paradigmática. A nivel popular la universidad es cada vez más un espacio de titulación y pocas veces es vista como un lugar de altermundismo.

2. El cambio de la universidad como resultado de procesos participativos

Autores como Boaventura de Sousa Santos (2008) plantean con urgencia la puesta en escena de un esfuerzo singular por ampliar y fortalecer la democracia interna y externa en la transformación universitaria, señalando que:

el llamado a la democracia … persigue neutralizar … la privatización de la universidad. La demanda de la privatización tuvo en la última década, un impacto enorme en las universidades de muchos países, al punto que los investigadores universitarios han perdido buena parte del control que tenían sobre las agendas de investigación. El caso más relevante de cómo se definen hoy las prioridades de investigación en el campo de la salud, donde las grandes enfermedades que afectan a gran parte de la población del mundo (malaria, tuberculosis, sida) no forman parte de las prioridades de investigación” (p.115)

A lo cual el propio Boaventura agrega:

la reforma de la universidad como bien público debe defender la democracia interna de la universidad por el valor que tiene en sí misma, mas también para evitar que la democracia externa sea reducida a las relaciones universidad-industria” (pp 116-117)

Para Boaventura (2008) la transformación universitaria pasa por discutir temas como acceso, extensión, investigación-acción, ecología de saberes, universidad y escuela pública, universidad e industria, la responsabilidad social de la universidad, entre otras agendas. Compartiendo plenamente estas premisas de Boaventura creo necesario precisar que la reforma o transformación universitaria será imposible de alcanzar, si la seguimos pensando desde el corporativismo docente, la universidad centrada en la docencia y los añejos discursos de resistencia que resultaron útiles para insuflar el mayo francés, las rebeldías de los sesenta y setenta, las ideas movilizadoras de los ochenta pero que también cobijaron la retirada de los años noventa del siglo XX. La democracia es el mecanismo idóneo para que emerjan las nuevas lecturas emancipadoras, pero ello pasa por atreverse a dejar a un lado las acostumbradas caricias académicas de auto consentimiento y atrevernos a desafiar la historia colonial que marca nuestras propias resistencias.

3. Algunos temas asociados a la agenda contemporánea en educación universitaria

La universidad tiene una razón de ser en su relación con los jóvenes. Pero el mundo de la juventud ha cambiado tanto que los universitarios pareciéramos mareados e incapaces de interpretar sus consecuencias en la cotidianidad del trabajo académico. Por ello, nos atreveremos a tocar muy enunciativamente, algunos de estos cambios de cultura, imaginario y expectativas de los jóvenes hoy, como invitación a trabajar su impacto en las dinámicas de resistencia y modelos alternativos de cara a la nueva universidad necesaria y al diseño, apertura y cierre de carreras y programas de formación.

Marc Prensky (2001) a comienzos del siglo XXI se atrevía a señalar que

Me resulta sorprendente cómo con todo el alboroto y el debate hoy en día acerca del declive de la educación en los Estados Unidos ignoramos su causa más fundamental. Nuestros estudiantes han cambiado radicalmente. Los estudiantes de hoy ya no son el tipo de personas que nuestro sistema educativo fue diseñado para formar”. (p.1 En On the Horizon (MCB University Press, Vol. 9 No. 6, December 2001))

Precisamente Prensky (2001) acuña las denominaciones de nativos e inmigrantes digitales, las cuales nos resultan de especial utilidad para ilustrar el desencuentro paradigmático del presente alrededor de la universidad. De hecho, la sociedad, el mundo y la realidad, son tan radicalmente distintas respecto a los procesos y mutaciones ocurridas en el pasado que a veces nos atontamos y perdemos cuando pretendemos entender lo nuevo con herramientas conceptuales e instrumentales que resultaron eficaces en el pasado pero que resultan ineficientes en la nueva cotidianidad.

La universidad para las generaciones de “inmigrantes digitales [iv] ” era un espacio para la rebeldía, de discursos alternativos, además de representar la novedad y el contra poder; mientras que para la generación de “nativos digitales [v] ” tiene otra connotación, mucho más asociada a una institución para la titulación que le permita ingresar a algunas áreas del campo laboral que así lo demandan. Ello se debe en buena medida al envejecimiento acelerado del mundo académico ante una permanentemente rejuvenecimiento de las demandas de la sociedad.

El analfabetismo digital emerge como una nueva forma de exclusión y segmentación social. Las distancias culturales, educativas y económicas que están surgiendo en el mundo, pero también entre ciudadanos de un mismo país, respecto a códigos, imaginarios, consumo cultural y expectativas en la futurica, hacen cada vez más compleja la construcción de ciudadanía. Ello impacta incluso los procesos migratorios, hoy para pequeños grupos sociales de jóvenes, lo que en el pasado era la migración del campo a la ciudad se ha convertido en las movilizaciones regionales e interregionales. Pero las diferencias culturales como nunca antes, están segmentando estas posibilidades.

Nuevas realidades económicas, políticas, sociales y culturales desafían la capacidad de respuesta del mundo universitario. La representación política, los modelos de gobiernos democráticos representativos, la transparencia en la gestión y acceso a los datos, el papel de la ciencia, el conocimiento y la tecnología, así como la reconfiguración de los patrones sociales demandan una universidad que avance a la misma velocidad que lo hace la cambiante realidad.

En ese contexto surgen fenómenos nuevos como el de los Nini, que para Hoyos, Rogers y Székely (2016) implica que:

 

“En América Latina, los jóvenes que ni estudian ni trabajan son comúnmente llamados ninis. Uno de cada cinco jóvenes del continente, representando más de 20 millones de personas entre 15 y 24 años de edad, vive en estas condiciones. Además, el problema de los ninis ha demostrado ser muy persistente. A pesar del buen desempeño económico de la región durante la primera década del siglo, con altas tasas de crecimiento y una reducción significativa de la pobreza y la desigualdad, la proporción de ninis descendió sólo marginalmente, mientras que el número total de ninis aumentó”. (p.1)

Para estos investigadores financiados por el Grupo del Banco Mundial (BM) el interés central del estudio realizado por ellos, fue el conocer y determinar el impacto social del aparente desfase entre el mundo laboral y la población de jóvenes Nini. Por ello precisan:

En cuanto a las implicaciones de políticas, un mensaje importante es que no es suficiente abordar las condiciones actuales de los jóvenes; las políticas también deben ayudar a fortalecer el ciclo de vida de los jóvenes, particularmente la trayectoria educativa, antes de que lleguen al bachillerato o entren en la edad de trabajar, es decir, en la etapa de incubación del problema. Un segundo mensaje es que no enfrentar el problema de manera oportuna no sólo tiene consecuencias inmediatas, sino que también puede marcar la trayectoria de vida de toda una cohorte durante muchos años” (p.29).

Para Hoyos, Rogers y Székely (2016) el fenómeno de los Nini lo ubican en los estratos sociales más pobres, pero sobresale de su trabajo la afirmación respecto a que “mas escolarización frente a menos oportunidades laborales da como resultado un número total invariable de ninis”(p.23). El fenómeno de los “NiNi [vi] ” recibe varios nombres según la región del mundo, pero su aparición interpela a los sistemas escolares y, a la educación en general, teniendo un capítulo especial de análisis en el sector universitario.

En el caso de los llamados Ninis es necesario destacar que es un fenómeno que empalma con una manera de interpretar la realidad propia de sectores juveniles de la población de clase media baja e incluso de clase media alta. Una parte importante de la juventud nacida después de los ochenta expresa una tendencia a no querer ni trabajar ni estudiar. Con esto no estamos haciendo una apología al culto cristiano del trabajo, ni siquiera al enfoque capitalista de la plusvalía en la producción de mercancías, ni a la perspectiva marxista del trabajo emancipado, sino intentamos hallar unos primeros indicios, pistas, respecto a donde está el desencuentro entre educación, escolaridad y juventud.

Tampoco se trata de apoyar el paradigma populista que defiende como un máxima, que todo el mundo tiene que ser universitario para desarrollarse como ser humano, sino que procuramos subrayar la desconexión del mundo universitario respecto a un creciente sector de la población juvenil a quienes las carreras universitarias –y no se diga los postgrados- no representan ningún eje de atracción.

Lo “académico” aparece desdibujado para los jóvenes aproximándose cada vez más a la valoración que para nuestras generaciones tenían los cursos de formación para el empleo. A esta visión contribuyen mucho el cambio de expectativas de las generaciones actuales respecto a lograr “empleos estables”, “jubilación”, “desarrollo profesional” en una organización, lo cual no ha sido estudiado lo suficiente con relación a la transformación universitaria, tal vez porque ello cuestiona profundamente el modo de interpretar el mundo académico y laboral de los reformadores.

Hace poco, Ernesto mi hijo que en ese momento tenía siete años me preguntó: ¿si yo quiero ser veterinario o doctor debo estudiar tres años de maternal, tres de preescolar, seis de primaria, cinco de bachillerato y como seis de universidad? Le respondí más o menos –obviando los años adicionales de la formación médica especializada- a lo cual me replicó: –No vale, los grandes si son locos eso es mucho tiempo. Y si estudio todo eso y no consigo trabajo ¿perdí todo mi tiempo? Ernesto estaba reflejando una valoración de la temporalidad propia de los nativos digitales que las generaciones precedentes no atinamos a entender. Las generaciones precedentes a la revolución tecnológica teníamos internalizada la postergación de la recompensa como algo natural; los niños y jóvenes de hoy quieren ir viendo la recompensa; su capacidad de postergación es cada vez más limitada. Pareciera que el zapping [vii] está siendo incorporado a sus vidas como un paradigma cultural y esto tendría que tener un profundo impacto en el diseño de las carreras universitarias y su administración.

La inmediatez aparece muy vinculada a la síntesis del mensaje y los códigos emergentes de comunicación. Estoy convencido que el éxito de redes sociales como el facebook o el watshap (y sus equivalentes telegram y otros) reside en el hecho que son espacios de transición y encuentro entre las culturas de los nativos y los inmigrantes digitales. Su característica esencial es la posibilidad de colocar imágenes, videos y textos de interés, además de acortar las distancias geográficas y la temporalidad, creando una virtualidad de permanente presente y ubicación espacial multicéntrica. Esto tiene consecuencias directas en la forma de aprender y acercarse al conocimiento; solo quien o aquello que atrape la atención en 140 caracteres (twiter), imágenes (instagram) o vídeos desechables (snapchat) motivará a su profundización o indagación más exhaustiva de conocimiento. El instagram como red social de creciente influencia es expresión del triunfo de un modelo de comunicación basado en las imágenes más que en las palabras, proceso que se había iniciado con tumblr. Si bien las redes sociales más populares en el presente son el facebook y el instragram, pareciera que la tendencia es a que -una vez que el wifi se generalice- se impongan redes sociales más efímeras respecto a la permanencia de sus contenidos como snapchat. Ello debería decirnos mucho a la educación universitaria en general y al tema de las carreras o programas de formación en particular.

En el marco del estudio de los perfiles de los candidatos(a) a la Secretaria General de las Naciones Unidas encontré dos cosas interesantes al buscar sus twiter y tweets. Primero algunos de ellos no cuentan con esta herramienta, lo cual ya en sí es una información relevante. Segundo, halle una “mina” de información para la interpretación respecto a quiénes siguen ellos y, quienes los siguen a cada uno de estos candidatos(as), fuente que me proporciona más datos que los colocados con cuidado diplomático en sus perfiles.

En razón de tratar de tener marcos complementarios de interés que me permitieran comprender el por qué algunos candidatos a este importante cargo no contaban con twiter, le pregunté a varios amigos ubicados en antípodas ideológicas, dos de ellos Vladimir Acosta [viii] y el otro José Antonio Quinteiro [ix] . Mi sorpresa fue que casi todos expresaban resistencia a considerar que un mensaje de 140 caracteres fuera relevante y lo ubicaban fundamentalmente en el marco de la cotidianidad, por lo cual justificaban señalando que la brevedad informativa estaba reñida con la calidad y profundidad del conocimiento. Es decir, sus opiniones estaban fundamentadas en un lugar de enunciación distinto al que vengo expresando en este artículo. Esto no es fortuito, por el contrario considero que esta tendencia evidencia el surgimiento de una brecha comunicacional con profundo impacto en los sistemas escolares, la concepción del aprendizaje y las propuestas de enseñanza que se impulsan en los sistemas escolares.

Mi perspectiva, es que la aquello que no logre atrapar a los jóvenes con una brevedad contundente no logrará ser eficiente para estimular los aprendizajes significativos ni será útil para el desarrollo de procesos de enseñanza-aprendizaje en el siglo XXI.

Otro elemento que contribuye a romper la idea de futuro e incrementar el interés por el presente en los niños(as) y jóvenes actuales, es la crisis ecológica planetaria que rompe con la noción de felicidad futura, que impulsó en el pasado el desarrollismo capitalista. Hoy para muchos jóvenes el futuro del planeta y de la vida es incierto, pero además lo entienden como fuera del espectro de cosas sobre las que puedan influir. Ese fatalismo inmovilizador en buena parte de los jóvenes los lleva a sobrevalorar el presente en una especie de “hoy existo mañana no lo sé” que no había caracterizado a ninguna generación precederá. A ello se le añaden los crecientes problemas de violencia social que afectan en mayor medida los menores de 30 años.

Quienes han seguido mis escritos saben que he sido crítico del uso de una parte muy importante del 6% de PIB y del 20% del presupuesto público destinado a la educación, para la compra desaforada de computadoras y tabletas escolares si ellas no van acompañadas de una profunda revisión de los procesos de enseñanza-aprendizaje teniendo al maestro/profesor universitario en el centro de la estrategia. Desde mi punto de vista, la mercantilización educativa tiene un capítulo especial en el negocio de las tecnologías de la comunicación e información, cuyo beneficiario principal son las grandes trasnacionales de la industria del hardware y el software y no los propios estudiantes y maestros. Y esta limitación se debe en gran medida –además de la cultura de la corrupción en una parte de la burocracia estatal en el mundo- a que el imaginario transicional que subyace en muchos de los decisores y el propio magisterio es de la computadora como una máquina de escribir con pantalla –que permite corregir errores sin ktips- y que fundamentalmente es útil para escribir mensajes, textos o hacer búsquedas de información en la internet.

Es decir, un imaginario de consumidor de contenidos, de busca del conocimiento ubicado en otro lugar, es decir conocimiento reproductor. Por el contrario, los jóvenes y los niños(as) se aproximan en el presente a las tecnologías de la información, como consumidores pero también atraídos por su capacidad de acompañar procesos creativos incipientes que van desde nuevas palabras, nuevos códigos de comunicación, exploración de potencialidades artísticas, hasta las propias del comercio virtual; dedicando buena parte de su tiempo a la profundización del conocimiento respecto a algo que les pareció interesante al leer un mensaje-información breve.

La industria cultural está consciente de ello y por eso las grandes empresas, editoriales, cadenas televisivas y cinematográficas, autores de los llamados Best Sellers o los artistas de los distintos géneros y campos desarrollan una estrategia de marketing basada en atraer la atención inicial mediante mensajes breves e imágenes en las redes sociales. En contraposición el mundo académico, con su sobriedad y proverbial seriedad, suele considerar banal e intrascendente esta forma de acercarse al conocimiento por parte de los más jóvenes.

Por ello, cuando cuestiono la vorágine irreflexiva de dotación de computadores lo que pretende es llamar la atención respecto a la necesidad de ir más allá de la dotación de las herramientas de conexión digital, para trabajar los aprendizajes, la enseñanza y el conocimiento en la era digital, en el marco de proyectos de emancipación, pleno desarrollo de la personalidad, construcción de ciudadanía y ecología social.

La sociedad moderna juvenil es básicamente una sociedad de la brevedad comunicativa, la imagen y el ritmo, mutación que impacta profundamente la ética y la estética social y por ende los mecanismos de aprendizaje. La enseñanza tiene que dar cuenta de ello. Por ello, considero fundamental el estudio de la semiótica implícita y explicita en las letras de la música que escuchan los jóvenes y los más chicos. Todos sabemos que la industria cultural modela estos gustos, pero sin su estudio cualquier construcción alternativa, cualquier resistencia consistente no pasará de ser una declaración de principios políticamente correctos pero absolutamente inútiles en la transformación emancipatoria de los sistemas educativos, muy especialmente la educación universitaria.

Otro problema central lo constituye el hecho que los sistemas escolares y, la educación universitaria entre ellos, suele ser pensados desde la lógica del Estado y las necesidades del modo de producción, sin tener como un referente fundamental los imaginarios, expectativas, requerimientos de forma de aprender a aprender y, la estética del aprendizaje de los jóvenes. Por ello, considero que este debate es pre requisito antes de entrar a la fase de diseño en la que se acostumbrar formular la creación carreras universitarias. Sin un contexto epocal, el diseño de las carreras universitarias aún con la mejor de las intenciones, lejos de contribuir a derrotar la exclusión social, educativa y cultural puede contribuir a su sostenimiento al no generar espacios de ruptura epistémica y de gestión de los procesos.

Desde las resistencias se suele despachar, muy a la ligera, fenómenos como los “NiNi” o el zapping paradigmático, entre otros, al etiquetarlos como manifestaciones de la cultura capitalista actual. Muy poco se valora, estudia y toma como referencia el enorme impacto en la cognición y en el desarrollo del cerebro humano que está teniendo las tecnologías de la información y la comunicación, el cambio en la cultura social como resultado de la globalización económica y la mundialización cultural y la propia inminencia del desastre ecológico global. No se trata de un tema de gusto sino de realidades a tomar en cuenta en otra forma de abordad el diseño, apertura y cierre de las carreras o programas universitarios.

Este no es un tema menor. Todos los años, millones de jóvenes pasan del bachillerato a la universidad. Pasan con expectativas del conocimiento y la innovación presentado en formatos epocales actualizados, pero la universidad suele aspirar a que sean los jóvenes quienes se adapten.

El diseño, apertura y cierre de carreras, su problemática, debe ser valorada desde el tránsito del bachillerato al mundo universitario. Al respecto Pedro Henríquez Guajardo (2015) afirma:

Si bien más de la mitad de los adolescentes termina sus estudios secundarios, hay situaciones que complican las posibilidades de continuidad educativa. Nosotros tenemos que concentrarnos en el importante sector que continúa en los márgenes, sin oportunidades de acceder o de completar trayectorias satisfactorias en la educación superior.” (http://www.siteal.org/sites/default/files/siteal_dialogo_pedro_henriquez_guajardo.pdf )

Pero esa no es la única problemática en la región. La necesaria integración o por lo menos convergencia de agendas en educación superior difícilmente puede plantearse acercamiento en mecanismos de trabajo académicos e investigativos expeditos, cuando aún –en el modelo de universidad basada en la docencia- muy poco hemos logrado avanzar en materia de validación de títulos que facilite la movilidad de estudiantes, profesores e investigadores. Al respecto el propio Henríquez Guajardo (2015) anuncia que

UNESCO y países de América Latina y el Caribe crearán un grupo de trabajo para modernizar y generar nuevas normas que faciliten el reconocimiento de estudios, títulos y diplomas de educación superior en la región .El Grupo o Comité tendrá hasta el año 2018 para presentar su propuesta de revisión de la actual Convención Regional sobre Reconocimiento de Estudios, Títulos y Diplomas de Educación Superior en América Latina y el Caribe aprobada en 1974. ( http://www.siteal.org/sites/default/files/siteal_dialogo_pedro_henriquez_guajardo.pdf )

Vista la evolución de la matrícula y la inversión pública –como lo demuestran las dos tablas presentadas por Henríquez Guajardo- este no es un tema menor, sino de especial relevancia en la construcción de políticas educativas, especialmente del sector universitario, en marcos de integración regional y subregional como MERCOSUR, el ALBA, la CELAC, UNASUR, entre otros.

Inversión pública en educación universitaria, acreditación de carreras, reconocimiento de títulos son temas que suelen emerger asociados a expectativas de investigación universitaria y a cuestionamientos o defensa sobre ella.

4. La investigación y la ciencia en la disputa entre dominación/liberación

La brecha existente entre el conocimiento de vanguardia que maneja las grandes potencias mundiales y sus centros de investigación, respecto al trabajo que se realiza en los países de la periferia es a mi juicio de por lo menos un par de décadas. Esto independientemente de que algunos de los investigadores de los centros de investigación de los países de la periferia capitalista, aparezcan como co-participantes o integrantes de los equipos de investigación que circulan en los papers y revistas especializadas. Todos sabemos que cuando ese saber aparece en esos espacios es porque ya ha sido patentado o asumido como tecnología inmersa en el capital de algunas de las grandes industrias y que lo que emerge al público es el inicio de su uso en los procesos de producción de mercancías para las masas. Como lo he venido señalando el denominado conocimiento de punta que se maneja en las universidades es solo el conocimiento liberado para consumo masivo por parte del centro, en el proceso de formación de la mano de obra que requiere el modelo de producción capitalista del siglo XXI desde la periferia.

Es cada más evidente la relación entre investigación y modo de producción capitalista. Este segundo componente suele enmarcarse en lo que se denomina D (Desarrollo). El resultado de la I+D pasa a formar parte del núcleo de capital en el proceso de producción capitalista bajo el formato de tecnología y/o innovación.

En el Unesco Science Report: Towards 2030 [x] (USRT2030, 2016) respecto a los hechos y cifras del gasto en I+D se señala que el “gasto bruto mundial en investigación y desarrollo (ERGE) ascendió a 1,48 billón PPP (paridad de poder adquisitivo) de dólares en el año 2013”, precisando que el

ERGE Mundial creció más rápido (30,5%) que la economía global (20,1%) entre 2007 y 2013. Esto fue en gran parte debido a que el sector privado en los países más ricos mantuvo o aumentó su nivel de gasto en I + D durante este período, ello a pesar de que el compromiso público de I + D se redujo en muchos de estos países en el contexto de los presupuestos de austeridad

Para el USRT2030 las “economías de altos ingresos continúan generando la mayor parte del gasto global en I + D: el 69,3% en 2013, frente al 79,7% en 2007. Un dato importante es que “EE.UU. con 28,1% de la ERGE mundial, todavía gasta más que cualquier otro país. Por su parte “China aumentó del 10,2% en 2007 a 19,6% en 2013, constituyendo el 84,6% de su gasto el dedicado a desarrollo experimental (2013), en comparación con 64,3% en los EE.UU. (2012). Una perspectiva de centro/periferia capitalista permite entender claramente el por qué “la participación de todas las economías de bajos o medianos ingresos distintos de China encuestados (135 países) muestran sólo una variación la ERGE mundial equivalente entre 2007 al 10,1% y 2013 del 11,1%”(USRT2030, 2016) . Más aún “los cinco países con mayor gasto en I+D son (en miles de millones de PPP $ corriente) son: los EE.UU. (PPP $ 454 mil millones), China (PPP $ 337 mil millones), Japón (PPP $ 160 mil millones), Alemania (PPP $ 101 mil millones) y la República de Corea (PPP $ 69 mil millones). Por su parte “Suiza tiene el más alto ERGE per cápita: PPP $ 1 657 dólares corrientes de PPP, seguido por Singapur (PPP $ 1 537), Suecia (PPP $ 1 479), los EE.UU. (PPP $ 1 429) e Israel (PPP $ 1 427)” (USRT2030, 2016).

Seguiremos trabajando este informe en los próximos artículos y en la versión final del texto que nos hemos propuesto construir, pero en este momento nos interesa ilustrar la relación de la investigación en el sostenimiento del modelo de dominación capitalista del centro a la periferia. Evidentemente un deprimido sistema de investigación, fundamentado en modelos de investigación soportados desde universidades construidas y que hacen de la docencia su actividad central, lejos de romper con esta lógica, la perpetúa. Una universidad y sus académicos pueden hablar mucho de independencia nacional del conocimiento, de ruptura de la dependencia, de propuestas revolucionarias de ruptura con la lógica del gran capital, pero estas no pasarán de ser simple declaraciones panfletarias sino desarrollamos un modelo que no sólo permita romper con la brecha del conocimiento realmente de vanguardia, sino superarlo pero desde una lógica de ecología social y no de mercado. Por ello, los datos de inversión en investigación científica, con datos relevantes de inversión por parte de los países más poderosos, la mayoría de ellos miembros del G8 o del G7+20 lo que hace es colocar de relieve el necesario debate sobre investigación y proyectos emancipatorios, en las universidades de América Latina y el Caribe y entre los académicos progresistas de la región.

5. Apertura y cierre de carreras

En ese marco ontológico, epistemológico y paradigmático la rutina de la creación de carreras, propia de manuales, procedimientos y teoría referenciales del pasado sigue sin cesar su movimiento mecánico. Alguna palabra nueva se incorpora, un nuevo requisito jurídico se añade y nuevos actores firman las autorizaciones, pero todo ello no logra romper con la lógica conceptual y operativa generada hace décadas.

Los determinantes más importantes a la hora de crear una carrera o programa de formación profesional parecieran ser:

(a) Un área laboral nueva o que los datos estadísticos señalan que se requiere mayor número de profesionales universitarios o técnicos superiores

(b) Un área laboral que se proyecta crear por parte del Estado, ya sea en el sector público o en el privado

(c) Una asimilación de tendencias internacionales en la formación

(d) La presión social que empalma con modelos políticos populistas

(e) La demanda social sin contrapeso en la planificación estratégica

Los requisitos son comparables regionales y mundiales y, ahora tienden a ser indexados mediante agencias nacionales de acreditación con protocolos que se mueven hacia la internacionalización. A pesar de ello la Convención Regional de reconocimiento de títulos impulsada por el IESALC UNESCO no ha logrado avanzar desde 1974, no permitiendo aún avanzar en modelos de integración investigativa regional.

En este sentido Claudio Rama (2004) en “Autores varios (2004). La evaluación y la acreditación en la educación superior en América Latina y el Caribe” plantea

 

“Los nuevos organismos de acreditación y evaluación, responden tanto a una realidad local como internacional, en tanto se está pasando de un modelo binario público y privado nacional, hacia un sistema trinario donde se incorpora ahora el sector educacional internacional. La educación “off shore”, virtual, franquiciada o internacional, son expresiones de una nueva educación de carácter internacional, que está significando la aparición de nuevos proveedores educacionales en la región que requieren, desde la perspectiva de los Estados nacionales, el establecimiento de regulaciones y controles ” (p.284)

Los protocolos de creación de carreras suelen tener fecha de expedición –es decir desde cuanto se otorga la autorización para que una universidad desarrolle esta carrera o programa de formación- pero no acostumbran tener fecha de expiración –es decir cuando debe ser cerrada la carrera o programa de formación- como parte de las rutinas administrativas vinculadas.

Esta epistemología se fundamenta en un concepto de universidad de élites, es decir una universidad que ofrece una carrera o un programa de formación para un reducido número de estudiantes, cuya progresión matemática de egresos permite mantener el mercado laboral sin sobresaturarlo. Es decir, se crea la carrera de medicina, ingeniería, trabajo social o veterinaria –como ejemplos- con pocas secciones iniciales que se van reduciendo su número por deserción (exclusión forzada) en el curso de los estudios, terminando egresando un pequeño número de profesionales. En ese modelo, pareciera que las carreras no tienen otra causa de cierre o expiración que la obsolescencia de sus contenidos.

Buena parte de las reformas universitarias que hemos conocidas estaban atrapadas en esta epistemología colonial que perpetuaba la dominación, limitándose a plantear la revisión de los contenidos o pensum de estudios de las carreras como una “revolucionaria posición”. Lo verdaderamente revolucionario en el presente, más allá de avanzar en la inclusión, reside en abandonar el modelo clientelar de matrícula para élites, ello pasa por configurar un nuevo modelo de carreras y programas de formación, aprendizajes y procesos de enseñanza, entre otros temas que abordaremos con amplitud en otro texto de la serie.

En modelo de ampliación significativa de la matricula o de masificación de la educación universitaria como ha ocurrido en Venezuela, independientemente del modelo político que lo guíe, es incompatible con el proceso de apertura, acreditación y mantenimiento de carreras sin fecha de expiración. En términos de la lógica capitalista un modelo de egresados en número significativo sin parar, causaría una sobresaturación del mercado laboral, precarizando las condiciones de trabajo y salariales de la profesión y produciría un número importante de egresados sin posibilidades de desarrollo profesional y laboral. En contextos de gobiernos progresistas, nacionalistas y revolucionarios que se planteen la inclusión de la educación universitaria para todo aquel que quiera seguir los estudios terciarios, mantener este modelo de carreras sin fechas de expiración podría generar otra forma de exclusión, precisamente del empleo y el desarrollo profesional.

Es urgente entonces, pensar en un sistema novedoso de apertura, acreditación, seguimiento y cierre de las carreras universitarias que contemple fechas de inicio y cierre de estas carreras que se corresponda con:

(a) Los requerimientos del desarrollo nacional en los campos de las ciencias sociales, las ciencias naturales, el área del pensamiento matemático y las artes pero con cantidad, ubicación geográfica y temporalidad.

(b) El numero de egresados que se requieren y el punto de alarma respecto a la saturación profesional.

(c) Los ciudadanos habilitados para estudiar en cada contexto geográfico concreto

(d) Los campos emergentes del conocimiento

(e) Las expectativas de aprendizaje de los jóvenes

(f) Las tendencias del conocimiento y su impacto en la transformación social

(g) El aprendizaje significativo, por descubrimiento y

(h) La movilidad inter carreras. Ello implica un re direccionamiento de los intereses de los estudiantes que afecten lo menos posible su desarrolle y el impacto financiero presupuestario en la dinámicas institucionales.

Entonces encontraríamos universidades que abren por un lapso determinado X o Y carrera que se cierra cuando se alcance la meta de formación e investigación que justificó su creación y así en ciclos sucesivos. Ello implicaría la imagen nada fácil de digerir por parte de docentes acostumbrados al viejo modelo de universidad, de profesores universitarios que trabajarían en su ejercicio profesional en tres cuatro y hasta cinco carreras o programas de formación, lo cual implicaría un re pensar del proceso de formación permanente del profesor universitario.

Romper la lógica de la oferta liberal académica y la anarquía neoliberal de la competencia demanda una nueva epísteme relacional a la hora de aperturar, mantener y cerrar carreras. Esto es más fácil decirlo que hacerlo porque presenta algunos problemas prácticos como los siguientes:

(a) La cultura liberal de los estudiantes respecto a la oferta académica: hace un par de años un grupo de jóvenes radicales de izquierda me invitaron a dar una charla en su escuela de cuadros juveniles. Aunque no me lo dijeron imagine que querían que les hablare de áreas a transformar en la educación superior. Les expuse mi crítica al modelo liberal de la oferta académica y aún recuerdo la cara de un par de ellos, quienes se atrevieron a expresar lo que seguramente otros pensaban. Me dijeron profe o sea que si cumple lo que usted plantea la educación pública tendría un número limitado de plazas por carrera aunque tengamos garantizada nuestra oportunidad de cursar estudios universitarios? Profe eso va contra mi libertad. Y eran compañeritos socialistas que hablaban del Estado y la planificación; no quiero imaginarme lo que pensarían aquellos para quienes la perspectiva individualista la tienen asimilada como una especie de supermercado donde voy y tomo un producto para consumir que me guste, no importa su utilidad, costo o impacto en la salud. Quiero subrayar con esto que ello implicaría una campaña de explicación sobre las enormes posibilidades que se abrirían para su inserción en el campo laboral y en el desarrollo profesional con un modelo de este tipo. En un artículo por separado profundizaremos sobre el particular

(b) El desarrollo de la carrera del docente universitario y su perfil profesional: la lógica disciplinar y de materias sobre la cual se ha estructurado el ingreso y la permanencia en la carrera plantea que Luis, docente de investigación I en el programa o carrera de formación docente –como ejemplo- se visualiza a si mismo jubilado como docente después de haber facilitado durante 20, 25 o 30 años dicha materia. Más aún el modelo lineal de desarrollo profesional está pensado en la estrecha relación de los postgrados e investigaciones con su título de pregrado. Muchos dirían que Luis es un profesional coherente y muy pertinente al modelo universitario si –siguiendo con el ejemplo- si su titulo de pregrado es de Pedagogo, sus dos especializaciones nacionales son en evaluación y diseño curricular y una internacional en formulación de proyectos, además si cuenta con una maestría en gerencia educativa, un doctorado en Ciencias Pedagógicas y un post doctorado en calidad educativa. Muy por el contrario, una universidad que abra un programa de economía por 5 años y lo cierra para abrir otro de gestión ambiental por siete años, para cerrarlo y abrir en lapsos similares programas de enfermería y desarrollo urbano tendría que contar con un docente economista (pregrado) con especializaciones, una en ecología y otra en manejo de desechos sólidos, una maestría en gerencia en salud y tal vez un doctorado en impacto económico de los modelos de desarrollo urbano. Es decir, un desarrollo profesional más contingente vinculado a los programas que apertura y cierra la universidad a la cual pertenece. La otra posibilidad sería la de un docente investigador que rota por distintas universidades en la medida que estas desarrollan carreras o programas de formación vinculados a su campo de trabajo disciplinar. Esto implica un enfoque más dinámico de la carrera y el ejercicio profesional que implicaría una ruptura epistémica y de carácter laboral. Sobre esto también volveremos en detalle en un artículo en las próximas semanas.

(c) La determinación y construcción de mecanismos expeditos para la determinación de necesidades, requerimientos y oportunidades de formación universitaria. Hace un par de años, desde el equipo de la Red Global/Glocal por la calidad educativa hicimos una revisión de la visión y misión de más de 100 universidades de la región pertenecientes a varios países. Casi la totalidad planteaban, de manera diversa pero convergente, que uno de los propósitos fundamentales de su institución era contribuir a la solución de problemas del país aportando soluciones. Tomamos la decisión de llamar a diez de ellas y preguntar por el inventario de problemas nacionales que habían hecho –algunas con décadas de funcionamiento- y nuestra sorpresa es que la respuesta más o menos común, era la que nos interrogaba respecto a que problema nos interesaba a ver si ellos buscaban en su base de datos e identificaban si algún investigador de la universidad lo estaba abordando. Es decir, a pesar de lo declarado en sus visiones y misiones institucionales las instituciones consultadas no contaban con un banco de problemas o un inventario de problemas a estudiar qué orientara su acción.

Y esto tiene mucho que ver con mi artículo anterior: La Universidad Latinoamericana ¡tiene falla de origen? (http://otrasvoceseneducacion.org/?s=universidades+falla+de+origen&submit=Buscar ) debido a que nuestra universidad es una institución pensada desde, en y para la docencia, aunque haya construido un mito de la investigación como su actividad central. Planificar la apertura, seguimiento y cierre de carreras implica el diseño y puesta en marcha de poderoso y eficiente sistema de planificación universitaria, capaz de contar con un banco de problemas claramente identificados y delimitados espacial y temporalmente, con un inventario de potencialidades y limitaciones respecto a la capacidad investigativa instalada, que posibilite la orientación para que los decisores establezcan las rutas de diseño, apertura, seguimiento y cierre de carreras en los territorios y por tiempos determinados.

Si una universidad no tiene claramente identificados los problemas a trabajar desde la teoría y la praxis de sus distintas carreras o programas de formación, difícilmente podrá construir repertorios de soluciones que aporten a la construcción de un proyecto de país independiente y soberano en todos los planos.

(d) El tamaño de la universidad y su radio de influencia. En futuros artículos me referiré ampliamente a este tema. En este momento sólo preciso que desde mi punto de vista, las universidades nacionales con extensiones en distintos lugares del territorio ya no tienen razón de ser pues responder a un modelo latifundista, ni siquiera capitalista, de sus concepciones y dinámicas de trabajo. La universidad del futuro pareciera ser una universidad pequeña, con gran flexibilidad institucional para abrir y cerrar carreras, con muy buena articulación comunitaria y con procesos de investigación asociados a problemas concretos del lugar y el país. El modelo paquidérmico de universidades nacionales no le resulta útil ni a propuestas de desarrollo capitalista ni socialista, pero sobre este tema volveré en otro artículo especialmente dedicado a ello.

Son temas y temáticas para el debate de cara a la celebración de los 100 años del Grito de Córdoba en el año 2018. Repensemos esa otra universidad posible para un mundo más justo y solidario.

Lista de referencias

Aboites, Hugo (2012). La medida de una nación: los primeros años de la evaluación en México. Historia de Poder y resistencia (1982-2012) Ediciones Clacso México Buenos Aires. Disponible en internet en: http://bidi.xoc.uam.mx/tabla_contenido_libro.php?id_libro=407

Autores varios (2008). Tendencias de la Educación Superior en América Latina y el Caribe. Ediciones IESALC. Caracas Venezuela. Disponible en internet en: http://www.iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=2&Itemid=408

Autores varios (2004). La evaluación y la acreditación en la educación superior en América Latina y el Caribe. Ediciones Iesalc Caracas. Disponible en file:///C:/Users/Windows%207/Downloads/EvalyAcredALC.pdf

Diálogo del SITEAL: Entrevista a Pedro Henríquez Guajardo. Disponible enhttp://www.siteal.org/sites/default/files/siteal_dialogo_pedro_henriquez_guajardo.pdf

García Guadilla, carme (2010). Educación Superior Comparada. El protagonismo de la internacionalización. Ediciones IESALC CENDES. bid & co. Editor. Caracas Venezuela.

Parra, Gabriel (2006). Educación, Reforma y Sociedad del conocimiento. Colección la Universidad se Reforma V. Ediciones conjuntas IESALC ORUS UCV UNESR. Disponible en internet en: http://www.iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_fabrik&view=details&formid=2&rowid=24&lang=es

Prensky, Marc (2001). Nativos Digitales, Inmigrantes Digitales. En On the Horizon (MCB University Press, Vol. 9 No. 6, December 2001. Disponible en http://recursos.aprenderapensar.net/files/2009/04/nativos-digitales-parte1.pdf

Rafael de Hoyos, Halsey Rogers, Miguel Székely (2016) Los Nini en América Latina. 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades. Ediciones del Grupo del Banco Mundial. Disponible en https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/22349/K8423.pdf?sequence=5&isAllowed=y

Sousa Santos, Boaventura de (2008). La Universidad del Siglo XXI: para una reforma democrática y Emancipadora de la Universidad. Ediciones CIM. Caracas. Venezuela

UNESCO (2016). Unesco Science Report: Toward 2030. Editions Unesco Publishing. Paris Francia. Disponible enhttp://unesdoc.unesco.org/images/0023/002354/235406e.pdf


 Este articulo forma parte del borrador del libro que estoy escribiendo “La Universidad a 100 años del grito de Córdoba”, el cual aspiro presentar en Enero de 2018. La idea de ir publicando fragmentos y borradores es el de intercambiar opiniones y debatir con mis lectores de tal manera que el texto sea en buena medida el resultado de una construcción colectiva

 

 Luis Bonilla-Molina es Doctor en Ciencias Pedagógicas. Coordinador del portal educativo http://otrasvoceseneducacion.org

[iv] Término acuñado por Marc Prensky (1946- ) en su libro Inmigrantes Digitales (2001) se refiere a los habitantes actuales del planeta nacidos antes de 1980. Ver en internet http://recursos.aprenderapensar.net/files/2009/04/nativos-digitales-parte1.pdf

[v] Marc Prensky se refiere con este término a los nacidos desde 1980 hasta el presente, a quienes les correspondió crecer en la era de la tecnología (tv a color, nintendo, internet, celular, redes sociales, video juegos de última generación)

[vi] Hoyos, Rogers y Székely (2016) precisan que mientras los países latinoamericanos de habla hispana se refieren a ellos como “ninis”, los brasileños aplican el término en portugués “nem-nem”: “nem estuda, nem trabalha”; en Europa es común utilizar el término “NEETs” para identificar a los jóvenes que no estudian, no trabajan y no están recibiendo capacitación para el trabajo.

[vii] Zapping se refiere a la práctica cotidiana de saltar programaciones televisivas de manera rápida y frecuente

[viii] Uno de los académicos más importantes de Venezuela, profesor jubilado de la UCV es autor de numerosas publicaciones y un conferencista estelar. Vladimir es un académico de izquierdas en el sentido clásico de la palabra.

[ix] José Antonio Quinteiro es un joven profesional –aunque inmigrante digital- funcionario de un organismo internacional y estudioso permanente de la dinámica universitaria.

[x] Hemos hecho una traducción no oficial del ingles al español de los datos e informaciones del Unesco Science Report Towards 2030. Por ello, no colocamos la página pero en la lista de referencias anexamos el enlace web de la versión digital completa del informe en ingles para los interesados en corroborar la información o ampliar.

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México: Amparan a joven para que estudie en universidad privada

México / excelsior.com /3 de Agosto de 2016.

Tras negarle la inscripción al siguiente cuatrimestre, un juez federal de Chiapas demandó a la institución garantizar su acceso a la educación

Un juez federal de Chiapas amparó a una estudiante de la licenciatura de Trabajo Social contra las autoridades de una universidad privada de ese estado, ya que le impidieron continuar con sus estudios vulnerando su derecho humano a la educación, por el retraso en el pago de dos mensualidades.

Tomando como base la perspectiva de género, así como en tratados internacionales y en jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en materia de derecho a la educación, el juzgador resolvió el amparo 902/2016, ya que la quejosa además de pertenecer a un grupo vulnerable, ser ama de casa, madre de tres hijos y sin ingresos propios, se desempeñó como estudiante de excelencia académica de centro de estudios.

La educación superior, conforme al artículo 10 de la Ley General de Educación, puede catalogarse como un servicio público. No obstante que sean los particulares los que brinden dicho servicio,  Las instituciones privadas forman parte del Sistema Educativo Nacional”, sentenció el juez.

Además, en su resolutivo el impartidor de justicia planteó que al contar con reconocimiento de validez oficial de estudios, la universidad ejerce una atribución concedida por el Estado, por lo que al impedir a la estudiante realizar la inscripción al cuarto y quinto cuatrimestre de la licenciatura de Trabajo Socialejerció actos equivalentes a los de autoridad.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/08/02/1108557

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Higher Education in Africa: Who is Going to Pay?

Africa/31 de Julio de 2016/Autor: /Fuente: All Africa

RESUMEN: Los últimos 18 meses han sido turbulentos para muchas universidades de todo el continente africano. De Ciudad del Cabo a Ibadan a Nairobi, los campus se han convertido en sitios de protesta y debate acerca de las tarifas, la igualdad de acceso a la educación, el carácter colonial de los planes de estudios, la desigualdad social, y muchos otros temas. El centro de atención ha sido la cuestión de cómo hacer la educación accesible a millones de jóvenes estudiantes, en un continente con el más rápido crecimiento de la población juvenil en el mundo. Al mismo tiempo, las universidades e institutos de investigación de África tienen el mandato de producir una investigación independiente, socialmente relevante dentro de un sector de la educación superior en forma global cada vez más por la privatización, la competencia, la comercialización de la investigación académica y la inseguridad laboral. La cuestión de cómo garantizar el acceso de estudiantes a la educación e invertir en investigación, en un contexto de estancamiento económico, el aumento de los costos de vida, y la amenaza de recesión mundial, es una controvertida.

The past 18 months have been turbulent for many universities across the African continent. From Cape Town to Ibadan to Nairobi, campuses have become sites of protest and debate about fees, equal access to education, the colonial character of curriculums, social inequality, and many other issues.

Under the spotlight has been the question of how to make education accessible to millions of young students, in a continent with the fastest growing youth population in the world. At the same time, Africa’s universities and research institutes are mandated to produce independent, socially relevant research within a global higher education sector increasingly shaped by privatisation, competition, the commercialisation of research and academic job insecurity. The question of how to ensure student access to education and invest in research, against a backdrop of economic stagnation, rising living costs, and the threat of global recession, is a vexed one.

Today, SciDev.Net is holding an online debate to discuss these issues with academics, students and education specialists from across Africa and its diaspora. In this feature, we set out some of the main issues and what to do about them.

What are the challenges?

Universities face myriad funding problems. In a continent of 54 countries, with different economic policies, political structures and histories, it’s obviously problematic to generalise. But there are some features more widely found.

Often, the histories of universities have loosely mirrored those of the state: the university as site of anticolonial struggle; the idealism and intellectual exuberance of the post-independence years; the growing poverty and damage of 1970s and 1980s structural adjustment policies; and the lingering effect of underinvestment and neglect.

Many universities are still reeling from the effects of the policies imposed by the World Bank and International Monetary Fund from the 1970s in return for loans. These institutions framed Africa’s universities not as the backbone of development, but as a misuse of resources. [1] Money for education was channelled away from universities and into primary and secondary schools. «To this day, many countries have not been able to recover from that onslaught on African higher education,» wrote Ann Therese Ndong-Jatta in 2002, when she was Gambia’s education minister. [1]

Underinvestment in infrastructure, staff salaries that have failed to keep pace with inflation and living costs, and inadequate research funding have poleaxed many universities. Universities that were once beacons of intellectual vigour and research excellence are struggling. Faced with economic stagnation and poor tax revenues, many governments claim their tax base is too small to prop up a free higher education system, while their critics argue that corruption and bulging public sector salaries must be rapidly reined in and the money raised directed towards education.

All this means that in many places, the dream of free higher education is fading fast. Rather than improving accessibility, education is instead growing increasingly elitist.

Students in the firing line

For students, the situation can be dire. In South Africa, the average annual cost of fees and board exceeds the average household income. While the poorest students are supposed to get government assistance, «there are a group of people caught in between» who neither qualify for assistance nor can afford to pay fees, explains Lesley Le Grange, higher education professor at Stellenbosch University. This means universities not only perpetuate, but also actively widen South Africa’s social inequalities, say both Le Grange and Kealeboga Mase Ramaru of campaigning organisation Equal Education.

For those students who do get in, university can involve a struggle to balance studying with paying the bills. Underinvestment in labs, teaching and basic infrastructure also undermines learning. Poor salaries among staff mean strikes are frequent in many African countries, which can extend the time it takes to complete a degree by years. And then many graduates who can afford to leave do so, worsening Africa’s infamous ‘brain drain’ problem.

Things can be particularly acute for female students. In many countries, female students find it harder than men to gain access to university, or can encounter serious issues once there, from teaching methods that favour men, to sexism, discrimination and rape.

Staff struggles

For staff, academic careers are increasingly becoming the preserve of those who can afford them. Salaries can fail to match rising living costs. Many in the state tertiary sector now top up low salaries with consultancy fees or jobs at the many private colleges proliferating in countries such as Uganda.

Academics often find themselves struggling to meet the demands of unreasonable teaching loads, including vast undergraduate classes, unwieldy responsibilities for PhD supervision and enormous amounts of administration. This can harm research, says Goolam Mohamedbhai, former secretary-general of the Association of African Universities.

Impact on research

Heavy work burdens and underinvestment in research also starves many African countries of the knowledge they need to meet certain twenty-first century challenges.

On paper, the continent’s 54 countries have noble research goals. Spurred on by the African Union, many governments have said they intend to spend one per cent of GDP (gross domestic product) on research, as laid out in the Lagos Plan of 1980 and reaffirmed in the Science, technology and innovation strategy for Africa. This ambitious strategy aims to put science «at the epicentre of Africa’s socio-economic development».

But few countries look close to meeting this target, and the strategy has been criticised for failing to match rhetoric with action or to commit governments to spending targets. Furthermore, funding and research policy experts decry the lack of efficiency in grant management systems – one they say hampers science across the continent.

Clearly something has to change if African countries are to fund the kind of research they need. The Ebola crisis in West Africa is just one example of a poor research landscape preventing local researchers from taking the lead on vaccine research or the public health response.

Education is also considered a buffer against extremism – both because it can bring jobs and because it opens students to the value of cultural diversity and bridges divides in an increasingly fractured world, and a continent plagued by militant groups from Boko Haram in Nigeria and Chad to Al-Shabaab in Kenya and Somalia.

Other challenges include the growing pressure neoliberalism places on universities. Universities are increasingly expected to compete with each other for students, monetise research and audit research outputs, within a highly competitive, global higher education sector. The growing power of league tables to compare and rate universities, not just on research but also on other assessments such as ‘student experience’, adds to the pressure.

What are the solutions?

Many of those in government and university management claim that introducing fees is now the best way to fund universities. But others argue that fees will always be inadequate and that a diversified funding structure is required.

Beyond fees, there are many examples of universities cutting costs while ensuring quality research. Collaboration is one option. In Ghana, the Kwame Nkrumah University of Science and Technology has opened a US$6.5 million ‘superlab’ that is available for use by students across West Africa. The idea is to reduce costs by sharing equipment.

Cross-disciplinarity is another route. This aims to bring together different disciplines and sectors to tackle the complex, intertwined challenges of modern life. But it can have economic benefits too. Rather than duplicating research in different labs and departments, academics can pool resources and streamline research.

Another route includes South-South partnerships, or North-South partnerships. The latter have underpinned scientific research in Africa for decades. But here again the charge of postcolonial legacies and unequal power balances are hard to shake off. African researchers complain of being treated as secondary partners, the poor cousins to the wealthy research institutes of the North. Others complain Africa is seen as a ‘petri dish’ where Northern scientists test out new ideas.

These criticisms also extend to the many aid programmes focused on higher education partnerships. Many are of value, from the British Council’s long history of investing in education, to the new SPHEIR programme launched by the UK Department for International Development and partners. But these also need interrogation. What model of higher education are rich nations exporting? Where does power reside and who designs courses and management structures? How are privatised models for education reshaping universities across the world?

Centres of excellence

Academics across Africa and its diaspora often advocate turning certain institutions into centres of excellence for particular science and innovation subjects, rather than spreading resources thinly across many universities. For example, Calestous Juma debates the merits of innovation universities, a new kind of institute that combines research, teaching, community service and commercialisation.

Digital futures

Digital technology also offers rich opportunities for delivering better education at a fraction of the cost of conventional teaching. The internet and mobile tech can link academics, students and staff as never before, building pan-African networks, while also bringing education to those in volatile or war-torn regions. One example is online training programmes for Somali medics. Digital tech enables MOOCs (massive open online courses), distance learning and blended courses that combine classroom and online learning. Tunisian digital education expert Houda Bouslama describes this as a powerful force for change in Tunisia: through information and communications technologies, universities can support far more students, far more cheaply.

Growing university-industry links

The call for closer links between industry and universities is getting louder. Higher education specialist Beatrice Muganda argues that universities need to position themselves far more clearly as part and parcel of the societies they supposedly serve, and to nurture research landscapes where innovations can thrive and reap dividends for universities. Ghanaian-British politician Paul Boateng says that intellectual property systems must drastically improve if African countries are ever to become knowledge economies – a view echoed by Nigerian intellectual property specialist Umar Bindir among others.

There is also a growing call for universities to team up with local innovation sectors, such as the tech hubs flourishing in towns and cities across the continent. Technology businesswoman Mariéme Jamme has long campaigned for better regulatory frameworks and government investment to help pioneering African technologists and coders turn creative projects into viable, sustainable businesses.

Many also call for closer links between African universities and big business. Mauritian President Ameenah Gurib-Fakim argues that African universities must work more closely with industry – whether local businesses or multinationals – and that this should include industry directly funding courses.

This obviously poses a risk. Industry-sponsored PhDs for specific research outcomes are one thing, but what happens when industry funds an institute: what might the compromises be then? UCT engineering student, activist and writer Brian Kamanzi says «one of the hugest battles that we have is to protect our public institutions from interference» from industry, particularly when so many businesses in South Africa, as in other African countries, are foreign owned or controlled.

Meanwhile many other avenues for funding higher education in Africa are opening up – not least the growth of Chinese investment in the continent’s universities.

Taxing the wealthy

The small tax base of many African countries is often held up as a reason why governments can’t invest enough in education and in other services. «Someone has to pay,» says Le Grange. «But we have a responsibility to students who are unable to afford higher education, but have the ability to study and perform.» One route to bridging the impasse is a wealth tax, he says. «I think a lot of people would agree to that as long as that money is ring-fenced and channelled to higher education, because people are concerned about corruption within the government.»

Others suggest a graduate tax could be the best way forward, while still others say the tax base is already overburdened, and that the focus instead should be on higher corporation tax, reining in corruption and reducing the salaries of senior ministers.

The future

Worldwide, the higher education sector is undergoing radical change. Globalisation and privatisation are reshaping universities, while mechanisation and the internet are altering industry and employment in ways that we are only just beginning to grasp. While access to university in Africa and across the world remains beset by challenges, having a degree no longer guarantees work.

In a continent where over 200 million people are under 24 years old, wider changes are needed to provide jobs. Shaking up how universities are funded, and laying the foundations for a more robust public and higher education funding landscape, are good steps to making universities accessible and sustainable. But there are enormous challenges ahead.

These need scrutiny and debate – something we hope today’s online discussion, from 1-3pm BST (GMT+1) will provide. Do join us.

References

[1] Joel Samoff and Bidemi Carrol Conditions, coalitions, and influence: the World Bank and higher education in Africa (Annual Conference of the Comparative and International Education Society Salt Lake City, 7 February 2004)

Fuente: http://allafrica.com/stories/201607300146.html

Fuente de la imagen: http://blogs.elpais.com/africa-no-es-un-pais/2013/08/volver.html

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India’s New Education Policy: What Are The Priorities?

Asia/India/31 de Julio de 2016/Autor: Padmapriya Govindarajan/Fuente: The Diplomat

RESUMEN: De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo de Recursos Humanos informe (de MHRD) de entrada, el proyecto de la nueva política de Educación  tendrá como objetivo hacer frente a siete áreas de preocupación con respecto al sector de la educación de la India – el acceso y la  participación, la calidad, la equidad, la eficiencia del sistema, la gobernabilidad y la gestión, la investigación y el desarrollo y compromiso financiero para el desarrollo de la educación. Los mismos serán tratados mediante intervenciones de política en términos generales en la educación preescolar y la adolescencia, el desarrollo curricular y la reforma de los exámenes, el profesor y la formación del profesorado, la alfabetización de toda la vida, la educación superior y el aprendizaje a distancia.

According to the Ministry of Human Resource Development’s (MHRD’s) Input report, the draft of the New Education Policy (which is in the pipeline as discussed earlier) will aim to address seven key areas of concern with respect to the Indian education sector – access and participation, quality, equity, system efficiency, governance and management, research and development and financial commitment to education development. These will be addressed through policy interventions broadly into preschool and adolescent education, curriculum development and examination reform, teacher and faculty training, lifelong literacy, higher education and long distance learning. Here is a quick glance at the direction of reform in some of the identified areas of concern:

Access, Participation and Equity

The main issue in this realm can be characterized as very slow progress in reducing the number of non-literate people and a need to expand access to more early childhood education. States will be encouraged to ensure that the Right to Education Act is extended well enough to cover secondary education. Beyond this, expansion of open schooling facilities has been suggested in order to help drop-outs and working children who cannot find the space to attend formal schooling.

A National Fellowship Fund to support fees, material and living expenses for 1,000,000 students will be created to cater to economically weaker sections, with separate national talent scholarships in all subject areas for meritorious students. Linkages and mentorship systems between schools are also being developed. Further, an autonomous body to oversee Open and Distance Learning (ODL) as well as Massive Open Online Courses (MOOCs) will be set up to boost better access and participation and also be in charge of maintaining quality standards in this realm.

Under the aim of equity, curriculum reform is being undertaken with broad goals of ‘social cohesion, religious amity and national’ integration and will include teaching students their fundamental rights and duties in order to be responsible citizens. The curriculum will specifically cover issues of social justice (like gender, social, cultural and regional disparities) and their means of redressal but with an express emphasis also on ‘unity in diversity.’ The input draft also opens up the possibility of ‘alternate’ schools which offer interventions for particularly deprived children, like those migrating or under difficult circumstances.

Multilingual education will be offered at several levels to aid tribal students who lack familiarity in the regional language/language instruction. Current central funding will be augmented to identify and support students with special learning needs. This will be supported by dedicated research and development to strengthen disability studies in higher education and social and research audits of disability access.

Quality and System Efficiency

The aim here is to ensure that learning levels match expected learning levels and tackle deficiencies of educators, curriculum and pedagogy. At the preschool level this will involve priority programs for children in the age group of four to five years alongside the Ministry of Women and Child Development and training of cadres of pre-primary teachers at the State Government level. While a common national curriculum will be developed in science, mathematics and English, in other subjects there will be a partially common curriculum with the rest developed by individual states. More emphasis will be placed on practical components within science subjects from grade six upwards.

Concentrated efforts are being suggested to make Information and Communication Technologies (ICTs) an important part of the education cycle – from teaching methods, to record maintenance to monitoring and review mechanisms geared towards both teachers and students.

Teachers at all levels of school education will be given a thorough module covering child rights and the stipulations in place as well as what constitutes a violation as part of their training programs. This will be supplemented by self-learning online programs for students and parents on similar themes. Uniform norms for better learning outcomes will be applied to private and government schools alike. Beyond the upper primary stage, the current policy of ‘no-detention’ (not detaining students in a grade if they have not acquired adequate marks to advance) will be removed and instead be replaced with a policy of identifying weaker students and providing remedial instructions.

Academic aptitude tests and helplines with professional counselors have been floated with the idea of targeting students with special needs but also the larger student body in order to help identify areas of interest and potential. Procedural blocks that stand in the way of students migrating from one school to another will be done away with to ease mobility between schools.

The entire 43-page report has been made available for public comments until the end of the month. A separate section has been allocated to the issue of ‘Language and Culture in Education’ in addition to the identified areas of concern. This includes placing emphasis on both regional language as well as English, no matter what the school’s medium of instruction is. In addition to this however special importance has been accorded to the teaching of Sanskrit in schools and expansion of facilities for the same. Culture education now includes ‘ethics education’ – broadly centered around lessons of equality, equity, liberty, justice and national integration.

The complete policy along with a framework for implementation is expected in the upcoming months. Although an input draft cannot be expected to fully explain how each intervention will be implemented, several points that seem to call for greater efforts or more extensive research do not actually tell the reader what these efforts may be or to what extent they are determined by the government at center or at the state level – cases in point would be the inputs concerning gender discrimination and better support for students with disabilities.

While the input draft is extensive in the areas it addresses, it does not go into specifics in a lot of them – leaving the public to wait for the complete policy in order to know what forms many of the relatively more vague interventions will take.

Fuente: http://thediplomat.com/2016/07/indias-new-education-policy-what-are-the-priorities/

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España: El Gobierno aprueba el Real Decreto por el que se regulan las evaluaciones finales de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato

Europa/España/31 de Julio de 2016/Fuente: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha aprobado hoy el Real Decreto por el que se regulan las evaluaciones finales de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato.

De esta manera, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte garantiza la seguridad jurídica y la igualdad de oportunidades en todo el territorio nacional de los estudiantes que a partir del curso que viene se examinen de los nuevos currículos establecidos en la LOMCE, tanto para la obtención del título de bachillerato como para el acceso a la universidad.

Según esto, y de acuerdo con lo establecido en la LOMCE, el Ministerio determinará el marco general de la prueba, las características, el diseño y los contenidos de las pruebas. Es decir, el marco común de las pruebas.

Los alumnos se examinarán de las materias troncales, dos materias opcionales y una materia de las específicas, a elección, en estos dos últimos casos, de los estudiantes.

El Real Decreto también regula el acceso desde la FP y resuelve situaciones transitorias para los estudiantes del actual sistema.

Serán las comisiones organizadas en las Comunidades Autónomas las encargadas de realizar -en su ámbito de gestión- las evaluaciones finales, siendo responsables de la aplicación material de las pruebas, incluyendo su elaboración, fijación de los tribunales, las fechas y lugares para su realización, reclamaciones, etc.

Las pruebas serán aplicadas por profesores del sistema público español y los equipos directivos y el profesorado de los centros participarán en su realización.

La nota final del examen se fijará con un 70% de la media de las asignaturas cursadas en el Bachillerato y un 30% de la evaluación de Educación Secundaria Obligatoria. En Bachillerato se fijará con un 60% de la media de las asignaturas cursadas en el Bachillerato y un 40% de la evaluación

Se fijan, además, las medidas para que el alumnado con necesidades educativas especiales pueda realizar la prueba, facilitando la accesibilidad de estas personas tanto al título como a los estudios universitarios.

Finalidad de la prueba

Las evaluaciones finales externas ofrecerán:

  • A profesores, alumnos y familias, la definición de las metas y de los objetivos comunes que se deben superar al final de cada etapa.
  • A las familias, información sobre el progreso de sus hijos en el sistema educativo.
  • A centros docentes y profesores, la detección de deficiencias de aprendizaje e información sobre el resultado del proceso enseñanza-aprendizaje y sobre la necesidad de atención individualizada de los alumnos. Los profesores se convierten en guías del alumnado que les sirven de apoyo frente a la evaluación final externa.
  • A centros docentes, profesores y Administraciones educativas, una herramienta más para abordar un cambio en la metodología de la enseñanza, que supere un modelo basado casi exclusivamente en la memorización y evolucione hacia un modelo que integre las competencias.
  • A los alumnos, motivación para permanecer en el sistema educativo y continuar sus estudios más allá de las etapas obligatorias, y premio a los buenos resultados, al esfuerzo y a la responsabilidad.
  • A los centros, la posibilidad de verificar el resultado del ejercicio de la autonomía que la ley les concede para configurar su oferta formativa y definir sus métodos pedagógicos.
  • A la sociedad, la garantía de que las titulaciones del sistema educativo responden a unas exigencias mínimas comunes a todo el territorio, equiparables a las establecidas a nivel internacional.

Comparativa internacional

En la mayor parte de los países de la OCDE y de la Unión Europea existe una prueba externa y estandarizada al finalizar las etapas educativas: Finlandia, Inglaterra, Francia, Alemania, Noruega, Estados Unidos, Portugal, etc.

En 24 de los 34 países de la OCDE que participaron en el estudio PISA 2009 existe una prueba externa y estandarizada: Finlandia, Noruega, Alemania, Japón, Países Bajos, Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Canadá, República Checa, Dinamarca, Estonia, Hungría, Islandia, Irlanda, Israel, Italia, Corea, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Polonia, República de Eslovaquía, Eslovenia y Turquía.

Dos de cada tres alumnos de los países más desarrollados del mundo se encuentran en sistemas educativos en los que se realizan este tipo de pruebas. La tendencia de países que emplea las pruebas externas y estandarizadas es al alza (informe de la OCDE “Education at a Glance” 2011).

En el cuadro comparativo (PDF), con datos de 2013, se observa cómo España es uno de los países de la OCDE que menor uso hace de los resultados de las evaluaciones estandarizadas para la mejora del sistema. El desarrollo de las evaluaciones externas en la LOMCE pretende subsanar este déficit.

Alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo

Las Administraciones educativas adoptarán las medidas oportunas para adaptar las condiciones de realización de las pruebas a las necesidades del alumnado que presente necesidades específicas de apoyo educativo.

En función de la necesidad, se podrán adoptar medidas tales como:

  • La adaptación de los tiempos.
  • La utilización de formatos especiales.
  • La puesta a disposición del alumnado de los medios materiales y humanos, y de los apoyos y de las ayudas técnicas que precise.

Evaluaciones finales para personas adultas

La evaluación final también se realizará en la educación de las personas adultas:

  • Educación Básica y Bachillerato.
  • Pruebas para la obtención directa de los títulos de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria y de Bachiller, que incluirán una prueba global de comprobación del grado de adquisición de las competencias relacionadas con cada una de las etapas, a modo de evaluación final.

Consultas realizadas

El proyecto de real decreto ha sido sometido a consulta de las entidades, asociaciones y organizaciones más representativas en el sector educativo, mediante los trámites de consultas al Consejo Escolar del Estado, a la Conferencia Sectorial de Educación, y a toda la comunidad educativa a través del trámite de información pública en la página web del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Dictamen del Consejo de Estado

El Consejo de Estado considera que la competencia estatal exclusiva sobre la «regulación de las condiciones de obtención, expedición y homologación de títulos académicos y profesionales» prevista en el artículo 149.1.30ª de la Constitución ofrece cobertura al anteproyecto, y acepta su aprobación por un Gobierno en funciones.

Fuente: http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/actualidad/2016/07/20160729-evalua.html

Fuente de la imagen: http://www.aulaplaneta.com/2015/05/26/noticias-sobre-educacion/evaluacion-de-tercero-de-primaria-examenes-modelo-y-pruebas-filtradas/

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