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La regla de las tres ‘ces’ para que padres y maestros detecten un caso de bullying

S. F/Madrid

Acoso escolar, «un enemigo silencioso» que hay que atajar en las primeras fases

Más de la cuarta parte de la población escolarizada sufre habitualmente bullying o acoso escolar. Este «enemigo silencioso», a pesar de las campañas institucionales y de su presencia en los medios de comunicación sobre todo cuando tiene fatales consecuencias, es uno de los más graves problemas sociales en España.

Así lo constató la mesa de expertos que configuró la nueva jornada de Educación al rescate, un proyecto de la Universidad Nebrija que trata de dar respuesta a aquellas cuestiones más controvertidas y relevantes en el terreno de la educación.

La jornada ‘Acoso escolar, un enemigo silencioso’ versó sobre una «cruda» realidad en la que, según el psicólogo Iñaki Piñuel, la víctima «se encuentra aislada cuando el resto la estigmatiza, la hostiga activamente pero también de manera omisiva como cuando le retiran el saludo o no se comunican con ella».
Frente a la dinámica de «mirar a otro lado» de algunos centros, los adultos «tenemos la total responsabilidad» para atajar estos casos. «Los daños manifiestan que estamos llegando tarde. En estos momentos hay niños que están sufriendo bulliyng sin que lo estemos registrando y no podemos ayudarlos. Hay niños acosados que se van a convertir en adultos vulnerables a otras formas de maltrato», precisó Piñuel. Igualmente hay acosadores que «vienen de una escuela de aprendizaje» y la sociedad «pagará» por sus acciones futuras.

Iñaki Piñuel, psicoterapeuta, escritor, profesor de universidad e investigador especializado en acoso psicológico y relaciones tóxicas, criticó la ausencia de prevención en este asunto: «Somos reactivos y no preventivos ni proactivos. He compadecido en todos los parlamentos para implementar protocolos de actuación y solo empezamos a trabajar cuando ya hay víctimas; en las primeras fases del bulliyng se puede detener el proceso de linchamiento».

A su juicio, si el acoso escolar avanza y no es detectado o incluso ignorado, y cuando el grupo ya ha decidido «eliminar a un garbanzo negro, a un chivo expiatorio», resulta vital sacar al niño de ese entorno «para que sobreviva», aunque el niño o el joven pueda sufrir un estrés postraumático y llegue a otro centro «con miedo y ansiedad». Frente a métodos que «acallan la conciencia» y «políticas de cumplimiento (cumplo y miento)», Iñaki Piñuel defendió las mediciones reales del número de casos para poder actuar y la escucha activa de los expertos por parte de la clase política.

La regla de las tres ‘ces’

¿Qué más está fallando para luchar con efectividad contra el acoso escolar? Carmen Cabestany, profesora y cofundadora de la Asociación No al Acoso Escolar (NACE), cree que falta mucha formación y divulgación ante esta «grave y oculta» realidad. La responsabilidad de los adultos resulta fundamental para evitar suicidios de niños o jóvenes y también para actuar contra el agresor o los agresores porque «ellos pueden ser también víctimas y requieran una atención y una actuación adecuada».

Convencida de que la lucha contra el acoso escolar compete a toda la sociedad, Cabestany explicó la regla memorística de las tres ces para que padres y maestros puedan detectar un caso de bullying:

La primera `C´ es de «Cambios» – de las notas de clase, de amistades, de itinerarios, de ritmos de sueño, de comidas o de carácter… La segunda `C´ es de «Campana», de «hacer campana» (hacer novillos o pellas) -no quieren ir al colegio y se suelen poner enfermos el domingo por la noche-; la tercera es la `C´ de «Cuerpo», que habla por sí solo: «los hombros hacia dentro, la mirada triste y sin brillo, la cabeza gacha, arrastran los pies, se ocultan tras la ropa…».

Hay otra `C´, de «Costumbres» para los profesores, cuando determinados alumnos piden fuera de horario permiso para ir al baño después del recreo y no coincidir allí con sus acosadores, son reacios a salir a la pizarra porque están expuestos a la burla, llegan tarde sistemáticamente porque no quieren coincidir con sus agresores, o en primaria se acercan mucho y continuamente a la profesora, que cumple la función de «profe paraguas».

Diez medidas de «sentido común»

Carmen Cabestany apuntó el Decálogo para erradicar el acoso escolar elaborado por NACE y que conforma las siguientes «medidas de sentido común»:

1. Visibilizar

Visibilizar el acoso escolar en los centros educativos, porque lo que no se nombra no existe.

2. Documentación

Recoger el tema del bullying en los documentos básicos de cada colegio.

3. Educación emocional

Incorporar la educación emocional desde la etapa de Infantil y trabajar las emociones en situación, y no de forma teórica.

4 Plan de prevención

Velar por que todos los colegios tengan un Plan de Prevención efectivo contra el acoso escolar.

5 Formación

Concienciar y formar al profesorado de manera adecuada y amplia sobre el tema, incluyendo el bullying en los planes de estudios de Magisterio, Pedagogía y Psicología.

6 Detección

Informar a los padres para que sean capaces de detectar un posible caso de maltrato en sus hijos (como víctimas o como victimarios) y para que puedan actuar correctamente y con rapidez.

7 Protocolo

Tener un protocolo de intervención ágil y efectivo. Ante un posible caso de acoso escolar, aplicarlo con rigor y transparencia, y con la participación de agentes externos, porque el centro no puede ser juez y parte en el asunto.

8 Campañas institucionales

Promover campañas institucionales para sensibilizar a la sociedad contra el bullying.

9 Implicación

Implicar a todos los agentes sociales (medios de comunicación, judicatura, Administración, asociaciones, clubs, etc…) en la lucha contra el acoso escolar, porque erradicarlo es cosa de todos.

10 Transparencia

Fomentar la transparencia para conocer las cifras reales del acoso escolar (número de víctimas y de protocolos implementados, cifras relativas al suicidio por bullying, incidencia del maltrato entre iguales en las patologías psiquiátricas…).

Identificar la vulneración de derechos desde niños

En la sesión de Educación al rescate, moderada por Marina Vega, delegada de Zona de la Universidad Nebrija, también intervino la psicóloga María José Garrido, comandante de la Guardia Civil y jefa de Área de Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad. En su opinión, hay que aprender a identificar desde muy pequeños la vulneración de derechos fundamentales. «Los niños son esponjas y hay que potenciar la gestión emocional», adujo.

Fuente de la información e imagen:  https://www.abc.es

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Racismo y violencia escolar: el caso Juanito

Por: Carlos Ornelas

Un reportaje de Elías Camhaji (El País, 3 de julio) me agrietó el corazón y me llenó de enojo. Llega a la médula de una práctica que, pese a esfuerzos de muchos gobiernos, instituciones y personas, persiste en las escuelas mexicanas: el racismo, la exclusión y la violencia entre pares.

Un resumen apretado: En la escuela secundaria Josefa Vergara, de Querétaro, dos alumnos sentaron a Juan Zamorano, niño otomí, en una silla que habían rociado con alcohol. De eso hace ya tres semanas. Él sintió que el pupitre estaba mojado, pero pensó que era agua.

No obstante, cuando Juanito se levantó, uno de los niños gandallas le prendió fuego con un encendedor. Las consecuencias: Juanito sufrió quemaduras de segundo y tercer grados, aún no puede caminar y le practicaron cuatro cirugías. El motivo de la agresión y las burlas se deben a que es un niño otomí y no habla bien español, tal vez también por ser un poco introvertido. La agresión pudo ser mortal.

No fue un acto único, hay historia de agresiones y burlas anteriores que Juanito no contaba a sus papás ni sus hermanas, que van en la misma escuela, que también sufren de burlas y agresiones verbales, pero no lo habían hecho público. La calamidad que acongoja a su familia les dio valor para decirlo.

A Juanito le cortaron el cabello, se burlaban de su acento y se reían de su madre, que vendía dulces en la calle por las tardes para completar el gasto familiar. Contó a sus papás que no se entendía con su maestra, que lo exhibía y que no estaba cómodo con los otros muchachos.

Tras la agresión a Juanito, la maestra del grupo y la directora, minimizaron el asunto. Además, no le prestaron la atención debida. La maestra le consiguió otro pantalón para que se quitara el incendiado y le untó cebolla en las quemaduras. Hasta después lo llevó a su casa. Al día siguiente los papás lo llevaron al Hospital del Niño y la Mujer. Sigue internado.

El papel de las autoridades es execrable. La secretaria de Educación de Querétaro, Martha Elena Soto, no sólo evita hablar de la acción de la maestra (porque está bajo investigación del órgano de control), sino que esquiva hablar de racismo. Atribuye el caso a la “crispación provocada por la pandemia”. La directora se negó a cambiarlo de grupo a pesar de las quejas de Juanito.

La secretaria de Educación aseguró al reportero que las autoridades ofrecieron cubrir gastos médicos, dar acompañamiento psicológico a Juanito y apoyo económico a la familia para solventar los gastos. Pero nada se ha hecho realidad. Es más, el papá de Juanito aseguró que la maestra le dijo: “No pongan una demanda porque si lo hacen no cuentan con nosotros, no les vamos a ayudar”.

El abogado Fabián García asesora a los papás de Juanito (imagino que pro-bono, pues es una familia pobre) e interpuso tres demandas: una contra los muchachos que lo agredieron y dos contra la maestra. A Ella se le reclama una indemnización por un daño patrimonial al ser representante del Estado. Los adolescentes agresores fueron vinculados a proceso por lesiones dolosas, mas por tener 13 años no son sujetos de castigo penal.

¿Cómo no voy a estar iracundo y crispado? En lugar de tomar cartas en el asunto y hacer algo para reducir la violencia escolar, las autoridades la quieren hacer invisible. Pero es imposible, es cada vez más grave. Los culpables de tanto agravio no son el currículo y el mestizaje, como dice la propuesta de cambio de planes de estudio de la SEP. Son la política y conductas sociales aberrantes.

Pienso que los niños agresores aprendieron a proceder de esa manera en el seno familiar y en su comunidad. Puede hacerse mucho para evitar que la violencia se reproduzca en las escuelas, pero hoy propagan la polarización que induce el presidente López Obrador.

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/racismo-y-violencia-escolar-el-caso-juanito/

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¿Cómo podemos fomentar la inclusión y la tolerancia entre los más pequeños?

Por: ABC

Cinco actividades para enseñar a los niños el valor de la diversidad.

Educar en la diversidad es uno de los mejores antídotos para evitar la discriminación en el entorno de niños y adolescentes. Desgraciadamente, en la actualidad, lejos de disminuir los casos de acoso escolar o bullying, con la pandemia y las nuevas tecnologías, están aumentando.

Por este motivo, sigue siendo imprescindible, e incluso más importante que nunca, que, como padres y educadores, enseñemos a los niños la realidad de la diversidad y la importancia de la inclusión. Así mismo, si estos aprendizajes comienzan prácticamente desde la cuna, podremos formar a niños con menos prejuicios , más tolerantes y de mente abierta.

Para ello, desde The English Montessori School , TEMS, nos dan algunas ideas de actividades que podemos hacer con niños para fomentar la inclusión y el respeto frente a todo aquello que puedan percibir como ‘ diferente’ :

1. ¿El mundo es igual en todas partes? Todas las actividades que ayuden a nuestros hijos a comprender que vivimos en un mundo grande y diverso les abrirán la mente en gran medida. A través de juegos con mapas, libros, presentaciones o dibujos, podemos mostrarles cuál amplio es el mundo y qué gran diversidad de culturas, costumbres, comidas, vestimentas, creencias, fauna y la flora, entre otras muchas cosas, habitan en él. Con ello, además de ampliar su conocimiento y sus metas, podremos despertar su curiosidad por descubrir otros lugares, aprender idiomas y relacionarse con personas diferentes.

2. ¿Por qué somos iguales, pero a la vez tan distintos? Existen muchos juegos que pueden ayudar a los niños a comprender que somos diferentes y a la vez iguales por dentro. Por ejemplo, a través naranjas, limones o manzanas podemos hacer que el niño/os memorice una de las piezas de fruta, después mezclarlas con el resto y hacer que la identifique. ¡Seguro que lo consigue! Por último, pelamos varios ejemplares de la misma fruta y, de este modo, verá que, por dentro, son realmente iguales.

3. ¿Dónde están nuestras diferencias? También hay muchos juegos y actividades que pueden ayudar a los niños a comprender que, aunque podemos tener más o menos diferencias, también muchas cosas en común. Por ejemplo, podemos jugar a un «quién es quién» o «quién soy yo». A través de papeles con características y gustos concretos o preguntas cuya respuesta sea sí y no, pueden intentar adivinar quién les han asignado ser o ver cuán amplia variedad de diferencias hay entre nuestros conocidos y seres queridos y, cómo, precisamente, nos unen y diferencian.

4. ¿Cuál es tu historia? Para comprender las diferencias en el mundo, también es importante que los niños entiendan que no solo las personas somos diversas, sino que las circunstancias y contextos que nos envuelven también lo son y, esto, precisamente, puede determinar nuestro camino. Para comenzar a enseñarles esto, podemos utilizar fotografías de familiares u objetos del pasado e ir indagando en las diferentes historias de cada uno de ellos.

5. ¿Cómo reaccionarías si…? Los supuestos, ejemplos, casos reales, fábulas o metáforas sencillas son muy buenas herramientas de aprendizaje en los niños. Una frase tan sencilla y repetida como la de “no hagas lo que no te gustaría que te hicieran a ti” puede ser un gran pilar para la comprensión de la empatía y el respeto en los niños.

Para transmitir estos valores, podemos apoyarnos en cuentos y en historias. Además, es beneficioso establecer con ellos una serie de normas de actitud que se deben cumplir.

Estas y otras muchas actividades con niños orientadas a hacerles comprender que podemos tener diferentes capacidades, colores de piel, gustos, cultura, etc. les ayudarán a comprender que vivimos en un mundo diverso y que, en cualquier caso, eso es un valor añadido y debe prevalecer el respeto.

En este sentido, además, debemos tener siempre presente que lo más importante es que seamos un buen ejemplo. Por ello, debemos tener cuidado con nuestras palabras, evitar prejuicios y ser cuidadosos al elegir los libros, dibujos o películas que podrán consumir nuestros hijos.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-como-podemos-fomentar-inclusion-y-tolerancia-202207110158_noticia.html
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La mitad de los alumnos con altas capacidades ha sido víctima de acoso escolar

Por: ABC

Una investigación liderada por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) señala que es tres veces más probable que un alumno con altas capacidades sea victimizado por sus compañeros que otro sin altas capacidades.

La mitad de los alumnos diagnosticados con altas capacidades en España ha sido víctima de acoso escolar, frente a uno de cada cuatro alumnos sin altas capacidades, según concluye el estudio llevado a cabo por el grupo de investigación Ciberpsicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) con la colaboración de más de 50 asociaciones de alumnado con altas capacidades del país . Según esta investigación es tres veces más probable que un alumno con altas capacidades sea victimizado que otro sin altas capacidades. Asimismo, plantea que los alumnos con altas capacidades son susceptibles de padecer mayores niveles de estrés, ansiedad y depresión a causa del acoso por parte de sus compañeros.

El estudio, realizado en colaboración la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), comparó la prevalencia de victimización y perpetración de acoso escolar entre una muestra con alumnado con altas capacidades y sin ellas. Participaron 449 adolescentes diagnosticados con altas capacidades de todo el territorio nacional y 950 estudiantes, sin diagnóstico de altas capacidades, de 14 centros de siete comunidades autónomas. Los resultados señalan que el alumnado con altas capacidades presenta una prevalencia de victimización significativamente mayor. Un 50.6% está implicado en problemas de victimización, frente a un 27.6% en alumnado sin altas capacidades. De esta forma, es tres veces más probable que un alumno con altas capacidades sea victimizado que otro sin altas capacidades.

Por el contrario, el número de agresores en ambas muestras no presenta diferencias estadísticas (un 1.1% en alumnado con altas capacidades y 2.4% en alumnado sin altas capacidades ). Además, el estudio sugiere que ser víctima, tanto para el colectivo de altas capacidades como aquellos que no lo son, supone altos niveles de estrés, ansiedad, depresión y una menor calidad de vida relacionada con salud . No obstante, las víctimas que presentan altas capacidades reportaron significantemente mayor estrés que las víctimas sin altas capacidades.

«Estos hallazgos son especialmente pertinentes en el ámbito educativo y social, ya que ponen de manifiesto que este importante colectivo sufre los envites de la violencia de una forma especialmente relevante . Es tarea de todos los estamentos trabajar en pro de un entorno escolar seguro. Debemos seguir trabajando para reducir la discriminación dentro de las aulas (ya sea por orientación sexual, religiosa o cualquier otra característica particular) y por una verdadera integración de todo el alumnado», indica Joaquín González-Cabrera, autor principal del estudio e investigador principal del Grupo Ciberpsicología de UNIR.

Por su parte, el experto nacional en altas capacidades Javier Tourón, profesor emérito de UNIR y corresponsable del estudio, señala que «estos resultados ponen de manifiesto la urgente necesidad de apoyar el desarrollo del talento y la salud psicosocial de este grupo de estudiantes al que es preciso, como exige la ley, identificar de manera temprana a fin de poder establecer las medidas educativas adecuadas para su progreso personal, pues constituye el capital social más importante de este país».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-mitad-alumnos-altas-capacidades-sido-victima-acoso-escolar-202207010010_noticia.html

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Acoso escolar en América, la delgada línea entre la prevención y el crimen

Entre el 50 % y el 70 % de los estudiantes latinos y del Caribe han sido víctimas de algún tipo de acoso escolar, según un documento de Unicef que alerta sobre el aumento de la violencia en los colegios. Golpes, lesiones con objetos, palabras soeces y hasta abuso sexual están prendiendo las alarmas en países como Colombia, Perú, Paraguay y México y refuerzan la necesidad de la prevención.

El más reciente informe de Unicef “Violencia contra niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe 2015-2021”, publicado en octubre de 2021, señala que los niños y adolescentes hombres experimentan el acoso escolar con más frecuencia, excepto por el acoso de exclusión (ser apartado del grupo, que se difundan los rumores) que ocurre con mayor frecuencia entre las niñas y adolescentes mujeres, además de que cada tres niños en edad escolar han sido víctimas de alguna forma de intimidación, incluyendo el acoso cibernético.

Un fenómeno que es reflejo de varios factores: las desigualdades sociales, la violencia intrafamiliar, la intolerancia, la homofobia y la pandemia que hoy imperan en el continente americano.

“Esta violencia, actitudes y tendencias están presentes desde antes de la covid-19. Es el caso por ejemplo de Sergio Urrego, en Colombia, un caso que hizo que activáramos los planes y que estemos mirando el tema de violencia escolar pasando por género y orientación sexual”, explica a Efe Mary Guinn Delaney, asesora regional de Educación para la Salud y el Bienestar de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El caso mencionado por Delaney ocurrió en 2014 en Colombia, donde Sergio Urrego, un adolescente de 16 años, se quitó la vida después de haber sufrido discriminación constantemente por parte de las directivas del colegio donde estudiaba por su orientación sexual, abriendo así una discusión sobre la manera en la que las instituciones educativas tratan la diversidad sexual. El caso tuvo consecuencias penales, legales y de adopción de protocolos.

Para la representante de Unesco, se trata de un problema a tratar urgentemente por parte de los sistemas educativos, que se enfrentan a grandes desafíos para garantizar el acceso a la educación, la seguridad e integridad física en los colegios.

“Ahora tenemos un proyecto de apoyo a los Ministerios de Educación. Es evidente que los colegios, los profesores y los estudiantes necesitan ayuda”, recalca Delaney.

La ONG Bullying Sin Fronteras muestra en su primer mapa mundial, realizado entre enero de 2021 y febrero de 2022, que los casos continúan en aumento. Concretamente, seis de cada diez niños sufren algún de tipo de acoso y/o ciberacoso todos los días.

“El bullying y el ciberbullying son asesinos silenciosos que cada año matan a 200.000 niños y jóvenes en todo el mundo. Son asesinos que se nutren de tres venenos: la soledad, la tristeza y el miedo”, señala el informe de la ONG.

¿ACOSO ESCOLAR ES SINÓNIMO DE DELITO?

Varios hospitales de América Latina han tenido que atender en las últimas semanas episodios graves relacionados con el acoso escolar. Uno de los que generó mayor alarma social fue el de abuso sexual ocurrido Paraguay con un menor de 6 años por parte de otros niños mayores. El caso, ocurrido en el baño del colegio el pasado 26 de abril, fue denunciado por la madre días después y obligó a las autoridades a abrir una investigación.

En Lima, un menor de 10 años tuvo que ser atendido en urgencias del Hospital de Niños tras una paliza que le propinaron varios compañeros de clase por el hecho de ser venezolano. Le ocasionaron un esguince cervical y un derrame cerebral.

Para el abogado penalista y profesor en Derecho de la Universidad del Rosario en Colombia Francisco Bernate, el acoso escolar no figura como delito porque hasta los 16 años (en Colombia) y hasta los 14 (en Paraguay y Perú) los adolescentes no pueden ser juzgados como adultos.

“Lo que ocurra de ahí para atrás no tiene una connotación legal. Tenemos una serie de guías y rutas de atención que buscan generar un impacto preventivo frente al acoso escolar, el matoneo y la agresión entre niños, pero es responsabilidad de las instituciones”, remarca.

De otro lado están los padres, que “no cuentan con muchas alternativas” y se enfrentan a una situación delicada con sus hijos». Según explica a Efe Bernate, “muchas veces los hechos no ocurren dentro del colegio» y entonces los centros educativos se desentienden de su responsabilidad.

CUANDO LA ESCUELA ES UN TORMENTO

En febrero de este año, Drayke Hardman, un menor de 12 años, se suicidó en Salt Lake City (Utah, EE.UU.), debido al acoso que sufría en la escuela. Sus padres difundieron una carta conmovedora en las redes sociales en la que expusieron la situación de su hijo y visibilizaron las consecuencias de lo ocurrido.

Para muchos niños, ir a la escuela es un tormento debido al ambiente que los rodea y lo que soportan en silencio por temor a contar lo que les ocurre. A ello hay que añadir la falta de apoyo de los colegios, que en ocasiones optan por minimizar la gravedad de los sucesos.

Delaney señala que en situaciones de menores con discapacidad o que son inmigrantes, se enfrentan a una fuerte discriminación. Por este motivo, la Unesco trabaja para “ayudar a los estudiantes en países de alto flujo migratorio que no estaban acostumbrados a recibir un alto flujo de inmigrantes, como Chile, a reconocer las diferencias» culturales y de hábitos de vida.

Delaney advierte sobre un problema creciente en América Latina, como es la orientación e identidad de género. “Muchas veces es una violencia más sistemática y hay un silencio por parte de los sistemas y de los adultos, que no responden aun sabiendo lo que está pasando”.

¿CRIMINALES EN POTENCIA?

Según Bullying Sin Fronteras, el país donde la situación es más preocupante a nivel mundial es México con 180.000 casos al año, seguido de EE.UU., con 160.000 casos totales y donde 6 de cada 10 niños y adolescentes sufren de acoso, especialmente los de ascendencia hispana. En tanto, Colombia ocupa el décimo lugar, con 8.981 casos graves.

Recientes episodios de acoso escolar de gran violencia ocurridos en las ciudades colombianas de Manizales y Bogotá han despertado en este país un debate acerca de si los menores de 14 años que cometen este tipo de acciones pueden ser considerados como sujetos criminales en potencia.

Al respecto, Bernate asegura que puede llegar a suceder, porque se trata de individuos «que no conocen claramente los límites, que no respetan la integridad física del otro».

Pero puntualiza que la solución «no es la represión penal» y recuerda el caso de la masacre en la escuela preparatoria de Columbine ocurrida en abril de 1999, a resultas de la cual, los dos muchachos que perpetraron la matanza cumplen cadena perpetua en una cárcel de adultos.

Más que por un centro de detención para adolescentes, el tema debe pasar por «una política pública de prevención, educación y formación”, recalca.

Fuente: https://es.noticias.yahoo.com/acoso-escolar-am%C3%A9rica-delgada-l%C3%ADnea-072323393.html?guccounter=1&guce_referrer=aHR0cHM6Ly93d3cuZ29vZ2xlLmNvbS8&guce_referrer_sig=AQAAAAmEFFYdyNJo0wTnnJ7fjuTIHRsKrbP-VZz-zcMDpOkuXbof8o8vZxUZC0Giu5fID10zqGxjgHv1AswAe0zY5B46OixZJ8sp0aVQWjH0RELTrePZv35nio9xzzVXZJqgshmfYnSG-nNvlBvmfFEg1Wld9I5NEq1XjUOkfTKEQICg

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España: Educación reforzará la lucha contra el ciberacoso ante el aumento de casos

Europa/España/03-06-2022/Autora: OLGA ESTEBAN/Fuente: www.elcomercio.es

Ha evitado la consejera de Educación dar datos, aunque sí ha admitido que «el acoso está presente en nuestros centros educativos». No solo eso, sino que desde 2018 hubo un «aumento exponencial, luego bajó y este curso ha habido otro ligero aumento».

Las últimas cifras oficiales que se tienen son las del curso 2017-18, con 129 denuncias pero 85 expedientes abiertos y solo 6 casos reconocidos. Y las del curso 2018-19, con 179 denuncias y 20 casos admitidos. Porque Lydia Espina explicó que «siete de cada diez denuncias no pueden llegar a considerarse acoso», ya que no cumplen con las características propias de lo que está considerado como acoso, como la intencionalidad, la repetición. Aún así, «son situaciones indeseables que debemos evitar». Ha hablado la consejera de amenazas físicas y verbaleshumillaciones y cibercaso, entre otros.

Y es este último el tema en el que la consejería va a hacer un mayor esfuerzo, ya que en una de cada diez denuncias se menciona esta circusntancia, que hasta hace unos pocos años era «anecdótica». Por eso, ha anunciado Lydia Espina, la consejería va a actualizar el protocolo de prevención y actuación contra el acoso escolar y va a ofrecer formación a los docentes sobre este tema.

La consejera ha explicado estas cuestiones en la Junta General del Principado en respuesta a una pregunta planteada por la diputada de IU, Ángela Vallina, que considera que habría que estudiar la relación «entre el aumento de casos de acoso escolar y el de problemas de salud mental entre los jóvenes».

Por otro lado, Espina ha aunciado que en el próximo curso se van a aumentar las Aulas Abiertas o Aulas TEA. En estos momentos hay 16 aulas de este tipo en centros ordianrios, a las que acuden niños y niñas con Trastorno de Espectro Autista. Ha sido la diputada del PP Gloria García la que ha llevado el tema a la Junta, lamentando que las cifras no son suficientes. Ahora hay 80 alumnos en las Aulas Abiertas, con 32 docentes, especialistas en Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje. La idea para el próximo curso es abrir al menos cinco aulas más, para 25 niños y con 10 docentes. Se estudia sumar otras dos más.

Finalmente, el diputado de Foro Adrián Pumares ha pedido a la consejera que ponga en marcha un Plan de Educación Emocional y Bienestar, un ámbito en el que, aseguró, «existen grandes lagunas», especialmente después de la pandemia. Lydia Espina ha asgurado que el bienestar emocional del alumnado «es una prioridad» y que la nueva ley educativa le concede mucha importancia.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/asturias/educacion-reforzara-lucha-ciberacoso-aumento-casos-20220531124702-nt.html

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Prevención del suicidio: ¿Qué pueden hacer las escuelas?

Por:

El estar encerrados en casa por casi dos años debido a la pandemia, el constante cambio de rutina con las escuelas abriendo y cerrando, la distancia social y el miedo al contagio, aumentan la probabilidad de que la población infantil y juvenil presenten problemas de salud mental. Según el informe Estado Mundial de la Infancia 2021 de la UNICEF, 13 % de los jóvenes entre los 10 y 19 años padecen algún trastorno mental, y en un 50 % de los casos, los trastornos comenzaron antes de los 14 años.

En España, el suicidio es la primer causa de muerte no natural de los jóvenes entre los 15 y 29 años. Incluso, en promedio, diez jóvenes deciden acabar con su vida diariamente. En el caso de México, el Instituto Nacional de Salud Pública de México estima que por cada suicidio consumado, se realizaron 20 intentos no fortuitos. ¿Que pueden hacer las instituciones educativas para evitar que se llegue este punto?

A medida que los estudiantes comienzan a regresar a las aulas, los centros educativos se vuelven el lugar donde niños y jóvenes pasan más tiempo, por lo que las escuelas juegan un rol importante en la prevención del suicidio. La conducta suicida no consiste solo de la intención de quitarse la vida, incluye los pensamientos e intentos, por lo que las escuelas deben saber cómo intervenir y tener los recursos necesarios para ayudarlos a dejar de sufrir en silencio.

Las instituciones educativas son un recurso ideal para que los alumnos aprendan habilidades socioemocionales, es el lugar donde socializan con personas de su edad y es el primer lugar donde pasan una cantidad significativa de horas sin la supervisión de sus familiares. Es por eso por lo que es importante que las escuelas aprovechen para potencializar la habilidad para gestionar emociones, el autocontrol y el cómo relacionarse con otras personas. Para ello, es necesario que las instituciones inviertan en la prevención, ofreciendo atención puntual y eficiente para los problemas de salud mental de niños y jóvenes. Según un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders, se ha encontrado que aplicando programas de resiliencia emocional, las escuelas han reducido los síntomas de ansiedad y depresión en niños de 6 a 12 años.  Adicionalmente, existen casos donde las escuelas son los únicos lugares donde los estudiantes tienen acceso a esa clase de recursos de apoyo.

Es indispensable que también se informe a la comunidad educativa sobre cómo detectar cualquier señal de alarma que indique que un estudiante presenta problemas mentales o emocionales para guiarlo a obtener ayuda. La formación del personal educativo tras un intento de suicidio es clave, pero también preparar a los mismos compañeros para que se conviertan en buenos agentes preventivos. Que una niña o adolescente cuente con una persona con la que pueda hablar y sentirse escuchado genera una línea de apoyo vital que puede salvar su vida. Que las escuelas tengan espacios y profesionales a los cuales los estudiantes puedan acudir para hablar de temas que les preocupan es un paso imprescindible para prevenir el suicidio. Además, de esta forma también se detectan y resuelven casos de acoso escolar.

Contar con protocolos también es una medida necesaria ya que ayuda a saber cómo abordar a los estudiantes con ideación o intentos de suicidio. Saber qué hacer en estos casos puede ser lo único que evite un fatal desenlace. Aunado a esto, trabajar en las aulas aspectos de salud mental como habilidades de manejo de las emociones, solución de problemas, estrategias para la flexibilidad cognitiva, regulación de estrés y cómo actuar en situaciones de crisis, entre otros.

El metaanálisis School-Based Suicide Prevention Programs publicado en The International Handbook of Suicide Prevention, Second Edition, el cual contiene distintos programas de prevención contra el suicidio, encontró que las medidas de prevención que mejor funcionan son las siguientes:

  1. Currículos de sensibilización y educación

    • Se deben crear programas escolares que tengan un plan de estudios de concientización y educación para enseñar a los estudiantes sobre el suicidio, sus factores de riesgo y qué hacer cuando se enfrentan a una situación de estudiantes con tendencias suicidas. El estudio concluyó que las instituciones que cuentan con este tipo de currículos demostraron tener un cambio de comportamiento significativo y una reducción en la incidencia de la ideación y los intentos de suicidio, lo que demuestra que el modelo de concientización y educación de los programas de prevención del suicidio es una vía prometedora que merece una mayor exploración.

  2. La detección es clave

    • Menos del 25 % de las familias son conscientes de las conductas autolesivas y suicidas de sus hijos, especialmente porque los jóvenes no buscan ayuda. Una solución, según el estudio, es administrar un cuestionario de detección preliminar y luego remitir a los estudiantes que presentan señales de alerta al consejero escolar o facilitar que obtengan ayuda psiquiátrica emergente.

  3. Capacitar a guardianes

    • Tener estrategias de los programas enfocados a concientizar y detectar. Un ejemplo es el programa utilizado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para abordar el comportamiento de suicidio y autolesión conocido como “Preguntar, persuadir y referir” (QPR por sus siglas en inglés). Su objetivo es aumentar la conciencia sobre el suicidio dentro del personal escolar, la identificación de estudiantes en riesgo, mejorar las habilidades del personal para intervenir y, en general, aumentar la comunicación entre el personal académico y los estudiantes. Implica enseñar al personal a identificar a jóvenes en riesgo y luego responder adecuadamente al ayudar con la derivación a recursos de salud mental.

    • El estudio demostró que aquellos estudiantes en riesgo normalmente no buscan ayuda en los adultos por sí mismos, así que capacitar a los educadores a actuar como guardianes parece una solución más lógica, sin embargo, es clave capacitar a los adultos y a los compañeros, ya que estos son más conscientes de las percepciones y los comportamientos dentro de sus círculos sociales. Contar con un programa de guardianes o vigilantes entre compañeros es una estrategia aún más eficaz que simplemente, “Preguntar, persuadir y referir”.

    • Estos programas de apoyo dirigidos por otros estudiantes y guardianes se ha utilizado para capacitarlos para difundir mensajes positivos, que modifiquen las normas sociales en los entornos escolares, para que los estudiantes se animen a desarrollar habilidades y actitudes positivas para la vida, y fomenten una creencia y una estrategia que promuevan la búsqueda de ayuda de los adultos. Además, el programa busca crear una expectativa de que los compañeros también busquen ayuda cuando se enfrentan a la tendencia suicida.

  4. Entrenamiento de habilidades

    • El estudio sugiere aplicar el programa CARE/CAST que se trata de cuidar, evaluar, responder, empoderar y entrenar (CARE por sus siglas en inglés) a los estudiantes para afrontar y apoyar (CAST) ya que desarrolla habilidades para prevenir el suicidio. Primero, la parte CARE se trata de detección selectiva con una intervención directa seguido de entrevistas motivacionales. Después está la parte CAST que tiene como objetivo aumentar el afrontamiento y la regulación del estado de ánimo, disminuir el uso de sustancias y aumentar el rendimiento escolar. Se trata de capacitar en habilidades a grupos pequeños de estudiantes con promedio bajo, con alto porcentaje de ausentismo o referencias directas del personal. Se trata de 12 sesiones que buscan enseñar habilidades y el cambio de comportamiento que resultan en reducir los factores de riesgo de un suicidio.

La salud mental y la conducta suicida necesitan ser parte del contexto educativo. Más allá de sólo cumplir con el currículum académico, las escuelas, el personal educativo y los estudiantes deben ser concientizadas sobre la importancia de la corresponsabilidad social y su papel para prevenir el suicidio. Como se mencionó anteriormente, siempre hay intentos antes de la consumación de un suicidio; saber identificar estas y otras señales de alarma puede prevenir un fatal desenlace y ayudar al estudiante a salir adelante.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/estrategias-para-prevenir-el-suicidio

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