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Pakistán: las niñas se ven privadas de la educación

Pakistán / 18 de noviembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: HRW

Los obstáculos incluyen la falta de inversión, tasas altas y discriminación

El gobierno de Pakistán no está brindando educación a una gran proporción de las niñas del país, dijo Human Rights Watch en un informe publicado hoy.

El informe de 111 páginas “‘Shall I Feed My Daughter, or Educate Her?’: Barriers to Girls’ Education in Pakistan” (“‘¿Debería alimentar a mi hija o educarla?’: Barreras a la educación de las niñas en Pakistán”) concluye que muchas niñas simplemente no tienen acceso a la educación, debido a distintas razones como la escasez de escuelas públicas, especialmente para niñas. Casi 22,5 millones de niños de Pakistán, un país con una población de poco más de 200 millones de habitantes, no asisten a la escuela, la mayoría niñas. El 32 por ciento de las niñas en edad escolar primaria no están escolarizadas en Pakistán, en comparación con el 21 por ciento de los niños. En noveno grado, sólo el 13 por ciento de las niñas todavía asisten a la escuela.

“El hecho de que el gobierno de Pakistán no esté proporcionando educación a los menores está teniendo un impacto devastador en millones de niñas”, dijo Liesl Gerntholtz, directora de derechos de la mujer de Human Rights Watch. “Muchas de las niñas a las que entrevistamos están desesperadas por estudiar, sin embargo están creciendo sin la educación que les ayudaría a tener opciones para su futuro”.

Human Rights Watch entrevistó a 209 personas para el informe, la mayoría de ellas niñas que nunca asistieron a la escuela o que no pudieron completar su educación, y a sus familias, en las cuatro provincias de Pakistán: Beluchistán, Khyber Pakhtunkhwa, Punjab y Sindh. Human Rights Watch también entrevistó a padres, educadores, expertos y activistas, y visitó varias escuelas.

Entre los factores que impiden que las niñas vayan a la escuela, Human Rights Watch descubrió los siguientes: la falta de inversión del gobierno en las escuelas, la escasez de escuelas, los precios prohibitivos de las matrículas y los costos relacionados, el castigo corporal y el hecho de que no obligar a implementar la educación obligatoria. Human Rights Watch también detectó problemas de calidad tanto en las escuelas públicas como privadas de bajo costo, así como una falta de regulación gubernamental de las escuelas privadas y altos niveles de corrupción.

Además de estos factores dentro del sistema educativo, las niñas también se ven excluidas de la educación debido a factores externos que incluyen el trabajo infantil, la discriminación de género, el matrimonio infantil, el acoso sexual, la inseguridad y los ataques contra la educación.

El gobierno de Pakistán ha invertido consistentemente mucho menos en educación de lo que recomiendan los estándares internacionales. En 2017, Pakistán estaba dedicando menos del 2,8 por ciento de su Producto Interno Bruto en educación, muy por debajo del cuatro a seis por ciento recomendado, lo que deja al sistema educativo del gobierno con una financiación muy limitada. Las escuelas públicas son tan escasas que incluso en las principales ciudades de Pakistán, muchos niños no pueden llegar a una escuela a pie de manera segura en un tiempo razonable. La situación es mucho peor en las zonas rurales. Y hay muchas más escuelas para niños que para niñas.

Aisha, una madre de unos 30 años, vive con su esposo y sus seis hijos en un área de Peshawar donde la escuela pública para niños más cercana, que ofrece desde guardería hasta décimo grado, está a menos de cinco minutos a pie. La escuela pública para niñas más cercana está a 30 minutos caminando y sólo llega hasta quinto grado. La hija de Aisha dejó de ir a la escuela a los nueve años debido a la preocupación de sus padres por su seguridad a la hora de caminar a la escuela.

“Incluso los padres que no tienen educación propia entienden que el futuro de sus hijas depende de que vayan a la escuela, pero el gobierno está abandonando a estas familias”, señaló Gerntholtz. “El futuro de Pakistán depende de la educación de sus menores, incluidas las niñas”.

Existe un “cuello de botella ascendente” a medida que los niños, especialmente las niñas, se hacen mayores. Las escuelas secundarias son más escasas que las escuelas primarias, y las universidades tienen incluso menos capacidad, especialmente para estudiantes femeninas. Muchas niñas que completan el nivel superior en una escuela no tienen acceso a una escuela donde podrían pasar al siguiente nivel. A falta de un sistema adecuado de escuelas públicas, ha habido un crecimiento masivo en el número de escuelas privadas, muchas de ellas de bajo costo. Pero las familias pobres a menudo no pueden pagar las tasas de matrícula y el fracaso casi total del gobierno para regular y supervisar estas escuelas significa que muchas son de baja calidad.

El manifiesto del partido político del nuevo primer ministro Imran Khan promete importantes reformas al sistema educativo, incluso para la educación de las niñas. “Daremos prioridad al establecimiento y la mejora de las escuelas para niñas y proporcionaremos una ayuda económica a las niñas y mujeres para que continúen su educación”, dice el manifiesto. Además, se compromete a “implementar la agenda educativa más ambiciosa de la historia de Pakistán, que abarca la reforma de la educación primaria, secundaria, terciaria, profesional y especial”.

“El gobierno reconoce que la reforma educativa es desesperadamente necesaria y promete convertirla en una prioridad, especialmente para las niñas, lo cual es un paso positivo”, dijo Gerntholtz. “Esperamos que nuestros hallazgos ayuden al gobierno a diagnosticar los problemas e identificar soluciones para darles a todas las niñas paquistaníes un futuro brillante”.

Estudiantes de la escuela secundaria estatal Behar Colony para niñas durante sus ejercicios matinales. La escuela está ubicada en el barrio de Lyari, en Karachi, Pakistán.

 © Insiya Syed para Human Rights Watch, Septiembre 2018

Selección de testimonios de personas entrevistadas

Falta de inversión y escasez de escuelas públicas

“Les podría llevar si hubiese una escuela pública”
—Akifah, 28 años, madre de tres hijos de 10, 8 y 7 años. La familia se mudó desde una aldea cerca de Multan a Karachi hacía tres años, en busca de trabajo. No tuvieran otra opción que asentarse en un área donde sólo había escuelas privadas que la familia no podía permitirse y no había escuelas públicas al alcance.

“Mis padres dijeron ‘si te interesa lo suficiente puedes ir caminando’. Quien quisiese ir, iba. A mí me parecía demasiado lejos. El camino era solitario y aislado y ha habido casos de dos o tres secuestros en esa áreas (…) Pero entonces me di cuenta de que necesitaba estudiar así que convencí a mis padres y me hice amigos para poder ir juntos caminando a la escuela”.
—Asifa, 20 años, en Punjab, no fue a la escuela hasta los 9 o 10 años porque tenía que caminar 45 minutos desde su casa. La escuela sólo iba hasta octavo grado así que después de terminar se fue a vivir con su hermana en la ciudad donde podía cursar noveno y décimo grado.

“El Estado nunca se ha tomado en serio la educación; nunca se le ha adjudicado recursos adecuados en ningún estado. El problema son las prioridades del gobierno: la educación no es una prioridad y no le dedican el presupuesto necesario”.
—Director de una organización no gubernamental dedicada a los derechos de las mujeres, en Punjab.

“[T]odas las madres quieren que sus hijos reciban una educación, pero no hay un sistema público que proporcione los servicios”.
—Directora de una organización comunitaria, en Karachi.

Discriminación de género en la provisión gubernamental de escuelas

“Si hay 10 escuelas para niños, sólo hay 5 para niñas”.
—Un experto en educación de Pakhtunkhwa.

Pobreza y costo de la educación

“El gobierno no ayuda a los pobres. No podemos educar a nuestros hijos, no tenemos ni para comer nosotros mismos”.
—Rukhsana, 30 años, madre de tres niños sin escolarizar cuyo marido apenas puede trabajar debido a una enfermedad. La familia no puede pagar la matrícula escolar y demás costos relacionados, en Karachi.

“La escuela puede ser gratuita pero siempre hay necesidad de dinero para alguna cosa u otra. Copias, libretas, cada día hay un gasto nuevo. Sólo una mochila escolar ya cuesta 500 rupias [US$4,76]…. Cada día, cada día hay algo.
—Zarifah, una madre de cinco hijos sin escolarizar, en Beluchistán.

“Quería que mis hijas recibiesen una educación pero no pude ofrecérsela porque somos pobres. El salario de mi marido es de 12.000 rupias [US$114] al mes. A final de mes, siempre nos quedamos sin [dinero] y nos preguntamos qué hacer – ya no queda nada. Quiero una escuela para niñas de familias pobres.

—Halima, 38 años, en Karachi, madre de cinco hijas de 13 a 19 años. Ninguna ha estudiado durante más de uno o dos años. Su marido trabaja en una fábrica de chicles.

Cuestiones de calidad y corrupción

“Muchas veces el maestro llegaba tarde o ni siquiera se presentaba. Nos quedábamos allí sentados y luego nos íbamos a casa”.
—Hakimah, 17 años, en Karachi, describe su escuela primaria.

“Desde hace cinco años, todo el mundo tiene que pagar [para obtener un puesto docente en una escuela pública]. Vale la pena aunque sea sólo por el salario: es una inversión. Esto tiene un impacto sobre la calidad de la enseñanza: no hay enseñanza”.
—Director de una organización comunitaria, en Karachi.

“[Los inspectores] venían una o dos veces al año, sin avisar. Se quedaban más o menos media hora. Quieren te y que los entretengas. Tienes que complacerlos o dirán que tu escuela no es buena. Una vez hice esperar al inspector y se enfadó y se marcho y dijo: “Redactaré un informe negativo”. Mi colega fue a su casa y le dio 25.000 rupias [US$239] y nos dio un informe favorable”.

—Directora de una escuela privada describe la supervisión gubernamental de la escuela en Punjab.

Fuente de la Noticia:

https://www.hrw.org/es/news/2018/11/12/pakistan-las-ninas-se-ven-privadas-de-la-educacion

ove/mahv

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SúperProfes, campaña contra violencia sexual en escuelas de Ecuador

América del sur/Ecuador/04 Octubre 2018/Fuente: Prensa Latina

El gobierno de Ecuador promueve hoy la campaña SúperProfes, iniciativa que busca prevenir y enfrentar la violencia sexual en centros educacionales de este país sudamericano.
El programa es impulsado por el Ministerio de Educación, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la organización de sobrevivientes de abuso sexual ‘Ecuador Dice No Más’.

Según precisó el titular de Educación, Fander Falconí, durante la presentación del plan, en la aplicación del mecanismo, consistente en una colección de vídeos con recomendaciones para atacar ese flagelo, es importante el rol de los maestros como actores fundamentales en la sociedad.

Al respecto, añadió que los profesores tienen la capacidad de brindar información para prevenir la violencia y de enseñar con su ejemplo.

‘Los docentes ecuatorianos son referentes en la sociedad. Su ejemplo y las buenas prácticas son esenciales en el sistema educativo. Si podemos confiar en ellos vamos a tener un mejor clima educativo’, advirtió.

Por su parte, Joaquín González-Alemán, representante de Unicef en esta nación andina, destacó el hecho de que el gobierno nacional posicionara esa lucha en el debate público e instó a sumar esfuerzos para difundir la campaña entre todos los sectores de la sociedad.

‘Para nosotros es muy importante que los profesores conversen con los niños, que sepan si hay una situación en casa, cuáles son los temas que les preocupan, que escuchen a un niño que puede tener un problema’, sostuvo.

SúperProfes brindará herramientas para que los maestros puedan prevenir, detectar y actuar frente a una situación de violencia sexual en contra de los estudiantes, dentro y fuera de las instituciones de enseñanza.

Al mismo tiempo, pretende promover una cultura de cero tolerancia frente a cualquier tipo de vulneración de los derechos de niños y adolescentes.

El material audiovisual será difundido en todos los centros docentes del país, donde el último año ha arreciado el combate contra la violencia y el acoso sexual en esas instalaciones, tras denuncias de numerosos casos atendidos por las autoridades.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=215897&SEO=superprofes-campana-contra-violencia-sexual-en-escuelas-de-ecuador
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EEUU «Cualquier cosa para evitar un escándalo»: cómo las universidades marginan las denuncias de abuso sexual

AméricadelNorte/EEUU/Por Eleanor J. Bader/Truthout

Cuando Maura G. estudiaba en la American University en Washington, DC, estaba encantada de inscribirse en una clase de guionistas con Arnošt Lustig (1926-2011), un sobreviviente del Holocausto cuyos escritos se convirtieron en una película titulada Shadows in the Night y niebla . Varias semanas más tarde, sin embargo, su emoción se convirtió en disgusto. ¿La razón? Acoso sexual.

Rollo de deshonor«Buscó a tientas a las alumnas mientras nos hablaba después de la clase y dejó en claro que teníamos que hacer algo más que escribir bien para obtener una buena calificación», recuerda Maura. «Estaba increíblemente enojada y acudí a un decano asociado para quejarse. Ella me dijo que la escuela sabía que Lustig acosaba sexualmente a las estudiantes y luego me contó que la universidad dependía de él para que aportara fondos. Ella, literalmente, me dijo ese punto en blanco. Tenía una mirada melancólica, como si se sintiera mal por eso, pero dejó en claro que la universidad no iba a hacer nada para detener su comportamiento depredador «.

El encuentro de Maura con Lustig tuvo lugar hace más de tres décadas, pero el paso del tiempo no ha contribuido a disipar su furia. Mientras tanto, Mark Story, el actual director de comunicaciones estratégicas de American University, dijo que la escuela «toma en serio cualquier acusación de acoso que plantee un miembro de nuestra comunidad», pero dijo que «no pudo hacer ningún comentario sobre las acusaciones particulares» hechas por Maura.

Ahora es una abogada, Maura es una de los miles de estudiantes que han sufrido acoso sexual o abuso sexual en el campus. Este problema generalizado continúa abarcando todos los niveles de la academia, afectando a estudiantes universitarios, estudiantes graduados y miembros de la facultad junior. E independientemente de si el comportamiento es entre iguales o se produce entre un estudiante y su maestro o consejero, la atención sexual no deseada ha sido durante mucho tiempo más una regla que una excepción. Peor aún, pocos colegios y universidades han hecho mucho para cambiar la cultura en la que el hostigamiento y el asalto florecen y se agravan.

«Las instituciones académicas harán cualquier cosa para evitar un escándalo», le dijo a Truthout Toni H. Oliviero, ex decano de dos universidades de artes liberales en la ciudad de Nueva York. Esto incluye eludir la ley para minimizar la publicidad negativa y calumniar a la persona que se queja.

De hecho, a pesar de dos regulaciones, el Título IX de las Enmiendas Educativas de 1972 y la Ley Clery – legislación que prohíbe la discriminación sexual por parte de cualquier escuela que recibe fondos federales y establece procedimientos y requisitos de informes una vez que se presentan las quejas formales Los activistas de la equidad educativa dicen que la aplicación es desdentada y que los informes son inexactos.

De hecho, según Deborah Vagins, vicepresidenta senior de políticas públicas e investigación de la Asociación Estadounidense de Mujeres Universitarias (AAUW), una organización sin fines de lucro que promueve la equidad para mujeres y niñas, cuando la AAUW analizó los datos presentados por los dictadores universitarios y universitarios 2015, los investigadores se sorprendieron al descubrir que el 89 por ciento de ellos notaron cero incidentes de violación en el campus. «Esto levanta algunas banderas rojas ya que no se ve preciso», dice Vagins.

Elaboración de un dossier de evidencia anecdótica

Karen Kelsky es fundadora y presidenta de The Professor Is In , una firma de consultoría y coaching que brinda servicios de gran alcance a académicos en todos los niveles de carrera. Kelsky desarrolló una encuesta de crowdsourcing sobre el acoso sexual en el campus que se publicó en el sitio web de la organización Kelsky, theprofessorisin.com, en diciembre de 2017. Los encuestados fueron seleccionados por ellos mismos y provenían de docenas de instituciones de dos y cuatro años, públicas y privadas, que de las escuelas Ivy League a las universidades comunitarias rurales. En dos semanas, 1.900 personas al azar (la mayoría (aunque no todas) de ellas se identificaron como mujeres) iniciaron sesión para informar una variedad de experiencias:

  • Un colega senior me hizo comentarios sexuales explícitos, incluso describiéndose desnudo;
  • Un miembro del comité de tesis de mi maestría me habló sobre cómo los griegos dormían con sus alumnos, me abrazó al final de una reunión y me dijo: «MMMM, eso se siente bien»;
  • Un colega me preguntó cómo iba la enseñanza. Dije: ‘Me duele la garganta por hablar tanto’. Él dijo: ‘¿Sabes cómo arreglar eso? Chupa más polla ‘;
  • Fui violada mientras realizaba trabajo de campo y me dijeron que no permitiera que interfiriera con mi investigación. También me dijeron que no hablara ni escribiera sobre eso y no me dieron ningún apoyo o consejo institucional «.

En los ocho meses desde que se lanzó la encuesta, se han registrado casi 2.500 entradas en su hoja de cálculo. «Creé un sitio anónimo para que la academia en su conjunto tuviera una idea innegable del alcance del problema», dice Kelsky. Aunque es algo anecdótico, señala que los incidentes documentan qué tan dañino puede ser el acoso. «Intencionalmente incluí tres impactos: la salud mental, las carreras y las opciones de vida, y he llegado a la conclusión de que el miedo de las personas aumenta a medida que ingresan en el campo de los estudios de posgrado y las posiciones de los profesores junior».

El daño, ella continúa, es demostrable. Algunas personas que se han quedado en la academia tienen estrés postraumático y trastornos de ansiedad; otros han tenido carreras comprometidas porque han tenido que cambiar de trabajo, por lo general yendo a instituciones menos prestigiosas; y aún otros han dejado carreras deseadas en el mundo académico debido al acoso y abuso sexual.

Además, debido a que la academia es un patriarcado, Kelsky señala que los hombres predominan en puestos administrativos y como presidentes de prácticamente todos los departamentos, excepto los estudios de mujeres. «La academia también es intensamente jerárquica», agrega, «con aquellos en los peldaños más bajos que dependen de aquellos que están por encima de ellos». Requieren patrocinios y recomendaciones en cada etapa de sus carreras, desde la aprobación de una propuesta de disertación hasta la solicitud de empleos y ascensos. Cada paso requiere el apoyo de las personas por encima de usted, y ese apoyo puede ser erradicado si se balancea «.

Además de esto, Kelsky dice que, debido a que los sueldos académicos tienden a ser más bajos que los del sector privado, muchos con doctorados ven el «prestigio de una cátedra y el estado institucional» como la recompensa final. «El título puede ser una droga poderosa y explica por qué muchas personas se ponen del lado de los poderosos sobre los reclamos de la víctima».

Además, dice Kelsky, existe la noción antigua del «gran genio masculino»: la idea de que las mentes masculinas «superiores» necesitan rienda suelta para crear, investigar y enseñar. «La expectativa es que estos hombres excéntricos están algo desquiciados y no tienen más remedio que actuar en consecuencia. Me opongo categóricamente a eso «.

También lo hacen las más de 7,000 personas que firmaron una petición contra T. Florian Jaeger, un profesor en el Departamento de Cerebro y Ciencias Cognitivas de la Universidad de Rochester, una universidad privada en el estado de Nueva York. Hasta la fecha, seis miembros de la facultad han renunciado en protesta por la protección de la universidad de un hombre que alegan ha sido extremadamente inapropiado con colegas y estudiantes.

Celeste Kidd y Steven T. Piantadosi, profesores asistentes en el departamento de Jaeger, se encontraban entre ellos. En su carta de renuncia, escriben que «el presidente de la Universidad de Rochester, Richard Feldman, se negó a sancionar, y mucho menos a disparar, a T. Florian Jaeger, un profesor que le envió una foto no deseada de su pene a un estudiante; hizo comentarios insultantes y objetivantes sobre la deseabilidad sexual, la apariencia y el gusto vaginal de los estudiantes; drogas usadas en un retiro de laboratorio con estudiantes; y tuvo relaciones sexuales con un estudiante de pregrado, entre otros comportamientos no éticos «.

Las quejas contra Jaeger dieron lugar a una denuncia de 111 páginas que se presentó ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo (EEOC) en agosto pasado. En él, más de una docena de personas acusaron a Jaeger de años de hostigamiento e intimidación. Un mes después, a Jaeger se le concedió un permiso pagado; Posteriormente, la universidad contrató al bufete de abogados de Debevoise and Plimpton con sede en Nueva York y autorizó una investigación interna por parte de la abogada de Debevoise Mary Jo White, ex fiscal del distrito sur de Nueva York y presidenta de la Comisión de Bolsa y Valores durante el Obama administración. ¿Su conclusión? Jaeger debería ser absuelto de todos los cargos.

Aunque White reconoció que Jaeger usó el «mal juicio» y que era «inmaduro», ella dijo que no había violado la política de acoso sexual de la universidad . ¿El resultado? Jaeger regresará al salón de clases en el otoño de 2018 como profesor titular.

«Después de que se presentó la queja de EEOC, a los demandantes se les entregó una carta de derecho a demanda, por lo que ahora hemos procedido a una demanda», dijo Steven Piantadosi a Truthout. «La universidad ha presentado una moción para destituir, lo cual se argumentó en la corte hace unos meses. Ahora estamos esperando una decisión para ver si podemos proceder «.

Mientras tanto, continúa, la universidad ha emitido varias políticas nuevas para tratar el acoso y abuso sexual, algo que Piantadosi llama una movida de relaciones públicas superficial. «El problema nunca fue que no hubiera políticas», continúa. «El problema es que cada administrador miró hacia otro lado e intentó que las quejas desaparecieran. No importa cuáles sean las políticas si la administración no se toma en serio los problemas del demandante «.

La vocera de la Universidad de Rochester, Sarah Miller, se negó a hacer comentarios y escribió en un correo electrónico que «el litigio actual sobre el tema nos impide participar en una entrevista».

Dinámica de abuso en colegios religiosos

No debería sorprender que los colegios y universidades religiosas no estén exentos de afirmaciones de acoso sexual o violencia sexual. Tome Ohio Christian University (OCU), donde el ex presidente Mark A. Smith y su hijo Doug Smith son actualmente demandados en dos demandas por acoso sexual que alegan conducta indebida durante su permanencia allí: marquen como presidente de la universidad y Doug en el departamento de TI .

Aunque ambos son empleados actualmente por la conservadora Columbia International University en Carolina del Sur, el ex abogado de OCU, Jeremy Davitz, está demandando a los Smith, argumentando que Mark Young lo despidió como represalia luego de investigar -y justificar- afirmaciones de que Doug había hecho racismo. , comentarios homofóbicos y antisemitas a compañeros de trabajo y habían sometido a una colega a lo que él llamó «una prueba de zorra», forzando sus dedos en su boca para ver si ella podía tomar medidas correctivas.

Los administradores de Columbia International University no respondieron a mi solicitud de comentarios sobre los cargos pendientes.

Michelle Panchuk, ahora profesora asistente de filosofía en Murray State University en Kentucky, se graduó de una escuela fundamentalista «bíblicamente orientada» en 2007, y aunque ella no conoce a Smith personalmente, conoce los obstáculos que enfrentan los estudiantes que asisten a las universidades cristianas cuando experimentar acoso sexual.

«Las dinámicas de género y poder de las instituciones cristianas conservadoras se enfocan en que las mujeres sean modestas y se sometan a la autoridad bíblica», dice ella. «Esto crea un ambiente en el que las mujeres sexualmente hostigadas se preguntan inmediatamente si de alguna manera lo condujeron o si no fueron lo suficientemente modestas».

También tienden a culparse a sí mismos por no hacer más para evitar la atención o el abuso. Para colmo, Panchuk concluye: «La administración no solo se presenta a sí misma como la autoridad educativa, sino que se presenta como el portavoz de Dios para el cuerpo estudiantil. Esto significa que cuando la administración le ordena a un estudiante que haga algo, es equivalente a que Dios hable «.

Detener el acoso y el abuso

Si bien no existe un enfoque único para combatir el hostigamiento o el abuso sexual en el campus, muchos activistas están presionando para que se apruebe la Ley Patsy T. Mink y Louise M. Slaughter Equity in Education de 2018. Deborah Vagins de la AAUW dice que la Ley fortalecerá el Título IX y la Ley Clery mediante el establecimiento de una Oficina de equidad de género en el Departamento de Educación, y asignará fondos adicionales para capacitar a los coordinadores del Título IX: los necesarios para tomar e investigar denuncias de acoso o abuso sexual en todas las escuelas, jardín de infantes hasta la universidad, que recibe dólares federales, y brindarles asistencia técnica. Además, la Ley incluye dinero que los programas que deseen mejorar la equidad de género pueden competir.

Pero incluso si la Ley se aprueba, dice Vagins, no será una solución rápida a este problema intransigente. Asegurarse de que los coordinadores del Título IX sean agresivos, y las investigaciones sean sólidas y exhaustivas, es esencial. Además, advierte que la educación contra el acoso y la violencia debe comenzar mucho antes de que los estudiantes se matriculen en la universidad. «Sabemos que el acoso sexual es parte de la vida de los estudiantes de secundaria y preparatoria», dice ella. «Casi la mitad – 48 por ciento – lo experimentan. Pero a pesar de que el acoso y abuso sexual no comienza cuando los estudiantes llegan al campus, puede aumentar «. De hecho, los investigadores de AAUW han descubierto que dos tercios de los estudiantes universitarios sufren acoso, pero que menos del 10 por ciento informan incidentesa un coordinador de Título IX. «Obviamente, hay mucho más que debe hacer el Departamento de Educación, las escuelas y los coordinadores del Título IX para hacer que las universidades sean seguras», dice Vagins.

Kelsky está de acuerdo y señala que, aunque «algunas quejas del título IX han sido exitosas, todas las políticas y leyes son ejecutadas por humanos y algunas se alinean con el poder de la universidad sobre los reclamos de las víctimas». Dicho esto, ella nota que tener más las mujeres en posiciones de liderazgo ayudaron a crear el movimiento #MeToo. En segundo lugar, ver a personas poderosas hablar del abuso que han experimentado ha alentado a los menos poderosos a hablar, algo que defiende. A nivel individual, señala que las víctimas deben confiar en sus instintos, y si algo se siente inseguro, sentirse seguros al articular los límites e insistir, por ejemplo, en que se mantenga abierta una puerta durante una reunión de supervisión entre el profesorado y el alumno. También aconseja a las personas a hablar, a pesar de los riesgos, y mantener un «rastro de papel», recopilar correos electrónicos,

No obstante, los activistas educativos y de equidad de género como Kelsky y Vagins entienden que cambiar la cultura de la academia requerirá estudiantes, administradores y miembros de la facultad audaces, francos y arriesgados, como los seis que renunciaron a la Universidad de Rochester, para enfrentar a aquellos que asumir que su comportamiento es irreprochable.

«Los colegios y universidades podrían evitar mucha mala publicidad si caminan directamente en la situación y se aseguran de que las quejas se tomen en serio», dice Oliviero. «La actitud solía ser que ninguna queja saldría a la luz. Esto está cambiando benditamente ahora, y aunque no estoy seguro de qué responsabilidad moral, legal o ética tiene una universidad, siempre debe estar dispuesto a asumir responsabilidades y educar a las personas sobre el comportamiento aceptable «.

Fuente; https://truthout.org/articles/anything-to-avoid-a-scandal-how-colleges-sideline-sexual-abuse/

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India, el país más peligroso del mundo para las mujeres

Asia/26 Julio 2018/Fuente: La vanguardia

Estados Unidos es el único país occidental que entra en la lista

Hace siete años, expertos de la Fundación Thomson Reuters llevaron a cabo una encuesta en la cual se descubrió que los cinco países más peligrosos del mundo para las mujeres eran Afganistán, la República Democrática del Congo, Pakistán, India y Somalia. En este 2018 se repitió la encuesta con la intención de saber si la situación había cambiado.

Teniendo en cuenta los parámetros de la atención médica, el acceso a recursos económicos, las prácticas consuetudinarias, la violencia sexual, la violencia no sexual y la trata de personas, el resultado fue que India encabezaba la lista; seguido de Afganistán, Siria, Somalia, Arabia Saudí, Pakistan, República Democrática del Congo, Yemen, Nigeria y, sorprendentemente, Estados Unidos, que cierra la lista.

India

El país asiático encabeza este año la lista, después de quedar cuarto en la misma encuesta realizada hace siete años. La nación más poblada del mundo es a su vez la más peligrosa en el riesgo de violencia sexual y hostigamiento contra las mujeres, el peligro que enfrentan las mujeres al realizar prácticas culturales, tribales y tradicionales, y el país donde más peligro corren las mujeres de ser víctimas de trata de personas; incluido el trabajo forzoso, esclavitud sexual y servidumbre doméstica.

La India registró un total de 38.947 denuncias por violación en 2016,20.000 de las cuales tuvieron como víctimas a menores. Un caso reciente que provocó un gran revuelo fue el de Ashifa Bano , una menor de 8 años que fue violada asesinada por 8 hombres. La respuesta del Gobierno indio a esta problemática siempre ha sido la misma, el “endurecimiento de penas”, una respuesta que solo hace que aumentar la sensación general de impunidad ante esta problemática.

Afganistán y Siria, devastados por la guerra

Tanto Afganistán como Siria son territorios devastados por la guerra. Ocupan el segundo y tercer puesto en la encuesta. Afganistán figura como el 171 de 188 países en el índice mundial de desigualdad de género en 2015 según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Además, las Naciones Unidas han acusado al estado afgano de permitir que la violencia de género quede impune al no enjuiciar la violencia criminal contra mujeres que, a menudo, quedan confinadas en sus casas y son consideradas como subordinadas a sus maridos.

Por su parte, en Siria un gran número de mujeres han sido víctimas de la explotación sexual por parte de hombres encargados de entregar ayuda humanitaria en nombre de la ONU. La violencia sexual y basada en el género contra mujeres y niñas es una problemática desde que el conflicto se inició en 2011.

Somalia

No es la primera vez que Somalia aparece en un ranking que trata la situación por la que pasan las mujeres en el país. Un informe de Human Rights Watch ya denunció la situación que viven niñas y mujeres y en el cual se señala que padecen “violencia sexual sin control”.

Organizaciones como Amnistia Internacional y la ONU han mostrado su preocupación por el incremento de los ataques sobre mujeres y menores en la región. Tanto mujeres como niñas son objeto de ataques, incluidas violaciones de grupos armados bandidos, además, muchas veces se las obliga a casarse con combatientes en contra de su voluntad.

Arabia Saudí

En Arabia Saudí, hace a penas una semana se consiguió un hito histórico; permitir que las mujeres puedan conducir . Un anuncio que llegó después de varias semanas en las que se habían registrado detenciones a varios activistas a favor de los derechos de las mujeres. Sin embargo, sigue siendo un país extremadamente conservador en el que la mujer sigue estando subordinada al hombre. Fue nombrado el segundo peor país en términos de acceso económico y discriminación por parte de la mujer, cosa que incluye la discriminación laboral, los derechos de propiedad discriminatorios y la incapacidad de ganarse la vida.

Yemen

Yemen es otro de los países que se encuentra en conflicto y en el cual las mujeres también son víctimas de continuados abusos. La ONU ha advertido que se está produciendo un gran aumento del número y la gravedad de los ataques contra niños y mujeres. El número de abusos dentro de centros de detención son numerosas, y muchos pasan por violencia física sexual.

La guerra que lleva azotando el territorio durante tres años, ha dejado a millones de personas al borde de la hambruna; alrededor de2,9 millones de mujeres y niños padecen desnutrición aguda en el país, algo que lleva a muchas madres a plantearse si comer ellas, o mantener con vida a sus hijos.

#MeToo

Estados Unidos se presenta como el único país occidental que figura en la lista. Durante el último año ha surgido el movimiento #MeToo, que ha visibilizado el acoso sexual que sufren las mujeres en EE.UU. y ha inspirado a otras voces femeninas de todo el mundo a romper su silencio y denunciar los acosos que han sufrido.

Dicho movimiento explotó con las denuncias de agresión sexual de varias decenas de mujeres contra el productor de cine Harvey Winstein . Miles de relatos sobre abusos inundaron las redes sociales bajo la etiqueta #MeToo y fueron muchas las personalidades de Hollywood que se sumaron a alzar la voz y denunciar estos casos.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/internacional/20180629/45466167710/violencia-mujeres-paises-mundo.html

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El mayor informe sobre el acoso sexual en la ciencia de EE UU revela un abuso sistemático

América del norte/Estados Unidos/14 Junio 2018/Fuente: El país

Las Academias Nacionales de Ciencia, Ingeniería y Medicina publican el estudio que revela que más de la mitad de las mujeres en esas áreas sufren algún tipo de acoso

Sus amigos, aquellos que no tenían nada que ver con la medicina, no se lo podían creer. “¿Me estás tomando el pelo o qué?”, le preguntaron. Sin embargo, compañeros y personal de la facultad donde trabajaba, lo que le pidieron fue dejarlo pasar: “Si informas de esto no te va a ir bien. No quieres armar un escándalo”. Esta mujer, miembro de una facultad de Medicina en Estados Unidos, sabía que sus compañeros de la institución tenían razón, pero también era consciente de que lo que había ocurrido, y seguía ocurriendo, era demasiado: “No debería tener que estar preparándome para ser violada cuando voy a trabajar”.

Este es solo uno de las decenas de testimonios que recoge el informe Acoso sexual en las mujeres: clima, cultura y consecuencias en las Academias de Ciencia, Ingeniería y Medicinaque las tres instituciones estadounidenses publicaron el pasado martes. Es el análisis más exhaustivo sobre este tema hasta la fecha, trabajado durante más de dos años y basado en centenares de estudios, entrevistas, estadísticas e informes que se remontan y avanzan desde la década de los ochenta. Sus conclusiones no hacen más que apuntalar una realidad que cada vez es más visible y menos sorprendente: más de la mitad de las mujeres en esos tres ámbitos, y a todos los niveles (alumnas y profesoras), han sufrido algún tipo de acoso, laboral o sexual o ambos, abusos, agresiones sexuales, desprecio o menosprecio profesional y personal durante su formación o el ejercicio de su profesión.

“A pesar de que cada vez hay más mujeres en los campos científicos, asumiendo responsabilidades y liderando investigaciones, los datos indican que esto pasa demasiado a menudo”, comentaba el pasado martes Marcia McNutt, la presidenta de la Academia Nacional de Ciencias, que aseguró que esta “cultura” provoca una devastación clara en las mujeres, a nivel personal y profesional, y en su salud física y psíquica. “Es, además, una pérdida tremenda de los recursos humanos que tenemos, de potencial, de talento y de inversión en ese talento”. Con un agravante, que las políticas y los protocolos actuales para controlar esta situación no dan signos de funcionar y las consecuencias suelen ser el freno a las carreras profesionales de las mujeres o incluso el abandono.

Para la presidenta, el informe ha sido publicado en el momento justo, después de que el movimiento Me Too haya roto con el oscurantismo y el silencio de millones de mujeres en el mundo y se haya generado un movimiento global y creciente de toma de conciencia y rechazo a esta violación constante de sus cuerpos, sus aptitudes y sus voluntades. Frente a esto, la respuesta de las instituciones es contundente: cambiar no solo es urgente sino imprescindible. Y para ese cambio, apuntó McNutt, las academias y las organizaciones públicas y privadas deben crear un clima totalmente distinto que logre evitar ese acoso desde el primer indicio: “Nuestro informe ofrece soluciones específicas para los distintos espacios, para poder reducir o eliminar ese acoso. Es necesaria una cultura basada en la diversidad, la inclusión y el respeto”. Algo que, por el momento, no ocurre.

Una de las infografías que la Academia ha preparado para resumir algunas de las recomendaciones que apuntan en el informe.ampliar foto
Una de las infografías que la Academia ha preparado para resumir algunas de las recomendaciones que apuntan en el informe.

El investigador Kevin Swartout, de la Universidad Estatal de Georgia, fue el encargado de armar el puzzle con los datos de los sistemas de la Universidad de Texas, a los que se añadieron después los de la Universidad Estatal de Pensilvania para tener una visión más amplia; una base de más de 10.000 estudiantes de grado y posgrado y profesorado que reveló un comportamiento constante de acoso por parte de los docentes o el personal. “Alrededor del 20% de las estudiantes de ciencias (grado y posgrado) lo sufrieron, más de una cuarta parte de las estudiantes de ingeniería y más del 40% de estudiantes de medicina”, apunta el informe en referencia a la encuesta de la institución texana. “En Pensilvania se realizó una encuesta similar con resultados parecidos: el 33% de las estudiantes de grado, el 43% de las de posgrado y el 50% de las de medicina”.

Aunque no se han conseguido cifras determinantes en torno a grupos minoritarios, el informe apunta a que las mujeres que pertenecen a colectivos LGTBIQ o son de raza negra son objetivos más habituales que cualquier otra mujer blanca y heterosexual; y añade otros datos de encuestas que revelan los mismos porcentajes e incide en que no debería suponer una sorpresa. “Los empleados de instituciones académicas tienen la segunda tasa más alta de acoso sexual [en Estados Unidos] con el 58% (los militares se posicionan en primer lugar con el 69%)”.

Las encuestas fueron completadas con cuarenta entrevistas a profesionales de todos los campos, de distintas edades y a distintos niveles. Alrededor de la mitad denunció algún tipo de acoso físico, sin embargo, el psíquico también despunta como una importante arista a limar. “La mayoría de ellos están degradando a la mujer, encerrándola en el lugar de trabajo, menospreciándola frente a otros colegas, diciéndole que no es tan capaz como otros, o hablando mal de ellas al resto… No es solo tocar o invadir sexualmente, sino más bien a nivel intelectual. Intentan hacer esos juegos mentales para que no puedas defenderte físicamente”, apunta una profesora asistente de Ingeniería en el estudio.

Comentarios sexistas, bromas constantes y alusiones que degradan o humillan a las mujeres en el ámbito personal o profesional aparecían una y otra vez en la recogida de información. Apuntan a cuatro aspectos que se dan en esos lugares de trabajo como algunas de las causas de estas actitudes: “La dependencia de los asesores y mentores para el avance profesional; el sistema de meritocracia que no tiene en cuenta la disminución en la productividad como resultado del acoso sexual; la cultura machista en algunos campos; y la red informal de comunicaciones, a través de la cual se difunden rumores y acusaciones dentro y a través de programas y campos especializados”. Y añadieron cinco factores que podrían explicar, en parte, este acoso generalizado: la percepción de tolerancia hacia estas actitudes, una mayoría de hombres en este entorno, la férrea jerarquía —que además suele concentrar mucho poder en muy pocos nombres—, sin la educación ni las herramientas para luchar contra esto, y un mal enfoque de las leyes que regulan el acoso en las instituciones.

El estudio explica que, demasiado a menudo, la interpretación judicial de esas leyes incentiva a las instituciones a crear políticas que se centran más en un cumplimiento simbólico de esa legislación y a evitar la responsabilidad que a prevenir el acoso. Es decir, normas que acaban protegiendo a quien perpreta el acoso y no a la víctima. Algo que queda definido como “desalentador”. “Al mismo tiempo que se invierten mucho dinero y energía en atraer y retener a las mujeres en estos campos, a menudo son intimidadas o expulsadas de su carrera. Incluso cuando se quedan, su capacidad para contribuir y avanzar puede verse limitada como consecuencia del acoso sexual, ya sea de forma directa, por el acoso ambiental en el entorno en su departamento, programa o disciplina, por las represalias o porque son tratadas como traidoras después de informar formalmente el acoso”.

Por eso, entre otros estudios, el de Vicki J. Magley en 2002, Hacer frente al acoso sexual: reconceptualizar la resistencia de las mujeres, descubrió —con una base de datos de más de 15.000 mujeres— que con frecuencia las respuestas eran ignorar o intentar apaciguar al acosador. Rara vez lo enfrentaban y siempre intentaban mantener una buena relación con él. “Por ejemplo, el 74,3% de las mujeres en uno de los siete conjuntos de datos analizados por Magley evitaron a su autor, el 72,8% se separó psicológicamente de la situación, el 69,9% por ciento soportó la situación sin intentar resolver el problema y el 29,5% intentó calmar a su perpetrador inventando una excusa para explicar su comportamiento”.

La historia de siempre. Culpabilización, miedo a no ser creídas en un primer momento y al descrédito posterior, y a ser vapuleadas, maltratadas o a soportar venganzas después; algo que refleja bien el testimonio de una investigadora en medicina que, tras haber sufrido varios tipos de acoso laboral y sexual, acabó informando al director de su programa, que dejó el asunto en manos del jefe de la institución en cuestión; fue él quien le dijo que le recordaba a su exmujer —»a la que todos sabíamos que odiaba”, anota en el informe la médica—, y que si lloraba menos tal vez tendría más amigos. “A partir de ahí, la calificación que hacía de mi trabajo simplemente se fue cuesta abajo”.

El iceberg del acoso.
El iceberg del acoso.

Algo incomprensible a todos los niveles. Décadas de investigación han demostrado cómo ganan en calidad la industria y la investigación cuando su fuerza laboral es diversa. “Este acoso continuo tiene consecuencias para el avance del bienestar económico y social del país y su salud pública en general”, sentencia el estudio.

El panorama plantea una serie de cambios profundos, estructurales, que según la Academia deben ser tenidos en cuenta desde ya y que han concentrado en 15 recomendaciones no solo para su propia organización, sino para otras agencias federales y políticas para que ese viraje hacia un mundo más inclusivo pueda llegar a todos los rincones. Entre esas recomendaciones está abordar de forma directa el acoso sexual e ir más allá del mero cumplimiento de las leyes para cambiar desde la raíz la cultura y el clima en esas instituciones; generar ambientes más diversos, inclusivos y respetuosos; mejorar la transparencia y la responsabilidad en todos los niveles; rebajar al máximo esas relaciones jerárquicas tóxicas que se dan entre las alumnas y el profesorado, con un poder tremendamente concentrado y que sobrevuela el futuro de las estudiantes; dar siempre apoyo a la víctima; o comenzar investigaciones que puedan seguir dando luz a esta realidad e iniciar cambios legislativos y políticos para paliarla.

Muchos detalles y consejos repartidos en las más de 300 páginas de este trabajo que comenzó a prepararse hace más de dos años, cuando el Comité de Mujeres en Ciencia, Ingeniería y Medicina propuso que se creara un grupo especial para analizar el pasado y el presente del acoso sexual en sus áreas, qué impacto produce y sentar las bases para su prevención y erradicación en el entorno académico. Científicos, ingenieros, médicos, expertos en el tema, juristas y psicólogos se pusieron entonces a recopilar y desmenuzar la literatura existente. Y, aunque se radiografiaron también a sí mismos, olvidaron uno de los engranajes de su propia maquinaria.

Parte de la comunidad científica, sobre todo mujeres, han apuntado hacia la ironía de la publicación de este informe cuando entre sus propias filas hay científicos que renuncian o son despedidos tras ser acusados por estas conductas pero mantienen su pertenencia a la Academia. Como el cazador de planetas Geoff Marcy, que dimitió de su puesto en Berkeley (California) en octubre de 2015; el neurocientífico Thomas Jessell, que fue despedido de la Universidad de Columbia el pasado abril; o Inder M. Verma, el biólogo molecular que está de “permiso”· en el Instituto Salk de Estudios Biológicos donde llevaba trabajando desde los setenta y que renunció el pasado 1 de mayo como editor de la revista Actas de la Ciencia, de la propia institución, después de que la publicación Science denunciase que varias mujeres —cinco científicas veteranas y tres más jóvenes— lo habían acusado por abusos sexuales, que el biólogo habría llevado a cabo durante décadas.

Pero hay más. La científica de la Universidad Estatal de Michigan Julie Libarkin, que creó el pasado 4 de junio una plataforma web para denunciar el acoso en su área, MeTooSTEM, lleva desde los años ochenta engrosando una base de datos sobre acoso sexual que acumula más de 650 casos; la revisión de The Washington Post de esos nombres, apunta a que hay hasta cinco hombres sancionados por acoso sexual que siguen siendo miembros de las Academias Nacionales estadounidenses, y tres que todavía forman parte de investigaciones con subvención pública. Solo como apunte, la Academia Nacional de Ciencias, creada por el Congreso de Estados Unidos en 1863, tiene como académico medio a un señor blanco de más de 70 años; los nuevos entran elegidos por los miembros actuales y sus cargos son vitalicios. Pase lo que pase.

En mayo, la profesora asistente de neurología en la Universidad de Vanderbilt BethAnn McLaughlin, inició una petición en Change.org para exigir a las academias que destituyan a sus miembros si han sido condenados por acoso sexual o laboral o agresiones, algo que ahora mismo, por sus propios estatutos, varados en algún punto del siglo XX, es imposible. Los presidentes de las tres academias aludieron al asunto a finales del pasado mayo y aseguraron que habían comenzado a tratar el tema de los “estándares de conducta profesional para la membresía”. Otras instituciones, como la Sociedad Astronómica Americana o la Unión Geofísica Americana, ya han cambiado, por estos mismos motivos, sus políticas de expulsión. Tal vez las Academias Nacionales también deberían empezar por ahí.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/06/13/ciencia/1528899877_715296.html

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Victoria estudiantil en Chile (Audio)

Chile / 10 de junio de 2018 / Autor: En Órbita / Fuente: Sputnik News Radio

Las estudiantes feministas que ocupaban la Casa Central de la Universidad Católica depusieron la toma tras lograr un acuerdo con el rector, Ignacio Sánchez. Las jóvenes exigen el fin de la violencia machista y el acoso sexual, además de construir una educación no sexista.

Hablamos con la diputada chilena del Frente Amplio, Pamela Jiles.

«Es un hecho histórico que se produzca una toma de estudiantes de la Universidad Católica, un bastión de la clase dominante. Situaciones de este tipo no se veían desde las grandes manifestaciones estudiantiles de 2011. Se trata por lo tanto de una toma con tremendo significado simbólico y político», dijo Jiles.

‘En Órbita’ también trató la Marcha Federal por Pan y Trabajo que se realiza en Argentina. En la manifestación convergen organizaciones políticas, sociales y sindicales con el objetivo de oponerse a la política económica del Gobierno de Mauricio Macri y rechazar el acuerdo con el FMI. Cinco columnas partieron desde las provincias y llegarán el viernes primero de junio a la capital, Buenos Aires. Sputnik conversó con el diputado Leonardo Grosso, integrante del Movimiento Evita, una de las organizaciones convocantes.

Además, los cuerpos de paz de la ONU cumplieron 70 años este martes 29 de mayo. En 1948 el organismo encomendó por primera vez una misión de este tipo para vigilar el armisticio entre el Estado de Israel y los países árabes. La fecha fue designada como Día Internacional del Personal de Paz, y recuerda el «servicio» y «sacrificio» de los soldados conocidos como cascos azules. Pero no todos están a favor del trabajo realizado por estos contingentes. Andrés Olivetti, miembro de la Coordinadora Uruguaya por el Retiro de las Tropas de Haití, explicó a Sputnik algunas de las críticas a los cuerpos de paz.

Fuente de la Noticia:
https://mundo.sputniknews.com/radio_en_orbita/201805301079127193-chile-victoria-estudiantes/
Fuente de la Imagen:
http://www.ahoranoticias.cl/noticias/nacional/225491-el-amor-no-la-guerra-estudiantes-realizan-contraprotesta-afuera-de-casa-central-de-la-puc.html
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Marchan por una educación no sexista en Chile

América del sur/Chile/17 Mayo 2018/Fuente: Telesur Tv

Movimientos feministas de Chile marcharon este miércoles en rechazo a la violencia machista en universidades.

Alrededor de 100 mil chilenos marcharon este miércoles para rechazar una educación no sexista, que regule las denuncias de acoso y abuso recogidas en diversas universidades públicas y privadas.

La Intendencia Metropolitana chilena dio su aprobación para la marcha y delimitó el recorrido, sin embargo, las fuerzas de seguridad salieron a reprimir a los manifestantes.

Paola Dragnic@PaoladrateleSUR

Marcha por una educación no sexista termina en represión, incluso para grabar este tuit @temasteleSUR

Con consignas como «Acá se gradúan violadores» y «No más machos ni fascistas», exigen la protección de las mujeres en las casas de estudios.

Ver imagen en TwitterVer imagen en Twitter

Paola Dragnic@PaoladrateleSUR

Universidad Católica emplazada directamente en la Macha Por una educación No Sexista @ConexiontlSUR@teleSUR_Chile

«Estamos viviendo una situación histórica que responde a las necesidades que tenemos como país, hoy levantamos la consigna de educación no sexista porque creemos que la educación es fundamental para prevenir y luchar contra la discriminación», afirmó en una rueda de prensa la vocera de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Francisca Ochoa.

Periódico Resumen@rsumen

Foto aérea de la en Santiago

«No vamos a permitir que una persona anti mujeres, anti diversidad sexual, esté trabajando en un ente público que debe garantizar esos derechos», aseveró una vocera de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES), Amanza Opazo.

Unas 15 universidades se plegaron a la manifestación con paros internos o con ocupaciones de estudiantes al interior de sus edificios.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/chile-marcha-educacion-sexista-violencia-genero-20180516-0036.html

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