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La UNESCO y Colombia estrechan cooperación para consolidar la paz

América del Sur/Colombia/4 Febrero 2017/UNESCO

En su primer día de visita oficial a Colombia, la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, se reunió el 1º de febrero en Bogotá con representantes de alto nivel del gobierno para delinear juntos la contribución de la Organización al proceso de consolidación de la paz y la reconciliación en el país.

Irina Bokova se entrevistó con la canciller María Ángela Holguín Cuéllar, a quien felicitó por la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia / Ejército del Pueblo (FARC/EP) y por la organización de la 16ª Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz, ue se celebra en Bogotá del 2 al 5 de febrero y en la que participará la Directora General. La Ministra colombiana de Relaciones Exteriores solicitó el acompañamiento de la UNESCO en el punto del acuerdo de paz relativo a la reintegración social y política a través de la educación técnica, una prioridad para su gobierno.

A continuación, la Directora se reunió conjuntamente con la Ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba, el Ministro de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones, David Luna Sánchez, y la Ministra de Educación, Yaneth Giha Tovar.

Durante su entrevista con la Ministra de Cultura, la Directora General destacó la importancia de los patrimonios material e inmaterial y las industrias culturales como motores del desarrollo sostenible.

El Ministro de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones agradeció el apoyo de la UNESCO en materia de regulación de medios de telecomunicación y mencionó la necesidad de reforzar la cooperación sobre la alfabetización digital en zonas transicionales. “Las nuevas tecnologías permiten la educación y la formación de docentes a distancia, ámbitos en los cuales la UNESCO puede ofrecer su experiencia”, destacó Irina Bokova.

La Ministra de Educación enfatizó la relevancia de la educación para la ciudadanía, así como para el desarrollo económico y social. La Sra. Bokova reafirmó el compromiso de la UNESCO con una educación de calidad inclusiva y subrayó la importancia de la Enseñanza y Formación Técnica y Profesional (EFTP) para la movilidad social. Este último punto fue enaltecido por el Director del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), Alfonso Prada Gil. La Directora también felicitó al Director del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias), Alejandro Olaya Dávila, por el trabajo conjunto que están realizando los investigadores y las autoridades gubernamentales para el diseño de políticas públicas en ciencias.

La Directora General tuvo igualmente la oportunidad de intercambiar ideas con la Directora para el Posconflicto, Gloria Ospina y la Directora del Coldeportes, Clara Luz Roldán, sobre sus respectivos ámbitos de competencia.

El mismo día, la Directora General visitó el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC), centro de categoría 2 de la UNESCO, y la Universidad Nacional de Colombia, que celebra este año su 150º aniversario.

Fuente: http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/unesco_and_colombia_strengthen_cooperation_to_consolidate_pe/

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La directora de la UNESCO visitará Colombia

Colombia / www.cinu.mx / 1 de Febrero de 2017

La directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) realizará una visita oficial a Colombia del 1 al 3 de febrero.

Durante su viaje, Irina Bokova se entrevistará con el presidente Juan Manuel Santos y varios altos cargos del Gobierno, en un encuentro que servirá para evaluar el respaldo de la UNESCO al proceso de paz en ese país.

Bokova también asistirá a la 16ª Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz, que se celebrará en Bogotá, donde participará a un panel sobre «Paz y Educación».

Al evento también acudirán el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake y el director general de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), Ahmed Uzumcu.

La Cumbre, fundada por Mikhail Gorbachev, aborda los problemas mundiales con el objetivo de apoyar la paz a nivel global. Este año premiará al empresario inglés Sir Richard Branson.

Durante su estancia en Colombia, Bokova también impartirá una conferencia sobre equidad de género en la Universidad del Rosario y visitará un centro de formación profesional dependiente del Servicio Nacional de Aprendizaje.

Fuente:http://www.cinu.mx/noticias/la/la-directora-de-la-unesco-visi/

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Turquía: Primera ministra británica, Theresa May, pide a Turquía respeto a derechos humanos y legalidad

Turquía/Enero de 2017/Fuente: La Nación

Turquía   debe mantener el Estado de derecho y respetar los derechos humanos, declaró este sábado la primera ministra británica, Theresa May, en Ankara, donde se reunió con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

En su visita, la primera como jefa de  Gobierno, se entrevistó con  Erdogan durante tres horas, un día después de su encuentro con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Washington.

La primera ministra trató de encontrar un equilibro entre su voluntad de asegurar las buenas relaciones con Turquía y las preocupaciones de la Unión Europea (UE) por las purgas emprendidas por Ankara, tras el intento de golpe de Estado del 15 de julio.

La mandataria anunció la creación de un grupo de trabajo turco-británico para impulsar sus relaciones comerciales, una vez que el Reino Unido haya salido de la Unión Europea.

Se firmó un protocolo de acuerdo entre el grupo británico BAE Systems y el grupo aeronáutico público Turkish Aerospace Industries (TAI) para el desarrollo de una nueva generación de aviones de combate turcos.

Esto «marca el inicio de una relación comercial nueva y reforzada con Turquía», aseguró May. Añadió que el acuerdo prueba que el Reino Unido está «abierto a hacer negocios».

El contrato, por valor de más de 100 millones de libras ($125 millones) debería abrir la vía a otros acuerdos multimillonarios en los próximos 20  años, declaró a la prensa la portavoz de May.

Tras la reunión, May dijo estar «orgullosa» de haber permanecido al lado de Turquía, en «defensa de su democracia», durante la intentona golpista del 15 de julio, que Ankara imputa al predicador islamista Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos.

«Ahora es importante que Turquía apoye su democracia, mantega el Estado de derecho y respete sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, como el gobierno se ha comprometido a hacer», declaró.

May evocó que Turquía es uno de «los más viejos amigos del Reino Unido», haciendo alusión a las relaciones entre el Imperio otomano e Inglaterra durante el reinado de Isabel I en el siglo XVI.

Ambos líderes políticos también abordaron la lucha contra el yihadismo en Siria y la cuestión de la reunificación de Chipre, de la cual Londres y Ankara son garantes.

Fuente: http://www.nacion.com/mundo/europa/Primera-ministra-britanica-Turquia-mantener_0_1612438775.html

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La Universidad Nacional de Colombia quiere volver a alzar la voz

América del Sur/Colombia/24 de enero de 2017/Fuente y autor: internacional.elpais.com/Ana Marcos

El laboratorio político de la izquierda busca recobrar la importancia de antaño tras el acuerdo de paz con las FARC

Marcharon en contra de la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla en los años cincuenta. Se envolvieron en la bandera de la Revolución Cubana en los sesenta con el acompañamiento de líderes guerrilleros como el cura y profesor, posterior representante de la guerrilla del ELN, Camilo Torres. Empujaron en el proceso constituyente que cambió la carta magna en 1991. A principios de los 2000, pactaron un nuevo modelo de lucha. Y cuando los colombianos creían que sus estudiantes universitarios se habían callado, recuperaron la voz al día siguiente de que el país le dijera no a los acuerdos de paz firmados con las FARC en el plebiscito del 2 de octubre.

La Universidad Nacional de Colombia, la institución pública de mayor calidad educativa, puja por volver a ser la conciencia crítica del país en un momento trascendental de su historia moderna: el final de medio siglo de guerra con las FARC. “Hemos dejado de ser vistos como esos jóvenes rebeldes, ahora muchos sectores consideran que tenemos una opinión sensata para transformar la sociedad”, opina Alejandra Rojas, estudiante de la maestría en Salud Pública y Secretaria General de la Federación de Estudiantes Universitarios en la Nacional. Lo dice en la plaza del Che, el lugar que todo colombiano identifica con este centro. Ahora comparte nombre con el humorista asesinado Jaime Garzón. Ambos iconos, de distintas luchas, miran de frente a las serigrafías del cura, profesor y guerrillero Camilo Torres. Y otros tantos grafitis que van y vienen en las paredes blancas de la biblioteca y el resto de edificios que conforman este espacio.

Andrés Salazar y Alejandra Rojas, alumnos y representantes estudiantiles de la Universidad Nacional.
Andrés Salazar y Alejandra Rojas, alumnos y representantes estudiantiles de la Universidad Nacional. JUAN CARLOS ZAPATA

Los símbolos que lideraron al movimiento estudiantil desde los sesenta en adelante siguen vigilantes. Es el único papel que juegan en este momento entre un colectivo que para el rector de la Nacional, Ignacio Mantilla, “es muy débil, sin liderazgo real, con poca credibilidad y con agendas políticas externas”. Han pasado seis años desde que en la Mesa Amplia Nacional Estudiantil se propusiera una carta de navegación para el movimiento universitario: una nueva identidad con nuevas maneras de expresión. En aquel momento, miles de alumnos salieron a las calles en contra de una reforma educativa, en lo que para parte de la sociedad se consideró el último gran movimiento estudiantil en Colombia. “Ya no se trataba de hacer la revolución para cambiar la universidad como sucedió en los sesenta”, explica Jairo Rivera, de 27 años, exalumno de la Nacional y miembro de Voces de Paz, el partido que vigilará en el Parlamento que lo pactado con las FARC se cumpla hasta que la insurgencia forme su propia agrupación política. “Sino de transformar a través de la movilización y de la invitación a la ciudadanía a un debate sobre la educación superior”.

Desde entonces, la Nacional ha vivido en una suerte de época de barbecho en el que parecía que el silencio reinaba entre el alumnado. Muchos de los 32.000 estudiantes que tiene este centro educativo han abandonado el activismo. No hay cifras de cuántos conforman estos colectivos, entre otras razones, porque no cuentan con un carné para identificarlos. “Es una minoría, pero sí hay una dinámica activa muy diversa”, plantea Rojas.

El último de resquicio de esperanza al que se aferran ahora los estudiantes es el cambio de percepción que sienten los ciudadanos después de que lideraran las marchas que exigieron a todas las autoridades, con independencia del color político, que volvieran a la mesa a negociar los acuerdo de paz con las FARC. No querían más guerra. “Salimos con consignas creativas y renovadoras que rompieron con ese pasado que ha tintado de homogeneidad a la universidad, se vio mucha diversidad”, explica Rivera. Además de las manifestaciones y los mítines que históricamente han reclamado una solución política al conflicto en Colombia, en esta universidad funcionaba el Centro de Estudios sobre Seguridad y Defensa que “asesoraba al Estado, en concreto, al Ministerio de Defensa con información sobre las guerrillas”, apunta Andrés Salazar, estudiante de Ciencia Política y actual representante estudiantil ante el Consejo Superior de la Universidad Nacional. Este organismo se ha transformado en el Centro de Pensamiento y Seguimiento a los Diálogos de Paz. Una vez que comience la implementación, se encargará, entre otras funciones, de realizar el censo de los excombatientes de las FARC.

De la Nacional también han salido cinco de los seis miembros del partido Voces de Paz. Para estos tres representantes estudiantiles es la mejor expresión del trabajo histórico que su universidad ha hecho por la paz. Para una parte de la sociedad colombiana, son el brazo político de las FARC, guerrilleros. Por eso Jairo Rivera tiene que llevar seguridad y recibe cada día amenazas por redes sociales. Aun así, estos jóvenes confían que con el final de la guerra, su país, en el que “las ideas distintas se persiguen, se atacan y se asesinan”, dice Rojas, deje de condenarlos. “Ahora que la universidad pasa por una de sus peores crisis, que estas personas formen parte de esta plataforma y estén en la transformación del país, amerita que vuelva a recuperar su reconocimiento”, dice Salazar.

Con 22 años, Salazar tiene la tarea de liderar un cambio generacional. “Cuando los canales de participación no existen o no se incentivan desde la institución es difícil motivar a la gente: ‘Si a nosotros no nos toman en cuenta para nada, ¿para qué participar?’, dicen muchos alumnos”, explica. Aunque al mismo tiempo reconoce su responsabilidad frente a la inactividad o la baja movilización. “Se debe a disputas entre las organizaciones por tener ciertos controles, la hegemonía de algunas universidades, los debates políticos que se alejan de las necesidades reales de la comunidad estudiantil”, acompaña Rojas.

El rector Mantilla cuenta que con cada inicio escolar aparecen en la universidad banderas de partidos tradicionales . “Hay muchos políticos, a los que llamo pedófilos, que quieren captar la atención de los jóvenes”, dice, “y los muchachos abandonan los intereses de los estudiantes y se preocupan más por los temas del Congreso. No hay líderes con un discurso propio y autónomo”. Aunque la presencia de formaciones de izquierda como el Polo Democrático es evidente en la Nacional, el nivel de politización que vivió en los sesenta y en los setenta, o el auge del movimiento bolivariano en la institución, es menor.

De aquellos años pervive la identificación con la insurgencia. La excusa perfecta para que en los noventa y en los 2000 comenzara la descapitalización de la institución. “Desfinanciar la universidad es una forma de contribuir a esa imagen”, opina Salazar. La Nacional cuenta con un presupuesto de un billón de pesos (algo más de 340.000 dólares). “De manera directa se transfiere el 50% que es insuficiente para cubrirlo los gastos del funcionamiento, como por ejemplo las nónimas”, explica el rector. “Como dijo el presidente Santos: ‘Los cariños del Gobierno se manifiestan en los presupuestos”.

Parece que la Nacional no ha sentido ese amor presidencial por el momento. Y se ve en el campus de Bogotá. Es el recuerdo de una época en la que esta instutición recibía reconocimientos arquitectónicos por sus edificios. Los espacios verdes y esa sensación de aislamiento en mitad de una megaurbe ahogada en contaminación y ruido, no consiguen evadir la duda de en cuánto tiempo algunas de estas facultades se vendrán abajo.

La falta de financiación también ha contribuido a que la institución haya perdido hasta cierto punto su condición de centro simbólico. “Las discusiones de temas importantes de la vida nacional se ven más en la Universidad de los Andes, la del Externado o la Javeriana”, opina Alejandra Rojas en referencia las tres instituciones privadas donde se forma la élite política colombiana. “Somos el secreto mejor guardado de este país. Se pone el huevo, pero no se cacarea”, reconoce Mantilla, consciente de que no están haciendo la promoción necesaria de la institución.

Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2017/01/21/colombia/1484954236_456392.html

Imagen: ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2017/01/21/colombia/1484954236_456392_1484955206_noticia_normal_recorte1.jpg

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El triunfo del NO y el fracaso de la educación colombiana

Por: Julian de Zubiria 

La derrota del Si representa es una expresión del fracaso de un sistema educativo que no logra transformar las maneras de pensar, convivir y comunicarse de su población.

Un país en el que 3 de cada mil personas saben leer de manera crítica no se mueve por las ideas, sino por emociones primarias como el miedo, la ira o la venganza. Un país en el que la mitad de los jóvenes que viven en zonas de conflicto dicen que atropellarían a los demás si eso les produce beneficios muy difícilmente logrará reconstruir el tejido social y la confianza. La oposición comprendió a cabalidad estas ideas tan sencillas en la pasada contienda del 2 de octubre en torno a la paz y para sacar a flote esas emociones primarias construyó una argumentación elemental basada esencialmente en tres falacias.

La primera: Que al votar por el SÍ, se le estaba dando el poder a los guerrilleros de las FARC, que por esa vía el país caería en la órbita del “Castrochavismo” y que nos volveríamos tan inviables como lo es, actualmente, Venezuela. Una idea que un menor de edad con buena formación podría desmentir, ya que, con un análisis relativamente sencillo, es fácil concluir que no hay diferencias entre el programa económico del presidente Santos y del senador Uribe. También es sencillo concluir que ninguna de las medidas acordadas en La Habana marchaba hacia la estatización de los servicios, la expropiación de la propiedad privada o el control de los medios de producción y de los sistemas de comunicación por parte del Estado. Lo único que contempla el acuerdo es construir vías y apoyar con tierra, tecnología y crédito a los campesinos que han vivido totalmente huérfanos de Estado durante toda su historia.

Uribe –que es una persona muy inteligente– sabe que su afirmación es una falacia; es decir, una mentira con cara de verdad. Aun así, la repitió una y mil veces, porque también sabe que todas las guerras y dictaduras se alimentan de la manipulación del miedo y la ira, algo fácil de lograr en un pueblo que ha recibido una educación de tan mala calidad como la que se ha brindado hasta el momento en el país.

Segunda: La oposición repitió una y mil veces en toda su campaña que en Colombia no existe una guerra civil. A pesar de que hemos tenido 8 millones 100 mil víctimas, 225 mil homicidios, 87 mil desparecidos y más de 7 millones de desplazados, sus representantes repitieron, una y otra vez, que Colombia no había desplazados sino migrantes que querían viajar por las diversas regiones conociendo el país. La idea que se deriva es que lo que tenemos como guerrilla es un grupo de asesinos que se lucran del narcotráfico. Esta idea ha sido desmentida por todos los estudios académicos que se han hecho sobre el tema y, una vez más, fue completamente rechazada por la Comisión Histórica del conflicto, recientemente creada. Aun así, estamos ante una gran mayoría de la población que no logra extraer una sola idea central en un párrafo; mucho menos podrá leer, entender e inferir a partir del informe final de esta Comisión, de 565 páginas, o el Acuerdo con las FARC, de 297.

Uribe sabe que está inventando una segunda falacia; es decir, una mentira que de tanto repetir, llega a parecer como una verdad. Entonces, ¿para qué lo hace? Al hacerlo, saca a flote la ira. Si se reitera que el gobierno quiere premiar a los “narcoterroristas de las Far”, logra su objetivo: florecen la ira y la sed de venganza de un pueblo que toda la vida ha vivido en guerra, y que, debido a ello, ha envenenado y endurecido el corazón.

Tercera. La oposición lo dice una y otra vez: “El gobierno Santos es corrupto”. Lo dice sin pudor y sin temor. Lo dice sin reconocer que su propio gobierno es, hasta ahora, el caso en la historia colombiana en el que el mayor número de ministros y altos dirigentes han sido investigados y detenidos por la justicia. Para argumentar su afirmación recurre a un término coloquial: “mermelada”. La idea es que este gobierno logra sus propósitos corrompiendo a las personas, entregando dádivas a quienes inicialmente se oponían y dinero público a quien lo apoye. Y la pregona a los cuatro vientos, ya que sabe que la sociedad, los medios y el gobierno, le tienen tanto temor, como el que tienen los niños ante los padres más agresivos y autoritarios. Sabe que, por temor, su voz no será silenciada.

Las recientes elecciones ante el plebiscito nos demostraron que en Colombia coexisten tres países: Uno indiferente ante la suerte que corran sus conciudadanos. A ellos pareciera darles lo mismo que continuemos enfrentados a bala o que terminemos la guerra en un mes o después de cien años de soledad y muerte. Es el país de los abstencionistas. Según los primeros estimativos, estamos hablando del 63% de la población.

Un segundo país está anclado en el pasado. No quiere justicia, sino venganza. No quiere reparación, sino cárcel. No quiere comprensión, sino que destila odio. Es claramente la población a la cual el Uribismo le dirigió su mensaje; y por ello, fue presa fácil de un discurso muy sencillo y repetitivo, lleno de falacias, mentiras y de verdades a medias, que tenía como propósito incitar el odio, la ira y la venganza, los combustibles principales en todas las confrontaciones.

Un tercer país es el que está emergiendo, aunque todavía está por inventarse, pero ya ha alcanzado la mitad de los votantes. Se alimenta de esperanza, perdón, reconciliación y paz. Es un grupo con mayor nivel educativo y lectura crítica. Es una población que estuvo silenciada durante los dos primeros gobiernos de Uribe a punta de chuzadas a sus teléfonos y amedrentamiento; comenzó a florecer, especialmente en las artes, la intelectualidad y las letras y se ha expresado en distintos momentos bajo formas tan diferentes como la séptima papeleta, la ola verde o la mancha amarilla, entre otros.

Educar es esencialmente formar mejores seres humanos, individuos con criterio y capacidad para comunicarse, pensar y convivir con los otros. En términos de Kant, educar es formar “mayores de edad”; es decir, individuos con criterio propio a nivel cognitivo y moral. De allí que hoy tenemos que reconocer que la educación no ha podido movilizar al 63% de los colombianos para que participen activamente en la construcción de una mejor sociedad. No hemos podido doblegar su indiferencia. Tampoco hemos podido enseñarles a argumentar, leer de manera crítica, escribir e inferir a los estudiantes que pasan por nuestras manos. Según las pruebas SABER, menos del 2% de la población tiene un nivel avanzado en argumentación, deducción e inferencias. Y este dato ha sido corroborado en cuanta prueba nacional e internacional hemos participado.

Lo que se infiere de la reflexión anterior es que hemos fracasado como sociedad al intentar convertir la ira en alegría y el odio en solidaridad. No hemos logrado formar individuos que actúen impulsados por un criterio propio para pensar, analizar o decidir. Lo que permite ratificar que nuestro sistema educativo ha fracasado en su intento por cambiar las estructuras cognitivas y valorativas de los estudiantes.

Por tanto, el principal obstáculo de la paz en Colombia, no son las FARC, sino un sistema educativo incapaz de modificar las maneras de pensar, de comunicarse y de convivir de los futuros ciudadanos. Lo anterior implica que no podremos sacar adelante un proceso que establezca una paz verdadera y duradera mientras no hagamos una profunda revolución educativa que transforme los fines y los contenidos de la educación en el país, mientras no actualicemos los sistemas de formación de los maestros y no dotemos de autonomía a las instituciones educativas, para que la comunidad educativa vuelva a lanzar en cada una de ellas sus proyectos educativos. Por ahora, la “revolución” que se hizo al sistema educativo durante las dos administraciones de Uribe ha pasado a la historia como una de las más fracasadas, ya que no enseñó ni a leer, ni a pensar ni a convivir.

Tenía toda la razón Alberto Merani cuando concluía que sin educación de calidad no podrían existir las democracias. Colombia no será una democracia mientras su sistema educativo no logre mejorar el nivel de argumentación e interpretación de su población. Mientras eso pasa, una gran parte de la población será indiferente ante el destino de sus conciudadanos; la otra, seguirá presa del odio y la ira, emociones que hábilmente han sabido manipular quienes quieren retornar al poder en el 2018 y quienes se han obsesionado con impedir que durante el gobierno Santos se firme la paz. En consecuencia, hay que pedirle a Mauricio Babilonia que mande a recoger las mariposas amarillas que soltó, porque la guerra todavía no termina.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/implicaciones-del-no/497863

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Nuevo acuerdo de paz que firmaron el Gobierno colombiano y las FARC-EP

América del Sur/15 de noviembre de 2016/Fuente: telesur
El anuncio del nuevo acuerdo fue hecho el pasado sábado pero hubo diferencias de último entre las partes y fue hasta la madrugada de este lunes que se publicó.

Comunicado Conjunto No. 5
La Habana, Cuba, 14 de noviembre de 2016

Las delegaciones del Gobierno Nacional y las FARC-EP informamos a la opinión pública lo siguiente:

A partir de este momento los colombianos pueden leer en su totalidad, el nuevo Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera que incluye los cambios, precisiones y ajustes firmados el 12 de noviembre.

El texto completo está disponible en la página web www.mesadeconversaciones.com.co

Estamos convencidos que la lectura de todo el documento permite una comprensión integral y genuina de lo acordado, y que los cambios, precisiones y ajustes del nuevo Acuerdo lo fortalecen y responden a las inquietudes y sugerencias hechas por diferentes sectores de la sociedad, preservando a la vez  las reformas y transformaciones contenidas en el Acuerdo del 26 de septiembre, que son la base de una paz estable y duradera.

PREÁMBULO

Recordando que los diálogos de La Habana entre delegados y delegadas del Gobierno Nacional, presidido por el Presidente Juan Manuel Santos y delegados y delegadas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, con la decisión mutua de poner fin al conflicto armado nacional, tuvieron origen como resultado del Encuentro Exploratorio sucedido en la capital de la República de Cuba entre el día 23 de febrero y el día 26 de agosto de 2012; Estimando que como resultado de los diálogos exploratorios referidos se produjo un Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, firmado en la fecha última citada ante testigos nacionales y ante delegados de la República de Cuba y del Reino de Noruega que sirvieron igualmente como testigos, y que, desde entonces, asienten el proceso como países garantes; Destacando que la República Bolivariana de Venezuela y la República de Chile se han aprestado en todo momento a brindar sus buenos oficios como países acompañantes; Rememorando que en desarrollo de la agenda aprobada en el Acuerdo en mención se instaló la Mesa de Conversaciones el día 18 de octubre de 2012 en la ciudad de Oslo, capital del Reino de Noruega, para luego continuar actividades en la capital cubana sin solución de continuidad hasta la celebración del acto de suscripción del nuevo Acuerdo Final; Considerando que como consecuencia de lo atrás enunciado el 24 de agosto del año que cursa las partes suscribieron un Acuerdo Final Para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera; que dicho acuerdo fue objeto de consulta al pueblo en los términos de un plebiscito acogido por las partes en su correspondiente momento, en fecha establecida para tal propósito (el pasado 2 de octubre), y mediando sentencia proferida por la Corte Constitucional que indicó al país los términos y condiciones del camino escogido; Reconociendo que el veredicto de las urnas arrojó la prevalencia del NO sobre el SI, sin que ello significara rechazo al derecho a la paz ni a los derechos fundamentales; Resaltando que la propia sentencia de la Corte Constitucional arriba aludida puso de presente los lineamientos a seguir en caso de darse el NO como respuesta mayoritaria en la jornada plebiscitaria; que dicho pronunciamiento de la alta Corte indica que se mantienen las competencias del Presidente de la República para mantener el orden público, “incluso a través de la negociación con grupos armados ilegales, tendiente a lograr otros acuerdos de paz”; Haciendo valer la decisión de las partes de proseguir con la búsqueda de la paz escuchando previamente a quienes manifestaron sus reservas a contenidos del Acuerdo Final primeramente signado, con el anhelo de llegar a un nuevo acuerdo de mayor consenso; que lo alcanzado con ello fue haber logrado enriquecer y modificar el Acuerdo anterior, teniendo en cuenta las inquietudes y las propuestas, aclaraciones y definiciones puntuales hechas por los más variados grupos y organizaciones sociales, sectores de opinión y movimientos y partidos políticos; que después de estudiar con desprevención y esmero todo lo puesto a consideración de las partes negociadoras por los interesados, se introdujeron importantes y numerosos cambios y modificaciones sustanciales a los textos antiguos convirtiendo el Acuerdo de Paz anterior en un nuevo Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera; Subrayando que el nuevo Acuerdo Final que se suscribe en la fecha corresponde a la libre manifestación de la voluntad del Gobierno Nacional y de las FARC-EP – habiendo atendido sí, diversas iniciativas de sectores del pueblo de Colombia -, obrando de buena fe, y con la plena intención de cumplir lo acordado; Teniendo presente que el Artículo 22 de la Constitución Política de la República de Colombia impone la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento; que el Artículo 95 afirma que el ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Constitución implica responsabilidades, entre ellas, propender al logro y mantenimiento de la paz; Destacando que la paz ha venido siendo calificada universalmente como un derecho humano superior, y requisito necesario para el ejercicio de todos los demás derechos y deberes de las personas y del ciudadano; Teniendo presente que el nuevo Acuerdo Final recoge todos y cada uno de los acuerdos alcanzados en desarrollo de la agenda del Acuerdo General suscrita en La Habana en agosto de 2012; y que para lograrlo, las partes, siempre y en cada momento, se han ceñido al espíritu y alcances de las normas de la Constitución Nacional, de los principios del Derecho Internacional, del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, del Derecho Internacional Humanitario (Convenios y Protocolos), de lo mandado por el Estatuto de Roma (Derecho Internacional Penal), de los fallos proferidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos relativos a los conflictos y su terminación, y demás sentencias de competencias reconocidas universalmente y pronunciamientos de autoridad relativos a los temas suscritos; Poniendo de presente que los derechos y deberes consagrados en Carta, se interpretan de conformidad con los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia, sin que su goce o ejercicio puedan ser objeto de limitación.

Recordando que el Artículo 94 manifiesta que “la enunciación de los derechos y garantías contenidos en la Constitución y en los convenios internacionales vigentes, no debe entenderse como negación de otros que, siendo inherentes a la persona humana, no figuren expresamente en ellos; Poniendo en consideración que la suma de los acuerdos que conforman el nuevo Acuerdo Final contribuyen a la satisfacción de derechos fundamentales como son los derechos políticos, sociales, económicos y culturales; los derechos de las víctimas del conflicto a la verdad, la justicia y la reparación; el derecho de los niños, niñas y adolescentes; el derecho de libertad de culto y de su libre ejercicio; el derecho fundamental a la seguridad jurídica individual y/o colectiva y a la seguridad física; y el derecho fundamental de cada individuo y de la sociedad a no sufrir la repetición de la tragedia del conflicto armado interno que con el presente Acuerdo se propone superar definitivamente; Subrayando que el nuevo Acuerdo Final presta especial atención a los derechos fundamentales de las mujeres, de los grupos sociales vulnerables como son los pueblos indígenas, las niñas, niños y adolescentes, las comunidades afrodescendientes y otros grupos étnicamente diferenciados; de los derechos fundamentales de los campesinos y campesinas y de los derechos esenciales de las personas en condición de discapacidad y de los desplazados por razones del conflicto; de los derechos fundamentales de las personas adultas mayores y de la población LGBTI; Poniendo de presente que en desarrollo de lo anteriormente subrayado el Estado, en cumplimiento del Artículo 13 de la Constitución Política de Colombia, debe garantizar el derecho a la igualdad y a la no discriminación en sus distintas dimensiones; que debe propender por que se den las condiciones que permitan la protección eficaz de las personas que se encuentren en debilidad manifiesta y la sanción de los abusos que se cometan contra ella.

Enfatizando, que Colombia ha suscrito tratados y declaraciones internacionales que consagran la igualdad, la no discriminación de las personas y la tolerancia como conductas universales, no solo como principios, sino como valores que se deben aplicar y defender como condición para el logro de la paz y el progreso económico y social de todos los pueblos, y poniendo de presente que la tolerancia consiste en “la armonía en la diferencia”; Reparando que, a juicio del Gobierno Nacional, las transformaciones que habrá de alcanzarse al implementar el presente Acuerdo deben contribuir a reversar los efectos del conflicto y a cambiar las condiciones que han facilitado la persistencia de la violencia en el territorio; y que a juicio de las FARCEP dichas transformaciones deben contribuir a solucionar las causas históricas del conflicto, como la cuestión no resuelta de la propiedad sobre la tierra y particularmente su concentración, la exclusión del campesinado y el atraso de las comunidades rurales, que afecta especialmente a las mujeres, niñas y niños; Valorando y exaltando que el eje central de la paz es impulsar la presencia y la acción eficaz del Estado en todo el territorio nacional, en especial en múltiples regiones doblegadas hoy por el abandono, por la carencia de una función pública eficaz, y por los efectos del mismo conflicto armado interno; que es meta esencial de la reconciliación nacional la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo y bienestar territorial para beneficio de amplios sectores de la población hasta ahora víctima de la exclusión y la desesperanza; Reconociendo los derechos de la sociedad a una seguridad humana integral con participación de las autoridades civiles; Exaltando y consagrando la justicia prospectiva en tanto reconoce derechos fundamentales esenciales para las nuevas y futuras generaciones como son el derecho a una tierra conservada, el derecho a la preservación de la especie humana, el derecho a conocer sus orígenes y su identidad, el derecho a conocer la verdad sobre hechos acontecidos antes de su nacimiento, el derecho a la exención de responsabilidades por las acciones cometidas por las generaciones precedentes, el derecho a la preservación de la libertad de opción, y otros derechos, sin perjuicio de los derechos de las víctimas de cualquier edad o generación a la verdad, la justicia y la reparación; Atentos a que la nueva visión de una Colombia en paz permita alcanzar una sociedad sostenible, unida en la diversidad, fundada no solo en el culto de los derechos humanos sino en la tolerancia mutua, en la protección del medio ambiente, en el respeto a la naturaleza, sus recursos renovables y no renovables y su biodiversidad;

Recordando que el pasado 23 de junio del año en curso, las delegaciones del Gobierno Nacional y de las FARC-EP suscribieron en la capital cubana los acuerdos de Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo y Dejación de las Armas y Garantías de Seguridad, en presencia del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, del Secretario General de Naciones Unidas, del Presidente de la Asamblea General de la ONU, del Presidente del Consejo de Seguridad de la misma organización, del Ministro de Relaciones Exteriores del Reino de Noruega, de los Jefes de Estado de los países acompañantes, de Jefes de Gobierno de países de la región, del Enviado Especial de los Estados Unidos de América y del Representante Especial de la Unión Europea; que tal cese de hostilidades ha venido siendo reiterado desde la fecha de ocurrencia del plebiscito del pasado 2 de octubre; Aceptando que las normas de derecho internacional consuetudinario continuarán rigiendo las cuestiones relacionadas con derechos fundamentales no mencionados en el nuevo Acuerdo Final, incluyendo el mandato imperativo que ordena que “en los casos no previstos por el derecho vigente, la persona humana queda bajo la salvaguardia de los principios de humanidad y de la exigencias de la conciencia pública”; Admitiendo que el nuevo Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera debe ser objeto de refrendación, de acuerdo con el punto 6 de la agenda del Acuerdo General; que dicha refrendación puede efectuarse mediante sistemas de participación ciudadana como son el plebiscito, la iniciativa legislativa, la consulta, el cabildo abierto y otros, o por corporaciones públicas elegidas mediante sufragio sobre cuyos miembros recaiga representación con mandato tales como el Congreso de la República, las asambleas departamentales y concejos municipales; que dicha refrendación se decide por las partes y habrá de hacerse como las normas pertinentes o sentencias lo indiquen; Reconociendo todo lo anteriormente enunciado y en particular el mandato constitucional indelegable que sentencia que es al Presidente de la República como Jefe de Estado, Jefe del Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa a quien corresponde convenir y ratificar acuerdos de paz; El Gobierno de la República de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de ColombiaEjército del Pueblo, hemos acordado: Suscribir el presente Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, con las modificaciones sustanciales que hacen del mismo, un nuevo Acuerdo, cuya ejecución pondrá fin de manera definitiva a un conflicto armado de más de cincuenta años y que a continuación se consigna. El presente Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera se suscribe por el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de ColombiaEjército del Pueblo (FARC-EP), como Acuerdo Especial en los términos del artículo 3 común a los Convenios de Ginebra de 1949, para efectos de su vigencia internacional.

El Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARCEP), firman siete originales incluidos sus anexos, uno para cada una de las partes, uno para cada uno de los países garantes y uno para cada uno de los países acompañantes. El séptimo ejemplar original se depositará inmediatamente tras su firma, ante el Consejo Federal Suizo en Berna o ante el organismo que lo sustituya en el futuro como depositario de las Convenciones de Ginebra.

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Lea-el-nuevo-acuerdo-de-paz-que-firmaron-el-Gobierno-colombiano-y-las-FARC-EP-20161114-0002.html?utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter

Imagen:www.telesurtv.net/__export/1479124878995/sites/telesur/img/multimedia/2016/11/14/nuevo_acuerdo_de_paz.jpg_1718483347.jpg

 

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El acuerdo de paz de Colombia desata la euforia

Colombia/14 de Noviembre de 2016/El Periódico

El presidente, Juan Manuel Santos, destaca las mejoras del nuevo pacto, que ha sido celebrado en las calles de Bogotá.

El nuevo acuerdo de paz alcanzado entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC ha desatado la euforia de miles de ciudadanos que celebraron la noticia en las calles de Bogotá. El acuerdo también ha sido recibido con satisfacción por la diplomacia internacional, que elogia los esfuerzos de los negociadores para superar el rechazo que cosechó el anterior pacto en un referéndum.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aseguró que el nuevo acuerdo de paz con las FARC anunciado el sábado en La Habana debe unir al país porque recoge los planteamientos de todos los sectores sociales y mejora el original, firmado el pasado 26 de septiembre en Cartagena de Indias.

En una alocución para explicar detalles de los cambios hechos, Santos señaló que el documento inicial, defendido a capa y espada por su Gobierno, ha sido elogiado por expertos de todo el mundo, pero admitió: «con toda humildad, quiero reconocer que este nuevo acuerdo es un mejor acuerdo».

A la renegociación con las FARC se llevaron 57 puntos planteados por la oposición que lideró la campaña por el «no» en el plebiscito del pasado 2 de octubre, por la Iglesia católica, confesiones evangélicas, empresarios, magistrados y partidarios del «sí», entre otros sectores.»Sus iniciativas contribuyeron a lograr este nuevo acuerdo que ahora es de todos. ¡De todos!», afirmó.

LLAMAMIENTO A LA UNIDAD

Santos agradeció especialmente a los expresidentes Álvaro Uribe (2002-2010) y Andrés Pastrana (1998-2002), así como a la exministra de Defensa Marta Lucía Ramírez, todos en la oposición y atrincherados en la campaña del «no», las contribuciones que hicieron en el diálogo nacional que él convocó tras el plebiscito.

«Mirando para atrás, el resultado del plebiscito nos abrió la oportunidad de unirnos y quiero agradecer nuevamente la buena disposición y la buena voluntad con la que participaron todos los voceros, en particular los del ‘no'», añadió.

El líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Timoleón Jiménez ‘Timochenko’, afirmó en Twitter que «está triunfando la paz» tras la firma de un nuevo acuerdo de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos en La Habana. «Hemos realizado nuestro mayor esfuerzo por responder a los anhelos de paz y hemos cumplido», dijo en otro tuit el jefe insurgente, cuyo verdadero nombre es Rodrigo Londoño Echeverri.

La alta representante de la UE para la Política Exterior y vicepresidenta de la Comisión Europea, Federica Mogherini, mostró su esperanza de que el nuevo acuerdo de paz firmado por el Gobierno colombiano y las FARC sirva para ampliar el consenso de la sociedad.

El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, felicitó al presidente de Santos, por el nuevo acuerdo de paz que alcanzó su Gobierno con las FARC y consideró que tras más de medio siglo de conflicto armado ningún pacto podrá satisfacer a todas las partes por completo. «Después de 52 años de guerra, ningún acuerdo de paz puede satisfacer a todos en detalle. Pero este acuerdo constituye un importante paso adelante en el camino de Colombia hacia una paz justa y duradera», consideró Kerry en un comunicado remitido a la prensa al poco de anunciarse el nuevo acuerdo.

CELEBRACIÓN EN BOGOTÁ

Decenas de colombianos se reunieron en la céntrica plaza bogotana de Bolívar para celebrar bailando bajo una lluvia intermitente el nuevo acuerdo de paz alcanzado hoy entre el Gobierno de su país y la guerrilla de las FARC. El Campamento por la paz, instalado hace más de un mes en la plaza, ha servido de punto de encuentro para aquellos que al conocer el nuevo pacto han decidido desplazarse hasta el centro de Bogotá esta tarde para festejar el acuerdo con tangos y milongas.

La convocatoria, difundida a través de las redes sociales ante la inesperada noticia, tuvo una menguada respuesta al ser este un sábado que marca el inicio de un puente festivo en el que muchos bogotanos aprovecharon para salir de la ciudad. Entre quienes se congregaron ante la escalinata de la Catedral Primada de Colombia había algunas mujeres con atuendos propios de las zonas rurales del país que, emocionadas y aplaudiendo, escucharon las palabras los jefes negociadores del Gobierno, Humberto de la Calle, y la guerrilla, «Iván Márquez», alias de Luciano Marín Arango.

Carolina Velandia, una de las asistentes, afirmó que bailaba para agradecer la «resistencia» de los ciudadanos que durante las últimas semanas han acampado para exigir un acuerdo de paz definitivo. «Queremos una Colombia reconciliada, incluyente y que se pueda abrazar. Necesitamos más ideas y menos balas», señaló Velandia en declaraciones a Efe.

Fuente: http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/acuerdo-paz-colombia-desata-euforia-5625744

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