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Libro: Terminó la guerra, el postconflicto está en riesgo

Terminó la guerra, el postconflicto está en riesgo 
A un año del acuerdo de paz

León Valencia Agudelo. [Compilador] 
León Valencia Agudelo. Ariel Ávila Martínez. Carlos Montoya Cely. Juan Diego Castro León. Naryi Vargas Cáceres. Alejandro Jiménez Gonzáles. Diego Alejandro Restrepo Osorio. Laura Alejandra Alonso García. Esteban Salazar Giraldo. Lina Macías Montaño. Giorgio Londoño Medina. Mateo Alejandro Córdoba Cárdenas. Alejandra Saffon Escobar. [Autores de Capítulo]
…………………………………………………………………………

ISBN 978-987-722-286-9

CLACSO. Fundación Paz & Reconciliación. Redprodepaz. La Iniciativa – Unión por la Paz. Corporación Vivamos Humanos. Fundación Franz Weber.
Buenos Aires.
Noviembre de 2017
 

La guerra terminó. Lo que está en discusión es la calidad del post-conflicto. Las preguntas después de un año de firmado el acuerdo de paz tienen que ver con el camino que elegiremos en la transición: ¿Tendremos un post-conflicto especialmente violento como el de Centro-América? ¿Zanjaremos las enormes diferencias y controversias que en torno a las negociaciones de paz se han tejido con más ardor que razón? ¿Echaremos pronto las bases de la reconciliación nacional con verdad, con justicia, con reparación? ¿Los 281 municipios que han sufrido la guerra recibirán una verdadera atención del Estado, los empresarios y la comunidad internacional, para superar la presencia de economías ilegales y construir institucionalidad democrática, mercados legales y ciudadanía? ¿Se abrirá el país a un tiempo de reformas políticas, económicas y sociales en pos de la modernización, de la inclusión política y de la equidad social?
Fuente:http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1314&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1253
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Colombia: La huerta con la que siembran paz en un colegio de Santander de Quilichao

Colombia/Noviembre de 2017/Autoras: Carolina Sterling y Valentina Maza/Fuente: El País

Rodeado de grandes montañas se encuentra el corregimiento de Mondomo en Santander de Quilichao y al subir la ‘trocha’ por la vía El Turco se comienzan a escuchar las risas de los niños, el sonido que produce el balón al patearlo en la arena y los cánticos de los menores que expresan el dolor que ha vivido esta pequeña comunidad a causa del conflicto armado. Se trata de la Institución Educativa Agropecuaria Las Aves, más conocida como la Escuela Rural El Arbolito.

Uno de los cuatro maestros que se encuentran en esta escuela es el líder y creador de una estrategia innovadora para transformar positivamente la vida de los niños y familias que habitan en este lugar tratando de superar un triste pasado, pues donde anteriormente se sembraba terror, hoy se siembra paz.

“El sistema educativo tradicional no estaba calando en los niños, queríamos que el aprendizaje fuera significativo para que pudieran poner en práctica lo aprendido, así escogimos la huerta escolar”, expresó el profesor y líder Jorge Campo Noguera, quien tuvo la iniciativa de crear una huerta en la escuela ‘El arbolito’.

Para llegar al centro educativo se debe hacer un recorrido de una hora y quince minutos desde el municipio de Jamundí, luego al llegar a Mondomo, se sube una carretera destapada por la vía El Turco en donde se pierde completamente la señal del celular y se comienzan a ver algunas casas construidas en barro y a niños que juegan descalzos.

Al subir la trocha por más de veinte minutos se visualiza al fin la escuela rural en medio de la nada, donde 71 niños toman clases hasta el mediodía y almuerzan en los mismos pupitres donde estudian o incluso, en el suelo, pues no cuentan con un comedor, ya que las ayudas que se les ha brindado han sido pocas.

La vereda ‘El arbolito’ hace 6 años sufrió el conflicto armado y la escuela no fue la excepción, constantes enfrentamientos entre las Farc y el Ejército hicieron que los niños vivieran la guerra con normalidad, haciendo que muchos tuvieran como aspiraciones
– y limitados por las faltas de oportunidades en la región- el deseo de pertenecer a grupos armados (Ejército o Farc).

“No estamos educando niños para la guerra”, decía Jorge con una expresión de tristeza al recordar aquel estudiante que por voluntad propia quiso hacer parte de un grupo armado, pues sus esperanzas por un mejor futuro se habían desvanecido. De ahí surge la necesidad de incentivar a los niños a que vean en la agricultura una posibilidad de llevar una vida digna y borrar de su mente alternativas como el uso de drogas o pertenecer a grupos delincuenciales.

Huerta Santander de Quilichao

Con la huerta florecen nuevas esperanzas para una mejor calidad de vida.

Carolina Sterling / especial para El País

Al llegar a la escuela, los niños expresaron su deseo por cantar. La gran sorpresa fue la letra de sus canciones, las cuales llevan plasmada la violencia que ha vivido el territorio “…Al llegar a casa se dio cuenta de que había muerto su mamá, encima de una mesa una carta encontró, decía: ‘hijo yo te amo con el corazón’…”

Con el deseo de transformar la historia, nació la idea de sembrar un camino diferente y de cosechar un futuro de paz para los niños que habitan esta zona, a través de la huerta, en donde florecen nuevas esperanzas para una mejor calidad de vida.

En los niños se está tratando de rescatar la imagen del campesino para recuperar los valores propios de la comunidad, pues socialmente se piensa que son personas con pocas oportunidades, pero gracias a la huerta, muchos niños expresan el gran deseo de ser agricultores y de querer llevar la siembra a sus casas. De esta manera, Jorge ha demostrado que a través de la enseñanza y el respeto por cuidar la tierra, el agua y el medio ambiente se brinda una mejor educación y se van transformando los sueños de los niños, quienes antes querían cargar fusiles, ahora cargan semillas, regaderas y palas con las que aran la tierra.

“Lo que buscamos con la huerta es que los estudiantes no vean la agricultura como un trabajo, sino como la posibilidad de abastecerse de alimentos para el consumo diario”, expresó la profesora Saida Yalanda.
Los padres de familia, por su parte, al ver la pequeña producción que se hizo el año pasado, han venido apoyando la huerta con sus conocimientos, ya que es una práctica que a futuro se piensa llevar a los hogares.

A través del trabajo que se ha venido desarrollando con padres de familia, estudiantes, profesores y líderes de la comunidad se fue visualizando el trabajo de la huerta y fueron invitados para participar en ‘Líderes solidarios’ por la Fundación Internacional América Solidaria. Debieron entonces realizar un video sobre el manejo que le hacen a la huerta y los propósitos que persiguen a través de ella.

El 14 de agosto pasado, el profesor Jorge Campo recibió la noticia de que el proyecto de la ‘Huerta para la paz’ clasificó entre los 20 ganadores de 435 proyectos de la convocatoria realizada por la mencionada fundación, que trabaja para la superación de la pobreza infantil en América. Se ganaron como premio el derecho de tener una capacitación en Chile sobre gestión de proyectos y liderazgo social. Y por supuesto, fue recibida por el profesor Jorge Campo para que sigan trabajando con la comunidad en proyectos educativos.

A futuro, ‘Huerta para la paz’ tiene como propósito agrandar el espacio para establecer una parcela donde se siembren las plantas medicinales que ancestralmente ha tenido la comunidad para sanar enfermedades y armonizar el cuerpo. Así la huerta se convertirá en lo que los indígenas llaman ‘Tul tradicional’, que combina los saberes de antaño con la dimensión espiritual; recogiendo una gran cosecha de paz, fruto del trabajo que entre maestros, padres de familia y estudiantes están sembrando hoy.

Fuente: http://www.elpais.com.co/colombia/la-huerta-con-la-que-siembran-paz-en-un-colegio-de-santander-de-quilichao.html

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Colombia realizará festival para la reconciliación y la paz

Colombia / www.telesur.com / 16 de Agosto de 2017

Uno de los objetivos de este festival es transmitir la necesidad que tiene «esta generación de jóvenes» para trabajar por la reconciliación entre los colombianos.

El Festival Nacional de la Juventud que se realizará este fin de semana en Medellín, Colombia, tiene como propósito resaltar la necesidad de paz y reconciliación en un momento histórico para la población, expresó Johnny Marín, uno de los coordinadores del evento.

En entrevista para el programa Paz por Lozano, transmitido por teleSUR, los miembros del equipo organizador en Colombia, Johnny Marín y Cindy Pérez, hablaron de los objetivos que se quieren alcanzar con la realización del festival.

«El festival se enmarca en un momento histórico porque todo lo que hagamos va a definir nuestro futuro», dijo Marín al mencionar que la bandera fundamental será «la paz, la democracia, la solidaridad y la reconciliación».

También instan a que se generen más políticas de empleo que impacten en la población para que los jóvenes tengan más oportunidades y no regresen a la guerra. El acceso a la educación es un factor indispensable para que se evite que más jóvenes sean reclutados. «Quienes tenemos más problemas para acceder a la educación superior somos las mujeres», dijo Pérez.

La consigna del festival es «Porque jóvenes es paz y reconciliación» y se espera que el evento sea lo más diverso posible con la participación de 140 organizaciones de todo el país, informó Marín.

Además, se espera que tenga un enfoque de género para tocar el tema de los derechos de las mujeres, principalmente, «el eje de la juventud trabajadora, de la mujer trabajadora», expresó Pérez.

Colombia tiene una deuda con los jóvenes y las mujeres, ya que entre la cifra de desempleados, son precisamente los jóvenes quienes representan el mayor porcentaje y «el 51 por ciento somos mujeres», apuntó.

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Colombia-realizara-festival-para-la-reconciliacion-y-la-paz-20170814-0058.html

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Perú: Encuentro internacional de partidos comunistas y revolucionarios de América Latina y el Caribe

América del Sur/Perú/Junio del 2017/Noticias/http://www.granma.cu/

Como punto final, fue firmada por los delegados de las organizaciones participantes, la Declaración de Lima, que recoge los principales retos en el contexto latinoamericano actual

Lima.— Un llamado a la construcción y fortalecimiento de la unidad, la democracia, la justicia y la soberanía nacional de los países de América Latina y el Caribe fue el principal saldo del histórico Encuentro de Partidos Comunistas y Revolu­cionarios, efectuado en la capital peruana entre el 26 y el 28 de agosto pasados.

El evento tuvo como objetivo evaluar las experiencias de los gobiernos de izquierda y progresistas en la región y las luchas de los partidos fuera del Estado.

Como punto final, fue firmada por los delegados de las organizaciones participantes, la Declaración de Lima, que recoge los principales retos en el contexto latinoamericano actual.

El documento denunció que se vive en la mayor crisis en la historia del capitalismo, y que existe una contraofensiva imperial que alienta políticas y discursos anticomunistas.

En ese marco mencionó los casos de los golpes de Estado de nuevo tipo como los de Honduras, Paraguay y el que se lleva a cabo en Brasil, así como los intentos golpistas en Venezuela, Bolivia, Salvador y Ecuador.

La declaración saludó con beneplácito el Acuerdo de Paz firmado recientemente en La Habana entre el gobierno de Colombia y las FARC-EP.

El documento firmado en Lima expresa su solidaridad con el pueblo cubano y exige el fin del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a la Isla.

Asimismo, resalta  que el encuentro se realizó a pocos días del cumpleaños 90 del líder de la Revolución cubana Fidel Castro: “ejemplo de conducta revolucionaria y compromiso con su pueblo, para todos los luchadores de nuestro continente”.

En ese sentido, durante el evento se hizo sentir  el aprecio y la admiración por Fidel con menciones a su obra y su ejemplo, y una de las jornadas contó con un espacio para rendirle homenaje, refirió Prensa Latina.

Por su parte, la delegación del Partido Comunista de Cuba, encabezada por José Ramón Balaguer, miembro del Secretariado y jefe del departamento de Relaciones Internacionales del PCC, presentó el Consenso de Nuestra América, que establece las bases para un programa de acción común.

El funcionario cubano destacó que el documento recoge propósitos comunes de independencia y soberanía; decisión de actuar en conjunto para eliminar todo lo que conspire contra el desarrollo de nuestros pueblos y lo importante es que sea analizado y discutido.
Balaguer señaló que la forma de llevar a cabo lo planteado en el Consenso de Lima debe responder a la realidad de cada país y recordó que sin unidad no hay posibilidad de quitarle el poder a la derecha.

En la presentación del documento, Basilio Gutiérrez, funcionario del departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del PCC, hizo un resumen en el que destacó que aborda los conceptos, valores y proyecciones políticas que corresponde asumir a la izquierda y el progresismo con el objetivo de conducir los cambios en América Latina y el Caribe.

Señaló igualmente que el Consenso de Nuestra América no constituye un proyecto concreto para un país o fuerza política determinada. La realidad a transformar tiene muchas singularidades y diferencias entre países, al interior de éstos, incluso entre las organizaciones políticas y sociales convocadas.

Aspiramos a que la igualdad y justicia social sea la mayor posible entre nuestros países, pueblos y las personas bajo el principio de la equidad. La política económica y social debe garantizar una redistribución justa de la riqueza, prosiguió.

Organizado por los partidos Comunista Peruano y Comu­nista-Patria Roja (en proceso de unificación) el encuentro reunió organizaciones de países como Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador, El Salvador, México, Nicaragua, Perú, Uruguay y Ve­nezuela.

Fuente :

http://www.granma.cu/encuentro-internacional-de-partidos-comunistas-y-revolucionarios-de-america-latina-y-el-caribe/2016-08-29/por-la-unidad-la-justicia-y-la-soberania-nacional-29-08-2016-22-08-49

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/IMiCO1qJQeq_agr8_Npof3L7xRvJao4OSoaMRL2zYkU1_jrR-K2eJVFarzvfpE0LBH0XeQ=s85

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Venezuela: LA ESCUELA COMO REFERENTE DE CONVIVENCIA

Venezuela/Junio de 2017/Fuente: MPPE

Semana de reflexión por la convivencia y contra la promoción del odio y la violencia
“la escuela no puede ser reflejo de la sociedad que tenemos, la escuela debe ser reflejo de la sociedad que queremos”. Maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa

 Seguramente al leer esta frase de nuestro maestro Prieto, cada quien se paseará por la sociedad que tiene y la que quiere, y seguramente unas personas soñarán en una sociedad y otras en otra Habrá coincidencias y habrá diferencias.

La escuela es un espacio colectivo. Convergen y concurren en ella personas de diversas culturas, religiones, costumbres y valores, distintos rasgos físicos, personalidades y comportamientos totalmente distintos. POR ESO LA IMPORTANCIA DE APRENDER A CONVIVIR. Para aprender a convivir con tanta diversidad, es fundamental VALORAR, RESPETAR Y RECONOCER LA DIVERSIDAD Y LAS DIFERENCIAS. Nadie escoge con quien trabaja o estudia en una escuela. Pero ahí están, juntos y juntas, todos los días. Por ejemplo, un niño católico y un niño evangélico en el mismo salón. El católico cree que su religión es la mejor y el evangélico cree que la suya es la mejor. La escuela deberá ser el espacio para que, por ejemplo, el niño católico aprenda a respetar la religión evangélica, sin burlarse o descalificarla y el niño evangélico respete la decisión de una familia a ser católica, sin cuestionarla. Y es así con todas las diferencias: el joven andino con el joven oriental, la muchacha del barrio con la muchacha de una urbanización, un hijo de europeo compartiendo con un afrovenezolano, la niña ciega con la mniña que ve. PARA ESO ES LA ESCUELA. El maestro Prieto insistía en la obligatoriedad de la educación para todos y para todas como un acto colectivo y deber indeclinable del Estado para garantizarla, porque lo que un hogar no hace, lo debe hacer la escuela, el daño que, por ejemplo, una mala comunidad pudiese hacer, lo debe poder corregir la escuela y lo que se hace en la escuela debe poder cambiar a esa comunidad. Por ejemplo, el hijo blanco de un racista debe aprender a convivir con personas con otro color de piel, ¿Dónde?, en la escuela; el hijo de un chavista discutiendo abierta, francamente y sin odio, con la hija de una persona que se opone al chavismo, ¿Dónde?, en la escuela. ES SU DEBER. Es necesario enfatizar en EL DEBER

INDECLINABLE que tiene el Estado en la formación integral de sus ciudadanos y ciudadanas (Art. 102, CRBV). LAS ESCUELAS SUS DOCENTES SON ESTADO. La escuela como espacio de tregua y de encuentro. Ahí es donde los educadores y las educadoras, sean docentes de aula, coordinadores, coordinadoras directores o directoras NO PUEDEN ROMPER ESTE CÓDIGO ÉTICO. Los niños, las niñas, adolescentes y jóvenes como prioridad absoluta e interés superior para la toma de decisiones y para las acciones, no pueden ser vulnerados o vulneradas en sus derechos, EN SU DERECHO A VIVIR EN UNA ESCUELA DONDE SE LE ENSEÑE, SE LE CUIDE, SE LE PROTEJA, SE LE RESPETE, SE LE AME Y SE LE RECONOZCA. Cada maestro y cada maestra debe estar consciente de su papel EQUILIBRADOR DE DIFERENCIAS Y FORMADOR EN, POR Y PARA LA CONVIVENCIA. Por ejemplo, una niña de un colegio de monjas (de solamente niñas), llama a su mamá, que es chavista, con mucha angustia porque las profesoras las van a sacar a la avenida a protestar contra el gobierno, le dice la niña a su mamá “yo voy porque mi profesora va y me da miedo que la agarre conmigo si no voy”. Los profesores y las profesoras saben que pueden tener ese poder, en la política, en la cultura, en la religión, en las creencias, PERO TAMBIÉN SABEN QUE NO LO DEBEN HACER, ES UN CÓDIGO DE ÉTICA BÁSICO QUE TODO DOCENTE DEBE ASUMIR. ¿Una directora en una institución educativa privada que pone a los y las estudiantes a cantar el himno sentados y con la bandera al revés, no está quebrantando toda la ética y la moral educativa?. Por eso, todo el personal directivo, docente, administrativo y obrero de una institución educativa en todos sus niveles y modalidades, tanto públicas como de gestión privada, NO PUEDEN PERDER LAPERSPECTIVA DE SU PAPEL EDUCATIVO, SOCIAL Y CULTURAL PARA ENSEÑAR A VIVIR EN PAZ Y EN CONVIVENCIA, sobre todo en una patria que es de hecho, de derecho y de justicia, democrática, multiétnica y pluricultural. ES BIOSOCIODIVERSA.

 Por otro lado, ¿Qué le permite a una sociedad en cualquier parte del mundo, encontrarse a pesar de sus diferencias?, SU CONSTITUCIÓN. El artículo 20 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) establece que “toda persona tiene derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad, sin más limitaciones de las que se derivan del derecho de las demás y del orden público y social”. Es un ordenamiento jurídico equilibrador de posturas, lógicas, valores, creencias, culturas, pensamientos, métodos y comportamientos distintos. El derecho a la manifestación pacífica está en nuestra constitución, pero preguntamos entonces, ¿Es constitucional llenar a una persona de gasolina y prenderle fuego con un yesquero?, ¿Es constitucional lanzar piedras y bombas molotov a una escuela con niños y niñas en susactividades escolares?, ¿Es pacífico sacar mesas sillas de un liceo, romperlas y usarlas para trancar el libre tránsito o destruir completamente un maternal?, ¿Es constitucional impedir el goce y ejercicio del derecho humano a la educación haciendo barricadas impidiendo el libre tránsito para que niños y niñas no puedan asistir a sus escuelas?. La respuesta a cada interrogante nos lleva a la evidencia de que los hechos que hemos estado viviendo en estos meses han roto inescrupulosamente e intencionalmente este precepto de equilibrio y respeto y ha colocado A UNA MAYORÍA DE CIUDADANOS Y CIUDADANAS EN SITUACIÓN DE INDEFENSIÓN.

Es en este momento en que se crece la escuela como espacio de encuentro, de reconciliación, de tolerancia, de comprensión, de estudio de lo que verdaderamente está pasando. Cuando el ministro del poder popular para la educación, Elías Jaua, afirma “LA ESCUELA ES SAGRADA”, no es para aislarla o que se desconozca lo que estamos viviendo, sino que al contrario, es en la escuela donde podemos mirarnos cara a cara, desde lo humano, sin intolerancia, con comprensión de nuestras diferencias, sin discriminaciones ni agresiones. Es el espacio hermoso para comunicarnos como seres humanos sin acudir a la incitación al odio y a la violencia. Por eso se hace necesario que leamos y discutamos la importancia de cumplir con el artículo 10 de la Ley Orgánica de Educación: “Se prohíbe en todas las instituciones y centros educativos del país, la publicación y divulgación de programas, mensajes, publicidad, propaganda y promociones de cualquier índole, a través de medios impresos, audiovisuales u otros que inciten al odio, la violencia, la inseguridad, la intolerancia, la deformación del lenguaje; que atenten contra los valores, la paz, la moral, la ética, las buenas costumbres, la salud, la convivencia humana. Prohibida toda actividad que promueva el terror, las discriminaciones de cualquier tipo, el deterioro del medio ambiente y el menoscabo de los principios democráticos, de soberanía nacional e identidad nacional, regional y local”. Ya es ilegal que todo esto se incite en las calles, en comunidades, pero es más ilegal aún que se haga en las escuelas. LAS ESCUELAS DEBEN SER REFERENTES DE LA EDUCACIÓN EN, POR Y PARA LA PAZ. DEBEN HACER LA DIFERENCIA, para crear desde nuestras instituciones educativas, ciudadanía, cultura de convivencia, solidaridad, bien común y compromiso social; respeto a la vida y al ambiente; amor y estima a sí mismos, a sí mismas y a los y las demás; valoración y disfrute por la vida y por el aprendizaje; respeto al trabajo en colectivo, al ejercicio de una comunicación permanente y promover un clima escolar caracterizado por la convivencia y la paz. DESDE LA PEDAGOGÍA DEL AMOR, EL EJEMPLO Y LA CURIOSIDAD, la escuela se convierte en el espacio sagrado que emane hacia la sociedad un mundo mejor donde vivir.

Orlando Figuera fue un joven humilde y afrovenezolano que se incorporó a una manifestación contra el gobierno, al verlo, la gente presente dijo que era chavista, lo golpearon, lo apuñalaron, lo rociaron con gasolina, y otro joven, encapuchado, probablemente de su misma edad, le prendió fuego con el uso de un yesquero. Orlando Figuera falleció luego de sufrir por muchos días todas las heridas y quemaduras. ¿Cuál fue su delito?, ¿ser negro?, ¿ser pobre?, ¿ser chavista?. ¿Cuánto odio y cuánta sed de violencia puede acumularse en un grupo de personas para que desee quemar a un hombre vivo sin ningún tipo de compasión?. ESO NO SOMOS LOS VENEZOLANOS Y LAS VENEZOLANAS. ESO ES UNA ESPECIE DE ENAJENACIÓN (ajeno a sí mismo), PRODUCTO DE UNA GUERRA MEDIÁTICA. Nuestros abuelos y abuelas nos enseñaron “donde comen dos comen tres”, nuestros abuelos y abuelas nos enseñaron “échele agua al sancocho que llegó visita”, nuestros abuelos y abuelas nos enseñaron a atender al enfermo y asistir al desamparado. ESO SÍ SOMOS. En paz o en tiempos de guerra económica, política, mediática y guerra psicológica, eso somos. No podemos permitir que nos quiten nuestra naturaleza solidaria y de convivencia heredada de nuestros pueblos indígenas, afrovenezolanos y campesinos en general. Simón Rodríguez decía “si todos pensamos en todos, no faltará quien piense en mí”.

Al principio señalábamos acerca de la sociedad que tenemos y la que queremos y que probablemente toda la población no coincidía en la que se quiere. Por eso es tan importante seguir los principios y preceptos de la constitución que es la que nos encuentra como nación. Hay gente, por ejemplo, volteando la bandera al revés y usando la bandera de siete estrellas como símbolo de que añora el país que teníamos antes de 1999. Por otro lado, una indígena Pumé que en la década de los noventa no fue atendida en el hospital porque “indio no es gente”, seguramente tiene miedo a que ese país vuelva otra vez, esta Pumé no quiere cambios sino que continúe la inclusión que ella está viviendo, o la madre que mendigó un cupo para su hijo en un liceo y se lo negaron por no tener la plata para la inscripción, espera que ese país no vuelva nunca jamás, ya que hoy constitucionalmente, la educación es un derecho humano. ESO ES LO QUE DEBE REFLEXIONARSE EN NUESTRAS ESCUELAS. DE QUÉ SE TRATA LA REFUNDACIÓN DE LA REPÚBLICA QUE EL PUEBLO VENEZOLANO DECIDIÓ COMO FÍN SUPREMO EN 1999. Un pueblo visibilizado e incluido en el goce y ejercicio de sus derechos, en igualdad en condiciones y oportunidades y en la construcción de una verdadera justicia social, es un pueblo que lucha por lo conquistado, por la soberanía y la independencia.

En el marco de los hechos de agresión, violencia, manipulación, zozobra, angustias que se han generado en el país, la escuela debe ser el espacio para el encuentro tanto de coincidencias como de diferencias. En el ámbito educativo hemos vivido focos de destrucción de instituciones educativas, incendios, saqueos, intimidación, incitación al odio e irrespeto y desconocimiento de nuestros símbolos patrios. Hechos violentos en los que han arremetido contra zonas e instituciones educativas, sedes de las misiones Robinson, Ribas y centros del INCES, el inaceptable desprecio e irrespeto a nuestro pabellón, símbolo de nuestra identidad y gesta libertaria, contraviniendo los principios y valores constitucionales, éticos y morales en perjuicio de la integridad física y emocional de las niñas, los niños, adolescentes y jóvenes, violentandotodos los preceptos establecidos al respecto en la CRBV, la Ley Orgánica de Educación (LOE) y la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA)

ESTREMEZCAMOS ENTONCES CON ESTAS REFLEXIONES A TIEMPO. Si nos importan de verdad todos los hijos y todas las hijas de esta patria, sin importar región, clase social, color de la piel, culturas, religiones, con discapacidades o sin ellas. Abramos este espacio genuino. EL MAESTRO Y LA MAESTRA SON PUEBLO. Como pueblo decidimos un día ser profesionales de la educación, como tales, no podemos permitir que toda la guerra mediática nos saque de nuestra perspectiva y nuestro deber como garantes de los fines de la educación y de la formación integral de nuestros niños, nuestras niñas, adolescentes y jóvenes como ciudadanos y ciudadanas que aprendan desde el seno de sus escuelas a vivir en paz y en convivencia.

 Vamos a un PROCESO CONSTITUYENTE, es genuino y necesario para seguir en el camino derefundación desde LA PIONERA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA DE 1999, para CONSTITUCIONALIZAR LO QUE HAYA QUE CONSTITUCIONALIZAR, hacia la consolidación de un verdadero Estado de derecho y de justicia, hacia la profundización de la democracia participativa y protagónica en todos los ámbitos de la vida humana, político, social, cultural, económico y ambiental y en el derecho humano a la Educación pública y gratuita, garantía de la formación de nuestro pueblo para los retos de la patria. Continuar profundizando y perfeccionando nuestra carta magna, no con meras enmiendas o reformas, sino recoger de estos 18 años de práctica y experiencias en logros yavances, pero también en dificultades y obstáculos legales, hacia la MAYOR SUMA DE FELICIDAD POSIBLE PARA NUESTRO PUEBLO. Sea la escuela un espacio que propicie que los ciudadanos y las ciudadanas se reencuentren en esta perspectiva de renovación. Los adultos y las adultas de nuestras escuelas no pueden permitir que éstas se conviertan en espacios de egoísmo, indiferencia, intolerancia, individualismo, de pugnas personales, de desidia y estropicio, del “sálvese quien pueda”, de violencia verbal y física, de indolencia y discriminación, sino que, al contrario, la escuela emane hacia la sociedad alternativas societarias de convivencia en familia y en comunidad.

Cada párrafo de estas reflexiones sirven para la conversación, el debate, las reflexiones, conclusiones, acuerdos y compromisos para ser cada día mejores escuelas en, por y para la inclusión. Sirva esta lectura para el sábado pedagógico, para tomar dos horas diarias entre docentes, con el personal obrero y administrativo, en el aula, cada docente con sus estudiantes de orientación y convivencia, con los consejos educativos. Aun enfrentando una guerra económica, política, mediática y psicológica, nuestros niños, nuestras niñas, adolescentes y jóvenes están estudiando y merecen una escuela donde puedan desarrollar todo su potencial creador y productivo y aprendan a ejercer su derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad sin más limitaciones que el respeto al de los y las demás.

ESA ES LA CONVIVENCIA. Y ESE ES EL TRABAJO DE LA ESCUELA.UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, SI JUNTAS Y JUNTOS LO HACEMOS POSIBLE

Fuente: http://me.gob.ve/index.php/noticias/83-noticias-2027/mayo-2/2985-la-escuela-como-referente-de-convivencia

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“La educación es el mecanismo para romper los círculos de violencia, pobreza y exclusión”.

América del Sur/Colombia/15 Abril 2017/Autor: Jaume Carbonell/Fuente: Diario la Educación

He aquí las medidas que se están tomando a favor de la equidad, contra la violencia y para favorecer el proceso de paz.

Luis Guillermo Patiño es licenciado en Educación y, tras ejercer como profesor de Primaria, recaló en la docencia universitaria especializándose en Derechos Humanos y cultura política. Lleva solo un año en el cargo de secretario de Educación de Medellín pero ya tiene muy bien definidas sus líneas de actuación. Habla con entusiasmo y convicción durante la media hora larga que nos concede un caluroso mediodía de principios de marzo en esta ciudad de la eterna primavera.

¿Cuál es el reto educativo más importante tras el Acuerdo de Paz aprobado en el Congreso?

Desde hace tiempo se trabaja la paz y la convivencia en las instituciones educativas. Pero ahora tenemos en Medellín un programa específico de reinserción  para los niños, jóvenes y personas adultas que estaban en el monte con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)  y que en estos momentos, tras el cese del conflicto armado  (este empezó a mediados de los años sesenta),  se están desplazando a campamentos  para ir haciendo efectiva la desmovilización y entrega de armas; y para ir preparando la reinserción a la sociedad civil.

Los menores de 17 años que no puedan ser atendidos por sus padres serán acogidos en el Instituto de Bienestar Familiar y recibirán la educación que precisen. Los jóvenes se acogerán a procesos de reinserción laboral. Y los guerrilleros analfabetos aprenderán a leer y a escribir y también recibirán formación para el trabajo. Todas estas personas llegarán a la ciudad dentro de un año aproximadamente. Y hay que estar preparados para su acogida.

Ustedes tienen un eslogan que ha dado la vuelta al mundo: “Medellín, la más educada”. ¿En qué fase se encuentra?

Nuestra política educativa se sustenta en tres pilares. El primero es el de la educación por la equidad. Actualmente hay muchas diferencias entre los centros públicos y privados y entre las distintas zonas. Hay que lograr que todos ellos reúnan las mismas condiciones dentro de un proyecto de formación integral. Por otro lado, solo la mitad del alumnado termina el ciclo medio de Bachillerato (corresponde a los grados 11 y 12, que suele coincidir con la edad de 16 y 17 años). Hay que dar nuevas oportunidades al alumnado con dificultades académicas y de convivencia. La educación es el mecanismo del gobierno municipal para romper los círculos de violencia, pobreza y exclusión social.

¿Y ante esta situación, qué medidas han tomado?

Realizamos un trabajo especial con protocolos y programas contra la violencia, el maltrato y el bullying, de mejora de la convivencia y de comunidades protectoras (programa que busca generar espacios en los niñas, niños y adolescentes –incluso desde la gestación– para que estén seguros y tengan la posibilidad de formarse y educarse con calidad. Es un programa de carácter integral que cuenta, además, con las secretarias de Seguridad y Convivencia, Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, Cultura, Participación y Desarrollo Económico; y con la colaboración de los líderes comunitarios y varias organizaciones locales).

También hemos aumentado el número de becas para estudiar en los colegios y universidades. Por otro lado, favorecemos la creación de equipos docentes en la educación pública. Esta atención específica se concreta en el impulso de los CAI (Centros de Atención Inmediata),  que están dotados de más agentes educativos de apoyo, psicólogos y otros especialistas; y con convenios de colaboración con empresas para desarrollar proyectos como el de directivos como líderes transformadores.

Asimismo, hemos articulado una línea de formación intensiva para la docencia donde se trabajan las competencias del desarrollo humano. De ello se encarga el MOVA (Centro de Innovación del Maestro: espacio que propicia, promueve e integra las dimensiones del ser, el saber y el crear de los maestros y a la vez posibilita experiencias personales y profesionales encaminadas a la generación de prácticas educativas diversas y contextualizadas. Está formado por funcionarios de la Secretaría de Educación, investigadores universitarios y maestros de los diversos niveles educativos en comisión de servicio).

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/12/la-educacion-es-el-mecanismo-para-romper-los-circulos-de-violencia-pobreza-y-exclusion-medellin-4/

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“Si tu candidato no sabe cómo cambiar la educación, cambia de candidato”

Por: Julián de Zubiria

El columnista Julián De Zubiría invita a tener presente en las elecciones presidenciales de 2018 y a a construir un acuerdo nacional en torno a lo fundamental en la educación.

“Si tu candidato no sabe cómo cambiar la educación, cambia de candidato”, con esta consigna, en Ecuador, el movimiento ciudadano Contrato Social por la Educación (CSE), alcanzó reconocimiento durante la campaña del 2002. Llegó el momento de pensar algo similar en Colombia: un gran movimiento nacional que ponga la educación en la agenda pública, que garantice la interlocución con el Ministerio de Educación Nacional, de la cual hemos carecido, y que conduzca a la sociedad a un “acuerdo en torno a lo fundamental”, como solía decir Álvaro Gómez. Muy seguramente se han dado las condiciones para hacerlo. En los setenta generamos uno de los Movimientos Pedagógicos más importantes de América Latina, el cual logró impulsar la Ley General de Educación de 1994, ley que quisieron desmontar los gobiernos de Pastrana y Uribe, al dejar de lado lo pedagógico, lo participativo y lo democrático, para concentrarse exclusivamente en los aspectos administrativos de la educación. En años recientes, miles de jóvenes han sido convocados en torno a la pertinente iniciativa de ¡Todos por la educación! Experiencias ambas muy importantes, pero que todavía no logran convocar de manera masiva a la ciudadanía. Por ello, creo que llegó el momento de hacer realidad la consigna. Sería la manera de decir a voz en cuello que le llegó la hora a la educación en Colombia.

¿Por qué podemos hacer realidad esta consigna si no ha sido posible en las dos décadas anteriores? Daré dos argumentos para responder esta pregunta.

El primero es que ya están firmados los acuerdos de paz; ahora debemos asegurar su construcción. Y en esta tarea la educación cumplirá un papel de primer orden.  Ya tenemos a la guerrilla más grande del continente americano durante el siglo XX concentrada en las zonas veredales y a días de entregar sus armas y de intentar cambiar las balas por votos. Hasta hace muy poco, los amigos de la guerra nos querían convencer de que las Farc no iban a cumplir, que no se iban a desarmar y que las disidencias conducirían a un estado de anarquía e inseguridad. Pero fueron falsas sus predicciones: Las Farc están cumpliendo, las disidencias son marginales y estamos ad portas de una entrega masiva de armas a las Naciones Unidas.

Pero una cosa es la entrega de armas y otra es la paz. La sociedad colombiana sigue enferma de odio, venganza e intolerancia. Es la herencia de una sociedad que ha vivido en medio de la guerra, las mafias y la corrupción. Vemos a diario los síntomas de esta enfermedad, cuando algunos de los que manejan un carro se sienten con el “derecho” de colarse en una fila; cuando se consideran “vivos” quienes roban al Estado, evaden impuestos o discriminan a los otros. También los vemos en los debates políticos en el Congreso de la República, ya que una buena parte de la clase política sigue pensando en exceso en las próximas elecciones y muy poco en las nuevas generaciones.

Necesitamos un gran esfuerzo colectivo para superar la herencia que nos dejan la convivencia con la guerra y las mafias. Demoraremos décadas en cambiar esa cultura de la exclusión y la discriminación tan arraigada, hasta que transitemos hacia una sociedad más tolerante con quienes difieren de nosotros en ideas, religión o género. No será la educación la única que jalone este cambio cultural, pero es claro que será una de las tareas más importantes que tendremos que asumir los educadores en las próximas décadas.

La guerra afectó la ética de la sociedad. Nos impuso una estructura valorativa más propia de las mafias que de una cultura democrática. Por ello es tan difícil comprender plenamente la constante invitación que algunos políticos lanzan en defensa dela ira y la venganza. Son políticos sintonizados con la enfermedad emocional de la sociedad y que la aprovechen para sus fines electorales. Invitan a que la gente marche y vote no por ideas, sino porque está “emberracada”. Son hábiles políticos de la manipulación emocional. No generan argumentos, sino emociones primarias. Son políticos, muy parecidos a lo que Donald Trump representa en Estados Unidos. Como él, también han ganado elecciones a punta de mentiras, que de tanto repetir parecen verdades, y de manipular las emociones primarias del electorado. Nos traen a la memoria a Voltaire cuando decía: “Calumnia, calumnia y calumnia, que de ello, algo quedará”.

Por primera vez en la historia reciente, los colombianos tenemos la oportunidad de vivir en paz, después de décadas de convivir en medio de masacres, desapariciones, secuestros y violaciones de los derechos humanos no conocidas antes. A partir de ahora le podemos apostar a resolver las diferencias sin tener que matarnos. La meta es que sean los argumentos y no las balas los que diriman las discusiones. Lo que hemos acordado es que respetemos y cuidemos el disenso, promovamos las discusiones y ganemos todos con las divergencias.

Como educador, no creo en la venganza, ni en el odio, ni en la muerte. Ni en la enorme adicción que tienen algunos al poder. Y sé que son muchísimos más los que creen lo mismo.

La paz la construiremos todos, pero ello solo será posible si impulsamos una profunda e innovadora revolución pedagógica que ponga el desarrollo individual y social en el centro de las finalidades educativas. En este contexto, no basta una cátedra de paz, aislada y marginal. Se requiere que todas las asignaturas, de todos los grados y áreas, fortalezcan las competencias ciudadanas y éticas que nos ayuden a ser mejores seres humanos y a convivir sin atropellar a los otros. Necesitamos construir comunidades educativas más fuertes y que cuenten con mayor participación; que enseñen a los estudiantes a respetar las diferencias y a participar en el debate político de manera crítica y autónoma, pero pensando siempre en el bien común.

Todas las guerras se alimentan del odio y la venganza. Estos son sus combustibles esenciales. Necesitamos candidatos que renueven la esperanza, que puedan convertir el odio en alegría y las dificultades en oportunidades para construir. Candidatos que inviten a la sociedad a defender la paz que algunos nos quieren arrebatar y que transmitan la alegría de un país que marcha, por primera vez en décadas, hacia la convivencia pacífica entre los colombianos. Estamos tan acostumbrados a la guerra que parece que no supiéramos celebrar la paz. Seguimos aferrados al pasado. La inercia de la guerra sigue, en buena parte, ganando la partida. En este contexto, fortalecer la tolerancia es la tarea más importante que tiene la escuela en la coyuntura actual.

Mi segundo argumento tiene que ver con una experiencia alentadora. Colombia está construyendo su Plan Decenal de Educación para el periodo 2016-2026. Es la oportunidad de pensar qué tipo de individuo y de sociedad estamos ayudando a formar, y de definir qué nos falta para lograrlo. Un millón de colombianos se han manifestado al respecto. Ellos claman para que el Estado les garantice a todos los ciudadanos el derecho a recibir una educación de calidad consagrado en la Constitución y para fortalecer una educación inicial, que todavía sigue muy atrás en cobertura y calidad. Sin embargo, para lograrlo debemos enfrentar un problema político de primer orden: en Colombia hemos carecido de política pública educativa, de política de Estado. Cada ministro llega como Adán a volver a pensar hacia dónde ir. Es así como ni siquiera para el segundo gobierno de Santos se mantuvieron los importantes acuerdos logrados durante su primer periodo en torno a la educación superior y a lo avanzado en la educación básica con su exitoso Programa Todos a aprender (PTA), dedicado a fortalecer la equidad, apoyando a los docentes y estudiantes más abandonados del país.  Tenemos políticas de gobierno de muy corto plazo y poco vuelo. El Plan Decenal es la mejor ocasión para construir un acuerdo general de la sociedad en torno a lo fundamental, pero eso no lo podemos lograr si no convocamos a la sociedad como un todo a su construcción y si no le damos recursos económicos y fuerte apoyo político a lo pactado.

Educadores, padres de familia, docentes, medios de comunicación, estudiantes, políticos, iglesias, intelectuales y empresarios, entre otros, tendremos que suscribir un acuerdo que haga posible que garanticemos el derecho a una educación de muy alta calidad a todos los colombianos. Y no lo haremos posible si seguimos haciendo lo mismo que hemos hecho desde tiempos inmemoriales.

Por lo anterior, en la campaña electoral de 2018 hay que levantar la bandera de la transformación educativa. De esta manera, político que no sepa cómo cambiar la educación de manera innovadora, no debería recibir los votos de los ciudadanos. Muchísimo menos si algunos de los que se postulan representan precisamente las fuerzas que quieren impedir que construyamos la paz, que son los mismos que han liderado una educación que no desarrolla el pensamiento crítico, la comprensión lectora, la autonomía y la tolerancia entre los colombianos. Un pueblo poco educado y culto, es fácil de manipular por quienes defienden oscuros intereses electorales. Ellos lo saben y también saben que nosotros parece que perdiéramos la memoria en el momento de votar. El país debe exigir a su clase política que anteponga el interés nacional de construir una paz estable y duradera a los intereses electorales. Y al hacerlo, necesariamente hay que pensar en cómo transformar la educación que hoy reciben niños y jóvenes. De lo contrario, ellos terminarán doblegando los intereses nacionales, con tal de reconquistar el poder en el 2018.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/elecciones-presidenciales-en-colombia-propuestas-de-los-candidatos-presidenciales-en-educacion/519913

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