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Niños con altas capacidades: mitos y verdades

Por: Educación 3.0

¿Se aburren en clase?, ¿son buenos en todo?, ¿tienen un cerebro diferente? Estas son algunas de las incógnitas que la profesora de la UOC Verónica Guillén trata sobre el alumnado con altas capacidades.

Se calcula que aproximadamente un 2% de la población mundial tiene altas capacidades, y el hecho de ser un grupo tan reducido ha contribuido a que se tenga una imagen muy homogénea de aquellas personas que cuentan con un cociente intelectual superior a 130. El perfil más extendido es el del niño solitario, que se aburre en clase y al que no se le suelen dar bien los deportes. ¿Tiene esa percepción social alguna base? Los expertos afirman que no, aunque hay factores que pueden contribuir a que se extiendan esos mitos sobre ellos. Verónica Marina Guillén Martín, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, explica qué hay de cierto y qué de leyenda en estas diez situaciones que se suelen asociar a los niños y las niñas con altas capacidades.

Diez mitos y verdades

  • Se aburren en clase. Como explica la profesora de la UOC, cuando las clases se organizan en torno a la repetición de algunos contenidos teóricos y a la realización de ejercicios mecánicos que no suponen un reto, es probable que muchos niños y niñas con altas capacidades no encuentren motivación ni interés por el desarrollo de la actividad. Y eso se puede traducir fácilmente en aburrimiento. Por eso  Verónica Guillén recuerda que, desde los centros educativos, se debería permitir que cada persona siga su propio ritmo de aprendizaje “y se eviten las tareas repetitivas sobre ámbitos ya dominados que pueden llegar a provocar rechazo en el alumnado con altas capacidades”.
  • Les cuesta socializar. Los expertos afirman que la mayoría de niños y niñas con altas capacidades son igual de sociables que sus compañeros: igual que las personas que no tienen altas capacidades pueden ser tímidas o extrovertidas, entre las de altas capacidades habrá a quienes no les cuesta nada socializar y a quienes sí, pero no es un rasgo relacionado con la alta capacidad. Sin embargo, los problemas para crear vínculos con sus compañeros de clase sí pueden ser un signo de alarma en la medida que, según Guillen, “en ocasiones, al existir un desajuste entre su nivel intelectual y su nivel de desarrollo evolutivo, no encuentran intereses comunes con sus iguales”. Y añade que esto puede hacer que se sientan incomprendidos y puede llegar a provocar el aislamiento del alumno si no se trabaja correctamente el ámbito emocional y socioafectivo desde el centro educativo.
  • Son ‘buenos’ en todo, independientemente de la disciplina. Como recuerda la profesora colaboradora de la UOC, altas capacidades es un término amplio que engloba muchos tipos de excepcionalidad. Incluye desde alumnado con una sobredotación intelectual general hasta aquellos que tienen un talento simple en una única disciplina. También hay estudiantes con talentos complejos, que incluyen varias áreas, pero no todas. Por lo tanto, no es real que todos los niños y niñas con altas capacidades sean ‘buenos’ en todo, concluye Guillén.
  • No se les dan bien los deportes. Es uno de los mitos que, aunque es falso, se ha podido extender por el hecho de que, para quienes tienen una alta capacidad centrada en las áreas académicas, otras disciplinas, como las deportivas, pueden no ser tan destacadas. Y en esos casos es posible que llegue a producirse “una disincronía significativa entre los niveles de desarrollo intelectual y psicomotriz, en algunas ocasiones”, señala Guillén. Sin embargo, por otra parte, hay alumnado con altas capacidades que presenta un talento deportivo, “de tal manera que no solo es que no sea torpe, sino que, precisamente, destaca de manera especial en este ámbito”, destaca la docente de la UOC.
  • Hay más niños que niñas con altas capacidades. “Es un mito que haya más niños que niñas con altas capacidades. Lo que, desgraciadamente, sí es una realidad es que hay más niños que niñas identificados”, dice la profesora colaboradora de la UOC. Aunque, según explica, en general hay un importante infradiagnóstico de las altas capacidades, este es especialmente llamativo en el caso de las niñas. Entre las posibles razones, Guillén señala que el sistema educativo suele comenzar a detectar las altas capacidades cuando existen “problemáticas asociadas derivadas, en muchas ocasiones, del malestar que siente el alumnado hacia el propio sistema. En el caso de las niñas, estas suelen tener una conducta más adaptada e intentan pasar desapercibidas y no sobresalir, lo que las aleja aún más de la identificación”, añade.
  • Si no se conoce su condición y se mantienen en el curso que les corresponde por edad, tendrán rendimientos mediocres o incluso fracaso escolar. Según los expertos como Guillén, esta máxima no tiene por qué ser cierta. En su opinión, son muchos los aspectos a tener en cuenta para tomar este tipo de decisiones, ya que no solo se valoran criterios académicos, sino también aspectos socioafectivos que garanticen el mejor ajuste posible del niño o la niña dentro del grupo de referencia. “En realidad, lo realmente importante para asegurar el éxito educativo es que haya flexibilidad en el currículum, que se propongan retos que mantengan motivado al alumnado y que se ofrezcan alternativas de enriquecimiento que les permitan seguir profundizando en los aspectos que deseen”, advierte.
  • El cerebro de un niño con altas capacidades es diferente. Es una de las creencias que sí tienen base: la investigación ha demostrado que el procesamiento y la gestión de la información es diferente tanto cuantitativa como cualitativamente en el caso del alumnado con altas capacidades. Según una investigación publicada en la revista Nature, el cerebro de estas personas tiene un desarrollo y una configuración morfológica final diferentes. Aunque, según la profesora de la UOC, “lo realmente importante es la heterogeneidad que encontramos dentro de este grupo y que los centros educativos sean capaces de adaptarse a las necesidades individuales de cada uno de sus estudiantes”.
  • Pueden aprender a leer o a realizar operaciones matemáticas sin ayuda. Según Guillén, si se parte de esa premisa y no se ofrece a este alumnado las ayudas que necesita, “se le estará negando la oportunidad de desarrollar al máximo sus capacidades”. Y añade que, precisamente, por su alto potencial, este alumnado necesita ayudas específicas y retos que vayan más allá de los que actualmente se presentan en las escuelas y que permitan cubrir sus expectativas e intereses intelectuales para evitar que se produzca un progresivo desinterés que pueda terminar, incluso, en abandono escolar.
  • Sus capacidades son innatas y estáticas. “Si no se les estimula correctamente desde todos los ámbitos, estaremos negándoles la oportunidad de desarrollar al máximo sus capacidades y no llegarán a tener un rendimiento óptimo”, afirma la profesora de la UOC.

Son personas sobreestimuladas por sus padres. Que necesiten estimulación del entorno para desarrollar sus capacidades al máximo no significa que una mera estimulación pueda ser suficiente para identificar un niño o una niña como una persona con altas capacidades. Una sobreestimulación o una estimulación excesiva puede ser contraproducente, ya que, según la docente de la UOC “puede llegar a generar metas lejanas a las facultades del niño o y la niña y a ejercer una presión que le desmotive”.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/ninos-con-altas-capacidades/
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Estos son los mitos relacionados con los estudiantes con altas capacidades

Por: Educación 3.0

María Caballero, psicóloga experta en Neurociencia y profesora de Secundaria, cree que creencias como que los estudiantes con alta capacidad no necesitan ayuda o sacan las mejores notas tienen como consecuencia que no se detecten sus casos. Y eso, a su vez, hace que no se desarrollen programas adecuados a sus necesidades. Estos son los mitos que hay que desestimar.

La Organización Mundial de la Salud afirma que el 2,3% de la población mundial tiene altas capacidades intelectuales. Esto implica que en España, con 47 millones de habitantes, debería haber 1.081.000 personas evaluadas con alta capacidad. Sin embargo, los datos del último informe PISA (2018) asegura que el número de alumnos con alto rendimiento en nuestro país es realmente muy bajo (5%) mientras que, por el contrario, en los países con mejores puntuaciones en PISA (Singapur, Finlandia) entre el 14 y 25% se sitúa en los niveles más altos de la escala.

Parte del problema se halla en la deficiente detección inicial influida por una serie de mitos en torno a las altas capacidades. Y, es que en torno a las altas capacidades giran un buen número de mitos o ideas erróneas, más bien relacionadas con la imagen del típico genio loco que no tiene amigos y que es un poco raro. Eso, junto con su intensa personalidad, hace que su simple detección sea complicada y que en muchos casos pasen totalmente desapercibidos, sencillamente porque no les vemos. Por lo tanto, el primer paso es conocer y detectar esas ideas erróneas que pueden estar interfiriendo con la realidad. Veamos algunas de ellas:

¿Es la alta capacidad innata?

El punto de partida es nuestra herencia genética o capacidad innata, pero ésta no puede desarrollar todo su potencial sin la adecuada educación, reto y oportunidades. Nadie se convertirá en un deportista de élite o músico o bailarín, si no recibe la adecuada formación por parte de sus maestros, el apoyo de su familia, y diversas oportunidades y reto.

¿Alto cociente intelectual?

Los niños superdotados se definen exclusivamente por tener un alto cociente intelectual. Cuando la realidad es que además son diferentes en otros muchos aspectos, por ejemplo, en la forma de procesar la información, en relación a la creatividad o por tener una imaginación muy activa.

Diversidad

Existe la creencia de que son un grupo de alumnos con unas características bastante homogéneas entre sí y lo que más los define es un CI por encima de 130. Pero la diversidad es igual de alta que en cualquier grupo. Podemos encontrar desde un CI por encima de 130, hasta alumnos con un CI alrededor de 120 con algún talento especial. Sin embargo, la mayoría tiene además una alta creatividad.

Notas

“Son los que mejores notas sacan”. Tener un alto cociente intelectual no es sinónimo de ventaja y triunfo seguro, y en numerosos casos muestran un historial de fracaso repetido. De hecho, la sobredotación no siempre se refleja en las calificaciones, aunque si estamos atentos, podemos detectar otros muchos indicios que nos den pistas sobre sus capacidades.

Un ejemplo: Ana, una niña de 8 años que mucho más tarde fue evaluada con altas capacidades y que nunca destacó por sus calificaciones, un día preguntó a su padre sobre las hipotecas. Tras la explicación de éste sobre el esfuerzo que suponía pagar un dinero al banco a lo largo de muchos años, la respuesta de la niña fue todo un análisis de riesgos de futuro: ¿Y si os pasara algo, tendría yo que pagar lo que queda?

Motivados y responsables

“Son niños con una alta motivación por las tareas escolares y por hacer todo lo que el profesor pide”. No siempre es así, porque muchas veces sus intereses no tienen nada que ver con el entorno escolar, y no prestan la menor atención en clase sencillamente porque no les interesa.

una madre o una profesora ayuda a un niño a hacer la tarea - personas con altas capacidades

No necesitan ayuda

Nada más lejos de la realidad, estos niños necesitan ser guiados en su aprendizaje, de la misma manera que el resto. Tener un alto CI puede ser comparado a tener en nuestro ordenador un disco duro muy potente, pero eso no implica que los datos ya estén instalados. Es cierto que los niños con alta capacidad aprenden más rápido, pero también lo es que necesitan a una persona que los guíe en el proceso, y aunque pueden ser más autónomos, igualmente necesitan ser corregidos o premiados y que se valoren sus logros.

Socialmente inadaptados o torpes

Otro mito sobre las personas con alta capacidad es que son más propensos a los desequilibrios psicológicos. Son insociables y en definitiva inadaptados socialmente.

Pero no tienen más problemas psicológicos que el resto de la población y la probabilidad de que tengan problemas psicológicos es la misma que en el caso de una capacidad intelectual normal. De hecho, sus habilidades sociales y su vida social pueden ser tan buenas como las del resto de sus compañeros. Además, se cree que son torpes y habitualmente poco capacitados físicamente. Aunque a priori no hay ninguna razón para que los niños superdotados posean unas dificultades motoras específicas, se ha observado que algunos se han saltado alguna etapa, como por ejemplo el gateo, pudiendo acarrear una serie de problemas que se han de tener en cuenta a la hora de preparar una acción psicomotriz. Sin embargo, en general, no aparecen problemas en este sentido.

Saben que son diferentes

El niño superdotado a menudo se siente diferente, pero no sabe por qué y en muchas ocasiones no entiende lo que le pasa, pudiendo incluso llegar a tener un acusado sentido de inferioridad e incomprensión. De hecho, con frecuencia el diagnóstico supone un alivio ya que va a dar explicación a sus dificultades. Sin embargo, que el niño considere que esa cualidad sea un problema para él está más relacionado con lo que su entorno le haga saber. Es positivo que entienda que esa diferencia es una buena cualidad y que debe disfrutarla y encauzarla.

La cuestión es que cometemos una serie de errores que hacen que su identificación sea realmente uno de los problemas principales, sencillamente porque no los vemos. Por eso, eliminar los mitos en torno a las altas capacidades es el primer paso para poder detectarlas. Una vez detectados, llevar a cabo una evaluación correcta, partiendo conocimiento de su cerebro, nos ayudará a definir un perfil individual que incluya tanto fortalezas como debilidades, como paso previo al desarrollo de programas que nos permitan acompañarlos de forma eficaz en casa y en su educación.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/estudiantes-con-altas-capacidades/

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España: Profesores universitarios se formarán para responder a las necesidades de alumnos con altas capacidades

Europa/España/24-11-2019/Autor(a) y Fuente: www.abc.es

Se calcula en un 50% la cantidad de alumnos de este tipo que engrosan las cifras de fracaso universitario.

La Universitat Politécnica de Valencia (UPV) y la Asociación Valenciana de Ayuda al Superdotado y Talentoso (AVAST) han firmado un convenio de colaboración que permitirá aumentar la formación del profesorado de la universidad para adecuarla al alumnado con altas capacidades.

Según datos facilitados por el presidente de AVAST, José Antonio Domínguez Román, «actualmente, la formación del profesorado para atender al colectivo de altas capacidades es prácticamente nula, por lo que todas estas personas no reciben una educación específicay adecuada para su coeficiente intelectual». Y advirtió: «Es muy probable que un 50% engrose las cifras de fracaso universitario».

El convenio establece un curso de formación dirigido al profesorado de la UPV que tenga interés en esta área de docencia. El objetivo es aportar a los docentes universitarios los conocimientos y herramientas útiles para ofrecer una atención adecuada al alumnado de altas capacidades. Las actividades docentes que motivan a este colectivo difieren de la docencia magistral clásica, algo que «beneficia a todo el alumnado universitario», asegura la institución académica en un comunicado.

Según el rector de la UPV, Francisco Mora, gracias a esta colaboración «podremos ayudar a más estudiantes y nuestro profesorado con esta formación, ya que aprenderán a motivarles. Son personas con un potencial inmenso y, como sociedad, nos interesa que lo desarrollen».

La relación entre ambas instituciones comenzó hace ya 15 años. Desde entonces, dos sábados al mes, los socios de AVAST participan en talleres que se llevan a cabo en la UPV y que están adaptados a sus necesidades.

Las investigaciones más recientes sitúan el número de personas con altas capacidades entre el 5 y el 15% de la población. Sin embargo, solo un 0,4% de los casos están reconocidos oficialmente. La falta de formación del profesorado en los niveles educativos de infantil y primaria es la causa. La consecuencia es que el alumnado pierde la motivación.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-profesores-universitarios-formaran-para-responder-necesidades-alumnos-altas-capacidades-201911090201_noticia.html

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¿Ser superdotado es incompatible con ser feliz?

Por: Olga Carmona

El lenguaje crea realidad. El pesimismo ante las altas capacidades puede generar mucha angustia en los niños y en sus familias

Una misma circunstancia o hecho produce emociones diferentes según la persona, por lo que la reacción emocional dependerá de la interpretación que hagamos del hecho y no del hecho en sí. La circunstancia se transforma en relato y atraviesa nuestro filtro de creencias en cuya base se encuentra lo vivido, nuestra psicobiografía.

Y luego está lo que vende. El drama vende mucho más que la felicidad. El drama, la tragedia, es enormemente atractiva para todo un mercado que vive de ella. Parecería que estamos programados para poner el foco en lo que no funciona más que en lo útil, en lo que nos falta y no en lo que tenemos. Parecería que encontramos consuelo en el drama ajeno o hacemos una suerte de catarsis por poderes con el dolor y la insatisfacción de otros.

Como psicólogos que trabajamos en el área del Talento y las Altas Capacidades, nos negamos rotundamente a formar parte de la cultura del pesimismo y la futurología catastrofista que rodea a los más dotados y a sus familias.

Títulos de libros que anuncian la infelicidad garantizada por ser superdotado. El fracaso seguro por ser “demasiado” inteligente, la incompatibilidad entre inteligencia y felicidad, como si de una maldición de cuento de hadas se tratara. Un terrible estigma que viene de la mano de esa condición y cuya influencia es inevitable. Si inteligencia y felicidad son incompatibles, ¿significa entonces que la falta de inteligencia equivale a felicidad? Y para quienes creen que esa premisa es cierta, ¿a qué tipo de felicidad se refieren? Parece que a esa que es el eslabón perdido entre el mundo vegetal y el animal, la que produce la ignorancia y la falta de cuestionamiento.

Es imprescindible cambiar esa visión, a caballo entre lo oscuro, lo raro, lo excéntrico y lo simplista o negador. No hablo de normalizar, muy al contrario. Hablo de naturalizar la diferencia y no añadir más prejuicios al asunto. Haz esta prueba: si tecleas “superdotado” en Google te van a salir al primer pantallazo 16 imágenes de niños con gafas con una pizarra detrás con fórmulas matemáticas. Es decir, la cultura nos dice que ser superdotado es tener gafas y ser un as de las matemáticas. Y tocar el violín.

Y luego está la profecía del fracaso escolar sobrevolando sobre las cabezas de los “demasiado” inteligentes, y el pronóstico de infelicidad en lo personal, y la creencia de su dificultad para relacionarse…

Algunos padres lloran cuando reciben el diagnóstico y nosotros les damos la enhorabuena porque eso es lo que es: una buena noticia. Y les ayudamos a mirar a su hijo o hija como un reto educativo donde todos van a crecer más a allá de lo que creían posible. Les animamos a que coloquen el foco del problema donde está: en la cultura, en el colegio, en la sociedad que ignora y sospecha maliciosamente entre la envidia y la curiosidad, en la incomprensión de los otros. En una sociedad que dice que si no eres como todos, tienes un problema.

Sí, su capacidad para la felicidad es superior a la de la mayoría de la gente, en tanto que una de sus características más acusadas es la intensidad emocional. Pero también está su capacidad para fluir, para comprometerse con la tarea, para sentir un inmenso placer al conocer y entender. Para la psicología, el concepto de felicidad no se refiere a ese estado de intelecto comatoso, ni a la vida simplista orientada al placer hedónico.

Para Mihaly Csikszentmihalyi, considerado el investigador más importante del mundo en el ámbito de la Psicología Positiva, la felicidad es el resultado de un estado de flujo o fluidez. Este ocurre cuando estamos tan inmersos en una actividad que el tiempo se detiene, absortos a todo cuanto ocurre a nuestro alrededor, experimentando una sensación de placer continuo. Cuando ese estado es un reto y conduce al crecimiento personal, reporta satisfacción y plenitud, lo que se traduce en un estado de felicidad.

La mayoría de los padres con hijos superdotados han vivido esa experiencia a través de sus hijos, los han visto sordos, absortos y ausentes completamente inmersos en esa actividad que les fascina. Eso es el auténtico estado del fluir, la esencia de la felicidad.

Para Martín Seligman, otro grande de la psicología positiva, el ser humano es feliz cuando alcanza sus propósitos y su vida tiene un sentido. Sin embargo, vivimos en un mundo que ha confundido felicidad con hedonismo, una suerte de felicidad bulímica que ha creído que acaparar bienes materiales nos dará lo que todos buscamos.

Nosotros invitamos a los padres a que pongan el foco en la luz que desprende su hijo, en su energía inagotable, en la risa que estalla y en el llanto feroz sin solución de continuidad, en la voracidad con la que exploran, en la honestidad con la que abrazan o se niegan a hacerlo, en la mirada inquieta y el verbo experto, en la ingenuidad infantil para relacionarse, en la maravillosa empatía para con otros, en su estricto sentido de la justicia, en su estar vivos, más vivos si cabe, que los llamados “normales”.

Les proponemos una excursión improvisada y urgente lejos de su zona de confort sin más equipaje que una mirada optimista y constructiva y cuya única brújula sea mantener el brillo en los ojos de su hijo.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/04/24/mamas_papas/1556089798_100352.html

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Esther Secanilla: “Hay que dar luz a la invisibilidad de las altas capacidades”

Redacción: 3.0

¿Cómo se reconoce a un estudiante de altas capacidades? ¿Están los docentes preparados para atenderlos? Esther Secanilla, doctora en Psicología por la UAB, ha escrito un libro que trata de responder a las dudas que suscita este tema.

El currículo de Esther Secanilla, doctora en Psicología por la Universitat Autònoma de Barcelona es amplísimo: miembro del grupo de investigación en infancia y adolescencia en riesgo social (IARS) de esta universidad, profesora de Psicología y Educación en la Universitat Oberta de Catalunya, formadora, consultora de empresas…

Asimismo, es la autora de ‘Supermentes’ (Editorial Gedisa), obra que ofrece una visión multidisciplinar sobre las altas capacidades y que, además, proporciona herramientas para reconocerlas en la infancia y adolescencia, así como pautas de actuación. En su opinión, las altas capacidades siguen siendo un asunto pendiente de la sociedad, colegios y políticas educativas.

¿Por qué un libro dedicado a las altas capacidades en la infancia?

Los motivos son varios. Sobre las altas capacidades aun existen dudas, poco abordaje desde las escuelas, comprensiones erróneas, diagnósticos poco efectivos, desconocimiento por parte de los profesionales, desconcierto de las familias… Como explico en su introducción, tenía guardado material y decidí sacarlo precisamente por estas dudas. Investigué, me actualicé y reelaboré. Sigue siendo un tema pendiente en la sociedad, en los centros educativos y en las políticas educativas. Por esta razón, mi principal objetivo es dar luz a la invisibilidad de las altas capacidades.

A pesar de que parezca que hemos avanzado tanto en la forma de abordar la inclusión de tod@s, la realidad es que muchos profesionales y familias carecen de las herramientas para abordar estos casos. La consecuencia es que dejamos escapar verdaderos potenciales que muchas veces derivan en problemas y falsos diagnósticos.
Estudiante de altas capacidades

¿Qué herramientas y recursos ofrece para docentes y  familias?

El libro pretende ser en sí mismo una herramienta para profesionales, familias y cualquier persona interesada. Abordo recursos como, por ejemplo, unos cuestionarios individuales y en grupo. También herramientas para utilizarlas de forma conjunta que ayudan a hacer una primera detección y valoración inicial desde las propias escuelas, así como por parte de la familia y del propio alumno; cuestionarios que incluyen las inteligencias múltiples.

” Los mitos sobre estas personas que sugieren unas características comunes para todos los casos son perjudiciales “

La información recogida en el centro es el primer paso para un buen diagnóstico. Además, hablo de las expectativas tanto de docentes como de familias, de la resiliencia, de lasemociones, de la necesaria formación de los profesionales, del trabajo interdisciplinario…

¿Cómo hay que actuar ante estos alumnos?

Hay que partir de la base de que los estudiantes de altas capacidades tienen un cerebro diferente. Procesan los inputs de forma diferente al resto, almacenan las informaciones de forma distinta, y aplican dichas informaciones de otra manera. Poseen, pues, otro modo de resolver las situaciones y de aprender. Hay que poner en marcha todos los recursos que nos sean posibles para que se desarrollen adecuadamente.

Cada alumno es diferente. Ahora bien, tal y como he comentado, estos chavales procesan, almacenan, resuelven de forma diferente las informaciones. Por ello, a nivel académico y emocional requieren una serie de estrategias determinadas para desarrollarse. Será necesario saber si hablamos de precocidad intelectual, de talento o superdotación.

altas capacidades en el aula

Por otra parte, existen una serie de mitos sobre estas personas que sugieren unas características comunes para todos los casos. Por ejemplo, pensar que todos son unos vagos, o que se aburren, o que son raritos, o que no necesitan atención porque si son tan inteligentes no es necesario hacer nada. Esto es perjudicial. Hacer un listado de características puede resultar muy dañino para el niño o la niña, y para las altas capacidades en su conjunto, pues deriva muchas veces en errores de diagnósticos, de percepción por parte de profesionales y familiares, y errores de atención.

Cada caso es diferente, pero sí es posible partir de algunas premisas básicas sobre estos conceptos. Es importante hacer un buen diagnóstico para valorar qué hacer en cada caso y para ofrecer las estrategias necesarias. Para hacernos una idea sobre el concepto de altas capacidades, éste se aplica a la población que está en edad escolar y que precisa medidas para desarrollarse según sus capacidades. Engloba las capacidades por encima de la media de los alumnos en una o diferentes áreas. Incluye, pues, conceptos de precocidad intelectual, de superdotación y de talentos, así como los niños que son diagnosticados de alta capacidad sin que en su momento evolutivo se pueda precisar la especificidad a la que pertenecen.

¿Están preparados los centros escolares para responder a las necesidades de este alumnado?

Lamentablemente, no todos los centros educativos apuestan por una educación que potencie el talento de todos los alumnos o que valore la especificidad de cada uno y permita las diferencias; una escuela respetuosa con la diversidad, que sea equitativa, heterogenea, que apueste por proyectos innovadores curricularmente…  una escuela plural. Aunque es verdad que existen experiencias en nuestro entorno que lo ponen en práctica con muy buenos resultados.

” Es importante hacer un buen diagnóstico para valorar qué hacer en cada caso y para ofrecer las estrategias necesarias “

Algo muy importante es la percepción, las expectativas, el interés del propio profesional que atiende las altas capacidades. Maestros implicados que estén dispuestos a los retos y que creen un clima idóneo para el aprendizaje de todos sus alumnos, tengan las capacidades que tengan. Hay que reconocer el valor que tiene educar y reconocer la gran tarea que realizan los profesionales de la educación desde la sociedad.

Muchas veces surge inseguridad, miedos sobre cómo atender a estos alumnos, y una de las causas es la falta de formación del profesorado. Para ello es necesario también estar dispuesto a formarse. La formación es necesaria, tanto una formación inicial en los grados universitarios de maestros, pedagogos, psicólogos, educadores sociales, como una formación permanente a lo largo de la carrera profesional. También sobre las altas capacidades, aunque la realidad nos dice que formaciones entorno a éstas existen pocas. Las formaciones que permitan conocer mejor el desarrollo intelectual y emocional de los alumnos de altas capacidades son necesarias.

Es fundamental un diagnóstico biopsicosocial y multidimensional que contemple aspectos cognitivos, motivacionales y emocionales, pues la configuración de las altas capacidades es de naturaleza biológica, neuropsicológica y ambiental. Realizar este diagnóstico permitirá ofrecer las estrategias necesarias para abordar la alta capacidad desde la propia escuela. Es necesario un trabajo interdisciplinario donde intervengan y se responsabilicen los profesionales que trabajan con la persona. El mayor riesgo es no ofrecerles la atención que precisan para que puedan gestionar su capacidad intelectual y emocional.

educación y altas capaidades

Por último, un pequeño test. ¿Qué le sugieren las siguientes palabras?

  • Escuela: lugar donde relacionarse, aprender, disfrutar, entusiasmarse… Uno de los espacios más importantes en la vida y crecimiento de una persona.
  • Alumno: entidad propia y creatividad en estado puro. El futuro de nuestra sociedad.
    Inteligencia: concepto amplio, dinámico y singular como describe Sir Ken Robinson, que permite valorar el talento y los estilos individuales de aprendizaje de cada alumno. Howard Gardner habla de capacidades potenciales que se activan o no en función de los valores de una cultura determinada y de las oportunidades disponibles en esa cultura. También de las decisiones tomadas por cada persona o su familia, por sus maestros y por otras personas que intervienen. Para mí es un término que ofrece muchas posibilidades pero que debemos acompañar precisamente para ofrecer oportunidades de desarrollo.
  • Altas capacidades: conocer y dar a conocer. Reconocerlas. Sensibilizarse. Aprender con sentido. Posibilidad de ser lo que uno es sin temor al rechazo. Un largo camino por recorrer que empieza por el conocimiento y por la aceptación social. En definitiva: ¡visibilizarlas!

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/esther-secanilla-altas-capacidades/102171.html

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Altas capacidades, hipersensibilidad y acoso escolar

Por: María Sanchéz Dauder

Las personas con altas capacidades nacen con una característica inherente a este perfil: la hipersensibilidad, que es emocional y sensorial.

¿Qué sucede siempre ante alguien que llora con facilidad ante ciertas situaciones? ¿Qué sucede ante alguien cuyas emociones están a flor de piel y estallan, como si de la erupción de un volcán se tratara, llorando, enfadados, indignados y rebotados? ¿Qué sucede cuando alguien defiende un tema a capa y espada, pone toda la carne en el asador con ímpetu y fuerza, y el grupo que le acompaña no tiene el mismo punto de vista? ¿Qué sucede con la persona que todo le pica, todo le huele mal, todos los ruidos le molestan…?

altas-capacidades

Acoso y altas capacidades

Una persona con altas capacidades no es solo un CI alto, es una persona con unas características que le acompañan para el resto de su vida. Una de ellas es la extrema hipersensibilidad, que no solo se limita a ser emocionalmente sensible, sino también a ser sensorialmente hipersensible.

¿Cómo repercute en el día a día de una persona esta hipersensibilidad sensorial? Las imágenes impresionan mucho más, se leen con más énfasis. Los ruidos siempre molestan: el clac-clac de abrir y cerrar un bolígrafo, los motores de las motos, los petardos y fuegos artificiales, la música alta, el barullo de una clase… Les molesta, y mucho, hasta el punto de generarles fuertes dolores de cabeza. Los olores se multiplican, se intensifican, calan en la pituitaria hasta el punto de generar mareo y cefaleas. Los sabores se sienten también mucho más intensos. Por último, el tacto y la hipersensibilidad táctil: estamos ante uno de los más delicados, ya que genera agobio a ser tocado. Una caricia se puede transformar en una molestia. Para un niño con este perfil, tocar plastilina, pintura o pegamento puede convertirse en algo desagradable y horrible que le puede generar angustia y ansiedad. Curioso, pero cierto.

¿Cómo repercute en el día a día de una persona la hipersensibilidad emocional? Una persona sensible lucha con todas sus fuerzas y energías para defender algo que le parece injusto. La energía que muestra es tal, que lo que genera a su entorno es burla hacia “el motivado” por cierto tema. Cuando un niño, o no tan niño, llora ante un reportaje sobre refugiados o ante un atentado o accidente. Si esta persona no puede evitar las lágrimas ante una pieza musical que despierta emociones o ante un texto literario que vive y siente a flor de piel. Y si se ha sentido traicionado por alguien a quien no considera enemigo ante un problema que le ha hecho sentir hundido bajo tierra… y explota en un mar de lágrimas  ¿qué sucede con las personas que le rodean? ¿Qué situaciones se generan?

Por otro lado, el perfil de altas capacidades suele tener intereses muy peculiares y particulares, completamente lejanos, ajenos e indiferentes para el colectivo social de su alrededor. Estos niños y niñas dominan la astronomía, la historia, la gramática, las matemáticas… cualquier tema que en un momento dado les haya despertado un interés. ¿Cómo se lee esto entre el resto de sus compañeros? ¿Y si al rarito que habla de cosas raras se le suma la hipersensibilidad emocional y la hipersensibilidad sensorial?.

La respuesta a estas preguntas es ACOSO, acoso escolar o, en adultos laboral, en toda regla. Estos niños, adolescentes y adultos se convierten en las dianas de burlas, críticas, comentarios continuos y aceptados por el grupo de personas que conviven con ellos fuera de su ámbito familiar. Estos niños, jóvenes e incluso adultos, sufren constantes ataques diarios, semanales o circunstanciales que les etiquetan como: el raro, el llorica, el plasta… Y ya se les señala con el dedo como centro de diversión a costa de su dolor emocional y de su frustración personal.

¿Qué se genera, además, ante estas situaciones? Lo peor que podría suceder: la normalización social de este acoso y de estas situaciones que se repiten con demasiada frecuencia. Además, que muchas personas no caen en este punto, el día a día de las familias con personas acosadas se convierte en un infierno, pues el acosado está eternamente enfadado, rabioso, hundido y muchas veces deprimido a causa del dolor por los ataques recibidos. Estas familias a veces sufren problemas dada la tensión que se vive en sus casas. ¿Nos ponemos en sus zapatos? Si una familia traslada a un centro su preocupación ante el acoso escolar, por favor, atendamos. Estos papás no hablan de un hecho puntual, ya llevan una mochila en sus espaldas. Y si además se trata de un caso de altas capacidades -aspecto genético – pensemos en su hipersensibilidad y en la de los padres de estos niños. Es muy duro para el niño, pero también para su núcleo familiar.

Y la suma del malestar generado, desgraciadamente, conlleva consecuencias emocionales que conducen a estos sujetos a fatales desenlaces. De hecho, cada vez, desafortunadamente, hay más casos. Todos tenemos una llave mágica, si no permitimos que se normalicen los ataques y si somos valientes que explicamos y defendemos lo que no debe ser. ¿A ti te gusta sufrir? A ell@s, tampoco.

Fuente: http://blog.tiching.com/altas-capacidades-y-acoso-escolar/

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7 Criterios para que sepas si te tomas en serio, o no, las altas capacidades y el desarrollo del talento

Por: Javier Tourón

Ya ha llovido algo desde que comencé en este blog a hablar de la atención a los alumnos de más capacidad y el desarrollo de su talento. No me rindo.  Esta vez te propongo solo siete puntos, pero con toda intención de recordar que si los centros educativos, también lo universitarios, no abordan en serio este asunto, no deberían ni pronunciar la expresión: «educación personalizada», y sobre ellos, no quiero ser tremendista, pesará una gran hipoteca social por negligencia, ignorancia o desinterés. Ya lo decía Caroly Callahan hace unos años.

“Whatever we do, the highly able students will still be there in schools. Hence, we need to do our best to ensure that we don’t jeopardize their welfare through lack of knowledge, inappropriate actions, or neglect” Carolyn M. Callahan, Journal for the Education of the Gifted, 19(2), p. 149, 1996

Es mucho lo que hay que hacer y muchas también las razones por las que hacerlo. Porque sí, es posible un sistema educativo mejor.

Esta entrada se basa en otra anterior, que escribí en el ya lejano 2012, que modifico y adapto a los tiempos que corren. ¿Qué habrá pasado en la vida de tantos jóvenes en estos cinco años? ¿Qué habrá sido de su talento? ¿Qué hicieron sus profesores por ayudarles a desplegar su potencial? ¿Cuántos habrán tenido éxito? ¿Cuántos habrán fracasado? ¿Qué se ha perdido la sociedad sin sus contribuciones? ¿O qué ha ganado con las que se hubieren producido?

Voy a establecer 7 tesis o principios, nada improvisadas, ¡te lo aseguro! Te propongo sobre los mismos una tarea: que respondas (basta con que lo hagas mentalmente, o con tus compañeros de claustro, de asociación, etc.) si estás de acuerdo y por qué, o si estás en desacuerdo y, entonces, justifiques tu respuesta. Y, sobre todo, que indiques los argumentos científicos y educativos en los que se apoyan tus respuestas. Vamos allá.

1. El futuro de las sociedades se afianza en la promoción de la excelencia de todos sus ciudadanos desde las más tempranas edades, pero es necesario reconocer que el talento que no se cultiva puede perderse o, al menos, no alcanzar el grado de desarrollo que podría lograr con una acción educativa bien planificada. Reconociendo que la excelencia para algunos será modesta o escasa, aunque necesaria, para otros imponente, pero imprescindible. Todos somos distintos, pero todos tenemos un potencial de optimización que no podemos despreciar, que nadie debería impedir que se realice a su tiempo y del modo conveniente.

2. Es una imperiosa necesidad llevar a cabo procesos de evaluación de las capacidades para el aprendizaje (en cualquier área o ámbito) de todos los alumnos, sistemáticos y periódicos, desde edades tempranas, para que ello permita intervenir estimulando el desarrollo del talento de cada uno. Un centro educativo, un profesor, que no conozca el potencial de cada alumno y lo que razonablemente debe esperar de su rendimiento, que no determine con precisión lo que sabe y domina cada uno y lo que no, no está en condiciones de promover un proceso de aprendizaje cabal y eficaz. Sería como el patrón de una embarcación que navegara día tras día pero sin saber a qué puerto se dirige.

3. Es de justicia que el sistema educativo identifique a los más capaces para ofrecerles la mejor educación posible, aquella acorde con sus capacidades, motivaciones e intereses. Que los centros educativos conozcan el nivel de competencia de todos sus alumnos es esencial para que puedan darle, a cada uno, lo que realmente necesita.

4. Cultivar y promover el talento es una exigencia de la igualdad de oportunidades que lleva a dar a cada uno la educación que precisa. Es nefasto confundir igualdad con equidad porque esto produce injusticia. Más aún, pensar que la escuela está para fomentar la primera y no la segunda es una catástrofe educativa. La escuela y la educación, entre otras muchas cosas, están para: a) hacer realidad lo que no son, en principio, más que dudosas potencialidades; b) para conseguir que potencial y rendimiento se equiparen; c) para hacer, en suma, que las personas sean felices. Y no lo serán si se impide, por acción u omisión, su desarrollo. Se pueden ver más argumentos aquí.

5. Es urgente romper con los mitos y prejuicios sociales y educativos que frenan el reconocimiento de los más capaces y su desarrollo. He escrito sobre esto abundantemente. Puedes verlo desde aquí.

6. Debemos fomentar un sistema educativo que promueva la excelencia, lo que mejorará la educación de todos. Además, favorecerá que el talento de los más capaces sea puesto al servicio de la sociedad y lidere la construcción de un futuro mejor. Como dijera el profesor Stanely, «no debemos olvidar que ellos [los más capaces] nos necesitan ahora, pero nosotros los necesitaremos a ellos mañana».

7. Es preciso crear las condiciones para que los agentes sociales y económicos puedan intervenir en la financiación de programas de desarrollo del talento en las diversas edades, llevando el mecenazgo a niveles similares al de otros países. Es interesante ver las acciones que se llevan en otros lugares como la Giving Pledge, sobre la que escribí aquí.

Termino con una afirmación de perogrullo: «El talento no crece en los árboles«, ¿o sí?

Fuente: http://www.javiertouron.es/2017/11/7-criterios-para-que-sepas-si-te-tomas.html

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