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Brasil: el gobierno de Bolsonaro ahora dice que acepta toda ayuda internacional para la Amazonía siempre que tenga el control sobre el dinero

América del sur/Brasil/29 Agosto 2019/BBC mundo

«La soberanía de Brasil no es negociable».

Con esas palabras, el vocero de Presidencia de Brasil, Otávio Rêgo Barros, anunció este martes de tarde que aceptarán toda ayuda internacional para la Amazonía siempre y cuando conserven el control del dinero.

Se trata de una nueva postura del gobierno de Jair Bolsonaro sobre las donaciones de países y organismos para los incendios que consumen la selva amazónica desde hace semanas.

Este martes de mañana Bolsonaro había dicho que estaba dispuesto a aceptar la ayuda del G7 si el presidente de Francia, Emmanuel Macron, retiraba sus «insultos».

«Primero, Macron tiene que retirar sus insultos. Me llamó mentiroso. Una vez que haga eso, entonces podemos hablar», dijo el presidente de Brasil.

Esas palabras llegaron horas después de que su gobierno rechazara la ayuda ofrecida este lunes por el grupo de países del G7 (Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón, Canadá, Reino Unido e Italia) para combatir los incendios.

La propuesta llegó durante la cumbre de los líderes de los siete países en la localidad francesa de Biarritz, cuando Macron informó sobre la creación de un fondo de US$22 millones para colaborar en la lucha contra el fuego.

«Agradecemos la oferta, pero tal vez esos recursos sean más útiles para reforestar a Europa«, había dicho tras el anuncio Onyx Lorenzoni, jefe de gabinete de Bolsonaro, según los medios brasileños.

«Macron no pudo prevenir un incendio en una iglesia que es considerada patrimonio de la humanidad y, ¿ahora quiere darnos lecciones?«, agregó, en referencia a las llamas que devastaron la catedral de Notre Dame, en París, el pasado abril.

Por su parte, Macron respondió este martes a la negativa y dijo que era un error.

«Soy consciente de las preocupaciones, o quizás la torpeza de algunos líderes, que consideran que la soberanía significa ser agresivo«, dijo Macron.

«Eso, creo, es un gran error. Nosotros somos un país soberano y cuando tenemos algo grave aceptamos felices y agradecidos la solidaridad internacional porque es un gesto de amistad», agregó.

«Pero, sobre todo, hay nueve países en la Amazonía, hay muchos países que han pedido nuestra ayuda. Es importante movilizarnos lo más rápido posible para que Colombia, Bolivia y todas las regiones de Brasil que quieren tener acceso a la ayuda internacional pueden tenerla y puedan reforestar rápidamente», añadió.

El ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, había dicho que su país agradecería la financiación del G7, pero después de una reunión entre Bolsonaro y sus ministros el gobierno brasileño cambió el discurso.

Luego, en entrevista con BBC Brasil, Salles acusó a Macron de utilizar el debate sobre la Amazonia como «bandera política».

«Una colonia»

Ya antes, el mismo día del anuncio del G7, Bolsonaro había acusado a Francia de tratar a Brasil como una colonia.

En concreto, acusó al gobernante francés de «disfrazar sus intenciones sobre la Amazonía detrás de la idea de una ‘alianza’ de los países del G7 para ‘salvar’ la Amazonia, como si fuésemos una colonia o una tierra de nadie».

Y a ello le siguió una rápida escalada diplomática con su homónimo francés.

Con más de 80.000 incendios registrados desde enero, según datos del INPE (siglas en portugués del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil), Brasil muestra un aumento de incendios forestales de 83% entre enero y agosto comparado con el mismo periodo del año pasado.

Derechos de autor de la imagen Getty Images
Image caption El grupo del G7 está conformado por los países de EE.UU., Alemania, Japón, Reino Unido, Italia. Canadá y Francia.

Despliegue en el Amazonas

Ante ello, Bolsonaro autorizó el pasado viernes el despliegue de cerca de 44.000 soldados en reservas naturales, tierras indígenas y áreas fronterizas de la región para luchar contra el fuego.

Lo hizo tras una intensa presión de líderes internacionales por la preocupación mundial desatada en torno a los incendios y a las políticas de Bolsonaro respecto a la Amazonia, que apuestan por liberar la explotación comercial de la minería, la agricultura y el turismo en la rica región natural.

Por su parte, el ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva, afirmó este lunes que la situación «está bajo control» y que por ahora solo «preocupa un poco» el fuego reportado en los estados Acre, Rondonia y Pará.

Sobre la ayuda aprobada el lunes por el G7, ya Greenpeace Francia la había tildado de»inadecuada dada la urgencia y la magnitud de este desastre ambiental».

De acuerdo a lo señalado por el mandatario francés, los US$22 millones estarían disponibles de inmediato para contratar, en principio, más aviones diseñados para apagar este tipo de incendios y el apoyo a los militares que están en el terreno combatiendo las llamas.

Los incendios de la Amazonía no se han limitado a Brasil, también afectan las regiones amazónicas de Bolivia, Paraguay Perú.

La reticencia de Bolsonaro

Bolsonaro ha defendido que la Amazonía, de la que dos tercios están en su territorio, es soberanía de Brasil.

«Brasil es como una virgen que todos los pervertidos de fuera desean», había respondido el mandatario brasileño ante periodistas el 6 de julio tras ser preguntado sobre la protección medioambiental de la Amazonía.

Durante largo tiempo, Bolsonaro ha mantenido que los países europeos intentan acceder a los recursos naturales de Brasil. De hecho, alega que los intereses de Europa por el bienestar del Amazonas son un disfraz para intervenir en la región.

Desde entonces, ha vinculado los intentos de ayuda europeos con un motivo de soberanía una y otra vez.

«Estos países que envían dinero aquí no lo hacen por caridad. Lo mandan con el propósito de interferir en nuestra soberanía«, dijo Bolsonaro la semana pasada.

Fuente e imagen: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-49480780

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¿El G-7 aprovecha los incendios para intentar la internacionalización de la Amazonia?

Por: Aram Aharonian
Los feroces incendios que ya devastaron casi medio millón de hectáreas de la selva amazónica en Brasil prendieron fuego también a la reunión del Grupo de los Siete en Francia y chamuscaron y dejaron en estado crítico el tratado de libre comercio firmado recientemente entre la Unión Europea y el Mercosur.

Paradojalmente, el entreguismo de los gobiernos neoliberales del Mercosur salvó la reunión de los siete países capitalistas más industrializados (Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Alemania, Gran Bretaña y Japón) y le dio un espaldarazo al presidente francés Emmanuel Macron para relanzarse como una figura internacional defensora del medio ambiente.

Pero lo más destacable es que en el imaginario colectivo internacional dejó a los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay) como incompetentes subdesarrollados que necesitan de la tutela del mundo “civilizado” para sobrevivir, porque si se los deja solos destrozan el planeta.

Los incendios amazónicos se extendieron con inesperada rispidez al terreno de la diplomacia europea, cuando el presidente francés Emmanuel Macron , acusó a su par brasileño, Jair Bolsonaro , de haberle mentido sobre sus compromisos en favor del medio ambiente y anunció su decisión de oponerse al TLC entre la UE y el Mercosur.

Macron aprovechó el enorme incendio de la Amazonia, las provocativas palabras de Bolsonaro y, sobre todo, la ausencia de reacción inteligente y soberana de los otros tres países del Mercosur (Argentina, Paraguay y Uruguay), no solo para atacar el acuerdo secreto suscrito recientemente sino para abrir la puerta de la ofensiva del G-7 para la internacionalización de la Amazonia, el pulmón del planeta (y, claro, sus recursos).

La minicrisis diplomática se expandió al resto de Europa, y la decisión de Macron fue apoyada por Irlanda. Alemania y Canadá también urgieron hablar sobre el tema de la Amazonia. Macron, en un discurso calificado de maniqueísta, señaló que por culpa de Bolsonaro y su política en el Amazonas se opondrá al acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, lo que sirvió para esconder una vez más las responsabilidades de las siete potencias en los dramas actuales, entre ellos la desigualdad mundial que promueven.

Según documentos publicados esta semana por un sitio británico, Bolsonaro y su gabinete inundado de militares tendrían un plan bien preciso para la Amazonia: construir una autopista y una central hidráulica en el corazón de la selva, un proyecto que data de la época de la dictadura militar brasileña (1964-1983).

La reacción del gobierno francés fue tomada con cautela por el gobierno argentino, que había celebrado con bombos y platillos el desigual el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE, sellado en junio tras 20 años de negociaciones. Pero el gobierno neoliberal de Mauricio Macri está de salida, lo que pone en duda de que este TLC sea aprobado en el Congreso, habida cuenta de la oposición sindical, empresarial y, sobre todo, del sector productivo.

Macron no habló –claro está- de Japón y su depredadora pesca de ballenas, Alemania y su multinacional Bayer, propietaria de la ecoterrorista Monsanto, Italia y su desprecio por la condición humana ante la crisis de los migrantes en el Mediterráneo, y todos como promotores y suministradores de armas que alimentan conflictos como el de Yemen, respaldan a dictaduras y hacen trizas la región del Medio Oriente.

En un discurso más mediático que político, Macron interpeló a los ciudadanos a “responder al llamado de los océanos y de la selva que se está quemando”, sin olvidar que por su política colonial aún vigente, Francia también se sitúa como país amazónico (por la Guayana Francesa). “Vamos a lanzar no un simple llamado sino una movilización de todas las potencias” reunidas en Biarritz, y ello “en asociación con los países del Amazonas para luchar contra el fuego e invertir en la reforestación”, dijo.

También el aún presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk puso en duda la ratificación del acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur si el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro , no combate los fuegos en la Amazonía brasileña. De igual modo, Tusk avisó que «no facilitará» a Reino Unido que pueda abandonar la UE sin acuerdo previo

Mientras Francia e Irlanda amenazaron con  no aprobar este acuerdo, Finlandia, que preside actualmente la Unión Europea, propuso imponer restricciones a las importaciones de carne de Brasil, el segundo abastecedor cárnico mundial, como forma de presionar al país a preservar la Amazonía. «No hay posibilidad de que Irlanda vote en favor del acuerdo si Brasil no respeta sus compromisos medioambientales», previno el premier irlandés Leo Varadkar.

La reacción de Macron se produjo en medio de una extrema tensión entre ambos países, un día después de que Bolsonaro lo acusara por tuit de «tener una mentalidad colonialista», que «instrumentaliza una cuestión interior de Brasil y otros países amazónicos» con «un tono sensacionalista que no contribuye para nada a resolver el problema».

Firmado a fines de junio, el acuerdo UE-Mercosur, que crearía un mercado de 780 millones de consumidores, es criticado no sólo en los países del Mercosur, sino también en Europa por el sector agrícola de varios países, pero también por ecologistas y ONG. Parlamentarios europeos –al margen de la cumbre del G-7- habían alertado sobre la amenaza de Bolsonaro de «dejar el Mercosur» si la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner ganara las elecciones en la Argentina en octubre próximo.

Algunos analistas europeos prefieren interpretar la crisis entre Brasil y algunos países europeos como un triunfo de Donald Trump, aliado de Bolsonaro y escéptico del cambio climático (como su imitador brasileño), enemigo del multilateralismo, de la UE y del acuerdo UE-Mercosur.

Pero, más allá del desigual tratado de libre comercio, los sudamericanos deben tener en claro que detrás de los discursos de protección ambiental, en la mente de los dirigentes de los siete principales países capitalistas está el apoderarse del pulmón del planeta y de sus enormes riquezas.

*Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=259800

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En Caracas se escucharon las voces por la Amazonía

América del Sur/ Venezuela/ 27.08.2019/ Por: Erick Camargo/ Fuente: www.ecopoliticavenezuela.org.

Para Observatorio de Ecología Política de Venezuela

En la mañana del viernes 23 de agosto del 2019, representantes de diversos movimientos ambientalistas, en el marco de la Red Anti-extractivista y Todos por el Futuro, se dieron cita frente a la embajada de Brasil para expresar su consternación y repudio ante la situación que se vive en la Amazonía brasilera y las declaraciones impresentables del presidente Jair Bolsonaro.

Entre los participantes se pudieron escuchar consignas como “El pueblo lo sabe y tiene razón, Maduro y Bolsonaro son miseria y destrucción”, que aludían a las similitudes entre las políticas ambientales de Nicolás Maduro y las de Jair Bolsonaro.

Francisco Javier Velázco, antropólogo y doctor en ecología, miembro de la Plataforma contra el Arco Minero del Orinoco y del Observatorio de Ecología Política de Venezuela, declaró ante los medios de comunicación sobre el ecocidio que ocurre en la Amazonía. En su declaración precisó: “el terrible crimen que sucede en la Amazonía brasilera, boliviana y paraguaya responde a una política de exterminio y destrucción que vienen adelanto algunos gobiernos en alianza con corporaciones específicamente del agronegocio” dijó. “Esto afecta no solo a Brasil y América del Sur sino al conjunto del planeta y pone en riesgo la perpetuación de la vida en el planeta” recalcó.

También denunció que “esto también forma parte de una estrategia global, de la cual el Arco Minero del Orinoco, que el Gobierno de Nicolás Maduro a puesto en marcha, también atenta contra la Amazonía y particularmente contra nuestra Amazonía”. Igualmente señaló que este avance del extractivismo afecta la región con mayor biodiversidad en el planeta y señaló que Bolsonaro es un político despreciable y que ya había anunciado que “iría con todos los hierros contra el Amazonas”.

Dorixa Monsalve, bióloga, integrante de la Plataforma contra el Arco Minero del Orinoco y de Clima 21, señaló que su motivación para protestar fue el enorme incendio, e indicó que cada vez hay más incendios y es mayor la degradación del medio ambiente en el planeta, poniendo en riesgo nuestra propia existencia.

También se refirió a que es necesario cambiar la forma en que vivimos, y lo que consumimos, sino será imposible sostener la vida misma en el planeta, y las excusas económicas no pueden ser freno, pues la propia economía será afectada por la degradación del medio ambiente, “si se puede construir un mundo y una economía sostenible”.

Fuente de la noticia: http://www.ecopoliticavenezuela.org/2019/08/23/caracas-se-escucharon-las-voces-la-amazonia/

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Nativos de Brasil crean protocolo de consulta sobre la Amazonia

América del sur/Brasil/ 25 Julio 2019/Fuente: Telesur Tv

«El Estado tiene el deber de consultar a los pueblos indígenas antes de que entre en sus territorios», indicó el vicepresidente de la Asociación Hutukara Yanomami, Dário Yanomami.

Comunidades indígenas de los estados de Roraima y Amazonas (Brasil) elaboraron un documento que establece cómo desean ser consultados sobre los proyectos en la Amazonia.

El vicepresidente de la Asociación Hutukara Yanomami, Dário Yanomami, indicó que elprotocolo es una forma de recordar a la sociedad no solo la necesidad de consultar a los pueblos, sino también los procedimientos a seguir en cada situación.

“Esto significa que el Gobierno brasileño debe reconocer el protocolo de consulta, (entender) lo que piensan los yanomami y cómo funcionan. Si algún proyecto quiere explotar en nuestro territorio, por ejemplo, el protocolo se asemeja al derecho de consulta», dijo.

«El Estado tiene el deber de consultar a los pueblos indígenas antes de que (nadie) entre en sus territorios», agregó Yanomami.

La deforestación en el Amazonia brasileño ha aumentado durante el Gobierno de Bolsonaro. | Foto: TRT

La elaboración de este documento tiene en cuenta el avance de grupos económicos en tierras  indígenas, como empresas minera, madereras y de agronegocios por lo que la comunidad nativa insta con este texto a respetar sus decisiones y pensamientos a través de este protocolo.

El documento llamado protocolo de consulta fue elaborado durante cuatro años entre agencias públicas y se archivó en instituciones como la Fiscalía Federal, la Secretaría Especial de Salud Indígena y los ministerios de Medio Ambiente y de Educación, la Fundación Nacional del Indio y en la presidencia de la República.

Desde que llegó Jair Bolsonaro, el pasado 1 de enero de 2019, a la Presidencia los yanomami así como otros grupos étnicos, temen el riesgo de las normas de protección para los pueblos tradicionales.

En el mes de marzo, el Gobierno de Bolsonaro manifestó la posibilidad que Brasil se retire del acuerdo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo que pondría a las comunidades en un área más insegura con respecto a la garantía de los derechos de los indígenas.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/brasil-indigenas-protocolo-consulta-amazonia-20190723-0010.html

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Nativos de Brasil crean protocolo de consulta sobre la Amazonia

América del Sur/ Brasil/ 23.07.2019/ Fuente: www.telesurtv.net.

«El Estado tiene el deber de consultar a los pueblos indígenas antes de que entre en sus territorios», indicó el vicepresidente de la Asociación Hutukara Yanomami, Dário Yanomami.

Comunidades indígenas de los estados de Roraima y Amazonas (Brasil) elaboraron un documento que establece cómo desean ser consultados sobre los proyectos en la Amazonia.

El vicepresidente de la Asociación Hutukara Yanomami, Dário Yanomami, indicó que elprotocolo es una forma de recordar a la sociedad no solo la necesidad de consultar a los pueblos, sino también los procedimientos a seguir en cada situación.

“Esto significa que el Gobierno brasileño debe reconocer el protocolo de consulta, (entender) lo que piensan los yanomami y cómo funcionan. Si algún proyecto quiere explotar en nuestro territorio, por ejemplo, el protocolo se asemeja al derecho de consulta», dijo.

«El Estado tiene el deber de consultar a los pueblos indígenas antes de que (nadie) entre en sus territorios», agregó Yanomami.

La deforestación en el Amazonia brasileño ha aumentado durante el Gobierno de Bolsonaro. | Foto: TRT

La elaboración de este documento tiene en cuenta el avance de grupos económicos en tierras  indígenas, como empresas minera, madereras y de agronegocios por lo que la comunidad nativa insta con este texto a respetar sus decisiones y pensamientos a través de este protocolo.

El documento llamado protocolo de consulta fue elaborado durante cuatro años entre agencias públicas y se archivó en instituciones como la Fiscalía Federal, la Secretaría Especial de Salud Indígena y los ministerios de Medio Ambiente y de Educación, la Fundación Nacional del Indio y en la presidencia de la República.

Desde que llegó Jair Bolsonaro, el pasado 1 de enero de 2019, a la Presidencia los yanomami así como otros grupos étnicos, temen el riesgo de las normas de protección para los pueblos tradicionales.

En el mes de marzo, el Gobierno de Bolsonaro manifestó la posibilidad que Brasilse retire del acuerdo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo que pondría a las comunidades en un área más insegura con respecto a la garantía de los derechos de los indígenas.

Fuente de la noticia: https://www.telesurtv.net/news/brasil-indigenas-protocolo-consulta-amazonia-20190723-0010.html

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Brasil: Ednei. Aqui é território indígena Maró

América del sur/Brasil/18 Julio 2019/Fuente: El país

As comunidades da região amazônica do Brasil enfrentam desafios devido às atividades industriais agressivas, hoje incentivadas pelo novo Governo de Bolsonaro. Esta série apresenta cinco jovens líderes que defendem a floresta. Neste capítulo: Ednei, representante de 45 aldeias de 13 povos indígenas

Um velho motor de barco (um Yanmar diesel de dois cilindros feito no Brasil) instalado em um chassi de caminhão, algumas chapas de aço, colocadas como uma cabine e uma caixa traseira sólida de madeira boa, compõem um veículo de aparência precária, mas poderoso em toda a sua simplicidade.

Utilizando-a há pouco mais de um ano, as 3 aldeias indígenas Borarí e Arapiun da Terra Indígena Maró (TI Maró) podem cobrir todo o perímetro de seu território em poucos dias. Isso é algo que a pé, como foi feito desde o início, leva muito mais tempo, cerca de duas longas semanas.

O grupo indígena Borarí chegou a esse território remoto, povoado há séculos pelos Arapiun, há relativamente pouco tempo. Eles fugiram da pobreza de Alter do Chão, terra predominantemente Borarí, a cerca de 30 quilômetros a oeste de Santarém, hoje a capital do Baixo Tapajós, no Pará. Eles subiram todo o rio Arapiuns até a sua nascente, e de lá eles entraram no pequeno rio Maró, que é o que dá nome ao território.

O grupo é modesto, composto por cerca de 300 pessoas espalhadas pelas três aldeias: Novo Lugar, Cachoeira do Maró e São José III. Mas o território é relativamente grande: abrange cerca de 42.000 hectares de floresta primária, isto é, floresta amazônica intacta, que nunca foi derrubada.

Povos indígenas dos grupos étnicos borari e arapiun durante a inspeção mensal do território na prevenção da presença de madeireiros ilegais.
Povos indígenas dos grupos étnicos borari e arapiun durante a inspeção mensal do território na prevenção da presença de madeireiros ilegais. Pablo Albarenga

Para um observador inexperiente, a floresta inteira parece igual, mas há uma diferença fundamental entre essa floresta virgem e aquela que já foi explorada. Em uma primeira fase de exploração madeireira, são derrubadas as árvores que contêm as madeiras tropicais mais valiosas, que são cotadas nos mercados internacionais.

Uma segunda fase consiste em explorar a madeira restante, e uma terceira e última, na eliminação total da vegetação, geralmente para fins de agricultura industrial ou pecuária extensiva. Embora ao longo do tempo a floresta possa recuperar o espaço destruído, a biodiversidade original é extinta para sempre.

No Brasil, o avanço devastador do desmatamento ilegal parece irrefreável. Mas comunidades como as do Maró são aquelas que ainda oferecem resistência, e sua presença tem sido uma garantia de conservação, mesmo com dificuldades e mobilizações diante da agressão. Mas a chegada de Bolsonaro ao poder em janeiro deste ano já está mudando as coisas muito rapidamente.

Diante dessa nova realidade, eles precisam se preparar para enfrentar uma ameaça ainda maior: aqueles que se sentem protegidos pelas palavras agressivas do presidente contra os indígenas e contra a Amazônia. Muitos de seus seguidores acreditam que podem finalmente fazer o que querem, levando à letra o fato de Bolsonaro considerar os índios um «obstáculo à agroindústria e ao desenvolvimento”.

Bolsonaro foi eleito com um discurso racista, atacando minorias, negros e indígenas, dizendo que eles devem ser «integrados» a um uniforme distópico e ao Brasil «produtivo» que ele imagina. Essa ideia de preservar territórios indígenas, derivar suas terras e respeitar seus direitos, acabou, apesar de estarem incluídos na constituição brasileira de 1988.

No pacote, Bolsonaro também inclui ambientalistas e ativistas dos direitos humanos e dos direitos civis. Em seu famoso discurso eleitoral gravado em um pretenso vídeo caseiro, do quintal da sua casa, ele deixou claro suas intenções: «ou eles vão embora ou vão para a cadeia».

Até que ponto algumas pessoas se sentem protegidas pelo discurso de Bolsonaro e agem por conta própria, pudemos presenciar durante nossa viagem ao interior do território indígena Maró. Pilotado por Dadá Borarí, o segundo-cacique depois do seu tio-avô, que é o primeiro-cacique do território, o veículo improvisado nos levou pela estrada que marca o perímetro do território indígena, rota cheia de obstáculos e perigos que, no entanto, os vigilantes enfrentam com entusiasmo e determinação.

Há alguns anos, desde que as incursões dos madeireiros se tornaram mais agressivas, e seguindo uma recomendação da FUNAI, um grupo de homens eleitos pelas aldeias viraram vigilantes do território e percorrem seu perímetro regularmente, em jornadas que geralmente duram cerca de dez dias.

Esses homens experientes, que conhecem a floresta desde pequenos, centímetro a centímetro, incluem há pouco tempo Ednei, um jovem Arapiun de Cachoeira do Maró, a aldeia vizinha de Novo Lugar, que também foi recentemente eleito como coordenador do Conselho Indígena Tapajós-Arapiuns (CITA), representante legítimo de 45 aldeias de 13 povos indígenas diferentes, pertencentes aos povos indígenas do Baixo Tapajós, Rio Arapiuns, Rio Maró e Planalto Santareno.

Ednei, com apenas vinte anos, é uma pessoa de poucas palavras, mas mostra grande determinação. Ele entende bem o papel atribuído a ele e está disposto a continuar com toda a coragem de sua juventude.

A incorporação de jovens ao grupo de vigilantes é fundamental para a continuidade de sua missão ao longo do tempo. É essencial que eles adquiram o conhecimento e experiência necessários para a defesa de um território submetido à pressão de um ambiente hostil e ganancioso, que busca extrair suas muitas riquezas.

A pressão, acima de tudo, vem das madeireiras que operam na região e de alguns caçadores furtivos que vêm para roubar madeira ou caçar a rica diversidade de animais que fazem parte da subsistência das aldeias. Estes últimos são, muitas vezes, moradores de terras vizinhas que venderam suas florestas e que agora, empobrecidos, não têm outra opção a não ser tentar obter alimentos na Terra Indígena Maró, ainda intacta.

As rodovias de vigilância são longas e as condições na floresta difíceis, mas as crenças desses nativos fornecem a sabedoria e a coragem para garantir o sucesso de suas expedições. A Terra Indígena Maró, conta Dada, além de sustentar, abriga lugares sagrados, igarapés que alimentam o rio Maró, ervas e plantas medicinais e, acima de tudo, vive a Curupira.

Um caminhão de grande tonelagem transporta madeira por uma trilha na fronteira com a Terra Indígena Maró.
Um caminhão de grande tonelagem transporta madeira por uma trilha na fronteira com a Terra Indígena Maró. Pablo Albarenga

Por essas terras, a entidade protetora das matas adquire um sentido muito mais profundo, e enigmático. Como entidade sagrada, a Curupira tem poderes mágicos que determinam o que acontece àqueles que entram na floresta. A missão que se propuseram esses indígenas é a de respeitar e proteger a terra, e, dessa forma, respeitar e proteger a si mesmos.

Aprender a defender o território é um dos desafios importantes do jovem Ednei, que também cursa o primeiro ano de Ciências Atmosféricas na Universidade de Santarém, a metrópole que fica a meio dia de barco da aldeia.

Comandado por Dada, junto com Ednei e o grupo de vigilantes da TI Maró, entramos na mata para uma viagem de reconhecimento. No caminho, eles mostram restos de madeira roubada, 26 grandes e valiosos troncos já enumerados que uma madeireira não pôde terminar de remover: é um triste cemitério de árvores derrubadas antes que o território conseguisse avançar na demarcação como terra indígena e ser protegido por lei.

Essa madeira abandonada, que lentamente se decompõe para servir como nutriente para a mesma terra em que cresceu, é o trágico testemunho de uma depredação real e muito próxima. A passagem de um caminhão de grande tonelagem transportando troncos majestosos pela faixa fronteiriça com o território, que provavelmente leva o seu tesouro abatido aos mercados internacionais, nos recorda que a ameaça não é virtual.

Os povos indígenas do Maró têm grande interesse em denunciar um descampado onde uma antiga madeireira abandonou máquinas sem uso e outros detritos de sua atividade predatória no território. Mas para eles significa uma ferida, um traço execrável que eles exigem apagar, e parece que a sua concepção sagrada da floresta dá ao depósito o caráter de uma profanação.

O conflito adquire uma dimensão explícita quando a disputa territorial se materializa na propriedade imobiliária. É o caso de uma casa que pertenceu a um madeireiro, mas como o território começou a ser demarcado e a construção foi incluída no território indígena, ela por lei passou a pertencer aos indígenas do Maró.

Mas o antigo proprietário insistiu em mostrar seu poder contratando caseiros para habitar a casa e confrontar os índios, que desejam dar a essa propriedade um uso comunitário.

Integrantes do grupo de vigilantes do Território Indígena Maró.
Integrantes do grupo de vigilantes do Território Indígena Maró. Pablo Albarenga

Desde que o processo de demarcação foi retomado, em 2016, a casa permaneceu desabitada. Mas, recentemente, pichações ameaçadoras começaram a aparecer em uma parede lateral: «Índio ladrão», lia uma, «vá para o inferno». “Bonsonaro”, dizia outro, com erro de ortografia incluído. O apelo a Bolsonaro já significava uma premonição de algo pior, um mau presságio.

Mas a surpresa desta vez foi que, quando chegamos, encontramos a casa fechada, vigiada por dois cães. Quando o grupo conseguiu abrir a porta trancada e finalmente entrar na casa, encontrou comida fresca e sinais óbvios de que a casa estava novamente invadida. O suposto dono havia retornado à sua política de confronto.

Ajudados por uma equipe de jovens ativistas indígenas que acompanharam a expedição, e liderados por Ednei, também membro desse grupo, eles decidiram pintar em dois cartazes uma mensagem muito clara. «Aqui é terra indígena», disse o primeiro. «MARÓ», em maiúsculas, o segundo.

Eles dedicaram tempo para pintar os cartazes. Decoraram com grafismos indígenas, mostrando sua disposição em reafirmar a posse do território e tudo o que ele contém. E fazê-lo com dignidade e orgulho. Ednei se esmerou pessoalmente até o último detalhe, cuidando da combinação de vermelho e azul nas bordas geométricas, um sinal de identidade indígena.

No exato momento em que posaram para a foto, mostrando com satisfação e orgulho as duas faixas coloridas antes de finalmente pendurá-las, uma índia de aparência muito humilde apareceu na estrada, carregando na cabeça um macaco e acompanhada de um porquinho, que parecia ter escapado da fazenda de George Orwell.

Depois de um momento de perplexidade geral, Dada se dirigiu a ela, com uma mistura de autoridade e solenidade que explica o seu status de cacique. Dada explicou que a ação de protesto não era contra ela, mas contra quem a enviou para ocupar a casa.

Pediu que ela notificasse os encarregados, que ele queria falar com o madeireiro, e que o encontraria na sexta-feira seguinte para lhe dizer pessoalmente que não tem direito a essa propriedade que está construída em terra Maró e que não pretende ceder aos atos de intimidação. Após a conversa, a jovem pôde entrar novamente, acompanhada pelo macaco e pelo porquinho.

Eles então colocaram as faixas na frente da casa. Ao dar a última martelada no último prego que os afixava, Dada demonstrou a ferocidade e a determinação de quem sabe que enfrenta uma ameaça real, agora protegida por aquele Bonsonaro que o madeireiro evoca como garantia de impunidade.

Essa comunidade de não mais de trezentos indígenas, que defende seu território contra o poder potencialmente avassalador de qualquer indústria madeireira ou extrativa que seja suficientemente fortalecida pelo bolsonarismo que congelou os processos de demarcação, representa a enorme vulnerabilidade desses pedaços de floresta virgem.

Já de volta ao acampamento onde passamos a noite anterior, Ednei permanece de pé na caixa do veículo, segurando sob intensa chuva tropical sua carabina de caça, incorporando uma nova geração de afirmação e resistência. Pertence a uma geração que, tendo assumido orgulhosamente os valores de seus pais e avós, está preparada para enfrentar os desafios de um futuro ameaçado por todos os lados.

Herdeiros de uma luta de gerações, aprendem a defender esses pequenos territórios da enorme e devastadora destruição da mata. E eles sabem que sua luta também contribui para a defesa de uma causa mais global, a defesa do pulmão e da biodiversidade do planeta, a luta contra a mudança climática, embora Trump, Bolsonaro e muitos outros agora neguem que o fenômeno realmente exista.

Essa nova geração, já educada em autoafirmação, começa a usar as ferramentas do ativismo para lutar por seus direitos, com a eficiência necessária para resistir ao desafio que está por vir.

Desafiando a noite na mata virgem, sob um céu brilhante de estrelas que não conhecem a poluição luminosa, o veículo nos leva de volta à vila, onde chegamos bem a tempo de embarcar em uma barcaça velha que nos levará de volta.

Ednei e seu povo conhecem, junto com tantas outras comunidades indígenas brasileiras sobreviventes de genocídios devastadores, que o simples fato de existir é resistir.

De gente como eles, dependem muitas coisas, para que nós façamos vista grossa.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/06/06/planeta_futuro/1559816628_912175_1559819532_sumario_normal_recorte1.jpg

Fuente: https://brasil.elpais.com/brasil/2019/06/06/actualidad/1559816628_912175.html

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Salvar la Amazonía debería ser un empeño de todas las escuelas del mundo

Por: Carmelo Marcén

¿Podría Amazon, ya que le ha copiado el nombre al gran río y a su cuenca, destinar un centimillo de euro por cada uno de los transportes que hace diariamente a salvar la Amazonía?

Hay muchos mitos sobre las Amazonas, aquellas mujeres que reinaban en las tierras mediterráneas en tiempo de los griegos y tenían un carácter guerrero muy fuerte que demostraron ante Heracles y Aquiles. Se cuenta que Francisco de Orellana, el conquistador español que se empeñó hacia 1541 en seguir la corriente de un gran río cuyo tamaño lo dejó impresionado, dio a ese el nombre de Amazonas, por creer que un ejército femenino lo había atacado con flechas desde la orilla. Aquel gran río sigue siendo un mito: pasa por ser el más largo del mundo y alberga en su sistema hídrico más agua que los otros tres grandes ríos del mundo juntos: Nilo,  Yangtsé y el Misisipi. Atraviesa Perú, Colombia y Brasil, como todos sabemos, pero quizás desconozcamos que su cuenca hidrográfica (con sus fuentes Marañón y Ucayali) guarda la quinta parte del caudal fluvial de planeta; algo que si los dioses griegos hubiesen conocido seguro que lo hubieran cobijado en su prolija teología. Así, mitológico, lo vería Pablo Neruda que le dedicó un poema en el que lo llamaba capital de las sílabas del agua, padre patriarca y eternidad eterna de las fecundaciones y decía de él que ni la luna lo puede vigilar ni medir. Recitémoslo en la escuela y desentrañemos los caudales del poema.

Pero nombrar Amazonas no es decir agua, es hablar de la Amazonía que comprende territorios de 9 países sudamericanos –unos 6,7 millones de km2, casi 12 veces la península Ibérica– y se identifica con la selva tropical por excelencia. Además de ser el hogar de casi el 10% de la biodiversidad conocida, entre otras unas 40.000 especies de plantas y 2.500 de peces fluviales, también de singulares invertebrados; seguro que guarda muchas especies desconocidas. Por otra parte, captura cientos de miles de millones de toneladas de óxido de carbono y libera parte de sus equivalentes de oxígeno. Es el gran pulmón del aire, de la vida global; la evapotranspiración de sus plantas es fundamental para la dinámica climática de todo el planeta. Es la casa de más de 30 millones de personas, además del refugio de más de 300 grupos indígenas –entre ellos los Yanomami y los Kayapó, nombrados en varios documentales por su oposición a las tropelías de los nuevos colonizadores de la selva–.

A pesar de toda esta riqueza visible o no, los científicos aseguran que la Amazonía –la magnífica reserva de la biosfera– está en peligro. Interesaría plantear en la escuela un debate sobre a quién pertenece la Amazonía: a los gobiernos de los países que engloba, a los habitantes indígenas que viven dentro de ella o, por los beneficios que reporta, a todo el mundo, se podría decir que es un patrimonio global: por eso la Unesco la habrá nombrado Patrimonio Natural de la Humanidad. Esta figura de protección plantea una serie de beneficios pero a la vez conllevaría otros tantos compromisos o más para conservarla. Los periódicos de la zona se lo preguntan a menudo; para comprobarlo solamente hace falta realizar una búsqueda en internet. Si lo dejamos en manos de aquellos países, pueden hacer con ella lo que quieran; incluso talarla del todo, lo cual deja a la intemperie a sus habitantes y maltrechos a los pueblos indígenas. Nosotros lo notaremos enseguida: el clima y nuestras vidas cambiarán mucho. Si pensamos que es propiedad colectiva habremos de implicarnos en su protección. ¿Cómo podemos hacerlo desde la escuela?

En primer lugar hay que viajar allí vía internet. Enseguida encontraremos noticias del empeño de Greenpeace, que avisa que absorbe unas 1.000 millones de toneladas de CO2, la mitad que en 1990. Normal, la ONG asegura que desde 1970 se ha perdido una superficie mayor que la de España debido a las talas de árboles; para comprobarlo solamente es necesario buscar en las fotos de la NASA en las que compara varios años. Si queremos conocerla mejor abramos la puerta de National Geographic, que le dedica una amplia información

Ya hay por ahí centros escolares que han puesto en marcha iniciativas como “Salvar la Amazonía” o “Visión Amazonía” -implicada en la protección de la selva colombiana porque saben qué va detrás de la masiva deforestación-. El debate escolar debe continuar: es importante hablar en la escuela de lo que está lejos o cerca, debemos ocuparnos de qué y cómo mueve el mundo natural y social, etc. La escuela es el escenario adecuado para desarrollar el pensamiento crítico sobre qué es la vida. Quizás valdría para la reflexión el visionado de los capítulos de la serie La Amazonía: última llamada o la reciente Sob a pata do boi (Bajo la pata del buey. Cómo la Amazonia se convierte en pasto). Algunas personas de América del Sur están muy preocupadas por las posibles políticas de los nuevos dirigentes de Brasil, por ejemplo.

Desde aquí se nos ocurre lanzar una propuesta sencilla. ¿Podría Amazon, ya que le ha copiado el nombre al gran río y a su cuenca, destinar un centimillo de euro por cada uno de los transportes que hace diariamente a salvar la Amazonía? Según nuestros cálculos solo con los envíos de Amazon Prime en 2017, unos 5000 millones, serían 50 millones de euros al año. Hemos propuesto por cada producto, no por los millonazos de dólares que se cobran por los envíos; y además, falta el 37 % de recados de la compañía que no figuran en este servicio. ¿Se imaginan que fuese el 0,07 % de cada valor? En cierta manera resarciría un poco los enormes peajes ambientales que generan sus pedidos viajando de lado a lado por todo del mundo. Esta idea es la sugerencia de una alumna de 4 º de ESO, toda su clase la suscribió. ¡Qué lástima que el señor Jeffrey Preston Bezos no lea este blog! Por si alguna escuela se anima le podría enviar una carta cortésmente redactada diciéndole que considerase el asunto; su dirección –o la de su sede- será fácil encontrarla en internet. Mejor si le llegan muchas de muchos países en los que opera escritas en varios idiomas.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2018/11/16/salvar-la-amazonia-deberia-ser-un-empeno-de-todas-las-escuelas-del-mundo/

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