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Australia, aliado de Colombia para ser el país más educado de América Latina en 2025

Colombia/31 de Marzo de 2018/Semana

Australia es un referente mundial en buenas prácticas en educación y busca compartir su experiencia con Colombia.

Australia es hoy uno de los principales destinos educativos de los colombianos y Colombia es ya el tercer emisor de estudiantes de inglés de Australia, después de China y Brasil. Las razones para escoger Australia son varias: además de ofrecer educación bilingüe accesible, cuenta con una amplia diversidad cultural, un sistema de educación superior de alta calidad y condiciones de vida favorables para los estudiantes.

Si bien durante muchos años se mantuvo el estereotipo australiano de playas, surfistas y canguros, hoy se destaca por tener 3 de las mejores 20 ciudades estudiantiles del mundo, ser el noveno país en el sistema de ranking de universidades –por encima de Alemania, Nueva Zelanda y Japón– y el tercer destino con más estudiantes extranjeros del planeta, después del Reino Unido y Estados Unidos, a pesar de solo tener una población de 24 millones de habitantes.

La educación es un motor económico para Australia; es su tercer producto de exportación, después del hierro y el carbón, y su primer producto de exportación en servicios. Entre 2015 y 2016 generó USD$ 15 mil millones, con un crecimiento del 8% según la Oficina de Estadísticas Australianas.

Según el informe “Education at a Glance 2016”, realizado por la OCDE, Australia es el séptimo país de la organización en cobertura educativa, pues el 43% de la población adulta tiene educación terciaria y cuenta con la tasa de graduación más alta de la OCDE, con un 61% de graduados.

Su experiencia se ha convertido en un instrumento de cooperación internacional del que Colombia se ha beneficiado gracias el fortalecimiento de las relaciones bilaterales con la reciente apertura de la Embajada de Australia en el país y el inicio de negociaciones con miras a incorporarse como país asociado en la Alianza del Pacifico.

“En esta nueva etapa que atraviesa Colombia, Australia está comprometida en apoyar al país en la modernización de diferentes sectores, especialmente en educación, un aspecto que es fundamental y se debe trabajar para hacerla más incluyente. Queremos compartir nuestro conocimiento en aseguramiento de la calidad, marco nacional de cualificaciones, reconocimiento de títulos y financiamiento estudiantil. Por medio del fortalecimiento de los lazos entre nuestras instituciones e investigadores ayudar a Colombia a lograr ser el país más educado de América Latina en 2025”, comenta Sophie Davies, embajadora de Australia en Colombia.

Iniciativas de cooperación para Colombia

 

La convalidación de títulos australianos es una iniciativa de cooperación en la que se está trabajando desde hace unos años, al considerarse un tema clave especialmente por el creciente número de estudiantes colombianos graduados de pregrado y posgrado en el país oceánico.

Pero la cooperación no se limita a facilitar la movilidad estudiantil, si no que se extiende a mejorar el sistema educativo del país como un aporte de Australia en el compromiso de Colombia en ser el país más educado en 2025.

“El gobierno de Australia ha prestado asistencia técnica en temas como la creación del Marco Nacional de Cualificaciones y el desarrollo de la educación rural y remota. También ha sido un socio clave en el intercambio de información para establecer normativas y procesos de la calidad educativa, y en la construcción de un modelo para el reconocimiento mutuo de títulos”, comenta Yaneth Giha, ministra de Educación.

Australia ha compartido su modelo de educación y capacitación técnica por competencias que garantiza calidad en la educación nacional sin importar donde sea impartida, y ha ofrecido apoyo en el diseño de programas educativos y de capacitación a docentes que respondan a las necesidades rurales del país.

Otra iniciativa de cooperación es la adaptación para Colombia del programa de préstamos para le educación superior de Australia, que ya ha sido apropiado por otros 12 países entre ellos Reino Unido, Nueva Zelanda y Tailandia. Desde 2007, el gobierno de Australia e ICETEX han trabajado juntos para establecer el modelo de Financiación Contingente al Ingreso, que replantea la forma de pago de los créditos para estudio con cuotas proporcionales a los ingresos del beneficiario una vez esté empleado.

Y por último, se han gestado alianzas entre universidades de los dos países para proyectos de investigación. La Universidad de Queensland de Australia se unió con el Ministerio de Salud y Protección Social, la Universidad Nacional, Corpoica, Acovez y facultades de de Medicina y de Medicina Veterinaria en el primer Curso de Geografía Médica y Epidemiología Especial para mejorar la capacidad de respuesta frente a enfermedades del trópico, y con la Universidad de los Andes para hacer pilotos de investigación de un potencial centro en excelencia minera como los que tiene en países como Chile y Papua Nueva Guinea. Por su parte, la Universidad de Monash trabaja en conjunto con la Universidad de Antioquia en la implementación del programa “Eliminate Dengue”, que cruza los mosquitos salvajes que transmiten la enfermedad con una sepa que no lo hace y ha sido exitoso en India y Vietnam, entre otros países.

La embajadora Davies es clara, así Colombia y Australia estén separados por el Océano Pacífico las similitudes geográficas, climáticas y desafíos comunes los acercan. “Creemos firmemente que la educación es un elemento crucial para un país próspero en esta etapa del post-conflicto. Queremos que nuestros vecinos del Pacífico, como Colombia, se beneficien de nuestra experiencia para fomentar el desarrollo humano, el crecimiento económico y la estabilidad a lo largo de la región”.

La embajada de Australia en Bogota continuará su labor facilitadora para que instituciones de los dos países fortalezcan lazos de colaboración.

Fuente:  http://www.semana.com/hablan-las-marcas/articulo/australia-aliado-de-colombia-para-ser-el-pais-mas-educado-de-america-latina-en-2025/561885

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América Latina y las políticas públicas educativas

Por: Jorge Cachinero

En América Latina se ha producido una mejora destacada de las competencias acumuladas por los individuos, a través de la educación reglada y de la experiencia profesional, aunque, en algunos de sus países, este proceso no se ha desarrollado ni tan rápidamente, ni tan universalmente como hubiera sido deseable.

Es necesario abordar las razones del porqué de esta brecha y sobre cuál ha de ser el papel que los estados pueden desempeñar en acortarla con las políticas públicas adecuadas.

Para empezar, el problema de la educación en América Latina no es de dinero.

El gasto público y el esfuerzo que realizan las familias latinoamericanas en educación están a la par con los de la media del resto del mundo y son importantes.

Obviamente, no todas las familias gastan en educación lo mismo ya sea en cantidades absolutas o en proporción a sus ingresos.

Las familias más ricas latinoamericanas suelen gastar en educación veinte veces más que las más pobres.

Otro factor de diferenciación social entre familias latinoamericanas es el tiempo que los padres dedican personalmente a la educación de sus hijos.

No todo es un problema de incentivos sino, más bien, de ser más eficiente en el gasto. En Latinoamérica se debe gastar mejor en educación y no, necesariamente, más.

Para ello, es necesario contar con elementos de medición del retorno de la inversión (ROI, return on investment, en inglés) para los estados de su gasto en educación, por un lado, y con elementos de medición del impacto de dicha educación en el progreso económico y social de sus sociedades, por otro lado.

Por ejemplo, hace años, en Perú se repartieron computadoras portátiles, por valor de USD $200 cada una, a un millón de niños. El coste de aquel programa fue de $200 millones.

Sin embargo, el impacto de ese programa sobre el desarrollo de las competencias académicas de los niños fue cero porque dichas computadoras no fueron acompañadas de los correspondientes programas o aplicaciones informáticas que las hubieran hecho funcionar y los docentes que debieron haberlas utilizado como herramienta de formación no contaban con la capacitación necesaria.

En contraste con lo anterior, el programa “Expande tu mente”, desarrollado, también, en Perú, durante 2015, y dirigido a los niños para que aprendieran que el cerebro es un músculo que puede desarrollarse con la práctica y con su uso y que, por tanto, dicho ejercicio es necesario para ampliar su capacidad cognitiva, con vídeos explicativos de USD $ 0.20 de coste por niño participante en el programa, tuvo un potencial de impacto mucho mayor que el reparto, sin más, de material que no pudo usarse correctamente o que no contó con instructores necesarios para guiar a los niños en su uso.

La medición de los retornos a la inversión (ROIs) para los estados y la medición de los impactos para los beneficiarios y para la sociedad son elementos imprescindibles para poder desarrollar mejores y más eficientes políticas públicas educativas, que estén formuladas sobre evidencias y sobre datos contrastables. Éste es un reto, no sólo en materia educativa, y no sólo en América Latina, o en España, también, para los gobiernos en el momento presente.

Los adultos adquieren y aprenden las competencias críticas para sus desarrollos profesionales, fundamentalmente, en las empresas, en las universidades y en las escuelas de negocio. También, en América Latina.

Desgraciadamente, la informalidad, tan extendida en sus entornos empresariales, y, por razones obvias, el tamaño y la dimensión de las organizaciones empresariales son obstáculos para que las empresas cumplan en Latinoamérica esa función de capacitación y de recapacitación de los individuos. Las diferencias en la inversión en formación dentro de las empresas y el impacto sobre los incrementos salariales de los trabajadores pueden llegar a ser múltiplo de tres dentro de las mejores en relación con las demás.

Las políticas públicas, idealmente, deberían seleccionar programas educativos, por ejemplo, sobre criterios de cálculo coste-beneficio de los mismos -sin que, necesariamente, se incluya el incremento de la jornada escolar, por costoso-, que incorporen la tecnología -siempre guiada por monitores capacitados y que cuenten con los programas y aplicaciones necesarios-, que garanticen una mejor organización de las clases, que pongan el foco sobre la motivación de los alumnos o que atajen el abandono escolar, que es el gran desafío de la educación secundaria en Latinoamérica.

Éstos programas deberían complementarse con proyectos de crianza que ayuden a los padres a estimular la educación de los niños -en Jamaica ya los hay-, con proyectos de mejora que integren a padres y a adolescentes en la educación de éstos y que ayuden a gestionar los riesgos del abandono educativo y con proyectos de desarrollo de habilidades socioemocionales para reforzar la ambición y el autocontrol.

América Latina es la única región del mundo en la que se está produciendo una disminución palpable de la pobreza y de la desigualdad y en la que el populismo, hasta ahora, aunque con desagradables excepciones, está en retroceso. La educación ha de ser un rubro en el que se debe ser más eficiente para que esto siga siendo así.

Fuente: http://abcblogs.abc.es/jorge-cachinero/2018/03/15/america-latina-y-las-politicas-publicas-educativas/

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Argentina: Impulsa G20 ‘revolución educativa’ en Latinoamérica

Argentina/17 de Marzo de 2017/El Siglo de Torreón

La secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, instó hoy a iniciar una «revolución de calidad educativa» en América Latina para acabar con la «brecha de competencias» entre las habilidades de la juventud y las oportunidades laborales, en un acto sobre el G20 en Argentina.

Referentes políticos, educativos y sociales del país austral y la región intervinieron en el seminario «Camino al G20: el futuro de la educación en la era digital» organizado por la Revista Noticias, la Fundación Embajada Abierta y la Fundación de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE)

Ante autoridades diplomáticas y medio centenar de estudiantes universitarios y docentes, Grynspan destacó que la tasa de educación superior en América Latina se cuadruplicó desde los años 80 y, actualmente, dos tercios de quienes llegan a la universidad son «la primera generación» de su familia que lo logra.

Sin embargo, «puede haber un desencuentro entre las aspiraciones de los jóvenes y los esfuerzos que la sociedad ha hecho y las posibilidades reales de inserción al mundo que viene», advirtió.

En ese sentido, señaló que con el acceso universitario no está todo logrado, por lo que debe producirse una «revolución de calidad educativa».

«Si no, habrá un desencuentro entre las oportunidades reales y las habilidades», como ocurre hoy, lo que ha hecho que Latinoamérica sea «una de las regiones que tiene la mayor brecha de competencias del mundo», afirmó.

Quien fuera vicepresidenta de Costa Rica (1994-1998) hizo hincapié en que no se debe educar para un trabajo particular, sino que debe hacerse «para un mercado laboral y una sociedad que van a cambiar sin cesar».

«Sabemos que esas habilidades van a depender también de la rapidez con las que las hagamos. Vivimos en un mundo donde no van a ser los peces grandes los que se coman a los chiquitos, sino los peces rápidos los que les ganen a los otros», aseguró.

El director del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Gustavo Béliz, apuntó que la inteligencia artificial, la realidad virtual o el internet de las cosas son «los nuevos dragones de aquellos territorios inexplorados» de la antigüedad y, por ende, generan «enojo» y «miedo» en la sociedad.

Por ello, instó a construir un «New Deal digital» que termine con ese «panic attack» que lleva a los trabajadores a pensar que sus actividades van a desaparecer por los avances tecnológicos cuando, en realidad, muchas, como la industria automotriz, «se van a enriquecer».

Béliz advirtió sobre el hecho de que, según encuestas del Intal, el 16 % de los latinoamericanos que tiene un «smartphone» pasa hambre, lo que refleja que la región tiene «pobreza analógica y riqueza digital».

«Hay una contradicción muy profunda entre el avance de la tecnología en materia de datos y la pobreza en temas básicos de la vida cotidiana», señaló antes de apuntar a la necesidad de que los estados cuenten con «capacidades regulatorias» que pongan la tecnología al servicio de objetivos sociales.

Con eso en mente, vio esencial incorporar «cláusulas tecnológicas» en las negociaciones de los bloques regionales porque contribuyen al «desarrollo tecnológico y científico de un país».

«El problema no son los elementos masivos de ‘big data’, el problema son los pequeños valores. El problema no son las máquinas que piensan, el problema son las personas que no sueñan», sentenció Béliz.

Por su parte, el neurocientífico Facundo Manes subrayó la importancia de que los países inviertan en ciencia y en conocimiento, ya que solo de esa manera pueden desarrollarse.

«La educación no es suficiente porque, aunque cambiemos el sistema educativo, muchos no juegan el partido por la malnutrición y la pobreza», afirmó antes de instar a la sociedad argentina que «presione para vivir con el paradigma de conocimiento».

También advirtió que hay que «reinventar» la figura del docente, que ya no tiene que centrarse en transmitir información (porque actualmente está disponible para todos), sino que debe «unir los egos del equipo para generar más conocimiento» y enseñar a los alumnos a comunicarlo.

«Lo digital, la tecnología, no va a reemplazar al ser humano», dijo.

Fuente: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1441566.impulsa-g20-revolucion-educativa-en-latinoamerica.html

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Perú encabeza el ranking de América Latina como región de mayor privatización educativa

Perú/10 de Marzo de 2018/Mundo

Latinoamérica es la zona del mundo en la que la mercantilización educativa más se hace sentir desde 1990, con Perú a la cabeza y su 116% de aumento de la matrícula en el sector privado. Comienza el nuevo ciclo lectivo 2018 y al mismo tiempo las movilizaciones, los conflictos y las negociaciones entre sindicatos y Gobiernos.

De hecho en Argentina y Chile, por ejemplo, no está claro aún si el comienzo de clases será normal en todo el país. Por distintas razones, los sindicatos resuelven por estas horas qué harán a partir del 5 de marzo. Ambos países ponen en práctica algunas reformas en sus sistemas, ya resistidos el año pasado por trabajadores y estudiantes sobre la base de que profundizan un modelo que cada vez hace más agua.

En la Ciudad de Buenos Aires los cursos se iniciaron hoy en medio de un conflicto que los llevará a parar el lunes 5 y el martes 6, fecha en la que debería ponerse en marcha el sistema en todo el país. Pero eso no ocurrirá porque aún no hubo acuerdo salarial, ni en otros sentidos.

En la capital del país, más allá de que este jueves 1 y el viernes 2 se dictan clases, «hay 11.000 niños y niñas que no tienen vacante en las escuelas públicas y deben recurrir a privadas. Recordemos que 55% del sistema educativo de la Ciudad de Buenos Aires está en manos de privados y muchos de ellos reciben subsidios por parte del Estado», denunció a Sputnik Amanda Martín, secretaria general adjunta de la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior.

En este sentido, explicó que para medir el impacto que tendrá el Gobierno de Mauricio Macri en el sector educativo basta con mirar la experiencia de la capital argentina, donde el hoy presidente inició su carrera política como jefe de Gobierno porteño.

«En política educativa el macrismo, que ya tiene 10 años gobernando en la Ciudad de Bueno Aires, ha demostrado su verdadera orientación con respecto a la educación pública: un ajuste presupuestario permanente, reformas y contrarreformas que no han hecho más que degradar a la educación en sus distintos niveles y la tarea docente cuando la miseria social creciente estalla en las aulas, ya no solo como característica de la Ciudad sino en el resto del país».

Desde el otro lado de la cordillera aporta su testimonio a este informe Darío Vásquez, secretario general del Colegio de Profesores de Chile.

«Hemos llegado a la conclusión de que frente al modelo neoliberal nadie puede solo. Queremos impulsar una clara política de alianzas entre todos los sectores vinculados a la educación con las cuales hacer un planteo común al pueblo de Chile sobre lo que proponemos para luchar frente al gobierno que viene».

La referencia era para la asunción de Sebastián Piñera el 11 de marzo, aunque Vásquez aclaró que el fracaso educativo no se le puede achacar exclusivamente a la derecha. «En los años 90 supusimos que venían cambios profundos en todo sentido, en los ámbitos políticos, culturales y sociales de Chile, pero nada de eso ocurrió con los gobiernos de la Concertación, sino que hubo una continuada de la política neoliberal».

De lo que no tiene duda Vásquez es que «lo que va a ser el nuevo Gobierno es seguir consolidando el modelo. Chile ha sido el laboratorio del neoliberalismo y por lo tanto, hubo una proliferación excesiva de la escuela privada. El grueso de los estudiantes está matriculado allí y la mayoría de los profesores trabaja en ese sistema. Revertir la situación va a costar mucho porque la competencia entre colegios por la matrícula, que es lo que financia el sistema, va a seguir existiendo», concluyó.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/radio_telescopio/201803021076689317-educacion-conflictos/

 

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Laura M. Ramírez: América Latina: adelante con la transformación educativa

México / 25 de febrero de 2018 / Autor: Laura M. Ramírez / Fuente: El Heraldo de México

La región todavía no logra que las niñas, los niños y los jóvenes estén, aprendan y participen en la escuela

Este año el panorama en América Latina trae un gran cambio político con elecciones presidenciales o legislativas en 10 países, más dos procesos de 2017: Chile con gobierno entrante en marzo y Honduras con un conflicto que puede desembocar en nuevas elecciones este año.

Para que la región logre superar los problemas de desigualdad, corrupción, pobreza extrema e inseguridad, se requiere apostarle a la educación, con estrategias de mediano y largo plazo.

La mayoría de los países empezaron procesos de transformación educativa desde los 80. Inicialmente el foco estuvo en aumentar la cobertura en educación primaria. Con los años se ha visto que esto no es suficiente y se necesitan cambios normativos y políticas públicas en- caminadas a mejorar la calidad.

Un caso representativo es el de México, que en 2013 realizó un cambio para que el artículo 3o estableciera que la educación que ofrece el Estado debe enfocarse para lograr el máximo logro de aprendizaje.

Muchos gobiernos han optado por impulsar políticas enfocadas a la primera infancia para dar atención integral y de calidad a l@s niñ@s de 0 a 6 años. Destaca el caso colombiano que con su iniciativa De Cero a Siempre logró articular servicios de salud, cuidado y educación inicial. También se ha trabajado en mejorar la formación docente y de líderes escolares mediante formación inicial y continua y evaluación de desempeño. Para mejorar la permanencia de alumnos hay pro- gramas como redes de tutoría, aulas interactivas y ampliación de jornada.

Sin embargo, la región todavía no logra que las niñas, los niños y los jóvenes estén, aprendan y participen. Un factor que dificulta obtener mejores resultados es que con frecuencia las políticas públicas se conciben de acuerdo al gobierno en turno, sin visión de largo plazo.

¿Qué podemos hacer los ciudadanos? Independientemente de la ideología de los gobiernos entrantes, la ciudadanía tiene un papel funda- mental para que la transformación educativa siga su curso. ¿Cómo?

• Exigiendo políticas de Estado y no de gobierno, los cambios llevan tiempo y es difícil avanzar cuando cada periodo presidencial se quitan y ponen programas sin evaluar su impacto y sin reconocer los aciertos.

• Informándonos sobre políticas que han dado resultado y demandar que permanezcan, que se ajusten los presupuestos para que lo bueno siga y cambiar lo que no funciona.

• Reconociendo a los buenos maestros y líderes escolares, apoyándolos en el papel que juegan en la transformación de las escuelas.

• Escuchando lo que niñ@s y jóvenes tienen que decir para fortalecerlos como ciudadanos y asegurar- nos de que la educación responde a lo que quieren y necesitan.

La transformación educativa en Latam no depende de un gobierno, es un proceso que lleva años y que debemos impulsar entre tod@s.

Fuente del Artículo:

https://heraldodemexico.com.mx/opinion/laura-m-ramirez-america-latina-adelante-con-la-transformacion-educativa/

Fuente de la Imagen:

Latinoamérica por la educación

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Revitalizar el Pensamiento Crítico en América Latina

Por: Decio Machado.

Los debates de la izquierda han gozado históricamente de una gran riqueza intelectual y teórica.

En el mundo del socialismo real, pese a la deriva totalitaria de sus estados, hubo potentes debates tales como si era posible el “socialismo en un solo país” entre los partidarios de León Trotsky y Iósif Stalin; la hoja de ruta para superar la oposición entre el trabajo intelectual y manual entre dirigentes y dirigidos surgidos en China durante la revolución cultural; o la controversia sobre la ley de valor de Marx en las sociedades de transición que protagonizaran el Che Guevara, Ernest Mandel y Charles Bettelheim, con la participación de Paul Sweezy entre otros pensadores marxistas.

De igual manera, los debates de la izquierda en los países capitalistas tampoco fueron baladíes, revitalizándose las elaboraciones respecto a la caracterización de la naturaleza de clase del Estado y el papel de la democracia al interior del pensamiento marxista y la teoría crítica. Estos debates abarcaron desde las formulaciones de Louis Althusser en relación con la naturaleza y papel de los llamados aparatos ideológicos y represivos del Estado hasta los análisis de Michel Foucault sobre los diagramas y dispositivos de poder-saber y la matriz disciplinaria del panóptico moderno. Por su parte, la ratificación de la naturaleza de clase del Estado y las formas particulares que adopta la dominación política supondrían también la aparición de nuevos estudios tanto desde la perspectiva subjetivista como desde las visiones estructuralistas, generando grandes duelos teóricos como la polémica entre Ralph Miliband y Nikos Poulantzas. Incluso tras la caída del Muro de Berlín, las posiciones de Toni Negri y Michael Hart frente a John Holloway, con sus diferentes posiciones sobre la dialéctica y las diferentes perspectivas entre el autonomismo y el marxismo abierto son de gran riqueza intelectual en el ámbito del debate teórico de fin del pasado siglo.

Quizás por ello causa tanta congoja y vergüenza ajena el nivel teórico esbozado por algunos de los académicos latinoamericanos que se han caracterizado en los últimos años por ser los legitimadores intelectuales de los regímenes progresistas. En el campo de la izquierda nunca se había visto tan extensa combinación entre simplificación del pensamiento y actitud conformista en el campo del saber.

Diría Pierre Bourdieu que el intelectual está obligado a desarrollar una práctica de autocrítica. Que deben llevar a cabo una crítica permanente de los abusos de poder o de autoridad que se realizan en nombre de la autoridad intelectual; o si se prefiere, deben someterse a sí mismos a la crítica del uso de la autoridad intelectual como arma política dentro del campo intelectual mismo. Para este destacado representante de la sociología contemporánea, todo académico debería también someter a crítica los prejuicios escolásticos cuya forma más persuasiva es la propensión a tomar como meta una serie de revoluciones de papel. Ironizaría Bourdieu indicando que esto llevó a los intelectuales de su generación a someterse a un radicalismo de papel confundiendo las cosas de lógica por la lógica de las cosas.

Sin embargo, a lo que hoy asistimos por parte del establishment académico de propagandistas de los regímenes progresistas no es otra cosa que lo que el zapatista subcomandante Galeano llamara “histeria ilustrada de la izquierda institucional”, esa que ingenuamente llegada al poder se convierte en un clon de lo que dice combatir, corrupción incluida.

Es evidente que a la producción de pensamiento reaccionario debemos oponer la producción de redes críticas desde la intelectualidad específica. Hago referencia a la noción teórica elaborada por Foucault por la cual se define una actividad inscrita en un campo acotado en el que el intelectual practica su labor singular. Algo más parecido a la figura del experto que a la del opinador generalista que habla indistintamente sobre cualquier cosa en cualquier contexto. Pero esto debe hacerse desde la honestidad, al igual que cualquier tipo de intervención política, y ahí, volviendo al sup Galeano, “hay que reconocer que esa izquierda ilustrada es de deshonestidad valiente”, pues no le importa hacer el ridículo.

En el fondo, el rol de esta intelectualidad progresista se asemeja bastante al de los propagandistas del viejo régimen estalinista, aquellos a los que el mismo Stalin –el menos intelectual de todos los bolcheviques que protagonizaron la Revolución Rusa– bautizaría como “los ingenieros del alma”. Así Vladimir Putin es comparado con Lenin; Rafael Correa con el Che Guevara; las elecciones en Ecuador con la batalla de Stalingrado o el juicio a Lula por sus implicaciones en la trama Odebrecht con el hipotético vía crucis de Jesuscristo en su camino al Calvario.

Sin embargo, hay que hacer memoria de la represión correísta sobre el paro/movilización que tuvo lugar en Ecuador entre el 2 y el 26 de agosto de 2015, donde hubo 229 “agresiones, detenciones, intentos de detención y allanamientos en todos los territorios donde se realizaron movilizaciones y protestas” (informe del Colectivo de Investigación y Acción Psicosocial Ecuador) o la impunidad en los casos de asesinatos a destacados opositores al modelo extractivista como José Tendetza, Freddy Taish o Bosco Wisuma. Hay que recordar también cómo el gobierno del PT criminalizó y agredió la protesta de jóvenes brasileños en las calles de todo el país en junio de 2013 y posteriormente durante el Mundial de Fútbol de 2014, o cómo se ha disparado el número de asesinatos de jóvenes negros en las zonas de favela en una lógica de política de “limpieza social” sobre todo a partir de la aprobación –con el apoyo del gobierno de Dilma Rousseff– de la ley antiterrorista en el Legislativo. De igual manera, ya no podemos mirar a otro lado ante el nivel de violencia desplegado por las fuerzas de seguridad del Estado en Venezuela, las violaciones de derechos humanos y el alarmante nivel de deterioro de la democracia en ese país.

Ante esta realidad me viene a la memoria Jean Paul Sartre –exponente del existencialismo y del marxismo humanista– cuando en el año 1945 escribió en la revista Le Temps Modernes, “considero a Flaubert y a Goncourt responsables de la represión que siguió a la Comuna de París porque no escribieron una palabra para impedirla”. Para Sartre, el corazón de cuya filosofía era una preciosa noción de libertad y un sentido concomitante de la responsabilidad personal, la misión de un intelectual es proporcionar a la sociedad “una conciencia que la arranque de la inmediatez y despierte la reflexión”.

Aquí, ¿cómo no?, conviene rememorar también al palestino Edward W Said, quien sentenciaría en uno de sus más famosos textos: “Básicamente, el intelectual (…) no es ni un pacificador ni un fabricante de consenso, sino más bien alguien que ha apostado con todo su ser a favor del sentido crítico, y que por lo tanto se niega a aceptar fórmulas fáciles, o clichés estereotipados, o las confirmaciones tranquilizadoras o acomodaticias de lo que tiene que decir el poderoso o convencional”.

Como podemos apreciar, nada que ver con el –en palabras del sup Galeano– “pensamiento perezoso” del progresismo criollo de estos tiempos. Entender el porqué de este deterioro intelectual tiene que ver con razones que van desde las aspiraciones personales de algunos académicos respecto a su capacidad de influencia política en el poder, hasta con una simple falta de conocimientos científicos o históricos que procura esconderse tras una supuesta superioridad analítica, todo ello sin olvidar las limitaciones derivadas del pensamiento binario por el que el mundo se divide simplemente entre derecha e izquierda.

Pero hablemos claro. No existe el pensamiento crítico funcional a gobiernos progresistas o partidos de la izquierda institucional, eso es una falacia. En realidad, la modernidad no se imagina la política sin un proyecto intelectual, por superficial que este sea, motivo por el que toma sentido la intelectualidad progresista actual. Así de tristes son las actuales relaciones entre el saber y la política convencional latinoamericana.

En todo caso, no puede haber un pensamiento crítico que no tenga su anclaje en la propuesta de pensar históricamente y por lo tanto cuestionar la impuesta aceptación de que siempre ha existido y existirá el capitalismo, lo que reduce la cancha del juego a proceder solamente a “humanizarlo”. El pensamiento crítico es en realidad un pensamiento radicalmente anticapitalista. En eso no hay negociación, pues de ello depende el futuro de la humanidad.

De igual manera, el pensamiento crítico implica profundizar sin concesiones el estudio de los mecanismos que mantienen la dominación –procedan éstos de donde sea–, lo cual no admite espacios para la seducción por parte del poder. Y requiere superar lo que podríamos llamar ortodoxia marxista, incorporando lógicas libertarias, ecologistas, feministas, anticolonialistas e indigenistas entre otras tantas.

Al mismo tiempo el pensamiento crítico parte de una acción comprometedora, está embarcado en la acción política y es por ello despreciado desde el poder. No es premiado con salarios de analista para medios de comunicación “progresistas”, no hace consultorías gubernamentales y tampoco forma parte del actual y extendido business académico.

A partir de aquí, el camino es largo pero necesario si esa intelectualidad progresista quiere dejar de vivir del Sur, para pasar a ayudar a transformarlo.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=237988

Fotografía: El Orden Mundial

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Momento decisivo para la educación superior

Gustavo Yamada

Así se titula un reciente reporte del Banco Mundial sobre América Latina. Es un momento decisivo porque la demanda por educaciónsuperior se ha multiplicado en las últimas décadas. La proporción de jóvenes entre 17 y 22 años que asisten a universidades e institutos creció de 17% en 1991 a 40% en el 2010. Esta ha sido la expansión comparativa mundial más grande de estas últimas décadas.

En el caso peruano, ya estamos en una matrícula bruta cercana al 50%, según la Unesco. Esta mayor demanda no ha sido solo de parte de los hijos de una élite tradicional, sino que se trata de la primera generación de diversas familias de clases populares y emergentes que aspiran acceder a la educación superior como vehículo de movilidad social.

Hemos tenido un gran avance cuantitativo, pero los problemas de heterogeneidad de calidad, pertinencia y empleabilidad son más evidentes. Ello tiene que ver con la forma en que la oferta respondió a esta mayor demanda. Las universidades públicas de prestigio se estancaron en población estudiantil y estándares de calidad académica debido a la crisis económica del Estado y la politización excesiva de los claustros. Una buena parte de las universidades privadas de calidad se expandieron, pero no a las tasas requeridas para absorber la mayor demanda potencial.

En este sentido, la nueva legislación para abrir universidades e institutos decretada en los noventa puede explicarse como una respuesta ante esta demanda inédita. Sin embargo, esta no fue acompañada por una regulación necesaria para monitorear eficazmente la calidad y pertinencia de la oferta. En el CIUP evidenciamos que los estándares de calidad promedio de la nueva oferta fueron menores a los previamente vigentes y este deterioro explicaría los mayores niveles de subempleo profesional actual. También es cierto que los estándares académicos de los nuevos jóvenes ingresantes fueron inferiores.

En estos últimos tres años se está implementando progresivamente un nuevo modelo de regulación universitaria y de institutos, para que todo el sector llegue a equilibrios de acceso y calidad razonables que contribuyan a brindar mejores oportunidades a las familias e impulsen el desarrollo. Los procesos de licenciamiento y acreditación, y la difusión de información de empleabilidad de egresados con Ponte en Carrera son imprescindibles.

En el Consejo Nacional de Educación estamos formulando una propuesta de política integral de desarrollo de la educación superior de largo plazo. Esta servirá para que nos terminemos de enrumbar, con mayores niveles de acceso y mucha mayor calidad, al desarrollo de capital humano de alto nivel que alimente lo que será el nuevo Proyecto Educativo Nacional al 2036.

P.D.: En la columna anterior revisamos lo poco invertido en ciencia, tecnología e innovación. Hoy nos esperanza la designación de Fabiola León-Velarde, brillante científica y gestora universitaria, como presidenta de Concytec.

Fuente del articulo: https://elcomercio.pe/economia/momento-decisivo-educacion-superior-gustavo-yamada-442444

Fuente de la imagen:

 https://img.elcomercio.pe/files/article_content_ec_fotos/uploads/2017/07/14/596999603d126.j

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