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La revolución es cultural y florecerá en los páramos y arrabales

Por: Ilka Oliva Corado

Uno puede tener esa idea de amor romántico con América Latina, y hablar del torrente de sus ríos, de la frondosidad de sus selvas tropicales, del colorido del folclore; uno puede enamorarse perdidamente de los celajes de otoño y de la niebla de primavera, pero a Latinoamérica además de sentirla también hay que pensarla desde el análisis sociopolítico y cultural. Una América Latina que la sintamos en cada poro de la piel pero también en la corteza cerebral.

Y para eso tenemos que perder el miedo a cuestionar, tenemos que responsabilizarnos con el análisis y la lectura, con la duda; porque dudar nos empuja a investigar a indagar y a buscar respuestas. A romper con el cerco mediático que nos ha tenido manipulados y excluidos de la Memoria Histórica y de la geopolítica latinoamericana.

Pero eso implica dejar la pereza, la comodidad y la indiferencia. Latinoamérica es rescatable con una revolución cultural que es la más poderosa de las revoluciones porque una mente informada jamás podrá ser manipulada. Por esa razón vemos el ataque mediático que nos descarga minuto a minuto toneladas de desinformación con la que pretenden adormecernos y mantenernos alejados de toda resistencia política.

Tenemos que armarnos de agallas y salir de las redes sociales, dejar de ser revolucionarios de redes sociales y serlo en el día a día en cualquier ámbito donde nos desenvolvamos. La revolución cultural es monumental y comienza con trabajo de hormiga. La revolución cultural debe llevar el mismo proceso que el de bambú, que primero crece 7 años hacia abajo, ahondando sus raíces para fortalecerse en el centro de la tierra para luego crecer hacia arriba y resistir a cualquier embate del tiempo.

Nuestra revolución cultural debe ahondarse en los arrabales, en los pueblos inhóspitos, entre candiles y tinajas de agua, entre calles enlodadas y botes de huele pega. En la exclusión y el abandono, en los violentados del sistema, en los que desconocen y tienen hambre y sed y se atreven a soñar. Esa revolución debe tener sus cimientos en la raíz marginada para volverla el corazón indómito de la resistencia de la Patria Grande.

Amar a Latinoamérica es jugarse la vida, no entre metrallas, es honrarla dando la mano, compartiendo el conocimiento, despertando en el otro la llama de la inquietud, del análisis. Es pasar la estafeta y lanzar semilla por doquier sin pensar en la fertilidad de la tierra, si no con la certeza que florecerá entre los páramos más secos y olvidados.

Y para eso quienes han tenido la oportunidad de acceder a otro tipo de conocimiento, tienen que tener la humildad de dejar de andar por las alturas creyéndose intelectuales e iluminados donde lo importante es el codeo y las menciones honoríficas, las fotos y los viajes; para bajar a donde son necesitados sin fotos, sin codeos, sin viajes y sin menciones honoríficas pero donde su conocimiento será valorado y donde su condición de ser humano finalmente valdrá la pena. Porque es así, entre mayor conocimiento es mayor la responsabilidad con los pueblos.

A Latinoamérica hay que sentirla, sí pero en las manos rajadas de los abuelos campesinos, en las espaldas encorvadas de los obreros, en los sueños de los niños que trabajan en las fincas tapiscando y que jamás han asistido a la escuela. En los vientres de las niñas violadas y embarazadas, en las laderas de los arrabales violentados con la limpieza social, en las miradas perdidas de quienes se ven obligados a migrar.

Y la forma de amarla es analizando, luchando y resistiendo, desde el lugar en donde estamos; porque la Patria Grande no tiene fronteras la hacemos todos los que creemos en la libertad de los pueblos. La revolución la hacemos todos, porque somos el núcleo de la célula, el ecosistema, la lava del volcán, la fuerza de la tormenta, el arcoíris del escampe y la raíz del bambú.

Cada vez que digamos que amamos a América Latina preguntémonos si es verdad o si solo son patadas de ahogados. Si es verdad, unámonos a la revolución cultural y hagámosla florecer en los páramos y arrabales.

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com

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Máximas de Paulo Freire se multiplican en Latinoamérica (Audio)

Brasil / 13 de mayo de 2018 / Autor:   / Fuente: Radio Ciudad del Mar

Los ecos de la educación popular empiezan a multiplicarse en Latinoaméricay las máximas de Pablo Freire de Educar para transformar logran calar en muchas de esas comunidades donde hay que buscarles otras salidas más constructivas a las realidades cotidianas.

 

Fuente:

http://www.rcm.cu/maximas-de-paulo-freire-se-multiplica-en-latinoamerica/

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“Pronto está siendo hora”, el documental que muestra innovaciones educativas

Colombia / 13 de mayo de 2018 / Autor: Julián de Zubiría / Fuente: Semana

Los realizadores del filme recorrieron durante 8 años el continente y seleccionaron algunas de las principales innovaciones educativas en América Latina. Julián de Zubiria analizó el tema en Colombia.

No conocemos una manera diferente a la educación para alcanzar el desarrollo humano integral de forma sostenida. Tal vez no exista. Una buena educación incide en la creatividad de un pueblo, la productividad, la construcción del tejido social, el pensamiento crítico, la imaginación, el trabajo en equipo y la movilidad social. Somos lo que somos, gracias a la educación. Con una buena política pública educativa podríamos disminuir la inequidad, ampliar los sueños y la esperanza de las nuevas generaciones. No obstante, en Colombia hemos carecido de dicha política.

La sabiduría popular es profunda y acertada cuando se expresa a través de un padre o una madre: “Lo único de valor que le puedo dejar a mis hijos es una buena educación”. Si tuviéramos verdaderos gobernantes, ellos pensarían lo mismo. Dejarían una buena educación para las generaciones futuras. Pero ellos, piensan en exceso en las próximas elecciones y casi nada en las próximas generaciones.

Singapur, por ejemplo, era una isla perdida en el sudeste asiático, con un PIB per cápita inferior al que tenía Honduras en 1965. Hoy su PIB per cápita es de 58.000 dólares, en tanto el de Colombia es de 9.400 y el de Honduras no llega a los 4.000. ¿Por qué ellos lo lograron y nosotros no? Es sencillo: ellos hicieron la tarea que nosotros no hemos podido lograr. Ni Honduras ni Colombia. Ellos invirtieron en ciencia y educación, trabajaron en equipo con esfuerzo y disciplina; respetaron las leyes, transformaron por completo el modelo pedagógico y enfatizaron en las competencias transversales.

Por eso, según el Estudio Internacional de competencias ciudadanas de 2016, ellos hoy confían en el 68% de la gente que conocen, y nosotros tan solo en el 4%. Algo similar hizo Corea y lo habían hecho tiempo atrás Francia y Suiza. Lo mismo están haciendo Finlandia, China, Vietnam, Chile, Polonia y Canadá. La clave es la misma: Construir una educación más contextualizada y pertinente para los jóvenes, la cultura y los tiempos que se viven. Para lograr este propósito, ha sido necesario invertir en ciencia y repensar el sistema educativo. En Colombia, tenemos que empezar por construirlo y por articularlo. Como sistema, no existe.

Una mala educación frustra las oportunidades, deteriora la comunicación, empequeñece la democracia y destruye las ilusiones de toda una generación y de las que descienden de ella.

Nunca hay que olvidar que no solo los maestros son responsables de la educación: están los padres, los políticos, los jueces, las iglesias y los medios masivos de comunicación.  Para bien y para mal, el efecto de cada uno de ellos sobre las nuevas generaciones es a largo plazo. Hoy, para destruir una nación, la estrategia más efectiva sería debilitar su calidad educativa. Al cabo de un breve tiempo, la población no respetaría las diferencias de opinión, las personas se matarían por trivialidades, sacarían crucetas y varillas en la calle, simplemente porque un carro cerró al otro y habría políticos interesados en sembrar por todo el territorio nacional emociones primarias, como el odio o la sed de venganza. Los edificios y puentes se caerían porque sus licencias habrían sido adquiridas mediante procesos corruptos. Las cortes de justicia serían cooptadas por las mafias, para impedir que prosperaran las investigaciones éticas y legales contra los congresistas acusados de establecer nexos con grupos paramilitares. La población carecería de pensamiento y lectura crítica. Por esta razón, una y otra vez, serían elegidos los mismos que han gobernado y destruido uno de los fundamentos de un gobierno democrático: la confianza entre los habitantes, el diálogo y el trabajo en equipo entre la población y quienes los representan. Sin confianza y trabajo en equipo, no es posible la construcción de verdaderos proyectos nacionales.

En los Diálogos de Platón, Sócrates se hace una pregunta tan original como profunda. Allí plantea que, si la democracia es el gobierno del pueblo ¿qué pasaría si éste no estuviera preparado para votar? Es una pregunta que necesariamente nos exige pensar en la calidad de la educación que reciben sus habitantes. Hoy, a menos de un mes de las elecciones en nuestro país, la pregunta de Sócrates me la vuelvo a hacer, todas las mañanas.

El fin último de toda educación –lo decía Kant– es la autonomía: la capacidad de autogobernarse moral, práxica y cognitivamente, teniendo al mismo tiempo en cuenta, el criterio de los otros. Es por ello que luchar por la transformación del sistema educativo ha sido siempre, como advirtió Paulo Freire, una lucha por la libertad y la democracia.

Hoy celebramos treinta años del Merani. Sin duda, dejamos de ser una institución adolescente hace mucho tiempo. La historia nos enseñó que cambiar la educación es, al mismo tiempo, transformar la cultura. Por eso es tan difícil, porque las antiguas maneras de pensar, sentir y vivir, luchan a muerte por permanecer. Eso lo sabemos todos los innovadores.  La historia nos enseñó que solos no podíamos conseguir los sueños; que muchos de los que nos acompañaron al inicio, hoy no están con nosotros. Los matrimonios largos, son cada vez más difíciles de encontrar en los tiempos modernos.

Nosotros no fuimos la excepción. Aun así, son muchos los que caminan con nosotros derribando la selva y construyendo esperanzas, confianza y utopías. Creemos, como Tomás Scoles, que “Pronto está siendo hora”. Quisimos realizar esta celebración en el Gimnasio Moderno, símbolo hasta nuestros días de la innovación pedagógica en América Latina. Nos alentó la tesis de don Agustín, de que la esencia era la formación, la disciplina de confianza y el compañerismo. Quisimos hacerlo con la Unidad Pedagógica, quienes vienen transitando la ruta de los proyectos de aula desde 1979.

Los indígenas aymaras en Bolivia dicen que el pasado queda en frente porque lo conocemos y lo podemos ver, y que el futuro queda atrás ya que es desconocido e incierto para nosotros. Seguramente tienen razón y conviene más pensar que es el futuro inexplorado el que se escapa a nuestra visión y que, en consecuencia, nos resulta más claro y visible el camino que ya hemos recorrido porque lo tenemos delante. Como los aymaras, otras culturas han hablado de la necesidad de valorar y reconocer lo que hemos sido para pensar de la manera más adecuada lo que seremos; de la necesidad de valorar lo vivido, para reconocer lo que viviremos; de la necesidad de encontrar nuestras propias raíces.

Quienes fundamos el Merani somos hijos de la generación del setenta. Una generación que creyó que era posible cambiar el mundo. No lo logramos, pero la historia dirá que lo intentamos y que lo seguiremos haciendo. Somos sus hijos y por ello heredamos las ideas de transformación que marcaron los movimientos sociales y culturales. En pocos días el movimiento estudiantil de mayo de 1968 cumplirá cincuenta años y el próximo año tendrá la misma edad el festival de Woodstock celebrado en 1969, aquel en el que Jimmy Hendrix emulaba el sonido de las bombas que caían sobre Vietnam con su guitarra eléctrica, mientras interpretaba el himno nacional de los Estados Unidos.

Los innovadores corremos de manera permanente el límite de lo posible. Sabemos que lo que hoy hacen los colegios y las universidades es solo una de las diversas posibilidades que existen para educar. Es permitido pensar en otros fines educativos, es posible trabajar nuevos y diferentes contenidos, es deseable repensar de manera estructural los sistemas de evaluación: todo es susceptible de cambiar en educación. La semana pasada fui comentarista de una ponencia en la Universidad Nacional realizada por el creador de École 42, una universidad sin docentes, ni evaluaciones, ni certificaciones que ya existe en Francia y Estados Unidos.  Una prueba de que todo es posible de volver a ser pensado, eso lo sabemos los innovadores.

Los innovadores desafiamos los fundamentos del sistema. Ponemos en duda lo que nos presentan como inmutable porque sabemos que nada lo es, pero también sabemos que nos estamos enfrentando a la institución que es posiblemente la más tradicional que ha creado el ser humano sobre la tierra. Una institución que soporta ideológicamente y reproduce la cultura que la engendra: la educación. Tristemente, hasta el día de hoy, los innovadores seguimos trabajando de manera aislada y por ello es pequeño el efecto que logramos en la sociedad para el esfuerzo que a diario nos demanda.

Hoy decimos “Pronto está siendo hora”. Mañana, nuestras voces colmarán las calles y en todas las aulas se escucharán las palabras de libertad y autonomía. Al fin y al cabo, ese es el fin último de toda educación.

Fuente del Artículo:

https://www.semana.com/educacion/articulo/pronto-esta-siendo-hora/566529

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Finlandia: Selección y formación docente

Ecuador / 13 de mayo de 2018 / Autor: Rosa María Torres / Fuente: Otra-educación

Preguntados sobre las claves de su modelo y de su desarrollo educativo, los finlandeses contestan siempre que la clave principal son los docentes y, en ese marco, su selección y su formación. Finlandia no tiene un sistema de evaluación docente y tampoco un sistema de inspección escolar – la abolieron en los 1990s – de modo que ni la evaluación ni la supervisión constituyen claves del desempeño profesional docente y de la confianza que la sociedad finlandesa deposita en sus docentes.

Los finlandeses han logrado hacer de la docencia una opción atractiva de estudio, de trabajo y de vida. No tanto por el salario sino por la relevancia social, la autonomía profesional y la satisfacción personal asociadas a ésta. Dicha autonomía supone un alto nivel profesional y una formación docente de alta calidad. Hoy en día, todo docente requiere tener una maestría, salvo quienes enseñan en educación inicial/infantil, a quienes se exige una diplomatura. Todos, incluidos los docentes de asignaturas, realizan prácticas en escuelas asociadas a las universidades que forman docentes, reciben una fuerte formación pedagógica, y formación en necesidades educativas especiales, a fin de poder asistir a estudiantes con algún tipo de dificultad. En 2016, 85% de los docentes finlandeses tenían formación en necesidades educativas especiales y 85% en educación de migrantes (Teachers and Principals in Finland 2016). Según un estudio realizado en 2014, 3 de cada 4 docentes dicen estar satisfechos y 9 de cada 100 abandonan la profesión.

Cada universidad tiene sus propias normas y métodos de selección de los postulantes a la carrera docente, una carrera exigente y por eso mismo sumamente valorada y respetada. Todos hemos leído o escuchado referencias a que es muy difícil en Finlandia ser aceptado en las facultades de educación. De cada 100 que postulan, 10, 12, 15 logran ingresar.

«En Finlandia hoy es más difícil estudiar para maestro que para abogado» decía en 2018, en Buenos Aires, Olli-Pekka Heinonen, director de la Finnish National Agency for Education (Agencia Nacional Finlandesa para la Educación), organismo dentro del Ministerio de Educación y Cultura encargado de la educación y la capacitación, la educación inicial y el desarrollo infantil, y el aprendizaje a lo largo de la vida, así como de promover la internacionalización. Este fue, de hecho, el titular elegido por Clarín para la entrevista. Aquí, el fragmento pertinente:

– ¿Cómo se forma y selecciona a los maestros?
– «Ellos tienen que aprobar una carrera en la universidad que dura 3 años. Y tienen un período en el que van a las escuelas a hacer una suerte de entrenamiento. La principal selección está a la hora de entrar a la universidad. Les toman un examen en el que miden distintas cosas, desde actitud hasta conocimientos generales y competencias socioemocionales. Muchos jóvenes quieren ingresar a la carrera, pero solo ingresa entre el 10 y el 15 por ciento de los que aplican. En Finlandia hoy es más difícil estudiar para ser maestro que para ser abogado».

Años antes, en 2012, Pasi Sahlberg, especialista finlandés, contaba en una conferencia, también en Buenos Aires, la hoy ya célebre anécdota de su sobrina Vera que aprobó los exámenes pero no logró pasar la entrevista personal que se aplica a quienes desean estudiar magisterio. Dio respuestas incorrectas – decía Sahlberg – a la pregunta de por qué quería ser maestra: primero explicó al jurado que su tío (Sahlberg) y otras personas en la familia son o han sido maestros; luego, en la repregunta, contestó que le gustan los niños. En definitiva, no pudo explicar con claridad su pasión por la enseñanza. Al año siguiente volvió a presentarse y aprobó la entrevista.

Esto explicaba Sahlberg al final de su conferencia «La formación docente en Finlandia. Reflexiones para la Argentina»:

«En los programas de formación docente queremos tener no solo personas inteligentes a quienes les ha ido bien en la escuela, que tienen fortalezas en asuntos académicos o sociales, sino personas que tienen un compromiso moral profundo con la enseñanza.

En mi universidad tuvimos 2.000 aplicantes en la primavera pasada y estamos seleccionando 120. Cada uno de esos 120 tiene un compromiso profundo con la enseñanza y está dispuesto a servir como docente de por vida. Y es esto lo que hace una gran diferencia. Si les educas a ellos en un programa de maestría, obtienes buenos maestros.

Uno de mis mensajes esta tarde aquí es que Finlandia no tiene necesariamente un programa excepcional de formación docente, pero tenemos estudiantes muy excepcionales que podemos seleccionar. Veo que muchos de ustedes se están preguntando: ¿por qué es así?, ¿qué hace que esto sea tan especial? Hay muchas cosas en las condiciones que proveemos, pero no insistimos en que los docentes deben trabajar desde la mañana hasta la noche, no usamos pruebas estandarizadas para decidir qué docentes son buenos y qué docentes son malos, no tenemos inspección escolar. Les pedimos a los docentes que ellos mismos hagan muchas de estas cosas. Y es por eso que Vera y otros docentes piensan: «Esto es lo que quiero hacer. Quiero ser un profesional independiente, autónomo, en la escuela».

Finlandia ha tenido esto durante los últimos 20 años: elegir a los mejores jóvenes para estudiar para docentes. Hay 8 universidades en el país que proveen un programa similar. Los requerimients son los mismos. En Finlandia nunca se le pregunta a un docente dónde obtuvo su título, porque uno sabe que todos los docentes tienen un título de maestría y que es el mismo en todos lados».

Curiosamente, quienes celebran el modelo educativo finlandés reconocen por lo general la importancia de una formación docente de alta calidad pero parecen ignorar o pasar por alto lo que los propios finlandeses destacan: la indispensable selección de los candidatos a docentes.

Un cambio paradigmático, un tema estructural, radicalmente innovador, complejo y desafiante que pocos gobiernos en el mundo, y ninguno en América Latina, parecen dispuestos a considerar.

Fuente del Artículo:

http://otra-educacion.blogspot.mx/2018/05/finlandia-seleccion-y-formacion-docente.html

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Reunión de CEPAL en Cuba: La ineficiencia de la desigualdad lastra América Latina

Cuba/12 de Mayo de 2018/Swisslatin

Superar la desigualdad, la evasión de impuestos y la violencia, y colocar a la región en el camino hacia el desarrollo sostenible de la Agenda 2030 son los temas que debaten la CEPAL durante su 37º periodo de sesiones, en La Habana.

Con motivo de la reunión, la Comisión ha lanzado un nuevo estudio en el que señala que la desigualdad crónica que padecen los países de América Latina provoca ineficiencia y dificulta el crecimiento, el desarrollo y la sostenibilidad de la región.

Según el documento la ineficiencia de la desigualdad, combatir esas disparidades requiere promover políticas que ayuden a generar efectos positivos en el bienestar social y que  produzcan condiciones económicas más beneficiosas para el aprendizaje, la innovación, el aumento de la productividad y la protección ambiental.

La CEPAL recalca que es preciso evolucionar hacia una nueva forma de desarrollo que facilite “un círculo virtuoso entre crecimiento, igualdad y sostenibilidad para las generaciones presentes y futuras, sin dejar a nadie atrás”, según las indicaciones promovidas por la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El estudio destaca que la igualdad produce instituciones inclusivas “y una cultura que premia la innovación y el esfuerzo, y no la clase social, la etnia, el género ni las conexiones políticas de los actores económicos”.

Según el documento América Latina y el Caribe continúa siendo la región más desigual del mundo, seguida por el África Subsahariana y Asia Oriental y el Pacífico.

Continúa una alta evasión tributaria que alcanza el 6,7 % de su PIB y prevalecen las brechas sociales en el acceso a la educación, el alto porcentaje de maternidad adolescente y la segregación por condición étnico-racial.

Además, persisten profundas descompensaciones territoriales según los niveles socioeconómicos relacionados con la esperanza de vida, la mortalidad infantil o la tasa de analfabetismo.

Los niveles de educación no progresan adecuadamente

El estudio indica que, en América Latina, una alta proporción de personas mayores de dieciocho años no consigue un nivel educativo equivalente al primer ciclo de educación secundaria.

La situación por países varía entre Guatemala, donde solo el 50 % de la población termina el primer ciclo de educación secundaria, a Chile donde el 80 % de estudiantes alcanza ese nivel de estudios.

Asimismo, los indígenas y las personas afrodescendientes tienen una media de escolaridad más baja y una menor tasa de ingresos que las personas que no pertenecen a esos colectivos.  Esta situación desincentiva a esas personas y también a las mujeres en sociedades marcadas por la discriminación por sexo.

La Comisión recordó que “todo desincentivo al aprendizaje es una barrera a la innovación y la productividad, que se suma a la pérdida más directa e inmediata que significa la postergación de una persona talentosa”.

Inequidades por territorio o medio ambiente

El índice de desarrollo regional latinoamericano de 2015, que estudia las desigualdades territoriales, concluye que el nordeste de Brasil, el suroeste de México y las zonas andinas y amazónicas de Bolivia, Ecuador y Perú son las macrorregiones que sufren mayores atrasos en desarrollo económico-social.

La conectividad entre territorios, tanto a nivel nacional como regional, continúa siendo exiguaal estar fragmentada y ser ineficaz en términos económicos y ambientales.

El transporte marítimo es el que genera un mayor volumen de comercio intrarregional en América del Sur, seguido por el efectuado en carreteras.

América Latina también es la región más violenta

Durante el año 2015, la tasa mundial de homicidios en México y Centroamérica fue cinco veces mayor a la media global de 8,3 por cada cien mil habitantes, mientras que en los países Caribe fue de 25 homicidios por cada cien mil habitantes.

En América del sur Argentina, Chile y Uruguay se obtuvieron tasas menores a la media global mientras que Brasil, Colombia y Venezuela las superaron.

El origen de la violencia estaría vinculado al crimen organizado y la delincuencia común más que a causas políticas.

Favorecer el desarrollo sostenible prioridad número 1

A todas estas causas hay que añadir un modelo económico basado en la extracción de recursos naturales, poca inversión en infraestructura y de baja calidad, altos costos, causados por fenómenos climatológicos extremos derivados del cambio climático, y desigualdades en el acceso al saneamiento, la electricidad e internet.

Ante todas estas dificultades, la Comisión ha de priorizar el desarrollo sostenible en sus vertientes social, económica y ambiental, recuperando la inversión e incorporando la región a la cuarta revolución industrial a través de la “descarbonización y el desacople entre crecimiento e impacto ambiental”.

El 37º periodo de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se celebrá desde 7 al 11 de mayo en La Habana y cuenta con la participación de representantes de cuarenta y seis países miembros, trece socios de la CEPAL y más de veinticinco ministros, viceministros y altas autoridades.

Fuente: https://www.swisslatin.ch/reunion-de-cepal-en-cuba-la-ineficiencia-de-la-desigualdad-lastra-america-latina/

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