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México: Prevén aumento considerable de abandono escolar ante COVID 19

Las investigadoras Inés Dussel (CINVESTAV); Carlota Guzmán, del Centro (CRIM, UNAM), y Sylvia Ortega (Mejoredu) manifestaron que un gran número de estudiantes de la educación media superior está en riesgo de abandonar la escuela en este tiempo de pandemia por causas socioeconómicas, por lo que recomendaron establecer una nueva generación de políticas públicas con las que se refuerce la coordinación intersectorial para hacer frente a este problema.

Destacaron la pertinencia de las sugerencias emitidas por la comisión para este nivel educativo, las que pueden adaptarse a las condiciones y diversidad de los planteles.

En el foro moderado por Leonel Pérez, consejero técnico de Mejoredu, Inés Dussel, investigadora del DIE-CINVESTAV, señaló que entre los factores que incrementan el riesgo de abandono en la educación media superior están la desigualdad económica y la falta de conectividad.

Resaltó que durante la contingencia por COVID-19 es importante que los actores educativos tengan mejores herramientas, trabajen de cerca con madres y padres de familia y construyan grupos de apoyo en la escuela y señaló que es momento de valorar “qué queremos que siga y qué debemos desechar”.

Destacó que el regreso a clases debe tomarse como una celebración en la que se reconozca el esfuerzo que el Sistema Educativo Nacional ha realizado en favor de las y los estudiantes.

Dijo que uno de los principales retos que enfrentan las y los docentes durante la pandemia es la selección de contenidos y los invitó a no renunciar a los más difíciles y a no descuidar los aspectos afectivo y emocional de alumnas y alumnos.

Carlota Guzmán Gómez, investigadora titular del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, señaló que en la educación media superior 19 por ciento de las y los estudiantes no ha tenido contacto con sus profesoras y profesores, cifra bastante preocupante que orilla al abandono escolar.

Destacó que la insuficiente conectividad, la falta de interés al no poder acoplarse a la educación a distancia y el deterioro económico de sus familias están entre los factores que influyen para que los jóvenes dejen la escuela.

Mencionó que, en términos de política pública, el programa “Aprende en Casa II” realizado a través de la televisión, transmite un mensaje de certeza a las niñas y a los niños, a las y los docentes, y a las madres y los padres de familia, porque hay una estrategia de comunicación mucho más clara de parte de las autoridades educativas.

Resaltó que hay cambios favorables, como la mejor preparación docente y que tanto ellos como las y los estudiantes aprendieron a comunicarse en este tiempo.

Sylvia Ortega, consejera ciudadana de Mejoredu, aseguró que ante esta crisis las comunidades escolares respondieron al organizarse para mantener el aprendizaje de las y los estudiantes y que con base en esa evidencia se puede apreciar lo que funcionó.

Prueba de ello, comentó, fueron las decisiones tomadas para no dejar a nadie atrás y el interés mostrado por las profesoras y los profesores para que sus estudiantes terminaran su ciclo escolar.

Subrayó que la deserción se presenta por motivos socioeconómicos y afecta más a las mujeres. La educación necesita una nueva generación de políticas públicas coordinadas con sectores como los de salud y de trabajo, subrayó.

Informó que la exclusión, la desigualdad y el bajo logro escolar deben atenderse en la educación media superior, pues es posible que empeoren con la pandemia.

Finalmente, destacó que las administraciones anteriores dejaron muchas cosas por hacer en este nivel educativo, por lo que el actual gobierno trabaja para que el sistema educativo esté a la altura de lo que requieren las nuevas generaciones.

Fuente e imagen: http://www.educacionfutura.org/preven-aumento-considerable-de-abandono-escolar-ante-covid-19/

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Aprende en casa II: ¿qué mejorar de los programas de televisión?

 Rogelio Javier Alonso Ruiz

Además de los libros de texto y los cuadernos de trabajo, uno de los soportes de la estrategia Aprende en casa II es la televisión. Los nuevos programas televisivos, disponibles a partir del 14 de septiembre, intentarán contribuir al aprendizaje de los estudiantes. Desafortunadamente, en los discursos oficiales y las encuestas sobre la primera experiencia educativa a distancia, poco se aborda acerca de la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje, implícitos en ellos los programas de televisión. A partir de la revisión de cinco de éstos, de educación primaria –tres de quinto y sexto grados (de Matemáticas, Geografía y Ciencias Naturales) y dos de tercero y cuarto grados (de Matemáticas) –, se detectan algunos aspectos que deberán modificarse en las nuevas emisiones, así como otros que deberán continuar.

En los programas de televisión analizados se observa una monotonía en la estructura de los mismos: el desarrollo consiste básicamente en la sucesión de videos y el posterior planteamiento de preguntas por parte del presentador, siendo estos dos recursos, prácticamente, los únicos de los que se echa mano. Las clases se vuelven predecibles. Cabe mencionar, con respecto a las preguntas de los conductores, que se debe evitar su abuso: en la clase del primero de mayo de Matemáticas, para tercero y cuarto grados, que duró 22 minutos, se lanzaron once preguntas a los estudiantes, es decir, un promedio de dos por minuto, bombardeo enfocado principalmente a conocimientos declarativos. La respuesta a preguntas no debe ser el producto exclusivo de los programas de televisión: los alumnos pueden elaborar dibujos, esquemas o reflexiones, entre muchas otras más producciones que pueden dar cuenta del aprendizaje de los niños.

El proceso de selección de los videos que se utilizan en los programas debe ser mucho más cuidadoso, en aras de evitar información descontextualizada o excesiva. Por ejemplo, para desarrollar en los alumnos de quinto y sexto grados los conocimientos relativos al uso de medidas estándar y sus múltiplos y submúltiplos, se recurre a videos donde se abordan conceptos muy alejados del alcance de los alumnos, como el IPK (Prototipo Internacional del Kilogramo, por sus siglas en inglés). Lo mismo sucede en la clase de Ciencias Naturales de los mismos grados, del 27 de abril, donde se exponen mediante un video los resultados de una investigación acerca de los hábitos alimenticios en Argentina. Volviendo a los materiales de Matemáticas, se hace alusión a instituciones y secretarías de aquel país sobre los patrones de medida y su relación con organismos internacionales. Evidentemente, la información presentada es ajena al entorno conocido por los niños, difícil de asimilar y poco relevante para los objetivos de aprendizaje.

Aunque la vocación de la televisión es la comunicación unidireccional, es necesario también advertir el papel predominantemente pasivo de los alumnos. La mayor parte del tiempo los estudiantes observan videos y son pocas las ocasiones para algún tipo de actividad que promueva un ejercicio más activo de la mente. Quizá la recuperación del libro de texto, al cual se hace referencia al final de las sesiones sólo para especificar las páginas en las que se abordan los temas, pudiera ser un elemento para propiciar un papel más dinámico en los estudiantes. Los programas de televisión no deben olvidar que lo sustantivo de una clase no es que el alumno escuche una explicación, sino que realice actividades que le permitan modificar sus esquemas de pensamiento y lo conduzcan al aprendizaje. ¿Será esto posible a través de la televisión?

Especialmente en los programas de Matemáticas se aprecia una situación preocupante con respecto a la conducción de los procesos didácticos: el desapego de los enfoques de enseñanza. Una clase para alumnos de tercero y cuarto grados contiene un error tan básico como iniciar mediante el planteamiento de procedimientos formales para restar fracciones. La explicación, como ya se dijo, se da al inicio, cuando lo recomendable es que este tipo de intervenciones por parte del profesor, en las que se aproxima al conocimiento convencional, se sitúen cuando los alumnos ya tuvieron la posibilidad de interactuar con el objeto de estudio; esta situación se repite en la clase de Geografía de los mismos grados, del 27 de abril, cuando la parte inicial de la clase se destina a definir el concepto de calidad de vida. No se incluye en la clase de Matemáticas uno de los elementos fundamentales de su enfoque pedagógico: la resolución de problemas.

En algunos de los programas revisados se observa debilidad en cuanto a la correspondencia entre los propósitos de aprendizaje y las actividades propuestas. Por ejemplo, en la clase de Matemáticas de quinto y sexto grados del siete de mayo, que pretendía que los estudiantes conocieran la utilidad de medir la magnitud del peso, utilizar las unidades de medida estándar y sus múltiplos y submúltiplos, simplemente se les pide a los niños que pregunten a sus familiares cuál es su peso en kilogramos y lo transformen a gramos; buena parte de la clase se destina a conocer un museo argentino sobre balanzas o a revisar, de manera mecánica, los procedimientos para transformar múltiplos y submúltiplos del gramo. El propósito inicial se fue diluyendo en el transcurso de las actividades.

¿Qué conservar? En los programas revisados se observan dos elementos que deberían continuar y consolidarse en las nuevas emisiones. El primero de ellos es el uso de casos: en la clase de Ciencias Naturales para alumnos de quinto y sexto grados, se utiliza un video que expone una historia de un niño con mala alimentación; a partir de él, el alumno puede deducir buenos y malos hábitos alimenticios, sin la necesidad de que estos conocimientos le sean proporcionados mediante una explicación formal. La televisión puede representar un instrumento poderoso para la presentación de historias, testimonios, paisajes o presentaciones artísticas, entre otros recursos, a partir de los cuales se puedan propiciar aprendizajes.

En segundo lugar, en la clase mencionada, aunque quizá no con la intensidad deseable, se observan actividades que propician el involucramiento de la familia y de las actividades propias del hogar: se pide que, en conjunto, el alumno y su familia reflexionen sobre la alimentación que llevan en casa. Actividades como la preparación de un alimento en familia, además de las múltiples áreas de conocimiento que abarca, pudiera representar una experiencia a partir de la cual se promuevan aprendizajes significativos en los estudiantes. Ya múltiples voces claman por el aprovechamiento de la familia en las tareas de aprendizaje, formal o informal, de acuerdo a sus posibilidades.

Como se observa, el uso de los programas de televisión en la estrategia educativa a distancia debe ser revisado profundamente, sobre todo en términos pedagógicos, de modo que las nuevas emisiones gocen de mayor aceptación. Debe aprovecharse el indudable potencial que, en cuanto a cobertura, tiene este medio de comunicación, presentando además una oferta pertinente para la comunidad educativa. Abarcar menos y profundizar más, en cuanto a contenidos, es un planteamiento sencillo que podría redundar en mejores aprendizajes, alejando a la televisión de la tentación de querer cubrir lo que la escuela hace cotidianamente. Se debe recordar que será el único medio de aprendizaje para muchos alumnos, sobre todo de aquellos en cuyos hogares no existen condiciones materiales, sociales ni culturales propicias para la actividad escolar. Ojalá la televisión no sea una extensión de la lastimosa tradición en la que los más desfavorecidos reciben las peores oportunidades educativas. Que no sea una “televisión para jodidos” como, se dice, alguna vez sugirió “El Tigre” Azcárraga, hijo del fundador de una de las cadenas hoy aliadas de la educación a distancia.

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

Twitter: @proferoger85

Facebook: El Profe Rogelio

Blog: http://proferogelio.blogspot.com/


REFERENCIAS

Programas analizados:

Ciencias Naturales, 5° y 6°. 27 de abril. https://www.youtube.com/watch?v=Qcnv6uCqcJI

Geografía, 5° y 6°. 27 de abril. https://www.youtube.com/watch?v=3ua7YGT8kOE

Matemáticas, 3° y 4°. 8 de mayo. https://www.youtube.com/watch?v=Aatam51P9fM

Matemáticas, 3° y 4°. 1 de mayo. https://www.youtube.com/watch?v=CkLKv_4Kyuc&t=1113s

Matemáticas, 5° y 6°. 7 de mayo. https://www.youtube.com/watch?v=x9l08SxioUE&t=3s

Fuente: https://profelandia.com/aprende-en-casa-ii-que-mejorar-de-los-programas-de-television/

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Mundos paralelos

Por: Abelardo Carro Nava

Recuerdo que hace varios años tuve la oportunidad de desarrollar, conjuntamente con mis estudiantes, una investigación relacionada con contenido que se ofrecía en medios visuales para personas sordas. Un tema que, indiscutiblemente, nos dejó grandes enseñanzas, porque los seres humanos que tenemos la capacidad de ver y escuchar el mundo a través de nuestros ojos y oídos, en algún momento de nuestra vida llegamos a pensar, que ese mundo, no es el mismo para todos. Craso error, desde luego, de mi parte.

Para tal indagación, nos dimos a la tarea de recuperar algunos datos importantes, sobre todo, pensando en que nuestra atención estaría enfocada en esos contenidos, pero también, en las personas sordas; para ello, logramos realizar una entrevista a un grupo de 5 estudiantes de la Licenciatura de Educación Especial de la Escuela Normal Urbana Federal Cuautla, ubicada en el Estado de Morelos. Como parece obvio, para dicha entrevista, tuvimos la oportunidad de contar con un intérprete, puesto que los que realizamos este trabajo, desconocíamos la lengua de señas mexicana y un profesor, que laboraba en esa institución educativa, nos apoyó en esa encomienda dada su experiencia, conocimiento y capacidad en este rubro.

Recuerdo también que, antes de la entrevista, el nervio se apoderó un poco de nosotros. Repasábamos las preguntas, verificábamos que el funcionamiento de la cámara y de la grabadora fuera el más adecuado, movíamos las sillas que habíamos colocado; en fin, con estas acciones, pretendíamos que nuestros invitados (informantes), se sintieran cómodos y en confianza.

Llegado el momento, nos saludamos; la tensión fue notoria, puesto que mientras nosotros (hablantes y oyentes) expresábamos algunas palabras para saludarlos, nuestros acompañantes solamente sonreían y gesticulaban. Tomamos nuestro respectivo lugar y, después de un agradecimiento por la aceptación de la entrevista, ésta comenzó. Desde luego, el intérprete, les comunicaba lo que, con nuestras palabras, les expresábamos.

La comunicación fluyó y, después de algunas preguntas que, obviamente fueron contestadas, recuerdo que una de mis alumnas les preguntó sobre las posibles dificultades que encuentran, todos los días, para comunicarse con todas las personas. La respuesta, nos dejó pensando varios minutos: “Imagina que tú, que tienes la capacidad de oír, ingresas a una sala de cine en la que sólo ves lo que proyecta la pantalla, sin sonidos, solamente se reproducen las imágenes. Imagina que las personas que aparecen en la película se comunican mediante señas que, con sus manos, realizan. Imagina que en esa sala todas las personas son sordas y que, con alguna de las escenas que en la pantalla se reproducen, todos ríen y se comunican, también, con señas. ¿Cómo te sentirías? Bueno pues, de esa misma forma nos sentimos la mayoría de nosotros, en un mundo en el que tal parece que la sordera nos hace diferentes, sin embargo, esto no es así, porque nosotros somos personas normales con una discapacidad auditiva pero la gente no entiende esto. Ahora, si en un rato vas al cine, ¿la película que deseas ver tiene un recuadro en el que aparece un intérprete? Imagina lo difícil que es para nosotros ver la televisión, ir al cine o a una fiesta. ¿No te parece que vivimos en mundos diferentes?”.

Como decía, tal respuesta nos dejó pensando un par de minutos; y después, la comunicación siguió y la entrevista finalizó. Desde luego, el estudio arrojó resultados que ya suponíamos, por ejemplo, que los contenidos que producen varios medios visuales no tenían contemplado un esquema de trasmisión para personas con una discapacidad auditiva; que aquellos que lo tenían, colocaban un recuadro muy pequeño en el que se podía observa a un intérprete, pero, desafortunadamente, por el tamaño, no se percibía con claridad lo que comunicaba; que las empresas o medios visuales no tenían la intención, al menos en ese momento, de invertir en este tipo de esquema para que sus contenidos llegaran a este sector de la población; en fin, todo un cúmulo de cuestiones que, de cierta manera, reflejaron, y reflejan, una de las más crudas realidades que se viven en nuestro país.

Todo este tema lo traigo a colación porque, como es sabido, el pasado 3 de agosto se anunció el lanzamiento de la estrategia Aprende en Casa II; un proyecto mediante el cual, se pretende dar continuidad a los aprendizajes que deben adquirir los miles de estudiantes de nuestra República Mexicana y, para ello, se buscó que la televisión, fuera el medio para que se lograra este propósito, sin embargo, y aunque se anunció que este programa llegaría a todos los sectores de la población, la verdad de las cosas, es que el discurso dista mucho de lo que sucede en diversos hogares de México.

Por ejemplo, tuve la oportunidad de observar alguna de las trasmisiones que, en estos días, se están proyectando por medio de la televisión, con la finalidad de “reforzar” los conocimientos de los alumnos que, la estrategia Aprende en Casa I, ofreció a partir de marzo hasta el cierre del ciclo escolar 2019-2020. Lo observado, estaba destinado para 1º, 2º y 3º de educación primaria y, quiero pensar, que tenía relación con educación artística. Menciono: “quiero pensar”, porque no fue clara la intencionalidad curricular que la trasmisión ofrecía, pero por lo que pude observar y escuchar, deduje que se trataba de ello. Así, después de que la “conductora” dio la bienvenida a su posible audiencia (en el recuadro inferior derecho se podía observar a la intérprete comunicando, mediante señas, las palabras que la hablante ofrecía), llegó el momento en que esta “conductora” le pidió a sus “amiguitos” que escucharan los sonidos que producía la música mientras, a la par, bailaba (en este momento, la intérprete, dejó de realizar movimientos con las manos y permaneció impávida) y, después de ello, esa misma “conductora”, formuló algunas preguntas (mismas que fueron comunicadas por dicha intérprete).

¿Un mundo paralelo? Fue un cuestionamiento que surgió en mi mente y, desde luego, me llevó a escribir estas líneas con la finalidad de reflexionar sobre un tema que es, y debe ser, preponderante para todas las instituciones gubernamentales y educativas.

Tengo claro que la pandemia ha representado un gran reto para todos los gobiernos, pero ¿qué estamos haciendo en México con los más de 500 mil niños y niñas que presentan alguna discapacidad?, ¿qué está haciendo la Secretaría de Educación Pública (SEP) para cerrar las brechas de desigualdad y para lograr mayores espacios de equidad e inclusión?, ¿por qué no considerar las propuestas que han surgido de distintas organizaciones y colectivos, como las del Colectivo Educación Especial Hoy, cuyas aportaciones son valiosas y bien fundadas, para la realización de esquemas que apoyen a este y a otros sectores de la población que presentan alguna discapacidad?, ¿por qué no destinar mayores recursos para que, tanto estudiantes como profesores y padres de familia, cuenten con las mejores condiciones para lograr los propósito educativos?, ¿hasta cuándo dejaremos de vivir en mundos paralelos cuando hay un solo mundo, el suyo, el mío, el nuestro?

Al tiempo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/mundos-paralelos/

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Aprende en casa II: ¿la televisión, el maestro o ambos?

 Rogelio Javier Alonso Ruiz

El 3 de agosto de 2020, el secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, participó en la conferencia matutina presidencial para dar a conocer el regreso a clases. Si bien las expectativas para el discurso del secretario eran altas, el asunto medular del mensaje se centró predominantemente en la participación de las grandes cadenas televisivas del país en el programa Aprende en casa II. Se ensalzó a la televisión y a sus propietarios por su notable voluntad hacia la causa educativa.  La estampa resultó decepcionante para muchos: magnates de cadenas televisivas que años atrás contribuyeron al linchamiento mediático de los docentes, encabezando un anuncio tan esperado en materia educativa, sin siquiera asomarse algún profesor entre los asistentes. A partir de ello, se generó una polémica en torno al papel que jugaría la televisión en la siguiente edición del programa educativo a distancia federal.

La estrategia federal de educación a distancia intenta relacionar a la televisión y el docente. En este sentido, la SEP (2020), indica que “en aquellos lugares donde se puedan observar los programas educativos por televisión, no existan dos estrategias distintas de formación para alumnas y alumnos” (p.13), señalando además que la labor del profesor (explicar, despejar dudas, proponer actividades de acompañamiento, etc.) deberá sujetarse a lo presentado en los programas de televisión.  El docente tendrá que “conocer la programación semanal de Aprende en casa II para planificar el acompañamiento pedagógico” (SEP, 2020, p. 17) y, posteriormente, decidir sobre “las actividades para profundizar, avanzar en la comprensión o ejercitar conocimientos, sin saturar de demandas a estudiantes y sus familias” (SEP, 2020, p. 8).

Aunque se da libertad al profesor de diseñar acciones para conducir el aprendizaje de sus alumnos, el rumbo de éstas sería marcado por la programación televisiva. Entonces, de acuerdo al planteamiento oficial, se despojaría al profesor de la facultad de seleccionar los contenidos de acuerdo a las necesidades del grupo atendido, aunque no se le limita en torno a la creación de actividades propias. Así pues, no se elimina el papel del docente, pero parecería estar sujeto en cierta medida al orden que marque la televisión.

Existe un factor que dentro de la estrategia Aprende en casa II pudiera dificultar la relación entre el profesor y la televisión: el tiempo.  En la definición de la labor docente a distancia, resalta el hecho de que se exija no saturar de demandas a los alumnos, haciendo eco de uno de los reclamos más sentidos el ciclo escolar pasado, que propició que la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) aconsejara “evitar la tentación de reproducir los tiempos y las cargas de trabajo escolares en el hogar”. En este sentido, si los programas de televisión duran dos horas y media para educación primaria y tres horas para educación secundaria, ¿de cuánto tiempo dispondrán los profesores para las actividades complementarias a las que la estrategia federal los faculta? ¿Queda tiempo suficiente, después de ver por tres horas la televisión, para realizar actividades adicionales significativas sin aproximarse a la extensión de las jornadas escolares?

Sobre la calidad de los programas de televisión, evidentemente habrá que esperar a conocer las primeras emisiones de la nueva edición para emitir un juicio al respecto, lo cual sucederá hasta el 14 de septiembre. La escasa autocrítica de la autoridad educativa federal en cuanto a la calidad de la enseñanza y los aprendizajes durante la educación a distancia pudiera brindar pocas esperanzas en cuanto a modificaciones sustanciales a estos recursos. Los nuevos programas deberán evitar caer en el enciclopedismo de algunos de sus antecesores y evadir el deseo de reproducir los esquemas de una clase de aula, a través de la pantalla. La selección de contenidos también deberá ser un aspecto al que se tenga que poner atención especial, pues no todos son aptos para ser abordados por televisión.

Una de las críticas más frecuentes hacia la nueva estrategia de educación a distancia tienen que ver con el riesgo de propiciar una educación bancaria a partir del uso de la televisión. Si bien los programas televisivos de la segunda edición de la estrategia aún no son emitidos, las sospechas son bien fundadas. En la primera versión de la estrategia, se caracterizaron por el abuso de preguntas orientadas hacia conocimientos meramente declarativos, incurriendo ocasionalmente en errores en los enfoques de enseñanza de las asignaturas. Hasta el momento, la única modificación que se conoce a los programas de televisión es la inclusión de conductores de televisión, con el propósito de mejorar la comunicación con los espectadores y hacer más fluidos los programas. Será tarea del docente valorar la pertinencia de los programas; si se deja obrar a la televisión por sí sola, el riesgo de convertir al aprendizaje en un fenómeno de consumo y almacenamiento se pudiera convertir en realidad.

Los maestros no tan fácilmente se dejarán desplazar por la televisión: son abundantes los casos de creatividad, vocación y capacidad de profesores que han asumido su rol de manera ejemplar durante la pandemia. Segura y afortunadamente, la opción televisiva no será contemplada de manera acrítica por los docentes, a pesar de lo estipulado en los documentos oficiales. La experiencia del ciclo escolar anterior puso de manifiesto que muchos maestros prefirieron privilegiar sus propuestas didácticas por encima de los programas de televisión, que en muchas ocasiones no fueron pertinentes para las necesidades del contexto escolar que atienden. Si bien no hay mucho que regatear en términos de ampliación de la cobertura, si los programas televisivos no tienen una mejora sustancial (en la parte pedagógica) es probable que muchos docentes, al igual que en la experiencia pasada, los hagan a un lado.

Twitter: @proferoger85

Facebook: El Profe Rogelio

Blog: http://proferogelio.blogspot.com/


REFERENCIAS

SEP (2020). Orientaciones para apoyar el estudio en casa de niñas, niños y adolescentes. Educación preescolar, primaria y secundaria. México: autor.

MEJOREDU (2020). 10 sugerencias para la educación durante la emergencia por COVID-19. México: autor.

Fuente: https://profelandia.com/aprende-en-casa-ii-la-television-el-maestro-o-ambos/

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México: Millones de estudiantes mexicanos cursan ciclo escolar a distancia en medio de pandemia

América del Norte/México/30-08-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

Más de 30 millones de estudiantes mexicanos, de educación básica y media superior, iniciaron en esta misma semana un histórico y nuevo ciclo escolar con clases a distancia y en medio de una activa pandemia de COVID-19.

El modelo de educación no presencial, impulsado por el Gobierno mexicano, busca atender las medidas de confinamiento establecidas desde marzo pasado para evitar contagios y muertes de niños y adolescentes a causa de la nueva enfermedad, así como de sus familiares.

El Programa Aprende en Casa II incluye una múltiple programación en cinco canales televisivos para que se puedan impartir los contenidos de todos los cursos educativos y la entrega gratuita de libros.

Sin embargo, no todos los estudiantes se han adaptado a esta nueva forma de recibir educación en casa o en línea pues algunos de los menores requieren de atención personalizada y presencial para poder adquirir de manera lúdica los conocimientos.

Tal es el caso de Marcelo Jiménez Medrano, de 5 años, quien no fue inscrito de manera formal para cursar el último grado de educación preescolar porque sus padres consideraron que el nuevo modelo no atraería la atención del pequeño debido a que es muy inquieto.

«Este año tomé la decisión de no inscribirlo al colegio donde normalmente estaba pues su aprendizaje, por la edad que tiene y por su personalidad, debe ser muy lúdico, donde todo es juego, competencia, tocar y tener ahí a su ‘Miss’ para que lo centre en la clase», dijo a Xinhua la madre del niño, Lorena Medrano Montoya.

Para Luciano, hermano de Marcelo y de 8 años de edad, el panorama es muy diferente pues él sí fue inscrito en la escuela y recibe clases en línea a diario, siendo ésta su única manera de tener contacto con sus amigos.

«Aunque el regreso a clases es un poco pesado para Luciano, se mantiene emocionado por volver a ver a sus compañeros por medio de la tecnología y poder pasar más tiempo con sus seres queridos en casa», dijo la entrevistada.

Por su parte, el ministro de Educación Pública, Esteban Moctezuma, informó que para el curso actual, se generaron nuevos contenidos sobre la pandemia, relacionados con mantener una vida saludable e higiénica, así como un nuevo programa para que los niños aprendan a «amar a México».

«A diferencia de otros países que suspendieron sus cursos o programaron el regreso a clases antes de tiempo, México decidió pensar bien los pasos a seguir», dijo a periodistas el funcionario mexicano.

El 20 de marzo pasado, las autoridades mexicanas decidieron cerrar los colegios para evitar contagios de COVID-19, afectando a unas 250.000 escuelas públicas y privadas de nivel básico, 18.000 de medio superior y 4.000 universidades.

El regreso presencial para los estudiantes mexicanos es aún incierto por la COVID-19, que ha dejado más de 62.000 muertos, según las últimas cifras de las autoridades sanitarias de México.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-08/27/c_139321962.htm

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Nostalgia de las Rutinas Escolares

 Juan Carlos Miranda Arroyo

 

I

Por las mañanas, lo primero, firmar el cuaderno de asistencia. De prisa. Había que llegar antes que los estudiantes no sólo porque ese era el compromiso y la responsabilidad de las y los docentes, sino porque los salones debían abrirse por cuestiones prácticas: Para apoyar a los y las estudiantes que llegaban temprano, quienes colocaban sus mochilas en sus lugares personalizados, sobre o a un lado de los mesabancos. Esa era parte de la rutina inicial al arribar a la escuela. Luego, esos estudiantes se salían al patio a platicar o a jugar con sus compañeros y compañeras, o a correr libremente por todos lados.

Cómo nos dan nostalgia esas rutinas que hoy no podemos realizar, ni vivir, debido a la emergencia sanitaria. “Quédate en casa” dice la autoridad sanitaria. No sabemos bien a bien lo que viene. Hay incertidumbre con aderezo de angustia. Sin embargo, lo único cierto es que “Aprende en la escuela II” estará al alcance de nuestros alumnos con sólo apretar un botón.

II

Después de que sonaba la chicharra (algunas veces les poníamos música), se escuchaban gritos por todos lados; el pequeño gran mundo escolar corría para integrarse a la formación. ¿Qué escuela no ha vivido eso todos los días? Son rutinas, como lo diría el profesor Philip W. Jackson, que no se ven ni se perciben en otros espacios sociales: olores a lápices, termos con agua de limón y tortas de huevo; los aromas singulares de los sanitarios; los sonidos de los sacapuntas o de alguien que arranca una hoja del cuaderno… cuando el grupo completo volteaba a ver quién había sido.

Escenas conocidas para todos, que se vivían los días, mañanas o tardes, en la escuela, pero que se detuvieron a partir de marzo pasado, cuando los relojes escolares detuvieron su marcha. Y nuestros planteles se quedaron vacíos, sin sonidos ni olores propios. Sin el murmullo característico de los recreos de media hora. Días sin poder ir a la tiendita escolar por un vasito de pepinos. Han pasado cinco meses, casi seis, sin clases, y las nostalgias se nos vienen encima como olas gigantes. Llueve. Es verano medio; es temporada de huracanes.

III

Pero las nostalgias no duelen, sólo causan sonrisas leves. Las y los niños, como las y los docentes nos preguntamos ¿Cuándo terminará esta terrible pandemia? ¿Cuándo se podrá controlar a este virus, que sólo ha traído tristeza? ¿Qué día regresaremos a clases en nuestros espacios cotidianos? ¿Cuándo llegará el fin de esta epidemia de la desmovilización, del confinamiento y de la angustia reprimida? Ojalá que un día lleguen las vacunas. Estaríamos listos para hacer la formación, como cuando nos ponían la vacuna contra el sarampión o la viruela; también listos para salir corriendo y gritar a los cuatro vientos que ya dominamos al virus. Nostalgias del futuro.

IV

Varios años antes de la crisis sanitaria, habíamos planeado que nuestros estudiantes de sexto grado de Primaria vivieran una inducción escolar previa a ingresar a la secundaria, con el esquema de materias a estudiar por separado. Decidimos entonces que las asignaturas serían impartidas por diferentes profesores o profesoras. Uno, español y ciencias naturales; otra, Geografía e Historia. Yo elegí Matemáticas, que había sido el campo donde me había preparado en el posgrado. Los profesores de educación física y de apoyo en tareas (este último contratado con el apoyo financiero de las familias), ya trabajaban desde antes por su cuenta. El esquema funcionó bien. Las rutinas de cambio de docentes y de materias fueron formativas. Nos dimos cuenta que la planeación colectiva de las actividades docentes, tiene sus frutos. Más tarde supimos que nuestros estudiantes se adaptaron con más facilidad a las rutinas escolares a las cuales se integraron en la secundaria.

El acompañamiento personal por asignatura permite identificar los avances de cada estudiante. Adicionalmente, aplicamos el modelo de tutorías entre estudiantes. Recuerdo un ejercicio sensacional que consistía en jugar el cuadro de 4 por 4 (es el famoso cuadrito de 15 números y un espacio vacío, que venden en los mercados municipales o de la colonia), pero con una variante: lo hacíamos con papelitos recortados y números pintados. La resolución debía hacerse sin levantar los papelitos. Regla de oro. En un primer momento, el procedimiento y las rutinas de actuación se hacían entre el docente y los alumnos; luego, los estudiantes de sexto grado se convertían en los tutores de compañeros de quinto grado con la misma actividad.

V

Los recreos, las ceremonias cívicas, los eventos sociales son inspiración de las nostalgias. La organización de tareas en equipos. La planeación y realización del periódico mural. Las jornadas para asear la escuela o para arreglar las jardineras. La preparación de coloridas maquetas. Las campañas de higiene escolar a través de cartulinas. La construcción de un teatro en el salón de usos múltiples o la inauguración de las colecciones de piedras o rocas; de insectos de la región; de hojas de árboles cercanos a la escuela. Recordamos los torneos de fút en el patio y las retadoras entre los equipos mixtos de estudiantes de los últimos grados de la escuela. O los partiditos de tres contra tres de básquet. Así son los días escolares. Interminables. Pasajeros. Las repeticiones de actividades, monótonas o creativas, disruptivas, son la esencia de la vida cotidiana en las aulas. Que al final de todo son las rutinas de la vida.

Fuente: https://profelandia.com/nostalgia-de-las-rutinas-escolares/

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De Enciclomedia a Tv Azteca

 Abelardo Carro Nava

Las fallidas políticas educativas que, en los últimos sexenios se han implementado en nuestro país, pueden entenderse a partir de su finalidad política. No hay más.

Y es que, con el transcurrir de los años, los fracasos de diversos programas que, en pro de la modernidad y el progreso tecnológico se ejecutaron en México, tienen sumido a nuestro país en un atraso digital de magnitudes considerables. Quién no recuerda el Programa Enciclomedia durante el periodo de Vicente Fox, el de Habilidades Digitales para Todos (HDPT) en el sexenio de Felipe Calderón y, recientemente, el de la entrega de laptops y tabletas para estudiantes de 5º y 6º grado de educación primaria, aunado al Programa de Inclusión y Alfabetización Digital (PIAD) que operó de 2014 a 2016, y el conocido como Programa de Inclusión Digital (PID) que se implementó a partir de 2016. Todos ellos: un rotundo fracaso. ¿Las razones? Son muchas y muy variadas, sobre todo si consideramos que todas estas iniciativas han sido pensadas desde el escritorio de una élite dominante que, sabedora de las desigualdades que imperan en el territorio mexicano, las han echado a andar, aunque, en los hechos, el Sistema Educativo Mexicano (SEM) no estaba, ni ha estado, listo para ello.

¿Cuántas escuelas contaban con energía eléctrica e infraestructura adecuada para instalar los equipos que Enciclomedia requería?, ¿cuántas escuelas contaban con los equipos mínimos y necesarios, los servicios de internet y las condiciones óptimas de infraestructura para la instalación o acceso a las aulas telemáticas que el PHDT demandaba?, ¿qué paso con las laptops y las tabletas que fueron entregadas a algunos alumnos del total que se tenía contemplado durante el sexenio peñanietista? En efecto, las respuestas a tales interrogantes usted las conoce, pero también, si tiene duda de los resultados que arrojaron dichos programas, puede consultarlos en el documento: “Evaluación de la política pública de infraestructura y equipamiento en educación básica” dado a conocer, por la Auditoría Superior de la Federación, hace unos años (https://www.asf.gob.mx/Trans/Informes/IR2016ii/Documentos/Auditorias/2016_1782_a.pdf).

Sí, aunque usted no lo crea, han sido tres largos sexenios (dieciocho años) en los que se nos ha vendido la idea de la modernidad y progreso para favorecer los aprendizajes de los alumnos y, como he dicho, los resultados han sido magros, por no decir: pésimos. ¿Se imagina usted la cantidad de dinero que se ha invertido en cada uno de estos programas? Según el documento que arriba refiero, entre 2008 y 2016, el gobierno federal ha gastado más de 30 mil millones de pesos para incorporar las tecnologías de la información y el conocimiento (TIC) a las escuelas de educación básica. Sí, leyó usted bien: 30 mil millones de pesos. Una cantidad importante pero que, en los hechos, no ha favorecido ni el aprendizaje ni el acceso a las TIC en el territorio mexicano.

Ciertamente, habrá quién me diga que estas propuestas fueron viables porque todo gobierno tiene el propósito de establecer mecanismos a través de los cuales se atiendan las necesidades y demandas globales. Es decir que, de no implementar tales acciones, nuestro país no estaría a la par de las grandes naciones donde programas similares, probablemente, pudieron haber tenido éxito. Sin embargo, los resultados nos han demostrado que del dicho al hecho hay mucho trecho, y que contar con un equipo de Enciclomedia en una escuela, pero sin que ésta tenga electricidad, es una falacia, por donde quiera que se vea.

Ahora bien, ¿qué puede esperarse de la tan anunciada estrategia Aprende en Casa II? Como bien sabemos, a cuenta gotas va circulando la información sobre la forma en que operara tal esquema que, a decir del Secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, propiciara que los estudiantes aprendan durante el confinamiento. No obstante, y aunque tal propuesta difiere en cuanto a lo que pretendían lograr los programas de los sexenios referidos, el hecho de emplear el televisor como medio de trasmisión de los contenidos, poco favorecerá el aprendizaje que, se espera, logren los estudiantes. Esto, porque indiscutiblemente un actor fundamental en el proceso educativo, es el maestro. Sí, un maestro que no fue considerando como ese agente que hace uso de distintos recursos para que sus alumnos se acerquen al conocimiento requerido.

Y es que, como seguramente usted imaginará, las autoridades locales, de muchos estados, han comenzado a girar instrucciones para que, los profesores, sigan los canales de televisión en los que se trasmitirán los contenidos para que, a partir de éstos, se trabaje con sus alumnos. ¿Dónde queda la autonomía del docente en tal propuesta? Aunado a ello, un asunto que no es menor, es el hecho de que además de que los maestros y maestras deberán estar atentos a esos canales televisivos, también deberán emplear otros recursos, tecnológicos y digitales, para encomendar a sus alumnos diversas actividades, tareas, proyectos, entre otros, mismos que serán evaluados con la idea de retroalimentar a sus educandos. ¿Qué otra cosa tendrán que hacer los docentes? Entre planear, elaborar videos, diseñar otros materiales didácticos, buscar otras herramientas que apoyen su ejercicio, poca vida tendrán éstos. Ya lo imagino.

Sí, en reiteradas ocasiones se ha dicho que no había otra forma o estrategia mediante la cual, se iniciara el ciclo escolar. Y hay algo de razón en ello. Lo que me parece poco sensato, es que no se hayan considerado las experiencias que profesores de diversos contextos adquirieron a partir de la declaratoria de emergencia sanitaria por el Covid-19, así como también, el que se hayan considerado las televisoras que, como bien se diría hace tiempo, eran parte de la mafia del poder. ¿Por qué no se fortalecieron las televisoras del estado? En fin. No todo es Tv Azteca ni la educación se da a través de una televisión a menos que hoy se cumpla aquello que, parafraseando a Carlos Monsiváis, se dijo: la televisión se ha convertido en la verdadera Secretaría de Educación Pública.

Con negritas:

Recientemente, el presidente López Obrador, anunció que se está trabajando para que, las escuelas y los alumnos, cuenten con acceso a la tecnología e internet de manera gratuita. No estaría de más que, tal programa, partiera del diagnóstico y análisis de los resultados que han tenido los programas de los anteriores gobiernos. Los fracasos han sido, y son, evidentes. Ojalá y se tomen como un referente para que no se cometan los mismos errores y sea éste, un fracaso más porque priorizó lo político en lugar de lo educativo.

Fuente: https://profelandia.com/de-enciclomedia-a-tv-azteca/

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