Begoña Ibarrola: “No hay que blindar a los hijos frente a los problemas sino darles recursos”

Por: Educación 3.0. 

Comenta la psicóloga y escritora Begoña Ibarrola que las emociones son un ingrediente de nuestra vida diaria, que dan color a nuestras experiencias y que son el pegamento de nuestros recuerdos. Es por ello que estas reacciones psicofisiológicas del ser humano no hay que dejarlas de lado en un momento como el que estamos viviendo. Los niños deben aprender a gestionar los sentimientos que les produce esta crisis sanitaria y aprender a convivir con ellos.

En su último libro, ‘¡Estoy muy enfadado! Cuentos para gestionar frustraciones’, Ibarrola recopila una serie de relatos en los que los protagonistas sienten frustración, miedo o rabia. Una buena forma para que los más pequeños se sientan identificados y aprendan cómo afrontar las distintas situaciones de la vida de la mejor manera posible.

Pregunta: Inmersos en la crisis sanitaria actual, ¿cómo pueden las familias gestionar las emociones que les genera esta situación?

Respuesta: Es en estos momentos donde se valoran más determinadas habilidades emocionales que no se improvisan, sino que han debido ser desarrolladas antes. Como la educación emocional es un factor de prevención primaria inespecífica, en la situación actual sirve como escudo al miedo, al estrés, a la depresión o a la ansiedad, sin negar las emociones, pero sabiendo cómo enfrentarse y salir de ellas. Las principales lecciones emocionales se dan a través del ejemplo: conciencia de las emociones, autocontrol, optimismo, resiliencia, empatía, solidaridad… se pueden aprender, ahora en familia, y después en la escuela.

Estoy completamente segura de que los niños que han recibido educación emocional y los adultos que se han ocupado de desarrollar su inteligencia emocional se consideran ahora unos privilegiados porque tienen herramientas para hacer frente a las dificultades y los retos actuales. Si no lo han hecho antes, este es un buen momento para desarrollar el autocontrol, aprender a entrar en calma, poner límites y normas que favorezcan una convivencia pacífica durante tanto tiempo y en el mismo espacio, y procurar estrategias para resolver los conflictos que vayan surgiendo.

No podemos blindar a los hijos frente a las dificultades, es preciso darles herramientas como la confianza en sus propios recursos internos, la confianza en las personas que le rodean y que le quieren, y sobre todo, una visión optimista y realista de la situación.

niño enfadado

P: En estos momentos, ¿la lectura puede convertirse en una buena vía de escape?

R: Es un recurso fabuloso en estos momentos tan difíciles porque permite al lector  ‘salir de casa’ o ‘viajar’ a través de la imaginación. De este modo, se convierte en uno de los recursos más terapéuticos y que está al alcance de todo el mundo. Además, dedicar un momento a la lectura todos los días puede convertirse en un medio para aislarse de la realidad de forma consciente, favoreciendo la introspección y el descubrimiento de uno mismo.

“Los niños que han recibido educación emocional tienen herramientas para hacer frente a las dificultades y a los retos actuales”

P: Los cuentos que aparecen en su nuevo libro están indicados para gestionar frustraciones, ¿de qué forma pueden los niños aprender a controlarlas a través de estos relatos?

R: Los cuentos enseñan sin ser lecciones, orientan sin dar consejos y permiten vivir las experiencias de los personajes en primera persona, por lo tanto, favorecen el conocimiento del mundo emocional personal a través de las vivencias de los personajes. Además, el lector hace un puente natural entre lo que viven ellos y lo que está viviendo él, permitiéndole sentir lo mismo, pero desde una distancia de seguridad.

Tras leerlos, los niños comprenden con más claridad diferentes emociones, aprenden que hay diferentes maneras de expresarlas, diferentes causas de frustración y las consecuencias negativas de reprimirla, pero también aprenden que hay recursos internos y externos que les pueden ayudar a gestionar esa frustración sin que peligre demasiado su bienestar emocional.

Una lectura atenta de cada uno de los cuentos, que son muy diferentes entre sí, ofrece pautas, tanto a los niños como a sus familias, para aprender a gestionar las frustraciones y a salir de la rabia o el enfado. Con este objetivo se han añadido varios ‘tips’ para educadores y familias al final de cada cuento.

familia leyendo un cuento

P: ¿Hay alguna manera especial de leer estos cuentos a los niños?

Ninguna. Solo es necesario crear un estado de relax que potencie la escucha, un momento de calma, que permita al niño atender durante un tiempo si es que alguien se lo lee, o leer hasta el final el cuento si lo está leyendo él. Después de su lectura se puede comentar o no, no siempre es necesario. Muchas veces el cuento es como un caramelo que se deshace en la boca y solo transforma al lector cuando lo ha ‘degustado’, cuando se ha ‘disuelto’ en su mente. Hay cuentos que obran la magia del cambio solo después de un tiempo, no al momento de haberlo escuchado o leído, por eso no hay que forzarle a encontrar una moraleja, ya aparecerá en su mente en el momento oportuno.

“Aprender a manejar la frustración ayuda a los niños a enfrentarse de forma positiva a diferentes situaciones de la vida”

P: ¿Cuáles son los aspectos fundamentales que los niños aprenden tras leerlos?

R: Pueden aprender a conocer mejor sus emociones y a conocerse mejor a ellos mismos a través de los personajes; también van a ver, de forma a veces exagerada, que todo tiene consecuencias. El humor para mí es un recurso fabuloso pues al exagerar las situaciones y las respuestas de los personajes el niño puede verse reflejado, aunque no sea con la misma intensidad. Aprender a reírse de uno mismo, aceptar que no somos perfectos, que podemos cometer errores y a pesar de todo somos personas maravillosas, es un buen aprendizaje también.

Pero, sobre todo, el niño se da cuenta de que hay otros muchos niños que experimentan lo mismo que ellos y eso da mucha tranquilidad. Comprenden que, de toda situación se puede salir, incluso de una rabieta, de una frustración, pero los aprendizajes que conllevan son importantes como por ejemplo, comprender que todo en la vida no lo pueden elegir, no lo pueden controlar, y eso les va a servir de enseñanza para toda su vida. Aprender a vivir implica aceptar lo que no podemos cambiar y centrar nuestra energía en aquellos cambios que sí están en nuestra mano.

“Las emociones son un ingrediente de la vida diaria y el pegamento de nuestros recuerdos”

P: En uno de los cuentos se reflejan algunos de los problemas que surgen cuando hay un exceso de protección a los niños, ¿en qué puede derivar una sobreprotección en los menores por parte de los adultos o los docentes?

R: Por supuesto la misión de la familia y de cualquier educador es proteger al niño y no poner en riesgo su seguridad, pero también lo es ayudarle a que crezca y a que se desarrolle como una persona feliz. Para ello, no se debe confundir protección con sobreprotección. Cuando un niño no aprende a enfrentarse a las dificultades, porque los adultos que le rodean se las quitan del paso, puede surgir en él un sentimiento de incapacidad, y pueden aparecer miedos irracionales, ansiedad ante los cambios o una tensión casi continua provocada por la propia ansiedad y por los miedos de los adultos.

Aprender a manejar la frustración y a convivir con este sentimiento molesto ayuda a los niños a enfrentarse de forma positiva a diferentes situaciones de la vida y a superar los obstáculos con buen ánimo. Ello mejora su autoestima y resiliencia, favoreciendo su bienestar emocional.

emociones

P: ¿Qué le sugieren estas tres palabras? Emociones, control y frustración

R: Emociones: reacciones que nos permiten dar respuestas flexibles, adaptadas a la situación. Es un ingrediente de la vida diaria, dan color a nuestras experiencias y son como el pegamento de nuestros recuerdos. Son polivalentes, todas ellas legítimas, cada una nos aporta una información valiosa, pero debemos aprender a expresarlas de forma adecuada.

Control: debemos diferenciar control de represión, que a veces se confunde. Si regulamos la expresión de las emociones no nos iremos a los dos extremos peligrosos: la explosión emocional, que hace daño a los demás, y la implosión emocional, fruto de la represión, que hace daño a uno mismo.

Frustración: no se puede evitar, está y estará presente a lo largo de la vida. El malestar emocional que produce es natural y debemos aceptarlo, pero no abonarlo ni hacerlo más grande con nuestra atención. La clave está en cómo salir de ella y cómo proyectar en nosotros emociones positivas, que nos ayuden a transmutar las negativas, sabiendo que ambas son necesarias y cumplen funciones diferentes.

Fuente de la entrevista: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/entrevista-begona-ibarrola/

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Nuevos tiempos: un nuevo tipo de educación

Por: Leonardo Boff

La realidad en las últimas décadas ha cambiado tanto que ha afectado también a nuestro estilo de educación. Cito algunos de estos cambios:

―Hemos construido el principio de nuestra autodestrucción con armas nucleares, químicas y biológicas. Nada es absolutamente seguro y un accidente cualquiera puede destruir nuestra civilización.

―El calentamiento global crece día a día. Si no hacemos nada, como la comunidad científica norteamericana ha advertido, podemos conocer dentro de algunos años un calentamiento abrupto de hasta 4-6 grados Celsius. Con eso, la mayoría de los seres vivos conocidos no resistirán y desaparecerán. Y parte de la humanidad también.

―La escasez de agua potable (sólo el 0,3% es accesible a los seres humanos y a los animales) puede provocar guerras letales para garantizar el acceso a fuentes de agua dulce. O también alianzas de cooperación.

―La planetización es un hecho nuevo en la historia de la Tierra y de la Humanidad. Salimos un día de África, donde estuvimos durante 4-5 millones de años y por eso somos todos africanos, y después nos esparcimos por los continentes; ahora estamos volviendo y encontrándonos en un solo lugar: la Casa Común, la Tierra.

―La crisis ecológica afecta directamente al sistema-vida y al sistema-Tierra. Estamos destruyendo las bases físico-químicas que sostienen la vida. De continuar la sobrexplotación de la Tierra, ella no aguantará y nuestra civilización estará amenazada.

―Existe el peligro de que superbacterias que perdieron su hábitat por la deforestación puedan invadir ciudades y diezmar a miles de personas, sin que sepamos cómo enfrentarlas con potentes antibióticos.

Estos son datos, no fantasías. La gran mayoría de las personas no tiene conciencia de los peligros que corre. Es como en tiempos de Noé: todos se divertían y se reían del anciano, y vino el diluvio. Sólo que hoy es diferente: no tenemos un Arca de Noé que pueda salvar a algunos y dejar perecer a los otros. Todos podemos perecer.

Todo esto nos obliga a pensar sobre el futuro común de nuestra especie y de la Casa Común. Todo debe comenzar con una sensibilización general. En casa y en la escuela es donde tal nueva conciencia debe surgir.

Veamos qué tareas nuevas se presentan a los maestros y qué nueva percepción deben desarrollar en los educandos. Lógicamente la escuela debe llevar adelante su tarea básica, como la enunció la UNESCO:

(1) Aprender a conocer todo lo que el pasado nos legó. Como escribió Montaigne (1533-1592) en sus Ensayos: «el educador debe tener la cabeza sobre todo bien montada, más que bien llena». Es decir, saber la situación real de la Tierra y trasmitirla a los estudiantes;

(2) Aprender a pensar, sabemos mucho y todo está en Google, pero no pensamos lo que sabemos. El saber es un poder que puede construir una bomba atómica o un antibiótico. El saber no es neutro. Pensar es detectar a quién sirve el saber y quiénes son los dueños del saber;

(3) Aprender a vivir, que es crear un carácter recto, amante de la verdad, es ser un buen ciudadano participativo con un proyecto solidario de vida;

(4) Aprender a convivir, pues hoy vivimos en medio de las mayores diferencias de raza, religión, ideas, opciones sexuales; no permitir que la diferencia se transforme en desigualdad; todos tienen derecho de vivir su modo de ser; importa estar abierto en las redes sociales al destino de los pueblos, muchas veces trágico como ahora en Siria; interesarse por el sufrimiento de los más pobres y excluidos;

(5) Aprender a cuidar. Esto es nuevo pues sabemos que el cuidado es la ley básica de todos los seres vivos y también del universo; si no cuidamos del agua, la basura, de nosotros mismos y de las relaciones sociales, podemos dar espacio a la degradación; todo lo que amamos, lo cuidamos, y todo lo que cuidamos, lo amamos;

(6) Aprender a tener una ética y una espiritualidad. La religión puede ayudar pero no necesariamente, pues muchas hacen guerra y matan; ser ético es orientarse hacia el bien, asumir las consecuencias de nuestros actos, buenos o malos; optar por el bien común, por la verdad contra toda corrupción.

La espiritualidad es una dimensión antropológica, como lo es la razón, la voluntad y la libido; somos espirituales cuando planteamos preguntas últimas: ¿por qué estoy aquí, cuál es el sentido del universo, de la vida y de mi propia existencia…? Ser espiritual es desarrollar lo que neurólogos y neurolingüistas llaman el “punto Dios en el cerebro”:siempre que abordamos aspectos de lo sagrado y del sentido último de la vida hay una aceleración de nuestras neuronas; es el “punto Dios”, que nos permite intuir que por detrás de todas las cosas hay una Realidad amorosa y poderosa que sustenta todo, las estrellas y también nuestras vidas. El “punto Dios” está hecho de amor, de compasión, de solidaridad y de devoción; nos hace más sensibles a los otros, y más humanos; cultivar el “punto Dios” es superar el materialismo actual y nutrir la esperanza sobre el fin bueno de todo.

Los educadores deben imbuirse de estos nuevos desafíos y enseñárselos a sus educandos. Sólo así estaremos a la altura de los graves peligros que se nos presentan.

Fuente: http://efectococuyo.com/opinion/nuevos-tiempos-un-nuevo-tipo-de-educacion

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Autocrítica personal

Por: Graziella Pogolotti

Juventud, divino tesoro,/ ¡ya te vas para no volver!/ Cuando quiero llorar, no lloro… / Y a veces lloro sin querer…

Rubén Darío

Generaciones enteras memorizaron los versos del poeta nicaragüense, tomados de Cantos de vida y esperanza. Con frecuencia, algún amigo los anotaba en los libritos de autógrafos que las adolescentes ofrecían a su firma.

El poema, sin embargo, es lamento nostálgico de quien, llegado a la edad madura, evoca un tiempo pasado desde una memoria en la que ya se han limado las aristas más dolorosas.

En verdad, la juventud es una de las etapas más difíciles de la vida. En ella, la sensación de tránsito se acelera. En un abrir y cerrar de ojos, aparecen las inquietudes propias de la pubertad. Hay que superar tanteos y timideces, vencer la suspicacia de los mayores que no entienden inquietudes, cambios de humor, tanto como señales de rebeldía nacidas de la búsqueda de autoafirmación, de la necesaria ruptura del cordón umbilical. Se imponen, en rápida sucesión, las exigencias de la sociedad. Hay que definir caminos, decidir las vías de continuidad de estudios. De lo contrario, se abre la vía del trabajo que implica caer como novicios en un espacio desconocido, intergeneracional, donde no resulta fácil formar grupo, atrapados entre la condescendencia, el ninguneo, el tropiezo con dificultades imprevistas que caen de golpe, sin entrenamiento previo. Muy pronto, llegan los reclamos de la pareja y el empeño por formar hogar propio, acompañado de la exigencia imperiosa de un lugar para la privacidad.

Y va llegando mi autocrítica personal. Cargada de años, con la conciencia de la experiencia acumulada, me dejo penetrar subrepticiamente por un poco de vanidad.

Queriendo ayudar, se me escapa el tono condescendiente. Habiendo conocido esas vivencias en un pasado distante minimizo las vacilaciones ante problemas que me parecen de extrema simplicidad. Sin tener conciencia de ello, soy paternalista y multiplico involuntariamente la inhibición del interlocutor.

Para mayor complejidad del conflicto, la realidad evoluciona a una velocidad sin precedentes. Pertenezco a la era analógica. Me irrita la presencia obsesiva del móvil, el chirrido que todo lo interrumpe, la brevedad telegráfica de los mensajes. Añoro el conversar pausado, el sentir la mano del otro, cálida y sensible, descansando sobre mi hombro.

Por naturaleza y necesidad, el ser humano es gregario. En los jóvenes se extrema el apremio de constituir grupos por afinidad de intereses, sometidos también a reglas de conducta que los identifican. Por sorprendente que parezca, las formas de comunicación derivadas de las nuevas tecnologías, aparentemente despersonalizadas, responden a ese llamado intrínseco hacia la socialización, extendida ahora más allá de nuestras fronteras.

Nuevas formas de liderazgo operan en estas circunstancias, porque el perfil de líderes a distinta escala tiene peso de singular importancia en la sociedad. Son personalidades con percepción aguda de demandas muchas veces no formuladas, capaces de encaminar esos intereses por vía adecuada con el propósito de involucrar al colectivo en las soluciones. Quien lea con atención el libro de Ramonet sobre Chávez, descubrirá las vías mediante las cuales el joven venezolano empezó desde fecha temprana a tejer redes y fue imantando, a partir de la afición común por la pelota, los vínculos que, más tarde, lo llevarían a enrumbar el destino de la nación.

Como en Fidel Castro, hubo en Chávez una vocación de claros perfiles. Pero, hay técnicas que se aprenden. El punto de partida habrá de ser, en todos los casos, el auténtico, casi orgánico, respeto al otro en su carácter de persona pensante y sensible. La clave está en la capacidad de escuchar y discernir, en un entorno siempre heterogéneo, las voces auténticas, aunque resulten a veces discordantes.

Cuando exploro mi memoria y mi conciencia, tengo que reconocer mis propias deficiencias. Hablando con el corazón en la mano, sé escuchar, pero no supero siempre un fondo de resistencia crítica, anidada en mi condición de maestra, en mi obligación de enseñar la verdad de que soy portadora. Y, de repente, me asedia la impaciencia. Sin percatarme de ello, corto la comunicación.

El diálogo abierto que propongo no supone renunciar por mi parte a mi identidad y a las verdades constituidas en la experiencia de vida, en el vínculo con las razones del batallar político.

En los días de efemérides se impone el disfrute y la celebración con alegría. Hay una faena cumplida y es justo reconocer a quienes contribuyeron a llevarla hacia adelante. Es el momento de rememorar los días ya lejanos en que la Asociación de Jóvenes Rebeldes fue el punto de partida de un creciente proceso de cohesión entre una generación que emergía, impaciente por hacer lo suyo. Llegada la edad madura se impone también la exigencia de meditar para responder a los desafíos de una actualidad  que reclama acción y presencia.

Por mi parte, prometo abandonar mis manías de maestra. Siguiendo la sugerencia de uno de ellos, no volveré a interpelar a los jóvenes con el apelativo de muchachos. Los respetaré como lo que son: adultos en formación.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2017-04-02/autocritica-personal-02-04-2017-21-04-41

Imagen: http://sdnorte.com/rd/juventud-no-tirar-la-toalla/

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La Directora General destaca la importancia de la educación como cimiento para la paz en Colombia

La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, participó el 2 y 3 de febrero en Bogotá en la 16ª Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz y subrayó la importancia de la educación para construir una paz sostenible y como instrumento de resolución de conflictos.

Por: UNESCO.

En su intervención en la mesa redonda titulada «Paz y educación, el círculo virtuoso», que tuvo lugar el 3 de febrero, Irina Bokova subrayó la importancia de la educación como un bien público y felicitó al gobierno de Colombia por ponerla como una prioridad de su agenda política. Asimismo, mencionó los puntos fuertes necesarios para alcanzar una educación de calidad, en particular la capacitación de docentes, el uso de nuevas tecnologías y la igualdad de género. “Hay que apoyar a las niñas con una formación científica y técnica, empezando por las niñas desfavorecidas, acompañándolas en todos los niveles de la educación”, afirmó la Directora General.

“Es importante que los jóvenes desarrollen una actitud crítica hacia la sociedad para generar una mentalidad de tolerancia y cultura basada en el diálogo y la inclusión social”, agregó.

Junto a Irina Bokova y a la Ministra de Educación de Colombia, Yaneth Giha Tovar, participaron en este panel los laureados del Premio Nobel de Paz Kailash Satyarthi (2014); Anthony Lake, representante de UNICEF (organismo premiado en 1965); Marcelo Kohen, Secretario General del Instituto del Derecho Internacional (galardonado en 1904); Ahmed Üzümcü, representante de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (entidad laureada en 2013); Ouided Bouchamaoui, una de las integrantes del Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez (premiado en 2015).

El Presidente Juan Manuel Santos, Premio Nobel de Paz 2016, inauguró la Cumbre el 2 de febrero rindiendo homenaje a las víctimas del conflicto y a las generaciones futuras. “Debemos trabajar desde la educación, desde la formación de nuestros niños y jóvenes, en la enseñanza de una cultura de tolerancia, de respeto al otro y a sus diferencias, de apreciación y defensa de la diversidad», declaró el jefe del Estado.

La Directora General, que participó en esta conferencia por invitación de la Secretaría Permanente de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz y la Cámara de Comercio de Bogotá, pronunció también uno de los discursos de fondo en la sesión plenaria del 2 de febrero, titulada, “La prevención de conflictos, manteniendo la paz». “Es preciso tener coraje, pero es preciso también tener una nueva visión, una visión de nueva convivencia, una nueva visión de esperanza en el futuro, una visión nueva de dignidad y de derechos para cada colombiano”, dijo la Directora General al referirse al conflicto colombiano.

La Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz reúne anualmente a laureados del Premio Nobel de Paz, líderes de alto perfil, organizaciones, estudiantes y docentes universitarios en diferentes ciudades en todo el mundo. Bogotá, elegida por su capacidad para evolucionar y responder al desafío de la paz, es la primera ciudad de América Latina que acoge esta cita.

Fuente: http://es.unesco.org/news/directora-general-destaca-importancia-educacion-como-cimiento-paz-colombia

Imagen: http://es.unesco.org/sites/default/files/styles/img_688x358/public/dg_colombia_debate_peace_688px.jpg?itok=bTKmQMa5

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