Las Comunidades Virtuales de Aprendizaje pueden contribuir a que los estudiantes se sientan menos aislados y más apoyados durante las semanas de cierre de los centros educativos, así como a descargar tanto a profesores como alumnos de tareas que pueden realizarse de forma compartida. Sara Onsurbe Belló, licenciada en Derecho, educadora social y cooperante colaboradora en la Fundación Kirira, analiza su utilidad en la formación a distancia.
Los docentes españoles nos enfrentamos estos días a un importante desafío: reestructurar forzosamente toda nuestra metodología de enseñanza para adaptarla al nuevo entorno digital. No obstante, estas circunstancias ofrecen también una oportunidad para poner en práctica nuevas formas de enseñar a nuestro alumnado. Una de ellas podría ser la creación de una Comunidad Virtual de Aprendizaje. ¿Por qué no aprovechar los recursos que tenemos al alcance de nuestra mano para construir un espacio de aprendizaje colaborativo?
Un espacio de cooperación
Las Comunidades de Aprendizaje se caracterizan por ser espacios en los que los participantes cooperan e interactúan activamente en la construcción conjunta de unos objetivos de aprendizaje previamente definidos. La efectividad de este tipo de interacciones en el desarrollo de un aprendizaje significativo está vinculada con el sentimiento de pertenencia y la posibilidad de participar y compartir conocimientos con otros aprendices, lo cual conlleva una mayor implicación por parte de los estudiantes, así como una mayor conexión con los resultados de su trabajo.
Además, dadas las circunstancias en las que nos encontramos, la creación de una Comunidad Virtual de Aprendizaje puede contribuir a que los estudiantes se sientan menos aislados y más apoyados, así como a descargar tanto a profesores como alumnos de tareas que pueden realizarse de forma compartida.
¿Cómo podemos crear una Comunidad Virtual de Aprendizaje?
Las Comunidades Virtuales de Aprendizaje se pueden crear a través herramientas como redes sociales, foros o cualquier plataforma que permita una colaboración entre los distintos miembros de la comunidad. Podemos utilizar recursos que permitan una comunicación tanto síncrona como asíncrona, o una combinación de ambas; y es importante que tanto el profesor como los estudiantes estén implicados en la creación de la comunidad.
El profesor debe actuar de facilitador, estableciendo pautas de comunicación y participación efectivas, promoviendo temas de discusión y resolviendo las dudas que puedan surgir. Asimismo, puede asignar tareas que requieran de la colaboración entre los participantes (tanto en el grupo general como en pequeños grupos para luego poner en común las conclusiones), establecer revisiones entre pares o procedimientos de tutorización entre compañeros, de modo que se ayuden unos a otros en la comprensión de los materiales trabajados.
El objetivo de la comunidad debe ser la construcción de un conocimiento colectivo del que todos puedan apropiarse, a través del intercambio de experiencias, ideas y opiniones. Debe primar la importancia del diálogo, de naturaleza bidireccional, y la participación y colaboración de todos en torno a un mismo fin. El resultado final debe ser fruto del consenso y de la integración de las aportaciones de todos los miembros de la comunidad, de modo que no pueda atribuirse individualmente a ninguno de los participantes.
En Twitter
Un ejemplo de Comunidad Virtual de Aprendizaje lo encontramos en el proyecto Cero en conducta, nacido en el curso 2016/17 en la red social Twitter con el hashtag #CineyEducación, con el objetivo de introducir el cine en el modelo educativo como recurso didáctico y medio de expresión, para que los alumnos aprendan no solo a ver películas como modo de entretenimiento, sino a observar críticamente la realidad.
En él participan docentes que comparten recursos audiovisuales, recomiendan películas educativas y aportan ideas para implementar en las aulas. El proyecto ha ido alcanzando cada vez mayor relevancia hasta llegar a la Academia de Cine Española.
Algunas consideraciones
Una de las ventajas que presenta el espacio virtual frente al presencial es que favorece la comunicación tanto síncrona como asíncrona, tanto oral como escrita o audiovisual y, por tanto, todos los participantes tienen la posibilidad de exponer sus ideas por distintos canales, además de disponer de más tiempo para procesar la información y organizar el contenido de sus mensajes. Otra ventaja es que el resultado del trabajo se encuentra disponible para su consulta en cualquier momento posterior.
Pero, sin duda, la clave del éxito de las Comunidades de Aprendizaje es el sentimiento de pertenencia, que cada individuo perciba su importancia dentro del grupo, que sus opiniones cuentan e influyen en las decisiones acordadas y que todos los participantes vean satisfechas sus necesidades de aprendizaje. Por tanto, será fundamental el papel del docente como mediador en el desarrollo de una comunidad conectada y cohesionada.
Referencias: Domínguez Rodríguez, F. J. (2017). Organización y funcionamiento de una comunidad de aprendizaje. Fundamentación científica. Educación y Ciencia, 6(48), 104-115. Lai, K.-W. (2015). Knowledge construction in online learning communities: a case study of a doctoral course. Studies in Higher Education, 40(4), 561-579. Murdock, J. L., & Williams, A. M. (2011). Creating an Online Learning Community: Is it possible? Innovative Higher Education, (36), 305-315. Yuan, J., & Kim, C. (2014). Guidelines for facilitating the development of learning communities in online courses. Journal of Computer Assisted Learning, (30), 220-232.
El número de niñ@s, jóvenes y adult@s sin escuelas o universidades debido al COVID-19 ha crecido en dos semanas desde el 20% al 87%,según cifras de UNESCO, entidad de la ONU para la educación y la cultural. A nivel global, la crisis educativa afectaba al terminar esta semana y el mes de marzo a unos 1.500 millones de estudiantes y 60,2 millones de profesores, preocupados en su gran mayoría por su escasa adaptación a la docencia a distancia, sea online o televisiva, mayor en el área del español.
El problema de la falta de recursos educativos no presenciales había sido señalado anticipadamente por la UNESCO en su publicación de 2018 Lifeline to Learning (ver aquí texto íntegro), quedetalla numerosas estrategias para usar teléfonos móviles para garantizar la continuidad del aprendizaje durante las interrupciones educativas. Si bien el informe analizaba específicamente a los refugiados, contiene lecciones y recomendaciones que son relevantes en el clima actual de cierres masivos de escuelas causados por COVID-19, acrecentados con la extensión de los cierres de aulas para evitar los contagios.
“La emergencia que atraviesa el mundo debido a la pandemia del coronavirus COVID-19, nos hace apreciar el trabajo de los y las profesoras porque nos obliga a enfrentarnos con un vacío muy grande. Ahora que nos ha pasado lo impensable a nivel global, tenemos otra perspectiva de lo que es impensable y debemos prepararnos para muchos escenarios totalmente nuevos que exigen respuestas que no hemos armado hasta ahora”, dijo Delaney en una entrevista con Noticias ONU desde Santiago, Chile. En su opinión, la coyuntura actual abrirá un espacio importante para reexaminar lo que se busca de los sistemas de educación formal. “Creo que las lecciones que estamos aprendiendo acerca de la solidaridad de la ciudadanía global nos va a servir para fortalecer la educación formal”, apuntó.
Enseñanza y alimentación
El 18 de Marzo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ya alertaba sobre el impacto que podría tener el COVID-19 en la alimentación escolar de los países latinoamericanos. El organismo especializado de la ONU pidió a los gobiernos prestar inmediata asistencia a los menores desfavorecidos, pues muchos de ellos recibibían la alimentación total o parcial en los centros donde acudían a las clases.
El cierre de las escuelas tendrá impactos a corto, mediano y largo plazo. El más inmediato y evidente es la interrupción del aprendizaje, pero también es inmediata la interrupción de la alimentación que muchos niños y adolescentes reciben en las escuelas y que a menudo constituye su principal fuente de nutrición. Hasta el 20 de marzo, el Programa Mundial de Alimentos calculaba que 300 millones de alumnos de primaria habían dejado de recibir sus alimentos al haberse suspendido sus clases.
En América Latina y el Caribe, los programas de alimentación escolar son de larga data en todos los países, desde los más pobres hasta los más avanzados. “Yo diría que la mayoría de los niños que están en primaria y secundaria recibe algún tipo de colación o comida en el contexto escolar. Por ejemplo en Chile, un país que tiene, quizás, más riqueza que algunos otros en la región, más del 75% de los alumnos recibe alimentación escolar. Y en muchos otros países es el 100%”, destacó Delaney.
Para sustituir esa carencia, los países han empezado a organizar sistemas que les permitan continuar distribuyendo comida a los estudiantes. Delaney citó el caso de Chile, donde están preparando canastas. “Como sabemos, hay que reducir el contacto entre personas, así que están preparando canastas para la familia entera, que se entregarían cada semana o cada diez días, dependiendo del tamaño de la familia y sus necesidades.”
Impacto psicológico
Pero las bondades de ir a la escuela no se reducen a aprender y comer. “Además de la enseñanza formal y la alimentación, el ámbito escolar es un lugar seguro, protector, que contiene a los niños, sobre todo en los contextos difíciles y peligrosos”, señaló la experta. Cuando los niños están limitados al espacio de su vivienda, sea ésta grande o pequeña, y se ven impedidos de convivir con sus amigos y asistir a la escuela, se aburren y tornan inquietos, muchas veces, empujando a los padres a situaciones de estrés que pueden devenir en violencia doméstica. “La falta del colegio en sus vidas diarias tiene un impacto enorme a nivel individual y de familia.”
Para la asesora regional de la UNESCO, la actual crisis “nos va a dar la oportunidad de apreciar el trabajo de los y las profesoras y ojalá que nos demos cuenta de la importancia y el tremendo trabajo que se hace en las seis u ocho horas diarias que los estudiantes pasan en la escuela”.
Delaney indicó que toda la población está recibiendo un impacto psicológico. “La incertidumbre, la ansiedad, el miedo, la avalancha de noticias e información que nos está llegando tienen un efecto en todos nosotros y los niños no son inmunes a la ansiedad que expresamos todos los adultos.”
Por si fuera poco, en el caso de los maestros hay también un aspecto económico muy preocupante: “la mayoría de los profesores en América Latina y el Caribe son mujeres, los ministerios de educación son, en muchos países, los empleadores más grandes, muchas veces el trabajo es precario, así que la idea de que los sistemas educativos van a estar cerrados por mucho tiempo, implica una inseguridad económica que sólo agrega a este trauma”.
El internet, una solución que excluye a los más pobres
Con el objetivo de mitigar el efecto de la interrupción de clases, muchos países se han dado a la búsqueda de soluciones de enseñanza a distancia, la mayoría de las cuales implica que el estudiante tenga en casa no sólo una computadora, sino acceso al internet. Sin embargo, esa solución no es realista porque excluye a los estudiantes más pobres.
“Ciertamente, la solución virtual podría ser parte de la respuesta, pero no podemos contar con acceso a esta respuesta mucho más allá de algunos grupos menos vulnerables o con más acceso. Y como cualquier tema de desigualdad en América Latina y el Caribe, los efectos de esta crisis van a golpear más fuerte a los grupos más vulnerables”, acotó Delaney. Recordó que el acceso al internet está muy concentrado en las ciudades capitales y que si hay acceso, no hay la costumbre de usarlo como un mecanismo educativo. “Hacer clases en línea u organizar la modalidad virtual requiere un conjunto de capacidades y recursos pedagógicos que en la región no tienen el nivel necesario para pensar que una solución en línea va a resolver gran parte del problema.” En México, por mencionar un caso, sólo el 60% de los estudiantes tiene internet.
En este sentido, la funcionaria de la UNESCO reconoció que si bien hay plataformas, se debe recurrir a la televisión y la radio: “La televisión nacional pública y la radio se han mantenido en muchos países como una opción para alcanzar a grupos grandes. En cuanto a materiales impresos, por el momento tenemos la misma limitación que con la comida: la distribución física.”
«Debemos acelerar los medios de intercambiar experiencia y ayudar a los más vulnerables, ya tengan o no acceso a Internet», señaló Angelina Jolie, Enviada Especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, que colaboró con la UNESCO para el establecimiento de la Coalición.
La pandemia del coronavirus COVID-19 ha probado que ningún país tiene un sistema educativo preparado para este tipo de emergencias. “Esta figura de cierres totales de sistemas escolares, realmente es inédita. No conozco ningún país que haya tenido que responder a una crisis de estas dimensiones, especialmente en conjunto con un cierre social tan amplio.”
En los países América Latina y el Caribe, ha habido muchos casos de cierres de escuelas por desastres naturales, no necesariamente a nivel nacional, y se ha acumulado experiencia con respecto a la recuperación de éstos que seguramente servirá cuando se haya superado la crisis y los centros escolares regresen a la normalidad, pero en esta ocasión, habrá que echar mano de todos los recursos educativos y de apoyo psicológico, lo mismo para los alumnos que para los docentes.
Delaney advierte que la situación empeorará
La asesora regional en Educación para la Salud y el Bienestar de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe anticipa que la situación actual empeorará en las próximas semanas y, mientras pasa el periodo más difícil, recomienda estar atentos a los mensajes de salud e higiene, buena alimentación, actividad física y disciplina que den estructura, seguridad y protección a las familias y a los niños.
Asimismo, aconseja mantener una rutina y fomentar la lectura entre los estudiantes, al igual que entre los adultos. “Hay que empezar con lo más básico: lectura, escritura, pequeños ejercicios matemáticos para los más chicos. Y para los que tienen acceso al internet, hay muchos programas que se pueden bajar para guiar un poco este ejercicio. Muchos de los ministerios también han puesto materiales, no solamente son programas interactivos, sino manuales y documentos que se pueden usar en la casa.”
La UNESCO trabaja
En el mismo sentido, la UNESCO realizó esta semana una reunión en línea de un grupo ad hoc de ministros de Educación que compartieron información sobre las medidas de ampliación desplegadas en sus países para apoyar a los maestros, padres y estudiantes a hacer frente al aprendizaje en el hogar. También señalaron los nuevos desafíos que requieren una cooperación mundial.
El grupo especial cuenta con 11 países de todas las regiones: Costa Rica, Croacia, Egipto, Francia, Irán, Italia, Japón, México, Nigeria, Perú y Senegal.
Al inaugurar la reunión, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, hizo énfasis en que “la responsabilidad de actuar es colectiva”, y anunció el próximo establecimiento de una Coalición Mundial para la Educación Covid-19 a fin de seguir movilizando los conocimientos especializados de múltiples asociados y reforzar el apoyo a las respuestas nacionales en materia de educación.
Si bien en los primeros días del cierre de las escuelas la atención se centró en el despliegue de soluciones de enseñanza a distancia, ahora la atención se ha desplazado hacia el apoyo a los maestros y las familias.
“Más que nunca, es necesario acompañar a los alumnos tanto en el plano académico como en el emocional”, dijo Stefania Giannini, subdirectora general de Educación de la UNESCO. “Este es un llamado de alerta para que los sistemas educativos pongan un esfuerzo dedicado a las habilidades socioemocionales – empatía y solidaridad”, puntualizó.
La UNESCO trabaja arduamente para apoyar tanto a Gobiernos como a estudiantes y docentes a sortear este escollo con el menor impacto posible. Entre otros esfuerzos, junto con sus instituciones asociadas, ha puesto a disposición de la comunidad mundial instrumentos culturales digitales con acceso libre: La Biblioteca Digital Mundial con libros, películas, documentales y muchos más contenidos disponibles en siete lenguas. También elPortal de la Cultura de América Latina y el Caribe, la plataforma Culture Speaks, y las herramientas delCulture Sector Knowledge Management Tools para conocer las acciones de la UNESCO en la protección del Patrimonio en todas sus formas.
Fuente e Imagen: https://www.ibercampus.es/en-dos-semanas-los-estudiantes-sin-clase-pasan-de-20-a-39433.htm
Marzo del año 2020 mostró en la calle a las mujeres fisurar la polarización impuesta. Este 8M dejó estampadas nuestras demandas y exigencias y nos dejó la tarea pendiente de construir un 8M2021 con más fuerza, pero también con más lucha y rescate de los espacios democráticos de debate, discusión y acción. Pero en clave de balance cabe preguntarse si esta acción fue juntas y hermanadas o, por el contrario, fue el producto de desencuentros y cortocircuitos de un espacio en el que no se puede obviar la pluralidad y la diversidad.
El 8M en Venezuela comienza a tener un nuevo significado
En los últimos años hemos visto desde lejos las grandes movilizaciones y paros de mujeres que se han realizado en otros países y que han agitado los cimientos del sistema patriarcal. Aunque en Venezuela aún prevalece con mucha fuerza la desconfiguración de la fecha con aires de celebración, el esfuerzo de algunas organizaciones e individualidades feministas le pusieron voz a las demandas de las mujeres. Si el año pasado el incipiente intento terminó invisibilizado por el mega- apagón, acontecimiento nacional que le impuso a la población aun más miseria y precariedad, este año logramos hilar más fino e introducir de manera subyacente el debate sobre hacer un 8M en diversidad o dejarle la fecha al secuestro del gobierno y de su partido PSUV.
Del año 2019 al 2020 el salto fue cualitativo, y a pesar de los desencuentros y roces que se vivieron en la preparatoria y durante el mismo acto, todo parece indicar que podemos imprimirle más fuerza al movimiento más heterogéneo que se ha dado en los últimos tiempos por estos lados, aunque aún pequeño e incipiente. Desde Marea Socialista en el impulso de Juntas y a la Izquierda estamos determinadas a forjar las alianzas que surgieron y que a la postre son imprescindibles para luchar contra un sistema que nos oprime y nos impone una vida miserable en el silencio del no encuentro, de la no exigencia y de la no lucha que impera en Venezuela a causa del ahorcamiento sistemático de las libertades democráticas.
El aprendizaje de los espacios preparatorios
Aunque desde nuestra mirada las asambleas realizadas, aun no cualifican para denominarse de tal forma, los encuentros realizados en distintas sedes de las organizaciones participantes marcaron las coincidencias, y también las tensiones que transversalizaron la concentración del 8M2020.
La primera gran coincidencia es el repudio, el rechazo contra los femicidios, dar a conocer las cifras alarmantes que se han conocido por investigaciones independientes, asimismo en contra de la violencia machista que afecta a miles de mujeres y que en la gran mayoría de los casos se encuentran en la más absoluta impunidad. Además exigir la publicación de cifras oficiales ya que su invisibilización expresa que no existe voluntad para diseñar políticas públicas para terminar con este flagelo.
Esta concomitancia nos permitió expresarnos y pudimos comenzar a tejer un relacionamiento que nos hace reconocernos dentro del marco de la lucha por la defensa de los derechos de las mujeres. Este intercambio nos dio la oportunidad de intercambiar y comenzar a construir lo que bien pudiese ser la génesis de la ampliación de la participación de acciones tendientes a visibilizar el tema de los femicidios y de pedagogizar sobre todas las formas y expresiones de la violencia machista. Es un avance que va dejando atrás la resistencia que ha prevalecido a unir distintas voces ante este flagelo que da cuenta del asesinato de una mujer cada 23 horas. Si algo quedó claro es que el movimiento de mujeres en Venezuela es diverso y complejo, pero lo que sí sabemos es que juntas lo haremos mejor.
La tensión que surgió desde el inicio es la que tiene que ver con la responsabilidad del Estado en la violación de los derechos de las mujeres y sus consecuencias. En el centro del debate algunas organizaciones se oponían a que se levantaran banderas distintas a estas coincidencias gruesas. Para ellas fue un punto de honor emplazar al Estado pero no hacerlo responsable por ello. Emplazan al sistema de justicia para que cesen los retardos procesales y las corruptelas que han ocasionado impunidad en la mayoría de los casos, pero no consideran al gobierno de Maduro corresponsable de esta situación y de los otros temas que mantienen a la mujer venezolana en la más absoluta vulnerabilidad.
Las diferencias comenzaron a expresarse en cada exigencia que se sumaba a las anteriores. La denuncia de la profundización de la feminización de la pobreza. La exigencia por un salario que cubra la Canasta Básica, sobre todo en un país en el que el sueldo de un mes no alcanza ni para comprar cinco panes, no tenía cabida este 8M según ellas. Para nosotras es central ya que la mujer venezolana es sometida a la múltiple explotación al tener que buscar alternativas para sobrevivir. Lo decimos con determinación: Nuestra forma de ver la lucha feminista va en la dirección contraria al feminismo alienante que nos piensa por fuera de la clase trabajadora, como si nosotras mismas no lo fuéramos.
Otro de los desencuentros surgió con la exigencia clara de la distribución gratuita para todas de anticonceptivos, ya que en Venezuela el acceso a los mismos está mercantilizado y, por ende, con los salarios paupérrimos que tenemos es imposible obtenerlos, además de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Consideramos que junto a una educación sexual integral sería la forma de acabar con la terrible condena a la maternidad obligatoria a la que estamos sometidas. También la exigencia de la atención materno-infantil de calidad en el sistema público de salud. Todas estas demandas se enmarcan en la denuncia de la violencia de Estado hacia la mujer venezolana.
Para Marea Socialista en el impulso de Juntas y a la Izquierda era necesario que este 8M transcendiera la visión de la izquierda campista que defiende a ultranza al gobierno de Maduro. Así participamos y promovimos un debate en el que fueron estos los principales conflictos: el que desde la izquierda coloca el centro en una lógica campista y la izquierda que presionaba para intentar construir en la dimensión de la autonomía y la independencia tanto del gobierno como de la derecha tradicional.
Por nuestra posición y la determinación que estuvieran presentes en el 8M tuvimos que confrontar con mucha fuerza las irrespetuosas e inaceptables acusaciones de ser de “derecha”, machistas y patriarcales. Para nosotras claramente es inaceptable que se continuara con la invisibilización de las exigencias de las mujeres en medio de la más brutal crisis perpetrada por el gobierno de Maduro con su política antiobrera y que golpea con más fuerza a las mujeres y por las sanciones impuestas por la política intervencionista de Guaidó y toda la derecha que se escuda detrás del gobierno de Trump con sus títeres del Grupo de Lima (que por cierto hoy enfrentan grandes movilizaciones en su contra en sus propios países).
Necesario es organizarnos
Llegamos a la concentración del 8M, a pesar de haber decidido ir separadas. Desde Juntas y a la Izquierda entendemos que el debate, amén del mal método de algunes, parió una forma de abrir una fisura en la polarización impuesta. Además le arrebató el día internacional de las mujeres del secuestro del PSUV. Mucho nos toca por hacer al respecto y se presenta como mandato histórico porque existe claridad meridiana que nuestra fuerza son las alianzas que hemos tejido y se seguirán tejiendo.
Para ello, Juntas y a la Izquierda seguiremos empeñadas en construir un sujeto feminista que pueda levantar las voces de las trabajadoras precarizadas y empobrecidas, además que se ve en el conjunto de la clase trabajadora. Saber que el 8M es en esencia un espacio de reunión de heterogeneidades y diferencias que debe servirnos de aprendizaje.
Es por ello, que valorar en su justa medida el hecho de que las más jóvenes del espacio del feminismo relacionado con la institucionalidad hayan jugado un papel importante en el hecho de no separar las acciones, es un paso que se pudo dar y que tiene suprema importancia. Que la determinación de quienes decidimos no bajar nuestras banderas de lucha en el día internacional de la mujer fue el motor para que este 8M gritáramos al país y al Mundo que estamos decididas a existir, que no nos callaremos.
Nuestro desafío
El desafío es organizarnos y expresar nuestras exigencias en las calles y en todos los espacios públicos posibles. Que la lucha contra el patriarcado y el Capital se construye día a día. Que el mismo ímpetu que se usa para exigir justicia para todas las mujeres víctimas de femicidios y violencia machista, es el mismo que tenemos para confrontar al gobierno con la política que nos ha llevado a la mujer venezolana a ser de las más pobres a nivel mundial, que es el mismo con el que enfrentamos la mercantilización absoluta de los anticonceptivos y la falta de voluntad para que tengamos derecho a decidir si queremos ser madres o no, con la que enfrentamos el no acceso a una atención materno infantil de calidad. Esa es la forma de romper la polarización, lo otro, lo que se nos había propuesto era una actividad que pretendía invisibilizar a las mujeres que padecen estas situaciones privilegiando el hecho de defender a un gobierno machista, patriarcal pero sobre todas las cosas neoliberal y extractivista.
Nos queda mucho por hacer, nos queda mucho por construir y desde ahora consideramos que estamos en las preparatorias del próximo 25N y 8M. Desde Juntas y a la Izquierda nos organizamos desde la perspectiva feminista, ecosocialista, de la clase trabajadora, antimperialista e internacionalista, con todo lo que ello implica.
Es por ello que te invitamos a unirte que nos conozcamos, que nos juntemos y te sumes con tus aportes, tus opiniones a la construcción de Juntas y a la Izquierda en Marea Socialista.
Whatsapp: 04129636155
Fuente e Imagen: https://mareasocialista.org/2020/03/14/balance-8m2020/
El mundo digital es una realidad para todos los sectores y la educación no podría ser menos.
Robótica educativa, impresoras 3D, pizarras interactivas o tablets son el presente. El mundo digital es una realidad para todos los sectores y la educación no podría ser menos. Las escuelas españolas están viviendo su propia revolución tecnológica para adaptarse a la sociedad digital, con muchas preguntas sobre cómo articular esta transformación en el aula y una sola certeza: que el niño siempre ha de estar en el centro del discurso y del plan de actuación del sistema educativo.
En este nuevo escenario, muchos profesores se preguntan cómo desempeñar su nuevo papel. Para Esteban Lorenzo, director del Área de Productos Educativos del Grupo Edebé, deben comenzar por plantearse varias cuestiones: «Los profesores han de tener en cuenta a los verdaderos protagonistas, los menores que van a educar, y cómo quieren que sean los próximos ciudadanos de la era digital. Estamos de acuerdo en que hay que dominar la tecnología, pero son estudiantes que también deben trabajar mucho la parte ética y de valores para resolver problemas en el futuro». Porque «la tecnología servirá para resolver problemas pero nunca va a sustituir a la condición humana», corrobora Arturo Cavanna, director de Desarrollo Tecnológico y Transformación Digital del grupo Edelvives.
Profesores formados
De hecho, las escuelas y los docentes tienen un reto importante en relación con las nuevas tecnologías más allá de su uso didáctico: «El de enseñar y alfabetizar para su utilización y para que, debido a su poder de influencia, no signifiquen un problema para el desarrollo y el día a día de los niños. Actualmente no hay nada que les llame más la atención que lo que les ofrecen las pantallas, y eso requiere de una gran capacidad crítica», advierte Guillermo Bautista Pérez, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación y director del máster universitario de Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas de la Universidad Oberta De Catalunya (UOC).
Familias comprometidas
También en este nuevo ámbito tecnológico la educación ha de pivotar sobre docentes, alumnos y familias que tienen que ir de la mano. «La educación no se puede dividir en momentos o en niveles. Se educa en todos los sitios y constantemente, y la escuela y la familia deben apoyarse y aprovecharse la una de la otra. Deben compartir la misma visión», insiste el profesor de la UOC. «Es importante que familia y colegio trabajen consensuadamente y en la misma línea», añade Arturo Cavanna. «Tenemos que contar con las familias, y estas tendrán que consensuar con sus hijos que el móvil no es solo para jugar al Fortnite». Lo que está claro, indica Pablo Lara, presidente de Edutech, «es que el debate sobre ‘tecnología sí o no’ hace años que quedó superado. El reto es cómo utilizarla para que sea beneficiosa para la sociedad y, en concreto, en la educación de los más jóvenes. Ese debería ser el camino a seguir de la comunidad educativa, de la administración pública y, en general, del país».
En Montevideo y parte de Maldonado el paro es de 24 horas, filiales del resto del país tomará diferentes medidas.
Los docentes nucleados en la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) decidieron tomar medidas el jueves 12 en rechazo al anteproyecto de ley de urgente consideración propuesta por el gobierno. En Montevideo y en Maldonado capital el paro en los liceos será durante todo el día, en el resto de las filiales se tomarán distintas medidas: algunos convocan a jornadas de información en la comunidad educativa, se repartirán volantes con información y en algunos casos se proponen paros parciales para hacer asambleas docentes. Según destaca Fenapes en un comunicado, la movilización responde a que “la sociedad merece un amplio debate sobre políticas educativas, una discusión que integre a docentes, estudiantes, padres y a la ciudadanía en general”.
En Montevideo los profesores ocuparán el liceo IAVA y harán distintas actividades públicas “denunciando cómo este proyecto de ley va a afectar de forma negativa la organización de la enseñanza y, en definitiva, a los aprendizaje de los estudiantes”, dijo a la diaria Javier Iglesias, dirigente de la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria (ADES) de Montevideo. El profesor aclaró que durante la jornada también habrá una asamblea general de la filial para evaluar las acciones tomadas hasta el momento y analizar diferentes medidas a futuro.
Según Iglesias, “hay una enorme preocupación de los gremios de la enseñanza ante una reforma educativa estructural que no ha pasado por ninguna instancia de diálogo y negociación. Hay un gobierno que se niega a negociar una reestructura muy profunda; hasta ahora el único nivel de negociación que maneja el gobierno es con sus aliados políticos de la coalición, no hay otra instancia de discusión sobre el contenido de la ley”.
A diferencia del gremio de las maestras, los docentes de secundaria no solicitaron reuniones con las futuras autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública. Según Iglesias, “la responsabilidad de convocar a los trabajadores es del gobierno, porque es el que puede tomar decisiones. Si las autoridades tienen voluntad de diálogo, deberían convocar a los trabajadores. Nosotros como ADES Montevideo entendemos que en la medida en que este proyecto se siga imponiendo y no haya ninguna instancia de discusión, se va a generar conflicto; esto puede ser la primera parte de un conflicto que seguramente va a ser mucho más profundo y prolongado”.
Los videojuegos han dejado de ser un mero instrumento de ocio para convertirse en una herramienta cultural sin límites. Francesco Cavallari dejó la industria convencional para crear Videojuegos Sin Fronteras, una asociación que los pone al servicio de la educación y el bienestar psicosocial de las personas.
Si la historia de Francesco te ha hecho pensar y tú también quieres ayudar a esta causa para cambiar el mundo
Senua es una guerrera vikinga que tiene que viajar al infierno para rescatar el alma de su amado Dillion. Senua viste como una heroína celta y se enfrenta a todo tipo de divinidades de la mitología nórdica hasta llegar a alcanzar con éxito el inframundo. Pero hay algo en ella que la distingue de un personaje de aventuras convencional: Senua padece psicosis, una enfermedad mental que produce alucinaciones y delirios que la hacen confundir sus pensamientos con la realidad de su alegórica aventura. Ella cree que es una maldición, pero mientras manejas su personaje por los distintos universos de este videojuego la ayudas a destruir tanto los demonios que la acechan como los suyos propios.
Hace unos meses una madre estadounidense confesó en sus redes cómo su hijo había esquivado el suicidio al identificarse con la mujer protagonista de Hellblade: Senua’s Sacrifice, el exitoso título de Ninja Theory. El joven padecía psicosis y había planeado suicidarse, pero cuando terminó el juego y comprobó cómo él mismo podía salvar a personas con su mismo problema, sintió que había esperanza y decidió buscar ayuda. No fue una casualidad: el juego contó en su desarrollo con un equipo de profesionales de la psiquiatría que plasmaron con el mayor rigor posible las características psicopatológicas del personaje.
A menudo, los videojuegos son estigmatizados como campo de entrenamiento de una generación alienada por las pantallas, como una actividad que puede alterar conductas de aquellos que confunden ficción con realidad, pero los últimos estudios científicos no avalan esa teoría. El caso de Senua o el de Francesco Cavallari (Milán, 1974) y sus Videojuegos Sin Fronteras cuentan otra historia. Una historia de compromiso social y de responsabilidad, de respeto y cuidado de las producciones. Los videojuegos pueden ser instrumentos educativos, herramientas de diagnóstico, de terapia y mejora cognitiva o pueden valer para trabajar la integración de personas con dificultades o en riesgo de exclusión social.
Generación Atari
Francesco tiene más de 15 años de experiencia en el mundo del desarrollo de videojuegos. Conoce a la perfección todos los sectores y escalones de una industria que genera 1.530 millones de euros al año en España, casi el triple de lo que mueve la del cine. Hay 2.000 millones de jugadores de videojuegos en todo el mundo, y la cifra sigue creciendo en un sector capaz de llenar estadios de fútbol o de congregar online a 75 millones de personas en las finales mundiales de un solo videojuego. Este informático de origen italiano y afincado en Málaga siempre ha tenido muy claro el poder social de esta herramienta: “La radio tiene esa imagen de hace 50 o 60 años, donde la gente se ponía alrededor a escuchar lo que pasaba. Luego vino la televisión… y con el videojuego es más de lo mismo: es un medio donde tú puedes jugar solo, pero también nos juntamos para jugar juntos. Hay muchas maneras de interactuar, así que realmente es una experiencia social en la mayoría de los casos”.
Francesco pertenece a la generación Atari, aquellos niños que nacieron con el Pong, crecieron con el Spectrum y alcanzaron el éxtasis gamer con el poder gráfico del Commodore Amiga, un ordenador donde podías estar jugando con los simpáticos lemmings mientras al otro lado del mundo estaba Andy Warhol reinventando con el mismo aparato sus obras de pop art. Esa generación no perdió la calle, sino que ganó una nueva frontera de experimentación creativa, un plano de juego individual y social que empezaba a alimentar nuevas vocaciones: “Desde que tuve una consola siempre he disfrutado casi más de hacer el juego, de crear, intentado experimentar con eso, que en jugar”, cuenta Francesco.
Si entiendes el juego como una manera de experimentar el mundo, lo que te acaba atrapando es el diseño, los límites y las emociones que provoca el propio juego. Francesco empezó creando juguetes manuales para su hermano con rollos de papel higiénico y acabó como director de producción en Barcelona, dirigiendo grandes títulos internacionales para Ubisoft, una de las grandes multinacionales del sector. “Recuerdo con mucho cariño mi primer juego: un cartucho para la Game Boy. Una vez, volviendo en tren a casa, escuché la música, me giré y había un niño jugando con él en su Game Boy. Es algo que nunca se olvida”.
Quizás fue en el recuerdo de esas emociones infantiles donde Francesco encontró el recambio a los estímulos creativos que había agotado en la industria convencional. “Después de 15 años necesitaba dejar de trabajar en una oficina y poder ser libre para hacer algo diferente”. Una libertad con la que buscaba tener mayor control sobre el potencial social de la herramienta. Por eso abandonó un trabajo y una posición social acomodada para intentar aportar sus conocimientos al tercer sector: “La idea nació como una broma. Mi pareja se iba a África con Payasos Sin Fronteras y yo dije: ‘Si tú te vas con Payasos Sin Fronteras yo me voy con Videojuegos Sin Fronteras’. Salió como un chiste, pero escuchar tu voz te hace reflexionar: ¿podría ser esta la idea?”.
Refugiados en los videojuegos
Y lo fue. En 2015 Francesco viajó a Burkina Faso para desarrollar su primer proyecto: One World a Million Stories, una serie de cuentos interactivos tradicionales africanos cuyos beneficios iban destinados a financiar proyectos de ONG locales. El proyecto se quedó a medias, pero en esos viajes confirmó que “jugando, los niños comparten, disfrutan y sonríen de la misma manera en Burkina Faso que en España. Te das cuenta de que, al final, el videojuego es un lenguaje universal”.
El gran proyecto de su vida estaba aún por llegar; una oportunidad para enseñar a leer en árabe y para mejorar el bienestar psicosocial de los dos millones de niños sirios refugiados que han dejado de ir al colegio a causa del conflicto. “Familias de todas las clases sociales que han abandonado su hogar obligadas por la guerra, no por la pobreza, por eso todas tienen algún teléfono móvil, su puerta de conexión al mundo”, recuerda. El juego para móvil y tabletas se llama Antura and the Letters, fue desarrollado conjuntamente con un estudio libanés y, no solo ganó la convocatoria del concurso internacional que organizó la Agencia de Cooperación Noruega en 2017, sino que ha recibido innumerables premios desde su lanzamiento: suma 250.000 descargas. Hay una versión en italiano y otra en español, y el equipo está preparando la adaptación para convertir el juego en una herramienta de alfabetización en Afganistán y en Uruguay.
Videojuegos Sin Fronteras lo forma una comunidad de 250 personas distribuidas por 30 países: desarrolladores, traductores y voluntarios que contribuyen de forma altruista en las fases iniciales del proyecto, allí donde las ideas requieren de esa sensibilidad especial que motivó el cambio de rumbo en Francesco: “Cuando encontramos la financiación montamos un equipo profesional como hace cualquier desarrollador”, aclara.
Si una parte de aquella generación pionera que pasaba horas y horas jugando al Tetris o al Pac-Man, que fue acusada de abandonar la calle por unos videojuegos, ha sido capaz de construir una carrera llena de éxitos y crear proyectos como Videojuegos Sin Fronteras, imaginad los proyectos y desafíos que serán capaces de concebir los jóvenes de la generación que más juega de la historia.
Escucha la historia de Francesco
Contenido adaptado del vídeo de Francesco
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Más de dos millones de niños sirios refugiados no pueden ir al colegio. Francisco Cavallari es el fundador de Videojuegos Sin Fronteras, una ONG que diseña videojuegos para mejorar la alfabetización y el bienestar psicosocial de estos niños.
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Soy italiano. Nací en una familia grande. Soy el último de cinco hermanos y para mí el juego siempre ha sido mi manera de aprender, de experimentar, de conocer el mundo.
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Mi primera consola fue una Atari. Y me acuerdo de echar muchas horas jugando y también de echar muchas horas aprendiendo cómo funcionaba.
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Cuando tuve que dar el salto a la universidad decidí atreverme a hacer lo que me gustaba, que era hacer videojuegos.
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Tuve la suerte de que Ubisoft, una de las grandes productoras mundiales de videojuegos, acababa de abrir un estudio en Milán.
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Y es un trabajo especialmente bonito y complejo porque mezcla habilidades y talentos muy diferentes, que tienen que trabajar juntos para conseguir un objetivo común.
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En Ubisoft pasé 15 años y cuando dejé Ubisoft no tenía claro lo que iba a hacer, y ahí empezó esa aventura que todavía vivo cada día.
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Videojuegos Sin Fronteras es maximizar la contribución de la industria de los videojuegos a causas humanitarias, sociales y medioambientales.
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Y al mismo tiempo es una comunidad internacional de personas que cree en los videojuegos para cambiar el mundo.
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Nuestro juego, Antura and the Letters, tiene como objetivo ayudar a leer a los más de dos millones de niños sirios que no pueden ir al cole y, al mismo tiempo, mejorar su bienestar psicosocial.
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Porque, realmente, el gran reto que tienen es, por los traumas que han vivido, es que su capacidad de aprender ha sido afectada.
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El juego ofrece la posibilidad de vivir una aventura, en compañía de un perro un poco travieso y muy simpático…
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… en la cual va cruzando diferentes mundos y tú, jugando con esos personajes, de muchas maneras, aprendes todo el abecedario básico, las formas avanzadas (el árabe es un idioma bastante completo)… Claramente el juego es enteramente en árabe… y toda la parte de decodificar y aprender a leer palabras.
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Es muy fácil de descargar, menos de 100 megas, completamente gratuito y sin necesidad de conexión a Internet.
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La gran mayoría de los refugiados no eran pobres, eran clase media. Y cuando han tenido que marcharse porque les caían bombas en su ciudad, no podían llevarse la nevera, no podían llevarse la televisión…
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Se llevaron el móvil, su puente de conexión con el resto del mundo es el móvil. Y eso es nuestra puerta de entrada para poder ofrecer una educación a sus hijos.
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El próximo paso será adaptar Antura and the Letters para Afganistán, y lo vamos a lanzar en 2020.
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Yo tengo mucha ilusión y quiero realmente poder ayudar a muchos niños a aprender a leer y también a algunos de los padres.
Este contenido ha sido elaborado por Yoigo.
Fuente e Imagen: https://elpais.com/sociedad/2020/02/06/pienso_luego_actuo/1581000190_481500.html?autoplay=1
Las habilidades vigentes deben cambiar de acuerdo a las necesidades de los tiempos.
La escuela es el primer lugar fuera del hogar donde los alumnos comienzan a obtener conocimientos y desarrollar habilidades, ambos entornos responden a una necesidad marcada por los tiempos. Por ejemplo, hace unos 150 años era indispensable saber montar a caballo para llegar más rápido a un destino, ahora solo se necesita aprender a manejar un automóvil o incluso, solo se requiere tener una aplicación móvil para pedir un taxi; a principios del siglo pasado era crucial saber código morse para hacer llegar un mensaje breve a una distancia larga en una forma económica y expedita, hoy solo se necesita saber usar un dispositivo móvil o computadora para poder enviar mensajes a cualquier parte del mundo y de forma inmediata.
El avance de la tecnología y las necesidades sociales de determinado momento histórico son los valores que definen las habilidades que están vigentes, y las que tienen prioridad en los espacios educativos. Bajo este contexto, podemos decir que hay habilidades que estamos perdiendo, y otras que estamos ganando. Hay seis de ellas que muestran el impacto de un progreso hacia una era de inteligencia digital, comunicativa y consciente.
El ocaso de la letra escrita
¿Cuándo fue la última vez que escribieron a mano una cuartilla completa? La caligrafía, disciplina que perfecciona la escritura a mano, ha estado desapareciendo silenciosamente de las escuelas. En Finlandia, las lecciones de caligrafía están siendo desplazadas en favor de clases de mecanografía; en Estados Unidos la escritura cursiva ya no es obligatoria; en las Filipinas, solo el 20 % de los alumnos de séptimo grado provenientes de escuelas públicas escriben cursiva.
Debido al uso masivo de computadoras y dispositivos móviles, la actividad de escribir a mano ha caído en desuso. Las escuelas que siguen enseñando la disciplina lo hacen porque a pesar de ser una habilidad obsoleta, existen beneficios de aprender a escribir a mano y hacerlo frecuentemente, como desarrollar habilidades motoras, potencializar la creatividad, la retención de memoria, el pensamiento crítico, la gramática y la ortografía.
Pasó el tiempo de leer la hora
Hace 15 o 20 años era indispensable saber descifrar la hora en un reloj de manecillas, pero la llegada de los celulares y dispositivos móviles puso fin a esa necesidad, hoy en día son tan pocos los estudiantes que pueden leer la hora en un reloj análogo, que las escuelas están considerando retirarlos y sustituirlos completamente por digitales.
Este aprendizaje es valioso para muchos maestros, dado que abarca habilidades ligadas al pensamiento lógico y matemático. Aprender a leer la hora es auxiliar para entender las series numéricas como las sustracciones y las fracciones.
Quedando desubicados
Saber leer y dibujar mapas fue una habilidad básica para navegar nuestras ciudades y países antes de la era del GPS, Google Maps y Waze. Hoy solo necesitamos ingresar una dirección y una aplicación nos indicará cómo llegar hasta el punto de decirnos dónde dar vuelta y cuando cambiar de carril. Estas aplicaciones han ayudado a que muchas personas sin un buen sentido de la orientación, puedan llegar a más lugares que no habrían podido alcanzar de otra forma. Pero también ha sacrificado algunos aprendizajes que pudieran ser benéficos en una era en la que leer mapas pudiera calificarse como obsoleto.
Aprender a descifrar mapas y a desplazarse con ellos es auxiliar en el desarrollo del pensamiento crítico, análisis, orientación, dimensión espacial, memoria y pensamiento lógico, además de sacarte de apuros cuando se te acaban los datos o la batería del celular.
Nuevas inteligencias a la vista
Muchos de los que nacimos en el rango de tiempo de la generación X o inclusive en los primeros años de la Millennial, hemos conocido situaciones en las que la interacción, el trato humano y el trabajo en equipo son más difíciles de lo habitual. Todas estas son actividades que requieren el uso de inteligencias a las que no habíamos puesto mucha atención hasta ahora: la inteligencia social y la inteligencia emocional.
La inteligencia emocional se refiere a la conciencia y el trabajo sobre las propias emociones, conocer aquello que motiva tus actitudes y la forma en interactúas. La inteligencia social implica las habilidades con las que tratas de conocer a otra persona y comunicarle algo de la mejor forma posible. En el campo laboral, la inteligencia emocional es el indicador más alto de desempeño, 71 % de los empleados encuestados por CareerBuilider dijeron valorar la inteligencia emocional por encima del coeficiente intelectual. La encuesta también reportó que los empleados con inteligencia emocional alta son más propensos a mantenerse en calma ante una situación de trabajo bajo presión, resuelven conflictos más eficientemente y responden a sus compañeros de trabajo con empatía.
La inteligencia social, por su parte, es una de las habilidades con mayor capacidad de resistirse a la automatización ya que involucra elementos como la percepción compleja, la interpretación, el pensamiento crítico, la resolución de conflictos, la negociación y la persuasión, entre otras.
Un nuevo código de habilidades
Conforme cada vez más dimensiones de la vida humana se tornan al espacio digital, aprender código se hace cada vez más importante. Hay una aplicación o dispositivo para todo, para pedir un taxi, para barrer la casa, para encargar comida o el super a domicilio… todas ellas necesitan un software y ese software se escribe en código.
Tan solo en los últimos tres meses del 2019, las tiendas de apps en Android ofrecían 2.57 millones de aplicaciones, mientras que las de Apple alcanzaron los 1.84 millones. Esto sin contar los programas de computadora, los videojuegos o el software para herramientas de uso común, como escobas eléctricas o smartwatches. La industria del software ha tenido un crecimiento enorme en esta última década y seguirá creciendo a pasos agigantados. Bajo este contexto, podemos decir que la habilidad de escribir y entender código será básica para ubicarse en el mercado profesional.
Leer y pensar bien
La digitalización de los contenidos ha traído grandes ventajas al habilitar la conservación, archivado, difusión y disposición al público de grandes cantidades de información. Pero pocas veces nos preguntamos, ¿cuánta información es demasiada?
Como ejemplo, el mexicano promedio pasa 13 horas diarias conectado a la red, de esas 13 horas, ocho son dedicadas a la lectura de contenidos digitales. Estos contenidos pueden ser muy diversos, desde artículos de revistas, estudios o libros, hasta interacciones escritas en servicios de mensajería y redes sociales. ¿Qué estamos aprendiendo de todo lo que leemos en la red?
Fenómenos sociales propios de la arena de la comunicación digital como las cámaras de eco y las fake news generan una necesidad que no existía en décadas anteriores, cuando la oferta y producción de contenidos era más limitada y su menor volumen la hacía más fácil de validar o desmentir. Esta desinformación y cacofonía digital puede llevar a malentendidos, interacciones negativas o violentas en redes, o hasta pánico global cuando estas fallas de comunicación suceden bajo el marco de una crisis de salud, financiera o política. Este exceso de información llama a una lectura de comprensión de alto nivel, un sentido crítico, habilidades de investigación y constatación de fuentes, además de un ejercicio constante de la empatía y comunicación efectiva con los interlocutores.
Es cierto que para muchos maestros, las habilidades que van quedando obsoletas dejan un hoyo en el sistema que hay que llenar con otras estrategias para que los estudiantes aprendan cosas como la coordinación motora, el pensamiento matemático y la dimensión espacial, entre otras, pero parte del reto de enseñar implica desarrollar medios que brinden estos conocimientos a los estudiantes sin quedarse atrás de las nuevas necesidades del mercado laboral y el foro social en los que es necesario adaptarse constantemente.
¿Qué otras habilidades crees que se han perdido en los últimos años con este cambio de necesidades de acuerdo a la época? ¿Qué otras habilidades han ganado las nuevas generaciones? Cuéntanos en el apartado de comentarios.
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